Logored - Julio 2011

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21– JULIO 2011

El agua y el colador EDITORIAL El Agua y el colador Por Claudio García Pintos

CUESTIONARIO Hoy Alejandro De Barbieri (pp.2-3)

ADULTOS CON ATRASO MADURATIVO: Proyectando el significado de la vida (pp. 4-6) LOGOTERAPIA VINCULAR

CRECER Y MADURAR CON LO VIVIDO (pp.7-8) CARTAS DEL DESIERTO

Correlaciones y Sincronías (pp 9-10) CÓMO CONVIVIR MEJOR, CON PERSONAS MAYORES (pp. 10-11) Novedades del Congreso de Logoterapia (pp.12-13) REFLEXIONES EXISTENCIALES

ES LO QUE HAY (pp.14-15)

EL SENTIDO DEL TRABAJO. Apuntes para una nueva logosociología empresaria (pp.16-27) SIN RECETARIO

PARA LA MAMA DE SOCRATES (pp.28) LA REVOLUCIÓN DE CADA UNO. ¿Para qué luchamos hoy? (pp.29-30) PEDAGOGIA FAMILIAR

MIS HIJOS NUNCA ME OBEDECEN, NO TENGO AUTORIDAD (pp.31-32) PostFrankl

EL ROL DEL LOGOTERAPEUTA Y EL PROCESO PSICOTERAPEUTICO (pp– 33-36) LENGUA PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑA-

¿Cuántas veces nos hemos sentido como “recogiendo agua con un colador”? Situaciones en las cuales pareciera ser que todo esfuerzo, por extremo que sea, está condenado al fracaso. ¿Cuántas veces, la experiencia del cansancio, la decepción, el fracaso, nos ha frustrado, al punto de abandonar los afanes más queridos, los convencimientos más firmes? Momentos en los cuales el desconcierto nos lleva a la duda acerca de la validez de esfuerzos ya realizados, en vistas al logro de cometidos que perseguimos, no por fanatismo sino por convencimiento. ¿Cuántas veces, esa frustración, ese cansancio, esa vivencia del fracaso, nos ha llevado a darnos por vencidos, como si la realidad se nos impusiera con carácter de inmodificable e inevitable? Circunstancias en las cuales nuestro “vencidismo” da espacio y lugar al próspero desarrollo de aquello que se termina instalando como “estilo de vida”, no querido sino aceptado. En todos los casos, seguramente, responderemos “varias veces”, “muchas veces”. ¿Cuántas veces hemos superado esas respuestas y seguimos adelante, con aquello que comprendimos como tarea o misión, aquello que sentimos que debe ser hecho y que asumimos como apelación para nosotros mismos? Posiblemente no tantas como hubiéramos podido, no tantas como hubiéramos debido. Vivimos un tiempo especial en muchos aspectos. Es cierto, no podemos negarlo. No obstante, ese no es justificativo para abstenerse de asumir la parte de responsabilidad que nos toca.

EDITORIAL Desde los versos de Discepolín, sabemos que el mundo es un cambalache, y desde la ternura de María Elena Walsh, que vivimos en el reino del revés. Ahora, ¿en qué nos responsabilizamos nosotros de este estado de las cosas?¿Solo en ser analistas o diagnosticadores, pronosticadores de apocalípticos devenires? No. No nos equivoquemos ni nos distraigamos. Si las cosas en el mundo funcionan como funcionan, es triste y alarmante. Lo verdaderamente insólito, es que siga sucediendo y no se haga nada. El hombre está solo y espera, como diría Sclabarini Ortiz. Espera fraternidad, un tú revelador que le permita ponerse de pie y procurar su verdadera plenitud. Conozco mucha gente, trabajando todos los días por acompañar a ese hombre y ayudarlo a erguirse. Lo hacen desde la clínica, desde la educación, desde el trabajo social, desde la fábrica, desde la dirigencia, desde la empresa, desde el púlpito. En la mayoría de los casos, incluso, lo hacen sin intereses económicos. Ellos demuestran que se puede revertir todo. Tal vez sientan por momentos, que recogen agua con un colador, porque, en este mundo, recuperan 10 y se hunden 20. De modo que no saben si "van ganando" por los que recuperaron o si "van perdiendo" por los que se siguen hundiendo. Lo cierto es que, finalmente, siguen adelante, convencidos que la tarea nunca podrá darse por terminada. Sin dudarlo, siguen trabajando todos los días, al margen del resultado estadístico, porque una persona puesta de pie, es un mundo con mejores posibilidades de cambio. Una persona puesta de pie, puede levantar a otros dos que se caigan, ¿no? Para todos ellos, admiración y respeto.


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CUESTIONARIO

LOGORED© es una publicación digital mensual, de suscripción gratuita, dedicada a difundir novedades y reflexiones en torno a la Logoterapia y el Análisis Existencial. Director: Claudio García Pintos Secretario de Redacción: Federico García Presedo Colaboradores: Enrique Adúriz (Argentina) Analía Boyadjián (Argentina) Carlos Garabal (Argentina) Lucía Copello (Argentina) Efrén Martínez Ortiz (Colombia) Víctor Cárdenas (Ecuador) Alejandro de Barbieri (Uruguay) Olga Lehmann (Colombia) Iliana Hernández Silvera (Argentina) Marcelo Paz (Argentina) El contenido de los artículos y columnas es de entera responsabilidad de sus autores. El material contenido en esta publicación puede ser reproducido, previa autorización de su autor y citando la fuente. Por favor, contactarse con los autores al mail que figura en cada caso. Gracias. Mail de contacto: logored.arg@gmail.com

Bernard Pivot, periodista y crítico literario francés, presentador de programas culturales de televisión. popularizó un esquema de entrevistas televisivas, extraño al ritmo habitual del medio. Se trataba de diálogos en un contexto descontracturado y en calma, sin apuros ni estridencias. Su programa se llamó “Bouillon de Culture”. La base del mismo era un largo cuestionario con preguntas breves que habilitaban respuestas de todo tipo. James Lipton hizo conocida una versión abreviada del cuestionario de Pivot, en su programa “The Actors Studio”. El cuestionario permite conocer a alguien en aspectos menos usuales. LOGORED adaptó el cuestionario PivotLipton, e invita a distintas personalidades a responderlo. En esta ocasión, el entrevistado es Alejandro De Barbieri (Uruguay) 1. ¿Cuál es tu palabra favorita? ¿Por qué? Entusiasmo. Porque quiere decir "con Dios adentro" que para mi quiere decir transmitir vida, ganas de vivir. 2. ¿Cuál es la palabra que menos te gusta? ¿Por qué? Fanatismo. porque es la ignorancia del otro, la ausencia de alteridad, creo que somos siendo siempre con otros y el fanático, anula al otro. 3. ¿Qué es lo que más te causa placer? Escuchar reírse a mis hijas cuando juegan juntas. 4. ¿Qué es lo que te desagrada? Que el hombre no se rebele contra lo que intentan hacer de él. Los inventores de enfermedades. los mercaderes del psiquismo. las investigaciones sustentadas económicamente por grupos que buscan el lucro económico y no el bien del otro


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Hoy: Alejandro De Barbieri

5. ¿Cuál es el sonido o ruido que más placer te produce? ¿Por qué? Escuchar cantar a mis hijas. porque me transmiten posibilidad de vida, alegría, trascendencia

Ps. Alejandro De Barbieri

6. ¿Cuál es el sonido o ruido que te aborrece escuchar? ¿Por qué? El ruido que me aborrece es cuando alguien dice "no, " o "no se pudo", "no puedo"

Periodismo. Comunicaciòn. Escritor. 9. ¿Qué profesión nunca ejercerías? Politico

7. ¿Cuál es tu sueño pendiente? Escribir mas. Viajar junto a mi familia. Salir a la cancha con Peñarol y mis hijas de la mano 8. Aparte de tu profesión ¿qué otra profesión te hubiese gustado ejercer?

10. Si te encontraras a Dios en la puerta del Cielo ¿Qué te gustaría que Dios te dijera al llegar? "Has llegado en el momento justo"

4° Congreso LATINOAMERICANO DE LOGOTERAPIA Y ANÁLISIS EXISTENCIAL


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ADULTOS CON ATRASO MADURATIVO: PROYECTANDO EL SIGNIFICADO DE LA VIDA

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uestras vidas están entrelazadas constantemente con el sentido y significado de la existencia, en una sumatoria de historias que contamos, que vivimos y que oímos contar, o las que nos gustaría en realidad como misión, para luego escribir en nuestro libro de la vida, todas ellas son nuestro trabajo de ser persona, una elaboración en el propio proyecto expresado nada más y nada menos…. que en nuestra vida. Vivimos inmersos en la continua re elaboración y evaluación del significado de nuestras acciones, convirtiendo nuestras vivencias, en el mejor de los casos en páginas de sentido y esas transmisiones dan perfil a nuestras vidas y a nuestras articulaciones con el mundo y con los otros. Desde este planteamiento, la logoterapia produce una mirada de apertura. Entonces en el trabajo con pacientes con atraso madurativo, la dinámica no difiere en cuanto a la búsqueda de sentido, sino en la forma cómo se define el proyecto de trabajo para uno u otro paciente. Esta práctica, está relaciona a la historia personal del paciente, su estado de ánimo y su cotianidad. Una labor abierta, que va deshilando el acontecer diario, prestando atención a otras experiencias que el paciente percibe como ataque a su integridad. Así, aquello relacionado con la estimulación de habilidades y los recursos que se empleen, coincidirá con lo que trae; porque en definitiva...”al hombre no lo dominan ni la voluntad de placer ni la voluntad de poder, sino ...la voluntad de sentido: su esfuerzo y lucha profundamente arraigados por un sentido último y elevado de su existencia.”. Algunos ejemplos de esta tarea, está planteada de la siguiente forma: Trabajando con el vacío: encontrarse, definirse en el mundo no es una elaboración sencilla. Explicar y analizar quién

Dides Iliana Hernández Silvera

soy y qué quiero, es una tarea ardua. Entonces desde una actividad de fotografías como estrategia de recuerdo (memoria biográfica), surgió otra actividad en un momento posterior en que la misma paciente requería de mayor fortaleza y afianzar recursos existentes en su imagen, en sus posibilidades como persona. Así, con secuencias de fotos personales en diferentes situaciones y posturas, comenzó la tarea de pensar quién soy, qué quiero, qué espero, qué tengo y qué puedo dar. Cuando la persona con atraso madurativo ha llegado a la adultez, algunos familiares puede que estén ya cansados o muestren una actitud conformista, sin ánimos para buscar alternativas y oportunidades desafiantes o nuevas, puede que les cueste más luchar para superar barreras y lograr una inclusión para sus hijos, y/o hermanos tanto a nivel educativo como social. Y es que la inclusión requiere muchas veces de mayor esfuerzo que dejar que los hijos asistan a ambientes especiales protegidos. Otras familias han asumido una actitud sobreprotectora, sin margen para la autonomía. Toda una situación que no habilita el ser para otros desde sí mismo, sino ser hoy inmerso en un circuito cerrado. Hilados y entramados de relaciones: algo tan simple como los pompones de lana que pueden muy bien servir para expresar lo que nos pasa y crear, distendernos de la tensión diaria y fortalecer la posibilidad del yo puedo, es lo que llamamos…simple, pero profundo despliegue personal. En este caso una oruga…futura mariposa, construido mientras leía el cuento de la oruga. Es importante seguir utilizando las situaciones diarias para generar la reflexión y el juicio crítico sobre cuestiones diversas que hacen a su vida, la comprensión de las relaciones interpersonales, así como lo inesperado, etc. Elaborando las Partidas: Tal es el caso


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del trabajo con lo inesperado como la muerte de un ser querido y su relación posterior con otros deseos. Para ello por ej. Elaborar las etapas de la vida, partidas y lo que nos deja “el recuerdo de su paso por nuestra vida”. No es posible trabajarlo con personas, ni animales sino de forma indirecta, para ello tomé la imagen de una nube y su vida en el cielo acompañada por otras nubes, un relato creado para una paciente en particular, una persona única a con la cual despertamos nuevas ideas y conceptos acerca de despedidas mientras a su vez ayuda a su continua estimulación cognitiva y noética, sumado al refuerzo de su ánimo tambaleante. Una paciente que comenzó su día de estimulación cognitiva con suspiros y gran tristeza, logra poco a poco ir procesando lo irremplazable la pérdida del ser querido. El cierre de ese día de paseo con la nube fue una canción que detallo a continuación y que ambas cantamos: Todo se puede lograr aunque sea duro el camino ahí una estrella que alumbra el lugar allí tenés que llegar Todo se puede encontrar aunque sea duro el camino abre tus alas y empieza a volar que es la única verdad Porque en el cielo brilla el sol cada mañana y la esperanza siempre está en tu corazón nunca dejes de cantar nuevas puertas se abrirán y tus sueños van a hacerse realidad Porque en el cielo brilla el sol cada mañana y el amor mantiene viva la ilusión nunca dejes de buscar pues la magia siempre esta ESCONDIDA EN UN RINCON DEL CORAZON juntemos las manos

que todos tenemos la esperanza en el corazón Todo se puede lograr aunque sea duro el camino hay una estrella que alumbra el lugar allí tenés que llegar Todo se puede encontrar aunque sea duro el camino abre tus alas y empieza a volar que es la única verdad Flórez y Ruiz (2009), expresan: "El desarrollo de la capacidad cognitiva continúa progresando durante la adolescencia y la edad adulta, por lo que es un mito que se produzca un estancamiento de las capacidades mentales; es imprescindible, por eso, continuar la estimulación a lo largo de la vida, es un proceso inacabable”, donde implicarse de forma activa y generar estrategias, asume el rol predominante. El diálogo reflexivo y fluido será el instrumento esencial, más allá de las dificultades que estos pacientes adultos tengan para expresarse oralmente. Un diálogo rico, concreto, breve y conciso, que incentive el desarrollo del pensamiento y la comprensión cada vez más profunda de sí mismo y su entorno, que impulse la curiosidad por comprender, el continuo interrogarse a sí mismo e interrogar a los demás, desde el deseo de saber. Es allí donde se inscribe el motor del aprender, del ser y crecer. Esto es una de las más importantes aportes, una especie de conversación liberadora que busca extraer o externalizar esos problemas cotidianos. En otras palabras, la externalización de un problema consiste en la separación del problema mediante la resolución a partir de diversos materiales, que hacen a la identidad personal del paciente. Una persona puede presentarse en la sesión de una manera que parezca decir "Hola, todo bien”, hasta soltarnos a contar lo que entre líneas aparece. Su desarrollo en otros aspectos está ligado a su edad cronológica (curiosidades, inte-


Página 6 Dra Dides Iliana Hernández Silvera, Dra. en Psicopedagogía. Especialista en Psicogeriatría (Univ. Favaloro) - Logoterapia (UCA) mail de contacto: didesilianapsico@yahoo.com.ar

reses, necesidades...) por lo que no deben ser comparados con niños/as más jóvenes, aunque sus edades mentales, medidas a través de test estandarizados, sean equivalentes. Respecto a lo que conviene conocer, para intervenir con mayor eficacia y ofrecer desde el exterior las ayudas complementarias materiales y personales para compensar o suplir, en la mayor medida posible, una serie de necesidades estructurales: - dificultad para mantener la atención; se manifiesta como ausencia de interés suficiente para que se vea favorecido el aprendizaje, (no es una actitud consciente, es una repercusión derivada de su inmadurez cerebral). Problemas de dispersión y selección de estímulos, que pueden activarse para mejorar su relación con el entorno. - motivación intrínseca insuficiente para enfrentarse con deseo a los aprendizajes. Les cuesta entender los objetivos. - evitan situaciones de aprendizaje “complejo” para ellos. Les cuesta y tienen bajas expectativas, por experiencias de fracaso sistemático. - limitaciones importantes en la memoria a corto plazo, sobre todo cuando la información se presenta de forma auditivo-verbal; suele mejorar con refuerzos visuales complementarios. - dificultades en el tratamiento de la información recibida; suelen utilizar estrategias inadecuadas para analizar, asimilar e integrar la información. Mejoran con apoyos de interpretación visuales y ayudas individualizadas. - lentitud en los tiempos de reacción. Es preciso darles tiempo para que interpreten y respondan, no sustituirles. - suelen tener dificultades en la comprensión de conceptos como los números (pueden aprender a contar sin entenderlo). La comprensión mejora cuando los aprendizajes son funcionales y se apoyan en el contexto.

- capacidad limitada para formar conceptos, agrupar objetos en categorías superiores con significado, etc. - gran dificultad en todas las tareas que requieran nivel de abstracción. A través del uso de la logoterapia los terapeutas somos capaces de aceptar el poder de las etiquetas, al mismo tiempo que evitan la trampa de reforzar el apego a las mismas. Las estrategias ofrecen una manera de ver a los pacientes a desenvolverse en actitudes más plásticas, flexibles y dúctiles, en el ejercicio de materiales creativos, artísticos, hasta incluso el uso de la computadora. Esto automáticamente crea una visión de la persona como no determinada y capaz de realizar elecciones y decisiones en relación al problema. La idea de una terapéutica desde la búsqueda de sentido permanente y en cada accionar, permiten el surgimiento del respeto y autoestima no solamente para el paciente sino también para el entorno a veces poco comprensible. Es a través de los cuidados y el manejo de estrategias de tratamiento diversos, sin fórmulas; que el ejercicio de la logoterapia ocupa un rol fundamental. Una terapia, basada en lo que trae, lo que necesita, lo que lleva y vuelve a requerir, hasta que la curación de la persona, inicia y finalmente logra encontrar una respuesta a: Yo soy…no sé, yo tengo…mmm. En conclusión, se inicia un proceso reflexivo con la persona y la familia acerca del futuro, acerca de ir al encuentro de, de cómo enfrentar situaciones, en suma una persona fuerte que ha emergido del proceso. El fenómeno global de la existencia humana es, no obstante, irrefutable y sólo puede circunscribirse con una frase, el enunciado “yo soy” que tuvo que ser interpretado en un principio como un yo tengo, mientras en un periodo siguiente se entendió como un “yo puedo”.


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LOGOTERAPIA VINCULAR CRECER Y MADURAR CON LO VIVIDO

Las situaciones límites y la Familia: crecer y madurar con lo vivido”

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ace poco me enteré que en una familia conocida, que hace muchos meses está viviendo la difícil enfermedad de un hijo, los esposos están por separarse. Y, junto a la pena que me provocó, me conecté con una de mis afirmaciones favoritas a la hora de reflexionar sobre los impactos de grandes sufrimientos en el hogar: “la familia y la pareja conyugal, desde el amor, son el gran sostén existencial frente a las crisis”. También recordé un matrimonio que atendí hace años que llegaban a la primer consulta desolados, luego de la muerte de una hija pequeña y habiendo abandonado el último tratamiento psicológico de corte psicoanalítico por haber recibido del profesional la sentencia de que tenían que divorciarse y vivir cada uno su duelo. En aquel momento, nuestro trabajo terapéutico se basó en fortalecer a los padres para que pudiesen contener y cuidar de la otra hija viva, acompañar a los tres miembros de esa familia a que transitaran el dolor con aceptación y fortaleza, y a reforzar la alianza matrimonial como punto de encuentro de las promesas dadas y reelegidas libremente y como punto de anclaje de una realidad que debía seguir madurando pese al tsunami emocional y espiritual que había sumido a esa familia en la desesperación. Y, como suele sucedernos a los seres humanos, una fuerte amenaza sacudió a mi propia familia hace apenas un mes: graves problemas de salud generaron una larga internación de mi marido y, de buenas a primeras, el fantasma de la muerte se materializaba en las voces de

Analía BOYADJIÁN los médicos que me alertaban del posible riesgo en cualquier momento. Quería compartir humildemente algo de mi experiencia, porque en general los terapeutas contamos lo que les sucede a los otros y muchas veces los otros creen que a nosotros no nos ocurre nada. Y sufrimos y nos alegramos como todos, y temblamos y nos regocijamos como cualquier vecino… Frente a la posibilidad de mi viudez, lo primero que podía pensar racionalmente y sentir profundamente era en mis hijos: el más pequeño de 6 años, y las dos adolescentes de 13 y casi 15 años. ¿Podría contener el dolor de esas criaturas?, ¿cómo estar lo mejor posible para hablar con ellos y explicarles, y hasta dónde contarles? ¿Cómo vivir juntos esa situación con el vaso lleno: de amor, aceptación y esperanza? Sentía que, una vez más, la responsabilidad y el amor de madre estaban en primer lugar. El día a día lo pasábamos atendiendo lo “urgente” e intentando que no se escapara lo importante: con los chicos tuvimos como lema que la tristeza, que había que dejarla que se exprese, no nos borrara la sonrisa. Y esa lucha espiritual por la conquista de la esperanza, a pesar de los pronósticos pesimistas y realistas de la ciencia (a quien por supuesto también estoy muy agradecida) nos iba sosteniendo: creo que lo que Dios decide es lo perfecto, aunque uno no comprenda sus razones. Y, por supuesto, mi corazón se nutría de una fuerte vivencia que hace muchos años grabó mi abuela armenia en mi vida. Quienes me conocen comprenden por qué la nombro en tantas oportunidades: fue lo más parecido a la santidad que conocí, si no es la santidad en su más bella expresión. La abuela Josefa, que había sido madre de 10 hijos, y había sufrido la muerte de siete de ellos, me contaba que en cada oportunidad en que fallecía un hijo suyo (algunos en Armenia y otro en Argentina) ella decía: “Dios me los dio y Dios me los quita”. Y escuchaba su voz sin ningún dejo


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de resentimiento, solo con la serenidad de la confianza absoluta en Dios. Y, cuando yo tenía 16 años, y ella cien hermosos años, llegó el momento en el que me preparó para su partida y me pidió expresamente que aceptara que ella había vivido mucho y necesitaba descansar en paz en la gloria de Dios Padre. Y fue entonces cuando comprendí muy profundamente que mi amor tenía que dejarla ir, sino se iba a transformar en un amor egoísta. Y eso nos dio mucha paz. Y me sigo llenando de paz cuando pienso en ella y en el hermoso testimonio que fue toda su vida de entrega, plena de sentido…

aunque adecuada a su posibilidad de entendimiento y de metabolización. Hablar con la serenidad de quien cree en el “Hágase Tu Voluntad” y la esperanza de que la historia que estamos compartiendo en familia nos ayude a crecer en el buen amor que es comunión de valores, confianza en que estamos juntos pase lo que pase, comunicación franca y encuentro profundo.

Para madurar con lo vivido: Las situaciones límites se presentan a veces sin que uno las llame. Irrumpen y reclaman de una energía extra para enfrentarlas. En general no hay tiempo para pensar, requieren del acto y la destreza para responder y de los malabares para no desfallecer. Una vez más el amor a los otros es la fuerza que indica el camino, el amor de los otros es la mano que nos ofrece ayuda y nos recuerda que no estamos solos. Y en ese amor (el de la propia familia y el de los amigos) encuentro a Dios que nos sostiene y nos ofrece otra prueba para crecer. Y yo me pregunto: ¿de qué sirve oponerme? Sé que si lo hago, el camino será mucho más difícil. Entonces primero me digo: ¿por qué no a mí? y desde la aceptación, lo transito con una mejor actitud, le doy la cara a lo que tiene que ocurrir. Pienso que nos hace bien mirar con nuevos ojos nuestro camino y mirar con ojos claros la temible oscuridad del sufrimiento. Y encuentro que, una vez más, la buena comunicación es imprescindible porque promueve el “encuentro”. Hablar con la verdad, aún con los hijos pequeños,

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Este sitio, dedicado a la LOGOTERAPIA y el ANÁLISIS EXISTENCIAL, dirigido por Teresa Vanek, es recomendado por LOGORED.


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CARTAS DEL DESIERTO de Guillermo PAREJA HERRERA El Dr.Guillermo Pareja Herrera nos tiene acostumbrados a sus mensajes vivificantes, plenos de significado, volcados en publicaciones de obligada referencia para todo humanista interesado en madurar un pensamiento consistente y comprometido con la persona humana. Pero su obra no solo está restringida a libros académicos. Su sensibilidad se expresa creativamente a través de sus “Cartas desde el Desierto” con la misma calidez y profundidad que caracteriza su discurso científico. Mes a mes y con regularidad, vamos presentando algunas de sus “Cartas”, breves reflexiones sobre la vida misma, las cuales son comentadas cada vez por algún colaborador de LOGORED. En esta oportunidad, la encargada de hacerlo será Eleonora Naranjo (Salta, Argentina)

La carta… Correlaciones y Sincronías Una niña que si no sabe pregunta y no le importa si no sabe pero si le importa preguntar cuando no sabe me preguntó con unos ojos negros que querían beberse el planeta hasta la última gota de los mares con una curiosidad sin orillas, lo siguiente:¿Sabes dónde estamos? .En el desierto chihuahuense le respondí. Bien, me dijo, ahora imagina cuál es la parte del mundo que está justo en el otro lado de nuestro mundo redondo. Estuve a punto de abrir los labios y me interrumpió diciendo Ssshhh. No me digas sólo imagínalo. Después insistió: Ahora imagínate la parte del mundo opuesta a nosotros, exactamente en el hemisferio sur. Ante mi intento de respuesta llegó el segundo ssshhh. Para sellar me preguntó. ¿Puedes imaginar quienes estarán pensando en ti, recordándote a ti en este preciso instante? Ya no abrí los labios. Pero sé que ella vio que me fui como una barca a la deriva en un río calmo y tocándome las manos me dijo: Este juego es viajar, es soñar y recordar que tu quieres a otros seres y

otros seres te quieren a ti en este mismo momento. ¿No es bonito?.

Acá me encuentro leyendo a Luis Guillermo en su cuento Correlaciones y sincronías, y nuevamente “lo veo y lo escucho” cuando mezclando los sentidos mira con las manos, escucha con los ojos y habla con la mirada. Con esa particularidad de describir tan poéticamente a la protagonista de la historia, tanto que casi se la puede “ver” literalmente a la niña “de ojos negros que querían beberse el planeta…” Y desde allí, desde esta descripción de la niña, arrobada por la curiosidad, como todo niño que aun no fue contagiado de la racionalidad y la prudencia de los adultos, presenta el relato de su juego, el juego de viajar, soñar y recordar “que tu quieres a otros seres y otros seres te quieren a ti en este mismo momento…” Nos ofrece como un juego de niños la idea del amor que trasciende todo límite de tiempo y espacio, que no muere jamás. Deja ver la fuerza y el poder de la imaginación que abre todos los canales de la mente y de los sentidos, que se vuelca con sus magníficos caudales al interior de la persona recreando una realidad virtual… ¿o real?... que puede hacer abstracción del efecto del tiempo y que puede hacer coincidir los acontecimientos, sin importar el espacio geográfico que supuestamente los separa. Este es Luis Guillermo escribiendo, su pluma hace disparar ideas cual festival de fuegos artificiales, haciendo que nuestra percepción y nuestra conciencia transforme en partículas la potencia evocada del amor. Y así, un mundo que también tiene lugar para el desamor, puede instantáneamente llenarse de la luminosidad del amor evocado y convocado a hacerse real, palpable, contan-


Página 10 Fuente: www.entremujeres.com/familia/tercera-edad/ abuelos-tercera_edad-gerontologia_0_257374262.html

te y sonante. Y despierta nuestra posibilidad de ser magos capaces de transformar la existencia, la nuestra, la de otros, la de nuestro hogar mayúsculo que es el planeta. Y en este cuento aparentemente inofensivo, nos compromete, nos interpela, sobre qué sentimiento estamos evocando, que juego estamos jugando, ya que “nuestra barca a la deriva en un rio calmo”, o turbulento, solo depende de nosotros y del juego que elijamos jugar. De aquello que decidamos consolidar para construir nuestra realidad, la de mi hogar, de mi trabajo, de mi ciudad, de mi América Latina, de mi planeta… ¿Y si todos nos uniéramos para hacer realidad este juego “sin cronos” y en “correlación” de “querer y ser querido”?. Seguramente descubriríamos con el asombro de un niño el efecto casi mágico, casi milagroso de nuestra decisión, de nuestro pensar, de nuestro sentir, de nuestro obrar, el efecto de un mundo en correlación y sincronía de amor.

Lic. Eleonora M. Naranjo eleonaranjo@yahoo.com.ar Salta, Argentina, mayo de 2011

(07.05.2010) Vivimos una sociedad "verdaderamente gerofóbica", afirma el doctor en psicología Claudio García Pintos. El rechazo a la vejez hace que no veamos la realidad y el potencial de esa etapa de la vida. Algunos consejos para disfrutar cotidianeidad junto a nuestros queridos "viejos".

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unca es sencillo asomarse a temas que nos dan temor. Habitualmente optamos por mecanismos y medios más o menos conscientes o inconscientes, para evitarlos, negarlos, esconderlos, minimizarlos o aún ridiculizarlos. Para nuestra cultura, verdaderamente gerofóbica, la vejez y los viejos forman parte de ese conjunto de temidos que preferimos evitar. Para ello se aducen argumentos que casi nunca alcanzan como para justificar esa precavida distancia respecto de lo temido. Habría que revisar esa actitud... Los censos nos dan idea de la cantidad de ancianos que viven en nuestro medio. El mundo envejece. Según la última Encuesta Nacional de Hogares, en nuestra ciudad de Buenos Aires hay más mayores de 60 años (23%) que menores de 14 años (16%) Aquella "pirámide poblacional" que usaban los demógrafos para graficar una sociedad equilibrada se ha ido invirtiendo --silenciosa pero progresivamente-- y hoy nos encontramos que, sin alternativas, debemos convivir con "lo temido". En virtud de tomar conciencia de la magnitud de esta franja poblacional, últimamente se habla mucho de los viejos; pero, claro, lo único que se muestra de ellos son las caras desencajadas de los manifestantes solicitando un aumento de los haberes previsionales, la hostilidad que acompaña a veces algunos de esos reclamos, la circunstancia de ser víctimas indefensas de asaltos brutales, la vida de carencias a la que son obligados... Es decir, se habla mucho pero, ¿cómo se habla? Siempre de la misma manera, buscando movilizar la compasión, la piedad humillante. Mostrando la edad como la antesala del infierno o el infierno mismo. No nos damos cuenta de que cuando hablamos de ellos en realidad estamos hablando de nuestros viejos, de nosotros mismos, más cerca o más lejos de serlo pero, indefectiblemente, en tránsito. En una actitud rebelde, si se quiere transgresora, deberíamos trabajar para modificar los prejuicios sobre cómo se vive cuando uno supera la barrera de los 60 años. Deberíamos desmitificar la vejez, no sólo para hacer justicia con los viejos que ya lo


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Cómo convivir mejor con personas mayores Claudio García Pintos

son, sino para no asustar ni conflictuar a aquellos que se van acercando a esta edad. Porque solo hay dos caminos: morirse joven o llegar a viejo. Y es más lamentable morirse joven que llegar a la vejez. Alguien dijo alguna vez que quien no descubre el sentido de una edad (cualquiera de ellas) se ve condenado a vivir lo peor de esa edad, a sufrirla. Vale para todas las edades, no sólo la vejez. ¿Estamos dispuestos a descubrirlo? ¿Colaboramos con los viejos para que lo descubran? Esa es una responsabilidad de todos. Aquí, algunos consejos para tener en cuenta al momento de encarar la convivencia con personas mayores: 1- INTIMIDAD: las personas mayores tienen pudor. Como cualquiera de nosotros. Respetar su intimidad es respetarlos como personas. 2- CULTURA: las personas mayores tienen hábitos idiosincrásicos, culturales, que le significan identidad. Debemos respetarles sus costumbres como por ejemplo, ir a misa, escuchar tal tipo de música, gustar de su programa de televisión, tener estampitas en su mesa de luz, etc. No respetar su cultura personal es una forma de violencia y maltrato. 3- PERTENENCIA: todo ser humano necesita sentirse "siendo de alguien", necesita "pertenecer". El abandono no es "dónde vive el anciano" sino una actitud respecto de él. Cuando no lo hacemos partícipe de la vida familiar, cuando lo dejamos afuera de la vida familiar, lo estamos abandonando. Esta también es una forma de maltrato. 4- PARTICIPACION: la pertenencia debe ser participativa, es decir, activa. No es solamente un estar-con-los-otros sino un ser-con-losotros. Sentir que hay algo que aún puedo hacer, compartir, es de importancia fundamental para la persona mayor. Permitirle espacios para aprender algo nuevo, continuar desarrollando intereses o hobbies, asumir trabajos que pueda realizar, actividades domésticas, responsabilidades cotidianas, también promueve calidad de vida. 5- INTERGENERACIONALIDAD: las personas mayores necesitan el contacto intergeneracional. En realidad, todos lo necesitamos. La vida familiar es un ámbito de crecimiento, entre otras cosas, porque nos permite la riqueza de ese contacto. Es un beneficio para abuelos y nietos, jóvenes y mayores. Es un

factor dador de salud desde la familia. Debemos propiciar formas de intercambio intergeneracional. 6- ESCUCHA: las personas mayores tienen muchas cosas para dar. Experiencia acreditada en tantos años de vida. Historias que dan testimonio de la historia familiar, la tradición. Necesitan transmitirlo y la familia necesita recibirlo. 7- PROMOVERLOS, NO SOBREPROTEGERLOS: la familia debe tratar de evitar caer en sobreprotecciones que terminan siendo invalidantes. Asimismo evitar las actitudes autoinvalidantes que muchos mayores asumen, cuando no hay motivos para las mismas. 8- SER MAYOR SIGNIFICA SEGUIR SIENDO: por sumar años uno no deja de ser el que es. Es decir, si una señora ha sido muy coqueta toda su vida, por ser mayor, no deja de serlo. Aún cuando esté en cama, en un geriátrico o en silla de ruedas, sigamos permitiéndole maquillarse, arreglarse el cabello, regalémosle aros, etc. Siguen siendo las mismas mujeres y hombres que fueron siempre. Ni los años ni la enfermedad significa que "ya no son", y aún cuando ante nosotros haya cambiado su imagen, son los mismos. 9- COMPRENDER, NO ENTENDER: los vínculos se sostienen por la comprensión, no por el entendimiento. Es decir, no hace falta entenderlo al otro para comprenderlo. La lógica del mayor muchas veces no es entendida por la lógica del menor. Los hijos muchas veces no entienden las razones de sus padres mayores. Podemos no entenderlos, pero no podemos dejar de comprender sus emociones, sus sentimientos y sus necesidades. 10- COMPARTIRLO TODO: La situación de convivencia siempre es compleja. El mito es que lo difícil es convivir con ancianos cuando en realidad, toda convivencia es compleja. Una de las claves para lograrlo es compartirlo todo, es decir, lo que hay y lo que se carece. Cuando en un vínculo uno está muy bien a costa de que el otro esté muy mal, no sirve. Convivamos con los mayores, nunca desvivirse por ellos. Busquemos una situación que signifique para todos, la mejor situación posible. La mejor, no menos, posible, no más. Dejar de vivir mi vida para cuidarlo a papá o mamá, no sirve ni para uno ni para el otro. Desarrollemos creativamente formas de convivencia que comparta lo que hay y lo que no hay.#


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4° Congreso Latinoamericano de Logoterapia y Análisis Existencial EL SENTIDO COMO HERRAMIENTA

Este año se han organizado diferentes actividades precongreso. Se trata de cursos y talleres en los cuales pueden inscribirse tanto los asistentes al congreso como público en general. No tendrán lugar en el campus de la UCA, sino en auditorios de diferentes instituciones y organizaciones que adhieren al evento y se suman a los principios que promueve. Los interesados ya pueden ir inscribiéndose, y para ello, deben enviar un mail al CLAE (clae.uca@gmail.com), solicitando ser inscripto en la actividad o actividades que deseen. El menú de cursos es el siguiente: Martes 23 de agosto: Taller "Los DOTTY/DOTS o el rompecabezas punteado de la vida y la revelación del sentido", a cargo del Dr. Guillermo PAREJA HERRERA (México) De 09.00 horas a 14.00 horas Arancel: $120 (30 dólares) para quienes estén inscriptos al congreso; $140 (35 dólares) para público no asistente al congreso Lugar: Auditorio de la Editorial SAN PABLO, Riobamba 230, Buenos Aires Martes 23 de agosto: Curso "Palabras de vida: escritura autobiográfica en el trabajo clínico y educativo", a cargo del Dr. Daniele BRUZZONE (Italia) De 18.00 horas a 21.00 horas Arancel: $80 (20 dólares) para quienes estén inscriptos al congreso; $100 (25 dólares) para público no asistente al congreso Lugar: a designar Miércoles 24 de agosto: Curso "La Logoterapia en la promoción de salud en ancianos y adultos con déficit y/o deterioro cognitivo", a cargo de la Dra. Dides Iliana HERNÁNDEZ SILVERA (Argentina) De 09.00 horas a 12.00 horas

Arancel: $80 (20 dólares) para quienes estén inscriptos al congreso; $100 (25 dólares) para público no asistente al congreso Lugar: Auditorio de la Editorial SAN PABLO, Riobamba 230, Buenos Aires Miércoles 24 de agosto: Curso "Abordaje Logoterapéutico de los trastornos de personalidad", a cargo del Dr.Efrén MARTÍNEZ ORTIZ (Colombia) De 18.00 horas a 21.00 horas Arancel: $80 (20 dólares) para quienes estén inscriptos al congreso; $100 (25 dólares) para público no asistente al congreso Lugar: a designar Miércoles 24 de agosto: Curso "El amor conyugal: matriz de fortaleza del sistema familiar", a cargo del Dr. Claudio GARCÍA PINTOS. De 18.00 horas a 21.00 horas Arancel: $80 (20 dólares) para quienes estén inscriptos al congreso; $100 (25 dólares) para público no asistente al congreso Lugar: CRI- CENTRO DE RECUPERACION INTEGRADA (Norá Micó), Nuñez 4145, Buenos Aires JUEVES 11 de agosto: El jueves 11 de agosto se organiza otra actividad pre-congreso, que estará a cargo del Dr. Harald Mori (Viena) y la Lic. Victoria Capdevilla (Argentina) cuya temática será Logoterapia y Psicooncología. El programa de esta actividad como detalles de su organización, serán publicados a la brevedad. En la barra lateral del blog del congreso podrán encontrar el menú de las actividades y podrán ingresar a sus respectivos programas www.sentidocomoherramienta.blogspot.com


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REFLEXIONES EXISTENCIALES Es lo que hay

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esde hace ya mucho tiempo forma parte del lenguaje cotidiano y coloquial la expresión “es lo que hay…”, la cual puede ameritar alguna reflexión, no tanto por lo que dice sino más bien por cómo se la dice habitualmente. El texto en sí mismo es claro y rotundo, sea lo que sea a lo que se haga mención, fija y resalta con claridad meridiana los límites precisos de aquello a lo que se refiere. Por un lado remite a la cantidad: no hay más y no hay menos, por otro lado, remite también a la cualidad: es esto y no otra cosa…“es lo que hay…”. Sin embargo, generalmente, no se dice de un modo neutro, meramente descriptivo de una obviedad que salta a la vista, exento de valoración y resonancia emocional. Muy por el contrario, podrá advertirse fácilmente, cuando escuchamos este particular mensaje, que el subtexto, el tono, la nota afectiva que lo acompaña las más de las veces es de disgusto, desánimo, resignación, cuando no de una indisimulada impotencia. Bien podría rematarse la expresión de marras con el no menos elocuente: “jorobarse…”, es lo que hay y por ende hay que embromarse. Podemos inferir que ello se debe a la percepción que se tiene de esa realidad, pensada y sentida como algo cerrado, contundente en su carácter inmodificable o dicho en términos de la filosofía de Jean-Paul Sartre, como el “ser-en-sí”, la cosa que es lo que es, y que siempre es lo mismo. La obvia aspiración y pretensión de que eso sea diferente, que sea de otra manera en su cualidad, o que en su cantidad sea más o sea menos, genera la frustración que se expresa en el regusto amargo del dicho: “es lo que hay”.

Enrique ADÚRIZ Sin embargo, efectivamente “es lo que hay”, y bien puede ser algo absolutamente inmodificable y ajeno a las posibilidades personales de transformación, y ante ello: ¿qué nos pasa? Aquí está el punto y el corazón de la cuestión, nos pasará aquello que nos proponga nuestra concepción del hombre y de la vida, nuestra manera de entender e interpretar cómo deben ser las cosas, casi podríamos decir: nuestra “filosofía de vida”. En el núcleo de esta filosofía hay una cuestión central a dirimir en lo que respecta a la relación del hombre y la vida: ¿quién hace las preguntas y quién da las respuestas? Según sea el entendimiento de esta cuestión antropológica y existencial, así serán las maneras en que habrán de confrontarse las diversas situaciones que nos presente la vida, especialmente aquellas en que ese ser-así-y-no-de-otra-manera es (sólo)… lo que hay. Cuando la premisa supone que es el hombre quien pregunta y la vida la que debe responder (le), la consecuente posición existencial es de espera y expectativa, cuando no de exigencia, de ser proveído en lo que uno necesita, desea y pretende. Desde este atalaya, va de suyo que, cuando “lo que hay no es” lo que se quiere, esta experiencia deparará no sólo la inmediata frustración, sino también una íntima decepción y resentimiento con la vida, pues ella no responde como debiera y empieza el tango “la vida me engañó”. Su forma extrema la encontramos en la depresión reactiva, cuadro psicopatológico que encarna dramáticamente este posicionamiento. Ante la situación de pérdida (de cualquier naturaleza) que la vida le impuso y que suele ser el factor desencadenante por excelencia en estos cuadros, el depresivo no


Página 15 Lic. Enrique ADÚRIZ—Psicólogo Clínico, Análisis Existencial, Miembro titular del CLAE eeaduriz@fibertel.com.ar

la acepta, no concede en no ser él quien impone las condiciones en las que se ha de vivir, no tolera en absoluto este nuevo escenario vital, sin lo perdido, y se retira del juego de la vida a través de la clásica y dolorosa retracción y desvitalización depresiva. Es como si le dijera a la vida: “yo así no juego (no vivo), o es bajo mis términos y condiciones (sin esta dolorosa pérdida) o me retiro de la escena”. Lo que sigue es “crónica de una depresión anunciada…” Desde este extremo de rechazo terminante hasta toda la variopinta diversidad de rechazos más o menos larvados, encontramos aquella filosofía de vida que entiende que es el hombre quien requiere, y que es la vida quien complace y provee o por el contrario “engaña” y apenas ofrece esto que “es lo que hay” y ante lo que no hay más remedio que someterse y jorobarse. La antropología frankleana, que da soporte a la Logoterapia, propone la perspectiva opuesta y entiende las cosas exactamente al revés. Es la vida la que pregunta e interpela, a la vez que es el hombre quien debe responder (le) ante lo que se le presenta y le toca vivir. En esta filosofía es la vida la que le impone condiciones al ser humano y no éste a aquella; y si de condiciones se trata, cabe recordar el implacable condicionamiento biológico, psicológico y sociocultural al que el hombre está sujeto. Dicho de otro modo, para la Logoterapia tales condicionamientos conforman el destino, justamente aquello inexorable e inapelable, que vino así, es así, y “es lo que hay”, en su triple formato de disposición somática, características psicológicas y situación sociocultural. Sólo que este destino siempre es pensa-

do y concebido dentro de un par dialéctico: destino-libertad, y entonces si bien el hombre, por cierto, no es libre DE estos destinos específicos, definitivamente sí es libre PARA asumir una actitud ante ellos. Entonces, la clave ya no está en qué me responde la vida a mí, qué y cuánto me da a mis requerimientos, sino en todo lo contrario, lo decisivo será qué le respondo yo a la vida, qué respuesta habré de dar ante esto que “es lo que hay”. Representado como un juego de ajedrez, es la vida la que juega con blancas, siempre, la que hace la apertura e impone condiciones y propone un posible desarrollo de partida, sin embargo a esa apertura le sigue la respuesta de las negras, la libertad humana para decidir qué respuesta dar. Esta “habilidad para responder” (responsa -habilidad) nos sitúa en el universo plenamente humano de la libertad responsable, tan mentada y enfatizada por la Logoterapia. Desde este otro atalaya con más altura y con esta filosofía de vida como soporte, “lo que es y lo que hay”, lo que ocurre, lo que acontece y toca en suerte, lejos de ser pensado y sentido como un engaño de la vida, más bien puede ser concebido como una pregunta que nos hace la vida y como una ocasión para dar una respuesta plena de sentido.

Lic. Enrique Adúriz


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EL SENTIDO DEL TRABAJO. Apuntes para una nueva logosociología empresaria Claudio García Pintos

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na de las relaciones más difíciles de resolver para el hombre de hoy es la que mantiene con el trabajo. Un mundo con desproporcionados índices de desocupación y subocupación, marginación y pobreza, termina cuestionando el sentido del trabajo. ¿Para qué trabajamos? La relación laboral tradicionalmente se ha resuelto en base a un paradigma vertical. Este, abrió la puerta a excesos, abusos, conflictos y violencia. ¿No es hora de cambiar ese paradigma por otro, por uno horizontal? La horizontalidad nos permitiría diseñar una nueva, más equitativa, solidaria y –aún- más productiva sociología empresaria en la cual el rédito de la empresa y la satisfacción personal del trabajador alcancen niveles mayores de suficiencia. Una verdadera logosociología empresaria del encuentro. Siguiendo la tradición del pensamiento humanista-existencial, podemos partir de concebir al hombre como un ser-enel-mundo. Es decir, un ser que, arrojado a la existencia, debe resolver por sí mismo, su SER tanto como su ESTAR. En otras palabras, responder-se las siguientes dos preguntas: “¿quién?” y “¿cómo?” ser en el mundo. Estas dos simples preguntas, lo conectan inexorablemente con los llamados “supuestos básicos de la existencia” o preocupaciones esenciales del hombre, a saber, la soledad, la muerte, la libertad y el sentido de la vida. Todas sus cuestiones y todos los planteos que la vida le presente y ofrezca al hombre, pueden encuadrarse dentro de estas cuatro categorías esenciales de preocupaciones. Resolviéndolas –o sosteniendo la intención y el esfuerzo por hacerlo- se hace cargo de transformar su tránsito existencial en

una historia con sentido. Su realidad temporal pasa a ser una biografía significativa. Veamos lo siguiente: Resolver su existencia…Nos propone un hombre apelado a la acción, con capacidad de acción y resolución libre. Un hombre autónomo que decidirá la orientación y sentido de realización de su propia vida. Hacerse cargo… Nos propone un hombre responsable, cuestionado por la vida en espera de una “respuesta” personal, propia, singular. Transformar…Nos propone un hombre “hacedor”, capaz de crear alternativas. Nos habla de una “presencia poética” del hombre en el cosmos, capaz de redimir la naturaleza de las cosas por su propio estar y vivirlas. Ahora bien, este hombre, apelado por una poderosa y compleja tarea, cuenta con diversos instrumentos al servicio de su resolución. Entre ellos, vale mencionar especialmente aquellos que el Dr.Víktor Frankl ha definido como caminos o sendas particularmente confiables para un “buscador de sentido”. Me refiero a la tríada de valores de experiencia, de actitud y de creación. Respecto de los primeros, los valores de experiencia, serían aquellos que nos permiten realizarnos como personas, dejando huella afectiva en los otros, como por ejemplo el amor. Respecto de los segundos, los valores de actitud, serían aquellos que nos permiten realizarnos como personas, dejando huella o testimonio de cómo enfrentar las diferentes circunstancias de la vida, como por ejemplo el sufrimiento.


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Claudio García Pintos cavef@yahoo.com Respecto de los últimos, los valores de creación, serían aquellos que nos permiten realizarnos como personas, dejando huella o testimonio de nuestra humanidad, a través del crear y/o construír, como por ejemplo el arte (la poiesis) y el trabajo. De modo tal que el trabajo, entonces, adquiere desde este nuevo punto de vista, una nueva y diferente dimensión respecto de la que habitualmente le otorgamos en el mundo de producción. Podemos decir, ahora, que el trabajo está al servicio del hombre y no el hombre al servicio del trabajo. Veamos: 1) TRABAJO: etimológicamente la palabra “trabajo” se deriva del verbo latino “tripaliare”, que a su vez es una derivación del sustantivo “tripalium” (tres palos), que define un instrumento de tres maderos – especie de cepo- usado para tortura. Es decir que tripaliare -como verbo- debe ser entendido como “torturar”, sufrimiento, dolor. Posteriormente, tripaliare se transformó en “trebajar” y llega a nosotros como “trabajar”. Desde su propia raíz etimológica, entonces, trabajar está asociado íntimamente con esa idea de sufrimiento y tortura. Del mismo modo, vocablos asociados con el trabajo, tales como labor y tarea, también reconocen una etimología similar. Labor siginifica “fatiga” en tanto que “tarea”, se deriva de una raíz árabe –tariha o tarah- que dice referencia a la “imposición” de una carga. Las derivaciones propias del lenguaje la terminan definiendo como la cantidad de trabajo que se impone a uno o imponer la adquisición de una mercancía a un precio determinado. Como vemos, es difícil separar la noción del trabajo con la generalizada acepción de que el hombre está al servicio del mismo. La realidad laboral del mundo moderno parece confirmar, cada vez más, este status.

2) ¿PARA QUE trabajamos? Sin embargo, existe una “pregunta mágica”, tal como la supo denominar alguna vez Elisabeth Lukas, que puede permitirnos corrernos de esta concepción y descubrirle un significado más humano y humanizante, tal vez más genuino, al trabajo. Esa pregunta, obviamente, es “¿para qué trabajamos?”. La mayoría de nosotros responderíamos inicialmente esta pregunta con conceptos que en general rondarían en torno de la idea de que trabajamos para vivir, para mantenernos, como sustento natural en el contexto de una sociedad organizada. Sin embargo, existen, obviamente, otras motivaciones que nos llevan al trabajo. Por ejemplo, el caso de los voluntariados y el de las dedicaciones ad-honorem. Cierto es que para muchos sociólogos y filósofos del trabajo, la existencia de una remuneración define una relación laboral, de modo tal que los voluntariados y aquellas dedicaciones ad-honorem no deberían considerarse, en sentido estricto, trabajo. De todos modos, los cambios apabullantes del estilo de vida de la humanidad y las grandes crisis socio-económicas y políticas mundiales, deberían llevarnos a replantear este asunto. La existencia de un creciente número de desocupados y sub-

Claudio GARCIA PINTOS


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ocupados en el mundo, desempleados con pocas posibilidades inmediatas de reinserción en el mercado laboral remunerado, muchas veces reclaman –aún siendo beneficiados con seguros de desempleo o rentas graciables- la posibilidad de ejecutar trabajo alguno como forma de recuperar o mantener niveles de salud y dignidad personal. En 1978, Robert Strom presentó una interesante distinción entre los conceptos de trabajo y empleo, usualmente sinonimizados aún cuando refieren circunstancias que si bien son análogas no llegan a ser idénticas. Veamos: Trabajo: aquello por lo que estamos en la vida. Tiene más connotación de “tarea” o “misión”. Empleo: aquello que hago “para vivir”, para pagar facturas, ,para la provisión material, la adquisición de bienes de supervivencia, el sustento diario, “para ganarse la vida”. Notemos, a partir de ésto, la diferencia esencial entre ambos conceptos: (1)

(1)

TRABAJO

Ciertamente la distinción anterior nos permite reconocer un error muy frecuente en el hombre moderno: la carrera por ganarse la vida muchas veces lo lleva, sin percibirlo, a perderla. Pensemos, por ejemplo, en la adicción al trabajo, o en la utilización del trabajo como pretendida manera de realzar la propia dignidad o valor personal (“arreglito neurótico” movidos por la voluntad de poder adleriana), por señalar solo dos ejemplos. La resolución del “quehacer” es una necesaria vivencia, y la aspiración a la superación personal y económica a través del mismo, una natural y lógica intención y expectativa humana. El problema es cuando desnaturalizamos el sentido del trabajo haciéndole perder o despreciando su valor en orden a la realización de la propia existencia. Me parece oportuno ordenar o clasificar solo a los efectos didácticos expositivos- el beneficio del “trabajo” en orden a esa realización, en cuatro (4) categorías, a saber: 1º: DADOR DE IDENTIDAD Podemos aceptar que los roles son dadores de identidad, referentes de identidad. Por ejemplo, cuando alguien habla de “el muchacho de la esquina”, o de “el marido de

EMPLEO Asociado con la idea de

Asociado con la noción de “misión” o tarea.

“ganarse el sustento”,

Dice, entonces, referencia

Dice, entonces, referencia

al “ser”

al “quehacer”

la “provisión material”

Cuando vivimos el trabajo como medio para “ganarse la vida” y lo confundimos con el empleo, posiblemente estemos transitando el mejor camino para terminar perdiéndola.


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María” o de “el papá de Juan”, todos sabemos de quiénes estamos hablando sin siquiera conocer su propio nombre. Es que el rol acentuado, ya nos permite saber de quién estamos hablando. Del mismo modo, el “rol laboral” actúa en ese sentido. Cuando alguien se refiere a “el psicólogo del departamento vecino”, todos saben que está hablando de mí y no de otra persona. Es decir, todos saben que “yo soy el psicólogo de la puerta vecina”. Ahora bien, esta referencia de identidad, encierra un cierto riesgo que llamaría de la identificación masiva. Es decir, cada rol refiere a un aspecto de mi identidad y solo a uno de ellos. Si bien es cierto que soy el papá de Juan, el psicólogo vecino o el muchacho de la esquina, mi ser no puede definirse solo por uno de esas referencias, ni siquiera por la suma de todas ellas Esta indiferenciación entre el “ser” y el “quehacer” se manifiesta especialmente en la historia laboral cuando llega el momento de la jubilación. Muchas personas experimentan algo más que el retiro laboral que inicia una nueva etapa en sus vidas; experimentan una especie de “jubilación de la vida”, un “dejar de ser”. Será esto mismo lo que explica aquella expresión del reconocido Levi Strauss cuando definió al memorandum de jubilación como la “partida de defunción social”. Esto mismo que acontece con algunos individuos en tiempos de jubilarse, también puede reconocerse en las vivencias de muchos desempleados. Por otro lado, en aquellas personas en cuyas vidas el trabajo fue un “arreglito neurótico”, del tipo de los que definía Adler como compensación neurótica de un sentimiento o complejo de inferioridad, también reconocemos la consecuencia de esta identificación masiva. Particularmente aquellos que accedieron a espacios de poder (por fama, populari-

dad, trascendencia profesional, cargo jerárquico, etc.) pueden llegar a sentir este “dejar de ser” o pérdida de identidad cuando deben abandonar ese atributo o creen perderlo. En realidad, debería no perderse de vista que una cosa es el trabajar y otra, muy distinta, el ser. “Yo soy yo” y “trabajo de...” . 2º ORGANIZADOR EXTERNO El trabajo es, indudablemente, uno de los principales organizadores de la cotidianeidad para el hombre. Si bien existe una prejuiciosa aceptación del concepto “rutina”, entendido como uno de los principales males de la vida misma, creo importante rescatarlo en términos de organización necesaria del tiempo y su contenido. Los griegos cultivaban especialmente el OCIO, entendido como aquel tiempo en el cual el hombre podía realizar los aspectos más excelsos de la propia humanidad. Esa presencia redentora del hombre en el universo podía manifestarse plenamente a través del ocio creativo. El arte ha sido tomado como arquetipo del ocio, pero vale entenderlo no solo con las características modernas de lo que llamamos en la actualidad “arte”; más bien decía referencia a la disponibilidad de cada uno de manifestarse creativamente aún en la cotidianeidad. Pero, claro está, los griegos también tenían que dedicarse a aquellas tareas que les permitían el sustento diario. Ese tiempo que los distraía del ocio, fue denominado NEGOCIO, es decir, la negación del ocio (neg-ocio). A partir de esta distinción, la vida transcurría entre el ocio y el negocio. Y así llegó hasta nosotros, quienes los hemos definido como “tiempo de producción” y “tiempo libre”. Sin embargo, la vida moderna nos ha puesto en contacto con una tercera dimensión del tiempo, la que llamaría “tiempo vacío”. Se refiere a aquel tiempo que no está dedicado a producir ni es vivido como liberado para el desarrollo del ocio. Se comporta como un tiempo que


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agobia, que apremia. Es un tiempo “necio”, cargoso, generador de vivencias similares a las que muchas personas experimentan en el crepúsculo del día domingo y que se ha dado en llamar (Frankl), la “neurosis del domingo”. El trabajo permite regular, ordenar, organizar, esa relación del tiempo libre y de producción y nos da la posibilidad de evitar o minimizar la vivencia del tiempo vacío. Ver cuadro (2) 3º MODO DE ESTAR-EN-EL-MUNDO Evidentemente existen varios modos de “estar-en-el-mundo” para el hombre, pero el trabajo –en los tiempos modernoses uno de los más calificados socioculturalmente. Y esto lo notamos particularmente en el caso de aquellos que por diferentes razones quedan marginados o separados –temporal o definitivamentedel sistema (p.e. el caso de los ancianos jubilados, los discapacitados, los desocupados) Trabajar, en nuestra cultura, sigue siendo un modo particularmente calificado de participar y pertenecer a la comunidad. De hecho, en términos de trabajo, un individuo pudo tradicionalmente participar -pertenecer desde dos lugares: como productor o como consumidor. El equilibrio social permitía que unos se dedicaran al trabajo mientras que otros (los hijos y los ancianos) pudieran solo consumir siendo sostenidos por los primeros. Sin embargo, la realidad de la última mitad del siglo XX consolidó la aparición de un tercer modo que Toffler llamaría el de “prosumidor”, es decir, la mayoría debe ser productor y consumidor, la mayoría debe procurarse su propio consumo. Esto mismo, a mi criterio, acentuó aún más el valor otorgado al trabajo dentro de la cosmovisión moderna occidental. El lugar del “consumidor” es un modo descalificado o considerado como carga, de modo tal

que los ancianos deben seguir trabajando y los niños deben incoporarse cuánto antes al mercado de trabajo, aún el informal. Más allá de todo, es cierto que el trabajo es uno de los modos a través de los cuales el hombre puede lograr el enlace de su singularidad con la nostridad. Podría decirse que el trabajo, entonces, cumple también una función pontífice (de puente) entre el YO y el NOSOTROS. 4º QUEHACER SIGNIFICATIVO Evidentemente, desde aquella connotación cercana a la noción de misión o tarea, el trabajo no puede quedar disociado con mi proyecto de vida. De alguna manera el logro de mi “deber ser”, es decir, el cumplimiento de lo que Coelho denominó en su obra “El Alquimista” la leyenda personal, transcurre también por el andarivel de mi trabajo, entendido como un quehacer – entonces- significativo para mí. Esto no quiere decir cometer el error de sobredimensionar el valor y peso de mi trabajo y transformarlo en el factor excluyente en mi vida. Muchas veces confundimos el valor de un quehacer significativo con actitudes adictivas al trabajo, afición que no se explica ni justifica por el valor de significado que ese quehacer tiene para mí sino más bien por conductas orales, neuróticas. Tomando en consideración los cuatro ítems señalados o categorías, podríamos decir que el valor significativo de mí trabajo resulta de una equilibrada conjunción de todos ellos. De modo tal que cada vez que un aspecto determinado o categoría se escapa del equilibrio, corro el riesgo de afectar el valor significativo de mí trabajo. Por ejemplo, si sobredimensiono su peso o lugar dentro de mi proyecto personal, puedo terminar ocultando o desatendiendo otros aspectos de peso y valor en mi vida; si manejo mal los tiempos libre y de producción, posiblemente afecte mi rutina y lo convierta en una


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RELACION DEL HOMBRE CON LA DIMENSION “TIEMPO”· TIEMPO DE PRODUCCION

TIEMPO LIBRE

TIEMPO VACIO

El “NEG-OCIO”

El “OCIO”

El “tiempo perdido”

El tiempo del “hacer” que se manifiesta bajo la óptica de producir. Se trata de un operar relacionado con una meta o propósito definido de validez y reconocimiento universal

El tiempo del “obrar” El tiempo que no ha sique se manifiesta bajo do invertido ni en el la fórmula del crear. hacer ni en el obrar. Se trata de una expresión relacionada con un El tiempo “necio” sentido peculiar, personal, singular.

El logro de esa meta o La experiencia del ocio La vivencia del tiempo propósito referido con se manifiesta en viven- necio o vacío se maniese hacer, se manifiesta cias de enriquecimien- fiesta en expresiones de en vivencias de éxito to personal a raíz del aburrimiento y distiy/o de satisfacción per- despliegue de disponibimias. sonal. lidades propias. EFECTO:

EFECTO:

EFECTO:

Desarrollo de los valores de creación. Productividad, éxito personal, superación personal, etc.

Desarrollo de los valores de experiencia.

Aburrimiento, sentimiento de inutilidad, desesperación, vacío, angustia, depresión ...

Actitudes consecuentes:

Actitudes consecuentes:

El sentido del obrar

Actitudes consecuentes:

Se procura descanso. Sentido del tiempo y la Escaparse, evitarlo, aisAceptación del retiro la- vida. Disfrute y aprovelarse, desbordarse, boral. Búsqueda de abandonarse, chamiento. sucumbir... nuevos quehaceres. La creatividad.


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carga pesada (“necesitaría días de 48 horas para poder hacer todo lo que tengo que hacer”), etc. Ahora bien, cuando hablamos de “mi trabajo”, estamos haciendo, desde ya, una diferencia respecto de “el trabajo”. Quiero decir, el trabajo manifiesta en sí un valor (bien-en-sí); lo que yo debo resolver es el sentido de trabajar para mí (bien-en-sí-para-mí) En tal caso, podríamos presentarlo de la siguiente manera: EL trabajo Sentido Objetivo: Medio para un fin (Empleo) OPORTUNIDAD ... para algo valioso

Relación de trabajo. La situación del individuo en la empresa Una de las principales cuestiones a resolver por parte de la cultura postmoderna es, precisamente, la relación del hombre con el trabajo y el nuevo diseño que debería asumir la situación laboral. Pasado más de un siglo de la revolución industrial, todavía la comunidad humana no ha podido resolver equilibradamente y con justicia la síntesis de los intereses y motivaciones, expectativas y rendimiento de la situación de trabajo. Cuando era niño, leía en las lecturas escolares la predicción de que el año 2000 nos encontraría viviendo una situación casi ideal: el hombre trabajaría menos y tendría más comfort y tiempo libre. Pasó el 2000 y esa predicción no se ha cumplido. O, posiblemente sí, pero de otra manera: hoy hay gente que tiene más y más gente que trabaja menos, casi nada. Lo que ocurre es

menos, casi nada. Lo que ocurre es que no era esa la idea. De todos modos, diferentes proyectos y teorías se han puesto en juego y se manipulan al momento de intentar rescatar del desequilibrio y la insatisfacción, del conflicto en definitiva, la situación laboral. Este no es un intento más sino una reflexión a partir de lo que llamaría una “logosociología empresaria”, un modo de ver las relaciones laborales desde la perspectiva de la Logoteoría.

MI trabajo Sentido subjetivo: Lo VALIOSO (a cuyo descubrimiento y realización, puede contribuír mi trabajo) Ya nos hemos acostumbrado a concebir al hombre como un individuo en situación. Su realidad autotrascendente lo pone en ineludible relación con su entorno y su contexto. Y el estar en situación nos permite, por otra parte, comprender que su vida se resuelve a través de las relaciones que establece con ese entorno. Es un ser dialógico que se explica y comprende a partir del maravilloso concepto buberiano del “encuentro”. Ahora, ¿hemos intentado, por ejemplo, entender la situación laboral como un “encuentro” entre empleado y empleador, entre individuo y empresa? Ciertamente no. ¿Cómo sería interpretarla desde este punto de vista? Veamos: 1º- Inicialmente toda situación vincular entendida bajo el concepto del “encuentro” se opone al concepto de verticalidad. Es decir, tanto el trabajador como el empleador (que llamaré “empresa”) están vinculados por una relación “horizontal” . Este nuevo paradigma de la horizontalidad se basa en los si-


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guientes principios: (A) comprender que ambos, trabajador y empresa, son “pares existenciales”, es decir, seres humanos con igualdad de derechos y dignidad. Nadie, bajo ningún concepto ni condición, “es más” o “vale más” que nadie. (B) esta “paridad”, bajo ningún concepto, no significa negar la diferencia funcional que constituye la relación. Es decir, los roles no son intercambiables (el jefe es jefe y el empleado es empleado) y cada uno debe asumir las responsabilidades que se siguen de su propio rol. (C) sin embargo, las expectativas de rol sí son mutualizables, es decir, uno y otro debe asumir recíprocamente actitudes de honestidad, lealtad, confianza, responsabilidad, respeto, etc.

2º- Según sea la naturaleza y dinámica de esa “relación de trabajo”, resultará aquello que denominamos la “moral de trabajo”, entendida por tal, el clima o ambiente, la atmósfera emocional y psicológica que rodea toda la situación. Obviamente, como acontece con cualquier situación vincular, ese clima o atmósfera va a teñir toda la relación y, por ende, redundará en el producto final de la misma. Por tanto, la “moral de trabajo” pasa a ser una condición fundamental en el despliegue y rendimiento de la situación laboral. 3º- Ambos miembros de la situación (trabajador y empresa), participan de la misma desde una “actitud” determinada y personal que termina confiriendo a la relación, un aporte fundamental a aquella moral a la que me referí anteriormente. Esa actitud , tanto en uno como en el

otro, depende fundamentalmente de tres (3) factores en cada caso, a saber: TRABAJADOR: La actitud con la cual el trabajador participa de la relación laboral, depende de la conjunción de tres percepciones o imágenes que él mismo tiene acerca de: 1-AUTOESTIMA o concepto de sí mismo. 2.- El concepto que tiene de la EMPRESA. 3.- El concepto que tiene del TRABAJO Evidentemente, cada uno de nosotros participamos de nuestras vínculos y relaciones, a partir de la imagen y concepto que tenemos de nosotros mismos. La llamada “autoestima”. La autoestima consta de dos aspectos: por un lado, el aspecto cognoscitivo, es decir, el conocimiento de sí y, por otro, el aspecto valorativo, es decir, la estimación o valoración que yo hago de aquello que conozco de mí. El resultado final de esa estimación, termina condicionando altamente mi grado de participación, tanto en lo social como en lo funcional, dentro de cualquier vínculo y/o situación. De modo tal que, la imagen y concepto que el trabajador tenga de sí mismo, cualquier conflicto que manifieste en este sentido, la incidencia de frustraciones o fracasos anteriores o actuales, etc., que afecten su estima personal, redundarán en gran medida en la definición de la actitud desde la cual actúa en lo laboral. Asimismo, se establecen como condicionantes de alto impacto e influencia, todo el conjunto de mitos o prejuicios que afecten sobre su misma imagen “desde afuera”, por llamarlo de alguna manera. Pensemos por ejemplo en la mitología popular y prejuicio que pesa sobre la imagen del “empleado público”. Ciertamente, más allá de que esa mitología responda o no en


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justicia a la realidad del empleado público en sí, es innegable que ese prejuicio afecta no solo la mirada con la cual el público en general lo observa, sino también en el modo en el cual ese mismo empleado se observa a sí mismo. Y tengamos en cuenta que la cultura ha diseñado, naturalmente, prejuicios sobre la mayoría de los oficios y profesiones, de modo tal que esta circunstancia pesa sobre todo trabajador. Por otro lado, la relación que el trabajador establece con la empresa, depende en mucho del concepto o imagen que tenga de ésta. Muchas veces oímos decir que la empresa es “como mi propia casa” o nos referimos a alguien como “con la camiseta de su empresa puesta”. Asimismo, en otros casos, encontramos trabajadores que se sienten perseguidos por la empresa a partir de controles abrumadores y, por cierto, persecutorios. En otros casos, el trabajador se considera o se sabe solo “en tránsito” por este ámbito de trabajo, de modo tal que su relación es indiferente respecto de éste. En todos los casos, obviamente, la disposición ante el trabajo y la empresa es distinta. Finalmente, un fuerte condicionante de la actitud del trabajador es la relación o significado que éste le otorga al trabajo en sí, a su tarea en concreto. Si ésta responde a sus intereses y motivaciones o no, si le resulta aburrida o promotora, si está de acuerdo a su formación y capacitación o no, etc, todo esto redundará en el modo con el cual se acerca y participa del trabajo. En la actualidad, por una altísima incidencia del desempleo y la subocupación, nos encontramos con arquitectos atendiendo un comercio o con ingenieros como empleados de planta en una fábrica, por plantear solo algún ejemplo, y eso, evidentemente puede afectar y condicionar la imagen y sentido que ese individuo le otorga a su

trabajo. Es decir que, del resultado de la ecuación que se constituye tomando como términos de la misma la autoimagen/autoestima, la imagen de la empresa que se posee y el sentido/significado de este trabajo para sí, se sigue una vivencia de satisfacción o de insatisfacción. El logro de esa “satisfacción” es aquello que suelo denominar la “propia empresa del trabajador dentro de la empresa”, honesta y lícita expectativa y búsqueda personal, de la cual es absolutamente responsable el propio trabajador. Independientemente de que la empresa debe comprometerse en ofrecer condiciones dignas y promotoras de trabajo, la vivencia de satisfacción es un logro personal que responde a una indeclinable responsabilidad personal. Nadie debe “darme satisfacción” ni “hacerme satisfecho”. Si logro vivenciar esa “satisfacción”, mi actitud laboral será activa, productiva, dispuesta, socialmente abierta, emocionalmente estable, participativa, etc. Si, por el contrario, mi vivencia es de insatisfacción, mi actitud laboral será apática, indiferente, conflictiva, agresiva, retraída, mermará mi capacidad productiva, etc.

EMPRESA: La actitud con la cual la empresa participa de la relación laboral, depende de la conjunción de tres percepciones o imágenes que ella misma tiene acerca de: 1.-AUTOESTIMA o concepto de sí misma. 2.-El concepto que tiene del TRABAJADOR. 3.-El concepto que tiene del TRABAJO En principio, cada empresa surge a partir de una propia expectativa o proyecto que implica a su vez una imagen de sí misma. Ese autoconcepto termina traduciéndose en la definición de objetivos, plazos, expec-


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tativas, necesidades, recursos, etc. En su conjunto, lo definiré como sociología empresaria. Esa propia definición incluye una especie de ideario –explícito o implícito- o conjunto de principios sociales y valores. Según sea esa definición, según sea esa sociología empresaria, será la actitud de la empresa en la relación laboral. Asimismo, la empresa tiene una imagen o concepto de sus agentes. No me refiero al concepto particular de cada uno de ellos sino más bien a la idea general que tiene de sus trabajadores. Por ejemplo si los considera como personas o como máquinas, si los considera como socios o como engranajes descartables, si realmente los considera como “uno de los nuestros, de nuestra gran familia” o como un enemigo agazapado detrás del mameluco o del escritorio. Ciertamente, el concepto que tenga redundará en el tipo de vínculo que establecerá con ellos. Finalmente, el concepto que tiene del trabajo que se realiza en su propio ámbito empresarial. Si lo considera como algo valioso o simplemente como el medio para un fin económico, como un servicio o como un mero instrumento redituable, como una manera de mejorar y promover la calidad de vidas de todos (empresa y trabajadores) o como un camino de enriquecimiento personal a costa del abuso de otros, etc. Es decir que, del resultado de la ecuación que se constituye tomando como términos de la misma el concepto que la empresa tiene de sí misma, la imagen del trabajador que posee y el sentido/significado de este trabajo para ella misma, se sigue una vivencia y logro del rédito o no. El logro del rédito es para la empresa el equivalente a esa vivencia de “satisfacción” que definíamos en el caso del trabajador. Obviamente es el objetivo propio y específico de la empresa. Honesta y lícita expectativa y búsqueda particular de la cual es abso-

lutamente responsable ella misma. Independientemente de que la empresa debe comprometerse en ofrecer condiciones dignas y promotoras de trabajo, la expectativa del rédito es lógica y le da sentido a la propia constitución de la empresa. El acceso al rédito consolida y fortalece la estructura y dinámica de la empresa, en tanto que el fracaso o frustración en esa expectativa, obviamente, ejerce el efecto contrario. Entonces, veamos:

ACTITUD LABORAL

La “MORAL” de trabajo Cabe recalcar que ésta es el resultado de la actitud laboral de quien trabaja, la actitud laboral de la empresa y de las características que, en consecuencia, asume el vínculo. Por ejemplo, un trabajador que se siente frustrado, percibe a la empresa como indiferente ante sus necesidades y a su trabajo como una carga pesada y castigo, vivenciará una profunda insatisfacción y desde allí sostendrá una actitud laboral determinada. Otro trabajador, que percibe a la empresa como “su” empresa, se siente parte de ella, está conforme con su trabajo y se siente satisfecho por sus logros, sostendrá otra actitud.


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Por su parte, una empresa que solo aspìra al mayor rédito económico posible, que concibe a los trabajadores como engranajes descartables al servicio de su exclusivo afán, sostendrá una actitud determinada. Otra empresa que tiene una intención más social, que concibe a los trabajadores como personas o socios necesarios, que comparte el ámbito de las expectativas procurando el logro común, sostendrá otra.

honesta y leal es clave para que esta relación interpersonal (laboral) pueda desplegarse efectiva y afectivamente. Finalmente, que el trabajador elabore el sentido/ significado de su trabajo y asuma que necesita de la empresa en orden al logro de sus propios y personales objetivos, más allá de la conclusión de los objetivos empresariales. Es decir, que se haga cargo de resolver “su propia empresa” asumiendo a la empresa como ámbito necesario para lograrlo.

De hecho, podríamos perfilar otros ejemplos y, obviamente, concluiríamos que las características vinculares en cada caso, entre tales trabajadores y tales empresas, redundarán específicamente en una “moral de trabajo” diferente en cada caso.

Desde la empresa, se espera y requiere que asuma la responsabilidad del cuerpo de trabajadores a su cargo, que demuestre el necesario reconocimiento por el desempeño que manifiestan (reconocimiento afectivo tanto como económico), que ofrezca espacios y oportunidades de crecimiento profesional (capacitación) y personal (por mejoras socio-económicas), que sea equilibrada la relación entre el grado de exigencia y de confianza que manifiesta por el desempeño personal, que acepte canales dinámicos de participación del individuo en el conjunto, etc. Fundamentalmente, que elabore el sentido/significado de su empresa y que reconozca y acepte que necesita del trabajador para el logro de su expectativa de rédito. La merma o ausencia de estas condiciones, afecta la moral y por ende dificulta la relación o vínculo laboral.

En función de lo anterior, podría decirse que la moral se encuentra, entonces, condicionada por aportes de uno y otro referente del vícnulo, tanto como de las características consecuentes que asuma el mismo. Veamos el siguiente cuadro:

La realidad socioeconómica y política de estos tiempos ha agregado dos indicadores de peso universal sobre esta temática, que, muchas veces, exceden incluso las honestas disposiciones personales de unos y otros para sostener una favorable moral. Me refiero particularmente a: Desde el trabajador se espera y requiere que asuma el compromiso de integrarse en una situación laboral manifestando una sostenida actitud de esfuerzo y responsabilidad al servicio del logro común de la empresa. Asimismo, se descarta una disposición profesional en procura de ir optimizando su rendimiento laboral/profesional específico. La actitud

1- la incertidumbre por la estabilidad laboral, factor de stress que incide en la condición de trabajo de la gran mayoría de los trabajadores. No solamente afecta a aquellos que se encuentran en riesgo manifiesto de perder su empleo, sino que acontece como factor estresante en todo individuo. La circunstancia no solo implica el temor por la eventual pérdida del empleo sino, además, la incertidumbre por el futuro te-


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niendo en cuenta la extrema dificultad que existe para lograr un posterior nuevo empleo. 2- la presión por rendimiento. Otro factor estresante es una especie de carrera o presión por el rendimiento en una sociedad exitista que no deja margen para el error o, siquiera, la postergación del éxito. Este factor se incorporó tanto en la cultura actual que se integra al conjunto de los llamados "valores entendidos", es decir, una serie de tácitos acuerdos que implícitamente constituyen un código de relación. Por ejemplo, todos sabemos que si un director técnico de un equipo de fútbol no realiza una buena campaña en los primeros cinco o seis fechas de un torneo, debe alejarse del cargo porque “no es exitoso” o porque “no podemos esperar que lo sea”. Lo propio ocurre con los empleados de mediana edad (40/50 años) que se sienten presionados por la capacitación y supuesta mayor eficiencia de los más jóvenes, etc. Reflexiones finales: Evidentemente, más allá de las condiciones sociales actuales que afectan sensiblemente la circunstancia del trabajo en varios sentidos, el hombre se ve comprendido por la necesidad natural de trabajar. Independientemente de su condición y status socioeconómico, el hombre está llamado a una participación activa en el cosmos con la posibilidad redentora del mismo. De modo tal que el trabajo se incorpora e incluye en su propio proyecto de vida de manera íntima y constitutiva. El problema es descubrir en cada caso cuál es el sentido o significado del trabajo para cada uno para que pueda éste aportar al propio proyecto personal, su cuota vivificante. Vivir el empleo bajo el sentido del trabajo, entendido como la oportunidad humanizante y dignificante al servicio de mi propio proyecto personal, es la mane-

ra humana de trabajar, es el modo humano de entender esta necesidad/aspiración/ vocación, como la oportunidad de acceder a la mayor satisfacción posible, integrando en mi respuesta laboral, mis condiciones personales, mis talentos, lo que conservo acumulado en mi experiencia, lo recibido por educación y lo logrado por condición (social, económica, familiar, productiva, etc.) La conciencia solidaria del trabajo permite modificar el viejo paradigma vertical –muchas veces autoritario, impositivo, abusador- reemplazándolo por uno nuevo, horizontal. Esta horizontalidad, que no niega el interjuego funcional y jerárquico, necesario e indiscutible, propone una sociología empresaria basada en la idea buberiana del encuentro. Una verdadera “logosociología laboral/empresarial del encuentro” que haga cierto el discurso, muy habitualmente vaciado de sentido, de trabajar en equipo, consolidar un gran grupo, conformar una familia, tener todos la misma camiseta y patear juntos para el mismo lado. Existen antecedentes concretos y prácticos de implementación de este esquema de la horizontalidad, que dan cuenta de los beneficios tanto en referencia al rédito de la empresa como de la satisfacción del trabajador, reconociendo que el mayor logro en un sentido requiere y reclama, necesariamente, el mayor logro en el otro. La mayor productividad se condice con el mayor grado de satisfacción del agente u operario y viceversa. Entender esto, creer en esto, significa aceptar que el sentido pleno de mi rédito solo puede ser cierto si coexiste, acompaña y es acompañado por el logro de la satisfacción del otro y viceversa. ¿Podrá plantearse en el futuro una comunidad de trabajo que responda a estos principios? Solo depende de nosotros, empresa y trabajadores, y que ajustemos nuestras exigencias y nuestros reclamos, entendiendo de una vez por todas que una cosa es el precio y otra, muy distinta, el valor de las cosas. -


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SIN RECETARIO

Olga Vanessa Lehmann Oliveros

Para la mamá de Sócrates.

E

Milán, mayo 7, 2011. Bogotá, Junio 15, 2011.

l diálogo socrático es un instrumento maravilloso que, retomado por Frankl de manera explícita dentro de la psicoterapia, ha sido ligado a la Logoterapia y el Análisis Existencial desde hace algún tiempo. A Sócrates, le agradezco con frecuencia, pero a decir verdad, pienso más en su madre. Quizás porque es mujer, o quizás porque no es sólo un dato histórico que se usa para referirse al origen de la metáfora de la mayéutica. La maternidad es un una imagen poética que nos recuerda que no es posible parir sin gestar: nos habla del valor de la espera. Esta imagen poética no la consolidé estudiando la relación con mi madre, o leyendo los libros de Frankl o sus discípulos. La consciencia del valor de la gestación se consolidó en los trenes de la Lombardía y los aeropuertos europeos: vivir, entre el mapa del misterio o el destino. Trenes ¿Equivocados? En Italia, cambié el Transmilenio y “las flotas”, por los trenes. Y en los trenes, más que el sentido del llegar, aprendí a disfrutar el sentido del viajar. Permanecí con la sensación de que no hay trenes equivocados. Una historia de huelgas, de taquillas, de binarios, de miradas y de ausencia: viajar, buscando una razón para quedarme en algún lugar. Los trenes gestan la paciencia de los transeúntes, y la paciencia, insisto, no es mi don particular. Me encuentro diariamente en la pregunta, y en las ventanillas leo el mundo, a mi manera. Mi tren salía en diez minutos, así que por supuesto, tomé otro. Este último tren lento y vacío, quizás se sentía como yo. Intentaba leer, pero casi nunca lo consigo; las ventanas de los trenes son páginas más entretenidas. Verde, hasta la carrilera del tren. Un río se delineaba entre las hojas de los árboles, y

una pequeña casa dentro de él; era una isla ¡Qué maravilloso paisaje me hubiese perdido de haber esperado el otro tren! En la vida siempre estás en el binario correcto; comprendí. La vida: un salón para esperar. Nevaba en Milán. En el aeropuerto de Lecce, una ciudad barroca al sur de Italia, anunciaron el retraso de mi vuelo por condiciones climáticas. Nevaba dentro de mí. ¿Hasta cuándo, huir? Me preguntaba, mientras vi venir una mujer muy joven con un niño en brazos y un par de maletas. Detrás, dos niños muy pequeños, que se sentaron a mi lado. Debe tener más o menos mi edad, pensé. Su hija menor abrió un libro para colorear, y mientras su hermano mayor jugaba con una moto de baterías, ella recitaba en voz alta las historias jamás escritas en sus hojas de papel. ¿Hasta cuándo, evadir? Y la pequeña pelirroja, de mejillas rojas y cara de porcelana, me dio su libro. Su madre, avergonzada, la llamó; pero yo insistí en leerle el cuento. El retraso del vuelo sería de cuatro horas, anunciaron. ¡Qué más da! si una hermosa princesa se ha sentado en mis piernas y me abraza. ¡Cuán infinita es la gracia de Dios! Y esta mujercita me acariciaba las orejas, -tiene sueño- dijo su madre. Al subir al avión, busqué a la mujer con sus tres hijos, para sentirme acompañaba. Así, del angelito, me separaba el pasillo. En cuanto el avión alcanzó velocidad de crucero, la niña me extendió sus brazos y de nuevo se recostó en mi lecho; tenía sueño. Sólo se separó de mí en el momento del aterrizaje, pues se puso muy nerviosa y gritó “mamma”. Pero aún de vuelta en su silla, me sonreía y estiraba sus brazos hacia mí ¿Hasta cuándo, sentirnos solos? Olga Vanessa Lehmann Oliveros. Universidad La Sabana – Colombia/ Università Cattolica del Sacro Cuore – Italia. E-mail: olehmanno@gmail.com


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LA REVOLUCION DE CADA UNO ¿Por qué luchamos hoy?

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in duda que cada mes que llega nos va alentando hacia los nuevos pasos que seguiremos dando. Y al detenerme a escribir sobre esta nueva columna para Logored, me siento a ver el calendario y veo que llegamos a Julio. Ya hemos pasado la mitad del año y seguimos. Claro que en este mes se conmemoran algunos aspectos que quiero resaltar y que nos llaman a tener en cuenta para este mes. En primer lugar, nuestro 9 de julio que conmemora nuestra independencia como comunidad. ¿Qué implica la independencia? En primer lugar, parecería significar la propia autonomía, la propia autoridad, la propia dirección, alejándose de la dependencia de otros. Claro que la independencia además implica la libertad y la libertad implica responsabilidad. Es decir que en nuestro camino de independencia y de autonomía, solo a través de la conciencia de la libertad que nos pertenece y de la responsabilidad que nos apela podemos encontrar respuestas para darle a la vida. En cierta forma, todos necesitamos compartir con los demás y que los demás compartan con nosotros. Pero la esencia de ese compartir tiene que ser desde la conciencia de que cada uno es libre, independiente y responsable. Siempre en esta época, mas en los padres que acompañan a sus hijos, reaparece la historia escrita sobre estos sucesos. ¿Y que aparece en esas historias? Personas que persiguieron sus objetivos hasta el final. No quisiera entrar en política sino en poder observar que estos momentos revolucionarios son similares a los momentos revolucionarios que cada uno tiene en su interior. Este pasaje de ser “colonizado”, “victima” y “dependiente” a luchar por conseguir la independencia, la autonomía y la responsabilidad en el propio camino.

Chacho Garabal Además, un 14 de Julio de 1789 se produjo la famosa Toma de la Bastilla, que inicio la revolución francesa. A lo mejor, quisiera resaltar en que cada uno de nosotros puede encontrar la forma de correrse de ese lugar que nos ubica como victimas para ubicarnos en autónomos luchadores de nuestros sueños. Las justificaciones serán muy variadas y hasta se negaran a ser justificaciones como tales. Porque no hay justificaciones cuando uno desea algo tan profundo como descubrir su libertad y ser responsable con ella. El camino es progresivo. Nadie ha alcanzado un sueño sin haberse esforzado. Ni siquiera alguien que gana en una lotería. Además, el camino siempre es mas emocionante que la llegada. ¿Qué sentido tiene llegar al final de un camino si no se disfruta y no se plenifica uno mismo en el camino de ida? Esa independencia surge de nosotros, despegándonos de lo que no queremos y aprendiendo a descubrir ese fuego revolucionario que todos tenemos para cambiar las cosas. En cierta forma podría haber dos formas de vernos como personas: como aquellos que quieren saber de que se trata o como aquellos que forman parte y se dedican a escribir su historia. Y por otro lado, no menos importante: el 29 de Julio. La Ley 25.787 instituyó en la República Argentina el 29 de Julio como el Día de los Valores Humanos. Una fecha mas que recordada ya que en este año se cumplirán 11 años del fallecido Dr. Rene Favaloro. Un hombre que no hace falta dar preámbulos o características. Un hombre que a lo largo de su vida dio fe de sus creencias y logro una revolución que hasta el día de hoy tiene adeptos. Desde una pequeña clínica rural, hasta una prestigiosa clínica en los Estados Unidos para volver a su tierra, a su país.


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Chacho Garabal E-mail de contacto: chachogarabal@gmail.com

Tan solo quisiera destacar su decálogo manifestado cuando inauguro su propia Fundación:

se asemeja a un Quijote que persigue hasta el final sus sueños, aun sintiéndose “un mendigo en su propio país”.

HONESTIDAD. No hay proyecto posible si dejamos de ser honrados.

Que importante seria descubrir que ese fuego lo llevamos todos adentro. Todos tenemos nuestra revolución por hacer. Y debemos aprender a ver la belleza “hasta en una pobre rama seca” y sabiendo que nada… nada… nada… se consigue sin esfuerzo… Hay que trabajar, con fe, con esperanza… cada día.

Defender la LIBERTAD como condición esencial para el desarrollo del hombre Luchar por la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA con una mayor equidad distributiva. La JUSTICIA SOCIAL es uno de los principios éticos capitales. Debemos ser SOLIDARIOS. Debemos ser RESPONSABLES. A la individual se agrega nuestra responsabilidad familiar y colectiva. Basta de escapismos. Todos necesitamos estar comprometidos. Nuestras vidas deben dedicarse principalmente a luchar por la DIGNIDAD del hombre. Pretendemos una VIDA MEJOR aquí en la Tierra. Debemos bregar por la UNIDAD LATINOAMERICANA Nada se consigue sin ESFUERZO. Hay que trabajar, con fe, con esperanza, todos los días. Entre sus escritos y sus dichos, algo que me llegó hasta el alma fue, cómo aprendió de su abuela, el “poder ver belleza hasta en una pobre rama seca”. Y considero que debemos aprehender y hacer propias esos pequeños y grandes aprendizajes que grandes hombres han hecho. El Dr. Favaloro en sus ultimas palabras,

Chacho Garabal Carlos “Chacho” Garabal es Licenciado en Psicología (UCA), actor y autor de teatro.


Página 31 PEDAGOGÍA FAMILIAR

MIS HIJOS NUNCA ME OBEDECEN, NO TENGO AUTORIDAD RELATO: “Cuando yo era un niño, no podía mirar a los ojos de mis padres, ellos con su mirada me ordenaban callar y eso era ley en la casa. No me podía meter en conversaciones de adultos y las tareas de limpieza no eran una pregunta sino una orden. Cada quien tenía su papel en el hogar y todos ayudábamos. Nunca entendí porqué había que obedecer, pero si no lo hacía sabía que el castigo era fuerte, y nunca se me ocurrió decir que era injusto porque la paliza era segura y había más castigos. No crecí traumado ni mis hermanos tampoco. Sin embargo hoy, todo ha cambiado, cuando algo pasa en casa los chicos no aceptan la responsabilidad y además se enojan si alguien los reta, desde pequeños se acostumbran a dar portazos y a decir que todo es injusto, que nuestra familia es aburrida y que somos los únicos que no damos permisos hasta tarde. ¿Será verdad esto?” ¿Cómo enfrentar y educar a los hijos con firmeza y amor?

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stimados amigos, vivimos en medio de una sociedad que es absolutamente violenta y cambiante, en este mismo momento debe haber decenas de crímenes y abusos cometiéndose en todas partes del país. Partimos de un modelo social que impone ciertas tendencias de masculinidad o feminidad que al momento no son claras y en ese vacío de identidad surge la violencia como una forma de afirmación frente a la falta de identidad. Hace algunas décadas el papel tanto del hombre como de la mujer eran muy claros, esto generaba un clima de confianza en los

Víctor Cárdenas Negrete

hogares y cada quien sabía cuál era su rol en la casa. Para los hijos esto era igual, había que obedecer y ayudar en casa, no había otra opción. Hoy convivimos con una fuerte tendencia a los cambios de todo tipo; tenemos trabajo hoy, mañana quien sabe, la comida es servida en platos desechables y después de usarlos se botan. Las personas viajan y de repente ya no están, la familia se va desarmando, perdiendo y también el papel de autoridad de los padres. Todo cambia alrededor de nuestros hijos, hasta tal punto que sufren en su autoestima por pertenecer a tal o cual grupo familiar; bajo la frase “nadie me quiere” debemos entender además, nadie de mi familia me quiere, es decir no tengo familia que me ame. La autoridad es una característica de todo grupo humano, las sociedades que no poseen autoridades caen en el caos y el desorden. Lo mismo pasa en nuestras familias. Por tanto nos debemos preguntar cuándo empezamos a perder la autoridad y qué puedo hacer para recuperarla. Cinco puntos para recuperar la Autoridad en la Casa. Ante todo, sea ejemplo para sus hijos, le gradecerán confiar en un padre o una madre que son responsables y honestos. Luego de tener confianza en sí mismo, actúe de manera lógica, no caiga en actos de violencia verbal ó física, recuerde que el descontrol no es bueno y afecta directamente a su imagen de autoridad, luego de la violencia, sus hijos lo respetarán menos. Proponga en casa un plan de mejoras para que “todos se entiendan me-


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E-mail e contacto: vcardenas@centropedagogico.org jor”, esto es muy importante, especialmente si sus hijos entran en la cialmente si sus hijos entran en la adolescencia, sea paciente y permita que tomen iniciativas. Que sea su propósito como padre ó madre, no gastar el tiempo en discusiones sin sentido con sus hijos, usted tiene la última palabra, por supuesto de manera razonable, luego de entregada una orden ésta debe obedecerse.

conyugue por algún desacuerdo en cuanto al castigo. A problemas pequeños, castigos pequeños, los problemas que producen daño a otros, son problemas grandes y graves y deben ser tratados como tal. Sea firme, pero no pierda su postura de padre, también ejerza el perdón. Si su hijo ha golpeado a algún compañero sin justificación, debe acompañarlo y ordenarle que pida disculpas, es un ejemplo de hombría.

Hay que conocer a cada hijo, su forma de reaccionar y el mundo que existe en su cabeza. Cada uno se gana nuestro corazón de una manera diferente, pero eso no significa que seamos blandos en el momento de ejercer un castigo que debe arreglar además el daño ocasionado. Cuando se cometió una travesura debe señalarse cuál fue el daño producido. El padre responsable no grita para señalar una falta y con mucha firmeza indica la forma en que se va a reparar lo dañado y castigar. Ejemplo: Si por patear el balón dentro de la casa se rompe un vidrio, hay que hacer notar que no es el sitio para jugar, ordenar que se limpien los vidrios y de ser posible que el niño pague con sus ahorros el daño. Así crecemos en la responsabilidad sin entrar en el exceso del grito y el castigo físico, lo importante es la lección aprendida.

Demos oportunidades, escuchemos lo que cada uno desea decir, no entreguemos el sermón frente a cada problema. Todos tenemos derecho a ser escuchados, más ellos si dependen de nuestra autoridad. Desean nuestra aprobación, o simplemente ser escuchados. No siempre lo van a hacer del mejor modo, habrá caras feas y expresiones corporales de impotencia y rebeldía, pero es solo una manera de expresar inconformismo, inestabilidad propia de la pubertad y la adolescencia.

Ser firme no significa golpear y gruñir, significa hacer uso de nuestra autoridad y mantener la posición de padres hasta el final, sin caer en la tentación de contradecir al

Permita que sus hijos crezcan en un ambiente de paz, ellos serán razonables si usted es razonable y no estallarán en violencia si usted mantiene la calma frente a sus travesuras ó dificultades con compañeros, hermanos y amigos.

Víctor Cárdenas, Guayaquil, Ecuador


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El Rol del Logoterapeuta y el Proceso Logoterapéutico Lic. Lucía Copello

El Proceso Logoterapeútico: “Con todo esto nos situamos ya frente a las posibilidades de una intervención logoterapéutica que, en tanto que tal, aspira a la superación del sentimiento de falta de sentido mediante la puesta en marcha de procesos de descubrimiento de sentido” Víktor Frankl, En el Principio era el Sentido, pág. 109

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rankl entendió el proceso terapéutico como un hecho único y singular, en dónde el resultado del mismo estará dado por la combinación que resulte de la persona de paciente, la persona del terapeuta y el vínculo singular que se establece entre ambos. La clave terapéutica es el encuentro, la colaboración entre terapeuta y paciente en la búsqueda de la plenitud del ser. Es un proceso centrado en la persona del paciente, en dónde como terapeutas facilitamos, ofrecemos y proponemos instrumentos para disparar los propios recursos genuinos del paciente con la intención de recuperar equilibrio, libertad y responsabilidad. Proponemos un vínculo en dónde estimulamos la actualización personal del paciente, confiando en sus propios recursos personales y dándole a él la capacidad de sanarse (desde sus propios recursos sanadores). Claudio García Pintos propone cinco pasos dentro del proceso psicoterapéutico: Posicionarse, Prepararse para ser: el primer paso es ayudar a reconocer cuál es el problema. Ayudándolo a situarse en su aquí y ahora, ubicándose y tomando consciencia de su momento actual y la cuestión a resolver. Este paso es central ya que marcará el rumbo del proceso terapéutico.

Encontrarse, Prepararse para el encuentro: el segundo paso será trabajar en ayudar al paciente a volver sobre sí, a encontrarse y hasta incluso reconciliarse consigo mismo, con su pasado. Actuar Proactivo, Prepararse para el proyecto: Debemos trabajar en ayudarlo a reconocer y descubrir todas las oportunidades que tiene delante suyo, las posibilidades de realización a descubrir en este momento y la responsabilidad de elegir cuál quiere/ puede realizar. Creer-Confiar, Prepararse para el deber ser: ayudarlo a verse, anticiparse siendo el que será realizando la opción que ha elegido, teniendo presente que aquello que hacemos habla de cómo nosotros somos y quienes somos. Decidir-se, Prepararse para vivir: Alentar al paciente para que puede cumplir con su propósito una vez que decidió qué debe/quiere hacer. Ayudar al paciente a que puede reconocer coherencia en su actuar, en la respuesta que de, consciente del sentido de vivir ese momento y los valores que le permiten seguir adelante con su propia existencia. Guillermo Pareja Herrera, menciona metas principales a alcanzar en el proceso logoterapéutico: Busca hacer consciente lo existencialespiritual y específicamente el inconsciente espiritual del ser humano. Procura descubrir en los padecimientos humanos somáticos y psicológicos, la dimensión existencial-espiritual por la que la persona toma actitud ante su situación personal.


Página 34 -Esta columna está dedicada a presentar propuestas y a reflexionar sobre conceptos desarrollados por diferentes profesionales, que, tomando las bases de la teoría frankleana, se animan a proponer sus propias ideas y así hacen crecer y madurar a la Logoterapia y el Análisis Existencial.-

Ha de buscar el descubrir no sólo lo enfermo en el paciente sino lo humano en la enfermedad. Procura facilitar al paciente la autoexploración, el descubrimiento de sus capacidades latentes y las posibilidades de opción. Buscar ubicarse, como marco de referencia, para la libertad y responsabilidad de la persona ante su padecimiento y ante el contexto histórico-social que le rodea. Que la persona haga consciente que el fundamento esencial de su vida es el asumir la responsabilidad de hacerse cargo de su propia existencia. Que la persona descubra que su responsabilidad conlleva una urgencia u obligación, en términos de buscar y descubrir el sentido de su vida, en los concretos existenciales del trabajo, la comunidad, el amor, el sufrimiento, la culpa, la muerte y la trascendencia. Que la persona descubra un horizonte amplio (por qué vivir, para qué p para quién vivir: el ser y el quehacer en la vida como elementos básicos) en el que puede real-izar valores de creación, de experiencia o de actitud, como respuesta a las preguntas concretas de la vida. Que la persona descubra que su ubicación en el tiempo le ofrece la posibilidad de una integración, en el presente, del valor del pasado y del valor potencial del futuro como generadores de acciones llenas de sentido y valor. El Rol del Logoterapeuta: “La logoterapia no es ni labor docente ni predicación. Está tan lejos del razonamiento lógico como de la exhortación moral. Dicho figurativamente, el papel que el

logoterapeuta representa es más el de un especialista en oftalmología que el de un pintor. Este intenta poner ante nosotros una representación del mundo tal como él lo ve; el oftalmólogo intenta conseguir que veamos el mundo como realmente es. La función del logoterapeuta consiste en ampliar y ensanchar el campo visual del paciente de forma que sea consciente y visible para él todo el espectro de las significaciones y los principios. La logoterapia no precisa imponer al paciente ningún juicio, pues en realidad la verdad se impone por sí misma sin intervención de ningún tipo.” Víktor Frankl, El Hombre en Busca de Sentido, pág. 154-155

Efrén Martínez considera que la personalidad del terapeuta casi podría mencionarse como la principal técnica en logoterapia. En su libro, Psicoterapia y Sentido de Vida destaca que la logoterapia reclama de cada logoterapeuta “humanismo, creatividad, sensibilidad, afán investigativo, formación profesional y humildad. Además de competencia técnica –formación académica, investigativa, de habilidades y destrezas frente a la terapéutica a realizar y competencia de experiencia –referentes a las vivencias del logoterapeuta-. En relación al rol del logoterapeuta “Lo ideal sería poder funcionar, en tal caso, como un haz de luz que lo ayude a ver los contornos de su deber- ser con buena fidelidad, estimulando el descubrimiento de su intencionalidad, promoviendo la “conciencia del deber” y no la conciencia de la obligación” (García Pintos). Debemos tratar de proveerle los medios para que pueda conectarse con su deber ser y desarrollar su conciencia del deber para garantizar su cumplimiento. Guillermo Pareja Herrera propone que la función fundamental del logoterapeuta es responder con toda su humanidad al encuentro con el paciente en vistas de acompañarlo en su proceso de búsqueda, des-


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cubrimiento y realización del sentido de su vida. Como funciones específicas, destaca: 1. Comprender a la persona que acude como un ser-en-el-mundo y por ello dar especial énfasis al encuentro humano que se facilita con el empleo de algunos recursos técnicos. 2. Favorecer la corresponsabilidad en la relación donde lo importante es la dimensión humana del encuentro (iluminación de la existencia). 3. Favorecer la creciente autonomía de la persona dado que el punto de partida es asumir que la persona ha de hacerse responsable de su existencia por medio de sus opciones libres. 4. Favorecer la libre y fluida expresión de los sentimientos, emociones, experiencias, conductas y conclusiones de la persona que acude (a través de su proceso de autoexploración y análisis) como un modo de responder a las exigencias externas y a las internas. Estas respuestas han de brotar desde el centro de la persona, donde se construye el propio proyecto existencial. 5. Cuando el logoterapeuta lo crea conveniente puede compartir el núcleo de sus propias experiencias personales. Lo que sí se espera del logoterapeuta es una actitud básica de apertura, cercanía, genuinidad y respeto. Efrén Martínez complementa este aporte y agrega algunos lineamientos respecto al proceder del logoterapeuta: Debe basarse en conceptualizaciones individuales evitando la generalización que pueden dar los diagnósticos. Debe trabajar conjuntamente los objetivos planteados en compañía del consultante, evitando la imposición de los mismos.

Es deber del logoterapeuta respetar la libertad-responsable del consultante, evitando movimientos que generen dependencia. Debe autorreferenciarse constantemente en pro de una sana relación terapéutica. Los movimientos terapéuticos del logoterapeuta deben ser prudentes, siendo estos acordes al momento en el que se encuentre el consultante. Debe tener introyectada su formación técnica sin olvidar su ser persona, para que pueda centrarse en el consultante, evitando perder de vista a la persona que tiene en frente por estar pensando en la pregunta o técnica adecuada. Debe reconocer sus propios límites intentando no asumir que puede saberlo todo o hacerlo todo. Debe cuidarse a sí mismo, evitando el burn out, la codependencia y la pedestalización propia. Debe trabajar sobre sí, pues es un ser inacabado, en continua construcción. Es ante todo un ser humano, no un héroe, ni un ser sobrenatural, con derecho a sentir y a experimentar la soledad del cognoscente frente a los límites impuestos por la vida. Por otra parte, la Dra. Elizabeth Lukas desarrolla una serie de enunciados contradictorios que sirven para definir el rol del logoterapeuta, estos son: El logoterapeuta tiene que ser pesimista y optimista: No negar la rea-


Página 36 Lic. Lucía COPELLO lucia_copello@yahoo.com.ar

lidad trágica del sufrimiento pero disponerse a abordarlo desde la confianza y los recursos personales del paciente. El logoterapeuta debe buscar las causas y debe saber ignorarlas, en pos de ayudar al paciente a que las descubra y descubra el sentido de lo qué le pasa. El logoterapeuta debe comprender a quien nunca ha tenido la oportunidad de una evolución sana, pero también a las personas que la han tenido, pero no la han aprovechado. Cualquier “tipo” de sufrimiento es digno de acompañamiento. El logoterapeuta debe tener un sistema de valores propio, pero debe respetar el de los demás. A Modo de Cierre: Me gusta entender el proceso psicoterapéutico como la metáfora de un “Viaje Compartido”. Un viaje compartido ya que el paciente propone el punto de partida (motivo de consulta) y el punto de llegada (si bien nosotros pautaremos y le propondremos objetivos terapéuticos es importante respetar la dirección del tratamiento que el paciente propone y plantea). Nosotros, a través de la técnica y el acompañamiento, brindamos herramientas para que él pueda determinar las escalas que este viaje tendrá (qué aspectos de su personalidad, historia de vida y de su existencia quiere trabajar).

También le damos a él la libertad de elegir las actividades que en este viaje realizará; si el destino elegido es un lugar con mar y playa suelo decirle a mis pacientes que ellos elegirán si con su sufrimiento y padecimiento elijen que “hagamos la plancha”, “surfeamos” o “Buceamos”; la actividad que ellos elijan determinará la profundidad de trabajo terapéutico que podremos realizar y el consecuente descubrimiento de sentido y posicionamiento libre y responsable frente al padecer. Un viaje compartido, el énfasis puesto en el encuentro y en el vínculo que podamos construir con el paciente. En todo viaje se nos presentan muchas situaciones que ponen en evidencia nuestro modo de ser, nuestros recursos, nuestras limitaciones, nuestros criterios, nuestros valores, nuestras prioridades; situaciones que nos dan la posibilidad de descubrirnos, aceptarnos, y que nos hacen conscientes de la siempre posible capacidad de elegir y decidir el modo de dar respuesta y la actitud personal frente a aquello que en el viaje se nos presenta. Esto mismo también acontece durante el transcurso del proceso terapéutico; como también acontecen en los viajes la posibilidad de maravillarnos y asombrarnos por descubrir cosas inesperadas; tal como pasa en el consultorio, en dónde somos testigos privilegiados del potencial sano espiritual de la persona con la cual estamos trabajando. Referencias bibliográficas:

Autores Varios; “Consultor Temático de Logoterapia y Análisis Existencial”, Editorial San Pablo, 2007. Autores Varios; “Logoterapia en Acción”, Editorial San Pablo, 2009. Pareja Herrera, Guillermo; “Comunicación y Resistencia”, Editorial San Pablo, 2007. Peter, Ricardo; “La Antropología como Terapia”, Editorial San Pablo, 1998. Martínez, Efrén; “Psicoterapia y Sentido de Vida”, Ediciones Colectivo Aquí y Ahora, 2005.


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Lengua para hoy, hambre para mañana

V

amos a hablar de hablar, suena raro no? Me refiero a cómo hablamos, cómo y para qué usamos el idioma. Afortunadamente muchos me precedieron en esta tarea, especialmente para recordarnos lo mal que usamos el idioma y la cantidad de causas que encuentran para que esto suceda. A qué se refieren cuando hablamos del mal uso de la lengua?, ejemplos tenemos a diario: la falta de un vocabulario suficiente, la mala o nula conjugación de verbos, el mal uso de los adverbios, la utilización de un adjetivo en lugar de otro y tantas barbaridades más. Seremos benévolos porque sólo nos referiremos al idioma hablado ya que para incluir aquí al lenguaje escrito y sus errores nos harían falta una cantidad de páginas que excedería el espacio en que nos hemos propuesto desarrollar el tema. “Se trata lisa y llanamente de hablar con propiedad. Porque hablar con propiedad significa pensar con propiedad.” Santiago Kovadloff Si quisiéramos enumerar causas nos pasaría algo parecido pero podemos resumir un poco más, comenzando por la falta de lectura desde tiempos de la infancia, la degradación de la enseñanza, el uso masivo de tecnologías que por distintas razones fomentan la amputación y deformación del idioma, la vulgarización de su uso en los medios masivos de comunicación y la falta de una decisión como país para revertirlo. Por supuesto que no es un problema privativo de aquellos que utilizamos el castellano para comunicarnos pero como dijo Le Clézio (Premio Nobel de Literatura) refiriéndose a su propio idioma: “la lengua francesa es mi único páis, el úni-

Por Marcelo Paz

co lugar donde vivo”, nos vamos a quedar en casa. Hace un tiempo hubo en la Argentina una iniciativa ejemplar del presidente de la Academia Argentina de Letras, el doctor Pedro Barcia para generar conciencia sobre el tema y encontrar medidas para intentar soluciones, se concentró en la parte más visible del problema que según su visión son los medios, y no podemos menos que compartir con él esta visión dado el tiempo que estamos expuestos a los mismos y la estadística de posesión de televisores en los hogares argentinos (98%). Logró respuestas del COMFER de ése momento, se generaron grupos de trabajo, pero paulatinamente hemos dejado de recibir noticias en ese sentido, salvo contados esfuerzos de intelectuales desesperados por lograr concientización sobre esta epidemia. “Las palabras, al verse abandonadas al maltrato, no se marchitan solas. Nosotros nos marchitamos con ellas. De igual modo, cuando ellas florecen, florecemos nosotros también. “ Santiago Kovadloff Ahondar en cada una de las causas también nos puede deparar sorpresas mayúsculas, como por ejemplo descubrir que la televisión y el teléfono celular no son malos en sí mismos, y mucho menos como herramientas de comunicación, sino que la falla está en quien los opera y cómo lo hace; también puede decirse que hay un factor económico en el uso del idioma en los mensajes de texto, pero éste es casi el único caso en que la extensión del mensaje guarda relación directa con su costo. No es así para el chat, el correo electrónico ni las pantallas televisivas y radios.


Página 38 El autor es Graduado en Ciencias Económicas (UBA) Incursionó en el periodismo televisivo y radial. Fundador y Presidente de Meeting Point SA, empresa dedicada a la comunicación, el marketing y la realización de eventos.

Pero acá también nos cabe una reflexión interesante: para qué lo usamos cuando lo usamos? Y desafío a los lectores y me desafío: el mayor porcentaje de nuestro tiempo dedicado a la comunicación lo destinamos a criticar, discutir, quejarnos y atacar todo aquello o aquellos con lo que no estemos de acuerdo, y es con estas actitudes donde más se verifica esa pobreza en el uso de nuestra lengua, porque llegamos a una triste comprobación: no sabemos discutir construyendo, argumentar sumando ni criticar aportando. Como muestra de lo que digo tomé un párrafo de una carta de lectores enviada hace poco a un diario líder, en ésta el lector se refería al extraño uso dado según él a los sinónimos y enumeraba no sin ironía: “derecho a la huelga”= “piquete”; “opositor político” = “enemigo”; “usurpar”=”acceso a una vivienda digna”; “privatización” =”delito”; “inflación”= “ficción”; “campo” = “rival”, entre otros que omito. Por supuesto que hay excepciones, pero es tal la distancia a la que están de los grandes mecanismos de comunicación que hoy pasan desapercibidas y en el caso de lograr salir a la superficie producto de vaya uno a saber que afortunado hecho, rápidamente la ola de la mediocridad prevaleciente las arrastra a orillas bien lejanas. Si tomamos estos ingredientes: el mal uso del idioma, la precarización del vocabulario y los objetivos poco elevados con que se lo utiliza en general concluiremos en que sin darnos cuenta estamos construyendo una Torre de Babel inversa, con un idioma único, pero tan pobre y ofensivo que tampoco cumpliría su función básica de comunicar y daría lugar a una involución en la que la imposición

de ideas por la fuerza estaría a la vuelta de la esquina. Produce vértigo comparar esta construcción imaginaria con la realidad argentina. “Cuando una sociedad muestra un deterioro en el lenguaje está claramente señalando que no le interesa el proyecto de vida de sus personas, ni el encuentro entre éstas”. Elena O. de Maschwitz Sin ser un estudioso de la lengua, pero sí preocupado por esta creciente y peligrosa incomunicación entre pares, empecé a pensar en cómo se podría resolver, aunque sea en parte. Rápidamente vinieron a mi cabeza soluciones magnánimas, utópicas, todas claramente irrealizables sin la poderosa voluntad de una sociedad esclarecida a tal fin. Con la misma velocidad volví a sentirme vencido por la impotencia y traté de buscar en mi memoria ejemplos, ideas o cualquier argumento que aliviara un poco esa sensación siniestra de vísperas que me agobiaba. Y lo que acudió en mi ayuda fue una simple frase: “menos es más”, que por esos raros mecanismos de la mente me hizo recordar aquellas dos palabras mágicas que nos enseñaban en casa apenas empezábamos a relacionarnos con el mundo, justamente a través del lenguaje, y ésas palabras eran: “POR FAVOR” y “GRACIAS”. Creo que esta conclusión me exime de mayores comentarios, es más, creo que todo lo escrito anteriormente está de más, pero es también cierto que si no hubiera pasado por toda esa jungla no hubiera podido acordarme de algo tan simple y efectivo. Por favor, intentémoslo. Gracias Marcelo Paz mp@meetingpoint-arg.com


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