Miedo a los animales El modo de vida actual, en ocasiones alejada del mundo natural, hace menos frecuente el contacto con animales, de manera que es normal que los animales, por desconocidos, causen miedo en los niños. Hay que evitar transmitirle nuestro propio miedo al niño, o que nos vea estresados o temosos ante la presencia de un animal. Conviene familiarizar a los niños con los animales desde que son pequeños. Enseñarles a respetarlos y a cuidarlos es fundamental para alejar su miedo. No obstante, y siempre con naturalidad, hay que advertir al niño del peligro que puede correr si se acerca a un animal desconocido. En este caso, siempre conviene guardar la distancia.
ALGUNOS CONSEJOS
Miedo a los truenos y a las tormentas Las tormentas y el ruido de los truenos que, en muchas escenas de ficción, están asociadas a relatos de miedo, pueden hacer crecer el temor de los niños a estos fenómenos naturales. Evita sobreproteger a tu hijo. Para acostumbrar al niño a los truenos y a las tormentas, acércale desde pequeño a la ventana cuando llueva para que vea los truenos y los relámpagos como algo natural y normal relacionado con el mal tiempo. Explícale que se trata de un fenómeno natural pasajero, que no le hará ningún daño.
No asustes a tu hijo con historias de ogros, de fantasmas, de brujas, etc., Tienes que decirle que estos personajes solamente existen en los cuentos y películas… No te rías de los temores que tu hijo expresa. No le llames de cobarde o infantil . Si ridiculizas o burlas de su miedo disminuirá su confianza, le desanimará a compartir sus temores contigo. No transmitas tus temores personales hacia tu hijo. Si tienes miedo a las arañas, tu hijo puede sentirlo. La forma en que enfrentas tus propios miedos será imitada por el niño al encontrarse con situaciones similares. No le obligues a afrontar su miedo en solitario. Provocarás un aumento de su ansiedad y contribuirás a alargar ese miedo e incluso a perpetuarlo. Tu hijo tiene el derecho de acostumbrarse poco a poco a situación que él teme.
ESCUELA DE FAMILIAS 2014/15
CÓMO AYUDARLES A SUPERAR LOS MIEDOS
Miedo al daño físico Bañarse en una piscina, subir a columpios o toboganes, montar en bicicleta... puede hacer sentir al niño un riesgo para su integridad física. Algunos pueden dejar incluso de hacer algunas actividades deportivas por miedo al daño y al dolor debido a las caídas o empujones mientras juegan un partido. Conviene potenciar la valentía del niño. Animarle a realizar el deporte o la actividad física que le gusta, para que se vaya enfrentando poco a poco a situaciones que le provocan temor. Hay que subrayar y resaltar sus comportamientos valerosos.
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FEBRERO 2015 EQUIPO DE ORIENTACION Y APOYO C.P.E.E. CIUDAD DE TOLEDO
¿CÓMO AYUDAR A NUESTROS HIJOS A SUPERAR SUS MIEDOS? ¿QUE ENTENDEMOS POR MIEDO?
¿QUÉ FAVORECE EL MIEDO EN LOS NIÑOS?
El miedo es una emoción negativa que experimentamos ante un objeto o un acontecimiento que se considera peligroso para uno mismo o para los demás. Además de la amenaza, viene provocado por la sensación de no tener los recursos necesarios para enfrentarse a él o evitarlo. El miedo también se puede manifestar físicamente con palpitaciones, agitación, sudoración o cambios en el ritmo intestinal.
En primer lugar, contribuye a los miedos infantiles el que los padres sean temerosos y se angustien con facilidad. Los niños aprenden por imitación este modelo de respuesta ante objetos y circunstancias que pueden ser una amenaza. En segundo lugar, el hecho de estar expuesto a determinadas escenas o estímulos como ver películas de terror, determinados programas o noticias, escuchar conversaciones… Todo ello favorece que el niño sienta temor, ya que en la infancia, los niños tienen dificultades para distinguir entre realidad y fantasía. En tercer lugar, se pueden producir acontecimientos que despiertan temores: sufrir un accidente de tráfico, la enfermedad o fallecimiento de un familiar o conocido, noticias de catástrofes, de robos, agresiones… Por último, si los padres reaccionan de manera inadecuada ante los temores de sus hijos contribuirán a que el miedo permanezca o se acreciente: mostrar un alarmismo desproporcionado, ridiculizar al niño por sus miedos, amenazarlo precisamente con aquellos estímulos que le producen temor o la indiferencia total hacia los sentimientos del niño o niña.
Pero el miedo en realidad es algo positivo, ya que se trata de una respuesta de supervivencia. Si no sintiéramos miedo, no habría conciencia de peligro y correríamos un gran riesgo. Gracias al miedo evitamos muchas situaciones peligrosas, que pueden poner en riesgo nuestra seguridad o nuestra vida.
LOS MIEDOS MAS FRECUENTES EL MIEDO EN LOS NIÑOS El miedo en los niños es un fenómeno natural y frecuente, y en principio, no implica ningún tipo de problema psicológico. Son más habituales en niños con un funcionamiento intelectual entre los 2 a y los 8 años, porque se cuenta con pocos recursos físicos y cognitivos para enfrentarse a los estímulos que los pueden provocar y que pueden ser una amenaza para ellos.
Miedo a la separación Generalmente, se focaliza en la figura de la madre y tiene lugar al inicio de la escuela infantil o del colegio o debido a un divorcio. Este miedo surge cuando el niño sufre al ser separado de las personas a las que está afectivamente unido, sobre todo, de su madre. Con la verdad por delante. Informar al niño con naturalidad sobre lo que está pasando, le ayudará mucho a superar su miedo. Es mejor para él hablarle abiertamente de que papá o mamá vendrá el fin de semana para jugar con él o a recogerle a la salida de la escuela, con un lenguaje claro y sencillo, que él pueda entender, que mentirle o disfrazarle la realidad, que en ocasiones puede alimentar más sus miedos que transmitirle tranquilidad.
Miedo a los cambios Los hábitos y las rutinas aportan seguridad a los niños y bebés y, por tanto, un cambio de casa, de colegio, de cultura, de país, de amigos.... puede convertirse en una pesadilla para el niño. Para evitar que los cambios produzcan miedo en el niño, hay que anticiparse y contarle qué va a ocurrir, de esta manera, el niño podrá prepararse psicológicamente para la nueva situación. Es importante que le hables del nuevo cambio con optimismo y esperanza hacia una situación mejor.
Miedo a la oscuridad Uno de cada tres niños teme a la oscuridad. Evitar que el niño sufra experiencias negativas y repentinas, y colocar en su dormitorio una pequeña luz encendida o un piloto luminoso para que su habitación nunca esté a oscuras del todo, ayuda a controlar este miedo. Hemos de tener en cuenta que en ocasiones este miedo a la oscuridad puede surgir a partir una mala explicación de cuentos de monstruos, o a partir de pesadillas y situaciones imaginarias. Por este motivo, conviene seleccionar películas y programas infantiles adecuados a su edad mental y escoger lecturas apropiadas.