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EL VINO SE VISTE CON ARTE

 A la derecha, empanadillas de atún con frutos secos y aceitunas.

€ Abajo, barra de Espacio

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Eslava. ESPACIO ESLAVA

El año 2020 marcó un importante punto de inflexión para un restaurante que lleva más de 30 años combinando tradición e innovación en el Barrio de San Lorenzo. Lejos de dejarse vencer por las circunstancias, repensó su oferta y creó el concepto de La Cocina de Eslava, un take away que triunfó en los meses más duros de la pandemia. Imprescindible su tapa de huevo con bizcocho de boletus o su puro de Bécquer. Espacio Eslava también cuenta con apartamentos con vistas a La Torre del barrio, la Iglesia de San Lorenzo y la Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

C. Eslava, 3. Tfno.: (+34) 954 906 568. espacioeslava.com

PETIT COMITÉ

Lo primero que llama la atención al entrar a Petit Comité es una ornamentación que ondea entre los motivos parisinos y sevillanos. Su cocina, sin embargo, va más allá de ambas capitales. Es típica la tosta de boquerones y pisto de calabaza, el pulpo con parmentier trufada y yema de huevo o la presa ibérica al horno sobre arroz meloso de setas. Sus fundadores, cuando crearon este acogedor restaurante en 2008, buscaban precisamente esta transversalidad gastronómica, puesto que el público siempre es diverso. La carta es corta –no llega a las 20 propuestas entre primeros y segundos–, como sucede con la mayoría de los buenos restaurantes.

Calle Dos de Mayo, 30. Tfno.: (+34) 954 229 595 petitcomitesevilla.es | A la izquierda, íntimo rincón del

Petit Comité.

 Sobre estas líneas, tataki de lomo bajo de vaca, y reservado del restaurante.

€ Abajo, uno de los amplios espacios del restaurante Jaylu.  A la derecha, el marisco, la gran especialidad del restaurante. En este caso, plato de langosta roja recién preparada en caliente.

JAYLU

El escogido producto que se sirve en el restaurante Jaylu lo convierte en una parada ineludible para todo aficionado a la buena mesa. Este templo de la buena materia prima destaca por el pescado y el marisco de la costa onubense y de Cádiz y los jamones de Jabugo (Huelva), además de las mejores carnes andaluzas. El ambiente es otro factor que juega a favor de Jaylu. El local cuenta con diferentes espacios diseñados para convertirse en un lugar perfecto para todos los tipos de encuentros, desde comidas de negocios a celebraciones familiares o en pareja. Situado en el barrio de Triana, este pequeño restaurante es una apuesta segura para cualquier almuerzo o cena.

C/ López de Gómara, 19 Tfno.: (+34) 954 339 476 restaurantejaylu.com

LA RELACIÓN ENTRE EL MUNDO DEL VINO Y LA CREACIÓN ARTÍSTICA TIENE LARGA DATA, Y CONTINÚA SIENDO RECURRENTE ENTRE LAS BODEGAS ESPAÑOLAS.

TEXTO FEDERICO OLDENBURG

FIGURA DESTACADA DE LA VITICULTURA BORDELESA, el barón Philippe de Rothschild ha sido uno de los más ardientes defensores de la mise en bouteille au château (el embotellado en la propiedad) desde la década de 1920, sentando las bases de la excelencia de calidad en su dominio familiar, el Château MoutonRothschild. En 1924, el barón también marcó un hito en el ámbito del marketing vinícola, solicitando al artista Jean Carlu –célebre por sus afiches de líneas cubistas y contenido político– el diseño de la etiqueta de su vino, asociando así su bodega al movimiento artístico de la época. Aunque fue en 1945 cuando Philippe de Rothschild tuvo la brillante idea que impulsaría definitivamente la asociación entre vino y arte: para celebrar el final de la Segunda Guerra Mundial, encargó al artista Philippe Jullian una etiqueta para conmemorar la victoria aliada contra los fascistas y la liberación de Francia. La genial iniciativa implicaba que cada año un artista diferente, de renombre internacional, se ocupara de ilustrar la nueva añada de Mouton-Rothschild con una obra original.

La hija del barón, Philippine de Rothschild, y posteriormente sus actuales sucesores, continuaron con la tradición, y así es como desde entonces una ilustre nómina de creadores han tenido la responsabilidad de ‘vestir’ la botella de este gran tinto bordelés: las imágenes creadas por Picasso, Miró, Chagall, Warhol, Bacon, Tàpies, Kandinsky, Dalí, Lucian Freud, Barceló, Anish Kapoor, David Hockney u Olafur Eliasson –entre muchos otros– distinguen y añaden valor a las distintas añadas.

Quizás sea porque no hay nada mejor que el vino para inspirar a las musas, pero lo cierto es que la idea de aunar vino y arte ha sido desde entonces un asunto recurrente, en todo el viñedo global. Y España no es una excepción.

Vega Sicilia, la bodega modélica de este país, conserva con discreción –aunque no menos orgullo– una colección de obras originales que ilustran sus botellas del legendario Único –en formato mágnum, exclusivamente– en su sede de Valbuena de Duero. Pero son muchos más los viticultores y bodegueros que se han relacionado con artistas de renombre –o creadores emergentes– para ilustrar con sus obras las etiquetas de sus diferentes cuvées, ediciones especiales, colecciones, packaging, ¡o incluso los tanques de fermentación de la bodega!

Esto último es lo que hizo la bodega Solar de Samaniego, sita en Laguardia (Rioja Alavesa), que brindó al muralista australiano

Sobre estas líneas, de izquierda a derecha: Marqués de Riscal Frank Gehry Selección Reserva 2012 (DOCa Rioja), con ilustración del arquitecto; Jean León Vinya La Scala 2015 (DO Penedès), con obra de Josep Guinovart; Fuentes del Silencio Villaflórez 2018 (VT Castilla y León), con ilustración de Willy Ramos; Matador Barceló, tinto de la añada 2019 de Descendientes de J Palacios (Bierzo); y Waltraud 2019 (DO Penedès), de Familia Torres, con etiqueta ilustrada por Waltraud Maczassek.

| En página anterior, instalación del muralista australiano Guido van Helten en el Espacio Medio Millón de la bodegas Solar de Samaniego (Laguardia, Rioja Alavesa).

} De izquierda a derecha y de arriba abajo: Moisés Nieto, creador de moda y encargado del diseño de la Edición Especial de Mar de Frades 2021 (DO Rías Baixas); Polvorete 2019, de Bodegas Emilio Moro (DO Bierzo), con ilustración de Domingo Zapata; y dos obras de la colección de Otazu expuestas en la sede la bodega, en Navarra: Intento de Conservación II, de Carlos Bunga, y El color de nuestras vidas, de Alfredo Jaar.

Guido van Helten la oportunidad de realizar una monumental intervención artística en el Espacio Medio Millón –grandes depósitos de hormigón para la vinificación, de medio millón de litros de capacidad–, con una estética industrial. La obra, realizada en 2016, ha tenido gran impacto y contribuyó a fomentar el enoturismo en la comarca, así como a la iniciativa de la bodega de enlazar el vino con las actividades artísticas.

Fundaciones y colecciones

Otras bodegas de la geografía española cuentan con fundaciones de arte, reuniendo importantes colecciones que pueden visitarse (en algunos casos, programando la visita previamente). Es el caso de Tradición, en Jerez de la Frontera –con una impresionante pinacoteca de la colección particular de la familia Rivero, que reúne alrededor de 300 obras de arte español, de los siglos XV al XIX–, Enate, en la comarca aragonesa de Somontano –que cuenta con una Sala de Arte, otorga becas para jóvenes creadores e ilustra sus etiquetas con obras de autores renombrados (Chillida, Saura, Torner...), amén de otras actividades– y Otazu, en Navarra, que atesora una nutrida

€202 Wine & Art es una colaboración entre la bodega riojana 202 y el artista Cesc Farré, compuesta por dos obras únicas del creador (concebidas para esta iniciativa) y dos vinos de esta casa, Ansa 2016 y Aistear 2016. colección de arte contemporáneo (cerca de 600 obras, algunas muy monumentales instaladas en el jardín, junto a los viñedos), y luce en sus vinos diseños inspirados en obras de algunos de sus artistas icónicos, como Manolo Valdés, Xavier Mascaró o Carlos Cruz-Díez.

Vinos con obras originales

Pero hay muchos más proyectos que portan etiquetas ‘de autor’. Es obligado mencionar el caso de Son Negre, la cuvée más excepcional de Ànima Negra, la bodega más prestigiosa de Mallorca, que en cada añada lleva una obra exclusiva y específica creada por Miquel Barceló (alguna, de compleja aplicación y etiquetado).

Arrayán, la bodega que soñó José María Entrecanales en el terruño toledano de Méntrida y hoy dirige con lúcido criterio su

viuda María Marsans, mereció como bendito regalo la imagen de marca –y diversas etiquetas– a partir de dibujos originales de su amigo Eduardo Arroyo, que continúan ilustrando los vinos de la casa.

Frank Gehry, además de firmar el proyecto de la arquitectura de la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal, regaló a la bodega riojana un boceto de su obra que acabaría estampado en el tinto Frank Gehry Selección Reserva, que se embotelló como homenaje en el 2001. En principio, sería una añada única, pero el vino acabó perpetuándose en la gama alta de Riscal.

Otra gran bodega española, Torres, cuenta con etiquetas de artista: su delicioso riesling Waltraud, de acento lógicamente germánico, luce una obra firmada por la mismísima Waltraud Maczassek, pintora de origen alemán y madre del actual director general de grupo bodeguero. Al mismo entramado pertenece hoy Jean Leon, ilustre bodega de la DO Penedès que apuesta por ilustrar algunas de sus cuvées con obras de creadores notables. El más reciente que ha estampado su firma e imagen ha sido Josep Guinovart, para el lanzamiento del Vinya La Scala 2015.

Otras compañías vinícolas más jóvenes que han decidido relacionarse con el arte son Fuentes del Silencio –que invitó a Willy Ramos a intervenir la etiqueta y caja de su vino Villaflórez 2018, una cuvée especial embotellada en formato mágnum–; Emilio Moro, en su proyecto de vinos blancos en la DO Bierzo –en este caso fue Domingo Zapata quien se encargó de las tres etiquetas que llegaron al mercado: Polvorete, El Zarzal y La Revelía– y Bodega 202, de Rioja, que preparó un set artístico en las últimas navidades con dos ilustraciones firmadas por Cesc Farré. Y Mar de Frades, el bien conocido blanco de albariño de las Rías Baixas, viene trabajando desde 2011 en colaboración con diseñadores de moda para la creación de una ‘segunda piel’ que cambia en cada cosecha de su vino referencial, en una edición limitada. En la añada 2021, el encargado del nuevo diseño ha sido Moisés Nieto, Premio Nacional de Moda 2017.

Viticultores notables

Tampoco es simplemente una etiqueta –pero no por eso resulta menos destacable– el diseño del embalaje conmemorativo que encargó la bodega Aalto a la Aalto University de Helsinki (Finlandia) para celebrar el XX aniversario de su fundación. La caja, negra, sobria y contundente, alberga una botella de tres litros etiquetada con letras grabadas en oro, en una edición que representa el terruño y las raíces y de la que solo salieron al mercado 450 unidades.

Por fin, no se puede cerrar este reportaje sin mencionar la importante iniciativa de la revista Matador, que con la colaboración de Telmo Rodríguez ha cuajado en los últimos años toda una colección de vinos de viticultores notables ilustrados con etiquetas de artistas contemporáneos, ‘maridando’ a García-Alix con Comando G, a Barceló con los Descendientes de J. Palacios o a Chema Madoz con Arturo de Miguel, de la joven bodega riojana Artuke, entre muchos otros.

Sobre estas líneas, de izquierda a derecha: AN Son Negre 2004 (Mallorca), con obra original de Miquel Barceló; Garnacha de Arrayán 2016 (VDT Castilla y León), de bodegas Arrayán, con ilustración de Eduardo Arroyo; Enate UNO Chardonnay 2013 (DO Somontano), con etiqueta de Erwin Bechtold; y embalaje conmemorativo para la edición del XX aniversario de bodegas Aalto, realizada por la Aalto University de Helsinki (Finlandia).

ALIANZAS CREATIVAS

Matador Madoz 2018 es uno de los últimos vinos de la colección Matador, que aúna a viticultores y artistas de prestigio. En esta ocasión, se trata de un vino elaborado por Arturo de Miguel, de la joven bodega Artuke (Rioja Alavesa), y la etiqueta reproduce una imagen del reconocido fotógrafo Chema Madoz.

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