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PARTIDOS POLÍTICOS Tomado de “Política y democracia” del Instituto Peruano de Educación en Derechos Humanos y la Paz – IPEDEHP
¿QUÉ SON LOS PARTIDOS POLÍTICOS? A fines del siglo XIX, a partir del movimiento obrero y el crecimiento de las clases trabajadoras, aparecen en Europa los partidos socialistas con una nueva manera de hacer política partidaria, ya no representan los intereses de grupos o de élites políticas, sino más bien buscan representar a sectores masivos. Nacen así los partidos políticos de masas que dan origen a una organización y estructuras de liderazgo más complejas. Los partidos políticos o agrupaciones políticas, son un grupo de hombres y mujeres que comparten las mismas ideas y opiniones para asegurar una influencia sobre los asuntos públicos. Los partidos políticos llegan a ocupar el gobierno por el voto de la población en elecciones políticas, mediante un sistema electoral que garantiza la selección democrática de quienes asumen el rol del gobierno. Algunas tendencias sostienen que partidos políticos son vistos como agrupaciones voluntarias que expresan o ponen en práctica determinado tipo de ideología o programa y persiguen ponerla en práctica desde el gobierno. Son instituciones con una organización que pretende ser duradera y estable, que busca influir en el Estado, generalmente tratando de ubicar a sus representantes en posiciones de gobierno o tratando de tener algún sustento popular. Esto implicaría que muchos de los partidos políticos que tenemos en el Perú entrarían en esta definición. Una definición más bien mínima, es considerar que un partido político es cualquier grupo de personas que se presenta en elecciones y es capaz de colocar a través de ellas a candidatos en puestos públicos. Los partidos políticos son instituciones vitales en la democracia porque son el vínculo entre la ciudadanía y el Estado, por esto se necesita de partidos políticos fuertes que se critiquen mutuamente y puedan ofrecer políticas alternativas. Lo que necesitan las nuevas democracias para lograr legitimidad, es sobre todo eficacia en lo económico y en aspectos políticos. Los Estados democráticos tienen como principio básico la elección de sus gobernantes a través de procesos electorales libres. Por esto, los partidos políticos son necesarios e indispensables en todo régimen democrático.
Funciones centrales de los Partidos Políticos: 1° Representar los intereses y demandas de la población Los diversos sectores de la población necesitan algún mecanismo para articular sus demandas, los partidos políticos son las entidades indispensables de toda democracia para canalizar las demandas de la población y representarlas en un régimen político.
2° Representar y canalizar las divisiones sociales Los partidos políticos median frente al conflicto social, ante los diferentes problemas y diversas demandas sociales, presentan propuestas con opciones limitadas, claras y específicas.
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3° Promover la inclusión de los ciudadanos y ciudadanas al sistema Los partidos políticos tienen la capacidad de movilizar a grupos de individuos que no participan en asuntos públicos, para que se conviertan en ciudadanos activos dentro de la vida pública.
4° Elaborar medidas de gobierno Una de las labores centrales de los partidos políticos consiste en la elaboración de políticas concretas para responder a las demandas y problemas sociales; y brindar personas capacitadas y preparadas para desempeñar cargos en las instituciones públicas.
LA LEY DE PARTIDOS POLÍTICOS La ley 28094, fue promulgada el 31 de octubre del 2003 y publicada el 1 de noviembre del mismo año, con la intención de regular la transparencia y la actividad de los partidos políticos. Establece que los fines de los partidos políticos son los siguientes: •
Asegurar la vigencia y defensa del sistema democrático.
•
Participar en procesos electorales.
•
Contribuir a preservar la paz, la libertad y la vigencia de los derechos consagrados por la legislación peruana y los tratados internacionales a los que se adhiere el Estado.
•
Formular planes y programas, que reflejen sus propuestas para el desarrollo nacional, de acuerdo a su visión de país.
•
Representar la voluntad de los ciudadanos y canalizar la opinión pública.
•
Contribuir a la educación y participación política de la población para formar ciudadanos y asumir funciones públicas.
•
Contribuir a la gobernabilidad del país.
•
Realizar actividades de cooperación y proyección social.
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Esta ley es importante porque exige a los partidos tener elecciones internas: 1)
para elegir a sus dirigentes nacionales y locales. Ello será obligatorio cada 4 años; y
2)
para elegir a sus candidatos a todo nivel. Estas se llevarán a cabo 6 meses antes de las elecciones. Ambas elecciones internas deben ser supervisadas por los organismos electorales nacionales: JNE, ONPE, RENIEC. La importancia de esto radica en que será un freno al caudillismo imperante hoy en los movimientos políticos, a la vez que dará efectiva voz a las bases del resto del país. Es conocida la frustración de estas bases pues con demasiada frecuencia sus decisiones sobre dirigentes y candidatos son cambiadas verticalmente desde Lima, sin explicación alguna.
La Ley también busca fortalecer nuestra precaria institucionalidad partidaria, pues plantea una serie de requisitos para ser considerado un partido político y poder participar en elecciones nacionales, entre ellas: 1)
el contar con bases (comités) partidarias en 65 (de las 195) provincias del país y en 17 (de las 25) regiones;
2)
dichos comités deben estar en funcionamiento dos años antes de los procesos electorales; y
3)
las organizaciones partidarias tienen que presentar idearios y planes programáticos.
Estas normas impedirán lo que hasta ahora ha venido sucediendo: que gente improvisada o caudillos eternos formen o reactiven movimientos o partidos meses antes de las elecciones y luego los disuelvan o los manden a “invernar” hasta la próxima elección. Ejemplos de este tipo los tenemos en agrupaciones como las que fundó Fujimori en la década del 90 (Cambio 90, Nueva Mayoría, Vamos Vecinos); pero tampoco escapan a esta situación antiguos partidos como Acción Popular o el APRA. La ley de partidos políticos busca también transparencia en el financiamiento partidario. Para ello establece: 1.
topes a las donaciones privadas que los partidos pueden aceptar,
2.
la obligatoriedad de informar sobre el origen (no pueden ser donaciones anónimas) y destino de los fondos que utilicen;
3.
topes a los gastos en publicidad que las organizaciones políticas hagan, y
4.
que a partir del 2007 (como se estila en Europa y en muchos países de América Latina) el estado financiará a los partidos de acuerdo a la votación que tengan. Lo que implica que seremos nosotros, con nuestro voto, quienes indicaremos al gobierno qué partidos queremos financiar y cuáles no.
Todo ello busca también dar mayor autonomía a los gobiernos que elijamos e impedirá que se filtre, como ya ha sucedido en otros países de América Latina (Ecuador, Colombia, etc.) dinero del narcotráfico en las campañas electorales. Una mayor transparencia en el financiamiento también permitirá al electorado saber qué intereses económicos están detrás de cada candidato y evaluar si ellos son los nuestros. Vemos pues que son varias las ventajas para gente como nosotros y muchísimas las desventajas para la actual clase política. De allí que no sea de extrañar su reacción frente a la ley. Primero se buscó impedir que Toledo la promulgue (lo que finalmente sí hizo) y ahora se busca tender un manto de silencio sobre ella o descalificarla aprovechando algunos vacíos; como por ejemplo, no contemplar la posibilidad de que los movimientos regionales puedan participar en elecciones generales (o nacionales) o no haber alcanzado consenso para incluir normas contra los tránsfugas). No se toma en cuenta que todas ellas se pueden subsanar modificando algunos artículos.
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