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Exposiciones

(México). Dichas experiencias ofrecen distintos niveles de catalogación, así como contrastantes posibilidades para conocer las imágenes en sus conjuntos de producción originales. Esto se explica por diferencias en la filosofía de puesta en acceso, el diseño de comunicación con el usuario y la investigación de fondo que implica el trabajo de catalogación.2

Afirmamos así que los datos catalográficos y los textos que escriben los investigadores para exponer sus conclusiones también deben circular libremente. En Huellas de luz3 llevamos a la práctica nuestra postura sobre este asunto: permitimos el libre acceso a las imágenes, los datos y los textos, en la medida de lo posible, y difundimos el código de Pescador como software libre. Esto se relaciona con la concepción del patrimonio que proponemos, según el cual se trata de la selección de aquello que consideramos representativo de nuestra cultura y es imprescindible para transmitir el conocimiento de generación en generación. Esta concepción reconoce que es en la práctica de conocer y difundir el patrimonio por parte de la sociedad, incluida la academia, donde se actualiza el concepto y la forma de relacionarnos con él.

Ciertamente estas propuestas no son nuevas; son promovidas por movimientos sociales emparentados entre sí, y su nivel de aceptación ha ido en aumento: cada vez más archivos ponen sus materiales en acceso libre, cada vez más conjuntos de datos y textos científicos circulan sin restricciones, y avanzan cada vez más los proyectos de software libre, incluyendo los proyectos archivísticos. Está en auge la idea de circular amplia y libremente los “objetos de conocimiento” de todo tipo.

EXPOSICIONES

Los objetivos en la realización de exposiciones están marcados por las motivaciones que las originan y condicionan la forma de difusión y de conocimiento del patrimonio visual. Es decir, distintos objetivos producen diversas formas de acceso al patrimonio y, por consecuencia, diferentes maneras de conocer nuestras sociedades. En la práctica no existe una sola

2 Como se mencionó en la primera parte, en el apartado sobre “Archivo: por un concepto amplio y crítico”, 1.2, la catalogación produce guías de consulta, inventarios, índices, cuadros de organización documental y catálogos, los cuales son en sí mismos formas de puesta en acceso. 3 Véase el apartado “Catálogo de experiencias referidas”, 3.2.

motivación, en el mejor de los casos son varias, pero podemos reconocer un objetivo inicial que enmarca los fines para los que se realiza y los resultados que se obtienen.

A continuación mostramos algunas experiencias en la realización de exposiciones, las cuales agrupamos en cuatro tipos de motivaciones que les dieron origen: como resultado de una convocatoria de archivación, como detonador de memorias e identidades locales, como estrategia metodológica dentro de una investigación y como resultado de divulgación de una investigación. Conoceremos cómo diferentes motivaciones producen objetos distintos; se torna evidente entonces que diversos procesos constituyen distintos niveles de conocimiento.4

COMO RESULTADO DE UNA CONVOCATORIA DE ARCHIVACIÓN

Una primera motivación para la realización de una exposición es la de conformar un archivo, es decir, se parte de reconocer el valor de la imagen (fotográfica y audiovisual) para el conocimiento histórico y social de una comunidad o de un aspecto concreto de la transformación de las sociedades. Por ejemplo, la transformación de las vías de comunicación a través de imágenes fotográficas de la estación de ferrocarril en Orizaba, Veracruz. Este reconocimiento motiva las convocatorias que buscan la recopilación. En ese contexto, la exposición aparece como un garante de la participación colectiva, se manifiesta de principio que la recopilación tiene un fin de difusión, mucho antes de cualquier ubicación en un espacio que deberá llamarse archivo, catalogación o investigación de lo recopilado.

Por ejemplo, la experiencia del Ayuntamiento de Campeche fue un concurso denominado Imágenes del ayer. Campeche (2003), en el que se invitó a la población a participar con sus fotografías del periodo 1870-1970, las cuales se digitalizaron y devolvieron en la mayoría de los casos; no se buscaba conformar un fondo fotográfico dentro del archivo municipal, sin embargo, sí se realizó un proceso de archivación. El conjunto de fotografías obtenidas se

4 Véase el análisis que realiza Tzutzumatzin Soto, en la que aborda los procesos de archivación y la identificación de los sujetos participantes en algunos archivos en México. Soto, “Figuración”, 2012.

publicó en un libro, Imágenes del ayer,

5 organizado por temas: niños, familias, personajes, fiestas, carnaval, funerales, deportes, aeronaútica, trabajo, escuelas, alumnos y maestros; acontecimientos políticos (1863-1970) [en realidad llega a 1910], ciudad y puerto de Campeche, arquitectura militar, malecón y costa, arquitectura religiosa y arquitectura civil.

La organización por temas parece ser la primera tarea del archivo en muchas experiencias de este tipo; el proceso que opera es la separación entre imagen y materia en donde se invisibiliza el contexto de archivación de origen (fondo fotográfico familiar) y la información específica de la técnica de producción fotográfica queda en segundo plano, de tal suerte que se llega a construir un sentido común de lo que en ellas vemos. Es así que, por ejemplo, una postal de la Compañía México Fotográfico (mf) se coloca en la misma categoría que un registro fotográfico realizado por autor “no conocido” para dar cuenta de las obras públicas bajo el rubro de Malecón y Costa.

Otro ejemplo similar es el archivo producido por dos concursos llamados “Tiempo, memoria y plata” (2008 y 2009) organizados por la Fototeca Pedro Valtierra en Zacatecas. En ambas convocatorias participaron setenta y ocho concursantes y se recibieron seiscientas setenta y dos piezas fotográficas tomadas entre 1860 y 1950 que se adscribieron a las siguientes categorías: retrato, actividades sociales, vida cotidiana, paisaje urbano o rural y arquitectura. En la publicación, producto de estos concursos, se dice que “la evolución de gran parte de los 58 municipios que componen el estado fue emergiendo como la plata: materia prima fundamental de la fotografía y vocación de su genealogía, regresando el tiempo y mostrando cómo devino la identidad zacatecana contemporánea”.6 Las fotografías pasaron a formar parte del acervo de la fototeca.

Las exposiciones producidas por la modalidad de convocatoria se caracterizan por dos aspectos. Primero, la participación colectiva que se sujeta a los parámetros de un convocante, es decir, que las imágenes con las que participa se reagruparán bajo la lógica de la exposición. Por ejemplo, una fotografía de una pareja sentada en las escalinatas del palacio municipal tal vez se muestre junto a las de otras familias que posaron de igual forma frente al palacio. Segundo, que en muchos casos, la información de lo que

5 Imágenes, 2003. 6 Robledo, “Identidad”, 2010, p.11.

aparece en la imagen es identificada por el participante de la convocatoria: el lugar, la fecha, las personas que aparecen, las motivaciones de la toma, su ubicación dentro de un grupo de imágenes al interior de la colección familiar de fotografías, etcétera.

Estos dos aspectos se revelan u ocultan dependiendo del cuidado que se dé al proceso de convocar y la recepción de las imágenes. Para ello, algunas experiencias han optado por realizar fichas que acompañan la recepción de las mismas con campos que responden al qué o quién, cómo, dónde, cuándo y por qué de la toma, además de la procedencia de la misma; por ejemplo, Colección Familia Juárez o Fondo del Archivo Municipal, etcétera, lo que en primer lugar formará parte de la ficha de exposición y posteriormente será parte de la catalogación de las colecciones constituidas.

COMO DETONADOR DE MEMORIAS E IDENTIDADES LOCALES

Otra motivación para la realización de exposiciones es el reconocimiento de una historia común, ello impulsa a distintas experiencias a realizar convocatorias o recopilaciones en archivos institucionales. Esta motivación acompaña, la mayoría de las veces, a las exposiciones como resultado de una convocatoria de archivación. Sin embargo, hay que resaltar que esta motivación dirige la forma en que se realiza la recopilación, las categorías en las que se organizan los objetos, la selección y el descarte de lo que se muestra y de lo que no. Por ejemplo, en el año 2010, el gobierno de Morelos, a través del Instituto de Cultura de Morelos y la Comisión Ejecutiva Estatal para las conmemoraciones del 2010, convocó a los habitantes del municipio de Tepoztlán a “compartir con la comunidad fotografías de familia y de lugares de este municipio a presentar la exposición Tres generaciones, tu familia y tu pueblo”.7 Las bases del concurso definían lo que se haría visible: fotografías de bisabuelos, abuelos, padres e hijos, fotos de lugares entre los años 1890 y 1940, de 1940 a 1980 y de 1980 a 2009. Además, remarcaban que los materiales fotográficos debían ser originales, no publicados o clasificados, y que no se aceptaban fotomontajes, composiciones, ni enmarcados con vidrio.

7 Cartel de convocatoria, “Tres generaciones, tu familia y tu pueblo”, 2010.

Ahora bien, un aspecto que comparten las exposiciones, sea cual sea su motivación, es la participación de los espectadores y el impacto sobre ellos. Éste se centra en la identificación de lo que aparece fotografiado y cómo ello detona memorias y reflexiones sobre la transformación del entorno y de las prácticas sociales. Esto es visible en la experiencia misma de la exposición, que se reconoce por los comentarios e interés de los espectadores, pero sin una metodología de recopilación de éstos, no es posible convertirlos en conocimiento compartido y a discusión.

COMO ESTRATEGIA METODOLÓGICA PARA NUTRIR UNA INVESTIGACIÓN

En ocasiones, las exposiciones forman parte de una metodología de recopilación de información que busca convertir el testimonio en fuente para la investigación social. Un ejemplo es la exposición sobre el tranvía en Xochimilco, exhibida con motivo de una conmemoración del mismo, organizada por el Colectivo Sociedad de Experimentación en el año 2010. A partir de una invitación para hacer una exposición, realizaron la recopilación de fotografías y material audiovisual.

Esta tarea no es muy distinta de lo que se ha hecho llamar investigación iconográfica, la cual consiste en hacer una búsqueda de material relacionado al tema estudiado; sin embargo, el proyecto reconoció pronto que no existía suficiente información que contextualizara lo recopilado. Se realizó un audiovisual con un montaje que reunía fotografías y material fílmico con una duración de quince minutos, el material se proyectó dentro de un tranvía y se invitó a los asistentes a compartir sus experiencias y memorias sobre lo mostrado.

La metodología incluyó la grabación de los testimonios vertidos en las ocho funciones, lo que dio como resultado el primer paso para el estudio del tema, y la identificación de las imágenes a partir de la contraposición de testimonios. Así el fragmento fílmico de una especie de plataforma que circulaba por los rieles de la ciudad de México tomó nombre cuando distintos participantes la identificaron como “la góndola”, último carro del tranvía, donde se transportaba a productores de flores y hortalizas desde el pueblo de San Gregorio de Xochimilco.

COMO RESULTADO DE UNA INVESTIGACIÓN

Un último tipo de exposición es aquél que es resultado de una investigación social. Aquí no nos referimos a una curaduría, la cual, aunque conlleva cierto tipo de indagación, pero no es resultado de responder a un problema de investigación desde las ciencias sociales. El tipo de exposiciones en el que queremos ahondar es aquel basado en la investigación social, lo que significa alejarse de la ilustración de temas, en contraste, lo que muestra es el resultado de un proceso; las imágenes forman parte de la argumentación que justifica la hipótesis.

Un ejemplo, es la exposición Contra la colonización de la mirada, realizada por el historiador Miguel Ángel Berumen en el Museo de la Revolución en la Ciudad de México, en noviembre de 2012, en la que se muestra cómo ciertas fotografías del Archivo Casasola dominaron el imaginario de lo que significó la nación mexicana a lo largo de cien años y cómo la repetida edición y distribución de esas imágenes llegó a convertirse en una institución nacional intocable e inamovible. En ella se muestran imágenes que reconocemos como parte de nuestra historia bajo una lógica que las pone a discusión.

A diferencia de una exposición que sólo muestra lo recopilado sin un análisis, las exposiciones producto de una investigación provocan nuevas preguntas, pero sobre todo, el conocimiento colectivo. La recopilación es un primer gran paso, pero que debe tener el compromiso de realizar un análisis.

Es así como encontramos experiencias que comienzan con una exposición que muestra los resultados de una recopilación, para posteriormente convertirse en exposiciones resultado de una investigación. Por ello decimos que distintos objetivos (y las estrategias consecuentes de realización de las exposiciones) producen distintos grados de conocimiento. De tal manera que las exposiciones no son garantía de temas resueltos, sino estrategias de socialización para generar conocimiento.

A continuación, abordaremos otra forma de divulgación, ligada en muchos sentidos y alcances a la investigación social, la salida audiovisual.

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