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Divulgación audiovisual
DIVULGACIÓN AUDIOVISUAL
Cuando se realizan producciones audiovisuales ya sean fílmicas o en video con el fin de difundir una investigación, generalmente son motivadas por las siguientes razones: rescatar una “oralidad perdida”; regresar, en primer lugar a los recuerdos, percepciones y vivencias acerca de la radical transformación por la modernización de un espacio, con el ánimo de avivar la toma de conciencia y de reflexión sobre problemáticas específicas; o bien, porque la sistematización de la información y del material recabado que implica una producción de esta índole contribuye al conocimiento. Respecto a estas motivaciones habremos de acotar lo siguiente:
1) El estudio de las relaciones entre historia oral y medios de comunicación electrónicos puede ofrecer a mediano plazo algunas opciones alternativas, en la búsqueda de nuevas formas para nuevos contenidos. Gracias a las posibilidades que otorga el video como herramienta de registro y medio de divulgación, el producto de difusión puede llegar a un público más amplio, incluso analfabeto.
En esta afirmación queda en evidencia una concepción de hacer historia. Hay nuevos contenidos en cuanto se usan nuevas fuentes. El registro en video posibilita la obtención de nuevos datos al investigador desde tomas de ambientes contextuales, pasando por la entrevista videograbada y la consecuente posibilidad de volver a revisar los registros, con sonido e imagen. Pues bien, con esto queda resuelta (o más bien puesta sobre la mesa) la cuestión de la escritura. Posteriormente se apela a la posibilidad de divulgación a través del video, y con ello se habla de otra fase de la investigación, diferenciando claramente entre video de registro y video de divulgación, es decir, que el solo registro no es el producto de investigación si no es analizado, interpretado y codificado bajo la lupa del presente. Por lo que será necesario identificar a un lector al que se propone el mensaje de la investigación contenida en el audiovisual.
Sin embargo, la difusión por sí misma no puede ser el único motor de la divulgación en video de la investigación. En esta ecuación se olvida una relación posible entre el investigador, el producto (audiovisual) y el público. Subyacen a esta práctica supuestos sobre el compromiso social, pero, a diferencia del libro, en donde no se pensaría comúnmente en una lectura en voz alta, en una lectura colectiva, o en una lectura comentada, el audiovisual propone otra relación que es novedosa para la construcción
del conocimiento: la de socializar la discusión y compartir en un mismo espacio lo visto y escuchado con otras personas.
La necesidad de proyección todavía permea la posibilidad de acceso, muy a pesar de medios de difusión como el dvd e internet, que permiten el visionado aislado; pero, si esta posibilidad no es propuesta metódicamente, nos puede llevar a realizar un quehacer ingenuo de la divulgación en video. Se piensa en un mayor público, en dar cuenta de la investigación mediante proyecciones, pero muchas veces no se elaboran estrategias serias de discusión de los materiales. Ello nos lleva a la siguiente reflexión.
2) En ocasiones el argumento de la difusión audiovisual es regresar los recuerdos, percepciones y vivencias, sin embargo, habremos de preguntarnos sobre un proyecto de esta índole: ¿es posible hablar de regresar un recuerdo, una percepción y una vivencia a través de un video documental? Sobre todo cuando sabemos que se trata de una construcción, de una interpretación de los hechos, de una propuesta de mundo. Regresar un recuerdo suena más a darle validez, a tomarlo y situarlo en el espacio del diálogo permitido. Regresar un recuerdo es como decir: “mira, tú recordaste, nosotros lo examinamos. Vimos que sí, que es coherente, entonces lo presentamos bajo otra forma. Ahí está tu recuerdo, en el video”. Por eso tal vez la frase no sea la más atinada. De lo que se trata es que en el contexto de proponer nuevos temas, nuevos actores en la construcción de la historia, nuevas formas de interpretarla, se busquen nuevas formas de divulgarla, por lo que el video puede ser esta vía, siempre y cuando se acompañe de investigación y de estrategias de divulgación del mismo. Un ejemplo de este trabajo es el material audiovisual Axotla Vive que realizó la Asociación Civil Axotla Vive en 2012, el cual se construyó a partir de una investigación en la comunidad, por lo que su difusión se enmarca en las fiestas patronales y eventos públicos.
3) Por último, la divulgación audiovisual siempre enriquece la propia investigación: se detectan con mayor claridad las carencias que todavía pueden tener, e implica un reto de sistematización de la información y del material recabado, así como de un trabajo de equipo que haga posible la traducción de la investigación a un producto audiovisual, con una duración adecuada y un estilo atractivo para un público no especialista.
Hablamos de traducción de la investigación porque nos encontramos ante la presentación de las conclusiones elaboradas en un marco teórico-meto-
dológico. La divulgación de las mismas se debe realizar pensando en el espectador, en el contexto de divulgación y en la modalidad de producción. En este marco, salen a luz una serie de decisiones a tomar previamente a la realización de cualquier proyecto audiovisual. ¿El producto deberá ser un material único con el formato de un documental, o será una serie que dé cuenta de diferentes subtemas?, ¿el formato de largometraje es el mejor, u optaremos por cápsulas para internet?
Si bien es cierto que la sistematización, es decir, ordenar la argumentación, analizar los resultados, identificar fuentes y realizar conclusiones, forma parte de la realización audiovisual, primero fue el resultado de una investigación.
PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL
Éste es un caso concreto que ejemplifica cómo una investigación sociohistórica puede derivar en la producción de un documental. Expondremos a grandes rasgos la forma en que esto fue posible, esperando que sea de utilidad para todo aquel que contemple esta vía. Se plantean bases generales que bien pueden ser profundizadas en proyectos concretos.
Tradicionalmente un proyecto audiovisual pasa por varias etapas. La norma dice que existe una etapa de preproducción, donde se hacen todos los preparativos que incluyen la búsqueda de todo aquello que aparecerá en el trabajo final, hacer contacto con las personas que participarán, conseguir permisos para la grabación, elaboración de un guión, contratación del equipo, etcétera, en términos clásicos, todo aquello que se requiere para poder pasar a la grabación del material.
Una segunda etapa es la producción, en la que se pone en marcha la grabación de todo aquello que contempla el guión del proyecto. Por último, la tercera etapa es la postproducción, que es donde se le da forma al contenido, siempre siguiendo el guión. En esta última etapa se hace el montaje, se perfecciona la imagen y el sonido y se elabora la salida final del material.
En términos generales, estas tres etapas definen las tareas que se realizan para producir un material audiovisual, sin embargo, dada la naturaleza de los proyectos que se elaboran desde la investigación social, el camino suele ser diferente.
Las diversas etapas de un proyecto con estas características nos conducen a la documentación de la imagen, a su análisis minucioso y posteriormente a su confrontación con otras fuentes. Es un proceso que nos permite conocer nuestros documentos a profundidad.
Este entramado, por lo regular nos dirige a la publicación de un texto que dé cuenta de aquello que nos interesó entender, explicar o interpretar. Los textos suelen ser indispensables para muchos sectores pero en algunos casos no son la mejor alternativa para dar a conocer lo que se ha logrado.
Cuando la investigación está avanzada o ha concluido, debemos preguntarnos: ¿es viable darle salida a este proyecto por otro medio que no sea el escrito?, ¿es complicado pensar en hacer un producto audiovisual?, ¿cómo se puede hacer?, ¿de dónde se parte para realizarlo?, ¿es posible transformar un texto a imagen y sonido? Esas y quizá algunas otras preguntas son las que se hace aquel que piensa en emprender este camino. A continuación hablaremos de las probables respuestas.
Todo proyecto audiovisual, cualquiera que sea su naturaleza, requiere de imágenes, y en la mayoría de los casos también de sonido. Un proyecto que se realiza a partir de una investigación social no es la excepción.
Una de las grandes ventajas de desarrollar una investigación, que desde el inicio contempla el uso de fuentes audiovisuales, es que genera la materia prima de una producción audiovisual durante todo su desarrollo. Por ello, dar el siguiente paso no es tan complicado.
Tomaremos como ejemplo un caso concreto en el que un proyecto de investigación, desarrollado bajo la óptica aquí propuesta, se transformó de un texto en un documental, se trata de El Triángulo de Tacubaya,8 resultado de una investigación que abordó la historia del cine Hipódromo Condesa, ubicado al poniente de la Ciudad de México.
El proyecto de investigación se inició en un momento coyuntural de la exhibición cinematográfica de la Ciudad de México, justo cuando estaban desapareciendo las salas de cine de una sola pantalla para dar paso a los cines multipantalla y multiplex. Esa transformación se dio también en el cine
8 Morales, Triángulo, 2005.
Hipódromo que desde 1936 y hasta su cierre en 1992 tuvo una sola pantalla para posteriormente reabrir, en 1997, dividido en seis mini salas.
La investigación buscaba encontrar las razones por las que se reabría ese cine, pero también las razones por las cuales fue construido en los lejanos años treinta. Es así como se emprende una búsqueda de información que contempló las fuentes tradicionales: bibliografía, hemerografía, documentos de archivo, pero también esas otras fuentes de las que hemos venido hablando: materiales audiovisuales de archivo, entrevistas orales, registros de campo, entre otras, es decir, localizar y crear fuentes.
Como parte del estudio se obtuvo un corpus de cerca de setenta imágenes de archivo, de diferentes épocas y provenientes de muy diversos archivos públicos y privados; se realizaron seis entrevistas a personas directamente relacionadas con el tema, ya fuera por su experiencia personal o por su conocimiento de asuntos relativos al proyecto; con ellos mismos se trabajaron algunas de las imágenes para conocer datos precisos sobre el tema. Se accedió a material de archivo que por su valía fue reproducido fotográfica y, en algunos casos, audiovisualmente; entre ellos, planos catastrales, carteleras de cines y documentos administrativos. Lo mismo se hizo con la hemerografía, obteniendo reproducciones de periódicos y revistas de distintas etapas de esta historia. Se registraron cerca de ciento cincuenta fotografías de la sala de cine y su entorno; además de unas siete horas de grabación en video. Cada uno de estos documentos pasó por una etapa de análisis particular y de conjunto, que derivó en resultados concretos, el primero de ellos fue un texto de más de ciento cuarenta cuartillas.
Hacer un proyecto audiovisual con todo ese material sobre la mesa es algo viable, ya que se tiene la materia prima trabajada como parte de la investigación. Puede sonar complicado, pero en realidad es un paso que nuestras propias fuentes nos invitan a dar.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN DOCUMENTAL
Por la naturaleza de un proyecto de investigación social como el de El Triángulo de Tacubaya no se podía seguir un esquema clásico de producción. La realidad, en este y todos los casos afines con esta forma de trabajo, nos dice
que las etapas se traslapan, en términos concretos, se hace producción prácticamente desde el inicio del proyecto, cuando incluso ni siquiera se piensa en hacer un documental. Las herramientas audiovisuales se utilizan en distintas fases, cuando se hace trabajo de campo, cuando se hacen reproducciones de documentos, cuando se videograban testimonios. Todo ello para construir fuentes de investigación. Se localiza documentación y se construyen fuentes no pensando en el guión de un documental, sino en tratar de entender los temas o procesos que estamos indagando.
Cuando decidimos hacer un documental nos damos cuenta de que gran parte del material que se requiere y que se utilizará ya está producido. Ésta es una más de las razones por las que se ha hecho énfasis en la pertinencia de hacer registros con calidad técnica; así, en este punto del proyecto, pueden ser incorporados sin ningún problema al desarrollo del material de divulgación. El reto entonces es pensar en una nueva estructura basada no en lo que se puede leer, sino en lo que podemos ver y escuchar.9
Un proyecto de investigación puede llevarnos a conocer muy diversos aspectos sobre un solo tema; en principio tenemos una idea sobre lo que buscamos y con base en ella generamos nuestras primeras hipótesis, pero el desarrollo mismo y el tiempo nos llevan por otras rutas que pueden o no incluir nuestras preocupaciones iniciales. Avanzada la investigación, siempre debemos detenernos en algún punto; parafraseando a Leonardo da Vinci, quien hablaba de obras de arte, “una investigación nunca se termina, sólo se abandona”.
Existen dos preguntas clave que debemos plantearnos cuando decidimos hacer un proyecto audiovisual: ¿qué queremos decir? y ¿cómo queremos hacerlo? La primera de ellas nos remite directamente al proyecto, pues evidentemente lo que se busca es dar a conocer lo ya investigado y en muchos casos ya escrito. La segunda pregunta nos lleva a otro tema que puede sernos desconocido, el de la realización, de la cual hablaremos a continuación.
En el caso de El Triángulo de Tacubaya, ya mencionamos que la investigación arrojó un texto de más de ciento cuarenta cuartillas, que exponen muy diversos temas sobre la historia del cine Hipódromo, siguiendo dos
9 En el apartado 2.3 se expone la forma adecuada de realizar y analizar registros visuales con el objetivo de obtener fuentes útiles para la investigación.
líneas, por un lado la historia del edificio como tal y por otra la llegada del cine al barrio en cuestión, para de ahí desembocar en los años que estuvo funcionando como sala de una pantalla y, por último, llegar a su transformación en multipantalla, todo ello anclado en su contexto sociohistórico. Evidentemente no todo el contenido se podía pasar de forma directa a un producto audiovisual, al contrario, mucho de lo que se escribe queda fuera. En este caso, el texto final que sirvió de base para el guión del documental sólo contaba con doce cuartillas. Es todo un reto llegar a lo esencial sin dejar fuera cosas que se puedan considerar importantes, para dar este paso es de gran utilidad la escaleta.
LA ESCALETA
Cualquier investigación plantea objetivos específicos. El tema que interesa se aborda desde muy diversos frentes, todos ellos considerados necesarios para explicar una parte concreta que da forma al todo. Por ejemplo, volviendo al caso del Triángulo..., entre los temas tratados estaban: la historia de Tacubaya, el terreno y sus propietarios, la construcción del edificio donde se ubicó el cine, la llegada del cine a Tacubaya, el proyecto arquitectónico en su contexto urbano, la inauguración de la sala de cine, la población del lugar en aquellos años, la vida cotidiana y las diversiones, las funciones en el cine Hipódromo, la arquitectura interna, los primeros años de funcionamiento, las empresas administradoras, la decadencia de la exhibición cinematográfica nacional, el cierre de la sala de cine y la reapertura del cine Hipódromo, entre otros. Todo este listado fue abordado con muy diversa documentación, en algunos casos más accesible que en otros. Se privilegió la fuente audiovisual y, para algunos aspectos, los testimonios orales.
En el texto, los resultados se reflejaron en la escritura de varios capítulos con numerosos incisos en cada caso, abordando cada punto a profundidad, siguiendo un orden cronológico que llevó desde el siglo xix hasta inicios del siglo xxi. El reto entonces era decidir qué de todo ello aparecería en el futuro documental. Para lograrlo, se utilizó el recurso de la escaleta.
Tradicionalmente, en el mundo del cine de ficción, una escaleta es un listado de las escenas que conforman una historia. Para el caso que nos interesa, la escaleta es el listado de temas que serán abordados en el producto de divulgación
audiovisual. Para llegar a ellos seguramente se tendrá que pasar por una etapa de selección y descarte; es una etapa previa a la realización de un guión.
Para entender el funcionamiento e importancia de la escaleta utilizaremos una metáfora. Pensemos en ella como si fuera una cajonera que puede tener muchos o pocos cajones; de acuerdo con lo que se desee abordar, cada uno de estos cajones es un tema en el documental que pensamos hacer. En nuestro caso, los cajones contienen fuentes: todo aquello que encontramos en el proceso de investigación y que sirvió para explicar una cosa concreta; así se van llenando los diversos compartimentos. Por ejemplo, en el caso del Triángulo, un cajón estaba destinado a tratar el subtema de la construcción del edificio que alberga al cine Hipódromo. Este cajón en específico contó con fotografías de archivo, entrevistas videograbadas, planos arquitectónicos, registros fotográficos, hemerografía, carteles publicitarios e información extraída de fuentes primarias, en concreto de archivos púbicos de la Ciudad de México.
Así como ése se llenaron otros once compartimentos, cada uno tratando un subtema con fuentes de todo tipo, todas ellas provenientes de la investigación ya realizada. Con el contenido sistematizado, siguiendo este método, se resuelve la pregunta del ¿qué se quiere decir audiovisualmente? Lo que sigue es pensar el ¿cómo lo haremos?
FUENTES Y RECURSOS
Si seguimos con nuestra metáfora, podemos decir que los cajones están listos con el contenido en su interior, pero no están puestos en la cajonera, es decir no están acomodados tal cual quedarán al final.
El asunto del cómo se hace un producto audiovisual o en concreto un documental a partir de una investigación social es muy diverso: hay tantos documentales posibles como personas intentándolo hacer. Cada uno de los realizadores puede tener su propia visión de cómo quiere presentar su trabajo, incluso con la utilización de las mismas fuentes. Ningún proyecto es igual, como todo, se hacen documentales, cápsulas o ejercicios audiovisuales, de acuerdo con la particular visión del mundo que tiene el autor. En algunos casos se seguirá un orden cronológico, en otros se hablará primero de un tema actual para después volver años atrás, etcétera. Existen muy diversas posibilidades. Lo que sí consideramos que es común a todo proyecto de este tipo es el uso de fuentes y recursos.
Sobre las fuentes ya se ha hablado bastante a lo largo de toda esta obra: son aquellos documentos que abordamos para dar respuesta a nuestras preguntas de investigación, son muy diversas y, tal cual lo vimos, en ocasiones su construcción demanda conocimientos de tipo técnico y metodológico. No obstante, por su naturaleza, en algunas ocasiones las fuentes no pueden ser presentadas tal cual, sino que se les tiene que dar un tratamiento para hacerlas viables audiovisualmente, ahí es donde entran en escena los llamados recursos.
Cuando hablamos de recursos nos referimos a aquéllo que se utiliza para dar coherencia audiovisual a nuestro trabajo, a la forma en que se presentan las fuentes. Los recursos audiovisuales pueden ser muy diversos, entre ellos tenemos la voz en off, que suele servir para dar voz a diversas fuentes a través de una narrativa elaborada por el realizador; otro recurso es la animación, porque en ocasiones hay cosas que no son fáciles de ver o que se desean resaltar, y para ello se puede hacer uso de esta posibilidad. Un recurso más es la puesta en escena, cuando es importante recrear un hecho concreto; también la música puede ser otro recurso, ya que ayuda a generar atmósferas al interior del audiovisual. Otra herramienta es la navegación sobre fotografías, muchas veces no basta con poner una imagen sino que, con el afán de resaltar algún punto concreto, se le da movimiento a la imagen llevando la atención a zonas particulares. El uso de los recursos, y en general toda la adaptación del proyecto de investigación a discurso audiovisual, implica un proceso creativo.
Un principio general es que los recursos nos ayudan a darle forma a las fuentes y presentarlas de forma audiovisual, en ocasiones suplen carencias y en otras refuerzan el discurso. La experiencia nos dice que cuando tenemos fuentes y recursos claros se puede proceder a la elaboración de un guión, éste contempla la estructura del trabajo audiovisual pensada en términos de lo que se ve y lo que se escucha, es decir en video y audio.
Aquí es pertinente hacer una precisión: suele suceder que, si quien hace la postproducción del material es la misma persona o equipo de personas que han hecho la investigación y la escaleta, el guión no sea imprescindible, porque el conocimiento de las fuentes es tal que permite elaborar una escaleta muy trabajada y lista para postproducirse; gracias a una investigación que contempló todas las posibilidades audiovisuales desde un inicio. Esto sucede después de haber realizado varios proyectos, en los cuales se adquiere práctica, incluso cuando los y las encargadas de la investigación no operan los equipos.
Por el contrario, cuando la postproducción la hace una persona ajena al proyecto, es fundamental tener un guión detallado que dé cuenta de lo que queremos obtener como resultado. En la mayoría de los casos, cuando se trata de un primer proyecto es necesario ajustarnos a un guión.
POSTPRODUCCIÓN Y SALIDAS AUDIOVISUALES
En el paso anterior determinamos qué orden tendrán los cajones, lo que sigue es colocarlos de tal forma que nuestra cajonera se vea tal cual la imaginamos.
El proceso de postproducción implica diversas etapas, en principio, se debe hacer un análisis general del producto para determinar cómo se procederá. En la actualidad, gracias a la edición no lineal, hecha digitalmente en computadora, no es necesario editar el material en el orden que tendrá al final.
Una vez decidido ese orden comenzamos con el vaciado de los materiales, es decir, se digitaliza todo, los cajones dejan de ser una metáfora o un texto en la escaleta para convertirse en carpetas dentro del programa de edición. En el interior de cada carpeta tendremos las fotos de archivo, videos, entrevistas, hemerografía, litografías, registros fotográficos o audiovisuales, la música, etcétera, es decir, todo lo que requerimos para darle forma a cada parte de nuestro proyecto.
Las entrevistas videograbadas y los registros audiovisuales, hechos durante el trabajo de campo, se vuelven fundamentales, así como las calificaciones que se hicieron in situ, pues ellas nos permiten buscar de forma precisa las partes de la grabación que serán incorporadas y por ende digitalizadas.
Con todo el material listo ya en la computadora, se realiza el montaje y la edición. 10 El primer término refiere a la forma en que se decide presentar las cosas en términos narrativos, el orden que tendrán, la duración de cada toma, el cruce de las fuentes, etcétera. Esta etapa está proyectada desde el guión.
10 En muchos casos no se identifica ninguna diferencia entre estos dos términos, no obstante para nosotros montaje refiere a la narrativa de la obra, al orden que guarda el contenido, mientras edición da cuenta de un proceso técnico, muy ligado al uso de un software.
Con la edición se operan estas ideas, se ajustan niveles de la imagen y del audio, se crean las transiciones, se ponen los títulos necesarios, los identificadores de las personas que aparecen, se mezclan sonidos, se integra la música, etcétera.
Una vez concluida la obra audiovisual se debe pensar en cuál será la salida más adecuada para su difusión. En la actualidad varían las formas de presentar un mismo trabajo, entre ellas está la salida en dvd o Blu-ray, la puesta en línea (internet), el acceso a través de servidores bajo demanda, la descarga para dispositivos móviles, y desde luego, la proyección en sala cinematográfica. La elección tendrá mucho que ver con los presupuestos y los objetivos concretos del proyecto. El ejemplo que seguimos de El Triángulo de Tacubaya derivó en un documental de cuarenta y ocho minutos, al cual se le agregó información adicional gracias al formato dvd en el que fue publicado.11
La divulgación audiovisual de la investigación social es una ventana que da notoriedad a los proyectos y puede incrementar su impacto social; por lo regular permite que se conozcan de forma más amplia, porque de otra manera su difusión es limitada. La mayoría de los trabajos de esta naturaleza se hacen con la participación de los sujetos o las comunidades involucradas con la investigación, de ahí el valor que cobra un producto de divulgación.
Finalmente, por lo que abogamos es por pensar seriamente en los retos que nos proponemos al optar por la realización audiovisual. Tratar de diferenciar entre el compromiso social y las estrategias que se desarrollan para su supuesto cumplimiento, ya que la divulgación audiovisual no es tampoco por sí misma el fin último para la producción de conocimiento, así como la innovación tecnológica trajo nuevas concepciones y prejuicios, trajo también nuevas formas de relacionarse con el mundo, por lo que involucrarse con estos medios conlleva una actualización permanente de conocimientos.
Es así que hemos presentado, con el interés de mostrar sus posibilidades y complejidades, tres modalidades de la divulgación y difusión de investigaciones sociales en las que la imagen fija y en movimiento tienen un papel importante. El reto está en comprometerse con la difusión del patrimonio fotográfico y audiovisual a partir de su análisis y discusión, a través de estrategias planificadas.
11 Véase Catálogo de experiencias referidas en el apartado 3.2.
Los diversos apartados de esta obra nos han llevado del documento, su valoración como patrimonio y su archivación, a su uso como parte activa del proceso de investigación. Hemos hablado en particular de la imagen porque la consideramos una veta importante que aporta información valiosa, por ello se han hecho propuestas de análisis. Por otro lado, se han sentado las bases para la construcción de nuestros propios registros fotográficos y audiovisuales, incluyendo entrevistas; así se logra una propuesta teórica, metodológica y técnica que impulsa otra forma de abordar temas sociales y que sienta las bases para llegar hasta su divulgación que, como hemos visto, puede tener varias formas, siempre integrando las imágenes.