La huella de Viktor
EDITORIAL La huella de Viktor Por Claudio García Pintos
LENGUAJE, SALUD Y PSICOPATOLOGÍA (pp.3-5) AUNTES DE DOCENTE
¿ES LA LOGOTERAPIA UNA PSICOTERAPIA? (pág. 6-9)
EL SENTIDO DE LA VIDA (pp. 10-17) MOBBING: CRÓNICAS DE VACILACIÓN (pp.18-19)
LA PAGINA DE CAVEF (pág. 20-22) ENTRE LOS LIMITES Y LA LIBERTAD (pp. 23-24) VIKTOR FRANKL Y JUAN BAUTISTA TORELLÓ (pág.25-29) LA TERCERA ESCUELA VIENESA DE PSICOTERAPIA. UNA REVISIÓN MÁS ALLÁ DE FRANKL (pág. 30-44) LOGOTERAPIA VINCULAR
LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL DESDE LA LOGOTERAPIA VINCULAR (pp. 46-47) LA PAGINA DE LOGOFORO (pág. 48)
Muchas veces se plantea y replantea la cuestión sobre la relación del hombre y el tiempo. La cosa es así: ¿es el tiempo el que pasa por el hombre, o es el hombre el que pasa por el tiempo? Debates metafísicos de envergadura discurren sobre estas cuestiones y proponen alternativas diversas. Desde la vivencia particular de un simple ―existente‖, sin pretensiones metafísicas ni siendo un filósofo de la naturaleza, creo que en realidad la respuesta es sencilla. Siendo que hombre y tiempo son dos variables dinámicas, móviles, es lógico pensar que puedan darse ambos procesos. Si uno de los dos fuera estático, sería posible pensar que uno ―pasara‖ por el otro. Es decir, creo que el tiempo pasa por nosotros y nosotros pasamos por el tiempo. Cuando el tiempo pasa por nosotros deja sus huellas, inexorables e inevitables, aquellas mismas que llamamos ―envejecimiento‖ Las canas, las arrugas, los cambios físicos, todas ellas son señales de su paso. Del mismo modo, cuando nosotros pasamos por el tiempo, también dejamos huellas de nuestro tránsito. Aquellas son inevitables y no podemos más que aceptarlas. Pero estas, son responsabilidad genuina de nosotros mismos. Aquello que de testimonio final de nuestro paso, aquello que hablará de nosotros mismos, que revelará quienes somos y quienes
EDITORIAL hemos sido, aquello mismo es responsabilidad indeclinable. Nuestras obras, aquello que hemos hecho y dejaremos para siempre en este mundo, el producto de nuestro trabajo, todas las sonrisas regaladas, la huella de nuestra presencia, todo eso y mucho más, dará cuenta de que ―hemos pasado‖ por este tiempo. Pero lo que mayor testimonio dejará de nosotros, es aquello que hemos amado. Nuestra firma, nuestro sello, nuestra huella digital más profunda, queda revelada a través de lo que amamos. Tal como cantaba el querido y siempre admirado Facundo Cabral, ―si el hombre es lo que ama‖… me conocerán a través de lo que amo. Si les hablara ahora de alguien que amó tanto a la persona humana, que se entregó en el servicio; que amó tanto a su esposa, que juntos eran la luz y el calor; que amó tanto a sus alumnos y a los jóvenes, que era incansable en el aula; que amó tanto a su Dios y a la vida, que era imbatible su esperanza… ¿podrían darse una idea de cómo es ese alguien? Claro que sí. Ante un nuevo aniversario del fallecimiento de Viktor Frankl (02 de septiembre de 1997- 2014), no pregunten cómo era, tengan en cuenta lo que amaba. Admirado Dr.Frankl, gracias por tanto trabajo. Querido Viktor, gracias por tanto amor. Descansa en Paz.
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LENGUAJE, SALUD, Y PSICOPATOLOGÍA Por José MARTÍNEZ-ROMERO GANDOS Mail de contacto: sentido@cop.es
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alud y libertad están siempre íntimamente ligadas, ya que lo que caracteriza al hombre sano es el sentimiento del uso de la libertad en su peculiar modo de existencia pero ligada a la responsabilidad frente a la comunidad a la que pertenece. Cuando hacemos coincidir nuestra libertad con el orden asignado a nuestra vida personal en la comunidad, nos sentimos sanos. La enfermedad mental, en cambio, es el anuncio de nuestro apartarnos de la expresión auténtica de nuestro proyecto y la constatación de nuestra integración a un mundo extraño, extranjero Cabe recordar aquí que, etimológicamente, extranjero está ligado al concepto de aquel que fue desterrado de la patria, el ―alienus‖, mas allá de la linea demarcatoria de la Ciudad de Roma. Este concepto se relaciona con ―extraño‖ (del latin ―estraneu‖ y de allí se deriva ―extranjero‖) que es ―aquel que viene de otro país‖. Recordemos al gran Pinel quien ha creado el término ―alienación‖ para englobar a todas las psicosis, queriendo significar que el enfermo mental se ha hecho ―extraño‖ (alienus) a sí mismo. En este trabajo continuamente oponemos ―alteridad‖, como la posibilidad de ser uno mismo, libre y responsable, frente al otro, a ―alienación‖ como el poder ilegítimo de lo inauténtico que ocupa el primer plano de su existencia e impide la plenitud del ser y el uso responsable de su libertad.
El polémico campo de las neurosis nos muestra personas con distintos modos de condicionamiento de su libertad. Sus manifestaciones se hallan impregnadas de angustia, tanto en el lenguaje como en su expresión significativa corporal. La ambivalencia es el sentimiento predominante. La angustia del neurótico es descripta por Von Gebsattel[1] como ―el barómetro que mide la nada‖. Y continúa diciendo este autor:‖Que se es libre y no se es libre, que aunque se está no se es, que se desea huir, pero no se sabe de qué ni donde, en esto consiste la paralizante, acechante dualidad de la angustia, una osciliación del hombre angustiado entre la posibilidad de querer y la impotencia de la voluntad, una disposición de ánimo que Kierkegaard llama con gran acierto ―vahído de la libertad‖‖. En las entrevistas realizadas para nuestra Tesis hemos encontrado muchas referencias a este estado en los momentos previos a la decisión de partir hacia lo desconocido de la emigración. Sujetos pasibles de recibir la influencia de personas cercanas a su circunstancia, no deciden en libertad y responsabilidad y son llevados hacia la partida sin su verdadero consentimiento. Una vez en el país de acogida pueden permanecer en esta ambivalencia, bloqueando la realización auténtica de un proyecto de vida. Este mundo del neurótico, plagado de mecanismos de defensa que pauperizan su creatividad y disminuyen los efectos de la libertad, casi siempre culmina en un colorido repertorio de síntomas de origen hipocondríaco. Si predomina la negación prefieren mimetizarse con el medio de acogida e
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i n t e n t a r p r o d u c i r u n a i m a g e n Frente a la oscuridad que presenta la perso―adaptada‖ a las circunstancias del me- na para la captación de ese sentido, el signo dio. intenta la universalización de lo que al saber Se nos muestra evidente en la enferme- objetivo le está vedado reseñar. Se establedad la importancia de los signos, espe- cen, así, conciliaciones posibles entre la vicialmente los expresados por la palabra vencia subjetiva y la interpretación de los y el lenguaje. Este lenguaje nos exige signos que ésta persona produce, de los cuadesde su constitución y cualifica nues- les el lenguaje es uno de los principales. tras interpelaciones existenciales por la El lenguaje es la expresión de la actividad de amplitud de su horizonte posible. La pa- la conciencia que da cuenta de vivencias labra y el lenguaje son nuestras princi- únicas e inenarrables en su verdadera dipales herramientas en las entrevistas mensión. psicológicas. Podríamos apelar, como tantos colegas presCuando digo ―yo‖ esta palabra, como sig- tigiosos lo han hecho, a la proyección de esno, representa una parte de mi psique tas vivencias. Utilizaríamos pruebas proyecmuy indiferenciada en la interpelación tivas que darían cuenta de una parte del que realiza ―el otro‖. Cuando agrego ―yo fenómeno. ¿Porqué le damos, entonces, tanamo‖, el horizonte se amplía subjetiva- ta importancia al lenguaje, si no es mas que mente, casi hasta el infinito. Infinito del la huella mundana de un tránsito vivencial? amor que solamente ―yo‖ completo. Pero ¿Por qué aceptará la ciencia que en nuestro cuando digo ―Yo, José, amo a Pilar‖, la trabajo hermenéutico alcancemos una reinterpelación no se limita a mi ―yo‖ sino construcción aceptable de tantos fragmentos que compromete al ―otro‖, Pilar. dispersos en el fondo endótimico personal de Se pone en juego algo que debe centrar- cada entrevistado? se en la lectura cualificada. Pilar inter- Creemos que la proyección, parcialmente, pretará una cualidad existencial especial ilustra sobre la conflictiva subyacente. Pero del signo ―amor‖. El espectador tendrá es en la interpelación en que confiamos. su propia versión. La interpelación es la apelación que uno reaEl signo es la sombra proyectada de ―mi liza al otro, para llamarlo, valga la redunamor‖ pero no debe negarse a compren- dancia, a un destino común. Apelamos al der lo que ella (la proyección) no ha pro- otro como investigadores y como psicólogos ducido como totalidad. Los distintos mo- para que nos manifiesten, a través del lenmentos en que expreso ―mi amor‖ contie- guaje, lo que sintieron, sienten y esperan en nen diferentes subjetividades emitidas relación a este proceso migratorio. por el mismo sujeto. Allí es donde se instaura la necesidad del otro que escucha. En la apelación al otro para que se exprese Y esta ―escucha‖ puede ser pasible de en relación a este sentido especial, hacemos análisis objetivo. Solamente cabe pre- uso del conocimiento que poseemos sobre la guntarse si este análisis será verdadera- emigración y proponemos que servirá para mente objetivo, efectivo, legítimo y fe- alertar a la humanidad sobre las consecuencias psicológicas que enfrentan los migrancundo. tes. Prometemos la solidaridad con quienes En el despliegue de la existencia munda- la padecieron desde nuestro compartir el na cada hombre se enfrenta con la sole- mismo ―solum‖ natal. Ofrecemos la ―cura‖ (el dad de su proyecto, una tarea formida- cuidado) del otro sabiendo que, a través de ble que intenta superar la angustia por este vínculo especial establecido en el relato la finitud de su propia empresa. Cada de su historia de vida, nos obliguemos a inuno es único e irrepetible frente a este terpretar de la mejor manera su posibilidad proyecto. Y la tarea se presenta como de alteridad o alienación. una lucha constante por sostener el senLa interpretación de los signos es una pretido de vida.
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predicción que la conciencia del investigador realiza para acercarse a lo originario del saber. Al realizar una investigación comprometida con el otro y su realidad histórica e inmediata, cumple con lo originario de su saber. En nuestra calidad de psicólogos existenciales, este tipo de investigación nos acerca a nuestro deber esencial que es el de detenerse, escuchar y comprender al otro, con quien nos encontramos en una relación de vínculo circunstancial.
gustia, nuestra interpretación del fenómeno aprovecha la perplejidad que todo científico experimenta frente a lo real y se dirige a dar cuenta de muchos acontecimientos que desbordan el alcance de la razón y se acrecentan en la escucha ―de corazón‖ para comprender cabalmente el sufrimiento del otro y el sentido de su vida.
Llega a nuestra conciencia, es decir, somos concientes que esta tarea nos acerca también a un imaginario de poder. Templados en la escuela de lo inexplicable cuando asistimos al otro que enfrenta la muerte, la enfermedad, la crisis o la an-
(Extracto del Capitulo de la Tesis Doctoral
―Emigración y Psicología Alteridad y alienación en los emigrantes gallegos al Río de la Plata‖ – 2005) Publicado por Martínez-Romero Gandos, José V. en miércoles, mayo 04, 2011 logoterapiagalicia.blogspot.com.ar
El deporte y el arte son instrumentos esenciales para EDUCAR a niños y jóvenes, y dar testimonio vivo de que la PAZ es posible. GENERARTE y CAVEF acompañan el programa SCHOLAS OCURRENTES y participan de la iniciativa de SS.Francisco.
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ompartiendo la reflexión y el debate con colegas y amigos, muchas veces aparece la cuestión de sí la Logoterapia frankliana es realmente una psicoterapia. La duda acontece a partir de algunas expresiones del propio Frankl, refiriéndose a su propuesta como ―complemento‖ de la psicoterapia y, en ocasiones, como ―sustituto‖ de la psicoterapia. De tal modo, la cuestión es: si la complementa, no es psicoterapia; si la sustituye, no es psicoterapia. Creo que para poder comprender las expresiones franklianas y el propio lugar de la Logoterapia en el contexto de la Psicología moderna, primero deberíamos detenernos en definir o delimitar las categorías con las que pretendemos clasificarla. Veamos. Salud/Enfermedad
o una condena (o consecuencia) de debilidades personales. Luego comprendimos que existen mecanismos físicos, orgánicos, fisiológicos, que justifican o explican los procesos mórbidos de una naturaleza humana corruptible, sea por agentes que la afectan o, simplemente, por usura (por el uso del cuerpo) Más tarde, la irrupción del componente emocional en el universo de las explicaciones, pudieron ampliar el horizonte de la cuestión, y supimos que, más allá de lo meramente orgánico y fisiológico, pueden identificarse resortes o mecanismos más abstractos (por llamarlos de alguna manera) pero igualmente contundentes al momento de enfermar-curar, asociados con el misterio de las emociones, vivencias, fantasías, impulsos, deseos, etc. Así, creímos por un tiempo que ya habíamos completado el espectro de posibles desarrollos de la salud-enfermedad. Sin embargo, la aparición del espíritu en las ciencias de la salud (antes era exclusivo imperio de la filosofía o la religión), ―pateó el tablero‖ –por decirlo de manera coloquial- y hace presente una nueva posibilidad: la de enfermar o curar por motivos espirituales.
La temática de la salud ha madurado a través del tiempo, acorde a cómo se ha ido entendiendo y comprendiendo el hecho de enfermar (y, por ende, el de sanar/curar) Desde interpretaciones misteriosas y místicas, otras exclusivamente fisiológicas u orgánicas, algunas psicosomáticas, pasando por las eminentemente emocionales, Sin atribuirle a Viktor Frankl la paternienfermar y curar es ámbito de interpreta- dad exclusiva de dicha revolución (para no correr el riesgo de ser injusto con otros ciones variadas. tantos científicos), sí es posible afirmar Sin pretender (en absoluto) historiar la que ha sido uno de los principales expoevolución que ha sufrido la saludnentes de este giro copernicano en la comenfermedad a lo largo de la evolución de la prensión del enfermar humano. Humanidad, simplemente refiero que partimos de considerarla con ribetes de un Lo cierto es que cada época, no solo justificierto misticismo, un castigo de los dioses ca un estilo de vida particular (lo que vul-
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garmente llamamos ―cultura‖, entendida como estilo de vida vigente, la cosmovisión de cada época), sino también, una nueva modalidad para comprender y abordar el modo propio de enfermar de cada cultura. Inicialmente fueron los médicos brujos de las tribus y curanderos, luego aparecieron los médicos diplomados científicamente, posteriormente los médicos-filósofos que terminan deviniendo en psicoterapeutas, y, últimamente, un conjunto variado de personas honestamente interesadas en el hombre, que, en un arco de propuestas amplísimo y de diferente sustento teórico, hacen sus aportes desde las terapias alternativas, el ―new-age‖, la meditación, hasta el mindfulness, la psicología positiva, etc. Lo que me queda por claro es que el misterio de la persona humana es tan profundo e inabarcable, que la comprensión de sus manifestaciones se nos hace difícil, a partir de nuestra pretensiosa intención de lograrla desde un solo punto de vista. Por eso mismo, ha habido y sigue habiendo, espacio para brujos, curanderos, médicos, psicoterapeutas, terapeutas alternativos, etc. Todos conviven y hacen sus aportes, desde la ilusión de lograr la cura o sanación del sufrimiento del hombre. Esta sobresimplificación del tema, no exenta de posibles inexactitudes puntuales (reitero que no pretendo historiar la cuestión ni ser preciso) sirve como un amplísimo marco para detenerme en lo que sí representa mi interés actual. Esto es, si la Logoterapia es una psicoterapia. La primera presentación que hace Frankl de su método, lo refiere como un ―complemento‖ de la psicoterapia. A partir de esta declaración, muchos insisten en considerar que, entonces, no es una psicoterapia sino una simple ―técnica‖ que puede instrumentarse en el contexto psicoterapéutico. Sin embargo, estas afirmaciones omiten un detalle de relevancia. Viktor Frankl se forma en un contexto científico copado por la figura de Sigmund Freud. Todos los jóvenes, particularmente los vieneses, querían ―ser Freud‖ y, de hecho, su figura generó una revolución científica de
envergadura indiscutida. Si bien ya existían antecedentes de peso, tales como los trabajos de Charcot, por señalar solo uno de ellos, fue Sigmund Freud quien introduce un método revolucionario para entender, comprender y actuar sobre el enfermar humano, que terminará conociéndose como ―psicoterapia‖. Obviamente, el abordaje de la ―psicodinamia‖ no era susceptible a través del acto meramente clínico-médico, y necesitó de un método propicio (psicoterapia), también conocido o descripto como ―cura a través de la palabra‖ Ya no eran solo fármacos o intervenciones quirúrgicas o prácticas de laboratorio, sino que la psicodinamia se ―expresaba‖ a través de un ―nuevo y distinto lenguaje‖, y la palabra era el instrumento fundamental para entrar en diálogo con ese misterio inconsciente (in/consciente, sin conocimiento), develarlo, ordenarlo, hacerlo consciente (con/ciencia, con conocimiento) Lógicamente, el impacto científico del aporte freudiano fue tan profundo, que sacudió las estructuras del ámbito de la salud mental. Superando resistencias iniciales (y lógicas), la psicoterapia termina siendo aceptada científicamente. Pero, obviamente, por ―psicoterapia‖ se entiende casi con exclusividad, aquello que define el psicoanálisis freudiano. En ese contexto, aparece Viktor Frankl tratando de proponer un modelo distinto, introduciendo lo espiritual como una cuestión terapéutica. Esto significa una lucha por rescatar el concepto de espíritu del ámbito de la filosofía y llevarlo al ámbito de la salud mental, y, por ello, su primer libro científico se llama ―La cura médica de almas‖ (―Arztliche Seelsorge‖ en el original, cuya traducción al español lo presenta como ―Psicoanálisis y Existencialismo‖) Choca su propuesta con el deslumbrante aporte freudiano, y este ―choque‖ le significa a Frankl una vacilación personal y profesional importante. Recordemos que, regresado a Viena y gracias a la gestión de su querido amigo Paul Polak, Frankl ingresa a trabajar en la Policlínica de Viena de la calle Mariannen-
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gasse 10, y es desde allí desde donde pue- Entonces, ¿es psicoterapia? de impulsar su nueva teoría. Si bien ya Tomando en consideración lo anterior, enhabía hecho experiencia antes de la guerra tiendo que: en el Rothschildspital y en Steinhof, ahora tiene una posición personal y profesional más dispuesta para hacerlo. Pero un am1- No es psicoterapia en sentido esbiente psicoanalista le resulta hostil a sus tricto. Quiero decir, en el sentido orpropuestas ―más filosóficas‖ por llamarlas todoxo. La psicoterapia es ―cura a de alguna manera. La hostilidad fue tal través de la palabra‖ y por eso hace que, hasta llegó a sentirse burlado en amnecesaria la interpretación del lenbientes profesionales al plantear sus ideas. guaje inconsciente. La Logoterapia Tan es así que, en los primeros años de la es ―cura a través del sentido‖, y solo década del ´50, hasta pensó en salir de hace necesaria la promoción de la Viena y radicarse en Australia junto a su confrontación conscientehermana Stella. Pero la intervención oporinconsciente, la confrontación con la tuna (y providencial) del Rebe Schneerson persona espiritual. (de Brooklyn, EE.UU.) haciéndole llegar un mensaje a través de Margaret Chajes, pi2- Es psicoterapia en sentido amdiéndole que continúe en Viena y luche plio, si por tal entendemos el tratapor sus ideas, augurándole que significarmiento que tiene como objetivo el ían de gran provecho para la Humanidad, cambio de pensamientos, sentimienlo convence de persistir. Al poco tiempo es tos y conductas. nombrado profesor titular de la Universidad de Viena y desde allí, su trabajo cobra 3- No es una técnica complementamayor envergadura y trascendencia. ria de la psicoterapia, sino un método psicoterapéutico completo y disDesde esta brevísima semblanza del motinto, sostenido por un sistema mento, comprendemos por qué Viktor (teórico, filosófico y técnico), que perFrankl llama a su propuesta como mitió a Soucek llamarlo ―tercera es―complemento‖ de la psicoterapia. Lo que cuela de psicoterapia de Viena‖, y a pretende ―complementar‖ no es el proceso Allport denominarlo ―el tercer movipsicoterapéutico sino, ¡el universo vigente miento‖. de las propuestas terapéuticas! Es decir, al margen, más allá de la psicoterapia (que por entonces era exclusivamente psicoanálisis), Frankl nos propone ―otro método‖, que complementa la oferta de posibles abordajes del sufrimiento humano. Más tarde, en otro trabajo, habla de ―sustituto de la psicoterapia‖; debemos entenderlo en la misma línea. Es decir, para aquellos casos en los cuales el sufrimiento del paciente no es ocasionado por los mecanismos descriptos por la psicodinamia ortodoxa, el tratamiento con psicoterapia (léase, ―psicoanálisis‖, el freudiano y todas sus derivaciones), puede ser sustituido por otro tipo de abordaje terapéutico, más propicio y, por ende, efectivo, que es la logoterapia.
Es el propio Viktor Frankl quien puede aclarar esta cuestión, precisamente, en su primer libro teórico, diciendo: ―Pues, hemos puesto de relieve la necesidad de complementar la psicoterapia tal y como viene siendo practicada, con un método psicoterapéutico que se mueve, por así decirlo, más allá del complejo de Edipo y del de inferioridad o, en términos más generales, más allá de esa dinámica y que, por detrás de los padecimientos psíquicos del hombre neurótico, se da cuenta de su combate espiritual. Se trata, por tanto, de una psicoterapia que arranca desde lo espiritual‖ (de Psicoanálisis y Existencialismo, FCE, 1991, pp. 3031)
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Más allá de todo, siempre prefiero la definición de Irving Yalom (Psicoterapia existencial, Herder, Barcelona): ―La Logoterapia de Frankl no pertenece ni a las escuela psicoanalíticamente orientadas, ni a la psiquiatría formal, ni a los estudios religiosos, ni a la psicología de orientación conductista y, ni siquiera, a los movimientos
pop de desarrollo personal. La Logoterapia es, finalmente, Logoterapia‖ En lo personal no me considero un ―psicoterapeuta‖, ni siquiera un ―terapeuta‖. Prefiero presentarme como un ―analista existencial‖ que acompaña a aquel que busca sentido y al que sufre cuando no lo descubre.
José SARAMAGO Premio Nobel Literatura
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EL SENTIDO DE LA VIDA Por Jorge Urien Berri Entrevista de Jorge Urien Berri Diario LA NACIÓN, 20 de enero de 1991, Buenos Aires
Autor de “Ante el vacío existencial”, “El hombre en busca de sentido”, “La presencia ignorada de Dios”, “La psicoterapia al alcance de todos”, “El hombre doliente” y otros libros que le han granjeado gran notoriedad por su contribución a la psicología del último medio siglo, el doctor Frankl expone para LA NACIÓN, aspectos sustanciales de su pensamiento
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iktor Frankl pertenece a la estirpe de los hombres con una misión. Se los reconoce por una mezcla de serenidad, apasionamiento y grandeza. Y porque nunca admitirán que la misión está cumplida. La fuerza interior de este neurólogo y psiquiatra de 85 años, creador de la logoterapia y sobreviviente de los campos de concentración, es la misma del joven de 19, a quien Freud publicó un artículo en la revista Internacional de Psicoanálisis. La misma que lo retuvo en su Viena natal (la de Wittgenstein, Schnitzler y Popper) cuando irrumpió el nazismo. Frankl, de ascendencia judía, recorrió tres campos de concentración. En Auschwitz se convirtió en el prisionero 119.104 y estuvo frente a frente con Mengele. Enb los campos perdió a su esposa, a sus padres y a un hermano. Y también el manuscrito de su primera obra: Psicoanálisis y Existencialismo. ―Cuando tuve que arrojar el manuscrito en Auschwitz me dije: ahora tengo la oportunidad no ya de escribir algunas ideas, sino de vivirlas. Vivir lo escrito – cuenta durante su quinta visita a Buenos Aires- es algo pleno de sentido‖
Pleno de sentido, una frase recurrente en la entrevista y en la obra de Frankl. En el concepto y la vivencia del sentido de la vida, Frankl encontró la piedra basal para la teoría y práctica de la logoterapia (del griego ―logos‖, que en una de sus acepciones es ―sentido‖) Las dos primeras grandes corrientes de la psicología concibieron un hombre condicionado. El psicoanálisis vio en él, un compuesto psicosomático gobernado por instintos y pulsiones. El conductismo, un conjunto de respuestas a estímulos. Luego la psicología humanista o existencial (con Abraham Maslow, Karl Rogers y Frankl) agregó al cuerpo y a la psiquis la dimensión espiritual e introdujo el concepto de libertad. “El hombre –explica Frankl en la confitería de un hotel porteño- se mueve en tres dimensiones: la biología, con sus causas orgánicas de enfermedad; la psicológica, donde juegan las causas psíquicas de las neurosis, y la noológica o dimensión del fenómeno verdaderamente humano, donde hay, por ejemplo, conciencia moral y el amor diferenciado del sexo. En este plano, alguien que piensa que la vida no tiene sentido, puede desarrollar una depresión por causas puramente existenciales‖
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Como Freud y Adler, Frankl se aplicó al estudio y cura de las neurosis. Sólo que para él no todas derivan de lo sexual, como sostuvo el padre del psicoanálisis. Ni de la voluntad de poder, como propuso Adler. Las neurosis noógenas sobrevienen cuando la vida se vacía de sentido, cuando vivir es apilar mecánicamente horas y días. Como destaca el doctor Oscar Oro, presidente de la Sociedad Argentina de Logoterapia, la actitud ante la vida puede ser el factor enfermante. ¿Cuándo pasamos de la angustia o desesperación sanas al ámbito de la enfermedad mental? Enfermedad mental no es un diagnóstico psiquiátrico. Puede ser una neurosis, pero también una psicosis. La desesperación nunca es sana, porque es sufrimiento, y el sufrimiento no es sano. Hay, sí, una desesperación fructífera en términos existenciales, cuando no puede evitarse la causa del dolor y damos un sentido al sufrimiento ¿Arte y dolor a veces parecen necesityarse. Van Gogh y Dostoievsky volcaron el dolor en sus obras. Exacto. Sufrían epilepsia, una enfermedad de causa orgánica. Pero el sufrimiento no es indispensable para el arte. Si usted está condenado a sufrir sin ayuda, entonces tiene la oportunidad de hacer lo mejor que pueda con el sufrimiento. Sublimarlo, para usar el término acuñado por Freud.- El logro espiritual de esos artistas consistió en que fueron grandes artistas, no a causa del sufrimiento sino a pesar de él. Si en vez de epilepsia hubieran sufrido profundas neurosis, ¿les convendría haberse sometido a terapia? Un famoso poeta austríaco dijo: “No dejaré que el psicoanálisis cure mi neurosis, pues perderé mis capacidades artísticas”. Pero no puede tomarse en forma incondicional. Recuerdo, sin embargo, el caso de un hombre a quien no había posibilidad de curar su neurosis obsesivo compulsiva
pues era mayor. Sí de disminuir el sufrimiento, aunque al precio de que no pudiera dedicarse a su trabajo tanto como antes. Se trataba de una de las máximas autoridades mundiales en desciframiento de jeroglíficos. Su compulsividad neurótica lo mantenía inmerso en su mundo, y yo no quise quitárselo. Era preferible que la humanidad se beneficiara de este especialista y no que él perdiera su neurosis. El amor tiene un papel importante en su sistema. ¿Hay una escala ética para el amor? Muchos artistas hicieron sufrir a quienes los rodeaban, postergándolos en beneficio de una obra que, por el solo hecho de haber sido ejecutada, supone un cierto amor por la humanidad o el prójimo. ¿Un amor perjudicaría al otro? No lo creo. Pero el caso podría aplicárseme. Mi esposa tuvo que sacrificar su vida por mí. Temblaba ante la posibilidad de que tuviera un colapso en una conferencia, pues no puedo hablar más que dándome por entero. De otro modo no tiene sentido para mí, y mucho menos para mi audiencia. No se sacrificó por mí, sino por mi trabajo. Sabe que a mi edad tengo el privilegio de vivir lo que enseño. Sería uno de los sentidos de su vida… Hay una voluntad de sentido, y en la medida en que haya una misión para llevarlo adelante, mi salud puede resistir los sacrificios. Me arrogo el privilegio de poseer una voluntad de sentido. Estoy obsesionado, no psiquiátrica sino humanitariamente obsesionado, porque siento que debo dar, debo dejar algo ¿Y no piensa que ya ha dejado bastante? Espero haberlo hecho, y que por algún tiempo me sobrevivirá. Cuando me invitaron a la Universidad de Stanford, mis colegas me enfrentaron con una mujer con cáncer que sabía que moriría en un par de semanas. Tenían curiosidad por lo que yo podía decirle. Dejé que hablara. Ella, lamentaba abandonar a su familia y a su hijo. Casi golpeé la mesa con mis puños y le dije: “Ahora escúcheme, usted está desesperada, pero
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yo le pregunto cuán desesperada estaría una mujer que no tuviera nada que dejar al mundo”. En un momento ella comprendió su fortuna y empezó a sonreír ¿Qué ocurre cuando alguien tiene claro el sentido de su vida, pero no lo puede realizar porque está más allá de su capacidad? Hay varias clases de realizaciones. A veces la resignación, el reconocer que hay una posibilidad más allá de mis limitaciones, es un logro aún mas alto que crear algo con las propias dotes. Pero como psiquiatra, agrego que no hay que resignarse antes de comprobar que se alcanzaron los límites. Tuve un gran maestro, Rudolf Allers, que dijo: “Hay que actuar como si todo fuera posible” Solo entonces se llega al límite donde las posibilidades están fuera de nuestro alcance. Mantener la ficción de que todo es posible. Sin caer en el autoengaño… Tarde o temprano se sabe si los límites se alcanzaron. Nunca hay que detener a alguien antes de que sea evidente, también para él, que alcanzó sus límites, porque puede que hubiere alguna posibilidad. Y lo mismo es válido en situaciones extremas de sufrimiento o desesperanza. Cuando llegué a Auschwitz y estuve frente a Mengele, ignoraba que la probabilidad de sobrevivir era 1 en 29. Entonces desarrollé una máxima: en la medida de que nada me garantiza absolutamente que moriré aquí, tengo la responsabilidad de actuar como si fuera a sobrevivir con certeza. Nada pierdo manteniendo la ilusión de que viviré. En “El hombre en busca de sentido”, usted habla de su “innato optimismo”. ¿Puede este optimismo haber condicionado, en el buen sentido, su obra y su pensamiento? ¿Lo dije en el libro? Por primera vez lo dije en público ayer, en la conferencia, y hablé de un optimismo heurístico: actuar y comportarse “como sí” (riendo) Habría que corregirlo entonces en el libro. Yo era pesimista…
No le creo… Aún soy un pesimista. Escuche, lo soy en la medida, y me pregunto si usted estará de acuerdo, en que siempre espero lo peor, y, entonces, disfruto más la sorpresa, la agradable sorpresa, si las cosas salen bien. De todos modos, su obra, hasta su forma de hablar, trasuntan optimismo… Lo tengo en la medida en que conservé la convicción de que cada situación puede ser convertida en algo positivo y pleno de sentido. Podemos convertir la tragedia en un triunfo personal. Recuerde que en el libro cuento que les dije a mis compañeros de barraca: “No sólo deseamos vivir, sino también morir con un sentido”. En ese aspecto, era optimista. Le pido disculpas porque la pregunta es un poco tonta… Solo hay respuestas tontas… Hoy parecen predominar las teorías sobre la responsabilidad de los factores bioquímicos en algunas enfermedades mentales. Suponiendo que ciertas patologías puedan explicarse a partir de los neurotransmisores, ¿no habría también personas orgánicamente optimistas y pesimistas? Hasta cierto punto es posible. Pero no confundamos neurosis con psicosis, como hacen no solo los legos sino también los psiquiatras, especialmente, en los Estados Unidos. Usted habló hace un rato de gente desesperada, de gente deprimida, podría decirse, y yo me puse alerta, y usted lo notó. Además de las depresiones endógenas causadas por factores internos, como agentes bioquímicos y hereditarios, están las depresiones reactivas o psicogénicas o neuróticas. En las primeras, la persona tiene etapas de semanas o meses de severa depresión, incluso con impulsos suicidas. En los intervalos se ve libre. Esta enfermedad es curable, excepto por la recurrencia. Se contra-ataca a los agentes químicos con los agentes tricíclicos o con carbonato de litio, que actúan solo en este tipo de depresiones. Tenemos luego las depresiones psicógenas,
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porque usted, por ejemplo, tiene una neurosis, o porque su matrimonio está por romperse. Pero, como enseña la logoterapia, tenemos en tercer lugar las depresiones debidas a razones existenciales. Si alguien está deprimido y desesperado –con este tema había empezado usted- porque piensa que la vida no tiene sentido, no estamos ante algo endógeno que requiere medicación, tampoco ante algo psicógeno que requiere psicoterapia. En ese caso, hay que aplicar la logoterapia. Esa desesperación no es una enfermedad sino una equivocación, porque no se arribó al conocimiento de que pese a todo, hasta el último momento, literalmente hasta el último suspiro, la vida retiene un sentido potencial que es preciso actualizar. La falta de sentido es también una concepción filosófica. ¿Sería noológicamente patológica? La desesperanza por la aparente falta de sentido no siempre es una neurosis, pero en ciertos casos puede convertirse en neurosis. Si para mí, la vida carece de sentido, es comprensible que tenga insomnio y carezca de energías e iniciativas, y me vuelva apático. Son síntomas de neurosis noológica, enraizada en una dimensión existencial o espiritual. Hoy ninguna cosmovisiòn quiere prevalecer sobre las otras… Eso es lo que llamo relativismo… …una cierta clase de relativismo. Según este esquema, ¿hay casos que requieren la terapia freudiana, otros la adleriana y otros la logoterapia? (Sonriendo) Ahora convirtió el relativismo en eclecticismo. Tiene razón hasta cierto punto. No tiene sentido que un freudiano dogmático trate a quien se deprime porque su vida ha perdido sentido. Caricaturizando, el freudiano puede tenerlo en su diván cincuenta minutos, cinco veces por semana, durante cinco años, porque piensa que, como escribió un freudiano de California, el sentimiento de la falta de sentido se debe al complejo de castración. Tras cinco
años de adoctrinamiento, el paciente dirá: “Sí, tiene razón, tomé conciencia de que sufro del complejo de castración”. Un sinsentido. Pero un paciente con una perversión sexual severa podría recurrir a un psicoanalista que lo retrotraiga a la niñez temprana para producir algún alivio. La logoterapia no es un sucedáneo de otras escuelas, sino un complemento. Hay casos en que sólo puede aplicarse la logoterapia. A un paciente no neurótico, pero desesperado por la aparente falta de sentido, sin perder tiempo, en dos o tres sesiones, se le puede ayudar a encontrar el sentido espontáneamente, con las técnicas logoterapéuticas. Nunca dárselo. Según la logoterapia, ¿qué circunstancias producen neurosis? He denominado tríada trágica de la existencia humana al sufrimiento, la transitoriedad de la vida y la culpa. Dolor, muerte y culpa. La logoterapia trata de mostrar al paciente que estos aspectos negativos pueden ser positivos. Una vez les dije a los asesinos sentenciados a muerte de la prisión de San Quintín, California: “ustedes fueron libres para cometer los crímenes, ahora son responsables para cambiar y convertirse en otros seres humanos, elevándose por encima del pasado, creciendo como personas, cambiándose a sí mismos” Y cuando uno dijo que aguardaba la silla eléctrica, le respondí que, en una situación análoga, yo no abandoné mi convicción de que la vida tiene sentido. Dos años más tarde, leí una entrevista que le hicieron el día previo a la ejecución. Dijo que sentía lástima por el gobernador de California, que estaría agobiado por haber firmado la sentencia de muerte. Ocurre que a esos hombres, siempre les decían que eran víctimas de la educación, o de sus complejos, pero no que tenían la libertad para cambiar. Usted vino aquí por primera vez a la Argentina en 1954. El 22 de octubre de ese año, dio una conferencia sobre “Un psicólogo en un campo de concentración”
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Y tuve la sensación de que Eichmann estaba sentado en mi audiencia. Había escuchado que vivía cerca de Buenos Aires y hubiera sido muy propio de él, ir a curiosear lo que este tipo podría decir. En aquel entonces nadie imaginó que en la Argentina habría luego campos de concentración y desaparecidos. Muchos militares piensan que esa forma de represión fue correcta. En cambio en Alemania hay… Sí, sentimientos de culpa colectiva… Y aquí no. Hace un rato usted habló de la culpa como un componente de la tríada trágica. La ausencia de culpa, en este caso, ¿es una patología social peligrosa? Parece una represión en el sentido freudiano, como si se reprimiera la memoria de lo que ocurrió. Es peligrosa, o puede serlo en cualquier momento, si se reprime la memoria de esos hechos. Mantener el pasado histórico para aprender la lección que entraña es la única manera de prevenir la represión de esos hechos. Así actuó Alemania posteriormente, Pero esa permanencia de la memoria no debe exagerarse al punto de generar culpa colectiva. No existe la culpa colectiva. ¿Por qué? La culpa sólo es personal. Únicamente se permite el castigo cuando se acusa y condena a una persona concreta. Por eso la justicia investiga a los sospechosos y los castiga si son personalmente culpables. No tiene sentido decir que todo un grupo, que todas las fuerzas armadas son culpables. Desde el primer día de mi liberación me opuse al concepto de culpa colectiva. Actualmente me atacan una y otra vez porque dicen que abogo por la inocencia colectiva. No es verdad. Abogo por la culpa individual y el castigo individual. Se ha descubierto ahora, que tanto alemanes como austríacos, sufrieron de culpa colectiva a lo largo de cuatro décadas. Especialmente los más morales e inteligentes. Pensaban: “Quizá fui culpable por no in-
corporarme a la resistencia”. Cualquiera puede reclamar eso siempre y cuando él haya integrado la resistencia, decidido a sacrificar su vida y su familia y a enfrentar la posibilidad de ir a un campo de concentración, o morir. Pero si no lo hizo y emigró, no puede reclamar heroísmo a los demás. El heroísmo es algo que siempre hay que reclamar a uno mismo, nunca a los demás, ¿comprende? El 10 de marzo de 1988, hablé a 40.000 personas en la Plaza de la Intendencia, en Viena. Repetí estos conceptos y hubo una increíble sensación de alivio entre la gente, entre la mejor gente. Jóvenes socialistas de 15, 16, 17 años lloraban y me agradecían que los aliviara porque se sentían colectivamente culpables. Aproveché la oportunidad. Como psiquiatra, como psicoterapeuta, tenía que aliviar a miles de personas de ese complejo. Una terapia colectiva contra la neurosis colectiva. ¿Qué ocurre con las culpas personales? Aquí se indultó a muchos sospechosos y los pocos condenados, lo serán a la brevedad. ¿Es correcto este tipo de perdón? (NR: esta entrevista se realizó un mes antes de los indultos de miembros de las fuerzas armadas, acusados de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar de 1976-1983, del mes de febrero de 1991) Depende de si cada uno lo merece o no. En principio, veo en el castigo algo muy significativo, pues brinda al condenado una oportunidad de crecer por encima de sí, de cambiar y mejorar. Si lo hace a través del arrepentimiento sincero, el castigo cumplió su misión. Entonces, bien puede merecer la libertad. Pero no si aún afirma que estuvo bien lo que hizo. Usted aprecia la obra de Heidegger que según algunos… … estuvo afiliado al nazismo… ¿Podemos separar la obra de las actitudes morales? Parece más fácil hacerlo con los escritores como Céline y Drieu La Rochelle, que fueron nazis, que con un filósofo. Simplificando, ¿puede ser buena la obra, y malo el autor?
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Hasta cierto punto. El ser humano no está absolutamente determinado ni por la biología ni por la psicología ni por la sociología. Siempre permanece un mínimo de libertad para decidir en un sentido o en otro. Por eso nadie está totalmente libre de culpa. Pero al mismo tiempo somos capaces de reconocer una verdad objetiva: dos por dos equivale a cuatro, incluso si un idiota lo dice. Es una verdad objetiva. No podemos afirmar que todo cuanto dice el idiota es falso. O que si se afilió al nazismo, como Heidegger, su filosofía es falsa. Era, indudablemente, un genio. Ahora, si a cada ser humano normal hay que permitirle comprender su error y arrepentirse, ¿por qué no a un genio? ¿No se le permiten errores a un genio?¿No los cometió Freud? Heidegger se unió al Partido Nacionalsocialista, creo que en 1938. Y un año después, bajo el régimen nazi, abandonó el partido ostensible y demostrablemente. Demandó un gran coraje arrojar su carnet y decir “no deseo permanecer afiliado” ¿Se arrepintió públicamente de su nazismo? Si no hubiera lamentado su pertenencia al partido, no habría tenido un año después el coraje de abandonarlo arriesgando su vida. ¿Y después de la guerra? Seguro, pero lo conocí personalmente y no iba a tirarse al suelo y decir fui un gran idiota. Evidentemente lo lamentó y tuvo canales para mostrar públicamente que lo hizo. No se puede pretender humillar a un genio. Está el caso de Konrad Lorenz, el famoso biólogo. Cuando junto con Tinbergen recibió el premio Nobel, los periódicos austríacos lo atacaron duramente. Decían “fue nazi” y cosas por el estilo. No fue nazi. En 1940, como un joven científico, había publicado un artículo muy importante donde por primera vez delineaba su teoría y hablaba de cualidades raciales. Decía que tales razas tienen esta cualidad y tales la otra. En una frase mencionó el racismo en una forma que no estaba totalmente en contra de conceptos racistas. Pero luego sostuvo: “Esa frase fue la mayor estu-
pidez que cometí en mi vida y lo lamento profundamente. Pero, ¿qué puedo hacer?” Lo dijo públicamente y sin embargo lo atacaron. ¿Qué pretenden? Estuvimos a punto de hacernos amigos. Cuando murió, en todas las necrologías no se mencionó más que ese hecho de 1940. La gente había dicho que debía arrepentirse públicamente. Cuando lo hizo, decían que igual era un nazi. En “El hombre en busca de sentido”, usted dice que los mejores no sobrevivieron a los campos de concentración (Turbándose por un momento) Que no volvieron, sí… ¿En qué sentido son los mejores?¿Los más capaces, los más inteligentes? Los mejores en lo moral. Los que siempre estaban compelidos a sacrificar desde su comida hasta su vida por los demás. Por ejemplo, el sacerdote católico Maximiliano Kolbe, quien entregó su vida para salvar a un padre de familia. Hubo otros. También entre los guardias hubo quienes me dieron su propio pan. Hay dos razas, la gente decente y la indecente, y la línea divisoria entre ambas seguía incluso dentro de las SS. Algunos SS salvaron vidas judías, estoy autorizado para afirmarlo. Los decentes siempre fueron, son y continuarán siendo los menos, pero la línea divisoria atraviesa todas las naciones y partidos políticos. ¿Cuál es su concepto de Dios? ¿El concepto personal o la visión que la logoterapia tiene de la religión? Ambas cosas En el primer caso, debo rehusarme, porque hay un ámbito de intimidad que debemos reconocer y preservar. Si fuera presidente prohibiría que se fotografíen y muestres tres cosas en los periódicos: una persona agonizando, la intimidad sexual y una persona en la iglesia, inmersa en la oración. ¿Siempre creyó en Dios? Mi educación en la religión judía no fue ortodoxa. Mis padres eran personas piadosas, pero no dogmáticos o rígidos. Tuve plena libertad durante la pubertad, no vigilaban
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cómo me desafiliaba de la religión institucionalizada. Vivimos en una sociedad pluralista, y hay gente religiosa, medio religiosa y no religiosa. Como médico no impuse mis enfoques religiosos o irreligiosos a mis pacientes. La religión no es sólo un problema teológico, sino también un fenómeno antropológico. Desde el punto de vista de la logoterapia, hay una voluntad, una búsqueda de sentido inherente al ser humano, pero en algunos seres también hay una voluntad y una búsqueda del sentido último. Si esta búsqueda se combina con la presunción de la hipotética existencia de un ser último, a este ser generalmente se lo llama Dios. ¿Un mismo Dios para las distintas confesiones? Las confesiones son como los idiomas. Ningún idioma puede proclamarse superior a los demás porque todos sirven tanto para encontrar la verdad como para mentir. Cada confesión es una cierta aproximación a la divinidad desde un ángulo particular. Hay una sola verdad, pero diferentes aproximaciones o puntos de vista. Nadie puede conocer con absoluta certeza si su verdad es la correcta y las demás, falsas. ¿Hay una sola verdad? Una sola, por eso no soy indulgente con el relativismo. Sin embargo, y esto se llama perspectivismo, sé que cada uno ve la verdad en una perspectiva diferente. Aún así, no caigo en el relativismo. ¿Usted se refiere ahora a las verdades de esta vida? En general, pero en este caso es aplicable también a la religión. El musulmán, el católico y el judío, ignoran si su concepto de Dios es el correcto. Seguramente Dios es diferente, pero en la medida en que no puedo saber con absoluta seguridad que mi concepto es correcto, debo ser tolerante. ¿Hay para usted una sola verdad en ciencia, política, psicología?
Siempre hay una verdad, pero nadie alcanza la verdad total, entera. Cada uno ve otro aspecto, ve la verdad desde otra perspectiva. ¿La humanidad llegará a conocer la verdad absoluta? No. Los límites del individuo humano son también los límites de toda la humanidad Hace poco se suicidó Primo Levi, un sobreviviente de los campos de concentración… Sí, en Italia… Y se dijo que los sobrevivientes arrastraban una carga de conciencia, de culpa, por haberse salvado cuando tantos murieron. ¿Usted lo siente así? Un psicoanalista norteamericano propuso este concepto de la culpa del sobreviviente. Recientemente se lo ha abandonado. Nunca creí en este tipo de culpa. Yo experimenté algo distinto: la responsabilidad del sobreviviente. Si usted hubiera estado en la estación ferroviaria de Auschwitz, con esa pequeña chance de supervivencia de 1 en 29, y si hubiera sobrevivido, sentiría el peso de la responsabilidad, y se haría el propósito, cada mañana, de vivir de acuerdo con esa gracia, y hacer el mejor uso de ese día. Esa sería su responsabilidad. Y a la noche debería confesarse que aunque lo haya hecho, solo habría sido parcialmente. No se trata de culpa, sino de emplear fructíferamente esa responsabilidad. ¿Vio el documental de Claude Lanzman sobre los campos de concentración? Si es el que pienso, me pareció muy poco selectivo. Debió incluir sólo las entrevistas más informativas. Vea usted, cuando Hitler anexó Austria en 1938, en las paredes aparecían inscripciones en contra. Entonces apresaban a los judíos y los obligaban a borrarlas. El año pasado se inauguró cerca de la Ópera, un monumento con la figura de un judío limpiando el suelo. El símbolo de la máxima humillación. Inocentemente, los turistas se sentaban en la espalda del judío a comer sus viandas (ríe) Pero lo cercaron con alambre de púas, un sinsentido. Nunca debió ocu-
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rrir. No hubo nada peor que Auschwitz. El las pintadas?... Ah, ¡qué buenos tiempos!” monumento minimizó lo ocurrido, pero lo convirtieron en una gran cosa. Porque en l as b ar r ac as h abr í amo s d i cho : ©LA NACIÓN, 20 de enero de 1991 “¿Recuerdas, Hans, cuando los SS obligaban a los judíos a limpiar las calles y borrar
Del 7 al 9 de noviembre de 2014 SALON DE ACTOS de UFRGS, Porto Alegre (RS)
Nuestra dirección Associação Brasileira de Logoterapia e Análise Existencial Rua Desembargador Ermelino de Leão, 15, Centro Curitiba, PR 08410-230 Brasil Email: contato@ablae.org.br
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MOBBING: CRÓNICAS DE VACILACIÓN Por Dra. Dides Iliana HERNÁNDEZ SILVERA Mail de contacto: didesilianapsico@yahoo.com.ar
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l presenta trabajo de investigación longitudinal, sobre Mobbing data de 3 años de análisis de datos.
Es sabido que el Mobbing es una afección frecuentemente observada en la clínica. Esta afectación influye funcionalmente, en el aspecto social, relacional, disposición académica y/o laboral, falta de visualización del proyecto de vida, a su vez en autocuidado y desempeño cognoscitivo existe desmedro posterior. Representa un desafío tanto en el diagnóstico como el tratamiento y especialmente para el tratamiento interdisciplinar. Despliegan déficits variados tanto biológicos, psico-sociales, producido por agentes agresores que favorecen el desgaste e imposibilidad en el afrontamiento ante el estrés. Inicialmente es necesario, diagnóstico certero, clínico y neurocognitivos, a fin de no prolongar el desgaste que comienza con depresión, ansiedad, insomnio, fatiga, fallas de atención, déficits en memoria inmediata y funciones ejecutivas, surgen seguidas de intenso periodo de desprestigio, aislamiento e intimidación. Así el lapso de vacilación entre interconsulta y tratamiento, determinan el grado de deterioro cognitivo, el cual es de gran impacto y duración en la recuperación posterior. Son en sí, las con-
secuencias del vacío existencial, como consecuencia de una profunda sensación de falta de sentido. Los métodos empleados, a partir de la Escala Cisneros, se observa persistencia de conductas de acoso. El índice otorga medios de valoración de estrategias de acoso sufridas representa: (NEAP) son el número total de estrategias con puntuaciones mayores a la media. El segundo índice de acoso psicológico (IGAP), referido al grado de acoso sufrido. El tercero, el índice medio de la intensidad de las estrategias de acoso (IMAP) y el índice NEAP revela la intensidad promedio de las estrategias de acoso sufridas. En esta muestra de 59 pacientes entre cuidadores, docentes, médicos y empleados
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administrativos, se observa a partir de los datos: detección de alto grado de insatisfacción y desafección; sumamente comprometidas todas en acciones laborales, características depresivas, fallas de atención y memoria. Los métodos diagnósticos empleados, son la Escala Cisneros, Escala de Beck y la Escala de Hamilton, de los cuales surgen indicadores que actúan afectando la esfera cognitiva.
comparando: alejamiento laboral, licencia y cambio de sector. Se observa, detrimento cognitivo posterior al estrés percibido, con significativas modificaciones orgánicas.
Los efectos luego de dos a años fueron contundentes, es necesaria una revisión legislativa y en el uso de medicamentos para la recuperación de esta patología poco estudiada a la fecha, así como repensar estrategias logoterapéuticas que insten al encuenEl objetivo principal del estudio, fue: Eva- tro y logro de sentido. luar los factores relacionados con el Referencias mobbing, clasificados en tres grupos distintos: – Acoso – Aislamiento emocional – Frankl, Viktor E. (1983:61) ―La psicoterapia al alcance de todos‖, Barcelona: Herder. Abuso y maltrato – El instrumento arroja 11 indicadores psi- Fidalgo Angel; (2004) La escala Cisneros cosomáticos, entre los que se encuentran: como herramienta de valoración del mobtrastornos de angustia, sueño, irritabili- bing, Vol. 16, nº 4, pp. 615-624, Psicothema. dad y entre otros: trastornos bioquímicos Hernández Silvera Dides I. (2014) y metabólicos. Caricatura “Indicadores de Mobbing”. InédiEl resultado del trabajo registra en los to puntajes de corte presentan Alto índice de licencias prolongadas, cambio de sector, y (1) Frankl, VE (1983:7) La Psicoterapia al alcance alejamiento laboral. En resumen, la respuesta al tratamiento clínico y terapia cognitiva, es evaluada
de todos, Herder: Barcelona
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La página de CAVEF Por Dr.Claudio García Pintos
facebook.com/claudio.garciapintos.1
(conferencias centrales, mesas redondas y aulas de trabajos libres), la actividad se desarrolló contando con la presencia de un auditorio interesado y entusiasta. CAVEF adhirió al evento y siente el gusto de haberlo hecho, al tiempo que ya está dispuesta a adherir al próximo congreso colombiano que, seguramente SAPS, ya tiene en carpeta para dentro de dos años. DISTINCIÓN Concluyó en Bogotá (Colombia) el IV Congreso Colombiano de Logoterapia y Análisis existencial, organizado por SAPS (Sociedad para el Avance de la Psicoterapia Centrada en el Sentido). Con la presidencia del Dr. Efrén Martínez Ortiz, PhD. Y la secretaría general del Lic. Juan Pablo Díaz del Castillo, el evento transcurrió durante tres intensas jornadas en el acogedor barrio de Usaquén.
En el congreso SAPS 2014, se inicia la tradición de reconocer a aquellos que han hecho aportes para el crecimiento de la Logoterapia en Colombia. El Dr. Efrén Martínez se encargó de anunciar la iniciativa al auditorio, señalando que la pretensión es la de promover el agradecimiento. ―Muchas veces ocurre que, una relación se va convirtiendo en amistad, y cuando es amistad, obviamos agradecer. No sé por qué, a los amigos es a quienes menos agradecemos... Queriendo subsanar ese error es que SAPS ha decidido otorgar este año este reconocimiento como muestra de agradecimiento a un amigo que ha hecho una gran contribución para que todos podamos entender la Logoterapia haciendo simple lo complejo‖
El evento contó con la participación de ponentes internacionales, entre los que cabe mencionar a Doménico Bellantoni (Italia), Stephan Schulenberg (EE.UU.), Claudio García Pintos (Argentina), Paulo Kroeff (Brasil), Cuca Valero (México) y Lucía Copello (Argentina). Asimismo, ponentes colombianos como el caso de Lucía Cuellar, Juan Carlos Carvajal, Clara De tal modo, esta primera distinción SAPS, Martínez, Juan Felipe Almario, Jorge me fue concedida acompañada de una bonita placa que reza: ―La Sociedad para el Rodríguez, entre otros. Avance de la Psicoterapia centrada en el Con distintos espacios de participación Sentido, reconoce al Doctor Claudio García,
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Pintos, PhD., por su contribución al desarrollo de la Logoterapia en Colombia‖ Recibo con honra y gratitud este reconocimiento de parte de SAPS y de todos aquellos que votaron para que así sea, la mayoría de ellos ex-alumnos y actuales colegas, que también se hicieron presentes en la ceremonia. Me considero un formador, no soy un investigador (al menos de investigaciones duras cuantitativas) y, habiendo tenido el privilegio de conocer personalmente a Viktor Frankl, y sentirme como joven tan bien recibido por el Maestro, he asumido el compromiso de devolver lo recibido en la misión de transmitirlo de la manera más fidedigna posible. Mi única ilusión es que se cumpla aquello que para mí siempre ha sido un objetivo, y es que los alumnos superen al maestro. En esta edición del congreso no solo me llevo la distinción formal de SAPS, sino la satisfacción de ver, a través de diferentes ponencias, como este objetivo empieza a cumplirse. El compromiso se sostiene y, Dios mediante, seguiremos llevando la tarea adelante. Al amigo y al presidente de SAPS, mi gratitud y, en su nombre, a todos los que decidieron este reconocimiento. PARTIDO POR LA PAZ Este lunes 1º de septiembre, tendrá lugar el partido inter-religioso por la paz organizado por el Papa Francisco a través del programa SCHOLAS OCURRENTES (elaborado y puesto en marcha por el propio Pontífice). En la ocasión, se estrenará el himno de Scholas Ocurrentes, "SEMBRADORES DEL ENCUENTRO", compuesto por GENERARTE (Chacho Garabal-Domingo Romano y Jano Piccardo) GENERARTE -CAVEF se sienten felices de ser parte del encuentro y la propuesta de SS.Francisco, y orgullosos de la participación en particular de Chacho Garabal y Domingo Romano, cantando el himno para todo el mundo desde el esta-
dio Olímpico de Roma. La gacetilla de prensa de la Agencia ZENIT, da cuenta de los detalles del programa y de los horarios de transmisión televisiva del evento (para Argentina). La invitación a todos es que se sumen a la propuesta y se conviertan en "sembradores del encuentro por la paz en el mundo" Estrenará el himno oficial 'Sembradores del Encuentro'. Participarán jugadores de t o d a s l a s r e l i g i o n e s Argentina, a través de la televisión pública, a las 15.45 local. Por Redacción ROMA, 29 de agosto de 2014 (Zenit.org) El Partido Interreligioso por la Paz, promovido por el Papa Francisco, que se realizará este próximo lunes 1° de septiembre, al anochecer de Roma en el Estadio Olímpico, verá el estreno del himno oficial de uno de los promotores de la iniciativa, Scholas Ocurrentes. Lo informó en una nota llegada a la redacción de ZENIT, Areópago Asociación Civil, que recuerda participarán del encuentro, futbolistas internacionales de todas las religiones para mostrar que los deportistas, más allá de sus creencias, están comprometidos a promover la paz y el encuentro entre los hombres. Titulado ―Sembradores del Encuentro‖, la canción ha sido elegida como el Himno Oficial de la iniciativa Scholas Occurrentes, la red mundial de escuelas promovida por el Papa Francisco, que junto a la Fundación Pupi, encabezada por el goleador argentino Javier Zanetti y su esposa Paula El himno tiene libro y música de Chacho Garabal, Domingo Romano y Jano Piccardo, quienes ya preparan las versiones en distintos idiomas de la canción, para representar a Scholas en todo el mundo Chacho Garabal y Domingo Romano cantarán el Himno en el marco de este evento y han invitando a participar a artistas de todas partes del mundo para sumarse a la iniciativa de construir la Paz a través de la música. En una de sus estrofas, la can-
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ción dice: “El cambio empieza hoy; busca en tu corazón. Somos Scholas por el mundo, sembramos un olivo por la Paz‖. El partido será emitido en vivo en varios países del mundo. En el país de los autores, Argentina, a través de la televisión pública, a las 15.45 local. En los países latinoamericanos de la zona Pacífico oscilará entre las 17,45 y 19,45 horas locales. El encuentro reunirá a las estrellas de todo el mundo, de distintas religiones, para demostrar unión dentro del campo de juego. Martina Stoessel (Violetta) brindara un espectáculo musical, sumándose solidariamente a la propues-
ta Los jugadores y técnicos del más alto nivel que ya confirmaron su presencia son Lionel Messi, Neymar Jr, Gianluigi Buffon, Zinedine Zidane, Gabriel Batistuta, Roberto Baggio, Francesco Totti, Andrea Pirlo, Filippo Inzaghi, Alessandro Nesta, Yuto Nagatomo, Samuel Eto'o, Suley Muntari, Andrea Ranocchia, Yosi Benayoun, Fernando Muslera, Roque Santa Cruz, Cristian Ledesma, Mikel Arteta, Maxi Rodríguez, Gabriel Heinze y David Trezeguet, y los entrenadores Gerardo Martino, Arsène Wenger y Diego Simeone.
La FUNDACION ARGENTINA DE LOGOTERAPIA anunciar la realización del XXIII Congreso Argentino de Logoterapia bajo el título “Logoterapia: actitud y profesión”. Invitado especial Dr. Julio César Labaké y la participación de reconocidos Logoterapeutas de la Argentina y Latinoamérica. ―Nuestra intención—anuncia—es enfatizar la integración frankleana entre vida y obra en una tarea comprometida, que se abre al mundo hacia una transformación de la realidad para el bien común. Como es habitual en ámbitos de la logoterapia, compartiremos un espacio para el intercambio de ideas y la profundización de conceptos‖ Este evento se realizará los días 24 y 25 de octubre del corriente año, en el aula magna y anexos de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador, Marcelo T. de Alvear 1314, 1er. Piso (C.A.B.A.). INSCRIPCIÓN E INFORMES Para participar deberá inscribirse mandando un mail a congresos.logoterapia@gmail.com o acercarse a la Secretaría en la Fundación Argentina de Logoterapia ―Víktor E. Frankl‖, de lunes a viernes de 12 a 20hs., Charcas 3151.
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Cartas para gente muy ocupada
ENTRE LOS LÍMITES Y LA LIBERTAD Por Lic.Adrián Dall´Asta Mail de contacto: ad@adriandallasta.com.ar
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na de las tareas más difíciles de la paternidad es lograr el equilibrio de marcar límites que no sean ni exageradamente rígidos ni demasiado permisivos.
Responder a las demandas de libertad que plantean los hijos debe ser uno de los desafíos más grandes con los que se encuentra cualquier padre. Las respuestas a esta demanda pueden ser muchas. Desde las que reprimen de tal modo que atrofian la libertad, hasta aquellas que, de tan permisivas, se transforman en promotoras del libertinaje. Sin embargo, la libertad de nuestros jóvenes necesita respuestas que puedan ordenar un deseo íntimo, un caudal poderoso que cuando se desborda nos plantea un dilema al que no siempre sabemos responder: los límites. ―¡Que los chicos crezcan solos! Una broma. Triste broma. La mínima verdad enseña que se nace y se crece a la sombra de los otros que ahí están con nosotros, antes que nosotros‖, nos dice el profesor Jaime Barylko e ilumina el sentido profundo que tienen los límites, que no es otro que acompañar. El límite acompaña el crecimiento, ordena el caudal para que llegue a destino, es tutor para enderezar lo torcido, indica la manera más conveniente de encarar la ruta de la vida, busca el bien del ser
amado. El límite contiene al ser humano, lo enfrenta consigo mismo, con lo bueno y con lo malo, le permite al hombre conocerse tal cual es y, de esta manera, tener una real aceptación de su persona. Ese conocimiento le posibilita que, en el momento de elegir, lo haga desde su ser más íntimo, y no desde los condicionamientos internos o externos, en definitiva, le permite ser verdaderamente libre. La libertad humana no es sólo ―una libertad de‖, sino también ―una libertad para‖. ¿Para qué ser libres? Algunos piensan que los límites dañan la libertad, la condicionan, la traumatizan. Pero si no hay límites, ¿qué hay del otro lado? A veces, la soledad; otras, el abismo del que cae al vacío sin ser contenido, del esclavo de sus caprichos, o víctimas del permisivismo. Éstas son puertas abiertas a conductas adictivas no deseadas para nuestros jóvenes si de verdad los amamos. El amor exige firmeza y compromiso, si no se transforma en mero sentimentalismo o en pura afectividad.―Firmeza es limitar y
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exigir para lograr desarrollar lo que potencialmente está en aquel que amo‖, sostiene el Padre Antonio Cosp en su libro ―Firmeza y ternura‖.
Trabajosa, y a veces ingrata, la tarea de guiar, de enderezar, de corregir y de dar respuestas que, quizás, ni uno tiene. Pero, qué gusto da ver el árbol florecido, ¿no?
Existe una estrecha relación entre amor y bien: ―porque te amo te cuido y porque te cuido muchas veces te digo no…‖. Sin embargo, es cierto que hoy los límites no tienen buena prensa.
Adrián Dall’Asta es director ejecutivo de la Fundación Proyecto Padres
Fuente:
El correcto ejercicio de la autoridad es columna vertebral del comportamiento humano. Ni el autoritarismo vacío de sentido ni el permisivismo facilista permiten un sano crecimiento y, mucho menos, una preparación para la exigente vida moderna.
Economía Para Todos (www.economiaparatodos.com.ar)
Seguinos por FaceBook y mantenete informado acerca de nuestras próximas actividades y los anticipos del congreso 2015. Ya estamos trabajando en su organización y en breve iremos publicando los primeros anticipos. No te los pierdas!
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Viktor Frankl y Juan Bautista Torelló Por Dr. Claudio García Pintos Mail de contacto: cavef@yahoo.com
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na de las circunstancias más insólita e inexplicablemente polémicas de la vida de Viktor Frankl, es su creencia religiosa. De cuna, tradición y convicción judía, muchos han fantaseado con la posibilidad de su conversión al catolicismo o han criticado que se casara con una mujer católica que educó a su hija en el catolicismo. Recuerdo que una vez se organizó una jornada sobre Logoterapia en una institución católica, y los organizadores ―sugirieron‖ que no se mencionara el libro ―El hombre en busca de sentido‖, por considerarlo prosemita, lo que podría irritar la sensisibilidad de la concurrencia!!. En otra ocasión, alguien me confesó que había convencido a muchos que Frankl se había convertido al catolicismo, para que pudieran leerlo sin culpa!! Por el otro lado, he escuchado a algunos afirmar que la Logoterapia es una ―psicoterapia de judíos para los judíos‖, como diciendo ―la logoterapia es nuestra y ustedes, católicos, deben abstenerse‖. La necedad llegó a tal punto que recuerdo que el 2 de septiembre de 1997, cuando Frankl fallece, en las noticias necrológicas de uno de los diarios más importantes de Argentina, aparecieron varios avisos de personas e instituciones vinculadas con la Logoterapia, anunciando su muerte y solicitando oraciones por su descanso. Lo más insólito es que algunos de esos avisos incluían una estrella de David, otros una cruz y otros nada. Es decir, leyendo los
avisos uno no sabía si Frankl era judío, católico o agnóstico!! Lejos del espíritu del propio Frankl, que, en no pocas oportunidades, supo afirmar que la curiosidad sobre la creencia religiosa de alguien era necia, tonta, imprudente, irrespetuosa. Nunca declaró formalmente su fe, quiero decir, nunca hizo bandera con su creencia religiosa, porque lo consideró innecesario. ―Quiero declarar públicamente que soy judío y nunca pensé en convertirme al catolicismo‖, hubiera sido una tonta confesión en boca de Frankl. Él mismo se hubiera sentido faltándole el respeto al auditorio que la recibiera y a su propia persona al hacerlo. De todos modos, bien sabemos que era una persona extremadamente religiosa, de culto diario, de tradiciones firmes; un hecho contundente es que solicitó ser enterrado en el viejo sector judío del cementerio municipal de Viena, circunstancia que su esposa Elly lamenta, porque cuando ella fallezca, siendo católica, no podrá ser enterrada a su lado. Más allá de su creencia de fe, Frankl siempre manifestó un espíritu muy ecuménico (incluso en la ciencia, si nos permitimos ampliar el ―ecumenismo‖ a la actitud científica ante los aportes de autores con pensamientos diferentes al suyo) Muy posiblemente resultante de una educación familiar que así lo permitió y promovió. Recordemos que los padres de Viktor, particularmente Gabriel Frankl, eran tradicionalistas religiosos y que Frankl admiraba a su padre orando diariamente con los
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atributos (filacterias) típicas con las que se invisten los judíos al orar. Elsa Lion, su madre, era descendiente directa de dos rabinos de particular importancia en la tradición del jasidismo, el Rabi Loew y el Rabi Rashi. Sin embargo, el niño Viktor cruzaba la calle del Prater algunas tardes, y corría hasta el convento de las Hermanas Carmelitas, y después de jugar con los niños en el patio, tomaba con ellos el chocolate caliente que ellas servían mientras, seguramente, les enseñaban el catecismo católico. Y los padres de ese niño, tradicionalistas judíos, no encontraban inconveniente en ello.
me afirmaron que estaba equivocado y que ellos tenían documentación fidedigna que así lo demostraba. Creo que Viktor nunca habría pertenecido a movimiento religioso alguno, católico ni judío, y nunca estuvo en su sentimiento abandonar su tradición y fe judía. Básicamente porque no lo hubiera sentido necesario. Su vínculo con la Trascendencia no requería de patente alguna que certificara desde qué vereda lo hacía. Es cierto que tenía relaciones estrechas, de respeto y afecto personal, con personalidades reconocidas del universo católico. Sentía gran simpatía por la Madre Teresa de Calcuta (ella misma lo propuso como candidato al Premio Nobel de la paz), por SS.Juan Pablo II (Karol Wojtyla lo admiraba a Frankl, desde sus tiempos de profesor de filosofía en la Universidad de Cracovia, donde enseñaba la logoterapia frankliana), admiración por Maximiliano Kolbe, entre otros, y amistad personal con sacerdotes y cardenales. Recordemos su estrechísima vinculación con el salesiano Eugenio Fizzotti, a quien muchos consideran uno de sus más destacados y queridos discípulos.
En una ocasión, de las varias visitas de Frankl a Buenos Aires, alguien encuentra al matrimonio Frankl rezando en la Catedral Metropolitana. Él siempre era llevado hasta la Sinagoga Central de Buenos Aires, el hermoso templo ubicado en la calle Libertad. Ante la sorpresa de verlo rezando en una catedral católica, quien lo cruza le pregunta por qué está allí y no en la sinagoga. Frankl, con cara de ingenuidad (solo la cara), solo respondió : ―Acaso Dios ¿no está en todas partes?‖ Alguna vez comentó que le encantaba orar en la catedral metropolitana, porque tenía una Pero dentro de todos esos vínculos, quiero mística propicia para el encuentro con recordar hoy, en un nuevo aniversario de su fallecimiento, a uno de ellos en particuDios. lar. Cuando en 1986 pude defender mi teEs más, cuando uno entra al departa- sis doctoral sobre la vejez, desde una miramento de Frankl en la calle Mariannen- da logoterapéutica (―El círculo de la vejez. gasse 1, encuentra al lado de la puerta Sobre la psicología normal de la persona que una pieza de cerámica propia de los hoga- envejece‖, 1986), una de las primeras cosas res judíos. Esta ―mezuzah‖ forma parte de que hice fue remitirle un ejemplar a Frankl. las tradiciones religiosas más comunes en y significa un pedido de protección del Con su generosidad habitual, inmediatahogar y de uno mismo fuera de él. Del mente me respondió, agradeció el envío, me otro lado de la puerta, puede verse un felicitó por mi graduación ―summa cum hermoso crucifijo. Elly respetada y vene- laude‖ y me alentó a seguir adelante con el raba la mezuzah, tanto como Viktor, lo tema. Para mi sorpresa, me pidió referencia sobre una cita de Hölderlin que había hacía con el crucifijo. incluido en el trabajo y me solicitó permiso Una de las versiones más insólitas que para pasársela a un colega suyo que podría pude escuchar, es cuando algunas perso- apreciarla mucho más (en tanto el trabajo nas me preguntaron si era verdad que estaba escrito lógicamente en español) ObViktor Frankl se había convertido al cato- viamente, mi respuesta fue afirmativa. Ese licismo, y se había incorporado al movi- colega al que Frankl hacía referencia era miento Opus Dei. Cuando dije que no era Juan Bautista Torelló. cierto, no solo no me creyeron sino que
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Monseñor Juan Bautista Torelló, sacerdote, psiquiatra y escritor, vivió durante casi 46 años en Viena, rector de la Iglesia de San Pedro (Peterskirche) y vicario regional, precisamente, del Opus Dei en Austria. Excelente pastor, profundo teólogo y gran predicador, adquirió gran prestigio, no solo para la comunidad católica, en función de su participación activa en la ―cura de almas‖ Supo desplegar una estrecha amistad con Viktor Frankl, amistad que ambos apreciaban por igual.
Nuestro primer encuentro tuvo lugar en su habitación, vecina al Policlínico de Viena, donde durante veinticinco años impartió sus lecciones de logoterapia. Inmediatamente me envolvió su franqueza: que yo fuera un sacerdote católico (con uniforme) no lo alejó de mí, por el contrario, me pareció que le agradaba. Como dos perros dicho sea con todo respeto se husmean «para conocerse», así fue entre nosotros, decentísimamente, en aquella conversación que inició una amistad jamás interrumpida ni nuFue él quien acompañó a Frankl y su es- blada. posa Elly a la entrevista con SS.Paulo VI No me referiré a nuestras coincidencias en en Vaticano y quien lo presentó a Jose- materia de antropología y de psiquiatría maría Escrivá de Balaguer (fundador del (acerca del puesto eminente de Frankl en Opus Dei), organizando una entrevista estas disciplinas habrá que escribir mucho entre ambos que tuvo lugar cuando todavía), sino dar a conocer algunos aspecFrankl lo visitó en la Villa Tevere. Des- tos de su personalidad humanísima y quepués de visitarlo, comentó: ―Este hombre ridísima. tiene en la cabeza una bomba atómica‖, al Sobreviviente de cuatro campos de concenreferirse al entusiasmo de Escrivá de Ba- tración laguer vinculado con todos sus proyectos Discípulo de Rudolf Allers también psiquiarelacionados con el Opus Dei. tra austríaco, católico y tomista, Frankl se Me detengo hoy en la relación de amistad graduó como neurólgo con patentes interentre Viktor Frankl y Juan Bautista To- eses sociales, tanto que rápidamente fundó relló, porque hace 17 años, cuando una cadena de consultorios para jóvenes Frankl fallece, él supo escribir una nota con dificultades, con la colaboración de un necrológica que me interesa compartir notable, culto y celoso pastor de almas de con los lectores de Logored en este nuevo la diócesis de Viena y de la psicóloga Charaniversario. lotte Bühler, quien llegaría a gozar de fama A continuación, la nota: internacional. Como Freud, tuvo la oportunidad de huir del terror nazi yéndose al extranjero, pero RECUERDO DE VIKTOR FRANKL por fidelidad a su jovencísima esposa y a Autor: Joan Baptista Torelló sus padres, prefirió quedarse en Viena. Todos fueron arrestados y brutalmente conRevista STUDI CATTOLICI ducidos a los campos de exterminio de los Un encuentro querido hebreos. Frankl conoció muy bien cuatro, y Al trasladarme a Viena en 1964, traté de logró sobrevivir gracias a sus servicios ponerme en contacto enseguida con el fa- médico-psicoterapéuticos que prestó sin moso psiquiatra Viktor E. Frankl, de discriminaciones. quien había leído varias obras con gran Una tarde, mientras conversaba con él, me satisfacción y provecho. Encontré su invitó una vez más a acompañarlo con su número telefónico en el directorio y, al segunda mujer, Eleonor (Elly, su gran colaprimer intento, he aquí que estaba él mis- boradora), a un paseo sobre la Rax, la monmo, sin intermediarios, en el teléfono, co- taña de cerca de mil metros de altura basmo después supe era su costumbre desde tante próxima a la capital austríaca, de la siempre y hasta su muerte. cual él era uno de los escaladores más ex-
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pertos. Objeté que justamente aquel sábado debía celebrar un matrimonio en uno de los barrios más populares de la ciudad: el Vigésimo. La noticia lo agitó de modo evidente. Me explicó que, exactamente detrás del ábside de aquella iglesia, había vivido con su familia, y precisamente ahí se había despedido de los suyos antes de ser llevado al confinamiento que se revelaría mortal para todos, excepto para él. Mientras celebraba aquel matrimonio, en un momento determinado, vi aparecer en la iglesia a Frankl, su mujer y su hijo, que permanecieron hasta el final de la liturgia y vinieron después a la sacristía a «felicitarme» a mí, dado que los esposos les resultaban totalmente desconocidos Frankl era así. No un sentimental, pero sí un hombre de una afectividad riquísima, a la que su fuerte inteligencia y vasta cultura debían no poco: adhesión a lo real concreto, al paciente singular, al amigo. No sólo con su convicción de que cada persona y cada situación vital poseen un significado (en última instancia, trascendente), sino también su temperamento abierto, aventurero e inalterable hicieron de él un intelectual y un ciudadano inquebrantablemente fiel a sí mismo y, al mismo tiempo, un hombre comprensivo, estimulante y siempre dispuesto a acudir en ayuda de cualquier necesidad o dolencia también en las circunstancias extremas, sin salida (recuérdense sus conversaciones con los presidiarios de San Quintín) Él es el último psicoterapeuta de nuestro siglo, creador de un sistema completo, teórico y práctico, original, con raíces antropológicas clásicas y modernas: en él se dan la mano, Sócrates y Max Scheler, Tomás de Aquino y Heidegger; todo junto a la pasión integradora de metafísica y fenomenología de una Edith Stein y del Karol Wojtyla de Persona y acción. Muchos lectores de su obra escrita en un lenguaje vivo e impactante, lo han tenido por católico, pero él permaneció fiel a la fe de sus padres y de su jovencísima mujer,
mártires de la persecución nazi. La lectura de sus memorias de la vida en los campos de concentración conmueve y sorprende porque, sin minimizar en efecto los horrores de aquel infierno, revela su ánimo generoso, libre de rencores y de espíritu de venganza, frecuente en la literatura del género; pero su persona sorprendía todavía más: siempre alegre, siempre acogedor, jamás encerrado en etiquetas políticas. Fue un gran defensor del Presidente Kurt Waldheim, víctima de una campaña calumniosa desencadenada por los socialistas austríacos y victoriosamente conducida por un grupúsculo de potentes hebreos estadounidenses; y, al recibir la más alta distinción honorífica austríaca, no se recató de citar a Heidegger (colaborador del nazismo, aún hoy casi innombrable en su patria) entre las personas a las que más debía, no sólo por su análisis del existente, sino sobre todo por su integridad intelectual que le impidió la publicación de la segunda parte de Sein und Zeit que habría sido un acontecimiento, también de ventas porque no estaba convencido de su verdad filosófica. Frankl, que en tantas naciones tiene institutos y cátedras sobre su logoterapia, vio surgir finalmente con gran retardo, en los años ochenta, un centro dirigido por sus discípulos, que sin embargo, pocos años después debió desautorizar porque ellos, con tal de obtener la licencia de la burocracia oficial todavía dominada por la vieja ortodoxia freudiana, llegaron a un acuerdo con procedimientos que Frankl consideraba incompatibles con sus tesis sobre la persona humana Y no se trataba de testarudez, sino de aquella coherencia y rectitud de conciencia que el mundo «mundano» puede considerar vanidades hipersensibles o, posmodernamente, «fundamentalismos». Pero Frankl tenía razón y, aunque el parangón es un poco arriesgado, la juventud lo sigue como a Juan Pablo II: ambos han predicado lo contrario al relativismo absolutista y al hedonismo dominante, pero los jóvenes tienen el «olfato sano» que husmea el «sentido de la vida», también allá donde se lo niega. Y es esto lo que jala, en torno a un Papa y a un científico, multitudes de personas jóve-
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nes y entusiastas. Frankl, profesor universitario en Viena, Pittsburgh, Harvard, Dallas, San Diego (California), con una cátedra que lleva su nombre en la Academia de Filosofía de Liechtenstein y con casi una treintena de doctorados honoris causa, autor de bestsellers internacionales, conferencista infatigable (en más de 200 universidades de los cinco continentes), era también un alpinista apasionado, a los sesenta años se hizo piloto aviador, sabía improvisar una caricatura acertadísima, contaba chistes (casi siempre hebreos) con gran verve y siempre con una pizca de psicología, tenía la afición de los lentes y podía exhibirse en el piano con un tango endiablado o un vals vienés, leía muchísimo y recitaba los Salmos en latín Me presentaba a conocidos, colegas y autoridades como su querido amigo y como «sacerdote del Opus Dei que siempre ha respetado mi opción de fe»; me pidió que bautizara a su primera nieta (Catalina Rebeca) y que lo acompañara a una audiencia con el Papa Pablo VI y a una visita inolvidable al beato Josemaría Escrivá. Este último encuentro resultó para mí que fungía como intérprete particularmente fatigoso. Las frases de uno y otro se pisaban continuamente, picantes, agudas, diferentes pero sinceras, y yo me columpiaba, voluntarioso pero resollando: Frankl decía que quería servir al Creador y a las creaturas, el Beato declaraba que sus amores más grandes eran hebreos (Jesús y María), Frankl replicaba con la defensa de la conciencia que no crea sino que escucha la voz del Trascendente, el Beato lo alababa por su dedicación a los enfermos del siglo En un momento, el psiquiatra me susurró al oído: «Este hombre es una bomba atómica espiritual», y terminó en los brazos del Beato, llorando de alegría. Casi un presentimiento Dos meses antes de su muerte que, como él deseaba, no fue causada por un ictus cerebral sino por un infarto cardiaco lo
visité en su casa. Ya estaba ciego, pero activísimo, y giraba con gran agilidad de una habitación a la otra del departamento para «mostrarme» libros o cartas recién recibidas, contestaba el teléfono (Helsinki, Nápoles, Nueva York) o dictaba a su mujer una breve carta Me acompañó al elevador y ahí en el rellano me dio su último abrazo susurrándome con su habitual espontaneidad: «Rece por mí», que dejaba entrever un presentimiento. Frankl pautó derecho toda la vida, movido por la inderogable exigencia de su responsabilidad científica y humana, frente a Dios y al prójimo doliente, fiel a su vocación de dar significado a todas las existencias personales. Truncaba todo relativismo y no cedía frente a los nihilismos de turno. No era un amigo fácil, pero era imposible abandonarlo. Una conversión al catolicismo de personalidades hebreas de este calibre y de este pensamiento tan afín al cristianismo (piénsese, por ejemplo, en Bergson) es una gracia singular, que Dios otorga a quien quiere y como quiere. Una vez, ante una observación mía sobre un escrito suyo: «Esta tesis es cristiana al cien por ciento», Frankl rebatió, entre serio y bromista, con la clásica sentencia: «Anima naturaliter christiana». No nos toca a nosotros juzgar. Dios sabe más. Juan Bautista Torellló
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LA TERCERA ESCUELA VIENESA DE PSICOTERAPIA. UNA REVISIÓN MÁS ALLÁ DE FRANKL (1) Por Felipe MIRAMONTES Mail de contacto: felipemiramontes@yahoo.com.mx
LOGORED agradece al amigo Felipe Miramontes la posibilidad de incluir en este número de homenaje a Viktor Frankl, este trabajo que presenta un estudio sobre la relación entre Frankl, Allers y Schwarz. Es un verdadero documento de estudio.
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uien haya tenido un acercamiento a la logoterapia y al análisis existencial frankliano estará enterado que esta propuesta recibe también el nombre de Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia, término que acuñó de forma oficial Wolfgang Soucek allá por el año de 1948 en un artículo titulado Die Existenzanalyse Frankls, die Dritte Richtung der Wiener Psychotherapeutischen Schule (Frankl, 2001, 2003; Klingberg Jr., 2002), para distinguir a la logoterapia de la dos anteriores escuelas de psicoterapia de Viena: el psicoanálisis de Sigmund Freud y la psicología individual de Alfred Adler. Aunque dice Klingberg, ya hacia el año 1942 Frankl ―había reunido los elementos de lo que se daría en llamar la «tercera escuela de Viena de psicoterapia»‖. Si bien el término Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia es asociado regularmente a la logoterapia, el Prof. Oliver Brachfeld, de reconocida influencia adleriana, observa que esta nueva postura científica surge mucho antes de que Frankl fuese reconocido, y que la historia nos dice que caben como miembros de esta escuela (al menos en cuanto a la influencia que tuvieron en el joven Frankl y que perduraría durante toda su vida) otros científicos cercanos al fundador de la logoterapia, que tenían ideas y posturas similares en cuanto a lo que es ser persona (o ser humano) y la forma en que debe ser tratado terapéuticamente (o acompañado existencialmente). Emprenderemos la construcción de este artículo con la revisión de la vida y la obra de dos de estas personas cercanas a Frankl (según sus apor-
taciones a la medicina, la psicoterapia, la filosofía, en tanto escritores e investigadores y, por último y no menos importantes, en su papel de guías y amigos), dignos representantes de este movimiento de principios del siglo XX, cuya influencia en toda la obra frankliana es esencial. Dichos personajes son: Rudolf Allers y Oswald Schwarz. A decir del Prof. Brachfeld, que escribe una introducción al libro de Allers Pedagogía sexual. Fundamentos y líneas principales analítico-existenciales (1958), fueron fundadores de la Tercera Escuela Vienesa ―un grupo de psicoterapeutas que solían poseer cada uno tres títulos de doctor —en Medicina, Derecho y Filosofía—‖ (Brachfeld en Allers, 1971, p. 12), entre los que se contaba a Oswald Schwarz, Rudolf Allers y Paul Schilder; además de Charles y Charlotte Bühler, debido a la confluencia de sus ideas con los anteriormente mencionados. ―Lo que —a decir de Oro (2007)— hace comprensible los postulados de esta tercera escuela, que tiene una amplitud que no poseían las anteriores y que constituye una síntesis peculiar que no deja de lado los aportes que se pueden integrar de la primera y segunda escuelas de psicología‖. ―De este grupo (...) iba a salir más tarde Viktor E. Frankl, actual director del Departamento de Neurología de la Policlínica General de la Ciudad de Viena, conocido hoy como el creador del Existenzialanalyse y su aplicación práctica llamada Logoterapia (...) Viktor E. Frankl puede (y debe) ser considerado, pues, como representante genuino de la Tercera Escuela Vienesa‖ (Brachfeld en Allers, 1971, p. 12). Este pe-
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queño cambio en la historia, el de no considerar a Frankl como el fundador de la tercera orientación psicoterapéutica de Viena, sino como un miembro más, incluso un miembro ―tardío‖, más que iniciar una discusión acerca de si fue él fundador o no, nos da la oportunidad de buscar las raíces de la logoterapia en ese grupo de científicos (quedará para otra ocasión revisar los conceptos en los que Frankl converge con quien fue también una gran influencia para él, a pesar de su separación: Alfred Adler). Frankl, Allers y Schwarz estuvieron muy cercanos entre sí a partir de sus ideas, sus trabajos y su amistad. Sobre todo, Frankl reconoce en cada oportunidad que estos dos pensadores fueron sus ―maestros‖. Repasemos un poco la relación entre estos tres personajes, que se inició, a decir de García Pintos (2007, p. 41), cuando Frankl colaboraba ―en la organización sindical a favor de los jóvenes trabajadores‖ y ―poco después de que Viktor iniciara su andadura en la universidad, atrapado por las disputas entre Freud y Adler, ingresó en un nuevo círculo de amistades. Creció su admiración por dos eminentes médicos, Rudolf Allers y Oswald Schwarz. Ambos eran investigadores especializados, y entre sus intereses se contaba la psicología. Simultáneamente, entró en contacto con las obras del filósofo Max Scheler. Para su deleite y alivio, descubrió que el filósofo avivaba una reevaluación del proceso por el que atravesaba el propio Viktor‖ (Klingberg Jr., 2002, pp. 74-75). Pero no es casualidad que fuese por esa época que Frankl se acercará a la obra de Scheler, sino que fue, precisamente, a raíz del contacto con Allers, quien lo introduce en la obra de este filósofo que es esencial en la conformación de la propuesta logoterapéutica: Max Scheler, de quien Frankl incluso menciona en alguno de sus libros que ―la logoterapia es el resultado de la aplicación de los conceptos de Max Scheler en psicoterapia‖ (Frankl, 2002, p. 15).(2) En este sentido, podemos citar las palabras de Alfried Längle (2000, p. 59), que dice: ―El mayor mérito de Allers consiste en haber introducido a Frankl en la filosofía de Scheler. [Veremos a lo largo de este artículo que éste fue solamente ―uno‖ de los méritos de Rudolf Allers en cuanto a su influencia en Frankl.] Seguramente, el contacto con los libros del filósofo constituyó el cambio más fundamental y revolucionario en la «fase temprana» de
la carrera científica de Frankl‖. Nos relata también Längle (2000, p. 51) que ―Frankl le quedó eternamente agradecido a su maestro Allers por esta contribución espiritual y permaneció siempre ligado a él‖. Siguiendo el hilo a estos acontecimientos, podemos ubicar que probablemente Frankl comenzó su estudio de las obras de Scheler allá por los años de 19251927 (inicio y final de su pertenencia a la escuela adleriana). Es entonces que Rudolf Allers junto a ―Oswald Schwarz, se convirtieron en respetables profesores de Frankl. Durante 1925 y 1926, Viktor ayudó a Allers en su laboratorio psicológico [de fisiología de los sentidos] de la Schwarzpanierstrasse, estudiando el tiempo de reacción y los efectos de las cafeína‖ (Klingberg Jr., 2002, p. 84). Por aquella época, Frankl conoció a otra persona que fue decisiva en su vida: el profesor Otto Pötzl. ―Conocer y entrar en contacto con Rudolf Allers y Otto Pötzl tendría un significado esencial en su vida. No sólo en el ámbito formativo como profesional sino, muy especialmente, en aspectos personales. Allers y Pötzl, por circunstancias diversas verdaderamente marcaron, me atrevo a decirlo, la historia de Viktor‖ (García Pintos, 2007, p. 42). Por aquel tiempo ―O. Schwarz se interesó mucho por un manuscrito que Frankl estaba preparando con mucha pasión, en el cual sostenía que la praxis psicoterapéutica tenía que poner en el centro de atención la problemática del sentido de la vida y, por consiguiente, tenía que aclarar «las cuestiones fronterizas entre filosofía y psicoterapia»‖ (Bazzi y Fizzoti, 1989, pp. 17-18). A la postre, este manuscrito se convertiría en la propuesta de libro llamado Philosophie und Psychotherapie (Filosofía y Psicoterapia). ―Cuando Schwarz lo leyó quedó entusiasmado, le prometió interponer sus buenos oficios cerca de la Asociación adleriana para obtener la financiación necesaria para su publicación y sobre todo quería redactar personalmente el prólogo, en el cual sostenía que cuanto afirmaba Frankl tendría para la psicoterapia la misma importancia que la que había tenido para la filosofía la Crítica a la razón pura de Kant‖ (Bazzi y Fizzoti, 1989, p. 18). Sin embargo, ―no se pudo imprimir el libro que había escrito para la editorial de la psicología individual Hirzel [debido a las controversias y a la salida de Allers, Schwarz y Frankl del círculo adleriano,] (recién en 1939 apareció una síntesis en la Schweizerischen Medizinis-
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chen Wochenchrift)‖ (Längle, 2000, p. 60). Aquel texto ideado por Frankl ha sido reeditado en su libro Logoterapia y análisis existencial, con el título de Filosofía y psicoterapia. Fundamentos de un análisis existencial; y aún más recientemente, gracias a los esfuerzos y a la meticulosa investigación del Dr. Eugenio Fizzotti, se han recuperado textos iniciales de Frankl que aparecieron en diversos medios escritos en su época de juventud, que se conocen ahora con el título de Las raíces de la logoterapia. Escritos juveniles 1923-1942 en editoriales San Pablo (2006), Fundación Argentina de Logoterapia (2001) y Herder (Viktor Frankl. Escritos de juventud 1923-1942, 2007). En aquel original inédito de Filosofía y Psicoterapia se leía ya a un Frankl interesado en una psicoterapia más humana, existencial, de la persona, enfatizando su tridimensionalidad, su responsabilidad ante la vida, los valores y a una visión filosófica por parte del terapeuta. Oscar Oro menciona de manera más amplia esas cuatro ideas fundamentales de aquel texto: ―1) Trata de la crítica filosófica a la teoría psiquiátrica de Freud que sólo se limita al aspecto erótico del hombre, cuando la psicoterapia debería a dedicarse a una visión corpóreo-psíquico-espiritual; 2) Se refiere a la actitud personal del terapeuta ante un determinado sistema filosófico; 3) Se refiere a la relación entre el tratamiento psicoterapéutico y los valores. La psicoterapia debe hacer absolutamente una valoración, es decir, debe conocer los valores éticos, poniéndose al servicio de la ética; 4) Se refiere a la necesidad de una educación en la responsabilidad, al final del tratamiento psicoterapéutico‖ (Oro, 2007). Según Brachfeld (en Allers, 1971, p. 12), en una carta fechada el 23 de septiembre de 1958 que le dirigiera el propio Frankl, éste le mencionó a propósito de la afirmación que hiciera Schwarz acerca de la importancia de libro de Frankl para la psicoterapia en comparación con un libro de Kant para la filosofía, que quien en verdad merecía tal comentario era su maestro Rudolf Allers, por las aportaciones que hizo, en su momento, a la psicoterapia. Frankl nos dice: ―Hay una gran riqueza en su trabajo y su doctrina, Rudolf Allers fue un excepcional constructor de puentes. (…) Para él sus estudios iban directo al corazón de la antropología de los significados y valores. Hoy más que nunca, Allers si-
gue siendo actual simplemente porque sus hallazgos y conocimientos son atemporales [no están limitados por el tiempo]. [Él] nos ha dado muchas cosas; pero también nos ha quitado mucho: en muchos aspectos ha anticipado la psicoterapia del futuro‖ (Frankl, 1994, p. 239). Y dada la relación que existió entre Allers y Frankl no es raro que en muchos ambientes, a raíz del reconocimiento del que aún goza Frankl, sea a él al que se le reconozca esta ―anticipación‖ en psicoterapia, como dice en su introducción a la biografía de éste que escribió Längle (2000, p. 14): La historia de Viktor Frankl representa la historia de la psicoterapia, de la que fue testigo y partícipe. Consagró su vida a una disciplina que se desarrolló durante este siglo y que tuvo las más diversas influencias sobre la historia, el arte, la cultura y la autocomprensión del hombre. Este libro trata especialmente de cómo, a partir de las experiencias de su vida personal y de su actividad como médico y psiquiatra, Frankl logró crear una escuela de psicoterapia que, en varios sentidos, se opuso y se opone a la idea tradicional de la psicoterapia. Este libro intenta responder a la pregunta personal y profesional de por qué era importante para Frankl ese suplemento de la psicoterapia tradicional, que él entendía como una corrección humanista, en especial, a la psicología profunda de su tiempo. Con este suplemento anticipaba muchas de las cosas que encontraron difusión y aceptación en la segunda mitad de este siglo [del siglo XX] dentro de la psicología profunda y de muchas otras ramas de la psicoterapia (a menudo con independencia de Frankl)‖. Por otra parte, hablando de distintos proyectos de esa misma época, nos dice Garcia Pintos (2007, p. 46), que ―con gran ímpetu e interés, desde Der Mensch im Alltag [El hombre en su vida diaria, revista publicada gracias al sostén económico de la asociación de psicología individual], Frankl desarrolla sus ideas atrapando aún más el interés de dos personalidades del mundo adleriano. Oswald Schwarz y Rudolf Allers, quienes estimulan y promueven la labor de Frankl‖. Un proyecto adjunto desarrollado por Frankl, desde donde logró captar la atención de estas personalidades fue la creación de los centros de asesoramiento y orientación para jóvenes.
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Incluso ―logró incorporar al proyecto a profesionales de reconocida capacidad tales como Charlotte Bühler, William Bönner, August Aichhorn (todos ellos psicoanalistas), Rudolf Dreikurs y Edwin Wexberg (adlerianos) y a sus maestros, Oswald Schwarz y Rudolf Allers. Asimismo, consigue el soporte económico del Prof. Julios Tandler, y la presidencia honoraria del programa a cargo de Otto Pötzl, de ya muy reconocida trayectoria y respeto en Viena‖ (García Pintos, 2007, p. 53). Estos centros de asesoramiento para jóvenes vieron beneficiada su labor, entre otras cosas, por su disposición el lugares ―tan estratégicos, el carácter gratuito de los servicios, la importancia de los profesionales a los que podía consultarse —entre los que se contaban Allers y el propio Adler [y Schwarz]—, el ímpetu que Frankl le imprimió a la actividad, se sumaron a un conjunto de circunstancias, que hicieron que estos centros (que conformaron una verdadera organización llamada Verein für Jugendberatung) anularan prácticamente en un año de actividad el porcentaje de suicidios en Viena. En uno de los periódicos de Viena podía leerse el 13 de julio de 1931: «La actividad de consulta y preparación escolar para jóvenes necesitados ha sido una feliz idea del doctor Frankl, fundador y responsable directo del centro de consulta vienés»‖ (García Pintos, 2007, p. 47). Es curioso que la labor de Frankl de ayuda a los jóvenes coincidiera, de alguna manera, con la de su padre, que trabajaba al frente de un departamento que se ocupaba de la protección de los menores y de garantizar el bienestar de la juventud, aunque con esto no quiero sugerir decir nada, sólo intento señalar alguna coincidencia. Vaya que si Frankl se ocupaba de la juventud a través de los centros de asesoramiento. Continúa diciendo García Pintos (2007, pp. 47-48) que ―el trabajo intenso [de los centros de asesoramiento juvenil], particularmente coronado con el éxito, y la renovación de las ideas adlerianas, llevó a Allers y a Schwarz a acercarse más íntimamente a Frankl. Con Allers, Frankl se integra aún más a su laboratorio de fisiología de los sentidos y con Schwarz establece un vínculo personal muy fructífero, siendo éste quien los estimula en esta época para que escriba sus conclusiones y sus enunciados teóricos. Para Schwarz era muy interesante la acentuación que hacía de la problemática del sentido de la vida de los
pacientes, y la necesidad de aclarar las cuestiones fronterizas entre la filosofía y la psicoterapia. La apreciación valorativa que Schwarz hace de las ideas de Frankl es contundente‖. A continuación detallaremos la salida de Allers, Schwarz y Frankl del círculo de Adler, así que ahora reconstruiremos la historia para saber lo que sucedió exactamente en el seno adleriano y las consecuencias de ello. Es un hecho que la expulsión de sus maestros del movimiento liderado por Alfred Adler despejó el camino para la salida de Frankl de dicho movimiento, para que a partir de entonces éste pudiera desarrollar de manera independiente sus ideas y sus propuestas terapéuticas, a partir de una sólida concepción filosófica, la cual no pudo incluir en el seno del grupo adleriano. Parece ser que Adler no tenía la profundidad filosófica para abordar las cuestiones que él mismo ya planteaba al proponer su psicología individual, como por ejemplo el concepto de sentido de vida, tan fundamental en la propuesta frankliana. A decir de otros, Adler tampoco tuvo la brillantez literaria de Freud ni la capacidad de éste para promover sus supuestos científicos al nivel del fundador del psicoanálisis. ―La relación de Viktor con Allers perduró incluso después de que Allers se trasladara a la Universidad de Georgetown, en Washington. Pero el desafío que lanzaron contra la insistencia de Adler acerca de algunas ideas tuvo lugar cuando Allers y Schwarz se encontraban aún en Viena [se dio una marcada diferencia entre sus posturas científicas]. Viktor recuerda que «Adler se puso hecho una furia cuando le abandonaron. Y cuando yo me decanté, parcialmente, por Allers y Schwarz en vez de por Adler, me costó la cabeza»‖ (Klingberg Jr., 2002, p. 84). El mismo Adler recordaría de manera diferente a cada uno de ellos, en una carta dirigida a Oliver Brachfeld en 1929 [dos años después de la disputa], a propósito de que éste había comentado su aprecio por las ideas de la tercera escuela, aquél diría de Schwarz que nadie ni nada le impediría hablar de él como un chapucero (Brachfeld en Allers, 1971). En dicha epístola ni siquiera tuvo palabras para referirse a Allers. Ahora recordemos cómo vivió el joven estudiante Viktor Frankl aquellos sucesos. La relación de Frankl con dos de sus primeros maestros, y grandes influencias, es bastante conocida gracias a lo narrado por el mismo
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Viktor, así como por sus biógrafos y estudiosos de su obra. Estos maestros fueron Sigmund Freud —creador de la Escuela Psicoanalítica— y Alfred Adler —iniciador de la Psicología Individual— (lo que se dio en llamar, como esbozamos antes, Primera y Segunda Escuelas Vienesas de Psicoterapia, respectivamente). El alejamiento de Frankl de dichas escuelas le permitió, como ya también mencionamos, la creación de su obra personal, inscribiéndolo en lo que posteriormente se denominó y constituyó como la Tercera Escuela Vienesa de de Psicoterapia, siendo el propio Frankl uno de sus representantes más renombrados internacionalmente. La separación de las ideas psicoanalíticas freudianas fue para él tal vez menos dolorosa que la que vino después, con su salida del seno de la psicología individual adleriana. Repasemos los acontecimientos de la expulsión de Frankl de este círculo (así como la deserción de sus maestros Allers y Schwarz) que comenzó aquella noche de 1927, donde las cosas sucedieron, según sus propias palabras, de la siguiente manera: En 1927, se complicó más mi relación con Adler. Yo había caído bajo el hechizo de dos hombres, que no sólo me impresionaron como personas, sino también me han influenciado profundamente: Rudolf Allers y Oswald Schwarz. ….Llegó la noche de 1927 en la cual Allers y Schwarz defendieron y fundamentaron públicamente su anunciada deserción de la Asociación de Psicología Individual. La sesión tuvo lugar en la Gran Aula del Instituto de Histología de la Universidad de Viena. Cuando Allers y Schwarz habían finalizado sus intervenciones se percibía una gran tensión en el ambiente. ¿Cuál será la reacción de Adler? Esperábamos en vano, en contra de sus costumbres, no tomó la palabra. (…) Así que finalmente se dirigió a nosotros [al propio Frankl y a otra alumna] y se mofó: «Bueno pues, ¿y ustedes héroes?» el opinaba que nosotros no debíamos ser cobardes, dar a conocer valientemente nuestra postura y pedir la palabra. Así que no me quedaba otra: tuve que levantarme y explicitar a los presentes en qué sentido las Psicología Individual debería superar su psicologismo. Y cometí el error de declararme partidario de Schwarz, prácticamente ante el enemigo —los psicoanalistas
[freudianos presentes en dicha sesión disfrutando del desgajamiento que se daba en el seno adleriano]—, hasta incluso llamarlo ―mi maestro‖. Fue en vano, aunque trataba por todos los medios de explicar que yo no veía motivo alguno para abandonar la Asociación de Psicología Individual, ya que ésta podría superar su psicologismo por fuerza propia. Sin éxito, me esforzaba por mediar entre Allers, Schwarz y Adler. Desde esta noche, Adler no me dirigió más la palabra y tampoco respondió ningún saludo mío, cuando yo, tal como era costumbre, todas las noches entraba en el Café Siller acercándome a la mesa que él presidía. No le fue posible aceptar que yo no lo hubiese defendido incondicionalmente. Repetidas veces me hizo sugerir que me retirara de la asociación, mientras que yo no veía motivo para hacerlo. Unos meses más adelante, finalmente fui excluido formalmente de la Asociación para la Psicología individual (Frankl, 2003, p. 51-52). Por lo que respecta a la salida de Allers y Schwarz del grupo fundado por Adler, el mismo Brachfeld (en Allers, 1971, p. 16) nos relata que ―por no querer someterse a ningún «sectarismo científico», Oswald Schwarz y su entrañable amigo Rudolf Allers —las dos «mejores cabezas» de la escuela de Alfred Adler hasta entonces— se vieron obligados a retirarse de la Asociación de Psicología del Individuo precedida por éste, pérdida irreparable para la «Segunda Escuela Vienesa». Contribuía no poco a aquella separación el hecho de que Allers constituyera casi él solo la llamada «ala derecha» de la Escuela Adleriana. [A Adler, que se había convertido al protestantismo desde muy joven] no le gustaba que Allers, ya a la sazón, elaborara una «versión católica» de sus teorías. Sin embargo, aun cuando Allers hiciera una abierta confesión de fe católica, era tan poco «sectario» que colaboraba íntimamente con Oswald Schwarz, agnóstico. Su colaboración llegaba a tales extremos, que ambos afirmaban no saber, a menudo, si tal o cual idea había brotado primero en la mente de uno o del otro. En realidad, en no pocos puntos el propio Schwarz llegó tan cerca de una posición católica como más tarde Viktor Frankl (cuyas teorías son consideradas por muchos católicos austriacos y extranjeros como (…) conformes con el dogma)‖. De este modo, desde aquel momento, estas
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tres personalidades del ámbito médico y científico de la época (ya Frankl cobraba cierto reconocimiento como estudiante sobresaliente, conferencista y editor de una revista de psicología individual) quedaron apartadas del movimiento encabezado por Adler, lo que, como ya dijimos, les permitió desarrollar sus propias teorías en el campo de la psiquiatría y la psicoterapia —entre otras disciplinas, como la educación, la sexualidad, etc.—, conformando lo que finalmente sería denominada Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia.(3) ―De todos modos, y sin negar el valor que ha tenido Adler en el desarrollo de Frankl, es evidente que Viktor era verdaderamente discípulo de Allers y Schwarz más que de Adler.(4) Conservó por él un afecto especial por siempre, pero guardó fidelidad, cuando debió hacerlo, por sus verdaderos maestros y sus verdadera ideas‖ (García Pintos, 2007, p. 51). De los tres autores que nos competen, cada uno de ellos está adscrito, por derecho propio, a partir de su obra y de su postura ante la vida, a la filosofía existencial: de Oswald Schwarz se cuenta ―que enseñaba Urología, y que llegó a ser tan profundo filósofo «existencial», que los estudiantes le motearon de «urósofo»‖; de Rudolf Allers se dice que ―fue un «analista existencial» mucho antes que Heidegger, Sartre, Frankl, Binswanger y Boss‖ y se le menciona como un psicoterapeuta existencial católico y ―figura máxima de aquella que llamamos Tercera Escuela Vienesa, constituida como grupo ya en 1925 [justo el año en que Frankl ingresara a las filas de la Asociación Internacional de Psicología Individual], pero sin que empleara, como hoy se ha puesto de moda, algo pretenciosamente, tal denominación‖ (Brachfeld en Allers, 1971, pp. 12 y 14). En lo que respecta a Viktor Frankl, es bien conocida la influencia de la filosofía existencial en su obra, tanto que la suya es por algunos reconocida como una de las primeras aproximaciones en psiquiatría y psicología existencial (Frankl, 2002). Además de que Frankl dedicó gran parte de su vida al estudio, discusión y crítica de la obra de algunos de los filósofos existenciales de entonces y trabó una relación amistosa con otros (verbigracia, Heidegger). Por ser Frankl el más estudiado a nivel mundial de estos representantes de la Tercera Escuela, no nos detendremos demasiado en la mención acerca de su vida y de su obra, sólo cuando lo consideremos pertinente, en el caso de que tenga re-
lación con Allers y Schwarz (valga como disculpa el hecho de que el espacio del que aquí se dispone tiene una limitación que nos conduce a dejar para otra oportunidad la inclusión más amplia de Frankl). Ahora dediquemos el resto de este artículo a hacer una revisión somera (no podría ser de otra manera por muchas razones) de la vida y obra de estos dos maestros de Frankl, hombres de quienes poco se conoce, y preguntémonos quiénes fueron estos personajes de los que hemos estado hablando y que en su momento tuvieron una influencia muy marcada en el panorama científico de su época, así como en la conformación de la logoterapia y el análisis existencial frankliano, y que hoy moran cerca del olvido y el silencio, lejos de ese reconocimiento del que gozaron en algún momento de su desarrollo científico. OSWALD SCHWARZ (1883-1949) Oswald Schwarz nació en Brno, Moravia (República Checa) el 31 de octubre de 1883 1883; y murió en Londres (Reino Unido) el 14 de octubre de 1949. Hijo de un abogado quien le fomentó el interés por las cuestiones filosóficas. Junto a dichas cuestiones, Schwarz se interesó también por la antropología, adquiriendo las bases de lo que fundamentaría su obra posterior. Después de graduarse en Brno en 1901, Schwarz obtuvo el grado de Médico por la Universidad de Viena, se especializó en cirugía, farmacología y ginecología en Estraburgo, Munich y Berlín. De regreso a Viena contrajo matrimonio con la hija del eminente doctor Seligman, que era amigo de Freud. ―Durante la primera guerra mundial actuó como médico militar en los frentes ruso e italiano. Cuando hubo terminado la contienda, desempeñó una cátedra de urología, en Viena asimismo, y abrió una clínica de consulta, donde, a fuerza de ver pacientes, adquirió plena convicción de que un buen número de enfermedades denotan un origen psíquico y requieren un tratamiento psicológico‖ (Schwarz, 1953, p. 7). Con su experiencia, dando igual importancia a la mente y al cuerpo, desarrolló su libro Diagnóstico y tratamiento de los síntomas orgánicos de origen mental (o Psicogénesis y psicoterapia de síntomas corporales, según la traducción a la que nos ciñamos), con ayuda de otros médicos especialistas cercanos a él, entre ellos, por supuesto, Rudolf Allers; con dicho
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ejemplar, Schwarz puede ser considerado con justicia como precursor legítimo de la medicina psicosomática. También es fundador ―de la Medicina Antropológica‖ (Guberman y Pérez Soto, 2005, p. 126). Igualmente fue profesor conferenciante en la Universidad de Viena y posteriormente en la escuela de posgrado de la Asociación Médica Americana en Viena. Fue discípulo de Freud, y como ya hemos esbozado, estudió psicología médica con Alfred Adler y Paul Schilder. ―Era ante todo un psicólogo que practicaba la medicina con un sentido humanitario, no exento nunca de espiritualismo, partiendo de una base filosófica‖ (Schwarz, 1953, p. 7). Schwarz comenzó ―a escribir ensayos y volúmenes trascendentales‖ (Schwarz, 1953, p. 7), en donde ponía al descubierto su certeza de que ―la neurosis se halla en la génesis de numerosas dolencias físicas que arrancan de un punto de partida moral, sobre todo en las anomalías sexuales‖ (Schwarz, 1953, pp. 78), las cuales son referidas aquí por ser éstas uno de los principales campos de estudio de nuestro investigador, no obstante, estas neurosis se perciben claramente en otras dimensiones y conductas humanas ajenas a la sexual. No es difícil captar que esta idea podría ser el germen de lo que Viktor Frankl denominó tiempo después como ―neurosis noógenas‖, que no son otra cosa que conflictos de conciencia, crisis existenciales o crisis de valores que tienen su origen en la dimensión espiritual y una expresión física o psicológica, que además pueden llevarnos a ver la vida como carente de sentido; son, a fin de cuentas, situaciones que todas las personas experimentamos a lo largo de nuestra vida. (Esta misma influencia respecto al origen de este tipo de neurosis la veremos del mismo modo presente cuando hablemos de Allers.) Su interés en la filosofía lo llevó a escribir su siguiente libro, el cual fue un estudio filosófico de los problemas y métodos de la medicina. Como urólogo atendió a muchísimos pacientes que sufrían desordenes sexuales, el tratamiento de estos casos se convirtió en su ocupación predominante, a lo que siguió la publicación de un libro sobre homosexualidad y dos sobre patologías sexuales. Respecto al principal libro de Schwarz consultado para este artículo, Psicología del sexo, explica François Duyckaerts —biógrafo, traductor y comentarista de Schwarz—: ―…es el fruto cabal de una larga vida consagrada a los pro-
blemas más delicados de la existencia humana. En ella se han recogido los temas principales de todas las obras anteriores del autor, aunque con una riqueza y una soltura nuevas‖ (citado en Schwarz, 1953, p. 9). Esta obra es interesante tanto desde el punto de vista científico como social, dado que pretende dar una comprensiva y sistemática descripción de las varias formas de la vida sexual en el curso de nuestra vida. (5) El propósito de la obra entera de Schwarz es que la idea concerniente a la verdadera naturaleza del modelo salud y prototipo humano, enriquecido por la observación, de acuerdo a un continuo proceso (circular) que permita entender mejor ambos conceptos, ―sea explícita y para poner al descubierto sus profundas bases filosóficas y no relativistas. Haciendo esto, él encontró de gran ayuda el método fenomenológico y eidético puesto en marcha por Husserl. La salud y normalidad humana aparece entonces como un acuerdo espontáneo y fácil entre la naturaleza y la libertad, gracias al cual el individuo puede comprender y dedicarse a la ejecución de tareas objetivas y a la creación de valores espirituales. La neurosis, considerada como la verdadera enfermedad humana, destruye esta armonía y la sustituye con la dualidad de una naturaleza imposibilitada a tareas objetivas y a una libertad incapaz de actuar sin la ayuda de la naturaleza. Esta concepción hace justicia entre los pensamientos (insights) irreconciliables de Freud y Adler. En un nivel práctico, sugiere suplir la psicoterapia y el psicoanálisis o la eliminación de factores inquietantes por medio de psicagogía (6) o el descubrimiento de la verdadera esencia y naturaleza de sí mismo‖. Esta propuesta psicagógica (el arte de conducir y educar el alma tomando en cuenta lo psicofísico, sin descuidar aspectos espirituales de la persona) nos lleva a reflexionar acerca del papel educativo que tanto Allers, como Schwarz, y posteriormente Frankl, atribuían a la psicoterapia, o en general al acompañamiento existencial de la persona con quien se iniciara una relación terapeuta-paciente, lo cual puede ser extensivo hacia cualquier disciplina que tenga que ver con la educación. En este sentido, la aportación de estos hombres pudiera ser imprescindible a la nueva propuesta del logoeducador, que es a mi entender una manera de extender la influencia de las ideas franklianas, allá en
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donde el logoeducador realice su labor de asistencia. Schwarz dejó Austria en 1934, ante la avanzada nazi, previniendo los acontecimientos que sucederían con la segunda gran guerra, ajeno a cualquier cuestión política. Su idea inicial era trasladarse a América del Norte (Estados Unidos), sin embargo, terminó emigrando a Suecia para pasar más tarde a Londres, lugar de cual quedo fascinado, entonces descubrió inmediatamente que Inglaterra era el país en el que él quería vivir, lo hizo su segunda casa y practicó allí la psicología, acudiendo a su consulta una cuantiosa clientela. ―Mientras cundía en torno suyo la notoriedad, aureolada de la mejor reputación, varias escuelas solicitaron su concurso para el cargo de consejero psicológico, y pronunció distintas conferencias de carácter orientador, dedicadas a los padres de familia y a otros individuos responsables, que le valieron éxitos rotundos‖ (Schwarz, 1953, p. 8). Pero otra muy diferente era la vivencia de Schwarz acerca de su trabajo en la creación de una psicoterapia tendiente hacia lo existencial en aquella ciudad que lo cautivó. Frankl comenta que: ―Schwarz vivía al otro lado de la calle [frente a Mariannengasse, donde está ubicado el apartamento en que Viktor vivió con Elly], en Alser Strasse. Cuando Hitler nos invadió, Karl y Charlotte Bühler [de quienes Schwarz fue uno de los grandes amigos] eran profesores de psicología. Ella emigró a Suecia, como lo había hecho anteriormente Schwarz, pero creo que él se trasladó a Londres. Desde Londres me escribió una carta lamentando su desesperación, porque el ambiente de Londres no le aportaba nada. Nadie le escuchaba. «Nadie estaba interesado en nuestros esfuerzos [de los vieneses, escribía Schwarz] por crear una psicoterapia orientada hacia la existencia». Finalmente, Schwarz se quitó la vida‖ (Klingberg Jr., 2002, p. 84) en 1949. No obstante su optimista confianza en la vida, ante ―la circunstancia de haber tenido que emigrar y la vivencia de sentirse perseguido‖ (García Pintos, 2007, p. 42), así como la probable incomprensión en Londres de su propuesta psicoterapéutica encaminada a lo existencial, que fueron de las peores experiencias de Schwarz, terminó por suicidarse el año de 1949. A pesar de ser muy poco conocido en los Es-
tados Unidos, que su trabajo ha sido prácticamente olvidado mundialmente [lo que hace que una investigación acerca de su vida y obra se convierta en una verdadera odisea], tiene presencia de una manera diferente y actualizada en alumnos como Viktor Frankl y Hans Giese, ya que el difunto Dr. Schwarz puede ser considerado como uno de los más grandes psicólogos y sexólogos de nuestro tiempo. Esto obedece, en parte, a que quiso cerrar la brecha que existía entre el médico y filósofo, además de que ―a través de las teorías de Oswald Schwarz se disciernen una sana honradez, cuyos predicados dictaron siempre su conducta, y un respeto profundo a las cosas esenciales, cuya norma le guiaba a lo largo de sus indagaciones, además de una optimista confianza en la vida [algo de lo que también estaba convencido el joven Frankl, aunque él vivió también una etapa de sinsentido en su juventud, que le ayudó a tomar la vida con dignidad y buscarse una filosofía fuerte que lo asiera a su vida desde entonces]. Por añadidura, le ha definido de continuo su perfecta sencillez para exponer los asuntos más complejos, de modo que se inunda de claridad en cada caso su estilo conciso y puro. A la postre, extremando esta tendencia natural de su temperamento, prescindía casi en absoluto de términos demasiado didácticos y empleaba un lenguaje fácilmente asequible a unos o a otros: el lenguaje del sabio que aspira a divulgar en pro de la generalidad conquistas obtenidas al cabo de ímprobos esfuerzos y no se reserva nada para sí. Por ende, sin prejuicio de un fondo enjundioso, su producción se pone igualmente al alcance de los profanos que de los especialistas, mérito doble y de provechosas consecuencias. A ello obedece, en parte, la ventaja de que se haya difundido con tanta rapidez en los medios germánicos, anglosajones, belgas, franceses, e hispanoamericanos ahora, no sólo de los ámbitos doctos, harto limitados, sino entre una masa menos preparada y deseosa de instruirse‖ (Schwarz, 1953, p. 8). RUDOLF ALLERS (1883-1963) De Rudolf Allers se conoce actualmente más que de Schwarz, lo que nos da una perspectiva más clara de su obra, y un tanto de su biografía. No obstante esta poca información, podemos hacernos una imagen más clara de quién fue este hombre, tan importante en el desarrollo del joven Frankl y, como lo llama
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Brachfeld, ―figura máxima‖ de la Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia. Ambas situaciones, ser guía de Frankl y miembro de la Tercera Escuela, nos sirven a nosotros los logoterapeutas para esbozar una historia más íntima de la creación de la obra de Frankl, su desarrollo, sus influencias, sus cimientos, etc. Para la conformación de este artículo he consultado a algunos de los autores que se han interesado en la obra de Allers (como son: Brachfeld, Robles, Jugnet, el mismo Frankl, y más recientemente Echavarría, Figari y Olaechea), los cuales hacen referencia a datos biográficos, bibliográficos y estudios sobre la obra de este psicólogo existencial católico. Me hubiese gustado poder consultar, de la pluma directa del maestro Allers, una autobiografía que escribió en 1948, publicada en The Book of Catholic Authors. A pesar del hecho de que me ha sido cuasi imposible encontrar dicha autobiografía, he encontrado, como menciono unas líneas arriba, estudiosos de la obra de Allers que pueden guiarnos fielmente a través de su vida. Allers nació en Viena en el seno de una familia católica. Su padre era médico con intereses humanistas, por lo que su hijo decidió seguir sus pasos. Su madre provenía de una familia de científicos. Figari (2005) dice que fue un ―célebre psiquiatra, destacado filósofo, patrólogo (7), maestro abnegado‖. Rudolf Allers estudió Medicina en la Universidad de Viena, donde se especializó en psiquiatría y en fisiología (donde desarrolló aportaciones nuevas e importantes). Fue además un gran psicólogo y filósofo en la mejor tradición de ambas disciplinas; incluso asistió a las últimas lecciones dictadas por Freud y fue su colaborador. ―Una vez doctorado, en 1906, combinó la práctica de médico clínico con estudios bioquímicos de laboratorio. De este modo, comenzó a interesarse por la neurología, y realizó importantes investigaciones sobre la percepción sensorial. Finalmente, se especializó en psiquiatría (1908)‖ (Echavarría, 2004). En este mismo año de 1908, contrajo matrimonio con Carola Meitner, hermana de la Dra. Lisa Meitner, que estudió con Otto Hahn la fisión atómica. La Sra. Allers era también una persona con profundos intereses intelectuales y espirituales, y su casa fue centro de encuentros con importantes figuras de la cultu-
ra de la época. Ya en 1913, Allers era instructor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Munich, actividad que se vio interrumpida en 1914 al comenzar la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto bélico, sirvió como médico en la Armada de Austria, y escribió su primera obra, sobre un tema estrictamente médico: la cura de las heridas de bala [en la cabeza]‖ (Echavarría, 2004). Por su labor en dicha guerra ―recibió la Cruz del Mérito y la medalla de la Cruz Roja por sus sacrificados servicios en la frontera polaco-rusa‖ (Figari, 2005). En el año de 1909 Allers ―fue trasladado a la clínica psiquiátrica de Mónaco de Baviera, donde trabaja como asistente de Emil Kraepelin, uno de los fundadores de la psiquiatría moderna (…) Precedentemente, nel 1908, si era sposato con Carola Meitner, di famiglia ebrea, sorella della nota scienziata Lise Meitner (autrice insieme a Otto Hahn di diverse scoperte di fisica nucleare).En su estancia en Mónaco, Allers entra en contacto con el círculo fenomenológico de esta ciudad, especialmente con Max Scheler y su propuesta antropológica, apartándose al mismo tiempo de las ideas psicoanalíticas‖ (Olaechea, 2006). Posteriormente dirigió severas críticas al psicoanálisis freudiano, ganándose el mote bastante bien justificado de «el anti-Freud» (8). ―Paralelamente a sus estudios de medicina dedicó mucho tiempo al estudio y práctica de la química. De hecho, publicó varios artículos sobre bioquímica. Sus estudios en esta área le sirvieron para sus investigaciones neurofisiológicas‖ (Figari, 2005). Tiempo después ejerció su profesión y su labor investigativa en las Universidades de Praga y Munich. Es en el período de la posguerra que Allers se convierte en discípulo de Alfred Adler, del mismo modo entre los años de 1918 a 1938 ―trabajó en la Escuela de Medicina de la Universidad de Viena, primero en el departamento de psicología de la sensación y psicología médica, y, a partir de 1927, en el departamento de psiquiatría‖ (Echavarría, 2004). Como ya hemos revisado, Allers estuvo ligado estrechamente a la escuela adleriana hasta 1927. Años más tarde, en 1934, debido a su ―vocación de buscador de la verdad y la necesidad de profundizar los estudios para ayudar mejor a sus pacientes‖ (Figari, 2005) y a través de la sugerencia de su amigo Fray Agostino Gemelli, se doctoró en filosofía en la Universidad Católica del Sacro Cuore en
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Milán. La profundización filosófica lo llevó a identificarse con la Philosophia perennis, aunque sin limitarse a ella, permaneciendo abierto a todo cuanto las nuevas corrientes de filosofía pudiesen aportar para la mejor comprensión del ser humano. A pesar de la estadía de Allers en Italia, la relación entre éste y Frankl continúa (García Pintos, 2007). Conoció a Edith Stein(9), quien frecuentó su casa y trabó amistad con la familia Allers, y con quien compartió el interés por una relación viva del tomismo con las temáticas del pensamiento contemporáneo‖ (Echavarría, 2004). Incluso Allers prologó a una traducción de la obra de Tomás de Aquino llamada Quaestiones disputatae de veritate, en donde Stein utilizó el método fenomenológico ―lo cual implicaría interpretar la literatura de Tomas por las cosas mismas (…) El resultado de la obra es bueno, pues Rudolf Allers dirá sobre esta traducción: La traductora ha sabido transmitir al lector una exposición coherente del las ideas del Doctor Communis contenidas en estas Quaestiones, sin que uno se vea obligado a considerar a la vez todas las circunstancias que previamente incluye en sí la forma de la quaestio… La traducción es fiel no sólo a la letra y al sentido. Está también adaptada a los conceptos filosóficos actuales, del mismo modo que se destacan también las relaciones con los problemas modernos en los comentarios de las notas citadas (Gómez Ruiz). Asimismo, ―Allers tradujo al inglés un artículo de la santa carmelita sobre el conocimiento de Dios, y ella, por su parte, en varias partes de sus obras recomendó las teorías de Allers en el campo caracterológico‖ (Echavarría, 2004). El propio Allers, durante su estancia en Milán, aprendió ―la filosofía neoescolástica que se enseñaba en la época(10), y se aficionó al pensamiento de santo Tomás, autor al que ya antes leía, y cuyo De ente et essentia tradujo al alemán [1936], como también las obras de san Anselmo‖ (Echavarría, 2004). Precisamente en los referentes antropológicos de la logoterapia, cuando Frankl habla de la existencia humana como unitax múltiplex está analizando esta temática según lo había hecho ya santo Tomás. Por lo cual, podemos suponer, una vez más, dada la cercanía que tuvo Allers (11) con el tomismo, esta confluencia entre el pensamiento de santo Tomás
y de Frankl en cuanto a la concepción antropológica de la persona fue también un aporte del maestro Allers, que, de nuevo, se erigiría como un gran contribuyente de la logoterapia como la conocemos hoy día. Años más tarde, ―como católico de origen hebreo, Allers tuvo que huir de Austria al ser ocupada su patria por Hitler‖ (Brachfeld en Allers, 1971, pp. 16-17). Se desplazó hacia los Estados Unidos, con su esposa Carola y su hijo Ulrich, junto a ―una copiosa emigración de hombres de ciencia‖ (Robles, 1955, p. 87). ―El psiquiatra americano Francis Braceland, que lo había conocido en 1934, lo invitó a enseñar en la Catholic University of America (Washington D.C.). Convencido finalmente por Fray Ignatius Smith O.P., Allers se instaló con su familia en los Estados Unidos. Allí comenzó a dictar clases de psicología en la Escuela de Filosofía de aquella Universidad [en 1937] (Echavarría, 2004), ―de donde muchos años más tarde [1948] pasó a la igualmente católica Georgetown University [como profesor de filosofía]‖ (Brachfeld en Allers, 1971, p. 17). Después de lo que Figari denomina como la etapa estadounidense de Allers, el desde entonces denominado médico austro-americano realiza en 1955 ―una extensa gira por Francia y Austria, durante la cual pronunció numerosas conferencias. En 1958 recibió una beca de investigación de la Fundación Guggenheim, que lo llevó nuevamente a Europa. Un año después volvió a Austria para dar una serie de cursos en el Forum Europeo. Sus artículos y libros se publicaban en América y Europa‖ (Figari, 2005). Cabe la duda de si en estos viajes Allers tuvo contacto con su antiguo alumno Viktor Frankl, o, también, si el mismo Frankl en sus primeras giras por los Estados Unidos visitó alguna vez a su antiguo maestro. A partir de su estancia en Georgetown ―Allers se apartaría de la práctica psicoterapéutica, dedicando los últimos años de su vida al estudio y la enseñanza de la filosofía. En 1957 fue nombrado profesor emérito. En 1960 la American Catholic Association lo premió con la Cardinal Spellman-Aquinas Medal, en reconocimiento por su incansable labor como intelectual católico y por sus contribuciones a la filosofía —este premio lo recibieron figuras de la talla de Maritain y Wilson— (…) recibió también el Doctorado honoris causa en Leyes por la Universidad de Georgetown; fue Presidente del Capítulo Filosófico del distrito Maryland-
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Virginia; Presidente de la Sociedad Metafísica de América y miembro de varias academias como la de arte, la de filosofía, la de pensamiento medieval, la de ciencias de Nueva York. La prensa lo consideraba como ―pionero católico de la psicología en los Estados Unidos‖ (Echavarría, 2004). Rudolf Allers, tras una labor científica y académica destacada en el continente americano, así como en su momento en el europeo, fallece el 18 de diciembre de 1963 a los 80 años de edad (Frankl cita que fue el día 14) afectado por una grave pulmonía. ―La noticia de su fallecimiento fue motivo de profunda tristeza en Viktor y en ambos casos [su también amigo y maestro Otto Pötzl había muerto un año antes] lamentó la pérdida de afectos muy íntimos y asociados con «grandes luchas personales» compartidas‖ (García Pintos, 2007, pp. 123-124). Tres meses después del deceso de Allers, Frankl pronuncia un discurso en el marco de la 14ª Reunión ordinaria de la Sociedad Austriaca de Médicos para la psicoterapia —de la cual Allers era miembro honorario—, en la que habla de la labor de su maestro y amigo. Esta conferencia está publicada en el libro Logoterapia y análisis existencial, con el título Rudolf Allers como filósofo y psiquiatra. (12) Allers se fue, teniendo en su haber 40 años de estudios psiquiátricos y 30 de práctica terapéutica, así como una considerable cantidad de publicaciones (entre artículos y libros), que ―resulta casi una odisea llegar a descubrir que unas seiscientas publicaciones de libros y artículos son producto de su pluma‖ (Figari, 2005). El mismo investigador escribe: ―Su último libro, Existencialismo y psiquiatría, es una recopilación que incluye cuatro brillantes pláticas, editadas en la serie Conferencias Americanas de Psiquiatría Clínica. En este volumen muestra su familiaridad con la filosofía en general, con el existencialismo, con la psicología, la psiquiatría, la fisiología, el pensamiento tecnológico y la teología. Su pensamiento abarca la unidad del ser humano. No es un exponente del fraccionado conocimiento de hoy; todo lo contrario: su meta es aproximarse al hombre total‖. Esto último lo confirma la siguiente frase: ―La obra de Rudolf Allers está consagrada enteramente al estudio del problema del Hombre‖ (Dom Emile Marmy citado por Brachfeld en Allers, 1971, p. 14).
No obstante su gran producción y sus aportes fundamentales en las diferentes áreas en que desarrolló su trabajo, Luis Jugnet escribe en la introducción a su libro Rudolf Allers o el anti-Freud que la obra de este autor ―…merece un lugar aparte. A pesar de esto sus ideas continúan siendo ignoradas entre nosotros, no sólo del gran público (lo que es comprensible) sino también (y ello, seguramente, es menos excusable) de los peritos mismos‖ (1952, pp. 7-8). Echavarría (2004) lo considera un ―autor que a nuestro juicio, durante el siglo XX ha representado, en el difícil ámbito de la psicología y psicoterapia, con más valentía y fidelidad, los valores cristianos‖. Recientemente ha habido un nuevo auge por la obra de Rudolf Allers, este retorno se lo debemos a los estudiosos católicos que miran en su obra, aún ahora y después del paso de tiempo, una vigencia que debe ser rescatada. Un ejemplo de ello es uno de sus libros, Character education in adolescence, que fue escrito hace 60 años (alrededor de 1930), ha sido recientemente reeditado por una editorial católica. Hasta aquí la breve reseña de estos hombres que influyeron en la vida cultural y científica de su época, influencia que nosotros vemos presente y viva en la obra de uno de sus más destacados alumnos y partidarios, además del miembro más prominente y recordado de la Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia: el Dr. Viktor Emil Frankl. Como hemos visto, la influencia en Frankl de sus dos grandes maestros, Allers y Schwarz, trascendió el ámbito académico y científico, para convertirse en una relación de amistad que trascendió las vidas de los tres personajes, por ello surge la necesidad de estudiar y aclarar dicha relación, profundizando en ella y evidenciando el eco que ha tenido en lo que hoy conocemos como Logoterapia y Análisis Existencial de Viktor Frankl. En un comentario publicado en la edición de 1972 de la Pedagogía Sexual de Allers, Brachfeld revela que éste le dirigió una larga carta manuscrita ―al recibir el primer ejemplar de la primera edición [en español, idioma que Allers dominaba, entre otros], nos dio las gracias «también en nombre de mis ya difuntos amigos Oswald Schwarz y Paul Schilder» por la Presentación, «en la que, por vez primera, se nos hace justicia…»‖.
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Deseo en este artículo también haber hecho justicia a estos hombres a quienes hoy, lo sepamos o no, los logoterapeutas les debemos mucho: la formación del joven Viktor, su influencia a partir de sus inclinaciones filosóficas, la aportación que hicieron a la teoría logoterapéutica, el ambiente para el desarrollo intelectual de Frankl, y un largo etcétera que espero el tiempo siga clarificando para que el desarrollo de la logoterapia tenga bases firmes y un horizonte amplio de posibilidades, tanto teóricas como prácticas. REFERENCIAS allers.blogspot.com ALLERS, R. (1958). El psicoanálisis de Freud. Buenos Aires: Editorial Troquel. ALLERS, R. (1950). Naturaleza y educación del carácter. Barcelona: Editorial Labor. ALLERS, R. (1958). Pedagogía sexual y relaciones humanas. Fundamentos y líneas principales analítico-existenciales. 1ª ed. Barcelona: Editorial Luis Miracle. ALLERS, R. (1972). Pedagogía sexual. Fundamentos y líneas principales analíticoexistenciales. 3ª ed. Barcelona: Editorial Luis Miracle. ALLERS, R. (1963). Psiquiatría y existencialismo. Buenos Aires: Editorial Troquel. BAZZI, T. Y FIZZOTTI, E. (1989). Guía de la Logoterapia. Humanización de la psicoterapia. Barcelona: Herder. BRACHFELD, O. (1972). Rudolf Allers, la «Tercera Escuela Vienesa» y la pedagogía sexual. En ALLERS, R. Pedagogía sexual. Fundamentos y líneas principales analíticoexistenciales. 3ª ed. Barcelona: Editorial Luis Miracle. ECHAVARRÍA, M. (2004). Rudolf Allers, psicólogo católico, en www.rudolfallers.info. FIGARI, L. F. (2005). Un pensador inexplicablemente olvidado: Reaparece el Dr. Allers, en www.rudolfallers.info. FIZZOTTI, E. (2006). De Freud a Frankl. México: Ediciones LAG. FRANKL, V. E. (2001). En el principio era el sentido. Reflexiones en torno al ser humano. 1ª. Ed. México: Paidós. FRANKL, V. E. (2002). Fundamentos y aplicaciones de la Logoterapia. 1ª reimp. Buenos Ai-
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Sobre el autor: *Felipe Miramontes (México) Licenciado en Psicología (Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM). Especialista en Análisis Existencial y Logoterapia (Sociedad Mexicana de Análisis Existencial y Logoterapia - SMAEL). Diplomado en Educación de la Sexualidad. Psicoterapeuta existencial individual y de grupos por el Círculo de Estudios en Psicoterapia Existencial (México). Estudiante de la Maestría en Filosofía por la Universidad Iberoamericana. Docente titular en la Sociedad Mexicana de Análisis Existencial y Logoterapia, SMAEL. Miembro del consejo editorial de la Revista Mexicana de Logoterapia. Corrector de estilo de la Revista Mexicana de Logoterapia. Miembro del Consejo Editorial de The Annual Review of Logotherapy and Existential Analysis, del Viktor Frankl Institut en Viena. Trabajo en consulta particular en terapia individual y de grupos; así como en el estudio e investigación en Logoterapia y Análisis Existencial, así como de la terapia existencial. Invitado en el programa de Radio Educación ―Paisaje interno‖, sobre
temas de psicología. Autor del libro Encuentro y relación de Frankl, Allers y Schwarz en el surgimiento del análisis existencial y la logoterapia, Colección Sentido No. 16, Ediciones LAG, México, 2010. Autor del capítulo ―El análisis existencial y la logoterapia de Viktor Frankl‖, en Perspectivas en psicoterapia existencial. Una mirada retrospectiva y nueva, Yaqui Andrés Martínez y Susana Signorelli (comps.), Colección Sentido No. 17, Ediciones LAG, México, 2011. Autor del capítulo ―Las bases antropológicas de Rudolf Allers y su implicación en la educación, la psicología y la psicoterapia‖, en libro de la Asociación Española de Personalismo (en prensa). Autor de la voz ―Viktor Frankl‖, en Fernández Labastida, Francisco – Mercado, Juan Andrés (editores), Philosophica: Enciclopedia filosófica on line, URL: http://www.philosophica.info/archivo/2012/ voces/frankl/Frankl.html. Participación en los congresos de la Asociación Mexicana de Psicología (2003), la Sociedad Mexicana de Análisis Existencial y Logoterapia (2011); la Asociación Española de Personalismo (2011, Ciudad de Guatemala); la Sociedad Internacional de Logoterapia y Análisis Existencial (GLE México) (2014); la Sociedad Guatemalteca de Análisis Existencial y Logoterapia (2014).
CITAS (1) Este trabajo es un extracto del libro Encuentro y relación de Frankl, Allers y Schwarz en el surgimiento del análisis existencial y la logoterapia, Colección Sentido No. 16, México: Ediciones LAG, 2010, del autor de este artículo. En dicha obra existen, además, cartas inéditas entre Frankl-Allers-Schwarz proporcionadas por el Viktor Frankl Institut de Viena especialmente para dicho trabajo, las cuales reflejan aún más el carácter de la relación de esta triada de científicos preocupados por el ser humano y la psicoterapia.
(2) Los logoterapeutas y analistas existenciales posteriores tenemos una deuda de estudio y profundización de la obra este filósofo alemán cuyo pensamiento humanista, existencial y religioso fundamenta la logoterapia y el análisis existencial, que, a final de cuentas, se establece a partir de la fenomenología, la filosofía y la antropología schelerianas. (3)Un adleriano simpatizante de este grupo, que no tuvo que romper con Adler, fue Oliver Brachfeld, a quien se le
debe la difusión del adlerismo en España y América Latina. Asimismo, gracias a su mencionada simpatía, difundió con igual entusiasmo la obra de Rudolf Allers. A él le debemos una magnifica presentación de la vida, obra e historia de Allers y de la Tercera Escuela en el libro de éste, llamado Pedagogía Sexual, la cual inspiró el inicio y la consecución de este trabajo. (4) ―Allers y Schwarz solían reunirse con la Sociedad de Psicología del Individuo, y Viktor recordaba la importancia de ambos a la hora de lidiar con la psicología adleriana‖ (Klingberg Jr., 2002, p. 84).
Página 43 (5) Allers y Schwarz hicieron aportaciones importantes al campo de la sexualidad, dedicaron algunos de sus libros y varios artículos a reflexionar sobre el tema y a sentar las bases para un estudio de la sexualidad bastante alejado de las doctrinas psicoanalíticas de la época, fuesen cuales fuesen sus representantes. El mismo Frankl dedicó parte de su obra a escribir sobre la sexualidad, sin separar el asunto de las expresiones amorosas auténticas del ser humano. Lo que de los autores señalados retomamos es lo que actualmente podría ser útil como una aportación a la terapéutica moderna, de entre ello destacamos dos ideas: el papel que juega la sexualidad como parte integral de la existencia humana y la propuesta de que dicha sexualidad pueda vivirse desde y hacia algún sentido. Ya que descubrimos a través de la lectura de su obra que es característica de los autores vieneses estudiados en este texto referirse al fenómeno de la sexuación, en otras palabras, la maduración sexual, como parte integral de la vida de la persona. Rescatamos, además, dos ideas fundamentales expuestas en todo momento por Viktor Frankl, ideas que sostenían también Allers y Schwarz (recordemos que los tres provenían de la escuela adleriana, a la cual no le eran ajenos estos términos), y que pueden ser aplicables a dicha vivencia de la sexualidad: 1) La unicidad de toda persona es individual y 2) El papel preponderante del sentido de la vida: toda vida tiene «sentido» y sólo se comprende partiendo de él. Todas estas aportaciones en el campo sexual tienen una implicación para la conformación de una nueva sexología, existencial-humanista (desde la Tercera escuela), que hasta hoy se han estudiado bastante poco. En otra oportunidad profundizaremos al respecto de estas implicaciones y propondremos un abordaje ―logoterapéutico de la sexualidad‖. (6) Schwarz se basa en la sustitución de la psicoterapia, según el concepto tradicional que la define como método de tratamiento de los desórdenes psíquicos o corporales que utilice métodos psicológicos, o como se lee incluso en algún diccionario moderno: ―Tratamiento de la psicosis por medios psíquicos, como la sugestión, etc.‖, por la psicagogia (o psicagogía) que es ―el término, que en las religiones primitivas indicaba la evocación del alma de los muertos por parte del hechicero-sacerdote, mantiene su significado etimológico de ―conducción del alma‖, capaz de actuar en la orientación de los afectos y de los motivos profundos que es posible localizar en la personalidad del educando. Instrumento de la psicagogia es la palabra en su aspecto persuasivo, por lo que Aristóteles incluía la retórica entre las artes psicagógicas. El término también se utiliza, en sentido negativo, en referencia al uso instrumental de la influencia que se ejerce sobre los demás, donde la figura más recurrente es el plagio, que en psicología se refiere a quien reduce a una persona, de aquí su connotación negativa, a un estado de total sumisión a su poder. (Galimberti, U. (2006). Diccionario de Psicología, 2ª ed. México: Siglo XXI editores, pp. 824 y 845). En otras palabras, se trata de la orientación espiritual que el paciente debe recibir de su terapeuta en momentos de confusión sobre sus metas futuras. (7) La patrología es el estudio de la vida, obra y doctrinas de los autores considerados como padres de la iglesia, ortodoxos y heterodoxos, que escribieron sobre teología entre los inicios del cristianismo y los siglos VII (de Isidoro de Sevilla) y VIII (de Juan Damasceno). (8) Si bien parece ser que cuando Frankl conoció a Allers y Schwarz ya había dejado la escuela psicoanalítica, es posible que le haya ayudado la crítica siempre acérrima de Allers al psicoanálisis para aclararse aún más en su postura frente a éste, la cual fue dejando clara a través de su obra. En el libro publicado después de ser liberado de los campos de concentración, Psicoanálisis y existencialismo, dedica varias páginas a resaltar los aspectos del psicoanálisis y de la psicología individual con los que él no concordaba. No olvidemos que una buena parte de la propuesta que hace Frankl se basa en una crítica filosófica de la teoría psiquiátrica de la obra freudiana. Ahora bien, a mi parecer es preciso también construir la historia de la logoterapia no sólo desde esta crítica al psicoanálisis y a la psicología individual, sino a partir de las ideas de que se sirve Frankl, entre otras de la tradición existencialista en filosofía, para tener otra perspectiva de crecimiento y otra oportunidad de trabajo (ya sea terapéutica o educativa) desde la logoterapia (por ejemplo: la inclusión del trabajo relacional en logoterapia, o el desarrollo desde lo que se denomina pedagogía existencial, etc.). (9) Edith Stein (considerada santa por la iglesia católica: Beata Teresa Benedictina de la Cruz) desarrolla parte de su obra intelectual y religiosa apoyada en los principios adlerianos-tomistas de Rudolf Allers y en su formación fenomenológica y católica. Es llamativo que esta santa católica fue influida por la psicología adleriana a través de su amigo Rudolf Allers.
(10) Es preciso recordar que el pensamiento católico de la época estaba marcado por lo que se le denomina neoescolástica, que se trata del intento por poner en diálogo el pasado con el presente. “La neoescolástica fue una respuesta a la amenaza de la revelación cristiana por la filosofía y la teología racionalista de los siglos XVIII y XIX” (Emerich Coreth, Filosofía Cristiana, Tomo II, Ed. Encuentro, Madrid, España, 1994, p. 602, citado en Gómez Ruiz, 2007). (11) No sólo con Tomás de Aquino, sino que, obviamente, entre “Frankl y Allers coinciden en la concepción antropológica caracterizada por la dimensión espiritual de la persona” (Guberman y Pérez Soto, 2005). Cito esta afirmación de la coincidencia entre Allers y Frankl con una sola intención, que tengamos en cuenta que aunque Allers era el maestro y Frankl el alumno, muchas veces Viktor se presentaba como uno muy avanzado, capaz de ser propositivo y no sólo de ir tras las ideas ya planteadas por otros, fuesen quienes fuesen. No obstante, aunque en ocasiones es difícil distinguir entre influencia y coincidencia, particularmente sostengo la postura de que Frankl era un genio (basta con conocer el impacto y el éxito que tuvo en el desarro-
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terapia —que no tuvieron ni Allers ni Schwarz— para pasar de una terapia mecanicista, biologicista y psicologista, en fin reduccionista, hacia una que tuviera en cuenta la dimensión específicamente humana de la espiritualidad, sin dejar de lado las mencionadas anteriormente) que logró cautivar en un principio a sus maestros por sus ideas desarrolladas personalmente, y que no necesitaba apropiarse de las ajenas para sobresalir, como sugieren algunos estudiosos adlerianos sucedió con algunas premisas de la psicología individual. (12) Viktor E. Frankl, Logoterapia y análisis existencial, 2ª ed., Barcelona, Herder, 1994.
http://logoterapiaeenvelhecimwento.blogspot.com.br
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Queremos compartir con ustedes lo vivido recientemente en Roma, junto a S.S. Francisco. Francisco lanzo el proyecto SCHOLAS OCURRENTES, una red mundial de escuelas. Para este proyecto, GENERARTE realizó el Himno Oficial de SCHOLAS: “Sembradores del Encuentro” (de Chacho Garabal, Domingo Romano y Jano Piccardo). El pasado 1 de septiembre se presentó en la Sala Pablo VI del Vaticano en presencia del Papa Francisco y luego en el Partido Interreligioso por la Paz, organizado por SchoFirma del convenio SCHOLAS OCURRENTES-GENERARTE las, realizado en el Estadio Olímpico de Roma. Además, en el contexto de las Jornadas Pedagógicas de Scholas, en las que participo Francisco, firmamos convenio entre GENERARTE y SCHOLAS OCCURRENTES para seguir trabajando juntos por un mundo mas fraterno, justo y comprometido con el cambio. Continuamos con el Proyecto de Teatro Educacional con Rompecabezas, Buscando Sentido, Náufragos y preparando Secreto de Navidad. Queremos compartir nuestra alegría y agradecerles por todo el apoyo que nos han brindado, ya que como nos encomendó Francisco, “hay que seguir haciendo lío”. Saludos Domingo Romano y Chacho Garabal
Chacho GARABAL y Domingo ROMANO reciben el saludo del Papa Francisco, tras la presentación oficial del himno de SCHOLAS COURRENTES, “Sembradores del Encuentro”
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LOGOTERAPIA VINCULAR
LO ORIENTACIÓN VOCACIONAL DESDE LA LOGOTERAPIA VINCULAR Por Lic. Analía Boyadjián Mail de contacto: familiaysentido@gmail.com
L
a tarea de acompañar a un adolescente a descubrir ―qué quiere ser y qué lugar elige para desplegar su misión en la vida‖ es una de las más gratas que me toca realizar. En primer lugar, porque el adolescente que ―busca‖ lo hace generalmente con un entusiasmo que contagia, con temores y ansiedades que impregnan su demanda: ―necesito saber qué voy a hacer de mi vida‖. Parece muy general el pedido, y es absolutamente así, en tanto engloba su futuro más próximo y el resto de su vida. Y la ansiedad es lógica, porque se les exige tomar una decisión de las más importantes, a una edad en la cual la ―búsqueda de sí mismo‖ (quién soy yo?) es un proceso que llevará bastante tiempo. Aunque los adultos sabemos que el descubrirnos lleva toda la vida. En segundo lugar, me resulta fascinante acompañarlos en ese camino que engarza sueños, expectativas, ilusiones, y el develar el secreto escondido como la búsqueda del propio tesoro: ―mi lugar en el mundo‖. Todos tenemos un tesoro y se compone de necesidades personales profundas, aptitudes, valores, carácter, temperamento, e infinidad de aspectos que durante el proceso de la Orientación Vocacional vamos a recorrer para lograr que se conozca y se reconozca.
Este es el distintivo que rescato, que la persona aproveche ese tiempo terapéutico para descubrirse y tomar confianza para poder elegir y salir al mundo con su respuesta. Por supuesto que la vulnerabilidad de esta etapa evolutiva genera que el temor se apodere muchas veces de su voluntad y detiene el acceso a la libre elección. Entonces es prioritario trabajar con esos fantasmas, reconocerlos, transitarlos y liberarlos. El trabajo con los padres, es un ítem también a tener en cuenta en el proceso de OV, ya que me permite rescatar la memoria de la historia vocacional de la familia y sus antepasados, la historia personal del orientado: cuáles eran sus juguetes favoritos, cómo le gustaba pasar el tiempo libre desde niño, en qué actividades se destacaba, gozaba, creaba. Son muchos los datos que pueden ofrecernos las entrevistas con los padres, a quienes también convocamos como los primeros observadores de su hijo y supuestamente quienes tienen el conocimiento de su univocidad y particularidades. Claro que el amor con que un padre/ madre mira puede borrar a veces la objetividad; igualmente sigue siendo un material muy rico a integrar. Un paréntesis que abro en algunas entrevistas con el adolescente es la reflexión sobre el ―sentido del trabajo‖ en la vida de las personas. Es un aspecto psicoeducati-
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vo fundamental para encuadrar con realismo esta tarea. Vemos que ell trabajo juega un papel decisivo en la construcción de la identidad, y es una de las elecciones más comprometidas (cuando se puede optar) que realizamos en nuestras vidas. El filósofo argentino Héctor Mandrioni enfatiza: ―el proceso del vivir es, desde este plano existencial, un constante destacar figuras desde el fondo de esos horizontes, para luego de ese momento de configuración, dar lugar a una nueva reestructuración del campo‖. Desde esta perspectiva, elegir implica destacar una opción entre varias o muchas y configurar un camino que se adapte a esa elección. El trabajo entraña, además, la posibilidad de mejorar la sociedad y colaborar en el progreso de la humanidad. Y resulta sumamente grato saberse posible colaborador o co-creador de un mundo mejor. Se resalta, desde esta función, la apertura a la búsqueda trascendente de un sentido que está más allá de la propia estrechez. La reflexión que le ofrecemos al adolescente también considera las funciones psicosociales del trabajo: a) el trabajo como organizador de la actividad personal y familiar, de sus
ritmos, rutinas y descansos. Organiza el tiempo diario. b) confiere roles, status, poder, prestigio, reconocimiento e identidad social, c) otorga inserción y participación en grupos profesionales y laborales, d) genera experiencias emocionales y de autoconocimiento en función de los logros de la gestión realizada, e) puede ser oportunidad para desplegar proyectos, expectativas, actitudes, conductas y realizaciones personales, f) es un instrumento para lograr la autonomía financiera, social, ideológica y moral, g) favorece el aprendizaje y despliegue de conocimientos, destrezas y habilidades sociales y profesionales, Finalmente, hacemos hincapié en que el trabajo puede ser una experiencia de sentido de la vida y de acontecimientos existenciales positivos. En el proceso de OV se pretende que el adolescente se encuentre a sí mismo como un ser que se anima a explorar opciones, ofertas, y que intenta definir un camino desde el compaginar sus necesidades, sus aptitudes y el sentido de vida que desea realizar.
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La Página de LOGOFORO Por Tere Vanek
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Logoforo.com te invita a leer nuestros interesantes artículos y a enterarte de los eventos más importantes de Logoterapia en el mundo de habla hispana; así como a conocer bibliografía recomendada, frases célebres de Viktor Frankl y de otros pensadores, noticias y ligas a otros Centros e Institutos en el mundo, que trabajan con este enfoque existencial.
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Gracias por la calidad de sus publicaciones y por ofrecernos un espacio para compartir nuestras aportaciones. Te compartimos que Logoforo en su sección de Formación y Capacitación ofrece nuevos e interesantes programas a iniciar en septiembre y octubre: Diplomado en Logoterapia ―Médico humanista. Medicina humanizada‖ http://logoforo.com/diplomado-medico-humanista-medicina-humanizada-unaaportacion-desde-la-logoterapia/ Un programa pionero por el que tenemos mucho entusiasmo ya que el Dr. Viktor Frankl mostró siempre un especial interés en la humanización de la medicina y la psicoterapia. Entrenamiento en Prevención del Vacío Existencial y sus manifestaciones: Agresión, Adicción, Depresión, Suicidio. http://logoforo.com/entrenamiento-en-prevencion-del-vacio-existencial-y-susmanifestaciones/ Nuestro trabajo como logoterapeutas requiere una especial atención al tema de la prevención. Sabemos que el sector salud no se da abasto para atender el tratamiento-rehabilitación de una cantidad, en constante aumento, de personas que padecen adicciones, depresión, intentos de suicidio… En este sentido, te presentamos un artículo sobre el incremento de la violencia y su relación con el vacío existencial: http://logoforo.com/vacio-existencial-origen-de-la-violencia-sin-sentido/ ¡Agradecemos tu atención y recibimos con agrado tus comentarios! ¡Hasta pronto!