¿Sabía usted qué… los productos naturales pueden ser tóxicos para el hígado?
Marzo de 2015
Introducción Las plantas han sido usadas desde el inicio de la humanidad para el tratamiento de condiciones que afectan la salud de humanos y animales, en el mundo occidental muchos de los principios activos de medicamentos usados actualmente provienen de plantas o son modificaciones sintéticas de los mismos, como es el caso de: los salicilatos (la famosa Aspirina de Bayer®), la morfina, la quinina, la digitoxina y digoxina, entre otros [1]. Inclusive hoy en día las plantas siguen siendo considerada como una potencial fuente de principios activos, sin embargo para que estos productos sean comercializados como medicamentos, han probado su seguridad y efectividad en el tratamiento de enfermedades, este es el requisito de lo que se denomina “farmacología o medicina convencional” [1]. Aun cuando se tienen medicamentos convencionales, las personas aún siguen utilizando extractos vegetales para tratar varias enfermedades. Aproximadamente tres cuartos de la población mundial confía más en la medicina herbal que en la medicina convencional, inclusive los utilizan como base en su sistema de atención de salud primaria en vez de medicamentos convencionales o utilizan combinación de productos herbarios con medicamentos para potenciar el efecto terapéutico [2]. En las pasadas décadas, los productos naturales han ganado mucha popularidad y aceptación en países en vía de desarrollo y desarrollados [2] debido al supuesto de que “natural” es igual a seguro o inocuo [1], no obstante, este supuesto muchas veces está equivocado.
¿En qué se diferencian la medicina natural y la medicina convencional? La medicina natural hace referencia al uso de plantas o extractos herbales obtenidos a partir del macerado de plantas o partes de las mismas (hojas, flores, semillas, raíces, tallos, etc.) con agua, alcohol u otros solventes con el fin de extraer sus componentes [1], con
fines preventivos, paliativos o curativos. Aunque en la medicina convencional, la que se basa en medicamentos, se utilizan principios activos aislados de plantas, la medicina herbal difiere en el uso de extractos de plantas en vez de principios activos puros, bajo el supuesto de que muchos de sus constituyentes pueden trabajar de una manera sinérgica, es decir el efecto del extracto es más potente que la suma de los componentes individuales [1].
¿Son realmente los productos naturales seguros? El consumo de productos naturales se ha mantenido a lo largo del tiempo por razones de pobreza y difícil acceso a la medicina moderna, pues alrededor del 65-80% de la población que vive en los países en desarrollo depende esencialmente de las plantas para la atención primaria de salud [4]. Teniendo en cuenta lo anterior muchas veces la regulación de productos naturales se ha dejado de lado a pesar de generar hepatotoxicidad, un problema ampliamente extendido pero poco hablado. En el caso de Colombia, el consumo de productos herbales muchas veces se hace sin restricción alguna debido a su fácil acceso, distribución y la facilidad económica de los mismos; sin embargo, pocos se ha cuestionado sobre el riesgo que producen estos agentes. A continuación se hablará de algunas plantas consumidas en Colombia a las cuales se le han reportado casas de hepatotoxicidad. ● Té verde (Camellia sinesis): Desde hace 10 años se han ido reportando casos asociados a hepatotoxicidad, lo que ha impulsado la realización de ensayos, permitiendo establecer una familia de compuestos importante en la generación de hepatotoxicidad, las catequinas y sus derivados como el EGCG, responsable de inducir estrés oxidativo en el hígado [5]. Es importante resaltar que más mujeres han sufrido casos de hepatotoxicidad, pero ¿Son ellas más susceptibles o consumen mayores cantidades de té verde?. Esta disyuntiva ha sido estudiada y se sugiere que las mujeres son efectivamente más susceptibles a la toxicidad mediada por EGCG. El periodo de consumo al cual se han reportado casos de hepatotoxicidad es de 3 meses, consumiendo un aproximado de 9,9 gramos día o dicho de otra manera 24 tazas al día. Países como Francia y España han prohibido la distribución de productos a base de esta planta [6].
● Sábila (Aloe vera): Las formas orales de Aloe vera, utilizadas en el tratamiento del estreñimiento y la dispepsia, se han relacionado con casos poco frecuentes de daño hepático, esta patología aparece aproximadamente desde la semana 3 e incluso hasta la 24 después de haber iniciado el consumo del producto. En el daño hepático involucrado se ha mostrado lesión lobular y celular irregular, además de la inflamación portal. Los daños actualmente reportados no han sido graves. Por el momento, no se ha señalado algún componente responsable de hepatotoxicidad; sin embargo muchos casos han mostrado ser idiosincráticos [7] ● Senna: Usado comúnmente como laxante, se considera seguro y bien tolerado; sin embargo, a altas dosis se ha sido asociado a daños en el hígado. Las plantas del género Senna se consumen por medio de extractos de hojas, flores y frutos, a pesar de que su uso no es controlado se recomienda consumirlo por un periodo corto. Se han reportado daños en el hígado cuando este es usado a largo plazo además de darle un aumento de dosis. La lesión hepática se presenta alrededor de los 3 a 5 meses de inicio en el consumo, la toxicidad se ha relacionado con procesos idiosincrásicos; sin embargo, un compuesto es clave para el desarrollo de estos: los derivados de antraquinonas. La lesión hepática fue generalmente de leve a moderada y se resolvió rápidamente con la interrupción del tratamiento, el reinicio del tratamiento debe ser evitado ya que podrían volver a presentarse problemas relacionados con el hígado [8]. ● Árnica (Senecio formosus): Usado desde 1500 debido a la ayuda en las lesiones y dolores musculares, se aplica vía tópica por medio de cremas o ungüentos; sin embargo, cuando su vía de administración es oral, éste es capaz de generar la enfermedad venooclusiva hepática (afección que impide el adecuado funcionamiento de las venas, disminuyendo el flujo de sangre y causando daños en el mismo. Los alcaloides presentes en la árnica son los metabolitos responsables de la acción hepatotóxica, los cuales solo necesitan una única exposición para la generación de los efectos adversos. Además del daño expuesto, se puede generar también daño renal y pulmonar [9]. Muchas otras plantas son capaces de generar daño al hígado, sin embargo su uso en Colombia no es tan amplio como las nombradas previamente, entre ellas están. ● Chaparral (Larrea tridentata) ● Celidonia mayor (Chelidonium majus) [10]
● Piper methysticum o kava-kava ● Algunos pocos casos reportados de valeriana (Valeriana officinalis) [11]
¿Qué pasa si se utilizan los productos naturales con medicamentos? Una gran preocupación concerniente al uso de productos naturales es su eventual interacción con los medicamentos convencionales. Un extracto es una mezcla compleja de muchos compuestos químicos y por tanto es difícil predecir las posibles interacciones que puedan tener con otras sustancias como los medicamentos, además, la determinación de estos efectos se complica porque como los pacientes suelen tener la concepción de que los productos naturales son totalmente seguros, pocos reportan estar tomándose en conjunto con sus medicamentos. Así como las interacciones entre dos medicamentos, se pueden clasificar las interacciones entre un medicamento y un producto natural en dos grupos: ● Modificación de la absorción, distribución o eliminación: Esto implica que, en presencia de un producto natural, un medicamento potencialmente tóxico se absorba en mayor medida o se mantenga un tiempo mayor en el organismo, por lo cual se facilitaría la aparición de efectos adversos. Por ejemplo, la hierba de San Juan puede potenciar la hepatotoxicidad del Acetaminofén porque favorece su conversión a compuestos tóxicos por las enzimas en el hígado [12]; también se han observado casos en los que el Ginseng puede disminuir la eliminación de medicamentos como el Imatinib, un anticancerígeno, produciendo daño hepático [13]. ● Adición de los efectos del producto natural y el medicamento: Si un producto natural tiene riesgo de ser hepatotóxico y se utiliza con un medicamento con este mismo riesgo, es posible que estos efectos se sumen de tal forma que incluso si se utilizan dosis terapéuticas para ambos se pueda producir algún problema en el hígado. Los extractos de Kava o de Echinacea tienen compuestos hepatotóxicos que podrían potenciar la hepatotoxicidad de los medicamentos como el Acetaminofén [14].
Tabla 1. Interacciones potencialmente hepatotóxicas entre productos naturales y medicamentos
Medicamento
Producto Natural
Consecuencia
Aspirina o Warfarina
Derivados de Ajo, Papaya, Tamarindo, Ginkgo biloba, Gingseng, Hierba de San Juan
Aumenta el riesgo de sangrado
Ciclosporina
Derivados de Hierba de San Juan, Pomelo o Toronja
Riesgo de rechazo de transplante. Aumento de metabolitos potencialmente tóxicos
Metotrexate, Acetaminofén
Hierba de San Juan
Aumenta la hepatotoxicidad
Ginseng
Posible efecto aditivo
Licoriza
Disminuye su eliminación
Prednisolona
¿Son sólo los extractos naturales los responsables? Otra de las preocupaciones respecto al uso de productos naturales, es que estos no tengan los requerimientos sanitarios necesarios para asegurar que el producto se elaboró de una forma que no afecte la seguridad del consumidor. Usualmente se consideran fuente de contaminación: el ambiente y las condiciones en donde la planta fue cultivada o colectada, las condiciones de secado, las condiciones de almacenamiento y el proceso de manufactura [15]. La combinación de uno o más de estos factores promueve la contaminación del material con microorganismos y sus toxinas, metales pesados, pesticidas e inclusive con sustancias adulterantes para potenciar el efecto de la planta o extracto [16]. Dichos contaminantes pueden tener impacto sobre la función hepática.
● Microorganismos y sus toxinas: Muchos de los productos naturales pueden contaminarse fácilmente por microorganismos como bacterias y hongos [17]. Las bacterias producen endotoxinas (como el lipopolisacárido) capaces de desencadenar desenfrenadamente la respuesta inmune. El estrés oxidativo producto de la respuesta inmune puede ser hepatotóxico directamente si la infección es localizada o puede incrementar el efecto hepatotóxico de ciertos medicamentos u otras sustancias. Adicional a la exacerbación de la respuesta hepatotóxica, los mecanismos de regeneración y reparación hepática pueden ser retrasados [16]. Por otra parte los hongos, son productores de aflatoxinas, estos metabolitos tienen un efecto hepatotóxico y cancerígeno dada su capacidad de formar aductos con el DNA, su efecto hepatotóxico se incrementa con el consumo contaminante de endotoxinas bacterianas [17-18]. ● Metales pesados: En ciertas ocasiones las plantas pueden acumular metales pesados como: el plomo, cadmio, mercurio, talio, y arsénico [15, 17], estos metales pesados han demostrado ser hepatotóxicos en pruebas in vitro, debido a su capacidad de unirse a proteínas y/o alterar procesos celular esenciales como la oxidación fosforilativa [19]. Pesticidas: Aunque no existe un riesgo de hepatotoxicidad elevado por la exposición ocasional a pesticidas en las concentraciones presentes en los productos naturales, la exposición crónica puede desencadenar un cuadro hepatotóxico en el futuro [20]. Alguno de los pesticidas hallados en productos herbales son: los organoclorados, los organofosforados y carbamatos [17]. Debe hacerse notar que si bien en Colombia existen normativas estrictas (como la resolución 3131 de 1998 y el decreto 2266 de 2004) sobre la calidad de estos productos, algunos pueden ingresar de manera ilícita en nuestro país, provenientes de lugares donde la legislación es más permisiva.
Conclusiones Los productos naturales han convivido con nosotros y nuestras enfermedades a lo largo de nuestra historia y posiblemente en el futuro lo seguirán haciendo, no solo en Colombia sino en otros países. Su uso no debe ser basado en la falsa concepción de que “lo natural siempre es bueno” o “lo natural nunca causa daño”, su consumo debe ser racional con el
fin de evitar reacciones adversas derivadas a su uso como lo es la hepatotoxicidad. Los productos naturales son mezclas complejas, poseen un amplio potencial de interaccionar con otras sustancias que se estén consumiendo concomitantemente, como por ejemplo los medicamentos, por eso su uso debe ser consultado con profesionales médicos y farmacéuticos: ellos le informarán de posibles riesgos asociados al consumo de productos naturales con otras sustancias, como un aumento del riesgo relacionado a toxicidad hepática. Finalmente, desconfíe de los productos que no tengan registro sanitario emitido por la autoridad sanitaria correspondiente (en el caso de Colombia, el INVIMA), estos pueden contaminados con sustancias nocivas para la salud, dado que no cuentan con certificaciones que garanticen que fueron elaborados en condiciones que aseguren su inocuidad.
¿Qué se recomienda? ● Tenga en cuenta que “la dosis hace al veneno”. No porque exista un riesgo los productos naturales son peligrosos: estos serán seguros siempre y cuando no se abuse de ellos. ● Si está siendo tratado con algún medicamento, consulte con su médico antes de probar un producto natural para así evitar posibles interacciones o potenciar los efectos adversos de los medicamentos que está tomando. De igual forma, en la consulta médica, dígale al médico los productos naturales que está usando de manera frecuente. ● Consiga sus productos naturales en sitios de confianza, que sigan las regulaciones y asegúrese de que tenga registro sanitario por el INVIMA. Así garantizará que cumplan con las normas de calidad que hace que estos productos sean seguros.
Mensajes Clave Hay una concepción equivocada de que los productos naturales son totalmente seguros, por lo cual no hay demasiado control en su venta y consumo. Esto puede generar problemas de salud importantes como la toxicidad en el hígado.
Es recomendable realizar un balance del riesgo/beneficio que el uso de IBP pueda tener a largo plazo y un seguimiento de la terapia administrada por profesionales de la salud.
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