Tríptico sobre violencia y fracaso escolar

Page 1

SI HACES SIEMPRE LO MISMO, NO ESPERES RESULTADOS DIFERENTES.

Belén G. González Col. T-01654

Psicología Gacetilla mensual de Psicología N22010

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Durante muchos años, la investigación ha soslayado el papel desempeñado por los sentimientos en la vida mental. Hasta ahora se ha tenido una visión estrecha de la inteligencia, siendo aquella la que miden los Test de Coeficiente Intelectual (CI), Sin embargo, la historia está llena de personas con elevado CI que no saben qué hacer, mientras otros con moderado o incluso bajo CI triunfan. La diferencia está en la inteligencia emocional que incluye habilidades como: entusiasmo, autocontrol, perseverancia y capacidad de automotivación. No se trata de mantener una actitud estoica y elevada, sino desarrollar la capacidad de enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto. La problemática no radica en las emociones en sí sino en su conveniencia y en la oportunidad de su expresión. Nuestra inteligencia tiene dos pisos (dúplex), en el piso bajo está la capacidad intelectual y en el piso alto está el uso que hacemos de esa capacidad. Como escribió Shakespeare: “Es hermoso tener la fuerza de un gigante, pero es terrible usarla como un gigante”. La discrepancia entre “ser” inteligente y “comportarse inteligentemente” nos revela que entre ambos niveles hay una grieta, y abre un interesante y urgente campo de trabajo.

Licenciada Univ. de La Laguna. Doctorada Facultad de Medicina. Master Internacional en Psicología Forense. Colaboradora en investigación con la Facultad de Medicina desde 1991-2009. Publicaciones en revistas científicas americanas y participación en congresos internacionales, nacionales y regionales. Desarrollo del Programa PIME para la Consejería de Asuntos Sociales de Canarias (1994-1996). Directora del área de Psicología en Centro Médico Quiquirá (la Orotava) 7 años (1996-2002). Psicóloga en Centro Cefide La Laguna (1996-2007). CoDirectora y Psicóloga en Clínica Sacrum La Laguna (actualmente).

CONSULTA DE PSICOLOGÍA 1. Informes / Valoraciones: educativo, salud, profesionales para orientación laboral o judiciales). 2. Trast. de Ansiedad - Fobias 3. Trast. psicológicos por enfermedad 4. Trast. del estado de ánimo 5. Trast. por somatización 6. Trast. del sueño 7. Trast. adaptativos 8. Trast. de personalidad 9. Trast. de Habil. sociales 10.Trast. infantiles

Contacto: CITA PREVIA C/ El Vallado,31 LaLaguna 922-260588 666-580741 belenggonzalez@gmail.com LA REALIDAD SIEMPRE DEPENDE DE QUIEN LA MIRA.

MONOGRÁFICO:

VIOLENCIA Y FRACASO ESCOLAR

La violencia en los centros educativos, por desgracia, es un tema de actualidad. Al parecer, el problema preocupa más a los docentes que a los padres, detectando un aumento de la agresividad, degradación de la convivencia y deterioro de la disciplina. Por su parte los padres se quejan insistentemente de que los hijos no les hacen caso, de que vuelven a casa ya de día o beben demasiado. Arremeten contra el sistema educativo mientras que los docentes arremeten contra la claudicación formativa de las familias. Y, unos por otros, la casa puede quedarse sin barrer. En toda nuestra área cultural hay un sentimiento de fracaso educativo.


Lo primero que hay que tener en cuenta es que los fenómenos sociales tienen causas múltiples y circulares. De la violencia se acusa a los medios de comunicación, pero los medios de comunicación proporcionan lo que el público quiere, pero a su vez el público está siendo influido por los medios de comunicación. Se acusa a los padres, que en muchas ocasiones se sienten víctimas de sus hijos, que a su vez están siendo influidos por sus hijos. Se acusa al sistema educativo, que se queja de que los padres no colaboran en la educación, quienes se quejan de que no saben cómo educar. Abrumados por estos círculos viciosos, nadie cree poder hacer nada, cuando sería mejor que todos pensáramos qué podríamos hacer entre todos, a pensar sistemáticamente siendo la convivencia un sistema denso de interacciones. Siempre influimos con lo que hacemos y con lo que dejamos de hacer. Por ejemplo, los padres quieren que sus hijos sean felices y no estén estresados, los profesores rebajan su nivel de exigencia, por inseguridad, miedo o pereza, y la Administración favorece que se maquillen los resultados para que no haya demasiados suspensos. Así, la calidad de la educación empeora inevitablemente. Estamos fabricando una cultura de la reclamación y la queja, y no de la participación y la responsabilidad. Los padres consideran que sus hijos tienen derecho a conseguir un título.¡Que disparate! Lo que tiene es derecho de poder estudiar y ser tratados justamente. En esta sociedad los adultos somos muy torpes resolviendo conflictos, y esta torpeza es una de las causas de la violencia escolar, y de todas las demás violencias. Hay una insufrible monotonía en los choques, que conduce implacablemente al modo más natural, grosero y peligroso de arreglarlos: la fuerza, existiendo muy poca capacidad para resolver los problemas interpersonales, y por tanto de transmitirlos a los hijos. Resulta trágico, pero ilustrativo, que esta habilidad no tenga correlación con la inteligencia que miden los

test de inteligencia (un superdotado científico puede ser necio en la convivencia). Resolver los problemas de álgebra es mejor demostración de inteligencia que resolver problemas familiares, afectivos, políticos o éticos. Los conflictos son inevitables, pero el progreso moral de la sociedad ha consistido, precisamente, en dominar la violencia, inventando modos eficaces y no destructivos para salir de las dificultades. Conviene precisar que una cosa es terminar un conflicto y otra cosa es solucionarlo. Necesitamos aprender a resolverlos con el mismo tesón con que aprendemos a resolver problemas de física, aritmética o mecánica. Necesitamos incluir en las escuelas y en la sociedad en general, la educación para el conflicto. El famoso y creciente fenómeno “Bullying escolar” o “Mobbing laboral” no son sino algunos de los resultados de la torpeza social y la muestra de una inteligencia social fracasada, donde ambos bandos (intimidadores y víctimas) presentan problemas emocionales con una variada sintomatología, representando una población de alto riesgo de desórdenes emocionales. La solución debe ser multisistémica (familiar, escolar, social y política), no olvidando, que siempre influimos con lo que hacemos y con lo que dejamos de hacer.

Bullying No hay un perfil del acosador ni de la víctima. El acosador sería el abusón de toda la vida pero con una crueldad más exacerbada. Un chico con la autoestima baja, que tiene carencias afectivas. El "bull" es un niño que quiere destacar, y, a veces no tiene grandes habilidades, así que lo que intenta es destacar dominando a la gente. El "bull" controla a los demás de una forma menos visible, ridiculizándoles. Busca al más débil, al que menos apoyos tiene. Hay que estar atento e investigar a nuestros hijos ¿Qué le ha pasado? Tenemos

que saber con quién se relaciona, quién le cae bien... Los padres debemos informarnos al máximo de las, relaciones que tienen nuestros hijos. y observar un posible cambio de actitud. Los síntomas son aislamiento, a veces un problema de anorexia detrás de un acoso, "síndrome del domingo por la tarde" (a partir de las 19h del domingo aparece tristeza, irritación, incluso vómitos y angustia de volver a clase. En estos casos lo más importante es darle al hijo la seguridad de que no haremos nada que no esté pactado ("chivato"), que no piense que si le está pasando eso es porque habrá hecho algo mal ("soy débil, tengo un problema") o bien que los adultos vamos a pasar de ellos. No haremos nada que él no quiera, incluso si nos dice que prefiere que no nos metamos. Explicarle que él no es el que tiene un problema, que si se meten con él es porque el otro necesita sentirse superior ("¡y fíjate lo mal que está el pobrecito que necesita hundir a otro para sentirse alguien!). Hay que hablar con los profesores y tomar medidas: aislar al acosador del acosado, vigilarles de una forma sutil para que no se den esos encuentros. Hay que hablar con los padres del acosador, explicarles el problema e intentar arreglarlo entre todos. El acosador sabe muy bien dónde puede actuar y donde no, busca los llamados "PUNTOS CALIENTES": el patio a la hora del recreo (cuando un profesor vigila a 200 chicos), los vestuarios (donde se cambian antes de la clase de gimnasia... ¡pero el profesor ahí no entra), en la cola del comedor... Los acosadores saben donde actuar para que no les regañen. El "bull" va trazando sobre el acosado toda una tela de araña, hecha de pequeños gestos todos los días. Los profesores debemos prestar atención a los alumnos alborotadores y a los muy callados, pues detrás puede haber unos problemas que hay que solucionar. Lo ideal sería tener personal que vigilaran las colas, los patios, un equipo de psicólogos, medidas disciplinarias... Ahora el alumno está muy protegido y ante cualquier altercado los profesores sólo pueden rellenar papeles o llevarlo al jefe de estudios...En la actualidad lo que harían falta son normas, pero llevadas a rajatabla. Que los alumnos asimilen que si se pasan y han creado un problema, vean las consecuencias: castigos sobrecorrectores... pero para eso hace falta personal formado y con autoridad, y por supuesto más dinero.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.