El Economista www.eleconomista.net Febrero - Marzo 2022 • 69
DESAFÍO DE GARANTIZAR LA SOSTENIBILIDAD La producción de los alimentos suficientes es todavía un reto a superar para varios países de la región. Pág. 71
CUBRIENDO DE SABOR DESDE HACE 38 AÑOS Lactolac llega en 2022 a 38 años de producción y comercialización de derivados lácteos con los mayores estándares. Pág. 74
índice
CMI FORTALECE LA SEGURIDAD REGIONAL Con su portafolio diversificado e innovaciones, la empresa ayuda a impulsar el desarrollo sostenible de Centroamérica. Pág. 76
NOSTALGIA DEL SABOR DE ROBERTONI La marca Robertoni continúa conquistando los paladares en El Salvador y fuera de sus fronteras. Pág. 78
PLANES DE EXPANSIÓN DE LA ÚNICA Alcanzar nuevos mercados de la región centroamericana está en el radar de la compañía fabricante de carnes y embutidos. Pág. 80
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Centroamérica
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Impacto. La situación de
inseguridad alimentaria se profundizó debido a la crisis sanitaria; en Honduras y Guatemala se sumó el impacto de los huracanes.
Autosostenibilidad: el mayor reto para la región centroamericana
Impulsar la producción nacional para cubrir la demanda alimentaria es un desafío que enfrentan los países del istmo centroamericano que dependen más de las importaciones.
A
lrededor de 7.3 millones de personas están en crisis o emergencia de inseguridad alimentaria aguda en la región centroamericana, según el análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), realizado a tres países miembros del Sis-
tema de la Integración Centroamericana (SICA), El Salvador, Guatemala y Honduras, en el período entre noviembre de 2020 y marzo de 2021. “La situación de inseguridad alimentaria y nutricional se profundizó en algunas regiones de los tres países debido a la crisis sanitaria del covid-19;
en el caso de Honduras y Guatemala se sumó el impacto de los huracanes Eta e Iota, que dañó cultivos de granos básicos, hortalizas y cultivos de agroexportación, provocando alza de precios, pérdida de cosechas y de ingresos económicos de las familias”, destaca el análisis.
Dicha situación se agrava en países como El Salvador que tiene una dependencia alimentaria de las importaciones para suplir la demanda y consumo local. Desde antes de la crisis sanitaria, la Superintendencia de Competencia (SC) de El Salvador ya venía alertando
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que la dependencia a la importación de alimentos hace más vulnerable a este país y recalca que lo ideal sería producir más internamente para ser un país autosostenible. El país ha mostrado una balanza comercial deficitaria, esto implica que, en agregado, sus importaciones son mayores a sus exportaciones, según el informe de SC: “Dependencia alimentaria en El Salvador: La trascendencia de importaciones para el consumo nacional”, publicado en 2018. El documento revela que desde 1980, los porcentajes importados anualmente en El Salvador han aumentado en mayor proporción que la producción nacional, provocando una creciente dependencia de las importaciones de alimentos. Esta tendencia trae serias consecuencias a los países que importan más alimentos de los que se exportan. “Ser dependiente netamente de las importaciones te hace rehén de los precios internacionales, de las fluctuaciones en el mercado, de las subas y bajas del tipo de cambio, de los problemas con transporte, logística y la cadena en su conjunto; y de las políticas y afectaciones internas en el país exportador”, recalca Pablo Rabczuk, oficial de comercio y sistemas alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Rabczuk explica que Centroamérica es una región mixta, a diferencia de Sudamérica que se considera exportador neto de alimentos y el Caribe que se considera importador neto de alimentos. Según datos recientes publicados por la Secretaría de Integración Económica Cen-
Centroamérica
El clima puede afectar los cultivos tradicionales y básicos en la dieta.
58,463
miles de toneladas de frutas y verduras produce actualmente Centroamérica según las últimas cifras disponibles en FAOSTAT (2019). Esto supone un crecimiento de un 36% respecto a las cifras de 2010.
9°
lugar como exportador de frutas y verduras en el mundo ocupa la región de Centroamérica, según los resultados del Análisis de la competitividad regional del mercado de frutas, elaborado por la Dirección de Inteligencia Económica de la SIECA.
troamericana (SIECA) el 18 % del total de las importaciones centroamericanas son del sector agrícola y representan un 3 % del PIB regional. En 2021, las importaciones agrícolas superaron los $7,191
millones en 2021, destacándose las importaciones de maíz y preparaciones alimenticias con este cultivo, y demás residuos de aceite de soja, trigo y productos de pastelería y galletería. “En términos regionales el balance comercial es favorable, pero El Salvador y Panamá tienen saldos negativos, es decir importa más alimentos de los exportados”, aclara Rabczuk. TURBULENCIA GLOBAL Por su parte, Danilo Pérez, director ejecutivo del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) en El Salvador, dice que efectivamente el país importa el 63 % de los alimentos, como hortalizas, frutas, verduras y lácteos de los países vecinos, según las recientes estimaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Pérez dice que la principal razón por la que los salvadoreños quedan más expuestos a la subida de precios de la canasta básica es que el país carece de una matriz productiva que le ayude a resistir la
turbulencia internacional. Depender de la importaciones coloca al país en una posición de vulnerabilidad, así lo confirma Juan Hernández, presidente de la compañía salvadoreña La Única. “Hoy en día el mundo está globalizado y tristemente El Salvador no es autosostenible, es decir que no es un país productor, sino que depende de las importaciones para abastecer la industria cárnica y otras industrias. Aquí no encontramos todas las materias primas que se necesitan para producir nuestros productos, sino que debemos traerlas del exterior. Como país deberíamos de tener la capacidad de por lo menos de alimentar nuestra propia gente”, recalca el empresario. El precio de los alimentos en el mundo aumentó a su mayor nivel en más de una década como efecto de la pandemia del coronavirus. De acuerdo al índice de precios de los alimentos de la FAO, estos subieron a su tasa mensual más rápida en más de una década. Los precios registraron un incremento durante 12 meses seguidos, para alcanzar su valor más alto desde septiembre de 2011. Efectos que se replicaron en la región de Centroamérica donde los precios de alimentos y servicios tuvieron una subida exponencial, lo que podría poner en mayor peligro a quienes sufren de inseguridad alimentaria, advierte Miguel Corleto, del Programa Regional de Seguridad Alimentaria y Nutrición de Centroamérica, SICA. El especialista advierte que “lo que tuvimos en 2021 es ya una clara y marcada inflación en precios de alimentos: el aceite ha subido 73 %, azúcar
Centroamérica
40 %, cereales 22 %, igual que carnes, lo que refleja que la situación es generalizada, porque no es aumento de ciertos bienes alimenticios, sino de todos los precios”, dijo. Pero además, Corleto observa cómo en los tres países del Triángulo Norte las curvas de subida de precios de alimentos y servicios cambian de uno a otro y muestran la volatilidad del mercado en el último año. Lograr la autosuficiencia alimentaria para acabar con el hambre en la región de Centroamérica es un desafío, pero también lo es para el resto de la región de América Latina y el Caribe. Según el Panorama de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2021 de las Naciones Unidas, existen 60 millones de personas que no logran cubrir sus necesidades de alimentos. Asimismo, 267 millones de personas se clasifican en inseguridad alimentaria moderada o severa. “Lograr la autosuficiencia alimentaria, es decir la producción de alimentos adecuada para satisfacer las necesidades de la población, es un desafío que enfrentan los países de la región”, advierte Israel Ríos, oficial de nutrición de FAO. REGIÓN CON POTENCIAL P RO DU C T I VO Que los países sean autosostenibles y que potencie la producción interna de alimentos le trae grandes beneficios, entre los que se destaca: “impulsa la producción nacional para cubrir la demanda alimentaria, genera fuentes de empleo, revitaliza el área rural; genera nuevas oportunidades para la agricultura familiar; genera mayor oferta de productos frescos y generalmente
con menos impacto ambiental, al tener una huella de carbono menor por necesitar menos transporte”, sostiene Rabczuk de la FAO. No obstante aclara que las importaciones de alimentos también pueden ser muy positivas cuando las mismas ayudan en que los productos alimenticios sean más accesibles, de menor costo y de mayor variedad; y si logran cubrir demandas insatisfechas que el mercado local no puede abastecer. La agricultura es una actividad económica de gran relevancia en el istmo centroamericano ya que aporta cerca del 8.5 % del PIB de la región y genera, en promedio, el 19.8 % del empleo. En países como Guatemala, Nicaragua y Honduras, el porcentaje de empleados en el sector supera el 25 %. “Centroamérica produce 58,463 miles de toneladas de frutas y verduras, según las últimas cifras disponibles en FAOSTAT (2019), Esto supone un crecimiento de un 36 % respecto a las cifras de 2010”, indica Julián Carrazón, oficial de agricultura de la FAO. Por su parte, Raixa Llauger, oficial de Agricultura de frutas tropicales para FAO Mesoamérica manifiesta que Centroamérica ha logrado ubicarse como el noveno exportador de
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frutas y verduras en el mundo. Además es el 17° mercado de exportaciones e importación de frutas de mayor tamaño, según los resultados del Análisis de la competitividad regional del mercado de frutas, elaborado por la Dirección de Inteligencia Económica de la SIECA. “Si bien el café es la exportación número uno en la región, las frutas y verduras tienen un rol muy destacable, siendo la segunda exportación el banano y dentro del top 10 de productos agrícolas, además figuran los dátiles, higos, piñas, aguacates, guayabas, mangos, melones, sandías y papayas”, expone Rabczuk. Entre los principales exportadores de la región de estos productos están Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y Honduras. “Centroamérica tiene una gran variedad y riqueza en sus frutas y verduras. Estas son buenas noticias porque generan empleos e inyectan recursos a las economías tan golpeadas por la pandemia y por acontecimientos climáticos. Ahora es importante que estas exportaciones cada vez tengan mayor valor agregado para que esto repercuta en mejores precios y mejores ingresos para los trabajadores y productores”, opina Rabczuk. En ese sentido una de las iniciativas de la Unión Europea,
“SER DEPENDIENTE NETAMENTE DE LAS IMPORTACIONES TE HACE REHÉN DE LOS PRECIOS INTERNACIONALES”. Pablo Rabczuk, oficial de comercio y sistemas alimentarios, FAO.
“LOGRAR LA AUTOSUFICIENCIA ALIMENTARIA, ES DECIR LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS ADECUADA PARA SATISFACER LAS NECESIDADES DE LA POBLACIÓN, ES UN DESAFÍO QUE ENFRENTAN LOS PAÍSES DE LA REGIÓN.” Israel Ríos, oficial de nutrición, FAO.
Mayor demanda Se prevé que la demanda de productos agrícolas aumentará 15% durante la próxima década, según el análisis OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2019-2028.
Inclusión en mercados internacionales En el marco de la alianza entre FAO, la SECAC e IICA, 1,145 empresas y $53,5 millones en intenciones de negocios, se alcanzaron como resultados de las dos ruedas de negocios realizadas durante el 2021. El 25% de las empresas pertenece al sector de la agricultura familiar de la región de Centroamérica propiciando así su inclusión en mercados internacionales.
junto con la FAO y los Gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador, es el proyecto de Apoyo al Plan de Desarrollo Integral (PDI) para Centroamérica en el marco de la respuesta global de la Unión Europea al covid-19. “El proyecto está contribuyendo al incremento del empleo y la consolidación de los medios de vida entre los grupos objetivos, mediante acciones para el incremento del conocimiento y prácticas de la agricultura sostenible adaptada al clima, buenas prácticas agrícolas y de manufactura, organización, acceso al mercado y gestión de negocios; además, inversiones para el incremento sostenible de la productividad agrícola, la diversificación y transformación; para la captura y almacenamiento de agua para usos agrícolas; y para la inclusión en agrocadenas de valor y la creación de empleo no agrícola”, resalta Adoniram Sanches Peraci, coordinador subregional de FAO para Mesoamérica.
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Centroamérica
CMI fortalece la seguridad alimentaria en la región Con un portafolio variado, innovaciones y apoyo a emprendedores, Corporación Multi Inversiones ayuda a impulsar el desarrollo sostenible de la región. Expansión: CMI inauguró en 2021 un molino en Guatemala con el cual incrementó en un 35 % su capacidad de producción de harinas.
B
ajo el propósito “Alimentamos tu mundo para llenarlo de bienestar”, la multilatina Corporación Multi Inversiones (CMI), a través de su agrupación Alimentos, ha trabajado por más de 100 años para distinguirse como una de las empresas más grandes e importantes de la región latinoamericana. Además del posicionamiento que ha mantenido en más de 15
países, su liderazgo también lo demuestra en su compromiso con la seguridad alimentaria de la población y el desarrollo de proyectos sociales en las naciones donde está presente. Conozca en el siguiente artículo una pincelada de cómo CMI aporta a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por medio de la innovación, mejora continua, y apoyo a su cadena de valor.
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categorías en alimentos produce CMI en sus plantas repartidas en la región.
PORTAFOLIO VARIADO, NUTRITIVO Y AL ALCANCE DE TO D OS CMI cuenta con más de 20 categorías de alimentos, de las
cuales el mayor porcentaje lo constituyen aquellos que las pirámides alimentarias sugieren incluir en las comidas diarias por proporcionar macro y micronutrientes, tales como pollo, pastas y harinas. El propósito de la agrupación los impulsa a continuar con las innovaciones en su portafolio, para brindar más opciones a los consumidores, y, a la vez, aportar más información que les motiven a
Centroamérica
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dietas variadas y equilibradas. También cuentan en su portafolio con marcas y productos a precios accesibles, como parte esencial de su compromiso con la seguridad alimentaria. INVERSIONES Y DESARROLLO SOSTENIBLE En noviembre de 2021, CMI inauguró un molino en Guatemala con el cual incrementó en un 35 % su capacidad de producción de harinas. Esta es una muestra de la apuesta de la Corporación por el desarrollo de la región y su aporte a la seguridad alimentaria con inversiones de impacto y la optimización de procesos que permiten ofrecer producto inocuo, de calidad y en cantidades suficientes. Para garantizar la calidad e inocuidad de los alimentos y la sostenibilidad en los procesos de producción en Guatemala y de la región, CMI continúa con la obtención de certificaciones internacionales. En 2021, la planta Harisa en El Salvador, que pertenece a CMI, logró por segundo año consecutivo la certificación de Carbono Neutral. En dicho año, la planta dejó de emitir 1,600 toneladas de carbono respecto al 2020, logrando una disminución del 10 % de carbono en comparación al primer año. Mientras que, en enero de 2022, la planta de harinas en Nicaragua recibió la certificación internacional Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (APPCC o HACCP por sus siglas en inglés), con la cual se garantiza la inocuidad del producto que llega al cliente. CMI también tiene iniciativas con objetivo de reducir el uso de plástico e implementar empaques con materiales bio-
Sostenibilidad CMI aporta a la seguridad alimentaria de la mano con el cuidado del medio ambiente. Cuenta con reconocimientos por uso eficiente de energías y dos plantas certificadas carbono neutral. A través de CMI Energía, desarrolla y gestiona proyectos de generación de energías renovables.
Beneficio CMI Alimentos apoya el programa de nutrición de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez, con el desarrollo y entrega de Nutribien, el cual aporta energía, proteína y nutrientes de calidad.
degradables y amigables con el medio ambiente. APOYO A EMPRENDEDORES Para CMI es fundamental generar oportunidades de progreso en toda su cadena de valor a través del apoyo a emprendedores y pequeños comerciantes, con la visión de crecer juntos y llevar desarrollo sostenible con impac-
to en las personas, familias y comunidades. La Casa de Pollo Rey apoya a emprendedores y pequeños comerciantes que se convierten en aliados para la venta de productos de las marcas Pollo Rey y Toledo, facilitando el acceso a proteína cárnica de calidad en las diferentes comunidades. Cuenta con más de 700 puntos en Guatemala,
el 80 % de sus propietarias son mujeres, más del 50 % de las tiendas cuentan con empleados y los emprendedores generan ingresos superiores al salario mínimo. Los emprendedores reciben capacitaciones entre las que destaca el programa de formación en alianza con Fundes Latinoamérica y BID Invest para potenciar sus negocios. Desde 1998, el Centro de Desarrollo y Capacitación (CEDECAP) ha formado a más de 130 mil personas en sus diferentes sedes ubicadas en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana. Se enfoca en brindar estudios integrales a panaderos, pasteleros o emprendedores de ese ámbito en temas del área administrativa, marketing, innovación y calidad e inocuidad.