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DE SOCIEDAD
En la semana anterior contrajeron matrimonio canónico los apreciables jóvenes Isabel García y Francisco Baquero; elementos valiosísimos de nuestra buena seciedad.
A padrinaron el acto, que revistió carácter íntimo, Don Antonio González y Doña Aurora Baquero.
Deseamos que en el nuevo hogar no se eclipse nunca el sol de la felicidad. * * +
Se casa Julio Palacios.
Esto, dicho así escuetamente, parecerá algo dificil á nuestras amables lectoras.
Pero cuando sepan que una encantadora ponceña trae muy mal andar al amigo Julio, ya la cosa no les parecerá tan difícil. ¿Su nombre? No lo quiero revelar todavía.
No es que se me haya encargado la reserva; es que el correligionario ha hecho tantas que el más confiado se arisca.
Al fin, cae en Ponce.
Y cómo se trata de dos amigos estimadísimos, les envío por anticipado la más sincera felicitación.
Cuando circule este número ya Agustín Otero, otro puertorriqueño que vale cuanto pesa, y conviene advertir que pesa mucho, figurará en el número de los casados.
Dichosos los que al fin ven cristalizar en hermosa realidad sus más bellas ilusiones.
Seres felicess, salud.
Nuestra amiga estimadísima é ilustrada colaboradora Doña Emilia Villaronga de Armstrong. ha embarcado para los Estados Unidos, donde se propone pasar una corta temporada.
Deseamos que traiga del continente las más gratas impresiones.
Otra nota simpática que tenemos que registrar en la semana es el matrimonio de la simpática señorita Escudero, con nuestro amigo estimadísimo Marñíano Angelet.
Para el nuevo hogar que se levanta sobre la base del más puro amor, deseamos una eterna dicha.
Como no podía meénos de suceder, teniendo en cuenta los elementos que en ella tomaron parte, resultó espléndida la última fiesta del simpático Club de Damas.
A cargo de la señora María L. de Ashfora, señora de Travieso y las señoritas del Toro y de Padilla, estaba el arreglo de la mesa, que no dejó nada que desear.
Del decorado del salón se encargaron la se- ñora Heriberta de Guzmán Benítez, y las se- ñoritas Carmen Guillermetty, Carmen Martínez y María Asencio, quienes hicieron un verdadero alarde de buen gusto.
El comité de recepción lo componían la se- ñora de Parra.Capó, de- Muñoz Rivera, y las señoritas Chevremont y Gorbea.
Haydeé Marín y Lola Mas, dos puertorriqueñas que regalan simpatía, desempeñaron la parte musical, siendo objeto de grandes felicitaciones.
La distinguida dama Genoveva S. de Lago, Presidenta de la Comisión de festejos, puede estar orgullosa del resultado obtenido
Lástima grande que las puertas de ese sim- pático Club permanezcan cerradas para el ero - Rista, que debe estas notas á una amiga estima- dísima, para quien nuestra gratitud será eterna.
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Está en San Juan, y pasará algunos días en la elegante morada de los esposos Ashford, la simpática señorita Mercedes Solá, amiga nuestra estimadísima.
Que prolongue su estancia en la capital son nuestros sinceros deseos.
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La señorita Colton y el señor Gobernador han tenido la atención, que agradecemos, de invitarnos para la recepción del miércoles en la Mansión Ejecutiva, que, como todas las que preside la distinguida señorita Colton, ha quedado lucidísima.
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El amigo Celestino Benítez y su distinguida esposa, han tenido la atención de ofrecernos su casa en Juncos.
Agradecemos la cortesía y les deseamos en la nueva residencia todo género de felicidades.
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Al hogar de los esposos Cerecedo llegó una encantadora niña que ha sido proclamada rei- na y señora de aquellos dominios.
Que no encuentre más que flores en el cami- no de la vida, son nuestros vehementes desec
Consignamos con verdadera satisfacción que la distinguida señora María Cintrón de Ferrer ha experimentado una gran mejoría en la enfermedad que le aquejaba.
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A la morada de los esposos Caubet llegó un nuevo ciudadano puertorriqueño, quien ha sido recibido con grandes muestras de regocijo.
No llega á tiempo de votar en las próximas elecciones; pero llega á tiempo de completar la felicidad de los esposos Caubet, á quiene enviamos en estas líneas nuestra felicitación más sincera.
Felicidad
¡No, no digas que sienten alivio tus penas amargas, recórdando de tiempos mejores las dichas pasadas!
La memoria del goce que un día fué halago del alma y que vemos después alejarse cual nube que pasa, es de todas las muchas espinas que al pecho se clavan, la que deja la herida más honda., más grande la llaga.
Yo quisiera olvidar para siempre las horas de calma que contemplo perdidas y errantes allá en la distancia, y que nunca pasara el recuerdo de aquellas punzadas que al cruzar por en medio del mundo me dió la desgracia.
El que sabe que siempre ha sufrido, que siempre fué ingrata victoria en la lucha.á que ciega la suerte nos lanza, sufre más resignado sus penas y menos le espantan los pesares, las dudas, los dardos que hieren su alma; pero aquel que sintió las caricias de dulce bonanza, y la dicha, la paz, la ventura su_ pecho llenaba, cuando siente que en vivos dolores las dichas se cambian, le atormenta implacable el recuerdo del bien que gozaba.
¡Qué feliz el que lanza al olvido sus dic pasadas!
¡Cuán dichoso el que siempre recuerda sus penas amargas....!
P1o M. RifPeL.
Han regresado en la tarde del jueves, á su nueva residencia de Santurce, después de dos años de ausencia en la ciudad de las lomas, las Reverendas Madres Carmelitas. Con este motivo, hemos tenido el gusto de ver en San Juan al ilustrado Padre Garostiza, de la orden de San Agustín.
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Ha salido para Guayama, donde pasará una corta temporada, nuestra gentil amiguita Haydee Marín, á quien deseamos grandes satisfacciones en la ciudad del Guamaní.
Y que no se haga esperar en San Juan, donde tanto se la admira y se la quiere.
La Mujer Caida
¡Nunca insultéis á la mujer caída! Nadie sabe que pesó la agobió, Ni cuántas pruebas soportó en lavida Hasta que al fin cayó.
¿Quien no ha visto mujeres sin aliento Asirse con afan á la virtud, Y resistir del vicio el duro viento Con serena actitud?
Gota de agua pendiente de una rama Que el viento agita y hace estremecer; Perla que el cáliz de la flor derrama, Y que es lodo al caer.
Pero aún puede la gota peregrina Su perdida pureza recobrar, Resurgir del polvo, cristalina, Y ante la luz brilar.
Dejad amar á la mujer caída, Dejad al polvo su vital calor, Porque todo recobra nueva vida con la luz y el amor.
Vicror Hvco.
Guando El Amor Muere
No toques ese vals! En cada nota, que el piano herido con amor desgrana, un ay! del fondo de la pena brota con voz de lágrimas... Tal vez mañana, si rasga un ángel el azul del cielo y en trinos rompe de alborozo el nido, el alma logre mitigar su duelo al eco blando de ese vals, dormido.
Mas hoy el piano con mi pena llora en cada arpegio que el pedal apaga cual áurea estela de inverniza aurora
No toques ese vals! Su melodía en el misterio de la noche vaga junto á la cuna de mi amor vacía!
FED. HENRIQUEZ Y CARVAJAL.