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REVISTA MENSUAL • AÑO 2 • NO.18 • AGOSTO 2021
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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
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más allá que una responsabilidad, un compromiso con Guatemala
Renace, apoyo integral a las comunidades En la aldea Chimuy de Carchá hubo fiesta desde un día antes. La comunidad se reunió para agradecer a la tierra, hacer altares y empezar a cocinar el Kak’ik que se serviría al día siguiente. Esa noche la historia de su caserío cambiaría como del día a la noche. Se haría la luz. Fue la antesala a que se encendiera el primer foco y se conectara la primera refrigeradora del pueblo. Toda la
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población estaba emocionada, los ancianos, que pensaron que morirían antes de ver conexiones eléctricas en sus casas, presenciaban un momento que, para muchos, era tan simple y cotidiano como encender un foco. Entre los invitados estaba Carlos Mérida, un ingeniero tan emocionado como los demás, conmovido de ver las reacciones de los niños a la espera de helados, los primeros que pro-
barían en su pueblo. Mérida es el gerente de Medio Ambiente y Gestión Social de Renace, una hidroeléctrica del grupo CMI, y la llegada de la luz lleva su sello detrás, es parte de los programas que la compañía realiza en la zona en 29 comunidades aledañas a su planta. Para el año 2022 esperan haber llevado energía eléctrica a 14 de esas comunidades, ya llevan seis y esperan encender los prime-
ros focos en 4 más antes de que termine este año. Sus proyectos benefician a unas 29 mil personas y buscan el desarrollo integral de las comunidades. Además del proyecto de electrificación –en el que ellos invierten el capital, y se apoyan de alianzas con Energuate y la Municipalidad local– tienen 6 programas más para beneficiar a toda la población, desde los recién nacidos hasta los ancianos,
de manera integral. En cada programa miden el impacto a través de un índice de progreso social, se trata de una herramienta que mide el bienestar de las comunidades en múltiples niveles, desde las necesidades básicas, hasta el acceso a educación superior, pasando por la calidad del agua o la vivienda y al acceso a información, o los niveles de inclusión de los que gozan sus miembros. Para comparar los resultados de sus programas, emplean una “comunidad patrón”, que está fuera del área de influencias, y que les ayuda a comparar el desarrollo de las comunidades en las que incursionan. El modelo funciona desde 2002 y les ha arrojado resultados alentadores, por ejemplo, que se ha reducido en un 32% la desnutrición y las infecciones respiratorias han caído un 23%. Estos son algunos de los programas que han puesto en marcha en las 29 comunidades Familias saludables Es el programa para los más pequeños, atiende a 524 niños y a 750 mujeres en edad fértil. Busca evitar la desnutrición, para ello se hacen mediciones periódicas de peso y talla a los niños de la comunidad, para garantizar que su desarrollo es el adecuado, y así poder detectar y apoyar a niños que estén en riesgo, actualmente apoyan a 63 de estos pequeños. Excelencia educativa Uno de los problemas de la zona es la permanencia de los niños en la escuela, Mérida explica que muchos de ellos dejan las clases porque deben ir a laborar en las cosechas. El programa fue creado para mejorar la infraestructura de los centros educativos públicos, dotarlos de tecnología y a la vez darles incentivos a los alumnos
para que permanezcan, como premios a los mejores estudiantes. A la fecha han conseguido que se incremente en un 15% la inscripción. “Ya no están abandonando, al contrario, se han inscrito más”, cuenta Mérida. Mi salud, mi responsabilidad. Dirigido a jóvenes con el objetivo de prevenir embarazos en adolescentes. Al programa asisten 2,300 alumnos a los cursos que buscan empoderar a las niñas, “empujarlas a crear un plan para la vida, poner otras cosas sobre la mesa que puedan hacer. Porque sucede
que sus madres se embarazaron jóvenes y sus abuelas también, queremos mostrarles que hay otras posibilidades”, explica Mérida. “Es un poco tema tabú, por eso no es solo prevención sexual, es parte de un plan, eso ha ayudado a que se mantenga”, agrega. Las mediciones les dicen que se han reducido en un 40% los embarazos en adolescentes. Formación para la vida. Imparten talleres en conjunto con Intecap para que jóvenes de la comunidad aprendan oficios técnicos, como herrería, reparación de motocicletas, ela-
boración de jaleas o tejidos. Participan 350 personas, y han aumentado en 206% los jóvenes con habilidades técnicas. Excelencia agrícola. Se trata de un programa que les ayuda a mejorar los cultivos. En la zona se cultiva café, cardamomo, cacao, entre otros. “El programa va desde darles un cambio de semillas, algunos tienen muchos años y las condiciones de clima han cambiado significativamente, así que les damos semillas más adecuadas, abonos orgánicos, para que mejoren sus cosechas y sus ingresos”, explica Mérida.
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Un ecosistema empresarial El ingenio Pantaleón se propuso que, ya que sus proveedores les ayudaban a crecer y a mejorar sus ingresos, ellos querían hacer lo mismo: apoyar a las empresas que los apoyan, en una suerte de cadena de favores que se alargue y que termine con empresas más prósperas, más empleos y por ende una economía más fuerte. “Consideramos que las empresas promueven el progreso económico del país y por ello apoyamos a nuestros proveedores en afianzar su modelo de negocios, hacer crecer su empresa, crear empleos, y desarrollarse de manera sostenible”, dicen en la oficina de comunicación del ingenio. El objetivo general del programa es “contribuir al desarrollo de Guatemala a través de la generación de empleo y la promoción de un ecosistema em-
presarial sostenible”. Para la implementación contaron con el apoyo del fondo de inversiones Pomona Impact. Una vez seleccionados los proveedores que participarán, deben presentarse a un programa que dura diez meses y les forman en temas financieros y estratégicos. “Durante el proceso los proveedores afianzan su modelo de negocios y trabajan en los aspectos que son más importantes para hacer crecer su empresa”, explican. Iniciaron en 2018 y a la fecha han apoyado a 20 empresas. Para seleccionar a los participantes se basan en varios criterios, que van desde que sus líderes tengan visión de largo plazo, una alta capacidad de generación de empleo y una buena motivación para participar en el programa. Al finalizar, cada em-
presario tendrá un plan de negocio detallado, con ejecución de acciones y el desarrollo de habilidades empresariales. El programa ha conseguido importantes resultados, entre ellos la generación de 245 empleos nuevos, entre fijos y temporales. La primera cohorte reportó un 17% incremento en generación de empleo y un 10% incremento en ventas en prome-
dio desde 2018. “La visión de este programa es de largo plazo. Buscamos que las empresas tengan las herramientas para adaptarse y generar nuevas oportunidades de crecimiento. Esto fue particularmente importante ante la pandemia de COVID-19 y la habilidad de estas empresas de adaptarse ante estas nuevas circunstancias” explican.
cho de una clientela sólida. Lorena es parte del programa de Responsabilidad Social Empresarial que beneficia a mil emprendedores en el país, de los cuales un 80% son mujeres. “Es un proyecto clave para el desarrollo de pequeños comerciantes, que promueve el trabajo decente, así como el crecimiento económico progresivo e inclusivo”, explican en la oficina de comunicación de CMI.
Además de la infraestructura, el proyecto les provee de capacitación sobre los productos que van a vender, pero también en servicio al cliente, mercadeo y finanzas. Las ganancias que reciban dependerán de las ventas que realicen, pero la marca asegura que todos obtienen ingresos arriba del salario mínimo, y a muchos les ha ido tan bien que incluso han podido contratar empleados, sus reportes les dicen que un 50% de las casas del pollo ya tienen personal empleado. Desde su casa, Lorena atiende a sus clientes, el programa no le limita los productos que puede vender, no importa de qué marca sean, está autorizada a comercializar cualquier cosa. Entre cliente y cliente ayuda a sus hijos en las clases, les prepara la comida y se pone a pensar en más proyectos: multiplicar sus casas de pollo, hasta convertirse en una multi empresaria.
La casa del pollo Lorena Marín estaba cansada de regresar tarde todos los días a su casa, de dejar las horas que podría pasar al lado de sus cuatro hijos, en el tráfico. Necesitaba generar ingresos, pero a la vez quería estar cerca de su familia. Así que un día se armó de valor, renunció a su empleo y se decidió a buscar un emprendimiento, quizá vender algo por catálogo o hacer alguna manualidad para vender. Llevaba esa idea en la cabeza todo el tiempo, por eso prestaba atención a su alrededor, así fue como conoció La casa del pollo, un local ubicado cerca de la casa de un pariente al que visitaba. Se acercó a preguntar y salió de allí con los números de contacto del proyecto de Corporación Multinversiones (CMI) que busca ayudar a mujeres a generar ingresos. Llamó, le pidieron algunos documentos, los reunió todos y 22 días después estaba llegando a su casa, en Villa Nueva, personal
de CMI para pintar, colocar los letreros e instalar los refrigeradores. Ella solo pagó el precio del producto que iba a vender y todo lo demás lo costeó el programa. Lorena estaba nerviosa, se lanzaba al agua sin tener nada seguro, sin un ingreso fijo todos los meses, sin embargo, muy pronto sus dudas se desvanecieron. Sus vecinos empezaron a correr la noticia de boca en boca, y en cuestión de días se había he-
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