Narrativa informativa de la Red de Mujeres para la Promoción y Difusión del Derecho a una Vida Libre de Violencia, en el estado de Tamaulipas Publicación bimestral Año 1 Número 2. Septiembre - Octubre 2019
Este número de nuestra narrativa de la Red está dedicado al tema de los feminicidios y al Observatorio de la Violencia Social y de Género que coordina el Centro de Investigación, Capacitación y Atención para el Desarrollo Social, AC (CICADES), una de las asociaciones que integra la Red de Mujeres y que trabaja el tema de los feminicidios desde el espacio del Observatorio. Tamaulipas incluyó el tipo penal de feminicidio en su Ley para Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres para el estado de Tamaulipas, y su definición como tipo penal en el Código Penal del estado en el año 2011, casi a la par que se hizo a nivel federal. Pese a que fue de los primeros estados en reconocer el delito, las autoridades no han establecido aún una estrategia eficaz para que todos los operadores jurídicos hagan su trabajo desde un enfoque de género y comprendan el feminicidio no como el asesinato de una mujer, sino como el conjunto de hechos violentos contra las mujeres que implican la violación de sus derechos humanos, atentan contra su seguridad y ponen en riesgo su vida y que son posibles debido a la impunidad y la falta de protección a las mujeres por parte de las autoridades, para garantizar sus vidas. El trabajo que realiza el Observatorio haciendo un monitoreo hemerográfico de casos de feminicidio en la entidad, da cuenta de lo anterior, pues han contabilizado más de mil asesinatos de mujeres desde que la ley fue aprobada y puesta en marcha en el estado. Lo más preocupante es que la lucha contra el narcotráfico ha opacado estos asesinatos, pretendiendo que todos -o una gran mayoría- han sido cometidos por causas directamente asociadas con el crimen organizado. Sin embargo, se ha podido comprobar que, al menos en la zona sur del estado, esto no es así.
En 2017 de 23 asesinatos de mujeres cometidos en los municipios de Tampico, Madero y Altamira 19 lo fueron por un hombre que tenía una relación sentimental, familiar o de amistad con la mujer víctima. Esto comprueba lo visto en otros estados del país y algo que ya parece un lugar común: el lugar más peligroso para las mujeres es su propio hogar.
El Centro de Investigación, Capacitación y Atención para el Desarrollo Social, AC (CICADES), es una Asociación civil feminista que trabaja a favor de los derechos de las mujeres y las niñas, especialmente su derecho a una vida libre de violencia, el acceso a la justicia y a servicios de salud sexual y reproductiva sensibles al género. Se aboca principalmente a la ejecución de proyectos para la transversalización del enfoque de género y derechos humanos en los programas, planes y acciones de gobierno y de la sociedad civil organizada, y en hacer visibles las diversas modalidades de violencia contra las mujeres, pero muy particularmente la violencia feminicida, el acoso sexual callejero, la violencia en la pareja y la trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual. También diseña y coordina cursos y diplomados a distancia y materiales educativos sobre violencia de género, feminicidios, modelos de intervención de primer contacto y especializados para la atención de la violencia y la salud sexual y reproductiva de las mujeres.
CICADES coordina el Observatorio de la Violencia Social y de Género para la zona metropolitana de Tampico en el que lleva a cabo un monitoreo hemerográfico para identificar casos de asesinatos y otras muertes violentas de mujeres, y realiza solicitudes de información a las instancias de procuración de justicia a fin de conocer el total de asesinatos dolosos registrados, lo que le permite establecer comparativos entre los datos recibidos y los que las instancias refieren al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El trabajo del Observatorio aporta a la Red de Mujeres información confiable y actualizada sobre el número de mujeres asesinadas en la zona que observa, así como una aproximación a los medios utilizados para cometer el asesinato, la o las personas que lo cometen, el lugar en el que fue encontrado el cuerpo, si la mujer sobrevivió al ataque y, cuando esto es posible, incluso conocer si hubo o no alguna denuncia previa por violencia en su contra.
Por Cynthia Bitar Es sabido que los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez fueron un parteaguas en la vida democrática y jurídica de nuestro país. Estos hechos y la terrible impunidad que los rodea colocaron la palabra feminicidio en el discurso público, social y político; fue gracias a la lucha de las madres de estas jóvenes asesinadas en Juárez y al trabajo de activistas que, finalmente, se logró llevar algunos de estos casos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos quien, en 2009, dictó la Sentencia sobre el “Caso González y Otras”, mejor conocido como la Sentencia del “Campo algodonero” que sentó las bases para la tipificación del delito en nuestro país. Pero fíjate, esto fue en 2009 y cuando decidimos reiniciar las actividades de CICADES en Tampico en 2015, noté que en el estado no había feminicidios y tampoco había mucho movimiento de la sociedad civil sobre el tema ni en general en el de la violencia contra las mujeres, esto a pesar de que en los medios había varias noticias de mujeres asesinadas de formas terribles y encontradas -muchas de ellas- en sus casas o la nota refería que había discutido con su pareja o que los vecinos sospechaban de algún hombre cercano; así es que empecé a investigar qué pasaba. Me di cuenta de que las autoridades no estaban entendiendo lo que se conoce jurídicamente como “las razones de género”, es decir, las causas que van más allá del hecho mismo del asesinato de una mujer y que tienen que ver de una u otra forma con la posición que las mujeres ocupamos en la sociedad y la manera en la que los hombres se relacionan no sólo con las mujeres, que es muy frecuentemente por medio del dominio y el control, sino con las niñas, niños y los demás hombres que es, generalmente, a través de la violencia. También pude notar que cuando el agresor no era capturado la autoridad generalmente daba por hecho que la mujer asesinada estaba relacionada con la delincuencia organizada, lo que no siempre era así. Desde el Observatorio hemos podido documentar que aproximadamente el 80 por de los asesinatos de mujeres cometidos en la región sur de Tamaulipas desde 2016, que fue cuando empezamos a sistematizar la información, fueron cometidos por sus parejas o ex parejas, amigos o familiares. Además, la sociedad tamaulipeca estaba temerosa -o eso me pareció percibirdebido a los altos índices de violencia generados por la lucha contra el narcotráfico, que en esos años 2015 y 2016 fue bastante cruenta. Pero era necesario hacer algo, aunque sólo fuera “contar” a las asesinadas o a quienes habían sido víctimas de violencia feminicida; así es que en 20171 presentamos nuestro primer proyecto ante Indesol que fue precisamente el Observatorio, y gracias al apoyo recibido por esa institución fue que pudimos arrancar de manera formal, aunque ya venía yo recogiendo información desde años anteriores. Si bien el Observatorio está más focalizado en la violencia contra las mujeres en la zona metropolitana de Tampico, el conteo y seguimiento de estadísticas oficiales sobre asesinatos de mujeres, lo hace en todo el estado, por eso tenemos datos sobre el total de casos de mujeres asesinadas además de quienes sufren otras muertes violentas, como el suicidio, en todo el estado.
La Doctora Marcela Lagarde, pionera y estudiosa de los feminicidios y cuyos aportes fueron fundamentales para lograr su reconocimiento jurídico en nuestro país, considera que el feminicidio es sólo la punta del iceberg, una ínfima parte visible de la violencia contra niñas y mujeres, sucede como culminación de una situación caracterizada por la violación reiterada y sistemática de los derechos humanos de las mujeres. Su común denominador es el género: niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el solo hecho de ser mujeres y sólo en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha violencia pública o privada. La explicación del feminicidio se encuentra en el dominio de género: caracterizado tanto por la supremacía masculina como por la opresión, discriminación, explotación y, sobre todo, exclusión social de niñas y mujeres. Todo ello, legitimado por una percepción social desvalorizadora, hostil y degradante de las mujeres.
Es decir, la violencia está presente antes del asesinato de formas diversas a lo largo de la vida de las mujeres. Después de perpetrado el asesinato, continúa como violencia institucional a través de la impunidad que caracteriza casos particulares, como en México, por la sucesión de asesinatos de niñas y mujeres a lo largo del tiempo.
A diferencia de lo que ocurre cuando se asesina a un hombre, en los feminicidios es más frecuente que los asesinatos se lleven a cabo por medios más brutales, como el uso de objetos punzo cortantes, que se recurra tres veces más al ahorcamiento, estrangulamiento, sofocación, ahogamiento e inmersión; el asesinato por golpes, el uso de sustancias y la utilización de fuego es el doble que en el caso de los hombres. Las autoridades judiciales encuentran dificultades para investigar los asesinatos dolosos de mujeres con enfoque de género, por lo que sólo logran acreditar los feminicidios en una cantidad ínfima, pese a que la mayoría de estos asesinatos han sido perpetrados por un hombre conocido por la víctima y que se cumplen varios supuestos del tipo penal.
l.-La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo; II.-A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia; III.-Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima; IV.-Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza; V.-Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima; VI.-La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida; VII.-El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.
Desde que se tipificó el delito, en 2011, hasta julio de 2019, se han cometido un total de 1,049 asesinatos de mujeres. Y de estos, únicamente se han juzgado como feminicidios 27 casos, es decir, el 3%.
54 150
79
171
145
97 133
79
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Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo del Observatorio de la Violencia Social y de Género que coordina CICADES
Fuente: Elaboración propia a partir del trabajo del Observatorio de la Violencia Social y de Género que coordina CICADES
Julia Monárrez, académica del Colegio de la Frontera Norte explica1: “Un análisis de los asesinatos de mujeres requiere ser realizado a través del paradigma del feminicidio. Al mismo tiempo, se deben considerar otro tipo de asesinatos contra niñas y mujeres que se sustentan en violencias que acaecen en la comunidad y que no van dirigidas a las mujeres por ser mujeres, pero tienen consecuencias irremediables para ellas. Si bien desde lo general el feminicidio comprende todo asesinato de mujer sustentado en la discriminación de género, desde lo particular hay diversas formas en que se presenta.”
La creación de tipos de feminicidio y tipos de asesinato de mujeres es fundamental en este campo para comprender el distinto alcance de la violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres. También porque según los tipos de feminicidio que se produzcan, deberán generarse políticas distintas en prevención y sanción de estas prácticas.
Es el asesinato cometido por un hombre con quien la víctima tenía o había tenido una relación o vínculo íntimo: marido, ex marido, novio, ex novio o amante. Se incluye el supuesto del amigo que asesina a una mujer -amiga o conocida- que rechazó entablar una relación íntima con este.
Aquel asesinato cometido por un hombre desconocido con quien la víctima no tenía ningún tipo de relación: agresión sexual que culmina en asesinato de una mujer a manos de un extraño. También incluye el caso del vecino que mata a su vecina sin que existiera entre ambos algún tipo de relación o vínculo.
El asesinato de una niña hasta los 14 años de edad cometido por un hombre en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder que le otorga su situación adulta sobre la minoría de edad de la niña.
El asesinato se produce en el contexto de una relación de parentesco entre la víctima y el victimario. El parentesco puede ser por consanguinidad, afinidad o adopción.
Cuando una mujer es asesinada “en la línea de fuego” de un hombre que intenta o mata a otra mujer. Puede tratarse de una amiga, una parienta de la víctima, madre, hija u otra; o una mujer extraña que se encontraba en el mismo escenario donde el victimario atacó a la víctima.
Es el asesinato de una mujer que ejerce la prostitución cometido por uno o varios hombres. Entran en esta tipología los casos en los que él o los victimarios asesinan a la mujer motivados por el odio y la misoginia que despiertan en estos la condición de prostituta de la víctima. Los casos también conllevan la carga de estigmatización social y justificación del feminicidio por prostitución en la mente de los asesinos: “se lo merecía”; “ella se lo buscó por lo que hacía”; “era una mala mujer”; “su vida no valía nada”. Otro asesinato de este tipo es cuando se produce en una situación de sometimiento y privación de la libertad de la mujer víctima en situación de “trata de personas” ya sea con fines de explotación sexual, laboral o ambas. La víctima del asesinato es una mujer lesbiana y el o los victimarios la matan por su orientación sexual, por el odio o rechazo de la misma.
El feminicidio sexual es el asesinato de mujeres que son secuestradas, torturadas y violadas. Sus cadáveres, semidesnudos o desnudos son arrojados en las zonas desérticas, los lotes baldíos, en los tubos de desagüe, en los tiraderos de basura o en las vías del tren. Los asesinos por medio de estos actos crueles fortalecen las relaciones sociales inequitativas de género que distinguen los sexos: otredad, diferencia y desigualdad. Al mismo tiempo, el Estado, secundado por los grupos hegemónicos, refuerza el dominio patriarcal y sujeta a familiares de víctimas y a todas las mujeres a una inseguridad permanente e intensa, a través de un período continuo e ilimitado de impunidad y complicidades al no sancionar a los culpables y otorgar justicia a las víctimas. Se divide en las subcategorías de organizado y desorganizado y toma en cuenta a los posibles y actuales victimarios.
Feminicidio sexual sistémico desorganizado El asesinato de las mujeres está acompañado -aunque no siempre- por el secuestro, tortura, violación y disposición del cadáver. Los asesinos, presumiblemente, matan por una sola vez, en un período determinado; y pueden ser hombres desconocidos, cercanos o parientes de las víctimas que las asesinan y las depositan en parajes solitarios, en hoteles, o en el interior de sus domicilios.
Feminicidio sexual sistémico organizado El asesinato de las mujeres está acompañado por el secuestro, tortura, violación y disposición del cadáver. Los asesinos pueden actuar como una red organizada de feminicidas sexuales con un método consciente y sistemático a través de un largo e indeterminado período.
Desde nuestro trabajo en CICADES, creemos que hay otro tipo de feminicidio que el feminismo ha intentado colocar en la agenda política pese a la dificultad que implica su acreditación.
En el contexto de la violencia cometida en contra de las mujeres por motivos de género, el suicidio debe ser considerado una situación derivada de la violencia feminicida. Si la violencia feminicida engloba la totalidad de actos violentos en contra de las mujeres que pueden o no concluir con el homicidio de la víctima, el suicidio feminicida debe ser considerado una muerte violenta y evitable provocada por circunstancias y situaciones de violencia sistemática que ha vivido la mujer que lo comete y que generalmente han derivado en impunidad por parte del Estado. Este puede ser un indicador de feminicidio si existen además otros indicadores asociados, como una historia de violencias previas (hayan sido o no denunciadas con anterioridad) y relaciones familiares o redes de apoyo inexistentes o débiles. En la experiencia de CICADES monitoreando casos de feminicidios en Tamaulipas desde el año 2017, han encontrado muchos suicidios de mujeres que deberían ser investigados como feminicidios, pero las autoridades no lo hacen. Han dividido esta categoría en dos, dependiendo de la forma en la que fue encontrado el cuerpo de la mujer o de su relato en aquéllos casos en los que el suicidio no se consumó.
Suicidio simulado
En muchos de estos casos, la mujer suele ser encontrada colgada por su pareja o ex pareja sentimental. Casi siempre hubo una discusión previa y el hombre asegura haber salido un momento y, al regresar, encontrar a su pareja o ex pareja colgada. En otras ocasiones la pareja simplemente aparece para declarar que él estaba en el trabajo cuando el suicidio se llevó a cabo, aunque poco tiempo después no se sepa más de él pues habrá huido y las indagatorias entre los vecinos revelan que el hombre ejercía violencia sobre ella e incluso sobre sus hijas/os. Otras veces ni siquiera se alejan de la escena ni tienen la intención de huir, simplemente actúan con la total impunidad que les otorga el sistema, tal fue el caso de un hombre cuya esposa se arrojó del auto en el que circulaban estando este en movimiento. El hombre declaró que iban discutiendo y que su mujer había abierto la puerta y se había “aventado”, aunque él iba conduciendo a una velocidad muy alta por la carretera que va de Altamira a Tampico. Se considera esto un suicidio simulado y no una incitación a cometer suicidio porque, en realidad, son homicidios encubiertos que quedan en la impunidad debido a una ineficiente actuación del Estado. El caso de Mariana Lima cuya resolución dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en marzo de 2015 y que sentó jurisprudencia en nuestro país1, es un ejemplo de este tipo de suicidios. Otro es el caso de Lesvy Rivera.
Suicidio derivado de situaciones de violencia No todas las mujeres que lo intentan logran quitarse la vida y las razones que dan para haberlo intentado están invariablemente relacionadas con circunstancias familiares adversas entre las que destacan la violencia por parte de sus parejas y/o familiares, la sensación de no tener salida a su situación bien sea por haber intentado las vías jurídicas sin resultado positivo, bien porque la violencia ha llegado a ser tan extrema que le provoca una sensación de indefensión y de incapacidad para remontar sus circunstancias, con lo que el suicidio parece ser la única opción posible. En muchos casos de suicidio las mujeres tienen hijos e hijas en edades en las que aún requieren de sus cuidados o apoyo y es bastante raro que una mujer en esas circunstancias se suicide y, cuando lo hace, algunas veces intenta también asesinar a sus hijos para no dejarlos sin ella. Estos casos también son muy comunes en el estado, más de 8 hemos encontrado en los que la mujer salta al río o se arroja de algún puente con niños pequeños en sus brazos.
Por Isela Navarro ¿Cómo rotular el dolor? Ahí estabas, lo leí, Claudia, leí de ti, de tus nenes. Te asesinó y por poco también a ella. Nunca la reconoció como hija. Ese día estaba consciente de sus actos. Leer tu historia me fracturó. Mató a tu tía al intentar defenderte, mató a tu abuela mientras arrullaba sus noventa años. No quería dejar nada tuyo, quería hacer explotar tu casa, hogar de tus hijos, ella, a la innombrable, ningún diario publicó su nombre, la bebé la nombran, fue degollada pero vive. Libró la muerte, guerrera de once meses con destino cegador, a la que un varón casi le arrebata la vida tanto como su linaje femenino, tu hijo pidió auxilio, al que también casi mata. Nunca lo denunciaste Claudia. Tú y las tuyas participaron de Ni una menos. Marchar, tu manera de gritar al mundo ¡también padezco maltrato! Octubre, miles de voces de ellas se escucharon en Latinoamérica. Octubre, el mismo en que ese sujeto hizo callar tu voz, Claudia, la voz aún desconocida de la bebé; ser mujer te costó la vida, seguro leíste en el diario de Lucía sólo dieciséis años, también ser mujer le costó la vida. Imaginaré tu angustia al saberte mujer, saber que de tu vientre sagrado, centro de tu poder has parido una mujer, una invisibilizada, impotencia, sin poder, sin decisión. En las calles gritabas ¡Ni una menos! Serás falta de madre, serás falta de besos, de regaños, mimos incondicionales de madre. Bebé que ya mujer recordará la frialdad del quirófano. Once meses de autosuficiencia para luchar por sí misma.
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