Mi Primera Biblia de las Promesas - Spanish

Page 1

MI PRIMERA

Biblia de las Promesas Aprende sobre las Promesas de Dios y descubre el mayor regalo de todos! Las promesas de Dios son regalos preciosos para nuestros hijos, que les permiten crecer hacia una relación con Dios de por vida. Mi Primera Biblia de las Promesas hace hincapié en cinco promesas fundamentales de Dios. Cada una de las cinco promesas viene hermosamente ilustrada a modo de regalo, para que los corazones jóvenes las entiendan con facilidad. A través de estas promesas, los niños pueden descubrir el maravilloso don de conocer y comprender el amor de Dios. Recorriendo el Antiguo y el Nuevo Testamento, el libro se compone de 32 historias seleccionadas con esmero, acompañadas de oraciones, donde se destaca una de las grandes promesas. Además de contar con una guía infográfica, tanto padres como cuidadores podrán hablar con hijos y jóvenes sobre las promesas de Dios gracias a estas atractivas historias, que vienen acompañadas de unas ilustraciones que harán vibrar a sus lectores. Mi Primera Biblia de las Promesas es una invitación a las familias para que descubran las promesas de Dios y el mejor regalo de todos: ¡Encontrar la alegría en Cristo en abundancia y vivir plenamente en el amor de Dios!

Mi Primera Biblia de las Promesas

!

Escrita por Ewald van Rensburg Ilustraciones de Leana Bothma




El día que

nací

Un día e

F EC H A

special

F EC H A

Mi fa

m Mi fa

ilia

F EC

HA

F EC

HA

milia


D A D O C O N A M O R PA R A

F EC H A

DE

U N M E N S A J E E S P E C I A L PA R A T I



Mi Primera Biblia de las Promesas


Mi Primera Biblia de las Promesas Copyright © 2023 © Todos los derechos reservados. Christian Media Publishing, P.O. Box 3228, Matieland Post Office Stellenbosch, 7602, Sudáfrica www.christianmediapublishing.com Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida por ningún medio - electrónico o de otro tipo - sin autorización previa por escrito del editor. Reg No 2010/008573/07 Author: Ewald van Rensburg Editor consultor: Dra. Mia Oosthuizen Ilustraciones: Leana Bothma Diseño y maquetación: First Light Design Marcos 10:14 y El Padre Nuestro, Mateo 6:9-13 tomadas de la Reina Valera Contemporánea ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2009, 2011. Utilizado con autorización. Todos los derechos reservados en todo el mundo. Primera edición, 2023 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 ISBN 9781991257277


Contenidos Dejen que los niños vengan a mí ..... v i i i

Nuevo Testamento

Las cinco promesas fundamentales de Dios ................................................................ i x

Jesús ha nacido............................................................ 41 Una estrella nueva................................................... 43

Antiguo Testamento

El niño Jesús visita el templo...................... 44

Dios hizo el mundo y a nosotros............ 1 0

Jesús es bautizado.................................................. 46

El Arca de Noé................................................................ 13

Jesús se va de pesca........................................... 48

Abrahán, Sara e Isaac.......................................... 14

Jesús llama a los niños....................................... 51

José y su abrigo de colores......................... 16

Jesús transforma el agua en vino...... 52

Moisés en el cesto..................................................... 19

Zaqueo se sube a un árbol........................... 55

Los israelitas aprenden a escuchar..20

Bartimeo el ciego...................................................... 56

Samuel ha nacido..................................................... 23

El hombre que no podía caminar....... 59

Dios le habla a Samuel....................................... 25

La hija de Jairo.............................................................60

Un pastorcillo se convierte en rey....... 27

La oveja perdida......................................................... 63

David y Goliat.................................................................. 28

Los panes y los peces.......................................... 64

David y Jonatán...........................................................30

El buen samaritano..................................................67

Dios cuida de Elías.................................................... 33

Dios siempre cuida de nosotros............. 69

Dios sana a Namán................................................. 35

El samaritano le da las gracias a Jesús...............................................................................71

Josías se convierte en rey............................. 37 Daniel en el foso del león................................ 38

¡Jesús vive!.......................................................................... 72 La oración del Señor............................................. 74


Dejen que los niños vengan a mí Al ver esto, Jesús se indignó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos.» MARCOS 10:14

Mi Primera Biblia de las Promesas nació de la necesidad de ayudar a las familias a transmitir y explicar el maravilloso Evangelio de Dios a niños pequeños y de preescolar de una manera fácil de entender. Con este enfoque, los niños son guiados a encontrar en Cristo la alegría en abundancia a través del conocimiento del amor de Dios (Juan 10:10). Mi Primera Biblia de las Promesas hace hincapié en cinco de las principales promesas de Dios. Para que los niños las entiendan fácilmente, se ilustran como regalos. Cada historia bíblica identifica una de las cinco promesas fundamentales. A medida que el niño se va familiarizando con las historias y las promesas fundamentales, los padres y cuidadores pueden ayudarle a identificar algunas de las otras promesas fundamentales de cada historia.

Cómo usar esta Biblia • Mi Primera Biblia de las Promesas hace hincapié en cinco de las principales promesas de Dios. Cada una de ellas se ilustra y explica como un regalo en la página siguiente. • Busca el icono del regalo que destaca una de las promesas fundamentales de Dios en cada historia bíblica. • Utiliza la infografía como guía cuando hables de las principales promesas de Dios con tu pequeño.

viii


El amor de Dios EL A MOR D E D I OS PO R MÍ N O T I E N E L Í MIT E S

Cuando veo un corazón, recuerdo que Dios me quiere mucho. Me cuida y me protege. Quiere que sea feliz.

Pertenezco a Dios A T RAVÉ S DE JE S Ú S, SOY HI JO DE DI OS

Dios me ama tanto que envió a su hijo Jesús a morir en la cruz por mis pecados. Me hizo especial y me eligió para ser su hijo y servirle. Ahora pertenezco a Dios y a su reino. Me acuerdo de esto cuando veo una cruz.

Las cinco promesas fundamentales de Dios

El Espíritu Santo E L E S PÍ R IT U S AN TO ME E N S E Ñ A A V I V I R

Nunca estoy solo. El Espíritu Santo me ayuda a comprender cómo quiere Dios que viva. En la Biblia, el Espíritu Santo de Dios se simboliza a menudo como una paloma. Me acuerdo de escuchar a Dios cuando veo una paloma apacible.

Familia

Un nuevo comienzo

SOY PA RTE DE LA FA MI LI A DE DI OS

J E S Ú S PE R D O N A TO D OS MI S PEC AD OS

Dios me da una familia que forma un círculo de amor a mi alrededor. Me cuidan y me ayudan a vivir como hijo de Dios. Mi familia incluye a todos los hijos de Dios. Juntos formamos la Iglesia. Aunque cada uno de nosotros es diferente, Dios quiere que nos amemos y cuidemos los unos a los otros.

Jesús se olvida de las cosas malas que he hecho y perdona todos mis pecados. Al hacerlo, me da un nuevo comienzo y la oportunidad de volver a intentarlo cuando he cometido un error. Gracias a Él soy como una plantita que crece fresca y nueva. Lo recuerdo cada vez que veo crecer una plantita.


Dios hizo el mundo y a nosotros GENESIS 1:1-2:4

Dios creó la tierra y creó al hombre. Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo ello era bueno en gran manera. En el principio, no había nada. Todo estaba muy tranquilo y muy oscuro. Dios dijo: “¡Que haya luz!”. Dios llamó a la luz “día” y a la oscuridad “noche”. Dios creó el gran cielo azul y el mar salado. Separó el mar de la tierra. Luego Dios cubrió la tierra con toda clase de plantas. Había árboles altos y flores silvestres. Dios creó el sol para que brillara sobre las plantas durante el día. Creó la luna y las estrellas. Iluminaban el cielo por la noche. Cuando el sol salió de nuevo, Dios creó hermosos pájaros que volaban por el cielo. Llenó los ríos y los mares de peces. Luego creó más animales. Creó animales mansos y animales salvajes. Los creó a todos, desde la gigantesca jirafa hasta el más baboso de los caracoles. Dios creó a los primeros seres humanos, Adán y Eva, para que disfrutaran de su maravilloso mundo y lo cuidaran. Cuando Dios terminó de crear todas estas cosas, miró a su alrededor. Vio que todo era perfecto. Entonces Dios descansó.

O R AC I Ó N

Gracias porque hiciste nuestro hermoso mundo, y porque me hiciste a mí. Amén. 10




El Arca de Noé GÉNESIS 6:5-9:19

Noé hizo feliz a Dios, tal y como deberíamos nosotros también. Dios estaba triste. La gente había dejado de escucharle. Se estaban haciendo cosas malas los unos a los otros. Así que Dios decidió enviar un diluvio para cubrir el mundo de agua. Había un hombre llamado Noé que siempre escuchaba a Dios. Esto hizo muy feliz a Dios. Un día, Dios le dijo a Noé que construyera un arca, un barco enorme con muchas habitaciones. Noé, su familia y toda clase de animales, insectos y pájaros estarían a salvo en el arca cuando llegara el diluvio. Noé escuchó a Dios e hizo lo que le pidió. Cuando todos estuvieron a salvo en el arca, Dios cerró las puertas. Entonces empezó a llover. Llovió a mares durante cuarenta días y cuarenta noches. Había tanta agua que hasta los picos de las montañas quedaron cubiertos. Cuando dejó de llover, Dios envió un fuerte viento para secar el agua. Cuando por fin salieron del arca, vieron un hermoso arco iris. Era la promesa de Dios de que nunca volvería a enviar otro diluvio como aquel.

O R AC I Ó N

Gracias porque me perdonas por todas las cosas malas que hago. Yo también quiero hacerte feliz. Amén. 13


Abrahán, Sara e Isaac GÉNESIS 12, 15, 18, 21

Todos formamos parte de la familia de Dios por su promesa a Abrahán. Dios le dijo a Abrahán que fuera a una nueva tierra. Como recompensa, Dios prometió darle una familia numerosa. Abrahán se alegró mucho al oír esta promesa. Él y su esposa, Sara, tenían muchas ganas de tener hijos. Abrahán y Sara viajaron durante años y años a lugares lejanos. Pero nunca tuvieron hijos. Una noche, Dios le dijo a Abrahán: “No te preocupes. Tendrás una familia muy numerosa”. Abrahán respondió: “¿Cómo puede ser eso? ¡No tengo hijos!”. Dios le contestó: “Mira todas las estrellas del cielo. ¿Puedes contarlas? Tu familia será más numerosa que el número de estrellas del cielo”. Un día Sara oyó a un mensajero de Dios que prometía a Abrahán que iba a tener un hijo. Se rió. Ya era demasiado vieja para tener un hijo. Pero si Dios hace una promesa, la cumple. Poco después nació Isaac, el hijo de Abrahán. Abrahán y Sara estaban muy contentos de tener por fin un hijo.

O R AC I Ó N

Gracias porque siempre cumples tus promesas. Gracias porque formo parte de tu familia. Amén. 14



José y su abrigo de colores GÉNESIS 37

Noda es imposible para Dios. Jacob tenía doce hijos y José era su favorito. Jacob le regaló a José un hermoso abrigo. Tenía todos los colores del arco iris. Sus hermanos mayores sintieron celos y rabia al verlo. Un día, mientras los hermanos mayores cuidaban de las ovejas, Jacob pidió a José que les visitara en el campo. Cuando los hermanos mayores vieron llegar a José, que llevaba la túnica de colores, sintieron unos celos y una rabia terribles. Decidieron matarlo. Le quitaron el abrigo y lo arrojaron a una zanja. Pero justo entonces llegaron unas personas. Eran viajeros que se dirigían a Egipto. Los hermanos decidieron no matar a José. En lugar de eso, lo vendieron como esclavo a los viajeros. Luego rasgaron el colorido abrigo, lo untaron con sangre de animal y le dijeron a su padre que José había muerto. Jacob se puso muy triste y lloró amargamente. No sabía que Dios tenía un plan especial para su hijo favorito. Pues Dios sabía que José se convertiría en un líder en Egipto y volvería a estar con su familia. O R AC I Ó N

Protegiste a José. Gracias porque siempre me ayudas, incluso cuando ocurren cosas malas. Amén. 16




Moisés en el cesto ÉXO D O 1 : 8 - 1 0 , 2 2 ; 2 : 1 - 1 0

Dios le dio a Moisés un nuevo hogar donde pudiera hacerse mayor sano y salvo. Un día, el cruel rey de Egipto dijo: “¡Maten a todos los bebés israelitas!”. Una madre ideó un ingenioso plan para salvar a su bebé. Primero tejió un cesto y lo puso a salvo dentro. Luego escondió el cesto entre los juncos que crecían a lo largo del río Nilo. La hermana mayor del bebé, Miriam, se quedó junto a él a orillas del río. Poco después llegó la princesa de Egipto. Oyó llorar al niño y encontró el cesto. La princesa quiso ayudar al niño, pero estaba preocupada. “¿Cómo voy a cuidar de este niño? Miriam se ofreció rápidamente a llamar a una mujer que pudiera ayudarla. La princesa se alegró mucho. Dijo que la mujer cuidaría del niño hasta que tuviera edad suficiente para vivir en palacio. No sabía que le estaba pidiendo a la propia madre del niño que cuidara de él. Cuando el niño creció, su madre se lo llevó a la princesa. Ella lo crió en palacio. Lo llamó “Moisés” porque lo “sacó del agua”.

O R AC I Ó N

Gracias por cuidarme y mantenerme a salvo. Amén. 19


Los israelitas aprenden a escuchar É XO D O 1 6 : 1 - 3 0

Cuando escuchamos a Dios ocurren cosas buenas. Dios le dijo a Moisés: “ Guía a los israelitas fuera de Egipto”. Moisés escuchó a Dios y los israelitas le siguieron. Su viaje fue muy largo y muy duro. Tuvieron que caminar por el desierto seco, y pronto no hubo comida. Todos los días los israelitas se quejaban de que tenían hambre. Dios los escuchó. Le dijo a Moisés: “ Les daré de comer”. Aquella tarde, miles de codornices volaron hacia el campamento de los israelitas. La gente estaba contenta porque había carne para comer. A la mañana siguiente, el campamento estaba lleno de maná. Sabía a pan dulce. Los israelitas comieron hasta hartarse. Moisés le advirtió al pueblo: “ Recuerden que Dios dijo que solo debían reunir comida suficiente para hoy”. Pero algunos no escucharon y escondieron la comida. Más tarde, se llevaron una horrible sorpresa. La comida que habían escondido se echó a perder. Así, los israelitas aprendieron que tenían que escuchar a Dios y confiar en él. A partir de ese día, escucharon a Dios y siempre tuvieron suficiente para comer. O R AC I Ó N

Por favor, ayúdame a escucharte siempre. Amén. 20




Samuel ha nacido 1 SAMUEL 1:9-28

Dios siempre escucha a sus hijos cuando oran. Ana estaba muy triste. Deseaba desesperadamente tener hijos. Pero no podía tener un bebé. Ana fue al templo a rezar. Estaba muy triste y empezó a llorar. El sacerdote, Elí, pensó que estaba borracha. Se acercó a ella y le advirtió que se callara. Pero Ana le dijo: “No, señor, lloro porque tengo muchas ganas de tener un hijo. Llevo años y años pidiéndole a Dios un bebé”. Elí la consoló y le dijo: “Dios te dará un hijo”. Cuando Ana salió del templo, estaba llena de alegría. Dios le había hecho una promesa y la cumpliría. Poco después nació Samuel, el hijo de Ana. Ella y su marido estaban muy contentos. Samuel era muy especial para ellos y para Dios, porque Ana le había prometido a Dios que Samuel trabajaría para él algún día. Cuando fue un poco mayor, Ana se llevó a Samuel a vivir al templo con Elí. El joven Samuel amaba mucho a Dios y estaba feliz de que el templo fuera su nuevo hogar.

O R AC I Ó N

Gracias porque me escuchas cuando oro y porque me haces feliz. Amén. 23



Dios le habla a Samuel 1 SAMUEL 3:1-18

Dios quiere que escuchemos su voz y su palabra. Una noche, Samuel estaba dormitando en su hermosa y calentita cama. De repente, algo lo despertó: ¿lo habían llamado por su nombre? Debe ser Elí, pensó. Samuel saltó de la cama. Corrió a la habitación de Elí. Pero Elí no lo había llamado. Así que Samuel volvió a su cama. Estaba a punto de dormirse cuando oyó que alguien lo llamaba de nuevo: “¡Samuel!”. Samuel volvió corriendo a la habitación de Elí. Pero Elí le dijo una vez más que no lo había llamado. Así que Samuel volvió a la cama. Estaba acurrucándose cuando oyó una voz que lo llamaba: “¡Samuel!”. Volvió corriendo a la habitación de Elí. Y esta vez, Elí supo que era Dios quien llamaba a Samuel. Elí le dijo a Samuel que la próxima vez que oyera la voz, le respondiera: “Habla, Señor, te escucho”. Samuel volvió a su habitación y oyó la voz que lo llamaba: “¡Samuel!”. Esta vez Samuel le respondió: “Habla, Señor, te escucho”. Entonces Dios le dio a Samuel un mensaje importante para Elí. A partir de entonces, Samuel fue un mensajero de Dios. O R AC I Ó N

Gracias por hablarme cuando leo la Biblia. Ayúdame a escucharte. Amén. 25



Un pastorcillo se convierte en rey 1 SAMUEL 16:1-13

Dios nos elige para hacer un trabajo importante para Él. Un día Dios ordenó a Samuel: “Ve a Belén para elegir al nuevo rey de Israel. Es uno de los hijos de Jesé”. “Pero, ¿cómo sabré qué hijo debe ser el rey?”, preguntó Samuel. “Yo te lo diré”, respondió Dios. Samuel fue a Belén. Jesé y sus hijos fueron a verle, y todos se pusieron delante de Samuel. Samuel escuchó la voz de Dios. Pero Dios estaba en silencio. “¿Están aquí todos tus hijos?” preguntó Samuel. “No”, respondió Isaí, “mi hijo menor, David, está cuidando las ovejas”. “Por favor, llámalo”, respondió Samuel. En cuanto David estuvo delante de Samuel, Dios habló con alegría: “¡Este es el elegido!”. David no era el más fuerte ni el más guapo de los hijos de Jesé. Pero eso no le importó a Dios. Y así, Samuel eligió a David para ser el nuevo rey de Israel. David amaba a Dios con todo su corazón. Cantaba alabanzas a Dios a través de las canciones que escribía.

O R AC I Ó N

Gracias, Señor, porque soy tan especial para ti que me eliges para hacer tu obra. Amén. 27


David y Goliat 1 SAMUEL 17

Dios siempre nos ayuda a realizar Su obra. Los israelitas y los filisteos libraban una batalla. Todos temían a un soldado filisteo en particular. Se llamaba Goliat. Goliat era un gigante descomunal. Decía cosas terribles y groseras sobre Dios. Ninguno de los soldados israelitas se atrevía a luchar contra él. Tenían demasiado miedo. Cuando David oyó lo que Goliat decía de Dios, se enfureció sobremanera. “Lucharé contra Goliat. No me da miedo”, declaró. El rey Saúl le ofreció a David una armadura especial. Pero era demasiado grande y pesada para el joven David. “No, gracias, Majestad”, dijo David, “con mi honda me basta”. David agarró cinco piedras lisas y se dirigió hacia Goliat. Cuando Goliat vio a David, lanzó una carcajada. “¡No puedes luchar contra mí!”, se rió Goliat. “Sí que puedo. Dios me ayudará”. replicó David. Entonces cargó una piedra en su honda. La lanzó contra la frente del gigante. ¡Bum! Goliat cayó muerto. El ejército filisteo huyó despavorido. David y los israelitas estaban muy contentos. Dios les había ayudado y habían vencido. O R AC I Ó N

Gracias porque me ayudas cuando necesito hacer cosas difíciles. Amén. 28



David y Jonatán 1 SAMUEL 18-20

Dios nos da a nuestra familia y a nuestros amigos para que nos cuiden y nos protejan. Después de que David venciera a Goliat, el rey Saúl invitó a David a venir a vivir al palacio. David se hizo muy amigo de Jonatán, el hijo del rey Saúl. Un día, Jonatán le hizo un regalo especial a David. Le regaló su capa, su espada, su cinturón, su arco y sus flechas. Ese día, David y Jonatán prometieron que siempre se protegerían y cuidarían mutuamente. Eran como hermanos. El rey Saúl se dio cuenta de que Jonatán y todos los israelitas querían a David. Eso no le gustó nada. Se sintió furioso y celoso. “¡Solo deberían amarme a mí!”, pensó. Decidió que mataría a David. Jonatán se enteró de los planes de su padre. Rápidamente ayudó a David a escapar. El rey Saúl se enfadó cuando se enteró. Pero a Jonatán no le importó. Solo le importaba que su mejor amigo estuviera a salvo.

O R AC I Ó N

Gracias por mi familia y mis amigos, que siempre cuidan de mí. Ayúdame a ser un buen amigo, como Jonatán. Amén. 30




Dios cuida de Elías 1 REYES 17:1-16

Si Dios nos pide que hagamos algo, también se asegura de que podamos hacerlo. Elías amaba a Dios y siempre le escuchaba. Un día Dios le dijo a Elías que le diera un mensaje al rey Acab. Pero al rey no le gustó el mensaje de Dios. Se enfadó tanto que quiso matar a Elías. Dios le dijo a Elías: “Yo te protegeré. Ve al pequeño arroyo. Tendrás agua y los cuervos te traerán comida todos los días”. Elías escuchó a Dios. Nunca tuvo hambre ni sed. Pero un día, el arroyo se secó. Entonces Dios le dijo a Elías: “Ve al pueblo. Hay una mujer que cuidará de ti”. Elías escuchó a Dios. Pero cuando encontró a la mujer, ella le dijo: “Mi harina y mi aceite están a punto de acabarse. No podré darte de comer”. “No te preocupes”, respondió Elías, “Dios cuidará de nosotros. No te quedarás sin harina ni aceite”. La mujer horneó una hermosa hogaza de pan con lo que quedaba de harina y aceite. Pero... ¡cuando volvió a mirar, sus tazones no estaban vacíos! Elías y la mujer estaban muy agradecidos. Dios estaba cuidando de ellos.

O R AC I Ó N

Ayúdame a escucharte siempre y a hacer lo que me pides. Amén. 33



Dios sana a Namán 2 REYES 5:1-15

Dios nos elige para que hablemos de Él a los demás. Namán era un hombre importante, pero estaba muy enfermo. Su piel estaba llena de horribles llagas. La gente estaba tan preocupada de contagiarse que no se le acercaban. Fue una época terrible para Namán y su mujer. Una joven israelita trabajaba en casa de Namán. Un día fue a ver a la mujer de Namán y le dijo: “Namán debería ir a ver a Eliseo en Israel. Es un hombre de Dios. Él podrá curar a tu marido”. La mujer de Namán se puso muy contenta. Se apresuró a contarle lo que le había dicho la muchacha. Al día siguiente, Namán partió hacia Israel. Después de un largo viaje, Namán llegó a casa de Eliseo. Eliseo le dijo: “Ve y lávate siete veces en el río Jordán. Entonces sanarás de tus llagas”. Namán hizo caso a Eliseo. Fue al río y se lavó siete veces. Después de la séptima vez, todas sus llagas desaparecieron. Estaba curado. Namán se llenó de alegría. Sabía que Dios lo había curado. O R AC I Ó N

Por favor, ayúdame a hablar de ti a mis amigos. Amén. 35



Josías se convierte en rey 2 REYES 22-23:3

2 CRÓNICAS 34:14-33

Dios nos da la Biblia para que sepamos cómo vivir. Dios estaba triste. Los israelitas habían dejado de escucharlo y se hacían cosas malas unos a otros. En aquel tiempo, Josías fue nombrado rey de Israel. Sólo tenía ocho años, pero amaba mucho a Dios. Cuando Josías era joven, fue a visitar el templo. Vio que el edificio estaba destrozado y desordenado por dentro. Pensó: “¡Ya basta! Decidió que los israelitas arreglarían y limpiarían el templo. Mientras arreglaban el templo, uno de los israelitas fue a verlo. “¡Rey Josías!”, exclamó, “Hemos encontrado un libro en el templo. Es el Libro de la Ley que escribió Moisés”. Y se lo mostró a Josías. Josías quedó asombrado. Este libro era como la Biblia de los israelitas. Quiso compartirlo con los israelitas. Invitó a todos al templo, donde les leyó el libro. Entonces Josías prometió a Dios que los israelitas lo escucharían y harían lo que Dios dijera. Esto hizo muy feliz a Dios.

O R AC I Ó N

Ayúdame a leer la Biblia y a hacer lo que Tú quieres que haga. Amén. 37


Daniel en el foso de los leones DA N I E L 6

Daniel fue fiel a Dios y Dios lo salvó. Daniel era un hombre muy inteligente. Era uno de los mejores líderes del rey Darío. Los otros líderes se enojaron y se pusieron celosos de Daniel. Querían meter a Daniel en problemas con el rey. Así que fueron a ver al rey y le aconsejaron que estableciera una nueva regla: “La gente sólo puede rezar al rey. Si alguien reza a Dios, será arrojado a los leones”. “Es una buena regla”, dijo el rey Darío. Pero Daniel amaba mucho a Dios. No, sólo rezaré a Dios”, pensó. Cuando los otros líderes vieron a Daniel orando a Dios, lo agarraron y lo llevaron ante el rey. Aunque al rey Darío le agradaba Daniel, tuvo que castigarlo. Esa noche Daniel fue arrojado al foso de los leones. A la mañana siguiente, temprano, el rey Darío fue al foso de los leones. “Daniel”, lo llamó, “¿te salvó tu Dios?”. “¡Sí!”, gritó Daniel alegremente. “¡Dios envió un ángel para cerrar la boca de los leones!”. El rey estaba muy contento. Dictó una nueva ley. A partir de ese día, la gente sólo podrá rezar a Dios.

O R AC I Ó N

Gracias, Dios, porque Daniel nunca dejó de rezar ni de creer en ti. Amén. 38




Jesús ha nacido LUCAS 2:1-20

Dios envió a su Hijo único para salvarnos y hacernos felices. María y José tuvieron que viajar hasta Belén porque había que hacer un censo de la gente. Cuando llegaron a Belén, María estaba muy cansada. Estaba embarazada y quería descansar, pero José no encontraba un lugar donde pudieran quedarse. Belén estaba abarrotada de gente. Por fin, un hombre bondadoso les dio un lugar donde dormir. Fue en un establo donde guardaba a sus animales. Aquella noche, en el establo, nació el niño Jesús. María y José estaban muy contentos. Lo abrazaron y lo quisieron mucho. María envolvió bien a su hijo y lo puso en un pesebre lleno de suave heno. Unos pastores cuidaban de sus ovejas en las colinas cercanas. De repente, se les apareció un ángel. “No tengan miedo”, les dijo el ángel. “Hoy ha nacido Jesús, el Hijo de Dios”. Entonces se acercaron muchos ángeles y entonaron hermosas canciones alabando a Dios. Los pastores se alegraron mucho al oír hablar de Jesús. Enseguida decidieron ir a ver a José, a María y al niño Jesús.

O R AC I Ó N

Gracias, Dios, porque nos has enviado a tu Hijo Jesús. Amén. 41



Una estrella nueva M AT E O 2 : 1 - 1 2

Pertenecemos al reino de Dios a través de Jesús. Una estrella nueva empezó a brillar en el cielo el mismo día que nació Jesús. Tres sabios vieron la estrella nueva y supieron que había nacido un nuevo Rey. Decidieron seguir a la estrella porque querían ver al nuevo Rey. Los sabios siguieron la estrella durante mucho tiempo. Por fin, la vieron brillar sobre Belén. La estrella brillaba sobre la casa de José, María y Jesús. Jesús ya no era un bebé. Era ya un niñito. Los sabios estaban muy contentos de ver a Jesús. Aunque Jesús era muy pequeño, sabían que iba a ser el Rey. Entonces dijeron a María y a José: “Hemos traído regalos para el Rey”. Le dieron a Jesús regalos muy especiales de oro, incienso y mirra. Después de su visita, los sabios montaron en sus camellos y volvieron a casa.

O R AC I Ó N

Gracias porque me elegiste para ser tu hijo. Tú también eres mi Rey. Amén. 43


El niño Jesús visita el templo LUCAS 2:41-52

En la iglesia conocemos a Dios. Todos los años había una fiesta importante en Jerusalén. Todo el mundo iba y todos estaban entusiasmados. Jesús también estaba entusiasmado porque ya tenía edad para ir. La fiesta era muy divertida, pero pronto se acabó y todos tuvieron que volver a casa. María y José iban solos a casa porque pensaban que Jesús estaba con sus amigos. A la hora de la cena, todos los niños volvieron corriendo con sus familias. Pero Jesús no aparecía por ninguna parte. José y María estaban muy preocupados. Preguntaron a todo el mundo: “”¿Han visto a Jesús?”. Pero todos le respondieron que no lo habían visto. María y José se apresuraron a volver a Jerusalén para buscarlo allí. Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo, hablando de Dios con los sacerdotes. “¡Nos tenías tan preocupados! Tu padre y yo te hemos buscado por todas partes”, dijo María. Jesús respondió: “¿Por qué me buscaban? Deberían haber sabido que estaría aquí. Esta es la casa de mi Padre celestial”. Entonces Jesús se fue a casa con María y José. O R AC I Ó N

Gracias porque también puedo amar a mi familia y a la Iglesia. Amén. 44



Jesús es bautizado M AT E O 3 : 1 3 - 1 7

Jesús está siempre con nosotros a través del Espíritu Santo. Había un hombre que vivía cerca del río Jordán. Tenía el pelo alborotado y vestía ropas toscamente tejidas. Era pariente de Jesús y se llamaba Juan el Bautista. Todos los días, junto al río, Juan le hablaba a la gente de Dios. Luego los bautizaba. Un día, Jesús bajó al río. Allí le pidió a Juan que lo bautizara. “¡No, yo no puedo bautizarte! ¡Tú eres deberías bautizarme a mí!”, gritó Juan. Pero Jesús sonrió. “ Tienes que bautizarme, Juan. Mi Padre celestial así lo ha mandado”. “Entonces, así lo haré”, respondió Juan. Jesús y Juan bajaron al río y Juan lo bautizó. Cuando Jesús salió del río, los cielos se abrieron. El Espíritu Santo descendió como una paloma y se posó suavemente sobre Jesús. Entonces todos oyeron la voz de Dios que decía: “¡He aquí mi Hijo! ¡Me llena de felicidad!”.

O R AC I Ó N

Gracias por hacerte feliz y por darme el Espíritu Santo. Amén. 46



Jesús se va de pesca LUCAS 5:1-11

M AT E O 4 : 1 8 - 2 2

Jesús elige a gente corriente para que sean sus discípulos. Había unos pescadores que faenaban todos los días, pescando, en el mar de Galilea. Pero aquel día no habían pescado nada. Jesús también se encontraba allí. Se presentó ante Pedro, uno de los pescadores, y le dijo: “Sal otra vez en tu barca, y esta vez pescarás”. Pedro negó con la cabeza: “Señor, ya hemos salido a pescar toda la noche en esta barca. No hemos pescado nada”. Pero Pedro sabía en su corazón que debía escuchar a Jesús. Así que volvió a sacar la barca. Pedro echó las redes al agua. Al instante, alguien gritó: “ ¡Miren, miren cuántos peces!”. Pedro se quedó asombrado. Había tantos peces que tuvo que llamar a sus amigos para que lo ayudaran. De vuelta a la orilla, Pedro sintió miedo de Jesús. Entonces Jesús le dijo: “No tengas miedo. Sígueme y ayúdame a enseñarle a la gente acerca de Dios”. Pedro y sus amigos Andrés, Santiago y Juan se fueron con Jesús. Se convirtieron en los primeros discípulos de Jesús. O R AC I Ó N

Gracias porque también me has elegido para ser tu discípulo. Amén. 48




Jesús llama a los niños MARCOS 10:13-15

Dios ama a todos y cada uno de sus hijos, grandes y pequeños. Siempre había mucha gente alrededor de Jesús. Todos querían hablar con él. Dondequiera que iba, Jesús hablaba a la gente de Dios. También curaba a los enfermos y les devolvía la salud. En un día tan ajetreado, un grupo de madres llevó a sus hijos a Jesús. Querían que Jesús orara por ellos. Los niños estaban muy contentos de ver a Jesús y corrieron hacia él. Pero los discípulos, al verlos, les dijeron: “¡Váyanse! No molesten a Jesús”. Jesús vio lo que pasaba, y dijo: “No espanten a los niños”. Entonces abrió mucho los brazos y llamó a los niños. Los niños se pusieron muy contentos y corrieron a sus brazos. Entonces Jesús oró por ellos. Les dijo a sus discípulos: “Los niños son importantes para Dios”.

O R AC I Ó N

Me alegro de ser importante para ti, aunque sea joven. Amén. 51


Jesús transforma el agua en vino J UA N 2 : 1 - 1 2

En nuestras vidas ocurren cosas malas, pero Dios volverá a darnos alegría. Hubo una gran boda en la ciudad de Caná. Todos estaban invitados. Estaban Jesús, su madre María y todos los discípulos. Fue una boda maravillosa. Todos comían deliciosos manjares, bebían buen vino y bailaban. Pero entonces ocurrió algo muy embarazoso: ¡se acabó el vino! En aquella época era importante tener suficiente vino en una boda. María se acercó a Jesús y le rogó: “Por favor, ¿puedes ayudarles?”. Jesús vio cerca seis tinajas de piedra. Pidió a los mozos que las llenaran de agua. Ellos hicieron lo que les dijo. Luego Jesús les dijo: “Echen un poco en un vaso y llévenselo al jefe de los mozos”. Cuando el jefe de los mozos tomó un sorbo, sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa. No estaba probando agua. Estaba probando el mejor vino. Jesús había convertido el agua en vino. Era un milagro. Ahora había suficiente vino. Y todos sabían que Jesús podía hacer milagros.

O R AC I Ó N

Gracias por hacerme feliz cuando me siento triste. Sé que eso también es un milagro. Amén 52




Zaqueo se sube a un árbol LUCAS 19:1-10

Jesús nos ayuda a cambiar y a vivir como hijos de Dios. La gente de Jericó estaba muy emocionada. ¡´Venía Jesús! Todos querían verlo, incluso Zaqueo. Las calles estaban abarrotadas de gente. Esperaban la llegada de Jesús. Pero Zaqueo era un hombre muy bajito. Era demasiado bajito para ver a través de la multitud. Habrá que idear algún plan, pensó. Y decidió subirse a un árbol cercano. Ahora gozaba de una vista perfecta. Jesús llegó un rato después. Se detuvo bajo el árbol y levantó la vista. “Zaqueo, baja, por favor”, dijo Jesús. “Hoy tengo que comer en tu casa”. Zaqueo se puso muy contento. Pero enfureció al resto de la gente. No le querían porque les engañaba y les robaba el dinero. “¿Puedes creer que Jesús va a visitar al villano Zaqueo?”, refunfuñaban. Pero Jesús le había cambiado la vida a Zaqueo. Zaqueo prometió devolver el dinero a la gente. Ahora quería ser amable y bueno. Jesús sonrió a todos y dijo: “Hoy Zaqueo se ha salvado. Ahora es hijo de Dios”. O R AC I Ó N

Gracias porque me perdonas y me amas, aunque no siempre te escucho. Ayúdame a escucharte. Amén. 55


Bartimeo el ciego MARCOS 10:46-52

Jesús ayuda a todo el que cree en él. Había un ciego que vivía en Jericó. Se llamaba Bartimeo. Era muy pobre porque no podía trabajar. Solo podía sentarse al borde del camino y pedir dinero o comida a la gente. Un día oyó a la gente hablar de Jesús. Estaban muy entusiasmados porque Jesús estaba a punto de llegar a Jericó. Bartimeo había oído muchas historias sobre Jesús. Sabía que Jesús podía curar a la gente. Cuando Bartimeo oyó que Jesús se acercaba, gritó en voz alta: “¡Jesús, ayúdame, por favor!”. Algunos le dijeron que se callara. Pero Bartimeo gritó aún más fuerte: “¡Jesús, por favor, ayúdame!”. Jesús oyó a Bartimeo y lo llamó. Bartimeo se levantó de un salto y fue hacia la voz de Jesús. “¿Qué quieres?” preguntó Jesús amablemente. “¡Jesús, quiero poder ver!”, gritó. “Tú crees y, porque crees, ahora puedes ver”, dijo Jesús. Y ahora Bartimeo podía ver. Estaba muy contento. Se puso a reír y a bailar. Desde aquel día, Bartimeo siguió a Jesús a todas partes.

O R AC I Ó N

Gracias, Jesús, porque hiciste que Bartimeo viera. Ayúdame a recordar que tú también me ayudarás. Amén. 56




El hombre que no podía caminar MARCOS 2:1-12

Dios nos da amigos para que nos ayuden. Un hombre vivía en la ciudad de Cafarnaún. No podía caminar. Pero hoy era un día especial. Sus amigos lo llevaban en coche a Jesús. Sabían que su amigo podría volver a caminar si lo llevaban hasta Jesús. Cuando llegaron a la casa donde estaba Jesús, vieron un gran problema. La casa estaba llena de gente. Incluso había una multitud fuera. “No podremos meterlo por la puerta”, se dijeron unos a otros. Así que rápidamente idearon un plan. Subieron a su amigo al tejado plano de la casa. Luego hicieron un agujero en el tejado. Con mucho cuidado, bajaron a su amigo al interior de la casa, hasta Jesús. Jesús vio lo que ocurría. Le dijo al hombre: “Levántate, toma tu camilla y anda”. El hombre se levantó de un salto, cargó la camilla y salió de la casa. Todos los que lo vieron cantaron de alegría y dieron gracias a Dios.

O R AC I Ó N

Gracias por darme buenos amigos. Estoy tan feliz de que tú también seas mi amigo. Amén. 59


La hija de Jairo LUCAS 8:40-56

Dios nos ama y nos ayuda cuando estamos heridos y tristes. Un día, Jesús hablaba a la gente de Dios. De repente, Jairo se acercó corriendo a Jesús. Cayó de rodillas ante él y le gritó: “¡Mi hijita está muy enferma! Por favor, ven a curarla”. Jesús se compadeció de Jairo y quiso ayudarle. Así que fue rápidamente con Jairo a su casa. Un hombre vino corriendo hacia ellos. “Es demasiado tarde”, le dijo. “Tu hija ha muerto. Jesús ya no tiene que venir”. Pero Jesús le dijo a Jairo: “No te preocupes. Solo cree. Yo salvaré a tu hija”. Cuando llegaron a la casa, había mucha gente llorando. “No lloren”, les dijo Jesús, “no está muerta. Está durmiendo”. Pero nadie le creyó. Entonces Jesús pidió a todos que salieran de la casa. Entró, la tomó de la mano y le dijo: “¡Levántate, niñita!”. La hija de Jairo se despertó. ¡Estaba viva otra vez! Jairo y su familia supieron que Jesús quería mucho a todo el mundo.

O R AC I Ó N

Gracias por haber ayudado a la hija de Jairo. Y gracias porque me amas. Amén. 60




La oveja perdida LUCAS 15:1-7

Dios nos ama a cada uno de nosotros. Nada puede separarnos del amor de Dios. Jesús contó esta historia: Había una vez un pastor que tenía muchas ovejas. Conocía a cada una de ellas y las cuidaba todos los días. Un día, una de sus ovejas desapareció. El pastor se aseguró de que el resto de sus ovejas estuvieran a salvo mientras él iba a buscar a la oveja perdida. Buscó por todas partes, gritando su nombre. Por fin la encontró. Estaba muy contento. La tomó en sus brazos y la abrazó con fuerza. Luego se la llevó de regreso sobre su espalda. Las otras ovejas balaron de alegría cuando volvieron a ver a su amiga. Entonces el pastor fue a ver a sus amigos y les dijo con alegría: “¡He encontrado a mi oveja perdida!”. Todos lo celebraron con el pastor. Dios es nuestro pastor. Nos conoce a cada uno por nuestro nombre. Nos cuida cada día porque somos sus hijos. Dios nos quiere mucho. Siempre nos estrecha en sus brazos celestiales.

O R AC I Ó N

Me alegro de ser tu hijo. Gracias por cuidar de mí como el pastor cuidó de sus ovejas. Amén. 63


Los panes y los peces J UA N 6 : 1 - 1 5

Dios cuida de nosotros, y nosotros debemos cuidar de los demás. Se había reunido una gran multitud. Jesús les hablaba de Dios. ¡Había tanta gente que era imposible contarla! A medida que pasaba el día, a la gente le iba entrando hambre. No habían traído comida. Jesús quiso ayudar a la gente y les dijo a sus discípulos que les dieran de comer. Mientras los discípulos buscaban comida, uno de ellos, Andrés, encontró a un niño que tenía cinco pequeños panes y dos peces. Andrés acercó al pequeño a Jesús. “El pan y los peces de este niño es lo único que he encontrado, Jesús. Pero no es suficiente”, le dijo con tristeza. El niñito le dijo a Jesús: “Puedes quedarte con mi comida”. Jesús tomó la comida del niño y les dijo a todos que se sentaran. Dio gracias a Dios por la comida antes de empezar a partirla en trocitos para repartirla. Y entonces ocurrió un milagro. La comida no se acabó. ¡Todos comieron lo suficiente e incluso sobró comida!

O R AC I Ó N

Gracias por ayudar a la gente cuando tenía hambre. Yo también quiero ayudar a otras personas. Amén. 64




El buen samaritano LUCAS 10:25-37

Dios nos ha elegido para ayudar a otras personas necesitadas. Un día, había mucha gente escuchando a Jesús. Él les contó esta historia: Un judío iba camino de Jericó. Por el camino había unos ladrones que le robaron, le golpearon y huyeron con todas sus cosas. Quedó malherido y tendido en el camino, sin poder caminar. Poco después pasó por allí un sacerdote judío. Vio al hombre. Pero no se detuvo a ayudarle. Luego pasó un jefe judío. También vio al hombre, pero pasó deprisa. Por fin llegó un samaritano. Los judíos y los samaritanos no eran amigos, pero este samaritano era un buen hombre. Lavó las heridas del judío malherido. Las envolvió con paños limpios. Luego lo subió a su asno y se lo llevó a la posada más cercana. Pagó para que el hombre se quedara allí hasta que mejorara. Entonces, Jesús le dijo a la multitud: “También ustedes deben ser como el buen samaritano y ayudar a los demás.”

O R AC I Ó N

Estoy muy contento de que me hayas elegido para ayudar a otras personas. Amén. 67



Dios siempre cuida de nosotros LUCAS 12:22-32

Dios te creó y eres importante para él. Era un día hermoso y soleado. Jesús y sus discípulos paseaban por el campo. Jesús les dijo a sus discípulos: “Quiero que siempre recuerden que son hijos de Dios. Él siempre cuidará de ustedes, igual que cuida de las plantas y los animales”. Jesús señaló a los pajarillos que volaban y cantaban alegremente. “Dios se encarga de que estos pajaritos siempre tengan suficiente para comer. Dios les ama mucho más que a los pájaros. No se preocupen por lo que van a comer”. Luego señaló las coloridas flores silvestres. Dios hace que las flores sean tan bellas. No se preocupen por la ropa que se pondrán”. Luego Jesús dijo: “Nunca deben tener miedo. Dios los creó y ustedes son muy importantes para él. Dios siempre cuida de ustedes”.

O R AC I Ó N

Gracias porque me hiciste especial y hermosa. Gracias porque cuidas de mí y del mundo entero. Amén. 69



El samaritano le da las gracias a Jesús LUCAS 17:11-19

Dios salva a las personas de todas las naciones para que le sirvan. Jesús y una multitud caminaban hacia Jerusalén. Atravesaron muchas aldeas. En una de ellas, diez hombres se acercaron a Jesús. Estaban enfermos y llenos de llagas. Nadie quería acercarse a ellos. “Jesús, ayúdanos. Por favor”, gritaban los hombres. Al verlos, Jesús les dijo: “ Vayan a ver a los sacerdotes judíos. Pídanles que decidan si están curados”. En aquella época, los sacerdotes decidían si estabas curado. Los hombres dejaron a Jesús inmediatamente y fueron a ver a los sacerdotes. Mientras caminaban hacia allí, se curaron. Uno de los hombres, un samaritano, se volvió para darle las gracias a Jesús. Corría y saltaba de alegría. Jesús le preguntó: “¿Por qué ha vuelto sólo este samaritano a dar gracias a Dios? ¡Ni siquiera es judío!”. Pero el agradecido samaritano había hecho muy feliz a Jesús. Jesús le dijo: “Eres hijo de Dios. Ahora puedes irte a casa con tu familia”.

O R AC I Ó N

Gracias porque salvas a las personas para que puedan comenzar una nueva vida contigo. Amén. 71


¡Jesús vive! J UA N 2 0 : 1 - 1 8

LUCAS 24:1-12

Porque Jesús murió en la cruz, mis pecados son perdonados. Jesús vino a ayudarnos, y mucha gente le amaba. Pero también había gente que le tenía miedo y lo odiaba. Lo capturaron y lo colgaron en una cruz donde murió. La familia de Jesús, los discípulos y sus amigos estaban muy tristes. Decidieron poner el cuerpo de Jesús en una tumba especial y colocaron una gran piedra delante. Al tercer día, María Magdalena fue a visitar la tumba de Jesús. Vio que habían quitado la piedra que había delante de la tumba. Y Jesús no estaba en la tumba. Se echó a llorar. Entonces se le aparecieron dos ángeles. Le preguntaron por qué lloraba. “Lloro porque Jesús se ha ido”, les dijo. Entonces se dio la vuelta. Vio a un hombre y le preguntó: “¿Sabes dónde se han llevado a Jesús?”. El hombre respondió: “¡María!”. Y entonces se dio cuenta de que aquel hombre era Jesús. Jesús le pidió que fuera a decirles a sus discípulos que estaba vivo. María Magdalena volvió corriendo al pueblo. Les dijo a todos: “¡Jesús no está muerto! ¡Está vivo!”.

O R AC I Ó N

Me alegro mucho de que estés vivo. Ahora sé que nada es imposible para ti. Amén. 72



La oración del Señor M AT E O 6 : 9 - 1 3

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos metas en tentación, sino líbranos del mal.” Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

La ORACIÓN que Jesús nos enseñó Padre mío que estás en los cielos. Alabo tu nombre especial. Por favor, haz del mundo un lugar mejor y ayúdame a hacer siempre lo que tú quieres que haga. Por favor, dame cada día las cosas que necesito, como comida y ropa. Y por favor, perdona todas las cosas malas que hago, igual que yo tengo que perdonar a todos los que me hacen cosas malas. Por favor, ayúdame a escucharte y a hacer lo correcto. Te pido que me protejas siempre. Tú eres el Rey de todo. Gracias por ser tu hijo. Amén. 74





MI PRIMERA

Biblia de las Promesas Aprende sobre las Promesas de Dios y descubre el mayor regalo de todos! Las promesas de Dios son regalos preciosos para nuestros hijos, que les permiten crecer hacia una relación con Dios de por vida. Mi Primera Biblia de las Promesas hace hincapié en cinco promesas fundamentales de Dios. Cada una de las cinco promesas viene hermosamente ilustrada a modo de regalo, para que los corazones jóvenes las entiendan con facilidad. A través de estas promesas, los niños pueden descubrir el maravilloso don de conocer y comprender el amor de Dios. Recorriendo el Antiguo y el Nuevo Testamento, el libro se compone de 32 historias seleccionadas con esmero, acompañadas de oraciones, donde se destaca una de las grandes promesas. Además de contar con una guía infográfica, tanto padres como cuidadores podrán hablar con hijos y jóvenes sobre las promesas de Dios gracias a estas atractivas historias, que vienen acompañadas de unas ilustraciones que harán vibrar a sus lectores. Mi Primera Biblia de las Promesas es una invitación a las familias para que descubran las promesas de Dios y el mejor regalo de todos: ¡Encontrar la alegría en Cristo en abundancia y vivir plenamente en el amor de Dios!

Mi Primera Biblia de las Promesas

!

Escrita por Ewald van Rensburg Ilustraciones de Leana Bothma


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.