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ARTE Y ESPECTÁCULOS

Incompleta pero selecta opción de grandes films Toda antología (sea literaria, musical o cinematográfica) es de por sí arbitraria, porque depende del gusto o la memoria de su autor. Además, en este caso no podría ofrecerse más que un breve muestrario de películas. De lo contrario, necesitaríamos escribir un libro. Y ya hay suficientes, empezando por la edición 1001 películas que hay que ver antes de morir. Cosa imposible de realizar, además de superflua. En ocasión de poder conocer o volver a ver grandes obras cinematográficas a través de múltiples formas, optamos ahora por presentar grandes directores y una obra en cada caso. Hay mayor presencia de europeos, que no por nada fueron los creadores del cine y los que supieron imponer el cine de autor. Imposible no iniciar este recorrido sino por el sueco Ingmar Bergman (“Cuando huye el día” o “Fresas salvajes” según la traducción). Bergman es un agudo pensador, casi un filósofo y teólogo en el mundo de la pantalla.

Entre los franceses elegiría a vuelo de pájaro a Jean Renoir (“La gran ilusión”), Robert Bresson (“El proceso de Juana de Arco”, en contrapunto con “La pasión de Juana de Arco” del danés Carl Theodor Dreyer) y en la nouvelle vague a Francois Truffaut (la autobiográfica “Los cuatrocientos golpes”). Sin olvidar tampoco a Eric Rhomer (“El rayo verde”).

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De Italia: Roberto Rosellini (“Roma, ciudad abierta”, con la inolvidable Anna Magnani), Vittorio De Sica (“Ladrón de bicicletas”), y Ermanno Olmi (“El oficio de las armas”, sobre el condotiero renacentista Juan de las Bandas Negras).

De España, vale la pena recordar al genial Luis Buñuel (“Viridiana”), a Luis García Berlanga (“El verdugo”), y a Carlos Saura (“La prima Angélica”).

De Inglaterra, entre muchos, preferiría recomendar a Alfred Hichcock (La ventana indiscreta, con Grace Kelly y James Stewart). Setrata de un autor que triunfó en su país y en los Estados Unidos y que Tuffaut consagró como maestro.

De los Estados Unidos, ¿cómo olvidar a John Huston (“Dublineses”, su última maravillosa obra que adapta un cuento de James Joyce, con la interpretación de su hija Anjelica Huston)? Y ¿cómo no mencionar a John Ford (“La diligencia”, con John Wayne)?

Tampoco se podrían cerrar estas breves líneas sin saludar al maestro japonés Akira Kurosawa (“Desu Uzala”, deslumbrante por su amor a la naturaleza y su canto a la amistad). O sin recurrir a Charles Chaplin (“Tiempos modernos”) y a Buster Keaton (“La General”) y Orson Welles (“El ciudadano”).

De los admirados rusos, elijo dos films de cada uno de los tres citados: Sergei Eisenstein (“El acorazado Potemkin” e “Iván el Terrible”), Andrei Tarkovski (“Andrei Rubliov” y “Nostalgia”), Aleksandr Sokurov (“Madre e hijo” y “El arca rusa”).

Claro que quedan muchísimos directores valiosos e infinidad de obras por citar. Se nos puede criticar por no haber mencionado a ningún argentino o latinoamericano; es verdad. No faltará la ocasión otra vez. Debo admitir que en algunos casos nos falló la memoria, en otros la voluntad.

por José María Poirier

Libros

Don Quijote de la Mancha

El Quijote conforma un verdadero mosaico de situaciones y personajes llenos de acción y reflexiones, con un humor que convive con la severidad del Caballero de la Triste Figura. Aprovechamos el impasse de la cuarentena para proponer su lectura.

Una primera curiosidad es que en el mismo año (1616) murieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare, el genio de la novela y el más grande dramaturgo de todos los tiempos. Dos grandes innovadores. Cervantes hubiera querido triunfar en el teatro y en la poesía (el primero prometía dinero si tenía éxito y la segunda otorgaba prestigio). Sin embargo, El Quijote conoció la devoción de sus lectores y oyentes (los analfabetos, que no eran pocos, se hacían leer el texto por capítulos).

Alfonso Quijano, hombre ya entrado en años y reconocido por sus vecinos como buena persona, vivía en su propiedad rural con la sobrina y el ama de llaves. Dice que la joven no llegaba a los veinte, y que la otra pasaba de los cuarenta. La obsesiva lectura de libros de caballería lo llevaron a perder el juicio y se imaginó un caballero andante, como los personajes de las leyendas. Necesitaba de una dama a quien dedicarle sus triunfos e inventó a Dulcinea del Toboso, y de un escudero, y recurrió al campesino Sancho Panza. En su locura, Quijote, no carente de inteligencia y de valor, cree que detrás de lo que aparece hay otras realidades: los molinos de viento son perversos gigantes, los rebaños de ovejas son ejércitos enemigos. Él pretende establecer la justicia, liberar a los oprimidos y castigar a los que abusan de los demás. Su lenguaje es refinado y sus actitudes, distinguidas. Sancho, por su parte, lo admira y habla con sentido común hilvanando refranes.

El libro se publicó en dos partes: la primera en 1605, la segunda diez años después y casi al final de la vida de su autor. Entre una y otra, apareció un texto apócrifo que firmaba un tal Avellaneda. Este plagio incentivó la decisión de Cervantes para terminar la segunda parte y narrar la muerte del personaje, de manera que ya nadie lo obligara a nuevas aventuras.

Cervantes dice que no es el autor de la obra sino que encontró unos textos en árabe de un tal Cide Hamete. Toma distancia, incluye en la segunda parte a lectores que conocieron la primera, les da a sus dos personajes una increíble autonomía y la libertad que él tanto ama. Finalmente Quijote se arrepiente de su desmesura, mientras Sancho añora sus sueños. Borges señala: “El libro entero ha sido escrito para la escena de la muerte de don Quijote. Los autores suelen cuidar el lecho de muerte de sus héroes, pero Cervantes que, según su propia declaración, no era padre sino padrastro de don Quijote, deja que éste se vaya de la vida de una manera lateral y casual, al fin de una frase. Cervantes nos da con indiferencia la tremenda noticia. Es la última crueldad de las muchas que ha cometido con su héroe; acaso esta crueldad es un pudor y Cervantes y don Quijote se entienden bien y se perdonan”.

por José María Poirier

CUARENTENAUTA

Saludamos a nuestros lectores y les acercamos nuestra columna transformada por la realidad del virus con el que convivimos. Seguimos en este aislamiento que no es deliberado, sino preventivo y fraterno. Ya lo aclaramos en la columna de mayo, con la etimología de la cuarentena. Podemos y debemos seguir activos, ejercitando la esperanza.

Una de las cosas que podemos hacer es tener nuestra propia rutina informativa acerca del covid-19. No es la intención llenarnos de cifras, estadísticas, gráficos y expresiones que quizá poco nos digan, como cuando nos hablan de percentiles, curvas y demás.

Debemos prestar gran atención a las autoridades sanitarias para estar en absoluta consonancia. Sea desde las sugerencias de la escrita, radial, televisiva y la más pujante: la difusión desde la web.

El Ministerio de Salud de la Nación facilita un material muy didáctico en https://www.argentina.gob.ar/salud/ coronavirus-COVID-19, graficando los cuidados que debemos mantener. Allí se publican los informes diarios, recomendaciones, teléfonos de contacto, las fases del aislamiento y sus particularidades, y requisitos para circular por el país.

La Organización Mundial de la Salud, con sus altibajos, sigue siendo la organización líder en la publicación de material y el referente de consulta mundial. Su portal brinda detallada información de tipo técnica, estadística, consejos para la población, cómo proceder en caso de viajes y sugerencias para no caer en pánico frente a los rumores.

En su portal, hay abundantes transmisiones televisivas sobre el particular. Es una página ineludible y muy bien organizada - https://www.who.int/es/emergencies/diseases/ novel-coronavirus-2019

También proponemos dar con evidencia científica resumida, relevante, actualizada y de calidad para informar la toma de decisiones sobre salud.

¿Existe un portal que destaque el contenido relacionado con la pandemia de coronavirus y las diversas actividades relacionadas que se están llevando a cabo?

La respuesta es afirmativa, pueden dar con esta info en Cochrane - https://www.cochrane.org/es/coronavirus-covid-19-cochrane-resources-and-news. Hallaremos información y recursos tanto para el público, como para los pacientes y sus cuidadores, los trabajadores sanitarios, los investigadores y los responsables de elaborar políticas de salud.

En fin, un material bien diverso, para seguir cuidándonos entre todos y salir juntos de esta situación de confinamiento, donde queremos sentirnos más cerca de nuestros queridos lectores: ¡Ánimo!

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