SAMUEL MONTES TORREGOSA Corporación Mayorca Finca Laureles COLOMBIA
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ací en una vereda del municipio de Necoclí, que se llama Almácigo Abajo. La gente de por allá vive de la ganadería y agricultura. Es gente campesina, humilde y trabajadora. Mi papá todavía se dedica al campo. Yo crecí libre, no había peligros, ni carros, ni motos, teníamos nuestra cancha de fútbol, compartíamos con los demás vecinos. Fue una infancia muy bonita. Cuando tenía nueve años por ahí empezó a llegar la guerrilla del ELN. No se podía salir de noche. Un día se regó la noticia de que un grupo guerrillero iba a reclutar al bachillerato. Los padres de familia salieron con bestias, con carros, con motos a la escuela a buscar a sus hijos, pero ya la encontraron vacía, porque a nosotros también nos llegó la noticia y todos salimos corriendo. Uno vivía con la incertidumbre de que la guerrilla podía llegar.
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En la Red siento que no estoy solo y trabajo para que lo bueno no se acabe, para tener motivos para seguir adelante.
Yo de niño quería ser docente, pero en la vereda solo había hasta quinto de primaria. El bachillerato lo hice en el corregimiento de Mellito, en una vereda que se llama Botijuela, y vivía con un tío. Extrañaba a mi familia, pero lo hice con gusto porque quería estudiar. Mientras yo estudiaba también trabajaba los fines de semana en una heladería, o limpiando lotes, o me iba a la finca y trabajaba sábado y domingo. A los veintidós años me vine al municipio de Apartadó y empecé a trabajar en fincas. Ya estaba casado, tuve dos hijos. Trabajaba independiente
Red de Trabajadores y Trabajadoras de Comercio Justo
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