Masculinidad dominante = Violencia y dolor - Nov 2005

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Centro de Investigación para la Acción Femenina CIPAF Santo Domingo República Dominicana AÑO XXV NÚMERO 1

Quehaceres

NOVIEMBRE 2005

D A D I N I L U C S MA DOMINANTE = VIOLENCIA Y DOLOR


Editorial Si miráramos hacia atrás, digamos 25 años, e hiciéramos una comparación entre la forma en que se abordaba entonces el tema de la violencia contra las mujeres y la actitud presente hacia el mismo problema, encontraríamos diferencias del cielo a la tierra. Ciertamente, de ser invisible como problema social, o estigmatizado como un asunto de “dentro de la casa, que además se buscan las mujeres”, la violencia ha pasado a ser tema de análisis que preocupa al abanico social en toda su diversidad: grupos comunitarios, personal de la salud pública y privada, medios de comunicación, burocracia estatal, y autoridades. Esta actitud social que reconoce el problema, sin embargo, es sólo una parte entre la acciones necesarias para reducir los altos índices de violencia que en la República Dominicana causan cada año mas de un centenar de víctimas mortales, superando las cifras de muertes por enfermedades graves como el cáncer, por ejemplo, o por accidentes de tránsito. La cultura de la violencia machista está profundamente arraigada en nuestra sociedad. Las mujeres hemos logrado leyes, hemos sensibilizado a la mayoría de los actores políticos que inciden en la agenda pública, pero los

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mecanismos fallan por diversas razones. Una de ellas, falta de presupuesto. Apoyar los planes y programas que diseñan políticas públicas para reducir los índices de violencia contra las mujeres ya es algo común para la clase dirigente. No es políticamente correcto oponerse a planes como estos, al contrario; está bien visto mostrar apoyo a tan justa causa. Pero ocurre que la verdadera voluntad política, la que se revela mas allá de las palabras, es aquella que se demuestra con la asignación de presupuesto. Hoy que tenemos fiscalías abrumadas por los casos de violencia intrafamiliar (uno de cada tres, según los registros de las 10 recién creadas fiscalías barriales del Distrito

Nacional) que cuentan con un personal mayormente dispuesto a profesionalizar el manejo de casos de este tipo, hace falta presupuesto para echar a andar el proyecto. Este año pre-electoral, en que mas del 75% de las personas que ocupan curules en el Congreso intentan repostularse, es propicio levantar la demanda de mayores presupuestos para enfrentar desde el Estado la violencia contra las mujeres. Dentro de ese marco, este Quehaceres está dedicado a una de las áreas mas eficaces de la prevención en países desarrollados: los programas dirigidos a reeducar agresores. En la República Dominicana, la Fiscalía del Distrito Nacional ha iniciado un programa en ese

sentido que según los primeros reportes, está arrojando resultados optimistas.

La experiencia, iniciada el pasado mes de junio, ha sido satisfactoria. Pero esa experiencia debe ser multiplicada en todo el territorio, a fin de que se convierta en una verdadera política de Estado que garantice a las mujeres y a la familia el derecho a una vida libre de violencia. Este año, CIPAF cumple su 25 aniversario. Situándonos en aquellos inicios, recordamos la campaña que inició Quehaceres publicando cada noviembre las cifras de feminicidios como una forma de sensibilizar y alertar a esta sociedad sobre la gravedad de la violencia contra las mujeres en este país. Hoy día, la publicación de las cifras como herramienta de alarma es ampliamente utilizada por

todos los medios de comunicación, en cumplimiento de su rol social. El propio fiscal del Distrito Nacional, José Manuel Hernández Peguero, ha llamado la atención revelando la incidencia de querellas de este tipo que se manejan en los recintos del Ministerio Público. Nuestro llamado está dirigido hacia la necesidad de mas recursos para enfrentar de una forma idónea la complejidad de este problema. En nuestras páginas centrales, dedicamos una reflexión al papel histórico de Minerva Mirabal en la lucha política contra la dictadura, al cumplirse el 45 aniversario de su asesinato junto a sus hermanas Patria y María Teresa. Este número explora el tema de la masculinidad, la experiencia en otros países como España, que están dedicando recursos e ideas novedosas para contrarrestar los índices de violencia, y la incipiente experiencia dominicana en la terapia de grupo para agresores. Que sirva esta edición de estímulo para una evaluación de los resultados que nos traiga un compromiso real desde el Congreso para asignar mas fondos (la verdadera prueba de la llevada y traída “voluntad política”) a los planes para cambiar la cultura de violencia contra la mujeres.


Los agresores La mayoría de maltratadores presentan una ideología patriarcal muy conservadora y fuertes valores tradicionales. La herencia cultural, que sitúa a la mujer en un papel sumiso con respecto al hombre le servirá para legitimar el maltrato. Otro rasgo que define al maltratador es su perfil psicológico: se siente fracasado como persona y la violencia le servirá para autoafirmarse. Ante un interior descontrolado, la fuerza

separarse e iniciar una nueva vida. El descontrol de su entorno rompe el espejismo del control interior y, literalmente, "estalla". Una vez que han cometido la agresión, tienden a minimizar sus actos o racionalizar la conducta. "Ella me provocó", "Apenas la rocé". Y

cuanto más repiten la mentira, más se la creen.

Maltratados en su infancia física le ayuda a manejar su entorno o compensar el poder que no tiene fuera del hogar. En su afán de controlar, el agresor es profundamente celoso y, por ello, gran parte de sus actos violentos se iniciarán ante la sospecha de una infidelidad o la amenaza de perder el afecto de su pareja. Los maltratadores con celos obsesivos y una profunda codependencia son proclives al homicidio cuando la pareja decide

Aunque no todos los niños que han sufrido maltrato terminan convirtiéndose en agresores, sí que se ha comprobado que una gran mayoría de los abusadores han sufrido maltrato infantil. La baja autoestima e inseguridad del agresor se debe al enorme terror ante el padre abusivo. La falta de amor en los primeros años de vida impide que se forme el sentido de la seguridad en sí mismos y en los demás. Cuando las necesidades

Quehaceres 3 afectivas no están cubiertas, la persona arrastra durante toda su vida una gran carencia afectiva. El terror interno al abuso les lleva a desplegar una serie de herramientas básicas de supervivencia, que se traducen en la hostilidad hacia el mundo exterior y la asunción del rol de golpeador para escapar de los golpes interiores. Los niños maltratados pueden compensar la inmadurez que sufren con sentimientos de omnipotencia, que chocan con la realidad, en la que nadie es omnipotente. Estos choques serán continuas frus-

TIPOS DE AGRESORES Los psicólogos norteamericanos John Gottman y Neil Jacobson describen en su libro "Hombres que agreden a sus mujeres" (Ed. Paidós), que los maltratadores pueden diferenciarse en dos categorías: pitbull y cobra. PITBULL: los agresores que se incluyen en este apartado sólo son violentos con las personas a las que ama. Es el grupo más común dentro del maltrato doméstico y protagonizan hechos violentos que sorprenden a familiares, vecinos, amigos y compañeros de trabajo. Sus características son: • Gran inseguridad e incapacidad para controlar la frustración. • Son muy celosos y codependientes: tienen miedo a que su pareja les abandone. • El miedo al abandono les hace vigilar a la pareja y privarla de su independencia. • Ante las frustraciones, reacciona con violencia ya sea contra los objetos o su propia pareja. • Puede rehabilitarse mediante una terapia psicológica.

traciones para la persona y contribuirán al sentimiento de fracaso interno. Esas pulsiones inconscientes de frustración y fracaso serán las que desencadenen la violencia.

COBRA: los maltratadores incluidos en este grupo son violentos con todo el mundo y reaccionan con brutalidad contra desconocidos o compañeros. Además, presentan estas características: • Propenso al uso de armas para acompañar a las agresiones, por ejemplo, cuchillos. • Abusa del alcohol y las drogas. • Su rabia interna se calma mediante las agresiones externas. • Es frío y calculador, pero puede ser cálido para engañar a la víctima después de un episodio violento. • Es difícil que pueda rehabilitarse mediante una terapia psicológica.


Masculinidad dominante, armadura que paraliza Las formas en que los hombres hemos construido nuestro poder social e individual son, paradójicamente, fuente de un enorme temor, aislamiento y dolor para nosotros mismos. Si el poder se construye como la capacidad para dominar y controlar, si la capacidad de actuar de maneras "poderosas" requiere de la construcción de una armadura personal y de una distancia

temerosa de los otros, si el propio mundo del poder y privilegio nos aparta del mundo de la crianza y la educación infantil, estamos creando hombres cuya experiencia de poder está plagada de

problemas paralizantes. Esto se debe a que las expectativas interiorizadas de la masculinidad son imposibles de obtener o satisfacer. Esto puede ser un problema inherente al patriarcado, pero parece particularmente

cierto en tiempos y culturas donde las rígidas fronteras de género han sido desechadas. Ya sea por logros físicos o financieros, o por la supresión de una gama de necesidades y emociones humanas, los imperativos de la masculinidad,

Quehaceres 4 parecen requerir de un trabajo y una vigilancia constantes, especialmente para los jóvenes. Las inseguridades personales conferidas por la incapacidad de pasar la prueba de hombría, o simplemente por la amenaza del fracaso, son suficientes para llevar a muchos hombres, a un torbellino de miedo, aislamiento, ira, autocastigo, autorrepudio y agresión. En dicho estado emocional, la violencia se convierte en un mecanismo

compensatorio. Es la manera de restablecer el equilibrio masculino, de afirmarse a sí mismo y a los demás las propias credenciales masculinas. Esta expresión de violencia suele incluir la selección de un objetivo físicamente más débil o vulnerable, como un niño o una niña, una mujer o bien grupos sociales, como los homosexuales o los inmigrantes, quienes son blanco fácil de la inseguridad y la ira de ciertos varones, especialmente porque esos grupos

a menudo no cuentan con protección legal adecuada. (Este mecanismo compensatorio está indicado claramente, por ejemplo, en la mayoría de los ataques a homosexuales, cometidos por grupos de jóvenes, en el periodo de sus vidas en que experimentan mayor inseguridad respecto a su grado de hombría.) Lo que permite a la violencia funcionar como mecanismo compensatorio individual ha sido su amplia aceptación como medio para solucionar diferencias y afirmar el poder y el control. Lo que hace esto posible es el poder y los privilegios que los hombres han gozado codificados en creencias, prácticas, estructuras sociales y en la ley. La violencia de los hombres en sus múltiples variantes es entonces resultado de su poder, de la percepción de su derecho a los privilegios, del permiso para ejercerla y del temor (o certeza) de carecer de poder.

La armadura psíquica de la masculinidad La violencia de los hombres también es el resultado de una estructura de carácter basada típicamente en la distancia emocional respecto de los otros. Las estructuras psíquicas de la masculinidad son creadas en ambientes tempranos de crianza, a menudo tipificados por la ausencia del padre y de varones adultos,

o al

menos, por la distancia emocional de los hombres. En este caso la masculinidad se codifica por ausencia y se construye a nivel de la fantasía. Pero incluso en culturas patriarcales donde los padres están más presentes, la masculinidad se codifica como un rechazo a la madre y a la feminidad, o sea un rechazo a las cualidades asociadas con la crianza y el apoyo emocional. Como han hecho notar varias psicoanalistas feministas, esto crea rígidas barreras al ego o, metafóricamente, una armadura. El resultado de este complejo y particular proceso de desarrollo psicológico, es una habilidad disminuida para la empatía (experimentar lo que otros sienten) y una incapacidad para experimentar las necesidades y sentimientos de los demás como relacionados necesariamente con los propios. Así se posibilitan los actos de violencia contra los otros. ¿Qué tan seguido escuchamos a un hombre decir que "en realidad no lastimó" a la mujer a quien golpeó? Efectivamente, se está justificando, pero parte del problema es que en verdad no está experimentando el dolor que causa. ¿Cuántas veces escucha-


mos a un hombre afirmar que "ella quería tener relaciones sexuales"? También puede ser una excusa, pero a la vez un reflejo de la capacidad disminuida para leer o entender los sentimientos de los demás.

La masculinidad como olla psíquica de presión Muchas de nuestras formas dominantes de masculinidad dependen de la interioriza-

ción de una gama de emociones y su transformación en ira. No sólo se enmudece el lenguaje emocional, también nuestras antenas emocionales y capacidad de empatía se bloquean. Una gama de emociones naturales se declaran inválidas y fuera de nuestros límites. Y aunque esto tiene una especificidad cultural, es típico que los niños aprendan desde pequeños a reprimir el dolor y el miedo. Por medio de los deportes enseñamos a los muchachos a ignorar el dolor. En casa les decimos que no lloren y que actúen como hombres. Algunas culturas celebran una masculinidad estoica. (Hay que enfatizar que los niños aprenden esto para sobrevivir, de ahí la importancia de no cul-

par al niño o al hombre individual, aún cuando los hagamos responsables de sus actos.) Por supuesto, seguimos, como humanos, experimentando eventos que provocan una respuesta emocional, pero los mecanismos más comunes de ésta, desde la vivencia real de la emoción hasta la expresión de los sentimientos, sufren diversos grados de ruptura en muchos hombres. Para ellos la única emoción válida es la ira. De ese modo, una gama de emociones se canaliza hacia la ira. Aunque esto no es exclusivo de los hombres (ni válido para todos), para algunos no es raro responder violentamente ante el temor, el sufrimiento, la inseguridad, el dolor, el rechazo o el menosprecio.. Esto sucede particularmente cuando se siente la ausencia de poder. Este sentimiento sólo exacerba las inseguridades masculinas: si la masculinidad es cuestión de poder y control, no ser poderoso significa no ser hombre. Así, la violencia se vuelve el medio para probar lo contrario ante uno mismo y los demás.

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mientras que en otros se convierte en una respuesta aprendida. En muchos casos suceden ambos fenómenos: hombres que utilizan la violencia contra sus mujeres a menudo experimentan un profundo repudio de sí mismos y de sus conductas. Sin embargo la frase "respuesta aprendida" puede resultar demasiado simple. Algunos estudios han mostrado que quienes crecen presenciando violencia tienen mayores probabilidades de actuar violentamente. La violencia puede ser una forma de llamar la atención, un mecanismo para sobrellevar la situación, una forma de exteriorizar sentimientos imposibles de manejar. Estos patrones de conducta continúan más allá de la niñez: muchos de los individuos que acaban en programas de atención a hombres que utilizan la violencia, fueron testigos de abuso contra su madre o lo sufrieron en carne propia. Está por último el ámbito de la violencia trivial entre niños, que no parece en absoluto insignificante. En La violencia aprendida muchas culturas los niños crecen entre peleas, hostiPara algunos hombres gamiento y brutalización. todo esto se combina con experiencias más patentes. La mera sobrevivencia requiere, para algunos, Demasiados hombres han crecido en hogares donde aceptar e interiorizar la la madre era golpeada por violencia como norma de conducta. el padre. Crecieron presenciando conductas vioMICHAEL KAUFMAN lentas hacia las mujeres como la norma, como la DIRECTOR INTERNACIONAL, CAMPAÑA DEL LAZO BLANCO. manera de vivir la vida. TRADUCCIÓN: MANUEL ZOZAYA. Para algunos esto produce aversión a la violencia,


TERAPIA PARA HOMBRES

Una experiencia nueva de la Fiscalía del D.N. A pocos minutos de la seis de a tarde, la Fiscalía de la avenida Rómulo Betancourt, donde funciona la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia parece tranquila. A esa hora las tareas de recepción de querellas y atención a querellantes merma considerablemente; sin embargo es jueves, y de buenas a primeras empiezan a llegar los convocados a una charla que se ofrece cada semana. Son los hombres que asisten a la terapia de gru-

po, y no están ahí porque quieren, sino por un mandato del Ministerio Público luego de haber procesado algún tipo de querella por violencia contra las mujeres. En un intervalo de media hora llegan alrededor de setenta. El desfile es variopinto, así como la actitud de sus rostros. A la entrada del aula, cómoda y bien climatizada pero pequeña para la cantidad de convocados, los hombres hacen una pequeña fila para entregar sus respectivas cédulas de

Quehaceres 6 identidad a una trabajadora social que se encuentra en un escritorio frente a la puerta. El requisito es indispensable; al final cada uno tendrá un papel que certifica su asistencia, a fin de probar ante el fiscal el cumplimiento de una disposición que busca, no sólo prevenir al agresor sobre el derecho que tiene su pareja de vivir libre de violencia, sino ayudarle a cambiar la inclinación a no respetar ese derecho. “A cada persona le tocan tres charlas consecutivas, pero esta es mi quinta”, dice un señor con aspecto amable. Ha seguido asistiendo porque según explica, encuentra interesantísimo el contenido y siente deseos de explorar mas en las razones y posibles soluciones de una relación conflictiva con su pareja. Pero no todos parecen tener ese ánimo. De hecho, entre los que van llegando se ven caras de enojo, rebeldía o hastío. “Esos son los que vienen hoy por pri-

mera vez”, explica el psicólogo Puro Blanco, encargado de impartir la charla. “Creen que aquí les van a sermonear y a dar consejos, y se resisten a eso. Cuando descubren de qué se trata en realidad, esas caras empiezan a cambiar. Los brazos se descruzan y todo lo anterior se torna en curiosidad”, explica confiadamente el profesional de la conducta a la reportera de Quehaceres, que se encuentra de incógnita en el aula. Ofrecer ayuda a la trabajadora social que está recibiendo las cédulas para hacer las certificaciones es un buen pretexto para echar una ojeada a algunos datos de los asistentes. Las edades, por ejemplo. La gran mayoría está entre los 30 y 50 años, pero hay jóvenes de 22 y 23, varios sobre 60 y uno incluso que llega a los 70 años. También se observan algunos papeles entregados junto con las cédulas; son referimientos de fiscalías barriales que no ofrecen este tipo de charlas. Hay quienes vienen de Capotillo, y de otras zonas de la ciudad bastante alejadas del sector de Bella

Vista, donde está la Fiscalía de la Rómulo Betancourt. Todos están aquí a raíz de un sometimiento a la justicia por abuso, y cumplen con la medida cautelar de asistir a tres sesiones consecutivas de dos horas como terapia. El detalle de los hechos es algo que no se ventila en la charla, de hecho, nadie dice su nombre ni es interrogado delante de los demás. La participación es espontánea mediante manos levantadas si así lo pide el facilitador. La charla se inicia y su pertinencia queda mas que evidente. Puro Blanco conecta inmediatamente con el auditorio y cada palabra goza de total atención. Siguen llegando algunos rezagados, y deberán escuchar la charla de pie porque ya no hay sillas disponibles. “Amigo, entregó su cédula?” pregunta uno de los que ya están sentados. “Entréguela para que luego de le den su constancia….sin eso no hay nada…jeje” dice con simpatía y con cara de no haber roto


nunca un plato. Con esa misma cara presentará sus certificados de asistencia a la autoridad competente cuando haya cumplido con las tres charlas impuestas y le toque presentarse. Y es que aún si la querellante retira la acusación, la fiscalía obliga a la asistencia como garantía de que el prevenido no reincida, un detalle fundamental para expresar que la violencia doméstica ya no es más un asunto privado y que como problema social, concierne a las autoridades mas allá de lo que ocurra dentro de la pareja. Puro Blanco se presenta: “Soy psicólogo, no soy fiscal. No vengo a preguntarles por qué están aquí; simplemente vengo a hablarles de por qué no podemos manejar algunas situaciones dentro de la casa y cómo se pueden cambiar ciertas actitudes que nos hacen infelices. Así que no vengo a ponerles en contra de sus mujeres, sino a darles herramientas para entenderse con ellas”. Chistes, alusión a letras de famosas bachatas

“que pueden ser muy divertidas pero que no son letras sanas”, subraya Blanco, son recursos que logran captar toda la atención e interés de los asistentes, y cumplen el objetivo. El público es diverso en cuanto a clase social y nivel académico; hay de todo. El psicólogo usa metáforas ligadas a la cotidianidad del mundo masculino, habla en el lenguaje de los hombres, y se mete en el mundo de sus congéneres, para terminar convenciendo al auditorio de que la agresividad no es una cosa de hombres, sino de personas inmaduras con heridas emocionales que necesitan ser sanadas. Todo eso es explicado entre metáforas inteligentes donde abundan las llaves de ruedas, los traguitos de fin de semana, tornillos y destornilladores. Por medio a esos anzuelos, que son en verdad parte de una metodología bien estudiada, Puro Blanco llega poco a poco hasta el punto más sensible donde se abre la conciencia. Los rostros se crispan cuando el charlista expone sobre el impacto de la violencia en los hijos e hijas,

Quehaceres 7 porque es la forma de llevarles a las experiencias traumáticas de la propia niñez, donde según el psicólogo, se encuentra la raíz de toda conducta violenta. Blanco explica cómo las agresiones a los seres que se supone gozan de nuestros afectos parten de heridas emocionales vividas durante la niñez. “Abandono, menosprecio, comparación y brutalidad; cuatro experiencias que mas adelante se traducirán en celos, abuso y maltrato, y que son los resultados de heridas que debemos sanar, y que podemos sanar” enfatiza Blanco. El impacto de sus palabras hace diana. En una ronda de turnos las manos se levantan para hacer todo tipo de preguntas o incluso comentarios como el del señor que con vocabulario limitado expresa que “todo eso que usted dice es una enciclopedia que, el que la abre, no la quiere cerrar”. “¿Usted no da citas para terapia individual,

doctor?” pregunta un señor visiblemente afectado por algo que le ha tocado de manera íntima. Otro, que por la vestimenta parece muy rico (corbata de seda, camisa bordada, traje a la medida y un reloj muy caro) pregunta: “¿Por qué esta charlas no se la dan a nuestras mujeres? Ellas también deberían escuchar todo esto y trabajar en su propio rollo personal”. Pero ya Puro Blanco ha explicado que uno de los síntomas de resistencia a aceptar la propia responsabilidad ante un problema es culpar a otra persona o a los demás. En realidad, la Fiscalía de la Rómulo Betancourt también imparte charlas para las mujeres. La que nos interesa para este reportaje, sin embargo, es la de los hombres, una experiencia novedosa que aborda el problema desde los agresores y donde se observa el interesante proceso de la toma de conciencia. El hecho de que sea la Fiscalía la que convoque a estas charlas obligatorias a hombres que han sido sometidos por violencia

contra las mujeres tiene un valor fundamental para fines de prevención. Es la autoridad la que convoca, con lo cual se establece un nivel de compromiso con el agresor mas allá del círculo íntimo de la pareja, pues ya no sólo se trata de prometer a la mujer que no lo volverá a hacer; ahora también se lo ha prometido a la Fiscalía, institución que le ofrece las herramientas para que lo pueda cumplir. Aunque los hombres no lo digan, la terapia de la fiscalía es la mejor garantía para las mujeres de que el ambiente en casa puede mejorar. Uno de los asistentes nos da la pista al terminar la sesión de dos horas: “Esta fue mi última charla, la tercera, pero volveré. Creo que así me aseguro de seguir firme en esta nueva forma de relación que llevo. Se lo he prometido a ella, y si vengo todas las semanas, cumplo mejor”. * LA UNIDAD DE ATENCIÓN Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE LA FISCALÍA DEL DISTRITO NACIONAL SE ENCUENTRA EN LA RÓMULO BETANCOURT 302, DEL SECTOR DE BELLA VISTA, Y SU TELÉFONO ES EL 809-533-6668.


Minerva Mirabal: la mujer que hizo temblar a un dictador.

Quehaceres 8 Este noviembre se cumplen 45 años del crimen político mas horrendo del siglo XX en la República Dominicana: el asesinato de las hermanas Mirabal. Su muerte en 1960 fue presentada por la dictadura como un accidente, pero todo el mundo sabía, porque Trujillo lo había dicho, que el activismo de las hermanas representaba un problema para la dictadura, porque eran valientes y contestatarias, algo poco común en aquel régimen de terror. A raíz de un episodio en una fiesta donde Trujillo bailó con Minerva Mirabal, se tejió una especie de mito sobre un posible interés del tirano en conquistar a la heroína. Nada mas falso. El problema de Trujillo con Minerva Mirabal era la dimensión política que empezó a tomar su activismo contra la dictadura. Era una mujer inteligente, muy culta, estratega política por instinto y con un potencial enorme, cosa que Trujillo supo reconocer al vuelo. Decir que la raíz del asesinato está basada en una fracasada conquista amorosa es una forma sexista de ver la historia, porque no reconoce la hazaña política de Minerva y pretende simplificar los hechos como la desgracia de una mujer bonita.

Lamentablemente, hoy día se escuchan niños y niñas en edad escolar que repiten este mito, que no es mas que una distorsión de la realidad y un desconocimiento de la verdadera dimensión del hecho político que representó la formación de una red clandestina integrada por jóvenes a nivel nacional, para derrocar el régimen dictatorial. Se trataba de una juventud pequeño burguesa con vínculos cercanos con la dictadura, pues muchos eran hijos e hijas de funcionarios trujillistas o de gente prestante de la sociedad. Para Trujillo esto fue una revelación; la envergadura del movimiento se confirmó al encarcelar cientos de dirigentes que incluso bajo las mas brutales torturas mantuvieron en mayor o menor medida, la firmeza de sus ideales. Es el caso de Minerva Mirabal, dos veces encarcelada y sometida a vejámenes de tipo psicológico que, lejos de disuadirla, la engrandecieron como líder de una osada resistencia al régimen. En la cárcel de la Victoria, donde fue maltratada junto a otras compañeras y su hermana María Teresa, Minerva cantaba de voz en cuello cuando se suponía que debía llorar. Según ella misma, era una estrategia para desmoralizar a sus gendarmes y demostrar la solidez de sus ideas de libertad. Minerva pensaba que esta actitud no sólo daba fortaleza a los presos políticos; también servía para demostrar a sus carceleros que si bien eran dueños de la fuerza para vejarles, sus ideas eran intocables.

Estas trascenderían incluso sus vidas, porque eran ideas justas. Así, mientras mas la maltrataban en la cárcel, mas desafiante se comportaba, cosa que demostraba cantando en voz alta el Himno Nacional, cuyas estrofas, como se sabe, exaltan los ideales de libertad sobre todo en su última frase, cuando dice que si nuestra patria fuere mil veces esclava, otras tantas ser libre sabrá. El miedo a Trujillo era tan grande, que cuando Minerva hacía estas cosas en la cárcel hasta los guardias se asustaban; el ambiente se caldeaba y eran ellos los que venían rápidamente hasta la celda a rogarle que se callara. En la cárcel, Minerva se creció. Fue su estatura como lideresa lo que desató la furia de Trujillo y probablemente mucho miedo. De otro modo, no se hubiese atrevido a tanto como ordenar su asesinato; pero se atrevió, porque Minerva llevó a cabo la osadía inconcebible de desafiarlo, y Trujillo se dio cuenta de que ella tenía la capacidad política de arrastra a miles por el mismo sendero y desatar un vigoroso movimiento de resistencia. Por eso es un error decir que el dictador tenía pretensiones de tipo amoroso hacia la heroína. Lo verdaderamente justo es reconocer el aporte histórico de Minerva Mirabal desde el punto de vista de su lucha política. Mirarlo de otro modo, sería una forma sexista de restarle méritos a lo que esta mujer significó en el combate a la tiranía. PATRICIA SOLANO



Entrevista a la Magistrada Aracelis Peralta PROCURADORA FISCAL ADJUNTA, COORDINADORA DEL DEPARTAMENTO DE VIOLENCIA DE GÉNERO DE LA UNIDAD DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE LA FISCALÍA DEL DISTRITO NACIONAL.

A las siete de la noche Aracelis Peralta llega su oficina de la Avenida Rómulo Betancourt en Bella Vista. Ha sido un lago día de recorrido por las diez

Fiscalías Barriales, donde hay representantes del Departamento de Violencia de Género que ella coordina. Ha venido acompañada del Fiscal del Distrito

Quehaceres 10 nacional, José Manuel Hernández Peguero, y como es jueves, se encuentran con el grupo de hombres referido alas terapias semanales. El fiscal aprovecha, entra al aula y se dirige a los hombres. Quehaceres aprovecha y toma algunas fotos, algo prohibido por razones obvias, pero que hacemos de todas maneras cuidando que los asistentes aparezcan de espaldas al lente y concentrándonos en tomar los momentos en que el funcionario se dirige al grupo. Hernández Peguero comenta las mas recientes cifras de la delincuencia en la ciudad capital. “Esta semana hemos roto récord en muertes callejeras, a

resultas de líos de pandillas, atracos y demás delitos”. El auditorio se estremece con los datos y el fiscal aprovecha para hacer una conexión entre el nivel de violencia en las calles y el ambiente violento dentro de la familia. “Le hemos pedido que vengan aquí para revisar esos comportamientos que nos están trayendo problemas”. Un hombre levanta la mano y casi le cuenta su caso al fiscal. Parecen quejarse entre hombres y en relativa confianza, de mujeres peleonas que los sacan de control. “Bueno, pues por eso es que tenemos que juntarnos asir esta charlas, amigo mío, porque si usted pierde el control tiene problemas con la autoridad, desde el mismo momento ñeque usted viola los derechos de otra persona con ese alega-

do descontrol”, explica el fiscal con expresión no muy amistosa al locuaz quejoso. Luego de la breve visita del funcionario, en el despacho de Aracelis Peralta varias fiscales ayudantes dirimen un caso que al día siguiente culminará con el arresto de un coronel del Ejército Nacional. El agresor ha puesto su arma de reglamento sobre la cabeza de su pareja en actitud amenazante, delito por el cual se manda prisión según el Código Penal. La magistrada Peralta da instrucciones con respecto al arma, que deberá ser confiscada al momento del arresto y reportada a su compañía en el Ejército y al Jefe de Estado Mayor de ese cuerpo castrense. Mientras tanto, un precandidato a diputado entra al despacho de la magistrada. “La charla ya terminó “, le dice (¡él era uno de los asistentes!). “Gusto de verla, magistrada. Las cosas van mucho mejor”, y se despide dejando una tarjeta de propaganda electoral. Vote por Fulano, dice debajo de la foto impecable. “¿Por qué está aquí ese señor?”, pregunta esta reportera. Aracelis Peralta sonríe……su profesionalidad vence su picardía y nos explica que no puede decirnos nada. Con la debida resignación, empieza la entrevista.

Quehaceres: ¿Cuál ha sido la experiencia a partir de la puesta en marcha de la terapia de grupo a agresores?


Aracelis Peralta: Iniciamos estas sesiones semanales en el mes de junio, tanto para hombres como para mujeres, por separado. Con el grupo de las mujeres ha habido cierta irregularidad y aún no hemos podido sistematizar las charlas, pero con los hombres ha sido todo un éxito. Al principio convocábamos con temor, pensando que no iban a venir, pero la medida ha dado resultados.

Q: ¿A quiénes mandan ustedes a las terapias? A. P. : Depende. Hay casos que van a conciliación y remitimos a los hombres a las terapias como parte del proceso. Otros van a litigio judicial y también se incluyen a los hombres en este programa, a discreción de las fiscales que manejan esos casos. El criterio para remitirlos se basa en el tipo de agresión. Los que vienen a estas charlas son agresores cuyas acciones no han causado daños considerables a la pareja; de ser así, nosotras solicitamos prisión preventiva y los mandamos para Najayo.

Q: ¿Son siempre mujeres, esas fiscales? A. P.: Sí, en el Departamento de Violencia de Género el Ministerio Público está representado por mujeres. Hay diez fiscalías barriales, y en cada una hay una representante del Departamento. Una de cada tres querellas registradas en las Fiscalías Barriales son de tipo intrafamiliar. Las fiscales actuantes remiten a los agresores a estas charlas

Quehaceres 11 reconocerles la disposición a someterse a este programa que ha dado buenos resultados.

HABLA UN ASISTENTE A LA TERAPIA DE GRUPO Rodolfo es un nombre ficticio. El no quiere por nada del mundo que su nombre aparezca en este reportaje, ni siquiera nos da una pista sobre el motivo que lo trajo a estas sesiones semanales en la Fiscalía. Pero no es eso lo que queremos saber de

semanales y luego dan seguimiento a los casos.

Q: ¿Qué tipo de retroalimentación tienen ustedes de los agresores que asisten a las terapias de grupo? A. P.: Nosotras damos seguimiento, y lo que hemos visto hasta ahora es una respuesta bastante positiva. Uno de los indicadores es el hecho de que los hombres piden referimientos para asistir a terapia individual, lo cual demuestra que han entendido que su conducta no ha sido correcta.

Q: Pero lamentablemente no existe tal servicio, al menos no desde la Fiscalía. A. P. : Así es. Pero el hecho de que se ofrezca un espacio de grupo es ya un paso positivo con buenas perspectivas. Nosotras hemos dado seguimiento y hemos elegido cien casos en los cuales el cambio ha sido visiblemente positivo, por locuaz hemos decidido hacer un acto en el que estamos otorgando certificados a esos hombres que asistieron. Con eso no estamos diciendo que ellos no va a volver a cometer abusos, pero sí creemos que es una forma de comprometerlos ante la Fiscalía y de

Q: Qué tipo de acciones han emprendido ustedes para institucionalizar este programa de forma tal que no dependa de la voluntad de un grupo de personas sino que se institucionalice? A. P. : Estamos dando los pasos para incluir estos programas en el sistema de Justicia, como existe en otros países, de manera que podamos solicitar al juez de la Instrucción una suspensión condicional de un procedimiento a fin de que la persona se someta a este programa, siempre y cuando el caso cumpla con las características para tomar esta decisión. Pero para eso tenemos primero que crear la estructura, y para eso estamos trabajando con la Unidad de Atención a la Víctima de la Procuraduría General de la República con la idea de contratar instituciones y profesionales de la psicología que nos den esa asistencia.

Q : ¿Qué implica eso en materia de presupuesto?

Rodolfo, sino indagar sobre el efecto que estas terapias de grupo han causado en su conducta. “Tengo 51 años, y vine a parar aquí por un error provocado por la que era mi esposa, con quien tuve una relación de mas de 15 años y tres hijas. Me mandaron a venir a tres charlas consecutivas pero ya voy por la número seis. Y es que si yo no hubiese encontrado esta terapia me hubiera vuelto loco ante la impotencia. Mi caso fue provocado pero el problema ya venía creciendo desde hace tiempo. Entonces después que ella vino a poner su denuncia (sic) llaman a uno para que uno exponga, pero no te oyen, es como si uno no hubiera dicho nada. El problema es que uno viene donde una fiscal que no estaba presente cuando pasaron los hechos, entonces ella no sabe porque no vio, ni tiene los detalles de cómo se produjo el problema. Yo estoy hablando de hechos anteriores que van progresando paulatinamente y te llevan a un punto en que tu tienes que reaccionar de la forma en que primero se te ocurra. Entonces yo vengo aquí por una violencia que no fui yo que la produje, sino que me hicieron producirla, porque toda acción tiene reacción. Ella me trajo, y lo que hizo fue que me enganchó, pero para mi propio beneficio. Yo he conseguido en estas terapias la ayuda y los mecanismos para yo ver las cosas desde otro punto de vista. Si yo hubiera tenido estas terapias hace 19 años hubiera mandado para el carajo esa relación mucho antes.” Evidentemente, Rodolfo no está conforme con su sometimiento ni acepta su culpa, pero admite sacar provecho de las terapias y aunque no lo dice, parece que lo pensará mejor la próxima vez que se sienta pro-

A. P. : Yo no creo que eso se lleve una gran cantidad de dinero, sobre todo si se toma en cuenta lo que cuesta mantener una persona en la cárcel, que quizás va a salir algún dia sin haber hecho conciencia del delito cometido.

vocado. “Toda acción trae reacción”, ha dicho Rodolfo, una afirmación que también se aplica a su propia conducta. Ahora fue la Fiscalía quien reaccionó. “Las personas que vienen a esta terapia por primera vez piensan que lo han mandado al hoyo del infierno….. pero no es así”, concluye Rodolfo.


ENTREVISTA CON EL PSICÓLOGO PURO BLANCO

“Creo en el ser humano, y por tanto creo que el cambio es posible” Psicólogo de profesión, especialista en terapia de grupos, Puro Blanco es el protagonista de las charlas semanales de la Fiscalía del Distrito Nacional a

hombres que han llegado allí a raíz de una denuncia por agresión. Con un estilo que hace química de inmediato con su auditorio, el éxito de su

Hernández Peguero, pero alguien le habló de mi y le dijo el tipo de trabajo que yo hago con grupos diversos en todo el territorio manejo radica en transmi- nacional. Entonces él me tir los participantes que llamó y me habló de lo todo cambio es posible, que se proponía hacer. siempre y cuando la perAl principio yo dudé, pues sona esté dispuesta. consideré que había que Para ello, Puro Blanco crear todo un material se cuida de no utilizar nin- para tratar a estos grupos guna palabra o gesto que con la mayor delicadeza a implique juzgar o culpar fin de lograr el resultado a los hombres que tiene esperado. delante. De hecho, en la Hay que tener en cuenta entrevista fuera del aula que esto representa la otra no usa en ningún momento cara del problema; en términos que nos recuercontraposición a la parte den por qué estos caballe- represiva del papel que ros se encuentran aquí. juega la Fiscalía, esta otra parte se refiere a ofrecer Quehaceres: una oportunidad de cam¿De qué se tratan biar la conducta que ha estas charlas? originado el sometimiento. Puro Blanco.: De ofreEl fiscal me dijo que cerl herramientas y orienquería ofrecerle a esta taciones para que la gente gente herramientas para vaya poco a poco internaadquirir otra visión de la lizando formas de sanar. vida, y confió en mi para El ser humano necesita idear un programa con ese herramientas para manejar objetivo. Hablamos de la su vida, para vivir consigo necesidad de que también mismo, para vivir en parelas esposas asistieran a ja, educar a los hijos e terapia psicológica pero hijas. Hay herramientas yo quedé encargado del para repara objetos que se programa dirigido a los rompen, para arreglar un hombres. carro, una licuadora que Entonces puse manos a no funciona; pero para la obra, y poco a poco fui enfrentar conflictos emocioelaborando el material de nales no existe un manual, contenido, teniendo en quiere decir que hay cuenta que el público estamomentos en que se neceba compuesto por hombres sita de la ayuda terapéutide todas las edades y ca para entenderse uno y todas las clases sociales. entender a los demás.

Quehaceres 12

Q: Esto es nuevo en el ámbito de las autoridades, aunque se encuentra desde 1997 consignado en el Código Penal. ¿Cómo comenzó este proyecto? PB: Yo no conocía al Fiscal, José Manuel

humanos. En primer lugar los que no quieren sanar, que son los que tienen una actitud cerrada al cambio, se resisten a revisar cierto tipo de comportamientos y se quedan centrados en su manera de ser, a pesar de que les hace daño a ellos mismos y a las personas que le rodean. Luego están los que quieren sanar, pero se les hace muy difícil. El cambio en el ser humano necesita de cierto trabajo, sobre todo de interiorización y de perdón, procesos que suelen ser retadores. Y por último están los que quieren sanar, y sanan. En el caso de estas charlas, que son obligatorias cuando así lo considera la Fiscalía en determinados casos, puede haber resistencia, porque al ser humano no le gusta que le impongan obligaciones. Pero la experiencia que hemos tenido desde junio de este año con estos grupos es que mucha gente que viene resistente, cambia de actitud a partir de la primera sesión, algo que notamos y que además ellos mismos dicen. Por eso hay gente que ha venido a mas de las tres sesiones reglamentarias, porque están abiertos al cambio y por tanto su interés se manifiesta, a veces trayendo a amigos o parientes que nada tienen que ver con el programa, pero que vienen a escuchar los temas que tratamos aquí.

Q: Y dentro de esa diversidad, ¿qué tipo de personas encuentra usted en estos grupos, atendiendo a los motivos que los traen a Q: Hay hombres que recibir una charla en para cambiar su actila Fiscalía? tud violenta deben P. B.: Aquí se encuenenfrentarse a un tran tres tipos de seres pasado, donde quizás haya que evaluar a


mismos como a quienes les rodean. La psicoterapia ofrece maneras de trabajar el dolor no resuelto, como es por ejemplo escribir una carta a la persona que nos ha hecho daño y luego romperla, o una conversación simbólica que ayuda a cerrar procesos dolorosos de perdón, tanto a otros como a sí mismos.

su propio padre, o a figuras de autoridad que en vez de protección y afecto han prodigado abusos, situaciones que podrían ser la raíz de un comportamiento agresivo. Son procesos desgarradores, quizás. ¿Cómo llevarlos hasta ese punto? P:B:: Es doloroso. Muchas personas tienen que trabajar el duelo del daño que le hicieron o del daño que han ocasionado. A veces las dos cosas juntas, entonces hay que trabajar el perdón; perdonar a quienes nos han hecho daño y pedir perdón a las personas que han sido nuestras víctimas. Hay gente que ha crecido con un daño provocado por la descalificación que ha destruido su autoestima, y parte de este trabajo es ayudar a la gente a sanar y trascender eso. Yo utilizo mucho en las charlas lo que significa la palabra crisis para los chinos: peligro y oportunidad. Es decir, cómo el motivo que les ha traído a ellos a estas terapias de grupo puede ser la oportunidad para sanar y eliminar esas conductas que traen malestar, tanto a sí

Quehaceres 13 bres” facilite la toma de conciencia al especto, en el desarrollo de las charlas. PB: Indudablemente.

Q: ¿Cómo se desarrollan las terapias? Yo he diseñado cuatro folletos que representan cada uno una charla de dos horas. Aunque la Fiscalía exige la asistencia a tres, realmente el contenido completo se abarca en cuatro temas. Con el primero trabajamos la toma de conciencia. La mayoría de la gente no quiere admitir su responsabilidad en una situación difícil, y tiende a culpar a otra persona: “fue ella quien me provocó”.

Q: A esas experiencias de la niñez hay que sumarle la cultura machista, la socialización que constantemente refuerza la conducta agresiva y el abuso, los anuncios, las bachatas……¿qué hacer para desmontar todo eso? PB: De alguna manera todo eso se toca en el desarrollo de las charlas. La presión de los compañeros, por ejemplo, muy típico en el mundo masculino, que se burla de una supuesta “debilidad” del quien intenta mejorar la vida conyugal, es una amenaza que hay que aprender a sortear.

Q: Quizás el hecho de que esos temas se hablen “entre hom-

Por supuesto, no se descarta que en una pareja, donde hay dos, haya también una provocación agresiva del otro lado, pero lo importante es que del lado del hombre podamos identificar que esa no es la forma satisfactoria de resolver las cosas, y asumir la propia responsabilidad de su conducta. Luego pasamos a cómo aprender a resolver con-

flictos. Hay gente que aprendió que las cosas se resuelven a correazos, a pedradas, y es la única forma que conoce, entonces tenemos que enseñarle que existen alternativas. Luego trabajamos las ocho áreas básicas de la vida, que son las que debemos trabajar en la relación con la pareja, y por último, la comunicación en la vida familiar.

Q: ¿Cuál es la perspectiva de este programa para hombres? ¿Podrá esto llegar a otras provincias y abarcar más personas? PB: Eso depende de la Fiscalía y de su presupuesto. Lo ideal es que cuando existe una situación de violencia en la familia todos sus integrantes puedan tener acceso a estos programas: la esposa, los hijos y las hijas. Ahora, yo pienso que el hecho de haber comenzado de esta manera es una buena señal que reciben quienes se están beneficiando de las charlas. Hacerlo en un aula digna, con aire acondicionado, butacas cómodas, café, es una forma de darle la importancia que esto tiene y que sea percibido así por los participantes.

Por supuesto, sería ideal formar multiplicadores para que puedan impartir terapia de grupo en otros puntos del país, pero hay que tener en cuenta que es un trabajo delicado. No se puede venir a abochornar a esta gente, ni a juzgar la razón por la que se encuentran aquí. Hay que ceñirse en todo momento al rol del psicólogo única y exclusivamente, y tener en cuenta algo muy importante: todo agresor está golpeado emocionalmente debido a la fragilidad de su persona. El agresor es lábil emocionalmente, una persona que no tiene manejo de su ira ni de sus impulsos, y eso, a menos que no sea una personalidad psicopática, produce dolor y culpa. Por eso uno de los momentos críticos de toma de conciencia durante las charlas es cuando hablamos de los efectos de la violencia en los hijos y las hijas, lo que quiere decir que hay una sensibilidad en la mayoría de ellos. Es por eso que nunca utilizamos la palabra violencia en las sesiones; prefiero referirme a hombres en situaciones de vulnerabilidad. Tampoco esto debe convertirse en un espacio de sermón; es importante que los asistentes se convenzan de que pueden trabajar su personalidad y cambiar. Para eso debemos llevarles poco a poco a la introspección para identificar las respuestas personales a los estímulos y reconocer las cadenas conductuales y sus antecedentes. Eso es lo que les lleva a la toma de conciencia, que es el primer paso para el cambio.


Más presupuesto para frenar la violencia contra las mujeres Durante décadas, el movimiento de mujeres ha trabajado para visibilizar la situación de violencia dentro de los hogares dominicanos, hecho que ya está suficientemente demostrado con las cifras, aunque parciales, que tenemos a mano. También se han trazado las líneas a seguir para el diseño de políticas públicas que enfrenten la situación, tanto de manera preventiva como punitiva, compromisos que han quedado consignados por nuestro país en acuerdos internacionales al respecto. Por otro lado, es notoria la creciente sensibilización de los medios de comunicación, hasta el punto de que este mismo año

2005, cuando apenas habían transcurrido los primeros 4 días del mes de enero y se produjo un feminicidio, el periódico Diario Libre tituló el hecho como “Primer caso de violencia machista del 2005. Catalogar el crimen con ese nombre y adjetivo por uno de los periódicos de mayor circulación en el país es uno de los cambios mas importantes desde los medios de comunicación dominicanos hacia una comprensión diferente del problema, aunque ciertamente, mucho tiene que ver el hecho de que mas mujeres ocupen puestos de dirección en las salas de redacción. Inés Aizpún es la subdirectora del

Quehaceres 14 Diario Libre, y seguramente responsable de esos titulares que desnudan una realidad que ha estado deliberadamente oculta durante muchos siglos. Lo que necesitamos ahora para poner en marcha el plan impostergable de prevención y eficiente sanción de la violencia contra las mujeres es un mayor presupuesto.

Dígannos el monto del presupuesto que se le asigna a las acciones para frenar la violencia contra las mujeres y sabremos de qué tamaño es la voluntad política para ocuparse del problema.

En el Distrito Nacional, por ejemplo, el ritmo de las denuncias y querellas por casos de violencia contra las mujeres desborda la capacidad de respuesta de un servicio que sólo se imparte en 11 puntos específicos de la ciudad. Hace falta un mayor presupuesto para desarrollar ese modelo a mayor escala; para entrenar facilitadores que multipliquen los conocimientos en este aspec-

to, con una vigilancia que asegure la calidad del contenido. Hemos sido testigos de cómo la misma Fiscalía del DN, muy de buena fe, ha aceptado el ofrecimiento de personas voluntarias que desean hacer trabajo social con las mujeres agredidas cuyos casos ameritan que la Fiscalía provea un seguimiento de tipo terapéutico, y que sin embargo no cuentan con el entrenamiento necesario para manejar sobrevivientes de violencia doméstica. Esto ocurre, lamentablemente, porque no existe el presupuesto para designar personal especializado que a su vez entrene y capacite a mas personas multiplicadoras. Hay que exigir un mayor presupuesto para los planes contra la violencia de género. No sólo para ofrecer terapia familiar sino también para contar con mecanismos que faciliten el cumplimiento de las órdenes de protección, una figura jurídica vigente desde el año 1997 y que nunca ha podido funcionar porque ni las Fiscalías ni los Destacamentos Policiales cuentan con sistemas de comunicación rápida capaces de reaccionar de inmediato a una denuncia, ni con vehículos para ir por un agresor que debe ser apresado, ni

con equipos para recibir una denuncia o querella que requiera de una evaluación médicas y la expedición de certificaciones. Lo que ha pasado en la República Dominicana es que las mujeres cuentan con un excelente marco jurídico para la prevención y penalización de la violencia intrafamiliar del que nunca han podido beneficiarse por falta de recursos. Mas aún; la República Dominicana se ha comprometido con los Objetivos del Milenio, instrumento a través del cual se han cuantificado los montos necesariospara su cumplimiento. Estamos en noviembre, época en que se prepara el proyecto de ley de Presupuesto Nacional que deberá regir a partir del próximo 1 de enero para el año 2006. Buenas fechas para designar las partidas presupuestarias que se otorgará a la atención de un problema que, según el fiscal del DN, origina la tercera parte de todas las denuncias que maneja el Ministerio Público en la capital dominicana.


¿Cuánto cuesta eliminar la violencia contra la mujer en la República Dominicana? PRESUPUESTO PARA ENFRENTAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES CORRESPONDIENTE AL AÑO 2006 COMO PARTE DE LAS ACCIONES PARA ALCANZAR LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO. EN DÓLARES NORTEAMERICANOS (US$)

A. PREVENCIÓN PROGRAMAS DE CONCIENTIZACIÓN/SENSIBILIZACIÓN Desarrollar programa de sensibilización sobre la masculinidad Formar facilitadores para impartir programas de sensibilización sobre temas de masculinidad y violencia de género Programa de concientización para implementar el programa de sensibilización sobre masculinidad Programas de concientización sobre prevención y sanción de la violencia de género Subtotal programa de concientización/ sensibilización

10,000 27,000 384,000 384,000 1,189,000

CAMPAÑAS PÚBLICAS Campaña en radio Campaña en televisión Campaña en prensa nacional Campaña pública (afiches, folletos tarjetas) Subtotal campañas públicas

40,000 100,000 200,000 100,000 440,000

LÍNEA SOS Establecer línea SOS en todas las Unidades de Atención Integral Subtotal línea SOS

100,000 550,000

Quehaceres 15 GRUPOS DE APOYO COMUNITARIO Jornada de concientización sobre tema de la violencia Contratación de coordinadores de las redes comunitarias Subtotal Grupos de Apoyo Comunitario Subtotal Prevención B. PROTECCIÓN SERVICIOS DE ATENCIÓN LEGAL, MÉDICA, PSICOLÓGICA Y SOCIAL Adecuar y amueblar las 36 unidades de atención integral Contratación de 4 profesionales y un chofer para cada una de las 36 unidades de atención integral Cobertura de los gastos recurrentes de las unidades Comprar un vehículo por cada unidad de atención integral Subtotal servicios de atención legal, médica, psicológica y social

4,000 35,000 39,000 2,218,000

80,555 2,400,000 1,175,000 160,000 3,855,555

CASAS DE ACOGIDA Contratación 5 profesionales y 3 personal de apoyo para cada una de las 5 casas de acogida modelo 340,500 Funcionamiento de las casas de emergencia 87,500 Cobertura de los gastos recurrentes de las casas de acogida modelo 138,000 566,000 Subtotal Casas de Acogida Subtotal Protección 4,421,555 C. SANCIÓN SENSIBILIZACIÓN Y CAPACITACIÓN SISTEMA JURÍDICO Y POLICIAL Talleres de concientización sobre tema de la violencia Diplomado anual de seis semanas de duración sobre el tema de derechos humanos y el género Talleres de concientización sobre tema de la violencia Programa de capacitación sobre violencia dirigido a estudiantes de las Academias de la Policía Programa de capacitación sobre violencia dirigido a estudiantes de las Academias Militares Programa de sensibilización con los militares Seminarios de concientización sobre tema de la violencia Subtotal Sensibilización y Capacitación Subtotal Sanción Subtotal eliminar la violencia contra la mujer

24,000 40,000 62,000 62,000 62,000 62,000 30,000 342,000 342,000 6,981,555

Elaborado por el Grupo de trabajo de la SEM con el apoyo de las ongs de mujeres dentro del Proyecto piloto de Evaluación de Necesidades” diseñado por el Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas y bajo la coordinación de la Comisión Presidencial sobre los Objetivos del Milenio y el Desarrollo Sostenible(COPDES) El cálculo de lo que costaría poner en marcha un plan integral para prevenir y sancionar eficazmente la violencia contra la mujer durante el año 2006 asciende a casi 7 millones de dólares, que a la tasa vigente representa 231 millones de pesos, mas o menos lo que cuesta un acueducto, una pequeña carretera, un hospital o un elevado en la intersección de dos grandes avenidas. La violencia mata mas de 100 dominicanas al año, y causa complejos efectos negativos en la familia y en la sociedad. (*)HTTP://WWW.COPDES.GOV.DO/DOCUMENTOS/INFORME_NACIONAL_ESPANOL.PDF


¿POR QUÉ ABUSAN LOS HOMBRES? Porque están afectados y reforzados por imágenes masculinas dominantes reforzadas por la sociedad y los medios de comunicación.

Porque tienen la creencia de que estos comportamientos son una expresión adecuada de su poder y control.

Porque quieren que su pareja dependa de ellos para controlarla.

Porque han aprendido este comportamiento en su familia de origen. (75% de agresores han sido testigos del abuso de su madre a manos de su padre)

POR ESO ES IMPORTANTE: * Reforzar la educación no sexista en las escuelas. * Promover la enseñanza de herramientas para el manejo de los conflictos emocionales en los centros educativos.

Porque viven en una sociedad donde el abuso de mujeres tiene pocas o ninguna consecuencia.

TOMADO DE LA GUÍA DIDÁCTICA PARA LA PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO DEL GOBIERNO DE ANDALUCÍA

Quehaceres Publicación del Centro de Investigación para la Acción Femenina

CIPAF

* Penalizar el abuso de manera firme y efectiva. * Establecer una política de Estado dirigida a la prevención, que brinde protección oportuna y adecuada a las víctimas. * Promover la eliminación de los estereotipos que fomentan una cultura de subordinación y de discriminación de género.

DIRECTORA EJECUTIVA Magaly Pineda

Calle Hernán Suárez, Bloque III N°5, Cacique II Teléfono (809) 535-2696 Fax (809) 535-2599 Correo eléctronico: cipaf@tricom.net AÑO XXV NÚMERO 1 NOVIEMBRE 2005

EDITORA Patricia Solano DIAGRAMACION E ILUSTRACION Ivelisse Alvarez ILUSTRACIONES DE LAS HERMANAS MIRABAL Fernely Lebrón, afiche conmemorativo de la Sec. de Estado de La Mujer. IMPRESIÓN Editora Búho


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