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AMALIA MOLINA LA PREGONERA Para ViDA ALFGRE r
Una entrada de Ciñe está al sicancede casi todos los bolsiflos. El espetáculo dura una hora cuando más, y no se necesita preparacón pará dáarse Cuenta exacta de lo que allfocurra. Verdad que para un hombre de Cierta cultura, y sobre todo de buen gusto, que es lo princi- pal en cuestiones de arte, las películas, excep- to aquellas en que intervienen buenos actores, resultan nburgi-das; pero (ivaya asted á saber la cansa!) ahora se han nnido en estrecho ma- ridaje las estrellas del género llamado varie- dades y los cines, y la cuestión cambia de as- pecto. Entre las películas, exhibición de bai- Tarinas, cqpli¡ta_s picarescas y -cancionistas. Casi todas son folfas más 6 menos guapas que desde el tablado ofcecen sus encantos á los aficionados á esa clase de mercancí:. El ambiente no es propicio al arte: las coplas más desvergonzadas son las más ce'ebradas, y aquellas bailarinas que mejer se mueven, las más aclamadas y perseguidas.....
Es indiscutible_ que los cantos regionales son bellísimos:en ellos vive el alma de la ra- za yson algo así como la manifestación de la índole de un pueblo. La entereza, la bravu- ra y la terquedad de los aragoneses, alientan en el más viril de los cantos españoles: la jota: pero las que se valieron de ellos para comerciar con su físico los acanallaron y pros- tituyeron, y para que nos emocionen es pre- ciso oirlos de los labios de los que cantan porque sí,de la- gente pone en su expresión algo de su alma, agena á todo imterés mer- cantil.
Las multitudes no saben por que cierta mu- jer vale más que.otras :que se dedican á lo - mismo; pero de un modo confuso, aigo vislum- bran y sienten: es que el arte pasa y eu po- der es tan grande que realiza el.casi impo- sible de vivir. unos instantes en las personas más vulgares.
Para uno cansado de dar vueltas por el mundo, alejado de la tierra en que nació, nada más grato que oir aquellos cantos que er la miñez lo embelesaron: retrozede en el camino tenebroso del tiempo, se acerca á la Cuna, y vive por uúnos momentos aquella vida exenta de preocupaciones y gracia, miél so- bre hojuelas. No me explicaba antes de ver- la como escritores de famil ya aplaudíar:; pero la ví y todo lo encontré naturál y justificado: Amalia Molina es Andalucía; pero no esa An- dalucía falsa de parchode pandereta que por ahí se vende, no: es la verdadera. Todo en ella es andaluz: gestos, andares sonrisas, mi- radas.... Brota Brota de toda su persona un no se qué que la embellec:, y por arte y gracia de su donaire, . sevillano neto, resulta bo- nita sin serlo: esmorenucha, delgadísima, me- jor baja que alta, de facciones irregulares: pero mira, y la mujer más hermesa es cero á la izquierda á su lado. - Vista de cierto modo por los que saben apreciar, más que mujer, es toda una región. No es que cante bien ni tenga buena voz: es que sabe darle á los can- tos andaluces esa melancolía que emociona:; En una palabra: los siente. .Lo mejor de su repertorio son los pregones: el aceitunero s una creación originalísima. Yo me creí en Sevilla, cerca de la encarnación, en una ma- ñana de la primavera andaluza. También el boqueronero de Málaga es de un sabor re- gional marcadísimo. -Bien vale Amalia Mo- lina una crónica: no importa que ruede por los cines: el lugar es lo de menos y el solo intento de embellecerlo con arte de buena ley, digno de elogios. La originalidad es es- quiva y solo se nos presenta contad: s veces en la vida. -¿Por qué los estribillos más dispara- tados de las canciones andaluzas_dichos por Amalia Molina resultan graciosísimos y se hacen populares en todas partes? ¿Qué tiene de particular de laj dose perraj gordaj que gano onse y media pá tí son? Así, escrito, poco; dicho por un cualquiera, nada; pero lo dice la pregonera y la risa acude á vuestros labios y aplaudís con entusiasmo.
Los ojos de Amalia Molina concuerdan de un modo marvilloso con sus -coplas: ya tristes, ya alegr-s, ya amorocas,ya picárescar.... Pare- ce que oyéndola, y atenta á la expresión de su mirada en las Mariñas, la musa popular andalu- za escribió:
Cuaudo yo esté en la agonía siéntate á mi cabecera, fija tu vista-en la mía y puede que no me muera
Lo.artístico debe aplaudirse, y porque arte es el de Amalia Molina, lo recojó del sucio tablado de un cine é intento expresar lo que sentí. La Pregonera no canta nada que no pueda oir una niña de ocho años: y así y todo