Este miedo propicia que Fausta, una campesina recién llegada a Lima, con su madre enferma, lleve a extremos insospechados su estrategia para evitar que los varones intenten agredirla sexualmente. Siguiendo la creencia popular, se introdujo una papa en la vagina, que ha crecido y evita cualquier penetración. De ese modo, mantiene la virginidad y ahuyenta los intentos de violación. Fausta cree, como otras mujeres de su región de origen, que cuando llegue el hombre adecuado podrá extraer la papa y no tendrá ninguna complicación para procrear. Pero sus múltiples desvanecimientos comprueban, como lo plantean los médicos a los que debe ser remitida en varias oportunidades, que esta medida le ha generado molestias en el útero. Sin embargo, ella y sus familiares piensan que esas molestias se deben a que Fausta sufre de una extraña "enfermedad" que los campesinos conocen como la teta asustada, un padecimiento que le transmitió su madre a través de la leche materna, pues ella fue violada. La enfermedad consiste en el miedo que le producen los varones, distintos a sus familiares, que la convierten en un ser introvertido, excesivamente reservado, que además sangra por la nariz, cuando tiene recuerdos asociados con las anécdotas de su madre, en torno a la violación. A pesar de todos sus temores, Fausta tiene que salir de su casa y enfrentarse al mundo, el amor por su madre muerta y el profundo deseo de enterrarla en su pueblo natal, hacen que se vincule como empleada doméstica para una artista de clase alta, quien explota su capacidad interpretativa musical y "roba" la producción de Fausta para presentaría como propia, a pesar de haber establecido un intercambio de canciones por perlas. Por último, la fuerza de las circunstancias obliga a Fausta a interactuar con otras personas y será fundamental para ella la relación que establece con un jardinero, que habla su lengua nativa.
CINEMATECA
Auditorio Ángel Zapata
7 -16 Noviembre
Una Separación
Si bien no tiene mucha relación con el argumento central, en la película es interesante el tratamiento que recibe un ritual como el matrimonio. Las tradiciones ligadas a éste muestran que todavía tiene en la sociedad limeña la boda y la atención de los invitados a la ceremonia. A pesar de la precariedad en la que se produce la recreación de la fiesta y lo grotescas que puedan parecer las copias del ritual que hacen las clases altas, sobresale, la genuina interpretación de las escenas de los novios y los animadores en los sombríos parajes de la Lima pobre. También es importante el tratamiento de un ritual que parece haberse extendido durante el conflicto armado que afrontaron los peruanos y es la conservación de cadáveres, hasta que se disponga de recursos para cumplir con una sepultura digna. En el caso de Fausta, la madre termina conviviendo con los vivos, sin mayor preocupación de estos últimos por la presencia del difunto en sus habitaciones.
ACULTAD DE ARTES INTEGRADAS Oficina de Extensión
CINE –DEBATE Selección a cargo del Grupo de Investigación ACASO El Grupo Acción Colectiva y Cambio Social (Acaso), creado en el año 2006, tiene entre sus preocupaciones centrales el conflicto armado, la violencia, la criminalidad organizada, el comportamiento político, estudiando “las bases sociales” que sostienen dichos fenómenos; también fija su atención en el conflicto social y en la acción de protesta o de resistencia de diversos grupos y actores sociales que poseen diversas identidades, en especial las de género y étnicas. Todas estas formas del conflicto en la vida social colombiana son estudiadas en su relación con procesos generales de formación de Estado y de Sociedad. En estos términos, se propuso desarrollar investigación, proyectar el conocimiento en programas de desarrollo, evaluar e intervenir en procesos sociales, aspectos que inciden en las políticas públicas. Una separación Dirección: Asghar Farhadi / Duración: 123 min. /Año: 2011 / País: Irán / Guión: Asghar Farhardi / Música: Sattar Oraki / Fotografía: Mahmoud Kalari / producción: Memento Films, Sony Pictures, Asghar Farhadi.
La Teta Asustada
*Selección y textos a cargo del Grupo de Investigación Acción Colectiva y Cambio Social ACASO. Facultad de Ciencias Sociales y Económicas.
Gomorra
Sorprende al espectador colombiano, desorientado por las noticias amañadas del lejano oriente, especialmente sobre el Irán, el grado de organización formal y civilizada de la justicia en este país y el trato civilizado entre miembros de un hogar de clase media que acude a ella. Éstos, con las tensiones propias de conflictos fuertes por resolver – migración a otro país que los pone frente a situaciones de separación y custodia de una hija en común y el drama del cuidado de los mayores – tratan de controlar sus emociones y de buscar una solución consensuada y muy discutida. Dentro de este escenario, cada miembro de la familia se juega sus apuestas pero lo hace según el curso de unas situaciones que se tornan complejas con el avance de la película. En contraste, siguen jugando las instituciones culturales tradicionales, las formas religiosas para la gestión de la vida social y los intercambios informales, y en formas de tratativas
donde intervienen miembros de la familia extensa. Estas se hallan acentuadas en los personajes y el grupo familiar popular de una empleada doméstica que ingresa a trabajar en ese hogar de clase media movido por el torbellino de un sueño de migración. El hilo conductor de la justicia, con que comienza el filme, se extiende más allá de la gestión de la custodia de la hija (primer escenario judicial), cuando la empleada doméstica, gestante y de origen popular, pierde su hijo, en un episodio cuya claridad será el punto de tensión cultural y judicial (segundo escenario judicial) en que se nos introduce como espectadores. Los escenarios familiares y judiciales se vuelven complejos. Poco a poco ingresa en ellos, el marido colérico de la doméstica – un “caído en desgracia” siempre en culpa y retaliación con la justicia –, la familia de la esposa que “maniobra” la separación y empuja el viaje al exterior, la maestra de la escuela con su condición de testigo de ética excepcional, los familiares y vecinos de la gestante… Y en medio de toda esa situación se perfilan las tensiones de la hija adolescente que desea mantener una conducta ética como regla del juego de sus mayores. La pérdida del hijo de la doméstica es manejada por su marido con principios de retaliación, y por la familia de ésta buscando mayores recompensas – ante la justicia y en las tratativas con los miembros del hogar implicado – que pongan fin a la desgracia de ese personaje conflictivo. La religión juega en esas situaciones encadenadas, en sus dimensiones éticas se teje la percepción de las relaciones y como elemento que resolverá la trama en los estrados judiciales, sociales y familiares, desde la perspectiva de la mujer popular afectada entre las presiones del marido y sus creencias religiosas. Pero nada de este rol religioso se juega por fuera de lo común vivido en Colombia con el papel de las creencias cristianas, y he ahí uno de los aportes del filme, para nada aparece del fundamentalismo religioso vendido en los media sobre Irán y por el contrario resaltan los principios éticos como contraste al juego de la manipulación de los conflictos comunes en nuestro medio católico. Gomorra Dirección: Matteo Garrone / Duración: 135 min. /Año: 2008 / País: Italia Guión: Matteo Garrone, Roberto Saviano, Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni di Gregorio, Massimo Gaudioso / Música: Giovanni Guardi / Sonido: Maricetta Lombardo / Fotografía: Marco Onorato / Producción: Laura Paolucci, Domenico Procacci, Fandango. Redes ancianas del comercio de drogas extienden sus hilos por una barriada construida por la asistencia social para obreros y pobres, hoy en decadencia y en franco deterioro. Imágenes de un paisaje urbano abigarrado de hierro y cemento, donde en sus múltiples pasadizos el acontecimiento espectacular o la rutina ritual del negocio es el día a día del vecindario. Redes del micro-tráfico entretejidas en los intersticios que dejan las actividades normales de los vecinos. Controlan la vecindad y la vida de sus ancianos y jóvenes agentes. Los retirados y las viudas de “los caídos en desgracia” viven de la protección de sus antiguos “patrones”. Los jóvenes, en búsqueda de actividad y riesgo, experimentan las demandas y ofertas de ese comercio. Impulsados por la presencia de esas redes recrean su expectativa de la aventura y del dinero fácil, acomodándose a ellas experimentan los abruptos aprendizajes, o dejándose tentar por el deseo de la autonomía se trenzan en una dura lucha fatal por el dominio y la hegemonía espacial en la dinámica del negocio. Es el día y la noche de la vida del microtráfico de las drogas lo que encontramos en la puesta en escena de esta película.
Corren visualmente las armas, el riesgo, los cobros, las heridas, la muerte, la distribución del dinero… en fin, la masculinidad alimentada por el goce de los enfrentamientos y los placeres encadenados al beneficio del comercio ilegal… Masculinidad que ata la psicología de los jóvenes apremiados por “una adolescencia” que se transforma en adultez en el rápido ritmo del remolino de las interacciones violentas de los agentes de la criminalidad, bajo la tutela de las redes o en el encuentro ingenuo que brinda su proximidad. En este aislamiento de “una escena urbana” de la ciudad, con imágenes que impactan de lleno en el espectador, es donde se mide el pulso y la tensión de las pirámides de la organización del comercio de las drogas, de las viejas y de las nuevas que pugnan por ingresar en el negocio. En ella toma lugar el duro juego de las armas y de la incierta supervivencia, cuya apuesta de poder es escenificada por los mandos intermedios… Adultos jóvenes, conocedores del negocio en su dimensión micro y expertos en su regulación por la violencia, se relacionan con los adolescentes que apenas vislumbran el camino, prestos a agarrar la oportunidad con que se “topan sus narices” y a quebrantar el ritmo del lento aprendizaje de vivir dentro de otros oficios, de la ruta educativa y la existencia familiar, aburridora en la primacía de las necesidades primarias por resolver. En un mundo donde de tiempo atrás se mezcla la tradición y lo convencional con los medios ilegales de vida, no es la simple falta de oportunidades la que lleva a los jóvenes a su iniciación en la parábola de la violencia, es el peso de la presencia de otras oportunidades que brindan de inmediato una ruta rápida que canaliza el incierto despliegue vital, pleno de resistencia y rebeldía en medio de un mundo sobrevalorado y aprestigiado desde lo informal. Son los jóvenes, en diversos momentos de su ciclo vital, los protagonistas sobresalientes de esta cinta. Detrás de ellos, medran, así lo muestra el desarrollo de la acción, los personajes principales, los que controlan la vida urbana y rural, los capos de las viejas familias de la camorra italiana, con sus reglas de juego tradicionales en el negocio. Resalta desde la introducción de la trama, su disputa frente a los nuevos gérmenes de capos sin agüero, reconocidos en un moderno estilo de vida urbano del periplo posmoderno que vivimos, que quebrantan las reglas de juego y los códigos del honor y la dignidad de las ancianas mafias, en su manera del “hacer la vida” en que la mujer, bajo la figura de la madre, esposa, hija o viuda, era el centro sagrado de lo intocable. La vieja sabiduría de la camorra, apenas decentemente disimulada en sus métodos violentos, se impone desde un comienzo ante los nuevos competidores. La teta asustada Dirección: Claudia Llosa / Duración: 95 min. /Año: 2009 / País: Perú / Guión: Claudia Llosa / Música: Selma Mutal / Sonido: Edgar Lostanau / Fotografía: Natasha Braier / Montaje: Frank Gutiérrez / Producción: Antonio Chavarrías. Claudia Llosa, Jose maría Morales. La película muestra la persistencia del miedo a la violación, con el que viven las mujeres rurales en el Perú, después de los atropellos cometidos por Sendero Luminoso, en las incursiones a los pueblos que no se sometían a sus imposiciones.