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La definición del archivo

Reconoceremos así cuatro elementos que se interrelacionan: las motivaciones, las directrices, la selección de objetos y las prácticas archivables (documentos), es decir, la filosofía del archivo; la creación de espacios de archivo y su lugar dentro de una sociedad; la implementación de una lógica de ordenamiento, esto es, la forma en que se seleccionan (y descartan), agrupan, clasifican y catalogan los documentos, y por último, la puesta en acceso de lo archivado.

LA DEFINICIÓN DEL ARCHIVO

El archivo se puede definir como el espacio donde se contienen objetos. Sin embargo, en esta primera definición, existe un problema: que el archivo es sólo ese (in)mueble contenedor y no todo el conjunto de prácticas, instauraciones y pugnas de visiones del mundo. En cualquier noción de archivo emerge su condición de lugar, pero también el papel o grado de importancia que se le da en una sociedad. Ahora bien, si añadimos la especificidad de los archivos fotográficos, es decir, de aquellos lugares (distintos de los museos y las galerías) especializados en el ordenamiento de objetos fotográficos, resalta una condición: la manera en que se ordenan las prácticas de hacer fotografía (su creación, circulación, difusión y estudio); si además agregamos que ciertos archivos se hacen llamar comunitarios, resulta evidente que el lugar desde el que se enuncia la condición de archivo es un elemento relevante para reflexionar acerca de ellos y del concepto mismo. Entonces ¿qué es un archivo?

• El archivo se puede pensar como institución y como un proceso de institución, es decir, que se crean entidades que operan orgánicamente dentro de una sociedad, por ejemplo, el Archivo General de la Nación, es esa entidad directriz de los archivos en México donde se resguardan los documentos producidos por las distintas instancias del país. O también, la

Fototeca Nacional o la Cineteca Nacional como entidades especializadas en la preservación del patrimonio fotográfico y audiovisual del país, respectivamente. Para ejemplo, tenemos también el Archivo Pedro Meyer, que a través de la difusión y organización del trabajo del fotógrafo, que da nombre al archivo, se ha conformado como una institución. • El archivo se define por los elementos que lo constituyen. Por ejemplo, en

México, como en otros países de América Latina, es cada vez más común la realización de convocatorias que invitan a la población de un lugar delimitado a participar en la conformación de un archivo fotográfico que

abarque temáticas y temporalidades acotadas. Una de estas convocatorias se realizó en 2010 por el Taller de Historia de Tecate, A. C., la Comisión de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la

Revolución Mexicana en Baja California, el Instituto de Cultura de Baja

California y el Archivo Histórico del Estado de Baja California. En ella se convocaba al rescate de la memoria gráfica del municipio de Tecate. Una de las condiciones para participar era poseer fotografías que denominaban

“antiguas”, producidas por cualquier técnica fotográfica, inéditas, anteriores a 1960, sin limitante de género fotográfico. En el póster de invitación se solicita nombre, dirección, correo electrónico del donador de la fotografía, título de la fotografía, lugar de toma si se conoce y breve descripción. También se solicitaba una carta de donación y sesión de derechos al Instituto de Cultura de Baja California. Esta archivación formaría una colección, que si bien daría cuenta de la memoria gráfica del municipio, como uno de los objetivos definidos en la convocatoria, ésta se acotaría a una memoria anterior al año de 1960. • El archivo se define por su configuración, la cual toma forma por las acciones de los sujetos que participan en su creación, en la catalogación de los documentos que resguarda y en la difusión de los mismos. Por ejemplo, si tomamos en cuenta el caso anterior, pensaremos en la manera en que los objetos procedentes de distintos donadores serán ordenados: puede ser por procedencia del donador, por fecha, lugar o temática, ello derivará en una forma de consulta dependiendo del nivel de catalogación de las fotografías.

Es necesario señalar que los archivos como instituciones, dentro del contexto de la centralización de los gobiernos y de la formación de estados nacionales, concentraban “archivos” de distintos orígenes. Por eso se debe delimitar el proceso de archivación, una operación que contemple el reconocimiento de una especie de autores del archivo que defina su configuración; es decir, que no se trata del mismo proceso en el caso del archivo que se conforma

“naturalmente” del trabajo diario de un gobierno, por ejemplo, el de la

Ciudad de México, constituido por su correspondencia, decretos, informes, etcétera, en comparación al archivo histórico de la misma ciudad, el cual se conforma por la centralización de los documentos de distintos periodos temporales y distintas instancias del propio gobierno. La organización actual de éste último da cuenta del principio de procedencia que intentamos explicar: Actas de cabildo 1524-1928, Ayuntamiento de México-Gobierno del DF 1527-1928, Municipalidades 1627-1928, Gobierno de la Ciudad de México 1825-1928, Departamento de la Ciudad de México 1929-1992,

Cárceles 1900-1985, Esperanza Iris 1879-1976, Planoteca 1778-1974.

• El archivo a veces se define sólo por llamarse archivo. Por ejemplo, en 2001, el Centro de la Imagen, perteneciente al Consejo Nacional para la

Cultura y las Artes, publica el Directorio de Archivos, Fototecas y Centros

Especializados en Fotografía a partir de la relación que ha establecido con grandes, pequeñas y desconocidas fototecas. El directorio incluye doce tipos de espacios que resguardan material fotográfico: archivos fotográficos y fototecas; archivos estatales y municipales; archivos privados; bibliotecas; centros culturales; centros de documentación e información; cinetecas y filmotecas; colegios, escuelas y universidades; inah; institutos y centros de investigación; museos y galerías; y otros, que no entraron en ninguna de estas categorías. Se dejan fuera las colecciones particulares y colecciones de fotógrafos.22 Como parte de la descripción de cada uno de ellos, encontramos el origen del archivo, lo cual pone en evidencia la consideración que se tiene respecto de la formación de las colecciones.

Resulta interesante señalar que, en el caso de los archivos municipales o estatales, su formación se logra por donación de particulares. En algunos casos, destaca la iniciativa de formar el archivo y no la forma en que los materiales llegaron a formar parte de dicho archivo. Hay una diferencia de matiz significativa, por ejemplo, en el caso de la Fototeca de Veracruz se afirma que “se creó en 1988 con la iniciativa de miembros de la cultura de Jalapa y de la Ciudad de Veracruz”.23 Mientras que en todo el directorio sólo hay un caso en el que se señala el origen colectivo del archivo, se trata del Archivo Fotográfico de Tepeji del Río, Hidalgo: “el acervo se creó en 1990 con la recopilación del material gráfico que hicieron las familias del municipio para elaborar la monografía de Tepeji del Río”.24

Su director, José Antonio Zambrano, señala que “el material reunido para ilustrar la mtrh [Monografía de Tepeji del Río, Hidalgo] resultó tan rico y abundante que sirvió no sólo para ese fin, sino que hizo surgir un proyecto independiente: la creación del aft [Archivo Fotográfico de Tepeji del Río]”.25 La propia definición de llamarse archivo es producto de distintas experiencias de archivación, tal como da cuenta el directorio de fototecas del Centro de la Imagen.

22 El directorio expone datos sobre el director, la ubicación física del archivo, contacto, origen del archivo, número de piezas que lo componen y requisitos de consulta de forma homogénea. Al parecer se trató de una investigación acotada donde se pedía el llenado de un formulario con esta información. González, Directorio, 2001. 23 Ibid., p. 21. 24 Ibid., p. 18. 25 Zambrano, “Archivo”, 2005, p. 158.

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