El castigo funciona bien si: Es el último recurso y no la manera habitual de actuar: si gritamos con frecuencia, los gritos acabarán perdiendo todo valor y los hijos nos verán como histéricos/as u hostiles… El niño sabe exactamente por qué es castigado. Es inmediato, sin aplazamientos innecesarios: "ya verás cuando venga tu padre"… Ocurre siempre que se comete la falta, sin depender del buen o mal humor. Ofrece al niño una alternativa. No sólo se castiga la mala conducta sino que se explicita lo que se espera de él y el modo en que puede realizarlo. Permanece intacto el respeto por la persona, sin que sufra la autoestima. Son las acciones las correctas o incorrectas, no la persona. Ni "eres un inútil" ni "eres mala" sino "eso lo has hecho mal". No se asocia a actividades de aprendizaje como, por ejemplo, tener que copiar o hacer cuentas o leer. Ese es el mejor método para que en el futuro odie las matemáticas o la lectura, por verlas relacionadas con situaciones desagradables.No se asocia a la comida cotidiana u otras necesidades básicas para la salud del niño. (“ hoy te acuestas sin cenar”)
Otras consideraciones sobre el castigo El castigo por sí solo no es suficiente, debe ir acompañado de refuerzos positivos (premios) que enseñen al niño cómo sustituir su mala conducta por otra adecuada. Es decir, mostrarle qué es lo que debe hacer y elogiarle y felicitarle cuando lo consiga. Para aplicar un castigo, el niño debe estar advertido con anterioridad que ese tipo de comportamiento será castigado. Debemos reprenderle en el momento, ya que las conductas se regulan mediante consecuencias inmediatas. No obstante, si consideramos que estamos demasiado alterados debemos esperar a tranquilizarnos, de lo contrario, lo más probable es que le pongamos un castigo desmesurado. Debemos ser coherentes y firmes. Si le hemos dicho que esa tarde no verá la televisión como castigo, no podemos ceder a los cinco minutos porque nos está dando la lata y si él sabe que hasta que su cuarto no esté ordenado no podrá salir, debemos hacer que lo cumpla y no ceder.
NOVIEMBRE 2013
EL REFUERZO COMO HERRAMIENTA PARA MODIFICAR CONDUCTAS
Hemos de tener siempre presente que a través del castigo lo que pretendemos es corregir a nuestro hijo un comportamiento, debemos, por tanto, poner castigos que sean eficaces y posibles de cumplir, olvidarnos de las amenazas que no haremos cumplir y de los castigos que sean excesivamente largos.
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ESCUELA DE FAMILIAS CURSO 2013-14