Revista Ciencia y Trabajo -VOLUMEN 43

Page 1

Ciencia & Trabajo • AÑO 14 • NÚMERO 43 • ABRIL / JUNIO • 2012

Ciencia & Trabajo FUNDACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA ASOCIACIÓN CHILENA DE SEGURIDAD

ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2012 abr-jun; 14 (43)

w w w. c i e n c i a y t r a b a j o . c l

Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad | A12 Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de salud. En una Industria Farmacéutica | 97 Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad | 105 La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales | 112 Actividad de la Acetilcolinesterasa en Trabajadores e Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas | 120 Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado | 129 Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora | 135 Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales | 140 Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México | 147



Editorial | Ciencia & Trabajo

Editorial Estimados lectores: El escenario actual a nivel país en cuanto a realzar la importancia de las enfermedades profesionales es bastante augurioso. Los accidentes del trabajo tienen una consecuencia inmediata con un impacto en los trabajadores, empresas y país. La aplicación de medidas de control preventivas se refleja rápidamente en una disminución de la accidentabilidad. Por otro lado, dada la cronicidad de la exposición y la latencia en la generación de la enfermedad profesional, las medidas no tienen un impacto inmediato, por lo cual no tiene el foco y prioridad que requiere. Según los registros de la Asociación Chilena de Seguridad las patologías que más generan discapacidad y tienen mayor prevalencia son la Hipoacusia y la Silicosis con un 76%, las cuales en promedio tienen un costo de más de 50 millones de pesos por trabajador, si tomamos en consideración los gastos de la vigilancia, prestaciones de salud (ej: hospitalizaciones), subsidios, indemnizaciones y pensiones. Por otro lado la probabilidad de que una enfermedad profesional quede con alguna discapacidad o pensión con respecto a un accidente del trabajo es de 10,8 y 12,7 respectivamente. Todo ello sin cuantificar el costo para el trabajador, empresa y país. Actualmente existen dos focos de trabajo que han definido las autoridades competentes y que buscan disminuir las enfermedades profesionales: 1. Sistemas de información: El Sistema Nacional de Información

en Salud Ocupacional (SINAISO) del Ministerio de Salud, el cual se centra principalmente en el registro de la vigilancia a la salud. Por otro lado el Sistema Nacional de Información de Seguridad y Salud en el Trabajo (SISESAT) de la Superintendencia de Seguridad Social se ha centrado en el registro de las atenciones de accidentes y enfermedades con su oportuna calificación. 2. Normativa: El Ministerio de Salud ha definido dentro de sus objetivos sanitarios disminuir las incapacidades por Enfermedades Profesionales, para ello está trabajando en contar con 10 protocolos de vigilancia ambiental y a la salud para el 2014. Estos protocolos fueron priorizados en base a la gravedad, magnitud, vulnerabilidad, trascendencia, tendencia, entre otros. Esto permitió definir los protocolos a priorizar: Silicosis, Ruido, Plaguicidas, Trastornos Músculoesqueléticos de las extremidades superiores, Factores de riesgo psicosocial y asmogénicos, dermatitis, asbesto, citostáticos, hiperbaria e hipobaria intermitente crónica. Por último, este escenario nacional nos deja importantes desafíos en cuanto al aumento de la cobertura de los expuestos, implementación de los protocolos del Ministerio de Salud, formación continua de los equipos de vigilancia y una fuerte integración entre Salud y Prevención, en particular las áreas de Higiene y Salud Ocupacional.

Atte. Dr. Jaime E. Piña R. Subgerente de Salud Preventiva Asociación Chilena de Seguridad

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl |

A7


AÑO 14 • NÚMERO 43 • ABRIL / JUNIO • 2012

Ciencia & Trabajo Director: Editor Jefe: Referencias e Indización: Corrector de Texto: Traducción Inglés: Diseño Gráfico: Distribución:

ISSN 0718-0306 versión impresa ISSN 0718-2449 versión en línea

Pedro Cárdenas Leonardo Varela María del Carmen Sosa Ramón Espinoza Pablo Valencia Corina García Mauricio Millares

Revista Ciencia & Trabajo se encuentra en las siguientes bases de datos: • Dialnet (www.dialnet.com) • EBSCO (www.ebscohost.com) • Latindex (www.latindex.org) • Latindex (catálogo) (www.latindex.org) • LILACS (www.bireme.br) • Ulrich's International Periodicals Directory (www.ulrichsweb.com) • Psicodoc (www.psicodoc.copmadrid.org) • e-revistas (www.erevistas.csic.es) • IMBIOMED (www.imbiomed.com)

Foto portada: Banco de fotos ACHS.

CONSEJO EDITORIAL: PhD Arie Shirom Universidad de Tel Aviv, Israel. PhD. Carlos Díaz Universidad de Chile, Chile. Dra. Catterina Ferreccio Departamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile. PhD. Christina Maslach Universidad de California, Berkeley, USA. PhD. Dana Loomis Escuela de Salud Pública, Universidad de Carolina del Norte, USA. Dr. Eduardo Algranti FUNDACENTRO, Brasil. PhD. Eusebio Rial-González Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo, España. PhD. Juan Andrés Pucheu Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile. PhD. Kyle Steenland Escuela de Salud Pública, Universidad de Emory, USA. Dra. Luz Claudio Mount Sinai School of Medicine, USA. PhD. Marisa Salanova Universidad Jaume I de Castellón, España. PhD. Marisol Concha Asociación Chilena de Seguridad, Chile. Ing. Nella Marchetti Universidad de Chile, Chile. Dr. Oscar Nieto Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional, Argentina. PhD. Pablo Livacic Universidad de Santiago de Chile, Chile. PhD. Pedro R. Gil-Monte Universidad de Valencia, España. Dr. Rubén Torres Organización Panamericana de la Salud, OPS / Organización Mundial de la Salud, OMS, Chile. PhD. Sarah Gammage Organización Internacional del Trabajo, OIT. PhD. Shrikant Bangdiwala Escuela de Salud Pública, Universidad Carolina del Norte, USA. PhD. Steven Markowitz Queens College, USA. Ms. Víctor Córdova Asociación Chilena de Seguridad, Chile.

Para revisar y descargar éste y números anteriores de Ciencia & Trabajo en formato PDF, visite

www.cienciaytrabajo.cl

“C&T, Ciencia & Trabajo” es una publicación trimestral, propiedad de la Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad. Derechos Reservados. Todos los textos publicados están protegidos por derecho de autor, conforme a la ley No 17.336 de la República de Chile. Se autoriza la publicación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en formato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite “C&T, Ciencia & Trabajo”, como fuente primaria de publicación. Ramon Carnicer 163, Piso 5, Anexo C , Providencia - Chile. Teléfono: (56-2) 515 7534 • e-mail: cyt@achs.cl • Internet: www.cienciaytrabajo.cl Imprenta: DONNEBAUM S.A. www.donnebaum.cl

A8

| www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Índice | Ciencia & Trabajo

Índice

Index

A7 A9 A10

A7 A9 A10

Editorial Índice En este número

Editorial Index In this Issue

Artículos de Difusión A12 Sección Ehp

Diffusion Articles A12 Ehp’s Section

Artículos Originales 97 Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes

Original Articles 97 Identifying Risk Factors and Determinants of Health

Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad

Obesogens. An Environmental Link to Obesity

de Perfiles de salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica Martínez D, Sánchez L

Profiles. Case of Workers from a Pharmaceutical Industry Martínez D, Sánchez L

105

Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad Sannino D, Gallardo M, Ackerknecht C, López-Mena L

105

Behavioral Assessment of Impulsivity Applied to Accident Control Sannino D, Gallardo M, Ackerknecht C, López-Mena L

112

La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales Malchaire J

112

The SOBANE Strategy and the Déparis Guide for the Participative Management of Occupational Risks Malchaire J

120

Actividad de la Acetilcolinesterasa en Trabajadores e Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en Algunas Regiones de Colombia, 2006-2009 Cárdenas O, Silva E, Nava G

120

Acetylcholinesterase Activity in Blood Taken from Workers and Individuals at Risk of Exposure to Organophosphates and Carbamatos Pesticides in 15 Departments of Colombia, 2006-2009 Cárdenas O, Silva E, Nava G

129

Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado Flores-Hernández C, Páramo D, Huerta-Franco M, Hernández J, Cappacione K, Vargas-Luna M, Díaz de León-Morales L, Morales-Mata I

129

Psycho-Toxicologic Assessment of Workers with Chronic Exposure to Organic Solvents in the Leather and Shoe Industries Flores-Hernández C, Páramo D, Huerta-Franco M, Hernández J, Cappacione K, Vargas-Luna M, Díaz de León-Morales L, Morales-Mata I

135

Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001 Marín C

135

Use of Health Services in the Workforce. Multi-Purpose Household Survey (EHPM), 2001 Marín C

140

Pneumoconiosis. Past and Present of Some Professional Pulmonary Disease. Legal Developments and Labor Cataloging of these Pathologies in the Spanish Legislation Vicente-Herrero M, Capdevila L, Ramírez M, López-González A, Terradillos M

147

Cultural Meanings of the Concept of Retirement in Elderly from Guadalajara, Mexico Aguilera M, Acosta M, Pozos B, Torres T, Pérez J

140

147

Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales. Evolución Legal y Catalogación Laboral de estas Patologías en la Legislación Española Vicente-Herrero M, Capdevila L, Ramírez M, López-González A, Terradillos M Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México Aguilera M, Acosta M, Pozos B, Torres T, Pérez J

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl |

A9


En este Número ARTÍCULO DE DIFUSIÓN

Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad El presente artículo nos plantea una nueva variable posiblemente responsable del aumento de personas con sobrepeso y obesidad en el mundo. Los obesógenos son aquellos elementos que se encuentran en el medio ambiente y que favorecerían un aumento de nuestro peso corporal a través de distintos mecanismos, entre ellos pueden estar algunos que afectan el número de células grasas, otros el tamaño de las células grasas, y otros incluso las hormonas que afectan el apetito, la saciedad, las preferencias alimenticias y la energía metabólica.

ARTÍCULOS ORIGINALES Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de Salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica Este trabajo presenta los resultados obtenidos en el estudio sobre el papel que podría jugar la variable impulsividad en la ocurrencia de accidentes en el trabajo. Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad El presente estudio examina el aumento de la validez en las dimensiones de la inteligencia emocional más allá de las core self-evaluations (autoevaluaciones fundamentales) y la afectividad positiva como predictores del Engagement laboral tanto en estudiantes universitarios como en trabajadores. La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales El objetivo de la investigación es organizar la prevención de riesgos ocupacionales más rápida, más rentable y más eficaz, coordinando las contribuciones del colectivo laboral (los propios trabajadores y sus superiores inmediatos), de los asesores en prevención internos y externos y de los expertos.

Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado El objetivo del presente trabajo fue identificar el daño toxicológico de empleados ocupacionalmente expuestos a solventes, a través de su manifestación en síntomas psicológicos. Fueron evaluados 279 empleados de una empresa de curtiduría y de una fábrica de calzado mediante el cuestionario HLSS de Hänninnen y Lindstrom, y se evaluó también la presencia de solventes en el ambiente. El análisis se realizó comparando grupos ocupacionales y por género mediante regresión logística. Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001 El objetivo de la investigación es describir la utilización de servicios de salud por parte de la población trabajadora de Costa Rica en el 2001. Se analiza uso de consulta médica, odontológica y hospitalización por sexo, edad y actividad económica. El estudio es transversal, con datos del módulo Salud de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples. Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales. Evolución Legal y Catalogación Laboral de estas Patologías en la Legislación Española La investigación plantea una revisión de la neumoconiosis como enfermedades laborales y profesionales, y a su vez, cómo ha evolucionado su catalogación y regulación desde el punto de vista legislativo en España. Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México El estudio analiza los significados culturales del concepto de jubilación en adultos mayores económicamente activos de la ciudad de Guadalajara, México, todo ello con la intención de aportar datos útiles para el diseño de nuevas políticas en materia de seguridad social y sistemas pensionarios, que busquen asegurarles un ingreso económico estable y suficiente.

Actividad de la Acetilcolinesterasa en Trabajadores e Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en Algunas Regiones de Colombia, 2006-2009 El propósito fue determinar el porcentaje de actividad de la acetilcolinesterasa en trabajadores e individuos con riesgo de exposición a plaguicidas organofosforados y carbamatos y describir los plaguicidas más frecuentemente aplicados en 15 departamentos del país.

A10

| www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | Ciencia

& Trabajo



Environmental Health p e r s p e c t i v e s


ehp | Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad

Obesógenos Joseph Tart/EHP; woman: gokhanilgaz/iStockphoto; fat cells: David M. Phillips/Photo Researchers, Inc.; fetal development cycle:

Dragana Gerasimoski/Shutterstock.com; french fries: Richard Peterson/Shutterstock.com

Un

L

Vínculo Ambiental a la Obesidad

a obesidad ha aumentado de manera constante en los Estados Unidos en los últimos 150 años1, con un alza notable en las últimas décadas2 . En los Estados Unidos actualmente más del 35% de los adultos3 y casi el 17% de los niños entre 2-19 años son obesos4. La obesidad no sólo afecta a las personas en los Estados Unidos, sino en todo el mundo, entre ellos, y cada vez más, en los países en vías de desarrollo5. Además los animales domésticos, de laboratorio e incluso las ratas de la ciudad han

experimentado un incremento en el peso corporal promedio durante las últimas décadas6.

Dichas tendencias no se explican necesariamente con dieta y ejercicio. En palabras de Robert H. Lustig, profesor de pediatría clínica en la Universidad de California en San Francisco, “Incluso los que están en el extremo inferior de la curva del IMC (Índice de Masa Corporal) están aumentando de peso. Esto está sucediendo a nivel mundial, lo cual sugiere un factor ambiental desencadenante"7. Muchos, dentro de las comunidades médica y fisiología del ejercicio, se aferran aún a la

mala alimentación y a la carencia de ejercicio como las únicas causas de la obesidad. Sin embargo, los investigadores se encuentran reuniendo pruebas convincentes de químicos "obesógenos" (dietéticos, farmacéuticos, industriales y compuestos que pueden alterar los procesos metabólicos y predisponer a ciertas personas para ganar peso)8, 9.

La obesidad está aumentando de manera constante en todo el mundo. En este aspecto, evidencia convincente sugiere que la dieta y el nivel de actividad no son los únicos factores en esta tendencia, ya que obesógenos químicos pueden alterar el metabolismo humano y predisponer a algunas personas a ganar peso. La exposición fetal a ciertos obesógenos durante las primeras etapas de la vida puede alterar el metabolismo de algunos de los individuos y las células grasas pueden quedar predispuestas para el resto de la vida. Otros efectos obesogénicos están vinculados a la exposición durante la edad adulta.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 12/19

A13


¿Qué Son la Obesidad y el Sobrepeso? Para los adultos la obesidad se define como un IMC de 30 o más, mientras que el sobrepeso se define como un IMC de 25 o más. La definición de la obesidad49 es un poco más complicada para los niños, ya que depende de la edad y el sexo de ellos, quienes son considerados obesos si se encuentran en o por encima del 95% de las curvas de crecimiento específicas del sexo, y se considera sobrepeso si están entre el 85% y 95%50. El IMC se define como el peso corporal de un individuo dividido por el cuadrado de su altura. Aunque no es una medida de la grasa corporal real, puede ser calculado mediante el uso de un calliper (pinzas) para medir tres pliegues de la piel; a continuación, se incorporan dichas mediciones a ecuaciones sexo-específicas. El IMC es ampliamente aceptado como un valor preciso para el porcentaje de grasa corporal en la población adulta en general, y es la medición que se utiliza en la literatura científica sobre la obesidad.

A14

La idea de que los productos químicos en el medio ambiente podrían estar contribuyendo a la epidemia de obesidad se le atribuye a menudo a un artículo de Paula Baillie-Hamilton, publicado en el Journal of Alternative and Complementary Medicine, en el 200210. Su artículo presenta pruebas de algunos estudios toxicológicos publicados durante la década de los años 70 en los cuales se indica que dosis bajas de exposición a sustancias químicas estaban asociadas al aumento de peso en animales de experimentación. Sin embargo, en ese momento los investigadores originales no se centraron en las implicaciones de las ganancias de peso observadas. El papel de las sustancias químicas ambientales de la obesidad se ha ganado una mayor atención en el ámbito académico y las esferas políticas, y fue reconocido recientemente por el Grupo de Trabajo Presidencial para la Obesidad en la Niñez11 (Presidential Task Force on Childhood Obesity, en inglés) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH, su sigla en inglés) y el Plan Estratégico para la Investigación de la Obesidad12 (Strategic Plan for Obesity Research, también en inglés). "Durante los últimos diez años años, y especialmente en los últimos cinco, se ha obtenido un aluvión de nuevos datos", dice Cristina Thayer, directora de la Oficina de Evaluación de la Salud y Traducción en el Programa Nacional de Toxicología (NTP, su sigla en inglés). "Hay muchos estudios en humanos y animales. De esta manera, el programa Nacional de Toxicología logró dar con las pruebas biológicas necesarias". En el 2011, el Instituto Nacional de la Salud lanzó un proyecto de 3 años para financiar la investigación que explora el papel de la exposición química ambiental en la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, y el síndrome metabólico13. El concepto de obesógenos se ha extendido en la conciencia pública, también, con documentales como "¿Programado para ser Gordo?" (Programmed to be Fat?) que se emitió en la Corporación de Radiodifusión Canadiense (CBC, por su sigla en inglés) en enero del 2012 y en una sesión sobre obesógenos en la conferencia anual de la Sociedad de Periodistas del Medio Ambiente (Society of Environmental Journalists, en inglés) en octubre del 201114.

12/19 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | Ciencia

& Trabajo

© Coneyl Jay/Photo Researchers, Inc.

Artículo de Difusión | ehp


ehp | Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad

Top to bottom: Credit

Múltiples Modos de Acción

La principal función de las células grasas es la de almacenar energía y liberarla cuando sea necesario. Los científicos también saben ahora que el tejido graso actúa como un órgano endocrino, la liberación de hormonas relacionadas con el apetito y el metabolismo. La investigación hasta la fecha sugiere diferentes compuestos obesogénicos que pueden tener diferentes mecanismos de acción, por ejemplo, algunos que afectan el número de células grasas, otros el tamaño de las células grasas, y otros incluso las hormonas que afectan el apetito, la saciedad, las preferencias alimenticias y la energía metabólica15. Algunos efectos obesogénicos se pueden transmitir a las generaciones posteriores a través de cambios epigenéticos, modificación del ADN y proteínas histonas que afectan el cuándo y cómo se expresan los genes en las células, sin alterar precisamente el código genético15, 16, 17. Bruce Blumberg, profesor de biología en la Universidad de California en Irvine, acuñó el término "obesógeno" en el 2006 cuando descubrió que los compuestos conocidos como los organoestánnicos a base de estaño predisponían a los ratones de laboratorio a ganar peso18. "Si expones a las hembras de ratón embarazadas, por ejemplo al tributilestaño (OTC, por su sigla en inglés), sus hijos serán más obesos que los no expuestos", afirma. "Hemos alterado la fisiología de estas crías, por lo que incluso si comen comida normal, ganarán más peso de lo normal". La exposición humana y la información relacionada a los eventuales daños a la salud es relativamente escasa en relación a los compuestos órgano-estánnicos; no obstante, los estudios han documentado la presencia de éstos en la sangre humana19, leche20, 21 y muestras hepáticas. Aunque el tributilestaño se elimina por etapas, dado que es un biocida y un agente antiincrustante marino, aún se utiliza como preservante de la madera, y en conjunto al dibutilestaño (estabilizador del cloruro de polivinilo), contaminan muchas vías fluviales además de pescados y mariscos22 . Blumberg se encontraba estudiando los disruptores endocrinos en la década de 2000 cuando se enteró en una reunión en Japón que el OTC provocaba cambio de sexo en múltiples especies de peces. "Me decidí a

probar si el OTC activa los receptores nucleares conocidos para activar un receptor de esteroides sexuales", dice Blumberg. Por el contrario, éste activa el receptor de peroxisoma-proliferador activado gamma (PPAR, por su sigla en inglés), el regulador principal de la adipogénesis, el proceso de creación de los adipocitos o las células grasas23. El PPAR está conservado evolutivamente entre los ratones y los seres humanos, y puede ser particularmente susceptible a las sustancias químicas "impostoras", ya que tiene un gran bolsillo ligante y vinculador que puede aco-

I

La Creciente Lista de Potenciales Obesógenos

La obesidad está fuertemente relacionada con la exposición a factores de riesgo durante el desarrollo fetal e infantil15. "Hay entre quince y veinte productos químicos que han demostrado causar aumento de peso, sobre todo al momento de la exposición durante el desarrollo", dice Jerry Heindel, quien dirige el programa de investigación externa de la obesidad en el Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS, por sus siglas en inglés). Sin embargo, se ha considerado

ncluso los que están en el extremo inferior de la curva del IMC (índice de masa corporal) están aumentando de peso. Esto está sucediendo a nivel mundial, lo cual sugiere un factor ambiental desencadenante". —Robert H. Lustig

Universidad de California, San Francisco

modar muchas estructuras químicas. Cuando una molécula es capaz de activar el receptor que entra en el bolsillo, se enciende el programa adipogénico. "Si se activa el PPAR en un preadipocito, se convierte en una célula grasa. Si ya es una célula grasa, le suma aun más grasa a la célula", dice Blumberg. "El OTC está cambiando el metabolismo de los animales expuestos, predisponiéndolos a producir células grasas aun más grandes". El PPAR causa selectivamente que las células estromales multipotentes se diferencien en hueso o grasa. Sumado a lo anterior, Blumberg encontró que la exposición al OTC hizo que estas células madres presentaran una mayor tendencia a convertirse en adipocitos, a expensas del linaje de los huesos. "Lo más grave es que nuestros animales están expuestos al OTC únicamente en la etapa del útero, sin embargo, eso basta para provocar un daño permanente".

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 12/19

que algunos obesógenos afectan a los adultos, basándose en estudios epidemiológicos que relacionan los niveles de químicos en la sangre humana con la obesidad24 y en otros que postulan que ciertos farmacéuticos activan los receptores15, 25. Los plaguicidas químicos en los alimentos y el agua, en particular, la atrazina y el DDE (diclorodifenildicloroetileno, un producto de degradación del DDT), se han relacionado con el aumento del IMC en niños y la resistencia a la insulina en los roedores26, 27. Ciertos farmacéuticos, como el medicamento para la diabetes Avandia® (rosiglitazona), se han relacionado con el aumento de peso en humanos y animales9, 17, ya que presentan un puñado de obesógenos dietarios, que incluyen fitoestrógenos de la soya llamados genisteína y glutamato monosódico15. La mayoría sabe o sospecha que los obesógenos son disruptores endocrinos.

A15


Artículo de Difusión | ehp

Muchos están muy extendidos29, y las exposiciones se sospechan o se confirman frecuentemente. En un estudio realizado el 2010, Kurunthachalam Kannan, un profesor de ciencias ambientales en la Universidad de Albany, una universidad estatal de Nueva York, documentó compuestos orgánicos de estaño en un bolso de diseñador, papel tapiz, persianas de vinilo, azulejos, y en el polvo de la aspiradora recolectado en 24 casas30. Los ftalatos, plastificantes, que también se relacionan con la obesidad en los seres humanos31 se producen en muchos artículos de PVC, así como también en los elementos aromáticos, como desodorantes

Si

niñez35. "Si un bebé nace relativamente pequeño para su edad gestacional, trata de ponerse al día, mientras se desarrolla y crece", explica Retha Newbold, un biólogo del desarrollo ahora retirado de la NTP. Este patrón de recuperación del crecimiento se observa a menudo con la exposición a productos químicos, los cuales ahora se consideran como obesógenos, como el dietilestilbestrol (DES, en inglés), el mismo que Newbold estudió durante los últimos 30 años, utilizando ratones como modelo experimental. Los médicos prescribieron DES, un estrógeno sintético, a millones de mujeres embarazadas desde 1930 hasta

se activa el PPAR en un preadipocito, se convierte en una célula grasa. Si ya es una célula grasa, se deposita más grasa en dicha célula. El TBT está cambiando el metabolismo de los animales expuestos, lo que los predispone a producir más y más grandes células grasas. —Bruce Blumberg

Universidad de California, Irvine

ambientales, productos de lavandería y de cuidado personal. Uno de los primeros vínculos entre el desarrollo fetal humano y la obesidad surgió a partir de los estudios sobre la exposición al humo del cigarrillo en el útero32, 33. A pesar de que el humo de segunda mano se ha reducido a menos de la mitad en los últimos 20 años, aproximadamente el 40% de los estadounidenses que no fuman aún presentan nicotina de subproductos en la sangre, lo que sugiere que la exposición sigue siendo generalizada34. Los bebés nacidos de madres fumadoras suelen ser de menor peso, pero estos mismos niños tienden a compensarlo aumentando más de peso en la infancia y la

A16

1970 para prevenir el aborto involuntario. Dicha droga causa efectos adversos en los niños de estas mujeres, que a menudo experimentaron anormalidades del tracto reproductivo; "las hijas del DES" también mostraban un mayor riesgo a problemas reproductivos, cáncer vaginal en la adolescencia, y cáncer de mama en su etapa adulta 36. Newbold descubrió que bajas dosis de DES administradas a ratones pre- o neonatos también se asociaron con el aumento de peso37, alteraciones en la expresión de genes relacionados con la obesidad38, 39 y niveles hormonales modificados38, 39. "Lo que estamos viendo es que no hay una diferencia en el número de células gra-

sas, sino que la misma célula es mayor después de la exposición al DES", dice Newbold. "También hubo una diferencia en la forma de la distribución de las células grasas, cómo éstas se alinean, y su orientación con las demás. El mecanismo para la distribución de la grasa y la producción de células grasas se implementa durante la vida fetal y neonatal". Exposiciones de Alto Perfil

Los estudios en animales implican también a otro obesógeno sospechoso: bisfenol A (BPA, en inglés), el cual se encuentra en los dispositivos médicos, en el revestimiento de algunos alimentos enlatados, y en recibos de pago40. "El BPA reduce el número de las células grasas, pero las programa para que incorporen más grasa, lo que produce menos células grasas, pero más grandes", explica el profesor de biología de la Universidad de Missouri, Frederick vom Saal, quien ha estudiado el BPA los últimos 15 años. "En los animales, la exposición al BPA está produciendo el tipo de resultados que vemos en los seres humanos al nacer: un aumento en la grasa abdominal e intolerancia a la glucosa". Muchos disruptores endocrinos exhiben una curva a la respuesta de las dosis en forma de una U invertida, donde la respuesta más tóxica se produce en dosis intermedias41. Sin embargo, en un estudio publicado recientemente, vom Saal detectó que el BPA afectaba las células grasas de los roedores con dosis muy bajas, 1.000 veces por debajo de la dosis que los organismos reguladores sostienen no causa efecto en los humanos, mientras que con dosis más elevadas no detectó ningún efecto. Los receptores responden típicamente a niveles muy bajos de la hormona, lo que cobra sentido en cuanto pueden ser activadas por bajos niveles de un imitador endocrino, mientras que niveles altos de una sustancia química en realidad pueden causar que los receptores se detengan por completo, impidiendo cualquier respuesta adicional41. Esto se conoce como Receptor de Baja Regulación (Downregulation receptor, en inglés). Como resultado, algunos disruptores endocrinos tienen mayores efectos en dosis bajas que en altas; diferentes mecanismos pueden estar operando15. Otro obesógeno muy propagado es el ácido perfluorooctanoico (PFOA, por sus si-

12/19 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | Ciencia

& Trabajo


ehp | Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad

Obesógenos conocidos y sospechados

Dieta

• Fructosa • • • Genisteína • • • Glutamato monosódico • •

Fumar

• Nicotina

Productos Farmacéuticos

• Dietilestilbestrol • • • Estradiol • •

Productos Químicos Industriales

• El bisfenol A (BPA) • • • Compuestos orgánicos de estaño • • • Ácido perfluorooctanoico (PFOA) • • • Ftalatos • • • Éteres de difenilo polibromados (PBDE) • • • Éteres policlorados bifenilo (PCB) • •

Plaguicidas organofosforados

• Clorpirifos • • • Diazinón • • • Paratión • •

Otros contaminantes ambientales

• Benzo [a] pireno • Partículas finas (PM • • 2,5)

© David M. Phillips / Photo Researchers, Inc. Top to bottom: Credit

La investigación realizada hasta la fecha sugiere que diferentes obesógenos pueden tener diferentes mecanismos de acción, los cuales afectan el número o tamaño de las células grasas o las hormonas que afectan el apetito, la saciedad, las preferencias alimentarias, y el metabolismo.

glas en inglés), un disruptor endocrino potencial y conocido agonista PPAR42. "Prácticamente todos en los EE.UU. lo tienen en su sangre, los niños presentan niveles más altos que los adultos, probablemente debido a sus hábitos. Se arrastran en las alfombras, los muebles, y llevan cosas a su boca con mayor frecuencia", explica la bióloga del NIEHS Suzanne Fenton. El PFOA es un tensioactivo utilizado para la reducción de la fricción, y también se utiliza en utensilios de cocina antiadherentes, ropa impermeable Gore-Tex™, repelente de manchas Scotchgard™, en alfombras, colchones y artículos para microondas. El 2005, DuPont resolvió una demanda colectiva por $107,6 millones de dólares luego de que su fábrica en las afueras de Parkersburg, Virginia, contaminara con PFOA los suministros de agua potable cercanos43. En diciembre del 2011 un panel científico independiente encontró el primer "lazo probable"

* El humo del cigarrillo también es una fuente de Benzo [a] pireno En un estudio realizado por la bióloga NIEHS Suzanne Fenton, los ratones expuestos prenatalmente al PFOA fueron más propensos a la obesidad al alcanzar la edad adulta.

entre el PFOA, la salud humana, y la hipertensión gestacional44 (para obtener más información, consulte Hipertensión Gestacional Probablemente Vinculada a la contaminación por PFOA (Pregnancy-Induced Hypertension ‘Probably Linked’ to PFOA Contamination), pág. A59 de este ejemplar45). Fenton estudió cómo los niveles de PFOA similares a los del agua potable contaminada afectaron los niveles hormonales y de peso de las crías de roedores expuestos en el útero46. "Nos proporcionaron roedores en gestación, a los cuales se les suministró PFOA sólo durante el embarazo. El PFOA tiene una vida media larga, por lo que se mantiene presente durante la lactancia y se pasa a través de la leche a los bebés", afirma. "Una vez que los hijos alcanzaron la edad adulta, se convirtieron en ejemplares obesos, llegando a niveles significativamente más altos que los controlados".

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 12/19

Los ejemplares expuestos también tenían niveles elevados de leptina, una hormona secretada por el tejido adiposo que afecta el apetito y el metabolismo. La leptina suprime el apetito normal, pero las personas obesas y los animales tienen niveles elevados de leptina, lo que lleva a los investigadores a sospechar que el cerebro puede llegar a ser resistente a sus efectos47. Fenton no observó aumento de peso cuando los ratones fueron expuestos al PFOA en su etapa adulta, aunque su equipo encontró anomalías en el útero y glándula mamaria de adultos expuestos. Prevención Cuidadosa

Si la exposición durante el embarazo predispone a las personas a ganar peso, entonces la dieta y el ejercicio, ¿pueden en última instancia, hacer alguna diferencia? Blumberg no ve la causa como perdida. "No me

A17


Artículo de Difusión | ehp

En un estudio realizado por la bióloga del NIEHS Suzanne Fenton arrojó que los ratones expuestos prenatalmente al PFOA eran más propensos que los controles a ser obesos al alcanzar la edad adulta.46

gustaría decir que la exposición obesogénica quita el libre albedrío o te condena a ser gordo", dice. "Sin embargo, va a ajustar tu metabolismo para aumentar de peso. Si tienes más células grasas y eres propenso a producir más células grasas, de comer meriendas altas en carbohidratos, como las que comemos en los Estados Unidos, es muy probable que vayas a engordar". Blumberg postula que los efectos de la primera exposición durante la vida son irreversibles, y las personas lucharán una batalla de por vida. Sin embargo, si esas personas se esfuerzan en reducir su exposición a obesógenos, también reducirán los efectos sobre la salud que puedan derivarse de las exposiciones en la edad adulta. Blumberg cree que es bueno reducir la exposición a todo tipo de productos químicos disruptores endocrinos. "Coma comida orgánica,

A18

filtre el agua, y reduzca el plástico en su vida", dice. "Si no tienen ningún beneficio y incluso algunos de esos plásticos son riesgosos, ¿por qué exponerse usted y a su familia?". Heindel está esperanzado en los esfuerzos de la NIH y advierte que pronto se develarán importantes descubrimientos. "Es un campo muy nuevo, y la gente es siempre escéptica en dichos campos", dice. "Depende de nosotros obtener más datos que muestren que los productos químicos en realidad interfieren con el sistema endocrino, que controla la ganancia de peso y el metabolismo. Y todavía queda la cuestión de cuán importante es esto para los seres humanos. Nunca vamos a saber hasta que tengamos más datos". "¿Y si es verdad y los químicos están teniendo un efecto significativo sobre la

obesidad?", Reflexiona Heindel. "Si pudiéramos mostrar que los productos químicos ambientales juegan un papel importante, entonces podríamos trabajar en la reducción de la exposición durante las ventanas sensibles, y esto podría tener un enorme efecto sobre la prevalencia de la obesidad". Sería cambiar el enfoque en el tratamiento de los adultos que ya son obesos a la prevención de la obesidad, un cambio fundamental en el pensamiento acerca de la obesidad. El NIEHS está jerarquizando las prioridades para la investigación sobre obesógenos potenciales. Thayer fue la fuerza principal detrás del seminario "El Papel de las Sustancias Químicas Ambientales en el Desarrollo de la Diabetes y la Obesidad48”, celebrada en enero de 2011 y copatrocinada por el NTP, la Agencia de Protección

12/19 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | Ciencia

& Trabajo


ehp | Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad ehp | Nitrógeno Mundial Ambiental y la Administración de Alimentos y Drogas, Centro Nacional de Investigación Toxicológica. "La idea era contar con la mirada de los expertos a través de la literatura y ver cuáles podrían ser las señales más convincentes, y qué áreas han surgido, pero que justifican mayor investigación", explica Thayer. Estos hallazgos ayudarán a identificar las prioridades para futuras investigaciones, y una serie de trabajos ya se han presentado para su publicación. "Nos sorprendió la cantidad de productos químicos que parecen estar interactuando con las vías implicadas en la regulación del peso", dice Thayer. Ella agrega

REFERENCIAS

1. Costa DL, Steckel RH 1997. Long-term trends in health, welfare, and economic growth in the United States. In: Health and Welfare During Industrialization (Steckel RH, Floud R, eds.). Chicago, IL:The University of Chicago Press. 2. Flegal KM, et al. Prevalence and trends in obesity among US adults, 1999–2008. JAMA 303(3):235–241. 2010. http://dx.doi. org/10.1001/jama.2009.2014. [online desde el 17 Enero del 2012]. 3. Flegal KM, et al. JAMA. Prevalence of obesity and trends in the distribution of body mass index among US adults, 1999–2010. http://dx.doi.org/10.1001/jama.2012.39 [online desde el 17 Enero del 2012]. 4. Ogden CL, et al. JAMA. Prevalence of obesity and trends in body mass index among US children and adolescents, 1999–2010. http://dx.doi.org/10.1001/jama.2012.40 [online desde el 17 Enero del 2012]. 5. WHOGeneva, Switzerland:World Health Organization (actualizado Marzo 2011): Obesity and Overweight, Factsheet No. 311 [sitio web] Disponible: http://www.who.int/mediacentre/factsheet_s/ fs311/en/ [consultado el 29 de Diciembre del 2011]. 6. Klimentidis YC, et al. 2011. Proc R Soc Biol Sci. Canaries in the coal mine: a cross-species analysis of the plurality of obesity epidemics. pp. 1626–1632. http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2010.1890 7. Lustig RH. Childhood obesity: behavioral aberration or biochemical drive? Reinterpreting the first law of thermodynamics. Nature Clin Pract Endocrinol Metab 2(8):447–458. 2006. http://dx.doi. org/10.1038/ncpendmet0220 8. Newbold RR, et al. Environmental estrogens and obesity. Mol Cell Endocrinol 304 ((1-2):84–89. 2009. http://dx.doi.org/10.1016/j. mce.2009.02.024 9. Janesick A, Blumberg B 2011. Birth Defects Res Part C Embryo Today Rev. Endocrine disrupting chemicals and the developmental programming of adipogenesis and obesity. pp. 34–50.http:// dx.doi.org/10.1002/bdrc.20197 10. Baillie-Hamilton PF. Chemical toxins: a hypothesis to explain the global obesity epidemic. J Altern Complement Med 8(2):185–192. 2002. http://dx.doi.org/10.1089/107555302317371479 11. White House Task Force on Childhood Obesity. Solving the Problem of Childhood Obesity within a Generation (Mayo 2010). Washington, DC:White House Task Force on Childhood Obesity, Executive Office of the President of the United States. Disponible: http://www.letsmove.gov/sites/letsmove.g_ov/files/TaskForce_on_ Childhood_Obesity__May2010_FullReport.pdf [consultado el 29 de Diciembre 2011]. 12. NIH. Strategic Plan for NIH Obesity Research: A Report of the NIH Obesity Task Force. NIH Publication No. 11-5493. Bethesda, MD:National Institutes of Health, U.S. Department of Health and Human Services (2011). Disponible: http://www.obesityresearch. nih.gov/About_/strategic-plan.aspx [consultado el 29 de Diciembre 2011]. 13. NIH. Role of Environmental Chemical Exposures in the Development of Obesity, Type 2 Diabetes and Metabolic Syndrome (R01). National Institutes of Health Grants [sitio web]. Bethesda, MD:National Institutes of Health, Department of Health and Human Services (2011). Disponible:http://grants.nih.gov/grants/ guide/pa-fi_les/PAR-11-170.html [consultado el 29 de Diciembre 2011]. 14. Cone M, et al. Diseases and Chemicals: Are Environmental Exposures Fueling Our Worst Epidemics? [sesión]. Presentada en la: Society of Environmental Journalists 21st Annual Conference, Miami, Florida, 21 Oct 2011. Disponible: http://www.sej.org/ initiatives/sej-annua_l-conferences/AC2011-agenda-friday [consultado el 29 de Diciembre 2011]. 15. Lustig RH, ed 2010. Obesity before Birth: Maternal and Prenatal Influences on the Offspring. New York, NY:Springer:

que la evidencia también sugiere que estos mismos compuestos están relacionados con la diabetes y el síndrome metabólico, "una línea de investigación poco estudiada, pero natural, que reúne los problemas de la obesidad y la diabetes". Wendee Holtcamp,

Houston-based freelancer, has written for Nature, Scientific American, National Wildlife, and other magazines. .

Artículo Original en Environmental Health Perspectives • volumen 120 | número 2 Febrero 2012, p. A62–A68.

16. Janesick A, Blumberg B. Minireview: PPAR_ as the target of obesogens. J Steroid Biochem Mol Biol 127(1-2):4–8. 2011. http:// dx.doi.org/10.1016/j.jsbmb.2011.01.005 17. Li X, et al. The environmental obesogen tributyltin chloride acts via peroxisome proliferator activated receptor gamma to induce adipogenesis in murine 3T3-L1 preadipocytes. J Steroid Biochem Mol Biol 127(1-2):9–15. 2011. http://dx.doi.org/10.1016/j. jsbmb.2011.03.012 18. Grün F, Blumberg B.. Environmental obesogens: organotins and endocrine disruption via nuclear receptor signaling. Endocrinol 147(6):S50–S55. 2006. http://dx.doi.org/10.1210/en.2005-1129 19. Kannan K, et al. Occurrence of butyltin compounds in human blood. Environ Sci Technol 33(10):1776–1779. 1999. http://dx.doi. org/10.1021/es990011w 20. Mino Y, et al. Determination of organotins in human breast milk by gas chromatography with flame photometric detection. J Health Sci 54(2):224–228. 2008. http://dx.doi.org/10.1248/ jhs.54.224 21. Nielsen JB, Strand J. Butyltin compounds in human liver. Environ Res 88(2):129–133. 2002. http://dx.doi.org/10.1006/ enrs.2001.4321 22. Cardwell RD, et al. Tributyltin in U.S. market-bought seafood and assessment of human health risks. Hum Ecol Risk Assess 5(2):317– 335. 1999. http://dx.doi.org/10.1080/10807039991289464 23. Evans RM, et al. PPARs and the complex journey to obesity. Nat Med 10(4):355–361. 2004. http://dx.doi.org/10.1038/nm1025 24. Tang-Péronard JL, et al. Endocrine-disrupting chemicals and obesity development in humans: a review. Obes Rev 12(8):622– 636. 2011. http://dx.doi.org/10.1111/j.1467-789X.2011.00871.x 25. Lustig RH. Fructose: metabolic, hedonic, and societal parallels with ethanol. J Am Diet Assoc 110(9):1307–1321. 2010. http:// dx.doi.org/10.1016/j.jada.2010.06.008 26. Valvi D, et al. Environ Health Perspect. Prenatal concentrations of PCBs, DDE, DDT and overweight in children: a prospective birth cohort study. http://dx.doi.org/10.1289/ehp.1103862 [online desde el 25 Octubre del 2011]. 27. Lim S, et al. Chronic exposure to the herbicide, atrazine, causes mitochondrial dysfunction and insulin resistance. PLoS ONE 4(4):e5186. 2009. http://dx.doi.org/10.1371/journal. pone.0005186 28. Penza M, et al. Genistein affects adipose tissue deposition in a dosedependent and gender-specific manner. Endocrinol 147(12):5740– 5751. 2006. http://dx.doi.org/10.1210/en.2006-0365 29. The Endocrine Disruptor Exchange (TEDX) List of Potential Endocrine Disruptors [sitio web]. Paonia, CO:The Endocrine Disruption Exchange (2011). Disponible: http://www. endocrinedisruption.com/endoc_rine.TEDXList.overview.php [consultado el 29 de Diciembre 2011]. 30. Kannan K, et al. Organotin compounds, including butyltins and octyltins, in house dust from Albany, New York, USA. Arch Environ Contam Toxicol 58:901–907. 2010. http://dx.doi. org/10.1007/s00244-010-9513-6 31. Stahlhut R, et al. Concentrations of urinary phthalate metabolites are associated with increased waist circumference and insulin resistance in adult U.S. males. Environ Health Perspect 115(6):876–882. 2007. http://dx.doi.org/10.1289/ehp.9882 32. Von Kries R, et al. Maternal smoking during pregnancy and childhood obesity. Am J Epidemiol 156(10):954–961. 2002. http:// dx.doi.org/10.1093/aje/kwf128 33. Bergmann KE, et al. Early determinants of childhood overweight and adiposity in a birth cohort study: role of breast-feeding. Int J Obes 27(2):162–172. 2003. http://dx.doi.org/10.1038/ sj.ijo.802200 34. CDC. Smoking & Tobacco Use: Secondhand Smoke (SHS)

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 12/19

Facts. [sitio web]. Atlanta, GA:Centers for Disease Control and Prevention (actualizado el 21 de Marzo del 2011). Disponible:http://www.cdc.gov/tobacco/data_statisti_cs/fact_ sheets/secondhand_smoke/general_facts/index.htm#disparities [consultado el 29 de Diciembre del 2011]. 35. Gao Y-J, et al. Prenatal exposure to nicotine causes postnatal obesity and altered perivascular adipose tissue function. Obes Res 13(4):687–692. 2005. http://dx.doi.org/10.1038/oby.2005.77 36. Newbold RR 1999. Diethylstilbestrol (DES) and environmental estrogens influence the developing female reproductive system. En: Endocrine Disruptors: Effects on Male and Female Reproductive Systems (Naz RK, ed.). Boca Raton, FL: CRC Press. 37. Newbold RR, et al. 2005. Birth Def Res Part A Clin Mol Teratol. Developmental exposure to estrogenic compounds and obesity. pp. 478–480. http://dx.doi.org/10.1002/bdra.20147 38. Newbold RR, et al. Perinatal exposure to environmental estrogens and the development of obesity. Mol Nutr Food Res 51(7):912–917. 2007. http://dx.doi.org/10.1002/mnfr.200600259 39. Newbold RR, et al. Developmental exposure to endocrine disruptors and the obesity epidemic. Reprod Toxicol 23(3):290– 296. 2007. http://dx.doi.org/10.1016/j.reprotox.2006.12.010 40. Somm E, et al. Perinatal exposure to bisphenol A alters early adipogenesis in the rat. Environ Health Perspect 117(10):1549– 1555. 2009. http://dx.doi.org/10.1289/ehp.11342 41. Welshons WV, et al. Large effects from small exposures. I. Mechanisms for endocrine-disrupting chemicals with estrogenic activity. Environ Health Perspect 111(8):994–1006.( 2003. http:// dx.doi.org/10.1289/ehp.5494 42. White SS, et al. Endocrine disrupting properties of perfluorooctanoic acid. J Steroid Biochem Mol Biol 127(1-2):16–26. 2011. http://dx.doi.org/10.1016/j.jsbmb.2011.03.011 43. DuPont Reaches Settlement with Class Action Group [comunicado de prensa]. Wilmington, DC, and Parkersburg, WV:DuPont (2 Sep 2004). Disponible: http://www2.dupont.com/Media_Center/ en_U_S/news_releases/2004/nr09_09_04.html [consultado el 29 de Diciembre del 2011]. 44. C8 Science Panel. Probable Link Evaluation of Pregnancy Induced Hypertension and Preeclampsia (5 Dec 2011). Disponible: http://www.c8sciencepanel.org/pdfs/Proba_ble_Link_C8_ PIH_5Dec2011.pdf [consultado el 29 de Diciembre del 2011]. 45. Holtcamp W. Pregnancy-induced hypertension “probably linked” to PFOA contamination. Environ Health Perspect 120(2):A59. 2012. http://dx.doi.org/10.1289/ehp.120-a59 46. Hines EP, et al. Phenotypic dichotomy following developmental exposure to perfluorooctanoic acid (PFOA) in female CD-1 mice: Low doses induce elevated serum leptin and insulin, and overweight in mid-life. Mol Cell Endocrinol 304(1-2):97–105. 2009. http://dx.doi.org/10.1016/j.mce.2009.02.021 47. Enriori PJ, et al. Leptin resistance and obesity. Obesity 14:254S– 258S. 2006. http://dx.doi.org/10.1038/oby.2006.319 48. NTP. NTP Workshop: Role of Environmental Chemicals in the Development of Diabetes and Obesity [website]. Research Triangle Park, NC:National Toxicology Program, National Institute of Environmental Health Sciences (updated 14 Sep 2011). Disponible: http://ntp.niehs.nih.gov/?objectid=49E4B_077-C108-8BBA25B2F05DE614C9C4 [consultado el 29 de Diciembre del 2011]. 49. CDC. Defining Overweight and Obesity [sitio web]. Atlanta, GA:Centers for Disease Control and Prevention (actualizado el 21 de Junio del 2010). Disponible: http://www.cdc.gov/obesity/ defining.html [consultado el 29 de Diciembre del 2011]. 50. CDC. About BMI for Children and Teens [sitio web]. Atlanta, GA: Centers for Disease Control and Prevention (actualizado el 13 de Septiembre del 2011). Available: http://www.cdc.gov/ healthyweight/assessi_ng/bmi/childrens_BMI/about_childrens_ BMI_.html [consultado el 29 de Diciembre del 2011].

A19



Artículo Original

Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica Identifying Risk Factors and Determinants of Health Profiles. Case of Workers from a Pharmaceutical Industry Dungles Arturo Martínez1, Ligia Sánchez Tovar2 1. Licenciado en Relaciones Industriales y Master En Salud Ocupacional e Higiene del Ambiente Laboral. Gerente del Servicio de Seguridad y Salud Laboral Del Grupo REVEEX DE VENEZUELA. 2. Licenciada en Sociología y Doctora en Sociología del Trabajo. Jefa del Programa de Maestría en Salud Ocupacional e Higiene del Ambiente Laboral. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo.

RESUMEN

Se identificaron los factores de riesgo, las exigencias y el diagnóstico presuntivo de salud de los trabajadores, derivados de las condiciones de trabajo presentes en una industria farmacéutica veterinaria. Se desarrolló una investigación de campo de nivel descriptivo. Participaron en el estudio 100 trabajadores. Se aplicó una Guía para la identificación de los factores de riesgo y una encuesta individual autoadministrada, para captar la salud percibida. Resultados: Presencia de riesgos relacionados con manipulación de polvos y líquidos; percepción de ruido, disconfort térmico y falta de ventilación. Las principales exigencias, están relacionadas con la vigilancia (estricto control de calidad), la cantidad e intensidad del trabajo (trabajo repetitivo y mucha concentración para no accidentarse). Los perfiles patológicos presuntivos destacan los trastornos musculoesqueléticos, los cuales representaron significancia estadística con las exigencias laborales; la fatiga; la conjuntivitis crónica; las varices; la fatiga patológica y la rinofaringitis crónica. (Martínez D, Sánchez L, 2012. Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de Salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 97-104).

ABSTRACT

Risk factors, demands and the presumptive diagnosis of workers' health resulting from working conditions, present in a veterinary pharmaceutical industry were identified; also a field research of descriptive level was developed. 100 workers participated in the study. A guide was applied to identify the risk factors and a Individual self-administered survey to capture the perceived health. Results: Presence of risks related to handling of powders and liquids, perception of noise, thermal discomfort and lack of ventilation. The main requirements are related to surveillance (strict quality control), the amount and intensity of work (repetitive work and great deal of concentration to avoid an accident). The presumptive pathological profiles include musculoskeletal disorders, which accounted for statistical significance with work demands, fatigue, chronic conjunctivitis, varicose veins, pathological fatigue and chronic nasopharyngitis. Key words: Working conditions, risk profiles and requirements, health profiles.

Palabras clave: Condiciones de trabajo, perfiles de riesgos y exigencias, perfiles de salud.

Introducción El trabajo como actividad humana permite la satisfacción de las necesidades básicas para tener acceso a una vida digna y decorosa, donde se puede poner de manifiesto el desarrollo de capacidades físicas e intelectuales; sin embargo, existe un conjunto de exigencias, derivadas de los procesos de trabajo, que aunadas a los

Correspondencia / Correspondence Dungles Arturo Martínez Laboratorios REVEEX DE VENEZUELA" Zona industrial la Hamaca Av. Anthon Phillips c/c calle el canal sur galpón 3-A Maracay Estado Aragua Venezuela. Tel.: 0412-8674181 - Oficina: 0243-5516852; 5516403; 5516976 Fax: 0243- 5516853 e-mail: Martínez@reveex.com Recibido: 03 de Marzo 2012 / Aceptado: 17 de Marzo 2012

potenciales riesgos laborales, como lo son las cargas y exigencias del proceso de trabajo, juegan un papel determinante en las condiciones y medio ambiente de trabajo y en los perfiles de salud de los trabajadores. Los riesgos y las exigencias, derivadas de las condiciones de trabajo, constituyen factores determinantes de desgaste de los trabajadores y del proceso salud, trabajo y enfermedad. La aproximación al abordaje de la salud de los trabajadores no debe restringirse a la identificación de factores ligados únicamente a patologías clínicas y epidemiológicas; sino que además se deben considerar los criterios subjetivos la percepción de salud sentidas por los trabajadores. La percepción de los trabajadores, constituye un marco de referencia histórico, cultural y socio-económico que da cuenta de la condición de salud. Dentro de este contexto, el concepto de condiciones y medio ambiente de trabajo, hoy, es entendido a partir de una visión integradora de la relación del ser humano con su medio social, físico y cultural y con su calidad de vida en general. En este sentido, en la presente investigación se estudia el proceso salud enfermedad derivado de las condiciones

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 97/104

97


Artículo Original | Martínez Dungles, Sánchez Ligia de trabajo en la industria farmacéutica veterinaria se establecen los perfiles de riesgos y exigencias y la relación que tienen con los perfiles patológicos reportados por la muestra estudiada.

PANORAMA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA Los cambios que se han presentado en los últimos años en la organización del trabajo de las áreas productivas, ha traído consigo la introducción vertiginosa de cambios que se han traducido en flexibilización laboral y polivalencia de las funciones. La situación en los procesos productivos se complejiza por la coexistencia de sistemas automatizados con sistemas tradicionales, esto se traduce en mayores exigencias a los trabajadores y por tal razón, establecer en el presente perfiles de riesgos y exigencias pasa por tener en cuenta la exposición a estas condiciones laborales, como nueva realidad de las condiciones de trabajo emergentes en nuestros países. En este contexto la organización del trabajo constituye un factor vital del proceso laboral, pues define cómo se deben desarrollar las actividades inherentes con el proceso de producción. Entre la organización del trabajo y el grado de desarrollo tecnológico se establece un lazo amalgamado sobre cuya base se definen formas específicas de realizar las tareas y por tanto, de consumo de la fuerza de trabajo. Las formas de insertarse la clase trabajadora en el ámbito laboral, dan cuenta que el saber-hacer de los trabajadores se ha transferido a los medios de producción, lo cual es una manera de materializar el control por parte del empleador. Este control se perfecciona con más novedosas formas de organizar el trabajo, las cuales tienden hacia la flexibilización de la fuerza laboral y la polivalencia de funciones, lo cual genera nuevas y mayores exigencias laborales. Las exigencias laborales han sido definidas por Noriega1 como las necesidades específicas que impone el proceso laboral a los trabajadores resultantes de las actividades que ellos desarrollan y de las formas de organización y división técnica del trabajo en un centro laboral. A esta realidad no escapa la industria farmacéutica de productos veterinarios. Para analizar dicha situación se ha tomado el caso de una industria del ramo ubicada en el Estado Aragua (Venezuela). El estudio desarrollado en entre 2009 y 2010, reportó que la referida empresa está en proceso de expansión y en el año 2010 se incrementó la demanda de sus productos en un veinticinco por ciento, con respecto al primer semestre del año 2009, según datos del departamento de ventas. Para dar respuesta a dicha expansión y cumplir con la demandas de los clientes, la gerencia ha diseñado estrategias como trabajar horas extraordinarias, sobre la base de la flexibilización y polivalencia de los trabajadores. La empresa tiene veinticinco años en el mercado con una fuerza laboral de 174 trabajadores, de los cuales 26,43% pertenece a una empresa contratista, según datos suministrados por el departamento de recursos humanos. Una característica a destacar de la empresa es que le otorga una mayor participación a los trabajadores mediante el trabajo en equipo, lo cual le demanda a los trabajadores conocimiento, experiencia y habilidades técnicas, orientadas a la mejora de los procesos, con la finalidad de establecer mecanismos que permitan incrementar la productividad; esta modalidad le garantiza a la empresa continuar en el mercado donde se desenvuelve, respondiendo a la demanda, sin embargo podría estar afectando la salud 98

de los trabajadores debido a las exigencias a que están expuestos. Es decir, bajo el esquema de la polivalencia de los trabajadores, estos son asignados a las diversas etapas del proceso productivo, de acuerdo a las exigencias y necesidades demandadas por la planificación de la producción. Por ser la mano de obra flexible éstos ejecutan actividades que van desde la limpieza del área de trabajo, pasando por cualquier etapa del proceso productivo hasta el empaquetado de los productos. La referida situación le permite a la empresa llevar con éxito sus actividades planificadas en lo referente a producción con el personal existente. Es de destacar que las actividades que se desarrollan en la empresa son similares para ambos sexos y los trabajadores rotan por todas las áreas, lo cual complejiza la situación pues están expuestos a una diversidad de riesgos y exigencias que se derivan de las condiciones del proceso laboral. Es importante destacar que las tareas que realizan los trabajadores están relacionadas con la fabricación de medicinas para uso veterinario, y fabricación de premezclas minero-vitamínico para alimentación animal. Se pudo constatar que la morbilidad de los trabajadores, registrada en el servicio médico en lo que va de año, ha sido por las siguientes razones: cefaleas periódicas, problemas respiratorios, tos, cólicos, diarrea, dermatitis, calambres, dolores musculares, hipertensión arterial transitoria, alergias visuales y dolores lumbares lo que ocasiona ausencia en los puestos de trabajos por reposos médicos. Sin embargo, la empresa no cuenta con un estudio que permita determinar el perfil de salud enfermedad de los trabajadores y el diagnóstico de las principales afecciones patológicas, que pudiesen estar relacionadas con las condiciones de trabajo, exigencias laborales y la forma como se organiza el trabajo. Por consiguiente, la empresa carece de información sistemática confiable que muestre un estadio situacional de la salud de los trabajadores, pues los pocos registros con los que se cuentan arrojan datos sólo para satisfacer el encaje legal del órgano rector de la salud y seguridad laboral. La actual directiva se encuentra en una corriente preventiva y demanda conocer el estado de salud de los trabajadores para diseñar estrategias viables que permitan actuar sobre problemas puntuales y garantizar un seguimiento y control de la salud de su plantilla laboral. En el marco de esta coyuntura organizacional, a nivel de los cuadros directivos de la empresa, se plantea realizar un estudio para conocer, desde los trabajadores de la empresa, las exigencias, los riesgos y las patologías percibidas por los trabajadores.

Condiciones de trabajo

Las condiciones de trabajo están constituidas por los factores socios-técnicos y organizacionales del proceso de producción implantado en el establecimiento y por los factores de riesgos del medio ambiente de trabajo. Ambos grupos de factores constituyen las exigencias, que de manera sinérgica y combinada dan lugar a la carga global del trabajo prescrito, la cual es asumida, asignada o impuesta a cada trabajador, provocando de manera inmediata o mediata, efectos directos o indirectos, positivos o negativos, sobre la vida y la salud física, psíquica y/o mental de los trabajadores.2 En resumen, las condiciones de trabajo son el conjunto de variables subjetivas y objetivas que definen la realización de una labor concreta y el entorno en que ésta se realiza e incluye el análisis de aspectos relacionados como la organización, el ambiente, la tarea, los instrumentos y materiales que pueden determinar o condi-

97/104 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de Salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica cionar la situación de salud de las personas, lo que permite abarcar todas las variables de orden fisiológico y socio-cultural, que van a determinar el perfil socio-demográfico y de morbilidad de la población trabajadora.3 Las condiciones de trabajo ideales elevarán las marcas de seguridad, reducirán el ausentismo y la impuntualidad, elevarán la moral del trabajador y mejorarán las relaciones públicas siempre que su proyección social tenga como objetivos: elevar la eficiencia productiva del trabajador; velar porque el trabajo no comprometa la salud del obrero; contribuir a la humanización del trabajo, lográndose que éste se convierta paulatinamente en la primera necesidad vital del ser humano a través del mejoramiento de las condiciones de trabajo.

Proceso Salud Enfermedad

Se considera la salud y la enfermedad como un proceso complejo, coexisten de manera inseparable y sin límites precisos. El estado de salud absoluta es indefinible y el estado de enfermedad absoluta no existe, éste sería la muerte. Por otro lado, la salud-enfermedad como una de las expresiones de la vida del ser humano no resulta de la acción de uno o dos factores aislados. Surge de la manera como vive, trabaja, se organiza, actúa y piensa en la sociedad; se corresponde con las características del grupo social al que se pertenece y con las particularidades de su individualidad. La salud-enfermedad de los trabajadores debe abordarse como un proceso unitario y dinámico que se configura en el seno de la vida social, la cual se forja tanto en los procesos generales o más amplios de la sociedad, como en los particulares procesos de una clase o grupo y también se determina por lo que ocurre en la cotidianidad familiar y personal, para especificarse finalmente en cuerpos y mentes humanas concretas.4 Enfatizando lo señalado anteriormente, el proceso salud-enfermedad se corresponde de manera inseparable con las formas de vida y trabajo de los distintos grupos sociales. Este proceso tiene determinantes y expresiones jerárquicamente establecidas, con un sistema de relaciones regidas por leyes biológicas y sociales. Por esta razón, cuando se estudia la salud-enfermedad de la población trabajadora, es adecuado retomar los niveles de análisis de lo general, de lo particular y de lo singular que plantea Marx a propósito del estudio de la división del trabajo dentro de la manufactura y dentro de la sociedad. Dentro de este continuo hay una zona neutra que viene a reflejar que la separación entre enfermedad y salud no es absoluta, de manera que hay situaciones en las que es difícil diferenciar lo normal de lo patológico, también se debe recalcar que a la muerte se llega por imperativo biológico, mientras que al óptimo de salud se alcanza difícilmente, además entre la zona neutral y los extremos hay diferentes grados de pérdida de salud y de salud positiva por eso se considera el concepto de salud como algo dinámico. Es de considerar que existen factores sociales que influyen sobre el contínuum proceso salud-enfermedad; dentro de estos factores están: educación, ocupación, nivel de renta, vivienda, atención en salud, recreación y otros. En la actualidad en los países desarrollados, tanto la salud como la pérdida de salud están estrechamente relacionados con: el estilo de vida, el cumplimiento de los tratamientos, la adopción de conductas positivas de salud de individuos, grupos y colectividades. Plantear el carácter social del proceso salud-enfermedad lleva necesariamente a cuestionar la concepción médica dominante de

los procesos biológicos y psíquicos humanos como procesos naturales y, por tanto, ahistóricos. Esto es, identificar el carácter social del proceso salud enfermedad, que equivale a reconocer que los procesos biopsíquicos no son ahistóricos e inmutables sino que asumen formas históricas específicas que caracterizan a los distintos grupos sociales, cuestión que puede constatarse empíricamente en una serie de hechos.5

Perfiles de salud enfermedad

En el nivel colectivo o grupal es importante analizar la salud enfermedad como un proceso resultante que genera una síntesis de ciertas características que posee cada grupo en una sociedad específica, es decir, la expresión de un colectivo de personas que expresan las condiciones en que viven, trabajan y consumen; esta forma de organizarse varía de una clase social a otra, pues hay diferencias marcadas en las condiciones de vida y las condiciones de trabajo, los cuales caracterizan los modos de vida de cada grupo o sociedad como un legado histórico, todo lo cual genera un perfil de salud. De acuerdo a Noriega6, el perfil de salud es el resultado o síntesis de ciertas características que posee cada grupo en una sociedad específica. En tal sentido es necesario identificar en los trabajadores los perfiles de salud para determinar qué padecen, de qué enferman y poder de esta forma realizar intervenciones oportunas que permitan dignificar sus condiciones de vida. El conjunto de elementos que conforman el perfil patológico de un grupo de trabajadores son las manifestaciones patológicas, o sea, las molestias o síntomas, las enfermedades reconocida por la medicina (sean o no reconocidas como de trabajo), los accidentes, la fatiga patológica, el desgaste prematuro, el envejecimiento precoz, la muerte prematura, la reducción de la esperanza de vida, o los tipos específicos de muerte.5 Todo lo cual permite realizar un esquema donde se identifican condiciones derivadas de la organización y división del trabajo, como son las exigencias laborales y los riesgos derivados de los medios y objetos de trabajo, que condicionan el estado de salud de manera positiva o negativa de la población trabajadoras. De acuerdo a Sánchez et. al.7, los perfiles de salud son la forma de enfermar y de morir de poblaciones que comparten condiciones homogéneas de vida y de trabajo, en cada momento histórico, estos perfiles van a presentar características particulares de acuerdo a la configuración de los procesos productivos y a la manera como los trabajadores se insertan y participan en el mismo.

Perfiles generales y específicos de riesgos y exigencias

Los riesgos y las exigencias son los componentes derivados de los elementos del proceso de trabajo que pueden, potencialmente, crear daños a la salud. Con frecuencia se confunden los elementos derivados de los objetos o medios de trabajo; es decir, el ruido, el calor, los polvos, los gases, de aquellos elementos derivados de la organización y división del trabajo y de la actividad del trabajador, es decir, las exigencias, tales como, el trabajo dinámico o estático, la rotación de turnos, el trabajo nocturno, la monotonía, la repetitividad de la tarea, el alargamiento de la jornada o la intensidad del ritmo de trabajo. Así que es importante aclarar estas diferencias. Los riesgos se definen, como aquellos elementos potencialmente nocivos derivados de los objetos y medios de producción, independientes de los trabajadores que pueden afectar su salud tanto física como mental.8

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 97/104

99


Artículo Original | Martínez Dungles, Sánchez Ligia De manera distinta, las exigencias laborales indican los requerimientos que se les imponen a los trabajadores como consecuencia de las características del trabajo y de su organización. Pero va más allá, pues también expresa las formas específicas de explotación de los trabajadores. Si éstas son principalmente relacionadas con el alargamiento directo o indirecto de la jornada laboral (tiempo de trabajo) o con formas de intensificación del mismo (cantidad, calidad, supervisión, características de las tareas). En general estas formas de explotación son, en la actualidad, mezcla de varias de ellas, pero con predominio de alguna. Las exigencias hacen referencia a las necesidades específicas que impone el proceso laboral a los trabajadores, como consecuencia de las actividades que ellos desarrollan y de las formas de organización y división técnica del trabajo.9 Los riesgos y las exigencias laborales, sin embargo, no son los únicos elementos que afectan la salud de los trabajadores. También son determinantes aquellos aspectos que están ausentes (o están presentes, pero de manera muy limitada) en el proceso laboral.10 Los riesgos y las exigencias no son los únicos elementos que afectan al trabajador, también pueden hacerlo la ausencia o disminución de ciertos componentes en el proceso laboral, por ejemplo: la relación entre la concepción y la ejecución de las tareas, el equilibrio entre actividades físicas y mentales, la calidad y el contenido del trabajo, el desarrollo de capacidades y habilidades, el control sobre el organismo, la formación permanente, interés y satisfacción en el trabajo. El conjunto de riesgos, exigencias y componentes humanizantes del trabajo producirán el perfil de salud-enfermedad de un colectivo de trabajadores.

MATERIAL Y MÉTODO La empresa contaba para la fecha del estudio con una fuerza laboral de 174 trabajadores. Se efectuó un muestreo intencional no aleatorio entre los 129 trabajadores que cumplían con los criterios de inclusión, lográndose una participación de 100 trabajadores que conformaron la muestra con una tasa de participación de 77,52%, distribuidos por sexo 55% son masculinos y 43% femeninos. Los trabajadores tenían un promedio de edad de 35,4 años, con una desviación estándar de ± 10 años. La antigüedad era de 4,7 años, con ± 4,5. La fuerza laboral estaba distribuida con mayor proporción en área de oficina con 30% y el área de producción con 28%. Se determinaron los principales riesgos y exigencias laborales a los cuales estaban expuestos y se caracterizaron las principales patologías sentidas, partiendo de la percepción de los trabajadores, para lo cual se utilizó la encuesta individual, auto-administrada de evaluación y seguimiento de salud de los trabajadores del Programa para la evaluación de la salud y la seguridad ambiental en el trabajo (PROESSAT), dicho programa aportó información para obtener los perfiles de riesgos, exigencias y el diagnóstico presuntivo de los perfiles de salud de los trabajadores, a partir de la percepción del propio trabajador. La encuesta de auto-evaluación del PROESSAT permitió almacenar y procesar información relacionada con la salud laboral, esta encuesta fue diseñada para captar las molestias, las enfermedades crónicas o de repetición que tiene una estrecha relación con el trabajo.

100

En la misma se consideran los siguientes aspectos: I. Carácter general: permite establecer las características particulares del grupo de trabajadores del centro de trabajo y sus variables demográficas II. Se recoge información sobre las condiciones y medio ambiente de trabajo, la valoración del trabajador sobre su actividad y los aspectos relacionados con el ausentismo laboral. III. Se describen los Riesgos y exigencias, elementos potencialmente nocivos que son factores derivados de las condiciones de trabajo que pueden afectar al trabajador. IV. Se identifican las manifestaciones de daño a la salud de los trabajadores, el programa permite relacionar: los determinantes, las causas y los problemas de salud y seguridad de los trabajadores.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN Perfil general de riesgos de los trabajadores

Como se observa en la Tabla Nº 1, los resultados de la encuesta del programa simplificado de salud en el trabajo han permitido establecer la percepción de los trabajadores respecto a las múltiples y simultáneas exposiciones a riesgos; en este orden de ideas el perfil general de riesgos de los cien (100) trabajadores estudiados evidenció como principales riesgos los siguientes: Tabla 1. Perfil general de riesgos percibidos por los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria. Nº Perfil general de riesgos percibidos por Expuestos Tasa los trabajadores 1 Polvos 58 8,0 2 El manejo, transporte y almacenamiento de materiales y sustancias peligrosas 40 0,0 3 Falta de ventilación 38 8,0 4 Ruido 37 7,0 5 Líquidos (Disolventes o ácidos) 34 4,0 6 Calor 31 1,0 7 Frío 31 1,0 8 Gases o Vapores 30 0,0 9 Cambios bruscos de temperatura 24 4,0 10 La falta de equipo y personal para la prevención, protección o combate contra incendios 23 3,0 Fuente. Encuesta individual de los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria 2009.

En cuanto al manejo, transporte y almacenamiento de materiales y sustancias peligrosas se reportó 40 expuestos (40%). Este tipo de riesgo corresponde al tipo de proceso relacionado a la fabricación de productos veterinarios. Cabe destacar que en la población trabajadora que participó en el estudio prevaleció más los criterios de productividad que los criterios de higiene y de seguridad en el centro laboral. Respecto a la falta de ventilación, la encuesta arrojó 38 expuestos. La percepción de los trabajadores con respecto a este riesgo es notoria debido a que existen áreas donde la ventilación es muy deficiente o forzada con circulación de aire baja. Lo reportado sobre ruido, como se puede observar en la Tabla Nº 1, reveló que 37 trabajadores manifestaron estar expuestos a la misma tasa. Estos resultados se pueden asociar a las características de las maquinarias y el deficiente mantenimiento preventivo, debido a los procesos continuos que se derivan de la forma de

97/104 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de Salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica producción existente, aunado a la falta de control acústico en la fuente y el progresivo traslado de protección individual al trabajador. Es conocido que los niveles elevados de ruido en los centros laborales, sobre todo en trabajos de tipo industrial, pueden ocasionar alteraciones de la salud en el individuo, tanto físicas como mentales, que van desde la disminución o pérdida de la audición, irritabilidad, trastorno del sueño, así como estrés y fatiga. Los resultados en lo relativo a los factores de riesgos, concuerdan con lo reportado por Luna & Martínez11, en un estudio similar desarrollado en una industria química-farmacéutica en México, el cual reveló que la exposición a ruido es señalada por el 44% de la población estudiada. En lo referente a líquidos (disolventes y/o ácidos), 34 trabajadores manifestaron estar expuestos a dicho riesgo. Esta percepción del riesgo, por parte de la población en estudio, deja claro que se corresponde con procesos manufactureros del área farmacéutica veterinaria. Al analizar los resultados relativos a calor y frío reportado por la encuesta individual se observó que para ambos casos 31 trabajadores percibieron estar expuestos a ambos riesgos respectivamente. Cabe destacar que en la empresa prevalecen los criterios de productividad, descuidando las condiciones y medio ambiente de trabajo, en virtud de lo cual un grupo de trabajadores percibieron estar sometidos a condiciones de temperatura bajas. El funcionamiento y la cercanía de las máquinas, las instalaciones inadecuadas, así como la falta de extractores y ventiladores incrementa la presencia y percepción de calor.12 Lo antes señalado se recoge en el Gráfico Nº 1, en el cual se especifican los siete principales riesgos percibidos por los trabajadores.

Perfil general de exigencias de los trabajadores

Las exigencias hacen referencia a las necesidades específicas que impone el proceso laboral a los trabajadores, como consecuencia de las actividades que ellos desarrollan y de las formas de organización y división técnica del trabajo.13 En este orden de ideas, la encuesta Individual aplicada a la población en estudio permitió determinar el perfil general de exigencias, arrojando los siguientes resultados que se recogen en la Tabla Nº 2, donde se recogieron los sietes principales exigencias percibidos por los trabajadores. Según percepción de los trabajadores, se captó que 60% del grupo estudiado manifestó que durante la mayor parte de la jornada Tabla 2. Perfil general de exigencias percibidas por los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria. Nº Exigencias percibidas por los trabajadores Expuestos Tasa 1 Para trabajar permanece sentado (a) 60 0,0 2 Realizar una tarea muy minuciosa 52 52,0 3 Un estricto control de calidad 49 49,0 4 Un trabajo repetitivo 43 43,0 5 Levantar objetos desde el nivel del piso 40 40,0 6 Levantar objetos desde alturas que están entre rodillas y pecho 39 39,0 7 Mucha concentración para no accidentarse 38 38,0 8 Estar fijo en su lugar de trabajo 37 37,0 9 Al realizar su trabajo los hombros están tensos 37 37,0 10 Permanece de pie para trabajar 37 37,0 Fuente. Encuesta individual de los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria 2009.

deben permanecer sentados, lo que revela que una proporción considerable de tareas demandan a los trabajadores estar sentado. Es importante destacar que de la población estudiada 30% son empleados de oficinas y otras actividades de producción que demandan esta exigencia. Adoptar posturas fijas por tiempo prolongado ya sea sentado o de pie, conduciendo, arrodillado, en cuclillas, inclinándose inadecuadamente. Estas exigencias se relacionan en específico con dolor de espalda baja, cuello y miembros superiores13, en el entendido que las exigencias ergonómicas son elementos potencialmente nocivos, derivados del trabajo y de las formas de organización laboral, capaces de generar trastornos músculo-esqueléticos y fatiga.14 En cuanto a realizar una tarea muy minuciosa la encuesta reportó que 52% de los trabajadores percibieron estar expuestos a dichas exigencias, lo cual está relacionada con el tipo de actividad que demanda la empresa por la naturaleza de los productos fabricados. Nataren & Noriega14 reportaron, en un estudio similar realizado en una industria del ramo, que la minuciosidad de la tarea que requiere alto grado de atención y concentración por parte del trabajador, representa una exigencia del trabajo que puede afectar la salud de los trabajadores.14 La percepción respecto al estricto control de calidad, 49 trabajadores reportaron estar expuestos a esta exigencia la cual va de la mano con la naturaleza de las buenas prácticas de fabricación demandada por la industria farmacéutica veterinaria. Los resultados evidenciados en cuanto a exigencias laborales, para los trabajadores estudiados concuerdan con el estudio realizado en una industria químico-farmacéutica en México por Luna & Martínez11, el cual reportó que las exigencias que resaltan son las que tienen que ver con la calidad del producto, ya que más de la mitad de los trabajadores en dicho estudio, señalaron la presencia de un estricto control de calidad, como condición presente en el desarrollo de sus tareas, igualmente debido a la naturaleza de los procesos de trabajo en la industria farmacéutica. Los trabajadores percibieron que su trabajo era repetitivo, con 43 trabajadores expuestos. En el contexto de la empresa se deja ver una simplificación del trabajo para mejorar la productividad lo cual se ha traducido en generación de monotonía en el trabajo. El levantamiento de objetos desde el nivel del piso fue percibido por 40 trabajadores. En particular respecto a la exposición al levantamiento de objetos desde alturas que están entre rodillas y pecho, 39 trabajadores percibieron estar expuestos a estas exigencias. Lo antes señalado pone en evidencia que el diseño de las estaciones de trabajo son poco adecuadas a los principios universales de ergonomía, entendida como el estudio de la adaptación del trabajo a los seres humanos para evitar los problemas emocionales, físicos y mentales.15 Es importante destacar que en la literatura especializada se ha reportado que los trabajadores que se encuentran sometidos a exigencias como: realizar movimientos repetitivos durante la actividad, son vulnerables a sufrir trastornos músculo-esqueléticos16,17,18, lo cual alerta sobre la posibilidad de padecimientos de esta naturaleza en el grupo de trabajadores estudiados. La exigencia de mucha concentración para no accidentarse fue percibida por 38% de los trabajadores. Esta exigencia se considera importante por las secuelas de carácter inmediato que puede arrojar, como son lesiones causadas por accidentes de trabajo, aunado a que puede derivar en perfiles patológicos como fatiga. Se puede apreciar que las exigencias que demandan a los trabajadores en el centro laboral no aportan condiciones y ambiente laboral que favorezca el estado de salud de los trabajadores.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 97/104

101


Artículo Original | Martínez Dungles, Sánchez Ligia

Perfil patológico presuntivo de salud

Las condiciones laborales y de salud de la industria farmacéutica veterinaria son complejas, pues están dentro de los considerados procesos peligrosos, derivados del objeto de trabajo como lo son “productos químicos” y de las formas en que se organizan los procesos de producción y las condiciones a que están sometidos estos trabajadores estudiados. Hubo un promedio de casi 3 padecimientos por trabajador, ya que la morbilidad general fue de 254 por cada 100 trabajadores. En el diagnóstico presuntivo explorado por la encuesta de salud, los trabajadores reportaron como principales patologías de salud sentidas (ver Tabla Nº 3) los siguientes diagnósticos: En primer lugar se reportaron los trastornos músculo-esquelético, sin incluir lumbalgia. Esta condición puede tener asociación con lo expresado respecto a la exposición a condiciones disergonómicas presentes en los lugares de trabajo. Específicamente cargar, empujar o halar objetos, puede provocar directamente trastornos músculo-esqueléticos y fatiga en el trabajador.14 Se debe acotar que los trastornos músculo-esqueléticos de origen laboral se definen como los síndromes, padecimientos o lesiones del sistema óseo y muscular originados por movimientos repetitivos en los miembros superiores; manipulación de cargas y posiciones forzadas sostenidas.19 Tabla 3. Perfil patológico general percibidas por los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria. Nº Perfil patológico general percibidas por los trabajadores Expuestos Tasa 1 Trastornos músculo-esqueléticos excepto lumbalgia 41 1,0 2 Lumbalgia 32 32,0 3 Conjuntivitis Crónica 15 15,0 4 Várices 14 14,0 5 Rinofaringitis de repetición o crónica 12 12,0 6 Depresión 12 12,0 7 Fatiga Patológica 12 12,0 8 Trastornos del sueño 11 11,0 9 Cefalea Tensional 10 10,0 10 Amigdalitis de repetición ó Crónica 8 8,0 Fuente. Encuesta individual de los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria 2009.

En segundo lugar aparece la conjuntivitis crónica con 15 expuestos. Esta patología irritativa de los ojos se corresponde con los riesgos percibidos por los trabajadores en la encuesta individual, como lo son la exposición a polvos y sustancias químicas. El tercer lugar lo ocupan las várices con 14 expuestos. Esta patología está en correspondencia con las actividades que demandan exigencia de trabajo en la que se debe permanecer sentado o de pie muchas horas; estas exigencias fueron percibidas en la encuesta individual. En cuarto lugar se reportó la depresión, fatiga patológica, rinofaringitis de repetición o crónica, con 12 expuestos para cada diagnóstico. Es importante acotar que pueden existir varios determinantes, tanto sociales como ocupacionales que permiten arrojar estos diagnósticos. La fatiga es definida como la reducción de la capacidad de trabajo y de resistencia del trabajador. Cabe señalar que la fatiga crónica en particular, se refiere a la sensación de cansancio diario, en cuyo caso se intensifica generalmente al final de la tarde, pero puede ser durante el día e incluso, a veces antes de empezar a trabajar.14 En este caso llama la atención que la cefalea tensional es una de las patologías identificadas por los trabajadores dentro de las primeras 10 patologías percibidas, esto 102

puede estar asociado a la manipulación de químicos y sus derivados, característico de un proceso de fabricación de fármacos; este diagnóstico presuntivo también fue manifestado en un estudio de una industria similar con una tasa de 21% por lo menos uno de cada 5 trabajadores presentó este trastorno en la salud.11 La dermatitis irritativa por contacto fue reportado por 8 trabajadores; esta patología es característica de una industria farmacéutica veterinaria por la exposición prolongada a químicos susceptibles de afectar la piel. Sin embargo son pocos los trabajadores que reportaron la hipoacusia o sordera, ya que fue sentida por 7 trabajadores; lo cual puede estar relacionado con el factor de riesgo (ruido) manifestado por los trabajadores identificados en las evaluaciones especiales. Cabe destacar que además de las patologías percibidas, expresadas anteriormente, adicionalmente se reportaron otras con una significancia menor, en cuanto a la tasa que miden otros diagnósticos presuntivos de salud de los trabajadores. Es importante señalar que estos diagnósticos presuntivos de salud se convierten en un elemento de base para realizar estudios destinados a profundizar en el seguimiento de las manifestaciones subjetivas descritas por los trabajadores en el cuestionario individual.

Daños a la salud relacionados con los riesgos y exigencias

Es de considerar que, en lo que respecta a la relación que guardan los riesgos y exigencias laborales percibidos por los trabajadores del centro laboral con la presencia de algunos problemas de salud sentidos, se realizaron los análisis univariados con los 10 principales padecimientos sentidos por los trabajadores que, según los criterios, guardan relación causal con los riesgos y exigencias explicados por la literatura especializada, en tal sentido se presentan los resultados que develan una razón de momios mayor de uno con un nivel de confianza de 95% según corrección de Mantel Haenszel, quedando reflejado en primera instancia, los trastornos músculo-esqueléticos, lumbalgia, conjuntivitis crónica, várices, rinofaringitis de repetición o crónica e hipoacusia, como se muestra en la Tabla Nº 4. Tabla 4. Daños a la salud relacionadas con los riesgos y exigencias percibidas por los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria en el periodo 2009 - 2010. Padecimiento Riesgo y/o Exigencia

Razón Límite de de momios confianza

P (*)

Lumbalgia Al realizar su trabajo los hombros están tensos, 3,32 (1,38-7,97) 0,0069(*) Levantan objetos desde el nivel del piso, 1,52 (0,65-3,56) 0,3446 Levantan objetos que están entre rodilla y pecho, 1,62 (0,69-3,80) 0,2732 Permanecen sentados para trabajar, 1,74 (0,71-4,22) 0,2229 Trastornos Realizar su trabajo los Músculo- hombros tensos, 4,11 (1,47-9,71) 0,0011(*) Esqueléticos Várices Permanecer sentados 2,77 (0,72-0,64) 0,1306 Conjuntivitis Líquidos, Disolventes y Ácidos, 2,59 (0,85-7,90) 0,0893 Crónica Manejo, transporte y almacenar materiales peligrosos, 2,61 (0,85-8,04) 0,0893 Rinofaringitis Polvos, 9,60 (1,11-77,55) 0,0129(*) de Repetición Líquidos (Disolventes y Ácidos), 2,14 (0,63-7,24) 0,2148 o Crónica Hipoacusia Ruido, 2,42 (0,51 – 1,49) 0,2579 Fuente. Encuesta individual de los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria 2009. (*) P < 0.05

97/104 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes de Perfiles de Salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica En este orden de ideas se encontró estadísticamente una asociación significativa entre la lumbalgia y las exigencias laborales, tales como: Al realizar su trabajo los hombros están tensos, característica de puestos de trabajo con posición estáticas prolongadas con [OR: 3,32 (1,38-7,97)], con un valor de p de 0,0069, resultado que coincide con estudios previos (Cassou, et.al., 2002), donde se revela que las posturas fijas, como estar por tiempo prolongado ya sea de pie o sentado, se relaciona con dolor de espalda baja, cuello y miembros superiores. En cuanto los trastornos músculos-esqueléticos, en el caso particular de la población en estudio, los trabajadores están expuestos a la exigencia de realizar su trabajo con los hombros tensos, presentan un [OR: 4,11 (1,47-9,71)]. Con una significancia que arroja un valor de p de 0,0011. Cabe destacar que las exigencias ergonómicas están directas y estrechamente relacionadas con los trastornos músculos-esqueléticos.20 Es importante señalar que las várices fue otro padecimiento que se encontró asociado a exigencia de permanecer sentado, con una probabilidad dos veces mayor de padecer varices con respecto a los que no están sujetos a esta exigencia, pero la misma no presentó significancia estadística ya que el valor de p es de 0,1306 (ver Tabla Nº 4). Dentro de los daños a la salud estudiados se destaca la conjuntivitis crónica asociada a los riesgos de líquidos (disolventes o ácidos), al manejo, transporte, almacenamiento de materiales y sustancias peligrosas; los trabajadores expuestos a dichos factores tienen dos veces mayor riesgos de padecer la patología con respecto a los que no están sometidos a estos riesgos, los cuales no arrojaron significancia estadística por cuanto que el valor de p es mayor que 0,05. Como se observa los valores en la Tabla Nº 4. En cuanto a la rinofaringitis de repetición o crónica, se encontró asociación estadística con polvos, trabajadores expuestos a este nivel de riesgo tienen casi diez veces mayor probabilidad de padecer esta patología que los trabajadores que no se exponen, con un valor de p 0,0129. Con los siguientes valores [OR: 9,60 (1,1177,55)]. En la industria farmacéutica veterinaria venezolana es común en el desarrollo del proceso de trabajo la presencia de polvos; en tal sentido, en la industria estudiada el 58% de los trabajadores percibieron estar expuestos a polvos.

CONCLUSIONES A partir de la información generada por la observación técnica, como por el sentir de los trabajadores, se puede concluir que: 1. El perfil general de riesgos en el centro laboral estudiado quedó establecido por: exposición a polvos, manejo, transporte y almacenamiento de materiales y sustancias peligrosas, falta de ventilación, ruido, líquidos (disolventes o ácidos), gases o vapores, y temperatura extremas en algunos ambientes de trabajo, se concluye que en el centro de trabajo se incumplen las leyes y normas de carácter técnicos de la seguridad y salud laboral en los ambientes de trabajo.

2. Se determinó que el perfil general de exigencias de los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria quedo establecido de la siguiente forma: sedentarismo prolongado, realización de tareas minuciosas, estricto control de calidad, trabajo repetitivo, levantar objetos desde el nivel del piso, rodillas y/o pecho y concentración para no accidentarse. Todo lo cual permite inferir que las exigencias por la demanda de trabajo comprometen en muchos casos las medidas de seguridad, convirtiendo las condiciones de trabajo del centro laboral en poco favorables; lo cual se traduce en desagrado, malestar, cansancio y algunas manifestaciones de morbilidad claras para la muestra estudiada. 3. Se concluye que de la forma como quedaron establecidos los perfiles generales de riesgos y exigencias, derivados de los procesos de trabajo de la industria farmacéutica veterinaria existen determinantes que podrían estar condicionando los perfiles de salud de los trabajadores. 4. Con respecto a la identificación colectiva de los riesgos y exigencias comunes en el centro laboral, se determinó que coincidió con la observación técnica lo cual permitió valorar la subjetividad de los trabajadores en lo referente al abordaje de sus condiciones de trabajo a partir de una aproximación como la mostrada por el PROESSAT. 5. Se llegó a la conclusión que el perfil patológico presuntivo de los trabajadores de la industria farmacéutica veterinaria estudiada quedó caracterizado por los trastornos músculo-esqueléticos, la lumbalgia, conjuntivitis crónica, várices y rinofaringitis de repetición o crónica. Las patologías reconocidas por los trabajadores coinciden con la exposición a riesgos y exigencias derivados del proceso de trabajo en la empresa. 6. Se determinó que los principales padecimientos sentidos por los trabajadores presentan asociación estadística significativa con los riesgos y exigencias percibidos. 7. Respecto al perfil patológico presuntivo de los trabajadores, se concluye que la investigación de salud de la población trabajadora, tiene que apuntar a redimensionar de forma favorable las condiciones y medio ambiente de trabajo como un axioma fundamental para el carácter de prevención e intervención de los problemas determinantes de la condición de salud. 8. Los principales padecimientos son un diagnóstico estrictamente presuntivos sobre el perfil patológico de salud de los trabajadores, por lo que se requiere la verificación a través de estudios clínicos. 9. Los determinantes del proceso salud enfermedad derivados de las condiciones de trabajo de la industria farmacéutica veterinaria, relacionados con los principales padecimientos sentidos por los trabajadores están signados por factores organizacionales derivados de la forma como se organiza y ejecuta el trabajo, en lo especifico a posturas asumidas por tareas asignadas, diseños de la estaciones de trabajo no acorde a los principios ergonómicos, procedimientos de trabajos con compromisos músculo-esqueléticos y con alta repetitividad. 10. Los principios de gestión de la productividad enmarcados en planes estratégicos donde prevalece la polivalencia y flexibilización laboral son determinantes del proceso salud enfermedad de los trabajadores.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 97/104

103


Artículo Original | Martínez Dungles, Sánchez Ligia

REFERENCIAS 1. Noriega M. El trabajo, sus riesgos y la salud. En: M. Noriega, editor. En defensa de la Salud en el Trabajo. México: SITUAM; 1989. 2. Neffa J. ¿Qué son las condiciones de trabajo? Buenos Aires: Instituto Nacional de Educación Tecnológica; 1988 3. Sierralta O. Condiciones y medio ambiente de trabajo, perfiles de salud y calidad de vida de los trabajadores en un centro de recuperación de transformadores de potencia en una empresa de electricidad.[ Tesis especialista en salud ocupacional e higiene del ambiente laboral]. Maracay: Universidad de Carabobo; 2005. 4. Breilh J. Epidemiología del trabajo; Reflexiones metodológicas para un avance de la línea contrahegemónica. Quito: CEAS; 1992. 5. Laurell AC. La salud-enfermedad como proceso social. Cuadernos médico sociales (Rosario) [en línea].1982 [consultado 14 nov 2009];(19):1-11. Disponible en: http://www.ilazarte.com.ar/cuadernos/pdf/n19a061.pdf. 6. Noriega M. Materiales para el curso de epidemiologia laboral [en línea]. México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco; 2003. [consultado 8 oct 2009]. Disponible en: www.higieneocupacional.com.br/download/epidemiologia-laboral.ppt. 7. Sánchez L, Sánchez M, González R, Rivas C, Colina P. Perfiles de salud y diseño de profesiogramas en trabajadores de una refinería petrolera. Salud de los Trabajadores. 1998;6(1):5-18. 8. Alvear G, Villegas J. Los riesgos y sus efectos en la salud. En: M. Noriega, editor. En defensa de la Salud en el Trabajo. México: SITUAM; 1989. 9. Noriega M, Franco J, Martínez S, Villegas J, Alvear G, López J. Evaluación y seguimiento de la salud de los trabajadores. México: Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco; 2001.(Serie académicos ciencias biológicas y de la salud; 34). 10. Noriega M. Organización laboral, exigencias y enfermedades. En: Laurell AC, editor. Para la Investigación sobre la salud de los Trabajadores. Washington, DC: OMS/OPS; 2000.

104

11. Luna M, Martínez S. Exigencias laborales y daños a la salud en un establecimiento de la industria químico farmacéutica en México. Salud de los Trabajadores. 2005;13(2):67-80. 12. Guerrero C, Cruz C. Una mirada a las condiciones de trabajo y salud de los trabajadores de una pequeña empresa procesadora de alimentos. Salud de los Trabajadores. 2007;15(1):37-50. 13. Cassou B, Derriennic F, Monfort C, Norton J, Touranchet A. Chronic neck and shoulder pain, age, and working conditions; longitudinal results from a large random simple in France. Occup Environ Med. 2002;59(8):537-544. 14. Nataren J, Noriega M. Los trastornos musculoesqueléticos y la fatiga como indicadores de deficiencias ergonómicas en la organización del trabajo. Salud de los Trabajadores. 2004;12(2):27-41. 15. Escalona E, Yonusg M, Gonzalez R, Chatigny C, Seifert A. La ergonomía como herramienta para trabajadoras y trabajadores. Valencia: Universidad de Carabobo; 2002. 16. Deverux J, Vlachonikolis I, Bucle P. Epidemiology study to investigate potencial interaction between physical and phychosocial factors at work that may increase the risk of symptoms of musculoskeletal disorder of the neck and upper limb. Occup Environ Med. 2002;59(1):269-277. 17. Gómez A. Factores postulares laborales de riesgo para la salud. Fisioterapia. 2002;24(1):23-32. 18. Landsbergis PA. The changing organization of work and the safety and health of working people: a commentary. Occup Environ Med. 2003;45(1):61-72. 19. Cilveti S, Idoate V. Movimientos repetidos de miembro superior: Protocolos de vigilancia sanitaria específica. Vitoria-Gasteiz: Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales; 2001. 20. Velasco M, Noriega M. Evaluación de las causas de accidentes y enfermedades en una industria manufacturera de vidrio. Salud de los trabajadores. 2006;14(1):5-17.

97/104 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original

Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad BEHAVIORAL ASSESSMENT OF IMPULSIVITY APPLIED TO ACCIDENT CONTROL Daniela Sannino B1, Milena Gallardo A2, Carlos Ackerknecht3, Luis López-Mena4 1. Psicóloga. Jefe de Capacitación. PERSIST LTDA. 2. Experto Profesional en Prevención de Riesgos. Departamento de Normas, Planificación y Control. Gerencia de Prevención. ACHS. mgallardo@achs.cl 3. Magíster en Prevención. Especialista Sectorial Sector Forestal. Gerencia de Prevención, ACHS. 4. Psicólogo (PhD). Director de PERSIST LTDA.

RESUMEN

Este trabajo presenta los resultados obtenidos en el estudio sobre el papel que podría jugar la variable impulsividad en la ocurrencia de accidentes en el trabajo. El estudio se efectuó empleando la escala BIS – 11 (Barrat Impulsiviness Scale). La Escala se aplicó a dos grupos de trabajadores. El primer grupo no había experimentado accidentes de trabajo en el último año. El segundo grupo, en cambio, sí había sufrido accidentes de trabajo, siendo precisamente evaluados con el instrumento en el momento en que asistían a control sanitario de sus lesiones postaccidente laboral. Los resultados obtenidos muestran leves diferencias de puntuación entre los trabajadores accidentados y los no accidentados. Estas diferencias son analizadas a la luz de los aportes de la neurociencia al conocimiento de la conducta impulsiva, evaluando su aporte a la prevención de riesgos laborales.

ABSTRACT

In this work we have been studied the impulsivity behavior and its role in at-risk behavior using a Barrat Impulsiviness Scale (BIS-11) in two groups of workers. The first group with work accidents (at least one accident in previous last year), and the second group without accidents (in the same period of time). The obtained results show some differences in impulsive punctuation from Barrat Scale between accidents workers and no accidents workers. These differences are discussed from neuroscience perspective and from their contribution to control of at risk-behavior. Key words: impulsivity, behavior and accidents, risk behaviors, prevention

(Sannino D, Gallardo M, Ackerknecht C, López-Mena L, 2012. Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 105-111). Palabras Claves: Impulsividad; Conducta y accidentes; Conductas de riesgo; Prevención.

Introducción Los factores individuales como causa de los accidentes en el trabajo han sido largamente estudiados por la psicología. Comenzando en la década de los años 30 del siglo pasado, los primeros estudios fueron efectuados por Lahy y Korngold, autores que estaban interesados en averiguar sobre la responsabilidad de los factores humanos en la ocurrencia de accidentes de trabajo en

Correspondencia / Correspondence Daniela Sannino B Tel.: 56-2- 3332074 e-mail: capacitacion@persist.cl Luis López-Mena Tel.: 56-2- 3332074 e-mail: persist@persist.cl Recibido: 26 de Marzo 2012 / Aceptado: 17 de Abril de 2012

los ferrocarriles franceses. Posteriormente, la amplia difusión alcanzada por la hipótesis de la predisposición al accidente formulada por Drake en 1949 produjo una gran cantidad de estudios y la construcción de instrumentos psicométricos destinados a evaluar hasta 36 factores personales que podrían estar involucrados en las causas de los accidentes. Estos loables esfuerzos, que alcanzaron un periodo no inferior a 30 años, no fueron, sin embargo, acompañados por el éxito. A pesar de aislar diferentes factores individuales que eventualmente serían responsables de conductas de riesgo, estos estudios no alcanzaron el nivel necesario para atribuir causalidad a los factores individuales identificados. Cabe destacar, sin embargo, que al menos estos trabajos contribuyeron a señalar la conveniencia que algunos de estos factores individuales fueran debidamente aislados porque potencialmente podrían aportar elementos de riesgo al trabajo. Actualmente, dichos factores son considerados causa de contraindicación para determinadas labores de alto riesgo como, por ejemplo, montadores en altura u operadores de equipo crítico. Entre estos factores se encuentra la coordinación viso-motriz, la capacidad de anticipación, la coordinación bimanual o el tiempo

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 105/111

105


Artículo Original | Sannino Daniela, et al. de reacción, por lo que los candidatos a ocupar estos puestos de trabajo suelen ser sometidos a examen psicométrico antes del inicio de trabajos como los mencionados. El centro de interés de la psicología industrial/organizacional aplicada a la prevención de riesgos laborales, cambió a fines de la década de los setenta y dirigió su atención a la conducta directamente observable de los trabajadores y a la relación de esta conducta con el ambiente laboral. A diferencia de los estudios previos, este análisis de las relaciones conducta-ambiente ha facilitado la elaboración de diversos programas de intervención conductual de éxito comprobado en la disminución de los accidentes en los últimos treinta años. Por consiguiente, pueden distinguirse dos momentos en el devenir de la psicología aplicada a la seguridad. El primero de ellos se centró en detectar características individuales de riesgo, de difícil observación directa. El segundo, en cambio, y plenamente vigente, se dirige al estudio de la conducta directamente observable en el trabajo, lo que permite nuevas perspectivas para la gestión de las conductas de riesgo.1 Además, actualmente, diversos conocimientos obtenidos por la neurociencia han permitido ampliar y fortalecer las bases de intervención de la psicología de la conducta aplicada a la prevención. Una conducta cuyo estudio suele requerir el empleo de recursos científicos de diferente procedencia es la conducta impulsiva. Este es un comportamiento de riesgo directamente observable, cuyo análisis suele emplear, en forma conjunta, medios de la psicometría y de la neurociencia. La conducta impulsiva puede definirse como un patrón conductual que lleva a las personas a actuar espontánea y rápidamente frente a una demanda del ambiente como, por ejemplo, frente a un atasco en un equipo introducir la mano para solucionarlo, estando éste en movimiento. En estos casos, por la rapidez de la ocurrencia, la relación conducta-ambiente es de difícil observación directa, pese a que dicha observación sea necesaria porque puede suponer una alteración adicional a la relación conducta-consecuencia considerando el riesgo involucrado. Cuando esta observación no se realiza, la evaluación funcional de una conducta insegura puede pasar por alto, de forma inadvertida, la presencia del comportamiento impulsivo en el momento del análisis. La conducta impulsiva ha sido motivo de estudio de diversos especialistas en diferentes situaciones. Por ejemplo, en el ambiente escolar. Como se sabe, el proceso educativo es un proceso a largo plazo en el que alcanzar objetivos concretos relativamente cercanos podría verse afectado por conductas impulsivas para responder a demandas inmediatas del ambiente. En estos casos, los estudios en niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad demuestran que la impulsividad reduce los logros educativos. La impulsividad es considerada, en estos estudios, una conducta de gran alcance, que incide en los diversos ámbitos de funcionamiento de una persona, por ejemplo, en lo cognitivo, conductual, social y emocional. En el caso de la educación superior, ésta es a largo plazo, es decir, es un comportamiento orientado a metas, en el que las recompensas (oportunidades de trabajo, prestigio, sueldo) tienden a ser distantes en el tiempo. Por lo tanto, parece razonable pensar que, en este contexto, la conducta impulsiva es un obstáculo para un buen rendimiento académico. Por ejemplo, un mayor control de la conducta permite a una persona permanecer concentrada en conferencias o sesiones de estudio, a pesar que puedan estar presentes, simultáneamente, distracciones inmediatas con mayor

106

atractivo. Los estudiantes universitarios, en particular, tienen una variedad de demandas sobre su tiempo, el que procede de diversas fuentes (académicas, profesionales, sociales y recreativas). En el contexto del aprendizaje y el estudio, el mayor control de su conducta permite a una persona adoptar una programación estratégica para enfrentar sus tareas. Por el contrario, los estudiantes con puntuaciones altas en impulsividad han obtenido calificaciones más bajas que sus pares con puntuaciones de impulsividad baja. Esta relación se ha encontrado con medidas objetivas de la impulsividad, así como con la impulsividad verbal.2 Por su parte, en el ámbito clínico, la impulsividad se ha definido como una conducta de reacción brusca y no planificada ante estímulos internos o externos, que no tiene en consideración las consecuencias derivadas de tales actos, tanto para sí mismo como para los otros. Esta pauta de comportamiento se manifiesta por actos que generalmente resultan perjudiciales para el ejecutante.3 También la conducta exploratoria o de búsqueda de la novedad se ha estudiado en relación a la conducta impulsiva, pues se considera a ésta y a la conducta impulsiva un buen predictor de posible consumo de drogas o de otras conductas de riesgo. La búsqueda de la novedad es la conducta con la que la persona responde rápidamente a una nueva situación o estímulo con comportamientos de exploración, emoción positiva y excitación motora, lo que puede alterar la ejecución normal de su trabajo. Es decir, ésta es una respuesta rápida a estímulos nuevos o frente a señales de posibles recompensas o de alivio potencial a una situación penosa, lo que conduciría a una constante o frecuente actividad exploratoria de estas posibles recompensas potenciales, así como a evitar la monotonía de la actividad que se está realizando. Se ha sugerido que la explicación de la discrepancia entre diferentes personas, en la manifestación de las conductas precipitadas de búsqueda de la novedad, podría deberse al funcionamiento de la dopamina en el cerebro, lo que también suele estudiarse en la conducta impulsiva. Estas pesquisas se han realizado mediante la tomografía por emisión de positrones (PET) y el uso simultáneo de la Escala de Búsqueda de la Novedad.4 La Escala de Búsqueda de la Novedad está dividida a su vez en cuatro subescalas: la NS1: que mide excitabilidad de exploración. La subescala NS2: que mide impulsividad (vs reflexión), y evalúa la velocidad de la toma de decisiones. La subescala NS3: que mide la extravagancia (vs reserva) y, finalmente, la subescala NS4: que mide desorden (vs reglamentación), evaluando la conducta espontánea de la persona y su ausencia de apego a las restricciones provenientes de normas y reglamentos.5 Como se aprecia, la conducta impulsiva ha sido evaluada utilizando una variedad de medidas, empleando tanto cuestionarios auto-aplicados como la medición de rasgos de personalidad. Los resultados de estos trabajos no han sido concluyentes, a pesar que cada una de estas medidas ha sido subdividida en componentes separados, como en la Escala de Búsqueda de la Novedad antes descrita, porque se estima que determinados rasgos o factores representan diferentes componentes del comportamiento impulsivo. Los estudios se han centrado en comportamientos de adicción a drogas y, en algunas ocasiones, en la comparación entre la impulsividad, considerada un rasgo de personalidad o una conducta, en relación a ciertas tareas. Por ejemplo, Reynolds, Ortengren, Richards & De Wit6, examinan las correlaciones entre tres instrumentos ampliamente utilizados (BIS-11, I7 y MPQ) y cuatro tareas de laboratorio, con las medidas de la conducta impulsiva: desinhibición de la conducta y la asunción de riesgos

105/111 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad en 70 voluntarios adultos sanos. Las correlaciones entre las diversas medidas de auto-informe fueron altas, pero estos autoinformes no se correlacionaron con medidas conductuales de la tarea. A pesar del razonable interés que el estudio de la conducta impulsiva encierra para la prevención de riesgos laborales, no se han efectuado estudios específicos en esta dirección. En los diversos trabajos examinados se mencionan las conductas de riesgo, pero ellas se refieren, como se ha visto de forma preferente, al abuso de drogas o a la dificultad para persistir en el alcanzar determinadas metas. Entre los diferentes trabajos revisados se encuentra una breve referencia, en la que DePasquale & Geller7 evalúan la impulsividad entre diversos factores que estiman relevantes para el éxito de la Seguridad Basada en la Conducta en la empresa. Utilizan para tal efecto la definición de Impulsividad de Clift y otros, según la cual la impulsividad es una conducta en que la persona actúa “siguiendo el impulso del momento sin percatarse de las consecuencias de su conducta o de los riesgos involucrados”.7 Para su medición utilizaron en su trabajo nueve ítems de la Escala L7 de Eysenck et al.8, pero en su análisis final de los resultados se centran más en factores organizacionales que en la impulsividad como conducta individual. Como se ha comentado previamente, en general, los estudios recientes analizados sobre conducta impulsiva han empleado metodologías mixtas que combinan, en forma simultánea, las tomografías por emisión de positrones y la obtención de neuroimágenes, por una parte, junto con la aplicación de diversos cuestionarios. Desde esta última línea de trabajo se decidió evaluar el rol de la variable impulsividad en las conductas de riesgo en el trabajo, a fin de contar con mayor información para la prevención de riesgos laborales. Lo anterior se efectuó con el empleo de un cuestionario por considerar que este medio podría constituir un instrumento conveniente para dicho estudio, y de fácil respuesta por parte de los trabajadores. Diversos autores han contribuido al desarrollo de cuestionarios específicos de impulsividad, entre los cuales se encuentran la Escala de Impulsividad de Plutchlik, la Escala Eysenck Impulsiveness- Venturesomeness- Empathy Questionnaire (IVE-7). La Escala de Control de los Impulsos de Ramón y Cajal (ECIRyC); la Escala de Descontrol Comportamental de Hantouche; la Escala de Comportamiento Agitado de Corrigan (ABS); la Escala de Búsqueda de Sensaciones de Zuckerman, et al. El Inventario de Hostilidad de Buss-Durkee; la Escala de Valoración de la Impulsividad (IRS), todas ellas citadas por Benito, Matsu, Barea y Larsson.9 El Impulsive Behavior Scale - Revised (UPPS-R) de Whiteside y Lynam.10 Uno de los instrumentos más utilizados para evaluar impulsividad es el Barratt Impulsiveness Scale, conocido como BIS, el que fue seleccionado para este estudio. La elección de este cuestionario, en su revisión número 11 (BIS-11), se basa en las propiedades psicométricas del mismo, en su amplio uso en la literatura técnica y en su precisa conceptualización del patrón conductual impulsivo amén de su facilidad de comprensión y respuesta por parte de los trabajadores a quienes se aplicó este instrumento. Por consiguiente, en este trabajo se aplicó el BIS-11 con el propósito de evaluar el rol que juega la variable impulsividad en la ocurrencia de accidentes del trabajo y en qué medida los resultados de esta aplicación pueden ser de utilidad para la prevención de riesgos laborales desde la perspectiva de intervención del psicólogo o del prevencionista. Es decir, en qué medida las

conductas rápidas, espontáneas e inesperadas, de atracción por lo diferente podrían enriquecer la evaluación de las conductas de riesgo en el trabajo. Con tal propósito, se aplicó este instrumento a una muestra de trabajadores que habían experimentado durante el último año previo al estudio al menos un accidente en su trabajo. Para contrastar los resultados obtenidos por este grupo, se aplicó el mismo instrumento a un grupo de trabajadores de características similares al anterior, pero que no habían experimentado un accidente de trabajo en el último año previo al estudio.

MÉTODO 1. Muestra

Se utilizó una muestra no probabilística, compuesta en su totalidad por trabajadores voluntarios, con un n total de 552 trabajadores. Esta muestra fue dividida en dos grupos: Sin accidente de trabajo en el último año, 340 trabajadores; Con accidente de trabajo en el último año, 212 trabajadores. Ver Tabla N° 1. Tabla 1. Características de la muestra total y según la condición Sin accidente / Con accidente. Sin Accidente N % Total de casos 340 61,6 Distribución según género Hombres 274 80,6 Mujeres 50 14,7 Sin información 16 4,7 Distribución según rango de edad Total 0-20 años 4 1,2 Total 21-40 años 222 65,2 Total 41-60 años 96 28,2 Total > 61 años 8 2,4 Sin información 10 2,9 Distribución según nivel de estudios Estudios Básicos 7 2,1 Estudios Medios 194 57 Estudios Superiores 121 35,5 Sin información 18 5,3

Con Accidente N % 212 38,4

Muestra Total N % 552 100

132 75 5

62,3 35,4 2,3

406 125 21

73,6 22,6 3,8

9 114 70 10 9

4,2 53,7 33,0 4,7 4,2

13 336 166 18 19

2,4 60,8 30 3,3 3,4

6 108 78 20

2,8 50,9 36,8 9,4

13 302 199 38

2,4 54,7 36 6,9

De acuerdo a la información registrada por la mutualidad11, los miembros del grupo “Con Accidente” habrían recibido asistencia preferentemente por accidentes debidos a: Golpeado por/con/ contra objetos materiales o estructuras y Sobreesfuerzo por peso excesivo o movimiento brusco, resultando lesionadas principalmente las extremidades superiores.

2. Instrumentos utilizados 2.1. Barratt Impulsiveness Scale La undécima versión del Barratt Impulsiveness Scale (BIS–11), consta de 30 ítems de autoinforme, con cuatro opciones de respuesta relacionadas a la frecuencia de presentación del patrón conductual. En el caso de este estudio, las opciones de respuesta fueron establecidas como: nunca, casi nunca, casi siempre y siempre. Se revisó el trabajo de Oquendo, Baca-García, Graver, Morales, Montalvan y Mann,12 pero la versión finalmente empleada en este estudio corresponde a una versión en castellano de los autores.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 105/111

107


Artículo Original | Sannino Daniela, et al. Las puntuaciones que un trabajador puede obtener en el BIS-11, fluctúan entre 30 (puntaje mínimo) y 120 (puntaje máximo posible). El coeficiente de fiabilidad del BIS-11 se estableció por Benito, Matsu, Barea y Larsson9 en 0,77 (Alfa de Cronbach). En el presente estudio, el coeficiente de consistencia interna del cuestionario, obtenido mediante la técnica Split- Half ajustada por la fórmula de Spearman-Brown, fue de 0,75. La versión original de este instrumento se desarrolló como parte del intento por relacionar la ansiedad e impulsividad con la eficiencia psicomotora. Barratt, convencido de que la impulsividad no era un constructo unidimensional, como lo habría indicado en un inicio, realizó revisiones sucesivas al instrumento, rediseñándolo hasta su undécima versión, la que revela una estructura factorial de seis dimensiones principales y tres factores secundarios para la impulsividad. Las seis dimensiones principales descritas por Squillace, Picón y Schmidt10, considerando el trabajo inicial de Patton, Stanford y Barrat13, son las siguientes: • Dimensión 1: Atención, se relacionaría con la capacidad del individuo para mantener su concentración durante la realización de tareas. • Dimensión 2: Impulsividad Motora, implica la tendencia a actuar según los estados emocionales transitorios o del momento. • Dimensión 3: Autocontrol, se relaciona con una orientación del sujeto a planear y pensar cuidadosamente las acciones antes de llevarlas a cabo. • Dimensión 4: Complejidad Cognitiva, implica el disfrutar de pruebas mentales que resulten desafiantes para el individuo, tales como el cálculo mental, acertijos u otros. • Dimensión 5: Perseverancia, trata de un estilo de vida consistente, con regularidad en las costumbres y hábitos. • Dimensión 6: Inestabilidad Cognitiva, se refiere a la tendencia a la distractibilidad que sufren los individuos debido a la interferencia de sensaciones y pensamientos intrusivos. Los tres factores secundarios corresponden a: • Factor I: Impulsividad Motora (IM), que combina las dimensiones 2 (Motora) y 5 (Perseverancia), caracterizando una tendencia general a actuar motivado por las emociones del momento. • Factor II: Impulsividad Atencional (IA), que combina las dimensiones 1 (Atención) y 6 (Inestabilidad cognitiva). Ambas refieren a un bajo control sobre la intrusión de pensamientos y dificultades para la atención sostenida. • Factor III: Impulsividad por Imprevisión (II), que combina las dimensiones 3 (Autocontrol) y 4 (Complejidad cognitiva). Siendo éste un estilo de procesamiento de la información apresurado que lleva a tomar decisiones rápidamente, sin planear y con orientación hacia el presente. El cuestionario utilizado en este estudio se incluye en Anexo 1. 2.2. Acta PERSIST de Consentimiento Informado Este es un documento que consta de tres partes: en la primera se presenta el encuestador y se explican los objetivos del estudio, así como la libertad de participar o no y voluntariedad frente a esta tarea. En la segunda parte, se explica el anonimato y la necesidad de respuestas espontáneas por cuanto no existen las formas correctas e incorrectas de contestar. En la tercera parte se evalúa el grado de comprensión del trabajador a las instrucciones y, si éste acepta los términos anteriores, se le entrega el BIS-11, indicándole que el tiempo de respuesta es libre (Ver Anexo 2).

108

3. Diseño

Considerando la escasa información disponible sobre impulsividad y accidentes de trabajo se efectuó un estudio exploratorio.14 En este formato se aplicó el mismo instrumento a dos grupos similares en algunas características, pero claramente diferentes en una variable, en este caso el haber experimentado o no un accidente de trabajo durante el año anterior a la aplicación del BIS-11. Esta característica los convierte en grupos conocidos y facilita la contrastación de sus resultados.

4. Procedimiento

El BIS-11 fue aplicado por un especialista, en forma colectiva, a los trabajadores con motivo de la participación en alguna actividad de formación o capacitación, después de explicar el Acta de Consentimiento Informado y en forma previa a la actividad propiamente dicha. El tiempo de respuesta promedio era de 10 minutos, aproximadamente. Durante las primeras aplicaciones se resolvían las dudas y éstas se emplearon como prueba de la bondad de la traducción del instrumento desde su versión en inglés, lo que significó efectuar cambios al original producido por los jueces para este estudio. Posteriormente, al observar que no eran suficientes los casos de trabajadores participantes en este tipo de actividades, la mutualidad facilitó el acceso a su policlínico o dispensario donde se practicaban controles de la evolución de las lesiones causadas por accidente de trabajo. Un especialista solicitaba la colaboración voluntaria en la sala de espera. En este caso la aplicación podría ser considerada individual. Aproximadamente el 98% de los trabajadores aceptó responder en forma voluntaria el BIS-11. Al momento de la aplicación, se incluyeron en el formato del instrumento preguntas que permitieron recopilar información sobre la edad, sexo y niveles de estudio. No hubo otro contacto con los participantes en el estudio y no se comprometió el envío de información sobre los resultados o sus respuestas. Posteriormente, los datos fueron tabulados con ayuda de un programa de ordenador para cálculos y luego, procesados con ayuda del paquete estadístico Social Package for Social Sciences (SPSS), versión 15.

RESULTADOS A continuación se exponen los resultados obtenidos por la muestra total y segmentada (Con y Sin accidente) en el Cuestionario BIS-11. Ver Tabla N° 2. Tabla 2. Resultados de la aplicación de la Escala BIS-11. Muestra Total Grupo Sin accidente Grupo Con accidente

Promedio 55,36 54,45 56,82

Desviación 9,06 9,02 8,94

La Tabla N° 2 muestra la distribución de los puntajes para los grupos muestrales con accidente y sin accidente. El grupo de accidentados, compuesto por 212 participantes, obtuvo una media de 56,82 y una desviación estándar de 8,94. En el grupo de sin accidente participaron 340 personas, obteniendo un promedio de 54,45 y una desviación estándar de 9,02 en su respuesta de impulsividad.

105/111 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad Tabla 3. Frecuencias según Nivel de Impulsividad y Condición de Accidentalidad. Tabla de contingencia Condición de Accidentabilidad * Nivel de impulsividad Condición de Accidentados Recuento Accidentabilidad Frecuencia esperada % de Condición de Accidentabilidad % de Nivel de impulsividad % del total No accidentados Recuento Frecuencia esperada % de Condición de Accidentabilidad % de Nivel de impulsividad % del total Total Recuento Frecuencia esperada % de Condición de Accidentabilidad % de Nivel de impulsividad % del total

En el Anexo 3 de este estudio, se presentan los puntajes obtenidos por cada grupo muestral, en cada una de las Dimensiones y los Factores que se desprenden del análisis de las respuestas al instrumento (ver Anexo 3). Tal como se muestra en la Tabla N° 3, las puntuaciones obtenidas en el BIS-11, fueron categorizadas en dos niveles: baja respuesta de impulsividad y alta respuesta de impulsividad. Para el primer nivel, se incluyeron aquellos puntajes que oscilaron entre los valores de 30 y 75 puntos. Para el segundo nivel, se incluyeron los valores entre 76 y 120 puntos. Los análisis revelan que del total de los casos del grupo con accidente (o accidentados), el 97,2% corresponden a baja impulsividad, mientras que el 2,8% a alta impulsividad. Para el grupo sin accidente (o no accidentados), el 97,9% de los casos corresponde a un nivel de baja respuesta de impulsividad, mientras que el 2,1% a un nivel de alta impulsividad. Tabla 4. Relación entre nivel de impulsividad y condición de accidentalidad. Valor gl Sig. asintótica Sig. exacta Sig. exacta (bilateral) (bilateral) (unilateral) Chi-cuadrado de Pearson 0,338b 1 0,561 Corrección por continuidada 0,086 1 0,770 Razón de verosimilitud 0,331 1 0,565 Estadística exacto de Fisher 0,575 0,378 Asociación lineal por lineal 0,337 1 0,561 N de casos válidos 552 a. Calculado sólo para una tabla de 2x2. b. 1 casillas (25,0%) tienen una frecuencia inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 4,99.

Tabla 5. Diferencia de medias en impulsividad según condición de accidentalidad.

Nivel de impulsividad baja alta impulsividad impulsividad 206 6 207,0 5,0 97,2% 2,8% 38,2% 46,2% 37,3% 1,1% 333 7 332,0 8,0 97,9% 2,1% 61,8% 53,8% 60,3% 1,3% 539 13 539,0 13,0 97,6% 2,4% 100,0% 100,0% 97,6% 2,4%

Total 212 212,0 100,0% 38,4% 38,4% 340 340,0 100,0% 61,6% 61,6% 552 552,0 100,0% 100,0% 100,0%

Al considerar la muestra total se observa que, de los 552 casos, el 97,6% tiene un nivel bajo de impulsividad, mientras que el 2,4% un alto nivel de impulsividad. Para analizar la relación entre el nivel de impulsividad y el haber o no sufrido un accidente en el último año, se utilizó la prueba de Chi-cuadrado (X2). Tabla N°4 Al observar los datos de la muestra estudiada, se aprecia que no existe relación estadísticamente significativa entre tener alta o baja impulsividad en el BIS-11 y haber sufrido un accidente o incidente dentro del último año. Considerando la distribución de los puntajes provenientes de los resultados de la Escala BIS-11, para el grupo con y sin accidente indicados en la Tabla N° 2, se estableció la diferencia de las medias en impulsividad, según la condición de haber sufrido o no un accidente dentro del último año. Tabla N° 5. El análisis comparativo de las medias entre los grupos sin accidente y con accidente, a partir de la prueba de Levene (F = 0,001, p < 0,05) y asumiendo igualdad de varianzas y una t (550) = 3,013, p < 0,05, da cuenta de que existen diferencias estadísticamente significativas entre la muestra de accidentados y no accidentados en cuanto a sus respuestas de impulsividad. Es decir, el grupo con accidente proporciona respuestas de mayor impulsividad frente a los sin accidente. Análisis adicionales a los resultados obtenidos de esta aplicación de la Escala BIS-11 a la muestra estudiada permitieron establecer la existencia de asociaciones estadísticamente significativas entre dos variables demográficas (género y edad) y el haber o no sufrido un accidente en el último año. Los análisis dan cuenta que: • De acuerdo con la prueba de X2 = 136.699, p < 0,05, ser hombre incrementa la probabilidad de accidentalidad en el último año, más que ser mujer.

Prueba de Levene Prueba T para la igualdad de medias para la igualdad de varianzas Diferencia Error tip. de F Sig. t gl Sig. (bilateral) de medias la diferencia Respuesta de Se han asumido 0,001 0,974 3,013 550 0,003 2,37 0,787 impulsivida varianzas iguales No se han asumido 3,019 450,818 0,003 2.37 0,785 varianzas iguales

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 105/111

95% Intervalo de confianza para la diferencia Inferior Superior 0,825

3,916

0,828

3.914

109


Artículo Original | Sannino Daniela, et al. • El análisis de la prueba de X2 = 11.554, p < 0,05, establece que existe una correlación estadísticamente significativa entre el rango de edad y la accidentalidad. Es decir, al parecer la accidentalidad estaría concentrándose (en términos de probabilidad de ocurrencia) en aquellos rangos de edad más extremos (0 a 20 años y más de 61 años), para la muestra estudiada.

DISCUSIÓN En este estudio se obtuvieron y analizaron datos provenientes de la aplicación de la Escala de Impulsividad, BIS-11, a dos grupos de trabajadores: accidentados en el último año y no accidentados en el mismo periodo. De esta forma, se trató de averiguar la posible colaboración de dicho instrumento al mayor conocimiento de la conducta impulsiva, mediante los datos que se obtuviesen, especialmente, de las respuestas provenientes de los trabajadores accidentados. La información obtenida en este estudio no permite afirmar de manera concluyente la existencia de una relación estadísticamente significativa entre altas puntuaciones en la Escala de Barrat y sufrir un accidente en el trabajo. Sin embargo, al observar la comparación de las medias de las puntuaciones obtenidas por los dos grupos evaluados, los trabajadores accidentados aparecen como más impulsivos con respecto a aquellos que no han sufrido un accidente en el trabajo en el último año. La diferencia observada resulta de interés, aunque sea difícil atribuir la condición de accidentado sólo a una puntuación más elevada en la Escala aplicada. En este caso, el promedio de la puntuación de un grupo puede comprender la presencia de factores inespecíficos, además de la accidentalidad, que puedan explicar la diferencia observada. En cualquier caso, este dato parece indicar que la utilización de este

tipo de instrumentos se encuentra en la dirección correcta para aportar a la prevención de riesgos laborales. Entre los factores inespecíficos podrían mencionarse el tipo de tareas, el tipo de industria y los riesgos asociados, una cierta historia laboral y con ello una historia de aprendizaje que, en estos trabajadores, hubiese facilitado la incorporación de ciertas estrategias que conlleven la habilidad de emplear o formular pausas conductuales frente al estímulo atractivo. Estas podrían ayudar a controlar la acción del patrón conductual de respuesta impulsiva. Una de las limitaciones que podrían observarse en el presente estudio es la omisión de evaluar la cantidad de horas de formación para la prevención de riesgos laborales recibidas por los trabajadores que compusieron ambas muestras. Probablemente este dato habría aportado mayor información sobre el rendimiento observado en el BIS-11. El mayor conocimiento de los riesgos de su trabajo, el análisis de casos de accidentes y otros contenidos relacionados pudo haber contribuido al enriquecimiento de los resultados del presente estudio. Por otra parte, el conjunto de datos obtenidos en la Escala BIS-11 muestra que este es un instrumento cuya utilidad es elevada y que puede contribuir en diferentes formas a las acciones preventivas. Por ejemplo, su aplicación en un programa preventivo y el posterior análisis de los resultados con el mismo grupo, tanto de las dimensiones de primer orden como de sus factores de segundo orden, puede ayudar a los grupos a conocer y comprender mejor las causas de su propia conducta frente a los riesgos de su trabajo, lo que facilitaría a los trabajadores la gestión de sus propios actos frente al riesgo. Como se observó en este estudio, en las respuestas al BIS-11 de los dos grupos examinados se aprecian algunas diferencias de interés para estudios futuros, los que podrían incorporar instrumentos adicionales de contrastación, y el estudio de variables tales como el rol de la formación en la prevención de riesgos laborales.

REFERENCIAS 1. López-Mena L. Intervención Psicológica en la empresa. Madrid: Pirámide; 2008. 2. Spinella M, Miley W. Impulsivity and Academic Achievement in College Students. Coll Stud J. 2003;37(4):[about 3 p.]. 3. Iglesias Garcí C, Santamarina Montila S, Huerta González M, Alonso Villa MJ. Topiramato en el tratamiento de la impulsividad en enfermos mentales ambulatorios. Psiquiatr Biol. 2005;12(2):46–51. 4. Zald DH, Cowan RL, Riccardi P, Baldwin R, Ansari MS, Li R, Shelby ES, Smith CE, McHugo M, Kessler RM. Midbrain dopamine receptor availability is inversely associated with novelty seeking traits in humans. J Neurosci. 2008;28(53): 14372-14378. 5. Buckholtz JW, Treadway M, Cowan R, Neil D, Woodward R, Li M, Ansari S, Baldwin RM, Ashley N, Schwartzman E, Evan S, Smith C, Kessler R, Zald D. Dopaminergic Network Differences in Human Impulsivity. Science. 2010;329 (5991):532. 6. Reynolds B, Ortengren A, Richards JB, De Wit H. Dimensions of impulsive behavior: Personality and behavioral measures. Pers Individ Dif. 2006; 40(2):305-315. 7. DePasquale J, Scott Geller E. Critical success factors for behavior-based safety: A study of twenty industry-wide applications. J Safety Res. 1999;30(4):237-249.

110

8. Eysenck SBG, Eysenck HJ, Barrett P. A revised version of the Psychoticism Scale. Pers Individ Dif. 1985;6(1):21-29. 9. Benito A, Matsu C, Barea J, Larsson C. Taller de Evaluación de la Impulsividad. Jornadas sobre impulsividad; 2007 feb 3; Valencia, España[en línea][consultado may 2012]. Disponible en: http://www.grupotxp.org/filesupload/congreso/17_taller_evaluacion_de_la_impulsividad_ponencia_ congreso_adj_1_normal.pdf 10. Squillace M, Picón J, Schmidt V. El concepto de impulsividad y su ubicación en las teorías psicobiológicas de la personalidad. Revista Neuropsicología Latino- americana. 2011;3(1):8-18. 11. Asociación Chilena de Seguridad. Estadísticas 2011 (documento no publicado). Santiago: ACHS; 2011. 12. Oquendo MA, Baca-García E, Graver R, Morales M, Montalván V, Mann JJ. Adaptación española de la Barratt Impulsiveness Scale (BIS-11). Eur J Psychiat. (ed. esp.) 2001;15(3):147-55. 13. Patton Y, Stanford MS, Barratt ES. Factor structures of the Barratt Impulsiveness Scale. J Clin Psychol. 1995;51(6):768-74. 14. Hernández R, Fernández C, Baptista P. Metodología de la Investigación. México: McGrawHill;1998.

105/111 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad

ANEXO 1

Cuestionario Bis 11 Nunca Casi Nunca Casi Siempre Siempre 1 En mi trabajo, planifico mis tareas cuidadosamente. 2 Hago cosas sin pensar. 3 Hago borrón y cuenta nueva rápidamente. 4 Soy alegre y tengo suerte. 5 Cuando hago mi trabajo, no pongo atención. 6 Pienso las cosas rápidamente. 7 Planifico mis salidas bien y con anticipación. 8 Soy una persona autocontrolada. 9 Me concentro fácilmente. 10 Ahorro cada vez que puedo. 11 Me pongo impaciente en charlas o juegos. 12 Pienso las cosas cuidadosamente. 13 Me planifico para trabajar seguro. 14 Digo cosas sin pensar. 15 Me gusta pensar en problemas complejos. 16 He cambiado de trabajo varias veces. 17 Actúo impulsivamente. 18 Me aburro fácilmente resolviendo problemas, si debo pensarlos. 19 Me dejo llevar por el momento. 20 Estoy pensando cosas todo el tiempo. 21 Cambio de domicilio constantemente. 22 Compro cosas impulsivamente. 23 Sólo puedo pensar en una cosa a la vez. 24 Suelo cambiar mis hobbies o pasatiempos. 25 Gasto más de lo que gano. 26 Cuando pienso tengo ideas extrañas. 27 Estoy más interesado en el presente que en el futuro. 28 Me pongo inquieto en el teatro o en los cursos. 29 Me gustan los puzles. 30 Soy una persona que piensa en el futuro. Este Cuestionario es Anónimo. Lea cada afirmación y marque con una equis (“X”) en la alternativa de respuesta que lo refleje mejor. No hay respuestas buenas ni malas. No pierda demasiado tiempo en cada afirmación. Responda rápida y honestamente. Por favor, complete los siguientes datos: Edad: _______________ Sexo: _______________ Nivel de estudios: ______________________ Ha sufrido algún accidente o incidente del trabajo en el último año (últimos 12 meses): Sí No

ANEXO 2 Tabla A. Resultados de la aplicación del BIS-11 por Dimensión.

Tabla B. Resultados de la aplicación del BIS-11, por Factor.

Dimensiones del BIS-11 Muestra Total Impetuosidad o Impulsividad Promedio 8,92 Atencional (cognitiva) Desviación 2,46 Impulsividad Motora Promedio 13,18 Desviación 3,27 Autocontrol Promedio 9,49 Desviación 2,84 Complejidad Cognitiva Promedio 11,51 Desviación 2,78 Perseverancia Promedio 6,36 Desviación 1,77 Inestabilidad Cognitiva Promedio 5,89 Desviación 1,78

Factores del BIS-11 Muestra Total Factor I, Impulsividad Promedio 19,55 Motora Desviación 4,07 Factor II, Impulsividad Promedio 14,82 Atencional Desviación 3,31 Factor III, Impulsividad Promedio 21 por Imprevisión Desviación 4,45

Sin accidente Con accidente 8,73 9,23 2,42 2,49 12,74 13,88 3,18 3,29 9,35 9,72 2,73 2,99 11,48 11,56 2,65 2,99 6,29 6,48 1,80 1,70 5,86 5,95 1,77 1,79

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 105/111

Sin accidente Con accidente 19,04 20,36 4,04 4,01 14,59 15,18 3,24 3,39 20,83 21,27 4,23 4,77

111


Artículo Original

La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales

The SOBANE strategy and the Déparis guide for the participative management of occupational risks Jacques Malchaire1 1. M. Sc. Ingeniero Electricista Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, M. Sc. y PhD en Salud en el Trabajo Universidad de Cincinnati, USA. Director de la Unidad de Higiene y Fisiología del Trabajo y Director de los Programas de Formación de Maestría en Seguridad e Higiene Industrial y Ergonomía en Bruselas, Bélgica.

RESUMEN

La primera sección del documento describe una estrategia de prevención de riesgos, llamada SOBANE, en cuatro niveles: Diagnóstico precoz, Observación, Análisis y Experto. El objetivo es organizar la prevención de riesgos ocupacionales más rápida, más rentable y más eficaz, coordinando las contribuciones del colectivo laboral (los propios trabajadores y sus superiores inmediatos), de los asesores en prevención internos y externos y de los expertos. Estos cuatro niveles son: • Diagnóstico precoz: los factores de riesgo son discutidos por el colectivo laboral y las soluciones obvias se aplican. • Observación: los problemas restantes se estudian más en detalle, uno por uno, y las razones y las soluciones se discuten en detalle. • Análisis: cuando sea necesario, un asesor en prevención está llamada a llevar a cabo las medidas apropiadas y ayudar a desarrollar soluciones específicas. • Experto: en casos muy sofisticados y raros, se recurre a un experto para a resolver un problema particular. La guía de diálogo para la evaluación participativa de los riesgos (en francés: Dépistage Participatif des Risques), Déparis, se propone para el primer nivel de Diagnóstico precoz de la estrategia de SOBANE. La situación de trabajo esta revisada sistemáticamente y todos los aspectos que condicionan la facilidad y la eficacia del trabajo y la satisfacción en el trabajo se analizan, en busca de medidas prácticas de prevención. Los puntos a ser estudiados más en detalle en el nivel 2, Observación, se identifican. La guía se utiliza para llevar a cabo una reunión entre unos trabajadores claves y sus superiores inmediatos. Se demuestra que es simple, ahorrador de tiempo y recursos y jugando un rol importante en el desarrollo de un plan dinámico de gestión del riesgo y de una cultura de diálogo en la empresa.

ABSTRACT

The first section of the document describes a strategy of risk prevention, called SOBANE with four levels: Screening, Observation, Analysis and Expert. The goal is to organize occupational risk prevention faster, more profitably and more effectively, by coordinating the contributions of the working group (the workers themselves and their immediate superiors), prevention advisors and internal and external experts. These four levels are: • Screening: risk factors are discussed by the working group and the obvious solutions are applied. • Observation: the remaining problems are discussed in greater detail, one by one, and the reasons and solutions are discussed in detail. • Analysis: When necessary, a Occupational Health Practitioner (OHP) is called to carry out the appropriate measures and help develop solutions. • Expert: in very sophisticated and rare cases, we use an expert to solve a particular problem. The dialogue guide for participatory risk evaluation (in French: Dépistage Participatif des Risques) Déparis, is proposed for the first level of screening of the SOBANE strategy. The work situation is systematically reviewed and all aspects that condition the ease and efficiency of work and job satisfaction are analyzed, looking for practical preventive measures. The points to be studied more in detail at level 2, Observation are identified. The guide is used to carry out a meeting between some key workers and their immediate superiors. It is shown that is simple, saving time and resources and playing an important role in the development of a dynamic risk management and a culture of dialogue in the company. Key words: risk assessment, occupational health, ergonomics.

(Malchaire J, 2012. La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales. Cienc Trab. AbrJun; 14 [43]: 112-119). Palabras Claves: evaluación de los riesgos, salud ocupacional, ergonomía.

INTRODUCCIÓN Correspondencia / Correspondance Jacques Malchaire Universidad Católica de Lovaina Unidad Higiene y Fisiología del Trabajo Rue Rosier Bois B1331 Rosières Bélgica Tel.: 3226540388 e-mail: jacques.malchaireclouvain.be Web: www.deparisnet.be Recibido: 28 Julio de 2011/ Aceptado: 02 Marzo de 2012

112

La Directiva Marco Europea exige que el empleador garantice la seguridad y la salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con el trabajo mediante la aplicación de los principios generales de prevención: evitar los riesgos, evaluar los riesgos que no pueden evitarse, luchar contra los riesgos en la fuente, adaptar el trabajo a los trabajadores.1 La aplicación de estos principios sobre el terreno plantea muchos problemas. Uno de ellos es la coordinación entre los profesionales 112/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales en salud ocupacional (médicos de trabajo, ingenieros de seguridad, ergónomos, psicólogos del trabajo) y la industria, en particular en las pequeñas y medianas empresas (PYME). Después de una breve revisión de algunos conceptos, se presenta una estrategia que permita resolver o minimizar los problemas y organizar de manera eficaz y económica la cooperación para una mayor eficiencia de la prevención. Este documento está dirigido no solo a los profesionales en salud ocupacional, sino también a los empleadores responsables de la aplicación de programas de prevención y a los trabajadores que viven esta prevención.

Conceptos 1. Puestos de trabajo o situaciones de trabajo

Por "puestos de trabajo", se entiende en general, de manera restrictiva, el lugar y las condiciones (ruido, calor, dimensiones, espacios, etc.) en el que un trabajador realiza una tarea estereotipada. Esta noción se encuentra fuera de contexto por el hecho de que, en las nuevas formas de organización del trabajo, la noción de lugar limitado ocupado día tras día tiende a desaparecer. En su lugar utilizaremos la noción más global de “situación de trabajo”, que hace referencia a todos los aspectos físicos, organizacionales, psicológicos y sociales de la vida en el trabajo, aspectos que son susceptibles de tener una influencia en la seguridad, la salud, el bienestar y el comportamiento del trabajador.

2. Asesores en prevención y expertos

Vamos a llamar “asesores de prevención” a profesionales tales como ingenieros de seguridad, médicos ocupacionales, higienistas industriales y ergónomos, que tienen una formación en seguridad y salud en el trabajo para reconocer, evaluar, prevenir y reducir los riesgos. La formación y la competencia de estas personas pueden ser variables, pero no se hará distinción entre los diferentes tipos de profesionales. A los expertos los vamos a llamar como los profesionales —procedentes en general de laboratorios especializados— que cuentan con las calificaciones y los medios técnicos y metodológicos para profundizar en un problema particular. En general, sin embargo, estas competencias y los medios se limitan a un aspecto particular como la electricidad, la toxicología, la acústica o, incluso, los aspectos psicosociales.

3. Las pequeñas y medianas empresas (PYME)

Las grandes empresas suelen tener un asesor en prevención propio y un "clima social" que es bastante bueno. La situación es claramente diferente en el caso de las PYME, que emplea al 60 a 80% de los trabajadores y en donde las tasas de accidentes y enfermedades profesionales son aproximadamente dos veces mayores que en las grandes empresas. Estas PYME deben contar con los servicios de prevención externos para cumplir las misiones que no pueden cumplir de manera efectiva en casa. Los métodos de evaluación de riesgos y además de prevención deben ser desarrollados principalmente para las PYME, teniendo en cuenta sus medios y cualificaciones limitados en la salud y la seguridad.

4. Cuantificación vs. cualificación de los riesgos

Un gran número de métodos son disponibles para "evaluar" los

diferentes riesgos laborales. Muchos de ellos fueron desarrollados por investigadores cuya responsabilidad e interés radican en el establecimiento de las relaciones generales entre las exposiciones a los factores de riesgo y los efectos, y no en las soluciones de los problemas en una situación de trabajo. Esto es particularmente el caso de los factores medioambientales y problemas músculo-esqueléticos.2-5 Estos métodos, la mayoría de las veces, son mal utilizados porque son difíciles de aplicar, complejos y costosos. Las experiencias sobre el terreno demuestran que la cuantificación representativa y correcta de la exposición y del riesgo es muy difícil y costosa y que la mayoría de las mediciones realizadas en la industria tiene poco valor. Por lo tanto, es necesario alentar a los asesores en prevención que sistemáticamente miden y a las empresas que están pidiendo esos datos cuantitativos, para que reflexionen sobre el verdadero interés de estas mediciones, su validez, su costo y convencerlos a "cuantificar" mejor y más válidamente, con conocimiento y de acuerdo con objetivos explícitos. Como le dijo Goelzer: "No es raro ver más atención a la evaluación de la exposición y la vigilancia que a la prevención de riesgos y control. La fascinación ejercida por sofisticados equipos y números, por algunas razones, es mayor que el interés en el diseño de soluciones pragmáticas para evitar la exposición".6

SOBANE estrategia de gestión del riesgo7,8

El número de factores de riesgo y el número de situaciones de trabajo son tan grandes que es imposible estudiarlos todos en detalle. De hecho sería inútil, ya que, en la mayoría de los casos, las medidas de prevención se pueden tomar de inmediato sobre la base de simples "Observaciones" por las personas directamente afectadas (el colectivo laboral) quienes conocen en detalle las situaciones de trabajo día tras día. Un “Análisis” detallado puede ser necesario cuando la situación de trabajo sigue siendo inaceptable después de la puesta en marcha de las soluciones propuestas y la participación de los Expertos es esencial sólo en algunos casos especialmente complejos. Esta “estrategia” se lleva a cabo espontánea y lógicamente en la mayoría de los casos. Después de una queja se realiza una visita (Diagnóstico precoz) de la situación de trabajo y se corrigen los problemas evidentes. Si no es el caso, se organiza una reunión (Observación) para discutirlos aún más en detalle y definir las soluciones más convenientes. Si el “problema” no puede solucionarse, se solicita la asesoría de un especialista (Análisis) y, en los casos especialmente difíciles a solucionar, se recurre a un experto (Experto). Sin embargo, este procedimiento espontáneo no es sistemático y en general no es muy efectivo, debido principalmente a la falta de instrumentos eficaces para orientar estos exámenes y observaciones. Con frecuencia, las empresas y los colectivos laborales consideran que los problemas de salud y de seguridad son de la competencia y de la responsabilidad exclusiva de los asesores en prevención y expertos externos. Por lo tanto, es necesario desarrollar herramientas de Diagnóstico precoz y Observación para los colectivos laborales y garantizar la complementariedad de los actores. Este es el objetivo de la estrategia de gestión de riesgos descrita a continuación. Esta estrategia, llamada SOBANE (Screening, Observation, Analysis, Expertise), sigue los criterios definidos en el Cuadro 1.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 112/119

113


Artículo Original | Malchaire Jacques Este nivel requiere la asistencia de un asesor en prevención que tiene los conocimientos, las herramientas y las técnicas necesarias. A menudo este es un asesor externo, quien debe intervenir en estrecha cooperación con los que realizaron el nivel 2, Observación. La guía puede ser más sofisticada en términos y conceptos. Puede también requerir simples mediciones con instrumentos comunes, mediciones realizadas con objetivos explicitados de verificación de los problemas, de investigación de las causas y de optimización de las soluciones.

Cuadro 1. Características de los cuatro niveles de la Estrategia SOBANE. Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Diagnóstico Observación Análisis Experto precoz ¿Cuándo? Todos Si continúa En los casos En los casos los casos el problema difíciles complejos ¿Cómo? Observaciones Observaciones Observaciones Mediciones simples cualitativas cuantitativas especializadas ¿Costo? Muy leve Leve Medio Elevado 10 minutos por factor 2 horas 2 días 2 semanas ¿Por quién? El colectivo El colectivo El colectivo El colectivo laboral laboral laboral+ asesores laboral en prevención + asesores en prevención + expertos Competencias Muy elevadas Elevadas Media Escasa Situación de trabajo Baja Media Elevada Especializadas Salud en el trabajo

4. Nivel 4, Experto

1. Nivel 1, Diagnóstico precoz

El objetivo de este nivel es sólo para identificar los problemas de salud, seguridad, bienestar y resolver de inmediato los problemas sencillos, como un hueco en el piso, un contenedor abandonado que contiene solventes, una pantalla de computadora orientada hacia la ventana... Esta identificación debe llevarse a cabo internamente por las personas, quienes conocen perfectamente la situación de trabajo, incluso si tienen poco conocimiento en materia de seguridad, de fisiología o de ergonomía. Estas personas son el colectivo laboral (los propios trabajadores y sus superiores inmediatos) y el empleador mismo en las pequeñas empresas, con un asesor en prevención interno si está disponible en una mediana o una gran empresa. Las herramientas deben ser simples y fáciles de entender y utilizar y deben adaptarse al sector industrial. La guía en este nivel 1, Diagnóstico precoz, debe tratar de identificar los problemas en todas las circunstancias laborales, y no solo en un momento dado.

2. Nivel 2, Observación

Un problema no resuelto en el nivel 1, Diagnóstico precoz, debe ser estudiado en más detalle. La guía debe ser sencilla de entender y poner en práctica, rápida y económica, a fin de ser utilizada tan sistemáticamente como sea posible por el colectivo laboral, con la cooperación de un asesor en prevención interno en salud ocupacional cuando esté disponible. El objetivo es de nuevo ayudar al colectivo laboral a discutir el problema con el fin de identificar soluciones de prevención tan pronto como sea posible. Como el nivel 1, la Observación requiere un profundo conocimiento de la situación de trabajo según sus diversos aspectos, sus opciones, el funcionamiento normal o anormal. La profundidad del estudio en este nivel 2, Observación, variará de acuerdo con el factor de riesgo, la empresa y la cualificación de los participantes. La guía no debe requerir ninguna cuantificación y, por lo tanto, ninguna medición.

3. Nivel 3, Análisis

Cuando los niveles de Diagnóstico precoz y Observación no permiten disminuir el riesgo a un valor aceptable o que subsiste duda, es necesario ir más lejos, al Análisis de sus componentes y a la búsqueda de soluciones. 114

Especialmente en situaciones complejas, un estudio de nivel 4, Experto, podría ser necesario, con la asistencia adicional de un experto. Mediciones sofisticadas o específicas son necesarias para optimizar soluciones adecuadas. La guía de diálogo Déparis presentada más adelante intenta satisfacer las exigencias para el nivel 1, Diagnóstico precoz. Las guías de Observación, Análisis y Experto se han desarrollado y validado con respecto al ruido, ambientes térmicos, iluminación, vibración del cuerpo entero y mano-brazo, trastornos músculo-esqueléticos, agentes químicos, agentes biológicos, la seguridad (caídas, resbalones, etc.), riesgos de incendio y explosión, seguridad eléctrica, máquinas, trabajo con computadora, lugares sociales y aspectos psicosociales. Los documentos están disponibles en francés y algunos en español e inglés en el sitio web del autor: www.deparisnet.be. Criterios de una herramienta de Diagnóstico precoz global de los riesgos Sobre la base de la experiencia adquirida por los métodos presentados anteriormente, se pueden definir del siguiente modo los criterios para una herramienta global de Diagnóstico precoz de los riesgos: • Abordar rápidamente la mayoría de los aspectos de la situación de trabajo. • No requerir ningún conocimiento especializado en seguridad, ergonomía, fisiología o psicología cognitiva y estar basado solamente en el conocimiento íntimo de la situación de trabajo del colectivo laboral. • Ser utilizado directamente por este colectivo, con –si es posible, pero no indispensable– la asistencia de una persona capacitada en seguridad, ergonomía, etc. Se deduce que el método debe ser simple, fácil de comprender, utilizar el vocabulario corriente, tomar poco tiempo y no requerir ninguna medición. • Estar dirigida hacia la revisión de la situación de trabajo y de la búsqueda de mejoras. Resulta indispensable evitar las escalas de evaluación que desvían la atención de la búsqueda de soluciones hacia la determinación estéril de un resultado. • Estar orientada, no hacia la desaparición de los problemas de salud y seguridad, sino más hacia la búsqueda de una situación de trabajo "liviana, agradable y técnicamente eficiente", hacia la búsqueda del estado de salud técnica, humana y económica óptima de la empresa. • Permitir llegar a un plan de acción a corto, mediano y largo plazo y a un plan de intervención posterior eficaz para los asesores en prevención más especializados. • Concebirse en el marco de la estrategia general de prevención SOBANE de la que debe constituir el primer nivel. El vínculo debe establecerse entre las conclusiones de este Diagnóstico precoz y los niveles posteriores de intervención donde los aspectos con “problemas” se profundizarán con el objetivo, de nuevo, de encontrar las soluciones más eficaces.

112/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales

La guía de diálogo Déparis

La guía de diálogo Déparis ambiciona seguir estrictamente estos criterios. Se presenta en forma de 18 cuadros (dados a continuación), abordando 18 aspectos de la situación de trabajo: 1. Locales y áreas de trabajo 2. Organización del trabajo 3. Accidentes de trabajo 4. Riesgos eléctricos y de incendio 5. Comandos y señales 6. Material de trabajo, herramientas, máquinas 7. Posiciones de trabajo 8. Esfuerzos y manipulaciones de carga 9. Iluminación 10. Ruido 11. Higiene atmosférica 12. Ambientes térmicos 13. Vibraciones 14. Autonomía y responsabilidades individuales 15. Contenido del trabajo 16. Presiones de tiempo 17. Relaciones de trabajo con colegas y superiores 18. Ambiente psicosocial El orden de estos ítems ha sido estudiado para facilitar el abordaje físico de una situación de trabajo dada de la mejor forma, de lo general a lo específico, considerando la organización general (ítems 1 y 2) antes que la ubicación del trabajo (3), la seguridad (4) y las herramientas y medios directos de trabajo (5 a 9). Los factores físicos de ambiente (10 a 14), frecuentemente abordados en primer lugar, han sido deliberadamente aplazados en la lista, a fin de luchar contra este hábito y llamar la atención sobre los primeros puntos. Los factores psico-organizacionales (15 a 18) han sido dejados en el último lugar, como en la mayoría de los métodos desarrollados anteriormente, realizando la reluctancia persistente de ciertos medios industriales a abordar estos aspectos. Como ilustrada en el Cuadro 2, la guía de diálogo Déparis propone para cada aspecto una breve descripción de la situación deseada y una lista de aspectos para vigilar. Las palabras claves en negrilla servirán para guiar la discusión, mientras que las recomendaciones, en letras más pequeñas, ayudarán a buscar las acciones de mejoramiento más concretas y apropiadas. Cuadro 2. Esquema de los 18 cuadros de la guía de diálogo Déparis. ASPECTO A discutir

¿Quién puede hacer qué en concreto y cuándo?

Aspectos para estudiar con más detalle

L K J

Al lado de esta sección, el cuadro dispone de un espacio donde el coordinador Déparis anota lo que puede hacerse concretamente para mejorar la situación de trabajo. Al mismo tiempo, la discusión trata de escoger quién es el más indicado para concretizar las medidas de mejoramiento (qué) y en cuánto tiempo podrían realizarse (cuándo); Bien sea esto difícil y no siempre fiable, es deseable que los participantes se den cuenta del costo de las soluciones propuestas y del

impacto que ellas pueden tener sobre la calidad del producto y sobre la productividad, razón por la cual ellos son invitados a aportar un juicio rápido en función de tres criterios: costo directo, calidad del trabajo y productividad y en términos de: • Ningún costo (0): las mejoras podrían ser realizadas directamente; • Poco costoso (+): los presupuestos actuales podrían permitir realizar las mejoras a corto plazo; • Medianamente costoso (++): un presupuesto especial deberá ser autorizado y las mejoras podrían realizarse a mediano plazo; • Muy costoso (+++): las mejoras piden inversiones que solo podrían realizarse a largo plazo. En la tercera parte de cada cuadro el coordinador Déparis concluye con los aspectos que necesitan un estudio más profundo (para el nivel de Observación) y así poner a punto las soluciones propuestas durante las discusiones. Por ejemplo: • Revisar sistemáticamente y de manera más profunda los problemas en la utilización de los productos químicos. • Revisar la ubicación general de los puestos de trabajo y las posturas (con la elección de una silla ergonómica particular, por ejemplo). • Revisar la distribución de las responsabilidades y optimizarlas, revisar el contenido de trabajo de cada trabajador. En fin, la totalidad del grupo que conduce el estudio aporta un juicio global (indicador final) sobre la prioridad con la cual las modificaciones deben ser realizadas. La apreciación ha sido escogida por medio de un sistema figurativo intuitivo en tres niveles de colores y de caras: L : situación insatisfactoria, para mejorar necesariamente; ­ K : situación mediana y ordinaria, para mejorar, si es posible; J : situación completamente satisfactoria. Un sistema que utiliza un resultado numérico ha sido deliberadamente evitado. La experiencia muestra que esto conduce a discusiones e interpolaciones inútiles y ha sido preferido un sistema en tres niveles para evitar el abordaje dicotómico (2 niveles: bien y mal, reglamentario o no) o, al contrario, la búsqueda de escalas inútiles (más de 3 niveles). Al término de los 18 aspectos, los resultados son sintetizados en dos cuadros: • Un cuadro sinóptico retomando los 18 aspectos con sus apreciaciones: este cuadro ofrece una vista general del estado de la situación de trabajo y permite la comparación rápida y visual de un estado actual y de uno anterior, o del estado de diferentes situaciones de trabajo de la misma empresa o aún del estado de una situación de trabajo tal como son visualizadas por diferentes equipos de trabajo. • Un cuadro recapitulativo de las acciones y estudios complementarios propuestos en el curso de la discusión con la determinación de quién hace qué y en cuánto tiempo y de las incidencias financieras correspondientes. Este cuadro conducirá al plan de acción a corto, mediano y largo plazo por la situación de trabajo. Existe una redundancia parcial entre diversos apartados: como por ejemplo, por las posturas de trabajo que son verificadas en varias oportunidades. Esto se ha tratado de evitar en lo posible, con el objeto de llegar a complementar los diferentes aspectos en lugar de repetirlos. Sin embargo, una separación total no es posible, ni

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 112/119

115


Artículo Original | Malchaire Jacques deseada, pues la situación de trabajo constituye un todo y es vivida por los trabajadores como ese todo en donde los diferentes aspectos interactúan, se refuerzan o se neutralizan.

Procedimiento de utilización de Déparis

El procedimiento aconsejado puede resumirse punto por punto de la siguiente manera: 1. La dirección informa a los trabajadores y a la línea jerárquica sobre sus objetivos y su compromiso de tener en cuenta los resultados de las reuniones y estudios. 2. Se define una “situación” de trabajo. El criterio es agrupar los puestos que dependen unos de otros y que forman una pequeña unidad funcional como un pequeño taller, una cadena de acondicionamiento, un garaje, etc. El número de trabajadores interesados puede variar, pero no debería superar 15 (por equipo en caso de trabajo fijo) so pena de considerar un excesivo conjunto de situaciones de trabajo, más heterogéneo. 3. La dirección designa a un coordinador con el acuerdo del colectivo laboral. El coordinador debe organizar la reunión de concertación, animar y aportar los resultados. Él debe, idealmente, ser alguien que conozca muy bien la situación de trabajo: puede ser un capataz, un jefe de servicio, un asesor en prevención interno de la empresa. 4. El coordinador se familiariza con Déparis en detalle y se capacita en su utilización. El coordinador adapta también a Déparis a la situación de trabajo modificando términos, eliminando algunos aspectos no aplicables, transformando otros, o también añadiendo aspectos específicos a la situación de trabajo. 5. Un grupo de reflexión (de trabajo, de detección…) está conformado por miembros del colectivo laboral. Incluye al menos a un hombre y a una mujer en caso de grupo mixto. En una PYME, puede ser un grupo de solo 2 ó 3 personas. En una empresa mayor, por el contrario, podrá ser un grupo más importante incluyendo 3 ó 4 trabajadores, un superior inmediato, un ingeniero de producción, una persona del servicio de compra o mantenimiento, un asesor en prevención… El número de personas que participan en el grupo de reflexión debería ser aproximadamente de 3 a 7, ni demasiado grande —so pena de ser demasiado costoso—, ni demasiado pequeño —so pena de ser poco representativo. Estas personas deben ser personas-clave de la situación de trabajo, quienes deben conocer muy bien las actividades, las condiciones físicas y sociales de trabajo y quienes son aceptadas por sus colegas de trabajo. No deben hablar en nombre propio, sino poder expresar los dictámenes y las expectativas del grupo de trabajadores. 6. Se organiza una reunión del grupo de reflexión en un local tranquilo cerca de los lugares de trabajo con el fin de poder volver y discutir in situ las posibles modificaciones técnicas. La experiencia pone de manifiesto que es muy difícil realizar la discusión mientras la gente trabaja. Se pide, entonces que 2 ó 3 personas detengan su trabajo. 7. El coordinador explica claramente el procedimiento y propone sucesivamente los puntos que deben discutirse sirviéndose de los cuadros. 8. La discusión se enfoca sobre cada punto, concentrándose en todos los aspectos observados en este cuadro, sin dedicar tiempo a dar puntajes, pero sí a: • lo que puede hacerse simple, directa y concretamente para mejorar la situación,

116

• lo que necesita la asistencia de un asesor de prevención. El documento escrito sirve de apoyo a la discusión, pero no es el objetivo. El objetivo es estructurar y hacer progresar el debate, no de llenar cuadros. 9. Después de la reunión, el coordinador redacta una síntesis dejando en claro: • los cuadros utilizados, conteniendo la información detallada resultado de la reunión; • la lista de soluciones acordadas con la indicación de quién hace qué y cuándo; • la lista de los puntos que deben estudiarse más en detalle con sus prioridades. 10. Esta síntesis se presenta a los participantes, eventualmente en una segunda reunión o individualmente, para su confirmación o para complementar la información. 11. Se termina la síntesis. 12. Se presenta a la dirección y a los órganos de concertación. 13. El estudio continúa por los problemas no resueltos, factor por factor, por medio de los métodos del nivel 2, Observación, de la estrategia SOBANE o por métodos equivalentes. 14. Se aplican y se deciden planes de acción a corto, medio y largo plazo. 15. Periódicamente se repite la operación; los protagonistas principales revisan el estado general de la situación de trabajo y se actualizan los planes de acción. Este proceso sólo puede ser rentable si se realiza en un clima de colaboración honesta. Algunas condiciones deben requerirse para que se presente tal situación, a saber: • Una posición clara y no ambigua de la dirección que debe aclarar sus objetivos de seguridad y salud y comprometerse a tener en cuenta los dictámenes. Por supuesto, este no es una condición particular para la utilización de Déparis, tanto es cierto que ninguna acción en profundidad es posible sin esta voluntad de la dirección y sin la participación de la línea jerárquica. • Respeto escrupuloso de los órganos de concertación social en general y en particular del Comité de Salud y Seguridad (CSS). La experiencia indica que el grupo de reflexión debe ser local e involucrar trabajadores que vivan día a día la situación de trabajo. Esto no es contradictorio con la presencia y la participación de representantes de los trabajadores que pueden aportar su conocimiento más general de la empresa y garantizar la coherencia entre las distintas intervenciones de este tipo en la empresa. El CSS, cuando existe, debe guardar y desempeñar plenamente su papel, más específicamente garantizar el seguimiento general y el buen desarrollo de las experiencias al nivel local. • Un acuerdo en cuanto a la elección del coordinador. Este coordinador es la persona esencial del planteamiento y es fundamental que sea aceptado sin reserva por todas las partes. • Un acuerdo en cuanto a la elección y a la representatividad de los participantes, tanto del lado de los trabajadores como del lado de la línea jerárquica. • Una formación del coordinador quien debe cumplir el papel de moderador de la reunión leyendo y practicando Déparis en detalle.

El rol del asesor en prevención

La guía Déparis ha sido concebida para ser utilizada en la mayoría de las situaciones de trabajo. Sin embargo, es evidente que los

112/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales problemas no se prevén en los mismos términos en una oficina del sector terciario, que en el sector hospitalario, o en una empresa siderúrgica o también sobre una construcción. Es, pues, deseable que, a partir de la guía Déparis general, sea preparada una guía más específica y conveniente, respetando el espíritu inicial. Ya hay una serie de guías para diferentes sectores industriales que pueden ser fácilmente adaptadas a las características de la situación de trabajo encontrada en una empresa particular. Por lo tanto, la intervención del asesor en prevención nos parece que debe ser la siguiente: • Sensibilizar a los interlocutores sociales —dirección, línea jerárquica, representantes sindicales, Comités de Salud y Seguridad— sobre las posibilidades que ofrece Déparis para estructurar su enfoque a las condiciones de trabajo en sentido amplio. • Adaptar la guía a las particularidades de la situación de trabajo involucrada, revisar la terminología (p. ej.: taller u oficina) y/o los aspectos abordados (p. ej.: vibraciones, trabajo sobre pantalla, etc.). • Seguir de cerca, o incluso conducir él mismo, la primera utilización de Déparis para evitar las ambigüedades y vigilar que el proceso de discusión, decisión y concretización se desarrolle. • Reactivar la máquina periódicamente, vigilando porque este proceso se renueve y se mantenga en la empresa. El asesor en prevención desempeña así un papel de "motor", en el sentido literal, desarrollando el fenómeno, aportando el combustible necesario (Déparis) y manteniendo el movimiento. Déparis está previsto para ser utilizado por el colectivo laboral con el fin de hacer un balance lo más objetivamente posible de la situación de trabajo que viven a diario y que son los únicos que conocen bien. Ellos son idealmente el centro de la acción de la prevención, no para emitir dictámenes o responder preguntas, pero sí para discutir los aspectos prácticos que permitan realizar el trabajo en las condiciones óptimas para ellos y para la empresa. En algunos casos, y sobre todo para una primera utilización, una reunión puede resultar imposible o prematura. El asesor en prevención, quien desea introducir a Déparis en la empresa, tiene que utilizarlo solo, intentando recoger la experiencia, los dictámenes y las propuestas de los trabajadores. La utilización es entonces participativa en el sentido más tradicionalmente otorgado a este término: el trabajador participa en el estudio conducido por el asesor en prevención.

MÉTODO Y RESULTADOS Validación operativa

En 2003 y 2005, las guías de diálogo Déparis fueron utilizadas en 77 empresas de 9 sectores industriales y de 3 tipos de tamaño (< 20, 20-100, > 100 trabajadores). Las situaciones de trabajo concernieron a 734 trabajadoras y 1.104 trabajadores. 86 trabajadoras y 173 trabajadores participaron en las reuniones. Un total de 883 medidas de mejora fueron propuestas, es decir, 11 por reunión de promedio (de 5 hasta 32), con las características siguientes. • 40% sin costo • 36% poco costosas • 6% costosas • 8% muy costosas • 60% concretas y directamente aplicables • 40% relativas a la producción.

Estas validaciones operativas y las numerosas utilizaciones en Bélgica y en el mundo demostraron las ventajas siguientes del enfoque de la prevención con la Déparis: • Directamente participativa • Fácil de entender y utilizar • Orientada hacia el ¿por qué? y el ¿cómo? • Conduce a soluciones concretas y realistas • Sin escala de evaluación, excepto las caras: L K J • Define prioridades • Rápida y económica (no mediciones inútiles) • Constituye una fuente de progreso para la empresa • Conduce al desarrollo de un plan de gestión de la calidad de la vida en el trabajo (y no solamente de los “riesgos”). Las medidas propuestas son relativas no solo al mejoramiento de las circunstancias de exposición y al uso de los equipos de protección personal, sino también sobre todo a la eliminación de los factores de riesgo, a la disminución de la exposición y al comportamiento de todos (distribución de las tareas, comprensión y confianza mutua, motivación y satisfacción personal, solicitud de formación adecuada). La preparación de la intervención o de la acción exige tiempo para convencer a la dirección y a la línea jerárquica para comprometerse en esta vía y asegurar la colaboración del colectivo laboral. La preparación técnica de la reunión Déparis no requiere mucho tiempo, una vez que el espíritu se adquiere. La duración de la reunión es de unas 2 horas con 3 a 7 personas. Después de la reunión, el tiempo para preparar el informe es también de más o menos 2 horas. La inversión en tiempo para la empresa es en promedio 15 horas de personas directamente involucradas en la situación de trabajo. Los resultados de Déparis son muy variables, según la forma en que el coordinador animó la reunión y según la "cultura" de la empresa. • En varios casos, los participantes se limitaron a una simple verificación, discutiendo esencialmente si tal aspecto es satisfactorio o insatisfactorio. Se pudo observar una tendencia de los trabajadores a autolimitar sus apreciaciones. • En otros casos, la discusión se enfocó al porqué de las cosas, pero las soluciones generales han sido formuladas en condicional: “sería necesario, se podría, se debería... reorganizar el trabajo, revisar los ciclos”. • En la mayoría de los casos se alcanzó el objetivo. Se formularon algunas soluciones concretas: plan de reordenamiento del espacio, reubicación de existencias o máquinas, repartición diferente del trabajo, procedimiento de trabajo diferente. Las propuestas de modificación han sido muy concretas y han permitido lograr prioridades y definir planes de acción anual y a 5 años.

DISCUSIÓN La prevención requiere no sólo de entender la situación de trabajo, sino también de conocerla y solo la conoce porque la vive el colectivo laboral. Así pues, la estrategia se basa en el conocimiento de la situación de trabajo del colectivo laboral en lugar del entendimiento de esta situación por un asesor en prevención. En consecuencia, las personas en el centro de la estrategia de prevención no son los asesores, pero sí lo son las del colectivo laboral, con la asistencia, cuando sea necesario, de los asesores en prevención. El enfoque es, por lo tanto, un enfoque de gestión del riesgo por las personas directamente afectadas.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 112/119

117


Artículo Original | Malchaire Jacques La filosofía de la estrategia generalmente plantea las siguientes preguntas fundamentales: 1. ¿No es utópico contar con el colectivo laboral para administrar el proceso de prevención de riesgos? 2. ¿Si no es totalmente utópico, cómo iniciar el proceso de Diagnóstico precoz en una pequeña empresa? 3. ¿Si este proceso se inicia, cómo evitar que los actores en los niveles 1 y 2 consideren que ellos mismos pueden resolver todos los problemas y nunca piden la asistencia de los asesores en prevención? 4. ¿Por último, cómo garantizar que los problemas sean tratados adecuadamente en el corto y largo plazo? De hecho, la preocupación por la seguridad y la salud en las PYME sigue siendo limitada y pocas acciones se llevan a cabo directamente por los empleadores y los colectivos laborales. Sin embargo, también debemos admitir que los métodos existentes no conllevan a emprender alguna acción. La mayoría de ellos toman demasiado tiempo, no son adaptados a las situaciones de trabajo encontradas, son difíciles de entender, son dirigidos a la cuantificación y no sugieren ninguna medida preventiva. Por lo tanto, parece demasiado pronto para concluir que una gestión de los problemas por el colectivo laboral no pueda salir bien: los experimentos fueron mal llevados y no son concluyentes. En el estado actual de la organización de la seguridad y la salud en el trabajo, en muchos países, el único contacto sistemático con la salud y la seguridad en las PYME es la visita del médico del trabajo y la inspección de los lugares de trabajo. Estas inspecciones son y siguen siendo esenciales para detectar algunos aspectos de seguridad y salud, tales como los riesgos biológicos, incendios, riesgos eléctricos... que el colectivo laboral podría olvidar durante la reunión Déparis, ya que no interfieren directamente con la calidad de vida en el trabajo. Sin embargo, en muchos casos, estas inspecciones se llevan a cabo de acuerdo con un protocolo estándar y estereotipado y la información recogida se refiere principalmente a lo que se puede ver, oír, oler o sentir en el momento de la inspección. Su impacto sobre la mejora de las situaciones de trabajo puede entonces ser limitada. La estrategia presentada aquí quiere ser pragmática. Ofrece a la empresa una herramienta (la guía Déparis) complementaria a las inspecciones, más adaptada a la situación de trabajo, dando más información y que permite determinar qué aspectos de la situación de trabajo realmente necesitan más investigación. En la situación actual y para las PYME, el asesor en prevención seguirá siendo la mejor persona para introducir esta guía en la empresa, para sensibilizar a los empleadores y a los colectivos laborales de los beneficios que puedan derivarse de su uso y, por tanto, iniciar el proceso de educación. Cualquier otra forma de iniciar el proceso puede ser utilizado: los sindicatos, las asociaciones de empleadores, boletines, carteles... La tercera interrogante antes mencionada fue considerada explícitamente en la elaboración de las guías de la estrategia SOBANE. Los documentos de nivel 1, Diagnóstico precoz, y de nivel 2, Observación, deben, al mismo tiempo: • Ser lo más completos posibles, al no tener en cuenta sólo los

118

factores técnicos (alturas, posiciones, fuerzas...), sino también la organización y los factores personales. • Ser lo suficientemente detallado y rico de información para llevar a los usuarios a las soluciones adecuadas. • Ser instructivo para explicar cuáles son los posibles daños a la salud, a la seguridad y al bienestar. • Ser prudente, indicando claramente cuando el recurso de un asesor en prevención es fundamental: cuando las consecuencias son graves, el problema es difícil de comprender o las soluciones son difíciles de desarrollar. La última pregunta se refiere al seguimiento de las acciones. Esto depende del empleador, quien tiene toda la responsabilidad por la situación de trabajo. Es evidente, sin embargo, que las soluciones proyectadas por los colectivos laborales tienen mayor probabilidad de entrar en vigor que las medidas propuestas por un asesor en prevención que se ha hecho cargo del problema. El enfoque centrado en las personas tiene una mayor probabilidad de conducir a acciones exitosas. La discusión anterior se basa en la forma de prevención que se organiza y funciona en la actualidad, al menos en Bélgica. Se espera que esta situación pueda cambiar con el tiempo y que la estrategia SOBANE contribuya a esta evolución. Otro elemento también podría acelerar la evolución. Es la obligación para las empresas a comportarse con respecto a las situaciones de trabajo como lo hacen con respecto a sus productos y, así, garantizar la calidad de sus programas de salud y seguridad. Una norma OSHAS 18000 existe9 y la Organización Internacional del Trabajo publicó una recomendación sobre esta cuestión.10 Sistemas de auditoría ya están impuestos en algunos países. Estos sistemas de calidad requieren que la cooperación entre la empresa y los asesores en prevención exteriores se organice. La estrategia SOBANE podría ser la base de esta cooperación.

CONCLUSIONES La guía de diálogo Déparis se concibió para servir de herramienta al Diagnóstico precoz de los factores de riesgo, a aportar soluciones inmediatas y organizar el estudio de las situaciones de trabajo según la estrategia SOBANE. Sus ventajas pueden resumirse de la siguiente forma: • El colectivo laboral (los trabajadores y sus superiores inmediatos) es el actor principal y el centro de la prevención. • Déparis le permite hacer un balance de todos los aspectos de la situación de trabajo que condicionan su salud, su bienestar y, por lo tanto, su productividad. • Le conduce a formular soluciones inmediatas pertinentes y a determinar los aspectos prioritarios que deben profundizarse. • Conduce directamente a la elaboración de los planes de acción anual y a 5 años. • Permite hacer evolucionar el clima de participación y en consecuencia el clima social en la empresa. Déparis aparece así, en el marco de la estrategia SOBANE, para estructurar el sistema de gestión de los riesgos requeridos por la ley sobre el bienestar en el trabajo.

112/119 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales

REFERENCIAS 1. European Union. Council Directive 89/391/EEC of 12 June 1989 on the introduction of measures to encourage improvements in the safety and health of workers at work. Official Journal. 1989;183:0001-0008. 2. International Standard Organisation. ISO 7933: Ergonomics of the thermal environment; Analytical determination and interpretation of heat stress using calculation of the predicted heat strain. Geneva: International Standard Organisation; 2004. 3. Rappaport SM. Assessment of long-term exposures to toxic substances in air. Ann Occup Hyg. 1991;35(1):61-121. 4. Malchaire J, Piette A. A comprehensive strategy for the assessment of noise exposure and risk of hearing impairment. Ann Occup Hyg. 1997;41: 467-484. 5. Occhipinti E. OCRA: a concise index for the assessment of exposure to repetitive movements of the upper limbs. Ergonomics. 1998;41:1290-1311. 6. Goelzer BIF. Yant Award Lecture: The harmonized development of Occupational Hygiene; a need in developing countries. American Industrial

7.

8.

9. 10.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 112/119

Hygiene Conference and Exposition; 1996 May 18-24; Washington, D.C. Washington: Headquarters Department of the Army; 1997. Malchaire J. Stratégie SOBANE de gestion des risques professionnels et Guide de concertation Déparis, Série Stratégie SOBANE, Gestion des risques professionnels, SPF Emploi, Travail, Concertation sociale. Bruxelles: UE-Direction générale Humanisation du travail; 2007. Malchaire J. La estrategia SOBANE, la Guía de Diálogo Déparis y las Guías de Observación y Análisis relativas a los problemas músculo-esqueléticos y los aspectos psicosociales [en línea] 2009. [consultado 16 jun 2011]. Disponible en: http://www.deparisnet.be/sobane/SOBANE. htm#SOBANEsp2. British Standard Institution. OHSAS 18001:2007; Occupational Health and Safety management of system Specifications. London: BSI; 2007. International Labour Office. Guidelines on occupational safety and health management systems. Geneva: ILO-OSH 2001, 2001.

119


Artículo Original

Actividad de la Acetilcolinesterasa en Trabajadores e Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en 15 Departamentos de Colombia, 2006-2009

Acetylcholinesterase activity in blood taken from workers and individuals at risk of exposure to organophosphates and carbamatEs pesticides in 15 departments of Colombia, 2006-2009 Omayda Cárdenas Bustamante1, Elizabeth Silva Ospina2, Gerardo Nava Tovar3 1. Bacterióloga, Especialista en Salud Ambiental, Magíster en Ciencias Biológicas. Grupo Salud Ambiental, Subdirección Red Nacional de Laboratorios, Instituto Nacional de Salud, Bogotá, D.C., Colombia. 2. Microbióloga, Magíster en Microbiología con área mayor en Genética Humana. Grupo Salud Ambiental, Subdirección Red Nacional de Laboratorios, Instituto Nacional de Salud, Bogotá, D.C., Colombia. 3. Químico, Especialista en Salud Ambiental. Grupo Salud Ambiental, Subdirección Red Nacional de Laboratorios, Instituto Nacional de Salud, Bogotá, D.C., Colombia.

RESUMEN

ABSTRACT

(Cárdenas O, Silva E, Nava G, 2012. Actividad de la Acetilcolinesterasa en Trabajadores e Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en 15 Departamentos de Colombia, 2006-2009. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 120-128).

Key words: Acetylcholinesterase, pesticides, acetylcholinesterase inhibitors, organophosphates, carbamates, occupational exposure, environmental exposure.

Objetivo. Determinar el porcentaje de actividad de la acetilcolinesterasa en trabajadores e individuos con riesgo de exposición a plaguicidas organofosforados y carbamatos y describir los plaguicidas más frecuentemente aplicados en 15 departamentos del país. Material y métodos. Estudio descriptivo de información reportada al Programa de Vigilancia Epidemiológica de Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos por 15 departamentos colombianos. La determinación analítica del biomarcador se realizó por el método de Limperos y Ranta modificado por Edson con el equipo Lovibond. Resultados. Participaron 27.541 personas con riesgo de exposición a plaguicidas; 77,2% eran hombres. El 7,5% de las determinaciones analíticas fue anormal, con una prevalencia de anormalidad entre los hombres de 8,0% y 5,6% en las mujeres. Presentaron mayor prevalencia de valores anormales por oficio mezclador-tanqueador-formulador-equipador con 11,7%, estudiante-escolar con 10,5% y profesor-educadorinstructor con 10,2%. Los plaguicidas más reportados fueron los organofosforados (37,9%) y carbamatos (12,6%). Conclusión. El incremento en la prevalencia de valores anormales de acetilcolinesterasa y el riesgo de exposición infantil y población para-ocupacional requiere ampliar cobertura a todo el país y fortalecer las acciones de prevención y control de las intoxicaciones a nivel nacional.

Objetive. To determine the acetylcholinesterase activity rate in workers and individuals at risk of exposure to organophosphates and carbamates pesticides. To describe the pesticides most frequently used in 15 departments of Colombia. Material and methods. Descriptive study of the information reported 15 departments to the National organophosphates and carbamates pesticide epidemiological surveillance Program. The analytical determination of the biomarker was achieved by the Limperos and Ranta colorimetric method modified by Edson. the Lovibond equipment was used. Results. 27.541 participants at risk of pesticide exposure entered this study. 77.2% of them were male. 7.5% of the analyses were abnormal (8.0% for male and 5.6% for female). The highest rate of abnormal results were obtained among mixer-loaders-formulator-equipper with 11.7%, school student with 10.5%, teacher-instructor with 10.2%. The most widely used pesticides were organophosphates (37.9%) and carbamates (12.6%). Conclusion. The increase in the rate of abnormal acetylcholinesterase activity values in people nonoccupational and the risk at which children and workers are exposed pose a threat for human health and makes it urgent to widen epidemiological surveillance around Colombia and to strengthen control and prevention strategies directed to reduce the rate of intoxications.

Palabras claves: acetilcolinesterasa, plaguicidas, inhibidores de acetilcolinesterasa, organofosforados, carbamatos, exposición ocupacional, exposición ambiental.

Introducción Correspondencia / Correspondence Omayda Cárdenas Bustamante Grupo Salud Ambiental, Subdirección Red Nacional de Laboratorios, Instituto Nacional de Salud, Bogotá, D.C., Colombia. Tel: +571 2 20 7700, ext. 1295-1296 • Fax: +571 2 20 7700, ext. 1296 e-mail: ocardenas@ins.gov.co Recibido: 05 Marzo 2012 / Aceptado: 01 Mayo de 2012

120

Los plaguicidas han sido utilizados para generar beneficios en el desarrollo de la agricultura y por ende en la producción de alimentos, en el control de plagas en el sector pecuario y animales domésticos, así como en la salud pública para el control de enfermedades transmitidas por vectores. Sin embargo, afectan el ambiente, contaminando el aire, y alterando los suelos, el agua y 120/128 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en 15 Departamentos de Colombia, 2006-2009 los alimentos. Paradójicamente, afectan la fertilidad disminuyendo la fauna y la flora, contaminan el agua para riego y el agua para consumo de personas y animales, contaminan los animales, y aparecen en la carne, leche y huevos. Se considera que el 50% de los plaguicidas utilizados se asienta en los suelos, impidiendo el proceso natural de la fertilización. Como consecuencia de ello, los suelos pierden capacidad, los productos son de menor calidad nutritiva y, en algunos casos, los niveles de contaminación son peligrosos para la salud de quienes los van a consumir. Adicionalmente, el uso generalizado de plaguicidas elimina los sistemas bioquímicos naturales, es decir, especies útiles que mantienen normalmente bajo control la proliferación de plagas potenciales.1-8 En todos y cada uno de los procesos donde se manipulan plaguicidas se presentan riesgos que deben ser valorados según el grupo químico y clasificación toxicológica del plaguicida, su concentración y presentación, y el uso o no de elementos de protección personal durante la manipulación o aplicación.9-10 La literatura científica ha confirmado la presencia de problemas de salud en trabajadores expuestos a plaguicidas, con alto riesgo de afectar el sistema nervioso, así como riesgo potencial para generar alteraciones en el sistema reproductivo en niños y personas jóvenes.1,9 La medición clínica de la actividad de la colinesterasa en sangre representa el biomarcador más sensible por la presencia de inhibidores de colinesterasa, la estimación periódica de los niveles de colinesterasa en sangre puede proporcionar una indicación de los niveles peligrosos de exposición excesiva a compuestos organofosforados y carbamatos7,11-17, compuestos que han ganado popularidad a nivel mundial convirtiéndose en los insecticidas de mayor uso en la actualidad para el control de plagas en los cultivos2,4,6,7,18,19; el uso extensivo es debido a su eficacia, amplio espectro de actividad costo-competitiva cuando se compara con productos alternativos, y por esta razón han sido elegidos como un reemplazo para compuestos organoclorados persistentes. Los organofosforados y los carbamatos son plaguicidas que aunque se descomponen rápidamente tienen una elevadísima toxicidad. Los organismos han empezado a crear resistencia hacia ellos. También se ha detectado que los productos no persistentes se convierten en otros que sí lo son y además que los productos en descomposición generalmente son más dañinos que el producto original.2-5,18,20,21 En Colombia la industria de plaguicidas inició hacia 1962 con el proceso de formulación, y posteriormente se procedió con la síntesis de algunos ingredientes activos. En treinta años, las formulaciones de plaguicidas registradas en el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) prácticamente se duplicaron, pasando de 770 productos en 1974 (formulados con base en 186 ingredientes activos) a 1.370 en el 2003, formulados con base en 400 ingredientes activos.22 En la actualidad existen más de 1.000 plaguicidas preparados o mezclados en aproximadamente 40.000 productos3, con un consumo de 37.145.547 toneladas métricas de plaguicidas por año (10.738.426 Kg, 26.407.121 Lt.)23, ubicándose en el segundo lugar con 16.7 kg por hectárea como consumidor de plaguicidas en América Latina después de Costa Rica (51,2 kg por hectárea).24 La mayor parte de estos productos son utilizados en el sector agrícola, y Colombia tiene diversas áreas territoriales dedicadas a la agricultura y la horticultura; según datos de la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2004, 44,8% de la superficie del país estuvo destinada al sector agropecuario, la agricultura participó con 7,2% de

la superficie agropecuaria, es decir 3.708.455 hectáreas.25 En la cuenca del río Magdalena, la cual comprende el 85% de las tierras cultivables del país, se aplicaron aproximadamente 40.000 toneladas de plaguicidas de las categorías I, II y III durante 1998.3 En Colombia se han presentado cuatro episodios de intoxicación masiva por plaguicidas organofosforados, sin embargo estos hechos no reflejan la real magnitud de las intoxicaciones agudas con plaguicidas en el país. Falta añadir las intoxicaciones que han ocurrido en ambientes laborales, homicidios, suicidios y las intoxicaciones accidentales de grupos pequeños de individuos.3 Desde el punto de vista laboral existe una gran complejidad en los patrones de uso de los plaguicidas y una gran variedad de formas e intensidades de exposición. La población económica activa del sector agrario es la que tiene una mayor exposición dado que allí se utiliza el 85% de los plaguicidas26 y, según publicaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el envenenamiento por plaguicidas estaría ocasionando 14% de las lesiones ocupacionales del sector agrícola y 10% de las defunciones.27 Una de las posibles causas de esta situación es la deficiente información que se les suministra a los trabajadores agrícolas sobre los riesgos que conlleva la manipulación y aplicación de plaguicidas, y también el que ellos no tomen sus propias medidas de protección durante la exposición laboral.28,29 La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que anualmente en el mundo se presentan 3 millones de casos de intoxicaciones agudas por plaguicidas (IAP), con 220.000 muertes. La mayoría de estos incidentes ocurre en los países en desarrollo.2 Las cifras se basan en frecuencias de hospitalizaciones y se considera que son una subestimación de la situación real.30 En los países subdesarrollados ascienden a 25 millones los casos de IAP ocupacionales al año.31 La incidencia de las intoxicaciones por plaguicidas frecuentes en estos países se duplicó de la década del 80 a la del 90 y además por cada caso de intoxicaciones detectado existen 3 o 4 casos no reportados.32 Distintos trabajos de investigación en Centroamérica revelan que el sub-registro oscila entre el 22% y el 32% y que el problema de las IAP es mucho más grave de lo que reflejan las cifras oficiales.33 En los países en desarrollo los plaguicidas causan hasta un millón de casos de intoxicación y hasta 20.000 muertes anualmente.34 Los argumentos que se dan para explicar la cantidad de intoxicaciones son variados; entre ellos, se cita el uso de ropa o equipo inadecuados, la escasa preparación, el incumplimiento de las normas correspondientes y la falta de una supervisión experta en el manejo, el uso y la aplicación de los plaguicidas, así como la alta toxicidad de algunos de estos compuestos, los que incluso han sido prohibidos en países industrializados.35-37 En los siete países del Istmo Centroamericano (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) se han observado problemas originados por el uso intensivo de plaguicidas, pasando de tasas de 6,3 por cien mil habitantes en 1992 a 19,5 en el año 2000; sin embargo, estas cifras deben ser tomadas con cautela porque el aumento puede deberse a una mejor implementación del sistema de vigilancia.38 Si se analiza el riesgo por país de acuerdo con las tasas de incidencia en el trienio 19982000, periodo donde el sistema de vigilancia epidemiológica ya se había regularizado en su implantación, se encuentra que, de acuerdo con la tasa de incidencia mediana, los países de alto riesgo con tasa superior a 35 por 100.000 habitantes son Nicaragua y El Salvador, de bajo riesgo —con tasa inferior a 10/100.000 habitantes— Honduras, Belice y Guatemala.38 Las tasas de mortalidad

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 120/128

121


Artículo Original | Cárdenas Omayda, et al. también registran una tendencia al ascenso, pasando de un riesgo de muerte de 0,3 por 100.000 habitantes en 1992 a 2,1 en el año 2000, circunstancias que, al igual que la morbilidad, pueden estar relacionadas con un mejor registro y reporte al sistema de vigilancia.38 Al relacionar los casos fatales con las intoxicaciones agudas presentadas, se obtiene la proporción de letalidad. En la subregión ésta varió entre 4,8% en 1992 y 10,8% en el 2000. La mortalidad por sustancias químicas reportadas por la OMS presenta datos globales con una tendencia creciente. Pasando de 252 casos en 1998 a 342 casos en 2002 por mil muertes por intoxicación.38 Al ser Colombia un país con alta producción agrícola, el uso de plaguicidas en los diferentes procesos también es alto. Los casos reportados en Colombia han aumentado de manera progresiva en el Sistema de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA), de manera que las intoxicaciones por plaguicidas de 2008 a 2011 (semana epidemiológica No. 36) pasaron de 6.484 en 2008 a 8.388 en el 2010 y 6.359 casos hasta la semana epidemiológica 36 de 2011. Los plaguicidas fueron la categoría en la que se notificó el mayor número de casos, representando el 35,14% del total de las intoxicaciones por sustancias químicas.38 Por otra parte, en Colombia la Resolución 4547 de 199839 planteó que el Programa de vigilancia epidemiológica de plaguicidas organofosforados y carbamatos (VEO) realizara el seguimiento y control de estos plaguicidas, determinando la actividad de la acetilicolinesterasa. Dando cumplimiento a la normatividad, e inclusive adelantándose a ella, el Instituto Nacional de Salud ha venido desarrollando dicho programa desde 1981. Su objetivo general es el de determinar los valores de actividad de la acetilicolinesterasa en sangre de personas con riesgo de exposición a plaguicidas organofosforados y carbamatos, informar acerca de los plaguicidas más utilizados según el reporte de los trabajadores participantes, e impulsar el desarrollo de acciones de promoción, prevención, seguimiento y control que disminuyan el efecto de estos tóxicos sobre la salud.40,41 El Programa VEO está dirigido a las personas que están en contacto directo con los químicos como resultado de su ocupación –exposición ocupacional— e incluye a trabajadores de labores agrícolas, pecuarias y de campañas sanitarias y domiciliarias. También está dirigido a la población en general con exposición para-ocupacional, es decir, que está expuesta a la aspersión de los químicos en el medio ambiente en el cual viven, trabajan o estudian. Como biomarcador se usa la determinación de la acetilcolinesterasa, ya que es un método simple, rápido, con alta especificidad, con precisión y bajo costo, así como susceptible de ser automatizado en el laboratorio. Tiene como ventaja sobre la determinación directa de los plaguicidas o de sus metabolitos que no necesita del uso de equipos sofisticados, ni de personal altamente calificado.11,12,17,18,20,42-45 Con el fin de que el Programa VEO cuente con un diagnóstico sobre la capacidad de análisis y confiabilidad de los resultados reportados por los laboratorios participantes, se ha desarrollado el Programa Interlaboratorios de Control de Calidad (PICC-VEO), el cual promueve además la estandarización de metodologías de análisis. Para lograr un buen desempeño en el control de calidad, regularmente se ofrecen capacitaciones a los departamentos participantes en el Programa o que deseen ingresar en el mismo. La información obtenida mediante el Programa se ha venido publicando desde 1993, y ha suministrado información sobre la prevalencia de la intoxicación causada por plaguicidas organofosforados y carbamatos en las áreas geográficas del país que participan en el Programa cada año. La menor prevalencia encontrada fue de 3,6% (345 casos) en el 2005, la mayor fue de 34% (3.533 casos) en 1981,

122

y el promedio hasta el 2005 fue de 12,6%.40,41,46 Esta información es remitida a las secretarías departamentales de salud para que se tomen las medidas correctivas. Este estudio presenta el análisis de la información recolectada durante el período de 2006 a 2009, con el fin de dar continuidad al reporte de resultados del Programa VEO, y mostrar los datos sobre los plaguicidas más frecuentemente aplicados en los cultivos y en las labores desarrolladas por la población expuesta.

Material y métodos Tipo de estudio

Estudio descriptivo de la información reportada al Programa de vigilancia epidemiológica de plaguicidas organofosforados y carbamatos —VEO— entre el 2006 y el 2009. Para el desarrollo del Programa se realizaron convenios entre el Instituto Nacional de Salud (INS) y las secretarías de salud de cada departamento. Estas últimas llevaron a cabo un inventario de las empresas, un censo de las personas ocupacional y para-ocupacionalmente expuestas a plaguicidas, y entrevistas, informando sobre los objetivos, importancia y procedimiento del Programa.

Población muestra

Hicieron parte del estudio trabajadores ocupacionalmente expuestos a plaguicidas e individuos con exposición para-ocupacional. La participación en el Programa fue voluntaria con firma del respectivo consentimiento informado. Los menores de edad fueron incluidos con el previo consentimiento informado de los padres.

Recolección de la información

A los trabajadores e individuos participantes en el Programa se les realizó una entrevista con el fin de aplicar un formulario con variables demográficas, ocupacionales, de protección personal, tiempo de exposición, uso y aplicación de plaguicidas, nombre de los plaguicidas más empleados en las actividades laborales y los resultados de los niveles de actividad de acetilcolinesterasa una vez determinados en campo o en el laboratorio.

Determinación analítica

La medición del porcentaje de actividad de la acetilcolinesterasa se realizó por el método colorimétrico de Limperos y Ranta, modificado por Edson47 empleando el equipo de campo Lovibond. Este equipo permite realizar determinaciones analíticas con una pequeña cantidad de sangre total42-44,48,49; el método se fundamenta en un cambio de pH, detectado como cambio de color en un tiempo determinado y expresado en porcentaje de actividad, en valores discretos y a intervalos de 12,5%. Se consideran anormales los valores menores al 75% de actividad de colinesterasa. A la par del Programa de Vigilancia se hace una evaluación de la competencia de los laboratorios de salud pública que realizan las pruebas del Programa VEO en los departamentos participantes; esta evaluación se hace mediante ensayos de aptitud (Evaluación Externa de Desempeño), por medio del Programa Interlaboratorios de Control de Calidad (PICC-VEO), coordinado por el Grupo de Salud Ambiental-Subdirección Red Nacional de Laboratorios. A los resultados de los laboratorios participantes en el PICC-VEO se les realiza un análisis estadístico para establecer el rango de resultados válidos. Se les calcula la media aritmética, la media corregida y la desviación estándar para el desempeño del laboratorio en el

120/128 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en 15 Departamentos de Colombia, 2006-2009 Figura 1. Programa inter-laboratorios de control de calidad, PICC-VEO. Evaluación del desempeño 2006-2009. 100.0

Satisfactorios Aceptables

60.0

Insatisfactorios 40.0

20.0

Huila

Atlántico

Caldas

Valle del Cauca

Guaviare

Putumayo

Sucre

Cesar

Meta

Santander

Cauca

Arauca

Boyacá

0.0

Córdoba

La información obtenida es digitada por cada secretaría de salud en un formato previamente diseñado por el INS en programa Epi-Info. Los formatos son enviados en medio magnético o por correo electrónico al Grupo de Salud Ambiental del INS para el análisis de la información y divulgación de los resultados. Para el presente estudio se realizó un análisis descriptivo mediante frecuencias simples, tanto para la población total como para los participantes con niveles anormales de actividad de acetilcolinesterasa, utilizando el programa Epi Info 6.04 (Centers for Disease Control & Prevention (CDC), USA; World Health Organization, Geneva, Switzerland.

% de desempeño

80.0.

Análisis de la información

Norte de Santander

tiempo. La competencia de cada laboratorio es calificada como satisfactoria (mayor a 75%), aceptable (entre 60-75%) e insatisfactoria (menor del 60%), según el porcentaje de desempeño de cada uno al final de cada año. Los resultados se publican en tres informes parciales y uno final por cada laboratorio participante.

Departamentos

Fuente: Informes técnicos PICC-VEO, Programa de Vigilancia Epidemiológica de Plaguicidas, Grupo Salud Ambiental-SRNL.

Resultados Durante el período del 2006 al 2009 reportaron información al Programa de vigilancia de plaguicidas 15 de los 33 departamentos del país, y en total hubo 27.541 participantes con riesgo de exposición a plaguicidas (Cuadro 1). Cuadro 1. Número de participantes con riesgo de exposición a plaguicidas por año y departamento, 2006-2009. 2006 2007 2008 2009 Departamento n % n % n % n % Arauca 0 0,0 27 0,1 27 0,1 0 0,0 Atlántico 0 0,0 75 0,3 22 0,1 296 1,1 Boyacá 0 0,0 0 0,0 85 0,3 54 0,2 Caldas 2.251 8,2 914 3,3 461 1,7 370 1,3 Cauca 191 0,7 0 0,0 0 0,0 0 0,0 César 0 0,0 0 0,0 668 2,4 334 1,2 Córdova 632 2,3 4.017 14,6 0 0,0 0 0,0 Guaviare 117 0,4 46 0,2 42 0,2 0 0,0 Huila 882 3,2 888 3,2 300 1,1 143 0,5 Meta 0 0,0 393 1,4 354 1,3 246 0,9 Norte de Santander 0 0,0 123 0,4 192 0,7 398 1,4 Putumayo 79 0,3 49 0,2 157 0,6 187 0,7 Santander 2.487 9,0 1.258 4,6 0 0,0 0 0,0 Sucre 580 2,1 415 1,5 0 0,0 424 1,5 Valle del Cauca 1.965 7,1 3.286 11,9 910 3,3 1.196 4,3 TOTALES 9.184 33,3 11.491 41,7 3.218 11,7 3.648 13,2

Total Participantes n % 54 0,2 393 1,4 139 0,5 3.996 14,5 191 0,7 1.002 3,6 4.649 16,9 205 0,7 2.213 8,0 993 3,6 713 2,6 472 1,7 3.745 13,6 1.419 5,2 7.357 26,7 27.541 100,0

Fuente: Bases de datos reportadas, Programa VEO 2006-2009, Grupo Salud Ambiental-SRNL.

Con respecto al PICC-VEO, se encontró que el desempeño de los laboratorios encargados de desarrollar el Programa en los departamentos fue satisfactorio en seis de ellos, aceptable en siete e insatisfactorio en dos (Figura 1).

Análisis descriptivo de la población estudio

Del total de participantes, el 77,2% (21.274) era masculino y el restante 22,8% (6.267) era del género femenino. El promedio de edad fue de 36,7 años (rango: 1 a 98 años, DE = 13,8). El rango de edad con mayor número de participantes fue el de 26 a 40 años con el 40,4% (10.994), seguido por el de 41 a 50 años con el 19,9%

(5.404) y 18 a 25 años con el 16,5% (4.496), incluyendo tanto a hombres como a mujeres. De los 27.312 participantes que informaron el oficio, 78,6% (21.479) refirió exposición directa u ocupacional y 21,4% (5.833) exposición para-ocupacional o indirecta. Los oficios de exposición directa que presentaron mayor número de trabajadores fueron fumigador-aplicador, con 32,6%; servicios generales de campo, con 21,1%; y jornalero, con 15,8%. Los de exposición indirecta con mayor número de participantes fueron el grupo de amas de casa, infantes y mayores de 60 años, con 10,8%, seguido por los niños en edad escolar, con 4,9%. De los 27.073 participantes que reportaron información sobre afiliación al Sistema de Seguridad Social en Salud (SGSSS), 80,2% (21.712 personas) contaba con algún tipo de seguridad en salud; de ellos, el 32,2% (6.697) pertenecía al régimen contributivo y 67,8% al régimen subsidiado por el Estado. De los pertenecientes al régimen contributivo, el 78,8% (5.516) refirió afiliación a riesgos profesionales.

Uso y exposición a plaguicidas

Según la información reportada por 24.516 participantes, el 97,9% (24.010) estuvo expuesto alguna vez a plaguicidas, con un tiempo promedio de exposición de 88,4 meses (7,4 años) (mínimo 1 mes y máximo 648 meses, DE = 73,1). El Cuadro 2 muestra los plaguiCuadro 2. Plaguicidas más usados por los trabajadores, según grupo químico, 2006-2009. Grupo químico Organofosforados Carbamatos Otros compuestos clorados (clorinados) Ácido fosfónico Otros plaguicidas Tiocarbamatos Piretroides Bipiridilos Organoclorados Total

Frecuencia 26.521 8.808 6.215 7.951 6.189 6.067 5.331 2.181 759 70.022

Porcentaje % 37,9 12,6 8,9 11,4 8,8 8,7 7,6 3,1 1,1 100,0

Fuente: Bases de datos reportadas por las ETS, Programa VEO 2006-2009, Grupo Salud Ambiental-SRNL.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 120/128

123


Artículo Original | Cárdenas Omayda, et al. cidas más frecuentemente usados por los trabajadores en sus actividades laborales según grupo químico. Las categorías toxicológicas de los plaguicidas mayormente utilizados fueron: moderadamente peligrosos (categoría II) con 47,4% (33.225), ligeramente peligrosos (categoría III) con 19,8% (13.894), altamente peligrosos (categoría Ib) con 18,8% (13.140), improbable que presente riesgo agudo en uso normal (categoría U) con 9,4% (6.609), y finalmente extremadamente peligrosos (categoría Ia) con 1,9% (1.348). Con relación al tipo de organismo a controlar, 62,4% (43.678) fue insecticidas, 24,2% (16.928) herbicidas, 12,7% (8.884) fungicidas y 0,8% (532) otros, como fertilizantes, desinfectantes, reguladores fisiológicos y coadyuvantes. El uso más frecuente de los plaguicidas fue en el área agrícola, reportado por el 93,7% de los participantes; los cultivos con mayor frecuencia de aplicación fueron maíz (11,9%), café (11,1%), ajo (6,7%) y ajonjolí (6,2%). El restante 6,3% de los participantes reportó el uso de plaguicidas en campañas sanitarias intra y extra domiciliarias, en productos almacenados y en el sector pecuario. En cuanto a la protección personal, según la información suministrada por 23.553 participantes, 35,5% (8.360) usaba algún elemento de protección personal (EPP), los más frecuentemente reportados fueron overol y botas en un 21,7%, seguido por el uso de tapabocas y guantes en el 15,7%, respirador o tapabocas, guantes y overol en un 12,2% y únicamente botas en el mismo porcentaje anterior. De los 23.436 participantes que reportaron información relacionada con capacitación sobre el uso y manejo de plaguicidas, 58,5% (13.702) manifestó haberla recibido en el último año, el restante 41,5% informó no haber tenido ningún tipo de capacitación sobre el uso de plaguicidas en sus labores diarias.

Pruebas de actividad de acetilcolinesterasa

Se realizaron 27.541 determinaciones analíticas para medir el porcentaje de actividad de la acetilcolinesterasa, una por cada participante con riesgo de exposición a plaguicidas. Del total de pruebas, el 7,5% (2.056) de los participantes presentó porcentajes de actividad de acetilcolinesterasa menores o iguales a 62,5%, valores considerados como anormales. La Figura 2 presenta la distribución por año del número de pruebas de actividad de acetilcolinesterasa realizadas del 2006 al 2009. Figura 2. Pruebas de acetilcolinesterasa realizadas a los participantes en el estudio años 2006-2009. 30000

Anormales

Número de pruebas

25000

Normales Total

20000

10000 5000 0 2007

2008

2009

Total

Años Fuente: Bases de datos reportadas por las ETS, Programa VEO 2006-2009, Grupo Salud Ambiental-SRNL.

124

De los 2.056 participantes con valores anormales de acetilcolinesterasa, 82,9% (1.705) era hombre, y el 17,1% (351) mujer. Del total de hombres en el estudio, 8,0% presentó valores anormales y del total de mujeres, el 5,6%. El grupo de edad con mayor frecuencia de valores anormales fue el de 26 a 40 años, con 25,3%, seguido por el de 18 a 25 años con 12,3% y el de 0 a 5 años con 5,3%. Sin embargo, los resultados de las prevalencias de valores anormales por grupos etarios fueron: 16,3% de 6 a 11 años, 14,3% mayores de 60 años, 12,8% de 0 a 5 años, 9,3% 12 a 17 años, 8,3% de 18 a 25 años, 7,0% de 41 a 50 años y 6,9% de 26 a 40 años. Los trabajadores directamente expuestos presentaron valores anormales en un 7,8%, y los participantes para-ocupacionalmente expuestos en el 6,3%. Los que presentaron mayor porcentaje de valores anormales de acetilcolinesterasa en relación a la cantidad de participantes por cada oficio, fueron: mezclador-tanqueadorformulador-equipador con 11,7%; estudiante-escolar con 10,5%; y, profesor-educador-instructor con 10,2%. Del total de participantes con niveles de acetilcolinesterasa anormal, el 90,4% (1.859) refirió tener afiliación a algún tipo de seguridad social en salud. De los 21.560 participantes que estuvieron expuestos a plaguicidas en los 30 días previos a la determinación de la actividad de la acetilcolinesterasa, 8,3% (1.785) presentó valores anormales de actividad de la enzima; de estos, el 65,6% refirió haber estado expuesto a plaguicidas organofosforados y el 34,4% a carbamatos. Al preguntarles el tiempo de exposición laboral, reportaron en promedio 7,7 años (92 meses). La exposición ocupacional de estos trabajadores estuvo referida principalmente a actividades agrícolas, con el 91,3%; el restante 8,7% refirió actividades sanitarias en el área doméstica, en el control de vectores, en el sector pecuario y en la fumigación de productos almacenados. Los principales cultivos en los que se aplicaron los plaguicidas reportados por los trabajadores con valores anormales de acetilcolinesterasa fueron maíz 27,4%, café 20,9%, frijol 15,0% y tomate 10,7%. Sólo el 34,4% (439) de estos trabajadores reportó el uso de algún tipo de elemento de protección personal; los más usados fueron los tapabocas desechables, los guantes y las botas. Las medidas correctivas sugeridas a los participantes que presentaron valores anormales de acetilcolinesterasa fueron: remitir al médico en el 49,5%, retirar de la exposición al 23,0%, realizar una nueva prueba de acetilcolinesterasa a los 15 días, pero sin retirar de la exposición al 20,1%, y retirar de la fuente de exposición y repetir la prueba a los 15 días al 7,3%. Sólo el 34,8% de estos participantes refirió haber recibido capacitación en el uso y manejo de plaguicidas en el último año.

Discusión

15000

2006

Características de los participantes con actividad anormal de acetilcolinesterasa

En los últimos años el Programa VEO ha venido incrementando la cobertura a nivel nacional, habiendo pasado en el período 20022005 de 11 departamentos (que representan una cobertura del 33%), a 15 con 45% de cobertura en el período 2006-2009.27 Sin embargo, debido a problemas de orden público se ha visto afectada la cobertura a nivel rural y por esta razón la población participante ha disminuido en un 2.7% en el curso de estos dos períodos. Con respecto al PICC-VEO, el 86.7% de los departamentos presentó un desempeño satisfactorio o aceptable, el 13.3% restante tuvo un desempeño insatisfactorio. Se ha observado que el bajo desempeño

120/128 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en 15 Departamentos de Colombia, 2006-2009 está asociado con una alta rotación del personal responsable del trabajo de laboratorio y en campo, ya que su vinculación laboral es a término fijo y por un tiempo relativamente corto. Dicha situación ha resultado difícil de modificar debido a los factores políticos inmersos en la asignación de cargos. Aunque el Programa ofrece cursos de capacitación y asistencias técnicas todos los años, los resultados del desempeño se alcanzan a ver afectados mientras el nuevo responsable asume el desarrollo de la metodología. La mayoría de los participantes en el presente estudio fueron del género masculino y estuvieron en el rango de edad que se considera económicamente activo, lo cual ha sido una constante en los diferentes períodos estudiados y es lo esperado dado el tipo de oficios contemplados. Sin embargo, es importante destacar que en el análisis de los niveles anormales de acetilcolinesterasa por categorías etarias, las mayores frecuencias están en los grupos de los menores de edad, con 16,8% en los niños correspondientes al grupo de 0 a 5 años y 16,4% en los del grupo de 6 a 11 años. Para los rangos de edad de 26 a 40 años y de 41 a 50 años, los valores anormales por categoría de edad fueron de 7,0% y 7,1% respectivamente. Estos resultados están en concordancia con los encontrados en las categorías de los oficios, donde el grupo de escolares ocupó el segundo lugar en valores anormales de acetilcolinesterasa, con una frecuencia del 10,5%. Aunque los efectos agudos que producen en la salud los plaguicidas organofosforados son conocidos y están bien establecidos en la literatura, los efectos crónicos de bajo nivel de exposición han sido poco investigados, y menos aun en referencia a los niños, población de alto riesgo. Hay que tener presente que los plaguicidas son más peligrosos en ellos que en los adultos, porque aspiran más aire, y consumen más alimentos y bebidas por kilo de peso.1,2,50 Por otra parte, el contacto temprano con contaminantes en niños y jóvenes se asocia con mayores tasas de enfermedades crónicas como el asma, la pérdida de la inteligencia y el cáncer.51,52 El grupo de mezclador-tanqueador-formulador ocupó el primer lugar en frecuencia de valores anormales por categoría de oficios, con el 11,7%; este resultado está de acuerdo con lo esperado, ya que corresponde a trabajadores directamente expuestos y con un riesgo alto de exposición. Es importante, sin embargo, resaltar que el segundo y el tercer lugar fueron ocupados por los grupos de escolares y de profesor-educador-instructor con el 10,5% y 10,2% en frecuencia de actividad anormal de la enzima, respectivamente. Estos resultados que corresponden a dos oficios indirectamente expuestos, sugieren un importante riesgo de exposición a plaguicidas en centros escolares a los que asisten algunos de los participantes. Aunque los datos de exposición no ocupacional a diferentes clases de plaguicidas son escasos, en el Programa VEO se ha encontrado, repetidamente, que los grupos de los menores de edad presentan frecuencias con niveles anormales de acetilcolinesterasa cercanas, e incluso mayores, que las encontradas en varios de los grupos directamente expuestos.27 En este aspecto, se deben tener en cuenta los resultados de estudios en los que se ha analizado el contenido de plaguicidas en el polvo de viviendas cercanas a cultivos tratados con agroquímicos, así como en viviendas de familias de agricultores, ya que se ha encontrado que el promedio de la concentración de organofosforados en el polvo de las viviendas de familias de agricultores fue 7 veces mayor que en las familias de referencia53,54, y además el promedio de la concentración de plaguicidas en el polvo de las viviendas, así como la concentración de metabolitos en la orina de familias de agricultores, fue significativamente más alto en los niños que viven cerca

a cultivos tratados con plaguicidas que en aquellos que viven más distantes.1,53,54 Con relación al tiempo de exposición, en el presente reporte el tiempo promedio de exposición fue de 7,4 años, mayor que el del período de 2002-2005 que fue de 5,4 años27, los participantes manifestaron vivir y laborar en regiones con riesgo de exposición a plaguicidas. En estudios reportados en la literatura se encontró que a mayor cantidad de años de labor mayor es la intensidad de signos y síntomas, llegando a producir enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales y neurológicas.19,55 De estas conclusiones se puede inferir la probabilidad de que se presente una situación similar en los centros escolares cercanos a cultivos fumigados con plaguicidas, adonde acuden escolares y profesores que han participado en el presente estudio. Esta situación puede ser mejorada, y los niños protegidos, con la limpieza de los recintos afectados y lavándose con frecuencia las manos.51 Al respecto el Programa VEO está planteando un estudio piloto con el propósito de caracterizar el riesgo en población para-ocupacionalmente expuesta. Asimismo, se están intensificando campañas de capacitación en cuanto al manejo seguro de plaguicidas y disposición final de envases vacíos post-consumo en planteles educativos, con el propósito de que los niños se concienticen y sensibilicen del riesgo de exposición y a la vez se conviertan en multiplicadores hacia la comunidad. En la trayectoria del Programa VEO, los organofosforados han sido el grupo químico de mayor uso, seguido por los carbamatos; sin embargo, desde 1998 hasta el presente período de estudio se ha encontrado un descenso progresivo en el uso de estos dos grupos químicos de plaguicidas: de 1998 al 2001 su uso fue del 60,2%, del 2002 al 2005 fue de 56,3%, y del 2006 al 2009 del 50,5%. Igualmente se ha observado una disminución en el uso de los organoclorados, siendo esta una tendencia esperada, considerando que entre estos el 81,9% correspondía al endosulfán, plaguicida de uso restringido sólo para el control de la broca en los cultivos de café desde 1997 y prohibido definitivamente en Colombia desde el 2001.56-59 El restante 18,1% correspondía a ingredientes activos (aldrín, toxafeno y DDT), algunos de los cuales habían sido prohibidos y otros restringidos en Colombia desde 1974.60 Según los resultados encontrados en nuestro Programa, el uso de los organoclorados fue de 8,4% de 1998-2001, 3,6% durante el período de 2002-2005 y 1,1% de 2006-2009. La presencia de estos plaguicidas probablemente sea resultado de los remanentes que han quedado desde antes de la prohibición, insumos químicos o productos terminados, que entran al país por contrabando especialmente a través de las fronteras.3 Según lo reportado en la literatura, dentro de los insecticidas, los organofosforados son los más frecuentes (59%), seguido por los carbamatos (34%) y los organoclorados (10%).10 En este estudio se mantiene la proporción de que los organofosforados son los insecticidas de mayor uso, con el 60,7%, a los que le siguen los carbamatos con el 20,1%, piretroides con el 12,2% y finalmente los organoclorados, entre otros, con el 1,7%. Es interesante notar que para los organofosforados el porcentaje es muy similar al reportado en la literatura, y para los carbamatos y organoclorados el porcentaje referido es menor.10 Aunque según la Organización Mundial de la Salud es recomendable tomar tres muestras secuenciales de acetilcolinesterasa para establecer un valor basal normal en cada trabajador antes de la exposición43,61, en el Programa VEO no se han podido establecer estos valores basales. La situación es debida a que los trabajadores participantes en el Programa son principalmente del sector

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 120/128

125


Artículo Original | Cárdenas Omayda, et al. informal (rotan de finca en finca), y la mayoría de ellos no tienen seguridad social o si la tienen es subsidiada. Este hecho conlleva a que como sólo cuentan con atención para urgencias, no se pueden realizar las determinaciones de los valores basales de acetilcolinesterasa, por lo que las determinaciones reportadas en el Programa corresponden a valores por exposición. Al igual que lo reportado en la literatura, es difícil la estadística exacta y estudios epidemiológicos en una población como esta, son relativos los casos de intoxicación que se conocen y que se registran en los centros de salud, considerando que es una población flotante que trabaja temporalmente en ciertos cultivos y continúa su marcha por muchas de las áreas agrícolas. Estos factores, asociados con el uso creciente e inadecuado de plaguicidas, así como la inexistencia o poca protección de los trabajadores que los manipulan, se han convertido en un problema para la salud pública y ambiental.10,19,62,63 Con relación a los comportamientos en el uso de EPP, la principal razón identificada en la no utilización de los mismos fue la limitación para acceder a los elementos principalmente por razones económicas, afirmación hecha por la mayoría de trabajadores del sector informal; otros reportaron la incomodidad en el uso de los uniformes impermeables, sobre todo en regiones donde hace mucho calor, algunos trabajadores no consideran necesario el uso de estos elementos, y finalmente otros refieren no utilizar equipos de protección, ya que no son proporcionados por sus empleadores o propietarios de fincas. Estos hallazgos concuerdan con lo reportado en la literatura, donde todos estos factores unidos a las elevadas temperaturas hacen que las medidas de protección sean inadecuadas, cuando no nulas, en la mayoría de los aplicadores. Por otro lado, la edad tan precoz a la que comienzan a fumigar, así como el tiempo de exposición al dedicarse a esta actividad es importante en cuanto a la toxicidad a largo plazo.19,55 Los casos de intoxicación que se presentan en los trabajadores pueden ser un indicador de importantes diferencias en cuanto a la capacitación brindada a los aplicadores, por tanto en la percepción individual del riesgo a que están sometidos y al mayor o menor cuidado que ha tenido cada trabajador en la utilización adecuada de los elementos de protección personal. Por esta razón es recomendable en los momentos de aplicación tomar medidas adecuadas tanto en la preparación, adiestramiento y educación sanitaria con los aplicadores como en el control continuo y sistemático de la exposición.64

126

Una de las limitaciones en el estudio ha sido el reporte de información poco oportuno por parte de las secretarías de salud al Programa, el reporte de la misma en formatos diferentes a los diseñados por el Programa, los cuales dificultan y entorpecen el análisis de la información. Por otra parte, la asistencia técnica que el estado colombiano prestaba en el campo ha ido desapareciendo progresivamente, razón por la cual al campesino promedio le falta capacitación y cultura ambiental. Este hecho ha conllevado a un uso inadecuado de los plaguicidas, tanto en la cantidad aplicada como en las mezclas realizadas.3 El incremento en la prevalencia de valores anormales de acetilcolinesterasa y el riesgo de exposición infantil hacen necesario disminuir el uso y la comercialización de plaguicidas de alto riesgo y utilizar métodos menos tóxicos para el control de plagas. Se necesita ampliar cobertura a todo el país y fortalecer las acciones de prevención y control de las intoxicaciones a nivel nacional, con capacitación a profesionales y técnicos de salud, de usuarios de plaguicidas agrícolas y en el control de vectores en salud pública, fortalecer el abordaje intersectorial y multidisciplinario.

Institución donde se realizó el trabajo

Entidades Territoriales de Salud Grupo Salud Ambiental, Subdirección Red Nacional de Laboratorios, Instituto Nacional de Salud, Bogotá, D.C., Colombia

Financiamiento

Este trabajo fue financiado por el Plan de Atención Básico (PAB) de cada una de las Entidades Territoriales de Salud participantes en el Programa VEO durante el período de 2006 a 2009 y por el Grupo de Salud Ambiental de la Subdirección Red Nacional de Laboratorios del Instituto Nacional de Salud.

Agradecimiento

De manera especial los autores agradecen a los coordinadores y responsables del Programa de vigilancia epidemiológica de plaguicidas organofosforados y carbamatos (VEO), a los trabajadores e individuos de cada una de las Secretarías Salud, a los gerentes de empresas y propietarios de fincas, así como a los supervisores y técnicos de saneamiento participantes en el estudio. De igual manera a las directivas de hospitales por el apoyo brindado en la realización del Programa.

120/128 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en 15 Departamentos de Colombia, 2006-2009

REFERENCIAS 1. Sánchez P, Kay M, Morris RJ. The effects of organophosphate pesticide exposure on hispanic children’s cognitive and behavioral functioning. J Pediatr Psychol. 2008;33:91-101. 2. Jaga K, Dharmani Ch. Sources of exposure to and public health implications of organophosphate pesticides. Pan Am J Public Health. 2003;14:171-185. 3. Colombia. Auditoría General de la República. Auditoría analítica de gestión al uso y manejo de plaguicidas en Colombia. Bogotá DC: AGR; 2004. p.1-33. 4. Testai E, Buratti FM, Consiglio ED. Chlorpyrifos. En: Krieger R. Hayes’Handbook of Pesticide Toxicology. Vol. I .3rd ed. USA: Elsevier; 2010. p.1505-26. 5. Jensen IM, Whatling P. Malathion: A Review of Toxicology. En: Krieger R, editor. Hayes’Handbook of Pesticide Toxicology. Vol. I. 3rd ed. USA: Elsevier; 2010. p.1526-42. 6. Zhang X, Knaak JB, Tornero R, Blancato JN, Dary CC. Application of physiologically based pharmacokinetic/pharmacodynamic modeling in cumulative risk assessment for n-methyl carbamate insecticides. En: Krieger R, editor. Hayes’Handbook of Pesticide Toxicology. Vol. I. 3rd ed. USA: Elsevier; 2010. p.1591-1605. 7. Fong O, Barreiro I, Rodríguez JC, Marín D, Wawoe N, Colón M. Método Potenciométrico de Michel modificado para la determinación de actividad colinesterasa. Rev Cuba Quim. 2010; 22:45-52. 8. Schosinsky K, Quintana E. Detección de plaguicidas en vegetales de Costa Rica mediante la inhibición de colinesterasas humanas. Arch Latinoam Nutr. 2004;54:444-448. 9. Gutiérrez M. Plaguicidas. En: Guía para el manejo de urgencias toxicológicas. Ministerio de la Protección Social. Bogotá DC: Imprenta Nacional; 2008. p. 55-68. 10. Quinto JO. NTP 660 - Control biológico de trabajadores expuestos a plaguicidas (I): aspectos generales [en línea]. Madrid: MTAS- NSHT; 2005 [consultado 12 enero 2012]. Disponible en: www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/ Documentacion/FichasTecnicas/NTP/Ficheros/601a700/ntp_660.pdf . 11. Lefkowitz LJ, Kupina JM, Hirth NL, Henry RM, Noland GY, Barbee JY, et al. Intraindividual stability of human erythrocyte cholinesterase activity. Clin Chem. 2007;53:1358-1362. 12. Lessenger JE. Fifteen years of experience in cholinesterase monitoring of insecticide applicators. J Agromedicine. 2005;10:49-56. 13. Lotti M. Cholinesterase inhibition: Complexities in interpretation. Clin Chem. 1995;41:1814-1818. 14. Wilson BW, Henderson JD, Ramírez A, O’Malley MA. Standardization of clinical cholinesterase measurements. Int J Toxicol. 2002;21:385-388 15. Wilson BW. Cholinesterases. En: Krieger R, editor. Hayes’Handbook of Pesticide Toxicology. Vol. 1. 3rd ed. USA: Elsevier; 2010. p.1457-78. 16. Lotti M. Clinical Toxicology of Anticholinesterase Agents in Humans. En: Krieger R, editor. Hayes’Handbook of Pesticide Toxicology. Vol. 1. 3rd ed. USA: Elsevier; 2010. p.1543-89. 17. Carmona J. Correlación y conversión entre valores de colinesterasa eritrocitaria medida con las técnicas de Michel y EQM®. Biomédica. 2006;26:546-555. 18. Reigart JR, Roberts JR. Insecticidas. En: Insecticidas Organofosfatados; Reconocimiento y manejo de los envenenamientos por pesticidas. 5a ed. Baltimore, MD: United Book Press; 1999. p.19-61. 19. Gómez MJ, Cáceres JL. Toxicidad por insecticidas organofosforados en fumigadores de campaña contra el dengue, Estado Aragua, Venezuela, año 2008. Bol Mal Salud Amb. 2010;1:119-125. 20. Al-Saleh IA. Pesticides: A review article. J Environ Pathol Toxicol Oncol. 1994;13:151-161. 21. Timchalk C. Organophosphorus insecticide pharmacokinetics. En: Krieger R, editor. Hayes’Handbook of Pesticide Toxicology. Vol. 1. 3rd ed. USA: Elsevier; 2010. p.1409-1433. 22. Nivia E. Los plaguicidas en Colombia. Rev Semillas [en línea]. 2004;21. [consultado 20 de nov 2011].Disponible en: www.semillas.org.co/sitio.shtml?apc=e1b30353-30353&x=20154645 23. Colombia. Instituto Colombiano Agropecuario. ICA: Comercialización de plaguicidas 2008; Producción y venta de plaguicidas químicos de uso agrícola, importación-exportación. Bogotá DC: Produmedios; 2009. p.8-103.

24. Andréu T. Costa Rica: Número uno del mundo en uso de agroquímicos. Amanecer 2011 En: Biodiversidad en América Latina y el Caribe. Ecoportal [en línea]; 2011 [consultado 11 ene 2012]. Disponible en: http://es.sott.net/articles/ show/8998-Costa-Rica-Numero-uno-del-mundo-en-uso-de-agroquimicos. 25. Síntesis Encuesta Nacional Agropecuaria, ENA 2004 [en línea]. Bogotá: DANESISAC; 2005. [consultado 23 feb 2012]. Disponible en: http://amedea.eu/files/ ena_2004.pdf. 26. Altamirano JE, Franco R, Bovi Mitre MG. Modelo epidemiológico para el diagnóstico de intoxicación aguda por plaguicidas. Rev Toxicol. 2004;21:98-102. 27. Cárdenas O, Silva E, Ortíz JE. Uso de plaguicidas inhibidores de acetilcolinesterasa en once entidades territoriales de salud en Colombia, 2002-2005. Biomédica. 2010;30:95-106. 28. Rendón von Osten J, Epomex C, Tinoco-Ojanguren R, Soares AM, Guilhermino L. Effect of pesticide exposure on acetylcholinesterase activity in subsistence farmers from Campeche, México. Arch Environ Health. 2004;59:418-25. 29. Palacios ME, Paz P, Hernández S, Mendoza L. Sintomatología persistente en trabajadores industrialmente expuestos a plaguicidas organofosforados. Salud Pública Mex. 1999;41:55-61. 30. Van Wendel B, Mergler D, Wesseling C, Henao S, Amador R, Castillo L. Manual de pruebas neuroconductuales. Instituto Regional de Estudios de Sustancias Tóxicas (IRET). San José: IRET; 2000. p.7. 31. Jeyarathnam J. Acute pesticide poisoning: A mayor global health problem. World Health Stat Q. 1990. 43(3):139-44. 32. World Health Organization/United Nations Environmental Program. Public health impact of pesticides used in agriculture. Geneva: WHO; 1990. 33. Henao S, Nieto O. Diagnóstico, prevención y tratamiento de intoxicaciones agudas causadas por plaguicidas. 3ra ed. San José: INCAP-PLAGSALUD, ECO-UNED; 1999.p.12-30. 34. Klein-Schwartz W, Smith GS. Agricultural and horticultural chemical poisoning. Mortality and morbidity in the United States. Ann Emerg Med. 1997;29:232-238. 35. Andrade Carvalho W. Fatores de riscos relacionados com exposiçao ocupacional e ambiental a inseticidas organoclorados no Estado da Bahia, Brasil, 1985. Bol Oficina Sanit Panam. 1991;111:512-524. 36. McConnell R, Hruska AJ. An Epidemic of pesticide poisoning in Nicaragua: Implications for prevention in developing countries. Am J Public Health. 1993;83:1559-1562. 37. Câmara VM, Corey G. Vigilância epidemiológica relacionada com substâncias de uso proibido na agricultura. Bol Oficina Sanit Panam. 1995;119:135-139. 38. Abella JJ, Salgado MA, Urrego R. Informe del evento de notificación por intoxicaciones por sustancias químicas, período epidemiológico XII, 2010. Bogotá DC: SIVIGILA; 2011. p.1-48. 39. Ministerio de Salud. Programa de vigilancia epidemiológica. Resolución Número 4547 de 1998. Bogotá DC: Ministerio de Salud; 1998. 40. Silva E, Morales L, Ortiz J. Evaluación epidemiológica de plaguicidas inhibidores de acetilcolinesterasa en Colombia, 1996-1997. Biomédica. 2000;20:200-9. 41. Cárdenas O, Silva E, Morales L, Ortiz JE. Estudio epidemiológico de exposición a plaguicidas organofosforados y carbamatos en siete departamentos colombianos, 1998-2001. Biomédica. 2005;25:170-80. 42. Tecles F, Cerón JJ. Determinación espectrofotométrica de colinesterasa en sangre entera de animales domésticos: factores pre y analíticos: An Vet. (Murcia) 2003;19:61-76. 43. Maroni M, Ferioli A. Pesticidas. En: Lauwerys R. Control Biológico; Herramientas y Enfoques. Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo [en línea]. Madrid: OIT-MTAS; 2001 [consultado 13 ene 2012]. p.1-27. Disponible en: http://www. insht.es/Inshtweb/Contenidos/Documentacion/textosonline/enciclopediaOIT/ Tomo1/27.pdf.]. 44. Wilson BW, Sanborn JR, O´Malley MO, Henderson JD, Billitti JR. Monitoring the pesticide-exposed worker. En: Keifer MC, Human Health Effects of Pesticides. Occupational Medicine. Washington DC: Harborview Medical Center; 1998. p.347-63. 45. Pineda J. Plaguicidas: Monitoreo efectivo de la exposición a carbamatos y órgano-fosforados. Ciencia & Trabajo. 2007;9:178-181.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 120/128

127


Artículo Original | Cárdenas Omayda, et al. 46. Varona M, Morales L, Ortiz J, Sánchez JF, Cárdenas O, De la Hoz F. Panorama epidemiológico de exposición a plaguicidas inhibidores de colinesterasa en 17 departamentos del país. Biomédica. 1998;18:22-9. 47. Edson EF, Fenwick ML. Measurement of cholinesterase activity of whole blood. Brit Med J. 1955;1:1218. 48. Fillmore CM, Lessenger JE. A cholinesterase testing program for pesticide applicators. J Occup Med. 1993;35:61-70. 49. Limperos G, Ranta KE. A rapid screening test for the determination of the approximate cholinesterase activity of human blood. Science. 1953;117:453-5. 50. Hubal EAC, Sheldon LS, Zufall MJ, Burke JM, Thomas KW. The challenge of assessing children’s residential exposure to pesticides. J Expo Sci Environ Epidemiol. 2000;10:638-649. 51. Roberts JVV, Wallace LA, Camann DE, Dickey P, Gilbert SG. Lewis RG, et al. Monitoring and reducing exposure of infants to pollutants in house dust. Rev Environ Contam Toxicol. 2009;201:1-39. 52. Rother HA. Falling through the regulatory cracks: Street selling of pesticides and poisoning among urban youth in South Africa. Int J Occup Environ Health. 2010;16:202-213. 53. Lu C, Fenske RA, Simcox NJ, Kalman D. Pesticide exposure of children in an agricultural community: evidence of household proximity to farmland and take home exposure pathways. Environ Res. 2000;84:290-302. 54. Fenske RA, Lu C, Barr D, Needham L. Children’s exposure to chlorpyrifos and parathion in an agricultural community in central Washington State. Environ Health Persp. 2002;110:549-553. 55. Hernández AF, Pla A, Gómez MA, Pena G, Gil F, Pino G, Rodrigo L. Susceptibilidad a los insecticidas organofosforados en trabajadores de invernadero: importancia de los marcadores bioquímicos. En: Una alternativa para el mundo rural del tercer milenio. Valencia: SEAE; 1998. p.369-377. 56. Colombia. Consejo de Estado. Endosulfán sí es peligroso y está prohibido en Colombia. Comunicado para publicación abril 2 de 2001 [en línea]. Bogotá DC:

128

Consejo de Estado; 2001. [consultado 10 ene 2012]. Disponible en: http:// consejo-estado.vlex.com.co/vid/-52575499. 57. RAP-AL. Un muerto y 154 personas intoxicadas con endosulfán, cuyo uso está prohibido. Agrotóxicos. Colombia; 24 de agosto de 2007. [consultado enero 2012]. Disponible en: http://www.rel-uita.org/agricultura/agrotoxicos/colombia _muerto_endosulfan.htm. 58. Colombia. Ministerio de Salud. Por la cual se autoriza el uso de productos con base en ENDOSULFAN únicamente para el control de la broca del cafeto (Hipotenemus hampei). Resolución 01669 de 1997; Bogotá DC: Ministerio de Salud; 1997. 59. Colombia. Ministerio de Salud, Ministerio del Medio Ambiente, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Perfil nacional para una gestión racional de las sustancias químicas. Bogotá DC: Gente Nueva Ltda.; 1998. p.38-40. (Serie de investigaciones). 60. Colombia. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Instituto Colombiano Agropecuario. Restricciones, prohibiciones y suspensión de registros de plaguicidas de uso agrícola en Colombia [en línea]. Bogotá: ICA; 2004. [consultado 2 feb 2012]. Disponible en: http://www.ica.gov.co/getdoc/b2e5ff99-bd80-45e8aa7a-e55f0b5b42dc/PLAGUICIDAS-PROHIBIDOS.aspx. 61. Badii MH. Varela S. Insecticidas organofosforados: Efectos sobre la salud y el ambiente. CULCyT. 2008.5(8):5-17. 62. Clarke EEK, Levy LS, Spurgeon A, Calvert IA. The problems associated with pesticide use by irrigation workers in Ghana. Occup. Med. 1997;47:301-308. 63. Balme KH, Roberts JC, Glasstone M, Curling L, Rother HA, London L, et al. Pesticide poisonings at a tertiary children’s hospital in South Africa: an increasing problem. Clin Toxicol. (Phila) 2010;48:928-934. 64. Ibarra EJ, González A, Díaz H, Novas AJ, González RM, Guevara T, et al. Exposición a plaguicidas inhibidores de la colinesterasa en fumigadores de la campaña anti Aedes aegypti en la Ciudad de la Habana de enero a marzo de 2002. Rev Cuba Salud Trabajo. 2002;3:1-4.

120/128 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original

Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado PSYCHO-TOXICOLOGIC ASSESSMENT OF WORKERS WITH CHRONIC EXPOSURE TO ORGANIC SOLVENTS IN THE LEATHER AND SHOE INDUSTRIES Corina Flores-Hernández1, Daniel Páramo Castillo2, María-Raquel Huerta-Franco3, Joel Hernández4, Kathleen Cappacione5, Miguel Vargas-Luna6, Luz Verónica Díaz de León-Morales7, Ismael Morales-Mata8 1. Dra. en Ciencias. Cuerpo Salud Ocupacional del DCAT, División de Ciencias de la Salud, Campus León, Universidad de Guanajuato. 2. Candidato a Maestro en Salud Pública. Departamento de Ciencias Aplicadas al Trabajo, División de Ciencias de la Salud, Campus León, Universidad de Guanajuato. 3. Dra. en Ciencias. Cuerpo Salud Ocupacional del DCAT, División de Ciencias de la Salud, Campus León, Universidad de Guanajuato. 4. Colégio de Médicos de Empresa. Capítulo Bajío. 5. Estudiante de Medicina. Robert Wood Johnson Medical School, The University of Medicine and Dentistry of New Jersey. 6. Dr. en Ciencias. Departamento de Ingeniería Física, División de Ciencias e Ingenierías, Campus León, Universidad de Guanajuato. 7. Instituto Mexicano del Seguro Social. H.G.Z.M.F.21, León. 8. Dr. en Ciencias. Cuerpo Salud Ocupacional del DCAT, División de Ciencias de la Salud, Campus León, Universidad de Guanajuato.

RESUMEN

Objetivo. El objetivo del presente trabajo fue identificar el daño toxicológico de empleados ocupacionalmente expuestos a solventes, a través de su manifestación en síntomas psicológicos. Material y métodos. Fueron evaluados 279 empleados de una empresa de curtiduría y de una fábrica de calzado mediante el cuestionario HLSS de Hänninnen y Lindstrom, y se evaluó también la presencia de solventes en el ambiente. El análisis se realizó comparando grupos ocupacionales y por género mediante regresión logística. Resultados. La presencia de solventes en el ambiente osciló entre los 60 y 85 ppm. 9,2% de los empleados presentó daño neurológico, principalmente en mujeres y en la empresa de calzado (p ≤ 0,001 en ambos casos). Discusión. El género fue el mejor predictor de daño neurológico manifestado principalmente mediante labilidad, fatiga y disminución de la sociabilidad. (Flores-Hernández C, Páramo D, Huerta-Franco M, Hernández J, Cappacione K, Vargas-Luna M, Díaz de León-Morales L, MoralesMata I, 2012. Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 129-134). Palabras claves: Trabajadores, solventes, psicotoxicología, exposición ocupacional, daño neurotóxico.

ABSTRACT

Objective. The aim of this study was to identify the neurological toxicology in workers, manifested by subjective symptoms secondary to chronic occupational solvents exposure. Methods. 279 employees participated divided in two groups: 185 workers from the leather industry and the rest from the shoe industry. All subjects answered the Hänninnen and Lindstrom subjective symptoms (HLSS) questionnaire (validated in the Spanish population). The psycho-toxicology variables were analyzed by groups and by gender with a t test for independent samples. The predictors of psycho-toxicology were determined with logistic regression and odds ratio analyses. Results. Employees from these two groups had a total solvent exposure of 60 to 85 ppm. In general 9.2% of workers from the both leather and shoe industries had organic damages secondary to the use of solvents, mainly in the shoe factory and between women (p≤0.001 in both cases). Conclusions. In general, gender was a good predictor of neurological damage (lability, fatigue, and diminished sociability), with females at a higher risk of developing psycho-toxic problems. Key Words: Workers, solvents, psycho-toxicology, occupational exposure, damage neurotoxic.

Introducción Correspondencia / Correspondence: Dra. Corina Flores-Hernández Departamento de Ciencias Aplicadas al Trabajo, División de Ciencias de la Salud, Campus León, Universidad de Guanajuato. Av. Aquiles Serdán # 924, Colonia Obregón, 37000. León, Gto, México. Tel: 52+(477)7133473, 7136984 ext. 126 y125 e-mail: coria999@hotmail.com; fhcorina@ugto.mx Recibido: 27 de Marzo 2012 / Aceptado: 15 de Abril 2012

El benceno, el tolueno, el etilbenceno y el xileno se encuentran con frecuencia presentes en lugares de residuos peligrosos. Las combinaciones de estas sustancias se conocen como mezclas binarias.1 La contaminación con dichas sustancias químicas pueden ser transmitidas a través del aire, agua o suelo. Las principales vías de absorción son las vías respiratorias y a través del contacto. Hay tres mecanismos diferentes que pueden causar daño neurológico: en las células del sistema nervioso central se cambia la tensión de oxígeno, por su afinidad estructural para competir con los neurorreceptores

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 129/134

129


Artículo Original | Flores-Hernández Corina, et al. que, por último, también atacan la mielina. No hay datos explícitos sobre los efectos en la salud de los seres humanos y animales que estén expuestos exclusivamente a las mezclas de benceno, tolueno, etilbenceno y xileno. Algunos investigadores en el campo de la toxicocinética han concluido que los efectos de la exposición a combinaciones de estos productos químicos son el resultado de la sinergia, basada en un modelo de una mezcla de PBPX.2 Para entender la exposición ocupacional a los disolventes, es necesario evaluar 1) el tipo de sustancia contaminante, 2) la duración de la exposición crónica, 3) la concentración de la sustancia, y 4) el modo de exposición (inhalación, contacto directo con la piel, los ojos o ingestión). En la industria del cuero es importante tener en cuenta distintas medidas de protección tales como la ventilación y el uso de equipos de protección para los trabajadores para evitar o minimizar la contaminación por sustancias tóxicas. El daño al sistema nervioso central (SNC) por los contaminantes tóxicos es el primer cambio detectable en el examen clínico. Esto es así porque los médicos pueden identificar las manifestaciones en los diferentes niveles, por ejemplo: cambios en la personalidad, en el comportamiento individual, o en el nivel de proceso básico y superior neurológico como la atención, percepción, memoria, y la coordinación psicomotriz.3,4 En comparación con otras técnicas de evaluación, la evaluación psicológica puede ser uno de los métodos más útiles de evaluación, ya que puede evidenciar la toxicidad neurológica en una etapa temprana.5-7 Un modelo de PBPK (Base Fisiológica Farmacocinética/Farmacodinámica) se ha desarrollado utilizando mezclas de BTEX en ratas.8 Este modelo simula precisas interacciones tóxico-cinéticas entre las mezclas cuaternarias de acuerdo a los niveles de sangre venosa y sustancias químicas, utilizando la información acerca de las interacciones binarias entre los compuestos químicos. El desarrollo inicial del modelo fue de la siguiente manera: (1) Los autores validaron los modelos PBPK para cada uno de los cuatro productos químicos, (2) luego unieron cada uno de los modelos químicos de PBPK a un posible mecanismo de acción (competitivo, no competitivo, e inhibitoria al nivel del metabolismo hepático), y (3) los autores optimizaron la caracterización de las mezclas binarias utilizando el mecanismo de interacción en modelos de simulación basados en los datos relativos a las concentraciones de los compuestos en la sangre venosa producida por inhalación. En los niveles epidemiológicos y toxicológicos, los niveles de toxicidad de BTEX no se han medido. Los datos con respecto a los efectos en la salud de las mezclas de BTEX se han limitado a la investigación de benceno, tolueno y xileno, una mezcla que no se ha modelado en los estudios de PBPK. Estos estudios demostraron los efectos de los solventes en los niveles hematológicos e inmunológicos en individuos con exposición ocupacional.9 La prueba de aditivos que utiliza embriones de rata in vitro no es suficiente para evaluar el riesgo y el peligro de la exposición laboral y ambiental al BTEX sobre la salud de los individuos.10 La toxicidad del sistema nervioso es causada por la inhalación de disolventes tales como BTEX. Debido a que éstos son lipofílicos, se cree están implicados en el intercambio reversible de los lípidos en las membranas dentro del sistema nervioso. Esto produce cambios en la fluidez de las membranas, interactúa con las proteínas de membrana (que produce cambios conformacionales), altera el transporte de iones y cambia la actividad enzimática de los receptores de neurotransmisores. Esto interrumpe el funcionamiento normal de los impulsos nerviosos y la regeneración de los potenciales de acción.11,12

130

La información disponible sobre la exposición-respuesta en términos de los efectos neurológicos de la inhalación de benceno aguda, de la inhalación intermedia de etilbenceno y la elevada exposición al benceno incluye parámetros tales como los síntomas del sistema nervioso central (SNC) de toxicidad.13,14 Es evidente que el SNC es afectado por el benceno y etilbenceno. Se necesitan más estudios para identificar otros posibles órganos afectados para caracterizar mejor el riesgo de estas sustancias. Los datos de neurotoxicidad indican un efecto crítico de la exposición aguda al benceno y al de la exposición intermedia a etilbenceno sobre la base de los datos de inhalación que se describen en la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades Guías de la ATSDR.14 Los elevados niveles de exposición (LES, por sus siglas en inglés) se clasifican de acuerdo a los siguientes criterios: (1) la proximidad de los niveles de exposición a la LOAEL (nivel más bajo observado en eventos adversos), que es de 10 ppm en ratones para el benceno, (2) el LOAEL utilizado para la neurotoxicidad (0,78 ppm en ratones) demuestra un LMR intermedio cuando la exposición es por inhalación, y (3) se utilizaron niveles de 382 ppm en ratas para evaluar la neurotoxicidad (LOAEL) que afecta al desarrollo del sistema nervioso de las mismas por la exposición al benceno y al etilbenceno por aire. En México, como en otras partes del mundo, los estudios sobre la exposición a solventes son poco frecuentes, aunque hay muchas industrias que usan solventes tóxicos. La industria del calzado es quizás una de las más peligrosas porque los trabajadores utilizan diversos disolventes orgánicos en las diferentes etapas del proceso de producción causando riesgos específicos en cada paso.15 Otros riesgos laborales en la producción de calzado son las lesiones musculoesqueléticas relacionadas con la ergonomía, las patologías respiratorias asociadas con la inhalación de polvos, residuos de la piel y el estrés de las condiciones de trabajo.16,17 El objetivo de este estudio fue el de identificar la psicotoxicología de los trabajadores manifestada por síntomas subjetivos secundarios a la exposición crónica a BTEX en la industria del calzado de cuero.

MATERIALES Y MÉTODOS Este estudio fue aprobado por el Consejo de Bioética de la Universidad de Guanajuato y se realizó entre noviembre de 2008 y marzo de 2009 en una fábrica de zapatos y una fábrica de cuero en León, Guanajuato, México. Todos los voluntarios que participaron en este estudio firmaron un consentimiento y el estudio se realizó en conformidad con la Declaración de Helsinki.

Características generales de los sujetos

Los sujetos que participaron en este estudio eran empleados que trabajaban en una fábrica de piel o de calzado. Estas fábricas se encontraban divididas en líneas de producción compuestas de 25 a 35 trabajadores. Cada trabajador realiza entre una y cuatro tareas de producción diferentes. En las dos fábricas de cuero y calzado se seleccionaron todos los trabajadores disponibles. Ninguno de los sujetos seleccionados se negó a participar en este estudio. El número total de sujetos incluidos en la primera fábrica (industria del cuero) fueron n = 194 (78% del personal total de la fábrica) y de la segunda industria (fábrica de zapatos) n = 185 (81% del personal total de la fábrica).

129/134 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado

Todos los participantes contestaron los cuestionarios Hänninnen y Síntomas Subjetivos Lindstrom (HLSS, por sus siglas en inglés). Este cuestionario fue validado en la población española por Almirall y Hurtado.18 El HLSS consta de 47 categorías que evalúan y clasifican cuatro factores que sirven como indicadores del comportamiento neurológico y psicofisiológico del daño neuronal funcional: 1) labilidad general, 2) la fatiga general con síntomas somáticos, 3) la disminución de la sociabilidad y la extroversión y 4) neuroticismo. Los voluntarios también respondieron a un cuestionario sobre su consumo de alcohol y el tabaco (sí o no), uso e historia.

Evaluación de la exposición tóxica

Para evaluar los niveles de BTEX, un detector con forma de tubo se instaló dentro de la fábrica durante cuatro semanas. Luego, se utilizó un cromatógrafo de gases EP-Photovac Voyager con un detector para medir la fotoionización (PID, por sus siglas en inglés), una lámpara de 10,6 eV y columnas cromatográficas selectivas. El límite de detección fue de 0,01 ppm. De acuerdo con el Procedimiento del Compendio TO-14A de la calibración estándar de la Agencia Medioambiental de los EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) el TO-14A "Cromatografía de Gases" se utiliza ampliamente en los estudios referentes a la calidad del aire en interiores (IAQ, por sus siglas en inglés). Los estándares de calibración TO-14A provistos utilizaron técnicas gravimétricas exigentes con todas las mediciones gravimétricas directamente desde el NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, EE.UU.). Bajo el TO-14A, el estándar de calibración está compuesto por 39 componentes con concentraciones ya sea de (1) ppm o cien (100) ppb en un equilibrio de nitrógeno libre de VOC (N2) con concentraciones disponibles. Todas las normas TO-14A tienen un año de estabilidad. Además, la Health Safety Guide (Guía de la Seguridad de la Salud) suministra los componentes TO-14A estándares 41 y 43, así como una variedad de subconjuntos.19

Procedimiento

Una vez que los objetivos de este estudio se explicaron a todos los voluntarios y dieron su consentimiento para participar, ellos recibieron una serie de instrucciones sobre cómo llenar el cuestionario HLSS. Los trabajadores de las dos fábricas que representan a los dos sectores respondieron el cuestionario en una entrevista con uno de los investigadores. Esta entrevista fue realizada en el área ocupacional del trabajador, de 9:00 a 13:00 hrs.

Análisis de Datos

Todos los datos recogidos se analizaron por distribución normal. Las variables con una distribución normal se representan como la media y la desviación estándar de la media (X ± DE). Para la estadística inferencial, los sujetos fueron clasificados en uno de los dos grupos. 1) El grupo uno (G1) conformado por trabajadores de la industria del cuero. Aquí el nivel de BTEX medido fue de 85 ppm en 10 horas continuas de monitoreo. 2) El segundo grupo (G2) conformado por trabajadores del calzado donde el nivel de BTEX fue de 60 ppm en 10 horas continuas de monitoreo. La información se analizó mediante la comparación de resultados entre G1 y G2, en representación de los dos tipos de industria y luego se subdividieron por sexo para su estudio posterior, ambos análisis mediante prueba de t para muestras independientes. La asociación entre variables discretas se determinó con una prueba de J2. Los

predictores de daño neurológico se determinaron mediante un análisis de regresión logística, con daño neurológico como una variable dependiente y la edad, sexo, tiempo en años desde que comenzó en el trabajo, nivel de educación, el tabaco y el alcohol como variables independientes. En todos los casos se consideró significativo cuando el nivel de p < 0.05. Todos los análisis estadísticos se realizaron con STATISTICA 7.0 y SPSS 15.0.

RESULTADOS Características generales de los sujetos

Este estudio incluyó un total de 279 sujetos. La desviación media y estándar de los voluntarios (X ± DE) de edad y nivel de escolaridad fueron: 29,74 ± 8,35 y 8,33 ± SD años, respectivamente. La desviación media y estándar del tiempo desde que comenzaron a trabajar en el cuero o la industria del calzado fue de 2,7 ± 1,3 años. Evaluación de la concentración ambiental de los disolventes en la empresa del cuero y del calzado Se analizó en aire la cantidad de solventes por medio de cromatografía de gases, tomándose en cuenta el promedio ponderado en el tiempo para 8 horas por día y 40 horas a la semana (TWA), monitoreando con el método marcado por la NIOSH (National Institute for Occupational Safety and Health: bombas Gillian y tubos de carbón activo 100-50 mg). Las muestras se tomaron durante la actividad o jornada laboral. Figura 1. Resultados del monitoreo ambiental de Compuestos orgánicos volátiles realizado en turno de 8 horas en las industrias del Cuero y del Calzado. 350 300

Empresa del cuero Empresa del calzado

260,66

250 mg/m3(8 hrs)

Cuestionario

200

174,47

150 100 46,81

60,72

50 0

2,58 5,01

2,47 3,71

BENCENO

TOLUENO

Etilbenceno

m-pXileno

Compuestos orgánicos volátiles H Valor de p <0.001 (diferente a la Norma Oficial Mexicana- 010 STPS) ** m-xileno TWA/STEL ( OSHA & NIOSH) Ver valores de referencia (sombreado en gris)

Comparación de los sujetos por industria

Las características generales de los empleados de estos dos grupos se muestran en la Tabla I, en la que se demuestra que no hay diferencias significativas en la edad. Sin embargo, los sujetos de G1 (la industria del cuero) tenían un mayor nivel de educación. El Grupo 1 tuvo también un tiempo más largo desde la contratación que los sujetos del Grupo 2.

Resultados de la evaluación psicotoxicológica

En la Tabla II, los resultados de la evaluación psicotoxicológica se presentan; donde se demuestra que el 10% de los empleados tenía daños neurológicos orgánicos secundarios debidos al uso

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 129/134

131


Artículo Original | Flores-Hernández Corina, et al.

Resultados de la evaluación psicotoxicológica por género

Tabla 1. Comparación de los trabajadores de la industria. Trabajadores del cuero G1, n=194 n (%) Edad (años) < 20 13 (7) 20 – 25 56 (29) 26 – 30 52 (27) 31 – 35 30 (15) 35 – 40 26 (13) > 40 17 (9) Nivel de estudios Educación Primaria 38 (17) Educación Secundaria 99 (51) Universidad /Nivel Técnico 44 (23) Años de desempeño ≤ 1 22 (11) 50 (27) 1 – 3 71 (37) 3–6 31 (16) 6 – 10 31 (16) > 10 37 (19) Fumadores 66 (34) Bebedores de alcohol 103 (53)

En general hay más hombres que mujeres que trabajan en ambas fábricas, con 274 varones (72,3%) frente a 105 mujeres (27,7%), una proporción de 2,58:1. La comparación de los resultados psicotoxicológicos de los sujetos de acuerdo a su género demostró que las mujeres tuvieron una mayor puntuación de labilidad emocional (p < 0,001), fatiga (p < 0,001), sociabilidad disminuida (p < 0,001), y daño neurológico (p < 0,001) que los hombres. Sin embargo, no hubo diferencias significativas en la neurosis cuando se comparan ambos grupos de sujetos. La Tabla III muestra los resultados de este análisis.

Trabajadores de la industria del calzado G2, n=185 n (%) 19 (10) 57 (31) 35 (19) 29 (16) 21 (11) 24 (13) 92 (50) 78 (42) 15 (8)

Tabla 3. Comparación entre las evaluaciones psico-toxicológicas por género. Déficit emocional Fatiga Sociabilidad disminuida Neuroticismo Daño neurológico

66 (36) 29 (16) 16 (8) 24 (13) 58 (31) 94 (51)

La prueba Ji2 no muestra diferencia significativa entre los sujetos de las dos industrias: p≤0,05.

de disolventes. Esto significa que muestran alteraciones funcionales en el sistema nervioso, detectables en la conducta y la afectividad. Los resultados de la evaluación neurológica indican que el neuroticismo era el cambio de personalidad más frecuentemente encontrado (40%) en los sujetos evaluados. La Tabla II muestra también la media y la desviación estándar de los datos de la evaluación psicotoxicológica, y demuestra que los trabajadores de la industria del calzado (G2) tenían puntuaciones significativamente más altas en labilidad (p < 0,001), fatiga (p < 0,01), la sociabilidad disminuida (p = 0,001), y el daño neurológico (p = 0,001) que los sujetos que trabajaban en la industria del cuero (G1). Un análisis Ji2 también demostró que un porcentaje significativamente mayor (68,6%) de trabajadores del G2 presentaron lesiones neurológicas en comparación con los de G1 (31,43%), Ji2 = 6,025, p = 0,01. Cuando los sujetos se analizaron sumergiéndolos en grupos basados en los hábitos de alcohol, se encontró que aquellos con dichos hábitos tenían una puntuación más baja en la disminución de la sociabilidad en comparación con aquellos sujetos sin hábitos de consumo de alcohol (11,60 ± 2,4 frente a 10,96 ± 2,10, p = 0,006), lo que indica que eran más sociables. Este resultado sugiere que los sujetos utilizan el alcohol como un instrumento de sociabilidad. Sin embargo, un análisis de regresión logística no mostró al alcohol como un buen predictor de daño neurológico (p > 0,05).

Hombres N=274 Media ± DE 24,47 ± 4,09 22,34 ± 3,98 10,82 ± 2,12 9,22 ± 1,74 66,84 ± 8,80

Mujeres N=105 Media ± DE 27,10 ± 5,1 26,92 ±5,39 12,44 ± 2,23 9,029 ± 2,09 75,50 ± 11,3

Valor-t -5,23 -9,04 -6,56 0,10 -7,88

P <0,001†* <0,001†* <0,001†* 0,37 <0,001†*

Los resultados están representados: Media (X) y desviación estándar (DE) La prueba T para las muestras independientes presentan diferencias significativas entre los sujetos de ambas industrias: *p≤0,001. La prueba Ji2 muestra diferencia significativa entre los sujetos de las dos industrias: †p≤0,05.

Los predictores de daño neurológico

Al usar un análisis de regresión logística para evaluar la contribución de las diferentes variables (tipo de industria, el tiempo desde la contratación, edad, sexo, nivel de escolaridad, el tabaco y los hábitos de alcohol) sobre el daño neurológico, los resultados indicaron que el género es un buen predictor de daño neurológico (p < 0,001), con una odds ratio (taza de posibilidades) de 7,08 y un intervalo de confianza de entre -95% a 95% de: 3,31 a 15,12, respectivamente. Los resultados de los análisis de las diferentes medidas de daño neurológico demostraron que la edad es un factor predictivo negativo de la neurosis, pero que los resultados no fueron significativos (p > 0,05), con una odds ratio de 2,8 y un LC 0,96 a 8,18. Se encontraron resultados similares para el sexo (p > 0,05), con una odds ratio de 1,51 y un LC 0,94 a 2,42. Sin embargo, en el caso de la inestabilidad, el género era un buen predictor (p = 0,006), con una odds ratio de 19,5 y LC de 2,35 a 161,5. Para la fatiga, el tipo de industria fue un factor predictivo negativo, pero sólo una tendencia hacia la significación (p = 0,07), con una odds ratio de 2,62 y un LC 0,90 a 7,62. Una vez más el género era un buen predictor de la fatiga (p < 0,001), con una odds ratio de 6,94 y un intervalo de confianza de 2,37 a 20,29. En el caso de la socia-

Tabla 2. Resultados de la evaluación psico-toxicológica de los trabajadores de las industrias del cuero y del calzado. SUBESCALA Trabajadores del cuero Trabajadores de la industria del calzado Total (Ambos grupos) % de % de % de Media (DE.) trabajadores con Media (DE.) trabajadores con Media (DE.) trabajadores con puntaje mayor puntaje mayor puntaje mayor N (%) N (%) N (%) Déficit emocional 24,39 ±4,15 1 (0,5) 26,04 ± 4,78 7 (3,8) 25,20±20,54 *** 8 (2,1)† Fatiga general 22,99 ± 4,39 5 (2,6) 24,25 ± 5,24 12 (6,5) 23,61 ± 4,86 * 17 (4,5) Neuroticismo 9,26 ± 1,78 82 (42,3) 9,05 ± 1,91 71 (38,4) 9,16 ± 1,84 152 (40,4) Sociabilidad disminuida 10,90 ± 2,22 27 (13,9) 11,65 ± 2,26 38 (20,5) 11,27 ± 2,27 ** 65 (17,2) Daño neurológico 67,55 ± 9,3 11 (5,7) 71,0±11,01 24 (13,0) 69,24 ± 10,30 *** 35 (9,2)† Los resultados están representados: Media (X) y desviación estándar (DE). La prueba T para las muestras independientes presentan diferencias significativas entre los sujetos de ambas industrias:* p≤0,05, **p≤0,01, ***p≤0,001. La prueba Ji2 muestra diferencia significativa entre los sujetos de las dos industrias: †p≤0,05.

132

129/134 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado bilidad disminuida (DS, por sus siglas en inglés), otra vez el género fue un buen predictor (p < 0,001), con una odds ratio de 3,20 y un LC 1,83 a 5,57. Sin embargo, los resultados demostraron que los hábitos de la DS del tabaco y el alcohol fueron buenos predictores con los niveles de p de 0,01 y 0,001, respectivamente, y un odds ratio de 0,45 (0,23 a 0,88) y 0,40 (0,23-0,71) para el tabaco y el alcohol, respectivamente.

DISCUSIÓN Teniendo en cuenta el riesgo que supone la exposición a solventes orgánicos, es difícil disponer de un método ideal para reconocer y luchar contra ellos, mientras que su uso sigue creciendo. Para evitar que el daño producido por el uso de solventes, los empleadores deberían tener la capacidad para hacer una detección fiable y precoz de los daños mediante técnicas e instrumentos que puedan ser ampliamente difundidas entre los empleados.20 Debido a su naturaleza química, estos disolventes afectan el tejido del SNC más gravemente, produciendo daños fisiológicos. Estos daños tienden a aumentar a medida que aumenta la toxicidad y con el tiempo de exposición. En general, los síntomas agudos de la exposición a corto plazo de solventes son: dolor de cabeza, náuseas, vómitos, la laxitud del lenguaje, el lenguaje confuso, euforia, fatiga, somnolencia, debilidad, irritabilidad, nerviosismo, depresión desorientación y confusión.21 Efectos de la exposición a solventes crónica pueden causar la muerte y representan el mayor riesgo ocupacional para los trabajadores, incluso en presencia de dosis relativamente bajas de solventes.22 Entre los más utilizados en la industria de la tenería son el isopropanol, tolueno, xileno, cloro, percloroetileno metileno y mezclas de solventes. Por estas razones, las industrias que trabajan con solventes necesitan medidas de seguridad, complementadas con estrategias personales para los trabajadores, tales como el uso de equipos de protección personal y la educación sobre los peligros de solventes orgánicos.23 La evaluación de los síntomas y la "auto-evaluación” de los trabajadores pueden ayudar a desarrollar la conciencia sobre los riesgos sobre la salud derivados de la exposición a solventes orgánicos en el ambiente laboral. Esto es importante porque si los trabajadores no perciben los solventes como peligrosos, ni interpretan el daño en su propio cuerpo como consecuencia de su trabajo, no pueden seguir las medidas de seguridad en el lugar implementadas para su protección, y por lo tanto las medidas de seguridad preventivas pueden perder su eficacia debido a la falta de cumplimiento.

Los resultados del análisis a 279 trabajadores del cuero y del calzado demostraron que tienen un nivel de exposición a los BTEX entre 60 a 85 ppm. Sin embargo, no sólo la exposición al BTEX está relacionada a los daños neurológicos, sino también la ocupación peligrosa que contribuyen a los daños neurológicos. Este estudio demostró que los trabajadores de la industria del calzado presentaban puntuaciones significativamente más altas en la inestabilidad, la disminución de la sociabilidad, la fatiga, y los daños neurológicos en general que los trabajadores de la industria del cuero. En general, el 9,2% de los trabajadores de las industrias del cuero y del calzado mostraron daño orgánico secundario debido al uso de solventes. El neuroticismo fue el más frecuente (40%). Aunque hubo más hombres que mujeres desempeñándose en las industrias del cuero y del calzado los resultados demuestran que las mujeres tuvieron una mayor puntuación en labilidad emocional, en la disminución de la sociabilidad, en la fatiga y mayor daño neurológico que los varones. En general, el género era un buen predictor de daño neurológico en general, inestabilidad emocional, fatiga, disminución de la sociabilidad y con las mujeres en mayor riesgo de desarrollar problemas psicotoxicológicos. En conclusión, el trabajo en la fábrica de zapatos implica riesgos para la salud debido a los agentes neurotóxicos a los que se exponen los empleados. El riesgo es aún mayor para los trabajadores jóvenes. Frente a estos escenarios, el gran reto para la psicotoxicología es la detección precoz de los efectos negativos de la exposición durante el trabajo.

AGRADECIMIENTOS Los autores desean agradecer a todos los trabajadores por su cooperación, también a los médicos que colaboraron con el estudio, todo el personal que trabaja en las industrias del cuero y del calzado por su ayuda. Los autores también agradecen al proyecto financiado por el Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACyT), Modalidad de Apoyos Complementarios para la Consolidación Institucional de Grupos de Investigación, Convocatoria 2007: No. 129/76624 por conservar las becas de apoyo y la repatriación del lugar. Proyecto financiado por el Consejo de Ciencia y Tecnología, Modalidad Apoyos Complementarios para la Consolidación Institucional de Grupos de Investigación Convocatoria 2007: No. 129/76624.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 129/134

133


Artículo Original | Flores-Hernández Corina, et al.

REFERENCIAS 1. Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR). Interaction profile for benzene, toluene, ethylbenzene, and xylenes (BTEX). 1a ed. Atlanta: ATSDR; 2004. 2. Haddad S, Charest-Tardif G, Tardif R, Krishnan K. Validation of a physiological modeling framework for simulating the toxicokinetics of chemicals in mixtures. Toxicol Appl Pharmacol. 2000;167(3):199-209. 3. Del Castillo NP, Mayor JH, Almirall PJ. Efectos neurotóxicos por exposición a solventes orgánicos: Indicadores cognitivos. Rev Cubana Salud y Trabajo. 2003;4(1,2):17-23. 4. Almirall P, Franco G, Martínez S, Noriega M, Villegas J, Méndez I. Evaluación psicológica en trabajadores expuestos a tolueno en una empresa mexicana de autopartes. Salud de los Trabajadores. 1999;7(1):5-14. 5. Almirall P. Ergonomía y automatización. 1a. ed. La Habana: Impresiones LigerasCEDISAP-Ministerio de Salud Pública; 2000. 6. Uchida Y, Nakatsuka H, Ukai H, Watanabe T, Liu YT, Huang MY, et al. Symptoms and signs in workers exposed predominantly to xylenes. Int Arch Occup Environ Health 1993; 64(8):597-605. 7. Ukai H, Watanabe T, Nakatsuka H, Satoh T, Liu SJ, Qiao X, Yin H, et al. Dosedependent increase in subjective symptoms among toluene-exposed workers. Environ Res. 1993;60(2):274-289. 8. Haddad S, Tardif R, Charest-Tardif G, Krishnan K. Physiological modeling of the toxicokinetic interactions in a quaternary mixture of aromatic hydrocarbons. Toxicol Appl Pharmacol. 1999;161(3):249-257. 9. Lange A, Smolik R, Zato_ski W, Glazman H. Leukocyte agglutinins in workers exposed to benzene, toluene and xylene. Int. Arch. Arbeitsmed. 1973;31 (1):45-50. 10. Brown-Woodman PD, Webster WS, Picker K, Huq F. In vitro assessment of individual and interactive effects of aromatic hydrocarbons on embryonic development of the rat. Reprod Toxicol. 1994;8(2):121-135. 11. Balster RL. Neural basis of inhalant abuse. Drug Alcohol Depend. 1998;51(12):207-214. 12. Von Euler G, Ogren SO, Eneroth P, Fuxe K, Gustafsson JA. Persistent effects of 80

134

ppm toluene on dopamine-regulated locomotor activity and prolactin secretion in the male rat. Neurotoxicology 1994;15(3):621-624. 13. Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR). ToxGuide for Benzene. 1a. ed. Atlanta: ATSDR; 2007. 14. Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR). Toxicological profile for Ethylbenzene. 1a. ed. Atlanta: ATSDR; 2007. 15. Lehman EJ, Hein MJ. Mortality of workers employed in shoe manufacturing: an update. Am J Ind Med. 2006;49(7):535-546. 16. Szadkowska-Sta_czyk I, Wo_niak H, Stroszejn-Mrowca G. Health effects of occupational exposure among shoe workers; a review. Med Pr. 2003;54 (1):67-71. 17. Todd L, Puangthongthub ST, Mottus K, Mihlan G, Wing S. Health survey of workers exposed to mixed solvent and ergonomic hazards in footwear and equipment factory workers in Thailand. Ann Occup Hyg 2008;52(3):195-205. 18. Almirall P. Neurotoxicología. Apuntes teóricos y aplicaciones prácticas. 1a. ed. La Habana: Ministerio de Salud Pública-Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores; 2000. 19. México. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Límites máximos permisibles de hidrocarburos en suelos y las especificaciones para su caracterización y remediación NOM-138-SEMARNAT/SS-2003. 1ª ed. México, DF: SEMARNAT; 2003. 20. Almirall JP, Del-Castillo NP, Mayor JH. El PNF como técnica para la evaluación subjetiva en neurotoxicología. Un estudio sobre su validez en relación con las alteraciones neurológicas, neurofisiológicas y cognitivas. Rev Cubana Salud y Trabajo. 2002;3(1-2):40-44. 21. Bolla-Wilson K, Wilson RJ, Bleecker ML. Conditioning of physical symptoms after neurotoxic exposure. J Occup Med. 1988;30(8):684-686. 22. Tanaka K, Maeda T, Kobayashi T, Tanaka M, Fukushima T. A survey of urinary hippuric acid and subjective symptoms among occupational low toluene exposed workers. Fukushima J Med Sci. 2003;49(2):129-139. 23. México. Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Sistema para la identificación y comunicación de riesgos por sustancias químicas en los centros de trabajo. NOM-114-STPS-1994. 1ª ed. México, DF: STPS; 1994.

129/134 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original

Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001 Use of health services in the workforce. Multi-purpose Household Survey (EHPM), 2001 Carmen Marín1 1. Máster en salud pública. Investigadora del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica. Profesora del Instituto Tecnológico de Costa Rica. San José de Costa Rica.

RESUMEN

El objetivo es describir la utilización de servicios de salud por parte de la población trabajadora de Costa Rica en el 2001. Se analiza uso de consulta médica, odontológica y hospitalización por sexo, edad y actividad económica. El estudio es transversal, con datos del módulo Salud de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples. Se compara los promedios de uso mediante t de Student y se aplica chi cuadrado para comparar las distribuciones por sexo y edad. Las trabajadoras hicieron uso de los servicios de salud de manera significativamente más frecuente que ellos, tanto para consulta médica, atención odontológica y hospitalización. A mayor edad, la utilización de servicios mostró aumento, tanto para hombres como para mujeres. Los hombres laboraban en mayor número en industrias manufactureras y comercio y reparaciones. Las mujeres en comercio y reparaciones seguidas de servicios domésticos e industria manufacturera. Se concluye que en la utilización de servicios de salud influyen la condición de salud y el sexo, aunque en futuras investigaciones deben incluirse las diferencias en las condiciones de vida y trabajo de hombres y mujeres.

ABSTRACT

The aim is to describe health services use by the working population of Costa Rica in 2001. We analyze the use of medical, dental consultation and hospitalization by sex, age and economic activity. The study is cross sectional; data comes from the Survey of Health Multipurpose Household. Averages are compared by using Student's test and chi-square to compare the distributions by sex and age. Female workers made use of health services significantly more often than male, both for medical consultation, dental care and hospitalization. Use of health services increased at older ages, both for men and women. Male worked in greater numbers in manufacturing, trade and repair. Women work in trade and repair, followed by domestic service and manufacturing. It is concluded that use of health services is influenced health status and sex, although future research should include differences in living and working conditions of men and women. Key words: Health services accessibility, delivery of health care, hospitalization, state medicine, Costa Rica.

(Marín C, 2012. Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 135-139). Palabras Claves: Accesibilidad a los servicios de salud, prestación de atención de salud, hospitalización, medicina estatal, Costa Rica.

Introducción En general, los datos estadísticos fiables en materia de salud y trabajo en Centroamérica se encuentran dispersos en fuentes diversas, además de incompletos. Esta realidad limita el seguimiento de la situación de salud de la población trabajadora, la formulación de planes, la toma de decisiones, así como la evaluación del impacto de las políticas.1

Correspondencia / Correspondence Dirección: de la Fuente de la Hispanidad 100 metros este, 100 metros norte, 100 metros este, a mano izquierda hay edificio de tres pisos, color verde, tocar timbre del tercer piso. Tel.: 506 2511 5693 / 506 22712865 / 506 83242798 Fax: 506 25114809 e-mail: cmarin@ccp.ucr.ac.cr / barattamarin@yahoo.com Recibido: 12 de Febrero 2012 / Aceptado: 05 de Abril 2012

Dicha ausencia de información suficiente sobre la ocupación y las condiciones de trabajo en relación con la salud, así como del uso de servicios de salud, motiva el presente reporte. El análisis se basa en datos disponibles en línea gracias al convenio entre el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y el Centro Centroamericano de Población (CCP). Los resultados de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM han sido publicados por distintos medios; ahora se reportan los resultados del análisis de datos de población trabajadora –basados en el módulo salud– gracias a una colaboración entre CCP y la Escuela de Seguridad Laboral e Higiene Ambiental (ESLHA) del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC). El presente estudio tiene como propósito describir la utilización de servicios de salud por parte de la población trabajadora de Costa Rica en el 2001. Los datos se analizan por sexo, tipo de atención, motivo para recibir o no recibir atención (en quienes pensaron acudir a consulta pero no lo hicieron), edad y actividad económica según la Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las actividades económicas 3era revisión (CIIU 3) de mayo, 2000.2

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 135/139

135


Artículo Original | Marín Carmen

Material y métodos Área en estudio

El sector salud de Costa Rica tiene una cobertura horizontal y vertical que supera la de otros países de la región, predomina el sector público. Está formado por el Ministerio de Salud (MS), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto Nacional de Seguros (INS), el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (A y A), la Universidad de Costa Rica y los municipios. El MS ejerce la rectoría sectorial. Durante los años noventa, el MS transfirió a la CCSS los programas de prevención y promoción de salud. Dada la transferencia, el modelo de atención de la CCSS se ha readecuado integrando las acciones de promoción y prevención a las de curación y rehabilitación. La CCSS, tiene a cargo la protección del Seguro de Salud de los asegurados directos como de sus familiares y cubre prestaciones de atención integral a la salud, prestaciones en dinero y prestaciones sociales. Es el único organismo público que cubre el seguro de enfermedad y maternidad de toda la población residente en el país mediante la oferta de servicios de primer, segundo y tercer nivel de atención. El primer nivel ofrece servicios de atención integral a través de áreas de salud con Equipos Básicos de Atención Integral de Salud (EBAIS), algunas clínicas periféricas y clínicas desconcentradas. El segundo nivel proporciona servicios de urgencias, apoyo al diagnóstico, consulta externa especializada y tratamientos quirúrgicos sencillos, a través de la red de clínicas, hospitales periféricos y hospitales regionales. El tercer nivel cuenta con servicios de internamiento y servicios médico-quirúrgicos de alta complejidad tecnológica, que se ofrecen en hospitales nacionales concentrados y especializados. En Costa Rica, para la prestación de servicios de odontología, la CCSS establece que la atención oral comprende tanto la promoción de salud dental como la atención clínica preventiva y curativa y la especializada y de rehabilitación. Según el Censo, el 2000, el país contaba con 1.043 odontólogos.3 En el 2001, el 90% de los habitantes estaba incorporado a este seguro de salud y el restante 10% podía recurrir a sus servicios en una situación de urgencia. El seguro público de salud se financia a través de aportes de tres fuentes: el patrón aporta 9,25% del monto de las planillas de pago, el trabajador 5,50% de su salario y el Estado el 0,25% de la nómina nacional. En total, el financiamiento equivale al 15% del sueldo de los trabajadores.4 En 2001 la población costarricense era 4.019.723 personas. La fuerza de trabajo total fueron 1.653.321 personas distribuidas a predominio del área urbana (61,9%); 64,6% eran hombres. La fuerza laboral se concentró principalmente en comercio y reparación (18,6%), manufactura (15,2%) y agricultura con 15%. Entre los varones predominó la actividad agrícola y ganadera con 21%; y entre las mujeres el comercio y reparación con 20,1% (INEC, 2004).5 En 2001, el 78,4% de las personas asalariadas estaban aseguradas por riesgos del trabajo (MIDEPLAN, 2008). En ese mismo año el total de accidentes laborales registrados fue de 110.249, con una tasa por mil de 160. Ese año, la agricultura mostró la proporción más alta de accidentes laborales con 27%, el segundo lugar lo ocupó la industria manufacturera con 21% y el tercero los servicios comunales y sociales con 16%.6 Tipo de estudio. El estudio es transversal, los datos provienen del módulo Salud, adicional a la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) realizada en julio 2001. El tamaño de la muestra 136

es 10.890 viviendas, tamaño calculado para obtener estimaciones de una tasa de desempleo de 5%, con un margen de error de 1%, un nivel de confianza de 95% y 2,45 de efecto de diseño. Se trata de muestreo probabilístico, en dos etapas, de áreas y estratificado. Las áreas son espacios geográficos bien delimitados, denominados segmentos censales. En la primera etapa se seleccionan segmentos censales, y, en la segunda, las viviendas en cada segmento seleccionado. El marco de la muestra había sido actualizado en 1998. El período de referencia para captar la información sobre empleo es la semana anterior a la fecha de la entrevista, en tanto que la captación de las características socio-demográficas y de salud se refiere a los seis meses anteriores a tal fecha. Se analizan los datos de la población trabajadora activa mayor de 12 años —16.131 personas— de las preguntas referidas a las atenciones recibidas (consulta odontológica, consulta médica, y hospitalización) que se desagregan por sexo y grupo etario. Se entiende por utilización la proporción de personas que recibieron una atención de salud en el periodo de referencia. El procesamiento se realiza mediante Excel 2007 y la calculadora de uso abierto OpenEpi. El análisis bivariado se realizó para las variables continuas por comparación de promedios con la prueba de t de Student y las variables categóricas con chi cuadrado corregido de Yates, con una p < 0,5 y un grado de confianza del 95%. La razón de desigualdad (Odds Ratio) se obtuvo en OpenEpi con intervalos de confianza de 95%, considerando ser mujer como factor de exposición.7

Resultados La muestra (41.841) se distribuyó de la siguiente manera: el 50% por hombres, el 25% por menores de 12 años, el 68% por personas entre 12 y 64 años, el 5,8% por adultos de más de 65. Un 47,2% vivían en pareja, el 48,8% se ubicaba en la región central de país. En cuanto a educación, el 52% había cursado hasta primaria completa o incompleta y 21,6% hasta secundaria completa o incompleta, 7,7% tenían hasta universidad y un 81% de los encuestados contaba con seguro social, aunque la proporción de asegurados (78,3) es ligeramente menor que la de aseguradas (83,8). Los asalariados directos y por cuenta propia totalizan 31,2% del total de varones y sólo 13,7 del de mujeres. Para ellas el acceso a seguro es predominantemente de tipo familiar, sólo 11,5% lo tienen como asalariadas. En la actividad económica de la muestra predominó la condición de ocupado estándar en los varones e inactiva en las mujeres. La Tabla 1 muestra los datos. Tabla 1. Distribución de la población mayor de 12 años según condición de actividad. Trabajadores de Costa Rica, 2001.1 Hombres Mujeres Total N % N % N % Condición de actividad 15.466 100 5.228 100 16.131 100 de la población Económicamente activa Ocupado estándar 10.903 70,5 5.228 33,2 16.131 51,7 Cesante 527 3,4 381 2,4 908 2,9 Busca trabajo, primera vez 76 0,5 81 0,5 157 0,5 Económicamente inactiva 3.960 25,6 10.050 63,9 14.010 44,9 Elaboración propia con base a los datos de la EHPM de Costa Rica 2001 1. El periodo de referencia es la semana anterior a la entrevista

135/139 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001 La Tabla 2 muestra la utilización de servicios de salud entre los trabajadores activos (quienes, como parte de la fuerza de trabajo, participan en producción de bienes y servicios al menos una hora en la semana de referencia o que teniendo trabajo estuvieron ausentes por enfermedad, licencia, vacaciones, paro, estudio o por falta de materiales o clientes, mal tiempo u otras circunstancias). El uso de servicios ambulatorios médicos y odontológicos así como los de hospitalización fue más frecuente en mujeres que en varones; las diferencias fueron estadísticamente significativas, p < 0,001. Los resultados muestran que ellas recibieron consultas ambulatorias principalmente de medicina especializada, mientras que ellos las recibieron de servicios de urgencias. Tabla 2. Utilización de servicios de salud de trabajadores activos según tipo de atención y sexo.1 Tipo de atención Hombres Mujeres N % N % Recibió consulta médica 3.295 30,2 2.633 50,4 Recibió consulta odontológica 1.694 15,5 1.365 26,1 Estuvo hospitalizado(a) 230 2,1 211 4,0 Fue hospitalizado(a) en las 4 semanas previas a la entrevista por enfermedad o cita médica 60 7,5 56 10,3

Total N % 5.928 36,7 3.059 19,0 441 2,7

116

8,7

Valor P 0,001 0,001 0,001

0,001

Elaboración propia con base a los datos de la EHPM de Costa Rica 2001 1. El periodo de referencia son los seis meses previos a la entrevista

Para describir el uso de consulta médica según motivo, en su mayoría los trabajadores consultaron porque se sintieron enfermos (Tabla 3). Entre los atendidos, la proporción que acudió a atención médica por “sentirse enfermo” fue 62,4 para ellos y sólo 49,8% en el caso de ellas, las diferencias fueron estadísticamente significativas. Mientras que ellas acudieron más por controles, ellos acudieron cuando se sintieron enfermos. No todos los que se sintieron enfermos recibieron atención médica, el porcentaje fue 39% entre los varones, sin diferencia con el porcentaje encontrado en las trabajadoras, 40 por ciento. Tabla 3. Distribución de trabajadores según motivo de recibir consulta médica y sexo. Costa Rica, 2001.1 ¿Por qué recibió Hombres Mujeres Total P Chi atención médica? N % N % N % cuadrado Tenía cita de control 967 29,6 1,140 43,5 2,107 35,8 < 0,001 Fue referido por otro médico 111 3,4 102 3,9 213 3,6 0,300 Se sintió enfermo 2,041 62,4 1,305 49,8 3,346 56,8 <0,001 Por otro motivo 151 4,6 75 2,9 226 3,8 <0,001 Sin dato 26 0,8 12 0,5 38 0,6 Elaboración propia con base a los datos de la EHPM de Costa Rica 2001 1. El periodo de referencia son los seis meses previos a la entrevista.

Por otro lado, no recibieron consulta un 42,5% de varones y 40,8% de las mujeres que pensaron, necesitaron o intentaron hacerlo. Al indagar los motivos, se obtuvo que la curación ó automedicación fuera referida con más frecuencia. Cabe destacar que, entre las mujeres, “no tuvo tiempo” y “no tenía dinero” se mencionó más que entre los varones. En relación a las variaciones por edad, para el uso de consulta médica, la prevalencia de uso aumenta progresivamente con la edad, tanto en hombres como en mujeres. En todos los grupos de edad, la prevalencia es más alta en mujeres que en varones. La razón de prevalencias mujer/hombre alcanza su valor más alto en el grupo 13 a 17 y el más bajo en el grupo 65 y más (Tabla 4).

Tabla 4. Prevalencias y razón de prevalencias del uso de consulta médica por trabajadores según grupo de edad y sexo. Costa Rica, 2001. Edad (años) Prevalencia (Por cien) Razón prevalencias Hombres Mujeres Total Mujer / Hombre 13 a 17 18,6 34,1 22,5 1,83 18 a 19 21,4 42,1 27,6 1,97 20 a 39 27,0 47,3 34,0 1,75 40 a 49 32,5 56,1 40,9 1,72 50 a 64 40,5 62,2 46,2 1,54 65 y más 51,4 65,9 53,9 1,28 Total 30,2 50,4 36,8 1,67 Elaboración propia con base a los datos de la EHPM de Costa Rica 2001.

Tabla 5. Prevalencias y razón de prevalencias del uso de consulta médica por trabajadores según actividad económica. Costa Rica, 2001 Actividad económica Prevalencia (Por cien) Hombres Mujeres Total Agricultura, ganadería y caza 29,8 55,4 32,0 Pesca 17,9 50,0 19,4 Minas y canteras 72,7 0,0 61,5 Industrias manufactureras 32,0 51,4 38,7 Electricidad, gas, agua 46,0 56,3 47,7 Construcción 24,5 39,3 24,9 Comercio y reparaciones 27,7 47,7 34,6 Hoteles y restaurantes 25,2 48,0 37,5 Transporte, almacenamiento y comunicaciones 29,0 52,3 31,4 Intermediación financiera 40,6 49,4 43,7 Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler 30,6 45,8 36,4 Admin, pública, defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria 40,4 60,4 47,1 Enseñanza 44,6 55,2 52,0 Servicios sociales y de salud 38,4 53,1 47,9 Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales 30,3 56,9 43,2 Hogares privados con servicio doméstico 33,3 44,0 43,1 Organizaciones y organismos extraterritoriales 40,0 75,0 50,0

Razón prevalencias Mujer / Hombre 1,85 2,80 0,00 1,61 1,22 1,60 1,72 1,90 1,81 1,22 1,5 1,50 1,24 1,38 1,88 1,32 1,88

Elaboración propia con base a los datos de la EHPM de Costa Rica 2001.

La utilización de servicios de salud de trabajadores está relacionada con el tipo de ocupación que desempeña. La prevalencia por cien de uso de consultas médicas según la clasificación de la actividad económica aplicada en la EHPM del 2001, muestra que el mayor uso de servicios de salud por trabajadoras está presente en todos los casos. Los valores más altos para las mujeres están en la administración pública que incluye principalmente empleados del Estado; mientras que en los varones los valores más altos se observan en minas y canteras donde el número de trabajadoras es muy pequeño. El total muestra el valor más alto para la enseñanza (Tabla 5).

Discusión En este estudio se explora el uso de servicios de salud por la población trabajadora, con el propósito de aproximarse a su situación de salud, dado que no se dispone de un perfil de salud específico de la población trabajadora costarricense. Esta aproximación cons-

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 135/139

137


Artículo Original | Marín Carmen tituye insumo para la toma de decisiones relativa al estado de la salud laboral y sus características, así como decisiones relativas a su protección. Entre las variables asociadas tanto con utilización de consulta médica como con atención odontológica están sexo, edad, nivel educativo, condición de aseguramiento e ingreso. Acuden con más frecuencia a servicios de salud las mujeres, los que tienen seguro de salud, los que tienen nivel educativo más alto y los de más altos ingresos económicos.8,9 Los resultados muestran una mayor utilización de consulta médica por parte de las trabajadoras en comparación con ellos (OR 2.343 IC 95% 2.189 – 2.507); resultado que coincide con los hallazgos de Ayala, quien analizó los datos de toda la muestra de la EHPM del 2001. Este resultado coincide con lo descrito por la mayoría de otros autores.8,10,11 Mientras que otro estudio en Costa Rica, con datos de la Encuesta Nacional de Salud 2006, encontró que la frecuencia de consultas fue mayor en hombres.12 En relación con la actividad económica, el grupo de trabajadores más numeroso está en agricultura, ganadería y caza y en segundo lugar comercio y reparaciones; son actividades con relativa poca participación femenina, pero casi el doble de uso de consulta médica por parte de las mujeres. Por otro lado, el grupo más numeroso entre las mujeres es comercio y reparaciones seguido de hogares privados con servicio doméstico e industrias manufactureras. En todas las actividades económicas se confirma que la utilización de consulta médica es más frecuente en las trabajadoras, entre 20 y casi 30 por ciento. Los resultados del presente estudio no permiten desagregar el motivo de consulta médica, por lo que entre las atenciones recibidas por ellas se incluye también atenciones relacionadas exclusivamente con la función reproductiva femenina, por ejemplo: anticoncepción, cuidado prenatal, atención del parto y puerperio. Una revisión de factores relacionados con la utilización de los servicios de salud menciona que el uso es mayor en la edad fértil, lo que sugiere una mayor utilización por motivos obstétricos o ginecológicos aun después del ajuste por necesidad.8 Las variaciones por grupos de edad mostraron una relación directa: a mayor edad, un mayor porcentaje de personas recibieron consulta médica. Para todas las edades, las trabajadoras reciben consulta médica con más frecuencia en forma significativa, como lo evidencian los valores de la razón de prevalencias en todos los grupos de edad. En el presente estudio, las atenciones odontológicas y las hospitalizaciones también fueron recibidas con frecuencia significativamente mayor entre las mujeres (p = 0,001). Este hallazgo es corroborado por los valores del odds ratio para atención odonto-

138

lógica OR 1.921 (IC 95% 1.772 – 2.082) y para hospitalización en los seis meses previos OR 1.873 (IC 95% 1.548 – 2.264). Los valores de odds ratio para consulta médica, odontológica y hospitalización reflejan que las mujeres tienen más chance de recibir servicios de salud en comparación con los varones. Factores biológicos, sociales y culturales están asociados a este hallazgo, su exploración amerita investigación posterior.9 Respecto al uso de servicios hospitalarios, según la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en 2001, la tasa de hospitalización nacional fue 12,4 por 100 habitantes.13 Mientras que Rodríguez Herrera14 reporta que la tasa de egresos hospitalarios por cada cien habitantes entre 1990 y 2004 disminuyó de 9,6 a 8,0 por cada 100 habitantes, evolución que se acompaña de ligeras mejoras en otros indicadores: la estancia promedio por egreso disminuyó de 6 días en 1990 a 5,3 días en 2001, mientras que el giro de camas hospitalarias aumentó de 44,5 a 56,2 y el índice de ocupación de camas de 76,7% a 82,3% (p. 32). En la búsqueda de explicaciones a las diferencias en la utilización de servicios de salud entre hombres y mujeres, se ha explorado si la respuesta al dolor difiere biológicamente según sexo. En esa línea, se ha documentado que la prevalencia de las formas más frecuentes de dolor es más alta en mujeres11 y que, en promedio, las mujeres reportan niveles de dolor más altos que los hombres15 lo que podría estar relacionado con la mayor utilización de servicios de atención. La información acerca de la utilización de servicios de salud en población trabajadora, que aporta esta investigación, es útil para la toma de decisiones, permite entender y contribuye a explicar los comportamientos de trabajadores frente a las enfermedades y ante la necesidad de recibir atención profesional. Sin embargo, hace falta un abordaje particular de las condiciones de vida y de trabajo de las mujeres y de sus problemas de salud. Debe tomarse en cuenta las diferencias en las condiciones de la mujer y el hombre en la sociedad, considerar las diferencias biológicas, psicosociales y socio-históricas además de las condiciones de vida distintas. Un abordaje así, requiere más investigación.

Agradecimientos

Se agradece a Arodys Robles, director del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica y a Andrés Robles, director de la Escuela de Seguridad Laboral e Higiene Ambiental del Instituto Tecnológico de Cartago. Fuente de financiamiento Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica, Instituto Tecnológico de Costa Rica.

135/139 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001

REFERENCIAS 1. Monge P, Carmenatea L, Piedra N, Aragón A, Partanen T. Condiciones de salud y trabajo en América Central. Arch Prev Riesgos Labor. 2010;13(2):84-91. 2. Costa Rica. Instituto Nacional de Estadística y Censos. Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las actividades económicas. 3era Rev. Vol. 2. San José: INEC; 2000. 3. Castillo Rivas J, Murillo Knudsen G. Caracterización de uso y satisfacción de los servicios de salud odontológicos en Costa Rica. Gestión. 2006;14(2):65. 4. Organización Panamericana de la Salud. La salud en las Américas [en línea]. Washington: OPS; 2002 [consultado 20 oct 2011]. (Publicación Científica, 587). Disponible en: http://books.google.com/books?id=TBeDH_JzAv0C . 5. Costa Rica. Instituto Nacional de Estadística y Censos. Anuario Estadístico de Costa Rica 1999-2001. San José: Instituto Nacional de Estadística y Censos; 2001. 6. Chinchilla R. Salud y seguridad en el trabajo. San José: EUNED; 2002. p. 368. 7. Dean Andrew G, Sullivan Kevin M, Soe Minn Minn, Mir RA. OpenEpi: Open Source Epidemiologic Statistics for Public Health[on line]. Georgia: Rollins School of Public Health-University of Emory; 2002 [cited 17 oct 2011]. Available from: http://www.openepi.com/menu/openEpiMenu.htm 8. Mendoza-Sassi J, Umberto Béria J. Utilización de los servicios de salud: Una revisión sistemática sobre los factores relacionados [en línea]. Cad. Saúde Pública, 2001[consultado 20 oct 2011];17(4):819-832. Disponible en: http:// www.scielosp.org/pdf/csp/v17n4/5288.pdf

9. Lara Flores N, López Cámara V. Factores que influyen en la utilización de los servicios odontológicos; revisión de la literatura. Rev. ADM. 2002;59(3): 100-109. 10. Rodríguez M, Stoyanova A. La influencia del tipo de seguro y la educación en los patrones de utilización de los servicios sanitarios. Gaceta Sanitaria. 2004; 18(1):102-111. 11. Fillingim RB, King CD, Ribeiro-Dasilva M, Rahim-Williams B, Riley JL. Sex, gender, and pain: A review of recent clinical and experimental findings. J Pain. 2009;10(5):447-485. 12. Morera Salas M, Aparicio Llanos A. Determinantes de la utilización de servicios de salud en Costa Rica. Gaceta Sanitaria. 2010;24(5):410-415. 13. Ayala, N. Utilización de servicios de salud [en línea]. San José: CCSS; 2002. [consultado 17 oct 2011]. Disponible en: http://portal.ccss.sa.cr/portal/page/ portal/Gerencia_Administrativa/DireccionComprasServiciosdeSalud/ EstudiosRealizados/Utilizaci%F3n%20de%20servicios%20de%20salud%20 en%20la%20CCSS. 14. Rodríguez Herrera A. La reforma de salud en Costa Rica. Santiago de Chile: CEPAL; 2006. 50 p. 15. Greenspan JD, Craft RM, LeResche L, Arendt-Nielsen L, Berkley KJ, Fillingim RB, Traub RJ. Studying sex and gender differences in pain and analgesia: A consensus report. Pain. 2007;132 Suppl 1:S26-45.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 135/139

139


Artículo Original

Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales. Evolución Legal y Catalogación Laboral de estas Patologías en la Legislación Española

PNEUMOCONIOSIS. PAST AND PRESENT OF SOME PROFESSIONAL PULMONARY DISEASE. Legal Developments and labor cataloging of these pathologies in the Spanish legislation

Mª Teófila Vicente-Herrero1, Luisa M. Capdevila García2, Mª Victoria Ramírez Iñíguez de la Torre3, Ángel Arturo López-González4, Mª Jesús Terradillos García5 1. Doctora en Medicina del Trabajo. Correos-Valencia. 2. Doctora en Medicina del Trabajo. Servicio de Prevención Mancomunado MAPFRE. Valencia. 3. Licenciada en Medicina del Trabajo. Correos-Albacete. 4. Doctor en Medicina del Trabajo. Servicio de Prevención de GESMA. Palma de Mallorca. Profesor asociado Universidad Illes Balears. 5. Licenciada en Medicina del Trabajo. INSS-Madrid.

RESUMEN

El término neumoconiosis fue introducido por Zenker en 1867 y deriva de “kovni" (kónis), polvo. Agrícola (De Re metálica, 1494) ya hablaba de los efectos perniciosos del polvo inhalado en los mineros. Si bien la sílice es el principal protagonista en la mayoría de las neumoconiosis, hablando entonces de silicosis, hay otros tipos de polvo capaces de producirla, y es especialmente relevante por su importancia en el mundo del trabajo la asbestosis, por exposición a fibras de amianto y el mesotelioma como forma cancerígena asociada a las fibras de amianto. En relación con estas patologías, en España existe una amplia regulación normativa que ha evolucionado en los últimos 25 años, y va desde el establecimiento de las condiciones de trabajo en que se manipula asbesto hasta las sucesivas prohibiciones sobre su utilización. Independientemente de su importancia clínico-laboral, existen repercusiones en el ámbito médico-legal que requieren actuaciones por parte de la empresa y de las administraciones correspondientes, y que cuando no son resueltas de forma satisfactoria para cualquiera de las partes implicadas o, no siendo bien controladas, sobrepasan al trabajador o a sus empresas y generan conflictos que deben resolverse en el ámbito jurídico en forma de reclamaciones tanto individuales como colectivas.

ABSTRACT

Pneumoconiosis term was introduced by Zenker in 1867 (“kovni" kónis), powder. Agrícola (Re metálica, 1494) was already speaking about the harmful effects of the powder breathed by the miners So well the sílice be el main causer of pneumoconiosis, inthis case silicosis, there are other powder that can induce this pathology and the asbestosis particularly affects in occupational health for the effect of the asbestos fibers, favoring the appearance of mesotelioma, specific cancer produced by asbesto. In relación with these diseases, in Spain, there are a great number of laws from the last 25 years, over of the conditions of work, asbestos use and total prohibition of use. Besides his Importance in occupational health, they are necessary company performances that if they are not solved correctly or are not controlled adequately, they give place to problematics situations and it is necessary to solve it in the courts. Key words: Pneumoconiosis, Occupational Lung Diseases, Occupational Health, Occupational Medicine.

(Vicente-Herrero T, Capdevila L, Ramírez V, López-González A, Terradillos J, 2012. Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales. Evolución Legal y Catalogación Laboral de estas Patologías en la Legislación Española. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 140-146). Palabras Claves: Neumoconiosis, Enfermedad Pulmonar Profesional, Salud Laboral, Medicina del Trabajo.

Introducción Correspondencia / Correspondence Dra. Mª Teófila Vicente Herrero. Especialista en Medicina del Trabajo. UBS- Grupo Correos. Valencia. España Plaza del Ayuntamiento, 24-2º, 46002 Valencia. Tel: 963102752 • Fax: 963940500 e-mail: teovicente@ono.com / correoteo@gmail.com Recibido: / Aceptado:

140

El término neumoconiosis fue introducido por Zenker en 1867 y deriva de “kovni" (kónis), polvo. Agrícola (De Re metálica, 1494) ya hablaba de los efectos perniciosos del polvo inhalado en los mineros. La sílice es el principal protagonista en la mayoría de las neumoconiosis, aunque hay otros tipos de polvo capaces de producirla, siendo especialmente relevante por su importancia en el mundo del trabajo la asbestosis, por exposición a fibras de amianto. 140/146 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales Es bien conocida la relación directa dosis-efecto y, con ello, que la exposición del trabajador al polvo inorgánico tiene efectos sobre la salud que dependen de la dosis acumulada, es decir, de la concentración del polvo en el aire y de la duración de la exposición, así como del tiempo de permanencia de este polvo en los pulmones. Asimismo, se sabe que existe un período de latencia entre el inicio de la exposición y el comienzo de las manifestaciones clínicas que puede ser más o menos largo dependiendo del tipo de neumoconiosis. Pero la mayor conflictividad legal asociada a estas patologías va asociada a la determinación de contingencia, es decir, si se trata de una enfermedad común o laboral, de forma especial cuando lleva aparejada una prestación social ligada a incapacidad laboral.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA LEGISLACIÓN La vigente ley de Accidentes del Trabajo en la Industria, de 1932, recoge la definición de accidente del trabajo de la primera ley sobre esta materia, la ley Española de Accidentes de 1900 o ley “Dato”. Según estas disposiciones era ya en ese momento —y lo sigue siendo en la actualidad—, accidente del trabajo “Toda lesión corporal que el operario sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”. Esta norma jurídica española reconoce desde un principio como accidente laboral todo daño corporal que el operario padezca con motivo de su trabajo; es decir, cuando entre el daño y el servicio prestado exista relación de causalidad, sin distinguir si la lesión tiene su origen en enfermedad, en traumatismo o en cualquier otra causa. De ahí la importancia de los términos «con ocasión» o «por consecuencia», contenidos en la definición. Este enfoque supone un incuestionable acierto sobre otras legislaciones europeas que excluyen de la definición de accidente del trabajo a la enfermedad profesional. A lo largo de varios años, dicha legislación fue aplicada por la jurisprudencia de forma tal que la enfermedad profesional era considerada como un accidente de trabajo más, cuyo carácter nunca se discutía y que gozaba y recibía las indemnizaciones previstas por la ley, según los grados de incapacidad o el supuesto del fallecimiento. Y no existieron mayores dificultades para la aplicación de la normativa hasta que el número de siniestros por silicosis en España comenzó a ser elevado y dejaron de ser un hecho ocasional, por lo que el aumento del coste monetario planteó en dicho momento problemas referidos a la cobertura económica de los siniestros derivados de la patología en cuestión. Aunque de forma inexcusable la ley debe proteger al trabajador por igual, tanto cuando perdiera su capacidad laboral por causa de un traumatismo como cuando la perdiera por una enfermedad con origen en su propia labor u oficio, hay que tener en cuenta que existen importantes diferencias entre el accidente del trabajo y la enfermedad profesional como tal, que van a tener repercusiones sobre la forma de aplicación de las correspondientes indemnizaciones. Así, al ocurrir de forma súbita, al accidente de trabajo lo podremos fechar de forma exacta en cuanto ocurre, a la vez que lo podemos investigar de inmediato, facilitando el encontrar ese nexo necesario entre trabajo y daño laboral; por contra, en las enfermedades profesionales cuestiones como: ¿cuándo ocurrieron?, ¿qué trabajos iniciaron su desarrollo? o ¿qué labores contribuyeron o no, a su

posterior evolución? son, en la mayoría de ocasiones, difícilmente contestables. Por otro lado, la fecha de la baja por enfermedad profesional no suele coincidir, en absoluto, con la data en la que se inicia el daño laboral, pudiendo aparecer incluso muchos años después de la exposición del trabajador al riesgo. Consecuentemente, tampoco sería justo que la indemnización tuviese que correr a cargo de la empresa actual en la que está contratado el trabajador, pues puede no tener relación alguna con aquella en la que se originó el daño laboral causante de la enfermedad profesional y de baja laboral. Las enfermedades profesionales que nos ocupan, y en especial la silicosis, son procesos patológicos cuyo daño tiene como consecuencia una “constante y sensible disminución en la capacidad de trabajo y origen frecuente de infecciones secundarias”, tal como las define la Orden de 7 de marzo de 1941 (art. 2), una enfermedad fatal, en la que una vez alcanzado cierto estado evolutivo no es esperable la curación. Son estas las razones por las que surge la necesidad de implantar un seguro especial para las enfermedades profesionales pues, por una parte, en ocasiones no se puede concretar con precisión el origen de la enfermedad y la responsabilidad patronal y, por otra, es necesario atender las exigencias propias de estas enfermedades específicas, en cuanto a la indemnización que les corresponde. La primera ocasión en la que se reflejan las neumoconiosis como enfermedades profesionales es a partir del que se considera el primer listado español, la ley de 13 de julio de 1936 de Enfermedades Profesionales. Dicha ley fija las bases para la regulación general de enfermedades profesionales y, entre ellas, incluye la neumoconiosis (silicosis con o sin tuberculosis, antracosis y otras enfermedades respiratorias producidas por el polvo), con referencia a “Toda industria u operación que expongan al riesgo de silicosis; Industrias y trabajos del carbón; e Industrias y trabajos donde se produzcan enfermedades por causa de polvo de naturaleza mineral, metálica, vegetal y animal”. Pero la ley, aunque fue aprobada por el Congreso de Diputados de la República Española y publicada en la Gaceta de Madrid (precursora de nuestro actual Boletín Oficial del Estado), no fue nunca efectivamente aplicada, dado que días después de su aprobación comenzó la guerra civil en España. No obstante, este listado, al no ser oficialmente derogado, estuvo vigente hasta el 10 de enero de 1947, cuando se aprueba el Decreto por el que se crea el Seguro de Enfermedades Profesionales. Esta ley, que será considerada como el segundo listado español de enfermedades profesionales, aunque ignora por completo la ley del 36, incluye sin embargo un listado muy similar al contenido en la anterior ley. El Reglamento de Seguridad e Higiene en el Trabajo, Orden de 31 de enero de 1940, reguló las medidas preventivas aplicables a los puestos y centros de trabajo donde exista riesgo de contraer enfermedades profesionales, entre ellas las relacionadas con la silicosis y el amianto. Ya entonces se disponen como obligaciones generales del empresario (art. 7) entre otras, “adoptar cuantas medidas fueran necesarias en orden a la más perfecta organización y plena eficacia de la debida prevención de los riesgos que puedan afectar a la vida, integridad y salud de los trabajadores al servicio de la empresa”. La orden de 7 de marzo de 1941, por la que se dictan normas para la prevención e indemnización de la silicosis como enfermedad profesional resulta interesante, pues en ella aparece la primera definición legal de neumoconiosis, a efectos de su consideración como enfermedad profesional (art. 1), refiriéndose a estas como

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 140/146

141


Artículo Original | Vicente-Herrero Teófila, et al. “las enfermedades pulmonares de tipo degenerativo o fibroso, ocasionadas por la aspiración e inhalación de polvo, habitualmente en suspensión en los ambientes de trabajo de determinadas industrias”. A su vez, ya menciona a la asbestosis en cuanto a variedad de neumoconiosis y viene a encauzar, en lo posible, dentro del régimen general del Seguro de Accidentes del Trabajo en la Industria, la cuestión trascendental de la prevención de la neumoconiosis y de las responsabilidades patronales en relación con los reconocimientos médicos. Es en ese mismo año, cuando se dicta el decreto de 3 de septiembre de 1941, que establecerá el Seguro de Enfermedad Profesional de la Silicosis, que ya en el preámbulo pone de relieve que la enfermedad “alcanza en determinadas industrias tales caracteres de magnitud y volumen, que constituye un problema de reparación social y sanitaria, que aconsejan encuadrarla en marco distinto del Seguro Ordinario de Accidentes del Trabajo”. Al principio se limita a las empresas de industrias mineras de plomo y oro y a las industrias de cerámica, y no será hasta 1944 cuando queden también incluidas en el seguro especial las industrias mineras del carbón. Con el establecimiento, en 1947, del Seguro de Enfermedades Profesionales, y su Reglamento de 19 de julio de 1949, se asientan todos los principios necesarios para la implantación progresiva de este seguro en las múltiples y variadas industrias en que existe riesgo de EP, pero inicialmente y de modo provisional, esta ley tendrá su campo circunscrito a una única enfermedad cubierta por el Seguro: la silicosis (art. 4º), y al grupo de industrias con seguro especial: minas de oro, plomo, carbón e industrias de cerámica. Posteriormente, en virtud de la orden de 6 de octubre de 1951, entraría también en vigor el seguro especial de la enfermedad «nistagmus» de los mineros del carbón. Dicha normativa supone como aportación la regulación material de la enfermedad profesional, definiendo las mismas (art. 2) como “aquellas que, producidas por consecuencia del trabajo y con evolución lenta progresiva, ocasionan al productor una incapacidad para el ejercicio normal de su profesión o la muerte”. Establecía un cuadro de enfermedades profesionales, anexo al decreto, que comprendía como enfermedades profesionales la neumoconiosis (silicosis con o sin tuberculosis, antracosis, siderosis, asbestosis, etc.) y otras enfermedades respiratorias producidas por el polvo (cannabiosis, asmas bronquiales, etc.) derivadas de diversas actividades y, entre ellas, de todas las industrias, minas y trabajos en que se desprenda polvo de naturaleza mineral, pétreo o metálico, vegetal o animal, susceptible de causar enfermedad. Ya entonces la inhalación de asbesto y del polvo del amianto se consideraba como motivo de riesgo. Queda por tanto implícita la obligación de las empresas de adoptar precauciones en orden a preservar la salud de los trabajadores del riesgo de inhalación de polvo del amianto. Esta peligrosidad viene reconocida expresamente en el Decreto de 26/7/1957, sobre trabajos prohibidos a mujeres y menores, incluyendo los trabajos de extracción, manipulación y molienda de asbestos y amianto en la Relación Segunda, Grupo IV de “actividades e industrias prohibidas a los varones menores de 18 años y a las mujeres menores de 21” (art. 2º), refiriéndose concretamente a asbesto, amianto (extracción, trabajo y molienda), señalándose como motivo de la prohibición “polvos nocivos” y en el apartado de condiciones particulares de la prohibición “Talleres donde se desprenden libremente polvos”; en suma, se da por conocida la toxicidad del producto.

142

El Real Decreto 792/1961, de 13 de abril, por el que se organiza el aseguramiento de las enfermedades profesionales y la obra de grandes inválidos y huérfanos de fallecidos por accidente de trabajo o enfermedad profesional, establece por primera vez, una lista cerrada de enfermedades profesionales con la relación de las principales actividades capaces de producirlas, de modo que únicamente se catalogará como enfermedad profesional la que se encuentre recogida en dicha lista. En el apartado de Enfermedades Sistemáticas están recogidas las diferentes neumoconiosis, la Silicosis en el punto 24 y la Asbestosis en el 25. En la Tabla 1 se muestra un resumen de la evolución histórica relativa a legislación sobre EP en España. Tabla 1. Evolución histórica de las enfermedades profesionales en España. Año de entrada en vigor Normativa 1937 Ley de 13 de julio de 1936, de Enfermedades Profesionales (no llegó a aplicarse por el inicio de la guerra civil) 1947 Decreto de 10 de enero de 1947, por el que se crea el Seguro de enfermedades profesionales. 1962 Decreto 792/1961, de 13 de abril, por el que se organiza el aseguramiento de las enfermedades profesionales y la obra de Grandes Inválidos y Huérfanos de fallecidos por accidente de trabajo o enfermedad profesional 1979 RD 1995/1978, de 12 de mayo, del cuadro de enfermedades de la Seguridad Social. 2007 RD 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se Aprueba el cuadro de enfermedades profesionales de la Seguridad Social. Fuente: Bofill J; Serra C; Benavides FG (2007). Arc. Prev. Riesgos Labor.

La aprobación del cuarto Cuadro de Enfermedades Profesionales llega con el Real Decreto 1995/1978, de 12 de mayo, y una de sus aportaciones más importantes será en referencia al reconocimiento, como derivadas de los trabajos expuestos a la inhalación de polvos de amianto, las siguientes enfermedades (punto F, Enfermedades Sistemáticas): el carcinoma primitivo de bronquio o pulmón por asbestos, el mesotelioma pleural y mesotelioma peritoneal. El actual cuadro de Enfermedades profesionales fue aprobado con el Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, que deroga el RD 1995/1978 de 12 de mayo, siguiendo la Recomendación 2003/670/ CE de la Comisión, de 19 de septiembre de 2003, relativa a la lista europea de enfermedades profesionales, de que se adecue la lista vigente a la realidad productiva actual, ya que los considerables avances en los procesos industriales, con la consiguiente introducción de nuevos elementos y sustancias y, al propio tiempo, las investigaciones y el progreso en el ámbito científico y en el de la medicina, permiten un mejor conocimiento de los mecanismos de aparición de algunas enfermedades profesionales y de su vinculación con el trabajo. Asimismo, se acordó modificar el sistema de notificación y de registro, con la finalidad de hacer aflorar enfermedades profesionales ocultas y evitar la infra-declaración de tales enfermedades. De igual modo, había que tener en cuenta la existencia de normas de rango legal, como el artículo 116 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio, que encomienda a los poderes públicos las disposiciones de aplicación y desarrollo la aprobación del cuadro de enfermedades profesionales en el ámbito del Régimen General de la Seguridad Social, extensivo a otros regímenes espe-

140/146 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales Tabla 2. Legislación aplicable a silicosis y otras neumoconiosis.

Tabla 3. Legislación aplicable a silicosis y otras neumoconiosis.

NORMATIVA VIGENTE ESPAÑOLA ESPECÍFICA DE NEUMOCONIOSIS • Real Decreto 863/1985 de 2 Abril, por el que se aprueba el Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera. Nota: Actualizada con el Real Decreto 150/1996, por el que se modifica el artículo 109. • Orden de 13 de septiembre, por la que se aprueban determinadas Instrucciones Técnicas Complementarias de los capítulos III y IV del Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera. BOE de 18/9/1985 (Incluye ITC 04.8.01 de labores subterráneas. Condiciones ambientales: lucha contra el polvo). • Real Decreto 150/1996, por el que se modifica el artículo 109 del Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera. • Real Decreto 1389/1997, por el que se aprueban las Disposiciones mínimas destinadas a proteger la seguridad y la salud de los trabajadores en las actividades mineras. • Orden de 16 de octubre, por la que se aprueba la Instrucción Técnica Complementaria 07.1.04 del Capítulo VII del Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera. Trabajos a cielo abierto. • Orden ITC/101/2006, de 23 de enero, por la que se regula el contenido mínimo y estructura del documento sobre seguridad y salud para la industria extractiva. • Orden ITC/2585/2007, de 30 de agosto, por la que se aprueba la. Instrucción Técnica Complementaria 2.0.02 “Protección de los trabajadores contra el polvo, en relación con la silicosis, en las industrias extractivas”

OTRAS NORMATIVAS DE INTERÉS • Ley de accidentes, de 31 de enero de 1900, relativa a prevenir los accidentes del trabajo, y forma de indemnizar a los obreros que sean víctimas de dichos accidentes. • Orden de 31 de enero de 1940, Reglamento de Seguridad e Higiene en el Trabajo. • Orden de 7 de marzo de 1941, por la que se dictan normas para la prevención, e indemnización de la silicosis como enfermedad profesional. • Decreto de 3 de septiembre de 1941, por el que se establece el seguro de enfermedad profesional denominada silicosis. • Orden de 4 de marzo de 1946 por la que se faculta a la Caja Nacional de Seguro de Accidentes del Trabajo para que en las circunstancias en que el estudio de la enfermedad profesional de silicosis lo requiera, pueda ampliar en la forma que se indica el dictamen médico previsto en el artículo tercero del Decreto de 23 de diciembre de 1944. • Resolución sobre beneficio a los obreros mineros afectados de silicosis o nistagmus. BOE 01/08/1946. • Orden de 6 de octubre de 1951, por la que se establece el aseguramiento obligatorio de la enfermedad profesional denominada "nistagmus de los mineros". • Decreto de 22 de junio de 1956. Aprueba el Texto Refundido de la legislación de accidentes de trabajo y Reglamento para su aplicación. • Decreto 792/1961, de 13 de abril, por el que se organiza el aseguramiento de las enfermedades profesionales y la Obra de Grandes Inválidos y Huérfanos de Fallecidos por Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. • Orden de 12 de enero de 1963 por la que se aprueban las normas reglamentarias de carácter médico por las que se han de regir los reconocimientos, diagnóstico y calificación de las enfermedades profesionales. • Orden de 29 de septiembre de 1966 por la que se modifican los artículos 39,45,77 y 83 del Reglamento de Enfermedades Profesionales, aprobado por Orden ministerial de 9 de mayo de 1962. • Decreto 298/1973, de 8 febrero, Regula el Régimen Especial de la Seguridad Social para la minería del carbón. • Orden de 10 marzo 1977. Da nueva redacción a los artículos 20 y 22 de la Orden de 3-4-1973, reguladora del Régimen Especial de la Seguridad Social de la Minería del Carbón. • Real Decreto 3255/1983, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Estatuto del Minero. • Real Decreto 1030/2006, de 15 septiembre. Establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y el procedimiento para su actualización.

NORMATIVA VIGENTE ESPAÑOLA GENERAL RELATIVA A RIESGOS LABORALES • Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro. • Ley de Accidentes de Trabajo en la Industria, de 8 de octubre de 1932 y el Reglamento para su aplicación, de 31 de enero de 1933. • Decreto 3158/1966, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el reglamento general que determina la cuantía de las prestaciones económicas del régimen general de la seguridad social y condiciones para el derecho a las mismas BOE 30/12/19. • Real Decreto Legislativa 1/1994, Ley General de la Seguridad Social. Nota: Texto integrado y actualizado el 3 de enero de 2008, con las modificaciones introducidas por las Leyes publicadas hasta el año 2007. • Ley 31/1995, de 8 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales • Real Decreto 39/1997 Reglamento de los Servicios de Prevención. Nota: Texto integrado y actualizado con las modificaciones del RD 780/1998 y del RD 604/2006. • Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la Protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a Agentes Biológicos durante el trabajo. Nota: Actualizado con la Orden de 25 de marzo de 1998 por la que se adapta en función del progreso técnico el Real Decreto 664/1997. • Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. Nota: Actualizado con la disposición final primera del Real Decreto 2177/2004. • Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido. Nota: RD modificado por las correcciones de erratas publicadas en: BOE núm. 62 de 14 de marzo de 2006. - BOE núm. 71 de 24 de marzo de 2006. • Real Decreto 1311/2005, de 4 de noviembre, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores frente a los riesgos derivados o que puedan derivarse de la exposición a vibraciones mecánicas. Fuente: MªT. Vicente-Herrero et al. Grupo de Investigación en Medicina del Trabajo (GIMT).

ciales cuya acción protectora comprenda la contingencia de enfermedad profesional. Junto a ella, el artículo 6.1.g) de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, junto con sus normas reglamentarias de desarrollo, determinan el procedimiento de calificación de las enfermedades profesionales, así como los requisitos y procedimientos para la comunicación e información a la autoridad competente de los daños derivados del trabajo, si bien la disposición adicional primera de la propia ley se remite a la normativa de Seguridad Social en cuanto al concepto y régimen jurídico establecido para la contingencia de enfermedad profesional. Se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales que figura como Anexo 1 de este real decreto, así como la lista complemen-

LEGISLACIÓN VIGENTE INTERNACIONAL • Acuerdo administrativo hispano-luxemburgués relativo a la silicosis, hecho en Luxemburgo el 27 de junio de 1975. Ministerio de Asuntos Exteriores (BOE de 24/09/1975). • Convenio y Acuerdo Administrativo de 30 octubre 1979, ratificados por Instrumento de 22 octubre 1982. Italia. Seguridad Social. Fuente: MªT. Vicente-Herrero et al. Grupo de Investigación en Medicina del Trabajo (GIMT).

taria de enfermedades cuyo origen profesional se sospecha, que figura como Anexo 2, y cuya inclusión en el Anexo 1 podría contemplarse en el futuro. En el Grupo 4, “Enfermedades profesionales causadas por inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados”, se encuentran, entre otras, las enfermedades producidas por polvo de sílice libre: silicosis; polvo de carbón: neumoconiosis de los mineros de carbón y polvos de amianto (asbesto): asbestosis, con la correspondiente relación de las principales actividades capaces de producirlas. Además, en el Grupo 6 de dicho anexo, “Enfermedades profesionales causadas por agentes carcinógenos”, se recogen las patologías relacionadas con la exposición a amianto: la neoplasia maligna de bronquio y pulmón, el mesotelioma, el mesotelioma de pleura, el mesotelioma de peritoneo y el mesotelioma de otras localizaciones. Es decir, aporta como novedad la vinculación de posibles cancerígenos con unas patologías específicas y una rela-

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 140/146

143


Artículo Original | Vicente-Herrero Teófila, et al. Tabla 4. Legislación aplicable a asbestosis y mesotelioma. NORMATIVA VIGENTE ESPAÑOLA • Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto. (BOE 11/4/2006) • Orden de 7 de diciembre de 2001 por la que se modifica el anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre, por el que se imponen limitaciones a la comercialización y al uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos (BOE núm. 299 de 14 de diciembre). • Resolución de 30 de septiembre de 1982, de la Dirección General de Trabajo, por la que se aprueban las normas para la aplicación y desarrollo de la Orden sobre las condiciones en que deben realizarse los trabajos en los que se manipula el amianto. BOE 18/10/1982. • Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro. • Decreto 792/1961, de 13 de abril, por el que se organiza el aseguramiento de las enfermedades profesionales y la Obra de Grandes Inválidos y Huérfanos de fallecidos por accidente de trabajo o enfermedad profesional. BOE de 30/5/1961. • Orden de 12 de enero de 1963 por la que se aprueban las normas reglamentarias de carácter médico por las que se han de regir los reconocimientos, diagnóstico y calificación de las enfermedades profesionales. BOE: Gaceta de Madrid (13/03/1963). NORMATIVA VIGENTE INTERNACIONAL • Convenio 162 de la OIT, sobre utilización del asbesto en condiciones de seguridad. • Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la «Propuesta modificada de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto durante el trabajo. 16/12/2009. • Directiva 2003/18/CE de 27 de marzo de 2003 por la que se modifica la Directiva 83/477/CEE del Consejo sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto durante el trabajo. • Decisión 2006/275/CE de la Comisión de las Comunidades Europeas, de 10 de abril de 2006, que modifica la decisión 95/320/CE por la que se crea un comité científico para los límites de exposición profesional a agentes químico (Diario Oficial de la Unión Europea, 11 de abril de 2006). Fuente: MªT. Vicente-Herrero et al. Grupo de Investigación en Medicina del Trabajo (GIMT).

ción de tareas capaces de ocasionarlas. Las tablas 2, 3 y 4 muestran la legislación relativa a estas patologías tanto nacional, como internacional de referencia. Por último, es imprescindible remarcar que el hecho de que existan unas normas específicas para las neumoconiosis y la silicosis, completamente diferentes en fondo y forma de las normativas reguladoras del accidente de trabajo, no debe llevarnos al error de que esta situación suponga que las neumoconiosis no queden reguladas por la legislación relativa al concepto general de acci-

144

dente de trabajo. Dicho concepto, definido como se ha dicho, en la ley de Accidentes del Trabajo en la Industria (1932), ha seguido intacto a través de más de medio siglo, y como tal es recogido en la Ley General de la Seguridad Social, art. 115.1: “Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena”; y art. 115.2e: “Tendrán la consideración de accidentes de trabajo las enfermedades que contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo y que no puedan ser consideradas enfermedad profesional”, al no poder demostrar que la lesión es debida a las actividades que se especifiquen en el cuadro o a su causa por la acción de los elementos y sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional, en este caso, las neumoconiosis. No obstante, al coexistir la posibilidad de accidente y de enfermedad profesional sujetas a normas jurídicas diversas según sea la clase de industria con riesgo pulvígeno, surgen dudas y conflictos, a veces de complicada solución, que acaban siendo cometido final de la jurisprudencia para su calificación, indemnización o compensación. Una vez revisada la legislación en esta materia, se puede concluir que: 1. Las Neumoconiosis, con especial relevancia en silicosis y asbestosis, y el mesotelioma, como forma de cáncer relacionado con el asbesto, han sido tradicionalmente enfermedades relacionadas con factores concretos de riesgo laboral y por ello contemplados en una cuantiosa legislación de referencia en España y países de nuestro entorno cultural y geográfico. 2. Los conceptos más conflictivos son los asociados a la incapacidad y minusvalía derivados de estas enfermedades y a la determinación de contingencia profesional o común (Enfermedad ProfesionalAccidente Laboral- Daño Laboral vs Enfermedad Común). 3. La Normativa en prevención de riesgos laborales especifica de forma clara la notificación y el proceso de tipificación legal de estas patologías, si bien en determinados casos no es fácil establecer claramente la relación causa-efecto que permita asignar el concepto de enfermedad profesional, siempre ajustándolo a lo contemplado en el RD de enfermedades profesionales. 4. El hecho de que estas enfermedades sigan cursos evolutivos de larga o muy larga duración hace que en ellas adquiera especial importancia la vigilancia de la salud post-ocupacional a cargo del sistema público de salud, con todos los derechos legales asociados a dicha vigilancia y sin cargo para el trabajador afectado.

140/146 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales

REFERENCIAS 1. Álvarez-Blazquez F, Jardon E, Carbajo MD, Terradillos MJ, Valero MR, Robledo F, Maqueda J, Cortés R, Veiga J. Guía de Valoración de Incapacidad Laboral para Médicos de Atención Primaria. Escuela Nacional de Medicina del Trabajo (ENMT). Madrid: Instituto de Salud Carlos III; 2009. 2. Becklake MR. Enfermedades relacionadas con el Amianto. En: Stellman JM, editor. Enciclopedia de Salud y Seguridad en el trabajo. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; 2001. 3. Bibiloni A, Pons J. El desarrollo de las mutualidades patronales de accidentes de trabajo en España. El mercado balear: entre la competencia y la conclusión (1930-1940). Revista de Historia Industrial. 1999(15):83-104. 4. Bofill J, Serra C, Benavides FG. La nueva lista de enfermedades profesionales, ¿qué novedades aporta respecto a la situación vigente hasta ahora? Arch Prev Riesgos Labor. 2007;10(2):69-71. 5. Bofill J, Serra C, Benavides FG. Reconocimiento de las enfermedades profesionales España, una ya larga historia. Arch Prev Riesgos Labor. 2007;10 (3):148. 6. Chuaqui B. et al. Lecciones de anatomía patológica. Santiago: Universidad Católica de Chile; 1996. 7. Cuervo VJ, Eguidazu JL, González A, Guzmán A, Hevia JR, Isidro I, Martínez C, Quero Martínez A, Rego G, Rodríguez V. Protocolo de vigilancia sanitaria específica. Silicosis y otras neumoconiosis. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 2001. 8. García R. La minería del carbón en Asturias: un siglo de relaciones laborales. Cuadernos de Relaciones Laborales. 1993;(3):65-76. 9. España. Ministerio de la Gobernación. Ley relativa a prevenir los accidentes del trabajo y forma de indemnizar a los obreros que sean víctimas de dichos accidentes (30 ene. 1900). Gaceta de Madrid. 1900;(31):363-364. 10. España. Ministerio de Trabajo y Previsión. Decreto relativo al texto refundido de la legislación de accidentes de trabajo en la industria (12 oct. 1932). Gaceta de Madrid. 1932;286:218-224. 11. España. Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión. Ley de Enfermedades Profesionales (13 jul. 1936). Gaceta de Madrid. 1936;(197):515-517. 12. España. Ministerio de Trabajo. Reglamento general de Seguridad e Higiene en el Trabajo; Orden 31 ene. 1940. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1942;(34): 914-924. 13. España. Ministerio de Trabajo. Orden de 7 mar. 1941 por la que se dictan normas para la prevención e indemnización de la silicosis como enfermedad profesional. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1941;(77):1874-1975. 14. España. Ministerio de Trabajo. Decreto de 3 sep. 1941 por el que se establece el seguro de enfermedad profesional denominada silicosis. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1942;(7):112-114. 15. España. Ministerio de Trabajo. Decreto de 23 dic. 1944 por el que se cambia el régimen a seguir en el Seguro de Silicosis. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1945;(10):346-347. 16. España. Ministerio de Trabajo. Decreto de 24 nov. 1945 por el que se conceden los beneficios del subsidio familiar a los asegurados de enfermedad, de accidentes del trabajo y de silicosis en situación de baja temporal o de incapacidad permanente. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1945;340:3358-3359. 17. España. Ministerio de Trabajo. Orden de 4 mar. 1946 por la que se faculta a la Caja Nacional de Seguro de Accidentes del Trabajo para que en las circunstancias en que el estudio de la enfermedad profesional de silicosis lo requiera, pueda ampliar en la forma que se indica el dictamen médico previsto en el artículo tercero del Decreto de 23 de diciembre de 1944. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1944;(68):1877. 18. España. Dirección General de Trabajo. Resolución sobre beneficio a los obreros mineros afectados de silicosis o nistagmus. Boletín Oficial del Estado (Gazeta). 1946;(213):6060. 19. España. Presidencia del Gobierno. Decreto 2414/1961, de 30 nov. por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Boletín Oficial del Estado: Gaceta de Madrid. 1961;(292):1725917271. 20. España. Ministerio de Trabajo. Orden de 12 ene. 1963 por la que se aprueban las normas reglamentarias de carácter médico por las que se han de regir los reconocimientos, diagnóstico y calificación de las enfermedades profesionales.

Boletín Oficial del Estado: Gaceta de Madrid. 1963;(62):4218-4227. 21. España. Ministerio de Trabajo. Orden de 29 sep. 1966 por la que se modifican los artículos 39,45,77 y 83 del Reglamento de Enfermedades Profesionales, aprobado por Orden ministerial de 9 may. 1962. Boletín Oficial del Estado: Gaceta de Madrid. 1966;(263):12468-12470. 22. España. Decreto 3158/1966 por el que se aprueba el reglamento general que determina la cuantía de las prestaciones económicas del régimen general de la seguridad social y condiciones para el derecho a las mismas (23 dic. 1966). Boletín Oficial del Estado: Gaceta de Madrid. 1966;(312):16476-16486. 23. España. Ministerio de Asuntos Exteriores. Acuerdo administrativo hispanoluxemburgués relativo a la silicosis, hecho en Luxemburgo el 27 jun. 1975. Ministerio de Asuntos Exteriores. Boletín Oficial del Estado. 1975;(229):2021320214. 24. España. Ministerio de Trabajo. Decreto 298/1973, de, sobre actualización del Régimen Especial de la Seguridad Social para la Minería del Carbón, de acuerdo con la Ley 24/1972 de 21 jun. de financiación y perfeccionamiento del Régimen General de la Seguridad Social (8 feb. 1973). Boletín Oficial del Estado. 1973;(50):3864-3867. 25. España. Ministerio de Trabajo. Orden de 10 mar 1977 por la que se da nueva redacción a los artículos 20 y 22 de la Orden de 3 abr 1973, reguladora del Régimen Especial de la Seguridad Social de la Minería del Carbón. Boletín Oficial del Estado. 1977(70):6602-6604. 26. España. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Real Decreto 1995/1978 por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social (12 may 1978). Boletín Oficial del Estado. 1978;(203):1990919916. 27. España. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Resolución de la Dirección General de Trabajo, por la que se aprueban las normas para la aplicación y desarrollo de la Orden sobre las condiciones en que deben realizarse los trabajos en los que se manipula el amianto (30 sep. 1982). Boletín Oficial del Estado. 1982;(299):28635-28640. 28. España. Jefatura del Estado. Convenio entre España e Italia en materia de Seguridad Social y Acuerdo Administrativo de 30 oct. 1979, ratificados por Instrumento de 22 oct. 1982. Boletín Oficial del Estado. 1983;(229):33714. 29. España. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Orden de 31 oct. 1984 por la que se aprueba el Reglamento sobre trabajos con riesgo de amianto. Boletín Oficial del Estado. 1984;(267):32145-32149. 30. España. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Orden 7 nov 1984 por la que se corrigen errores en la de 31 oct. 1984 que aprueba el Reglamento de Trabajo con Riegos de Amianto. Boletín Oficial del Estado. 1984;(280):33643. 31. España. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Real Decreto 3255/1983 por el que se aprueba el Estatuto del Minero (21 dic. 1983). Boletín Oficial del Estado. 1984;(3):152-157. 32. España. Ministerio de Industria y Energía. Real Decreto 863/1985 de, por el que se aprueba el Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera (2 abr. 1985). (Actualizado con el Real Decreto 150/1996, por el que se modifica el artículo 109). Boletín Oficial del Estado. 1985;(140):17869-1787. 33. España. Ministerio de Industria y Energía. Orden de 13 sep. 1985 por la que se aprueban determinadas Instrucciones Técnicas Complementarias de los capítulos III y IV del Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera. Boletín Oficial del Estado. 1985;(224):29397-29409. 34. España. Ministerio de Industria y Energía. Real Decreto 150/1996, por el que se modifica el artículo 109 del Reglamento General de Normas Básicas de Seguridad Minera. Boletín Oficial del Estado. 1996;(59):9407- 9456. 35. España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Real Decreto 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo (14 abr 1997). Boletín Oficial del Estado. 1997;(97):1291812926. 36. España. Ministerio de Industria y Energía. Real Decreto 1389/1997, por el que se aprueban las disposiciones mínimas destinadas a proteger la seguridad y la salud de los trabajadores en las actividades mineras. (Transposición de la Directiva 92/104/CEE del Consejo, de 3 dic. relativa a las disposiciones mínimas destinadas a mejorar la protección en materia de seguridad y de salud de los

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 140/146

145


Artículo Original | Vicente-Herrero Teófila, et al.

37.

38.

39.

40.

41.

42.

43.

44.

45.

46.

47.

48.

49.

50.

51. 52.

trabajadores en las industrias extractivas a cielo abierto o subterráneas). Boletín Oficial del Estado. 1997;(240):29154-29164. España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Real Decreto 39/1997 Reglamento de los Servicios de Prevención (17 ene 1997). (Texto integrado y actualizado con las modificaciones del RD 780/1998 y del RD 604/2006). Boletín Oficial del Estado. 1997;(27):3031-3045. España. Ministerio de la Presidencia, Real Decreto 664/1997, de 12 may 1997 sobre la Protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a Agentes Biológicos durante el trabajo. Boletín Oficial del Estado. 1997;(27):16100-16111. España. Ministerio de la Presidencia. Orden de 7 dic 2001 por la que se modifica el anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10 nov., por el que se imponen limitaciones a la comercialización y al uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos. Boletín Oficial del Estado. 2001;(299):47156-47157. España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Real Decreto 1311/2005, de 4 nov. sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores frente a los riesgos derivados o que puedan derivarse de la exposición a vibraciones mecánicas. Boletín Oficial del Estado. 2005;(265):36385-36390. España. Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Orden ITC/101/2006, de 23 ene 2006 por la que se regula el contenido mínimo y estructura del documento sobre seguridad y salud para la industria extractiva. Boletín Oficial del Estado. 2006;(25):3659-3662. España. Ministerio de Sanidad y Consumo. Real Decreto 1030/2006, por el que se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y el procedimiento para su actualización (15 sep. 2006). Boletín Oficial del Estado. 2006;(222):32650-32679. España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Real Decreto 1299/2006, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro (10 nov. 2006). Boletín Oficial del Estado. 2006;(302):44487-44546. España. Ministerio de la Presidencia, Real Decreto 286/2006, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido (10 mar 2006). (RD modificado por las correcciones de erratas publicadas en: BOE nº 62, de 14 de marzo de 2006 y BOE nº 71, de 24 de marzo de 2006). Boletín Oficial del Estado. 2006;(60):9842-9848. España. Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Orden ITC/2585/2007, de 30 de agosto, por la que se aprueba la Instrucción Técnica Complementaria 2.0.02 Protección de los trabajadores contra el polvo, en relación con la silicosis, en las industrias extractivas. Boletín Oficial del Estado. 2007;(215):3682836833. Espuny Mª J. Accidentes de trabajo: perspectiva histórica. Historia del Derecho y de las Instituciones [en línea]. Barcelona; Universidad Pompeu Fabra; 2005. [consultado: 18 nov. 2010]. Disponible en: Los accidentes de trabajo perspectiva histórica (IUSLabor-UPF ).htm. Esteban V, Santolaria E, Casanova S. Guía para la comunicación de sospechas de enfermedad profesional. Valencia: Generalitat Valenciana-Consellería de Sanitat; 2010. Europa. Directiva 2003/18/CE del Parlamento Europeo del Consejo por la que se modifica la Directiva 83/477/CEE del Consejo sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto durante el trabajo (27 mar. 2003). Diario Oficial de la Unión Europea. 2003;(97):48-52. Europa. Decisión 2006/275/CE de la Comisión de las Comunidades Europeas, que modifica la decisión 95/320/CE por la que se crea un comité científico para los límites de exposición profesional a agentes químicos (10 abr. 2006). Diario Oficial de la Unión Europea. 2006;(101):4. Europa. Directiva 2009/148/CE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al amianto durante el trabajo (30 nov. 2009). Diario Oficial de la Unión Europea. 2009;(330):28-36. Fishman A y col. Manual de Enfermedades Pulmonares. 3ª ed. México: McGraw-Hill/Interamericana; 2004. p. 1266. Farreras-Rozman. Enfermedades pulmonares secundarias a la exposición del asbesto (770) endotoxin. En: Medicina Interna. 11ª ed. vol. 1. Filadelfia: Saunders; 1992. p.819-829.

146

53. García M, Artieda L, Camino F, Esteban V, Guzmán A, Lezáuz M, Martínez A. Programa Nacional de Vigilancia de la salud de los trabajadores que han estado expuestos a amianto; Consejo Interterritorial del SNS. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 2003. 54. Guillén C, Ortega C. ¿Es enfermedad profesional? Criterios para su calificación. Madrid: Ibermutuamur; 2008. 55. Instituto Nacional de Silicosis. Legislación [en línea]. [Consultado:18 nov. 2010]. Disponible en: http://www.ins.es/legislaciones/index.html. 56. International Labour Office. Internacional Labour Office Guidelines for the use of ILO internacional classification of radiographs of pneumoconiosis. Geneva: ILO; 1980. 57. International Labour Office. Clasificación Internacional de la OIT de Radiografías de Neumoconiosis. Ginebra: OIT; 2000. 58. Isidro I y cols. Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Normativa sobre el Asbesto y su patología pleuropulmonar. Madrid: Doyma; 2004. 59. Johsen Cr et al. Allergy risk in an enzyme producing plant: a retrospective follow-up study. Occup Environ Med. 1997;54(9):671-675. 60. Wilson JD, Braunwald E, Isselbacher KJ, Petersdorf RG, Martin JB, Fauci AS, et al. Harrison’s principles of internal medicine. 17th ed. New York: McGraw-Hill; 2008. 61. Laboratorio Observatorio de Enfermedades Profesionales en Andalucía (LADEP). Documentación de Enfermedades Profesionales. EEPP por inhalación de sustancias [en línea]. Huelva: Ladep; 2010. [consultado 18 nov 2010]. Disponible en: http://www.ladep.es/. 62. Marín B, Clavera I. Asbestosis. Anales Sis San Navarra. 2005;28(supl.1):37-44. 63. Martínez C, Rego G. Inhalación de sílice y cáncer de pulmón; revisión de la evidencia. Arch Broconeumol. 2002;38(1):33-36. 64. Martínez C, Rego G. Enfermedades respiratorias de origen ocupacional. Arch Bronconeumol. 2000;36(11):631-644. 65. Middleton E. Alergia, principios y práctica. Barcelona: Salvat; 1999. 66. O’Byrne P, Bateman ED, et al. Global Strategy for asthma management and prevention. Global iniciative for Asthma - GINA. Ginebra: OMS-MCR Vision; 2006. 67. Pubmed [database on line]. Washington: NCBI-NLM; 2010 [consultado nov. 2010]. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/PubMed/. 68. Quirce S. Diseño de estudios epidemiológicos en poblaciones expuestas a alergenos inhalados en el medio laboral. Reunión anual Alergoaragón, feb 1998. Formigal: SAA; 1998. 69. Raju B, Rom WN. International Agency for Research on Cancer (IARC). Silica, Some silicates, coal dust and Para-Aramid Fibrils. Geneva: OMS-IARC; 1997. (Monographs on the evaluation of carcinogenic risks to humans, 68). 70. Suárez ME y col. Enfermedades pleuropulmonares causadas por polvo inorgánico. En: Manual de Neumología y Cirugía Torácica. vol.1. Madrid: Editores Médicos S.A.; 1998. p.941-958. 71. Valenzuela de Quinta E. Las Mutuas de Accidentes de trabajo: su actividad de prevención y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Madrid: UCM; 1995. (Cuadernos de Relaciones Laborales, 7). 72. Villanueva V, Ballester R, Celma C, Ferris JM, Folch J, Fuster A, et al. Protocolo de Vigilancia. Sanitaria Específica. Amianto. Comisión de Salud Pública. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 1999 73. Weill H, Jones RN. Enfermedades pulmonares laborales En: Fishman AP. Tratado de Neumología. 2ª ed. vol.1. Barcelona: Doyma; 1991. p.786-794 74. Xaubet A, Ancochea J, Blanquer R, Montero C, Morell F, Rodríguez Becerra E, Sueiro A, Villena V. Grupo de Investigación en Enfermedades Pulmonares Intersticiales Difusas. Área de Técnicas y Transplante. SEPAR. Diagnosis and treatment of diffuse interstitial lung diseases. Arch Bronconeumol. 2003;39(12):580-600. 75. Westlaw [en línea]. Navarra: Thomson Reuters; 2010 [consultado nov. 2010]. Disponible en: http://www.westlaw.es. 76. Villanueva V, Ballester R, Celma C y cols. Protocolo de vigilancia sanitaria específica. Amianto. Comisión de Salud Pública. Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 1999.

140/146 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original

Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México Cultural meanings of the concept of retirement in elderly from Guadalajara, Mexico María de los Ángeles Aguilera Velasco1, Martín Acosta Fernández2, Blanca Elizabeth Pozos Radillo3, Teresa Margarita Torres López4, José de Jesús Pérez Solís5 1. Doctora en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Instituto de Investigación en Salud Ocupacional de la Universidad de Guadalajara, México. 2. Doctor en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Instituto de Investigación en Salud Ocupacional de la Universidad de Guadalajara, México. 3. Doctora en Psicología de la Salud. Departamento de Salud Pública de la Universidad de Guadalajara, México. 4. Doctora en Antropología. Instituto de Investigación en Salud Ocupacional de la Universidad de Guadalajara, México. 5. Alumno de la Maestría en Ciencias de la Salud en el Trabajo de la Universidad de Guadalajara, México.

RESUMEN

Objetivo: Analizar los significados culturales del concepto de jubilación en adultos mayores económicamente activos de la ciudad de Guadalajara, México, con la intención de aportar datos útiles para el diseño de políticas en materia de seguridad social y sistemas pensionarios, que busquen asegurarles un ingreso estable y suficiente. Método: Estudio cualitativo con diseño descriptivo, transversal y exploratorio. Datos recolectados con la técnica de listados libres y analizados a través del modelo de dominios culturales. Resultados: El concepto de jubilación se definió a través de los lexemas centrales descanso, viejo y enfermedades. Los elementos relevantes de las listas fueron viejo y descanso, aunque el elemento que apareció en la primera posición promedio de los listados fue cosa maravillosa, a pesar de tener frecuencia periférica. Conclusiones: Los elementos para considerarse en el diseño de nuevas políticas en materia de seguridad social incluyen retirar del mercado laboral a todos los adultos mayores porque manifiestan no tener fuerzas y sentir que su cuerpo ya no puede; ofrecerles paseos y viajes gratuitos, así como el capacitarlos para que amplíen sus redes sociales de apoyo, su visión limitada de responsabilidad individual del cuidado de su salud y la creencia religiosa de que deben trabajar hasta morir. (Aguilera M, Acosta M, Pozos B, Torres T, Pérez J, 2012. Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México. Cienc Trab. Abr-Jun; 14 [43]: 147-154).

ABSTRACT

Objective: To analyze the cultural meanings of the concept of retirement in elderly economically active in the city of Guadalajara, Mexico, with the intention of providing useful data for the design of new policies on social security and pension systems, which seek to assure them a stable and sufficient income. Method: Qualitative study with descriptive, transversal and exploratory design. Data collected using the technique of free listing and analyzed through the model of cultural domains. Results: The concept of retirement was defined through the central lexemes rest, old, and diseases. The most relevant elements of the lists were old and rest, although the item that appeared in the average first position of listings was wonderful thing, despite having peripheral frequency. Conclusions: The elements to be considered in the design of new policies on social security include removing from labor market all elderly, since they manifest not having the strength and feel like their body cannot continue; offer them tours and free rides, and train them to expand their social support networks, their limited view of the individual responsibility of their health care, and the religious belief they must work until death. Key words: Retirement, culture, meaning, consensus, elderly.

Palabras claves: Jubilación, cultura, significados, consenso, adultos mayores.

Introducción

Correspondencia / Correspondence Dra. en Cs. María de los Ángeles Aguilera Velasco Sierra Mojada 950, puerta 1. Colonia Independencia Guadalajara, Jalisco, México. C. P. 44340 Tel.: (01 52) 33 105 82 200 extensión 33898 Fax: (01 52) 33 105 82 200 extensión 33800 e-mail: aaguileracd@hotmail.com Recibido: 26 Enero de 2012 / Aceptado: 24 de Abril de 2012

Debido a la falta de prestaciones de seguridad social, la mayoría de los trabajadores latinoamericanos de edad avanzada no tienen acceso a la jubilación y permanecen activos en el mercado de trabajo, en condiciones de precariedad e informalidad, perjudiciales para su salud, casi hasta el momento de morir. Asimismo, no cuentan con algún tipo de ahorro que les permita satisfacer sus necesidades de consumo y de salud durante la vejez.1,2 En los próximos 25 años se prevén grandes dificultades para los adultos mayores de América Latina, debido precisamente a la baja cobertura de los programas de protección social y al alcance limitado de los programas de contribuciones individuales.3 De ahí que estar jubilado, tanto en México como en Latinoamérica,

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 147/154

147


Artículo Original | Aguilera María de los Ángeles, et al. sea una situación de aparente privilegio social, ya que solamente un sector muy reducido de la población tiene derecho a jubilarse como una prestación de su sistema de seguridad social. Por ejemplo, en México, en el año 2000, solamente el 3,17% de la población total económicamente activa en edades mayores a 60 años estaba jubilada o pensionada4 ascendiendo a 5,5% en el año 2010.5 Según datos del Banco de Información de los Sistemas de Seguridad Social Iberoamericanos, el promedio de pensiones sobre la población total al año 1997 en algunos países iberoamericanos fue del 8,06%, correspondiendo las pensiones por vejez al 52,72% del total de las pensiones. Con el porcentaje más bajo en República Dominicana (0,32%) y el más alto en Uruguay (20,90%).6 El acceso a la jubilación en los países en desarrollo será cada vez más limitado, ya que el desempleo, el trabajo informal y los requisitos más estrictos de elegibilidad, como ampliación de los años cotizados y edad de los trabajadores, se combinarán, aumentando la escasa cobertura y los bajos montos que ofrecen los sistemas pensionarios.7 Más adultos mayores deberán permanecer activos en el mercado de trabajo, junto con los trabajadores ya jubilados con ingresos reducidos, que vuelven y volverán al mercado laboral, en calidad de desempleados. A la fecha, los ingresos de la mayoría de las personas mexicanas jubiladas no exceden más de dos salarios mínimos. En las zonas rurales y en las mujeres, el ingreso promedio no es mayor a un salario mínimo.8 Siendo tan pocos los pensionados y la mayoría con beneficios tan insuficientes, la subsistencia se procura con el trabajo, ya sea informal o por cuenta propia, y con el apoyo familiar. Se muestra en México un panorama con adultos mayores como dependientes económicos de sus hogares, en lugar de personas autosuficientes y proveedoras.9 Existen datos de que en Argentina el 70% de los adultos mayores que reciben prestaciones por jubilación, trabaja o busca trabajo debido a la insuficiencia de los ingresos percibidos de los planes de jubilación.7 En México, se ha observado que la tasa de participación de la fuerza laboral en los sectores formal e informal no disminuye conforme la edad avanza, sino que se mantiene por arriba del 50%. Hasta el 70% los trabajadores de más de 60 años siguen trabajando más de 45 horas a la semana. Las horas de trabajo semanal se mantienen, incluso a edades avanzadas. Se prevé que la gente que trabaja a los 50 años lo seguirá haciendo hasta los 75 años o más, debido a que no tienen un ingreso fijo suficiente para jubilarse.4 La permanencia o la reincorporación al mercado de trabajo de los adultos mayores los condiciona a nuevos riesgos laborales que, sumados a la morbilidad ocupacional y al desgaste laboral acumulado durante 30 ó más años, afectan su salud. Un estudio realizado en algunos estados de México señala que los adultos mayores del país poseen un estado de salud y nutrición inadecuados, donde hasta un 40% de los adultos mayores encuestados revela carecer de seguridad social y 2% padece desnutrición.10 Ante ese panorama poco favorable es urgente que los sistemas de seguridad social de los países en desarrollo sean modificados, buscando prestaciones universales sostenibles, para que todos los trabajadores tengan acceso a las jubilaciones. En un estudio realizado en dentistas de Guadalajara, México, se encontró que gracias al tiempo libre que la jubilación implica las personas pueden cuidar mejor su salud y aumentar el tipo y la calidad de

148

las relaciones sociales.11 Estos son factores de gran utilidad en la vejez, que durante la etapa de la jubilación pueden fortalecerse. Las modificaciones a los sistemas pensionarios deben incluir montos suficientes para satisfacer las necesidades básicas y de salud, librando a los adultos mayores de la pobreza. Considerando que en la jubilación, como en la mayoría de los ámbitos laborales, existen diferencias importantes de género con notable desventaja para las mujeres y que, además, el retiro laboral se vive de forma diferente de acuerdo con el oficio o la profesión ejercida. Los actuales modelos de seguridad social aplicados en América Latina proceden de principios del siglo XX, con una cobertura relacionada con el empleo formal.12 Dichos sistemas de seguridad social fueron un reflejo del dualismo del mercado laboral. Como consecuencia, la protección social se extendió sólo al segmento más avanzado de la fuerza del trabajo, es decir, los trabajadores con contratos de empleo estable, formal, registrado y cotizante obligatorio, o a los trabajadores por cuenta propia con ingresos más elevados.13 Estudios en adultos mayores, tanto de México como de Costa Rica, revelan que la condición de pobreza está asociada con bajo nivel de escolaridad y con pocas probabilidades de tener derecho a pensión por jubilación.14,15 Algunos autores explican que ante una estructura social de pérdidas, donde las exigencias del medio ambiente exceden los recursos disponibles de las personas mayores, el fomento de la vida espiritual, las actividades de relajación y recreativas, así como la terapia ocupacional, juegan un papel importante en el mantenimiento de la salud, en los niveles de autoestima y en la calidad de vida en los adultos mayores.16,20 De ahí se entiende, por ejemplo, que algunos estudios de Colombia y México hallaran una aceptación hacia la muerte relacionada con la religión similar tanto en adultos mayores con estudios profesionales como sin estudios básicos. Identificando, además, la preocupación temerosa a las enfermedades prolongadas, la invalidez, el deterioro, el dolor, la decrepitud y la dependencia de los otros.21,22 Por otro lado, el enfoque antropológico subraya la importancia de recuperar, posibilitar, rehabilitar e incluir la palabra del otro, dentro del juego de poderes y micropoderes dominantes. Documentar el punto de vista del otro supone un objetivo no sólo metodológico, sino político e ideológico con los más necesitados o vulnerables de nuestra sociedad. Bajo la perspectiva del punto de vista del actor, se busca hacer evidentes las desigualdades que caracterizan a nuestras sociedades latinoamericanas.23 En palabras de Menéndez23, “centrar el análisis social en el punto de vista del actor, brinda la oportunidad de revalidar al sujeto de investigación como unidad de descripción y de análisis, pero también como agente transformador. Entendiendo que el actor produce, y no sólo reproduce, la estructura social y los significados. En ese sentido, la realidad se construye a partir de las definiciones y expectativas del actor. La estructura no determina ni condiciona el comportamiento del actor, sino que la estructura es producción de los actores”. En ese sentido, aunque todavía no se han indagado las significaciones culturales en torno a la jubilación en adultos mayores, sí se ha hecho en relación al envejecimiento. Algunos autores mexicanos exploraron los significados sociales construidos acerca del aprendizaje y la adultez, encontrando que el imaginario social instituido está cargado de prejuicios y estereotipos

147/154 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México negativos acerca de la vejez, tales como la ausencia de la necesidad de aprender algo nuevo y el deterioro cognitivo, como aspectos inherentes a las personas mayores.24 En Chile, se manifestó que la vejez es percibida y transmitida como una situación angustiosa, estereotipada con imágenes de ancianos enfermos, inválidos, que sufren graves alteraciones emocionales, y que representan una carga emotiva y económica para sus familias. Que, sin embargo, constituyen un mercado electoral relevante, de creciente importancia en cuanto a su fuerza electoral, pero que su peso como actores políticos es todavía irrelevante.25 En Brasil se encontró que la autonomía personal y la calidad de vida en los adultos mayores mejoran con la participación en espacios de aprendizaje.26 En Colombia se develó que los participantes reconocen como definitorios de la vejez a la muerte, la jubilación, la enfermedad y la soledad, relacionados con el hecho de que viven en su mayoría en estado de vulnerabilidad, que no es sólo inherente a la vejez, sino a deudas históricas acumuladas, relacionadas con desvinculación del trabajo, ausencia de seguridad social, baja escolaridad, especialmente en las mujeres, y limitados apoyos sociales y económicos brindados por el Estado, que sumados al declive fisiológico y la falta de reconocimiento social, entre otros, permiten comprender sus trayectorias de vida.27 Otro término explorado ha sido el concepto de soledad en personas de edad avanzada. En Colombia se apreció que predomina una concepción más objetiva (estar solo) que subjetiva (sentirse solo) de la soledad; y que cómo se percibe el momento actual de la vida tiene una relación estrecha con el concepto de soledad, es decir, quienes la perciben de manera positiva eligen preferentemente conceptos de soledad objetivos.28 En Argentina se analizaron cualitativamente las representaciones respecto de la seguridad. Se encontró la “sensación de inseguridad” más allá de la cuestión de la criminalidad, vinculada a la presencia o la ausencia de un entramado familiar y redes sociales. Aunado a inseguridades relativas al deterioro físico, los problemas de salud y la ausencia de vínculos a los cuales acudir ante problemas de índole distinta que la criminalidad.29 También se ha investigado sobre la identidad y el bienestar en los adultos mayores. En Venezuela, desde la perspectiva psicosocial, se halló que los adultos mayores, tanto institucionalizados como no institucionalizados, tienen una identidad relacionada con características positivas, prevaleciendo las categorías de servicial, sincero y cariñoso.18 Sin embargo, cabe señalar que en México se halló que con la edad decrece el autoconcepto positivo, lo mismo que el locus de control externo y la evitación al éxito, aumentando el locus de control interno al aumentar el ingreso.30 En Perú, los adultos mayores señalaron un mayor nivel de insatisfacción en la debilidad corporal y en los sentimientos de abandono por sus familiares, soledad y desesperanza. Mostrando resentimiento asociado al nivel de instrucción, al apoyo social recibido, al consumo de sustancias proactivas y al maltrato familiar.31 En México se describió que el bienestar subjetivo y la percepción de calidad de vida, tanto en adultos mayores sanos como en personas mayores con diabetes mellitus tipo 2, es mejor si cuentan con apoyo y redes sociales y con frecuencia alta de contactos.32,33 En Colombia se señala que en los adultos mayores la integración social es alta en función del estado civil, sobretodo en solteros y viudos.34 A través de los estudios realizados en adultos mayores, centrarse en el punto de vista del actor ha implicado asumir que en las estructuras de significado existen actores en una diversidad de

lugares dentro de la estructura social. Dichos actores pueden tener representaciones y prácticas similares, no sólo respecto de sus padecimientos, sino también saberes diferenciales, conflictivos y hasta antagónicos de cualquier fenómeno que se relacione con su salud, tal como la vejez, la soledad y, en este caso, la jubilación. Por lo anteriormente planteado, es preciso obtener datos sobre los conocimientos culturales del concepto de jubilación en adultos mayores económicamente activos y que no cuentan con un sistema de seguridad social que contemple su retiro laboral. Todo ello con la intención de proporcionar datos útiles que se puedan incluir en el diseño de nuevas políticas en materia de seguridad social y sistemas pensionarios, que tengan como principal propósito asegurar a las personas mayores un ingreso estable y suficiente, que les permita cuidar y preservar su salud así como mejorar su bienestar y su calidad de vida. En virtud de lo anterior, el objetivo general de este estudio fue analizar los significados culturales del término jubilación, a través de describir, explorar e interpretar el dominio cultural del concepto en adultos mayores económicamente activos de la ciudad de Guadalajara, México.

Material y métodos Tipo y diseño del estudio

El estudio fue de tipo cualitativo con diseño descriptivo, transversal y exploratorio, bajo el enfoque de la antropología cognitiva, a través del modelo de dominios culturales.

Participantes

Los participantes del estudio se conformaron con 19 adultos mayores económicamente activos, que trabajaban dentro del mercado Alcalde y no contaban con un sistema de seguridad social que incluyera prestaciones para la jubilación. El tamaño de la muestra se basó en el supuesto del modelo de consenso cultural de Romney, Weller y Batchelder35 para el estudio de patrones culturales. El supuesto plantea que en los estudios de descripción cultural, el tamaño de la muestra no debe ser grande, debido a que la correlación promedio entre informantes tiende a ser alta. Weller y Romney36 indican un tamaño mínimo de 17 informantes. Por ser la muestra mayor a ese número se consideró que se cumplió con el criterio de suficiencia y de saturación de la información.

Técnica de recolección

Los participantes fueron abordados individualmente en sus puestos o locales de trabajo. La recolección sistemática de los datos se llevó a cabo a través de la técnica listados libres, que es una adaptación de diversas técnicas que se utilizan en el campo de la investigación participativa.37 El tiempo de aplicación de la técnica no pasó de 5 minutos. La mayoría de los informantes prefirió que el entrevistador escribiera por ellos, mientras que ellos le dictaban sus respuestas. La técnica de listados libres sirvió para crear las listas y conocer los elementos del concepto de jubilación. La técnica consistió en pedir a los participantes un listado escrito de las cinco primeras palabras que les vinieran a la mente con el término jubilación. Posteriormente se les indicó que explicaran sus respuestas. Los resultados sirvieron para conocer los significados del concepto de jubilación.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 147/154

149


Artículo Original | Aguilera María de los Ángeles, et al.

Análisis de los datos

Se llevó a cabo análisis de dominios culturales, el cual tiene como objetivos obtener, desde los individuos, los términos que ellos usan para describir algún campo del conocimiento o dominio cultural e intentar descubrir las dimensiones destacadas para distinguir las similitudes y las diferencias de esos términos. Los datos obtenidos se procesaron en el programa Visual Anthropac 1.0 - Freelists. El análisis de los listados se basó en tres supuestos: algunos términos del dominio son más sobresalientes, mejor conocidos, importantes o familiares que otros y cuando la gente hace listados libres tiende a mencionarlos en primer término; los individuos que poseen un mayor conocimiento del dominio listan más que aquellos que cuentan con un conocimiento menor, y los términos que más se mencionan indican los elementos más destacados de la temática.36 Para realizar el análisis de los listados libres, se tabularon literalmente las 19 listas de palabras y se procesaron en el programa Visual Anthropac 1.0 - Freelists, donde se obtuvo la clasificación de las palabras de acuerdo a la frecuencia de mención y a la relevancia o posición promedio de cada palabra en las listas. A partir de esos datos, las palabras se ordenaron a través de dos tablas, una para los elementos destacados (o más frecuentes) y otra para los elementos relevantes (o más importantes). Para el ordenamiento de los elementos destacados, las palabras, de acuerdo a su frecuencia, se clasificaron en elementos centrales, intermedios o periféricos. Los resultados obtenidos se interpretaron tratando de buscar los significados del concepto de jubilación. Posteriormente, para la ordenación de los elementos relevantes, se obtuvo el producto del rango de cada elemento con su posición promedio en las listas. Donde 1 fue el rango final más alto.37 A través de este análisis se encontraron nuevos puntos de vista que no se observaron en la organización por frecuencias, sobre todo cuando algunos elementos se situaron al principio o al final de las listas.

Consideraciones éticas

El Comité Científico y de Ética del Instituto de Investigación en Salud Ocupacional del Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara revisó el estudio y, en su momento, lo aprobó. Las personas entrevistadas conocieron los objetivos del estudio y autorizaron su participación voluntaria a través del consentimiento informado verbal. Se les garantizó la confidencialidad y el anonimato en el tratamiento de la información. Aclarando cualquier duda que surgió acerca de los procedimientos, riesgos y beneficios o cualquier otro asunto relacionado con la investigación y con datos personales. Asimismo, se les indicó que podían abandonar el estudio en el momento que quisieran. Sin embargo, todas las personas abordadas decidieron participar en el proceso completo.

Resultados Los participantes en el estudio tuvieron entre 61 y 83 años de edad, con un promedio de edad de 70 años, siendo 12 personas del género masculino (63%) y 7 personas del género femenino (37%). Respecto del nivel de estudios, las personas tuvieron la primaria completa (58%), o incompleta (21%), así como estudios de secundaria inconclusa (16%) o concluida (5%). Dentro del

150

mercado estuvieron dedicados a la venta de frutas y verduras, incluidos los elotes (mazorcas de maíz) (47%), nopales cocidos (frutos del cacto de ese nombre), miel de abeja y gorditas de trigo (16%) y flores (11%), o como cargadores (11%), repartidores de agua (5%), dependientes en una dulcería (5%) o en un puesto de revistas (5%). Algunos informantes fueron dueños del puesto del mercado (58%), otros trabajaban como empleados (32%) o por cuenta propia (10%). La generalidad de personas (55%) tuvo entre 40 y 57 años trabajando. Gran parte de los adultos mayores entrevistados (80%) mencionaron que nunca se jubilarían y que estarían trabajando hasta que llegara su muerte. Respecto de su estado de salud, las personas reportaron no padecer ninguna enfermedad (60%), o tener hipertensión relacionada con artritis y osteoporosis (30%) o problemas en las rodillas, gastritis y colitis (10%).

Definición del concepto jubilación

Las palabras mencionadas por los informantes se encuentran en las tablas 1 y 2, clasificadas de acuerdo a la frecuencia de mención y a la relevancia, respectivamente. Los significados culturales del concepto jubilación se analizaron a través de los elementos más frecuentes que sirvieron para definir el término, describir las prácticas relacionadas, los componentes y las atribuciones de dicho concepto. Asimismo, los significados culturales del concepto de jubilación también se exploraron a través de los lexemas más relevantes, situados al principio o al final de las listas. De manera central, el dominio del concepto de jubilación se definió a través de los términos más destacados o con mayor frecuencia de mención, tales como descanso, viejo y enfermedades. Por ejemplo, las personas mencionaron respecto del Tabla 1. Elementos destacados por frecuencia de mención del concepto jubilación en adultos mayores que carecen de prestaciones de la seguridad social para jubilarse. Elemento/Frecuencia de mención % Significado Descanso 63,2% Viejo 63,2% Definición Enfermedades 52,6% Dejar de trabajar 42,1% Depender de terceras personas 31,6% Necesidades económicas 26,3% Prácticas Disfrutar de la familia 21,1% El cuerpo ya no puede 21,1% Final de la vida 15,8% Trabajar 10,5% Tiempo libre 10,5 Paseos 10,5% Componentes Vivir de los ahorros 10,5% Estar en la casa 10,5% Esfuerzo 10,5% Bienestar 10,5% Cansancio 5,3% Cosa maravillosa 5,3% Tranquilidad 5,3% Flojera 5,3% Lo máximo 5,3% Atributos Inactividad 5,3% Soledad 5,3% Recompensa 5,3% Sacrificio 5,3% Fuente: Listados libres.

147/154 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Clasificacion Elementos centrales

Elementos intermedios

Elementos periféricos

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México lexema viejo: “cuando se está decayendo y a punto de morir”, “uno ya está acabado y no tiene estudios”, “no se puede trabajar igual que antes”, “ya no se puede gozar la vida”, “cuando la vida se está yendo y no se puede hacer nada”. Acerca del lexema enfermedades, dijeron: “cuando ya no se tiene la misma fortaleza, los órganos ya están trabajados”, “cada día se está más enfermo”, “cuando uno se enferma, menos lo contratan”, “cuando uno es viejo y padece muchas enfermedades”, “la gente se enferma cuando se jubila por no hacer nada”. Sobresalió que sobre el término descanso lo expresaron de la siguiente forma: “a esta edad se supone que uno debe descansar”, “descansar, creo que eso hacen los jubilados”, “los jubilados se la pasan paseando”, “descansan sin preocuparse, los que reciben su pensión cada mes, porque ya no trabajan y se la pasan descansando”, “cuando se jubilan ya no trabajan y descansan”.

Prácticas del concepto jubilación

Los elementos de frecuencia intermedia dejar de trabajar, depender de terceras personas, necesidades económicas, disfrutar a la familia y el cuerpo ya no puede, describieron las prácticas del concepto de jubilación. El elemento dejar de trabajar lo manifestaron como “retiro”, “finalización de labores”, “no poder trabajar”, “que no le den trabajo porque no puede hacer mucho”, “es falta de trabajo, porque ya no le dan trabajo a uno”, “la jubilación es para las personas que ya no quieren trabajar”, “algunos que llegan a una edad ya no los quieren en la empresa”, “se deshacen de uno”. El lexema depender de terceras personas reflejó sus inquietudes acerca de “necesitar cuidados, por ser más frágil y torpe”, “no servir para nada, ya no ser útil”, “ya no poder moverse y tener que pedir favores”, “no hacer lo mismo que antes”, “ser una carga para los demás porque los hijos no me hacen caso”, “ocupar ayuda”. A través del elemento necesidades económicas las personas expresaron “nosotros no nos jubilamos porque no recibimos nada, eso sólo pasa con los trabajadores de las empresas”, “como ya no se puede trabajar como antes, se gana menos”, “si no trabajan es porque no ocupan dinero”, “se vive con pobreza, porque no hay trabajo para los viejos”. El término disfrutar a la familia se explicó de la siguiente manera: “así ya los dos estaríamos juntos y podríamos salir a varios lugares”, “estar más cerca y convivir más”, “si ya no trabajara, podría estar más tiempo con mis nietos”, “tendría tiempo de ver a mis hijos”. El cuerpo ya no puede, fue el elemento a través del cual los adultos mayores dijeron que: “disminuye la fuerza y no hay la misma condición”, “el cuerpo se acaba igual que la fuerza para trabajar”, “ya no se puede, el cuerpo no responde igual y duele todo”, “el cuerpo envejece y uno lo siente más pesado y más si se padece alguna enfermedad”, “somos más frágiles”, “hay cosas que uno ya no puede solo”.

Componentes del concepto jubilación

Con otros elementos de frecuencia intermedia tales como final de la vida, trabajar, tiempo libre, paseos, vivir de los ahorros, estar en la casa, esfuerzo y bienestar, los adultos mayores describieron los componentes del concepto de jubilación. El elemento final de la vida se utilizó para describir que el concepto de jubilación se compone así: “cuando estamos a punto de morir”, “está cerca la muerte, porque es el último paso de la vida”.

A través del elemento trabajar los informantes explicaron que el concepto de jubilación está compuesto de “trabajar y trabajar, porque no hay jubilación para los que vendemos”, “se debe trabajar hasta que Dios quiera”. Los lexemas tiempo libre y paseos se expresaron así: “hacer lo que quiera”, “no madrugar para ir a trabajar”, “se le quita la idea de ir a trabajar”. El lexema vivir de los ahorros se manifestó como: “no tienen necesidades, si no trabajan es que no ocupan dinero”. A través del elemento estar en la casa las personas narraron que “es la hora en que Dios nos mande llamar, pues se está descansado en la casa porque ya no se puede trabajar”. A través del elemento bienestar las personas indicaron que “ya no hay de qué preocuparse, pues se tiene seguridad económica”. Con el lexema esfuerzo se expresó que “la jubilación es un beneficio que se obtiene después de tanto trabajar en una empresa”.

Atributos del concepto jubilación

Los elementos periféricos o de frecuencia mínima tales como cansancio, cosa maravillosa, tranquilidad, flojera, lo máximo, inactividad, soledad, recompensa y sacrificio integraron las atribuciones que los adultos mayores hicieron al concepto de jubilación. Por ejemplo, recompensa y sacrificio se explicaron mencionando que “después de trabajar tanto eso es lo que se merece, descansar sin preocuparse”, “se tiene que hacer mucho sacrificio y se tiene que trabajar mucho para no padecer necesidades”. El elemento tranquilidad se describió como “en la jubilación no hay tanto estrés” porque “se está inactivo, sin hacer nada”. El término flojera se describió como “huevonía”, “no querer trabajar”, “los jubilados no hacen nada y sólo se quejan”. A través del lexema cosa maravillosa, los informantes mencionaron que “es lo máximo que puede obtener un trabajador, pero uno que no estudió no tiene esos beneficios”. Finalmente, las personas atribuyeron al concepto de jubilación los elementos soledad y cansancio, mencionando que “los hijos ya se casaron y viven su vida aparte, y uno sólo vive con la esposa, si aún la tiene, pero uno ya no rinde como cuando era joven”. Tabla 2. Elementos relevantes por posición promedio del concepto jubilación en adultos mayores que carecen de prestaciones de la seguridad social para jubilarse. Elemento Frecuencia Rango Posición Relevancia % promedio Viejo 63,2 1 2,25 2,25 Descanso 63,2 1 2,67 2,67 Enfermedades 52,6 2 3,5 7 Dejar de trabajar 42,1 3 2,63 7,89 Cosa maravillosa 5,3 9 1 9 Vivir de los ahorros 10,5 8 1,5 12 Depender de terceras personas 31,6 4 3,83 15,32 Necesidades económicas 26,3 5 3,4 17 Flojera, Lo máximo, Inactividad, Soledad 5,3 9 2 18 El cuerpo ya no puede 21,1 6 3,75 22,5 Trabajar 10,5 8 3 24 Disfrutar a la familia 21,1 6 4,25 25,5 Final de la vida 15,8 7 3,67 25,69 Cansancio, Recompensa, Sacrificio 5,3 9 3 27 Paseos, Esfuerzo 10,5 8 3,5 28 Tiempo libre, Estar en la casa 10,5 8 4 32 Bienestar, Tranquilidad 10,5 8 4,5 36 Fuente: Listados libres.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 147/154

151


Artículo Original | Aguilera María de los Ángeles, et al.

Elementos relevantes del concepto de jubilación

Los elementos más relevantes del concepto jubilación fueron viejo y descanso, ya que ambos términos además de tener la frecuencia por mención más alta ocuparon entre la segunda y la tercera posición promedio en las listas libres. Véase la Tabla 2. Sin embargo, el elemento que apareció en la primera posición promedio de las listas fue cosa maravillosa, a pesar de tener frecuencia de mención periférica. Dicho término fue seguido del término vivir de los ahorros, que de la misma forma, tuvo poca frecuencia de mención. Los términos bienestar y tranquilidad ocuparon la última posición promedio en los listados y además fueron elementos poco frecuentes. Véase la Tabla 2.

Discusión Los resultados encontrados muestran significados negativos del concepto jubilación en los adultos mayores de Guadalajara, México, definidos a través del descanso obligado, provocado por la vejez y las enfermedades. La jubilación, entendida como una cosa maravillosa o como lo máximo que podría sucederles, al permitirles dejar de trabajar para vivir de los ahorros, significó un ideal muy familiarizado entre ellos, aunque inalcanzable. La soledad fue otro elemento muy conocido entre ellos. Los elementos poco conocidos entre los adultos mayores fueron tener tiempo libre, pasear o estar en la casa, así como el bienestar y la tranquilidad. Dichos términos se identificaron, con recelo, como componentes y atributos de la jubilación de las personas profesionales y asalariadas, junto con otros términos tales como flojera, inactividad y recompensa. El lexema bienestar se relacionó con el término seguridad económica, también observado por otros autores en México30, quienes encontraron que el locus de control interno aumenta con el ingreso. Los adultos mayores estudiados revelaron experiencias del retiro laboral muy cercanos al final de la vida, relacionadas con dependencia familiar y necesidades económicas, soportables solamente por la falta de fortaleza física. Asimismo, develaron una realidad sobre el fenómeno de la jubilación compuesta por el trabajo y el esfuerzo, el cansancio y el sacrificio. Sobresalió su creencia religiosa de tener que trabajar hasta su muerte. En la concepción encontrada del término jubilación, se observa en los adultos mayores un sentido de responsabilidad centrado en lo individual, donde se atribuye el no tener jubilación al no contar con estudios, no haber trabajado en una empresa o incluso, no haber trabajado lo suficiente o no haber hecho bastantes sacrificios para contar con un fondo de ahorro. Resaltan dentro de esta perspectiva el reconocimiento y la relación con algunos elementos ausentes, tales como las prestaciones de la seguridad social y la salud. Estos hallazgos se relacionan con lo señalado por los adultos mayores estudiados en Lima31, quienes mostraron resentimiento asociado al nivel de instrucción, más no al papel que debe desempeñar el Estado como principal proveedor de la seguridad social. Los significados encontrados en el presente estudio difieren de los significados positivos encontrados en jubilados profesionales de México11, así como con la concepción objetiva de la soledad en personas de edad avanzada en Colombia28 y con el autoconcepto positivo de los adultos mayores venezolanos.19 Sin embargo, se encuentran coincidencias con las significaciones culturales en adultos mayores de México, Chile y Colombia, que 152

definen la vejez como un estado de vulnerabilidad y deterioro físico y social, cercano a la muerte, donde predomina la sensación de inseguridad, la soledad y el abandono familiar.38,22 También se hallaron similitudes en los sentimientos de miedo a la decrepitud y la dependencia, identificados en profesionales mexicanos.32

Conclusiones y recomendaciones

El objetivo general del estudio de analizar los significados culturales del término jubilación, a través de describir, explorar e interpretar el dominio cultural del concepto, en adultos mayores económicamente activos de la ciudad de Guadalajara, México, se cumplió. Los elementos para considerar en el diseño de nuevas políticas en materia de seguridad social y sistemas pensionarios incluirían: 1. Retirar del mercado laboral, con un ingreso estable y suficiente, a todos los adultos mayores de 65 años, porque ya no tienen las mismas fuerzas para seguir trabajando y porque el desgaste físico y social que sufren cada día es mayor. Cuando padezcan alguna enfermedad crónica retirarlos aun cuando no cumplan con la edad requerida. Si se continúa permitiendo que los adultos mayores permanezcan en el trabajo informal, se retirarán forzosamente cuando estén a punto de morir, con sentimientos de inutilidad y fragilidad, considerándose una carga familiar, viviendo situaciones de extrema pobreza y sentimientos negativos. 2. Considerar para todos los adultos mayores, paseos de ocio y culturales al aire libre, así como viajes gratuitos, o a costos muy bajos, ya que la mayoría de ellos por su nivel socioeconómico no han podido divertirse ni viajar porque viven para trabajar. 3. Capacitar a los adultos mayores para que amplíen sus redes sociales de apoyo. Considerar que se ha comprobado que el bienestar y la calidad de vida se perciben mejor cuando se cuenta con apoyos y redes sociales.33 En cambio, viven aislamiento social cuando sus familiares no quieren hacerse cargo de ellos.39 4. La capacitación también debe incluir ampliar la visión limitada de responsabilidad individual respecto del cuidado de su salud. En las actividades de capacitación que se ofrezcan considerar que algunos autores latinoamericanos20,26 han comprobado que la autonomía personal, la calidad de vida y el estado de salud en los adultos mayores mejoran con la participación en espacios innovadores de aprendizaje, con equilibrio entre la vida espiritual y las actividades de relajación y recreativas. 5. Asimismo, comunicarles que constituyen un mercado electoral relevante, de creciente importancia en cuanto a su fuerza electoral, con el propósito de que se transformen en actores políticos en los cambios sociales.25 El presente estudio refuerza el carácter cultural del término de la jubilación. Entre las limitaciones del estudio se encuentra la falta de un abordaje desde la perspectiva de género, ya utilizado exitosamente por otros autores40,41, quienes revelan diferencias importantes entre hombres y mujeres, subrayando especial cuidado hacia el género femenino, debido a las desigualdades existentes en materia de jubilaciones. Los resultados encontrados reflejan la difícil realidad laboral de los más desprotegidos. La protección en seguridad social, frente a eventos de vejez e invalidez, aún es precaria para las personas de bajos ingresos y para las mujeres. Las personas de bajos ingresos carecen de protección de seguridad social, y cuanto más pobre sea una persona más alta es esa probabilidad. Todo esto

147/154 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Artículo Original | Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México muestra un sistema de protección social precario para los pobres en episodios de enfermedad, ancianidad o discapacidad. Los que han sido dejados al margen del progreso siguen siendo siempre los mismos: los pobres.2 Para lograr preservar y mejorar el derecho a la jubilación se requiere la participación de diferentes actores sociales. Idealmente, después de 30 años de servicio y con independencia de la edad biológica de los trabajadores, se debe sustituir paulatinamente el trabajo con tiempo libre. Como una elección de vida y no como

una negación social. Sobre todo en las personas mayores de edad que ya trabajaron suficientes años y que en teoría lograron acumular suficiente riqueza (para otros) capaz de permitirles vivir sin necesidades económicas.

Agradecimientos

A los adultos mayores que participaron en el estudio, por su aportación valiosa y generosa.

REFERENCIAS 1. Suárez R, Pescetto C. Sistemas de protección social para el adulto mayor en América Latina y el Caribe. Rev Panam Salud Públ [en línea]. 2005 [consultado: 22 feb 2011]; 17(5): 419-28. Disponible en: http://www.scielosp.org/pdf/rpsp/ v17n5-6/26279.pdf. 2. Olavarría M. Pobreza y acceso a los Programas Sociales. Gestión y Política Pública [en línea]. 2006 [consultado: 24 may 2011]; 15(1):3-48. Disponible en:http://redalyc.uaemex.mx/buscador/search.jsp?query=pobreza+y+acceso+a +los+programas+sociales 3. Gill I, Packard T, Yermo J. Keeping the promise of Social Security in Latin America. Stanford: Stanford University Press; 2004. 360 págs. 4. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). XII Censo General de Población y Vivienda 2000. México: INEGI; 2000. 5. Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). Censo de Población y Vivienda 2010. México: INEGI; 2010. 6. Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS). Banco de Información de los Sistema de Seguridad Social Iberoamericanos. Madrid: Secretaría General de la OISS; 2007 [consultado: 21 feb 2011]. 618 p. Disponible en: www. oiss.org/bissi 7. Alós M, Apella I, Grushka C, Muiños M. Participación de los adultos mayores en el mercado laboral argentino: un modelo de valor de opción. Revista Internacional de Seguridad Social [en línea]. 2008 [consultado: 21 feb 2011]; 61(4): 29-55. Disponible en: http://web.ebscohost.com/ehost/results?sid=d7a 3766a-db22-4bc3-b49a-2fc4cb26d8de%40sessionmgr11&vid=2&hid=9&b query=(Participaci%c3%b3n+%22de%22+los+adultos) . 8. Chande R. Trabajo y jubilación. Insuficiencia actual y cambios necesarios. DEMOS [en línea]. 2003 [consultado: 10 jul 2007]; 16:37-38. Disponible en: http://www.ejournal.unam.mx/dms/no15/DMS01518.pdf. 9. Grijalva G, Zúñiga M, Zupo M. Adultas y adultos mayores en Sonora ¿dependientes, autosuficientes o proveedores? Región y Sociedad [en línea]. 2007 [consultado: 24 may 2011]; 19(Núm.Espec): 117-45. Disponible en:http:// redalyc.uaemex.mx/buscador/search.jsp?query=Gabriela+Grijalva+2007 10. Shamah T, Cuevas L, Mundo V, Morales C, Cervantes L, Villalpando S. Estado de salud y nutrición de los adultos mayores en México: resultados de una encuesta probabilística nacional. Salud Pública Méx [en línea]. 2008 [consultado: 24 may 2011]; 50(5): 383-89. Disponible en: http://www.scielosp.org/pdf/ spm/v50n5/a11v50n5.pdf. 11. Aguilera MA, Torres TM. Vivencias de jubilación y prejubilación en odontólogos. Revista de Salud Pública y Nutrición-RESPYN [en línea]. 2008 [consultado: 12 ene 2008]; 9(1):1-8. Disponible en: http://www.respyn.uanl. mx/ix/1/index.html.

12. Ansiliero G, Paiva LH. La reciente evolución de la cobertura de la seguridad social en el Brasil. Revista Internacional de Seguridad Social [en línea]. 2008 [consultado: 20 feb 2011]; 61(3): 1-31. Disponible en: http://onlinelibrary.wiley. com/doi/10.1111/j.1752-1734.2008.00314.x/full. 13. Cruz-Saco MA. Labour markets and social security coverage: the Latin American experience. Ginebra: OIT; 2002. (ESS Working Papers, 2). 14. Brenes G. Rezagados durante la crisis económica: pobreza entre adultos mayores en Costa Rica. Población y Salud en Mesoamérica [en línea]. 2004 [consultado: 24 may 2011]; 2(1):1-35. Disponible en: http://redalyc.uaemex. mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=44620101. 15. Márquez M. Desprotección social en adultos mayores viviendo en la pobreza urbana. Salud Pública Méx [en línea]. 2007 [consultado: 24 may 2011]; 49 (Núm Esp.):346-48. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdf Red.jsp?iCve=10649136. 16. Whetsell M, Frederickson K, Aguilera P, Maya JL. Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores. Aquichán [en línea]. 2005 [consultado: 24 may 2011]; 5(1):72-85. Disponible en: http:// redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=74150108. 17. Ocampo JM, Romero N, Saa H, Herrera J, Reyes CA. Prevalencia de las prácticas religiosas, disfunción familiar, soporte social y síntomas depresivos en adultos mayores. Colomb Med [en línea]. 2006 [consultado: 24 may 2011]; 37(2):26-30. Disponible en: http://colombiamedica.univalle.edu.co/Vol37No2sup.1/html/ PDF/cm37n2s1a4.pdf. 18. Árraga M, Sánchez M. Recreación y calidad de vida en adultos mayores que viven en instituciones geriátricas y en sus hogares. Un estudio comparativo. Espacio Abierto [en línea]. 2007 [consultado: 24 may 2011]; 16(4):737-56. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/122/12216405.pdf. 19. Rivera A, Sánchez M. Medidas de afrontamiento religioso y espiritualidad en adultos mayores mexicanos. Salud Mental [en línea]. 2007 [consultado: 24 may 2011]; 30(1):39-47. Disponibleen:http://redalyc.uaemex.mx/pdf/582 /58230106.pdf. 20. Mazadiego T, Calderón J, Solares C, Zarate M, Torres L, Coto A. Incremento de la autoestima en los adultos mayores de un hogar de jubilados. Enseñ Invest Psicol [en línea]. 2011 [consultado: 24 may 2011]; 16(1):175-82. Disponible en: http://www.cneip.org/revista/CNEIP_16_1/Infante.pdf. 21. Álvarez LY, Flórez Z. Actitudes hacia la muerte en un grupo de adultos intermedios y mayores con enfermedad crónica (hipertensión, diabetes y cáncer) en la ciudad de Bucaramamga. Revista Colombiana de Psicología [en línea]. 2008 [consultado: 24 may 2011]; 17:75-82. Disponible en: http://redalyc.uaemex. mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=80411803005.

Ciencia & Trabajo | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 | www.cienciaytrabajo.cl | 147/154

153


Artículo Original | Aguilera María de los Ángeles, et al. 22. Vilches L. Concepciones, creencias y sentimientos acerca de la muerte en adultos mayores de nivel educacional superior. Revista de Psicología (Santiago de Chile) [en línea]. 2000 [consultado: 24 may 2011]; 9:1-16. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/264/26409106.pdf. 23. Menéndez E. El punto de vista del actor: homogeneidad, diferencia e historicidad. Relaciones [en línea]. 1997 [consultado: 20 ago 2009]; 18(69): 237-70. Disponible en: http://etzakutarakua.colmich.edu.mx/relaciones/069/ pdf/EduardoLMenendez.pdf. 24. Ruiz MV, Scipioni AM, Lentini DF. Aprendizaje en la vejez e imaginario social. Fundamentos en Humanidades [en línea]. 2008 [consultado: 24 may 2011]; 17(1):221-33. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/listaarticulos?tipo_ busqueda=EJEMPLAR&revista_busqueda=6781&clave_busqueda=219397. 25. Morales ME. Los adultos mayores chilenos en el siglo XXI: un enfoque politológico. Acta Bioeth [en línea]. 2001 [consultado: 24 may 2011]; 7(1):71-95. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/554/55470106.pdf. 26. Lázaro Y. Aprender disfrutando: una experiencia de ocio para adultos mayores en la Universidad. Rev. Mal-Estar Subj [en línea]. 2009 [consultado: 24 may 2011]; 9(3):751-82. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ ArtPdfRed.jsp?iCve=27115482002. 27. Varela LE. Trayectorias de vida: experiencias de un grupo urbano de adultos mayores. Invest Educ Enferm [en línea]. 2008 [consultado: 24 may 2011]; 26(1): 48-58. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve= 105215231004. 28. Cardona J, Villamil M, Henao E, Quintero Á. Concepto de soledad y percepción que de su momento actual tiene el adulto mayor en el municipio de Bello, Colombia, 2007. Revista Facultad Nacional de Salud Pública [en línea]. 2009 [consultado: 24 may 2011]; 27(2):153-63. Disponible en: http://redalyc.uae mex.mx/redalyc/pdf/120/12011791006.pdf. 29. Varela C. ¿Qué significa estar seguro? De delitos, miedos e inseguridades entre los adultos mayores. Cuadernos de Antropología Social [en línea]. 2005 [consultado: 24 may 2011]; 22:153-71. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/ scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1850275X2005000200009. 30. Vera JÁ, Laborín JF, Domínguez MT, Parra EM, Padilla ME. Locus de control, autoconcepto y orientación al éxito en adultos mayores del norte de México. Enseñ Invest Psicol [en línea] 2009 [consultado: 24 may 2011]; 14(1):119-35. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve= 29214109. 31. Inga J, Vara A. Factores asociados a la satisfacción de vida en adultos mayores de 60 años en Lima, Perú. Univ Psychol [en línea]. 2006 [consultado: 24 may

154

2011]; 5(3):475-85. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdf Red.jsp?iCve=64750304. 32. Vera JÁ, Sotelo TI, Domínguez MT. Bienestar subjetivo, enfrentamiento y redes de apoyo social en adultos mayores. Rev Intercont Psicol Educ [en línea]. 2005 [consultado: 24 may 2011]; 7(2):57-78. Disponible en: http://redalyc.uaemex. mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=80270205. 33. Alfaro N, Carothers MR, González YS. Autopercepción de calidad de vida en adultos mayores con diabetes mellitus tipo 2. Investigación en Salud [en línea]. 2006 [consultado: 24 may 2011]; 8(3):152-57. Disponible en: http://redalyc. uaemex.mx/pdf/142/14280303.pdf. 34. Durán DM, Valderrama LJ, Uribe AF, Uribe JM. Integración social y habilidades funcionales en adultos mayores. Univ Psychol [en línea]. 2008 [consultado: 24 may 2011]; 7(1):263-70. Disponible en: http://sparta.javeriana.edu.co/psicologia/publicaciones/actualizarrevista/archivos/V07N0118.PDF. 35. Romney K, Weller S, Batchelder W. Culture as consensus: A theory of culture and informant accuracy. Am Anthropol. 1986;88:313-38. 36. Weller S, Romney K. Systematic Data Collection. London: Sage; 1988. 37. Chevalier JM. Listados libres y clasificación por montones. Sistemas de Análisis Social 1.0 [en línea] 2006 [consultado: 23 ago 2009]. Disponible en: http:// www-sas-pm.com/. 38. Torres TM, Munguía JA, Pozos BE, Aguilera MA. Representaciones sociales sobre la salud y la enfermedad de la población adulta de Guadalajara, México. Aten Primaria [en línea]. 2010 [consultado:22 mar 2010]; 42(3):154-61. Disponible en http://www.elsevier.es/es/revistas/atencion-primaria-27/representacionessociales-salud-enfermedad-poblacion-adulta-guadajalara-13147387-originales-2010. 39. Santos AB, Ausín B, Muñoz M, Serrano P. Personas mayores en aislamiento social en la ciudad de Madrid: experiencia de una intervención a través de la estrategia psicológica de búsqueda activa. Intervención Psicosocial [en línea] 2008 [consultado:5 nov 2010];17(3):307-19. Disponible en: http://redalyc. uaemex.mx/redalyc/pdf/1798/179814023007.pdf. 40. Isaksson K, Johansson G. Early retirement: positive or negative for well being? Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones [en línea]. 2008 [consultado:11 may 2011]; 24(3):283-01. Disponible en: http://redalyc.uaemex. mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=231316496002. 41. Rodríguez N. Actitudes hacia la jubilación. Interdisciplinaria [en línea]. 2006 [consultado: 9 may 2011]; 24(1):5-42. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/ scielo.php?pid=S1668-70272007000100001&script=sci_arttext.

147/154 | www.cienciaytrabajo.cl | AÑO 14 | NÚMERO 43 | ABRIL / JUNIO 2012 |

Ciencia & Trabajo


Instrucciones a los Autores C&T, Ciencia & Trabajo, órgano de difusión de la Fundación Científica y Tecnológica de la Asociación Chilena de Seguridad, tiene como misión divulgar el conocimiento en las áreas de seguridad e higiene industrial, salud ocupacional, calidad de vida laboral y otras disciplinas asociadas al mundo del trabajo y medio ambiente. C&T suscribe principalmente al acuerdo sobre Requisitos Uniformes para Preparar los Manuscritos Enviados a Revistas Biomédicas (Estilo Vancouver), elaborado por el Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas (New England Journal of Medicine 1997; 336 : 30915, actualizados en octubre de 2008, en el sitio web www.icmje.org). Los artículos científicos que C&T publica deben ser originales. Los autores deben haber participado en el trabajo en grado suficiente para asumir la responsabilidad de su contenido total. No confiere la calidad de autor haber participado en la obtención de fondos, en la recolección de datos, en la supervisión general del grupo de investigación, haber aportado muestras o reclutado pacientes; tampoco se aceptan las “Autorías por cortesía”. Se puede citar un autor corporativo en los ensayos multicéntricos. La totalidad de los integrantes de un equipo, citados como autores, puede indicarse bajo el título o en una nota a pie de página, los que deberán cumplir todos los criterios antes mencionados; quienes no los cumplan figurarán, con su autorización, en la sección de Agradecimientos. Los artículos sobre experimentación en humanos y animales deben ser acompañados de una copia digital de la aprobación del Comité de Ética de la Institución donde se realizó el estudio, de acuerdo a la Declaración de Helsinki de 1975. En el artículo no se deben incluir datos que permitan identificar a los sujetos de estudio. Los artículos deben ser enviados en formato electrónico (Microsoft Word para PC, o compatible) en Español, Portugués o Inglés. El formato debe ser simple para facilitar la edición del texto e incluir las siguientes secciones; a. Página inicial a. Título del artículo, que debe ser conciso, no incluir abreviaturas y dar idea exacta de su contenido. Si el tema ha sido presentado en alguna conferencia, indicarla citando la ciudad y fecha de exposición. b. Nombre completo de los autores, profesión, grado académico (si corresponde) y afiliación institucional, incluyendo ciudad y país. c. Departamento e Institución donde se realizó la investigación, si corresponde. d. Fuente de financiamiento, si la hubo. Declarar eventuales conflictos de interés. e. Dirección postal, e-mail, fono y fax del autor que se ocupará de la correspondencia relativa a este documento. b. Página dos • Resumen en idioma original con una extensión máxima de 200 palabras. Debe incluir objetivos, método, resultados, conclusiones principales y ser escrito en estilo impersonal. • Al final del resumen debe incluir tres a cinco descriptores (palabras claves o keywords) extraídos de la lista de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) (www.bireme.br). Página tres y siguientes en el siguiente orden • El formato del texto depende del tipo de artículo. Los artículos científicos son el producto de un trabajo de observación, investigación clínica o experimentación que consta de las siguientes secciones: a) Introducción en la que se presentan las razones que motivaron el estudio y los objetivos del mismo; b) Material y Métodos en la que se describen los elementos y procedimientos utilizados de manera tal que los resultados puedan ser reproducidos por otros investigadores; se debe incluir una descripción suficiente del análisis estadístico; c) Resultados en la que se presentan los hallazgos del estudio; d) Discusión en la que se destacan los aspectos nuevos e importantes del estudio, conclusiones, implicaciones y limitaciones de los resultados. La extensión máxima de este tipo de artículo no debe exceder los 36.000 caracteres (incluyendo los espacios). Los artículos de revisión son el producto del análisis crítico de la literatura reciente sobre un tópico especial. Este tipo de artículo incluye los puntos de vista del autor sobre el tema. Normalmente este tipo de documento es encargado por C&T a expertos en el tema según planificación editorial. La extensión máxima de estos artículos no debe exceder los 60.000 caracteres (incluyendo los espacios). La comunicación de Casos, en los que se describen situaciones de interés médico vistos con poca frecuencia (casos clínicos) o situaciones especiales encontradas en la práctica diaria de otros profesionales de la salud ocupacional (investigación de un accidente que ocurre por primera vez, por ejemplo). Este tipo de artículo debe contener dos secciones; en la primera se describe el caso y en la segunda se comentan los hallazgos y se hacen las recomendaciones que correspondan. La

extensión máxima de este tipo de artículo no debe exceder los 20.000 caracteres (incluyendo los espacios). Los Artículos de Educación son aquéllos que contribuyen a la formación integral de los profesionales de Salud Ocupacional. Generalmente son solicitados por el Comité Editorial de C&T. La extensión máxima de ellos es de 60.000 caracteres (incluyendo los espacios). Los Artículos de Opinión son comunicaciones personales sustentadas bajo el método científico y con referencias bibliográficas que apoyan las opiniones. La extensión máxima de estos artículos es de 20.000 caracteres (incluyendo los espacios). • Al final del texto puede incluirse una sección de agradecimientos y, a continuación las Referencias bibliográficas. Es de completa responsabilidad de los autores la información entregada en esta área, quienes debieran revisar siempre su listado para confirmar que éstas estén completas, con todos sus elementos y simbología integrantes en orden y verificar su inserción en el texto. En caso contrario, el material puede ser devuelto para corrección. Las referencias deben ser presentadas e incluidas en el texto según las siguientes indicaciones, basadas en las normas ISO 690:1987 para formato impreso e ISO 690-2 para formato electrónico: todas las referencias deben incluir los siguientes elementos y la puntuación indicada: • Apellido paterno del autor/editor más las iniciales del nombre (hasta seis autores, separados por coma; si son más de seis agregar “et al” después del sexto) o autor institucional, si corresponde. • Año de publicación, separado por punto de elemento anterior. • Título completo del artículo, del libro o del capítulo, si corresponde, separado por punto de elemento anterior. • Título abreviado de la revista, de acuerdo a listado de Biosis o Index Medicus (ver: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?db= journals), o libro Proceedings, si es el caso, separado por punto de elemento anterior. • Ciudad/estado/país de publicación, y editor, separando por dos puntos estos elementos y por punto de elemento anterior. • Números del volumen y páginas inicial y final, separando por dos puntos estos elementos y por punto de elemento anterior. • Disponibilidad en Internet, si se sabe, separado por punto de elemento anterior. Las referencias se enumeran en el orden en que se las menciona por primera vez en el texto. Identificadas mediante numerales arábigos, colocados al final de la frase o párrafo en que se las alude. Las referencias que sean citadas únicamente en las Tablas o en las leyendas de las Figuras, deben numerarse en la secuencia que corresponda a la primera vez que se citen dichas Tablas o Figuras en el texto. Los resúmenes de presentaciones a Congresos pueden ser citados como referencias sólo cuando fueron publicados en revistas de circulación común. Si se publicaron en “Libros de Resúmenes”, pueden citarse en el texto (entre paréntesis), al final del párrafo pertinente. Se puede incluir como referencias a trabajos que están aceptados por una revista, aún en trámite de publicación; en este caso, se debe anotar la referencia completa, agregando a continuación del nombre abreviado de la revista la expresión “(en prensa)”. Los trabajos enviados a publicación pero todavía no aceptados oficialmente, pueden ser citados en el texto (entre paréntesis) como “observaciones no publicadas” o “sometidas a publicación” y no deben alistarse entre las referencias. Al alistar las referencias, su formato debe ser el siguiente: Artículos en Revistas: Apellido e inicial del nombre del o los autores. Mencione todos los autores cuando sean seis o menos; si son siete o más, incluya los seis primeros y agregue “et al”. Limite la puntuación a comas que separen los autores entre sí. Sigue el título completo del artículo, en su idioma original. Si elige su traducción al inglés, debe ser la que figuró en la publicación y se enmarca en paréntesis cuadrado. Luego, el nombre de la revista en que apareció, abreviado según el estilo usado por el Index Medicus: año de publicación; volumen de la revista: página inicial y final del artículo. Ejemplo: “Brunser A, Hoppe A, Cárcamo DA, Lavados PM, Roldán A, Rivas R et al. Validez del Doppler transcraneal en el diagnóstico de muerte encefálica. Rev Med Chile 2010;138: 406-12”. Capítulos en Libros: Ejemplo: “Rodríguez P. Trasplante pulmonar. En: Rodríguez JC, Undurraga A, Editores, Enfermedades Respiratorias. Santiago, Chile: Editorial Mediterráneo Ltda.; 2004. p. 857-82”.

Artículos en formato electrónico: Citar autores, título del artículo y revista de origen tal como para su publicación en papel, indicando a continuación el sitio electrónico donde se obtuvo la cita y la fecha en que se hizo la consulta. Ejemplo: Cienc Trab 2010; 12 (38): 461-464. Disponible en: wwwcienciaytrabajo.cl [Consultado el 14 de enero de 2010]. Para otros tipos de publicaciones, aténgase a los ejemplos dados en los “Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals”. • Páginas complementarias Las Tablas, deben llevar numeración arábica correlativa con título descriptivo breve, por orden de aparición. Cada columna debe tener un encabezamiento corto y abreviado el que puede incluir símbolos para unidades. Separe con líneas horizontales solamente los encabezamientos de las columnas y los títulos generales. Las columnas de datos deben separarse por espacios y no por líneas verticales. Al pie de la tabla se debe indicar el significado de cada abreviatura y la simbología del método estadístico empleado. Las tablas deben ser enviadas en el formato original; por ejemplo, si ella se construyó en Microsoft Excel, debe enviarse el archivo que originó la tabla. En el texto del artículo, el autor debe indicar el lugar donde sugiere insertar la tabla. Figuras o Gráficos deben ser elaboradas en formatos compatibles con Microsoft Excel o PowerPoint. Cada figura o gráfico debe identificarse con números arábicos correlativos. Las leyendas deben facilitar su comprensión, sin necesidad de recurrir a la lectura del texto. Las figuras o gráficos deben ser enviadas en el formato original al igual que lo señalado para las tablas. En el texto del artículo, el autor debe indicar el lugar donde sugiere insertar las figuras o gráficos. Ilustraciones y fotografías deben ser enviadas en formato electrónico JEPG de alta resolución. De ser necesario, estos archivos deben enviarse en forma separada. Aspectos Legales La responsabilidad de los conceptos publicados en Ciencia & Trabajo es exclusiva de los autores, no comprometiendo en modo alguno la opinión de la Fundación Científica y Tecnológica ACHS y de Ciencia & Trabajo. Todos los textos publicados están protegidos por Derecho de Autor, conforme a la Ley No 17.336 de la República de Chile. Se autoriza la publicación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en formato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite a Ciencia & Trabajo como fuente primaria de publicación. Los autores de artículos científicos deben establecer por escrito que no existen conflictos de interés de ningún tipo que pueda poner en peligro la validez de lo comunicado. Aspectos Administrativos La recepción del manuscrito será notificada por correo electrónico al primer autor firmante, lo que no implica su aceptación. El Comité Editorial hará una primera evaluación del material y de su cumplimiento con estas normas. La evaluación del trabajo será realizada por dos o más evaluadores externos a la revista, designados por el comité editorial de C&T. Las observaciones de forma o contenido efectuadas por estos evaluadores serán enviadas a los autores para su consideración. El documento que éstos generen al ser introducidas las modificaciones, será el que se publique. Aquellas observaciones que los autores consideren que no es pertinente incorporar al documento, deberán ser comentadas en carta dirigida el editor en jefe de C&T. La versión final del artículo, será de exclusiva responsabilidad de los autores. C&T entregará un ejemplar de la versión impresa del artículo a cada autor. Toda comunicación, tanto de remisión de trabajos como de correspondencia a la editorial, debe ser dirigida a: Leonardo Varela Editor Jefe Revista Ciencia & Trabajo Ramon Carnicer 163, Piso 5, Anexo C, Providencia, Santiago, Chile Fono: (56-2) 515 7534 e-mail: lvarelav@achs.cl Declaración de la Responsabilidad de Autoría y Conflicto de Intereses El siguiente documento debe ser firmado por todos los autores del manuscrito y remitido como copia digitalizada. Este documento debe contener lo siguiente: • Título del Manuscrito: • Responsabilidad de Autoría: “Certifico que he contribuido directamente al contenido intelectual de este manuscrito, a la génesis y análisis de sus datos, por lo cual estoy en condiciones de hacerme públicamente responsable de él y acepto que mi nombre figure en la lista de autores”. • Conflicto de intereses: “Declaro que no existe ningún posible conflicto de intereses en este manuscrito”. Si existiera, será declarado en este documento y/o explicado en la página del título, al identificar las fuentes de financiamiento.


Índice A7 A9 A10

Editorial Índice En este número

Artículos de Difusión A12 Sección Ehp

Obesógenos. Un Vínculo Ambiental a la Obesidad

Artículos Originales 97 Identificación de Factores de Riesgo y Determinantes

de Perfiles de salud. Caso Trabajadores de una Industria Farmacéutica Martínez D, Sánchez L

105

Evaluación Conductual de la Impulsividad Aplicada al Control de la Accidentalidad Sannino D, Gallardo M, Ackerknecht C, López-Mena L

112

La Estrategia SOBANE y la Guía Déparis para la Gestión Participativa de los Riesgos Ocupacionales Malchaire J

120

Actividad de la Acetilcolinesterasa en Trabajadores e Individuos con Riesgo de Exposición a Plaguicidas Organofosforados y Carbamatos en Algunas Regiones de Colombia, 2006-2009 Cárdenas O, Silva E, Nava G

129

Evaluación Psico-Toxicológica de los Trabajadores con Exposición Crónica a Solventes Orgánicos en las Industrias del Cuero y del Calzado Flores-Hernández C, Páramo D, Huerta-Franco M, Hernández J, Cappacione K, Vargas-Luna M, Díaz de León-Morales L, Morales-Mata I

135

Utilización de Servicios de Salud en la Población Trabajadora. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), 2001 Marín C

140

Neumoconiosis. Ayer y Hoy de unas Enfermedades Pulmonares Profesionales. Evolución Legal y Catalogación Laboral de estas Patologías en la Legislación Española Vicente-Herrero M, Capdevila L, Ramírez M, López-González A, Terradillos M

147

Significados Culturales del Concepto de Jubilación en Adultos Mayores de Guadalajara, México Aguilera M, Acosta M, Pozos B, Torres T, Pérez J

FUNDACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA ASOCIACIÓN CHILENA DE SEGURIDAD


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.