Publicacion n 1 - Noviembre 2020
Club de Bordado Argentina
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indice Club de Bordado Argentina
Publicación N 1 Noviembre - 2020
DIRECCIÓN DISEÑO PRENSA Cris Benavides Florencia Russi Paula Gomez Gabi Goitía Mariana Guagliano
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Entrevista
Laura Ameba La misión del Club
HERRAMIENTA FAVORITA Reseña Histórica
el bordado en la edad media Patrón
pasión tropical Reseña de Libro
THE EMBROIDERED ART OF CHLOE GIORDANO Reseña de materiales
HILO MOULINÉ Paso a paso
la tapa Recurso
collage
nosotras GABI GOITĂ?A @tejiendo_raices tejiendoraiceslp@gmail.com
CRIS BENAVIDES @b.o.r.d.a.r info.bordaramano@gmail.com
PAULA GOMEZ @cocohandmade__ hola.cocohandmade@gmail.com
FLORENCIA RUSSI @borderbordar
borderbordar@gmail.com
MARIANA GUAGLIANO @marianaguagliano guaglianomariana@gmail.com
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ENTREVISTA
LAURA AMEBA Laura Ameba es sinónimo de Aguja mágica. Acaba de cumplir 10 años de este maravilloso tour donde llevó la aguja y a sus bordados color pastel con una impronta muy personal por Europa, Asia y Sudamérica. Nos cuenta sobre la experiencia de este tour, dónde se inicia esta técnica, cuál es su proceso creativo, qué otras técnicas de bordado le gustan y mucho más! Cris Benavides ¿Cómo fue la experiencia de estos 10 años de tour de la aguja mágica? Una montaña rusa de emociones. Pasando desde la extrema felicidad de sentir que puedes materializar cosas simplemente siendo tú y hacer lo que a ti te gusta hasta tocar ese fondo en el que no aguantas más y te quieres bajar por todas estas cosas negativas que rondan en la sociedad, como las copias y las amenazas. Ha sido un 70/30: 70% de buenas emociones y buenos resultados y un 30% de cosas negativas. Pero el 70 siempre viene apoyando y sacando adelante la emoción. Pero jamás esperé llevar 10 años haciendo lo mismo ni mucho menos viajar por el mundo haciendo eso que es tan específico. Y por otro lado aprovechar el “boom”, porque en el 2012 fue un boom, en el 2015 también. Por eso digo que fue y es una montaña rusa, que tiene picos y los aprovechas pero también hay momentos que se va para abajo. Hubo muchos ciclos y momentos donde no quería más y estaba agotadísima, sobre todo en las crisis económicas
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donde la gente se quiere renovar pero en vez de hacerlo coge algo que ya está hecho y funciona y se sobresaturan las cosas y esa saturación de los productos y las ideas hace que la gente se agote y no quiera más. Es como los cupcakes: hubo una temporada que todo el mundo quería comer cupcakes y después veías uno y lo querías vomitar jeje. Y con la aguja mágica pasó lo mismo, depende de qué vertiente lo toma y cómo la gente lo ha transformado, depende de cómo lo mires es algo hasta vomitivo. Pero a pesar de eso en un momento se vuelve a renovar el ciclo, entra gente nueva y generalmente yo siempre estoy dándole la vuelta al ciclo: comienzo haciendo algo muy personal, después se vuelve algo colectivo, después se transforma al mundo de la moda, y luego al mundo de la ilustración, después al marketing, pero después se va al mundo ventas donde nacen productos nuevos, hasta DMC que ha sacado una aguja mágica. Y así generas un producto nuevo y se crea una tendencia hasta que se convierte en un negocio y se explota a más no poder un producto,
desaparece y después vuelve de nuevo. La aguja mágica tuvo un boom en los años 70, y desde ahí recién en el 2010 volvió. Evidentemente hubo un ciclo que lo encuentro bonito. No depende de mi al 100%, depende mucho de la recepción de las personas y creo que eso ha sido lo que ha funcionado. Mi enfoque siempre ha sido “aprende, compréndelo, da lo mejor de tí”, “yo pude, tú también puedes”, “encuentra lo mejor de ti, encuentra tu camino, tu lenguaje” y han sido miles de alumnos los que han pasado y estoy muy agradecida. Para mí ha sido un trabajo en conjunto: si tu no vas no hay una retroalimentación, son los alumnos, es la profe, es lo que se comparte en los grupos, son las tiendas que te apoyan y se genera una red y un trabajo en conjunto entre todos y eso me ha gustado. Aguja mágica, punch needle, bordado ruso… ¿cuál es el término correcto? Si remontamos en términos históricos, tenemos que pensar de dónde nace; empieza en egipto, hay agujas antiquísimas. Quizás hasta los mismos rusos la copiaron de otra cosa más antigua y no hay una información. Pero lo “legal” sería llamarle Bordado Ruso por los “All believers”o “Antiguos Creyentes”(*) que crean estas agujas y esa es la historia más popular que conocemos.
Pero depende de qué lugar de la sociedad estés, la técnica va a tener un nombre completamente distinto entonces es muy difícil datarla con algo muy concreto. Mucha gente te conoce por tus bordados con la aguja mágica, pero trabajas muchas otras técnicas. ¿Nos contás cuáles son? Sí, muchas! Ahora mismo estoy pintando, estoy aburrida de bordar y quiero hacer otras cosas. Pero estudié bordado de alta costura, estudié bordado, me fascina el bordado en tul pero el tradicional; me encanta el bordado Richelieu, soy fanática, es mi técnica favorita. Nunca subo nada porque siento que me van a copiar y lo van a hacer todos jajaja, asi que soy como bien celosa. Pero mi pasión secreta es el bordado en tul, hay unos puntos hermosos. Aunque realmente te dejas los ojos, es difícil encontrar los materiales, la aguja es rara… Creo que tengo fascinación con las agujas extrañas, toda aguja rara que haya me encanta. Me encantan esas cosas que se olvidan, esas técnicas que nadie quiere hacer. Nadie quiere bordar Richelieu porque es blanco sobre blanco y no es popular, es bastante aburrido, repetitivo. Pero a mi me gustan las técnicas repetitivas, que tienes que demostrar destreza, como a lo antiguo y que el punto tiene que quedar perfecto. Por eso no enseño bordado, porque pienso “haz 20000 cadenetas hasta que
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quede perfecto”. Pero no tengo paciencia para que la gente entienda el proceso lento de las cosas. También me fascina el bordado japonés, el bordado en oro. Me gusta mucho bordar, pero no me gusta compartir todo lo que hago, lo guardo para mi porque también es mi refugio. La aguja mágica era mi refugio y convertirlo en mi trabajo fue quedarme sin mi refugio y fue duro. Por eso necesito guardarme técnicas para disfrutarlas. ¿Cómo es tu proceso de trabajo y qué es lo que más disfrutás de ese proceso? Mi proceso es caótico...no les voy a vender que Laura Ameba es organizada, no jaja. Lo que más me gusta de mi proceso es poner música y ponerme a cantar. Lamentablemente funciono mucho por intuición. Y funcionar de esa manera te hace producir menos, porque es como “hoy tengo el día, hoy no lo tengo” y generalmente nunca tengo el día, siempre estoy sentada en el escritorio ordenando materiales. Me obsesiona ordenar, me ayuda a ordenar la mente. Me gusta mirar los materiales y ordenarlos. Necesito el caos a mi alrededor para poder ordenar, y cuando ordeno los materiales me produce una intuición de pensar “quiero hacer algo con esto” y ahí se hace de noche y se acaba jajaja. Y empieza el otro día y tenía una idea muy bonita y que era maravillosa y al día siguiente ya me da pereza porque no tengo el día y se acabo jaja. Pero necesito el estímulo de ver materiales, no puedo crear si no tengo el material encima. ¿Hay alguna técnica de bordado que te gustaría aprender o profundizar? Me gustaría tener vida para hacer muestrarios, sólo eso. Me encantan los muestrarios de puntos. Como más que una técnica, poder dedicarle el tiempo a hacer muestrarios. Por ejemplo, llevo 10 años con la aguja mágica, pero todavía da 10 años más de sí. Sólo profundizando el terciopelo y profundizar la técnica sólo con ese punto. Pero es carísimo porque necesitas gastar mucho dinero. Entonces en el fondo lo que quiero es dinero que compre los materiales y el tiempo para simplemente dedicarle a la investigación. Pero así como técnicas específicas, me gustaría dedicarle más tiempo al bordado japonés. Dedicarle más horas, tener más materiales y
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poder bordar mucho más en esa técnica. Porque en el fondo dar clases o enfocarte en una sola técnica te resta todo lo demás. Quizás si fuera una persona organizada y diría “los lunes hago Goldwork, los martes luneville…” sería mucho más genial pero me es muy difícil armar rutinas, me cuesta. De hecho estoy trabajando en un proyecto con una socia relacionado al bordado y ella tiene un cuaderno súper completo con lo que hemos hablado y lo que tenemos que hacer y mi libreta está casi vacía jajaja. Pero gracias a ella estoy aprendiendo una frase que me gusta mucho que dice “Navegar a velocidad crucero”, que me enseñó Carolina Gana de Taller Bordado Rococó. Es mi nueva maestra y me está ayudando a organizarme. Así que más que aprender una técnica en sí, estoy aprendiendo a organizar el tiempo, sobre todo para dedicarle más tiempo a las técnicas. Y tener tiempo para hacer muestrarios. Yo veo fantástico estar un año bordando cadenetas, es la mejor forma de pulir la técnica. Bordar con un mismo punto líneas, curvas, rellenos, un patrón… Para mi, como se está viendo el bordado hoy en día, deberíamos volver atrás, porque estamos muy ansiosos con una técnica que requiere demasiado tiempo e investigación. ¿Encontras alguna diferencia viviendo en Europa en cuanto al trabajo, los talleres, o la
forma de aprender? Latinoamérica lo quiere todo rápido, quiere un resultado inmediato. Por eso la aguja mágica funcionó tan bien, y a partir de eso la gente dijo “bueno, entonces yo también voy a dar talleres de bordado”, en vez de enfocarse en talleres de bordado en términos de años, se enfocaron en términos de 3 horas. También, como latinos, nos cuesta mucho el rigor. Por ejemplo, yo en Japón con 3 clases de bordado, aprendí lo básico. Y lo básico no es bordar, es conocer el material, saber cómo se trabaja ese material, entender por qué esa tela y no otra y trabajar una flor pequeñita y dedicarle el tiempo sólo a eso para entender cómo es pinchar la tela. Y ahí te das cuenta que no tenemos ese rigor, como tienen los japoneses, de dedicarle el tiempo a una técnica. Queremos abordarlas todas, queremos saber todo y lo queremos ya, lo queremos sin esfuerzo, sin rigor y además queremos que eso nos dé dinero. Queremos hacer un negocio de algo que lleva muchos años. Por eso me molestan las personas como “moda” que dicen hoy doy clases de bordado y mañana de cerámica, y mañana de collage, de lo que sea. Porque en el fondo hacen que las personas acaben decepcionadas. Por ejemplo en Chile hubo un boom con el bordado y de repente como que desapareció. y si
tú le dices a una persona que para ser realmente buena y aprender tiene que pasar 4 ó 5 meses aprendiendo bien la técnica, ya no le interesa. Porque lo puede aprender en un día y listo. En Europa nunca tuve tantas copias como Sudamérica, entonces también hay un tema con la identidad muy potente. Europa tiene una identidad muy precisa y eso se ve en los bordados de cada país. Si bien Europa moldeó nuestras mentes, también queremos ser Europa y tenemos nuestra identidad pero es como que la ocultamos. Estamos mirando a Europa pero no nos estamos mirando a nosotros mismos. Argentina es explosión de creatividad, de negocios de pequeños emprendimientos con muchísimo talento y saben darle la vuelta. En Chile es consumo, quiero, quiero, dinero, dinero. Si tienes un discurso a la gente no le interesa, sólo quiere comprarlo. Veo a las chicas de Costa Rica y Colombia y veo una identidad, en las telas, los diseños, los colores. Pero siento que nos falta como latinoamericanos reconocer nuestras raíces y dejar de mirar a Europa, porque ellos sí tienen una identidad que no es la nuestra. Pienso que si los talleres de la aguja mágica hubieran nacido en Chile, no habrían tenido tanto éxito. Porque de nuevo, miramos a Europa y queremos lo que está pasando allá. Entonces creo que hay que empezar a desmitificar que Europa es algo genial, para mi sudamerica es genial, con una identidad propia y muy marcada en cada país pero que la gente no quiere mirar. Y por eso nace la copia, porque no quiero confiar en mí entonces prefiero lo que a la otra persona ya le funciona. Y en el fondo nos auto castigamos, porque con eso estamos diciendo que no tenemos nada que ofrecer y no es así. En el fondo siento que seguimos siendo esa colonia que mira a europa como algo genial. Si ponemos el mapa real del planeta tierra, Europa es pequeña y América es enorme. En la escala “del mundo” Europa es gigante y América pequeña, pero eso tiene una razón mística porque se dice que Europa representa el corazón de la madre tierra. Y es por eso que ahí nace el arte, la belleza, los estilos arquitectónicos. Pero no nacen en Europa, es simplemente la visualización de lo de afuera visto desde el corazón. En el fondo el descubrimiento de América lleva el algodón a Europa y no podría existir la moda sin el algodón, y el algodón es
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nuestro. Pero eso es lo que a mí me fascina, yo veo al bordado desde la antropología. Se puede buscar el nacimiento de los seres humanos, el bordado es un símbolo de expresión. Y no veo en Europa este todo, de hecho allí veo mucha más pobreza, menos creatividad, la gente no se comunica, no hay calidad, generación de diálogo, procesos creativos con mensajes. En Europa el bordado se usaba y se usa para “embellecer” pero en América, por ejemplo, los bordados parracas se usaban para bordar la muerte; los mapuches usaban sus tejidos como protección. Y eso me parece hermoso. Es muy positivo entender que fuimos algo y que había una civilización antigua que fue olvidada. ¿Sentís que la pandemia modificó tu trabajo, encontras algo positivo de toda esta situación? Para mi fue transformar todo lo físico y llevarlo a Patreon. Dejé de subir contenido a Ig porque no estoy dando clases y tengo que sobrevivir de alguna forma. Y Patreon ha sido un ingreso que, si bien es muy poquito al día de hoy, puede convertirse en un sueldo para pagar gastos. A mi las clases por zoom me complicaron muchísimo, me complicó lo no presencial, compartir, esa energía que es muy grata. Pero no lo echo de menos, porque me ha servido para dedicarme a mi proyecto personal. Y cambió como usaba el tiempo desmesurado en producir para la clase y preparar los materiales que lleva muchísimo tiempo. Y traspasar todo eso a Patreon me ha servido y que la gente pueda entrar y ver los videos, leer los post y pueda seguir las clases a su ritmo. Digitalizar todo me ha servido para compartir, y en una plataforma que no sea Instagram porque ahí se comparte todo gratuito y se producen las copias y todo gratis. Para mi Ig y Pinterest hicieron que la gente se olvidara de la ética, porque si está en estas plataformas o en Internet es gratis y lo puedo usar sin que nadie me diga nada y se puede usar y no es así. Es curioso cómo se perdió el respeto al ser humano, como si la que hiciera un porta bastidor por ejemplo fuera una cuenta de instagram, como si no hubiera una persona detrás. O los comentarios de “¿cuánto vale?”, “precio”. Se perdieron los modales, decir “Hola, buenas tardes”, se perdió la ética, la valoración del tiempo de la otra persona, entender que tienes
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una vida, una familia, que no puedes estar 24/7, que no eres un computador con respuestas para todo y que vives de eso que es tu trabajo. ¿Nos podes contar, cuáles son tus próximos proyectos Mi próximo proyecto es Japón 2021. Japón siempre jaja. No pienso en otra cosa que no sea Japón, me cuesta muchísimo visualizar otra cosa que no sea allá. Que se acabe la pandemia para poder ir jajaja. Me desconecté mucho del bordado y estoy en proyectos personales de terapia, como más de entender todo lo que está pasando y cosas espirituales, las plantas, hierbas. Igual creo que sí seguiré con Laura Ameba, pero no sé cómo. Rompí toda la estructura que había armado y estoy muy tranquila y confiada. Por eso quiero que más gente se sume a Patreon porque también nos ayudamos entre todos y generamos cosas nuevas. Hay que empezar a mirar formas nuevas de financiación ciudadana, más allá de grandes corporaciones.
Fotos: Laura Ameba
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misión
la misión del club #1 La misión del club es una consigna que proponemos mensualmente y que actuará como disparador para bordar. Es abierta a toda la comunidad y no hay ningún tipo de restricción, excepto que está prohibido utilizar trabajos de otrxs artistas. Durante el mes de Octubre desde el club invitamos a bordar la herramienta de bordado favorita y estos son los bordados que recibimos. La propuesta para el mes de Noviembre propone intervenir una prenda y podran ver los resultados en la próxima publicación.
@soyuniversodani
@flor.fer_
@organadeco
@porcarobello
@slowcrafting
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@artesanna
@nietadelmonte
@maruchancomolasopa
@aroha_bordados
@deborahvela_
@valeriabag00
@mandioca_collage
@arlesartstudio
@mixdepuntadas
@mixdepuntadas
@canolidianoemi
@bora_bordados
@tilana1607
@julianfalcong
@arco.estudio
@v_rainbow_bordados
@la_casa_de_frida
@luciavalvasori
@che.carlota
@kunaibordados
@fabiola.isabeel
@mitienda.nina
@arteac_fox
@cinandtheholograms
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reseña histórica
el bordado en la edad media “El bordado es el arte de añadir a la superficie de una tela ya fabricada y acabada, la representación de un objeto tal que se desee, plano o en relieve, en oro, plata o matices”. Charles- Germain de Saint-Aubin, “El arte del bordador”, 1770. Hablar de la historia del bordado es bucear en las maneras y formas de expresión en la génesis de la Humanidad. Bordar es adornar, es expresar, es comunicar. Es utilizar la aguja como medio en el textil (soporte por excelencia) donde vamos a ver, mediante símbolos, la historia de la humanidad trascender y desnudar un sinfín de mensajes envueltos en misterios y códigos que nos hacen querer descubrir sus significados. ¿Qué es bordar? Al parecer, desde hace tiempo venimos preguntándonos sobre esta técnica que atrapó antaño a la sociedad del pasado, y que hoy nos vuelve a interpelar. Charles-Germain de Saint-Aubin, bordador por excelencia del rey Luis XV, cuyo prestigio encontraba fundamento en ser “el bordador del rey”, también cuestionó la práctica misma. Pero hoy realizaremos un viaje que nos va a llevar incluso antes del barroco y su explosión de bordados bucólicos. Nos vamos a adentrar en un momento histórico, donde la creación de adornos tales como las obras de orfebrería, piedras preciosas, telas ricas y por supuesto, el bordado, tenían un lugar de privilegio: la edad media. Todavía recuerdo cuando al estudiar esta época en el colegio o en la facultad, se daba por sentado que había sido un momento de un oscurantismo tal, que no había permitido al hombre desarrollar ciertas habilidades o pensamientos. Pero claro, aquella historia relatada por algunos pocos, jamás abordaba la temática de los oficios, o de algunas artes que siglos más tarde serían consideradas “menores”, y así su trayecto en la historia quedaría invisibilizado. Es el caso de la práctica del bordado. En la Edad Media, el bordado fue una prerrogativa de las clases dominantes: la
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aristocracia y la Iglesia. Esto hizo que fuera considerado una actividad noble, y por tanto sea vista como un “arte mayor”. Cabe aclarar que en aquel momento todavía no existían las diferencias entre “arte mayor” o “arte menor” o artesanía, así que en cualquier registro del bordado que se encuentre en la Edad Media, se va a hablar del “arte del bordado”. Contando con gran prestigio, por ser el medio de expresión de tales poderes, se destinaron para su creación, espacios amplios y cómodos, donde la técnica se pudo ejecutar con total predisposición: así nacieron los grandes talleres de bordado, dirigidos por damas de “alto rango”, es decir, de clases privilegiadas. En estos talleres -algunos instalados en las mismas casas de los reyes, de nobles, o incluso en conventos o casas de religiosas- se ejecutaban de manera exquisita los bordados destinados a la Iglesia y el Estado. La tecnología con la que estaban equipados estos talleres daba cuenta de la importancia que se le daba a esta práctica: grandes bastidores rectangulares, llamados “telar de bordados”, que precisaban de mesas que acompañaban el tamaño de los bastidores, donde se acomodaban las preciosas telas en las que se desarrollaban los bordados: sedas, terciopelos o brocatos. La utilización de técnicas sofisticadas, que con el tiempo adquirieron cada vez más precisión y desarrollo -como la técnica del crochet de luneville o el opus anglicanum o broderie d’or-, volcadas a un imaginario pedagógico religioso y bíblico, o en las suntuosas prendas de nobles o sacerdotes, configuraron el rico universo del bordado medieval. El dibujo reproducido en la tela requirió todas las herramientas del bordado: listones huecos de mortaja, agujas, hilos y suministros (purpurina, perlas, dijes de oro). En talleres familiares, ciertamente pequeños pero ya profesionales, todo llevó a creer que los bordadores creaban sus propios dibujos. Al frente de las unidades de producción más grandes, las jefas del taller llamaban a los diseñadores para el diseño del modelo. También sucedía que ciertos patrocinadores imponían a sus propios artistas, que ya habían pintado frescos o pinturas en madera para ellos realizar el diseño del bordado que deseaban. En los talleres civiles bajo protección real, el ritmo de producción se aceleraba: era necesario encontrar modelos efectivos, y fabricar en períodos más breves, por lo que se recurrió a un gran número de trabajadores. El artista asumió entonces el rol de coordinador, supervisando la programación de tareas. Estos bordados, también actuaron como regalos diplomáticos ofrecidos a los reyes, papas, prelados, a la curia o a sus emisarios.
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En el bordado medieval occidental, la herencia de la tradición bizantina, trató esencialmente de lo divino. Los medios preferidos fueron encuadernaciones, casullas o dalmáticas. Los grandes monasterios, como el de Saint Blaise en la Selva Negra, una región conocida por los bordados en la encrucijada del siglo XII, se convirtieron en verdaderos talleres, y los bordadores desplegaron su arte en el campo de la “coronación”, compartiendo el mismo directorio iconográfico. También se organizaron talleres en los conventos, siempre que las horas dedicadas al comercio no invadieran el tiempo de oración: “parece que en el siglo VII, Eustadiola, abadesa de Bourges, ha encontrado un compromiso porque, convencida de que la ociosidad es la madre de todos los vicios, ocupó su tiempo y el de sus monjas en crear espléndidas vestiduras sacerdotales y colgaduras para su iglesia; ella esperaba alejarse del mal”. Pero en la Edad Media se comenzó a ver paulatinamente el desplazamiento de este tipo de bordados, hasta ahora reservado a la élite religiosa y noble, a objetos de la vida cotidiana. Una versión menos artística y más doméstica de este arte, que si bien no fue protagonista de la época, sí emergió y fue ganando terreno a medida que llegaba la Edad Moderna. Aparecieron bordados de técnicas más simples, que no requirieron una habilidad particular, sino que acompañaban las horas en los hogares de algunas mujeres, y que daban cuenta del ocio de las clases privilegiadas de la época. Sin embargo, con el correr del tiempo la práctica profesional fue ocupada exclusivamente por hombres, quedando el rol de la mujer en el bordado relegado al espacio doméstico.
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Cuando en la década de 1970, la segunda ola feminista anglosajona comenzó a echar luz sobre las prácticas artesanales medievales como un espacio de empoderamiento de la mujer, éstas tomaron un nuevo impulso, resignificándose como un espacio de profesionalización de la mujer en el campo. Si bien nuestro oficio fue considerado en el pasado como un “arte mayor”, hemos visto cómo luego los estándares patriarcales lo consideraron un “arte menor”. Gracias al vigor del feminismo, las jerarquías (artesanía, arte mayor, arte menor) se equilibraron y hoy vemos al bordado con una perspectiva renovada, recuperando el valor de siglos atrás. Mariana Guagliano
*L`atelier du brodeur, dans les ateliers du luxe. Editorial: EYROLLES
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patrรณn patrรณn
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pasión tropical B C
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DMC
Punto
Hilo
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A
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Realce
Mouliné
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B
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Cordón
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Cadena
Mouliné
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SUGERENCIAS
Florencia Russi
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reseĂąa de libro
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the embroidered art of
chloe giordano
En esta reseña analizaremos el primer libro de la bordadora inglesa, a través del cual podremos conocer en profundidad su obra y metodología. Chloe Giordano es una artista originaria de Buckinghamshire, Inglaterra que actualmente reside en la ciudad de York. Estudió la carrera de Ilustración en University of the West of London de la cual se graduó en el año 2011. Durante el último año de su carrera universitaria
comenzó a experimentar con la costura lo cual la llevó a conocer y practicar el bordado a mano. Desde sus inicios como bordadora hasta la actualidad sus sellos característicos son el uso de hilos de coser y telas teñidas a mano para confeccionar sus obras. Ha trabajado con clientes de la talla de Penguin y Vintage Books realizando bordados para ilustrar algunas de sus publicaciones. En el año 2019, a través de la editorial Search
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The Embroidered Art of Chloe Giordano es un recorrido a través de la obra y los procesos creativos de la artista. Al igual que en la mayoría de este tipo de publicaciones, la primera parte está dedicada a mostrar sus herramientas y materiales predilectos. En este caso, su formación como ilustradora desempeña un papel preponderante ya que la lista no solo incluye los típicos materiales para bordar como tela, hilos y agujas sino también una vasta selección de pinturas, pinceles, cuadernos para bocetar y lápices.
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Su inspiración proviene de la fascinación por los animales y los elementos presentes en la naturaleza que alimenta a través de la observación, el dibujo y libros de historia natural. Quizás lo más valioso del libro es el registro
minucioso de la creación de sus piezas, es realmente muy enriquecedor ver cómo una tímida silueta en lápiz se transforma en un dibujo hiperrealista que cobrará vida a través de hilos.
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Cada uno de sus bordados requiere aproximadamente 40 horas de trabajo que podemos ver documentadas en una serie de fotografías. Esto nos da la posibilidad de ser espectadorxs de lujo, ya que podemos analizar paso a paso la creación de una pieza completamente desde cero. En esta instancia ya no quedan dudas de que estamos frente a una bordadora que realizó un exhaustivo trabajo de investigación y que practicó lo suficiente no solo para dominar la técnica sino también para hacerla propia.
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El libro continúa con una amplia selección de sus trabajos más significativos, una galería invaluable donde podremos no solo observar sino también leer en detalle qué la inspiró a crear cada obra, que materiales utilizó e incluso cuáles fueron las dificultades que encontró en su camino. Desde el comienzo queda claro que Chloe es una artista con identidad propia, y eso se afianza a medida que vamos pasando las páginas. Elegí este libro para mi primera reseña porque creo que tiene un gran valor no solo para lxs amantes del bordado sino también para todas aquellas personas que disfrutan de observar los procesos creativos. Además es un gran material de estudio para quienes quieran iniciarse o perfeccionarse en la técnica de needle painting. Al leerlo siento mucha gratitud hacia la autora ya que me da la sensación de que nos está otorgando todos sus secretos, y a mi parecer la generosidad es una de las cualidades más valiosas que un artista puede tener. Está editado únicamente en inglés y se consigue a través de Amazon y Bookdepository. Paula Gomez
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reseña de materiales
hilo mouliné Técnicamente es un hilo fabricado en algodón (100%) compuesto por seis hebras ligeramente retorcidas que se pueden separar con facilidad. Vienen en una presentación de madejas de 8 m de largo.
también, al atravesar la tela, produce un desgaste natural en el hilo y se puede romper con facilidad e incluso perder brillo. De todas formas, algunas técnicas e incluso algunos puntos requieren que el largo sea mayor.
Es uno de los hilos (para mi) esenciales para bordar y de los más populares. Podemos separar las hebras y trabajar distintos grosores y así obtener diferentes texturas y resultados.
Para separar las hebras me gusta primero cortar las 6 hebras juntas y luego separar una a una cada hebra. Es la forma que mejor me funciona para que al separarlas no se enreden y pierda la paciencia antes de empezar…
Existen muchísimos (sí, muchísimos) colores y también los encontramos matizados, de seda, rayón, metalizados y otros que brillan en la oscuridad. Es súper importante guardar el código de color cuando los compramos. Cada marca posee un código diferente y de esta manera nos aseguramos que al reponerlo estemos comprando el mismo color. Hablando específicamente de los de algodón, para comenzar a usarlo siempre recomiendo cortar el largo del brazo: midiendo desde la punta de los dedos hasta el codo. De esta manera nos aseguramos que sea lo suficientemente largo para poder trabajar sin que se hagan nuditos (aunque a veces suele pasar). Si el hilo es muy largo no sólo tiende a enredarse más sino que
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Creo que lo más importante que tenemos que tener en cuenta con los hilos mouliné es que producen algún tipo de adicción muy difícil de controlar!. Comenzamos comprando algunos colores para probar y empezar a bordar, luego nos damos cuenta que compramos pocos y necesitamos más colores. Llegamos a la mercería/ tienda buscando 5 colorcitos y nos vamos con 50, por las dudas! Así que cuidado, si estás comenzando a bordar tenelo en cuenta y hace lugar en tu casa… y si ya bordas, vas a entender que los hilos mouliné (bueno está bien, cualquier hilo!) NUNCA SON SUFICIENTES!. Cris Benavides
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paso a paso - la tapa -
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Gabi Goitía
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recurso
collage Alguna vez sentiste que tenías muchas ganas de crear, que tu cabeza se explotaba de ideas, pero que no sabías como bajarlas a la realidad? o no sabÍas cómo empezar? o quizá estás pasando por un momento donde no tenes ideas? el famoso “bloqueo creativo?” Bueno, te tengo una muy buena noticia: NOS SUELE PASAR!! Es normal que a veces las ideas den vueltas y que parezca que no las podemos agarrar… o que a veces nos pase que sentimos que no podemos avanzar. Por eso existen algunas actividades o recursos
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que nos ayudan a activar esas ideas, o a ordenarlas y poder bajarlas a la práctica. En esta ocasión, vamos a trabajar con el amado y famoso COLLAGE!! Si, esta técnica que ayuda a destrabar, y que, al ser tan lúdica, nos hace comenzar a desconectar con aquello que no nos deja crear, y nos sumerge de a poco, en pensamientos creativos, que de a poco nos van a destrabar.
materiales › Revistas › Papeles › Textos › Telas › tijera › Pegamento › Papel de calcar › Lápiz negro › Paño de tela › carbonico para tela
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Vamos a preparar un espacio de trabajo, donde pueda trabajar con todos los elementos para crear el collage en simultáneo. Voy a generar una imagen a partir de recortes de revistas, e incorporando también los textiles. Una imagen que me guste, con la que resuene. Siempre recomiendo que las primeras imágenes sean un tamaño medio, ni tan grandes ni tan pequeñas, un tamaño puede ser de 20x20cm. Esta imagen la voy a ir componiendo sobre uno de los papeles lisos, y voy a ir pegando cada elemento.
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Una vez que considero que la imagen esta lista, voy a tomar el papel de calcar y voy a ir copiando con el lápiz, toda la composición. Vayan eligiendo también qué elemento de todos los que eligieron, quieren que este. Por ejemplo, en mi collage pegué una parte de una pollera, donde se le ven los pliegues, quizá no quiero copiar tal cual el pliegue con las luces y sombras, pero si me interesa la estampa de la pollera: ósea, editen, elijan cada elemento porque les gusta, porque les genera una sensación, y no porque está ahí. Que sea una decisión.
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Una vez que tienen el dibujo en el papel de calcar, lo van a pasar con el carbónico a la tela.
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Una vez que está en la tela, vamos a bordar: la idea es que vayan bordando con sus puntos favoritos, teniendo como referencia el collage:
Muchas veces a partir del collage surgen nuevas imágenes para configurar nuestro imaginario y destrabar la creatividad. Lo pueden hacer cuantas veces quieran. A veces no hace falta bordarlo, puede quedar como una imagen plástica que pueden retomar en algún otro momento. Yo suelo utilizar esta técnica cuando mi creatividad esta trabada, y me ayuda!! ESPERO QUE LES GUSTE Y MANOS A LA OBRA!
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odadroB ed bulC
anitnegrA
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