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a SRTA. SARA APARICIO HENNA Se

La señorita Sara, cuyo retrato publicamos en esta plana, es una de las jóvenes más espirituales de la culta ciudad de Ponce.Ella es una bella escolar, cuyos meritos y virtudes son su mejor adorno.

Es sobrina de don Julio Henna, el ilustre doctor puertorriqueño que reside en New York.

Culta, sentimental, llena de encantos como una rosa de sensibilidad v de belleza, esta niña principia sus estudios artisticos, para los que tiene hermosas facultades, acompañadas de un gran entusiasmo.

Como-verán nuestros lectores, sú belleza personal es evidente. Ella parece q1e mira al cielo con una dulce pasión, como interrogándole por sus misterios infinitos v sus desconocidas grandezas. En conjunto, es una joven encantadora, que hace honor al pensil ponceño, tan rico en delicadas flores femeniles.

Por el verde

Huvendo de los calores, y de tanta cara fría como hay por aquí, se encuentra por la isla nuestro Honorable director señor Barreiro Ahora es muy democrático el honorable

Trátenlo todos bien, y cuando él hable de la susc-ipción á V:DA ALEGRE nO le contra. ríen y suscríbanse, porque eso es lo único que le pone Ce mal humor

Nota de un experto

En una vitrina de San jJuan se exhibe un depósito de cristal, con un gorro de linó en forma de mosquitero.

En el fonco de la vasija hay agua cenagosa en donde bañan sus inquietos cuerpecitos cientos de gusarapos. - Arriba, debajo de la tela, se ven los mosquitos trompeteros buscando la puerta de escape:

Está bien. MNosotros, señor experto, sabemos demasiadamente dc dónde y cómo surgen esos chupócteros filarmónicos, pero lo que queremos saber es cómo se acaba con ellos en total, matarlos uno á' uno, eso lo hace cualquier alguacil de pared, y no le doy el nombre técnico, para que se entere la masa popular, y además porque no lo sé

PENSAMIENTOS.

Si quieres ser perpetuamente interesante, sé perpétuamente diverso.

No hay ningún dolor que la mujer no pueda endulzar.

Y: estamos en Mayagiez. La simpática ciudad del Oeste progresa lentamente. Pero progresa, que es lo que se necesita

Y antes de seguir adelante queremos felicit:r á la Junta local de instrucción de la progresista ciudad, por la ncta que acaba de dar c atratindo á tocos ó á casi todos los maestros de la pasada administración, conducta que debieran seguir todcs los pueblos de la isla.

Mayagiez profr:sa.

Para responcer á es: prog-eso, se van le. vantando hoteles tan confortables como el Inglaterra donde las familias encontrarán todas las comodidades del hogar. El París', se prepara para afrontar grandes reformas Y si el hotel París' puede competir hcy con los mejores de la isla ¿qué no será después de las reformas?

Mayaglez progresa.

Dentro de pocos meses podrá contar con un nuevo periódico diario que responda á todas las exigencias de la moderna información.

Mayagiiez progresa.

Lást:.mi grande que el oficial de sanidad no haya mandano limpiar todavía el parque que queda al lado del teatro, convirtiendo lo que es hoy un foco de paludismo en un delicioso sitio de recreo para los niños.

Mayagiiez progresa.

Y no progresa más porque no es posible, con el raquítico presupuesto de que dispone, hacer grandes milagros.

Una semana permanecimos en los dominios del Dr. Perea, lamentando no poder fijar definitivamente nuestra residencia en Mayagiiez para poder fumar siempre los magníficos cigarrillos La Flor de Puerto Rico que son vercaleran e rte la flor de la picadura criolla Furar lcs cigarrillos que fabrican los amigos Favrerre Gonzalez, y adyuirir para pasear por las tardes hasta el poético Guanajibo una calesa de las que venden Bootby £ Co., debe de ser la suprema felicidad sobre la tierra.

Y á propósito de estos amigos nos es grato comunicar á muestros lectores, qne pronto exhibirán en su muevo establecimiento, los bonitos escritorios, los excelentes pianos, pianos-pianclas, máquinas de escribir Remington y todo lo bueno que Boothby ha traido en su reciente viaje á los Estados Unidos

Nos despedimos de Mdme Ninlliat y sin arreglar la cuenta sa'imos para 'a ciudad ce San Germán.

Y antes de decir lo que hicimos en la citdad cuna de la más inspirada de nuestras poetisas, saludaremos con el respeto y el cariño que ros merecen, á los amigos Guillermo y Cárlos.

Salud, pues, y adelante.

Por indicación de un amigo, que dicho sea entre paréntesis; no lo hizo con mala i:t nción, dí con mi humanidad en La Lucha

¡Qué lucha, amigos míos, para encontrar allí, sitio donde acomodarme!

Pero ¿no hay sanidad en este pueblo? pregunté al primer sirviente que me salió al paso.

Dió media vuelta por toda contestación y fuése dejándome con tres palmos de narices: Yo dí media vuelta también y salí disparado para el hotel Francés.

Bendiga Dios á doña Asunción y le depare un tuerto á María Luisa.

Un tuerto si no se consigue un ciego para que no le vea los ojos.

A medida que iban llegando los trenes iban cayendo los comisionistas sobre San German como caen las moscas sobre la leche, si no es pasteurizada

Y entrada la noche, después de averiguar por medio de la baraja, la suerte que nos depara el porvenir, nos dedicamos á contar cada cual las peripecias del viaje.

¡Y se ofa cada historia!

Pero dejemos las historias para contarlas con más calma en el número próximo.

RU:Z ROGER.

Amalita Vias, hija del bondadoso é integro puertorriqueño señor Vias Ochoteco.

Los padres, celosos de la educación de sus hijos, nos han llevado de nuestro lado á esa alma dulce, á esa cara de alegría, á ese cuerpecito de bibelot delicadísimo.

El frío fotograbado no puede dar una idea siquiera de lo que es esa niña.

Ojos brilladores y negros. Mirada plácida, con una inocencia que escasea hov.

Los buenos se nos van. La familia Vias va á establecer definitivamente su hogar en la madre patria, (España) que es nuestra sangre y nuestra raza, con todos sus grandes defectos v errores, y su alma hidalga y noble.

Vaís á la tierra del amor y la alegría, os alejaís del suelo querido, en donde el argentado sonido del dolar impera va, con todo su fatalismo.

Adios, buena gente, que vais á gozar de la vidr. al su:lo de nuestros abuelos. un beso en nuestro nombre,

Gracias, amigos

A los muchos amigos que nos han felicitano por los Puntos suspensivos publicados la semana pasada, queremos hacerles público reconocimiento.

Hubo quienes nos señalaran algunos hombres sí....no y no....sí

Y lo más gracioso del asunto es, que uno de los que hablaba con exagerado encomio del trabajo, fué el alma inspiradora del artículo

Tenía una viga en el ojo y no se la veía

Cuando llegueís, dad

Por la Virgen Santísima, mi señora Sanidad trate de corregir eso del barrido de la Ciudad

Hasta los co.tos de vista ven los microbios en la atmósfera que nos rodea.

La polvareca es inaguantable y á lo mejor pescamos un honorable constipado.

Ya sabemos que somcs polvo, que de él salimos; y que á él hemos de volver. Y sin embargo él y nosotros no nos cogemos,

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