20febrero2012repartodetareas

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Pero no sólo la mujer ha salido perdiendo en este injusta asignación de roles tradicionales. También los hombres han visto coartada su posibilidad de mostrar ternura y cariño hacia sus hijos, por miedo a perder su imagen de “masculinidad”.

Escuela de Padres y Madres Ciudad de Toledo Curso 2010 – 2011

La posibilidad de alimentar o cambiar los pañales a un hijo, entre otras muchas tareas, es un hecho gratificante que los padres de familia han tenido negados hasta hace bien poco. Y a cambio han sido relegados por convencionalismos al mundo de la calle, a asumir las cargas económicas y a no encontrar un espacio de dedicación a su familia dentro del hogar. ********* Un mayor grado de dedicación y esfuerzo requieren las familias que cuentan con hijos con alguna discapacidad. Además de los cuidados ya citados, están presentes los derivados del nivel de dependencia de estos niños, lo que supone un mayor desgaste físico y emocional en la persona encargada de asumirlos. En estos casos, si cabe más aún, se hace necesario el reparto de tareas y responsabilidades del hogar entre todos los adultos (hombres y mujeres) que conviven en el seno familiar. La solución más acertada pasaría por la negociación de la corresponsabilidad o responsabilidad compartida. Llegar a acuerdos sobre quién debe asumir qué tareas dentro del hogar proporciona bienestar a todos los miembros y permite disponer de tiempo para descansar, relajarse, planificar actividades de ocio o de formación académica. A la vez genera un estado anímico de mayor confianza y complicidad, lo que redunda en una disminución de conflictos entre los miembros de la familia. Os invitamos a reflexionar sobre ello en familia ¡Sería saludable atreverse a cambiar!

FEBRERO

REPARTO DE TAREAS EN EL HOGAR


Uno de los cambios más importantes y necesarios que ha sufrido la sociedad en la que vivimos, es la incorporación femenina al mundo laboral. Este importante logro no ha ido acompañado de una nueva distribución de las responsabilidades familiares y tareas del hogar, ya que la mayoría de las mujeres además de las responsabilidades propias de su trabajo fuera del hogar, asumen el peso de las tareas domésticas, cuidado de los hijos y otras responsabilidades propias de la vida familiar. Cuando las relaciones familiares se establecen en un plano de igualdad son más placenteras, menos tensas y generan menos conflictos. Esto ocurre si existe un equilibrio en la toma de decisiones, en el reparto de tareas y por lo tanto en la distribución del tiempo. Para consolidar estos cambios hay que educar en igualdad, eliminando roles y estereotipos tradicionales que han atrapado tanto a hombres como a mujeres en tareas y funciones diferentes y no intercambiables. Tenemos que educar a niños y a niñas para que desarrollen, su autonomía personal dentro de sus capacidades, y asuman su responsabilidad de convivir en un grupo familiar. Para ello el ejemplo que les mostremos con nuestros actos dentro de seno de la propia familia, tendrá mayor peso educativo que cualquiera de las instrucciones o normas que les queramos inculcar por medio de la palabra.

La familia es trasmisora de valores, hábitos, costumbres y también el lugar de apoyo emocional y económico. Es el espacio principal en el que se aprende y se enseña a vivir y convivir. Para que la familia funcione, además de afectos deben desarrollarse una serie de tareas como son: -

Mantenimiento de la casa: limpiar, ordenar, comprar, cocinar, coser, planchar, hacer arreglos, controlar la economía del hogar…

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Cuidado de los hijos e hijas: enseñarles a andar, hablar, comer, alcanzar autonomía, socializarse, ayudarles a mejorar en sus metas y proyectos, escucharles, comprenderles…

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Contactos con el exterior: amigos, familia, vecinos, servicios educativos, sanitarios…

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Planificación del ocio: actividades de ocio, de fin de semana, vacaciones, cumpleaños…

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Atención , cuidados y acompañamiento a personas mayores y enfermas o dependientes

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Comprender y hacer frente a los problemas emocionales y físicos de la familia.

A todo este cúmulo de tareas y responsabilidades se le denomina TRABAJO DOMESTICO. Este trabajo que requiere someterse a unos ritmos fijos, sin horario, puede durar hasta la noche y en ocasiones durante la misma, sin descanso en festivos ni vacaciones. Tradicionalmente ha sido asignado a las mujeres por su condición de género, y aunque se reconoce como imprescindible y obligatorio, generalmente está desvalorizado. Incluso las mujeres que no trabajan fuera de casa tienen grandes dificultades para trazar los límites entre el tiempo de ocio y el tiempo de trabajo. Ya que el hogar les ocupa las 24 horas del día.



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