PRESENCIA APOSTÓLICA
Revista bimestral núm. 72 JUL-AGO 2015 Donativo:
Desarrollo Humano y manejo de
emociones
Cómo dar malas
noticias
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La “edad de oro” 6/19/15 7:19 PM
Ven a vivir
la alegría de
servir,
realizando labores de
evangelización y promoción social.
Presencia en México y en más de 60 países
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CONTENIDO
PRESENCIA APOSTÓLICA Director
Antonio Rangel Torres, CMF
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Editorial
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Vida cotidiana
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El viaje de la vida
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La “edad de oro”
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Desarrollo humano y manejo de emociones
Consejo Editorial
Rogelio Carmona Núñez, CMF Alejandro Cerón Rossainz, CMF José Juan Tapia, CMF Alejandro Quezada Hermosillo, CMF Enrique Mascorro López, CMF Lourdu Jerome Joseph, CMF Óscar Linares Rodríguez, CMF Ernesto Bañuelos C. Editora
Marisol Núñez Cruz Arte y Diseño
Raúl Méndez Colaboradores
Enrique A. Eguiarte Bendímez, OAR Jesús García Vázquez, CMF Juan Carlos Martos, CMF Enrique Marroquín Zaleta, CMF
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Un guante solitario
Liga Nacional de San Judas Tadeo
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Cómo dar malas noticias
PRESENCIA APOSTÓLICA, La voz de San Judas Tadeo, es una publicación bimestral. Editor responsable: José Juan Tapia Tapia. Editada por la Liga Nacional de San Judas Tadeo, A.C. Registro No. 04-2008-041014062100-102. Número ISSN 1665-8914 Distribuida por el Templo Claretiano de San Hipólito y San Casiano, A.R., Zarco 12, Col. Guerrero, C.P. 06300, México, D.F. Publicación Claretiana. Impresa en Carmona Impresores S.A. de C.V. Torreón, Coahuila.
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El hombre que plantaba árboles
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Nuestra devoción
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Año de la Vida Consagrada
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El regalo de la fe
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De la Palabra a la acción
Distribución
42 00 con 30 líneas, lada sin costo 01 800 Apostólica puede ser reproducido parcialmen¡Te invitamos a suscribirte! Número suelto: $15.00 M.N. / $2.50 US. Suscripción anual: $150.00 M.N. / $25.00 US.
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EDITORIAL
Esfuerzo, alegría y
esperanza
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n este tiempo, al que la liturgia llama tiempo ordinario, el Evangelio nos enseña a vivir, a servir, a dar y a compartir; a preocuparnos por satisfacer el hambre de los necesitados y a preocuparnos también por el hambre espiritual. Como cristianos tenemos la misión de compartir los alimentos terrenales y también estamos llamados a compartir el alimento espiritual: el “pan de la Vida” que es el mismo Jesús, la Palabra de Dios y la misión de convertir este mundo en un Reino de amor y justicia. Es tiempo de mantener el esfuerzo, con alegría y esperanza. Que la historia de cada uno de nosotros sea como la de aquellas semillas del Reino que se transforman en árboles que contribuyen a dar vida a este mundo; que lo hacen más bello y saludable. Seamos como árboles que saben crecer para servir mejor, que alimentan, que son cobijo y descanso, y que hacen de este mundo un lugar mejor para vivir. En este número ofrecemos artículos y reflexiones que nos pueden ayudar a vivir mejor y a ir profundizando en nuestra espiritualidad cristiana con la finalidad de echar raíces que nos mantengan firmes siempre, y en especial en los momentos difíciles.
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Vida cotidiana
BUENOS DÍAS, SEÑOR Buenos días, Señor, a ti el primero encuentra la mirada del corazón, apenas nace el día: tú eres la luz y el sol de mi jornada. Buenos días, Señor, contigo quiero andar por la vereda: tú, mi camino, mi verdad, mi vida; tú, la esperanza firme que me queda. Buenos días, Señor, a ti te busco, levanto a ti las manos y el corazón, al despertar la aurora: quiero encontrarte siempre en mis hermanos. Buenos días, Señor resucitado, que traes la alegría al corazón que va por tus caminos, ¡vencedor de tu muerte y de la mía! (Liturgia de las Horas, Miércoles I, Laudes
EL CIEMPIÉS —Qué complicación exclamó el Abad viendo caminar a un ciempiés y qué maravilla: lo hace tan bien que parece fácil. De pronto, le vino a la memoria una historieta que había escuchado no sabía dónde: "El pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó inquieto a su madre: —Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué? —Cuando quieras andar, hijo mío le respondió la madre deja de dudar y anda.” Presencia Apostólica
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Aventuras de un misionero
El viaje de la vida Jesús García Vázquez, CMF
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a vida es un viaje. Un día lo comenzamos y algún día lo terminaremos. El conductor es Dios, Él decide quién sube y quién baja de su vehículo, dónde y cuándo. Lo bueno es que Él se baja con los que bajan y continúa el viaje con los que siguen. Ah, y depende de Dios y de ti que el viaje sea muy placentero… y sólo depende de ti que tu viaje sea un desastre...
Que tengas un feliz viaje depende de tu actitud
En los viajes terrenales, los que tienen dinero, viajan en avión, en barco, en autobuses ejecutivos o en su propio vehículo. Los que tienen menos dinero, viajan en autobuses de segunda o tercera clase, en los que hay que pedirle al chofer que se detenga para ir a buscar un lugar donde satisfacer las necesidades más apremiantes. En fin, otros viajan en moto o bicicleta y, cuando ya no queda otra, pues a pie. Pero que tengas un viaje feliz no depende del medio en que te muevas, sino de tu actitud, de que disfrutes de los paisajes y de que disfrutes sirviendo a los que viajan contigo. La vida es el único vehículo para viajar con Dios, si queremos. Los misioneros, para llevar la Palabra de Dios a todo el mundo, empleamos para viajar, todos los medios posibles. A decir verdad, a mí, me ha gustado más volar: vuelo a pie, en bici, en mula, a caballo, en avión y hasta mi propia cama se convierte en avión y vuelo en ella. Es más les recomiendo a mis lectores que nunca dejen de volar pero, siempre en dirección a sus objetivos, no importa lo alto que estos estén, siempre se pueden alcanzar 4
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si mantenemos la mirada fija en ellos, no importan los obstáculos que nos encontremos; a estos hay que vadearlos con los motores de la fe, la esperanza y la caridad que son los motores que nos impulsan hacia nuestras metas y que trabajan con el fuego del amor. Ustedes deben cuidar que así sea. Les digo esto porque en el viaje de mi vida me ha parecido ver que algunos de los que viajan conmigo, que supuestamente viajarían con los motores de la fe, la esperanza y la caridad, a veces se mueven con el fuego del resentimiento, la avaricia, el rencor, la amargura… En pocas palabras, se han llenado de todo eso y se han vaciado del amor de Dios.
Nunca te des por vencido
A veces nos sentimos solos o uno más en el montón, pero recuerda, nunca te des por vencido. Si sientes que las alas se te debilitan o que no hay combustión en el motor y que es necesario regresar al principio para revisarlas y comenzar de nuevo, no desistas, el nuevo comienzo lo harás con mayor seguridad con la experiencia que ya adquiriste. Ten por seguro que cuando te sientas cansado o cansada y con ganas de echar todo por la borda, siempre habrá alguien que te ayudará a emprender de nuevo el vuelo, porque el conductor, Dios, siempre estará al tanto para que no dejemos de viajar con Él, hasta que Él decida que te tengas que bajar de su vehículo, cuando hayas alcanzado el objetivo final. Una de las cosas que hay que saber hacer y disfrutar en este viaje es ayudar y dejarse ayudar. Hay cosas necesarias para que tu viaje sea más placentero que tú no pue-
des hacer; sacúdete la soberbia y deja que lo haga el que sabe. En esa persona está Dios que quiere ayudarte. Cuando el camino sea largo e incluso cuando haya disputas o pleitos con los demás, te darás cuenta de lo importante que es trabajar en equipo. Debes estar dispuesto a ayudar a volar a otros, como tú lo has logrado con la ayuda de quienes te tendieron la mano, pero eso sí, no trates de alcanzar tus metas siendo un estorbo para los demás. Todos tienen derecho de alcanzar las suyas.
Te cuento uno de mis viajes en avión:
Viajando una hora en avión, nos ahorrábamos doce horas de viaje en autobús y cuatro más a pie. Pero había que llegar a las cuatro de la mañana para alcanzar lugar en un avioncito cessna de un solo motor para cuatro personas al que, el piloto, le metía ocho, además de los equipajes. ¡Pobre avioncito, cómo pujaba para levantarse con tanto peso para su tamaño! Los tripulantes éramos: dos maestros de la montaña, el presidente y su suplente, del municipio donde estaba la cabecera de nuestra misión, un matrimonio de fotógrafos amigos míos, el piloto y yo. En lo que esperábamos que dieran las seis de la mañana, que era la hora de salida, el piloto cargaba gasolina y revisaba que el avión estuviera en perfectas condiciones. En tanto, los pasajeros, entablamos un interesante diálogo en el que llegamos a la conclusión de que la vida es como un vuelo en el que todos debemos unir esfuerzos y ponernos al servicio de la comunidad; cada uno con lo que sabe hacer, y así, facilitar que los indígenas vuelen a situaciones más dignas y humanas en la vida, fortaleciendo su fe en Dios y en ellos mismos. En esa peque-
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Aventuras de un misionero
ña reunión a la luz de la luna y al fresco de la mañana, vimos cómo nuestros rostros se iluminaron con un mismo objetivo: alcanzar el bien de nuestro pueblo indígena. De pronto se escuchó la voz del piloto: “¡hora de abordar!” El piloto nos acomodó como le pareció más conveniente para un mejor vuelo. Primero los más gorditos, cómodos en los asientos y los demás, en el piso y en la colita del avión. Creo que en esos momentos y a punto de despegar, a todos nos latía más rápido el corazón y sentíamos que volaban maripositas en nuestro estómago. El piloto da una última revisada a los controles y rompe el silencio el rugir del avión y el, “¡abróchense los cinturones!” los que traían y los demás, pues ¡agárrense como puedan! Es emocionante cuando se junta la adrenalina de varias personas en el jalón y el vértigo de la velocidad de un avión en esas circunstancias. “¡Allá vamos!” Seguro de su pericia, gritó el piloto. Y, aunque ustedes no lo crean, el avión se levantó, casi acariciando con sus patitas, las copas de los árboles. El piloto acostumbraba, así nos lo comentó, no salir de la zona
hasta haber alcanzado por lo menos mil metros de altura desde el pico más elevado de aquel contorno. Al llegar a esa altura nos quedamos con cara de asombro al ver un horizonte engalanado con una aurora vestida con hermosísimos colores. En acción de gracias por esa vista, rezamos juntos un padre nuestro. En esas estábamos cuando de repente sentimos que el motor hacía un ruido muy raro y, vimos que en lugar de seguir subiendo, perdíamos altura y que ya no podíamos regresar a la pista de aterrizaje. El piloto nos puso en alerta con estas palabras: “No llega suficiente combustible al motor, prepárense para un aterrizaje forzoso si logramos orientarnos con la dirección del río”. Afortunadamente, el río, en esa zona, tenía un espacio como de quinientos metros sin piedra y con mucha arena. Y volando por la misma dirección que el rio y a menos de quinientos metros de altura, el piloto, gracias a su pericia, logró calcular la distancia para bajar. Mientras, se perfiló en contra del viento para lograr menos impacto al llegar al suelo, y apuntó el avión al río, invité a mis compañeros a
aceptar con amor la voluntad de Dios, lo que hicieron con mucha fe, y terminando de darles la absolución, sentimos el impacto y vimos cómo el avión luchaba por detenerse con la nariz y sobando la arena del río con la panza porque el tren de aterrizaje se destruyó, al amortiguar el golpe, llegando al río. La hélice, toda chueca, también ayudó a detenernos, de lo contrario nos hubiéramos estampado contra una roca que nos quedó como a veinte metros. Al salir del pobre aparato, todo maltrecho y herido, lo primero que hicimos fue darle gracias a Dios por la oportunidad que nos dio de seguir viviendo para que realizáramos los objetivos que juntos nos propusimos y luego fuimos a felicitar al piloto por la pericia y astucia que mostró, logrando finalmente que saliéramos ilesos del percance. Bueno, muy espantados porque pensamos que aquello era el final, todos dimos gracias a Dios por habernos depositado, sanos y salvos sobre la arena del río. Dios nos permitió repensar nuestros objetivos para retomar el rumbo. ¡Hasta la próxima!
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Filosofía de vida
La "edad de oro" Lourdes García Avendaño
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sta expresión que pongo en el título de este artículo es muy conocida, nos resulta familiar y no faltará quien la incluya en su vocabulario con el hemos escuchado por generaciones, en voz de nuestras abuelas, de nuestras madres, de vecinos y hasta de maestros. ¿A qué se referían mente las personas que la utilizan hasta con un dejo de nostalgia en el tono de su voz?
La “edad de oro” es el presente
Popularmente se utiliza para nombrar épocas “mejores”, época de juventud “divino tesoro”, o de bonanza económica o social, también se utiliza para remarcar épocas de éxitos laborales y hasta 6
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“Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”. IngmarBergman
de belleza física. Esto resulta por demás paradójico y hasta inquietante, ya que deberíamos considerar “edad de oro”, a la edad que vivimos, la edad que tenemos, hoy, en nuestro presente. Debemos evitar la añoranza de pensar que otros momentos fueron mejores. Toda edad, todo momento tiene sus ventajas y desventajas también. Toda edad, toda época, es única y valiosa, y se le debe vivir y disfrutar como tal, con la plena consciencia de que no volverá; de que la siguiente tendrá sus propios sus limitaciones. Además de que la
única manera de vivir plenamente y realizar acciones trascendentes es ubicarnos en el presente. Debemos aprender a, como se dice coloquialmente, “sacarle jugo” a cada edad. Por ejemplo cuando se es muy joven se tiene agilidad, entusiasmo, rebeldía, las capacidades del espíritu humano, como la fe, la capacidad de escuchar a nuestra la conciencia, la habilidad para adoptar una postura constructiva, etc., los jóvenes suelen ser débiles en esos aspectos y, en ocasiones, hasta podríamos decir ignorantes. Porque en la juven-
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Filosofía de vida
tud se es naturalmente impulsivo opción de respuesta. Se espera que esto se vaya revirtiendo conforme se avanza en edad cronológica. Esto es, a mayor edad cronológica, mayor sabiduría de vida, mayor experiencia, mayor fortaleza y grandeza del espíritu humano. Esto es posible, gracias al paso del tiempo, ya que en el transcurso de la vida se van adquiriendo conocimientos que nos ayudan a desarrollarnos intelectualmente. Pero el tiempo no es mágico, sólo las experiencias vividas y sus consecuencias, a carnos con esa sabiduría, con esa namiento del sentido común que no se aprende en ningún aula.
La vejez o ancianidad, últimamente llamada “tercera edad”
Es necesario tocar el punto del sufrimiento que ocasiona a la persona el envejecimiento como proceso natural de vida. Entendiendo, por envejecer, a la disminución o pérdida de las facultades físicas y/o psíquicas de que se gozaba en la juventud.
Edad en años 80
La edad avanzada da lugar a un sufrimiento legítimo, pero diferente al sufrimiento en sentido estricto, ya que es parte natural de la vida misma. No obstante, la inpara rechazar, posponer, esconder o retardar los efectos de la edad y sus consecuencias, son factores que cooperan para la falta de aceptación y que desestabilizan a la persona al ser confrontada con este hecho natural ineludible y, por lo tanto, crean sufrimiento al experimentarlos, provocando el rechazo, de muchos contra el destino o contra los procesos naturales. La vejez debe verse como lo que es, un proceso natural que tiene tanto ventajas como desventajas. Las ventajas o regalos que nos ofrece son muy preciados, ya que incluyen experiencia, sabiduría y expansión de la dimensión espiritual. Esto es, a mayor edad, mayor la fía de vida, ejemplo de realización de sentido a través de toda una vida, estructura de valores rica, fuerte y comprobada, testimonio vivo de cambios importantes en
Edad en años
Expansión del espíritu Pérdida de funciones
Declive 50
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30 Desarrollo
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Cuerpo
Maduración
Espíritu
Educación
Mente
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las sociedades, etc., lo que puede llevar a la persona a aportar a su familia gran sentido, riqueza y valor.
Pero cuidado con nuestra actitud
No debemos dejar a un lado señalar que hay un aspecto que puede empañar esta riqueza, hasta opacarla por completo, y que puede llevar a la persona de la tercera edad a la soledad física, emocional tud negativa. Cuando una persona vive su vejez acompañada de este enemigo, será infeliz y hará desdichada la vida de los seres queridos que la rodeen. El psicólogo y psicoterapeuta polaco Teodor Popielsky nos regala servar con claridad como a mayor edad, se da limitación o declive de las capacidades físicas y/o psíquicas, pero mayor expansión de las capacidades del espíritu humano.
¿Qué sí podemos hacer?
Prepararnos, viviendo plenamente cada una de las etapas de nuestras vidas, como lo que deben ser, como lo que son, “edades de oro”, con sus aspectos positivos y negativos. Hacer todo lo que esté en nuestras manos para mantenernos saludables física y mentalmente, como hacer ejercicio, tener una buena alimentación, leer, etc. Hacer todo lo que esté a nuestro alcance para desarrollarnos y evolucionar como personas, sin renunciar a esto, por avanzada que sea nuestra edad. Debemos estar conscientes de la dinámica de la vida e ir adoptando una postura sana, positiva y realista de nuestra edad, convirtiéndola en edad “de oro”, sin importar el número de décadas trascurridas. La autora es licenciada en Terapia Física y Logoterapeuta
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Desarrollo humano
Desarrollo humano y manejo de emociones Gylda Valadez Lazcano
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l Desarrollo Humano busca garantizar el ambiente necesario para que las personas y los grupos humanos puedan desarrollar sus potencialidades y así llevar una vida creativa y productiva, conforme con sus necesidades e intereses. Un adecuado manejo de emociones mejora nuestra vida en todos los aspectos Un buen desarrollo humano contempla como uno de los principales objetivos lograr un adecuado manejo de emociones. Este tema es muy trascendente, ya que reconocer y validar nuestras emociones y las de los demás mejora nuestra vida en todos los aspectos. Esta es una razón más para incluir el desarrollo humano en los programas educativos, pues esto hará que, además de mejorar las relaciones interpersonales de los alumnos, incluso mejore su desempeño académico. La enseñanza de un buen manejo de emociones es preventiva de conductas antisociales, como el bullying, así como de los diferentes delitos que se pueden llegar a cometer en la vida adulta. Cuando decidimos iniciar un camino de crecimiento y desarrollo humano, sabemos que hemos de desaprender creencias y conductas erróneas para aprender conductas y conocimientos que nos permitras capacidades potenciales. El manejo de nuestras emociones es uno de los aspectos más trascendentes en este proceso de cambio. 8
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Reconocer validar y expresar las emociones El primer paso para manejar correctamente nuestras emociones es conocer que hay cinco emociones básicas: miedo, amor, tristeza, enojo y alegría. Con estas cinco emociones respondemos a los estímulos del mundo y cada una de ellas tiene un objede que busquemos protegernos; el amor nos sirve para vincularnos con otros seres humanos; la tristeza nos permite retirarnos hacia nosotros mismos y rellena de energía nuestro cuerpo. ¿Por qué negamos nuestras emociones? emociones puede resultar amenazante en una sociedad que pretende muchas veces disimularlas, ya que se tiene interiorizado como “debilidad” el hecho de expresarlas. Sin embargo, ahora sabemos que las emociones no expresadas nos intoxican y nos llegan a enfermar. Al no encontrar el canal adecuado, las emociones terminan expresándose en nuestro cuerpo, a través de diferentes síntomas y enfermedades. Recordemos aquello de que “el cuerpo grita lo que el alma calla”. Además de esto, las emociones no expresadas en el momento oportuno y en la forma adecuada, con frecuencia, terminan expresándose en forma de agresiones y maltratos hacia personas, casi siempre más débiles, que son quienes terminan “pagando” injustamente algo que no hicieron y que desconocen. con nosotros mismos. Ahora se habla de auto-empatía emocional. El diccionario nos dice que empatía es la tado de ánimo de otro. Solemos explicarlo como “ponerse en el lugar del otro”. La auto-empatía implica,
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Desarrollo humano
entonces, ser capaces de hacer eso con nosotros mistos. Es necesario aprender a ser empáticos con nuestras propias emociones, para después poderlo ser en nuestras relaciones con los demás. Muy probablemente, las personas que no reconocen y validan las emociones de los otros, tampoco lo hacen con las propias. El manejo de nuestras emociones depende del aprendizaje que hayamos tenido desde la más temprana infancia; no obstante, siempre es tiempo de cambiar aquellas pautas que hoy nos damos cuenta de que nos pueden generar depresión, ansiedad, etc. Hoy estamos convencidos de que negar nuestras emociones nos enferma; no permite que seamos sinceros ni que tengamos vínculos auténticos ni mucho menos que podamos respetar las emociones de los demás, ya que al no respetarnos en ese aspecto, mucho menos podremos respetar a los demás. Autoconciencia emocional Para llegar a manejar adecuadamente nuestras emociones, debemos estar conscientes de ellas continuamente y no sólo cuando éstas se desbordan. La autoconciencia emocional es nuestra capacidad de tomar conciencia de los propios estados internos y de reconocer las propias emociones, así como de los efectos que éstas tienen sobre nuestro estado físico, sobre nuestros pensamientos y sobre nuestra conducta. Casi siempre estamos experimentando alguna emoción en nuestra vida diaria. Sin embargo, si estas emociones son de baja intensidad o muy sutiles no les prestamos atención, solemos atenderlas sólo cuando son muy intensas.
Es necesario detenernos y mirar hacia nuestro interior para intentar captar el murmullo de las emociones. Las siguientes preguntas pueden ayudarnos a desarrollar mayor conciencia de nuestras emociones: ¿Qué siento ahora mismo?, ¿cómo estoy actuando?, ¿qué pienso de esta situación?, ¿qué quiero realmente? Siempre hay que ponerle nombre a la emoción y comprender qué la ha generado y qué efectos ha tenido. Ya hemos señalado por qué son tan importantes las emociones y su manejo, concluyamos diciendo que de ellas dependen gran parte de nuestras decisiones. De manera que un buen manejo de emociones nos llevará a mejores decisiones y, por lo tanto, a una vida más plena y feliz. La autora es psicoterapeuta corporal y terapeuta sistémica de pareja y familia.
Sumérgete en la lectura
de Presencia
Apostólica y profundiza en tu
fe.
Empatía es…
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Ilustración: Leticia Asprón
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Historia para meditar
Ilustración: Leticia Asprón
ver vagando por las calles de su ciudad, recorriendo plazas, parques y calles. Siempre sola. No obstante con el paso del tiempo, estos paseos le comenzaron a resultar demasiado dolorosos, pues podía ver la felicidad de otras personas, que habían encontrado con quién compartir sus vidas, mientras que ella se hundía cada vez más en la soledad… Un día soleado de primavera, salió con poca esperanza a dar un paseo, y en un parque, mientras caminaba por uno de los rincones más recónditos, le salió de repente al encuentro un anciano que le cortó el paso con una larga vara de bambú que le puso sobre el abdomen, mientras le decía a gritos: —¡No sigas caminando, detente! Ella no supo qué hacer en esos momentos, si gritar o echar a correr. Lo único que pudo hacer fue sentir la suave opresión de la vara de bambú sobre su abdomen, y mirar vara. Pudo ver que sus pequeños ojos, detrás de sus gafas redondas,
Un guante
T
solitario
odos hemos nacido para estar con los demás. Ningún ser humano nace solo, ni puede tampoco vivir solo. El ser humano ha sido creado para llegar a saber quién es, a dónde va y cómo puede ser feliz, siempre en compañía de otros seres humanos. Ella, después de haber compartido algunos años con varias perso10
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Enrique A. Eguiarte Bendímez, OAR
nas, con el paso del tiempo, se fue quedando sola. Y la soledad es una pinza que nos atenaza, y entre más avanza su constricción, la soledad se hace más grande, y su remedio parece más difícil. Ella, al darse cuenta de las feroces mordidas de la soledad, quiso en un primer momento romper con ella, y comenzar a no quedarse en casa, a salir. No importaba a dónde, pero salir. Y así se le podía
los pocos segundos que duró la escena, el anciano le dijo: —Tú eres como los guantes que se pierden en este parque, nadie puede usarlos. Los guantes deben ser siempre dos. Y diciendo esto, desapareció entre los arbustos del parque, tan velozmente como había aparecido. Ella se quedó un momento pensativa y asustada, hasta que pasados unos minutos, volvió a recuperar la calma y continuó su camino para regresar a su casa. Una vez que estuvo en su hogar, se puso a pensar en las palabras del anciano. ¿Era realmente como un guante solitario olvidado en algún parque existencial? Y fue lentamente repasando los diferentes momentos de su vida, y
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Historia para meditar
se fue dando cuenta, con tristeza, de que el anciano de la vara de bambú había tenido razón. Ella, ahora se encontraba sola, y al aislarse no podía serle útil a nadie. Durante algunos días siguió pensando en lo que le había sucedido, y haciendo un acto de valor, decidió regresar al parque para ver si se encontraba de nuevo con el anciano de la vara de bambú, para preguntarle por qué la había comparado con un guante perdido. Y de este modo, al salir de su trabajo, se dirigió con emoción y expectación hacia el parque donde se había encontrado con el anciano que la había detenido con la vara de bambú. Iba caminando lentamente y mirando hacia todas partes, esperando que en cualquier momento le saliera al paso el anciano con la larga vara. No obstante, recorrió aquellos alejados senderos del parque, y el hombre no apareció. Cuando ya pensaba en retirarse de nuevo a su casa, pudo encontrar por el camino un guante tirado en el suelo. Al recoger el guante, que estaba manchado de barro, pudo ver una nota que decía: “Este guante ha perdido a su compañero, y su compañero lo ha perdido a él. Hasta el momento en el que se reúnan, ninguno de los dos podrá volver a ser feliz.” Ella se llevó el guante viejo y manchado a su casa, y durante algunos días siguió meditando sobre el mensaje y la realidad en él escrita. Y cada vez se daba cuenta de que todo lo que decía ahí era verdad. Su existencia no era completa sin quienes habían sido parte de su vida en un momento determinado, y pensaba también que todas aquellas personas tampoco eran felices, pues ella no estaba a su lado. Todos eran como guantes solitarios, guantes alejados de su pareja.
Y aunque podía comprender todo esto, había todavía una pregunta que la preocupaba, ¿cómo podría ahora no solo buscar a quien había sido su pareja y había formado con ella un par de guantes, sino también qué es lo que debería hacer, qué tendría qué decir? Abrumada por estas preguntas, decidió volver al parque, al lugar más recóndito, para ver si ahí podía encontrar una respuesta. Cuando llegó al lugar en donde había encontrado al anciano de la vara de bambú, y después el guante, comenzó a caminar más despacio, ya que esperaba que por cualquier lugar le saliera al encuentro el anciano. Y de pronto, sin que ella se diera cuenta y con gran agilidad, el anciano se encontraba ya a sus espaldas. Le dijo con su voz sonora, grave y lenta: —Usted busca una respuesta y yo se la voy a dar. Ella, sorprendida, se dio la vuelta velozmente, y de nuevo sintió cómo el anciano, ponía una vez más, su larga vara de bambú suavemente sobre su abdomen. El anciano, que ahora sonreía, le dijo: —La respuesta a sus interrogantes es que usted se ha quedado sola, porque en sus relaciones usted ha hecho lo que yo ahora estoy haciendo con usted. Usted llevaba siempre una vara, con la que marcaba siempre una distancia con las personas, y no les permitía que se le acercaran a usted. Usted se sentía muy segura, pero nadie nunca la pudo llegar a querer en verdad, porque usted no se los permitió. A toda persona que se acercaba, usted la recibía con la segura distancia que puede dar una larga vara, como hago yo ahora con usted. Usted vivía muy segura, pero siempre distante y lejana. El amor y el cariño, implican siempre romper seguridades, y entrar en el rico, pero doloroso juego del riesgo, atrevernos
a estar en situaciones en las que nos pueden hacer algún daño, arriesgarnos a que nos hieran, a que invadan lo que consideramos nuestro espacio, pero el amor verdadero es tan grande que merece la pena tirar todas las varas con las que alejamos a las personas, y ser prudentes, pero dejar que las personas se nos acerquen. Sólo así los podremos querer, y podremos recibir su amor. Podremos amar y ser amados. Hay que pensar que cuando estamos solos, es probable que también estemos dejando solos a otros. Y de pronto, retirando suavemente la vara de bambú del abdomen de ella, y bajándola hacia el suelo, el anciano le dijo: —Ahora depende de usted. Si quiere seguir siendo un guante solitario, siga usando la larga vara con la que aleja a las personas de su propia vida. Si quiere ser feliz, tire su vara, y arriésguese a amar y a ser feliz. Y tirando la vara de bambú al suelo, el anciano nuevamente salió corriendo con una agilidad insospechada, para perderse entre los matorrales del parque. Ella, sorprendida, no solo pensaba en las palabras del anciano, sino también en su propia vida. Y era verdad, se había quedado sola porque había alejado de su persona a todos los que se le habían acercado. Había usado una vara invisible para marcar su terreno, y alejar de ella a todos. Lentamente se acercó al lugar donde había caído la larga vara de bambú del anciano. La tomó entre sus manos y se pudo dar cuenta de que la vara de bambú tenía escrito el siguiente mensaje: “En un mundo de solitarios, quien se protege mejor, vive más seguro, pero no es más feliz. Solo quien vive el riesgo del verdadero amor y comparte su vida con los demás, es quien descubre que la felicidad solo se puede vivir compartiéndola con otros.” Presencia Apostólica
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Tanatología
"Madurar es desarrollar la capacidad de decir la verdad sin tener ningún miedo a las consecuencias." Autor desconocido
CÓMO DAR MALAS NOTICIAS
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Ana Laura Rosas Bucio
ar malas noticias es seguramente una de las tareas más complicadas a las que nos debemos enfrentar. Ya seamos profesionales dedicados al área de la salud o como familiares, cuando nos enteramos de situaciones difíciles. A todos nos asusta dar estas noticias o nos preocupa cómo hacerlo.
turo. Puede haber malas noticias en muchas áreas de la vida, sin embargo en esta ocasión nos referiremos a las relacionadas con la salud o con el fallecimiento de algún ser querido. En el ámbito de la salud, una mala noticia
Es aquella que drástica y negativamente altera la perspectiva de la persona en relación con su fu-
cal y negativamente la idea que la persona tiene de su porvenir.
¿Qué es una mala noticia?
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o impresión sobre la salud de los pacientes que tenga un impacto emocional negativo. En general
¿Por qué es difícil dar malas noticias? Probablemente de las cosas más difíciles a las que me he tenido que enfrentar fue la enfermedad de mi madre y su gravedad. Pero aún más difícil fue comunicarlo a mis seres queridos. Yo sabía que el médico iba a decírselo a mi madre y sabía que ella iba a tener una reacción emocional muy complicada, misma que teníamos que enfrentar en familia. que todos los demás estuvieran enterados. Fue difícil recibir la infor-
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Tanatología mación y fue difícil comunicarla. Pero ellos tenían que saberlo, lo que nos permitió ir digiriendo la situación e irla enfrentando poco a poco. Una cosa importante de aclarar es que a veces parecería que el portador de las malas noticias fuera el culpable de la situación. Aunque es claro que en la gran mayoría de los casos no es así, parece que el que da la información negativa es el que "trae" la tragedia a nuestras vidas. Como portadores de mala información nos da miedo causar dolor, ser culpados de la situación… y puede ser que esa información también sea dolorosa para nosotros. Es normal que nos preocupe la reacción que pueden llegar a tener los demás y que nuestras propias emociones nos traicionen en esos momentos. Nos asusta no saber contestar las preguntas que tengan los otros y que la situación nos confronte con nuestra propia vulnerabilidad.
La obligación de informar
Lo que es un hecho es que si por alguna situación tenemos información delicada o grave sobre alguna circunstancia, tenemos la obligación de comunicarla. Los médicos están obligados a decirnos toda la información acerca de enfermedades y pronósticos. En caso de fallecimiento pues es claro que tienen que informarnos. ¿Pero qué pasa si no somos médicos? Eso no importa, la obligación es la misma. No debemos quedarnos con información. Es común escuchar a familiares de enfermos decir que no quieren que su ser querido se entere de su enfermedad o de la gravedad de la misma y la pregunta que siempre les hago es ¿y por qué no quieren que se entere? En sus respuestas he escuchado muchos temores. No quieren que sufra o que pueda precipitarse la muerte, por mencionar algunos. Pero la pregunta sería, ¿Acaso ocultar la verdad
evita el sufrimiento, el dolor, la enfermedad o la muerte? No. No decir la verdad sólo hace que se construya una barrera entre las personas; no permite que se hable libremente de lo que está sucediendo; provoca que cada quien cargue solo su dolor. Aunque la persona afectada no entienda mucho lo que le está pasando, se da cuenta de que algo está sucediendo y bajo la premisa de "no querer hacer sufrir a los demás" también guardará silencio. Pero, ¿es justo que todos tengamos que cargar el dolor, el miedo y la frustración solos?, ¿que los últimos momentos de vida de una persona, los pase en soledad, sin poder hablar con nadie de sus inquietudes y temores? ¿Es adecuado que le neguemos la posibilidad de despedirse de nosotros? Me parece muy injusto que nuestros temores nos bloqueen tanto que nos lleven a cometer todos esos errores. No hablar de muerte con un paciente terminal es como no hablar del parto con una mujer embarazada. Ambos forzosamente tendrán que descubrirlo La persona afectada tiene el derecho de controlar su autonomía; de decidir lo que mejor le parezca en relación con su enfermedad y con
todo lo relacionado con su momensalud, hay leyes que obligan a proporcionar la información sobre la situación que cursa el paciente. ¿Se debe decir la verdad? Sí, siempre ¿Qué verdad? Una verdad comprensible, con palabras sencillas, sin tantas vueltas. Información clara y concisa. ¿Cuánta verdad? La que la persona sea capaz de afrontar y cuando necesite o solicite más información hay que proporcionársela o decirle quién puede dársela. ¿Cómo hacerlo? Con habilidad para la comunicación y compromiso de acompañamiento, no dejando sola a la persona. La verdad es como un medicamento; una dosis demasiado baja no hace efecto y las dosis excesivas pueden provocar intoxicaciones. Si nos toca ser los portadores de las malas noticias, hay que considerar que las personas con las que hablaremos, van a tener una gran cantidad de reacciones, pero hay que saber que todas son normales y que nosotros no somos responsables de esas reacciones.
Dar malas noticias requiere un proceso
Si por alguna razón somos nosotros los responsables de comunicar a alguien información difícil,
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Averiguar qué tanto sabe la per-
qué tanto se sabe de la situación. Hay que informarse incluso sobre la salud o bienestar de la persona a la que va a darse la información. Nunca va a ser lo mismo que ya tenga un antecedente, a que sea la primera información que va a recibir.
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bajo la visión particular de la persona. Las primeras preguntas que nos hacen cuando empezamos a dar la información nos dicen que
saber y sobre eso nos debemos enfocar. Si bien es cierto que hay que decir toda la información que tengamos y comunicarles cuando no tenemos información, procedamos de acuerdo con lo que la persona vaya necesitando. Comuniquemos la información. Si la persona quiere escuchar toda la verdad de la situación, es momento de explicarle, utilizando un vocabulario sencillo, dando información en porciones pequeñas. Si la persona no quiere saber tanto, se puede buscar comunicarle a alguien más la situación. A la espera de las reacciones emocionales del otro. Dar una mala noticia correctamente depende también de nuestra propia reacción ante las reacciones emocionales de los demás. Hay que validar emociones. Es normal reaccionar mal ante una mala noticia, llorar, gritar, reclamar, es absolutamente normal. Recuerden que no es personal. La otra persona está afectada por la información, así que sus reacciones son hacia eso, no hacia nosotros. No censuremos el dolor emocional ni permitamos que otros lo hagan. Acompañar. Acompañemos en silencio unos minutos, si la resona y ella lo permite, la podemos
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hay una serie de sugerencias que pueden ser de utilidad para ese complicado momento. Prepararnos para empezar. Nosotros también recibimos esa mala noticia y, ya sea que nos afecte personalmente o no, antes de comunicarla a alguien más, hay que darse tiempo para asimilarla. Sé que muchas veces no tenemos más que unos minutos para eso, pero hay que tomarse esos minutos para acomodar esa información y prepararnos para comunicarla. Respiren profundo, asimilen la noticia, revisen cómo les impacta personalmente y si tienen ganas de expresar emociones, no se censuren. Busquen no ser interrumpidos al momento de informar. Ojalá se pudiera que fuera personalmente y no por teléfono, de ser posible no estar de pie y ser amable y cortés al iniciar la conversación.
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abrazar. Podemos expresar nuestro sentir. Recuerden que, después de dar la información, cuando no sabemos qué decir, mejor no digamos nada. A veces el silencio es el mejor acompañante. No es necesario responder a los cuestionamientos del otro. Muchos de esos cuestionamientos no tienen respuesta. ¿Porque a nosotros? ¿Ustedes saben la respuesta? Yo no. Y tengo claro que aunque parezca que me la preguntan a mí, yo no tengo esa respuesta. El mejor consuelo en estos momentos es un cálido y respetuoso silencio que acompañe. Recuperarse. Acabamos de hacer algo muy difícil. La otra persona tiene una tarea compleja. La forma en que tendrá que actuar dependerá de la información recibida. Pero nosotros, los portadores de las malas noticias, ahora necesitamos darnos un tiempo para recuperarnos. Tomémonos unos minutos antes de volver a las actividades, por ejemplo puede ser útil sentarnos en silencio a respirar hasta calmarnos. Dar malas noticias es muy difícil, pero espero que con estas sugerencias tengamos mejores elementos cuando nos veamos en la necesidad de hacerlo. Vale la pena conocer y difundir esta información, pues creo que la mayoría hemos tenido la mala experiencia de recibir este tipo de noticias de personas que las transmiten de las maneras menos adecuadas… Tenemos la obligación de ser solidarios con los demás, especialmente si están pasando por situaciones difíciles. Tomemos conciencia de esto e iremos viendo como nuestra comunidad va a ir cambiando, humanizándose cada vez más.
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La autora es psicóloga clínica, experta en intervención en crisis, tanatóloga, logoterapeuta y conferencista. Directora General del Centro de Capacitación Profesional Industrial y Personal S.C. CECAPIP.
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Relato
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ean Giono escribió hace tiempo un magnífico relato sobre un curioso personaje que conoció en 1913 en un abandonado y desértico rincón de la Provenza. Se trataba de un pastor de 55 años de apellido Bouffier, quien vivía en un lugar donde toda la tierra parecía estéril y reseca. A su alrededor se extendía un paraje desolado donde vivían algunas familias bajo un riguroso clima, en medio de la pobreza y de conflictos provocados por el continuo deseo de escapar de allí. Aquel hombre se había propuesto regenerar aquella tierra yerma y quería hacerlo por un sistema sencillo y a la vez sorprendente: plantar árboles, todos los que pudiera. Había sembrado ya 100.000, de los que habían germinado unos 20.000. De esos, esperaba perder la mitad a causa de los roedores y el mal clima, pero aún así quedarían 10.000 robles, donde antes no había nada. Diez años después de aquel primer encuentro, aquellos robles eran más altos que un hombre y formaban un bosque de once kilómetros de largo por tres de ancho. Aquel perseverante y concienzudo pastor había proseguido su plan con otras especies vegetales, como las hayas, que se encontraban esparcidas tan lejos como la vista podía abarcar. También había plantado abedules en todos los valles donde encontró suficiente humedad. La transformación había sido tan gradual, que había llegado a ser parte del conjunto sin provocar mayor asombro. Algunos caza-
El hombre que plantaba árboles dores que subían hasta aquel lugar lo habían notado, pero lo atribuían a algún capricho de la naturaleza. En 1935, las lomas estaban cubiertas con árboles de más de siete metros de altura. Cuando aquel hombre falleció, en 1947, había vivido 89 años y realmente esos parajes habían cambiado mucho. Todo era distinto, incluso el aire. En vez de los vientos secos y ásperos, soplaba una suave brisa cargada de aromas del bosque. Se habían restaurado las casas. Había matrimonios jóvenes. Aquel lugar se había convertido en un sitio donde era agradable vivir. En las faldas de las montañas había campos de cebada y centeno. Al fondo del angosto valle, las praderas comenzaban a reverdecer. En lugar de las ruinas ahora se extendían campos esmeradamente cuidados. La gente de las tierras bajas, donde el suelo es caro, se había instalado allí, trayendo juventud, movimiento y espíritu de aventura. "Cuando pienso —concluía el escritor francés— que un hombre solo, armado únicamente con sus recursos físicos y espirituales, fue capaz de hacer brotar esta tierra de Canáan en el desierto, me convenzo de que, a pesar de todo, la humanidad es admirable; y cuando valoro la inagotable grandeza de espíritu y la benevolente tenacidad que implicó obtener este resultado, me lleno de inmenso respeto
hacia ese campesino viejo e iletrado, que fue capaz de realizar un trabajo digno de Dios." Un hombre planta árboles y toda una región cambia. Todos conocemos personas como este hombre que pasan inadvertidas pero que allá donde están, las cosas tienden a mejorar. Su presencia infunde optimismo y ganas de trabajar. Se sobreponen a contratiempos y dificultades que a otros los desalientan. Poseen una rebeldía constructiva, y sus pequeños o grandes esfuerzos hacen rectificar el rumbo de las vidas de los hombres. Como ha escrito Alejandro Llano, hay cosas que no tienen arreglo, y nos cuesta aceptarlas. Y hay otras que sí que tienen arreglo, pero nos hemos convencido de que no lo tienen. Por eso, una de las razones por las que nos cuesta tanto cambiar las cosas que no van bien es porque creemos que no podemos cambiarlas. Es preciso tener fe en que el hombre puede transformarse y cambiar, tanto él mismo como el entorno que le rodea. Cada uno debe sembrar con constancia lo que pueda aportar: su buen humor, su paciencia, su laboriosidad, su capacidad de escuchar y de querer. Podrá parecer poca cosa, pero son elementos que acaban por hacer fértiles los terrenos más áridos. Alfonso Aguiló en Relatos, www.ciudadredonda.org Presencia Apostólica
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Nuestra devoción
La devoción a San Judas Tadeo
como expresión de fe
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Irving Santiago Patraca, CMF
n el Catecismo de la Iglesia Católica, se de-
de algunas enfermedades termite a pesar de que todo parece en contra, sentido cristiano del sufrimiento. La gente lo llama “san Juditas” y a él acuden con gran
gratuito de Dios, accesible a cuantos lo piden humildemente. El acto de fe es un acto humano, es decir, un acto de inteligencia del hombre, el cual, bajo el impulso de la voluntad movida por Dios, asiente libremente a la verdad divina. Además, la fe es cierta porque se fundamenta sobre la Palabra de Dios; «actúa por meen continuo crecimiento, gracias, particularmente, a la escucha de la Palabra de Dios y a la oración. El Papa Benedicto XVI, en Porta Fidei do se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos ”.
La esperanza es su sello distintivo
La devoción a san Judas Tadeo es una forma en que se expresa la fe del pueblo. Surgió como una respuesta a las necesidades que las personas experimentaban. Hoy en día, la devoción a este santo nos sigue hablando de la necesidad de cultades e injusticias que hombres y mujeres viven y que les llevan a una situación extrema o límite. Los 16
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za que tienen a Dios por medio de san Judas Tadeo, en quien depositan todos sus anhelos, esperanzas y luchas de cada día. El apóstol san Judas Tadeo es idensas imposibles y desesperadas”, es decir como un mediador de los favores divinos en circunstancias que escapan de nuestro control, este título ha brotado de la experiencia Quienes acuden a Dios por intercesión de san Judas Tadeo encuentran una respuesta, puede ser fortaleza para afrontar un problema, resignación cristiana para aceptar una realidad que no pue-
gracias por algún favor recibido. La devoción tiene un carácter festivo y está llena de variadas e imaginativas muestras de gratitud. Un aspecto que la caracteriza es que llena de esperanza la vida de los devotos, hecho que adquiere una importancia especial cuando nuestra situación nos parece “imposible y desesperada”. Todos los bautizados debemos distinguirnos por la esperanza y esto quiere decir tener la capacidad de luchar, incluso cuando todo parezca perdido; poner todo lo que esté de nuestra parte para que los problemas de nuestra vida se resuelvan lo mejor posible; no perder la paz; no dejarse llevar por el miedo; saber que nuestra fuerza es la La religiosidad popular tiene hesión, respeto y gratitud hacia lo divino. Podemos decir que, la devoción a san Judas cumple con esta característica. La labor pastoral de los Misioneros Claretianos, en el caso del Templo de San Hipólito es que cada vez sean más los devotos conscientes de que es Dios quien actúa en su favor y de que la misión del apóstol san JudasTadeo es acercarnos a Jesús.
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Nuestra devoción
Año de la Vida Consagrada El presente año, 2015, es el Año de la Vida Consagrada, convocado por el papa Francisco con los objetivos de:
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Mirar al pasado con gratitud. Recordando los orígenes de cada instituto; buscando inspiración en las generaciones pasadas y tomando concienVivir el presente con pasión.
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apostólica dirigida a todos los consagrados y consagradas enfatiza la unión de los doce en torno a Jesús y nos invita a hacernos «expertos en comunión» para que seamos signo de la presencia del Espíritu. Abrazar el futuro con esperanza. tes de que el Espíritu Santo nos conduce al futuro para continuar haciendo cosas grandes con nosotros.
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La carta del papa Francisco se dirige también a los laicos que comparten con las personas consagradas ideales, espíritu y misión e invita a la iglesia a tomar conciencia del don de los consagrados y consagradas, herederos de grandes santos.
La comunión entre consagrados y laicos “Uds. son la sal”… De esto se trata, sencilla y llanamente. Consagrados y laicos compartimos ideales, espíritu y misión. Compartimos los ideales de Jesús de Nazaret, compartimos la misión que nos asignó de ser “sal de la tierra” y deseamos que su Espíritu nos mueva para que todo se traduzca en nuestras obras. nas ni aburridas ni amargadas. Es simplemente para personas alegres, de buena voluntad, inquietas y deseosas de ubicarse en el presente; agradecidas por lo que han vivido y con esperanza y gusto por cooperar para construir, desde ya, un futuro nuevo.
No hay laicos ni consagrados inútiles. Todos hemos recibido los talentos necesarios para realizar nuestra misión en el mundo y para Dios con la que somos amados. La causa de que muchas veces no logremos realizar nuestra misión procede de nuestra inseguridad o estrechez de miras y es nuestra responsabilidad que eso cambie. Cuando damos una interpretación mediocre, una respuesta condicionada o tardía, entran en juego muchos factores -que se convierten en excusas- que si la formación, que si la época, que eso no me toca, etc. Caminar, consagrados y laicos
juntos, en el anuncio del Reino de Dios es un venturoso proceso, que implica equilibrio, madurez, pasión, formación, libertad, claridad de objetivos; Implica vida, y sobre todo ¡la presencia del Espíritu Santo! Estamos invitados a compartir la riqueza de la vocación, a construir una auténtica comunión de “ideales”, con tesón, audacia y humildad por ambas partes. Y que nuestro primer paso sea valorar las realidades de la humanidad con los ojos puestos en Jesús. Deseosos de dar gratis lo que gratis hemos recibido, proyectemos con nuestra vida el gozo de quien ha encontrado el “tesoro escondido”. ¿Entendemos ahora por qué somos “la sal de la tierra”? Presencia Apostólica
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Reflexión
El regalo de la fe
P. Epi Diez
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a historia de la humanidad es como una media jornada, que se inicia a media noche en semioscuridad, en medio de la cual nuestros más antiguos antecesores comenzaron a caminar lentamente, guiados por una lucecita que, como las pequeñas luciérnagas, llevamos incorporada.
Más o menos con estas palabras comenzaba yo, con más miedo que seguridad, hace ya muchos años, mi primera disertación pública en la maestros y condiscípulos. Hoy sigo pensando lo mismo, avalado por una mirada más amplia y profunda de la historia de la humanidad. Y es que ni en las etapas que la historia resalta como más lúcidas, como puede ser la época de la cultura clásica, el Renacimiento, la Ilustración o algunos chispazos de la Modernidad, el hombre ha sabido dar respuesta satisfactoria a los grandes interrosentido de su vida como individuo y como miembro de una sociedad. Cuando echo una mirada retrospectiva a la humanidad, me acuerdo con frecuencia de lo que escribió, hace ya varios decenios, una de las mentes más lúcidas del siglo XX, el teólogo francés Henri de Lubac. Lamento no recordar sus palabras, pero venía a decir, si no recuerdo mal, que la historia le había enseñado que el hombre sí puede organizar a la sociedad, pero siempre que lo ha hecho ha sido en contra del mismo hombre. Ahora bien, Dios, creador y amante apasionado de esta su creatura preferida, ha intentado desde el principio aumentar el limitado campo de visión de la razón, ofreciéndole al hombre el potente foco de la fe para acep-
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tar la revelación divina, que da respuesta a las más inquietantes y profundas preguntas humanas. Es a la vez reconfortante y gozoso contemplar, desde la fe en el Dios revelado en la vida y la palabra de Jesús de Nazaret, cómo ese mismo Dios ha venido acompañando al hombre a lo largo de la historia. Así podremos comprobar cómo, de múltiples formas, ha intentado iluminar su camino para que pasara de la semioscuridad de la mera razón a una luminosidad progresiva, hasta llegar a la luz plena y sin ocaso con Jesús de Nazaret. Sin embargo, desde el paraíso hasta nuestros días, el orgullo humano siempre ha sido una barrera, que muchos han interpuesto y siguen interponiendo para que la luz les ilumine, pues, como dice el Evangelio de Juan, blas antes que en la luz. Los creyentes nunca terminaremos de agradecer el increíble re-
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galo de la fe que le da un tono de esperanza y de gozo a nuestro vivir, aún en los momentos más difíciles. En esos momentos sobre todo, siempre me ha resultado refrescante y terapéutico voltear mi atención a las últimas páginas de los evangelios y contemplar con ojos limpios y sin prejuicios el cambio espectacular de aquellos seguidores más cercanos de Jesús. Le habían seguido, atraídos por el imán que emanaba de su Palabra y de su poder taumatúrgico. Sin embargo, su fe era todavía muy dudosa. Ante la muerte del Maestro les invadió tal tristeza y desolación que su fe incipiente estuvo a punto de naufragar. Ahora bien, de repente e inesperadamente, se da en ellos un cambio radical de actitud existencial. Inmediatamente salen a las calles y plazas de Jerusalén y con una alegría incontenible comienzan a gritar: Jesús, al que tan injustamente habéis matado, ¡HA RESUCITADO! Esta fue, sin duda alguna, la noticia más agradable que ha escuchado nunca la humanidad. La muerte, el enemigo más temible para el hombre, había sido vencida por un miembro de la comunidad humana. Desde entonces, el eco de aquella noticia ha ido recorriendo las arterias de toda la geografía y la historia humana y millones de hermanos nuestros, alentados por la fe en la promesa de Cristo, siguen y seguirán cantando, aún en las circunstancias más difíciles: ¡ALELUYA! MI VIDA NO TERMINARÁ EN LA NADA, SINO EN UNA VIDA NUEVA Y PLENA. ¡Un abrazo alegre y optimista para todos!
San Juan Evangelista. Icono. Catedral Kazan, San Petesburgo.
Gotitas bíblicas
San Juan Evangelista
A
Ernesto Bañuelos C.
un cuando hay quienes piensan que el evangelio de San Juan fue escrito por un personaje o varios de la tercera generación de cristianos, es más común atribuirlo a san Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago, escrito probablemente hacia el año 95, en la Isla de Patmos. La narración de este evangelio es diferente de los sinópticos, tanto en su contenido como en su lenguaje, y tiende a hacer teología con los acontecimientos de que habla. Relata discursos de Jesús en los que el Señor proclama su identidad , su misión y su relación con el Padre. De los milagros que relata los presenta como desde su encarnación hasta su resurrección. El evangelio de san Juan fue escrito en griego con gran altura y belleza de pensamiento, razón por la que a Juan se le representa con un águila, ave que vuela a gran altura. Pretende que los lecel evangelio como en el Apocalipsis, que también se le atribuye a él, se utilizan símbolos para darse a entender, es decir, partiendo de realidades que vemos, para llegar a la comprensión de la esfera divina. Por ejemplo, cuando habla con la samaritana y le pide agua, él a su vez le ofrece no el agua corriente, sino el agua de la vida eterna comunicada por el Espíritu Santo. Presencia Apostólica
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Palabra julio-agosto
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los. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados. Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa.” Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
mos que esas cualidades le venían de Dios. El profepre necesarias y de gran poder transformador para nuestras sociedades y para la humanidad en general. nos convirtamos en obstáculos para las acciones ¿Sabemos apoyar a quienes luchan por las causas justas?
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Domingo Mc 6,7-13
evangelio inspiraron un refrán que todos conocemos y que dice: “Nadie es profeta en su tierra.” Una idea que solemos aceptar y
comunidad o familia. dónde le venían a Jesús el poder 20
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cuando viene al caso. Pero Jesús al hablar al respecto de esa actitud estaba cuestionando la incredulidad y cerrazón ante las actitudes
envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica. Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos.” Los discípulos se fueron a predicar la conversión. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
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el mensaje de Jesús con la gente que lo necesita. Esta misión no es sólo para un grupo reducido. El evangelista desea alentar a todos los miembros de las comunidades para que nos sintamos llamados y enviados a proclamar la Buena Noticia del Señor. enfatizan que no hay que cargar con más de lo que realmente haga falta. Como suele decirse hay que en las otras personas. los enfermos.
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Ilustración:
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Domingo Mc 6,30-34
le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco.” Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Al comienzo de esta lectura vemos que Jesús llama permite poder seguir ayudando a otros. desorientada que andaba “como ovejas sin pastor”? El evangelio nos dice expresamente que “se compato se puso a enseñarles. Jesús nos enseña a darnos hacer algo sin demora; a compartir lo que sabemos y lo que tenemos para ayudar a quienes lo necesitan. ¿Actúo para resolver los problemas de los más necesitados?
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Domingo Jn 6,1-15
Lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?”. Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan.” Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente.” En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil. Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien.” Los Presencia Apostólica
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preocupa por su necesidad de comida. Este evangelio nos hace ver que el amor de Dios
Jesús les respondió: “Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo.” Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan.” Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.”
de cinco mil personas y todos se saciaron… Pense-
En la multiplicación de los panes vimos como Jesús
necesitamos. Así se nos da el amor de Dios y así es
en esta ocasión nos invita a darnos cuenta de que
recogieron y con los pedazos que sobraron de los Jesús no ve con indiferencia el hambre de la multitud. En la lectura anterior se destacó la necesidad
Todo lo bello y útil en la creación se nos ha dado en abundancia; es decir con generosidad.
Agosto Domingo Jn 6,24-35
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El pan simboliza el alimento del cuerpo que todos sabemos que nos nutre y nos da energía para que podamos realizar todo tipo de actividades. Jesús utiliza esta idea para hablarnos de que nuestro espíritu Jesús nos dice directamente: “Yo soy el pan de la nos hace crecer espiritualmente y nos da la fuerza para trabajar por quienes necesitan nuestro apoyo.
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demás personas?
Agosto Domingo Jn 6,41-51
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Ilustración:
lago no estaban Jesús ni sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: “Maestro, cuándo llegaste acá?” Jesús les contestó: “Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello.” Ellos le dijeron: “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?” Respondió Jesús: “La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado.” Entonces la gente le preguntó a Jesús: “Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo.”
contra Jesús, porque había dicho: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”, y decían: “¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo nos dice ahora que ha bajado del cielo?” Jesús les respondió: “No murmuren. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que al-
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guien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ése sí ha visto al Padre. Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y, sin embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida.”
vino a enseñar cómo amarnos unos a otros. Y ¿cuáles son los signos de que nuestro espíritu la sensación de vacío y la falta de motivación. Cuan-
y así saciamos el hambre de nuestro espíritu. encuentro con los demás?
Este evangelio nos enseña que así como el alimento ayuda a nuestro cuerpo a crecer en una primera eta-
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Domingo Jn 6,55.60-69
el alimento para nuestro espíritu es el mismo Jesús; no termina con la muerte.
Agosto Domingo Jn 6,51-58
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ra sus palabras enfatizan que “ha bajado del cielo”. Esto quiere decir que este pan de vida que es Jesús
Ilustración:
bajado del cielo; el que coma de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.” Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre.”
mida y mi sangre es verdadera bebida.” Al oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: “Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?” Presencia Apostólica
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Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes Después añadió: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.” Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: “¿También ustedes quieren dejarme?” Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.” Jesús termina este discurso sobre su carne y su sangre como verdadero alimento y sus palabras siguen incluso a sus propios discípulos… En esta vida trabajamos por un alimento que nos permite sús nos hace comprender que tu. Nuestro espíritu es la parte más valiosa y hay que alimentarlo con el mismo Jesús y con su Palabra. Así lo comprende profundo de su corazón.
Agosto
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Domingo Mc 7,1-8. 14-15. 21-23 fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición 24
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de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas Jesús les contestó: “¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos! Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres.” Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que si lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre.” Jesús nos llama a tener una no sólo una aparente religiosidad. Es inútil el culto cuando do nuestro corazón permanece alejado de Dios. Por que nuestras manos se manimportante y trascendente tener un corazón limpio de El verdadero culto se da en el corazón y lo transforma. razón permanece cerca de y de toda la creación. ¿Hablan mis acciones de mi cercanía con Dios?
* Cuando no se reproduce el texto de la lectura (por razones de espacio), se invita a leerloen la cita bíblica.
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