Presencia Apostolica 50

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Presencia Apost贸lica

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Ven a vivir la alegría de servir realizando labores de evangelización y promoción social en:

n Xochitepec, Montaña Alta de Guerrero n El Ciruelo y Lo de Soto, Costa Chica de Oaxaca n Ciudad Juárez n Nuevo Laredo n Torreón n León n Morelia n Guadalajara n D.F. n Toluca n Cuauhtenco, Estado de México (próximamente) n Y en más de 60 países

Presencia Apostólica de San Judas Tadeo en la Radio

Cápsula devocional Ahora los domingos a las 8:55 a.m.

ABC radio 760 AM 2

Presencia Apostólica

Ilustración: Leticia Asprón

MISIONEROS CLARETIANOS


CONTENIDO Director

Ernesto Mejía Mejía, CMF

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Editorial

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Vida cotidiana

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Hombre prevenido vale por dos, hombre que confía en Dios vale por muchos

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Nuestra devoción

Consejo Editorial

Alejandro Cerón Rossainz, CMF José Juan Tapia, CMF Alejandro Quezada Hermosillo, CMF Enrique Mascorro López, CMF René Pérez Díaz, CMF Marcos Garnica Fernández, CMF Ernesto Bañuelos C. Editora

Marisol Núñez Cruz Corrección de estilo

Ernesto Bañuelos C.

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Colaboradores

Enrique A. Eguiarte Bendímez, OAR Jesús García Vázquez, CMF Juan Carlos Martos, CMF Enrique Marroquín Zaleta, CMF Héctor Núñez Gutiérrez, CMF

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Entre ver y mirar, la sabiduría hace la diferencia El éxito se construye sobre los fracasos

Arte y Diseño

Mirta Valdés Bello

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Adviento, espera ¿de qué?

Distribución

Liga Nacional de San Judas Tadeo

13 PRESENCIA APOSTÓLICA, La voz de San Judas Tadeo, es una publicación bimestral. Editor responsable: José Juan Tapia Tapia. Editada por la Liga Nacional de San Judas Tadeo, A.C. Registro No. 04-2008-041014062100-102. Número ISSN 1665-8914 Distribuida por el Templo Claretiano de San Hipólito y San Casiano, A.R., Zarco 12, Col. Guerrero, C.P. 06300, México, D.F. Publicación Claretiana. El material contenido en Presencia Apostólica puede ser reproducido parcialmente, citando la fuente y sin fines comerciales. Tel: (55) 55 18 79 50 Fax: (55) 55 21 38 89 mail: liganacional_sanjudas@claret.org Número suelto: $15.00 M.N. / $2.50 US. Suscripción anual: $150.00 M.N. / $25.00 US. (Incluye gastos de envío).

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Ustedes, los ricos Una tarde en Viena

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Día internacional para la tolerancia

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De la Palabra a la acción

Foto de portada: Enrique Mascorro López, CMF


EDITORIAL

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El camino recorrido

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stamos publicando el número 50 de esta revista que surgió como respuesta a una necesidad de comunicación social y de evangelización entre los misioneros claretianos, los devotos de san Judas Tadeo, la comunidad cristiana y el público en general. Hemos intentado ofrecer reflexiones que ayuden a profundizar en cada uno de los tiempos litúrgicos, así como en la vida cotidiana. A lo largo de este recorrido hemos compartido todo lo relacionado con san Judas Tadeo y las experiencias de vida que se han dado en torno a esta devoción. Incluimos también artículos que los lectores pueden aplicar en su vida personal y familiar. Tratamos de relacionar continuamente la fe y la vida, analizando temas de actualidad, desde una óptica de compromiso cristiano, buscando la justicia, la paz y la integridad de la creación. Nos ha parecido también importante ofrecer historias que nos permitan reflexionar partiendo del arte y la imaginación. Por último, durante estos años hemos compartido reflexiones sobre el evangelio de cada domingo, relacionando siempre la vida con la Palabra. Después de describir brevemente el camino que hemos recorrido junto con nuestros lectores, volvamos a los tiempos que corresponden a este bimestre que son: Adviento y Navidad. Adviento significa tiempo de espera e implica tener esperanza y estar siempre dispuestos a “enderezar el camino”; significa prepararnos reavivando nuestro espíritu. En Navidad celebramos un hecho que sucedió en Belén hace más de dos mil años; un acontecimiento tan sencillo y cotidiano como el nacimiento de un niño, pero capaz de dar un vuelco a la Historia; capaz de iluminar la sombra del mundo y la vida de cada persona. Pongamos en primer lugar el hecho central que celebramos: el nacimiento de Cristo, felicitémonos por él y asumamos como compromiso y tarea de cada día reconocer a Cristo en nuestro prójimo. Que la Navidad sea realidad depende de la respuesta de cada uno de nosotros.


Vida cotidiana

Para un cristiano siempre es

Navidad

Epi Diez

“Lo que somos es un regalo de Dios para nosotros. En lo que nos convertimos es un regalo nuestro para Dios.”

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ay una frase de un poeta francés que dice: “Para un cristiano siempre es Navidad.” Y ¿por qué? Una de las respuestas está relacionada con recibir y dar regalos: Para un cristiano su propia vida y todo el universo es un regalo de Dios; ahora bien, si el cristiano es auténtico, querrá regalar a Dios, como signo de amistad y agradecimiento, aquello que a Dios más agrada. Por otra parte, todos vamos descubriendo lo que escribió aquel pensador cristiano del S. II, san Irineo, quien viene a decirnos que damos gloria a Dios cuando nos esforzamos por dar vida a los hombres. Esta sentencia siempre me ha parecido el mejor eslogan y el más evangélico para edificar el gran edificio de la Historia, construyendo en ella el Reinado de Dios, como decimos en el Padrenuestro. Y no debemos olvidar que en esta noble tarea, en la que somos socios Dios y el hombre, nadie debe sentirse jubilado hasta que le llegue la muerte. Incluso un hombre tan poco religioso como Sigmund Freud, a la pregunta de un periodista contestaba así: “Para mí, persona es alguien que ama y trabaja.” Ahora bien, si agradecerle a Dios el don de la vida o darle gloria, que viene a ser lo mismo, consiste en dar vida a los demás, como nos dice el mismo Jesús: “Yo he venido para que tengan vida en abundancia”, cada uno debemos hacer nuestra tarea con eficacia y honestidad. Todos sabemos además que en la construcción de un edificio material, tan noble y necesaria es la contribución del arquitecto como la del último peón. Pues lo mismo sucede en la construcción del gran edificio de la Historia, en cuyo empeño tan noble y necesaria será la tarea del jerarca religioso como la del político, la del luchador social, la de la esforzada madre de familia, la de la monja de clausura, la del paciente agricultor, la del perseverante maestro o la del heroico misionero que se desgasta

paliando el hambre de los pobres, como al que escuché decir hace unos días: “Hace 30 años que trabajo en Etiopía, en una región donde, si aquí en España para algunos lo difícil es llegar a final de mes, allí lo difícil es llegar al final de cada día.” EN CONCLUSIÓN, CELEBRAMOS LA NAVIDAD SIEMPRE QUE CON NUESTRA CONDUCTA TRASMITIMOS A LOS DEMÁS QUE CREEMOS EN UN DIOS QUE ES “EMMANUEL (Dios con nosotros)” Y POR ESO COMO ÉL ESTAMOS SIEMPRE AL LADO DEL HOMBRE. Para finalizar esta reflexión comparto con ustedes el siguiente texto: DIOS ESTÁ CON NOSOTROS No pertenece a una religión u otra. No es propiedad de los cristianos. Tampoco de los buenos. Está en todo corazón humano, acompañando a cada uno en sus gozos y sus penas. No grita. No fuerza a nadie. Como un buen amigo nos invita a lo bueno, lo hermoso, lo justo. Cuando nadie nos comprende, Él nos acoge. En el dolor y la depresión nos consuela. Está con los oprimidos defendiendo su dignidad y con los luchadores contra la opresión, alentando su esfuerzo. Está despertando nuestra dignidad y nuestra responsabilidad, para no terminar siendo esclavos de cualquier ídolo. Está con nosotros en la vida y esperamos lo estará en la muerte, rescatándonos para la vida eterna. Esto es lo que celebramos los cristianos en Navidad y esta fe sostiene nuestra esperanza y pone alegría en nuestra vida. Presencia Apostólica

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Aventuras de un misionero

Hombre prevenido vale por dos, hombre que confía en Dios vale por muchos Jesús García Vázquez, CMF

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odos los días procuro rezar el santo rosario y a ello le atribuyo el que Diosito me haya librado de algunos peligros de muerte, como este que les contaré. Una tarde lluviosa en las montañas de un hermoso rincón de la sierra de Guerrero, mi camioneta serpenteaba por las escabrosas brechas maltratadas por la lluvia, como jugando a patear las piedras. Aún le quedaba ánimo, después de cargar, por doce largas horas, tres toneladas de Maseca para amortiguar el hambre de los indígenas, ya que normalmente las cosechas no alcanzan para satisfacer sus necesidades, por lo que teníamos que conseguir maíz o Maseca de donde se pudiera. No es presunción, pero siempre me ha gustado ir rezando el rosario cuando voy conduciendo. En esas iba cuando, de repente se me presenta un grosero agujero como de un metro cuadrado, como diciéndome: “¡Hasta aquí llegaste, padrecito!” ¡Para mis pulgas, me encantan los retos! 4

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Y pensando qué podía hacer, me acordé de que siempre cargo un tablón, por aquello de las dudas. Dicen que hombre precavido vale por dos, y es cierto. Pero también se vale decir que hombre que confía en Dios vale por muchos. Bajé el tablón y, mientras lo dejaba caer para taparle lo soberbio al agujero, le dije: “¡Triste hoyito, a mi no me espantas!” la tabla era bastante gruesa como para soportar el peso de la camioneta. Sólo era cuestión de atinarle con las llantas, pero, gracias a Dios, pocas veces me ha fallado la puntería y esa vez tampoco me falló. Había que pasar a como diera lugar, porque la noche ya se anunciaba con el ruido de las pichuacas que son unas aves nocturnas que de repente salen al paso y se paran enfrente, como encandiladas por la luz de cualquier lámpara. Además, la lluvia y la densa niebla amenazaban con envolver toda la montaña. Las brechas, ya mojadas, son muy peligrosas y es fácil que la tierra se ablande y se provoquen derrumbes que luego tapan los caminos y hay que esperar hasta que los habitantes del pueblo vengan a quitar las piedras para poder pasar. Pues bien, me subí a la camioneta que me esperaba ansiosa, y como me gusta hablar con los vehículos que manejo, le digo: “Ándale chiquitita, no te me rajes, así como hemos salido de otras, en el nombre de Dios, tenemos que salir de esta, como de las que vengan.” Y que meto el clutch y la primera, al tiempo que el corazón me

latía como preguntándome: “¿Y, sabes lo que vas a hacer, padrecito?” “¡Claro que lo sé!” Le respondí emocionado: “Nos la vamos a jugar mi camioneta y yo, y tú también, y además no te me aceleres que la que se tiene que acelerar es la camioneta.” Y que comienzo a acelerar al mismo tiempo que iba sacando el clutch para alcanzar la máxima velocidad. Hasta me pareció que volábamos de un lado al otro, tanto que sólo pude parar la camioneta como treinta metros después del agujero. Cuado me vi fuera de peligro, me dije a mí mismo: “¡Que fregón eres! ¡Esto nadie te lo va a creer!” Con razón dicen que no hay chaparro humilde, ¿verdad? Le puse el freno de mano, aunque ese era de pie, y por las dudas, le acomodé unas piedras que atoraran las llantas, pues era de bajada. No se le fuera a ocurrir irse mientras yo recogía la tabla que, dicho sea de paso, “en paz descanse” porque, cuando me faltaba poco para llegar a ella, con gran asombro voy viendo cómo se desgaja la tierra, alrededor de donde estaba la tabla, precipitándose mi tablón a la barranca que tenía como quinientos metros de honda. Apenas pude echarme para atrás ya que el camino se seguía desgajando. Rápido corrí a la camioneta, le quité las piedras que la atoraban y me alejé de ese lugar. Pero, ahí no paró todo. Había que pasar por una curva muy cerrada, tenía que hacer dos o tres maniobras para poder dar la vuelta


Estadística y, desafortunadamente, en una de esas que oigo un fuerte tronido en el cofre, quedando el volante loco, dando vueltas a derecha e izquierda pero sin lograr dirigir las llantas a donde yo quería. La camioneta se dirigía hacia el voladero. Pero por supuesto que los reflejos estuvieron a la orden del día. Rápido pensé en el freno para estacionarse y el normal para detenerla, pero iba de bajada con tres toneladas de peso y el suelo mojado. La camioneta, angustiada, iba patinando sobre el lodo. Me la imaginé pelando chicos ojotes, viendo que irremediablemente nos iríamos al barranco. Como automáticamente y lleno de angustia se me sale decir: ¡Ave María purísima! ¡Detente chiquitita que nos vamos al voladero!, y la camioneta se detuvo justamente a unos centímetros del barranco, pero no se paró por los frenos, sino por una enorme roca que se le atravesó a las llantas delanteras. ¡Qué bárbaro, en el apuro que puse a mamá María y a Diosito antes de irme a la barranca con todo y camioneta! ¡Esto sí que era de película! No me dí por vencido. Una vez que aseguré el vehículo con más piedras, con unas pinzas y fuerte alambre, logré hacer que el volante moviera las llantas hacia donde yo quería. ¡Pero qué grande es Dios que nos ha dado la cabeza para pensar! Recordé que antes había dicho que yo era el fregón, y aquí pensé que es Dios el que no nos abandona en los momentos difíciles de la vida y nos pone los medios para salir adelante. Solo me faltaban como dos kilómetros para llegar a casa. De allí en adelante, me fui con mucha cautela, alabando a Dios y rezando el santo rosario. Al llegar a casa mi plegaria fue: “Gracias Señor por haberme permitido llegar. Y perdona mi soberbia. Soy fregón porque tú así me hiciste.”

Guadalupanismo en México Alejandro Díaz Domínguez1

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a Virgen de Guadalupe es muy importante en la fe de los mexicanos. Su importancia entre los feligreses varía de región a región y de estado a estado. Al analizar la Encuesta Nacional de Valores sobre los que nos Une y Divide a los mexicanos (ENVUD), una encuesta representativa por entidad federativa, realizada en 2010 bajo los auspicios de Banamex y la Fundación Este País, en conjunto con diversas casas encuestadoras, se observa que en todos los estados se concede gran importancia a la Virgen de Guadalupe, con moderadas diferencias entre uno y otro, siendo los estados del bajío y centro-occidente los que conceden una mayor importancia –el 92% de la población– a la Virgen de Guadalupe, quizá debido a su pasado cristero y mayor presencia de personal religioso, como se aprecia en la gráfica. Los habitantes del sureste mexicano reportan los niveles menos altos de importancia de la Guadalupana –74%–, quizá debido al incremento relativo de las iglesias protestantes y evangélicas en dicha región. Importancia de la Virgen de Guadalupe por estado

En el estudio se valoró la importancia de la Virgen de Guadalupe en relación con factores como la asistencia a misa (elemento comunitario), la confianza en Dios (elemento personal) y la confianza en la Iglesia (elemento institucional). Los tres elementos guardaron una relación positiva con la importancia de la Virgen de Guadalupe. Por último, el estudio consideró el tipo de valores asociado con la importancia de la Virgen entre los mexicanos, tomando en cuenta cuatro valores importantes: igualdad, justicia, solidaridad y libertad. Es interesante observar que el valor más asociado con la importancia de la guadalupana fue la igualdad, seguido por la justicia, la solidaridad y, finalmente, la libertad. Estudiante de doctorado en ciencia política por la Universidad de Vanderbilt (alejandro.diaz-dominguez@vanderbilt.edu). Agradezco a Alejandro Moreno por permitirme utilizar la encuesta. 1

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Nuestra devoción

Conoce

más sobre

san Judas

Tadeo

S

an Judas Tadeo fue uno de los doce apóstoles que Jesús escogió, como nos dice el Evangelio, «para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar». San Judas formó parte de la que podemos identificar como la primera comunidad de discípulos del Señor, además de ser su pariente cercano, según los relatos genealógicos.

Los nombres del apóstol

El nombre «Judas», un nombre común entre los judíos del tiempo de Jesús, viene del idioma hebreo y significa “alabanzas sean dadas a Dios”; el nombre «Tadeo» proviene del idioma arameo y significa valiente o magnánimo. También ha sido llamado «Lebbeo» que significa: hombre de corazón tierno. En la lista de apóstoles del evangelio según san Lucas aparece con el nombre de «Judas» (6,16); en Mateo (10,3) y en Marco (3,18) se utiliza el nombre «Tadeo». Todos los nombres que hacen referencia a san Judas Tadeo son significativos, pues nos hablan de su actitud y cualidades, y todos concuerdan con su advocación de las “causas difíciles”. Imitemos las cualidades del apóstol, así como su actitud ante las dificultades. 6

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La imagen de san Judas Tadeo

u Lo más significativo en las representaciones del apóstol es portar en el pecho la imagen de Jesucristo; simbolizando que Tadeo lleva a Cristo en su corazón y que es parte central de su persona. También significa que es portador del mensaje de Jesús, pues lo llevó a los pueblos paganos. u Se le representa con las armas o herramientas que la tradición ha asociado con su martirio: mazo, hacha o espada. u La llama del Espíritu Santo sobre la cabeza del apóstol simboliza su presencia en Pentecostés.

San Judas Tadeo en la Biblia

Además de ser mencionado en la lista de apóstoles, el evangelio según san Juan nos refiere que san Judas hace una pregunta a Jesús durante la última cena: “Le dice Judas –no el Iscariote–: –Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?” (Jn 14,22-23). Por otra parte, al apóstol se le atribuye la Epístola de Judas, una de las cartas del Nuevo Testamento que se suelen llamar “católicas”, porque no están dirigidas a determinada Iglesia local, sino a un círculo más amplio de destinatarios.


Nuestra devoción Advocación y fiesta

Ser el patrono de las “causas difíciles” o de los “casos desesperados o imposibles” ha convertido a san Judas Tadeo en uno de los santos más invocados popularmente. Su fiesta se celebra en la liturgia el 28 de octubre, aunque popularmente es recordado el día 28 de cada mes.

Aquí y ahora

Llama la atención que en la actualidad, en un momento en que hay miles de opiniones y opciones, el apóstol tenga un impacto tan grande en la comunidad creyente. San Judas Tadeo continúa realizando su misión de llevar el mensaje de Jesús a todo el mundo, en especial a los más pobres y marginados.

Oración a san Judas Tadeo para el día de hoy Querido san Judas, mi devoción por ti es para mí una fuente de esperanza; tu ejemplo me da valor para enfrentar mis retos y alegría para celebrar mis éxitos con gracia. Sé que mis oraciones invocan el amor curativo de Dios. Ayúdame a vivir con amabilidad y compasión, honrando y santificando así mi existencia. Pido en mi oración que en este día yo sea capaz de compartir con el mundo los dones que Dios me dio. Dios vive en mí y sólo en Él encontraré satisfacción verdadera. Ayúdame, san Judas, a descubrir a través de esta devoción, las bendiciones que recibo de Dios. Y que mi experiencia de fe sea fortalecida por la oración que comparto contigo y por la misericordia de nuestro Dios amoroso. Amén Traducción de A Prayer to St Jude for Today

www.shrineofstjude.claretians.org

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Crecimiento personal

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os sentidos son básicos para caminar por la vida. Necesitamos ver dónde estamos y escuchar lo que nos rodea. La mayoría de los animales no solamente también los utilizan, sino que suelen poseer una agudeza y especialización mayor en sus sentidos que les permite percibir más de lo que los seres humanos percibimos. Sin embargo, habría que precisar que hay sordos que saben escuchar más que muchas personas que oyen normalmente e incluso ponen mayor atención a los demás que muchos que pudiendo oír, sin embargo, no saben escuchar a otros ni, mucho menos, a la vida misma. De igual manera, muchos ciegos saben “ver” mejor que los que gozan del sentido de la vista. Nuestros sentidos son medios perceptuales de gran valor que, muchas veces, quienes podemos utilizarlos no sabemos valorar y mucho menos ir más allá de lo que está frente a nuestros ojos y oídos. Me parece que aquí valdría la pena contar la historia de Juan que ejemplifica muy bien este tema, pues las vivencias y experiencias concretas muchas veces muestran más que las ideas. El “rey Midas” Juan se sentía un hombre afortunado, tenía un gran amor propio y esa sensación de que “ni la vida lo merecía”. Gozaba de una gran inteligencia, era tenaz, ambicioso y con un ego que no le permitía muchas veces enterarse de que existían los otros. No procedía de una familia adinerada, sin embargo sus padres procuraron mucho

Entre

No todo lo que brilla es oro Pero como frente a todo lo que brilla siempre hay sombras, este caso no fue la excepción y, claro, es motivo de aprendizaje. Juan no se daba cuenta de que por su necesidad de generar cada día mayores progresos económicos, perdía la vida cotidiana con sus hijos. Desdeñaba las frecuentes peticiones de su esposa de mayor atención y convivencia con ella y con sus hijos. Los amigos de verdad con los años se habían ido perdiendo. Sólo quedaban las relaciones sociales de conveniencia en el terreno de los negocios, pero siempre con la sensación de que había que cuidarse las espaldas. Con el estilo de vida que llevaba había ido engordando al punto de parecer otra persona totalmente diferente al de su juventud, empezaba a tener problemas de salud graves que no podía atender, pues siempre estaba ocupado, hasta para él mismo. A pesar de todos estos contratiempos, él pensaba que iba por el camino correcto y seguro, por lo que no pensaba cambiar. Un cambio inesperado La vida fue quien le cambió el rumbo. Una mañana en que había peleado con su esposa, pues ella tenía la sensación de que tanto estar fuera de casa no sólo era por exceso de trabajo. Sospechaba que había alguien más y tenía razón. Juan le estaba siendo infiel. La discusión de esa mañana y una serie de contratiempos hizo que saliera de la casa más tarde que de costumbre, por lo que salió rápi-

ver y mirar,

la sabiduría hace la diferencia

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Dinko Alfredo Trujillo Gutiérrez

por él y Juan quiso aprovechar lo que le daban, siendo muy buen estudiante y buscando profesionalmente lo que le diera un progreso económico y social cada vez mayor. Se casó con la mujer que quiso y tuvo hijos de quienes se sentía muy orgulloso. Buscó entonces para su familia que tuvieran mucho más de lo que él había tenido en su niñez. Pudo comprar el coche que quiso, así como la casa de sus sueños. Todo parecía sonreírle. En su familia le llegaron a decir el “rey Midas”, pues pudo llegar mucho más allá que lo que cualquier familiar había logrado.


Crecimiento personal damente y sin precaución al manejar. En un descuido tuvo un choque aparatoso contra un tráiler que no vio venir. Cuando volvió en sí, estaba en un hospital sintiéndose muy mal y sin entender lo que pasaba. Quiso quitarse la venda que le cubría los ojos, pero se lo impidió una enfermera. Un mes después del accidente, habiendo estado en peligro de muerte, pudo salir del hospital, pero no como antes: había perdido la vista y con ello empezó a perder todo el mundo que antes no sólo veía, sino del que se sentía su dueño y señor. El balance Las pérdidas fueron cuantiosas. Primero el enorme golpe de saber que no volvería a ver, después el trabajo que solía hacer como un maestro y en el que ahora se mostraba como el peor de los aprendices. A todo esto se aunó la pérdida económica y del estatus que tanto valoraba. Por si fuera poco, la relación con la esposa había estado muy mal antes del accidente y, después, él tampoco había sido el mejor de los pacientes, pues su prepotencia tardó en aceptar que tenía que ser sustituida por valores, como la humildad. Su mujer terminó yéndose de su lado, en cuanto lo vio mejor y más diestro en su nueva situación. Su casa y coches se tuvieron que malbaratar para salir adelante. En pocas palabras terminó sin nada y solo. El “rey Midas” y centro del universo había perdido su mundo junto con la vista. Empezó así un viacrucis duro y desgarrador, donde hasta llegó a pensar en el suicidio. Todo lo que había perdido era prácticamente lo que lo definía y sin ello parecía entonces que él no tenía razón de ser. La vida mágica, de la cual él era el artífice, se volvió un infierno y, en el mejor de los casos, se desvaneció. Entró en un estado de vacío y desierto, interna y externamente.

La diferencia entre mirar y ver En ese tránsito empezó a ver lo que antes sólo miraba entre bruma y sin querer reconocer ni responsabilizarse, pues eso le llevaría a ver lo que ahora no le quedaba mayor remedio que aceptar: su vida había sido artificial y vacía; y su personalidad tan egoísta y limitada con aquellas altas expectativas, gracias a las cuales dejó de ser por tener. Poco a poco se dio cuenta de lo ciego que había estado cuando podía ver y ahora empezaba realmente a ver la realidad y a sí mismo. Se dio cuenta de que la ambición le había hecho enriquecerse materialmente, pero se había vuelto un mendigo emocional y racionalmente. A las personas valiosas de su vida las había alejado y él mismo se había vuelto una máscara con la que no había cómo comunicarse auténticamente. Mientras tuvo vista no vio quien era y la fantasía de felicidad en la que vivía. Ahora también dejó de oír el ruido del mundo y de sí mismo para empezar a escuchar auténticamente. Tuvo que empezar a escuchar verdades dolorosas sobre los autoengaños que le tapaban la vista. Se dio cuenta de que entre más se había centrado en él mismo y había dejado de ver y oír a los demás, más solitario e insatisfecho estaba y cómo la seudo-felicidad de que orgullosamente presumía, en realidad, le daba sólo placeres momentáneos que le empujaban a buscar más placeres, a costa de lo que fuera. En pocas palabras vio que el mundo que había creado se volvió su propia cárcel. Empezó un largo camino de regreso del mundo ciego hacia “ver” quién era realmente y cómo se había perdido. Cómo su necedad, egoísmo, impulsividad e intenciones equivocadas habían creado un mundo insensible y aparentemente feliz, pero donde el dolor que había

producido había, a la vez, generado en él un sufrimiento desgastante. Empezó por hacer conciencia y después a adaptarse a su nueva circunstancia de vida. Desde un nuevo lugar, hizo relaciones nuevas y generó nuevas y más profundas raíces en las antiguas relaciones que pudo rescatar, lo que incluía a su esposa e hijos. Indudablemente este no es el único ejemplo de alguien que al tener, pierde; por desgracia, muchos en casos semejantes no aprenden ni cambian como han sido ni en su manera de relacionarse con los demás. La diferencia está en ser necio o sabio. La sabiduría no viene sola ni es gratuita. Se gana con lo que se vive y generalmente es con lo difícil. El dolor nunca está para hacernos sufrir y quedarnos como víctimas, tiene un sentido más importante: es para enseñarnos a corregir caminos y saber cómo vivir más digna y felizmente. Hablamos de dos verbos que aparentemente son lo mismo: mirar y ver. En realidad lo que hace la diferencia es precisamente la sabiduría. En el primero los ojos sirven para lo aparente o ilusorio y para quedarnos en un mundo de ensoñación que, tarde o temprano, puede llevarnos a las pesadillas que vivimos. Mientras que ver es mucho más que un acto ocular. Se trata de ver desde el alma, con lo que se ha crecido y la conciencia que se haya desarrollado, para ni estar en un mundo de ensoñación, ni estar en un mundo de pesadillas. Ver con sabiduría es, en el fondo, ver desde el corazón y desde la cabeza, donde ambas perspectivas no se pelean pues llegan a entender lo mismo. El autor es licenciado en psicología y filosofía con maestrías en terapia familiar y de pareja. Terapeuta, catedrático universitario y conferencista. datrujillo@hotmail.com Presencia Apostólica

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Desarrollo humano

El éxito

se construye sobre los fracasos Gylda Valadez Lazcano

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n nuestra niñez escuchamos muchas veces: “Si no tienes éxito a la primera, trata una y otra vez hasta que lo obtengas.” Esas palabras de sabiduría son reales, pero por alguna extraña razón las olvidamos cuando crecemos. Cierto es que como niños ni nosotros ni nuestro entorno renunciaríamos fácilmente a alcanzar ciertos logros básicos como caminar y hablar, y más adelante leer y escribir. En el proceso de adquirir esas habilidades y conocimientos aprendemos también a levantarnos después de las caídas. Pero, ¿en qué momento comenzamos a renunciar a aprender? ¿Por qué muchas veces 10

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los adultos actuamos como si ya no tuviéramos nada que aprender? Miedo al fracaso y necesidad de aprobación Con frecuencia lo que nos detiene es el miedo a fracasar. No nos permitimos iniciar un nuevo proyecto por pensamientos negativos o por temor a defraudar las expectativas de personas importantes en nuestra vida. Nuestros proyectos necesitan la energía suficiente para sostenerlos y llevarlos a cabo, así como sabiduría para entender y aceptar que a veces las cosas no salen a la primera y que necesitamos insistir, cambiando estrategias, para llegar a la meta. Es importante medir nuestra capacidad de logro de menos a más,

logrando primero las cosas pequeñas y sobre esos pequeños logros, ir dimensionando nuestros proyectos hasta conseguir una seguridad que por consecuencia reforzará nuestra autoestima, y a partir de ahí direccionar nuestras herramientas y energía hacia nuestro objetivo. Algo muy importante es no estar continuamente comparándonos con otros, ya que lo que para una persona es un logro extraordinario, para otra puede no significar nada. Tampoco podemos depender de la aprobación de nadie, pues aunque nos importe agradar a nuestra familia y amigos, nuestros proyectos son principalmente algo personal. La experiencia de equivocarnos El aprendizaje se da con aciertos y desaciertos, cualquier desacierto nos lleva a intentar alcanzar nuestra meta por otros caminos. Entonces el proceso del desacierto nos dará lecciones que nos ayudarán en casi todas las áreas de nuestra vida; y qué maravilloso sentimiento tenemos cuando por fin logramos pasar por todo el proceso y logramos alcanzar algo importante para nosotros. Algo que nos permitirá recorrer el camino del éxito. Ese algo es la determinación y el deseo de alcanzar nuestra libertad y nuestro éxito. Desafortunadamente también se nos enseñó cuando éramos niños, que fallar y fracasar es malo. Si teníamos malas calificaciones éramos castigados, o, peor que eso, debíamos repetir el año escolar, sintiendo que todos nos veían como unos perdedores. En nuestra etapa adulta no hay gran diferencia con aquellas experiencias. Por ejemplo, nadie nos dará un aumento o una posición de más responsabilidad, si seguimos fallando en las fechas de entrega. No obstante, mantenernos paralizados por el miedo a fracasar es el mayor de los fracasos.


Desarrollo humano Cuando aprendemos a capitalizar el fracaso, es decir a sacarle algún provecho, éste se vuelve experiencia y aprendemos de él, y entonces aparece la paradoja: el fracaso puede resultar ser más motivador que el éxito, si se aprende a asimilarlo. La clave está en persistir en el intento de construir un sueño, un trabajo, un proyecto y tener la motivación personal suficiente como para poder aceptar los fracasos como el motor que nos motive para seguir adelante. La motivación es el combustible que nos permite llevar a cabo lo que nos planteamos. Las personas motivadas tienen empuje, dirección y resolución para lograr sus objetivos. En los momentos en los cuales no conquistamos los objetivos, es donde entra en acción la automotivación, funcionando como una brújula que nos orienta hacia el logro. Nuestro éxito está muy relacionado con nuestro autoconocimiento, autoestima y confianza en nosotros mismos, con la motivación y pasión con que actuamos en las acciones que emprendemos, con los conocimientos, con la constancia, tolerancia, dinamismo, seguridad, responsabilidad y, sobre todo, con la perseverancia. Si Tomás Alva Edison no hubiera sido perseverante y no hubiera aprendido de sus fracasos, no hubiera descubierto la bombilla, él decía: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla.” Pero alcanzar un objetivo no significa que ya estemos permanentemente “realizados” pronto tendremos que establecer más objetivos que nos mantengan en crecimiento, mientras tengamos vida. Decía Nelson Mandela: “Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por

escalar.” De manera que no hay tal cosa como “el éxito” o “la felicidad” como estados permanentes en los que pretendamos “estacionarnos”. Eso de “y vivieron felices por siempre…” es puro cuento. Entonces podemos interpretar que un logro, nos lleva a descubrirnos y re-descubrirnos y ampliar nuestro panorama para saber que siempre tendremos nuevos retos para probar que nuestro acero personal se templa con ahínco, pasión y perseverancia. Cada fracaso nos enseña algo que necesitamos aprender En cada experiencia hay aprendizajes que como seres humanos necesitamos atender como áreas de oportunidad. También conviene estar conscientes de que en mucho de lo que realizamos se puede aplicar la “ley de la atracción” que es la idea de que los pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona frutos de su propia naturaleza; entonces si a nuestros planes y proyectos los cargamos de dudas, miedos, confusión, pues ya podemos entender por qué razón no se concretan nuestras metas. Por el contrario, si mis pensamientos son de esperanza, valor y buena voluntad, crearán vibraciones de fuerzas semejantes, y esto favorecerá que veamos coronados nuestros proyectos. Nuestra biografía se vuelve biología, necesitamos revisar las “profecías de nuestros padres” (que son las cosas que nos dijeron desde pequeños); pues de ahí puede derivar mucho de lo que ahora tenemos como auto-concepto. Un buen auto-concepto nos lleva a confiar, en tanto que uno negativo nos lleva al auto-boicot. Necesitamos estar atentos para aprender a auto-observarnos y en-

tender de dónde vienen los miedos y la inseguridad; para sembrar buenas semillas que nos darán una cosecha productiva. Y cuando las cosas se detengan o compliquen, pensar que quizá ese no era el momento para emprender algo, y estar atentos a saber que cada cosa tiene su tiempo y su espacio, sin que esto merme nuestra seguridad, y mucho menos nos lleve a dejar de incluir en nuestro proyecto de vida, nuevas metas; y en cada proyecto o camino de nuestra vida, tener los pies en la tierra y los ojos en las estrellas. Los procesos para lograr algo se toman su tiempo Comencemos a entrenarnos día con día en esta forma de estar en la vida, de considerar que las cosas se construyen día a día, de a poquito, hasta lograr el objetivo final. Por ejemplo si queremos reducir nuestro peso corporal, será importante hacerlo de manera gradual y aprender qué alimentos y qué hábitos son más saludables para nuestro cuerpo, porque si sólo restringimos súbitamente nuestra alimentación, podríamos sufrir una descompensación. Y así es en todo. No es posible que iniciemos un proyecto poniéndonos trampas mentales y pensando que algo que se llevó tiempo, ahora lo vamos a erradicar en un momento. Creo que paso a pasito podemos avanzar hasta que en un momento dado nos demos cuenta del largo camino que hemos transitado. Hay que pensar que la tierra es una escuela y que esas lecciones evolutivas que hemos dejado pendientes como la paciencia, la tolerancia, la aceptación y otras cosas más son necesarias para crecer y trascender nuestra vida, nuestros sueños y nuestros aprendizajes. La autora es psicoterapeuta. centro.ometeotl@gmail.com Presencia Apostólica

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Tiempo de Adviento

Adviento, espera ¿de qué? Román Ángel Moreno, CMF

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l invocar al Espíritu Santo decimos: “Ven Espíritu Santo!”, cuando rezamos el Padrenuestro decimos: “Venga a nosotros tu Reino!” y la última frase de la Escritura dice: “Ven, Señor Jesús.”¿Qué implica, pues, el tiempo litúrgico llamado Adviento? Recuerdo que cuando era niño me gustaba acostarme sobre el césped en un parque y ver hacia arriba, hacia el firmamento y, fijando mi vista en el cielo, me preguntaba: ¿Qué habrá más allá de donde llega mi vista?, ¿se acaba el cielo o no se acaba?” Y me quedaba pensativo, mirando y mirando… Ese tipo de preguntas nos las hemos hecho alguna vez en nuestra vida, de una manera o de otra: ¿qué hay más allá?, ¿a dónde me gustaría ir?, ¿qué espero yo de lo que ha de venir?, ¿qué será distinto de lo que hoy es?... Ciertamente que hoy se habla más de lo que es (postmodernismo), pero no podemos jamás, como seres humanos, prescindir de lo que será o de lo que todavía no es. Y aunque ciertamente lo que estoy viviendo ahora, es lo único mío (lo pasado ya no lo tengo y lo futuro todavía no llega), el ser humano es definitivamente proyecto: lo que todavía no vivo, pero espero, es lo que le da la intensidad y la calidad a lo que estoy viviendo hoy. Y si la vida es fundamentalmente crecimiento, lo que le falta a mi vida es todavía más importante de lo que ya viví. Y así, si voy a vivir eternamente, mi vida, por muy larga que ya haya sido, ¡está todavía en la “prehistoria” de lo que será! Nosotros celebramos en estos días el “Adviento”, es decir que esperamos “algo” o a “alguien”. Adviento significa precisamente eso, esperar, tener esperanza, tener expectativas. Y ¿cómo comienzan las expectativas? Comienzan de la insatisfacción; por muy contento que me encuentre con lo que soy 12

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o con lo que tengo, la insatisfacción, el deseo de algo mejor, es todavía más fuerte. Porque el ser humano estuvo insatisfecho de arrastrar o cargar las piedras, inventó la rueda; cuando caminando se dio cuenta de que podía ir más rápido en una carreta tirada por caballos, inventó la carroza; cuando la carroza no le satisfizo lo suficiente, inventó el automóvil y cuando este tampoco le satisfizo inventó el aeroplano y así, sucesivamente… Por supuesto que existen insatisfacciones mayores, aquellas que tocan al mismo ser humano o a sus relaciones con los demás y con el mismo Dios: El hambriento, insatisfecho con su hambre, busca satisfacerla; el enfermo, insatisfecho con su enfermedad, busca curarla; el preso, insatisfecho de vivir en una celda, buscará la libertad; el pecador, más allá de su pecado, busca la paz del alma y una felicidad más profunda; el verdadero amante quiere amar siempre más y más, es insaciable… Como la palabra Adviento está fundamentalmente relacionada con la venida de Jesús, podemos preguntarnos ¿qué esperaba el pueblo judío en el tiempo de Jesús? La situación no era muy buena que digamos: Todo el pueblo se sentía subyugado por el poder romano. Para algunos la liberación debería venir por intervención directa de Dios, sin mediación humana. Para los fariseos debería venir el Mesías en forma de maestro que les explicara los puntos oscuros de la ley. Otros, como los Esenios, esperaban a un Mesías que fuese como un gran sacerdote. Sin embargo, la opinión más difundida era la de esperar a un Mesías de naturaleza política que fuera capaz de liberar al pueblo. Incluso algunos esperaban esto con la fuerza violenta, como los zelotes. Solo los saduceos no esperaban, ni deseaban ningún cambio: eran la clase directora y por causa de


Teléfono abierto su poder no deseaban que las circunstancias cambiasen, quitándoles sus privilegios. Y si así era con aquel pueblo entonces, ¿cómo es conmigo ahora? Cuando trato de vivir este Adviento y cuando en este tiempo digo: ¿Cuáles son mis insatisfacciones? ¿Cuáles mis expectativas y mis esperanzas? ¿Exclamo ““¡Ven Espíritu Santo!” “¡Ven Señor Jesús!” para que me libre, tal vez, de mi inseguridad y miedos? ¿Para que me ayude a superar aquella falta que no sólo me hace sufrir a mí, sino también a otros? ¿Para que me atreva a dar aquel último paso que no me atrevo a dar? Para que ame a Dios sin condiciones ni medida? ¿Exclamo: “¡Venga tu Reino!” para que sea yo capaz de comprometerme en alguna forma para no ser sólo espectador ante la dramática situación que está viviendo mi país? O, por el contrario, no espero nada para no vivir la decepción de no verlo realizado o, como los saduceos ¿no espero cambios para que no cambie mi situación segura y tranquila? Cuando tememos en alguna forma a lo nuevo por lo que implica de renuncia y esfuerzos en reacomodarnos, ayuda mucho pensar también en la satisfacción y alegría que viene después del cambio realmente esperado o incluso ansiado: Pensemos en aquel leproso que exclamaba :”Jesús, Maestro, apiádate de mí!” y después, cuando había sido curado, se postra a sus pies y le agradece enardecido (Lc 17,15). O aquellos dos ciegos a los cuales había respondido Jesús: “¡que les suceda según han creído!” y después de haberles abierto los ojos salieron a difundir la noticia ante todo el pueblo” (Mt 20,30-34). O como aquella pecadora perdonada que con lágrimas de alegría humedecía los pies de Jesús y los secaba después con sus propios cabellos (Lc 7,36-50). O como la suegra de Pedro que después de haber sido curada se puso a servirles a la mesa llena de alegría (Mc 1,30-31). Una cosa es cierta: la respuesta a nuestras expectativas dependerá de nuestra fe y esperanza: “que te suceda según has creído”, pero además superará esas expectativas, porque Dios no se deja ganar: “…aún verás cosas mayores…Verán los cielos abiertos y los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre” (Jn 1,50-51). ¡Todo eso significa Adviento!: Esperar y gozarse con la llegada de lo esperado, aunque a veces también implique dolor entrar en la plenitud de la vida con todas sus estimulantes inseguridades.

Ustedes, los ricos Ernesto Bañuelos C.

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a Comisión Nacional de Población (CONAPO) informó que México cuenta en la actualidad con 108.4 millones de habitantes (mediados del 2010) y, de ellos (en 2006) alrededor de 55 millones y medio vivía en pobreza inaceptablemente alta. ¿Me encuentro yo entre ellos? ¿Acaso por no ser de este número me preocupa poco su situación? ¿Qué me ha dicho al respecto mi vida espiritual? ¿O he llegado a pensar que por una parte está mi vida del espíritu y, por otra, mis relaciones laborales y sociales? ¿Pienso que lo importante es estar bien con Dios y lo demás vendrá después? Si fuera afirmativa mi respuesta a estas últimas preguntas, la suerte está echada. Sí soy de los más pobres de México... en mi vida espiritual. En verdad me encuentro entre los más alejados de Jesucristo. Lo invito a leer el capítulo 12 de la 1ª Epístola de san Pablo a los Corintios. Aquí nos hallamos con la vida del Espíritu porque, dice él, a todos se nos ha dado a beber del único Espíritu. San Pablo se vale de la comparación del cuerpo que es uno solo aunque tenga muchos miembros. “Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo podríamos oír? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿cómo podríamos oler” (v. 17). “Dios dispuso el cuerpo, dando más honor al que le faltaba para que no haya divisiones, sino que más bien cada uno de los miembros se preocupe de los demás” (vv. 24-25). En seguida el Apóstol enumera varios dones o carismas del Espíritu, a los que llama ministerios, o sea servicios, lo que significa que no son para lucirse sino para manifestar el obrar de Dios, quien los reparte a cada uno como quiere (v.11). En otras palabras, el Espíritu Santo da lo que necesita la Iglesia en tal lugar y en tal momento, y en este momento lo que anhela la Iglesia –consiguientemente la espiritualidad del laico– es la construcción de un mundo justo. ¿Qué más necesita nuestra fe en Jesucristo, alimentada por la Palabra de Dios y por el Cuerpo de Jesús, impulsada por el Espíritu Santo, para que se desarrolle en esta época? Por favor vuelva a leer el capítulo que mencionamos de la Carta a los Corintios, luego el capítulo 13 y juntos hallemos la respuesta. ebanuelosc@gmail.com Presencia Apostólica

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Historia para meditar

Una tarde en Viena

V

Ilustración: Leticia Asprón

Enrique A. Eguiarte, OAR

iena es una ciudad encantadora. En las piedras y edificios de su parte más antigua aún permanece el mítico olor de las bebidas exóticas que ahí se bebieron por primera vez en todo el imperio austro-húngaro, como fueron el chocolate de América y el café de Turquía. Y aún se recuerdan las voces de los incrédulos que paseaban por sus calles en el siglo XVII, cuando el aroma del café invadía todos los rincones: —Esta nueva bebida tiene un olor muy sugerente. —Sí, mi amigo, pero ¿a quién le va a gustar su sabor tan amargo? Esos que han invertido su dinero en comprar tanto grano de café pronto se verán en la ruina. Pero se equivocaban, pues muy pronto el café rebasaría todas las fronteras y le declararía una guerra encarnizada al té. Y precisamente en un pequeño establecimiento en donde se servía café, en 1853, es donde comienza nuestra historia. La pareja que había entrado pertenecía a la alta sociedad vienesa. La gente como ellos acudía al café a media tarde en los días de fiesta. 14

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Como era domingo habían ido al café. Después de cumplir con el rito de saludar a los conocidos, se sentaron en una mesa prácticamente reservada para ellos. A las sonrisas y a la locuacidad que acababan de mostrar, les siguió un terrible mutismo al momento de sentarse solos a la mesa. Como había que disimular, ella sacó del bolso su abanico de madreperla para abanicarse por pura pose y le comentó a su marido lo que las malas lenguas decían de las personas que acababan de saludar. Ella hablaba como una actriz que cumple un papel, como si quisiera llenar el espacio que los separaba, sabiendo que su esposo no la escuchaba. Llegó el camarero. Ellos pidieron lo que todos pedían a esa hora: café acompañado con una pequeña y fina barra de chocolate. El camarero se retiró. Ella miró a su marido que preparaba su pipa y después miró a su alrededor. Las otras parejas también disimulaban. Pocos disfrutaban y sonreían francamente. En cuanto a ellos, a pesar de llevar pocos años casados, eran ya muchas las cosas que los separaban. Él encendió la pipa. Ella continuó hablando. Él de vez en cuando decía algún monosílabo. Era parte del disimulo. Una de las máximas de la vida social ha sido siempre: “Vivirás oculto”. Todos debían creer que eran una pareja muy feliz. Cuando el camarero llegó a servirles, ella guardó silencio para evitar que pudiera enterarse de algo. Comenzaron a beber el café. Ella siguió hablando. Mientras caía la lluvia de palabras sobre la mesa, ella podía darse cuenta de que la mente de su marido estaba en otra parte. Cuando terminaron de tomar el café se despidieron de los conocidos, una vez más entre sonrisas y palabrería. Muy pronto estaban los dos en la calle, listos para cumplir el último rito del día: acudir a oír valses y bailar en el exclusivo Casino Dommayer, donde entre otros músicos, tocaba un tal Johann Strauss. Así pues a paso lento y en silencio, se encaminaron por las calles de Viena. Atravesaron la Auhofstrasse y, al llegar a la esquina de esta calle con Dommayergasse, oyeron gritos de terror de algunas mujeres. Al dar la vuelta, vieron cómo la gente se pegaba a las casas, dejando paso libre por la calle. Muy pronto pudieron ver con espanto por qué. Un hombre grotescamente vestido iba por la calle con un cráneo en la mano y diversos huesos humanos que le salían de los bolsillos del desgastado traje. Con ojos desorbitados, mientras le corría la saliva por la boca que sostenía un fémur, iba mostrando a los peatones, el cráneo que llevaba en la mano. El “Doktor


Historia para meditar Geist”, que era como lo conocía el populacho, era un pobre hombre que, aunque había ejercido la medicina algún tiempo, había perdido la razón buscando en qué lugar del cuerpo se hallaba el alma humana. Cuando el extraño personaje se acercó a nuestra pareja, la esposa se abrazó a su marido. Mientras el “Doktor Geist” les mostraba grotescamente el cráneo, les decía, como a otras personas, lo que él creía que era su gran descubrimiento: que el alma no estaba dentro del cráneo. El esposo, al ver que el “Doktor Geist” se dirigía hacia ellos, había sentido el deber de proteger a su esposa. Y así, cuando ella se había abrazado a él, él la había envuelto en sus brazos. Cuando el inofensivo hombre ya se había alejado, algo se rompió en el interior del esposo y de pronto tomó conciencia del ser que tenía entre sus brazos. Notaba su respiración acelerada y percibía el latido precipitado de su corazón, su fragilidad y el delicado aroma de su perfume. Todo esto lo hizo estremecerse. Ella en su interior también sintió que algo se rompía. Se sentía muy asustada, pero a la vez segura por los brazos que la rodeaban. Podía percibir la respiración serena de su esposo y el latir acompasado de su corazón. El instante que permanecieron abrazados fue breve, pero intenso. Cuando, por fin, el desequilibrado personaje desapareció por una bocacalle, cesó el terror, y los paseantes reiniciaron su camino. Nuestra pareja lentamente se soltó del abrazo y ambos se sorprendieron pues los ojos de uno buscaban los del otro. Y fue entonces cuando él se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no abrazaba a su mujer y que no la miraba a los ojos. Y ella también se percató de que ya no recordaba la última vez que había mirado a los ojos a su marido. Sus miradas acabaron de romper en el interior los muros que ambos habían dejado que los problemas y la rutina de cada día construyeran. Se abrazaron de nuevo, experimentando cómo las antiguas brasas de su corazón volvían a arder en un fuego que quemaba muchas cosas del pasado. Entonces, tomaron conciencia de que era preciso seguir su camino. Una pareja de amigos que pasó a su lado les dijo: —¡Vaya susto nos ha dado el “Doktor Geist”! —¡Sí!, –dijo el marido como quien va saliendo de un sueño–, vaya que nos ha dado un susto. Continuaron su camino. Él sintió la necesidad de posar su brazo sobre los hombros de su esposa y ella de reclinar su cabeza sobre él mientras caminaban. Al llegar al teatro, a ambos les pareció más grande y luminoso. Y mientras él le ayudaba a quitarse el

abrigo, ella no pudo sino sonreír. Y él pensó: “¿Hace cuánto que no la veía sonreír?” No se acordaba, pero el rostro de su esposa se llenaba de luz con esa sonrisa franca y espontánea. Él también sonreía. Y ella pensó: “¡Cuántas sombras se extinguen con la luz de una sonrisa!” Al entrar a la sala, ambos sentían la necesidad de estar unidos por la música, al ritmo del clásico vals vienés. Por ello, saludaron rápidamente a los conocidos y se dirigieron a la pista donde ya se podía ver a otras parejas que bailaban monótona y maquinalmente, como parte del rito del domingo por la tarde. Para ellos fue como su primer vals. Cuando él la tomó entre sus brazos pensó: “He sido un necio, lo tengo todo para ser feliz y, sin embargo, he permitido que las preocupaciones y la rutina de todos los días me lo impidan. Esta mujer maravillosa me ama y yo también la amo. Esta tarde Dios me ha recordado que me la había encomendado para que yo la hiciera feliz y que sólo así yo también podría ser feliz.” Ella mientras bailaban pensó: “Qué necia he sido. He dejado que la cotidianidad y la rutina fueran apagando el amor, olvidándome de renovarlo cada día y de que en medio de lo ordinario es donde se realiza lo extraordinario del amor. El amor es un fuego capaz de quemar todos los cansancios y la monotonía y de calentar incluso en medio del invierno más crudo. Esta tarde me di cuenta de que amo a mi marido y de que él también me ama. Dios quiere que seamos felices, juntos en toda circunstancia.” Ambos lo tenían todo para ser felices y finalmente se habían dado cuenta de ello. Una pareja que pasó a su lado, todavía instalada en el mundo del disimulo, no pudo sino envidiar el amor que irradiaban. Los amigos que los veían se sorprendían. Algunos pensaban que tal vez siempre se habían amado así, otros pensaban que eran unos maestros de la simulación y otros no se podían explicar lo que había pasado. Ellos tampoco lo podían explicar, pero sabían del tesoro que llevaban entre sus manos y del gran don que Dios les había hecho. Y desearon que todas las parejas pudieran algún día derribar los muros que les impedían ser felices. Un domingo por la tarde cuando ya eran ancianos y sus hijos ya había hecho sus vidas, volvieron al lugar donde el “Doktor Geist” los había asaltado con su cráneo y, sin decirse nada, se volvieron a abrazar… Algunos dicen que en ese momento por la antigua bocacalle se asomó un extraño hombre con un cráneo en una mano y que, a pesar del fémur que llevaba entre los dientes, sonreía… Presencia Apostólica

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k Fe y vida 16 de noviembre, DÍA INTERNACIONAL PARA LA TOLERANCIA

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olerancia es el respeto hacia ideas, creencias o prácticas cuando son diferentes o contrarias a las propias. Por tanto, la intolerancia se define como “la falta de la habilidad o de la voluntad de tolerar algo”. Es cualquier actitud irrespetuosa hacia opiniones o características diferentes de las propias. El intolerante considera que ser diferente equivale a no ser igual en cuanto a derechos. Puede asumir varias formas afines, todas las cuales coinciden en ser manifestaciones de una exagerada valoración de la propia identidad: La intransigencia Es la “condición de quien no transige o no se presta a transigir”. En el plano intelectual, supone cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables1. El intolerante confunde la condescendencia con la claudicación, y justifica su inflexibilidad como “constancia y firmeza de ánimo para no conmoverse ni doblegarse”. En el fondo −como todo fanatismo− esa aparente convicción esconde una inseguridad en los propios planteamientos, por lo que uno se pone una coraza defensiva, que con frecuencia se convierte en agresividad contra quienes piensen diferente. La intransigencia escoge distintos objetos y asume diversas manifestaciones. En cualquier caso, siempre supone una diferencia respecto a lo considerado normal o correcto por quienes juzgan. Algunas de estas manifestaciones dadas a lo largo de la historia son muy conocidas por todos; pero en 16

Presencia Apostólica

Enrique Marroquín, CMF

realidad es un fenómeno sutil que puede identificarse continuamente en cualquier entorno y se halla presente en la vida cotidiana. Veamos algunas de sus formas: Discriminación.- Trato desigual dirigido hacia grupos o personas por el simple hecho de que éstos piensen, actúen o simplemente sean de manera diferente y a quienes se considera inferiores. Son “los otros”, respecto a un “nosotros”, a quienes se veja, maltrata o simplemente se les priva de ciertos derechos. Segregación.- Consiste en separar o apartar de la convivencia común de la sociedad a cierto grupo de personas. La segregación puede presentarse de varios modos, esto dependiendo de la cultura o del contexto histórico en el que ocurra. Se puede dar en todos los ámbitos de la vida pública, tanto en lo político, económico, social, cultural, como en las instituciones públicas de salud, en la esfera educativa. Exclusión.- Cuando se trata de expulsar a los otros del propio espacio de convivencia. Difiere de la segregación en que confina al grupo excluido a cierto espacio asignado expresamente para ellos (los ghettos, las “reservas”, etc.). La marginación es una forma de exclusión que expulsa de ciertos ambientes hacia los márgenes o periferia social a grupos de condición social “inferior”. Algunas manifestaciones de la intolerancia 1. El sexismo.- Suele darse preferentemente entre varones, quienes consideran y tratan a las mujeres como seres inferiores, a las que se debe dominar y subor-

dinar (machismo). La mujer sigue considerándose como simple objeto de placer y su voz cuenta aún poco en los espacios de toma de decisiones. 2. Homofobia.- Es la discriminación de personas debido a su orientación sexual. Se manifiesta en burlas y escarnios; pero a veces se les priva del trabajo o de la escuela. En casos extremos, se llega al homicidio (en un estudio realizado en 2008, México se coloca detrás de Brasil en cuanto a homicidios de homosexuales, con 420 homicidios en 11 años, aparte de otros 800 que no se denunciaron). 3. Racismo.- Se refiere a los actos inhumanos cometidos para instituir o mantener la dominación de un grupo racial sobre cualquier otro grupo racial, a fin de oprimirlo sistemáticamente. Se manifiesta tanto en el acceso a los recursos básicos (propiedad, trabajo, sanidad, educación, sufragio político, etc.) así como en otras facetas como la separación de barrios, atentar contra su integridad física o contra su libertad, tomar medidas destinadas a impedir su participación en la vida política, social, económica y cultural del país; explotar el trabajo de ciertos grupos raciales, sometiéndolos a trabajos forzados. 4. Xenofobia.- Es el odio a los extranjeros. Actualmente se está dando en países receptores de emigrantes, llegando a la formación de grupos neonazis que ejercen la violencia hacia los emigrantes. 5. Etnocentrismo.- En el segregacionismo de carácter étni1

FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía, Ariel, Barcelona, 1980, p. 3267


Fe y vida

co la discriminación se produce ante la población perteneciente a un mismo grupo racial pero que presenta algunas particularidades sociales y culturales diferenciadoras con respecto a la población dominante. El ejemplo arquetípico de este caso lo constituye el sistema de castas hindú; otro ejemplo se da en Estados Unidos entre las personas de color negro y las de color blanco (población dominante). 6. Clasismo.- La división social en clases sociales, respecto al lugar que se ocupe en la producción y distribución de los bienes es, ya de por sí, injusta. A esto se añaden aspectos culturales, pues los grupos económicamente más favorecidos suelen crear espacios “exclusivos” (que son, por tanto, excluyentes), reservados especialmente a los de su condición social, prohibiéndoles el ingreso a quienes no pertenezcan a este estrato (puede ser simplemente elevando artificialmente los precios de consumo, como en los servicios “VIP”). 7. Religión.- No hace mucho tiempo, la religión se ligaba a determinado territorio o cultura. Por tanto, se expulsaba del país a personas que practicaban otra religión o lo que se considerara herejía. La vida moderna, con

contingentes migratorios notorios, hace que ahora puedan coexistir en el mismo territorio. Sin embargo, el grupo mayoritario tiende a restringir la libertad de culto (construcción de templos, manifestaciones públicas, símbolos, etc.). Las guerras de religión, dado que suelen ligarse a los nacionalismos, son las más crueles. Los segregacionismos sexuales y religiosos son quizá los más representativos en la historia y la diversidad humana, debido al hecho significativo de que ambos factores constituyen dos de los principales universales culturales relativos al conjunto de la especie. 8. Ideología.- El segregacionismo ideológico se vincula al desarrollo de doctrinas eminentemente políticas para la gestión local, regional y estatal en contraposición con el tradicional régimen único propio de las sociedades arcaicas en el cual se entremezclan atribuciones políticas y religiosas en un mismo grupo dominante. 9. Capacidades diferentes.Las personas con capacidades diferentes satisfacen con mayor dificultad sus propias necesidades, pero a ello se aúna la falta de conciencia de la sociedad que podría darles sin mayor dificultad algunas facilidades.

La tolerancia es una virtud civil muy demandada en sociedades pluralistas, como son todas las modernas. Ya pasó el tiempo de espacios homogéneos de convivencia, y ahora vivimos en ambientes en los que continuamente encontramos personas diferentes. La tolerancia es una condición indispensable para nuestras sociedades plurales, pues como decía Rabindranath Tagore, premio Nobel de la India, “donde no hay coexistencia hay codestrucción”. La Organización de las Naciones Unidas, el organismo internacional más preocupado por los derechos humanos en el mundo, propugna actitudes tolerantes, y muchos son los gobiernos, como el mexicano, que han firmado su compromiso para educar y garantizar la convivencia entre diferentes. Un paso delante de la mera tolerancia es el diálogo, que nos permite abrirnos a los demás. Los cristianos tenemos un inmejorable ejemplo en la persona de Jesús. La tolerancia era uno de sus rasgos principales. En la Palestina de su tiempo existía gran exclusión. Por ejemplo, las mujeres estériles eran discriminadas; a los niños, cualquier adulto podía ordenarles los servicios que fuesen. La obsesión por la pureza ritual llevaba a excluir a muchos considerados como “impuros”: los enfermos eran posesión de demonios, especialmente los leprosos. Jesús se hacía rodear de todos ellos: publicanos, prostitutas, enfermos, ex-endemoniados, mujeres, etc. Todo mundo era incluido en su proyecto del Reino de Dios. Más aún, superando la mera “tolerancia” o aceptación forzada, hablaba de amor a ellos, e incluso, eran objeto de sus preferencias, pues es a partir de los últimos desde donde se construye su proyecto de fraternidad universal. Presencia Apostólica

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k


Historia De la Palabra para meditar a la acción

La

Palabra noviembre-diciembre

Noviembre

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Todos los fieles difuntos Mt 25,31-46

(…) Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme.» Los justos le contestarán entonces: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?» Y el rey les dirá: «Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron.» Entonces dirá también a los de la izquierda: «Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron.» 18

Presencia Apostólica

Entonces ellos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?» Y él les replicará:«Yo les aseguro que cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo.» Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.” El evangelio de hoy nos habla del juicio final. Antes se nos habló de preparación y vigilancia y aquí se nos dice qué es lo que esto significa en la práctica. Jesús nos enseña que nuestro amor a Dios debe expresarse en buenas obras hacia los demás. De acuerdo con esto, el juicio se basa principalmente en el bien que hayamos hecho a otros y en especial a los más necesitados. Cristo se identifica con los que sufren y nosotros debemos tener la capacidad de ver su rostro en los miembros más marginados y necesitados de nuestra sociedad. Al celebrar a todos los fieles difuntos recordamos nuestra fe en la comunión de los santos que es la unión de vivos y muertos por la que todos los miembros de la Iglesia siguen perteneciendo a nuestra comunidad. En esta fiesta de los fieles difuntos celebramos la resurrección y la vida eterna.

¿Cómo celebras y vives tu esperanza en la resurrección de los muertos y la vida eterna?


De la Palabra a la acción

Noviembre Domingo Mt 25,1-13

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(…) Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: «¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!» Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparan sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: «Dennos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando.» Las previsoras les contestaron: «No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo.»

Noviembre Domingo Mt 25,14-30

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Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes (…) según la capacidad de cada uno, y luego se fue. (…) Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: «Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco que con ellos he ganado.» Su señor le dijo: «Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor.» Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos que con ellos he ganado.» Su señor le dijo: «Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor.» Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: «Señor, yo sabía que tú eres un hombre

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos.» Pero él les respondió: «Yo les aseguro que no las conozco.» Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora.” La parábola nos hace ver la sabiduría de las jóvenes que tenían aceite de reserva porque sabían la importancia de lo que esperaban. No es que estas jóvenes previsoras estuvieran inquietas, pues ellas durmieron como las otras, pero con la diferencia de que estaban preparadas para la llegada del esposo, aun si este se demoraba. Cultivar nuestra espiritualidad nos dará mayor sabiduría y es una forma de estar preparados para el encuentro con Cristo. Somos invitados a cultivar nuestra “sabiduría” ante la vida y ante la muerte y esta se logra en nuestro encuentro diario y constante con Cristo, la Sabiduría de Dios. ¿De qué manera mantengo mi actitud de vigilancia en la vida para responder a lo que Dios quiere de mí?

duro que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.» El señor le respondió: «Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación».” Esta parábola también hace referencia a la conducta cristiana en relación con el esperado regreso de Cristo. En ella la palabra “talento” se refiere a una moneda, pero esta palabra también hace referencia a las capacidades con las que contamos cada uno de nosotros y esto nos ayuda a interpretarla de una manera práctica: Debemos aprovechar los dones que hemos recibido para trabajar por el Reino de Dios. Nuestros dones son nuestro capital y este debe ser productivo. Los dones o talentos recibidos son para ponerlos a trabajar, no es suficiente conformarnos con “buenas intenciones” o creer que basta con no hacer mal a nadie. Dios requiere personas emprendedoras y llenas de creatividad. Presencia Apostólica

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De la Palabra a la acción

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Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo •El texto de este día (Mt 25,31-46)

aparece también el 2 de noviembre. Este texto que recordamos en la celebración de los fieles difuntos, ahora aparece celebrando a Cristo como Rey del Universo. La palabra “rey” se refiere al dominio absoluto y universal de Cristo el Señor, pero un dominio que se ejerce como el del buen pastor que cuida y da la vida por sus ovejas; que hace del amor al otro el criterio universal para decidir nuestra salvación y cuyo fundamento es la misma resurrección del Señor. Cristo Rey nos enseña una forma muy diferente de ver la vida. La decisión final sobre el sentido del

Noviembre

(…) Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta. Este primer domingo de Adviento el evangelio nos hace un llamado para estar en alerta, lo cual significa estar siempre conscientes y haciendo lo que debemos hacer. La historia del hombre que se va de viaje nos recuerda la fragilidad de nuestra existencia ya que no sabemos en qué momento puede terminar. En Adviento miramos al pasado para recordar la historia de Jesús, pero también miramos al futuro y esperamos el regreso de Cristo. El viene inesperadamente, no como un ladrón, sino como nuestro Señor para invitarnos a participar en su proyecto de salvación: el Reino.

¿Cuál es la razón de nuestra esperanza? 20

Presencia Apostólica

¿Qué lugar ocupa tu Rey y Salvador en tu vida diaria?

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1 Domingo de Adviento Mc 13,33-37 er.

hombre se afirma como un juicio sobre el amor, amor al mismo Cristo en la mediación sacramental del amor a los demás, con énfasis marcado en el amor al necesitado. A Cristo se le encuentra en el pobre: servir al pobre es servir a Cristo. El es rey identificándose con los más débiles y menesterosos y esto lo hace no sólo en el juicio final sino que ésa fue su actitud a lo largo de toda su vida: “El que quiera ser mayor, que se ponga al servicio de los demás”; “Yo he estado en medio de ustedes como quien sirve.”

Ilustraciones: Cerezo Barredo • www.servicioskoinonia.org

Noviembre


De la Palabra a la acción

Diciembre

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2o Domingo de Adviento Mc 1,1-8

Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.” En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de arrepentimiento, para el perdón de los pecados. (…) Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo.”

Diciembre

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3er. Domingo de Adviento Jn 1,6-8.19-28

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?” Él reconoció y no negó quien era. Él afirmó: “Yo no soy el Mesías.” De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” Él les respondió: “No lo soy.” “¿Eres el profeta?” Respondió: “No.” Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: «Enderecen el camino del Señor», como anunció el profeta Isaías.” Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “¿Entonces por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien

Juan Bautista vive con sencillez y pendiente de la voluntad divina; este profeta es un ejemplo de lo que debe ser nuestra vida cristiana y nuestra actitud en Adviento. Su predicación la realiza en el desierto; allí donde el pueblo de Israel había sido puesto a prueba y se había purificado para conseguir una verdadera conversión. El Adviento nos prepara para iniciar y continuar nuestro año litúrgico, año de la Iglesia, liberándonos de la esclavitud del pecado por obra del Espíritu Santo. Nos invita a “preparar el camino”, a preparar nuestra persona para que el Señor llegue a nosotros y nos dejemos encontrar por Él. Al iniciar este camino no permitamos que la pereza, el miedo y el egoísmo nos impidan realizar nuestro camino interior que debe ser compartido, padecido y superado junto con los pobres del mundo, con los hermanos pequeños. No vale el camino hecho en solitario, con ánimo distinto y distante. Preparemos el camino al Señor como peregrinos en este mundo. ¿Qué acciones debes realizar para

prepararte a iniciar el camino de tu vida junto con tus hermanos y Cristo?

que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias.” Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba. Este domingo se nos presenta con alegría por la proximidad del nacimiento del Salvador. La llegada de Cristo en nuestra historia genera una atmósfera de entusiasmo y alegría. El Bautista que en el evangelio de san Marcos se nos presentó como precursor del Mesías y por ello nos invitaba a preparar el camino, ahora en este evangelio de san Juan se nos presenta como testigo. El reconoce su autoridad y los signos que le acompañan. Los Obispos en América Latina y el Caribe nos han recordado que como católicos debemos ser “discípulos y misioneros”. Esto es una clara invitación a retomar nuestra capacidad de testigos, como el Bautista, en un mundo violento e injusto y convencidos de que éste debe transformarse a través de nuestra bondad y misericordia mostrando siempre a Cristo que vino y nos invita a ofrecer una alternativa de vida en la solidaridad, la verdad, la justicia y la paz.

¿Qué actitudes y acciones en tu vida diaria dan testimonio de Cristo, tu Señor? Presencia Apostólica

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De la Palabra a la acción

Diciembre

12

Nuestra Señora de Guadalupe Lc 1,39-48 María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.” Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.”

Diciembre

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4o Domingo de Adviento Lc 1,26-38

(…) El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo.” Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: “No temas María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y el reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin.” María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible 22

Presencia Apostólica

Celebramos a santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, Madre de Cristo y de la Iglesia, hoy bajo la dulce advocación de Guadalupe. La presencia de nuestra Madre en la historia de salvación nos la muestra de manera especial el evangelio de este día. María es portadora de la salvación porque cree en las promesas de Dios. Descubrimos su solicitud por ayudar al pobre y necesitado y dar a conocer la actitud de Dios ante los humildes. María de Guadalupe, portadora de la palabra de vida, sale en peregrinación para llevar esa vida. ¿Conocemos los rasgos de la personalidad de nuestra Madre o sólo nos gloriamos de ser hijos suyos?

para Dios.” María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho.” Y el ángel se retiró de su presencia. Este cuarto domingo de Adviento nos presenta la persona de María que nos acerca al momento culminante de la historia: la Palabra que se hace carne y pone su morada entre nosotros. La manera de llevarnos a este encuentro es a través de signos que nos orientan en nuestra búsqueda hacia la cueva de Belén. Jesús nace de una joven virgen y el Bautista de una mujer anciana y estéril. Ambos nacimientos nos muestran la fuerza de la intervención de Dios en la historia. Esta intervención divina pide la colaboración humana. Dios no trabaja solo, pide la colaboración consciente y libre de María, y así actuará Jesús, Dios y hombre verdaderos, con sus apóstoles y todos los creyentes. San José ofreció su disponibilidad incondicional al plan divino para que el niño que naciera de María tuviera la descendencia real de David. A través del “sí” de personas humildes, pobres y atentas a la voluntad de Dios, Jesús, Hijo de David, entra en la historia del mundo. ¿Cuál es tu disposición a colaborar con Cristo de manera incondicional?


De la Palabra a la acción

Diciembre

25

NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Misa de medianoche • Lc 2,1-14 Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que también José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, vigilando por turno sus rebaños. Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los envolvió con su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: “No teman. Les traigo una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David un salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre.” De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!” La Navidad evoca normalmente sentimientos de alegría, paz, ternura porque Dios se ha hecho hombre por nosotros. Hoy ha nacido nuestro salvador. Dios se hace presente como un niño, frágil y cercano y que por lo mismo es fácil de sofocar. Y muchos, efectivamente, lo sofocamos haciendo de la Navidad la fiesta del consumo, del derroche institucionalizado. La fiesta de los regalos y el fingimiento, de comidas y bebidas abundantes, fiesta de una cierta poesía bondadosa y de un sentimentalismo que se barniza de generosidad. La palabra que este niño ofrece a la humanidad no es escuchada, sino sofocada. Jesús que ha nacido no debe ser una tradición anual. No es un mito ni una fábula. Jesús es parte de la historia humana que nos abre al gran misterio de Dios y su relación con nosotros. Se realiza el cumplimiento de las promesas hechas a la humanidad desde el principio del mundo.

¿La venida de Cristo al mundo ilumina mi vida y le da sentido a todo lo que realizo?

Misa del día • Jn 1,1-18

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. (…) Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios. P Presencia Apostólica

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De la Palabra a la acción Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería cuando dije: «El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo.» De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. Él Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado.

Ilustración: Cerezo Barredo • www.servicioskoinonia.org

El evangelista san Juan nos presenta el misterio de la Navidad que se hace presente en la historia de salvación como un momento especial de gracia donde por obra de la encarnación del Verbo –Jesucristo– llega una nueva creación: el hombre accede a la condición de hijo de Dios. La relación hombre-Dios que el pecado había interrumpido ha sido reparada en Cristo. La navidad nos invita a celebrar y a comprometernos con la vida. La presencia de Cristo nos enseña nuestra relación como creaturas amadas de Dios. Ahora nuevamente podemos volvernos hacia Dios y llamarlo “padre”; ya no somos más siervos sino “hijos” y amamos a nuestros prójimos porque somos “hermanos”.

Cristo nace en ti, ¿estás dispuesto a recibirlo para llamarte en verdad “hijo de Dios”?

Diciembre

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SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Lc 2, 22-40 “El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría.”* La fiesta de la Sagrada Familia nos recuerda que la familia de ayer, de hoy y de mañana es un lugar privilegiado del encuentro y del amor. El amor en la relación familiar es el que nos inicia en la comprensión de los defectos de los otros, en tener entrañas de compasión y actitud de perdón dentro y fuera de ella. Este perdón y esa compasión son la base de la estabilidad familiar, de la armonía en las relaciones * Cuando no se reproduce el texto de la lectura (por razones de espacio), se invita a leerlo en la cita bíblica. 24

Presencia Apostólica

y de la superación continua de las dificultades que lleva consigo la convivencia. Cuidemos nuestras familias de los contravalores que la pueden enfermar: el egoísmo, el consumismo, la superficialidad y la infidelidad. La familia es el mejor espejo de Dios, su mejor imagen. En la familia y en Dios hay una comunidad de vida entre varias personas. Lo que los anima es el amor que sirve de vínculo de comunión y genera vida y amor entregado.

¿Existen en tu familia contravalores que la están lastimando?

Comentarios elaborados por Alejandro Cerón Rossainz, CMF y Marisol Núñez Cruz.


¡ Ven por tu

MISIONEROS CLARETIANOS

ATENDIENDO TU VOCACIÓN

calendario!

Enero

2012

Domingo

Lunes

Martes

Miércoles

Jueves

Viernes

Sábado

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2

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4

5

6

7

Santa María, Madre de Dios Año Nuevo

Gregorio

Genoveva

Rigoberto Yolanda

Telésforo Emiliana

La Epifanía del Señor Melchor, Gaspar, Baltazar

Raymundo de Peñafort

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9

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11

12

El Bautismo del Señor Eladio Luciano

Eulogio Basilia

Gonzalo

Martín de León Higinio

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18

2o Domingo Ordinario Mauro Raquel

Marcelo

Antonio Abad

Beatriz Faustina Priscila

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25

3er Domingo Ordinario Vicente, mártir Laura Vicuña

Ildefonso Virginia

Francisco de Sales

Conversión de San Pablo Elvira

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31

4o Domingo Ordinario Valeria

Martina

Juan Bosco

Hora Santa 18:00 h

CENTRO DE PASTORAL VOCACIONAL P. Rogelio Carmona Núñez, CMF provoca@claret.org.mx

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14

Arcadio

Hilario

Félix de Nola Fulgencio

19

20

21

Fabián Sebastián

Inés

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Ángela Mérici Enrique de Ossó

Celebración mensual San Judas Tadeo Tomás de Aquino

Hora Santa 18:00 h

Hora Santa 18:00 h

Mario

26 Hora Santa 18:00 h

TEMPLO DEL SEÑOR DE LA SANTA VERA CRUZ Portal 20 de Noviembre 113, Zona Centro, Toluca Edo. de México (722) 2-15-47-33

PARROQUIA DEL PURÍSIMO CORAZÓN DE MARÍA Gabriel Mancera 415, Col del Valle, México, D.F. 55 23 52 25 y 55 43 20 90

TEMPLO DE SAN ANTONIO MARIA CLARET Cuauhtémoc 939, Col Narvarte, México, D.F. 55-43-27-66 y 56-69-15-59

TEMPLO DE SAN HIPÓLITO Zarco 12, Col Guerrero, México, D.F. 55-10-47-96 y 55-21-38-89

Tito Timoteo Paula

Misa por los que prometen dejar algún vicio 12:00 h

Misa Hnos. con capacidades diferentes 19:00 h

Este mes oremos por todos los matrimonios.

Misa de Enfermos 12:00 h

Templo de San Hipólito Zarco 12, Col. Guerrero, C.P. 06300, México, D.F. Tel. (55) 5518-7950 (55) 5521-3889 Fax: (55) 5512-5394 www.claretianos.org.mx www.ligasanjudas.org

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Apostólica y profundiza

Ilustración: Leticia Asprón

en tu

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