UNA CIUDADDEPIEDRA
Lic. Sonia Ramos Baldรกrrago Comunicadora Social
Distraídos por el mal de altura que produce una baja de presión, mareos y hasta vómitos, son la causa para no indagar lo debido acerca del bosque de piedra de Imata. Ese fue el mal que siempre me flageló las dos veces que por allí pasé. Mauricio Pumacota, es uno de los guardaparques de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, donde se encuentra este mítico bosque de piedra, que forma parte del recorrido turístico de Imata. http://comunicandonaturaleza.blogspot.com
Y es que fácilmente se tejen creencias y la más cercana es que aquí existió una ciudad y que nadie sabe cómo quedó convertida en piedra. Pues ha de notarse que delante de esta ciudad de Piedra, un curo reza a los dioses quizá por la salvación de este pueblo.
El cóndor y la yareta: Mauricio, el guardaparque me mire con atención porque detrás de esta yareta, el cóndor descansa día y noche.
Puma: Recorremos pocos metros y este puma aparece creado tal vez por la imaginaci贸n que se resiste a la realidad.
Dichos: Se cree que una vez una mujer iba caminando por este bosque de piedra y desapareci贸 y Mauricio se preocupa por verme cerca, mientras ya tengo mucho fr铆o.
Primera catarata: DespuĂŠs del bosque de piedra, llegamos a la primera catarata de pausa. Es bastante amplia y el cielo acompaĂąa perfecto mientras se puede recostarse sobre las rocas todavĂa heladas.
El pato de los torrentes: Macho y hembra y por si fuera poco Mauricio me encara que siempre el macho serรก el mรกs hermoso en colores.
Segunda catarata: El paisaje de Imata, hace olvidar que se siente frio mientras es posible rendirse ante esta segunda catarata, sentado en los pastizales para pensar sobre si mismos, para creer que debemos hacer grandes cosas para cuidar estos regalos divinos.
Vicuña madre: En este trayecto, es posible encontrarse con más regalos divinos. Aquí puede ver como la vicuña madre traslada a su cría de un lado al otro en el rio.