Mensjaero ala Blanca Mar/Apr 2012

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“Aquí estoy, envíame a mí”

Marzo/Abril de 2012

MENSAJERO ALA BLANCA La publicación oficial de la iglesia de Dios de la Profecía

“Aquí estoy,

envíame a mí”

Misión-Yo La fe de unos buenos amigos La Oración: Una actitud de vida de dependencia


ÂżCuĂĄl es su rol en la cosecha?

www.cogop.org/globaloutreach

2 Mensajero Ala Blanca marzo/abril de 2012


La publicación oficial de la Iglesia de Dios de la Profecía

MENSAJERO

Ala Blanca Volumen 62, Número 2 marzo/abril de 2012

Contenido 2

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Segmento informativo

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Anuncio – Compañeros en la Cosecha

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Noticias Internacionales

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Impacto global, iniciativa local Obispo Randall E. Howard, Supervisor General Noticias

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Artículos

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Misión-Yo David Bryan

19 Danzando juntos Fred S. Fisher, padre

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La historia de Sierra Leona Levi Clarke

20 Unidad Jude Enxuto

10 La gracia de Dios es suficiente en la India Obispo K.F. Wynnis 11 Sirviendo en el Pacífico Sur Nonita Que

22 La unidad y diversidad Tony Comer 24 El precioso óleo de la unidad Rita Ford

Internacionales

Escuela de Líderes

Por: Luis E. Gómez, Supervisor Nacional de Venezuela La escuela de líderes es un programa que se inició hace tres años en Venezuela y ha sido de beneficio a más de cuatrocientos estudiantes quienes se han estado preparando en el ámbito del liderazgo. En la región Bolívar – Sur y Sur Oriente tuvimos una asistencia de 120 estudiantes. Las clases fueron impartidas por el supervisor nacional Luis Gómez, quien impartió la materia “Liderazgo con Propósito”, misma que fue de gran bendición para todos los estudiantes quienes mostraron un interés oportuno en vista de la necesidad de preparación que tienen nuestros líderes.

12 Noticia actualizada del proyecto 25 Plebeya Debra McKinley operación reconstrucción Haití Tim McCaleb 27 La fe de unos buenos amigos 14 Cuba: Flotando sobre las olas Marsha Robinson del avivamiento Benjamín Feliz 28 Una vida de mayordomía Jan Couch 15 Que seamos uno Randall E. Howard 29 La oración: Una actitud de vida de dependencia: 16 Dios es comunión parte dos Dr. Wallace Pratt Adrian Varlack, padre

30 ....................... ¿Qué hay de nuevo? 31 ¿Mal por bien? DeWayne Hamby

PERSONAL EDITORIAL: Editor Ejecutivo: Randall E. Howard • Editor y Publicador: DeWaynne Hamby • Editora Asistente: Pamela Praniuk • Revisión: Departamento Mundial de Lenguajes • Distribución: Josué F. Reyes, Virginia Marrero y Rafael Alvino • Diseño Gráfico: Sixto Ramírez • Junta Editorial: Londa Richardson, Cervin McKinnon, Daniel Chatham, Tapio Sätilä, Perry Horner, Hanny Vidal, Shaun McKinley y Adrián Varlack. INFORMACIÓN: El Mensajero Ala Blanca es publicado bimestralmente por White Wing Publishing House con oficina internacional de redacción en: 3750 N.W. Keith Street, Cleveland, TN 37312 • México - Impreso por Editorial Ala Blanca (Franqueo Pagado -CR-DF-031-98), Apartado Postal 134-018, México, D.F. C.P. 07421, MÉXICO. Tel: (52-555) 715-6346. • República Dominicana - Impreso por Casa de Publicaciones Ala Blanca, Carretera de Mendoza 222, Villa Faro, D.N., P.O. Box 1792, Santo Domingo, República Dominicana. Tel: (809) 592-0355. Correo electrónico: iglesiaprof@codetel.net.do. • Perú - Impreso por la Oficina Nacional de la Iglesia de Dios de la Profecía en Perú, Ave. Elmer Fausett 1620, Distrito de Bellavista, Callao, Lima, Perú. Tel: 01451-0374. Correo Electrónico: iglesiadedios@gmail.com • Suscripción por un año $10.00 (E.U.A.) o su equivalente en moneda nacional. • Published bi-monthly by the White Wing Publishing House, 3750 NW Keith Street, Cleveland, TN 37312. **Printed in MÉXICO by Editorial Ala Blanca, Apartado Postal 134-018, México, D.F. C.P. 07421, México. Postage paid (CR-DF-031-98). Printed in the Dominican Republic by Casa de Publicaciones Ala Blanca, P.O. Box 1792, Santo Domingo, Dominican Republic. • Printed in PERÚ by The National Office of the Church of God of Prophecy in Perú, Ave. Elmer Fausett 1620, District of Bellavista, Callao, Lima, Perú • Subscription rate for one year: US $10.00 or its equivalent in national currency.

DECLARACIÓN DE FE: La Iglesia de Dios de la Profecía tiene sus raíces en la iglesia establecida por Cristo y bautizada en Pentecostés. Creemos en la autoridad profética y apostólica de la Biblia como la Palabra inspirada, infalible e inequívoca del Dios Trino y en su autoridad única en materia de fe, prédica y práctica. Afirmamos que Jesucristo es Dios encarnado y consubstancial con el Padre, que nació de una virgen y vivió sin pecado. Creemos en Su poder, Su muerte vicaria y expiatoria, Su resurrección corpórea, Su ascensión al Padre y que vendrá por Su iglesia. Creemos en Su reino milenario y eterno. Creemos que Él, con la participación del Espíritu Santo, es el único medio disponible al pecador para reconciliarse con Dios. Afirmamos que Jesucristo es la cabeza de la iglesia y que ésta, Su cuerpo, es llamada a ser santa y sin mancha, a andar como Él anduvo: en amor, humildad, tolerancia, obediencia y misericordia. Creemos en la unidad de los creyentes, en la realidad del cielo y del infierno, en la resurrección de los salvos para vida eterna con Cristo y de los perdidos para condenación eterna. © Todos los derechos reservados

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Por: Obispo Randall E. Howard, Supervisor General

Impacto Global, Iniciativa Local

El proyecto ‘Construcción Haití’ nos ofrece un ejemplo entre las muchas oportunidades de confirmar el impacto global que podemos lograr por medio de las iniciativas locales.

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Recientemente, tuve la oportunidad de asistir a la convención en Haití. Esta fue la primera convención que han llevado a cabo desde que experimentaron la vasta destrucción que ocasionó el terremoto que le quitó la vida a más de cien mil personas y que destruyó la mayor parte del país, especialmente en la ciudad capital de Puerto Príncipe. Yo sé que los miembros de la Iglesia de Dios de la Profecía todavía se acuerdan que 46 edificios de iglesias fueron críticamente dañados o destruidos y alrededor de cincuenta miembros de nuestras iglesias perdieron sus vidas, incluyendo a cuatro niños huérfanos de nuestro orfanatorio localizado en aquel lugar. En realidad era imposible celebrar una convención en el 2010 debido al trauma sufrido por la gente, y por el daño que sufrió la iglesia central. La propiedad nacional se convirtió por muchos meses en un refugio temporal para los miembros de la iglesia. Por lo que la convención del 2011 fue una reunión especial para nuestra gente a través de todo el país. Yo fui conmovido de alegría por el gozo y el agradecimiento que pude percibir entre la gente. Ellos se mostraron agradecidos por el apoyo y la ayuda que habían recibido, y porque la misericordia de Dios les había protegido de un mayor trauma del que habían experimentado. También recuerdo que un equipo proveniente de la nación vecina, la República Dominicana, dirigido por el Obispo Nacional de Panamá, Flavio Rosario, llevaron varios camiones llenos de suministros para el orfanatorio a tan solo unos días después del terremoto. La gente también estaba muy agradecida por el proyecto ‘Construcción Haití’ dirigido por el Ministerio de Alcance Mundial—bajo la supervisión del Obispo Tim McCaleb (más adelante ofreceremos más información). El orfanatorio ha recibido mucha ayuda, y los planes de proyectos futuros

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para el desarrollo son maravillosos. Ocho iglesias ya han sido asistidas, con el Obispo McCaleb dirigiendo 13 equipos de construcción en los últimos 15 meses. Era imposible pasar por alto el agradecimiento del Obispo Dorlean y nuestros líderes en Haití mientras visitábamos tres iglesias bajo construcción. Ellos estaban profundamente conmovidos por la demostración verdadera de amor y los lazos familiares que cada uno de estos equipos manifestaron. El proyecto ‘Construcción Haití’ nos ofrece un ejemplo entre las muchas oportunidades de confirmar el impacto global que podemos lograr por medio de las iniciativas locales. Las iglesias, líderes y equipos que han participado en el proyecto ‘Construcción Haití’ han generado un impacto global por medio de su deseo y decisión de activar una iniciativa local. Expresamos nuestro agradecimiento a estas iglesias y áreas que han participado: Long Island, Nueva York; Acworth, Georgia; Tilghman Road, Maryland; Canadá; Cleveland, Tenesí; Washington; Indiana; Alemania; Billings, Montana; Sheridan, Wyoming; Carolina del Sur; y Pensilvania (esta es solamente una lista parcial). Compañeros en la Cosecha es un ministerio específicamente diseñado para proveer oportunidades para un impacto global a las iniciativas locales. Este Mensajero Ala Blanca hace un llamado a participar de la escena global de Dios. Motivo a los pastores y a los líderes laicos locales que consideren seriamente el involucrarse en el impacto global por medio de una iniciativa local. Una llamada a la oficina de Compañeros en la Cosecha podría revelar las áreas en necesidad a las que Dios le está llamando para un impacto global por medio de una iniciativa local. Puede comunicarse con la oficina de Compañeros en la Cosecha al número 423-559-5207, o visitando su página en la Internet www.cogop.org.


Nuevo Templo de Campo Belo, Brasil Tres días de festival marcó la inauguración del nuevo templo de la Iglesia de Dios de la Profecía en Campo Belo MG. La reconstrucción se inició hace dos años. La historia de esta iglesia local demuestra la verdadera gracia de Dios en respuesta a las oraciones de los santos. El estado de esta iglesia hace seis años atrás era crítico pues había una orden “para cerrar esta iglesia”, pero Dios nos dio la solución. Nuestra hermana Isabel había sido nombrada para guiar a los pocos miembros que todavía tenía, que solo eran tres. Un hermano llamado José Paulo, que ha pasado a la presencia del Señor, cuando se enteró de que existía la posibilidad de cerrar el sitio, dijo: “Si se cierra, tengo la llave, yo la abro y entro a orar”.

Este evento demuestra que cuando alguien está en la brecha para interceder por la iglesia y no para sí mismo, Dios escucha y responde con prontitud del cielo el grito de los justos. La iglesia de Campo Belo ahora cuenta con más de setenta miembros y ha enviado ya dos parejas de pastores para el trabajo misionero en la región. Otros trabajadores están siendo entrenados para ser enviados al servicio. En cuanto a la reconstrucción, el viejo templo fue construido en los años 80 y tenía una estructura pequeña para la cantidad de personas que asistían regularmente a los servicios. Dios ha provisto recursos para la reconstrucción.

Un caso interesante es que un hombre que según el reporte de la pastora, “no le gustaba la iglesia y los hermanos”, fue quien entregó un cheque de miles de reales con el fin de ayudar a construir. La reconstrucción se completó a principios de noviembre incluyendo un templo nuevo y más grande, y la casa pastoral. La parte superior del templo está siendo utilizada como oficinas y aulas para enseñar a los niños. La iglesia también tiene nuevo sistema de sonido, proyector y otros equipos. La celebración de reapertura contó con la presencia de varios ministros de la región, incluyendo al supervisor nacional y su familia, el supervisor de Minas Gerais y su familia, y el supervisor del estado de Pará.

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Artículos

David Bryan

Misión-Yo:

L

as estadísticas más recientes del Departamento de Estado de los EUA estima que el número de ciudadanos norteamericanos que poseen un pasaporte es 114, 464,041. Eso representa muchas personas, pero aún así es solamente un poco más de una tercera parte de la población. Dos de cada tres norteamericanos no pueden viajar a Canadá o a las Bahamas, porque ahora se necesita tener un pasaporte. Hago mención de esto no para señalar con el amenazante dedo de la culpa a aquéllos faltos de aventura para quienes todo lo que sea diferente es percibido como algo extraño

Viviendo, Respirando, Comiendo, Durmiendo y Viajando por la Obra de Cristo

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y temeroso. Tampoco estamos tratando de mirar despectivamente a las personas solitarias y ermitañas cuya imaginación no les estimula a descubrir un mundo más allá de su ambiente familiar y amigable. Es necesario que entendamos que es imposible obedecer los mandamientos primordiales del Señor de que compartamos con los demás acerca de Su vida si no estamos dispuestos a ir a algún lugar. Puede que sea al cruzar la calle, en el siguiente bloque, o en la próxima esquina. Ninguno de esos lugares requiere documentos de viaje que tienen que ser estampados por oficiales en los puntos de entrada y de salida. Pero todavía tenemos que ir. Es posible que este ir nos lleve a otros estados u otros países. Para ir a otros países necesitamos un pasaporte. Así que estar involucrados en las misiones no es siempre una función que se determina si tenemos o no un pasaporte. Necesitamos tener el espíritu de un viajero. El tipo de viajero correcto. Yo descubrí una descripción de siete tipos de viajeros diferentes los cuales me parecen muy fascinantes. El memorista es uno que está lleno de historias de sus aventuras en lugares lejanos y exóticos. Hablar con este tipo de viajero a veces se convierte en una competencia acerca de quién puede contar la historia más fascinante. El gozo no se encuentra en el viaje, sino en el relato. El navegador es el tipo de persona que planifica cada segundo, describe en un mapa todas las esquinas, lo cual sirve de ayuda cuando uno necesita saber en

cuál restaurante va a comer, pero que puede convertirse en algo irritante si alguien trata de aventurarse fuera del horario bien planificado. El ignorante es una de esas personas que desconoce el protocolo básico de un viaje, y de todas maneras, no le importa saberlo. El casanova se explica por sí mismo. El comediante hace que el viaje sea una experiencia divertida porque se ríe de cualquier cosa. La risa es una medicina maravillosa, pero los cementerios y las clínicas del SIDA no son lugares divertidos. El lingüista es el viajero experi­ mentado quien escoge brillantemente un lenguaje, absorbe las diferencias culturales tan rápido que las personas del lugar no piensan que es un turista. El amigable es el tipo de persona que escoge nuevos amigos así como Imelda Marcos escoge sus zapatos. Yo he tenido la oportunidad de conocer a todos ellos. El seguidor de Jesús que vive las misiones requiere ser un tipo de viajero exclusivo; tiene que ser un poco lingüista, el cual está dispuesto a aprender cualquier idioma que sea necesario para compartir el amor de Cristo con las demás personas. Las misiones muchas veces han caído en un programa de categorización. Es algo que una iglesia hace por medio de un programa. Sin lugar a dudas, las iglesias participan en las misiones, pero éste es un llamado y un compromiso personal. Eso es lo que quiero decir con Misión-Yo. Las misiones requieren decisiones personales acerca de qué tipo de viajero uno va a ser. No seamos como el viajero ignorante,

pues es una falta de respeto hacia uno mismo y hacia la gente que Dios nos ha llamado a alcanzar. Ya sea que uno está ministrando al otro lado de la calle, en el estado, o en todo el mundo, tenemos que permitir ser transformados por el virus del viajero si vamos a ser verdaderos misioneros. ¡Tenemos que ir! Es posible que al otro lado de la calle nos encontremos con alguien proveniente de uno de los 238 países registrados en la base de datos de las naciones reconocidas por las Naciones Unidas. Ni siquiera necesitará un pasaporte para ministrarle. Ahora bien, no está demás que se esfuerce por obtener su pasaporte. Hechos 1:8 es el mapa para los mundos pre-modernos o posmodernos. Cuando el Espíritu desciende sobre nosotros recibimos el deseo de viajar—a Jerusalén (al otro lado de la calle), Judea (en todo el vecindario), Samaria (en los suburbios que pueden ser raciales o culturales) y hasta los confines de la tierra (¡allí necesitará un pasaporte!). Las historias en esta revista provienen de personas que viajan en nombre de Jesús. Para muchos de ellos, las condiciones de viaje son rústicas y desagradables, pero eso no les detiene de continuar viajando. Para otros, las condiciones de viaje son realmente peligrosas; ellos son mis héroes. Para otros, el camino es difícil, pero continúan viajando. Yo le estoy orando al Señor para que usted también pueda ser afectado por el virus del viajero. De eso se tratan las misiones. Hay muchas otras historias en nuestra página de Internet http:// cogop.org/globaloutreach.html.

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Nos unimos al salmista cuando dijo, “Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia” (Salmo 106:1). Mirando retrospectivamente los eventos acaecidos en el país, y particularmente en la Iglesia de Dios de la Profecía, ciertamente tenemos más que suficiente razón para sentirnos agradecidos con nuestro bendito Señor. Hubo una guerra civil que devastó el país, dejando a muchas personas con sueños destruidos y con poca esperanza. El año pasado, 7 de marzo de 2010, la iglesia como cuerpo en Sierra Leona experimentó uno de sus más trágicos períodos. Nuestro Secretario de Campo, John P. Mendy, y otros tres líderes ministros murieron trágicamente en un accidente automovilístico. Como resultado de dichas noticias devastadoras, una semana más tarde, la esposa del Reverendo Mendy sufrió un ataque cardíaco y también falleció. Ciertamente, es un misterio cómo es que estas personas después de haber atravesado tantas crisis pueden mantener la esperanza viva y continuar hacia adelante. Tenemos que agradecerle a Dios por Su gracia sublime, y a nuestra familia eclesiástica alrededor del mundo por su apoyo incondicional. También estamos agradecidos de manera especial con el recién fallecido Presbítero General, Obispo Sherman O. Allen por haber hecho un viaje especial a Freetown, Sierra Leona, durante este período crítico para llevar consolación, fortaleza y apoyo espiritual y material tanto a las personas afectadas como a la iglesia. También queremos agradecer de forma especial a las Oficinas Internacionales, especialmente al Departamento de Alcance Mundial por su apoyo y oración. De igual manera, encomiamos a la administración africana por sus acciones proactivas no sólo en la oración, sino por llevar un equipo a Freetown para ayudar a las familias y a la iglesia. No podemos pasar por alto al Obispo James Kolowale de Nigeria, quien hiciera un sacrificio enorme al hacer acto de presencia en los funerales representando la iglesia global cuando otros no pudieron hacerlo debido a diversas razones. En octubre de 2010, el Obispo Levi Clarke y su esposa Floreth, después de enterarse de la tragedia, buscaron la

dirección de Dios y decidieron aceptar el desafío de mudarse a Sierra Leona para asistir en la reconstrucción y el fortalecimiento de la obra allí. La familia Clarke está en Sierra Leona en estos momentos, y han rentado una casa en Freetown. Ellos están muy ocupados tratando de proveer consolación, liderazgo, entrenamiento y desarrollo en ese lugar. Según las palabras de nuestros hermanos Clarke, “Este es uno de los retos más difíciles en el cual nos hemos involucrado durante todo nuestro trabajo ministerial en la Iglesia de Dios de la Profecía. No obstante, estamos convencidos de que estamos en la voluntad de Dios. Y la gente nos expresan su amor y agradecimiento, y esto hace toda la diferencia”. Cada día podemos ver a Dios cambiando las cosas para Su gloria por lo que nos sentimos sumamente agradecidos. A continuación les presentamos algunas de las cosas maravillosas que Dios ha hecho desde la llegada de nuestro nuevo equipo del Supervisor Nacional, el Obispo Levi y Floreth Clarke.

Bautismo y nuevos miembros La iglesia a nivel nacional organizó un bautismo nacional el Domingo de Resurrección, 24 de abril de 2011, en una de nuestras iglesias locales (Hastings Branch). Un poderoso servicio de adoración comenzó a las 3:00 de la tarde seguido con el bautismo por inmersión en el río cercano a la aldea de Hastings. Los candidatos provenían de siete de nuestras iglesias locales activas (Kissy, Kuntoloh, Calaba Town, Tengbeh Town, Tagrin, Makosseh y Hastings). Un total de 64 personas fueron bautizadas y añadidas a las iglesias.

Estadísticas de Sierra Leona Sierra Leona es un pequeño estado costero que se encuentra localizado entre Guinea y Liberia en África Occidental, con un área de 71,740 kilómetros cuadrados. De acuerdo a Operación Mundo, en el año 2000, la población era de aproximadamente 5,559,253. La ciudad de Freetown es la capital del país. Los habitantes están compuestos de Mandes, Kwa, Krio y otros. La lengua

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Levi Clarke


oficial es el inglés. El idioma del comercio es el krio (criollo) el cual es hablado por el 10 por ciento de la población como su primera lengua y el 90 por ciento como su segunda. En 1797, Freetown fue fundada como un hogar para los esclavos que habían sido libertados. Ellos lograron su independencia de Gran Bretaña en 1961. El inicio de la guerra de Liberia en 1990 provocó el colapso del gobierno y resultó en serios desafíos para los ciudadanos de Sierra Leona. Sin embargo, gracias a Dios porque la iglesia está viva y hay libertad para predicar el transformador evangelio de Jesucristo.

Construcción de la iglesia Esta es la iglesia de Kuntoloh, localizada en Freetown. Es la segunda iglesia más grande que ha estado en construcción por los pasados doce años. El pastor Elba y su congregación deben ser encomiados por sus iniciativas y arduo trabajo. La mayoría de lo que se ha hecho es el resultado de contribuciones de los miembros; es por esta razón que se está tomando tanto tiempo para finalizarlo. En marzo de 2011, ellos recibieron una pequeña donación de la Iglesia de Dios de la Profecía en Brampton (Canadá) para arreglar el piso y las paredes interiores, y hasta han comenzado a trabajar en el exterior.

Iglesia local de Kalaba Town Otra iglesia que se encuentra en construcción es la de Kalaba Town. Las ventanas serán instaladas pronto, y ha sido posible por medio de una donación

del Centro de Adoración de North Park, en Brampton, Ontario, Canadá. La congregación de la iglesia de Hastings ha estado trabajando en su edificio por muchos años. Ellos tomaron una foto, parados en la fundación. Pero gracias a la contribución generosa de la Catedral del Nuevo Pacto en Toronto ya las paredes de la iglesia se han levantado. No se necesita mucho para que estos santos estén adorando en su edificio.

Informe del Retiro Nacional de Niños Desde el 20 al 23 de abril se llevó a cabo el segundo retiro de niños en Sierra Leona, bajo la dirección eficiente de la Directora Nacional de Niños, la hermana Kaday Johnson. De acuerdo a las opiniones generales, éste ha sido el mejor de todos. El tema del retiro fue “Los Niños son Herencia del Señor” (Salmo 127:3). Setenta y cinco (75) niños participaron provenientes de siete iglesias locales diferentes. El retiro se celebró en Songo. Este es uno de nuestros terrenos de la escuela, donde tenemos la primera escuela de la Iglesia de Dios de la Profecía en la nación. Las actividades incluyeron: Enseñanzas bíblicas, versículos de memorización, películas evangelísticas , visita a un monumento histórico, etc. Hubo 11 niños que aceptaron al Señor en este retiro. ¡A Dios sea la gloria!

Los niños que se quedaron atrás En enero de 2011 recibimos una generosa donación para los niños que se quedaron atrás después de la muerte de los Mendy y de los otros líderes, como también dos huérfanos. Pudimos pagar todas las deudas de la escuela, sus matrículas y su transportación para el año escolar. Estos niños y los demás familiares están agradecidos a los donantes de la Iglesia de Dios de la Profecía en Calgary, Alberta, Canadá. La edad de los niños oscila desde guardería infantil hasta la escuela de medicina. Muchas gracias a la iglesia en general y al Comité del Liderazgo en África por su apoyo. Que Dios continúe bendiciendo a Su iglesia.

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La Gracia de Dios es suficiente en la India

Yo nací el 16 de junio de 1952 en una familia luterana. Mis padres, John Chittian y Sundaramma, eran ancianos en la iglesia. Ellos me criaron a mí y a mi hermana en una forma disciplinada y honrada. Cuando cumplí diez años de edad mi padre partió con el Señor (en el año 1962) debido a una enfermedad. Mi madre, con mucho esfuerzo, nos crió y nos educó. Recuerdo que era el primero en todos los eventos de mi escuela secundaria, y tenía la ambición de convertirme en un doctor. Pero después de entrar en la universidad, me contagié de todos los hábitos malignos y pecaminosos por lo que no pude terminar mis estudios. Como las circunstancias no se veían favorables, mi madre me envió a un entrenamiento bíblico en la misión de Godavari Delta. Yo recibí al Señor en el año 1969. Durante ese tiempo mi tío, por parte de mi madre, Bhavana Devadas, era pastor de la Iglesia de Dios de la Profecía bajo el liderazgo del Obispo D. Joseph. En 1970 me casé con mi hermosa esposa, Bhagavathi. Un año más tarde, mi esposa y yo estudiamos en el Instituto de Entrenamiento Bíblico por tres trimestres. Luego de finalizar mis estudios en 1972, el Obispo Joseph nos bautizó. En 1974 fui seleccionado como maestro para trabajar en el Instituto de Entrenamiento Bíblico, y posteriormente como director. Tuve la oportunidad de trabajar con muchos jóvenes enseñándoles la Palabra de Dios. Ciertamente, fui con­ movido profundamente por los principios de la Iglesia de Dios de la Profecía, y comen­ cé un ministerio con tres personas. Dios ha bendecido y desarrollado la iglesia a pesar de los ataques, las tentaciones de Satanás y las dificultades financieras. Fui nombrado como pastor de área por el Obispo D. Joseph y trabajé allí por 30 años. De acuerdo a la voluntad perfecta de Dios y a Su gracia abundante, tuve la rara oportunidad de asistir a clases en Singapur en 1988, una conferencia en 1991, y una conferencia de líderes en Filipinas en 1994. Fui bendecido de poder asistir a esas clases.

Trabajé exitosamente como coordi­ na­dor de la convención general en Tanuku, y mi esposa Bhagavathi fue nombrada Directora Nacional del Departamento del Ministerio de Damas. Ella cumplió con este encargo para la gloria de Dios. Como Supervisor Nacional, por primera vez, el Obispo David L. Browder, los Obispos Randall Howard y Perry Gillum asistieron a la convención de Tanuku y trajeron fortaleza a la iglesia. Estos hombres de Dios visitaron mi hogar y por medio de su toque se manifestaron ciertos milagros en mi vida. Mi hogar fue modificado, y sin ninguna asistencia externa pudimos construir un hermoso edificio para la iglesia. La congregación ha crecido a más de 250 miembros como resultado de la promesa de Dios:“Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9:23). También tuve el privilegio de dirigir la construcción de un edificio para la iglesia en Duvva. Dios me ha bendecido con una hija, tres hijos y seis nietos. Por favor oren por mí y mi familia. Deseamos servir al Señor fielmente, y ser usados por Él poderosamente. También estamos en el proceso de construir un edificio en Kanuru. Por favor recuerden esta obra.

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Sinceramente en Cristo, Obispo K.F. Wynnis Kanuru, Andhra Pradesh, India


Sirviendo en el Pacífico Sur: Nonita Que Cuenta su Historia

Cada vez que pienso quién yo era antes de conocer al Señor Jesucristo, me acuerdo lo que dijo Isaías en relación a nuestra justicia. Yo nunca hubiera pensado que me encontraba caminando en dirección de la destrucción. Después de todo, nuestra familia era devota ya que dos de mis hermanas eran monjas, y uno de mis hermanos era un sacerdote jesuita. Mi lógica era que yo era parte de una familia “piadosa” y que estábamos en una mejor posición de ir al cielo que nuestros vecinos

y otras personas en la ciudad. Esta era mi manera de pensar, y esta actitud continuó hasta convertirme en un adulto. Le agradezco al Señor por Su misericordia para con mi vida, y que me haya liberado de muchas situaciones en las que pude ser herido físicamente, o hasta haber perdido la vida. A mí me sorprendió el que mi justicia personal o mi trasfondo familiar no pudieran hacerme entrar por las puertas del cielo. La fecha fue el 21 de febrero de 1988. Claramente recuerdo que fui invitado por una amiga (quien más tarde se convirtiera en mi esposa) a asistir a un servicio al aire libre en la Escuela Secundaria Araullo, Manila. Fue maravilloso ver cómo Dios me tocó. Sentí como que tenía que tomar una decisión después de haber escuchado el sermón. ¿Creería yo lo que el pastor había leído en la Biblia, o continuaría creyendo en lo que me parecía que era correcto? De alguna manera, por razones inexplicables, me puse de pie y me dirigí hacia el altar, llorando como un niño, y sin importarme las muchas personas que me miraban mientras estaba en el altar. Esto era algo que yo nunca hubiera considerado tomando en cuenta mi naturaleza tímida en ese momento. Pero sentí como que un gran peso se había ido luego de que oraran por mí. En mi interior había comenzado a evidenciarse un hambre, que en aquel entonces yo no podía describir. Sin embargo, más tarde, me di cuenta que esa hambre era por Él. Lentamente pude entender que deseaba aprender más y más acerca de Dios. Él cambió algo en mi interior, y era evidente en la manera cómo mis deseos habían sido transformados. Poco a poco pude darme cuenta de la diferencia en mi manera de pensar, especial-

mente en cuanto a mi compromiso por Él. Cuando el Señor me llamó a la enseñanza también fui bautizado con el Espíritu Santo. Esto ocurrió en 1992 mientras mi pastor y otros pastores me impusieron las manos y oraron por mí durante una reunión de nuestras iglesias. El Señor comenzó a hacer algo nuevo en mi vida. La naturaleza tímida que yo siempre había exhibido desapareció mientras el Señor me usaba más y más como un vaso para enseñar Su Palabra. El llamado del Señor para servir como pastor vino a mediados del mes de septiembre de 2005. Sin embargo, no lo reconocí inmediatamente porque ya estaba fungiendo como pastor asistente en otra congregación. Esta fue una decisión difícil, considerando que la iglesia en la que yo estaba recién acababa de construir un hermoso edificio. Nos encontrábamos en un lugar cómodo. El llamado era claro; la necesidad era imperante; y después de orar, comenzó la transición para mí y para mi familia. Nos tomó a mí y a mi familia un año completo para finalmente entender y obedecer el llamado del Señor. Fuimos nombrados pastores de la Iglesia de Dios de la Profecía South Pacific Missions en Samoa Americana. Este fue otro hito en mi caminar con el Señor. Le doy gracias a Él por habernos llevado al lugar donde estamos, tanto física como espiritualmente. El Señor es fiel; el Señor es verdad. Le agradezco por Su misericordia, paz, amor, provisiones y unción. ¡A Él sea toda honra, gloria y agradecimiento por siempre y siempre. Amén! Nonita Que

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E

l administrador del proyecto Operación Reconstrucción Haití, el Obispo Tim McCaleb, nos informa alegremente que otro de los equipos de construcción acaba de regresar de un maravilloso viaje a Haití: “El equipo estaba compuesto de cuatro miembros de la iglesia en Acworth, Georgia, seis de la iglesia Tilghman Road en la ciudad de Salisbury, Maryland, una de Toronto, Canadá, y otra desde Cleveland, Tenesí. Nuestra misión era construir los techos de dos iglesias grandes, y parecía una tarea muy difícil de lograr. “Cuando llegamos, la iglesia de LaSalle de más de doscientos miembros estaba adorando bajo un frágil techo de zinc que casi se estaba cayendo sobre los hermanos. El domingo en la mañana del 15 de mayo, adoramos junto a esta congregación y el Espíritu de Dios se manifestó en aquel lugar. El coro cantó y sus voces sonaban increíblemente hermosas mientras se unían en una armonía de alabanzas al Señor.

para tratar de construir estas estructuras de hierro, y se requirió el trabajo de 15 a 20 hombres (haitianos y americanos) para terminar dicha obra. No obstante, me siento alegre de poder informarles que este techo está terminado, y que la iglesia ya se está congregando en un hermoso edificio desde el cual el evangelio sigue fluyendo. “Yo no me canso de hablar de los hombres y de las mujeres en este equipo, como también de los otros equipos y de nuestros hermanos y hermanas haitianos que han trabajado juntos para lograr hacer este sueño una realidad”.

“Después del domingo en la mañana, regresamos al recinto y comenzamos a diseñar unas estructuras para el edificio. Inmediatamente nos dimos cuenta que teníamos que modificar nuestros planes para cumplir con la tarea, pero el equipo estaba preparado para el desafío. Ya para el miércoles en la mañana la iglesia tenía un techo nuevo. “La segunda iglesia fue la de Merger. La misma se encuentra localizada sobre una colina con vista al océano. Esta es una propiedad hermosa; sin embargo, esta congregación de 500 miembros estaba adorando bajo una lona que no los podía proteger adecuadamente de las inclemencias del tiempo. El edificio era tan grande que tuvimos que abandonar nuestro plan original de utilizar una estructura de madera, para construirla de hierro y soldadura. Este fue un proceso mucho más lento por lo que parte del equipo trabajó construyendo esta estructura en Merger, mientras que los demás trabajaron en LaSalle. Nos tuvimos que esforzar mucho

“Cuando llegamos, la gente de la iglesia en Merger se estaban reuniendo en un edificio con una lona como techo. Un día mientras estábamos trabajando comenzó a llover intensamente y la lona nos ofreció muy poca protección. Yo le dije al pastor que podíamos construir el techo, pero no bajo ese tipo de clima. La iglesia comenzó a orar y a cantar, y de repente un hermoso cielo azul comenzó a aparecer y la lluvia dejó de caer. “Aunque llovía de noche, no nos volvió a impedir nuestro trabajo en el día, aun cuando era la temporada de lluvia en Haití. Si usted ha pensado ir en un viaje misionero a Haití, este es el momento para hacerlo. Si tiene cualquier interrogante con gusto le ayudaremos. Por favor contácteme al siguiente correo electrónico: TMcc1200@aol. com. Por favor escriba la palabra Haití en el tema del correo electrónico para no borrarlo, o me puede llamar al número (615) 633-5732.

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Mayo de 2011—Miembros del equipo Operación Reconstrucción Haití De izquierda a derecha en la primera fila se encuentra Kettia Massenat, Kyle Schafer, Tim McCaleb, Martha Minton, Cynthia Smith, Jeremy Gilmore. En la segunda fila: Ben Howard, Neal Wright, John Howard, Jamie Ellis, John Minton, Gary Smith, y Mike Smythers.


“En la iglesia de LaSalle el techo fue removido y remplazado en tan solo tres días. El equipo trabajó arduamente, y como resultado de nuestro esfuerzo la iglesia preparó un banquete haitiano en el cual había pollo frito y otros componentes”. Compañeros en la Cosecha, su esfuerzo de apoyo a nuestros hermanos y hermanos ha sido maravilloso. Muchas gracias por su continuo esfuerzo para ayudar a reconstruir a Haití. Ciertamente, Dios debe llevarse toda la gloria por Su maravillosa intervención y por tocar los corazones de nuestra gente para que respondieran rápidamente después del desastre—sus oraciones, su apoyo financiero y ayuda física han mostrado literalmente el amor del Padre. Todavía tenemos un arduo camino por delante en nuestra asistencia a las familias haitianas y les agradecemos profundamente sus oraciones y su continuo apoyo.

cargamos el material, clavamos, cortamos, perforamos, e hicimos todo lo necesario para completar este proyecto. También recibimos la hermosa ayuda de algunos miembros de las iglesias locales. Este fue un magnífico trabajo de equipo. “El equipo durmió en el orfanatorio de la Iglesia de Dios de la Profecía en Leonage. Esta es una buena facilidad, y sin lugar a dudas será un lugar muy útil cuando se concluya la renovación. Durante mi estadía allí, tengo que confesar que era una bendición levantarme cada mañana (cerca de las 5:00 am) al sonido de los niños y los trabajadores del orfanatorio leyendo la Palabra, orando y cantándole himnos al Señor (sin dejar de mencionar los gallos, los perros y los cabros). Más tarde en el día (alrededor de las 8:00 am), me conmovió ver más de cien niños y adolescentes reunidos en el exterior, en el centro de la propiedad. Ellos estaban hermosamente vestidos en sus uniformes, mientras cantaban el himno nacional y oraban antes de partir a sus respectivas clases.

Noticia Actualizada del Proyecto

Testimonio personal del proyecto Operación Reconstrucción Haití Un miembro del equipo canadiense, la hermana Kettia Massenat nos ofrece el siguiente testimonio: “Yo tuve el privilegio de participar en el último viaje misionero a Haití el cual fue dirigido por el Obispo Tim McCaleb (14-21 de mayo de 2011). Esta fue una experiencia enriquecedora e inspiradora para mí. “El equipo estaba compuesto de 13 personas. Yo no conocía a ninguno de ellos antes del viaje. Sin embargo, todos teníamos algo en común: el deseo de ayudar en Haití y hacer una diferencia en el reino de Dios. Yo le agradezco al Señor por habernos permitido cumplir con la misión que nos propusimos hacer: construir los techos de dos iglesias (Merger y Lasalle). “Algunos misioneros trajeron sus equipos. Otros trabajaron su buena voluntad y dedicación. Nosotros

“El Obispo Tim es un excelente coordinador. Él sabía qué teníamos que hacer y cuándo teníamos que hacerlo. Él se percataba no solamente que el equipo estuviera bien, sino que velaba por la realización del proyecto que teníamos por delante. Su eficiencia contribuyó a que este viaje fuera exitoso. “Yo definitivamente recomiendo este tipo de viaje misionero a cualquier persona que sienta algo por Haití y que desee hacer algo tangible para el reino de Dios en aquel lugar. Si el Señor se tardara en regresar yo quiero volver a tener la oportunidad de regresar a Haití y trabajar en otros proyectos similares”. Kettia fue la traductora durante los momentos de adoración junto a los hermanos haitianos, y trabajó arduamente con el equipo cada día mientras trabajábamos para completar los dos techos. Tim McCaleb

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Benjamín Feliz

Cuba:

Flotando sobre las olas del avivamiento

La Iglesia de Dios de la Profecía fue establecida oficialmente en Cuba en 1935. Hasta 1961 había solamente 11 congregaciones en el país. Ese año, los norteamericanos tuvieron que salir del país porque el nuevo gobierno establecido no permitía que los extranjeros trabajaran como pastores. El Obispo Roberto Lam, pastor de Güines, Habana, dirigió la obra por más de 40 años, hasta el 2002. Con la ayuda y la dirección del Espíritu Santo, él pudo sustentar esas 11 congregaciones y algunas otras misiones que habían comenzado en esos días.

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En el 2002, Cuba fue colocada bajo la responsabilidad del Obispo Jorge Marrero, Supervisor de la República Dominicana. En ese entonces, un pastor cubano que trabajaba bajo el liderazgo del Obispo Marrero, de nombre Moisés Hernández, fue reconocido por el gobierno como el presidente nacional de la iglesia. En los últimos años, la iglesia se ha extendido de tres a siete provincias, y se han comenzado nuevas iglesias por medio del esfuerzo unido de las misiones y las iglesias locales que han estado seleccionando y entrenando familias misioneras. La mayoría de nuestra gente en Cuba ha estado sirviendo al Señor bajo condiciones extremadamente difíciles por muchos años. Las situación económica y política han impuesto unas tremendas limitaciones, pero Dios ha estado haciendo cosas increíbles en esta nación isleña. Lo que está sucediendo en Cuba hoy es maravilloso. Nuestra iglesia ha duplicado el número de iglesias locales y de miembros desde el 2006. Hay un avivamiento en la tierra. Estamos plantando tantas iglesias y tan rápido que es difícil reportar el número correcto. Tenemos iglesias en 10 de las 14 provincias del país. Muchos jóvenes y señoritas han aceptado el llamado de plantar iglesias en áreas urbanas y rurales. En la actualidad tenemos varios edificios bajo construcción; sin embargo, debido a las limitaciones financieras y legales no hemos podido terminar estos proyectos. Hay muchos terrenos disponibles para la venta, a precios muy bajos, en áreas a las que estamos alcanzando. Sabemos que esta es una puerta que Dios ha abierto la cual se puede cerrar pronto. Se ha abierto una gran puerta para la Iglesia de Dios de la Profecía. Ahora podemos viajar a Cuba y asistir a nuestros hermanos y hermanas en la isla. Mi deseo es lograr que las iglesias en Norteamérica puedan unirse con las iglesias locales en Cuba para establecer relaciones permanentes. Si quiere saber más de las oportunidades misioneras en Cuba, por favor contacte la oficina del Presbítero General Benjamín Feliz al correo electrónico: bfeliz@cogop.org.


L

a Visión/Misión de la Iglesia de Dios de la Profecía dice,“La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento que exalte a Cristo, persiga la santidad, esté lleno del Espíritu, abierto a todas las naciones, hacedor de discípulos, establecedor de iglesias y que sienta gran pasión por la unión cristiana. Empoderados por el Espíritu Santo a través de la oración, estableceremos iglesias y equiparemos líderes para cumplir con el mandato bíblico de hacer discípulos genuinos de todas las gentes alrededor del mundo, y a glorificar a Cristo nuestro Señor, quien es la Cabeza de la iglesia. Si nos enfocamos en el tema de esta revista estamos diciendo que la Iglesia de Dios de la Profecía será “un movimiento con una pasión por la unión cristiana”. Este es uno de nuestros objetivos mientras nos movemos al año 2020 y es también la razón por la que estamos dedicando una edición completa del Mensajero Ala Blanca al objetivo de esta visión. A mí me gusta cuando el pueblo de Dios se une y hace algo en unidad. También creo que Dios se agrada de esto. Algunos de nosotros recordamos el día cuando los Cumplidores de Promesas reunieron a más de un millón de hombres para un día de oración y arrepentimiento

en el parque de la capital de la nación norteamericana. Otros se acuerdan de la Marcha por Jesús llevada a cabo alrededor del mundo donde el mismo día, desde que salió el sol en Japón hasta que se puso sobre Hawai, los creyentes estaban en las calles marchando con alabanzas a Jesús. Otros han participado en el Día Mundial de la Oración donde literalmente millones de creyentes se reúnen en todo el mundo el mismo día para clamar a Dios por sus naciones y por este mundo. La lista podría extenderse mientras mencionamos los esfuerzos de unidad que se han convertido en más y más atractivos para las masas de creyentes en todos los continentes. Sin lugar a dudas, Dios se complace con este tipo de esfuerzo mientras nos mira desde el cielo. Después de todo, esta fue la oración de Su Hijo.“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:20-

23). ¡Qué oración más hermosa y poderosa! Como esta es la oración de Cristo, tenemos la certeza de que el Padre la responderá. Él está orando en un perfecto acuerdo con el Padre. Esta es la pasión de la Deidad. Los creyentes serán atraídos hacia la unidad más y más mientras se acercan los últimos días. Yo creo que esto es lo que estamos evidenciando en estos días: una creciente apreciación y un deseo por la unión cristiana —unidad. La oración de Cristo está siendo contestada y los creyentes en todos los lugares están sintiéndose atraídos a este acercamiento, para relacionarse más íntimamente, para trabajar con más cooperación hacia la edificación del reino y para glorificar a Dios con más sinergia. Lo que estamos viendo es en realidad una obra de Dios atrayendo a Su pueblo hacia la unidad y preparándonos para Su glorioso regreso. Continúe leyendo para recibir más inspiración acerca de esta pasión por la unión cristiana que Dios nos está dando.

Randall E. Howard Supervisor General

Que Seamos

Uno

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Creados para Comunidad

Dr. Wallace Pratt Oregón

Yo crecí sin familia extendida cerca de mí. No habían abuelos, tíos o tías, ni siquiera un primo que vivía cerca de mí. Mi padre era un plantador de iglesias que iba de lugar a lugar, y de estado a estado, adondequiera que fuera invitado para abrir un nuevo campo para la organización. De hecho, de los doce años escolares solamente asistí a la misma escuela dos de ellos.

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Mis hijos crecieron de la misma manera, ya que los cambios pastorales frecuentes eran la norma aceptada de aquellos días. Sin embargo, cuando ellos eran adolescentes mi esposa y yo comenzamos a darnos cuenta de que este hábito era destructivo. Cuando nacieron nuestros cinco nietos, con el pasar de los años, Judy y yo concluimos que la experiencia pasada de distanciamiento de la familia y la rotura de relaciones de amistad estaba produciendo un efecto indeseable. Esta práctica tenía que detenerse para asegurarnos de que estuviéramos presentes en las vidas de nuestros hijos y nietos. Esto ha producido un profundo sentido de intimidad, cercanía y amor dentro de nuestra familia. De acuerdo a las palabras elocuentes de Robert Alan: “En nuestra sociedad frenética, rápida y motivada por el materialismo, es común sentirnos abrumados, aislados y solitarios. Muchas personas están redescubriendo el rol sanador y capacitador que la comunidad puede traer a nuestras vidas. El sentido de pertenencia que sentimos cuando decidimos involucrarnos en nuestras comunidades puede darnos un más profundo sentido de significado y de propósito”. En Colosenses 1:15-20, Pablo dice lo siguiente: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en Él subsisten; y Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud, y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están

en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”. Luego, en la misma carta, Pablo añade la siguiente declaración: “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en Él, que es la cabeza de todo principado y potestad” (2:9, 10). Finalmente, en el capítulo 3:12-15, él completa su pensamiento acerca de la unidad: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos”. La “comunidad de la unidad” trinitaria excede cualquier sermón, lección o estudio bíblico del día de hoy. Somos consumidos por las cosas que hacen las celebridades, las personas que conocemos en Facebook, nuestro prójimo y con escuchar a los psicólogos más prominentes de los programas de la televisión. Como resultado de esto, sabemos menos de nosotros mismos y nos vamos alejando lentamente de la verdadera comunidad que Dios creó para nosotros. En realidad, sabemos muy poco acerca de nosotros porque sabemos muy poco acerca de nuestro Creador. Mientras más dependemos de estas demostraciones de cosas ordinarias para entretenernos y para informarnos, nos estamos moviendo constantemente más y más lejos de nuestra comunidad trinitaria de la unidad.

En la Trinidad existe una comunión tan adyacente, tan íntima y tan poderosa que se nos hace imposible imaginarnos este tipo de cercanía y amor. Existe una correlación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La unidad es tan completa que la Escritura reconoce la Trinidad como “un Dios, y un Espíritu”. Sin embargo, la distinción de la Trinidad se puede ver en la apropiación de ciertas funciones de cada uno. El trabajo principal de la creación está soberanamente apropiado al Padre; la obra de la reconciliación está libremente colocada en el Hijo; y la obra de la capacitación y unificación de Sus criaturas redimidas están implicadas

En la Trinidad existe una comunión tan adyacente, tan íntima y tan poderosa que se nos hace imposible imaginarnos este tipo de cercanía y amor. dentro del Espíritu Santo. Aún así, los tres están íntimamente involucrados en la obra de cada uno. En la Trinidad, ninguna de las expresiones actúa sólo. El Padre no es el Hijo, y el Hijo no es el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo no es el Padre, pero ellos son uno. El Padre es Dios, el Hijo Jesucristo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios. No obstante, cada uno mantiene una expresión particular tan diferente y tan conectada al mismo tiempo que son uno perfectamente. La Escritura nos muestra cómo el Hijo, Jesús, en humildad proclamó: “No puedo yo hacer nada por mí mismo… sino la voluntad del que me envió, la del Padre” (Juan 5:30). Por otro lado, el Padre amorosamente dijo, “Este es mi Hijo

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amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). La comunión es real, la unidad es evidente, y el resultado es dador de la vida. Cuán maravilloso sería si aquéllos que fueron creados para ser Sus hijos pudieran tener este tipo de compañerismo, de unidad de propósito para alcanzar al perdido, y una apreciación genuina de las características exclusivas de cada uno. En la creación, el Creador hizo a Adán y a Eva para que tuvieran comunión diaria con Dios. Esta comunión se rompió por la falta de agradecimiento hacia el Creador. La comunidad fue afectada y se manifestó primero como un conflicto familiar, y eventualmente produjo guerra entre las personas y las naciones originadas dentro

La unidad es el resultado de personas que llegan a una íntima comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

de estas comunidades. La unidad es siempre afectada por el apetito del individualismo y la gratificación personal ya que ambos aspectos no provienen de la imagen de Dios. El propósito de la encarnación de Jesús fue restaurarnos a la comunión con Dios. El Antiguo Testamento no provee alivio del “individualismo” que reveló la lucha interior en el hombre para identificarse a sí mismo fuera de la imagen de su Creador. Aun la muerte y la copa simbólica en la Cena del Señor eran un reflejo de la voluntad de Dios de

que seamos un solo cuerpo, así como Él es uno. Pero mientras más separemos/ dividamos a las familias y las iglesias hoy en día, menos el mundo podrá ver al Dios que los creó. La unidad no es algo que nosotros decidimos establecer, mantener o arreglar por medio de consejos, compromisos y legislaciones. Es el resultado de personas que llegan a una íntima comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Como tal, se encuentran mezclados como el jugo de la vid en la copa de la bendición que Jesús compartió a través de Su muerte mediadora. Entonces, las personas que practican esta presencia trinitaria en los creyentes pueden repetir las palabras santas que dicen, “Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en Él” (Salmo 34:8). Fuimos creados a la imagen de Dios. Esto quiere decir que fuimos hechos para amarnos y tener comunión unos con otros. Por eso Jesús le dijo a Sus discípulos, “… si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis… En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros” (Juan 14:3, 20). ¿Puede usted entenderlo? Dios nos mueve a través del Espíritu Santo hacia una participación completa en este drama divino de la vida para restaurar la comunión original de la humanidad con la Trinidad. Lo que realmente necesitamos hoy en el cuerpo de Cristo es una revisión o recreación de la iglesia donde la independencia y la autosuficiencia no sean adoradas más que la unidad dentro de Dios. Debe haber una restauración de una mentalidad (del griego phronesis) de unidad que destruya la exclusividad de

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las denominaciones y el egoísmo del individualismo de las iglesias locales que están “haciendo lo suyo” y que nos han separado de la comunidad de Dios. “Haya, pues, en vosotros este sentir (phronesis) que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:5-11). Yo les desafío a que no nos dejemos tentar por los medios políticos, las causas sociales o los remedios económicos para las crisis actuales que tenemos en todas nuestras aldeas, ciudades y naciones. Es imposible entender quiénes somos y quiénes debemos ser hasta que conozcamos mejor y más íntimamente al Dios que nos creó. Mientras más este sistema del mundo trate de negar este conocimiento revelado por el cielo, más caos vendrá para dividir a la humanidad. Esto también es así en las iglesias. Mientras más dependamos de nuestros propios planes y esfuerzos de recuperar lo perdido, más empañaremos la imagen perfecta de nuestro Hacedor trinitario. Thomas Berry entendió esta revelación divina cuando escribió lo siguiente: “El mundo natural es la más grande comunidad sagrada a la que pertenecemos. Si nos alejamos de esta comunidad seremos destituidos de todo aquello que nos hace ser humanos. El dañar esta comunidad es destruir nuestra propia existencia”.


“Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente” (Jeremías 31:13). En una sociedad agraria, la cosecha era un período de celebración. La comunidad se unía para dar gracias a Dios por una cosecha abundante. Ellos cantaban, reían, compartían historias y danzaban. Antes de la celebración, los padres se levantaban temprano en la mañana para arar los campos y plantar la semilla, mientras que los jóvenes le llevaban el agua a los trabajadores. Los hijos mayores cuidaban a los más pequeños y también ayudaban a preparar la comida. Este era un esfuerzo familiar muy organizado con el propósito de producir alimento para la sobrevivencia. Luego, cuando llegaba el momento de la cosecha, todo el mundo celebraba. Los ancianos y los jóvenes danzaban juntos. La música buena y placentera depende de la armonía y el ritmo correcto. Si no hay una combinación correcta, puede ser confuso y difícil para el oyente; pero si lo hay, se logra un sonido agradable. Esto provoca que los oyentes deseen “llevar el tiempo” con el sonido de sus dedos, el toque de sus pies, el mover de la cabeza o aplaudiendo con sus manos. El baterista de la banda ayuda a mantener el buen ritmo, pero el secreto estriba en que todo se hace en conjunto. Una iglesia saludable está compuesta de una variedad de personas de todas las edades. Si todos son ancianos es algo peligroso. Si todos son jóvenes es algo fuera de balance. El

Danzando Juntos Señor nunca tuvo la intención de que el evangelio fuera para “alcanzar solamente a un grupo de edad”. Su comisión es que alcancemos a toda criatura (Marcos 16:15). En nuestra iglesia, el domingo pasado fue un ejemplo adecuado. Era el “domingo de los jóvenes”, como es cada tercer domingo del mes. Nuestro ministro de los jóvenes dirigió la adoración en la mañana y predicó esa noche. Fue algo hermoso poder

escuchar la congregación unida mientras él comenzó a tocar la guitarra y nos dirigió en unas alabanzas “juveniles”. Cuando el Espíritu comenzó a bendecirnos, varios jóvenes se acercaron al altar con las manos levantadas alabando a Dios. Inmediatamente después, varios ancianos también se unieron a ellos alabando a Dios. Durante el sermón, se podían escuchar a personas ancianas y jóvenes diciendo “amén” y “alabado sea el Señor”, mostrando su apoyo al mensaje predicado. Al final, durante el llamado al altar, una jovencita se acercó a una de las personas ancianas y le compartió una necesidad de oración, y las dos oraron juntas. Todos “danzamos juntos” en adoración y alabanza a Dios, y cada generación pudo mostrar un profundo respeto los unos por los otros. El salmista lo dijo de la siguiente forma, “exaltemos a una su nombre” (Salmo 34:3). Cada hombre, mujer, joven, señorita, niño y niña tienen un rol en la cosecha del Señor. Ciertamente, es un tiempo de celebración cuando los no cristianos aceptan a Cristo. Esta es la razón para nuestra adoración: una celebración. La adoración es una celebración y podemos hacerlo juntos en armonía con los jóvenes y los ancianos danzando juntos.

Fred S. Fisher, padre Supervisor General Emérito

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Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3).

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a unidad es un concepto que no es muy difícil de describir. Esta palabra viene del latín unus, “uno”, y tiene que ver con la unidad, igualdad, o acuerdo entre dos o más partes. En la unión hay fortaleza y efectividad. La mayoría de nosotros hemos predicado o escuchado un mensaje bíblico inspirador acerca de este tema. El mandamiento es claro: “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3); y las consecuencias son impresionantes: “… porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna” (Salmo 133:3). Sin embargo, realísticamente son muy pocos y temporales los modelos efectivos, tales como la breve expresión de una vida todos unánimes juntos manifestada el día de Pentecostés (Hechos 2:1). Por otro lado, lograr la unidad puede resultar en un proceso tedioso e infructífero, parecido a cuando se busca oro en la tierra. Pero así como las otras metas establecidas en las Santas Escrituras, obtenemos nuestra motivación, inspiración y fortaleza directamente del autor de la unidad, Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el libro de Zacarías, capítulo 11, encontramos un pasaje que utiliza una imagen curiosa del cayado del pastor el cual recibe el nombre de Unión (NVI). Otras versiones de la Escritura intentan capturar el pensamiento que se encuentra detrás de la palabra original hebrea al traducirla como ataduras, armonía o alianza, sugiriendo todas ellas un sentido de unidad. Este cayado era una herramienta utilizada por el pastor para dirigir a un pueblo sufriente. Pero también tenía otro cayado por nombre Gracia (favor, placentero, amoroso o hermoso). En esta parábola profética, Zacarías debía jugar el rol de un buen pastor que tenía que rescatar el rebaño el cual anteriormente era dirigido por líderes avaros, abusivos y desinteresados. Para lograr este rescate debía implementar los dos cayados para promover un liderazgo justo y condiciones sociales interhumanas. La parte más interesante del pasaje es que a pesar de estas herramientas poderosas y benignas, el pastor no pudo lograr el establecimiento de un reinado justo o buenas relaciones con

los otros gobernantes y con el pueblo. Él fue rechazado y llegó hasta el punto de abandonar el rebaño a sus propias acciones rebeldes. Él hizo esto al romper simbólicamente el cayado de la gracia. Luego, en el versículo 14 leemos:“Quebré luego la segunda vara, a la que había llamado Unión, y anulé el vínculo fraternal entre Judá e Israel”. La unidad no duró demasiado. Después de muchos años de división, y la cautividad babilónica, allí colapsó la última oportunidad de reunir las dos tribus rivales del pueblo del pacto de Dios. El buen pastor entonces remplazó su propio gobierno con el de un pastor malvado y egoísta el cual heriría al rebaño mucho más que antes. Esta parábola del Antiguo Testamento nos trae a la memoria la parábola que Jesús contó en Mateo 21:33-39 acerca de la viña que el dueño le rentó a unos labradores que solamente estaban interesados en su propio provecho. Su egoísmo los llevó a matar a los siervos que fueron enviados para colectar la renta, y más tarde también mataron al hijo del dueño. A primera instancia, estas parecen ser historias con un final triste. Si la gracia y la unidad no pudieron lograr los propósitos santos de Dios, aun en las manos del Buen Pastor, el mismo Hijo Dios, ¿qué podemos hacer con el mandato de que nos esforcemos en mantener la unidad del Espíritu (Efesios 4:3)? ¿Podremos hacerlo? ¿Servirá de algo? Parece que no, ¿por qué intentarlo? Sin embargo, si apreciamos el cuadro completo que nos presenta el Antiguo y Nuevo Testamento, seremos animados a mantener esta unidad porque la historia no termina con la rotura del cayado de la unidad o con el quebrantamiento de Cristo en la cruz. Al sentirse “frustrado” y romper el cayado, es equivalente a la anulación de Su pacto, Dios pudo continuar Su plan completo trayendo la nueva dispensación de los gentiles, y las Buenas Nuevas hasta los confines de la tierra. Y aún más, hasta el falso pastor, el anticristo profético, sería una advertencia viviente contra el colocar nuestra esperanza en cualquier promesa de esfuerzo humano e idólatra de gobernar el mundo. Nuestros ojos serán abiertos al engaño y podremos señalar una

mejor manera. De ninguna manera nuestro Buen Pastor fue un fracasado, y la dilatación momentánea de la unidad claramente revela que en el futuro hay un mejor plan que será una continuación del pasado. En el principio, la creación de Dios era buena. Su plan de tener un pueblo santo, Israel, para que llevara Su nombre también fue bueno. El advenimiento de Cristo para morir por nosotros y renovar Su pacto fue aún mejor. Y Su segundo regreso para establecer Su reino milenario será todavía mucho mejor. “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre” (Zacarías 14:9). ¿Qué podemos hacer nosotros con esta unidad? Continuamos glorificando a Dios y solicitando Su Espíritu de unidad, mientras seguimos el ejemplo de Cristo de que nos [aceptemos] mutuamente, así como Cristo [nos] aceptó [a nosotros] para gloria de Dios (Romanos 15:7). Continuamos apoyándonos unos a otros, perdonándonos unos a otros y cubriéndonos unos a otros con el amor que nos [une] en perfecta unidad (Colosenses 3:13). Continuamos orando a favor de aquéllos que creerán la Palabra para que sean uno…en nosotros; para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17:20, 21). No seamos desviados por lo que parece ser una falla en la unidad, sino que continuemos hasta que el Señor lleve a cabo la consumación de Su perfecto plan anunciado por los profetas del pasado. Él nos pastoreará en toda Su gloria, habiendo destruido a los líderes falsos y pecaminosos y a los seguidores rebeldes, y habiéndonos perfeccionado en Su imagen, para que un día verdaderamente seamos uno y podamos descansar de nuestro trabajo. Lo mejor está por venir. Esa es una promesa.

Judy Enxuto (ministro licenciada, esposa de Ximo Gregorio, Supervisor de Italia, Malta, Bosnia y Macedonia)

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La Unidad y

Tony Comer

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Aunque es expresado continuamente en la Palabra de Dios, la idea en cuanto a la unidad y la diversidad ocupando un mismo espacio parece un concepto extraño para muchos. Debemos entender que la unidad no es una opción para

maduras, entonces, podremos seguir nuestra visión y cumplir con nuestro llamamiento en armonía con la diversidad de dones y personalidades en el cuerpo de Cristo. La trágica inhabilidad de trabajar en armonía con otros es una clara indicación de

en el Espíritu de Dios y en la mente de Cristo. “Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras” (v. 2). Claramente, David estaba proclamando la profunda

Diversidad los redimidos; es un mandamiento santo que debe vivirse y promoverse si vamos a gozar de Su presencia y poder permanente. Dentro de la Iglesia de Dios, hay suficiente lugar para los dones individuales y diversos. No hay necesidad de celos, miedo, o competencia en la expresión de nuestro llamado. Por el contrario, si realmente hemos sido llamados por Dios, debemos trabajar en armonía con toda la diversidad que Dios mismo ha colocado en Su iglesia. Hebreos 12:14 nos dice que “[sigamos] la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. No se necesita pensar demasiado para entender que la paz se logrará solamente en un ambiente de unidad. Por lo tanto, la unidad, “mutuo acuerdo”, y la paz ordenada en la Palabra de Dios es claramente un prerrequisito para Su bendición y Su presencia. Para lograr esto, en primer lugar, es necesario haber nacido realmente de nuevo. Los que están en Cristo toman “la mente de Cristo” quien es el “Príncipe de Paz”. Recuerde que Jesús dijo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9). En segundo lugar, mientras caminamos en la nueva vida, aprendemos a madurar en Él; esto hace que abandonemos nuestros deseos egoístas y nuestras aspiraciones carnales, y que nos humillemos a Su voluntad perfecta. Como criaturas

inmadurez emocional y espiritual. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” (1 Corintios 13:11). “Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo” (12:14-20). Claramente, vemos en este pasaje que la diversidad no es contraria a la unidad. De hecho, en la vida de los redimidos se complementan y se nutren la una a la otra para producir la unidad, la paz mutua que debe encontrarse en la congregación de los redimidos.

El fruto de la unidad—Salmo 133 El rey David cantó, “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” (v. 1). Esta no es una teoría lejana o mística la cual nadie puede obtener. ¡Es una realidad! En esta vida presente existen bendiciones tangibles, experienciales y cambiadoras de vidas para aquéllos que han madurado en la Palabra de Dios,

y abundante bendición que le espera a las personas que conocen y practican el sagrado atributo de la unidad. Los creyentes que pueden reconocer los dones individuales y los llamados, trabajando juntos bajo una misma bandera, como un cuerpo, y en armonía, experimentarán la profunda unción de Dios en todas las áreas de sus vidas. ¡Cuánto necesitamos nosotros que esa fresca unción del Espíritu Santo sea derramada sobre nosotros para restaurarnos, revitalizarnos y renovarnos para Su gloria! “Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion” (v. 3). Sin duda alguna, todos nosotros hemos podido experimentar la frescura y la paz que se produce temprano en la mañana, antes que el calor del día comience a dejarse sentir en nuestro caminar diario, ese rocío fresco que se deposita sobre la hierba y las plantas— para nutrirlas, y revivir toda la creación. Cada día respiramos la frescura del amanecer mientras la paz del Señor es depositada en nosotros antes de comenzar las tareas que tenemos por delante—“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!...porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna” (vv. 1, 3). Es allí, en ese ambiente pacificador y refrescante, ordenado y provisto por Dios, donde nosotros prosperamos, crecemos, nos renovamos y somos bendecidos. ¡Esto es lo mejor para nuestra vida!

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¡

Oh, la unidad! David lo expresó correctamente: Salmo133:1, 2, “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras”. Este Salmo se trata mayormente sobre la hermosura de la unidad familiar. Su bendición es resaltada, la cual santifica y solidifica. La unidad de todos en la familia es importante para la sobrevivencia. Ellos se necesitan mutuamente. Asimismo, cuando el cuerpo de Cristo se une para Su servicio, todos reciben fortaleza espiritual. Ciertamente, necesitamos esa unidad dentro del cuerpo de Cristo para agradar a nuestro Salvador. Él quiere que Su novia sea de una misma mente para poderla perfeccionar, y para que pueda ser santa y sin mancha. Ella será una nación santa que le exalte a Él en espíritu. El apóstol Pablo nos dice en Romanos 14:19: “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. Pablo nos enseña la importancia de la unidad. Nosotros somos fuertes cuando nos unimos. Dios quiere que seamos perfectos y santos delante de Él. Cuando Le buscamos en todo lo que hacemos, Le agradamos plenamente. Debemos tener una sólida unidad en el cuerpo. Él nos bendice cuando escudriñamos la verdad juntos. Pablo continúa diciéndonos en Romanos 15:5, 6, “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Cuando tenemos un mismo sentir (mente), como lo ordenó el Señor, le glorificamos a Él en nuestro diario vivir y le bendecimos con nuestro diario caminar. Cuando no tenemos un mismo sentir, la división entra a nuestra familia. La división corrompe la familia y no somos productivos ganadores

de almas de acuerdo a la voluntad de Dios. Cuando esto sucede comienzan a aparecer manchas y arrugas en nuestras vidas y no somos santos ante nuestro Señor. Pablo nos exhorta en 1 Corintios 1:10: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”. Cuando estamos en unidad y en un mismo acuerdo, mostramos madurez en el servicio cristiano. La división trae tristeza al cuerpo de Cristo. Dios quiere que andemos en el Espíritu. Sin embargo, para caminar dignamente, en una noble conducta, requiere humildad, amor y pa­ciencia hacia los demás, para mantener la unidad entre el cuerpo. Pablo continúa recordándonos en Efesios 4:3, 4, “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación”. ¡Alabado sea Dios, somos un cuerpo! Debemos mantenernos firmes. El compañerismo con los demás creyentes es una de las claves para el crecimiento espiritual. Esto sucede cuando compartimos nuestro testimonio en una atmósfera de amor y respeto. El compañerismo se manifiesta cuando todos nos comunicamos en amor los unos a otros, y como resultado la congregación completa es fortalecida. El compañerismo es tan vital que no podemos vivir para Dios por nosotros mismos. Necesitamos colocar nuestros brazos alrededor de nuestros hermanos y hermanas en el Señor y unirnos en amor para nuestra fortaleza. Por lo tanto, permítame terminar diciendo que debemos vivir en armonía. De acuerdo a las palabras de Pablo en Filipenses 2:2: “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo

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una misma cosa”. No permitamos que la desunión entre el cuerpo, sino el amor y el respeto los unos por los otros. Que Dios nos bendiga juntos en nuestro caminar con Él.

Rita Ford


Nick Warner

Plebeya Debra McKinley Hendersonville, Tenesí

E

lla nació el 9 de enero de 1982. Su nombre es Catherine Elizabeth Middleton, la hija mayor de Michael y Carole Middleton. Ellos la llaman Kate. Kate siempre fue una jovencita hermosa, efervescente y popular en su círculo, pero el sentimiento de seguridad personal le llegó con el tiempo. Una antigua compañera de clase le dijo a la revista People en el 2010, “Pobrecita muchacha, sentimos lástima por ella”. Ella y sus amigas soñaban con casarse de una manera romántica y sentimental. Pero ella nunca hubiera soñado lo que la vida tenía reservada para ella. Ella era educada, hermosa e inteligente; pero en la cultura británica, ella seguía siendo una plebeya. El término “plebeyo”, como es usado por ellos, se refiere a una persona que no haya nacido en una posición de la alta alcurnia; o una persona sin título “real”. La prensa utilizó este término con tanta frecuencia para describirla a ella

que si yo hubiera recibido un dólar por cada vez que se utilizó estuviera escribiendo este artículo desde mi propio castillo real. Sin embargo, el 29 de abril a las 11:00 am, ella caminó hacia el altar de la histórica abadía de Westminster con la gracia de una princesa y agarrada de la mano de su padre, el Sr. Middleton. La iglesia estaba decorada con flores británicas de la temporada y con ocho árboles ingleses de arce y carpes de campo de 20 pies de alto. La iglesia estaba hermosa, pero no podía compararse con la belleza de Kate, la plebeya. Los dignatarios extranjeros, presidentes y los miembros de la realeza estaban de pie, con sus ojos enfocados en ella. Al final del pasillo, se encontraba la Reina Elizabeth, el Príncipe Felipe, el Duque de Edinburgo, el Príncipe Carlos, el Príncipe de Gales, el Príncipe Andrés, el Duque de York. Cuando terminó su desfile por el pasillo hacia el altar ella había pasado frente a casi 2,000 invitados.

A ella le dijeron, cuando comenzó a salir con el príncipe, que él nunca la tomaría en serio porque ella no era de la misma clase social. La prensa se burló de ella, llamándola “Watie Katie”. Pero ese día ella desfiló frente a muchas de esas mismas personas que le habían dicho que nunca se llevaría a cabo; ahora la observaban desde sus asientos. Allí, frente al altar, ella esperó y en un instante, dejó de ser “una plebeya” para convertirse en una princesa; ya no era una plebeya sino una princesa. En el momento que ella se convirtió en una princesa automáticamente tuvo derecho a ciertos beneficios. Ahora ella tiene acceso a las joyas reales. Kate puede tomar prestado artículos de la colección de la Reina y con el tiempo formará su propia colección. Ella tiene los gastos de viajes pagados a cualquier parte del mundo. No solamente los costos serán cubiertos a países donde se reunirá

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con oficiales de gobierno y para apoyar causas benéficas, sino que dichos viajes serán acompañados con un enorme séquito de asistentes y seguridad. También tendrá personas a su disposición para prepararla para los eventos grandes y para que estén con ella. Ella tiene una asignación financiera de $325,000 al año y nunca jamás tendrá que usar un cajero automático. Ella tiene un modisto personal para diseñar sus vestidos, y una persona encargada de coordinar su vestimenta. Ella tiene un chofer, y se trans­ porta en costosos carros de lujo como Range Rovers, Audis, Bentlys y Roll Royces. Ella tiene cocineros en el palacio que le preparan sus platos favoritos— fiestas, fiestas, fiestas con personas importantes y realezas extranjeras. Ella tiene su propio equipo de secretarias, alrededor de 12, las cuales manejan su itinerario y su correspondencia. Y finalmente, ella tiene su propio palacio o castillo. Nada malo para una simple plebeya. Permítame mencionar algo aquí que no tiene nada que ver con este artículo. Como madre de una princesa y abuela de dos princesas, yo hubiera sentido la necesidad, si mi nombre fuera Carol Middleton, después de ellos decir el “sí”, pero antes del final del día, de susurrarle al oído de la Reina Elizabeth, “Kate siempre ha sido una princesa para mí. Así que, por favor mantenga esto en mente”. Regresemos al artículo: Mientras yo observaba la transmisión de la boda, comencé a pensar en las miles de mujeres que he conocido en los retiros de damas y durante otros ministerios; mujeres para las cuales la vida no ha sido fácil. Algunas han sido maltratadas y abusadas por otras personas, y otras por causa de

sus propios errores y faltas. Yo me puedo identificar con estas mujeres. Cuando era una niña, también sufrí en manos de otras personas que me hicieron cosas que ninguna niña debería experimentar. El abuso de niños puede dejar al ser humano con un sentimiento de impureza, desesperanza y desaliento. Yo he conocido a damas que por muchos años han estado esperando una oportunidad, un comienzo, o un nuevo principio. Ellas continúan esperando al príncipe que las va a llevar en sus brazos. Pero sus carrozas están hechas de calabazas y los ratones todavía siguen corriendo por todas partes llenos de miedo. ¡Detesto los ratones! Me hubiera gustado que se quedaran en el arca de Noé. Mientras observaba a Kate, a la que llamaban plebeya, caminar por el pasillo pensaba en todas nosotras que hemos esperado a alguien que venga a nuestro rescate. Allí estaban aquéllos que dijeron que ella no se casaría con él porque era una plebeya, atónitos ante lo que estaba sucediendo. ¿Se ha dado cuenta que muchas personas permanecen alejadas de Dios porque piensan que Él nunca les perdonará? Han caído tan bajo en la vida, y han pecado tanto que piensan que nunca podrán ser perdonados. A ellos se les hace muy difícil creer que alguien muera en una cruz de una forma tan horrenda simplemente porque les ama, cuando ni siquiera ellos se aman a sí mismos. Yo era una de esas personas. Sin embargo, en una noche de octubre, en una carretera de Indiana yo encontré mi Príncipe. Antes de continuar, necesito mencionarles que yo encontré a mi príncipe terrenal. Él ha sido el amor de mi vida por más de 30 años, y es mi mejor amigo. Pero el Príncipe que yo conocí esa noche en la carretera puede cambiar toda tu vida. Él ha

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estado esperando que tú respondas que “sí” toda tu vida. Él está esperando que digas “sí” yo acepto a Jesucristo como mi Señor y Salvador. Él ya ha prometido aceptarte. Jesús es mucho más grande que cualquier príncipe o rey sobre la tierra, y Él espera que abras tu corazón, tu mente y tu alma para ser rescatado. Él está con los brazos abiertos. Él ya dijo “sí” cuando entregó Su vida en el calvario. Él solamente está esperando que digas, “yo te acepto, Jesucristo como mi Señor y Salvador, y como mi Príncipe”. Cuando hacemos esto entonces heredamos la vida eterna y el reino de Dios es nuestro. Ya no somos más plebeyos. De repente, nos convertimos en miembros del reino de Dios y por medio de nuestra relación con el Príncipe le conocemos de manera íntima. Él se convierte en: Jehová Ma’oz–nuestra fortaleza (Jeremías 16:19) Jehová Mephalti–mi libertador (Salmo 18:2) Jehová Rophe–nuestro sanador (Isaías 53:4, 5) Jehová Shalom–nuestra paz (Isaías 9:6) Jehová Tsori–nuestra fortaleza (Salmo 19:14) Jehová Jireh–nuestro proveedor (Génesis 22:14) Jehová Ganar–nuestra defensa (Salmo 89:18) Jehová Sel’I–nuestra roca (Salmo 18:2) Jehová Ori–nuestra luz (Salmo 27:1) Jehová Yasha–nuestro Salvador (Isaías 49:26) Jehová Hamelech–Él es nuestro Rey (Salmo 98:6) Por medio de este conocimiento de quién es Él podemos recordarnos a nosotros y las personas a nuestro alrededor lo que Él dijo acerca de nosotros…“Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 11:9).


“¿Tú quieres que te lleve a la sala de emergencia?” El rostro de mi esposo tenía una expresión de preocupación. “Yo creo que sí”, le respondí entre dientes. Él se sintió aliviado que yo estaba de acuerdo con él. En ese momento, yo no tenía ninguna idea de que lo que estaba sucediendo se convertiría en la “historia” de mi vida. Todavía hoy, después de saber todo lo sucedido, se me hace difícil escribir acerca de esta experiencia. Un buen comienzo es siempre la parte más difícil de escribir una historia interesante. Pero estos detalles se escribieron por sí mismos. Esta es mi dramática historia: Mi nombre es Marsha Robinson y soy un milagro. Yo viví y morí y viví nuevamente. Me gustaría hablarle de lo que me pasó. En enero del año pasado, después de sentirme terriblemente enferma por dos semanas con lo que yo creía que era una gripe, mi esposo me llevó a la sala de emergencia. Era un domingo. Recuerdo que me sentía muy débil, pero todavía podía caminar hacia la entrada del hospital mientras mi esposo estacionaba el carro. Fui evaluada por la enfermera y me llevaron hacia la parte de atrás. Varios doctores me evaluaron y ordenaron una serie de estudios para determinar qué era lo que estaba sucediendo. Luego de un tiempo, le dijeron a mi esposo que me podía ir para la casa, pero después cambiaron de pensar y le dijeron que tenía que quedarme para observarme. Ya entrada la noche, la enfermera le dijo a mi esposo que debería irse para la casa porque yo tenía que esperar mucho tiempo para que me asignaran una camilla. Así que él hizo lo que le instruyeron, pero lo despertaron a las 2:00 am con una llamada para decirle que me habían movido para la unidad de cuidado intensivo y me habían colocado un instrumento para ayudarme a respirar. En medio de la confusión él se vistió y se apresuró a llegar al hospital. El lunes, el doctor principal reunió a mi familia y amigos en la sala de espera para compartir las últimas noticias acerca de mi caso. Mi esposo pensaba que le iban a dar buenas noticias. Algo como, ‘esta es su condición, y esto es lo que vamos a hacer, y este es el día que ella se va para su casa’. Él

La Fe de Unos Buenos Amigos no pensó que todo eso podían compartirlo con él sin tener que “reunir la familia” como le habían dicho que hiciera. El doctor le informó a todos los allí presentes que los exámenes habían confirmado que yo estaba sufriendo de una total insuficiencia renal, y que tenía una infección incontrolable por lo que tenía cero posibilidad de sobrevivir hasta el próximo día. Él también lo explicó de esta manera: “En una escala de 1 a 10, asumiendo que 10 es lo peor que una persona puede estar, ella está en 12. No hay nada que nosotros podamos hacer”. Después de decirles esto él salió de la sala de espera. Cuando la puerta se cerró detrás de él hubo un gran silencio. Mi familia y mis amigos quedaron atónitos por unos cuantos segundos. Y luego comenzó una oración espontánea como si hubieran roto una cañería de agua. La sala completa se convirtió en un servicio de oración pentecostal. Se corrió la voz a las 60 o más personas que estaban en los pasillos y en las otras salas de espera. Ellos también comenzaron a orar. Como podrá percibir, hay partes de mi historia que solamente otras personas pueden contar—aquéllos que caminaron por el lugar, aquéllos que vigilaron toda la noche. Ellos velaron y oraron. Ellos estaban llenos de determinación, propósito y no se sentían avergonzados. Ellos bombardearon al cielo por mí. Más adelante, pude entender que la manera en que esas personas oraron por mí tiene un paralelo en la Escritura. Había un paralítico que no podía llegar donde

estaba Jesús. Sus amigos le llevaron hacia Él pero no podían entrar en la casa. El lugar estaba lleno de escribas y fariseos, los malos de esta historia. La Escritura nos dice, “y el poder del Señor estaba con él para sanar”. Esos amigos no iban a permitir que los religiosos del lugar, los que dudaban, a los que les gustaba discutir y los críticos profesionales— quienes solamente estaban allí para discutir lo que Jesús estaba hablando— les impidieran que su amigo fuera sanado. Así que lo subieron en una cama portátil incómoda al techo de la casa. Allí, abrieron un agujero para hacerlo descender a donde estaba Jesús. Eso fue lo mismo que esas personas que estaban orando hicieron por mí. Ellos removieron todos los obstáculos con sus oraciones. Mientras pensaba en esto, yo sé quiénes estaban en las cuatro esquinas de mi cama, llevándome ante Jesús: mi familia, mis amigos, los amigos de mis amigos y los intercesores desconocidos quienes fueron motivados por el Espíritu Santo para que oraran por mí. Hubo personas de 30 estados diferentes orando por mí. Ellos estaban de pie, arrodillados, manejando, en publicaciones, en silencio y en alta voz. ¡Y yo viví! Quiere decir que los doctores no estaban equivocados. Ellos tenían suficiente evidencia para fundamentar su opinión de que yo estaba a punto de morir. Pero Dios tenía una idea diferente. La fe es la evidencia de que mi familia y mis amigos creían que yo iba a ser sanada. Marsha Robinson, Cleveland, Tenesí

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Una Vida de Mayordomía Se habla mucho de un estilo de vida de mayordomía. Esto quiere decir que la mayordomía no es solamente acerca de pagar nuestros diezmos, sino en practicar la mayordomía en todas las áreas de nuestra vida. No se trata de dinero solamente, sino de ser mayordomos, o administradores de todo lo que Dios nos ha puesto en las manos. Esta no es una lista inclusiva, también incluye nuestro matrimonio, nuestras familias, nuestra salud, nuestro tiempo, nuestros ministerios, y la lista continúa. Dos de las áreas que quizás no estamos tomando en cuenta son nuestra salud y nuestras familias. Estas dos áreas están tan relacionadas una con la otra que no podemos administrar nuestras familias bien si somos negligentes con nuestra salud, y viceversa. En un IDL (Instituto para el Desarrollo de Liderazgo) escuché que a todos los mamíferos les gusta jugar. Nosotros también debemos tomar tiempo para entretenernos. Si no tomamos tiempo para entretenernos entonces no estamos siendo buenos mayordomos de nuestra familia y nuestra salud. “…Acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos. Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:9, 10, 12). La frase “enséñanos de tal modo a contar nuestros días”, claramente está hablando de administrar nuestros días. Nosotros sabemos cuando presupuestamos nuestro dinero y también entendemos cuando gastamos más del diez por ciento de nuestras entradas. Hacer un presupuesto es algo simple, y la planificación maximiza todas las cosas—el dinero y la vida. El entretenimiento es importante en todas las relaciones. Un matrimonio que no está funcionando es un matrimonio que no saca tiempo para descansar y entretenerse. En la música el descanso es una parte importante—el descanso entre las notas

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es lo que hace el ritmo. Si no hay descanso, no hay música. Si no hay entretenimiento y descanso, nuestra vida cesará de ser tan hermosa como Dios quiere que sea. Ninguna persona al momento de morir dice,“me gustaría haber trabajado más”. El descanso y el entretenimiento nos ofrecen momentos de aprendizaje con nuestro cónyuge, nuestros hijos y nuestros nietos. Esto nos refresca para que veamos a Dios obrando en nuestras vidas más claramente. También podemos escuchar Su voz más fácilmente. Mientras peregrinamos—nuestra jornada hacia un lugar santo—dejamos atrás buenas obras. David, mientras era un pastor, sabía cuando la oveja se había apartado de un pasto fertilizado. La frase “ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida” quiere decir que hemos vivido mejor porque hemos experimentado un estilo de vida de buena mayordomía. El bien y la misericordia nos van a seguir. Pero esto no será así si todo el tiempo estamos tensos, apresurados, cansados y perdiendo nuestra salud. La pregunta oportuna es, “¿por qué no nos entretenemos?”

• ¿Será que nos vemos a nosotros mismos

como indispensables para la obra de Dios? “¡No lo pueden hacer sin mí!” • ¿Somos motivados por la avaricia—más trabajo, menos juego resultará en más dinero? • ¿Será que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos entretuvimos, y ya se nos olvidó—no tenemos vida fuera del trabajo del “ministerio?” Como dueña de negocio, he trabajado para lograr muchas cosas—dinero, tiempo, esfuerzo, etc. Pero muchas veces pensé, “Señor, ¿no podías haber comenzado Tu ministerio terrenal más temprano—a los 24 o 25 años, en lugar de cuando tenías 30 para que pudieras haber sanado muchas más personas?” En primer lugar, Dios siguió la ley levítica, pero también Él no se apresuró, adelantó o trató de sobrecargarse. Una buena vida no se mide por la longevidad sino por la calidad. El entretenernos trae una mejor calidad de vida que otras actividades. ¡Él te está llamando a que te entretengas! Jan Couch Directora del Ministerio de Mayordomía


La primera parte de este artículo fue publicada en la edición previa (enero/febrero de 2012)

Escena dos

E Adrián Varlack, padre

La Oración: Una Actitud de Vida de Dependencia Parte 2

l pasaje de Hebreos 5 nos da un vistazo a la segunda escena de oración en la vida de Jesús. Creo que Su espíritu de oración fue de toda la vida, aunque la intensidad de esta segunda escena muestra Su pasión hasta el momento de Su sacrificio en la cruz, es decir, Su experiencia en el Getsemaní. Varios de los escritores de los evangelios nos dicen que la noche que Jesús fue traicionado por Judas Iscariote (durante y después de la Santa Cena con Sus discípulos), Él se “conmovió en espíritu” (Juan 13:21; Mateo 26:37, 38). En el proceso Él le dio las riendas al mal para que llevara a cabo su obra más vil, la de ejecutar al único Hombre verdaderamente justo, nuestro intachable Redentor. Este fue el último intento de satanás para asesinar a Jesús. Pero nuestro Señor demostró Su sumisión ante esta obra, diciéndoles a quienes Lo arrestaron: “…mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas” (Lucas 22:53). Antes de Su arresto, Él le oró a Su Padre como el Hijo de Dios encarnado, mostrando por unos momentos breves pero significativos, nuestra tendencia humana caída de evitar el dolor de entregar nuestra autodependencia, el final de nuestro egoísmo y rebeldía, esa característica que atesoramos en contradicción con el Dios que nos creó dependientes de Él. Ciertamente, Su renuencia fue muestra de nuestra humanidad, mostrando de esa manera Su autenticidad como representante de la raza humana, pero rápidamente la derrotó diciendo, “…pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Según otro pasaje, se hizo “…obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8). Esta es la máxima dependencia, la entrega definitiva; es la máxima corrección que necesitaba la humanidad para, como Torrance acertadamente dice, “…[resistir] el decadente impulso que llevaba hacia una separación de Dios, y tornarse nuevamente Él mismo en obediencia a Dios…”1 Y Jesús lo hizo vicaria y victoriosamente. Lo hizo por amor a Su Padre y por amor a nosotros. ¡Puedo sentir estos dos amores mientras escribo en Su presencia! “¡Maravilloso amor! ¿Cómo puede ser que Tú, mi Dios, hayas dado Tu vida por mí?”2

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Escena tres La última escena se desenvuelve sobre la misma cruz. Allí, Él se encontró desamparado por Dios y abandonado por el hombre, es decir, totalmente solo en lo extremo de la separación, una separación eterna del Dios en quien dependía Su vida. Ningún otro hombre había estado en esta posición, verdaderamente obediente a Dios y verdaderamente dependiente en Dios pero, debido a los propósitos de Dios y Su amor por nosotros, debía llevar el pecado de todo hombre, mujer, niño y niña, tomándolos como Suyos y sufriendo el juicio eterno de Dios contra esos pecados y en contra de la muerte y el mismo infierno. En este proceso, nuestro Señor clamó, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46). Él asumió las consecuencias de nuestra rebelión al llevar nuestros pecados en Su propio cuerpo sobre el madero (1 Pedro 2:24). ¡Esto es lo que NOSOTROS (todos los seres humanos) merecíamos! Dios en Su misericordia y maravilloso plan nos guardó de este terrible destino hasta que Cristo, Su Hijo amado, pudiera ir por nosotros. Ciertamente, “…no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros” (Romanos 8:32). En la cruz, Jesús culminó Su vida de dependencia por Sí mismo y por nosotros al decir, “consumado es” (Juan 19:30). Después hizo una oración final de dependencia y obediencia, aun cuando Su Padre lo estaba haciendo pasar a través de ese sufrimiento y juicio indescriptible y sin precedentes por nosotros, a causa de nuestros pecados, a causa del pecado inicial del hombre, y a causa de Su amor por nosotros. Verdaderamente solo3, sin Dios y sin el hombre, Jesús clamó con toda confianza, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46). Él llevó a cabo el acto final de un pecador honesto, muriendo como merecen

todos los pecadores (condenado y desamparado), en sumisión y aceptación de la justa sentencia del pecado —la muerte. El libro de los Hebreos nos dice que por la gracia de Dios, Él experimentó la muerte por todos nosotros (Hebreos 2:9), pero al mismo tiempo logró mucho más que esto porque destruyó a aquél que en algún momento tenía poder sobre la muerte, el diablo mismo, el que ocasionó la caída inicial del hombre (vv. 14, 15). ¡Qué victoria tan maravillosa ganó el Señor! Con razón tembló la tierra y exclamó un inconverso que participó en Su crucifixión, un representante de todos nosotros, “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Marcos 15:39). Jesús dependió de Dios deliberadamente hasta el final —hasta que encomendó Su espíritu al cuidado de Su Padre. Esta fue Su última oración de absoluta dependencia en Dios como Hijo de hombre. ¡Cuánto más podríamos escribir sobre esta obra gloriosa del Dios hecho hombre, Jesucristo, nuestro maravilloso Señor y Redentor! Sin embargo, debemos concluir nuestra tesis, diciendo: La oración es una actitud de completa, constante y absoluta dependencia en Dios, la cual debe ser la verdadera postura de todos nosotros.

ser un constante clamor, que fluya de nuestro ser, en completa dependencia en Dios para nuestra vida diaria. Cualquier cosa menos degrada nuestra verdadera humanidad, deshonra a Dios, y limita la verdadera experiencia cristiana porque no sigue el ejemplo de nuestro Señor. Cristo destruyó el control del diablo sobre nosotros; Él hizo la voluntad de Su Padre en Su misión por salvarnos; las escenas de oración en Su vida revelan Su plena dependencia en Su Padre para Él y para nosotros como criaturas dependientes de Dios; y Su enseñanza de “orar siempre, y no desmayar” nos da la responsabilidad de seguir Sus pasos. El autor A.W. Tozer explica esta verdad perfectamente en el título de uno de sus artículos: “Se debe orar la vida entera”.5 ¡Tenemos la libertad de ser quienes Dios nos ha creado a través de Jesucristo nuestro Señor! El diablo, el pecado, la muerte y el infierno han sido derrotados. El hombre ha sido reconciliado con Dios, para que al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador pueda vivir en continua dependencia de Dios en oración y servicio –nuestra verdadera humanidad– para la gloria de Dios. ¡Sólo Él es digo de adoración! ¡Sólo en Él debemos depender! ¡Sólo Su nombre debemos alabar!

Conclusión

____________________________ 1 Thomas F. Torrance Incarnation—The Person and Life of Christ [Encarnación—La Persona y Vida de Cristo], (Editado por Robert T. Walker) (Downers Grove: Intervarsity Press, 2008), p. 205.

Debemos “orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1). Jesús hizo esta afirmación en Su propia vida humanadependiente como Hijo de hombre y como Hijo de Dios. En otras palabras, Él nos demostró qué y cómo deben ser todas las criaturas de Dios. Su declaración es mucho más de lo que uno “debe hacer”; es cómo uno “debe ser”. Fuimos creados para depender de Dios. La oración, sin un consciente y genuino sentido de dependencia en Dios con humildad y confianza (fe), viola el mismo espíritu de oración de Cristo. E.M. Bounds denomina esta verdad como “oración sin orar”.4 Nuestra oración debe

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2 Palabras del antiguo himno “And Can it Be That I

Should Gain” (Cómo en Su sangre pudo haber tanta ventura para mí) por Charles Wesley 1707-1788 (www.wikipedia.org, wikisource). 3 Jesús le dijo a Sus discípulos que Su Padre no Lo

había abandonado (Juan 8:29), pero para este propósito tuvo que dejarlo solo, pues Él clamó, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” 4 E.M. Bounds, Purpose in Prayer [Propósito en la

Oración] (Chicago: Moody Press Edition 1980), p. 93. 5 A.W. Tozer The Root of the Righteous [La Raíz de los

Justos] (Bromley Kent: STL Books, 1980), p. 81. Tozer escribe, en parte, “Mientras más profundicemos en Dios veremos la excelencia de una vida de comunión constante en donde todo pensamiento y acción son oraciones y la vida entera se convierte en un sacrificio santo de adoración y alabanza” (p. 82), en inglés.


Pensamientos Pensamientos

DeWayne Hamby, Editor Administrativo

¿Mal por Bien? De vez en cuando, mientras lees la Biblia, puede que te encuentres con un pasaje que te hace pensar que tu Biblia tiene un error tipográfico. Quizás sea algo que leístes anteriormente, o alguna información que cuestiona tu teología. La lectura de la Biblia tiende a hacer esto. Yo nunca he olvidado un des­ cubrimiento que mi padre trajo a mi atención. Él estaba confundido y posiblemente quería compañía en su confusión, y ciertamente, lo logró porque yo tampoco lo podía entender. Era la historia de David y Saúl. La Biblia dice que el Espíritu del Señor se había apartado de Saúl y “le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová” (1 Samuel 16:14). También encontramos una referencia en 1 Samuel 19:9. Se habla de “un espíritu malo”. Varias traducciones, incluyendo la Reina Valera lo dicen de esa manera. ¿Envió el Señor un espíritu malo sobre alguien? Esto no suena como el Dios que nosotros conocemos, ¿verdad? La primera vez que yo leí este verso, con toda honestidad, lo puse en la parte de atrás de mi librero mental donde no podía alcanzarlo. Si no podía entenderlo, ¿cuál era el problema? Yo no tenía que entender todas las cosas. Esto es cuando la fe “como un niño” y la acción de “no depender de mi propia opinión” se tienen que manifestar. Probablemente hay algo en cuanto a la sabiduría que viene con la edad, o por lo menos con las experiencias de la vida que mueve a las personas a un nivel de comprensión diferente. Después

de varios años de haberme encontrado con este verso, he continuado viviendo, pero mi vida no siempre ha sido la mejor. Definitivamente he sentido que mi jornada ha sido bendecida y me siento agradecido por el camino en el que he caminado, pero no puedo mentir y decir que no he sido lastimado y herido. He caído en el hospital, pero me he sostenido en la palabra que dice, “vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien” (Génesis 50:20). Me he enfrentado a conflictos innecesarios con otras personas, pero me he aferrado a la palabra que dice que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Ha habido noches de preocupación y de ansiedad donde he creído en la promesa de que “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará” (Filipenses 1:6). ¿Quién sabe si las personas que me han herido, y las situaciones que me han provocado dolor fueron como la perplejidad del “espíritu malo” que Dios le envió a Saúl? Especialmente en medio de una prueba, inmediatamente nosotros las clasificamos como agentes del diablo. Hacer esto es un poco catártico y divertido. ¿Quién sabe si aquéllos que nos han hecho mal son obreros que ignoran sin saberlo lo que Dios está haciendo en nuestra vida? Alguien terminó una amistad, nos engañó o hizo algo malo pero todo obró para un mejor propósito. Si pensamos de esta manera, ¿cómo o por qué podemos sentir remordimiento contra ellos? En primer

lugar, la Palabra nos habla contra la amargura. Hay un adagio que dice, “la amargura es como beber un veneno y esperar que la otra persona muera”. La situación se empeora. Podemos combinar el hecho de que Dios está realmente detrás de la cortina orquestando ciertas circunstancias dolorosas para nuestro mejoramiento y estamos culpando a otras personas por hacer el trabajo de Dios. Recuerdo que en una ocasión alguien vino donde mí mientras estaba dirigiendo un campamento y me pidió que hablara con la persona del equipo que estaba encargada de la disciplina. “Dígale que no sea tan estricto”, me dijo. Mi respuesta fue, “¿Cómo puedo hacer esto cuando yo fui quien le dijo que fuera de esa manera? Yo soy responsable por sus acciones”. En ocasiones, hablamos con Dios acerca de estas personas y decimos, “¡Señor, contiende con ellos—ellos me trataron mal!” Pero, ¿cómo puede Dios castigar a alguien que está haciendo Su voluntad? Dios no escucha nuestra apelación por venganza, en lugar de ello, Él nos instruye a que pidamos bendiciones sobre ellos. Eso me ofrece un entendimiento diferente a lo que significa pagar el mal con el bien y orar por nuestros enemigos. Quizás no es una actitud de estar siempre sonriendo y ser una buena persona cuando todo el mundo está haciendo lo malo, pero Dios sabe que algunas personas que hemos identificado como nuestros enemigos en realidad no lo son. Ellos son vasos. mensajeroalablanca@wwph.com 31


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