Ciudad de México, 28 de abril de 2021 Mis antepasados pertenecieron a un grupo de arameos que no tenían ningún lugar fijo para vivir. Se fueron a vivir a Egipto, y allí llegaron a ser un pueblo muy grande y poderoso. DEUTERONOMIO 26.5, Traducción en Lenguaje Actual Violar los derechos humanos es algo que Dios no soporta. Maltratar a los prisioneros o no darles un juicio justo, es algo que Dios no aprueba. LAMENTACIONES 3.34-36, TLA
A LA OPINIÓN PÚBLICA Recientemente nuestros corazones han sido nuevamente conmocionados por el asesinato de nuestros hermanos migrantes en algunas regiones del país. El pasado 25 de enero, 19 cuerpos de inmigrantes guatemaltecos fueron hallados calcinados en el ejido Santa Anita, municipio de Camargo, Tamaulipas. Asimismo, hemos visto con profunda indignación el uso excesivo de la fuerza policial en contra de la hermana salvadoreña Victoria Esperanza Salazar Arriaza, avecindada legalmente en México como refugiada en razón de género, quien sin presentar resistencia alguna fue sometida brutalmente por la policía municipal de Tulum, Quintana Roo, ocasionándole la muerte por la fractura de dos vértebras cervicales. Asimismo, el ejército mexicano asesinó a tiros al hermano guatemalteco Elvin Mazariegos en un retén militar en Motozintla, Chiapas, sin que hubiera cometido delito alguno. El asesinato de estos dos migrantes por parte de las fuerzas del orden en México se inscribe dentro de la escalada de excesos y abusos en contra de los ciudadanos de países hermanos, que huyen de la violencia, el hambre y la pobreza que padecen en sus lugares de origen. Como Comunión Mexicana de Iglesias Reformadas y Presbiterianas (CMIRP), nos unimos al clamor de justicia, recordando que el Dios de la Biblia protege los derechos de los migrantes y que prohíbe la conculcación de sus derechos: “No maltraten a los refugiados en el país, ni los hagan esclavos. Recuerden que también ustedes fueron extranjeros en Egipto” (ÉXODO 22.21, TLA). “Dios es justo con los huérfanos y las viudas, y muestra su amor dándoles ropa y comida a los refugiados que viven entre ustedes” (DEUTERONOMIO 10.18, TLA). Además de que nos invita a amar y recibir a los refugiados: “Así que muestren amor a los refugiados, porque también ustedes fueron refugiados en Egipto” (DEUTERONOMIO 10.19, TLA). Los hechos denunciados violan flagrantemente los tratados internacionales en materia de derechos humanos y de protección a los migrantes, especialmente la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Migrantes y la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. Por lo cual, urgimos a las autoridades de los tres órdenes de gobierno en México para que esclarezcan el asesinato de estos migrantes y de otros refugiados que han muerto en el país a manos de las fuerzas policiacas y militares o del crimen organizado. También solicitamos un juicio justo para los responsables y las consecuentes reparaciones a las víctimas de esta violencia asesina. Apremiamos a la sociedad mexicana a abandonar su xenofobia y la “aporofobia” (odio al pobre) en las que se sustenta el rechazo y violencia hacia los extranjeros. Atentamente, Con Jesucristo estamos en comunión. I CORINTIOS 1.9 COMUNIÓN MEXICANA DE IGLESIAS REFORMADAS Y PRESBITERIANAS