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ANTAÑO Y OGAÑO »
NuEeSTrO viejo amigo Don Ramón tenía la palabra.
Si, señores; aquel fué un suceso verdaderamente conmovedor. El muchacho era muy estimado en todo el pueblo tanto por sus virtudes como por su talento.... ¡y enamorarse de tal modo!.... Yo no puedo comprender como es posible chiflarse hasta tal punto....
Figuraos si tengo que considerar el caso como irreparable cuando aquel era mi amigo predilecto. Casi de una misma edad; estudiantes en las mismas Aulas:. Archivos mútuos de nuestras respectivas vidas.... en fin, lo más íntimo, lo más estrecho que pueda concebirse. ...
Y es el caso que de su carácter frívolo en cuanto á pasiones. extrañas conste que en mi concepto la amistad ño es una - pasión pues tiene demasiadas serenidades para merecer tal nombre que de su ca rácter, digo, no era de esperarse una trajedia tan lamentable.
Fué pues, que un día sorprendí . de pronto á mi amigo preodupado. Le interrógué en vano. Indagué: fué inútil Pasó tiempo y lacosa crecía. *A
Estábamos para concluir nuestras carreras Juntos habíamos entrado á aquel templo del saber y juntos íbamos á dejarlo. Nos doctoramos ,el en derecho y yo en medicina, y nos separamos con mues-ros títulos en 1a faltriquera, que llevábamos gozosos á ofrecerlo á nuestros padres como- premio á -sus desvelos impagables. No se porqué una inquietud interiór me avisabn que aquella mano iba á ser estrechada por última vez. En efecto, no hacía ún mes que estaba en casa cuando recibí la nueva triste del suicidio de mi amigo queridísimo:...
¿Qué cómo acaeció? .Veréis.... después lo supe tedo por boca de otro de sus amigos f que logró arrancarle el secreto antes de cometer la grave falta.
Estaba frenéticamente enamorado y no era correspondido. Después de haber luchado mucho tiempo por vencer con lá constancia, concibió la terrible resolución. Acercóse un dia á la reja de su amada, la sín piedad, v y con acento sombrío, la dijo:
Por última vez, Carmen, ¿no mé ama Vd?
No! respondió ella secamente.
Reflexiónelo Vd. señorita.....
He dicho que no, caballero!....
Llevó sereno y dolieñte mi amigo, su mano al bolsillo delpan talón, sacó unrevo!rer y su sien quedó destrozada.
Fues mire WNd lo que son los tiempos, amigo mio, dijo entonces Andrés sonriendo.
Hace poco, mi amigo Paco Velez pretendía á Rosa M aquella trigueña guapísima que vive en en la calle X., y precisamente luchaba con el obstáculo de la indiferencia más fría por parte de la joven
Pues bien un día se llegó á ella con una pistola en el bolsillo y á poco más ó menos del mismo diálogo trágico por Vd.referido, Paco se guardó el arma, que también había mostrado, y dijo con impavidez flemática:
-¿Cree Vd, que he de ser yo tan ridículo que por esta contrariedad que mañana he de olvidar, voy á pegarme un tiro?
¡Le aseguro á Vd -Don. Ramón, -terminó Andrés que fué ella quien entonces estuvo á punto de suicidarse!