Recuerda quién eres
EDITORIAL Recuerda quién eres Por Claudio García Pintos
Nuestra portada Bandera Nacional argentina (pág. 2-3) EL DESPERTAR
(pp.4-6)
LEYENDA DE LA LUNA Y SU MAR (pág. 7) REFLEXIONES EXISTENCIALES
LA LIBERTAD DE LA VOLUNTAD (pp.8-10) CREER O NO CREER, ESA ES LA CUESTIÓN (pp. 11-15) SIN RECETARIO
CO-RAZÓN PARA VIVIR (pp. 16-17) POST-FRANKL
DIMENSIÓN NOÉTICA (pp. 18-21) LOGOTERAPIA VINCULAR
TRANSFORMAR Y TRANSFORMARSE (pp.22– 25) CARTAS DEL DESIERTO
LO QUE PUEDO PERDER (Pág.26-27)
Una de las conquistas más importantes de la persona humana es la identidad. Es más, creo que más trascendente que “ser”, es “saber quién soy”. Porque en el ser hay cierta gratuidad; de hecho, cuántas veces, en ocasión de cuántos arrebatos adolescentes, le hemos dicho a nuestros padres “yo no pedí nacer”. Y es cierto, nacer es una circunstancia que, en parte, no nos hace responsables de haber sido arrojados en la existencia. Pero construir quién soy, me hace absolutamente responsable del resultado. Porque la identidad se construye. Ciertamente partimos de aspectos heredados (por ejemplo mi temperamento, inclinaciones naturales, etc), aspectos contextuales (por ejemplo mi identificación con figuras de referencia significativas), el rédito –a veces, “marca”- de mis propias experiencias de vida (mis primeras frustraciones, ilusiones/ decepciones, logros, etc), pero lo que termina de construir mi identidad, es el aspecto personal. Es decir, todo lo anterior son ingredientes que terminarán constituyendo mi identidad, según sea el modo en el cual yo mismo he podido mezclarlos, unirlos, combinarlos, sintetizarlos. Allí mi responsabilidad. Una vez lograda, diferentes aspectos dan cuenta de mi identidad. Son como reflejos, o manifestaciones contundentes que la hacen presente, evidente. Mis actitudes, por ejemplo, hablan de quién soy. Cuántas veces, ante un acto descomedido o desubicado de alguien, comentamos “quién se cree que es”, dando cuenta de una identidad que se nos ha revelado en ese acto. Esos estandartes de nuestra identidad, aquellas circunstancias que nos revelan en el “quién soy” son
EDITORIAL variadas, pero pocas tan contundentes como el propio nombre. Si bien el nombre es recibido, muchos lo cambian, optan por un apodo o se sienten más cómodos usando un segundo nombre en lugar del primero. Pero todos tenemos un nombre y nuestra identidad, en parte, se revela en cómo lo llevamos. En ciertas tribus africanas, cuando una mujer está embarazada, se retira a la selva con otras mujeres y meditan sobre el nombre del futuro hijo. Con ese nombre crean una canción, que será la canción de la criatura. Saben que cada alma tiene su propia vibración, que expresa su particularidad, unicidad y propósito. Al retornar, entonan esa canción a toda la tribu para que todos la sepan y cuando nace el bebé, la comunidad lo recibe cantándole su canción. A partir de ese momento, cuando el niño logra un éxito, cuando comete una travesura y hay que reprenderlo, cuando se casa, cuando se enferma y aún cuando se muera, la comunidad cantará su canción. Es un intento de recordarle quién es y conectarlo con la responsabilidad de lo que ha decidido y sigue decidiendo con cada acto, construyendo su propia existencia. Tolba Phanen, afirma que ellos lo hacen así porque “recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu integridad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito, cuando estás confuso” Las banderas, son como los nombres de cada pueblo. Estandartes que hablan de lo que han elegido, lo que han decidido y lo que se han propuesto. Ojalá sirvan para recordar su belleza, su integridad, su inocencia y su propósito, siempre y, en especial, en tiempos de confusión.
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L LOGORED© es una publicación digital mensual, de suscripción gratuita, dedicada a difundir novedades y reflexiones en torno a la Logoterapia y el Análisis Existencial. Director: Claudio García Pintos Secretario de Redacción: Federico García Presedo Colaboradores: (en este número) Enrique Adúriz (Argentina) Analía Boyadjián (Argentina) Carlos Garabal (Argentina) Lucía Copello (Argentina) Víctor Cárdenas (Ecuador) Olga Lehmann (Colombia) Iliana Hernández Silvera (Argentina) El contenido de los artículos y columnas es de entera responsabilidad de sus autores. El material contenido en esta publicación puede ser reproducido, previa autorización de su autor y citando la fuente. Por favor, contactarse con los autores al mail que figura en cada caso. Gracias.
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a actual bandera de la Argentina está basada en la bandera creada por el general Don Manuel Belgrano, quien la diseñó con los colores de la escarapela nacional, celeste y blanca, y que enarboló por primera vez en la ciudad de Rosario el 27 de febrero de 1812 para utilizarla en el ejército de su mando. “Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, mandela hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la Escarapela Nacional. Espero que sea de la aprobación de V.E.”, informó Belgrano a las autoridades, celebrándose este mes de junio (el día 20 se conmemora un aniversario más del fallecimiento de Belgrano) el bicentenario de su creación. En 1812, las tropas a las órdenes de Manuel Belgrano comenzaron a utilizar la escarapela bicolor azulceleste y blanco, que se había popularizado a partir de la gesta histórica del 25 de mayo de 1810, en la que se decide instituir el primer gobierno patrio. El mismo Belgrano expresó en un informe oficial que no usaba el rojo "para evitar confusiones", ya que los ejércitos "realistas" (es decir, los españoles y sus adeptos) usaban ese color. El 13 de febrero de 1812, propuso entonces al gobierno la adopción de la escarapela nacional como distintivo para los soldados y a instancias del pedido, la Junta de Gobierno declara abolida la escarapela roja , reconociendo definitivamente la blanca y celeste. “Este será el color de la nueva divisa con que marcharán al combate los defensores de la Patria”, afirma el prócer ante su tropa. Si bien la bandera de Belgrano fue inicialmente desautorizada por las autoridades, cuatro años más tarde, el 20 de julio de 1816, y en el contexto de las sesiones del Congreso de Tucumán que declararía la independencia nacional, fue consagrado definitivamente el pabellón celeste y blanco como “bandera nacional”. La bandera. El 27 de febrero de 1812, Belgrano estableció dos baterías de artillería en ambas orillas del río Paraná, próximas a la entonces pequeña población conocida como Villa del Rosario (la actual ciudad de Rosario). En esa misma fecha, hacia las 18:30 hs, y en solemne ceremonia, Belgrano dispuso que fuera por primera vez enarbolada una bandera de su creación “¡Soldados de la Patria! En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno: en aquel, la batería de la "Independencia", nuestras armas aumentaran las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo "¡Viva la Patria!" La prohibición para el uso de esa bandera por parte
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NUESTRA PORTADA
Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, mandela hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la Escarapela Nacional. Espero que sea de la aprobación de V.E., del General Manuel Belgrano a las autoridades. del Gobierno Nacional, respondió a razones de política internacional, por lo cual se le ordenó que la ocultara disimuladamente y que la reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires (la rojigualda). Como Belgrano partió hacia el norte para hacerse cargo del Ejército del Norte, no tomó conocimiento de la orden de desechar la bandera, y siguió usándola. Belgrano fue amonestado por ello, y respondió diciendo: “La guardaré silenciosamente para enarbolarla cuando se produzca un gran triunfo de nuestras armas”, entregándola en custodia al Cabildo de Jujuy. El triunfo lo obtuvo a los pocos días en la Batalla de Tucumán. De tal modo, volvió a confeccionar una nueva bandera, y después de algunas deliberaciones fue aceptada por la Asamblea del Año XIII, siempre y cuando fuera sólo usada como bandera del Ejército del Norte, y no del estado. El 20 de febrero de 1813 se libró la Batalla de Salta, en la cual Belgrano logró un triunfo completo. Esta es la primera batalla que fue presidida por la bandera celeste y blanca, ya jurada por la tropa como bandera del Ejército del Norte.
Algunos sostienen que Belgrano se inclinó por estos colores porque eran los colores de la Orden de Carlos III de la Casa de Borbón, la cual gobernaba España. Para otros, porque son los colores de la Virgen; de todos modos no son teorías que se contradicen porque la dinastía real eligió esos colores precisamente en función de los colores de la Inmaculada Concepción. Con motivo del fallecimiento de Manuel Belgrano el 20 de junio de 1820, se ha establecido dicha fecha como Día de la Bandera en conmemoración del prócer. Recordemos y honremos en ocasión de este bicentenario de la bandera nacional argentina, la vida y la obra de tantos hombres y mujeres que lucharon por el ideal de una Latinoamérica unida, “templo de la Independencia y la Libertad”, en la armonía de la justicia social, la comprensión mutua y solidaria de las problemas regionales, la pacífica y fructífera convivencia y el respeto por la dignidad humana.
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EL DESPERTAR Secuencias de re-aprendizaje en una paciente con afasia global, luego de un año de ACV.
Por Dra.Dides Iliana Hernández Silvera Mail de contacto: didesilianapsico@yahoo.com.ar
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ecordando algunas claves para nuestro trabajo y comprender las acciones y propuestas. A partir de estas líneas, comenzaré recordando…aquello que una vez escribí, en mi búsqueda desde la logoterapia. El hombre es capaz de actuar el autodistanciamiento y de vivir la autotranscendencia. Por el autodistanciamiento, podemos “tener una idea” y tomar conciencia de nuestros dificultades y preocupaciones y verlos con cierta imparcialidad. Así, la autotranscendencia, como la capacidad de superar los límites del espacio y del tiempo. Es como cuando despertamos, luego de un largo sueño, el hombre puede abrir sus ojos y ver más allá; lógicamente al despertar de este sueño cuando estamos muy cansados, hay un instante de pérdida de orientación, pero luego con esa posibilidad de “despertar”: «el hombre empieza a comportarse como hombre sólo si puede salir del plano de la facticidad psicofísico-organísmica y logra ir al encuentro de sí mismo, sin por ello tener que hacerse frente a sí mismo. Este poder es lo que quiere decir existir y existir significa: estar por encima de sí mismos siempre”. Frankl hablaba de su “credo psiquiátrico” al reconocer su fe «en la continuidad de la persona espiritual aun detrás de los síntomas de la enfermedad. Ahora bien, encuentro más fácil hablar de búsqueda de sentido, logros y proyectos en la mayoría de situaciones donde el accionar terapéu-
mayoría de situaciones donde el accionar terapéutico se viabiliza o posibilita desde el lenguaje. La propuesta de hoy, es reflexionar a partir de una situación diferente. Cómo orientar hacia el logro de sentido, cuando el paciente tiene fallas en comprensión, no puede expresarse oralmente, posee hemiparesia y depresión. Un conjunto de signos y síntomas que parecerían decir, no solamente: y ahora cómo intervengo?, sino desde dónde comienzo? Es un real despertar… El ejercicio de reflexión surge a partir de una paciente que sufre un ACV (accidente cerebro vascular) y a los 6 meses aproximadamente se le coloca una válvula para el drenaje hemorrágico. Sufre una involución de sus primeros logros y transcurrido el primer año, convocan a un diagnóstico de funciones cerebrales, a fin de analizar la posibilidad de recuperación y el tipo de afasia. Las funciones del hemisferio cerebral derecho, estaban afectadas por la isquemia. El hemisferio cerebral derecho controla los movimientos del lado izquierdo del cuerpo. La severidad de la embolia afecta el hemisferio cerebral derecho y produjo pérdida funcional, afectación de las destrezas motoras del lado izquierdo del cuerpo. Además, causa alteración de la atención normal a la parte izquierda del cuerpo. Pensando que la plasticidad del cerebro y la reconexión de las conexiones neurales permiten a una parte del cerebro cambiar funciones y asumir las funciones más importantes de una parte incapacitada, co-
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funciones y asumir las funciones más importantes de una parte incapacitada, comenzamos la rehabilitación. Esta reconexión del cerebro y restauración de la función, que el cerebro trata de hacer automáticamente, puede ayudarse con una terapia multidisciplinaria. Aunque el accidente cerebrovascular es una enfermedad del cerebro, puede afectar a todo el cuerpo. Algunas de las incapacidades que pueden resultar de un accidente cerebro vascular son la parálisis, déficits cognoscitivos, problemas del habla, dificultades emocionales, problemas de la vida diaria y dolor, encontrando: Déficits cognoscitivos: Un accidente cerebrovascular puede ocasionar problemas de raciocinio, conciencia, atención, aprendizaje, hacer juicio y memoria. Si los problemas cognoscitivos son severos, el paciente puede tener apraxia, agnosia o "descuido". En el contexto del accidente cerebrovascular, "descuido" de conciencia significa que un paciente no tiene conocimiento de un lado de su cuerpo o un lado del campo visual y no está consciente del déficit. Déficits de lenguaje: Las personas víctimas de un accidente cerebrovascular tienen a menudo problemas en comprender o formar frases. Un déficit de comprensión del lenguaje se llama afasia. El problema en hablar o formar palabras se llama disartria. Los problemas del lenguaje resultan generalmente de daño a los lóbulos temporales y parietales izquierdos del cerebro. Déficits emocionales: Un accidente cerebrovascular puede conducir a problemas emocionales. Los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular pueden tener dificultad en controlar sus emociones o pueden expresar emociones inapropiadas en ciertas situaciones. Una incapacidad común que ocurre en muchos pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular es la depresión. La depresión puede ser más que una tristeza general resultante del incidente de accidente cerebrovascular.
Dolor: Los pacientes pueden experimentar dolor, entumecimiento incómodo o sensaciones extrañas después de sufrir un accidente cerebrovascular. Esas sensaciones pueden deberse a muchos factores, entre ellos, daño de las regiones sensoriales del cerebro, articulaciones inflexibles o una extremidad incapacitada Convocada a coordinar un grupo terapéutico, luego de efectuar un neuropsicodiagnóstico, con resultados adversos en sus respuestas cognitivas y con apariencia de muy poco para trabajar, sugiero la acción de un terapista ocupacional (TO) para activar las AVD (habilidades y/o actividades de la vida diaria); una fonoaudióloga en la estimulación del lenguaje tanto lingüístico como pragmático; la continuidad del profesional kinesiólogo y la participación en rehabilitación cognitiva de un profesional, para posibilitar el re aprendizaje estimulando las funciones necesarias para ello, de esta forma soy convocada a coordinar. Comencé la rehabilitación, estimulando atención- concentración, memoria inmediata y praxias óculo manuales con el uso de una PC - mouse y programas. Durante el primer mes, trabajamos memoria inmediata (importantísimo para poder recordar la AVD y el lenguaje), reconocimientos, fluencia verbal con refuerzo pragmático, percepción auditiva y visual. Logra establecer una serie de 40 secuencias, de reconocimiento de palabra, 30 por significado semántico, relaciona dibujo palabra en menor grado; así como acciones e imagen presenta mayor dificultad. Siempre trabajando con temáticas de su entorno. De todos modos el span atencional era cada vez más estable. Presenta 85% de aciertos en recuerdo diferido y 81% en registro y fijación de acciones con su representación. Comienza con secuencias de memoria inmediata de 5’3’’ con señalamientos y quince días después desarrolla la actividad en 2’57’’, completando la actividad. Luego de 30 días comenzamos a trabajar 30’ con percepción visual y auditiva, desplazamientos con sostén del botón del mouse, efectúa relación-control-asociacióncategoría.
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desplazamientos con sostén del botón del mouse, efectúa relación -controlasociación-categoría. Evalúo estado anímico a partir del uso del color, relacionando el plano de su casa (orientación espacial de la casa) y representación de color para cada uno. Posteriormente, representación de cada integrante de la casa, profesionales y personal (incluidos limpieza, cocinera, etc); así como animales domésticos y amigos o conocidos. Encuentro la relación que va estableciendo muy significativa, aportando datos a la dinámica relacional de la paciente y cómo va elaborando su situación. Los colores empleados son en casi todos los casos mezclas de colores cálidos y suaves, algunos con mayor grado de fuerza. Solamente en el caso de uno de los profesionales emplea el color negro, significado de angustia, comenzamos así a detectar resistencias hacia un profesional que ponía en juego su pudor , un cuidador y necesidad de realizar un cambio para su bienestar. A partir del trabajo interdisciplinario junto a la Terapista ocupacional, trabajamos una dinámica semanal de arte que le permita canalizar esa angustia comenzando con cuatro encuentros a razón de uno por semana y las acciones pertinentes para permitir: unir, separar, reforzar y sacar, desde el simbolismo de cada actividad y el uso del color. En suma, la idea era poder sacar la angustia desde el uso del color, poder expresarse y lograr unir una familia que dividida la angustiaba. Pero a su vez, trabajar los sentimientos expresados hacia los terapeutas y poder proyectar a futuro. Una acción que no lograba, vivía el hoy, soportaba aquello que no podía cambiar ni denunciar. Difícil situación…. es el ser hombre, el hacerse como individuo concreto e irrepetible, empieza, más allá de las variables dadas y de los “enfoques” que nos caracterizan y que son estudiadas por la biología, la psicología y la sociología. Nos encontramos en el espacio de las medidas, que escapan a toda reflexión sencillamente práctica, y que nos permiten una “vuelta
medidas, que escapan a toda reflexión sencillamente práctica, y que nos permiten una “vuelta existencial nueva”. De este modo, es necesario reconocer la posibilidad de la auto superación, más allá de encierros terapéuticos, lo más importante es la capacidad que tenemos de decidir y de construir nuestro proyecto personal; de resguardar la integridad del otro y de recrear alternativas de acción para el esperado resurgir…es ese después del despertar.´ Para cerrar, esta líneas, desde la terapéutica hacia el despertar y el continuar, quisiera recordar aquellas palabras tan ciertas; ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es […]”. Desde nuestro accionar estamos buscando, que todo ser en cualquier circunstancia, pueda seguir decidiendo qué ser y quien ser.
REFERENCIAS: Frankl, VE, Logoterapia y análisis existencial…, p. 78, cf. pp. 100-101 El hombre doliente .La voluntad de sentido…, p. 108. El texto recuerda la posibilidad contraria: si uno ve sólo el organismo y no llega a descubrir a la persona, no verá en ella ninguna dignidad cuando se encuentra en determinados estados patológicos. Podemos añadir nosotros que la actual difusión e, incluso, legalización de la eutanasia, nos dice cuánto hemos perdido la noción de la dignidad humana basada en su espiritualidad indestructible. Logoterapia y análisis existencial…, pp. 97103. El hombre en busca de sentido, pp. 87 y 128.
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LEYENDA DE LA LUNA Y SU MAR
Por Lic.Chacho Garabal Mail de contacto: chachogarabal@gmail.com
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uando no había caminantes, las estrellas admiraban fascinadas las estelas que dejaban el sol y la luna al mostrar su amor frente a todos. Era tan grande su pasión que a todos maravillaban. Sin embargo, un día la pasión se terminó. El ardiente temperamento del sol, se abalanzo sobre la frágil luna llenándola de cicatrices. Avergonzada por sus cicatrices recorrió el firmamento con tristeza y soledad.
Finalmente el sol encontró una estrella que lo cautivó. Sin embargo, la pobre luna, jamás pudo volver a confiar en el amor. Al ver a los nuevos enamorados, su tristeza fue tal, que sus lágrimas cayeron sobre nuestro mundo. Se transformaron en ríos, los ríos en mares y los mares en océanos. Una lágrima se convirtió en un océano de tristeza. Mas allá del cielo, un cometa apareció cerca de nuestro planeta. Al ver cómo la luna iluminaba la oscuridad, se enamoró perdidamente. Sin embargo, la luna moría de amor, por un amor que ya había pasado. El cometa decidió trazar un mismo camino en el cielo, para poder volverla a ver una y otra vez. Sin embargo, ella se escondía de él, detrás de las estrellas. Y así, pasaron siglos… Para esconderse decidió bajar a la tierra como una simple doncella, para seguir despistándolo. Muchos cuentan cuentos sobre sus aventuras en la tierra… un aldeano la salvó, al cual premió con una grata sorpresa. Y hasta se cuenta, que rescató a una aldea entera atemorizada por una fiera. En una despistada noche, el cometa la vio en la tierra, reconoció su pálido rostro, sus ojos grises y su sonrisa melancólica. Bajo a buscarla a la tierra, pero fue atrapado en lo profundo del mar. La luna se preocupó tanto al verlo encerrado, que quiso rescatarlo pero no pudo. Él le pidió que no se preocupe, porque él estaba en el lugar donde quería estar: cerca suyo. Ella volvió a los cielos, y al ver cómo la marea se movía frente a ella, decidió quedarse lo suficientemente cerca, para poder estar juntos. Entre los dos se generó una extraña fuerza, difícil de explicar, que los mantenía uni-
dos. Que hasta el día de hoy lo hace girar juntos. No en torno a ellos mismos, sino a algo que los trasciende, algo que los une. Ese centro que los mantiene unidos, es lo que hace que cuando ella quiere estar más cerca de él y se acerca, la marea se agita. Late el corazón rompiendo las rocas e intenta acercarse a quien ilumina sus noches. Ella comprendió que las cicatrices del corazón, se cierran con amor y paciencia. Sabiendo que en algún momento el corazón volverá a latir por alguien. Ahora ella desde el cielo cuida corazones heridos, enamorados, ilumina en la oscuridad a los que buscan su camino. “Mas allá del cielo y del mar Bailaran una canción Por un sueño en una noche de ilusión Al anochecer, escucha latir el mar En la marea esta el amor de una estrella y su mar” A lo mejor el amor sea algo difícil de poner en palabras, pero fácil de ver en decisiones. Sea una fuerza que une, que invita, en la cual los amantes giran en torno a ella. Los amantes no giran alrededor de si mismos, ni giran alrededor uno del otro… Giran en torno a algo que los une… algo que los trasciende a ambos… algo que esta fuera de ellos, pero se siente lo más dentro posible.
Esta leyenda pertenece al musical ROMPECABEZAS, de próximo estreno en la Ciudad de Buenos Aires
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REFLEXIONES EXISTENCIALES. LAS LIBERTAD DE LA VOLUNTAD
Por Lic. Enrique Adúriz Mail de contacto: eaduriz@fibertel.com.ar
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na de las “marcas de fábrica” más representativas del pensamiento frankleano es su innegociable afirmación de la libertad de la voluntad; por ello podría ser de interés repasar los comienzos de este trascendente enunciado. La Logoterapia como sistema se sostiene en tres grandes pilares. La libertad de la voluntad. La voluntad de sentido. El sentido de la vida. Huelga decir la infinidad de veces que Viktor Frankl se ocupó de desplegar cada uno de estos tópicos. En esta ocasión, quisiera invitarlos desde esta columna a dejarnos guiar por el maestro en su específico desarrollo del primero de los referidos pilares (y acaso el más básico en tanto soporte antropológico): la libertad de la voluntad, y hacerlo con la primera gran conceptualización que hizo al respecto, en el año 1949, en la cuarta lección metaclínica de su libro “El hombre incondicionado”. (Editorial Plantin. Bs.As. 1955). Este texto lo encontramos reeditado formando parte del libro “El hombre doliente”. (Editorial Herder. Barcelona.1994), de cuyas páginas extraeremos las citas correspondientes. En esa cuarta y última lección metaclí-
nica, Viktor Frankl nos plantea el problema de la libertad de la voluntad y con toda claridad confiesa al final del capítulo que: “…mi intención fue…incitarlos a preguntar… y a pensar en un plano metaclínico” (Pág.192). Efectivamente, nos sitúa el ámbito desde dónde abordar tamaño problema: “más allá de lo clínico”, pues en un primer plano puramente clínico no podríamos percibir ni comprender la libertad humana. “Mientras no veamos también lo incondicionado, no accederemos al hombre verdadero, al homo humanus, sino a una especie de homúnculo” (Pág. 191) y de aquí se sigue el homonculismo propio del biologismo, el psicologismo y el sociologismo. En el plano clínico los condicionantes del hombre son claros y evidentes, sean estos sociales y/o los propios de lo psicofísico, y lejos está Frankl de negarlos o siquiera subestimarlos. Sin embargo, para “ver” lo incondicionado del hombre, Frankl comienza su abordaje del problema señalando que nuestro sentido común nos dice que somos libres, es un dato de la conciencia natural previo a toda psicología introspectiva. “El fenómeno originario de la voluntad libre pertenece al ámbito de la metapsicofísica (es meta-clínico, está más allá de la psicofisiología)…La ciencia natural sólo ve el organismo, no la persona espiritual” (Pág. 171). Así, se señalan claramente dos caminos, el de la necesidad y el de la libertad, pero la
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referencia del hombre para con sus necesidades es una referencia libre, tan diferente al animal con su referencia siempre obligada a sus necesidades instintivas. (Por ejemplo, el tan mentado escorpión que no puede no picar a la ranita en la mitad del río.) Frankl aclara que se trata de planos diferentes; advierte sobre la importancia de no confundir los diversos estratos entitativos, en suma, alude a las diferencias ontológicas que oportunamente conceptualizará en términos de la ontología dimensional (unitas multiplex). Entonces, lo distintivo del hombre es su posibilidad, en tanto ser espiritual, de tomar postura, de adoptar una actitud libre frente a lo interior de sí: sea la herencia recibida, sean sus instintos (“el hombre tiene instintos pero no es una realidad instintiva”), frente al Ello, tan aludido en el Psicoanálisis o incluso frente al propio carácter. Va de suyo, por ende, que no cabe hablar de “destino”, debido a la posibilidad humana de ser de otro modo, de un modo distinto del propuesto o impuesto por estas entidades psicofísicas. Esta capacidad o aptitud para oponerse a esos dictados Frankl la llama: el antagonismo psiconoético facultativo, y esta distancia de lo espiritual frente a lo psicofísico es capitalizada como recurso terapéutico, siendo uno de los elementos distintivos de la Logoterapia, en tanto permite incluso darle un sentido al sufrimiento. “Sufrir significa tomar postura frente al propio dolor y esto equivale a estar por encima de él”. (Pág.182). Ahondando en el problema de la voluntad libre, nuestro autor se explaya recordándonos que la libertad es en esencia libertad frente a algo: “libertad de” algo y “libertad para” algo. Todo “de qué” de la libertad exige “para qué”; la libertad personal no es sólo una libertad del carácter, sino también una libertad para la personalidad. Asimismo, es libertad de la facticidad y
libertad para la propia existencialidad. La libertad del modo de ser la conozco en la autorreflexión, mientras que, a su vez, la libertad para ser de otro modo la conozco en la autodeterminación. Aprovecha Frankl este contrapunto para hacer una breve referencia psicoterapéutica respecto de la Logoterapia y el Análisis Existencial, reservando para éste último el acento en la autorreflexión del hombre de cara a su libertad y para la Logoterapia la autodeterminación humana sobre la base de su responsabilidad…“sobre el fondo del mundo del sentido y de los valores, del Logos y del Ethos” (Pág.178). Incluye así de lleno el tema de la responsabilidad como par indisoluble y complementario de la libertad, lo cual nos permite comprender cabalmente a la libertad como un querer lo que se debe y en absoluto como un hacer lo que se quiere (libertinaje). Habiéndonos recordado previamente que siempre se posee libertad, que a veces se abdica de ella pero aún así, se abdica libremente, hacia el final de la lección y consecuente con su intención de incitarnos a pensar en categorías metaclínicas se pregunta si podemos radicalizar la concepción de la responsabilidad humana. La psicopatía es un claro problema psiquiátrico de la capacidad de responsabilidad de las acciones, problema que es reflejo clínico del problema metaclínico del libre albedrío. Un asesino lo es por opción espiritual, no por degeneración físico anímica. En definitiva, contesta Frankl: “soy responsable de todo: de mi existencia en general y de mi modo de ser en particular…, es una responsabilidad que tiene como fondo una última libertad para decir el no radical: para el suicidio” (Pág.189). Cómo no recordar al paso, la famosa afirmación de Albert Camus en el comienzo mismo de su obra “El mito de Sísifo”: “no hay más que un problema filosófico verdaderamente importante: el suicidio”. Camus también pensaba en un plano metaclínico… Frankl sintetiza su concepción del hombre destacando que es más que cuerpo y alma
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(primera lección), que es un ser espiritual (segunda y tercera lección metaclínica), que es una persona y como tal, libre y responsable (cuarta lección), “libre de” lo psicofísico y `”libre para” realizar valores y colmar de sentido su existencia.
tura es elegida libremente por el hombre, la define la libertad humana, expresión cabal de la condición espiritual, y no el miedo, condicionante natural de la dimensión psicofísica.
En las antípodas está el pobre escorpión, naturalmente determinado, que en la mitad Atentos a que el título del libro es “El del río no puede no picar a la ranita y rehombre incondicionado” cabe cerrar mata el mutuo colapso con la famosa frase: estas consideraciones con la especifica- “está en mi naturaleza”. ción que hace Frankl al respecto: “El hombre se nos ha revelado como un ser libre por ser espiritual, y cuando no es Aquel primer pilar de la Logoterapia que relibre de hecho, lo es facultativamente, ferimos al comienzo, este soporte antropolópuede ser libre. En este sentido y sólo gico que supone definir al hombre como lien éste, el hombre es incondicionado- no bre y responsable, es de una trascendencia es forzosamente lo que es, pero puede mayúscula, tal como puedo inferirse a partir serlo” (Pág.190). (Agrega como nota al pié de esta primera gran conceptualización de que quizá sea esto lo que los teólogos lla- Frankl, y, en particular para quienes nos man gracia, la libertad para hacer uso abocamos a la asistencia psicológica, nos impone una opción existencial y profesional también de su libertad). para responder sin ambages la crucial preEn la nota a la segunda edición además gunta sobre si quien nos consulta ¿es un de aclarar que en realidad es el pande- sujeto libre y responsable o un “escorpión terminismo (y no el determinismo) el res- encubierto”, un organismo determinado que ponsable de la negación de la libertad “no puede no picar”? humana, y que el origen del mismo se debe a la confusión que establece entre causas y razones (el sentido y los valores son las “razones” que mueven el obrar humano), Frankl incluye una preciosa anécdota, que ya en su día comentamos aquí mismo en Logored (Rehumanización de la Psicoterapia. I.El camino del escorpión. Septiembre 2011.) La misma pretende ilustrar la capacidad de autodistanciamiento del espíritu (aquel “antagonismo psiconoético facultativo”) en el diálogo entre un coronel antisemita y un médico judío en una trinchera. Ante el miedo lógico por un bombardeo, el primero se burla del segundo: “Hay miedo, ¿verdad?” y la supuesta superioridad racial que pretendía demostrar recibe por contundente respuesta: “si usted, querido coronel, tuviera tanto miedo como yo, posiblemente habría echado a correr…” Como remarcamos entonces: cada pos-
El Hombre Incondicionado (1949)(Ed.Plantín, 1955), constituye la primera parte del texto El Hombre Doliente (1994) publicado por Ed.Herder.
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CREER O NO CREER, ESA ES LA CUESTIÓN
Por Claudio García Pintos Mail de contacto: cavef @ yahoo.com
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n 1990, Viktor Frankl fue invitado al programa televisivo “Hour of Power”, del pastor Robert Schuller, con quien mantuvo un interesantísimo diálogo en torno a temas tales como el valor y naturaleza de la intuición, la consciencia, y otros aspectos de la persona humana, como por ejemplo el amor y la fe. Finalizando la entrevista, Schuller le pregunta a su antigüo maestro, si existe alguien que pueda ser un materialista a ultranza, y, si realmente pudiera serlo, si no perdería entonces parte de su condición humana. Frankl responde que aún cuando conscientemente se manifiesten y definan en esa postura, desde su perspectiva, creía que mantienen una orientación hacia lo que usualmente se denomina Trascendencia. Y aclara que como psicoterapeuta, en esos casos, y a pesar de esta convicción, no puede imponer sus propios valores personales, sino respetar la postura del paciente. “De todos modos, concluye, existe un vínculo inconsciente con Dios que trato de revelar empíricamente. A veces, interpretando sueños de los pacientes, se puede ver que aún cuando en un nivel consciente se declaran ateos, se revelan deseos inconscientes de vincularse con Dios”
en el horizonte de la discusión los extremos de las personas creyentes, por un lado, las personas ateas, por el otro, y en el medio, se ubican todos aquellos que vivencian vaivenes en su creencia, pasando por momentos de mucha aproximación a la experiencia de fe, y por otros de un gran alejamiento. Encontramos los argumentos de los convencidos que, muchas veces con idéntica vehemencia, pretenden convencernos, unos de la total inexistencia de Dios, en tanto que los otros, de su existencia incuestionable. Pero, sin embargo, no es una intención inicial de mis reflexiones argumentar en uno u otro sentido, o plantearme nuevos argumentos a favor de comprobar la existencia de Dios. No, mi primera preocupación es si efectivamente en la persona humana existe una tendencia o necesidad natural por vincularse con algo Trascendente. Es decir, si creer es, originalmente, una necesidad natural de la persona humana o es un hábito adquirido por cultura o educación.
Pensando y repensando esta afirmación es que resultan las siguientes reflexiones.
Ser persona
Creer o no creer, esa es la cuestión. Cuando reflexionamos en torno a la religiosidad de la persona humana, aparecen
Muy posiblemente la respuesta a esta cuestión nos remite inexorablemente al concepto antropológico que haga de base a nuestras reflexiones.
Cuando definimos a la persona humana como auto-trascendente, estamos diciendo que su existencia está originaria y significativamente dirigida al afuera. Es decir, no puede plenificarse por sí sola, dentro de sí misma, sino que necesita de un afue-
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significativamente dirigida al afuera. Es decir, no puede plenificarse por sí sola, dentro de sí misma, sino que necesita de un afuera plenificante. Si bien dentro suyo cuenta con todo para su plenitud personal (por eso mismo Frankl la define en una de sus tesis como in-summabile, esto es, no admite carencias para su plenitud), la actualización de toda esa riqueza, requiere necesariamente salir de sí misma al encuentro con ese afuera plenificante. Si pensamos, por ejemplo, en las tres categorías de valores que Frankl nos propone como via regia para el descubrimiento del sentido de la vida, notaremos que ellos dicen referencia a ese “afuera”: en un caso, espera de nosotros un aporte para enriquecerlo (creación), en otro, una actitud para significarlo (actitud) y en el tercero, una disposición para disfrutarlo (experiencia). Pero en los tres casos, está allí, abierto al encuentro. En ocasiones Frankl nos ha hablado del hombre caleidoscópico, haciendo referencia a la actitud inmanente. Si miramos dentro de cada uno de nosotros, descubriremos belleza, porque la persona humana es bella. Una belleza que puede captarnos hasta la seducción, y mantenernos absortos en ella. Así, el hombre inmanente, regocija su alma en esa inmanencia. Sin embargo, Frankl nos alerta del riesgo de esa seducción: perder de vista que el hombre, regocijado en esa maravilla, en realidad está destinado a una maravilla mayor, aquella que se encuentra fuera de sí mismo. Por eso, mirarnos por dentro, no es destino sino tránsito, es decir, “la ingeniería” de la persona humana no está preparada para ser un simple caleidoscopio, sino un poderoso telescopio. Usarnos para acceder a aquello que no es bello, sino la belleza misma.
copio, solo para entretenerse viendo que hay dentro de ese tubo metálico lleno de cristales. Inmediatamente, aún después de curiosear un poco en su interior y sorprendernos con su estructura e ingeniería, tendríamos el gesto de apuntarlo hacia el más allá, para captar lo distante. Así es la persona humana: primero entretenerse con lo que hay adentro para luego maravillarse con lo que encuentra afuera. Esa búsqueda natural, por otro lado, no se contenta con el afuera más inmediato. No termina en ese afuera más inmediato sino que se inicia en él, porque la persona humana, por otro lado, tiene un apetito difícil de satisfacer. Su facticidad limitada, convive con un apetito ilimitado. Aquello que lo faculta como persona, aspira siempre “a más”, aún encarnado en esa facticidad limitada. Y lo consigue. El efecto inmediato de un entorno plácido sobre mi realidad psicofísica, es comprobable. Cuando duermo en el microcentro de una ciudad vibrante como Buenos Aires, aún la neurofisiología del dormir se ve afectada por ese vibrar. Duermo, pero no duermo del mismo modo que cuando puedo hacerlo en medio del campo. Compruebo empíricamente que son dos formas diferentes de dormir, influenciadas por entornos distintos. Lo reconozco, y por eso disfruto tanto cuando puedo dormir en el campo. Pero eso es inmediato.
Ahora bien, cuando tengo ocasión de caminar por el campo o sentarme a la sombra de un árbol y contemplar la maravilla del paisaje, experimento la posibilidad de descubrir una belleza, una profundidad, una trascendencia, que me enriquece más allá del efecto neurofisiológico inmediato que puede tener sobre mi facticidad la pureza del aire que estoy respirando en ese momento (y que es totalmente diferente al smog que respiro en el centro de Buenos Aires todos los días). Descubro, encuentro, algo “más allá” de lo inmediato. Lo reconozco, y por eso disfruto Esta definición de auto-trascendencia, tanto cuando puedo caminar por el campo. simbolizada magníficamente en la figura Pero eso no es inmediato, es trascendente. del telescopio, ya nos prepara para com- Y en esas experiencias cotidianas confirmo prender que la persona humana, natu- que la persona humana está hecha para el ralmente, vivencia la necesidad de salir “más allá”, para el afuera plenificante. de sí misma. Nadie compraría un teles-
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Y en esas experiencias cotidianas confirmo da-apetito de ese Suprasentido. Decimos que la persona humana está hecha para el también que algunos parecen encontrarlo, por ejemplo en la fe, y otros parecen no “más allá”, para el afuera plenificante. encontrarlo, por ejemplo en el nihilismo. Si esa búsqueda es de difícil satisfacción (porque siempre quiere más), puedo imagi- Los primeros viven la satisfacción del ennar a la persona humana embarcada en la cuentro, y, los segundos, la amargura de búsqueda natural de aquello que esté más la decepción. Un apetito satisfecho o una allá del más allá que llega a comprender. búsqueda frustrada. Aquello que excede, incluso, su propia posibilidad de entendimiento. Aquello que pueda darle sentido a todos los sentidos descubiertos. Aquello a lo que Frankl, propiamente, ha llamado el “Suprasentido”. Recorriendo la caprichosa circunstancia de cómo fueron dándose por titulados los libros escritos por Frankl, descubro que muy posiblemente la persona humana también recorra la misma senda que esos títulos; es decir, comienza siendo un “(El) hombre en busca de sentido”, para terminar siendo un “(El) hombre en busca del sentido último”, jugando con los títulos del primer y último libro publicados por Frankl. De modo tal que, es cierto, la cuestión más humana es la pregunta sobre el sentido de la propia vida y el sentido último de la existencia. Algunos descubren respuesta en la fe inspirada por Dios. El Creador de todo, origen y destino de la existencia personal. Otros lo hacen a través de un sistema de creencias cósmicas o místicas de diferente naturaleza, que pretenden comprender el origen del mundo y la evolución del universo. Incluso aquellos que definen la total inexistencia de algo más allá de este aquí y ahora inmediato, dan por confirmada la naturaleza humana de la pregunta. Porque todos, los creyentes, los místicos, los nihilistas, todos, se han hecho la pregunta sobre aquello que esté más allá del más allá que se llega a comprender. Así, todos dan por cierto que la persona humana tiene apetito de un Suprasentido, termine descubriéndolo o no. Termine confirmándolo e identificándolo o termine negándolo, todos han sentido la necesidad de preguntárselo.
Todos creen Continuando con lo afirmado anteriormente, reflexiono lo siguiente: si todos se han hecho la pregunta, podríamos imaginarla no tan solo como expresión de una inquietud cognoscitiva y racional. La inteligencia (intus-legere: leer en el interior de las cosas) nos moviliza al descubrimiento de la trama interna de las cosas, es cierto. Pero, el hecho de hacernos la pregunta sobre el sentido último de la existencia, ¿responderá tan solo a una motivación cognoscitiva? La honesta convicción de quienes afirman la existencia de algo-más-allá-del-más-allácomprensible, me hace pensar que, efectivamente, su descubrimiento plenifica la misma existencia. Es fácil corroborarlo teniendo en consideración el impacto vivificante que esa afirmación provoca en sus vidas. Por otro lado, la honesta convicción de quienes niegan la existencia de algo-másallá-del-más-allá-comprensible, me permite suponer que, descubrirlo, no es sencillo, es arduo, y que tal afirmación (afirmar su inexistencia) dificulta la existencia. Es posible corroborarlo teniendo en cuenta la amargura y pesadumbre que provoca la consciencia de un horizonte corto en la propia existencia. Todos los afanes personales, teñidos por la convicción de que se resumen en ser una “pasión inútil”, para tomar la expresión sartriana.
La vivificante proyección de unos, tanto como la amarga experiencia de los otros, me hace pensar que, en el fondo, todos creen en la existencia de ese SuprasentiAhora bien, podemos dar un paso adelante do. De hecho, todos han ido a buscarlo. y dar por confirmada, entonces, la búsque- Todos, con diferencias de todo tipo
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Suprasentido. De hecho, todos han ido a Pero ahora nos quedaría una nueva prebuscarlo. Todos, con diferencias de todo gunta planteada: si la búsqueda es natutipo (culturales, idiosincrásicas, ideológi- ral y presupone una necesidad real en la cas, científicas, religiosas, etc), se han mo- persona humana, y la propia búsqueda da vilizado en la búsqueda o pretendida con- por confirmado la existencia de lo buscafirmación de aquello que salieron a buscar. do, ¿por qué tantas personas lo niegan? Unos lo encontraron y otros no. Para responderlo, podemos hacer el siEs decir, no creo que ese afán responda guiente recorrido, comenzando por afirtan solo a una motivación cognoscitiva, un mar que en la persona humana tenemos: interés racional por controlar los resortes últimos de la existencia. Hay algo natural, propio de la persona humana, que confir- 1- una disposición auto-trascendente por ma que está dirigida originariamente a lo la cual necesita de un afuera plenificante Trascendente, a aquello que podríamos llamar Dios. 2- una necesidad psico-física que se pleAhora bien, si la persona humana tiene nifica en un afuera plenificante inmediato apetito de lo Trascendente, de un Supray una necesidad espiritual que se plenifica sentido, podemos ahora hacernos una en un afuera plenificante mediato (algonueva pregunta: ¿puede el hombre aspirar más-allá-del-más-allá-comprensible) que por naturaleza, algo que no exista? Veapodemos llamar Suprasentido mos. Por naturaleza el hombre tiene un apetito que se sigue de su condición biológica, por ejemplo, la sed. El hecho de que “naturalmente”, el organismo humano necesite agua para subsistir, motivo por el cual puede experimentar sed, lo inspira en un movimiento (natural) a buscarla. Encontrada, siente la plácida plenitud del encuentro; no encontrada, siente la amargura y el espanto de una insatisfacción que lo abruma. Y así acontece con todos los apetitos naturales: inspiran una búsqueda en el hombre de aquello concreto que los satisface. Nadie que sienta sed y necesite agua, sale a buscar pan. De tal modo que, aún sin pretenderlo, reconocer que en el hombre se da una búsqueda natural de Suprasentido, nos permitiría afirmar, en última instancia, que ese Suprasentido existe, sea encontrado y afirmado por unos o no encontrado y negado por otros. Al margen de las argumentaciones en favor y en contra, la naturaleza de la misma búsqueda podría darnos elementos para confirmarlo. Pero ahora nos quedaría una nueva pregunta planteada: si la búsqueda es natural y presupone una necesidad real en la per-
3- una disposición natural que le permite acceder, tomar contacto con ese Suprasentido, a través de la consciencia, prelógica e intuitiva. Siendo que la persona reconoce una facticidad limitante, tanto sus expresiones como sus realizaciones están condicionadas por aquella, al igual que sus búsquedas y la forma de resolverlas. Creo que podríamos hacer uso de la siguiente analogía (contemplando las limitaciones que se le deben admitir a todas las analogías): en muchos cuadros de desequilibrio psicofísico, es necesaria la prescripción de fármacos que reestablecen el normal funcionamiento del organismo psicofísico. Estos productos de laboratorio, reemplazan el déficit que el metabolismo natural del organismo manifiesta y que es, en muchos casos, causa o desencadenante del desequilibrio en cuestión. Ahora bien, la elaboración de estos productos cuenta con la existencia en el organismo humano, de ciertas terminaciones dispuestas a captar determinadas sustancias del quimismo natural y que hacen al efectivo funciona-
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existencia en el organismo humano, de ciertas terminaciones dispuestas a captar determinadas sustancias del quimismo natural y que hacen al efectivo funcionamiento del organismo psicofísico. Cuando existe un déficit se produce un desequilibrio, y el individuo debe apelar a psicofármacos que lo subsanan. Esos productos de laboratorio son paliativos del normal funcionamiento. Sería un absurdo pensar que esas terminaciones existen en el organismo para que los fármacos actúen. Existen porque el organismo genuinamente cuenta con una química propia y suficiente para su óptimo despliegue. Del mismo modo, podemos pensar que en la persona humana existen esas “terminaciones” para contactarse con el Suprasentido, pero cuando se da un déficit (porque no se lo encuentra, no se lo descubre, o la frustración nos lleva a negarlo), la persona apela a “productos de laboratorio” que intentan subsanar esa necesidad frustrada. Así como muchos sostienen su equilibrio psicofísico en los fármacos, muchos sostienen su equilibrio espiritual en paliativos, usualmente derivados de la exacerbación de la voluntad de placer o la voluntad de poder. Pero si el hombre necesita endiosar al placer o al poder, solo es posible porque dentro de sí existen naturalmente esas “terminaciones” espirituales preparadas para captar lo divino. Es decir, así como muchos asocian la salud con los fármacos, muchos identifican al Suprasentido con estos productos endiosados del placer y del poder. Así como, ante la emergencia de, por ejemplo, angustia, muchas personas preguntan “¿qué puedo tomar?” en lugar de preguntarse “¿qué me está pasando… qué puedo hacer?”, ante la emergencia de, por ejemplo, una vivencia de vacío, muchas personas se distraen con el placer o el poder, negando la existencia del Suprasentido; pretenden responder al apetito de algo-más-allá-del-más-allá-
comprensible, con los productos inmediatos del placer y del poder.
Conclusión “De todos modos, concluye Frankl en la entrevista con Schuller, existe un vínculo inconsciente con Dios que trato de revelar empíricamente. A veces, interpretando sueños de los pacientes, se puede ver que aún cuando en un nivel consciente se declaran ateos, se revelan deseos inconscientes de vincularse con Dios” Siguiendo el camino que nos propone Frankl, podemos reconocer que la persona humana vive el deseo inconsciente de vincularse con un Suprasentido. Este es próximo al hombre pero, a la vez, arduo de descubrir. Las limitaciones de su facticidad pueden llevarlo a frustrar su descubrimiento y, por ende, a terminar negando su existencia. “Si no lo descubro, es porque no existe” podría ser la sentencia resultante. Pero como su necesidad es genuina, puede terminar cubriéndola con paliativos resultantes de la exacerbación de la voluntad de placer o poder. Pero estos productos alternativos, aún contundentes, no son suficientes para colmarlo. Del mismo modo como el pan no satisface la sed, lo inmediato no puede satisfacer el apetito de lo mediato (el afuera próximo no puede responder la necesidad del afuera remoto, algo-más-alládel-más-allá-comprensible o Suprasentido en términos franklianos) De tal modo que “tener más” (placer o poder) no genera paz sino más angustia. Porque cuanto más se tiene, más se carece. “Comer más pan”, no calma sino que “aumenta la sed”. Se constituye así un círculo vicioso de insatisfacción creciente. La fe, precisamente, cumple la tarea de cortarlo y reconvertirlo en un círculo virtuoso: creo en El, aún cuando no lo vea, aún cuando no lo escuche.
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SIN RECETARIO
CO-RAZÓN PARA VIVIR
Por Olga Lehmann Oliveros Mail de contacto: olehmanno@gmail.com
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eja que la vida te sorprenda, ten fe en lo posible. Se gesta el deseo de una pausa para entender lo que sucede o, con mayor frecuencia, lo que no sucede muy a pesar de nuestra espera. Pero hay un umbral del tiempo que no nos pertenece: el umbral del otro. ¿Por qué no me llama? ¿Por qué no responde mi correo electrónico? ¿Por qué no llega el amor de mi vida? ¿Por qué no soy el amor de la vida de nadie? Nuestro movimiento— siempre intencional en el mundo desafía la paciencia, la esperanza y la fe cuando las respuestas anheladas no son dadas. ¿Qué hacer para descubrir el sentido del sinsentido? ¿Cómo desafiar la desesperanza, el desespero y la incredulidad ante el futuro? ¿Cómo acoger la ansiedad que nos genera lanzar preguntas al aire y recogerlas de vuelta? En esta versión de “Sin Recetario”, comparto con ustedes algunas tareas que la vida nos pone: IDENTIFICAR NUESTRAS FORMAS DE REACCIÓN: El cómo acoger la carencia de respuestas. Ser pastor de los campos del ser implica recorrernos como quien vigila los animales en la montaña. ¿Qué tan lejanos del cerco están la ira, el desconsuelo, la melancolía, la persistencia y la evitación? RECONOCER LAS REINCIDENCIAS INÚTILES: Dar reversa al toparnos con calles ciegas. Cuando la ira excesiva, por ejemplo, vuelve a nosotros como un boo-
merang, manifestándose en cansancio y amargura, es mejor echar reversa y disponerse a redireccionar los movimientos del ser. APERTURA A LA EXPERIENCIA: acoger la incertidumbre. Cambiar produce angustia y a pesar de que la angustia nos impulsa a regresar a las formas de reacción ya conocidas, es necesario intentar—y reintentar ser distintos. Cambiar no garantiza que la vida responda nuestras preguntas, pero sí garantiza que disminuya el daño que nos generamos con la ira, la tristeza y la culpa, respondiendo a aquello que la vida nos propone. AUTOMOTIVARSE: Encontrarle un para qué al momento. Sí, es cierto, jamás contestaron nuestro correo electrónico, dejándonos a la expectativa, pero las cartas sin responder fueron enviadas. ¿Qué hubiera pasado si jamás lo hubiéramos intentado? Quizás estaríamos pensando que si hubiésemos sido capaces de arriesgarnos sería posible obtener aquello que deseábamos (un saludo, un trabajo, un sí…) La única certeza ante la incertidumbre es que decidir es necesario. TENER FE EN EL FUTURO: Creer en aquello que puede ser. Quizás el segundo correo electrónico será respondido, o en el futuro seremos nosotros a sorprendernos cuando la respuesta—aun si es distinta a la esperada, ocurre. Todo es para bien, si nos permitimos evidenciar el aprendizaje dentro del propio proceso vital. Como dijo Steve Jobs en su famoso discurso en la Universidad de Stanford (2005): sólo de
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Universidad de Stanford (2005): sólo de atrás hacia adelante podremos reconocer cómo se unieron los lazos que aparentemente carecían de sentido en el pasado. ADMINISTRAR EL MIEDO: No evadir el miedo que siente ante la soledad, la crisis, la agonía. Acojamos la fragilidad como algo que hace parte de nuestro movimiento en el mundo, encontremos en el miedo el mensaje de lo no-visto. VER EL PRESENTE COMO UN PROCESO NECESARIO: Ocuparnos de preguntas sin respuesta tiene una ganancia secundaria: evitar confrontarnos con la sombra. ¡Ocupémonos! Hagamos una pausa para lavar la taza del café que lle-
va tres horas en el escritorio, guardemos los zapatos en el closet, limpiemos el polvo de la mesa de noche, arriesguémonos a terminar—o recomenzar el libro pendiente… En el mismo tiempo que se usa para repensar lo imposible, podemos (re)conectarse con el mundo. DESCUBRA SU CO-RAZÓN PARA VIVIR. No llenarse de razones, excusas ni justificaciones para vivir lo que toca, pues no conseguiremos otra cosa que encerrarnos en nosotros mismos. Por el contrario, comprometámonos en un proyecto que nos abra las puertas: tareas que conecten con la naturaleza, con Dios, con el servicio a los otros: permitámonos sentir el sentido, y evocar la vibración del sentido en un valor.
Informes e inscripción: Secretaría del Congreso: Juan Pablo Díaz del Castillo B. http://www.saps-col.org/
mail: jp.diazdc@saps-col.org
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Post-Frankl
DIMENSIÓN NOÉTICA
Por Lic.Lucía Copello Mail de contacto: lucia_copello@yahoo.com.ar
Esta columna está dedicada a presentar propuestas y a reflexionar sobre conceptos desarrollados por diferentes profesionales, que, tomando las bases de la teoría frankleana, se animan a proponer sus propias ideas y así hacen crecer y madurar a la Logoterapia y el Análisis Existencial.-
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stimados lectores, me tomo la libertad de proponerles revisar en la columna de este mes uno de los temas centrales de los aportes de Viktor Frankl. Agradezco los mails que me envían valorando mis aportes en Logored; espero sigan siendo fructíferos para sus vidas profesionales y personales.
biólogico y lo orgánico, la personalidad total. El espíritu catapulta al hombre hacia la libertad y responsabilidad de sus propias opciones. Esta dimensión espiritual, lo mismo que la psicofísica se encuentra tanto a nivel conciente como inconsciente. El inconsciente no se compone únicamente de contenidos impulsivos sino también de contenidos espirituales. De tal modo, con la perspectiva Frankliana, el inconsciente ¿Qué entendemos por dimensión noéti- humano se amplía substancialmente. ca o espiritual? El aporte más importante de la logoterapia “El punto desde el cual partimos es éste: es la apertura que brinda hacia una mejor el hombre es una esencia espiritual”(1) . comprensión del hombre, hacia una mejor La logoterapia presenta una imagen noé- captación de lo humano que hay en el homtica del hombre “sólo poniendo la mirada bre y en TODOS los hombres sin excepsobre el ser espiritual, sobre su fundamen- ción(3) Este aspecto esencialmente humano tal tensión a los valores y al significado, radica en la dimensión espiritual (noética) podrá develarse la significatividad de lo del hombre, cuyos actos son también esenreal y podrá aparecer, en plenitud, el signi- ciales e irreductibles. Uno de ellos es la lificado del ser”(2) Sólo cuando se habla de bertad del hombre por la que se configura y lo espiritual se comienza a hablar de lo decide a sí mismo en cada momento y cirespecíficamente humano del hombre ya cunstancia de su vida. que esta dimensión constituye su humanidad, su realidad específica de ser- El concepto más importante que Frankl inhombre. troduce, es la explicación de la noodinamia Juan Alberto Etcheverry, en relación a la en el hombre, por la cual éste primaria y dimensión noética, en su libro “Víktor originariamente tiende (intencionalmente) a Frankl y la logoterapia” (1990) escribe: la captación de un sentido especifico. Lo Frankl habla de espíritu dimensión fundamental en esta dinámica del espíritu humana por definición y también se refie- es la autotrascendencia y la capacidad de re a él como dimensión noética o Nous. autodistanciamiento que existen en el homEs en torno de este espíritu donde se bre. La autotrascendencia está presente agrupa la facticidad psicofísica, lo psico- como un elemento esencial, constitutivo del
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hombre. La autotrascendencia está presente como un elemento esencial, constitutivo del ser-hombre; por la que el hombre se distancia de si mismo y se orienta al mundo y a los otros, que es donde descubrirá la plenitud de sentidos y valores. En el autodistanciamiento (o antagonismo psiconoético facultativo) se produce el poder de oposición del espíritu: la capacidad propia de la espiritualidad que hace que pueda confrontar mi ser psicofísico desde mi libertad espiritual. Además el hombre posee la capacidad de autoconciencia que tiene la función de actuar como puente de conocimiento entre el yo óntico o fáctico y lo facultativo o antológico, es decir tomo conciencia de tener conciencia, de saber que soy un ser que puedo cambiar. La espiritualidad humana se deriva de lo que Frankl denomina el inconsciente espiritual. El inconsciente para Frankl es una dimensión amplia que tiene dos aspectos: un inconsciente impulsivo, lugar de las pulsiones inconscientes y un inconsciente espiritual, lugar de la espiritualidad inconsciente. “El inconsciente en el pensamiento Frankliano, va más allá del concepto psicoanalítico referido al inconsciente. Frankl ve algo más que impulsividad inconsciente o reprimida y, por el contrario, que es lo espiritual inconsciente, la existencia. Y la existencia, es decir lo espiritual, tienen como característica el ser irrefleja y por tanto es en sí misma irreflexionable”(4). Lo que caracteriza al ser humano es la dimensión de su espiritualidad que se manifiesta en la libertad y responsabilidad. El ser humano es plenamente humano cuando es capaz de ir más allá de donde es “impulsado” y llegar al ámbito en que es “libre y responsable”. El ser humano se deshumaniza cuando deja de ser responsable. Francisco Bretones, en su libro “Logoterapia: apelación a la vida como tarea” (1998) dice: La espiritualidad es la clave para entender la logoterapia. Pretender definirla no es la mejor manera
para entenderla. Mejor describirla como aparece: como un continuo proceso dinámico, una constante para aumentar en cada uno la tensión que supone la autoconciencia. Autoconciencia supone algo que muchos dicen que hacen pero que es privilegio de pocos: pensar. Pensar quiere decir pensar, encontrar que una cosa vale más que otra. Pensar es valorar. Valorar poder elegir responsablemente. Pensar para valorar. Valorar para poder elegir. En toda elección se realiza la autoconciencia. Y sólo se puede pensar desde el espíritu. Pensar supone como dice Ortega y Gasset “poderse ensimismar”. Entrar dentro de uno mismo, darse cuenta del peso que tienen las cosas. Verse por dentro. Verse desde afuera. Salir para entrar y así verse mejor. De esta doble visión nacerá una manera de pensar, de pensar la realidad. Pensar la realidad es fundamental para encontrar el sentido. Es en el pensar, y desde el pensar, que pueden entrar en actividad los componentes que constituyen las manifestaciones del espíritu como son la libertad, la responsabilidad y la conciencia. LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD El hombre es naturalmente libre, aún cuando este condicionado a partir de los mecanismos biológicos, psicológicos o sociales. La libertad humana posee dos características: es finita y es responsable. Es finita en el sentido de que su libertad no es omnipotente sino limitada pero a partir de esta libertad finita es libre de asumir una actitud u otra ante esos condicionamientos que le toca vivir. “La libertad es uno de los fenómenos humanos. Es un fenómeno demasiado humano. La libertad humana es finita, el hombre no está libre de condiciones, solo es libre de tomar postura frente a ellas. Pero las condiciones no le determinan. Depende del hombre, en última instancia, decidir someterse o no a las condiciones” Un sello característico de la libertad humana es ser responsable. Jaspers afirma “El hombre es un ser que se decide”, SE decide porque en cada decisión que asume se va
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las condiciones”(5) Un sello característico de la libertad humana es ser responsable. Jaspers afirma “El hombre es un ser que se decide”, SE decide porque en cada decisión que asume se va autoconfigurando, en cada decisión que hace configura su destino, la persona que es, el carácter que tiene y la personalidad en la que se convierte. “Como ser libre, el hombre es un ser que decide libremente. En el hecho de ser libre no está contenido ningún para qué de la libertad, mientras que en el acto de decidir aparece como dado previamente el de qué y el contra qué de la decisión: precisamente un mundo objetivo del sentido y de los valores, es decir, este mundo como un mundo ordenado, lo que significa como un cosmos”(6)
piritual se sumerge en una profundidad radicalmente inconsciente. Tal profundidad resulta, para la logoterapia, la fuente de todo actuar auténtico del yo espiritual “de hecho sucede también ahora que lo que llamamos conciencia alcanza una profundidad inconsciente, un fondo inconsciente que es donde tiene su origen; precisamente las grandes y auténticas decisiones del ser humano como “existentes” son siempre enteramente irreflejas y por ello también inconscientes. En su origen, pues, la conciencia se halla inmersa en el inconsciente”(7)
Para explicar la libertad humana es suficiente la existencialidad, sin embargo para explicar la responsabilidad humana, tengo que recurrir a la trascendentalidad de la conciencia. Responder implica otro al cual responderle y eso marca la nota fundamental de la responsabilidad, es decir, la trascendentalidad.
El fenómeno de la consciencia es el ámbito en el cual el hombre se manifiesta como esencia espiritual. “En este sentido la conciencia ha de ser también calificada de irracional; es alógica o, mejor aún, prelógica. Efectivamente, del mismo modo que existe una comprensión o inteligencia precientífica del ser y, previa todavía a esta última, una inteligencia prelógica, hay también una inteligencia premoral de los valores, asimismo fundamentalmente previa a toda moral explícita: precisamente la conciencia. Ahora bien, la conciencia es irracional porque, al menos en su inmediata realidad de ejecución, nunca es totalmente racionalizable; esto sólo puede darse en una etapa posterior, la conciencia sólo es capaz de descubrirse a una “racionalización secundaria”. Así todo “examen de conciencia” es únicamente concebible como algo que sucede después; por lo demás, también el fallo de la conciencia es en última instancia inescrutable”(8)
CONSCIENCIA Frankl recurre al análisis fenomenológico de la consciencia para profundizar sobre el inconsciente espiritual. El análisis fenomenológico localiza un estrato “primariamente no conciente”, según este análisis las grandes decisiones de la existencia humana no acontecen a un nivel consciente o reflexivo, como se suele creer, sino de manera del todo inconsciente.
En cuanto necesariamente irracional, la manera de proceder de la consciencia es esencialmente intuitivo. La consciencia efectivamente es toda intuición porque tiene la función de captar el significado concreto de una situación, es decir, nuestra tarea a realizar, nuestro “debe ser”. Deber ser que significa el sentido a realizar, para lo cual percibe alternativas y posibilidades de actuar el significado de la propia existencia.
Es decir, en el concepto Frankliano de libertad responsable, el hombre debe enfrentarse con la alternativa de una libertad de (como posibilidad de contraponerse u oponerse al destino) y una libertad para (como posibilidad de asumir la responsabilidad de existir).
Las decisiones existenciales que son com- Desde la visión logoterapéutica entendemos petencia de la consciencia existencial se a la conciencia como: dan necesariamente de manera del todo La experiencia de nuestra humanidad, inconsciente por el hecho de que el yo esde nuestro ser responsable.
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Desde la visión logoterapéutica entendemos a la consciencia como: (1) La experiencia de nuestra humanidad, de nuestro ser responsable. (2) Es inconsciente, espiritual, irracional y prelógica: es a priori, está en el hombre antes que el hombre tenga noticias de ello. No es aprendida por la deducción. (3) Es irreflexionable: se descubre en una racionalización secundaria. (4) Es intuitiva: la intuición entiende de metas, fines y valores. (5) Es personal: descubre al hombre lo “uno necesario”. Es un deber ser individual. (6) Es existencial, trascendente, libre y responsable: conciencia entendida como un saber compartido, yo y otro que es testigo de mi obrar.
(7) La conciencia es la voz de la trascendencia. (8) Es el órgano de sentido: facultad de descubrir y localizar ese único sentido que se esconde detrás de cada situación. Referencias: 1- Frankl, Víktor: “El hombre doliente, fundamentos antropológicos 2- Ibídem p.201. 3- Sin excepción ya que para Frankl lo espiritual se encuentra por encima de las categorías “enfermedad” y de “salud”, la enfermedad no afecta propiamente la persona-espiritual, sino sólo sus estratos periféricos (el soma y la psique). La enfermedad no podrá jamás localizarse en el ámbito de lo espiritual, donde la persona “verdadera y pro-
pia” permanece intacta e intocable. 4- Frankl, Víktor: “El Dios Inconsciente”, editorial escuela, Bs. As, 1966, Pág. 22. 5- Frankl, Víktor: “El Dios Inconsciente”, editorial escuela, Bs. As, 1966, 192 6- Frankl, Víktor: “Logoterapia y Análisis Existencial”, editorial Herder, Barcelona, 1990, Pág. 106 7- Frankl, Víktor: “La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión”, editorial Herder
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La Fundación Argentina de Logoterapia anuncia la realización del XXII Congreso Argentino de Logoterapia, “La Logoterapia ante los dilemas del mundo actual”, en Buenos Aires, del 27 al 29 de septiembre próximo. Por informes sobre el evento, ingresar a www.logoterapia-arg.com.ar, o dirigirse a info@logoterapia-arg.com.ar
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LOGOTERAPIA VINCULAR
TRANSFORMAR Y TRANSFORMARSE Por Lic.Analía Boyadjián Mail de contacto: porlafamilia@yahoo.com
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ablar de salud mental implica considerar la capacidad de lucha de una persona o de una familia, pareja, u otro sistema humano. Esto responde a la necesidad humana de solucionar conflictos, de enfrentar problemas y de vislumbrar respuestas a los pequeños y grandes enigmas que la existencia plantea en cada caso. Cuando una persona nos deja boquiabiertos de sorpresa y admiración, seguramente es porque apreciamos en ella un valor llevado a la práctica de tal modo que lo destaca y lo coloca ante nuestros ojos como una persona referente, valiente, significativa. Resulta muy raro admirar los actos que no promueven relieve existencial, por el contrario, hasta pasan desapercibidos, y esto a veces no es tan justo ya que en ciertas ocasiones la simpleza de una conducta, de una actitud también marca diferencia. En el libro Desde la adversidad, cada caso que plantea Alvarez de Mon, el autor, lleva el símbolo del héroe que luchó y, se entienda como se entienda si venció o no, por lo menos resistió a la embestida que trató de arrasar con sus fuerzas. Así, tomo uno de sus ejemplos: “cuando le pregunté a Juan Oiarzábal por las claves principales para triunfar como montañero de élite, me respondió: el factor
ambicioso, tener hambre de llegar es importante. También la preparación previa que hayas desarrollado antes, pero lo más crítico es la capacidad de sufrimiento. Si no has aprendido a sufrir, si no te has endurecido en situaciones extremas, estás perdido. Contra lo que se tiende a pensar, uno puede educar la capacidad de sufrimiento. Por ejemplo, recuerdo la última ascensión al Everest, sin oxígeno, después de terminar el tercer escalón. Es una escalada empinadísima, me tiré veinte minutos cara al cielo tratando de recuperar algo de oxígeno. Si no te has entrenado y sufrido antes, te aseguro que no sigues ascendiendo”. Cuando pensamos en el entrenamiento deportivo lo primero que se nos presenta es el trabajo con el cuerpo, pero hoy muchos profesionales de las altas competencias deportivas nos alertan sobre la preparación emocional y mental y la consideran tan fundamental como la física. Preparase y ejercitarse para aquellos momentos en los que se siente la tentación de abandonar la lucha, de caer desfallecido ante lo que todavía falta, de gritar de dolor o de pedir una mano que ayude…La actitud, la esperanza que alienta a seguir, el sentido que se sostiene en las instancias más decisivas, marcan el rumbo, lo direccionan. Cuando hablamos de resistir al sufrimiento, superarlo e incluso salir fortalecido, parecieran ser categorías utópicas o imposi-
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sufrimiento, superarlo e incluso salir fortalecido, parecieran ser categorías utópicas o imposibles de alcanzar. Sin embargo, y esto nos ofrece el concepto de resiliencia, educar esas capacidades puede ser una meta tan cotidiana y común a tantas familias, como puede ser el orientar al niño de 6 años, que cursa su primer grado, y que se queja de que “todo cambió, prefiero ir a preescolar porque allí jugaba mucho más”, con palabras y actitudes que construyan un mensaje como éste: “es muy lindo crecer, también es muy lindo jugar, pero ahora hay un orden nuevo, y hay momentos para jugar y otros para aprender con la maestra. Viendo que sos muy inteligente, podés hacer cada cosa en su mejor momento, aunque a veces sientas que tenés que hacer un esfuerzo, seguro vale la pena.” Esa madre o padre que educa validando el sentido por crecer, por conocer, por aprender, por disfrutar, por el orden, el respeto, el cuidado, el esfuerzo, la autoestima, estará educando a veces sin saberlo la capacidad de resiliencia. Y así favorece desde temprano el desarrollo de las fortalezas internas en el hijo que lo inspirarán tantas veces en su vida para no abandonar lo que le resulte difícil, para transformar lo negativo en nuevas posibilidades. Y la vida siempre nos ofrece nuevas posibilidades. ¿Las segundas partes siempre son buenas? Cuando nos gustó mucho una película o un libro, esperamos con ansias una segunda parte. Y muchas veces, esas mismas expectativas son las que nos hacen esperar más de lo que esas segundas versiones pueden ofrecernos. Pero no tomamos en cuenta que seguramente a la primer versión la hemos recibido sin tanta carga (“Si yo pudiera, hoy como ayer, querer sin presentir”, reza un tango famo-
so), y eso fue bueno, siguió un proceso natural de dejarnos sorprender, de poder apreciar, disfrutar de la novedad. Me sucedió con el primer libro que leí de Sandor Marai, El último encuentro. Me lo habían recomendado como muy bueno, sin darme demasiadas explicaciones. Y caí en sus redes, me transporté desde el espíritu del autor y su impronta narrativa…y al terminarlo, seguí comprando más de sus libros. Hasta que me cansó tanto, el mismo estilo, me resultaba pre-decible. Más tarde comprendí que hay autores que hay que leerlos de a poco, y dejar pasar un buen tiempo entre un texto y otro. En la vida real, existen algunas situaciones en las cuales la segunda parte se vive con otro aplomo, se disfruta más relajado, o incluso no se ve tan cargada de ansiedad. Es muy típico el caso del abuelo que puede disfrutar del nieto, o incluso es mucho más demostrativo de lo que pudo haber sido como padre con su propio hijo. O el caso del primer hijo que se lo vivió con mucha ansiedad y temores a no hacer las cosas bien, situación que decreció ante la llegada del segundo o tercer hijo, habiéndose ya monitoreado como madre o como padre. Y no puedo dejar de nombrar, aunque ejemplos abundan, los primeros años del matrimonio, con las exigencias de la con-vivencia, los nuevos aprendizajes de armado del espacio en común, de coconstruir proyectos, de buscar el equilibrio… Ese saber esperar, esperar a que “pase la tormenta”, ese saber manejar los tiempos, las propias ansiedades, la impulsividad, el cuidar de no confundir el coraje con la impaciencia y la imprudencia…así se va forjando el carácter, los valores del tesón y la constancia, la prudencia y la paciencia. Y estos son pilares en la educación familiar. Leyendo una revista española, me sorprendió una nota a un sociólogo de ese
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Leyendo una revista española, me sorprendió una nota a un sociólogo de ese país, Vicente Verdú, quien refería con el término “orfandad” al diagnóstico que hace de la actualidad: “efectivamente vivimos un momento de ausencias, muy enfatizado por la melancolía del pasado. Nos faltan líderes, nos faltan valores, los hijos hacen una vida independiente, con padres que no los entienden. Hay incomunicación en la escuela, esa ausencia de vínculo entre maestro y alumno, porque tienen esquemas de valores muy diferentes. No se encuentran soluciones a las crisis…” (rev. Telva, febrero 2012). Su concepto de orfandad me vuelve a remitir a familia. En el sentido de responder o buscar una solución a esta actualidad que Verdún reporta de ese modo. Y me dá más fuerzas para luchar buscando lo sólido: el buen amor que todo lo puede, el amor que todo lo cura. Por eso, voy a cerrar este artículo regalándoles el mensaje que recibí en un mail en estos días y que trata sobre lo que estamos tratando: “Así nacen las perlas: una ostra que no ha sido herida, no puede producir perlas. Las perlas son producto del dolor… resultado de la entrada de una sustancia extraña e indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena. Las perlas son heridas curadas, cicatrizadas. Las células de nácar cubren el grano de arena con muchas capas para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Como resultado, se va formando una hermosa perla”.
Campaña NO HAY EDAD Foro Nacional De Habitantes a Ciudadanos
En el marco de las acciones que lleva a cabo desde sus inicios el Foro Nacional “De habitantes a ciudadanos” promoviendo iniciativas que garanticen la inclusión social, se realiza la campaña “No hay edad” elaborada por el Equipo Técnico de Adultos Mayores del Foro junto al Consejo Publicitario Argentino. La campaña, que ya se está difundiendo por radio, televisión, vía pública, gráfica e internet, se desarrolló con el objetivo de resignificar el lugar de los adultos mayores y su valor en la sociedad promoviendo una visión positiva del envejecimiento y la vejez en la Argentina; concientizando sobre el valor de los adultos mayores y fortaleciendo su inclusión. “No hay edad” se desarrolló siguiendo esta misma línea de trabajo y tomando como punto de partida el Censo del 2001 según el cual el 14% de la población tiene más de 60 años y la tendencia indica que en el 2040 habrá tantos mayores de 60 como jóvenes de 0 a 14 años. En la actualidad, se tiene una percepción negativa del envejecimiento y la vejez. Los adultos mayores suelen no ser respetados sufriendo situaciones de maltrato, abuso y marginación por parte de la sociedad. La campaña “No hay edad” busca revertir esta realidad. Para ver la campaña, ingresar al siguiente enlace: www.habitanteaciudadano.org.ar/adulto s_mayores/multimedia.php
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CARTAS DEL DESIERTO de Guillermo Pareja Herrera
LO QUE PUEDO PERDER Por Lucila González (CLAE, Argentina) Mail de contacto: luligon@hotmail.com El Dr.Guillermo Pareja Herrera nos tiene acostumbrados a sus mensajes vivificantes, plenos de significado, volcados en publicaciones de obligada referencia para todo humanista interesado en madurar un pensamiento consistente y comprometido con la persona humana. Pero su obra no solo está restringida a libros académicos. Su sensibilidad se expresa creativamente a través de sus “Cartas desde el Desierto” con la misma calidez y profundidad que caracteriza su discurso científico. Mes a mes y con regularidad, vamos presentando algunas de sus “Cartas”, breves reflexiones sobre la vida misma, las cuales son comentadas cada vez por algún colaborador de LOGORED. En esta oportunidad, el encargado de hacerlo será Antonio Vargas (Lima, Perú)
La carta: Lo que puedo perder Parte importante de nuestra residencia en nuestro planeta tiene que ver con nuestro afamado punto de vista, visión del mundo y percepciones particulares. Tengo en cuenta esa dimensión que fue resumida admirablemente por Confucio: Por la pequeñez de un gusano podemos perder la grandeza de un arco iris.
La Reflexión
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uando leí la carta por primera vez pensé en varias cosas, pero hubo algo que llamó poderosamente mi atención, la insistencia de Guillermo con el pronombre posesivo Nuestro (planeta, residencia, punto de vista) como teniendo la necesidad de hacer énfasis en la tendencia que tenemos los seres humanos de aferrarnos a lo que vemos, percibimos, pensamos, sentimos y creemos conocer, propio de una actitud pequeña como la del gusano. ¿Qué es tener una actitud pequeña? Como no me puedo resistir, fui en busca de la palabra en el diccionario de sinónimos y esto fue lo que encontré ¨reducido, corto, chico, diminuto, minúsculo e insignificante¨ creo que se aplica perfectamente al gusano ¿y a nosotros? ¿A dónde nos conduce esta actitud? A perdernos la grandeza del arco iris dice Confucio y por qué no a perdernos a nosotros mismos al cerrarnos a nuestro punto de
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vista y a nuestras percepciones particulares. Es increíble lo que podemos llegar a perder por elegir vivir en tinieblas y no atrevernos a salir de abajo de la tierra, por no animarnos a ir más allá y corrernos de esa posición, alejarnos un poco y contemplar la creación, el todo que nos rodea y no solo nuestro ombligo. Mirar al otro y descubrir como ese otro contempla el arco iris, seguramente de una manera diferente que nos complementa y enriquece. Finalmente pensé en el arco iris y que es lo que éste representa para mí y llegué a
la conclusión de que ese arco iris es La Verdad, no mi verdad, sino esa Verdad en mayúscula que compartimos y buscamos entre todos. Gracias Guillermo por animarnos a reflexionar sobre nuestros puntos de vista e invitarnos a salir de entre las piedras para no perdernos la oportunidad de contemplar la grandeza de la creación.
Lucila González
Para todos los interesados en conocer más en detalle la obra del Dr. Guillermo Pareja Herrera en referencia a sus “Cartas desde el desierto”, LOGORED sugiere que se acerquen a los volúmenes editados por Editorial San Pablo (Argentina) Los volúmenes 1 y 2, reúnen algunas de las cartas del autor, cartas que “son de pies ligeros, viajan a lo largo y ancho de nuestra mayúscula América, desde el desierto chihuahuense hasta la Patagonia Argentina y desde el Pacífico hasta el Atlántico. Llevan y traen el sentir y los anhelos de nuestra gente”, según figura en la presentación de los mismos. Este material reúne una selección hecha por le mismo autor, de algunas de sus mejores cartas, y para aquellos que prefieran escucharlas, pueden optar por la adaptación del material al formato de audio, en la voz del mismo Guillermo Pareja Herrera , la cual es acompañada por agradables melodías musicales de fondo.
Cartas desde el Desierto, Vol. 1 y 2 Cartas desde el Desierto, Audiolibro
Editorial San Pablo, Argentina
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El Comité Organizador del 1º Congreso Persona, Mundo y Coexistencia, ha comunicado la realización del evento en Lima, el próximo mes de septiembre. Para toda información referida al congreso, actividades pre-congreso y demás detalles, ingresar al web del congreso o contactarse con E-mail Congreso: Congreso@logoterapia.pe / Facebook Congreso: Persona Mundo Coexistencia