Mensajero Ala Blanca - Nov-Diciembre 2012

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MENSAJERO Transformación Navideña

Noviembre/Diciembre de 2012

ALA BLANCA La publicación oficial de la iglesia de Dios de la Profecía

La lista de regalos de Navidad La Navidad nos da una segunda oportunidad Los jóvenes y las misiones

El dador de buenas dádivas


Por: Obispo Randall E. Howard, Supervisor General

Alcanzando durante la Navidad La Navidad es la más grande demostración de Dios tratando de alcanzar a la humanidad. Su compasión por un mundo perdido en el pecado y separado de Su comunión lo motivó a enviar a Su Hijo unigénito. Hay un versículo conocido que comienza con la frase, “Porque de tal manera amó Dios al mundo…” La humillación de Cristo es una demostración conmovedora por alcanzar a los seres humanos. Las palabras de Pablo en Filipenses 2 describen los detalles paso por paso: “en forma de Dios”, pero “se despojó a sí mismo”. Él se hizo hombre y tomó la posición de un siervo, humillándose a Sí mismo y aceptando la cruz. En otras palabras, Él escogió la encarnación, la humillación y la crucifixión para poder alcanzarnos. Pero las palabras que introducen esta descripción dicen: “Haya, pues, en vosotros este sentir”. Los que hemos recibido la maravillosa gracia de Dios, ¿podremos hacer en esta Navidad lo que Dios y Cristo hicieron? ¿Podremos tomar la decisión de alcanzar a los perdidos y a los que sufren durante este tiempo en que celebramos este gran regalo para la humanidad? ¿Podremos tener la misma compasión que Dios tuvo cuando envió a Su Hijo unigénito? ¿Qué diferencia podría hacer el cristianismo en nuestro mundo si usáramos este tiempo para pensar, sentir y actuar como lo hizo Dios en esa primera Navidad? Quizás lo primero que debamos hacer es pensar con la mente de Dios mientras vemos el mundo en toda su oscuridad. Dios vio al mundo perdido y separado de Su amor y misericordia. Lo que Él vio hizo que fuese movido a misericordia. La compasión surgió en el corazón de Dios mientras pensaba en el destino de un mundo sin esperanza. Su amor por el

mismo llenó Su mente y corazón hasta que Su compasión exigió una acción. Esa acción consistió en enviar a Su Hijo unigénito para salvar a todos los seres humanos. Si permitimos que este sentir esté en nosotros durante esta temporada navideña, pensaremos como Dios y comenzaremos a ver personas sufriendo en todo lugar. Llegaremos a la conclusión de que necesitan la esperanza que solo viene por medio de Jesucristo, nuestro Salvador. Sabremos que tenemos lo que ellos necesitan, y nuestra compasión tendrá efecto en sus vidas. Comenzaremos a amar a los perdidos alrededor nuestro y querremos tocarles con nuestro amor. Este tipo de compasión nos motivará a dar una mano de ayuda, servicio, bondad y amistad. Nuestra compasión nos llevará a compartir la solución salvadora que hemos encontrado. De esta manera, ellos también tendrán paz, gracia y esperanza. “Haya, pues, en vosotros este sentir” en esta Navidad. Observe a sus vecinos. Observe a sus compañeros en su oficina o lugar de trabajo. Observe a las personas con quienes se encuentra regularmente mientras va de compras o hacer alguna gestión. Durante esta temporada navideña, obsérvelos según la “mente de Cristo”. Pregúntese qué haría Jesús, y luego responda con actos de amor y de compasión. En cualquier otro momento del año las personas pueden pensar que se ha vuelto loco o que está confundido. Pero en esta Navidad puede amar a los demás con actos espontáneos de bondad y dádivas, con actos compasivos de servicio, y al compartir con alguien la mayor historia que jamás se haya contado —la cual trata sobre la más maravillosa persona que jamás haya vivido, el mejor regalo que jamás haya sido dado. Únase a otras personas y alcance a los perdidos durante esta Navidad, pues Dios ya se acercó a usted por medio de Cristo, ese primer regalo de Navidad.

2 Mensajero Ala Blanca noviembre/diciembre de 2012


La publicación oficial de la Iglesia de Dios de la Profecía

MENSAJERO

Ala Blanca Volumen 62, Número 6 noviembre/diciembre de 2012

Contenido 2 2

Internacionales

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Segmento informativo

3 Noticias internacionales

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Artículos

6 El dador de buenas dádivas 21 Cultura juvenil DeWayne Hamby Randall E. Howard 8 Transformación navideña Cathy Payne 10 El vaso navideño Marsha Robinson 12 La lista de regalos de Navidad Kiara Casey-Rengifo 14 La aurora desde lo alto Billy Murray 16 La Navidad nos da una segunda oportunidad Uzziah Cooper 17 La Navidad desde el punto de vista de un niño Kathy Creasy 18 Los jóvenes y las misiones Aileen Reid

COLOMBIA

Convención Nacional, 2012

Alcanzando durante la Navidad Randall E. Howard Supervisor General

22 Una oración por los nuevos Jonathan Olavarría

La Convención Nacional fue realizada del 13 al 17 de junio de 2012. Antes de la convención tuvimos un retiro de 3 días en un hotel fuera de Bogotá, en una ciudad llamada Fusagasugá, con una asistencia de 77 personas. El obispo Gabriel Vidal compartió una conferencia sobre el “Carisma” del pastor. El obispo Rafael Alvino compartió la visión “Plantación de Iglesias”. El sábado 16 y domingo 17 fue la convención abierta con un total de 602 personas registradas en el libro de asistentes. Dentro de los programas de convención, también fueron realizados eventos para esposas de pastores y retiros ministeriales.

24 El mover del Espíritu Santo Levi Clarke 26 El campamento y el Espíritu Santo Adam Jones 28 La juventud dirigida por el Espíritu en Chile Hazael Dorantes 29 Ecos de la 97ma Asamblea Internacional de 2012 31 No me rendiré DeWayne Hamby

PERSONAL EDITORIAL: Editor Ejecutivo: Randall E. Howard • Editor y Publicador: DeWayne Hamby • Editora Asistente: Pamela Praniuk • Revisión: Departamento Mundial de Lenguajes • Distribución: Josué F. Reyes, Virginia Marrero y Rafael Alvino • Diseño Gráfico: Sixto Ramírez y Perry Horner • Junta Editorial: Londa Richardson, Cervin McKinnon, Daniel Chatham, Tapio Sätilä, Perry Horner, Hanny Vidal, Shaun McKinley y Adrián Varlack. INFORMACIÓN: El Mensajero Ala Blanca es publicado bimestralmente por White Wing Publishing House con oficina internacional de redacción en: 3750 N.W. Keith Street, Cleveland, TN 37312 • México - Impreso por Editorial Ala Blanca (Franqueo Pagado -CR-DF-031-98), Apartado Postal 134-018, México, D.F. C.P. 07421, MÉXICO. Tel: (52-555) 715-6346. • República Dominicana - Impreso por Casa de Publicaciones Ala Blanca, Carretera de Mendoza 222, Villa Faro, D.N., P.O. Box 1792, Santo Domingo, República Dominicana. Tel: (809) 592-0355. Correo electrónico: iglesiaprof@codetel.net.do. • Perú - Impreso por la Oficina Nacional de la Iglesia de Dios de la Profecía en Perú, Ave. Elmer Fausett 1620, Distrito de Bellavista, Callao, Lima, Perú. Tel: 01451-0374. Correo Electrónico: iglesiadedios@gmail.com • Suscripción por un año $10.00 (E.U.A.) o su equivalente en moneda nacional. • Published bi-monthly by the White Wing Publishing House, 3750 NW Keith Street, Cleveland, TN 37312. **Printed in MÉXICO by Editorial Ala Blanca, Apartado Postal 134-018, México, D.F. C.P. 07421, México. Postage paid (CR-DF-031-98). Printed in the Dominican Republic by Casa de Publicaciones Ala Blanca, P.O. Box 1792, Santo Domingo, Dominican Republic. • Printed in PERÚ by The National Office of the Church of God of Prophecy in Perú, Ave. Elmer Fausett 1620, District of Bellavista, Callao, Lima, Perú • Subscription rate for one year: US $10.00 or its equivalent in national currency.

DECLARACIÓN DE FE: La Iglesia de Dios de la Profecía tiene sus raíces en la iglesia establecida por Cristo y bautizada en Pentecostés. Creemos en la autoridad profética y apostólica de la Biblia como la Palabra inspirada, infalible e inequívoca del Dios Trino y en su autoridad única en materia de fe, prédica y práctica. Afirmamos que Jesucristo es Dios encarnado y consubstancial con el Padre, que nació de una virgen y vivió sin pecado. Creemos en Su poder, Su muerte vicaria y expiatoria, Su resurrección corpórea, Su ascensión al Padre y que vendrá por Su iglesia. Creemos en Su reino milenario y eterno. Creemos que Él, con la participación del Espíritu Santo, es el único medio disponible al pecador para reconciliarse con Dios. Afirmamos que Jesucristo es la cabeza de la iglesia y que ésta, Su cuerpo, es llamada a ser santa y sin mancha, a andar como Él anduvo: en amor, humildad, tolerancia, obediencia y misericordia. Creemos en la unidad de los creyentes, en la realidad del cielo y del infierno, en la resurrección de los salvos para vida eterna con Cristo y de los perdidos para condenación eterna. © Todos los derechos reservados

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Internacionales

Perú

Campamento “Retomando el control”

En el mes de abril de 2012 se realizó el quinto campamento de jóvenes y adolescentes para el departamento de Lima en el Centro de Retiros y Recreaciones “Camen”, km 58 1/2 de la Carretera a la ciudad de Canta, el cual contó con una asistencia de 180 camperos. Éste llevó por lema “Retomando el Control”, en el cual se incentivó a los jóvenes y adolescentes a retomar el control en las diferentes áreas de sus vidas y asumir un compromiso con Dios, su iglesia y el evangelismo. Dicho evento estuvo a cargo del Equipo ReC (Retomando el Control) y del Departamento Nacional de Adolescente. También contó con el apoyo de la Coordinadora Nacional de Campamentos la pastora Keyla Salas y el pastor Rubén Honorio; quienes a través de diversas dinámicas y plenarias transmitieron a los chicos

valores esenciales para el caminar cristiano que se ajustaron a los propósitos de este campamento. Vale resaltar que el equipo ReC es un equipo compuesto por más de 20 personas, que viene operando en Lima, a quienes les une una misma pasión: los adolescentes. Tuvimos un tiempo muy precioso en la presencia de Dios. Él nos honró con Su Espíritu Santo, y pudimos apreciarlo en los testimonios de varios chicos quienes compartieron cómo habían llegado y cómo retornaban del campamento. Damos gracias a Dios por haber hecho esto posible, también al Supervisor Nacional Rafael Alvino, a los coordinadores nacionales involucrados, a todos los supervisores y pastores de la región de Lima por su apoyo, y por supuesto al Equipo ReC. Equipo ReC: Somos un equipo de jóvenes compro­ metidos con Dios y con la iglesia, con el llamado a ministrar a los adolescentes porque creemos que son punta de lanza para el cambio de nuestra nación en valores y en identidad. Ministro Jahaziel Alvino Sánchez Líder Nacional del Departamento de Adolescentes Líder del Equipo ReC

Confraternidad

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Chile

Iglesias organizadas en el 2012

El Supervisor Nacional Hernán Toledo organizó en el mes de abril una nueva iglesia en la comuna de Río Bueno en la localidad de Ticahue. La iglesia fue organizada con 15 miembros y fue nombrada como pastora la hermana Berta del Río. La iglesia está en la zona sur de Chile.

provincia de Llanquihue en la zona sur de Chile. La misión de Frutillar estará bajo la administración de la iglesia local de Shillings ministrada por el pastor Samuel Pino. Y también en el mes de abril, organizó una nueva iglesia local en la ciudad de Coyaique con 15 miembros. El pastor asignado es el hermano Luis Ramírez.

El 26 de enero organizó otra nueva iglesia en la ciudad de Puerto Montt con 10 miembros. El pastor nombrado es el hermano Gastón Paredes M. También en el mes de abril, organizó la misión de Frutillar en la

Jóvenes de Chile

El Ministerio Nacional de Jóvenes IDP de Chile, dio comienzo a Misiones Juveniles en Acción (MJA). Esta actividad tiene por objetivo, llevar el mensaje de amor y salvación a través de acciones de gracia, en esta oportunidad, a personas vulnerables que viven en situación de calle. (Mateo 25:31-40) El día 13 de abril fue nuestra primera salida nocturna a ministrar. A pesar de que era una noche fría y cayó la primera lluvia en la ciudad de

Santiago, 50 jóvenes fueron motivados por Dios a salir, moverse y demostrar el amor de Dios ayudando a los más necesitados. Esta vez fue en la plaza de armas de Santiago y alrededores. Estuvimos hasta las 2:30 am compartiendo un pan y una taza de café para ayudarles a pasar el frío de la noche. Nos dimos cuenta de la gran necesidad que tienen estas personas, necesidad de comida, hogar, abrigo, necesidad de ser escuchadas, amadas, pero sobre todo la gran necesidad espiritual. Volvimos a salir en el mes de mayo, llevando ropa de abrigo y frazadas, y seguiremos sirviendo a todo aquél que lo necesite. Los jóvenes IDP tienen un corazón lleno de Dios,

ansiosos por servir, compartir lo que Dios ha hecho en ellos y creyendo en lo que Dios puede hacer en las vidas de estas personas que aún no Le conocen. Tenemos la convicción que la Palabra de Dios no vuelve vacía y que una acción habla más que mil palabras. La Iglesia de Dios es misionera, siempre lo ha sido, y es necesario que nuestras generaciones lo vivan. Esto recién comienza. También en el norte y sur de nuestro país se están levantando jóvenes que aman a Dios y también al prójimo. Tenemos la certeza de estar en Su voluntad. Damos gracias a Dios y a Él sea la gloria “Una vida de poder, un servicio de poder”. Reporte por: Hazael y Angélica Dorantes Directores del Ministerio Nacional de Jóvene IDP, Chile mensajeroalablanca@wwph.com 5


Artículos

¿Alguna vez ha recibido un presente con un papel de regalo muy hermoso, pero en lugar de ser algo fascinante y maravilloso fue un regalo inadecuado? No todos los regalos son recibidos con el mismo entusiasmo. No me malinterprete; yo creo que el dar un regalo es una de las más hermosas acciones que una persona puede hacer. Sin embargo, no todo el mundo sabe escoger el regalo correcto para la persona indicada. La parte de atrás de su ropero o almacén sirven

intereses y los gustos de la persona. En ocasiones se puede ver a alguien alegrarse cuando se da cuenta de que su nombre fue seleccionado por una persona que lo conoce muy bien. Sin un conocimiento íntimo de la persona, es probable que se le regale algo que no necesite o quiera, o que ya tenga. Cuando yo era adolescente, un día de Nochebuena, mi hermano me preguntó acerca de cierto artista musical. Yo le respondí: “Él canta bien, pero yo probablemente no compraría su música”. Cuando abrí mi regalo de Navidad, me encontré con la más reciente producción musical de ese cantante “promedio”. El momento de abrir el regalo fue una actuación digna de un Oscar, ya que yo fingí la sonrisa y el entusiasmo. Grandes expectativas— Vivimos en una cultura materialista. A través de los medios de comunicación nos enteramos de cómo los pudientes

como testimonios de esta verdad. La posibilidad de dar un regalo indeseado es la razón por la cual el uso de las tarjetas y certificados de regalos ha aumentado tanto en los últimos años. Algunas personas se han dado cuenta de su inhabilidad de dar un regalo “sorprendente”. ¿Por qué será tan difícil para algunas personas darle a alguien un regalo espectacular? Estas son algunas de las razones: Conocimiento personal— Algunos simplemente no conocen muy bien a la persona para quien están comprando el regalo. Esto ocurre particularmente en un intercambio de regalos navideños en una familia grande o en la iglesia. Cuando se escoge el nombre, inmediatamente la persona comienza a hacerse preguntas con relación a los

gastan su dinero en celebraciones y excesos. Mientras tratan de apelar a estas personas, los anuncios ponen a las personas de ingresos medios e ingresos bajos en la línea de fuego, creando una fascinación y quizás hasta una realidad falsa que es alcanzada a veces con gastos excesivos. Nuestra búsqueda de los regalos más grandes y mejores eventualmente resulta en recipientes decepcionados. Recursos limitados— A veces, las personas quieren dar los mejores regalos, pero sus fondos están limitados. En ocasiones podemos escuchar a alguien decir: “Me gustaría haber podido darte más”. En adición a las grandes expectativas, nuestras finanzas pueden afectarse cuando damos un regalo tratando de crear una reacción espectacular.

“¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:9-11).

Regalos Inadecuados

El Dador de

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Hay personas que me han dejado atónito con sus regalos porque me conocen, superan mis expectativas y tienen los recursos necesarios en el momento oportuno. Nunca me olvidaré el día que entré a la sala de mi casa y vi lo que me parecía ser la colección completa de juguetes de Guerra de las Galaxias. Un año, estudié el tamaño de todos los regalos debajo del árbol navideño, y llegué a la conclusión de que no recibiría el regalo que yo deseaba. No obstante, descubrí más tarde que el mismo era más pequeño de lo que yo creía. Recientemente, mi esposa me dio un regalo sorpresivo: mi propio sillón (el cual ella cargó solita) para la sala de nuestra casa.

El Perfecto Dador de Dádivas

Aunque me haya quedado sorprendido con los numerosos regalos

la Internet para acordarse de dónde trabajamos o de quiénes son nuestros amigos. La Palabra dice que hasta los cabellos de nuestras cabezas están contados. Él vio nuestras dificultades y sabía que necesitábamos a Jesús. “Si nuestra mayor necesidad hubiera sido la información, Dios nos habría enviado un educador. Si nuestra mayor necesidad hubiera sido la tecnología, Dios nos habría enviado un científico. Si nuestra mayor necesidad hubiera sido el dinero, Dios nos habría enviado un economista. Si nuestra mayor necesidad hubiera sido el entretenimiento, Dios nos hubiera enviado un artista. Pero nuestra mayor necesidad era el perdón, por lo que Dios nos envió un Salvador”. —Unfinished Business, Charles Sell, Multnomah, 1989

Buenas Dádivas

ve, y que de repente recibió dinero y decide regalarle lo que le sobra. Tampoco es como un amigo que se ofrece a pagar por algo que ordene del menú, pero que en su corazón espera que ordene una hamburguesa barata. Dios es el Creador y Dueño del universo. Todas las personas que han nacido en este mundo han pasado todos sus días viviendo en la tierra de Dios. Todo le pertenece a Él, incluyendo todo lo que poseemos. Todos los regalos que hayamos recibido —espirituales, físicos, o relacionales— provienen de Él. ¿Le ha dado alguna vez un regalo a una persona, pensando que era el mejor del mundo, pero otra persona le da un regalo sorpresivo aun mejor que el suyo? Luego usted le dice al que está a su lado: “Yo creía que había un límite máximo para gastar en el regalo”.

DeWayne Hamby Editor Administrativo

que mi familia, mis amigos y hasta extraños me han dado, debo confesar que el mejor regalo que jamás he recibido en mi vida vino del Supremo Dador de dádivas. Él nos dio el buen y perfecto regalo de la gracia: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). Esa gracia sublime es el regalo sin igual que une a todos los creyentes y que transforma nuestras vidas. La gracia nos fue dada cuando no lo merecíamos. A través de la gracia, Dios no solamente cumple con el criterio de ser un buen dador de dádivas, sino también con el de ser el perfecto dador de dádivas. En primer lugar, Él nos conoce. Él no llega tarde a la fiesta. Él no tiene que buscar nuestro perfil en

En segundo lugar, Él supera todas nuestras expectativas. En ocasiones vemos a Dios en términos humanos porque basamos nuestro entendimiento en personas que conocemos y en cosas que vemos. Sabemos que la mayoría de las veces, los regalos recibidos corresponden con los que hemos dado. Si llegamos a una celebración sin un regalo, o si no le damos un regalo a un amigo, nosotros no esperamos recibir nada a cambio, y hasta nos sentimos avergonzados de recibir algún regalo. La gracia es gratis. Esto no quiere decir que la gracia sea barata o insignificante. La gracia es transformadora. Finalmente, Sus recursos son ilimitados. Dios no es como un familiar que hace tiempo que no

Así es nuestro Dios Padre. Él es el dador de todos los regalos buenos y perfectos. Él sabe cómo sorprendernos. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:4-9).

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Cathy Payne Cleveland, Tenesí

Transformación Navideña “¡Venid, fieles todos…!” Este conocido villancico señala el principio de uno de los más celebrados tiempos del año por los cristianos alrededor del mundo: La Navidad.

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Hay un ambiente de felicidad en las calles mientras nos preparamos para participar de las fiestas navideñas. La atmósfera parece ser transformada por la emoción y anticipación de la temporada. Las caras sonrientes, los labios que expresan saludos afectuosos, los ojos brillosos y la “buena voluntad” se pueden ver por doquier. Yo siempre he sido una tradicionalista en cuanto a la Navidad. Cada decoración tiene un lugar especial. Paso días en la cocina preparando diversas golosinas caseras. Las tarjetas son personalizadas. Todos los que entran a nuestro hogar son recibidos con cánticos y el calor de la chimenea. Aun en los años en los que la economía no ha estado muy buena, nosotros siempre hemos seguido la receta para celebrar una perfecta Navidad en nuestro hogar. Este año será diferente para nuestra familia. Por primera vez, mi papá no va a estar con nosotros en la Navidad. La Biblia afirma que el estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor (2 Corintios 5:8). Los amigos que han perdido un ser querido en el pasado han tratado de prepararme, con amor, para mi primera celebración navideña sin mi papá. Han tratado de ayudarme a modificar mis expectativas navideñas definidas, y me han recordado que habré de extrañar su presencia, y que habré de experimentar tristeza. En mis momentos de oración en las pasadas semanas he sentido la cercanía de mi Padre celestial que me comunicaba de Sus propios preparativos hace dos mil años. Él se preparaba para la partida de Su Hijo unigénito, el cual cambió Su presencia en los cielos por una manifestación en la tierra como el Salvador, el cual se “hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:14). Por primera vez en la eternidad, el Hijo estaría entre nosotros en la tierra, y no como había estado en el cielo. Toda la eternidad se había preparado para esta noche. Los coros angelicales se prepararon para cantar la gloria de Dios y proclamar paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres. El sacrificio había sido determinado. La luz habría de resplandecer en las tinieblas, y un Bebé habría de ser colocado en un

humilde pesebre. El evangelista escribió: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre” (Lucas 2:7). El evento más espectacular de la historia estaba llevándose a cabo. El Hijo de Dios se hizo carne para habitar entre los hombres. Su llegada había sido profetizada por muchas generaciones. Muchas personas —no solamente en el cielo, sino también en la tierra— anticipaban este día de salvación y se habían preparado para el mismo. Aun así, mientras María veía nacer a su hijo, las actividades de la temporada estaban en pleno desarrollo. El emperador Augusto César había decretado que se hiciese un censo y cobro de impuestos del mundo entero. Todo el mundo debía retornar a su ciudad ancestral. Imagínese cuánta actividad hubo en aquellos días. Había muchas cosas que hacer. Se tenía que empadronar la familia. Se tenía que pagar impuestos. Había familiares que visitar. Había muchas historias que contar, camas que preparar, comida que cocinar y planes de viaje que completar: la lista de cosas para hacer era muy larga. Todo el mundo parecía estar demasiado ocupado como para prestar atención a María y a José. En medio de tanta actividad, la tierra fue tocada por la visitación de Dios. La mayoría de las personas en el abarrotado pueblo de Belén se lo perdieron. Unos pocos pastores escucharon la multitud de ángeles proclamando “buenas nuevas de gran gozo”. Unos sabios vinieron del Oriente para celebrar y traerle regalos al niño Jesús. Unas pocas personas en el templo reconocieron la gloria de Dios y aprovecharon el momento para adorarle. Pero la realidad es que la mayoría de las personas ignoraron la oportunidad y no presenciaron la más importante transformación de todos los tiempos. Esa transformación fue tan significativa que, siglos más tarde, todavía la recordamos y celebramos. Pero en esta celebración nosotros también llenamos nuestras vidas con tantas “listas” de cosas por hacer que terminamos encontrándonos en la misma situación que la gente en Belén. Considere el momento que la

divinidad se convirtió en mortalidad. Cristo dejó la gloria del cielo para asumir las limitaciones de la humanidad. El eterno y unigénito Hijo de Dios salió de la presencia del Padre, para tomar sobre Sí la figura, la apariencia y la forma de un hombre. Esta transformación serviría para construir un puente cuando Él, como Salvador, estaba suspendido entre el cielo y la tierra en una cruz para nuestra eterna salvación. Ese puente preparó el camino para que mi papá terrenal pudiera pasar de la mortalidad a la inmortalidad al cambiar las limitaciones de la humanidad por el gozo del cielo y la vida eterna. Fue hermoso poder presenciar el momento en el cual el mensajero del eterno y unigénito Hijo de Dios vino del cielo, entró en la habitación de mi padre, lo sacó de su ropa terrenal de carne, y lo recibió en la presencia del Salvador por la eternidad. Quizás este año también sea diferente para usted y su familia. Como testigos del milagroso mover de la mano de Dios en nuestras vidas, quizás podamos celebrar Su regalo transformador no con tristeza, sino con gozo; no con un sentido de pérdida, sino con un sentido de victoria y satisfacción. Quiera Dios que en esta Navidad — mientras se juntan las generaciones, mientras se cuentan las historias, y mientras se recuerda la venida de nuestro Salvador— podamos celebrar con nuestros hijos el legado de nuestros seres queridos para las futuras generaciones: que Dios “fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14) y “a todos los que le recibieron… les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). mensajeroalablanca@wwph.com 9


El Vaso Navideño Cada diciembre yo espero con ansias que algo me haga sentir que la Navidad ha llegado. Puede suceder al principio de la temporada o después, pero cada año parece haber un momento maravilloso y específico en el cual veo o escucho algo que me lleva a decir: “¡Ahora sí se siente como que llegó la Navidad!” Es posible que suceda cuando veo la decoración tradicional en los faroles de la calle, o cuando escucho algún villancico navideño. O puede suceder con algún tipo de experiencia sensorial: entrar a la cálida casa para resguardarse del clima frío de afuera, ver la cocina llena de personas que preparan comidas navideñas, y percibir el olor del anís estrella y la canela. En la temporada de Navidad comienzo a sentir un ambiente festivo, pues las cosas que veo, escucho o pruebo evocan sentimientos y gratos recuerdos navideños de antaño. Las memorias alegres son un regalo de Dios, puesto que Él nos creó con la habilidad de recordar y atesorar estas memorias: canciones divertidas,

momentos tiernos y ocasiones felices. Yo recuerdo los regalos, la comida y las tradiciones que crearon mis memorias navideñas. Me encanta compartir estas historias con mis familiares, los niños y todo aquél que necesite un vaso de alegría navideña. Dios también tiene una historia la cual le gusta que la compartamos. Él hizo que Mateo y Lucas la escribieran. Mucho tiempo atrás, una pareja cansada hizo un viaje agotador. Cada paso que daban les recordaba que no viajaban por voluntad propia. Regresar al hogar ancestral bajo estas circunstancias no podía ser una experiencia placentera. Ella estaba embarazada. Él estaba preocupado. Nada en su cultura o experiencia les había preparado para esto. Ellos apenas se conocían. Pero comoquiera iban de camino. Y cuando finalmente llegaron a su destino, no encontraron el descanso ni la comodidad. Ellos seguramente se preguntaron: ¿Por qué está pasando todo esto? ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué estamos en un establo? ¿Por qué

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debemos usar un pesebre? Además de este hombre angustiado y su esposa embarazada, hay otros personajes adicionales en esta historia. En las colinas afuera de la ciudad, pastores desaliñados pasan la noche velando los rebaños. De repente, un ángel se les presentó, y la gloria de Dios los resplandeció. El temor los cubre. El mensajero les dice: “No tengan miedo. Yo traigo un mensaje maravilloso y jubiloso que es para todo el mundo. Hoy, en la ciudad de David, un Libertador ha nacido—para ustedes. Él es el Mesías, Cristo el Señor”. El ángel les dice un secreto: “Esto les será por señal: ustedes encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Esta era una señal muy extraña. Pero no tenían tiempo para discutirla porque el ángel se levanta y abre sus brazos. El esplendor y la gloria del Señor comenzó a expandirse hasta mostrar las huestes de ángeles —compañía tras compañía, batallón tras batallón— que llenaban el cielo. Al igual que el bramido de una gran cascada, sus voces


comienzan a resonar con adoración, con honra y con alabanza gloriosa. Las millones de voces de este ejército de Dios, emocionadas por las palabras del arcángel, exclamaron jubilosamente: “La gloria le pertenece a Dios, quien mora en los lugares celestiales. Que la tierra sea llena de Su paz. Dios ha favorecido a los hombres con Su perfecto plan”. Y con una maravillosa y exuberante adoración subieron al cielo. La silenciosa oscuridad regresa, haciendo que los pastores presten atención a las luces del pueblo cercano. No había tiempo para sentarse y hablar acerca de los ángeles. Uno mayor que los ángeles se encontraba cerca de ellos en Belén. Ellos se pusieron de pie. “¡Vamos allá!”, se dijeron unos a otros. Salieron corriendo por los pastos y los montes —tropezando, riendo y llenos de alegría. Todos corrieron con un mismo propósito, sabiendo que encontrarían al Señor y Mesías acostado en un pesebre. Los ángeles, rodeados de la gloria misma de Dios, lo habían anunciado. ¡Tenía que ser verdad! El Señor sabía que estos pastores necesitarían una señal extraordinaria. En Belén había muchos niños esa noche —en tiendas de campaña, en cunas, en los brazos de sus madres, y envueltos en pañales. Pero había solamente uno acostado en un pesebre. Dios había ordenado que no hubiera lugar para ellos en ninguna otra parte, de manera que Jesús estuviese en ese pesebre donde los pastores lo pudieran encontrar. El lugar donde estaban María y José no tenía nada que ver con su clase social o condición económica. Estaban allí por causa del plan divino. De esta manera, ellos podrían mostrar el niño a los que Lo estaban buscando. En la narración del libro de Mateo, había otros que también estaban buscando al niño. ¿Quiénes eran éstos que transitaban en pompa y esplendor por aquel lugar? Ellos habían decidido salir a encontrarlo. Dejaron sus

hogares, tradiciones y su religión. Dios los alumbró con una estrella, y ellos la siguieron a través de un territorio oscuro y desconocido para llegar a ver el rostro de Dios y adorarle. ¿Puede ver el propósito de Dios en sus circunstancias pasadas, presentes y futuras? Recuerde que no es el único protagonista de la historia navideña. Alguien más necesita encontrar a Jesús en esta Navidad. Su fe en Su omnipresencia, su obediencia a Su Palabra y la historia de su encuentro con Él pueden ayudar a que alguien entienda el verdadero significado de la Navidad. ¿Para qué celebramos la Navidad? Las celebraciones navideñas no se encuentran en la Biblia. ¿Por qué compramos, cocinamos, decoramos, viajamos, compartimos y cantamos? Las Escrituras no nos mandan a celebrar el nacimiento de Jesús cada año. Este es el dulce secreto: No celebramos porque tengamos que hacerlo. Celebramos porque queremos hacerlo. La Navidad no es sólo para los santos y piadosos, sino que todo el mundo está invitado a esta fiesta. La música resuena en cada corazón, sea que ellos lo entiendan o no. La venida de Jesús a la tierra fue tan gloriosa, y el milagro de Su nacimiento fue tan especial, que la celebración de Su nacimiento no puede contenerse en una cultura o una secta. El vaso navideño está rebosando. El gozo de la Navidad se derrama y se esparce desde el pasado hasta nuestro presente y futuro. Nos acordamos de las historias, los cánticos y las historias del nacimiento de Jesús. Repasamos nuestras tradiciones y memorias. Las memorias son una parte hermosa de la Navidad. Pero Jesús es mucho más que una memoria. Él ya no es un niño en un pesebre. Él está tratando de llamar nuestra atención ahora mismo, en esta Navidad, por medio de los pesebres en las tiendas y las decoraciones caseras. En cada tarjeta

de Navidad y regalo hay un recordatorio de que Él todavía está con nosotros. Él está con nosotros, llenando nuestro presente con Su vida. Podemos recibir fortaleza cuando las tensiones de la vida parecen abrumarnos y agotarnos. Podemos acercarnos a Él cuando el doctor, el abogado, o el banquero nos dice que no pueden hacer nada por nosotros. Él está con nosotros; por toda la vida, en todo momento. Comparta el gozo del vaso navideño con alguien: un vecino, la cajera del banco, un miembro de la familia o el cartero. Comparta las memorias y cuente la historia. Dígale a la iglesia que Dios ha tenido un plan desde antes del comienzo del mundo, un plan que se extiende desde las circunstancias del pasado hasta las del presente, y que es lo suficientemente poderoso como para alcanzar la eternidad. Alcanzará toda la eternidad porque la historia de la Navidad todavía continúa, y porque un día pasará por un cambio crucial: Aquél cuyo nacimiento fue humilde será exaltado. Aquél que fue visto por unas pocas personas en un pequeño país, será visto y adorado por toda nación, tribu y lengua. Aunque fue rechazado cuando vino por primera vez, Él reinará cuando regrese.

Marsha Robinson Cleveland, Tenesí

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os días son largos, el aire es cálido, y la gente parece tener un poco de emoción en su caminar. Nadie parece molestarse con los villancicos que se repiten por doquier. Después de todo este es, el momento más maravilloso del año. Yo vivo en la costa oriental de Australia, donde las personas celebran la Navidad un poco diferente. Nochebuena es una noche calurosa y húmeda en que es menester tener el abanico prendido. Usualmente las personas se van a nadar a la playa en la mañana, y se comen un jamón a la barbacoa u horneado para el almuerzo. La Navidad se siente como una noche de verano sin fin, y las aves “kookaburras” reciben el Año Nuevo con su canto —que se asemeja a una carcajada humana. En cuanto a películas, música y la temporada navideña en general, mis amigos y yo nos criamos con las imágenes de una fría Navidad estadounidense. Me acuerdo específicamente del grupo de películas que yo buscaba cada año. Molestaba a mi familia al recitar cada línea de los diálogos de mis películas favoritas: El Grinch, ¡Qué bello es vivir!, Sólo en Casa 1 y 2, La Navidad de Charlie Brown, y La Navidad de Los Muppets. Cada una de estas películas tenía algún tipo de moraleja acerca del significado de la Navidad y la importancia de dar en vez de recibir. De todas maneras, tanto los adultos como los niños admiten que la Navidad tiene que ver con los regalos, objetos, mercancías y muchas cosas más. Obviamente, nosotros los cristianos les enseñamos a nuestros niños el verdadero significado de la Navidad: celebrar el nacimiento de nuestro Salvador, y no las cosas materiales. Lamentablemente, la mayoría de nuestras celebraciones de Él son en realidad celebraciones para nosotros mismos.

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Esto no solamente ocurre en la Navidad. Todo el año sucede lo mismo. Nosotros tenemos caprichos constantemente. Pero por ser cristianos, tratamos de defender estos caprichos con una máscara de espiritualidad. Escribimos “listas” de las cosas por las cuales queremos que la gente ore. Queremos las cosas más grandes y mejores, pero empleamos la excusa de que “necesitamos lo más corriente y lo mejor para atraer a las personas”. ¿Acaso es verdad? ¿Acaso es el mejor equipo de iluminación o de sonido una prioridad? ¿Acaso queremos que nuestros jóvenes sean movidos artificialmente a una emoción, así como sucede en un concierto, en lugar de ser movidos por el poder de Dios? Cuando atraemos a las personas a las iglesias con cosas superficiales ellos, se irán por razones superficiales. Cuando competimos con el mundo usando las cosas mundanas vamos a fallar inevitablemente. El mundo siempre podrá competir con la música, las películas, las luces, los edificios, etc. Lo que el mundo incrédulo no tiene es un Dios tangible, tierno, viviente, quien es el Rey. Oímos de grandes avivamientos y milagros que ocurren en los países pobres. La gente en estos países tienen muchas más cargas, pero muchas menos cosas materiales que los desvíen. ¿Será posible que su desesperación, sin distracciones, provoque estos resultados asombrosos? Predicamos sobre Mateo 19:24 y las dificultades del hombre rico para entrar al cielo. Esta es una advertencia para nosotros —¡nosotros también somos ricos! Estamos tan abrumados por nuestra extensa lista de antojos y caprichos que no podemos ver que nos hemos colocado en una posición peligrosa. Mi hermano y yo estábamos recientemente hablando del cielo. Nos dimos cuenta de que, a simple vista, no expresamos una esperanza real de pertenecer al cielo. Las cosas por las que sentimos pasión son las cosas materiales o simplemente terrenales. Cuando vemos la gente del mundo desvivirse por esas cosas, sabemos que no saben lo que hacen. Pero, ¿qué de nosotros? Decimos que somos los seguidores de Cristo, pero estamos amando demasiado la comodidad en la tierra. Pasamos más tiempo preocupados por nuestro tiempo finito aquí, que preparándonos para la eternidad. Imagínese si la invitación para ir al cielo fuera simplemente una cuestión de quién quiere estar allá. Observe lo que dice Mateo 6:19-21: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. ¿Cómo están nuestros corazones? Si considera las cosas por las que siente pasión, ¿cuántas de ellas tendrían un verdadero valor en el cielo? Yo tengo que admitir que mi pasión en estos momentos tiene que ver con un

anhelo egocéntrico al cual no estoy lista a renunciar. Pero si entendiéramos el paraíso infinito que vamos a heredar, entonces no nos faltarían las ganas de estar allí. En vez de esto, nos desesperamos por cualquier cosa que pueda hacer nuestro caminar con Dios en la tierra más fácil y más atractivo. Yo le pregunté a mi hermano si él pensaba que las cosas vanas que le pedíamos a Dios realmente venían de Él cuando las recibíamos. Su opinión fue simple y clara. Él lo describió como un padre cuyos hijos le piden alguna golosina. En ocasiones él se las da. Cuando la petición es simple, muchas veces es difícil no concederla aunque no deba hacerlo. Jesús mismo menciona la importancia de una oración constante en Lucas 18 y en la parábola de la viuda persistente. Dios no nos da siempre lo que queremos, y Su capacidad de negarse a ello va por encima de cualquier autoridad humana. Piense cómo podría Él obrar si deseáramos los dones espirituales, Su presencia y Su voluntad. Yo sé que es difícil. Créame; a mí me gustan los presentes tanto como a cualquier otra persona. El recibir regalos era mi “lenguaje de amor”. El enviar paquetes y dar regalos a personas desconocidas —sin ninguna razón— es una de mis acciones favoritas. Yo soy del tipo de persona que compra dos artículos en las máquinas expendedoras y deja uno para la próxima persona. Pero imagínese si este año, en lugar de dar regalos materiales, buscáramos los dones espirituales de nuestro Padre. Imagínese que le diéramos a Jesús nuestro amor, respeto, tiempo y paciencia; esas son las cosas que Él nos da por naturaleza. Piense en el ejemplo que le daríamos a nuestros hijos si les enseñamos una Navidad enfocada en el poder de los dones eternos. Quizás vaya en contra de la corriente de la cultura, la tradición y la comodidad personal. Nos hemos convencido por demasiado tiempo de que un cristianismo mediocre es suficiente para agradar a Dios. Ya Dios nos ha dado el mejor regalo que jamás pudiéramos recibir: Su Hijo. Los dones continúan acumulándose como lo dijera Jesús en Juan 14. Él habla de paz y sosiego, y nos dice que si creemos en Él haremos obras mayores porque Él ha ascendido al Padre. Yo espero con ansias esta Navidad sabiendo que puedo reemplazar mi lista de deseos materiales con los deseos espirituales de nuestro Dios. Espero que el antiguo himno se haga realidad —“y lo terrenal, sin valor será”— mientras fijo mis ojos en Él. ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! ¡Feliz Navidad! Kiara Casey-Rengifo Queensland, Australia mensajeroalablanca@wwph.com 13


La Aurora ¿Cómo reaccionaríamos si un ángel se nos apareciera y nos diera un mensaje de parte de Dios? Tal vez muchos de nosotros nunca lo sabremos y, por ende, no podremos comparar nuestra reacción con la de Zacarías, el padre de Juan el Bautista. “Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor” (Lucas 1:11, 12). El mensaje era éste: él y su esposa Elizabeth iban a tener un hijo. Pero Zacarías no le creyó al ángel, porque ambos eran de edad avanzada. Por su incredulidad Zacarías quedó mudo, y por nueve meses tuvo que meditar en silencio sobre el significado de lo que estaba sucediendo. Sin embargo, después de nacer el niño, y al pronunciar su nombre, el padre de Juan declaró una inspiradora profecía. Lea lo que dijo Zacarías: “Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos; para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados, por la entrañable misericordia de nuestro Dios con que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz” (Lucas 1:76-79). Este niño, lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre, tenía una tarea de suprema importancia. Él era

el precursor que debía anunciar y presentar al Mesías de los judíos, el cual también era el Salvador del mundo. Malaquías describe este Salvador como “el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación” (4:2). Por otro lado, el cántico profético de Zacarías lo llama “la aurora desde lo alto”. ¡Qué hermosa metáfora! En palabras modernas, a esto se le llama “el amanecer”. La noche había sido extensa, pero las tinieblas estaban por cesar. El alba estaba por llegar, y Juan tendría la responsabilidad de pregonar esta “aurora desde lo alto”. Las tinieblas del pecado serían disipadas por la luz celestial. Un hermoso cambio estaba por venir para la raza humana mediante este amanecer, esta “aurora de lo alto”. Vea las palabras de Zacarías: “... para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte”. Se parecen a las palabras del profeta Isaías, escritas cientos de años antes: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isaías 9:2). La “aurora desde lo alto” —o el amanecer de un nuevo día— es una manera hermosa de describir al Salvador anunciado por Juan. Observar el amanecer de un nuevo día es algo inspirador. Nos anuncia nuevas oportunidades, y la posibilidad de enmendar los errores y las fallas del ayer. El final de la oscuridad nocturna es un momento de frescor y esperanza. Nos anuncia el poder que la luz tiene sobre las tinieblas. Cuando sale el sol, las tinieblas se dispersan. Cuando “la aurora desde lo alto” vino a la tierra, mientras los ángeles cantaban “gloria a Dios en las alturas”, los demonios seguramente temblaron. El reino

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Desde lo Alto de las tinieblas sería exhibido públicamente por Aquél que más tarde fue identificado como “la luz del mundo”. ¡Qué hermosa esperanza para una humanidad presa de las tinieblas! Le oirían decir: “... el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). La luz de la vida —la vida resucitada— es ofrecida por “la aurora desde lo alto”. ¡Qué maravilloso! El poder de la oscuridad del pecado prevaleció por mucho tiempo porque el hombre vivía separado de su Creador. Este Salvador anunciado por Juan traería un nuevo día, un amanecer de esperanza para el ser humano. Leamos otra vez la profecía de Zacarías: “... para encaminar nuestros pies por camino de paz”. La paz deseada y buscada continuamente era ilusoria —siempre se hallaba fuera del alcance humano. El amanecer, la manifestación de la luz, reveló el problema. La humanidad, en rebelión contra Dios, no podía conocer la paz. Isaías lo había dicho claramente: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Isaías 57:20, 21). Pero cuando vino el Salvador, “la aurora desde lo alto”, entonces los ángeles pudieron cantar “... en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. Él era la solución para el problema del pecado. Él era la expiación, la reconciliación, la redención y el Mediador entre Dios y los hombres. Con razón Isaías lo identificó como el Príncipe de Paz. Él se ofreció a Sí mismo como la luz del mundo, a la cual todos podían acudir para escapar del dominio de las tinieblas del pecado. Pero este escape no ocurre automáticamente para todos. Tiene que haber una

respuesta individual. Desafortunadamente, algunos rehúsan la invitación divina a librarse del poder del pecado. Siendo esclavos del príncipe de las tinieblas, continúan en su rebeldía contra Dios. Para ellos, la paz está fuera de su alcance. ¡Qué tristeza! Pero las personas que han sido alumbradas por el Sol de justicia, y que han abierto el corazón a Su invitación, han recibido una “paz que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7). Se regocijan porque las tinieblas están en el pasado. Pueden vivir en la luz de un nuevo día. Saben que han sido visitados por “la aurora desde lo alto”. Aman a Aquél que dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). Casi dos mil años han pasado desde que el ángel se le apareciera a Zacarías, y desde que su profecía fuera puesta por escrito. Y ahora, mientras continúan la celebración del nacimiento del Salvador y las salutaciones entre los cristianos alrededor del mundo, hay tres palabras que aparecen en la mayoría de las tarjetas de Navidad: amor, gozo y paz. Aunque usemos estas tres palabras frecuentemente, no conoceríamos su verdadero significado si no fuera por “la aurora desde lo alto” que nos ha visitado. Alabamos a nuestro amado Dios por Su gloriosa visitación. Billy Murray Supervisor General, 1990-2000 Impreso originalmente en diciembre de 1991

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bueno”. Por tanto, la Navidad es la temporada del año donde los creyentes deberían regocijarse en conocer al “Rey de Gloria”. Este Rey es “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6). Un desconocido autor compuso el siguiente verso: ¡Oh ven, oh ven, bendito Emanuel! de la maldad rescata a Israel, que llora en triste desolación y espera ansioso su liberación. ¡Cantad, cantad, pues vuestro Emanuel Vendrá a ti muy pronto Israel!

La Navidad nos da Una Segunda Oportunidad

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a Navidad le da a la humanidad una segunda oportunidad: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado” (Isaías 9:6). La Navidad es la temporada de celebración en la cual se puede pregonar al mundo que hay una segunda oportunidad de vivir en una redentora “Noche de Paz”. Cuando esta verdad bíblica se convierte en algo primordial en la vida de las personas, entonces pueden experimentar una abundancia de gozo, esperanza y paz en todo el año. Al igual que el regalo de Dios para el mundo, nosotros intercambiamos regalos y disfrutamos de grandes celebraciones mientras ponemos en práctica esta norma teológica. Poner en escena el nacimiento en el pesebre, el viaje de los hombres sabios hasta Belén y la serenata del coro celestial sirve como recordatorio de esta segunda oportunidad. Por lo tanto, es prudente que celebremos a Aquél que lo hizo posible. El Dios que nació en un pesebre nos da una segunda oportunidad. No negamos el hecho de que la Navidad tuviese en el pasado una connotación pagana. Tampoco cuestionamos que la adoración a un “día mayor” pueda traer juicios de desolación. Pero Dios hizo todas las cosas, y “todo era

Muchos dicen que no creen en este nacimiento ocurrido en el pesebre. Sin embargo, no pueden encontrar una mejor manera de administrar sus vidas, negocios, organizaciones del orden mundial y eventos comerciales. Es posible que no exista un mejor sistema para calcular el tiempo que el calendario gregoriano. Es por medio de este calendario que el mundo reconoce las frases ‘antes de Cristo’ (a.C.) y ‘después de Cristo’ (d.C.) como los dos períodos distintivos de la historia humana. Ya que el Niño nacido en un pesebre denota el final y el principio de la única dispensación del tiempo conocida por nosotros, ¿por qué es tan difícil para algunos aceptar que Él vino para darle al perdido una segunda oportunidad? “Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido” (Mateo 18:11). Cristo vino para que cada persona pueda tener una segunda oportunidad. “...que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (Lucas 2:11). Cuando se acepta esta segunda oportunidad, la vida se convierte en un proceso de renunciar completamente a los afanes de la vida y depender completamente de Él. Durante esta temporada navideña, recuerde que Aquél que nació en un pesebre vino para que pudiéramos depositar nuestras cargas sobre Él. Él fue una vez un bebé “envuelto en pañales, acostado en un pesebre”. Pero ahora Él nos protege de las ansiedades, frustraciones y desilusiones de la vida. Si usted siente incertidumbre acerca del mañana, ¡no tenga miedo! Porque he aquí que Él trae, para todos los que quieran, un mejor camino lleno de “buenas nuevas de gran gozo” (Lucas 2:10). Por lo tanto, les digo que la segunda oportunidad es el “pan de vida que del cielo descendió”. La segunda oportunidad es “el Admirable Soberano, el Amado Redentor, el Dios con Nosotros, la Verdad Viviente”. ¡Oh Jesús, Tú que naciste en un pesebre y viniste para salvar la humanidad, ¡Tú eres nuestra segunda oportunidad!

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Uzziah Cooper M. Div. Director de Desarrollo del Liderazgo, NE


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no de mis mejores recuerdos navideños es de la época cuando Clint, mi hijo menor, tenía un año y ocho meses de edad. Era la noche del drama navideño de los niños. No tenía edad suficiente como para participar, y por ende, se sentó junto a nosotros en la segunda fila del santuario. Cada vez que las enormes marionetas de animales aparecían, gritaba emocionado. Cuando el coro de niños cantaba, él también cantaba y batía las manos. Cuando María (una niña del drama) puso al niño Jesús (un muñeco de plástico) en el pesebre, mi pequeño hijo exclamó: “¡Mira, mamá! ¡Es el niño Jesús!” La audiencia estaba entusiasmada tanto con la excelente obra teatral como con las reacciones de mi hijo. Después de terminar la obra teatral, mi hijo se escapó de los brazos de su padre y corrió hacia el escenario del pesebre. Sin darse cuenta de que lo estaba mirando, se inclinó hacia el pesebre pajoso y besó al niño Jesús. ¡Cuán agradecida estoy de haber presenciado ese momento inolvidable! Si preguntara a los niños qué significa la Navidad, estoy segura de que la contestación más frecuente sería “regalos”. Pero no tiene que ser así. La Navidad puede ser una época en la cual cada niño se maraville del nacimiento de un pequeño bebé que era el Hijo unigénito de Dios. Debemos crear un ambiente que invite a la adoración y la admiración en vez del materialismo egocentrista. Enseñe a sus hijos la verdadera

historia de la Navidad. Lea la historia navideña en varios libros para niños. Permita que sus hijos la dramaticen con disfraces, utilería y mascotas. (Nuestros hijos hacían esto mismo para sus abuelos todos los años en la mañana del día de Navidad. También fueron momentos inolvidables.) Celebre el Adviento (Su venida) al crear juntos una corona de adviento. Lea pasajes bíblicos y encienda la vela correspondiente a cada semana de Adviento. Haga que sus hijos participen en obras de caridad. Durante la temporada navideña hay muchas oportunidades para sus hijos de brindar ayuda a los niños necesitados: u “Angel Tree” (Reparten regalos a niños cuyos padres están encarcelados.) u “Samaritan’s Purse Shoeboxes” (Envían cajas de zapatos repletas de suministros y juguetes a los niños pobres alrededor del mundo.) u “Metro Stockings Project” (Regalan calcetines navideños —rellenos de artículos de aseo, guantes invernales y juguetes— a los niños pobres en las zonas urbanas deprimidas en los Estados Unidos.) u Fondo Ayude a un Niño/La Mano que Ayuda (Su hijo puede dar una ofrenda destinada a la compra de ropa, alimentos y útiles escolares de un niño en uno de nuestros orfanatos alrededor del mundo.) u Organizaciones benéficas locales, hospitales de niños, etc.

La Navidad desde el Punto de Vista de un Niño

En cada comunidad hay muchas formas en las cuales su hijo puede brindar ayuda durante la temporada navideña. Involucre a sus hijos en la adoración. Cada año, desde que tengo uso de razón, hemos celebrado un culto familiar antes de la tradicional cena navideña. Es, por lo general, muy creativo, pues le da a cada persona, sin importar la edad, una oportunidad de participar mediante palabras de acción de gracias y cánticos de alabanza. Los recuerdos de estos cultos familiares perduran en mi corazón y el corazón de mis hijos. Usted también puede crear momentos de adoración durante la temporada navideña. Visite un nacimiento viviente, asista a un drama o musical navideño con la familia, cante villancicos o himnos de alabanza frente al nacimiento. Estas, y muchas otras cosas, pueden convertirse para ustedes en oportunidades de adoración al niño Jesús. Involucre a sus hijos en servir al prójimo. Desde que tengo uso de razón, mi madre ha obsequiado canastas y regalos navideños a los ancianos de nuestra iglesia. Siempre que estaba en casa o en el vecindario, yo prestaba ayuda. Estos fueron hermosos recuerdos navideños: tocar la puerta, dar abrazos, y sentarse a hablar con alguien que se alegra de recibir un visitante. La Navidad puede ser una temporada en la cual nuestros hijos se vuelven egocéntricos o, de lo contrario, desprendidos y generosos. Puede involucrar a sus hijos en el servicio al preparar canastas de frutas para los ancianos, repartir regalitos a los residentes de un asilo de ancianos local, o servir alimentos en un refugio para personas sin hogar. ¿Por qué no pedir sugerencias a sus hijos sobre maneras en las cuales su familia puede servir al prójimo en esta temporada navideña? Haga que la Navidad de este año sea mucho más que un feriado para sus hijos. Haga que sea una temporada para recordar Su nacimiento, para adorarlo, y servir a los demás. ¡Que usted y sus hijos se deleiten en Su presencia durante la temporada navideña! Kathy Creasy Directora del Ministerio de Niños

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Los Jóvenes y las Misiones

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Quién es el Espíritu Santo para esta generación? ¿Acaso será aquello que se les aconseja buscar en el altar hasta que hablen en lenguas? ¿O será el “sentimiento” que provoca esa intensa sensación emotiva durante la adoración? ¡De ninguna manera! Para esta generación, el Espíritu Santo es Aquel que los impulsa a cumplir con la misión de Dios en este mundo, sin importar cuál sea el precio. Ser impulsados significa ser enviados o motivados por algo (o alguien). Al igual que las generaciones que les precedieron, esta generación

“Omega” está sirviendo al Señor en maneras radicales, según el Espíritu Santo la capacite.

Impulsados por el Espíritu en la Misión

Las estadísticas indican que los estudiantes de hoy son la generación más servicial que el mundo jamás haya visto. Se estima que el 73% de los jóvenes entre las edades de 12 a 17 años en los Estados Unidos —o sea, 18.8 millones de jóvenes— han participado en algún tipo de actividad de voluntariado1. Considere

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su influencia: son capaces de convencernos para que ofrendemos y para que nos interesemos en maneras que nunca antes hayamos hecho. Hemos visto y oído de numerosos ejemplos de niños y jóvenes que recaudan millones de dólares para excavar pozos en África, ayudar a huérfanos, limpiar comunidades, etc.2. Lucas 4:1-21 registra la historia de Jesús, lleno del Espíritu Santo, siendo llevado al desierto por 40 días para ser tentado por el diablo. Tras 40 días de victoria sobre el diablo, Él regresó a Galilea “en el poder del Espíritu”. Llegó a Nazaret y, entrando en la sinagoga, tomó el rollo y


leyó Isaías 61. Luego, lo enrolló y declaró: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (v. 21). El Espíritu Santo está llamando, ungiendo, capacitando, enviando e impulsando a nuestros estudiantes (tus hijos e hijas) para que vivan de acuerdo a Isaías 61 desde Jerusalén (el lugar donde viven) hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8). Él los está llevando a los confines de la tierra, hasta que cada una de las 7 mil millones de personas en el mundo sea alcanzada con el evangelio de la salvación. Para lograr esto, muchas personas, al igual que Jesús, tendrán que pasar un tiempo de perfeccionamiento en el desierto. Muchos dejarán su familia, su hogar y sus posesiones para cumplir con el llamado. Ciertamente, algunos tendrán que padecer persecuciones, pruebas y aflicciones. Pero todo valdrá la pena si, tras su ministerio y vida terrenal, llegan a ver el cumplimiento de la Escritura: las buenas nuevas siendo anunciadas a los pobres, los quebrantados de corazón siendo sanados, los ciegos recibiendo la vista, y los oprimidos siendo puestos en libertad.

Servir a su Generación según la Voluntad de Dios

Hechos 13:36 dice que David sirvió a su generación según la voluntad de Dios, y que luego murió. Pero la historia de David no terminó con su muerte. Por cuanto David sirvió fiel y radicalmente a su generación según la voluntad de Dios, él fue de bendición a las generaciones que vinieron después de él, hasta llegar a la vida de nuestro Mesías, Jesús. Sabemos que esta fue la obra del Espíritu en la vida de David. Él era un adorador, un dador sacrificial, un guerrero y un administrador (1 Crónicas 15). Él adoró y sirvió en maneras inusuales, las cuales fueron

rechazadas o no consideradas por sus padres (2 Samuel 6:22; 24:24). Aunque David no era un hombre perfecto, era excelente ante los ojos de Dios, pues dijo: “He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero” (Hechos 13:22). Hoy las estadísticas dicen que los juveniles y los jóvenes adultos se están apartando de la iglesia: tres de cada cinco probablemente se desconectarán de la iglesia permanentemente o por un período extendido de tiempo después de los 15 años de edad3. Pero debemos creer y entender que Dios ha separado un remanente de jóvenes atrevidos e impulsados por el Espíritu Santo. Ellos no han doblado sus rodillas ante Baal, y harán todo lo que Dios les mande. Quizás no sean perfectos (cometerán errores), pero serán impulsados por el Espíritu Santo de manera que su amor, adoración y servicio a Dios sean excelentes. Ellos lo harán de una manera diferente, poco convencional, radical, y hasta más dinámica que sus líderes. Pero hay que permitirles que sean dirigidos por el Espíritu Santo. Como resultado, el impacto causado por la vida y el servicio de ellos perdurará hasta las generaciones futuras. “[...] serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Isaías 61:3).

Su Agenda: La Justicia Social

“Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio” (Isaías 61:8). De acuerdo al Diccionario de Negocios, la justicia social es la “administración justa y apropiada de las leyes en conformidad con la ley natural de manera que todas las personas —sin importar su origen étnico, sexo, posesiones, raza, religión, etc.— sean tratadas con igualdad y

sin prejuicios”4. Los proponentes de la justicia social enfatizan mucho el valor de los derechos humanos de cada persona y la dignidad que cada vida humana merece sin importar su estado en la vida. Nuestro sistema educacional es una de las fuentes principales de esta influencia en nuestros estudiantes. Desde el ambiente hasta la pobreza, la guerra, la economía, etc., las escuelas (junto a los medios de comunicación) están enseñando (y en ocasiones exigiendo) que nuestros estudiantes sean buenos ciudadanos mundiales. Un factor decisivo en las solicitudes de admisión a las universidades de la actualidad consiste en cuánto servicio ha prestado el estudiante en la comunidad. Como resultado, tenemos una generación que entiende esto y está caracterizada por la responsabilidad y la justicia sociales. Ellos animan a los demás a que participen activamente y lo celebren. Sin embargo, no quieren servir de manera superficial. De acuerdo a una encuesta del Grupo Barna, muchos adolescentes y jóvenes adultos abandonan la iglesia porque su experiencia con el cristianismo es de naturaleza trivial5. En otras palabras, ellos quieren ver que la iglesia viva según su mandato de servir y sanar al mundo. Pero en lugar de esto, ven que las iglesias se interesan por todo, excepto por traer esperanza, sanidad y restauración al mundo. Nuestros estudiantes, guiados por el Espíritu, quieren vivir la vida cristiana involucrándose en el mejoramiento de las condiciones sociales para la gloria de Dios. Desean traer sanidad y restauración a nuestro mundo abatido y quebrantado.

Prioridades para los Pastores, Líderes y Padres

¿Cómo puede la iglesia y las

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familias unirse con los estudiantes, capacitarlos y motivarlos para que sirvan al Señor en las maneras inauditas y poco convencionales del Espíritu Santo? Permítanme sugerir varias áreas que deben formar parte de un enfoque constante para el desarrollo del liderazgo estudiantil:

La Oración

Nuestros estudiantes deben aprender a orar sin cesar, “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu”. Esto hace que sean sensibles a la voz de Dios y sigan Su dirección (Lucas 1:1-5; 1 Tesalonicenses 5:17; Efesios 6:18). La oración constante en el Espíritu también los ayudará a avivar el fuego de los dones del Espíritu, los cuales validarán su autoridad como agentes de liberación y sanidad dirigidos por el Espíritu.

El Discipulado

Se debe hacer todo el esfuerzo posible por producir seguidores de Cristo llenos del Espíritu, los cuales vivan como Jesús, sirvan a otros y caminen en humildad. Deben entender que seguir a Cristo puede costarle sus hogares, familias y posesiones (Lucas 9:57-62). Esto significa que no solamente debemos armarlos con el evangelio —para que puedan compartir y defender su fe—, sino que debemos dotarlos con destrezas vitales que les ayuden a ser “fabricantes de tiendas” en dondequiera que el Espíritu los lleve. También debemos promover el desarrollo profesional del ministerio siempre y cuando sea posible. Por último, debemos enseñarles a depender de Cristo con nuestro ejemplo y nuestra obediencia a la Palabra, para que ellos también se conviertan en hacedores de discípulos.

Padres y Madres Espirituales

Todos pueden formar parte del ministerio de jóvenes sin que se les exija tener un entrenamiento especializado. Estamos en un momento crítico en el cual debemos reconocer que la cultura tiene una gran influencia en la vida de los jóvenes. En algunos casos, dicha influencia es mayor que la de los padres. Por lo tanto, debemos persistir en encontrar y recapturar la influencia de la familia y su responsabilidad de transmitir nuestra fe “de la santidad”. Necesitamos muchos padres y madres espirituales en nuestras iglesias locales y comunidades, pues los estudiantes aprenden mejor del ejemplo que se les dé. Debemos ser modelos de la vida santa y la sobriedad, y del servicio y la comunidad. El contacto regular con los adultos ayuda a entrenar, mentorear y refinar el desarrollo de su carácter personal. También los motiva e impulsa a tratar cosas nuevas. Cada padre y madre espiritual debe anhelar que los estudiantes y líderes crezcan y se fortalezcan en el Señor.

Enseñe y Predique sobre el Espíritu Santo

La convicción de que los estudiantes necesitan ser bautizados con el Espíritu Santo debe estar presente en cada iglesia local de nuestro movimiento. En algunos lugares esto no se enfatiza suficientemente, y en ocasiones ha dejado de ser uno de los criterios para el liderazgo. Cuando los líderes no tienen o no buscan la llenura del Espíritu, se debilita el potencial del ministerio y se disminuye la capacidad de producir entre nuestros estudiantes líderes llenos del Espíritu. Por otro lado, el ministerio del Espíritu Santo tiene que ser manifiesto

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en nuestras iglesias. Debemos enseñar y predicar apropiada y constantemente sobre la persona del Espíritu Santo y Su señorío en nuestras vidas. Él es el que llamará, ungirá y comisionará a nuestros estudiantes. Él llenará sus corazones de compasión y los motivará para que dediquen sus vidas a ayudar a restaurar un mundo quebrantado. Por lo tanto, debemos darles oportunidades, dentro y fuera de la iglesia, para que tengan un encuentro con Dios y sean llenos del Espíritu Santo. Debemos permitir que Sus dones operen en la iglesia y en la comunidad a través de nuestros estudiantes. Entonces se cumplirá la Escritura: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” (Hechos 13:2, 3). ¡Y ellos hicieron grandes cosas en el mundo! ¡Señor, ayúdanos a reconocer, entrenar y capacitar a estudiantes llenos del Espíritu que vayan por todo el mundo y lo reclamen para Tu gloria! Amén. El Ministerio Internacional de Jóvenes “Operación Omega” existe para alcanzar, adiestrar y enviar a la “generación omega” en el poder del Espíritu Santo para que realice el servicio cristiano.

Aileen Reid Co-Directora del Ministerio Internacional de Jóvenes

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1 http://blog.volunteer.com/volunteer_ guru/2009/09/youth-volunteering-onthe-riseawesome.html#axzzlodbWbeYu 2 Algunos ejemplos: hoops4hope.org (Astin Gutwein); Kisses from Katie, Katie Davis (2011) 3 Barna Research, Faith that Lasts Project, 2007– 2011; You Lost Me, David Kinnaman (2011) 4 http://www.businessdictionary.com/definition/ social-justice.html 5 You Lost Me, David Kinnaman (2011)


Avanzar

Hacia el Futuro Randall E. Howard, Supervisor General

Cultura Juvenil

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a cultura juvenil nunca parece cambiar. En la página web para ministerios de jóvenes llamada thesource4ym.com, Jonathan McKee dijo lo siguiente: “Cuando yo tenía 14 años de edad, vi a Kevin Bacon en la película ‘Footloose’. Desde mi perspectiva como adolescente, esta película era maravillosa: la rebeldía, la autoexpresión, el vivir para el momento, el no tomar en cuenta las consecuencias. En eso consistía ser joven”. La mayoría de las personas dirían que la historia se repitió con la generación del grupo musical británico los Beatles, y con las generaciones de jóvenes que siguieron. Me parece que hay dos cosas que suelen suceder cuando los jóvenes irrumpen en la cultura establecida y crean la suya propia. En primer lugar, siempre se han opuesto a lo establecido de muchas maneras. Para decirlo de una forma mucho más sencilla, los chicos se han criado bajo las normas de sus padres, y en cada generación han querido quebrantarlas desde los días de Adán. Esto es parte de la naturaleza de las personas. Aun así, podemos percibir algo bueno en este comportamiento, el cual hace que la mayoría de los padres pierda la razón. ¿Qué generación ha sido tan perfecta

que no necesite una buena dosis de reforma? Los jóvenes parecen ser el regalo de Dios para contrarrestar el estancamiento, la comodidad y el statu quo generacional. Los jóvenes llegan a la escena y exponen públicamente las falacias y los defectos de cada generación. Aunque a la generación establecida todo esto le parezca ser una revolución, muchas veces desemboca en progreso social, o progreso tecnológico, o aun progreso moral en tiempos de avivamiento. Lo segundo que se puede ver en la cultura juvenil es la sinceridad en la búsqueda de una identidad espiritual. Por supuesto, es lamentable que muchas veces comiencen rechazando la espiritualidad de sus padres para poder descubrir la verdad por sí mismos. No obstante, a mí me gustan las palabras de un sabio en la Biblia: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Los jóvenes se parecen al pez salmón. Parecen nadar de regreso a la fuente de la espiritualidad que les fue impartida cuando eran más jóvenes. Por causa de su hambre espiritual, hacemos bien en unirnos a esta corriente pura del alma de los jóvenes. Muy pronto, nosotros, los de más edad, perdemos la pasión y la pureza de convicción. Comenzamos a racionalizar

Nosotros ofrecemos un legado espiritual, y ellos suplen el fervor espiritual.

y a conformarnos con formas religiosas aceptables. Podríamos beneficiarnos de la disposición de los jóvenes a ‘dar el todo’ por la causa y responder al llamado a servir sin remuneración, o sacrificarse por los demás en el nombre de Cristo. Puede ser que nosotros —los ya establecidos— necesitemos a los jóvenes tanto como ellos nos necesitan a nosotros. Nosotros ofrecemos un legado espiritual, y ellos suplen el fervor espiritual. Nosotros ofrecemos nuestra experiencia en el transitar de la vida, y ellos traen un espíritu de aventura y curiosidad. Nosotros aportamos la cabeza (sabiduría adquirida por los años de vida), pero ellos aportan los pies (la fortaleza y la resistencia). El Señor nos está hablando en estos días significativos, y creo que nos está diciendo que los jóvenes y adultos se necesitan mutuamente para poder terminar la carrera. La Iglesia de Dios de la Profecía tiene una meta en la cosecha juvenil a la cual debemos dar prioridad. Yo invito a los líderes de mi generación —el orden establecido— a que recibamos con los brazos abiertos a esta nueva generación. Amémosla y ayudémosla a unirse a la jornada de fe en este movimiento, para la gloria del Rey. mensajeroalablanca@wwph.com 21


Padre, vengo ante Ti en el nombre de Jesús. Ruego por mi generación y por las que vendrán después. 22 M e n s a j e r o A l a B l a n c a n o v i e m b r e / d i c i e m b r e d e 2 0 1 2


S

eñor, ruego que Tu gracia y Tu misericordia sea con todos nosotros. Ruego que la llama de Tu amor arda en nuestros corazones y consuma todo nuestro ser. Te suplico que derrames Tu hermoso Espíritu Santo sobre nosotros, y que nos capacites para traer cambios a este mundo, y revolucionarlo para Tu gloria. Tú solamente necesitabas a 12 jóvenes que aceptaran Tu llamado a comenzar esta revolución, y ellos así lo hicieron. Te siguieron, Te obedecieron y se sometieron a Ti. Hoy somos más de 12 hombres y mujeres que aceptamos Tu voluntad, Tus caminos y Tu gloria. Abre las ventanas del cielo y derrama Tu Espíritu sobre cada ciudad, nación y continente. Levanta guerreros que peleen por Ti, por Tu gracia y por el evangelio de la paz. Te pido que no nos avergoncemos de ser Tus hijos e hijas al anunciar las buenas nuevas del Padre. Te pido que podamos afirmarnos sobre nuestros pies y testificar al mundo de lo que Tú puedes hacer y de lo que harás en estos últimos días antes del gran Día del Señor. ¡Te necesitamos! Nuestra respiración y nuestros movimientos nos hacen ver que nada somos sin Ti. Por lo tanto, Tu presencia es necesaria en nuestras vidas. Decimos como Moisés: “Si Tu presencia no va a estar con nosotros, no nos saques de aquí”. Decimos como Jacob: “No te dejaré, si no me bendices”. Rogamos como Salomón: “Da a Tu siervo un corazón entendido para discernir entre lo bueno y lo malo y dirigir a Tu pueblo correctamente”. Señor, llévanos más allá de nuestros linderos, y llénanos de Tu Espíritu para que traigamos a otros a los pies de Cristo. Permítenos ministrar en los lugares del narcotráfico, las licorerías y las casas de prostitución para que podamos eliminarlas de nuestras sociedades y reconstruir nuestras ciudades para Dios. Concédenos un espíritu intrépido y valiente. Ayúdanos a marchar hacia delante en el nombre de Jesús. Hay muchos profetas falsos en los medios de comunicación que proclaman con denuedo falsas enseñanzas y pensamientos. Te pedimos que los salves, pero también te pedimos que los hagas callar. Nos atacan con firmeza, y muchos están siendo engañados y maltratados. Tú eres el Dios que trae orden y claridad. Tú haces callar al enemigo y aderezas mesas delante de nosotros en presencia de ellos. Por lo tanto, confiamos en Ti, Jesús. Por la autoridad de Cristo venimos contra todo espíritu de error, todo pensamiento maligno, toda mente dañada y todo demonio y principado que trate de invadir

nuestras mentes y corazones. Nos despojamos de todo peso que trata de detenernos, y lo traemos a los pies de Jesús. Rogamos por esta generación que carece de padres y de madres, y que carece de una familia espiritual. Te pedimos que los cubras y que no caigan en las drogas, el alcohol, las bandas, el analfabetismo, la vergüenza y la muerte. Rogamos que cuando lean la Palabra, ésta pueda cobrar vida en ellos. Permite que Tu Palabra inspirada traiga convicción a nuestros corazones, sanidad a nuestras almas, sabiduría a nuestras mentes y libertad a nuestro espíritu. Te imploramos que esta generación pueda proteger su testimonio, y que el Espíritu de santidad repose continuamente en nuestros corazones. ¡No más vergüenza, ni promiscuidad, ni ebriedad, ni odio, ni abuso, ni injusticia! Te pedimos que nos ayudes a permanecer sin mancha delante de Ti y de los hombres. Ayúdanos a vivir como es digno del evangelio. ¡Proclamamos la victoria! Creemos que todo lo podemos en Jesucristo, quien nos fortalece. Tú nos provees la fortaleza y la pasión. Tú empoderas a los universitarios para que sean valientes en los campus y refuten todas las enseñanzas y filosofías erróneas. Tú les das la visión para reclamar la educación y los recintos universitarios para la gloria de Cristo. Tú los motivas a estar firmes en sus áreas de influencia, y permites que Tu gloria se refleje en ellos. ¡Danos pies hermosos! Permítenos ir a las peores comunidades y cambiarlas para la gloria de Dios. Dirige nuestros pasos y llévanos a donde haga falta el amor. Permite que el reino de Dios venga sobre esta tierra. Que Tu voluntad sea manifiesta en todo lugar. Que Tu reino de amor venga sobre toda persona, familia, iglesia, comunidad y nación. ¡Nos entregamos a Ti en este momento! ¡Que descienda la ciudad de Dios! Proclamamos la paz sobre toda la tierra. Encontramos el descanso en Tu presencia. Nos regocijamos en Tus maravillosas obras, porque Tú eres nuestro Salvador y Dios. En el nombre de Jesús, ¡Amén!

Jonathan Olavarría Hoboken, Nueva Jersey

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El Mover Del Espíritu Santo E

ste es un tiempo emocionante para trabajar en el ministerio del Señor porque se puede observar cómo el Espíritu Santo está obrando en los corazones y las vidas de los jóvenes y líderes nuevos de esta generación. Siento una gran pasión por la juventud y los líderes nuevos por numerosas razones, pero sólo mencionaré dos de ellas. La primera razón consiste en que una vez yo fui joven y conozco el potencial que Dios ha colocado en cada joven. La segunda razón es que, en términos generales, el futuro de cualquier organización dependerá mayormente de cuánto esté dispuesta a invertir en sus jóvenes. En este artículo me estaré enfocando en los jóvenes y los líderes nuevos en el continente de África, donde he ministrado y trabajado por

más de 28 hermosos años. Puesto que soy de mentalidad occidental, yo sabía que una gran parte de mi trabajo consistiría en encontrar líderes nuevos, ser un mentor para ellos, desarrollarlos y ayudar a enviarlos cuando llegara el momento adecuado. Esta inquietud me llevó a seguir trabajando en el ámbito de la juventud, pues sabía que el futuro dependería mayormente de ellos. A pesar del ataque de Satanás contra nuestros jóvenes —destruyendo la mente de muchos con las drogas, la pornografía y la inmoralidad—, puedo decir con orgullo que he visto una generación que está tan enfocada y decidida como la mía. Son jóvenes como Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego, los cuales se negaron a inclinarse ante la estatua de oro o danzar al ritmo de la música del rey.

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La Joven Cosecha en África

En todo el continente de África he visto jóvenes llenos del Espíritu y de pasión por las cosas de Dios. Algunos fueron criados en hogares donde la norma consiste en seguir las prácticas ancestrales; pero he visto personalmente a estos jóvenes llenos del Espíritu renunciar a dichas prácticas ancestrales y comprometerse con Jesucristo. Algunos han padecido una intensa persecución, rechazo y —en algunos casos— abandono total. Recuerdo cuando visité un país en particular para asistir a una serie de reuniones. Me asignaron un joven para que fuera mi chofer y me llevara desde el culto hasta el hotel y viceversa. Este joven tenía aproximadamente 21 años de edad y no hablaba mucho. Tras darme cuenta de que el joven se quedaba afuera, le


pregunté al supervisor nacional: “¿Por qué no entra el joven?” En ese momento me dijo que el joven era musulmán. Después de tres días en el culto, mientras yo predicaba, el Espíritu Santo se movió de una forma extraordinaria, y pude ver al joven parado en la puerta de la entrada. Yo estaba un poco asombrado, pero le pregunté qué quería. Él me dijo: “Yo quiero lo que usted tiene”. Entonces cayó de rodillas, lloró y aceptó a Jesucristo en su corazón. Mientras íbamos de camino al hotel, le pregunté qué había experimentado. Él me contestó: “Por los pasados tres días yo estuve observándole a usted y a su amigo, y me di cuenta de que ustedes tienen algo especial”. Más tarde, su familia se enteró de que había renunciado al islam y lo rechazaron. Sin embargo, este joven se aferró a su nueva fe, y hoy es un obrero del Señor. El Espíritu Santo está haciendo cosas poderosas y maravillosas entre los jóvenes de nuestro tiempo. El Espíritu Santo ciertamente da esperanza para el futuro de los jóvenes. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13).

Líderes

Los eventos de Pentecostés (Hechos 2) son el cumplimiento de esta maravillosa promesa para la iglesia. El advenimiento del Espíritu Santo tenía un propósito específico. El Espíritu Santo debía vivir y trabajar en el corazón del hombre para desatarlo y librarlo de la esclavitud de este mundo, del pecado, de la muerte y del infierno. El Espíritu Santo viene para libertar al hombre, así como Dios libertó a los judíos de la esclavitud egipcia. El apóstol Pablo dijo: “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones” (2 Corintios 1:21, 22).

Una Unción Perpetua

Mientras preparaba este artículo me vino a la mente el libro de Éxodo 40:12-16. En este pasaje vemos que Dios estaba instruyendo a Moisés

sobre la preparación sacerdotal de Aarón y sus hijos. En esta preparación, tanto Aarón como sus hijos debían ser lavados y recibir vestidos santos. Pero lo más importante es que ellos tendrían una unción sacerdotal, y que esa unción sería de carácter perpetuo. Las personas de más edad solemos decir: “Señor, trae nuevamente los tiempos antiguos”. Pero prefiero creer que esta generación de jóvenes tiene el legado de la unción. En 1 Pedro 1:3-5 se nos dice de la siguiente forma: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”. Hay jóvenes que ya han encontrado esa unción y están haciendo grandes obras para el Señor, pero hay otros que todavía no la han encontrado. Puedo ver al Espíritu Santo obrando en dondequiera que voy en el continente africano. Los jóvenes tienen pasión y quieren hacer mucho más por Jesucristo y por Su reino. Me encuentro con jóvenes como Nehemías, el cual estaba colocado estratégicamente como copero en el palacio del rey, pero que no se contentó con la situación, sino que pidió tiempo para regresar a su tierra natal y ayudar en la reconstrucción de la ciudad y del muro (Nehemías 2).

El Enviar a los Jóvenes Trae Bendición

Hace aproximadamente dieciséis años yo estaba ministrando en una conferencia acerca del desafío de la Gran Comisión para los líderes del siglo XXI. Concluida mi presentación, un joven se me acercó con lágrimas en los ojos y me dijo que había sentido el llamado al ministerio. Él era uno de los líderes jóvenes con los cuales había estado trabajando por varios años. Yo lo necesitaba, pero el movimiento del Espíritu Santo pudo más. Yo lo dejé ir,

y Dios lo usó durante ese tiempo para plantar muchas iglesias y hacer otras cosas maravillosas para Dios. El 65% de la población de la República Democrática del Congo tiene de 12 a 35 años de edad. Durante mi estadía en ese país (1985-1996), me di cuenta de que hay una cosecha de jóvenes que debemos recoger, entrenar, desarrollar y enviar si queremos tener un futuro positivo. Así que, dimos inicio al proceso y nuestro sucesor le dio seguimiento. Hemos visto al Espíritu Santo moverse entre los jóvenes, especialmente jóvenes varones que sacrifican lo que sea necesario con tal de servir al Señor. Al presente, casi el 60% de los líderes de la Iglesia de Dios de la Profecía en la República Democrática del Congo tiene 50 años de edad o menos. Hay jóvenes que están dejando sus hogares y zonas de comodidad para ir a lugares desconocidos, en respuesta al llamado del Espíritu.

Puntos de Oración

• Me parece que nuestra juventud desea tener direcciones claras y precisas, especialmente en el lugar donde viven y trabajan. En un mundo tan disfuncional, la mayoría de ellos provienen de trasfondos carentes de enfoque y dirección apropiados. Por lo tanto, debemos orar para que Dios levante a hombres y mujeres dotados con la habilidad de ser buenos mentores. • El islamismo se está esparciendo rápidamente en las treinta y cinco escuelas que operan en la nación de Sierra Leona. Más de la mitad de los maestros son musulmanes. Por favor ore para que el Espíritu de Dios ayude a la Iglesia de Dios de la Profecía a cambiar esta tendencia.

Levi Clarke Presbítero General de África Supervisor, República Democrática del Congo y Sierra Leona

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El Campamento y el Esp铆ritu Santo:

Perfectamente Unidos El mundo presiona a los adolescentes para que se conformen y adapten al mismo. Pero en el campamento, esas presiones mundanas son eliminadas mientras que Dios les aplica una santa aceptaci贸n.

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Hace unos pocos años, durante una reunión del comité de campamentos, el obispo Billy Adams nos pidió que creáramos una declaración de visión para el Campamento Echeconnee aquí en Georgia. Al final de la sesión, adoptamos la siguiente declaración de visión: “Un ambiente que lleve a un encuentro con Dios”. Cuando pienso en cómo se relacionan nuestro ministerio de campamentos y el Espíritu Santo, me acuerdo de inmediato de aquella declaración de visión. Estuve escuchando recientemente a algunos ancianos que exhortaban a otros líderes de la iglesia a que invirtieran en el ministerio de campamentos. Su argumento central era que muchos ministros y líderes de iglesias fueron productos de ese campamento. Emplearon las palabras “salvados”, “llenos [del Espíritu]” y “llamados” para describir algunas de las experiencias que estos líderes habían tenido en los campamentos. Yo mismo fui lleno del Espíritu Santo y recibí el llamado al ministerio en un campamento en Carolina del Norte. Cuando era estudiante universitario, escuché a mi profesor declarar que muchos jóvenes se convertirían en un producto de su entorno. Es una declaración verdadera que también puede aplicarse a los campamentos. Los campamentos son un ambiente saturado del poder del Espíritu Santo. Cuando nuestros jóvenes asisten a los campamentos, los colocamos intencionalmente en una atmósfera donde pueden tener un encuentro con el Espíritu Santo. Entonces Dios les imparte este poder que les ayuda a quebrar el molde en el cual el mundo trata de encajarlos. Se puede encontrar un ejemplo bíblico de esta realidad en el libro de Hechos 1:12-14. Durante los diez días entre la ascensión del Señor y el día de Pentecostés, los que allí estaban presentes “perseveraban unánimes en oración”. Este ambiente donde se encontraban hizo posible que recibieran el poder del Espíritu Santo. Por ende, se convirtieron en receptores del poder de Dios. Este entorno es muy parecido al de nuestros campamentos, pues los participantes se separan intencionalmente del mundo exterior para enfocarse a la voluntad de Dios para con ellos. De manera semejante, cuando los jóvenes y el equipo de trabajo (los líderes) se juntan en el campamento, dejamos a un lado el tiempo y la estructura para que cada participante pueda recibir todo lo que Dios quiera darle. Otro aspecto que quisiera mencionar consiste en las presiones que los jóvenes enfrentan en sus respectivos entornos. Si dejamos que el entorno nos moldee, nos dejaremos dominar por las presiones que pudieran venir del mismo. Romanos 12:2 dice: “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de

Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Nueva Traducción Viviente). Pablo reconoce que hay presiones que vienen del mundo, pero también enfatiza que Dios tiene el poder de transformar una persona por medio de la persona del Espíritu Santo. De igual manera, cuando enviamos a los jóvenes al campamento, hay presiones a las cuales se enfrentan. El mundo presiona a los adolescentes para que se conformen y adapten al mismo. Pero en el campamento, esas presiones mundanas son eliminadas mientras que Dios les aplica una santa aceptación. En el campamento de jóvenes, Dios, por medio del Espíritu Santo, les aplica una presión que se llama convencimiento. Esto hace que muchos reciban la experiencia de la salvación, pero Dios también tiene el deseo de que los campistas lleguen a tener una relación más íntima con Él. Durante la semana, los campistas son arropados con la presión amorosa de Dios, la cual los liberta del mundo, el pecado y la carne. En esencia, Él está atrayendo a los campistas hacia Dios, donde encontrarán tanto la libertad como la razón de vivir. Por último, no debemos ignorar el rol esencial de la iglesia local en la relación entre el campamento y el Espíritu Santo. Nosotros, los que servimos en las iglesias locales, debemos comprender la importancia de enseñar y predicar sobre el Espíritu Santo antes y después de que nuestros jóvenes vayan al campamento. Tenemos que comprender que los campamentos solo ministran a los jóvenes durante una semana, mientras que las iglesias locales tienen las demás 51 semanas del año para ayudarlos a fortalecer su relación con Dios. Una vez que los jóvenes regresen del campamento, es muy importante que las iglesias locales, ya sean grandes o pequeñas, les permitan seguir teniendo experiencias con el Espíritu Santo en sus medios. Si nuestros jóvenes buscan de Dios con fervor en el campamento debido al poder presente, ¿qué debemos hacer para que esta búsqueda fervorosa continúe en nuestra iglesia local? Para que la próxima generación pueda crecer, debemos programar “fracasos planificados” o “problemas planificados” de manera que los jóvenes puedan comenzar a discernir quién es el Espíritu Santo. En esencia, exhorto a que nos despojemos de la apariencia de tener todo bajo control para así permitir que nuestros jóvenes crezcan tanto en la vida física como espiritual. Permitamos que los jóvenes dirijan el culto. Permitamos que prediquen. Permitamos que caminen con nosotros, los líderes, mientras permitimos que Dios nos dirija. Adam Jones Lizella, Georgia

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La juventud dirigida por el Espíritu en Chile En el 2011 miles de jóvenes chilenos comenzaron una revolución importante. Era un movimiento compuesto por estudiantes de diversos lugares que exigían una mejora en su educación. Muchos de ellos perdieron un año de estudios porque lucharon por aquello que tenían por justo y digno de su sacrificio. Estos jóvenes paralizaron al país con sus huelgas creativas, diseñadas para captar la atención de las autoridades del país y del mundo. Son jóvenes que viven en Chile y en el resto de Sudamérica y el mundo. Son jóvenes que están dispuestos a esforzarse y sacrificarse por una causa digna. Son jóvenes llenos de dones, talentos, habilidades y creatividad, y dispuestos a dar el todo. Como iglesia, tenemos la responsabilidad de aceptar estos jóvenes y traerlos a Jesucristo nuestro Señor de manera que lo sigan fielmente y obedezcan sinceramente Su llamado. La juventud no quiere quedarse estacionaria escuchando a alguien hablar todo el tiempo. Los jóvenes de hoy son serios, dinámicos y fuertes. Poseen la habilidad de hacer cosas, de efectuar cambios y libertarse de lo establecido. Como iglesia, debemos aprovechar su fortaleza y anhelo de servir a Dios. Nuestros jóvenes necesitan amor y apoyo. Es posible que cometan errores, pero si Dios está dispuesto a perdonarlos, entonces nosotros, como iglesia, debemos hacer lo mismo. No necesitan que los regañemos y castiguemos por sus errores, sino que necesitan nuestro amor, ejemplo y la Palabra de Dios para aprender a corregirlos. Hay jóvenes que están lastimados y llenos de resentimiento. Tenemos que ayudarlos. No podemos darnos el lujo de perderlos y dejar que el enemigo haga lo que quiera con ellos. El enemigo sabe que la juventud de hoy es poderosa y está llena del Espíritu de Dios, y por eso está haciendo lo indecible por estorbarlos y destruirlos. En algunos casos, lo está logrando. No obstante, “más son los que están con nosotros que los que están con ellos” (2 Reyes 6:16). Tenemos que amarlos y traerlos a Dios para que reciban sanidad y liberación. Tenemos que responder al llamado de Dios y recoger la joven cosecha que habrá de levantarse para ser los futuros líderes de la iglesia.

También vemos un pequeño remanente, el cual tiene hambre de Dios. Es un remanente que necesita más de Dios, y lo busca a pesar de las circunstancias, los problemas y las situaciones que enfrentan diariamente. Esto nos da una gran oportunidad de ministrar a estos jóvenes y trabajar junto con ellos. Los jóvenes que quieran tomar acción necesitan tener líderes que también estén dispuestos a hacerlo. En otras palabras, necesitan líderes que quieran abandonar la apatía y la conformidad, y buscar la dirección de Dios y marchar hacia lo que Él quiera hacer con estos jóvenes. Esto trae un gran reto para nuestros líderes de jóvenes y los líderes de la iglesia en general. Una de nuestras mayores necesidades consiste en el entrenamiento especializado de los líderes de jóvenes del presente y del futuro. Esto nos ha motivado a prepararnos para ministrar más apropiadamente a nuestra juventud. Pero en particular nos ha motivado a buscar la dirección de Dios y la llenura y guianza del Espíritu Santo en todo lo que hacemos, principalmente con nuestros líderes. Entendemos que sin la ayuda de Dios no podremos hacer nada que produzca fruto. Tenemos que depender completamente de Él. En este contexto, el entrenamiento de la joven cosecha nos ha ayudado a comprender que tenemos que cambiar la manera en que trabajamos con la juventud del siglo XXI. Nos ha ayudado a cambiar nuestra perspectiva y nos ha dado las herramientas necesarias para ministrar eficazmente a la juventud en un mundo posmoderno. Dios nos llama a extendernos a lo que está delante, prosiguiendo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios (Filipenses 3:13, 14). Tenemos que orar por nuestros ministerios de jóvenes. Ministrar a nuestra juventud debe ser una prioridad en cada iglesia local. Tenemos que buscar a Dios y crear pastores de jóvenes y líderes de jóvenes que tengan pasión por Dios y por la joven cosecha. Nuestra juventud tiene que amar a Dios y cumplir con la Gran Comisión de Mateo 28:19, 20 y llevar el mensaje del evangelio a todos los demás jóvenes del mundo.

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Ecos de la 97ma Asamblea Internacional de 2012 De la Iglesia de Dios de la Profecía en Louisville, Kentucky

“Ungidos Para Dirigir”

En esta edición desea­ mos compartir con ustedes algunos de los momentos importantes a través de estas fotografías de los eventos que se llevaron a cabo durante la Asamblea Internacional, en la cual la presencia del Señor se dejó sentir poderosamente. Pidámosle al Señor que derra­ me esa misma unción sobre toda persona que vea estas imágenes, mientras que a la vez nos esforzamos por ganar a los perdidos para Él. mensajeroalablanca@wwph.com 29


Únase A La Jornada en la obra y la visión del ministerio del Espíritu Santo.

30 M e n s a j e r o A l a B l a n c a n o v i e m b r e / d i c i e m b r e d e 2 0 1 2

Dirigidos bajo Su unción debido a que Dios nos ha “Ungido para Dirigir” a este cuerpo a través de la Visión 2020, este movimiento se encuentra en una jornada. Nos convertiremos en un movimiento que “exalte a Cristo, centrado en la Palabra, pueblo santo, lleno del Espíritu, para todas las naciones, hacedor de discípulos, establecedor de iglesias y con una pasión por la unión cristiana”.


DeWayne Hamby Editor Administrativo

No Me Rendiré En ocasiones, al ver las fotos de mi último año de la escuela secundaria, me encuentro con una versión más elegante y joven de mi rosto. Esas fotos fueron tomadas hace más de veinte años. El mundo ha cambiado, pero muchas cosas siguen iguales. Un amigo escribió algo en la Internet donde le agradecía a Dios por haberse convertido en una persona de mentalidad abierta y echar a un lado la mentalidad cerrada. Esto me hizo meditar, y comencé a dar gracias a Dios porque no fue así conmigo. Yo acepté por fe la promesa de un Dios que envió a Su Hijo por mí. De no haber sido por la intervención divina, yo nunca hubiera llegado a ser nada en la vida. Aunque mi fe y amor por la gente se han expandido con el paso de los años, sé que todos los hijos de Dios hemos sido manchados con una condición humana caída que no podemos arreglar por cuenta propia. Cuando era joven, yo creía en la realidad del pecado —una creencia aceptada en aquel entonces. Hoy

todavía la creo, aunque ya no sea una creencia muy popular. El pecado nos separa de Dios y nos coloca en un camino de destrucción. Al igual que muchas otras personas, soy menos prejuicioso que antes, pero no creo que se deba al hecho de que muchos tengan al concepto del pecado por tabú. Dios sigue siendo un Dios de amor y de juicio. Todos tendremos que rendir cuentas por nuestras acciones, ya sean buenas o sean malas. Sin la salvación por medio de Jesucristo, y sin la santidad Suya, nadie verá a Dios. Esa es mi fe. A veces me pregunto qué ha sucedido en nuestro mundo, ya que el concepto de un Salvador exclusivo se ha vuelto escandaloso. ¿Acaso las personas se olvidaron repentinamente de las palabras de Cristo en Juan 14:16, las cuales son el fundamento del cristianismo evangélico? Jesucristo es el único camino. Me fascina reencontrarme con viejos amigos en la Internet y recordar los buenos tiempos de antaño. Pero no tengo que dejarme llevar por las amistades hasta el punto de echar a un

lado la fe con la cual me comprometí mucho antes de ser un estudiante de escuela secundaria. Tengo el deber de perseverar hasta el fin, un compromiso hecho ante Dios por el bien de mi alma, de aquéllos que me prepararon el camino, de mis hijos, y de los hijos de mis hijos. Con paciencia correré y acabaré esta carrera. No me rendiré. No suavizaré el mensaje. No eludiré el deber. No seré intimidado. No me dejaré engañar o enamorar de nada en este mundo. No me olvidaré de que soy un hijo de Dios. No me olvidaré de que fui comprado por la sangre preciosa de Su Hijo unigénito. Yo correré. Pondré todo mi empeño. No solamente veré a los ángeles escoltándome hasta las puertas del cielo, sino que oiré las palabras de mi Padre celestial: “Bien, buen siervo y fiel”. “Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por fe en el Hijo de Dios, quien me amó y entregó su vida para salvarme. Así que yo no voy a rechazar el generoso amor de Dios” (Gálatas 2:20, 21a, versión Palabra de Dios para Todos).

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