BUENAS PRÁCTICAS EN LA SEDESTACIÓN DE LAS PERSONAS CON PARÁLISIS CEREBRAL EN SILLA DE RUEDAS
La silla de ruedas para una persona con parálisis cerebral constituye un elemento muy íntimo porque a ella están unidas todas sus actividades vitales (desplazarse, comer, aprender y por supuesto, relacionarse con los demás) El fin de la silla de ruedas es garantizar la sedestación correcta y convertirla en un sistema de posicionamiento que le permita el desarrollo de esas actividades. La silla de ruedas cumplirá una serie de objetivos: POSTURALES: Reducir la influencia de los reflejos primitivos, entre otros los reflejos cervicales Normalización del tono postural, evitando las posturas que faciliten la hipertonía, el patrón extensor de tronco y miembros. Control del patrón del movimiento anormal. Facilitación del desarrollo neuromotor normal Evitar en lo posible la aparición y/o desarrollo de deformidades Evitar la aparición de zonas de hiperpresión, para lo que debe estar perfectamente repartido el peso del cuerpo FUNCIONALES: encaminados a potenciar la adquisición de habilidades motrices y manipulativas Mejorar el control de cabeza, mediante un correcto apoyo del tronco. Mejorar la función de los miembros superiores, mediante la estabilización de la pelvis, tronco y cinturas escapular. Mejorar la función cardiorrespiratoria, mantener la cabeza erguida, el tórax sin deformidades, facilitando la toilette bronquial. Máximo confort y seguridad. Facilitar y mejorar las capacidades visuales y perceptivas, control visomanual, etc. Desarrollo de las habilidades cognitivas.
(Los pictogramas han sido realizados por la Escuela de Arte de Valladolid para el centro Asprona-Obregón)
La posición de mi cuerpo al sentarme en la silla debe ser simétrica. La cabeza, alineada con el tronco y la pelvis. Hombros y caderas alineadas a la misma altura.
Mi silla debe ser de la talla adecuada: ¡Qué no sobre ni falte espacio! Mis caderas y mis muslos deben quedar alineados y separados por igual.
Necesito un buen apoyo en los pies, la zona lumbar, los glúteos, los muslos y, cuando se precise, también en la cabeza, para evitar posturas inadecuadas.
Evita que el asiento de mi silla sea flexible. Necesito que la base del asiento sea rígida y estable para no resbalarme.