J E, EAEREIRO A. CONTRERAS SGERMAN DIAZ D RECTOR DIRECTOR ARSISTICO EDITOR
FLOR DE AGUA.
Los paraguas son las flores que se abren con la lluvia, flores trristes, flores negrass, que en los días que diluvia nos describen el poema de esta rara floración....
tu paraguas es un loto que se cierra con el sol!
Una tarde te lo dije, y tú loca, te reías, una tarde lacrimosa, una tarde de esos días en que vienes á traerme la limosna de tu amor: tu paraguas es.... el palio que me trae la comunión.
Yo esperando te admiraba á través de los cristales, tú venías á brindarme tus primicias virginales, una mezcla indescriptible de dolor y de embriaguez, sueño, angustia, afan, deleite, un poema de placer....
Oh, qué bello tu paraguas cuando se abre con la lluvia el paraguas de oro y seda de mi bella niña rubia, en que viene bajo palio mi princesita ideal al encanto misterioso de nuestra cita nupcial
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CUENTO DE LA SEMANA
LOS OJOS DE LOS POBRES.
¡Ah! ¡quiere usted saber por qué hoy le abo1r:zco! Le será á usted sin duda menos fácil comprenderlo que á mí explicárselo, porque es usted, según creo, el más bello ejemplo de impermeabilidad femenina que podría encontrarse.
Habíamos pasado juntos un largo día que me había parecido corto. Nos habíamos prometido que todos muestros pensamientos serían comuñes á uno y otro, y que muestras almas no harían en adelante más que una; un sueño que no tiene nada de original, después de todo, como no sea que, concebido por todos los hombres, por ninguno fué realizado.
Al atardecer, algo fatigada, quiso usted sentarse delante de un café nuevo que formaba la esquina de un bulevar nuevo, todavía lleno de cascotes y ya mostrando sus esplendores inacabados. El café brillaba. Hasta el gas desplegaba en él todo el ardor de un estreno y alumbraba con todas sus fuerzas las paredes deslumbrantes de blancura, las lunas deslumbrantes de los espejos, los dorados de las columnas y las cofnisas, los pajes de redondas mejilas arrastrados por los perros sueltos, las señoras riendo al halcón posado en su puño, las ninfas y las diosas llevando sobre la cabeza frutas, pasteles y caza, las Hebés y los Ga. nimedes ofreciendo con los brazos extendidos la pequeña ánfora de babarias ó el obelisco bicolor de los helados empenachados; toda la historia y toda la mitología puestas al servicio de la glotonería.
Delante de nosotros, en la calzada, hallábase plantado un buen hombre de unos cuarenta años, de rostro fatigado, de barba canosa, que llevaba un niño de la mano, y en el otro brazo ú un pequeño ser demasiado débil para andar. Desempeñaba el oficio de niñera y
El modernismo
En el bellísimo soneto de Llorens Torres, titulado Letitia y Margarita,' que publicamos en este número, advertirán los lectores literatos el rompimiento de los hemistiquios en el primero y tercero versos del primer terceto. Esta es una de las innovaciones de la métrica moderna, así como la consonancia monorrítmica de los cuartetos y tercetos, aunque esta última innovación es la primera vez que la vemos usada en un soneto.
sacaba á sus hijos á tcmar el aire. Todos vestían harapos. Aquellcs tres rostros estaban extraordinariamente serios, y aquelles seis ojos contemplaban fijamente el café nuevo con una admiración igual, pero diversamente ex, presada por la edad.
Los ojos del padre decían:
¡Cuán bello es esto, cuán bello! Di érase que todo el oro Cel pobre munéo ha venico á posarse en esas pareces.
Los ojos Cel muchachuelo:
¡Qué hermoso es eso, qué hermoso! Pero en esa casa solo pueden entrar las gentes que no son como nosotros.
Cuanto á los ojos del pequefín, estaban Cemasiado fascinados para expresar otra cosa que no fuera un gozo estúpido y profundo
Los copleros afirman que el .plac:r torna en alma buena y ablanda el corazón. La canción tenía razón aquel día, en lo que á mí respecta. No sólo estaba enternecido por aquella familia de ojos. sino que me sentía avergonzado ante nuestras copas y nuestras botellas, mayores que nuestra sed. Volvía mis miradas hacia las de usted querido amor mío, para leer en ellas mi pensamiento; sumergía en sus ojos tan bellos y tan extrañamente dulces, en sus ojos verdes, habitados por el capricho é inspirados por la Luna cuando usted vino á decirme:
¡Esas gentes con sus ojos abiertos lo m!smo que puertas cocheras, me son insoportatables! ¿No podría usted decir al dueño del café que les haga alejarse de aquí?
¡Tan difícil es entenderse, querido angel mio, y tan incomunicable el pensamiento, aun entre personas que se aman!
CARLOS BUDELAIRE
Collar de rimas
El alma del poeta es una rosa
En cuyo cáliz, perfumado y terso, Brilla como una perla milagrosa, La cristalina lágrima del verso. Es un bosque de álamos, en donde El verso de la noche bajo el manto, Enamorado ruiseñor. esconde La lágrima de música del canto.
FERNANDEZ G ARCIA.
Puede decirme en secreto el estimado lector, ¿ que es lo que le dice Parra Al señor Gobernador?
ica t igmá NAN i de F MARIAE
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Escribir un artículo en broma, cuan- los chivos era una indirecta, esa cla- - do las circunstancias que rodean al individuo, tienen todas cara de perro es, como dicen allá por Quisqueya, una cosa del otro mundo.
Toque lo del pleito de Guayama, me dice para sacarme del apuro, un correligionario estimadísimo.
Pero ¿puede tratarse en broma un asunto tan serio como el pleito elec- toral?
Diga algo de los veredictos de nuestros jurados y de las sentencias de nuestros jueces, me insinúa un as- pirante al ejercicio de la abogacía.
Pero alma de cántaro! no pude me- nos de decirle, ¿cree usted que son cáscaras de coco el veredicto de un jurado y la sentencia de un juez?
No digo yo que los censure.
Y como no me siento de humor para aplaudirlos!
Me tienen ustedes, pues, entre la espada y la pared, obligado á escribir un articulo en broma y con los huesos todos de punta, al ver la cara de los asuntos que desfilan ante mis ojos.
Santa Marta, ciegame.
Pero ¿á dónde iríamos 4 parar si todo fuera serio en la vida?
Al manicomlo, sin duda.
Y por eso, para buscarle á la vida algún lado agradable, la emprendió con los chivos de Ponce, el querido amigo Doctor Vidal y Ríos.
Cuando más distraido estaba don Simón Moret, pensando en la mejor manera de invertir el dinero del empréstito, se le acercó el Doctor con esta embajada:
BSeñor Alcalde, aquí hay muchos chivos.
8i, Doctor, le contestó don Simón, poniéndose en guardia, por si lo de
se de animalitos abunda por todas partes. Los hay en España, en Fran- cia, en Inglaterra....Y no digamo;3 nada de los. Estados Unidos.
En Puertp Rico se aclimataron tan- to durante la pasada dominación, que tarde el país se verá libre de ellos.
pPues á eso vengo precisamete. Como dice Ud, muy bien, chivos los ha de haber siempre, y yo deseo que el Concejo Municipal vote una ordenan- za metiendo en cintura á esos anima- litos.
Y que se estudie la manera de do- mesticarlos. Pero, Doctor! pase que los chivos se metan en cintura; que al fin en alguna parte se han de meter, pero de eso á domesticarlos hay una distancia muy grande.
A noser, siguió diciendo don Si- món con ese buen humor que Dios le conserve, que el Doctor pretenda, que de lo del empréstito destinemos algo para escuelas de chivos adultos.
Y ahora digo yo que esa sería una gran idea.
Así encontraría el Departamento de Educación sitio apropósito para los profesores americanos, que no saben enseñar sin ofender de palabra y de obra á los niños puertorriqueños.
Y el Doctor Vidal, no se vería mor- tificado, con las faltas de atención que usan los chivos de Ponce, los cuales no hacen caso maldito de las reconvenciones y sanos consejos Ce Don Esteban. No son chivos que son cabros, me dijo Mocete Padilla, atusándose el bigote.
Pero como para mí no hay diferen- cia ninguna entre el chivo y el cabro puesto que los dos tiran- al monte, dejo, con el permiso de ustedes, este artículito tal como ha salido.
N n
CELSO DE LOSs RIOS.
MENUDENCIAS
Por fin reventó el lobanillo que le había sa- lido al teatro municipal en salva sea la parte.
Y si el concejo no toma en consideración las razoñes del Presidente de la Liga de Propietarios, que no tienen desperdicio, losreventados van á ser los contribuyentes.
Después de tanto litigio Y de tantos alborotos, Va el pobre contribuyente A pagar los vidrios rotos.
No comprendemos, con permiso cómo Mr. Welty, que es persona de refinado gusto permitió que le pusieran un sombrero tan feo al nuevo edificio del Banco Colonial.
Pasemos por alto los balcones, que dejan también bastante que desear; pero lo del carapacho no se puede pasar por alto por muy alto que esté.
Y tenienio al lado un edificio tan elegante, menos se puede pasar por alto el carapacho. Y, pues el Banco dispone De muchísimo dinero, Cómprenle al nuevo edifitio Por favor, otro sombrero.
La nueva ley de sanidad, va á ocasionar muchos disgustos. Aquí donde todos creemos servir lo mismo para un fregado que para un barrido, va- á ser difícil decirle la verdad á más de un aspirante.
¿Cómo se le dice á un médico que no sirve para Inspector.de Sanidad?
Y sinembargo hay sirven para el caso. u
PoLITICAS
Pueden ser en medicina Todos notabilidades, Y al frente de Sanidad Muy granies calamidades.
En el caso de Villar el Juez Mc Cleary. preguntó al fiscal si en un país libre puede estar un hombre preso 20 días sin que el fis- cal diga una palabra sobre el motivo que justifica la prisión:
En un país libre no, Honorable Juez; pero en Puerto Rico, si pueden ocurrir esas, cosas.
Y otras aun más peregrinas, Después del habeas corpus
Que presentara Morales
Las cosas más truculentas Me parecen naturales.
Después de hablar de la estación naval que iba á ser la admiración del mundo y de una serie de obras. que iban á hacer de la isla un emporio de riqueza, nos encontramos, de la noche á la mañana conque no hay estación naval ni cosa que se le parezca.
Si esto no és tomarnos el pelo, resulta una cosa muy parecida.
Por eso sin duda ¿l ver que lo de la estación resultó un camelo decía en los últimos exámenes un estudiante de derecho, que zona marítima es la que abarca todo lo relacionado con el matrimonio.
Suponemos que se referiría el estudiante á los matrimon'os mal avenidos.
médicos qre no
Ya dice el refrán que no tado palo sirve
Con estos americanos
No se gana para su-tos Y nos dan cada dos horas Como quinientos disgustos.
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**+
*=+
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Cuanpo la historia hable de lo que han hecho los españoles en Puerto Rico desde que dejó de ondear en la Fortaleza y en les castillos la bandera de oro y grana, grabará con letras de oro el nombre de Don Avelino Vicente, á Cuya iniciativa al frente de la sociedad española Auxilo Mutuo debe esta benéfica institución sus mayores triunfos.
Toca á su término el nuevo edificio construído para orgullo de los españoles en el poético poblado de Hato Rey y es á Don Avelino Vicente, eficazmente secundado por sus compatriotas á quien se debe ese milagro.
La juventud española, los que lejos del hogar, sin las cariñosos y solícitos cuidados de la familia encuenntra en el Auxilio Mutao algo así como la prolonga ción de la patria, cómo bendecirá el nombre de don Avelino Vicente que ha dedicado á esta obra magna sus mayores desvelos y sus mayores entusiasmos.
Y no se conformó Don Avelino con construir un edificio, modelo de sanatorios, dofándolo de los últimos adelantos de la cirujía moderna.
dudarlo. .
Y aún viéndolo nos parece un sueño.
Nunca los españoles, por muchos honores que dispensen o Don Avelino Vicente, saldaran con él la deuda de gratitud que tienen contraida, por cuanto hace en honor de España y en bien de los españoles.
Dijérase, que rotos los lazos que ataron un día las posesiones de América al carro triunfal de la nación descubridora, restañadas las heridas que se infirieran en la lucha, empieza de nuevo la conquista; no la de territorio del territorio que empequeiece y degrada á la nación conquistadora, sino la conquista de los corazones y las almas, por medio de un profundo y sincero afecto que son lazos eternos entre pueblos de una misma raza,
Parecióle que faltaba algo á su obra y no descansó hasta poner al frente del Auxilo Mútuo al sabio doctor Caldelas, una de las máss ólidas reputaciones médicas de España y legítimoorgullo de
la Universidad compostelana
Si es obra grande hacer un sanatorio como el Auxilio Mátuo, es obra más grande todavía, traer á Puerto Rico al Doctor Caldelas.
DON AVELINO VICENTE, DON JOSÉ MARÍA LOMBA Y EL DOCTOR CALDELAS.
Y vienen de España á América los Altamira, los Blasco Ibañez, los Rueda y los Caldelas, trayéndonos la poesía y la ciencia de la España nueva, como una bandera de paz y de concordía.
Y van de América á España, los Pichardo, los Deschamps, los Diaz y los Castro, como quien llega á la casa solariega.
Y se levanta en la Ciudad Condal la casa de América y se levantará en América la casa de España confundiéndose á través de los mares en un grande, en un inmenso abrazo, la nación descubridora con los pueblos de su raza.
Tiene del Sol los áureos resplandores, de la nieve la nítida blancura, el perfil ideal de una escultura y el perfume incitante de las flores.
Son sus ojos zafiros soñadores, y es tanta su beldad y su hermosura que todas las bellezas de Natura no igualan sus encantos seductores.
No extraíes que hondamente impresionado, el alma pliegue al contemplarla el vuelo, pues así como tierna y recatada
pudo bajar desde la gloria al suelo, por el hilo de luz de su mirada puede subirse rectamente al cielo.
Para asistir á esa gran fiesta se organiza sin duda la colonia española en Puerto Rico, que parecía otro imposible y está próxima á culminar en la más hermosa realidad.
Era nuestro objeto solamente al inaugurar esta nueva sección de VIDA ALEGRE, felicitar al Presidente del Auxilio Mutuo por el triunfo alcanzado y la pluma se ha ido más allá do nos proponíamos, y en vez de ur suelto que no hiriera la modestía de don Avelino, ha resultado casi un artículo de fondo.
El nos perdonará, por esta sola vez.
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FÉLIX CORDOVA DAVILA.
NUEVO EDIFICIO DEL AUXILIO MÚTUO
Letitia y Margarita
A Jacinto Texidor.
Juan Morel Campos
En los estrechos límites del pentágrama escribió la historia de su tierra; la amarga historia del dolor que escuchamos en Vano Empeño , Laura y Georgina , Mis Penas y en todas esa colección delicada de armónicos poemas que han inmortalizado al músico sublime.
Y como si él presagiara el futuro, y pensara que la culce y quejumbrosa danza puertorriqueña había de convertirse en falsificado Two Step , lanzó carcaiadas de desprecio en Viva la Pepa y Máscaras Alegres , anticipando así su protesta contra los que debiendo pregonarla y sentirse Ce ella orgullosos, no han llegado á comprender' la belleza, el ritmo y la armonía de nuestra danza, armonía, ritmo y belleza que hablan á nuestro corazón en el lenguaje divino del sentimiento.
Letitia y Margarita. Y el auto, que volaba. Y el diablo de la carne quemando que quemaba. Y mientras más mi labio la sed les apagaba, más, más y más y más la sed las devoraba.
Centauro bocinando por curvas arboledas, volaba en las vialácteas del polvo de sus ruedas. Y la silente brisa de aquestas noches ledas de junio, le braveaba en el auto á las sedas y á los encajes y á los negros y aureos rizos: de Letitia los negros, de Margot los pajizos: aurora y noche en transubstanciación de hechizos.
Juntaron sus cabezas en una misma cuita (los astros se anegaron en la noche infinita) y á un tiempo me besaron Letitia y Margarita.
Luris LLORENS TorREs.
Puerto Rico, Junio de IgII.
Pensamientos
Los más justos resentimientos deben ceder ante el arrepentimiento.
<El que se arrepiente sinceramente está más lejos del mal, que el que nunca lo ha conocido. No hay en la sociedad peste más peligrosáque la astucia oculta bajo el velo de la sencillez.
La vida del avaro es una comedia en que solo se aplaude la escena que la termina.
La pobreza carece de muchas ecosas y l4 ava=: Ticia de todas. Séneca.
Oh bellas mujeres de Puerto Rico! sotras para quienes tuvo el artista sus notas más delicadas; vesotras que llorásteis su partida y tejísteis coronas perfumadas para ofrecerlas como homenaje de cariño á aquel ser predestinado, no permitaís que desaparezca esa música dulce y meláncolica escrita para conmover á los hombres y para hacer pensar á las mujeres.
Premiad así el esfuerzo del artista que al cantar á la Patria pensó en vosotras como la encarnación sublime de ella, y ofrecedle el más preciado galardón: vuestro recuerdo y vuestras bendiciones.
MANUEL NEGRON COLLAZO.
Una Postal
El Escudo y la bandera de España
Ayer, amenazante, esa bandera flotó de mi país en los castillos y habría dado yo mi vida entera por mirarla salir, mares afuera, con Sus matices rojos y amarillos.
Hoy, que en;susifreales se plegó sombría, se vá con ella un ideal fecundo: un símbolo de honor y de hidalguía. Y, creedlo: no sé lo que daría ¡ay! para verla dominar al mundo.
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edl RIVERA.
LETRADOS Se
conocer fuera del país, pues en el país son bien conocidos, todos los elementos de valer, en el foro, para que sepan donde no debieran de ignorarlo que no necesitamos aquí quien nos en señe la jurisprudencia de California, tan en moda de alguno años áesta parte, inicia cir que ese defensor fué el Ledo. ¡ don HerminioDiaz Navarro, quien A Ce nuevo al frente de su bufete de abogado y motario, ocupa el alto N puesto á que lo hanl levado sus grandes triunfos ea el foro puertorriqueño.
Cuando nos ocupamos, en números anteriores, del notable discurso pronunciado por el defensor del General Carlos F. Morales exPresidente de Santo Domingo, ante el Comisionado de los Estados Unidos, olvidamos de-
mos esta sección con el retrato del licenciado Diaz Navarro á quien hemos visto informar ante la Corte Federal con pleno dominio del raro idioma inglés y de la jurisprudencia americana que es más para todavía que el tra revista entraá por mucho, dar á dioma..
Y como en el programa de nues-
La implacable duda
En cierta época de mi vida de eso hará cosa de diez lustros, y no he cumplido aún los treinta años llegué á adquirir fama de caritativo. Daba mucho dinero á los pobres. Era miembro de varias asociaciones benéficas. Contribufa al sostenimiento de muchos asilos y refugios para enfermos y desvalidos.
- Pero las obras de caridad que hacía no quedaban en el misterio. Los periódicos se encargaban, casi siempre, de hacerlas públicas.
Cierto día, no recuerdo quién, se atrevió á decir que mi filantropía era falsa y ridícula, por la ostentación de que iba siempre acompañada.
Lo confieso ingenuamente; me sentí avergonzado por tal reproche. Pero, al punto, una voz interidr tomó á su cargo mi defensa. No era del todo culpable, nó. Mi espíritu se complacía en la práctica de la caridad. Pero, el mucho dudar me había llevado á tal punto de incertidumbre que, al dedicarme á aliviar las miseriasy debilidades de mis semejantes, no sabífa si hacía un bien ó un mal. Necesitaba que alguien, un periodista ó cualquiera otra persona, me dijera claramente que había hecho un bien.
Desde entonces he dejado de censurar rudamente, como acostumbran muchos, á los filántropos siempre solícitos en hacer públicas las liros -s que dan y las obras piadosas que practican.
¡A este paso!
Sesenta aspirantes se han presentado á examenes paro el ejercicio de la abogacia.
Entre ellos hay jovenes de gran talento que sabrán prestigiar la toga y serán motivo de legitimo orgullo para el foro puertorriqueño.
Pero á este paso vá á haber más abogados que pleitos paradefender.
Díjerase que tiene melao el título de abogado, á juzgar por el número de aspirantes.
Y pensar que muchas veces un un título es un estorbo para poder hacer frente á las necesidades de la vidai
Esto no obsta para que felicitemos á los vencedores y acompañemos en su sentimiento á los vencidos.
¿Por favor?
Una niña rubia como el oro, pura cual la sonrisa de los ángeles, al viejo capellán del cementerio así le habló llorosa y suplicante: Dejadme, señor cura, que penetre dejad que llegue al lado de mi madre! ayer nos separamos..... ¡y estoy sola! no digáis que mañana, ¡si aún no es tarde! ¿Qué decís? ¿Qué es medroso el camposanto? ¡Si yo no tengo miedo de los sauces! Abrid la puerta, abridla, soy valiente; yo no pido que nadie me acompañe; dejad que busque la reciente fosa, y allí, donde la cruz sus brazos alce..... permitidme que duerma, señor cura, iporque siempre dormí junto á mi madre!
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NUESTROS
EDUARDO INNES-GONZALEZ.
M.
K.
JUVENTUD
¡Oh, juventud, ardiente lun inaria, No me niegues tus flores y tus lamros, No me Cejes la cenca solitaria, Y sin aroma y sin verdor los campos.
No te apartes de mí. La Primavera Es el eterno encanto de esta vida: Para el emor, el alma toda entera; Para el placer, la juventud florida.
La luz, la vibración, el choque intenso, La arciente lucha y el marcial combate, Y la cima escalar con vuelo inmenso Cual concor que su vuelo nunca abate;
Sentirse grance, generoso y fuerte; Siempre deiar tras sí vívico rassro; Y vencer al Cessino y á la mit e te Suprimiendo la scmbra, como un astro, Eso es vivir. Mi alma se resiste A cobarde y mortal melancolía: Odio la sembra de la nocte triste, Y adoro el bello resplancor del cía!
¡Oh, no te marches, juventud preciada! Reside en tí lúfuerza, y es preciso, En estos tiempos de pasión menguada, Por fuerza conquistar el paraiso.
Prefiero despertar todas las iras, El rugido sentir de las tormentas, Del rencor encender tocas las piras, Y olzar mil manos sobre mí sangriertas, Antes que sumerjirme en una inerte Languidez Ce cansancio y de pereza, Sin el repos0o augusto de la muerte Y con el sello ruin de la tristeza.
¿Qué gladiador se confesó vencido? ¿Cuál animoso espíritu se rinde? ¿Quién marcha en pos del ideal querido, Sin que su cáljz el dolor le brinde?
Bendito sea el color! Hiere la entraña, Parece destrozar fibras enteras, Y el pecho en nuevas sensaciones baña, Y surgen de su invierno, Primaveras!
Yo jamás le temí. El fué mi yunque Y forjáronse en él mis altiveces: Cuando la parca mi exissencia trunque, Tal vez inspire en el dolor mis preces.
Mas, ¡oh, mi hermosa juventud radiante! La sangre hirviente que mi cuerpo agita, Al sentir que -tú estás agonizante, Se revuelve con cólera infinita.
Sangre mía! ¿Por qué no derramarte Rompiendo servidumbres y cadenas? Estás sintiendo cual la vida parte, Y tú no rompes mis hinchadas venas!
E. BENITEZ C ASTAÑO.
del Municipal Sr. Trueba, se destacarán en el coronamiento de las obras que se realicen.
Lo que sobre del Empre:t.to después de pagados $200,000 del viejo empréstito, se gastarán en Escuelas, un Muelle, Acueducto calles y caminos vecinales.
Ó est S noticia-
Al comenzar estas crónicas, ciones para VIDA ALEGRE, de Barreiro, aunque parezca cosa repetida, pláceme saludar cajista que emp'eza á componer estas cuartillas. Y siquiera pareceré original en esto de saludar al pobre obrero cajista, cosa que, hasta la fecha, que yo sepa, no ha hecho nunca ninliteraria como yo....
á todos los lectores y antes al cuna otra celebridad ¡Perdón. abuelita!
Ponce espera salir de su brujería actual, entrando en un período d: relativa bonanza. La plata correrá, y puede que hasta este cronista algo le caiga en el bolsillo, hoy gélido, como cadáver ó guanábana salida de la nevera.
E
¡Se me olvidaba, lectoras!' Y eso que lo tengo tan cerca:
Amables lectores: En Pence ro la actualidad nada que pueda sacudir vuestros nervios fuertemente al leer mi narración,
ocurre en y así no extrañéis que todo el resto ce esta crónica sea más b:en alegre pasatiempo que información respectuosa. Alguna os daré:
En asuntos de bodas, que es lo que más custa leer á las jóvenes casaderas y á las que han perdido el tiempo de casar, os diré que se preparan en Ponce algunos matrimonios elegaUtes, y no recordando en estos momentos los nombres de ellas, os daré los de ellos, al meros.
Se casarán, pues, en Ponce, Guillermito Vivas, y Terencio Zapata, y Antonio Morell, y los Doctores López Nussa y Ferrán, y el Dr Germánico Belaval, y Pellé Vivas y Valdivieso, y Eduardo Diaz Brink, y Mario Mercado Jr., y otros jóvenes distinguidos cuyos nombres no recuerdo en estos instantes
Estos matrimonios, unos primeros, otros después, se efectuarár probablemente antes de Enero.
En próxima revista repetiré esos nombres juntos con los de las bellas ponceñas que habrán de labrar hermosas felicidades
Lo que más ocupa la atención de los ponceños, en las esferas financieras, es la cuestión del Empréstito.
Aquí está el Ingeniero D. Tulio Larrínaga, cuya competencia, unida á la del Ingeniero
Pal:que, como llaman algunas muchachas al festivo ilustrado y simpát:co compañero Nemecio R. Canales, también es fácil que se Ccase coa una nija de bonitos o|0s y amable sonrisa, que cuenta en su estirpe de a.sce1d1entes un noble patr*cm
Si á cada una de esas bodas yo fuera emitado, sin duda alguna me daría la que se dió ZPil:che yendo de Guayama á Arroyo; pero aquí ea Ponce y ajuí entra el escritor agresivo nadie se acuerda de los cronistas de periódicos cuaado tiene fiesta ea su casa, y en cambio al día siguiente se ext-añan de que el periódico no Cé detalles cel fausto suceso Invitaciones para entierros...... siempre las recibimos.
En los Casinos ocurre lo mismo. Si el reporter no solicita tarjeta, no se acuerdan de invitarlo.
Y esto no hay que mirarlo como menosprecio por la clase. Es preciso ver cuando un cronista se mete de intruso ea una casa de familia que celebre algo ó en un casino. Lo colman de deterencias y obsequios.
Lo que ocurre es falta de atención; negligencia., ó no sé qué.
En Puerto Rico á los reporters todavía no nos ha llegado la hora de poder pagar cuotas en los Casinos. Y grac'as que con nuestra labia podamos embrollar al sastre y al zapatero y demás mártires del cristianismo. -
Ya ni el Gobernador se ocupa de invitar á los periódistas para un /unch. Yo, por mi parte, no despreciaría la ocasión de darme la un paseo por Jájome Alto.
Post, en esto de invitar á los reporters á comer, aunque á última hora fué indudablemente un gran Gobernado-:.
Y hasta la próxima
¡.*-. .
G. ATILES GARCIA.
¡1 os gallos cantaban sobre las gradas aéreas de sus tronos nocturnos y su canto propagábase como una diana alegre, repetida por cien sonoras cornetas.
El canto cesaba y volvía á imponerse el silencio amodorrante de la noche que declinaba. El acompasado y estrepitoso aleteo de los gallos qués volvían á erguirse soberbios y altaneros sobte las ramas de los árboles, turbaba nuevamente el curso apacible de la noche que se desvanecía en las tintas imprecisas de la aurora que llegaba.
La dicha alegre y sonora de los gallos, descomponíase en infinitas vibraciones que repercutían en los ámbitos del valle, dejando una nota aguda en la puerta de cada bohío como el eco impertinente y apremiante del campanillazo de un despertador.
No amanecía, propiamente. La luna estaba muy alta y parecía un disco de plata colocado artísticamente sobre los grandes pliegues un colosal dosel azul, esmaltado á trechos por pequeños diamantes y transparentes gasas niveas.
El aire hacía crujir las ramas de los árboles y movía sus grandes copas, y sus sombras recortadas y angulosas que se proyectaban sobre el llano, corrían, se atropellaban y volvían á quedarse rígidas como extrañas visiones de aquelarre que ejecutaran bajo la complicidad de la luz misteriosa de la luna una danza diabólica de compases macabros. DPasaba la brisa fría y á su paso dejaba los heterogéneos perfumes que traía de las montañas, y las sombras de los árboles volvían á danzar, formando grandes masas que se perseguían en fantástica correría, como parejas de danzantes ébrios por la sugestión de la música y la ingestión del alcohol, en medio de cuyos vapores agotaran sus energías físicas, saltando y brincando como miserables epilécticos, 6ó como marionetas gigantescas que remedaran grotescamente los incidentes de un baile, hecho para solaz y esparcimiento de dementes en los salones del manicomio.
La calma augusta de la noche comunicaba á la Naturaleza el aspecto de inercia de las grandes fuerzas en reposo. Parecía que la tierra dormía, que dormían los árboles; que el río había detenido su curso para dormir también, como dormían las aves en sus nidos y las bestias sobre las hierbas húmedas de los pastos.
Y la tierra no dormía; porque no duerme nunca; porque no descansa jamás; porque si se agotan las energías, sus fuentes esp'é d:das de fecunda vitalidad en un punto de su inmensa extensión, tiene en ella otros puntos vírgenes, inexplorados, colmados de plétora vital, que esperan el esfuerzo humano para producir, para donar á los hombres sus inagotables riquezas...... y parecía que la tierra dormía.
Y la tierra no dormía. No era real el letargo aparente en que se hallaba.
¿Para qué había de dormir la tierra? ¿Necesitaba acaso el paréntesis de descanso que la fatiga y el cansancio imponen á los hombres? No, todo bullía y se agitaba en ella El silencio nocturno no se extendía sobre sus montañas y sus llanos, sellando con el beso frío de sus gélidos labios las infinitas válvulas de la tierra por las que se escapa á torrentes su vida. En su superficie, el silencio y la paz melancólica de los grandes cementerios, y, allá, en sus entrañas, en las paredes interiores de su vientre, la vida en gestación fecunda. en potente y vigorosa actividad, en continuo y laborioso movimiento.
La tierra no dormía; dormía el hombre, descansaba de su fatiga y de su lucha diaria, y su ausencia forzada de la vida activa y la oscuridad de la noche, comunicaban á la tierra, á la Naturaleza toda, el aspecto lúgubre, de desolación y muerte con que se presentaba.
El hombre dormía, la tierra continuaba en plena actividad. El hombre al busear en el sueño el reposo y el descanso para su, cuerpo, hacía gracia á la tierra, contra su voluntad, del escándalo y la miseria de sus luchas, de la explosión de su egoismo y de las grandes y desordenadas batallas de sus pasiones. Es decir que la vida animal hallábase como en suspenso sobre la tierra: los hombres descansaban y las bestias dormían.
La luna descendía iluminando la penumbra de su ocaso.
Las estrellas que la acompañaban en su poética peregrinación por las regiones siderales, palidecían poco á poco como si fuera agotándose la luz que alumbra sus pequeñas facetas visibles.
Las tintas rosadas de la aurora, empezaban á extenderse por el espacio, iluminada por la luz blanca de la luna.
%V$ EL AMANECER %% ( lllll .)
PSALMOS es
Para librar mi corazón vencido de un dolor que mi vida entristecía, el viejo centinela del olvido, puse á las puertas de mi pecho un día
estuvo el centinela;
que cuando más con su lealtad contaba, por el dolor mi corazón transido, algo sentí que en mi interior lloraba. Miré hacia el fondo de mi pecho herido, y el viejo centinela...... dormitaba!
Las nubes, unas nubes redondas y cortas, ocultaban las altas cumbres de las montañas, rodeándolas como grandes turbantes color de rosa.
La neblina deshacíase en menuda lluvia que caía sobre las cavidades de las hojas y las copas de los árboles como finfsimo rocío de perlas y brillaba con opalescentes tonalidades á la luz incierta del amanecer
Los gallos cantaban, mugían las vacas y bramaban sus muchos pacientes y humildes esperando el yugo que había de uncirles al arado ó á la carreta, ó aguardando al gañán que los llevaría al chiquero.
La vida empezaba á manifestarse sobre la superficie de la tierra, que alumbraban la luna en su ocaso y las alegres primicias de la luz solar.
La luz de la aurora fundía los contornos de la pálida esfera de la luna, que al ser absorbida por la catarata deslumbrante de la luz matinal, brillaba en las postrimerias de su ocaso como un disco de nácar, desapareciéndose en la transparencia del cielo............
PENSAMIENTOS
El tener demasiado amor propio es una pequeñez vergonzosa, que tarde ó temprano le hace á uno desgraciado. Rousseau.
No hay gentes más vacías que las que esátn llenas de sí mismas. Séneca
IDILIO HISTQRICO
Paraiso. Extasiados frente á frente Eva y Adán. Un árbol de manzana dorado por la luz de la mañana, Fresco olor de rosal en el ambiente. Se acercan él y ella. De repente. el alma se despierta soberana.... por vez primera en la pupila humana brilla el amor en la mirada ardiente! Ambos en embriagante paroxism> protagonistas son del gran poema. Cae Adán en los brazos de Eva preso, se oye á Luzbel reir desde el abismo, pronuncia Dios el bíblico anatema, ¡y estalla en la Creación el primer beso!
Jesé GcrpILs
LA BANDERA CUBANA
A Cuba Libre. Tu insignia es el reflejo de tu historia de dolor y de luz: tienes en ella los dorados fulgores de la estrella, los azules caminos de la gloria.
Pero tienes también, como en memoria de la terrible lucha, como huella indeleble, la sangre que destella, ¡ el dolor inextinto en la victoria!
En el rojo triángulo esplendente, como un lirio del cielo, soberana arde la estrella que besó tu frente: Arde la estrella de la fé cubana.... iah, como toda redención! ¡surgente de la onda tibia de la sangre humana!
José DE Dieco.
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Muy breve espacio en vela
R. M. CueEvas ZEQuErra.
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SAN JUAN POR DENTRO
EL BANCO POPULAR
Hablar de San Juan y no empezar por el Banco Popular de Economías y préstamos, sería,en quien hace alarde de rendir culto á las :deas cemccráticas, una falta imperdonable.
De esta progresis*a irst:tución bancaria puede decirse como de los gobiernos republicanos cuando no los rpervierten y desmoralizan los gobernantes, que son del pueb!> por el pueblo y para el pueblo
Allá por el año de 1833, cuando el águila amercanaa, no soñaba con asomar el pico por estas lat:tudes, u20s cuantos hombres Ce buena vo:untad, reun:eron $5,c00 provinciales y fundaron el Banco Popular, que andandoel t'empo había de ser la barca salvadora en más de un naúfragio econ ímico,
En 1831, el capital. se <umentó á $30 000 y ya la vida de la popular institución fué más robusta y el crédito más sólido. Ultimamente, en enero del corriente año, el capital se elevó á $100.c00, y esta es la demostración más elocuente Ce ccmo se cCecenvuelve en progresión ascendente esa simpática irst tución.
Pero no se puede hablar del Banco Popular sin traer á la pública coasideración el nombre de su director gerente, el distinguido puertorriquejo Don Damián Monserrat y Simó á cuyas eficacísimas gestioness puede decirse y debe decirse, debe el Ba11c> la vida próspera de que disfuruta
La buena voluntad, seguida del mejor deseo de los fundadores, se hubiese esttellado contra el cúmulo de dificultades que el Banco Popular encontró en su camino, á no ha"erse encargado del timón un piloto tan experto y tan conocedor de los arrecifes de nuestro mar económico, como don Damián Monserrat
Lo vimos en el periódo álgido del último temporal, sereno, impávido mandando cesde el puent : las maniobras del barco que parecía zozobra :, y que n> zozobró gracias á su gran serenidad, á su gran talento y á su gran crédito.
Y hay que decirlo en su elogio; el Banco Popular de cuyos beneficios no vamos á ocuparnos en este momento, porque están en la mente de todos, se salvó en los días terribles del ránico por el hombre que estaba al frente
A la tempestad siguió la calma y de la dura prueba salió más confortado el crédito del Banco, que hoy goza, más que nunca, de la absoluta confianza del público
Y como el movimiento se demuestra andando, ahí están corroborando nuestras afirmaciones, las últimas reformas llevadas á cabo en el local que ocupa y el aumento de empleados á fin de poder atender convenientemente á las exigencias del público.
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MO ,. de D E
Si en el acento vago de mi laud sorprendes Ternuras del idioma que entiende el corazón, Acójelas!... son aves de mi país de ensueño
Que buscan en tu alma calores de pasión.
Son tórtolas idílicas que espon;an su plumaje
Si sienten de tus ojos el fuego abrrsador
Y ensayan la insinuente romanza del arrullo
Ansiando las caric'a; supremas del amor.
¡Qué alegres, al hallarte, mis aves de armoníai
¡Qué fronda bulliciosa mi vida junto á tí!...
¡Qué sueño tan divino casarse nuestras almas
Para cruzar la vida perpetuamente así!.
Perdóname ¡son sueños! Utópicos delirios...
Rebosos de mi pecho... Latidos de mi sér.,.
Yo sé que han de morirse mis tórtolas románticas
Sin fabricar sus nidos en tu alma de mujer
Las aves amorosas de mi país de ensueño
Que á mi laud arrancan acento insinuador, En orfandad eterna que decretó la suerte Se morirán de frío soñando con tu amor..
JOSÉ DE J. ESTEVES
¿DONDE ESTA?
Estrella, te has ido al cielo? vas de vuelo? Paloma, te ¿Dónde estás? Ha tjempo que no te miro, te fuiste como ua suspiro y para siempre jamás.
Pr:morosa musa mía, mensaje-a de alegría, Culce flor, ¿por qué ocu.ta el semblante á los ojos Ce tu amante soñador.
Es que t:enes un palacio Ce diamantes, Ce topacio, en un magnífico país? ¿Esque algún genio te manda á Bagdad, á Samarkanda, ó á París?...
Deliciosa chiquitina, con tu risa cristalina das la gana del amor: mariposa pintoresca, siempre viva, siempre fresca, de perfume embriagacor
Yo sabía que por tí la luz del día recelosa estaba y fiera; que por tí sufre y se irrita, la envidiosa señorita Primaver.
Pero, ¿dónde estás, mi vida? Si en nu to:que estás perdida, ó en un negro torreón, donde el vivo amor te prende de algún genio, ce algún duende de la Corte de Oberón?
Si un osado caballero como un angel prisionero te llevó mi Zoraida, mi- Fatima, quien te busque y se redima, seré yo!
Pero mándame un mensaje con tu enano con tu paje, con el viento, con el sol, ó aromado con su aroma que lo traiga una paloma tornasol.
¿Vuelves? ¿Vienes? Estoy triste.. Más cruel dolor no existe, que no verte nunca más. Dime, perla, margarita, primorosa, muchachita, ¿dónde estás?
RuBén Darío
Es justicia
El distinguido colega habanero, Vida publica en una de sus últimas ediciones el retrato de nustro muy querido amigo don Vicente Usera, acompañado de justos y merecidos eloagios.
Plácenos ver que en el exserior se hace justicia á los pertorriqueños de valer y lo consigra nos con verdadera satisfaccción.
El señor Userá, á quien tuvimos el gusto ee conocer en la pasada legislatura, es un puertorriqueño de una gran cultura que oculta una gran modestia.
(INÉD.TA.)
a SONATA
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Extracciones sin dolcr.
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TEATRALES
Hablar de la labor artística de SagiBarba, de Luisa Vela y demás artistas que hacen las delicias de nuestro público enel Municipal, cuando la temporada toca á su término parece cosa fuera de lugar.
Y como además nuestra crónica había de resultar la repetición de cuanto han dicho los cronistas de los grandes rotativos, nos limitamos á despedir á los artist:s que ya estarán mar afuera con rumbo á Caracas, cuando circule nuestra próxima edición. -
El Rey de los cantantes: españoles como alguien llamó al gran Sagi-Barba, deja á Snn Juan donde el aplauso lo abrumo desde que pisó la escena, y se dirige á Venezuela, donde nuevos aplausos lo esperan.
Estrella que brilla con luz propia en el cielo del arte, deslumbrará con sus fulgores por donde quiera que pase.
Pasarán años,- y seguirán repercutiendo por los ámbitos de nuestro coliseo las últimas notas de aquel Rigoleto insuperable con que nos sorprendió la noche de su beneficio.
¡La gran noche del viernes!
Pasarán años, muchos años y no se oirá otro aplauso como el que se le tributó al gran barítono.
Que vientos bonancibles empujen la nave que conduce á los artistas á la- patria de Bolivar, donde el aplauso los espera con el misnio entusiasmo que aquí los despide.
En el Apolo ' trabaja con éxito franco un cuadro muy bien formado y mejor dirigido por Juan Nadal, aplaudir.
con elementos que se hacen
El Puñao de rosas fué una de las últimas obras puestas en escena y á pet¡c¡on del públ¡ co, han tenido que repetirla.
Este es, indudablemente, el mejor elogio que se puede hacer de la labor art15t¡ca del tea tro Apolo que está siendo el teatro de moda de algunas semanas á esta parte...
la Dos palabras
Para recompensar á nuestros lectores por la falta de la edición anterior hemos aumentado las páginas de este número, viéndonos obli-
gados á compaginarlo precipi¿t_ad¡ún_eótq para que.circulara el -domingo. a Instalados los talleres y vedcidas todas las dificultades el peridico se recibirá en la isla todos los domingos.
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UNA FIERA EN EL FORO
A JOSE GOLLL y CUCHI, amistosamente.
En el bufete del señor Beltrán, abogado de nombradía, presentóse una mañana un individuo de aspecto sospechoso, mirar penetrante, áspera y enmarañada melena, habla de gerigonz , puesto que según él decfa arqueándose de puro orondo, hablaba todos los idiomas imaginables, y era la verdad que no conocía ni el suyo propio; y sin preámbulos ni miramientos algunos, á raja tabla, dando al rostro una pronunciada señal de angustia, se espresó de modo que requiere correcta interpretación: Caballero, yo tengo un león.... No se alarme usted que no lo traigo conmigo.... No me mire así con ese aire de sospecha que no está ante ú loco como parece figurarse. Acé:quese y óigame: Yo soy restos de un circo ecuestre, en donde me ganaba el pan con un magnífico y feroz león africano que poseo. Es mi único caudal. Aquí he llegado con el deseo de exhibirlo en lucha sangrienta con un toro, espectáculo -sensacional y lucrativo; pero es el caso, señor, que tengo entendido que aquí las autoridades no permiten esas clases de suertes, lo que ocasiona mi mayor desventura.
Y bien, ¿qué desea usted entonces de mí? preguntó el letrado repuesto ya de la natural sorpresa que le causaran las primeras palabras de aquel extraño sujeto.
Quiero que usted me sugiera un medio hábil de celebrar el espectáculo. Sé que usted es hombre de recursos legales é influencia sobrada para salvar mi situación. Compadézcase usted de mí, piense que esto sería mi ruina.
Verdaderamente este no es un caso de conciencia. Las leyes son inquebrantables Usted no hizo gestiones en el país antes de decidirse á trabajar, ¿y ahora intenta usted que yo remedie su embarazosa situación!
LUsted puede, señor.
Le han engañado.
El gobernador atendería enseguida una petición de usted en ese sentido.
Aun siendo el león del propio gobierno, no podría trabajar. Le repito que aquí las leyes se respetan.
iPaís extraño este ....
¿iPorqué se respetan las leyes!
No, señor, porque prohibe cosas tan naturales que á diario ocurren, á los ojos de Dios, Juez del Universo, en las selvas vírgenes de la Zululandia. ¡Luchas de fieras... drá impedirlas? ¿quién po-
La Sociedad protectora de animales es la que aquí no permite ninguna clase de maltratos ni riñas de seres irracionales.
iSi es la cosa más natural!
Sí, señor, muy natural. ¡Tantas cosas son naturales y sin embargose castigan! ¿Quieres usted cosas más naturales que el beso y sus derivados? JPues haga usted cualquiera de esas naturalidades en plena vía pública, y ve-' rá si dan con su dé»il humanidad en la cárcel para que se reporte.
Señor letrado, no me desanime.... Compadézcase de mí. La lucha es casi fingida, el león es viejo, y los toros que suelo echarle generalmente no hacen sino alzar el rabo á la presencia de la feria y desplomarse de miedo. El león entonces se abalanza sobre el cornúpedo, éste patalea en el estertor de la muerte, y los que tal ven creen en la verdadera lucha.
¿iY el público soporta tales engaños de usted!
No, señor, yo soy el que soporto al público.
Estoy acostumbrado. El cartel es sugestivo, da una buena entrada y...
La necesidad !
. ¿usted entiende ?
Demasiado. No es lucha de león y toro, sino de público y empresario, en la cual, desde luego, sale usted triunfador.
Casi siempre: batacazo más ó menos.
Pues lo siento mucho. Veo imposible la realización de esa riña feroz.
No le hable usted así, caballero, á un hombre que se ve en paífs desconocido, completamente desamparado, con un león, su suegra y once hijos á la pata.
El abogado estuvo á punto de soltar la carcajada ante aquella salida del farandulero; pero movido á lástima más bien por sentimiento de piedad, quedóse pensativo buscando en la mente facilidades al aprieto, y luego dijo:
No hallo manera de remediarle. A menos que usted....
iCómo! ¡Oh, señor letrado! ¿Alguna idea salvadora! ¡Bien sabía yo! Usted es mi esperanza.
Es una suposición nada más.
Realizable de seguro. ¡Cuánto he de deberle, caballero!
Cálmese usted que no intento cobrarle. Verá usted: Como la Sociedad protectora de animales es la más interesada, por razones atendibles de humanidad, en impedir el espec-
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SOBRE LA TRATA s e
Merecen un aplauso el Caqgitán Fernández Náter y el Comisionado de Emigración, de Ponce, por haber detenido la exportación de Jibaritas guapas para los Estados Unidos vy las Antillas mayores. Era un abuso intolerable.
El país es dulce y sabroso, y todo el mundo quiere llevarse algo de él. Del azúcar que aquí se produce no nos queda ni un grano, y tenemos que comprar el de remolacha, -sosa y cara; se llevan las piñas, los cocos las guayabas, los limones y las toronjas. Se llevan también las chinas y nos tratan como á chinos , y ya no se encuentran camándulas ó peronías ni para remedio.
De nada de esto nos hemos quejado, porque el país es sufrido, y algo entra en pago de lo que sale, aunque sea ' pichipén '; pero eso de llevarnos también las buenas mozas ya no se puede sufrir. El que las quiera que se case, aunque luego se ñame á divorcio; pero así exportadas y por engañifa es una iniquidad.
Menos mal si se llevaran las brujas y hasta los brujas chachas no, ¡caramba! que esas son las alegrías de la isla, tendría razón de ser la VIDA ALEGRE. Y poco escrupulosos que andan los directores de ese negocio exportativo! De la Doctora dice que no reclutaba sino las bellezas sin tacha, y repudiaba las pintadas de viruelas, las pecosas, las que no tenían perfecta la dentadura, las que gagueaban, las vizcas, las cojas v hasta las chatas.... Un cuerno para las melindrosas Celestinas! ¡ Bonitos quedarían los campos del Boriquén después de esos escrutinios!
Duro en ellas, oh señores vigilantes de la moral!
táculo, se podría presentar de otro modo más nuevo y dentro de ley.
i Gracias, gracias, hombre portentoso. Permítame la confianza de un abrazo. ¿Cuál es ese medio que ha visto usted con su don de acierto?
; pero las muy sin alegría no JUNQUEIRO.
EL CISNEÉ
Vedlo, allá lejos, como cruza airoso del lago triste la extensión serena, y como al ascender sobre la arena al Sol ostenta su plumaje hermoso. suegra de usted.
Presentar la lucha entre el león.... y la
i¡Bah! Irrealizable. do en ello. ¡Oh, Dios!
Ya había yo pensa-
iAh, vamos, ¿se trata de una suegra extraordinaria, por la que siente usted afecto sincero ?
No, señor, la imposibilidad de la lucha estriba en que yo perdería mi león.
F. Lórez SÁNCHEZ
Mayo 17 de 1g11.
Yo lo he visto pasar bello y pomposo cuando mi alma, de nostalgia llena, suele en las tardes distraer su pena á orillas del estanque silencioso.
Cuántas veces, en medio del encanto de aquellas tardes, misterioso canto el silencio turbó de aquel paisaje: algún cisne, que triste se moría y cual débil barquilla se mecía al suave vaivén del oleaje.
a
P. ARNALDO Y SEVILLA
I|I "Il'" "",/ a ,I"=1*'T.N$Xy .w| $, u Q"n N | ¡ Mumi | »
Está en San Juan y le enviamos en estas líneas el más afectuoso saludo, la distinguida señorita María Pacheco, elemento distinguidísimo de la sociedad de Fajardo.
**+
Acompañado de su distinguida -esposa la cual viene completamente restablecida regresó de los Estados Unidos nuestro querido amigo Sr.. Castaños de la acreditada casa Candina, Castaños y Co. de esta plaza.
**-K-
Para la sultana del Avila, la gentil Caracas, embarcará muy pronto una de muestras.m.as 31mpat1cas am1gmta< cuya ausencia habrá de notarse mucho en nuestros círculos soc¿Tes
Don Pedro Giusti, que ha hecho un segundo París, de su París Bazar' embarca para Enropa.el día. r acompañado de su bella esposa.
No hay que decir cuantas satisfacciones desea el cronista á los esposos Gitústi.
**+*
Lolita Pérez Marchán, una ponceña, que hace verdadero honor á la ciudad del sur, acaba de obtener el título de doctora, en la famosa Universidad de Philadelphia.
Llévenle estas líneas nuestra felicitación más sincera. '
* *
Con el fin de pasar en el continente los meses de verano, ha salido para los Estados Unidos, la distinguida esposa de núestro querido amigo el conocido óptico señor Pacheco.
<I>*'I-
¡Se rindió el Cid!
Cupido á través de unos ojos bellísimos, le disparó las flechas del amor y el Cid se rindió
Vencido y prisionero en las redes amorosas no cambia esta esclavitud por los más gloriosos días de la libertad.
Que su esclavitud sea eterna. **+*
Engalanamos esta página de la revista, con el retrato de una monería infaptil.
Fernando Luis Gonzáles Filjippi, es el primer nieto del amigo don Santos.
Y es natural que siendo nieto de Santos resalte un ángel por su belleza.
¡Así están de orgullosos sus padres!
Y así debe estar de orgulloso su abuelo
El cable nos ha trasmitido la noticia del casamiento de la gentil señorita Manuelita Gómez y Arias, la segunda de las hijas del Presidente de la Kepública de Cuba, con el distinguido joven Julio Morales Coello, Jefe de la Marina Nacional Cubana
Ya nuestro corresponsal nos había anun-
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f| PUNEO¿º )) 'He 4|AANE |||¡ T
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ciado el nupcial acontecim:e.t> que la sco la nota más culminante en los círculos
sociales de la Habana
Para el nuevo hogar que se levant1 sobre la base de un gran amor, deseamos días de eterna ventura.
Otra nota simpática en la sociedad habanera ha sido la fiesta del Centro Asturiano con mctivo del 25% aniversario de su fundación.
Por el éxito alcanzado, que fué un trinfo espléndido, merece especial felicitación su digno prasidente Don José Inclán Galán, un astu-
que 2dorna esta página com9 un2 for de inocencia,
Los niños de las escuelas de San Juzn, Ceron una función en el Municipal, cosechardo muchos aplausos y algunos pesos
Todo eso está periectament<s
Pero que á una amiga nuestra estimadísima se le haya cobraco, además del palco, las entradas, eso 20 está muy bien que digamos
La distinguida familia Vías Ochoteco que de tantas y tan merecidas simpatías Cisf-uta en en San Juan, se ausenta para España y es muy probabie que fije allí su residencia
No tenemos que decir cuantas satisfacciones le Ceseamos en la madre patria
Está enferma de algún cuidado y haceos fervientes votos por su restablecimiento, la e-posa del Doctor Alvarez Valdés, amigo nuestro estimadísimo.
riano que hace en Cuba vercadero honor á España
Muchos obreros como el señor Inclan, necesita España para llevar á feliz té-mino la obra que tiene empezada en América
De los esposos Fernancez Reguero, amigos estimadísimos de Caguas, esel encantacor bebé,
Después de haber aprobado el primer año de la carrera de Medicina, ha regresado al país nuestro distinguido amigo Don José Marquez, á quien hemos tenido el gusto de saluCar en esta redacción.
TCN TPNO ENEN
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. .*7¡.
O
e AMIGOS DE PUERTO RICO Z
En tratándose de americanos ya se sabe que somcs Muy parcos en el elogio.
Pero si el americano se confunde con el puertor:iqueño y con el puertorriqueño vá de brazo por el camino que conduce al anhelado triunfo de la libertad, para ese americano son nuestros más sinceros aplausos.
Y esto nos sucede precisamente con el ilustrado Doctor Ashford; quien acaba de recibir el más alto honor que concedela Universidad de Georgetown: el Doctorado n ciencias como premio á su gran labor científica.
Pocas veces, hay que decirlo haciendo honor á la famosa Universidad del distrito de Columbia, se ha concedido un título con más justicia.
Pertenece el Doctor Ashford al número de los médicos, pocos por desgracia, esclavos de su profesión y así lo vemos siempre á caza de los últimos descumientos científicos, siempre investigando, siempre analizando, pensando. más que en la vanidad profesional, la única vanicad admisible, en el bien de la humanidad'
¡Con qué cara de satisfacción nos enseñaba, días antes de embarcarse, el estado sanitario del batallón puertorriqueño!
Pero donde hay que estudiar á Ashford es en la intimidad del hogar, un hogar formado con una puertorriqueña de gran talento y de gran belleza y adornado, para más felicidad, con tres encantadoras C iaturas que son tres delicadas flores de amor.
En la casa de Ashford no se vén esas grandes banderas que cuelgan de las paredes de mu casas de amer-canos. La bandera, entendemos nosotros, debe llevarse en el corazón; esla enseña de la patria, es algo que afecta al alma y debe de estar tan alta que no pueda empañarse al contacto de nuessras manos.
No es exhibiéndola, mauoseáudola, estrujándola, como se le demuestra el cariño. Es honrándola con nuestros actos, prestigiándola con nuesstros triunfos, haciéndonos más dignos cada día de vivir á su amparo.
Asl, sin duda, lo entiende este gran americano.
La primera impresión que se experimenta al traspasar los umbrales de la casa de Ashtord, no puede ser más agradable. Esparcidas por doquier, revelando siempre que allí domina el buen gusto, se vén caprichosos objetos de arte. Aquí recuerdos de nuestra histórica Granada, más
M TD
allá paisajes encantadores de la poética Suiza, á un lado la figura espléadida del gran Napoleón y por todas partes cosas delicadísimas denunciadoras de un refriado gusto artístico.
Cuando llegamos ála casa de Ashford, corregía las pruebas de una obra en preparación, ¿Y ese libro, Doctor? le preguntamos, Esta es mi labor en Puerto Rico. Creyendo que habrá de desvanecer muchos errores que aún hay en los Estados Unidos con respecto á este país, he resuelto publicario.
Y terminó suplicándonos que no dijeramos nada ce su libro.
¿S:rá usted el jefe de sanidad? volvimos á preguntarle, procurando que ño se diera cuenta de que era víctima de un1 ¿nterVIew. No sé nada, nos conSra. MARÍA LóPEZ DE ASHFORD. testó.
Tengo, sin embargo, preparados algunos estudios que ayudarán mucho al que sea nombrado
¿Cuál es su opinión acerca de la nueva ley ce Sanidad?
La considero excelente, si logramos aislarla de la influencia política
¿Cree usted que será fácil?
Entiendo que sí. Nadie debe de estar-en ello más interesado que los mismos partidos políticos si quieren tener la gloria del triunfo. /-
Y hablando de cosas que no interesan al público, dieros lar nueve de la noche
Pues Doctor, . ...dijimos, levántandonos en actitud de despedirnos
Un momento, seior Barreico, quiero que vea usted La Viuda Alegre , representada por los niños Ashford López.
Pasamos al salón contiguo y fuímos sorprendidos por un teatro improvisado donde los pequefos artistas, nos deleitaron con la representación de uia JMerry Widow', que nunca so:ó
Frank Lehar,
Letra, música y decoraciones, es todo originalísimo y original de los ingeniosos chiquillos que son á la vez autores y actores
Y unos verdaderos revoluciouarios, dentro del arte
L%% PROGRESO DE LA CAPITAL e
Atentamente invitados asistimos el lunes pasado á la inauguración del nuevo edificio de los señores González Padín.
No hay que cecir que allí pasamos horas muy agradable: catando una manzanilla que daba el opio y admirando las granCes reformas que los seí ores Gonzalez Padin acaban Ce hacer en su establecimiento, que es induCablemente el primero de la capital.
El personal de la casa González Padín, asciende al número de cincuenta y Cos Cel cual treinta y dos 891 sejoritas, tan amables como simpáticas.
El edificio de la calle de San Francisco esquina á San Justo, que es al que queremos referirnos en estas breves mnotas, contiene los siguientes departamentos:
Artículos para señora. Perfumería.
Joyería. Loza y cristalería. Dulces, bombones y refrescos. La lujosa oficina Conce se leen los títulos, dirección ; contabilidad , caja, en la parte baja. ven la parte alta. Departamento de los fonógrafos Columbia, de máquinas de escribir Reming- ton. De ropa hecha para señoras y niñas. Ropa para caballeros.
Y hay más, mucho más que no se puede reseñar en los estrechos límites de una crónica, escrita como suele decirse á vuela pluma.
Esa gran reforma, que habla tan alto en favor del progreso de la ciudad, se le debe á An- selmo Lores, el tipo perfecto del comerciante del porvenir.
Empezó Anselmo, que es un enamorado de su bellísimo establecimiento, por ponerse -en contacto con el pueblo americano y acabó por romper con las viejas tradiciones yendo resuel- tamente al anuncio que es el alma del negocio, en todos los órdenes de la actividad hnmana.
Y al anuncio, debe la casa González. Padín el triunfo espléxdido que acaba. de obtener, colocándose á la cabeza del movimiento comercial de San Juan. E
Pasaron los días de la pasividad y de la calma. - La vida moderna.es. lucha, actividad, mo- vimiento, yendo de triunfo en triunfo, los que marchan hacia el porvenir en el. carro-del pro- greso, y de desastre en desastre los que siguen encariñados con los viejos métoCos PE
¿La montaña no viene hacia nosotros? _Pues vamos nosotros hacia la montaña, por medio del anuncio que es la gran palanca de que mos habla Arquímedes.
Traemos aquí el retrato de Anselmo, por dos razones.
Por sus méritos indiscutibles.
Y por lo que ha contribuídoá la vida Cel periodismo haciendo ver la necesidad del anuncio.
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