Economía política de la información hegemonías y resistencias

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CIESPAL

ECONOMÍA POLÍTICA DE LA INFORMACIÓN: HEGEMONÍAS Y RESISTENCIAS Seminario Internacional JULIO PEÑA Y LILLO E. 08/12/2013


ECONOMÍA

POLÍTICA

DE

HEGEMONÍAS Y RESISTENCIAS

LA

INFORMACIÓN: Julio Peña y Lillo E. Quito, 10 de noviembre 2013

““El poder que está en disputa en el terreno de la política moderna, lejos de ser el poder soberano de decisión sobre el destino de la sociedad, no es más que el poder de imponer a los demás una determinada versión de la obediencia al sujeto-capital” Bolívar Echeverría

Buenos días con todas y con todos!, Para mí como Presidente del Consejo de CIESPAL y representante del Secretario Nacional de Educación Superior, compañero René Ramírez, es realmente gratificante verlos aquí reunidos para abordar y profundizar en dos importantes jornadas, los temas relacionados con la Economía Política de la Información, uno de los grandes miradores a partir del cual es posible comprender y sacar a la luz, la aparente racionalidad discursiva con la que se presenta la voluntad del capital.

Y es que en tiempos de globalización neoliberal, como nos recuerda Ignacio Ramonet, los medios, que por principio deberían estar al servicio de los ciudadanos y denunciar los abusos e iniquidades propias del sistema capitalista, están en su gran mayoría defendiendo un modo de vida que por su propia naturaleza, reproduce el despotismo ante los asuntos más esenciales de la comunidad y la vida social.

Para nadie es un secreto que nuestra región Suramericana vive actualmente en un período muy especial de su historia. Un período en el que el diseño de la estructura institucional de sus estados -de tradición oligárquica-, ha comenzado a ser sustituido por otro, menos privado y privativo.

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Estos cambios que vienen impulsados por los movimientos sociales y políticos en su mayoría no tradicionales, comienzan a protagonizar la historia de este nuevo siglo en América latina. Historia que en un sinnúmero de veces, debe abrirse paso en medio de una guerra mediática ejercida sin tregua, contra los gobernantes nacional-populares elegidos democráticamente.

Abrir espacio a la Economía Política de la Información significa entonces, potenciar herramientas que nos permiten dilucidar si efectivamente se tratan de movimientos vandálicos, anti-institucionales y poco democráticos como lo presentan muchos de los medios de comunicación controlados por el capital, o si por el contrario, se trata justamente de movimientos políticos regionales, que se levantan contra un destino de destrucción y barbarización en el que se encontraban inmersos.

Para nosotros como SENESCYT, Institución que se ocupa de gestionar la formulación de la Política Pública de Educación Superior, con una perspectiva de cambio social, el seminario de Economía Política de la Información contribuye a fortalecer la reflexión socio-crítica de todas y todos aquellos profesionales que trabajan en las esferas de la comunicación y el periodismo.

Para nosotros, como ya lo ha manifestado el compañero y amigo de esta casa Francisco Sierra, la comunicación crítica no convencional, requiere de una praxis investigadora y de una docencia, que conciba a la información y al conocimiento como socialización y democratización del poder, como un compromiso con los grupos y colectivos sociales subalternos, es decir, con un enfoque en el beneficio de la sociedad en su conjunto y no sólo de unos cuantos grupos de poder.

Creemos que una comunicación e información más democrática, con una innovación radical sobre lineamientos tendencialmente socialistas, puede sumar y contribuir directamente en el proceso de reconstrucción real de la vida civilizada, y con ello nada menos, en los procesos de reinvención de nuestra democracia. 3


Disputar la esfera de la de la opinión pública al capital privado es crucial, como ya lo señalaba Bolívar Echeverría en su discurso en Caracas, puesto que el capital opera desde esta plataforma, para tergiversar la resistencia de los trabajadores frente al modo de producción capitalista.

En vista de que la esfera de la opinión pública puede ser controlada y deformada por los emporios mediáticos (como TV Globo, Televisa, el Mercurio, etc.), la realidad puede ser deformada, llevando muchas veces a la sociedad a convencerse de que todo lo que en realidad viene de una dictadura de la mercancía, es decir, de una dictadura del capital, es el resultado de una voluntad que habría sido consensuada entre todos los ciudadanos.

La Economía Política de la Información nos permite entonces, sacar a la luz la irracionalidad de esas dinámicas capitalistas travestidas como discurso racional, permite apreciar con claridad, a aquellos que están interesados en que el modo de vida establecido permanezca esencialmente como está; y a quienes buscan que ese modo de vida se sustituya por otro, probablemente mejor.

Contribuir a crear sujetos comprometidos con la sociedad, el país y la vida, exige mantener un complejo equilibrio entre el realismo y la afinidad emancipatoria, entender a la cultura de la responsabilidad civil, como un compromiso radical para poder construir una verdadera democracia, capaz de hacer frente a la privación de la palabra, como al proceso de apropiación privada de la inteligencia colectiva.

Cuando hablamos de robustecer los estudios relacionados con la Economía Política de la Información, hacemos referencia a la necesidad de fortalecer esas posiciones anti-continuistas o revolucionarias, afirmando la necesidad de una vida emancipada, y democrática, opuesta a ese destino que tendría al género humano condenado para siempre a la impotencia política y a la desgracia social.

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Lastimosamente, como nos recuerda Echeverría, en la modernidad capitalista, las sociedades de mercado, las sociedades de ese automatismo pragmático que las mueve, sigue imponiéndose inexorablemente en la vida y en las decisiones históricas, la gran mayoría de veces, por encima de la voluntad racional del ser humano. Podemos mencionar como nos sugiere Ramonet: la guerra mediática contra Chávez, la guerra del periódico El Mercurio contra el presidente chileno Salvador Allende, para impedir que concrete sus reformas en los años setentas, o la guerra en los ochentas del diario La Prensa contra el sandinismo en Nicaragua, sin necesidad por ahora de adentrarnos también, en las guerras mediáticas mantenidas contra los presidentes de Brasil, Argentina y Ecuador.

Podría pensarse que el poder del capital es una realidad ajena al escenario de la opinión pública racional, exterior a la esfera del discurso, apartada del campo de las ideas; sin embargo, como vemos en estos pocos pero contundentes ejemplos, es una realidad que termina siendo penetrada y configurada por el capital, una realidad en la que se introduce para alterarla decisivamente, elemento indispensable para imponernos su “voluntad”.

Utilizar la información ampliamente difundida como una mercancía, como un aparato ideológico de la globalización, es anteponer el valor de cambio privativo por sobre el valor de uso, comprendido como bien común.

Utilizar la información como un simple instrumento que sirve para justificar la sobre-explotación y la acumulación desaforada, es vaciar al bien común de su sentido, en beneficio de una realidad económica excluyente.

Ahora bien, cuando hacemos referencia a la Economía Política de la Información, estamos hablando de una herramienta que es propia de una tendencia ciudadana que promueve el cambio, herramienta de la cual, pueden servirse los seres humanos denigrados y explotados para rebelarse contra la dictadura del capital. 5


Sus afirmaciones y revelaciones, pueden servirnos para refutar sistemáticamente el discurso que prevalece al servicio del status quo, puede servir para develarnos cómo, de qué forma, o de qué manera opera el poder de la sociedad capitalista sobre el mundo del discurso, cómo lo deforma en bien del dominio ideológico de aquellos ciudadanos que se encuentran comprometidos con el capital.

La Economía Política de la Información contribuye a develarnos cómo se da la apropiación privada y el control monopólico de los medios de comunicación, cómo se estructura el bombardeo sistemático y omnipresente que se cierne sobre las mentes del público lector, del auditorio radial, del espectador televisivo, así como del usuario de la red cibernética.

En efecto, el discurso crítico que derive de la Economía Política de la información, tiene que enfrentar no sólo a un enemigo susceptible de localizar e identificar; sino también, a un enemigo que puede ser inasible, que se encuentra infiltrado en las mismas armas con las que pretendemos atacarlo: en la lengua con la que se formula las ideas, en el repertorio conceptual que está a nuestra disposición, en el aparato categorial con la que construimos nuestras argumentaciones, etc.

La Economía Política de la Información desde esta perspectiva, debe servir para contrarrestar liberadoramente los efectos de la intervención del capital en la esfera de la opinión pública, despertar el surgimiento de otro tipo de comunicación y de periodismo, ampliando de esta forma los márgenes de maniobra y la democracia, a través de la producción de material liberador para todos aquellos que nunca han sido escuchados, los invisibilizados, así como para esas fuerzas sociales y políticas que ahora están promoviendo los proyectos de transformación histórica de nuestra región.

Muchas Gracias!!

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