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Doctor, Doctor, por su madre!
zadera pe la re Le pide el país entero Cansado de soportar
Que ta anto tiempo ese mosquero. *
La vitriste. ...
-Qué tienes, Carmen....
Esto lo enardeció sobre manera.
Pero, es posible que no haya berros..?
--Nada.-...
E hizo un pucherito.
U Pero, vas á llorar....? Cuéntame, qué ocurre....?
DUnusted no sabe....?
- No, Papá se opone....!
Y retorció los brazos
A que me case con Lucas....
No te apures; si tudos los papás son lo mismo.
- Pero el mío es una fiera.
-No, hija, si don Patricio es un santo.... Santo....! Y yo oigo á mamita que á cada rato le llama demonio....
Jesus, niña....! Y por qué se opone tu papá.... .? -
Toma, porque Lucas es un arrancao y porque ... .(esto es lo que más me aflije) lo encuentra feísimo.... Sin duda papá está empeñado en que me case con un Adonis....
Bien feo era él cuando se casó....! Mamá me lo dice á cada rato....
Y en verdad, don Patricio no quería casar á su hija con Lucas. Capricho de viejo, pero capricho al fin y que no había quien se lo quitara de la cabeza.
Un día se convenció.
Ustedes verán:
Tenía don Patricio una. pasión. insensata por los berros, mátita que crece y se reproduce á vrilla de los manantiales.
Se los comía crudos, en ensalada, cocides fritos, de cualquier modo; vamos, que don Patricio era un berrízero en toda la exten_ sión de la palabra.
Un día, dvrante el almuerzo, pidió su plato favorito, sin que se lo trajesen.
Se puso tucioso.
Y. mis beiyos .?
No se han podido hallar.
Tuvo que C9 iarmarse.
A la comida ocurrio lo mism»: no hubo berros.
Don Patricio dió -un puñetazo sobre. la mesa.
Madre é hija permanecie:on impasibles como obedeciendo á un plan.
Ni uno; no se han podido encontrar....
Oh, he de averiguarlo....; he de averiguarlo:.. .
Y las amenazaba con el tenedor.
Poco añtes del anoche.er, don Patricio: se encontraba fuera del pueblo, en un sitio donde los berros crecían por millares. - AUf los había él, no comido, sino pastado.
Pero apenas anduvo un par de .metros, fué sorprendido ror la presencia de un sujeto que, no á larga distancia, entreteníase en arrancar matas, sin detenerse ni una vez.
Ese es el pillo que se los roba murmuró don Patricio, y por eso en la casa no los han podido co1aseguir.
Ocul:ándose tod lo posible, llegó hasta donde estaba el ladrón.
Parecía una persona decente, á no «er por las maros sucias, de 12 misma tierra, un pedazo d: faldeta que le colgaba por detrás, y un sudor pegajoso que le corría por la cara hasta gotearle por la nariz.
Al principio, como ya era Casi de noche, ro lo pudo reccnocer, pero le oía exclamar, c .da vez que arrancaba una mata:
Para don Patricio. .! .Para mi suegro..' Para la persona -más decente de la pobla. ción.:.! .Pará el padre de -Carmen.-.! -Esta matita se la comerá don Patricito..! Y ésta' Y todo el montón para don Patricio..! Para mi suegro..! Ay, qué matita linda para -don Patricito. ....!
Y seguía arrancando.
Don Patricio no pudo contenerse.
Salió Ce donde estaba, y abrazando. al pícaro de Lucas, díjole enternecido:
_over, has:a hoy le había tenido á usted por un hipopótamo y tan bruto como un avestruz: pero ahora.comprendo su valer y desde este instan e le concedo la mano de mi hija.
Lucas le besó filialmente, invitándolo allí mismo á comer de la fresca mata.
Se artaron como burros, llevándose el res to para la casa
Aquella noche hubo fiesta en el hogar de don Patricio.
Doña Facunda, su esposa, mucho tiempo después, decía que aquella noche había sido la noche de los-berros.
Cármen y Lucas, desde que se ca-a-on, se
Ya nada....La noche
Y entonces la frente se cierne ligera; que el fuego caldea, la sombra domina más grande parece, del espacio dueña; colesal, inmensa y el mar á lo lejos roncando, Abarca el presente y la Historia dormido en la playa; ¿descifra? ¿adivina? parece que reza. ¡Tal vez es que sueña'
De pronto la luna
La noche tranquila. rasgando tinieblas, la noche serena, asoma rojiza, inspira en mi alma manchada, sangrienta, distintas ideas y el mar va dejando en las plavas, Esas noches quisiera pasarlas de copos de espuma, muy solo contigo.... rosarios ds perlas que nadie nos vea iban todas las tardes á brrrear, es deacir, á comer berros, y cuando don Patricio les preguntaba de donde venían, contestábale su hija con cárita maliciosa:
Transcurren las horas Mirande en tus ujos calladas y lentas. lucir las estrellas, Rodando en el cielo besando los rizosse van las estrellas, de tu cabellera y las noches medrosas y obscuras, Vivir una noche los sueños las olas dormidas, que el alma acaricia, algo triste parece que cuentan.... ¡Qué noche suprema!
A ratos las nubes Transcurren las horas se vulven más densas, calladas y lentas y fingen fantasmas Rodando en silencio de formas siniestras se van las estrellas Retumba á intervalos el truenc, Y entonces mi espíritu, como una amenaza, á sclas comtigo, como una blasftemia. [ sonríe y te besa....
-Pues nada, papaito....: de berrear...
Y todos los años tenían un pequeñuelo....
En fin. que lo de los berros se convirtió en una felicidad
M: GONZALEZ GARCIA No puede ser
El Concejo Municipal de Mayagúez ssolicitó del Consejo Ejecutivo autorización para emplear la suma de $2,500, sobrante del empréstito que realizó aquel Ayuntamiento en la reparación del teatro de aquella ciudad que ha sido clausurado por disposición sanitaria
Y el Consejo Ejecutivo negó la autorización
Pero la cosa cambiaría si al pedir la transferencia hubieran solicitado también un experto para dirigir las obras del teatro
En el sitio de contumb:< en que el pú'nlii:n despide á los seres que esta vida 1an pobre y triste abandonan, yo recuerdo 2queila tarde, haber visto congregado á un gran público, afectado con la triste oración fúnevre, que un orador y poeta de altos vuelos p-onunciara:; Yo recuerdo haber sentido que brotarun de mi pecho y á mis ojos se asomaroa muchas lágrimas, que á mi cruel indiferencia -contener no fué posible:
- Yo recuerdo que igualmente á los ojos de o'ros muchos se asomaron también lágrimas; Yo recuerdo las palabras del poeta que allí hablara en memoria del poeta fenecido:
Las recuerdo en una mezcla de placer y de tristeza, y resuenan en mi oido, al igual que én el instante que el orador, inspiraco por el dolor, pronunciáralas;
«Eradjoven y po.ta - Dijo Poeta de una gran inspiració. y de un estro sobrehumano. Todas sus composiciones s0a ricas inspira. ciones, hijas sobrenaturales de su mente de hechicero, de aquella mente divina, pebetero de perfumes orientales.
Sus versos son filigranas, son tazas de po.celana rebosantes de -ambrosía, jovas riC.ment+ cinceladas y adornadas con valiosa pedrería.
Esta tarde, en que en todos aquí late un sentimiento de pena por la mucrte del gran vate, está de gala-
¿Lu ven ustedes?
Tan pronto como llegó á la Corte Federal un juez, puso en libercad á los generales dominicanos -
Porque por encima de ciestas combinaciones está la ley cuando al frente de los tribumales de justicia hay magistrados que saben interpretarla.
Morales y Jimenez estan en libertad y la redacción de ViDa ALEGRE los felicita.
Y ahora un encarguito:
Si vuelve á ser Presidente de la República, amigo Morales, bo se olvide de llevar á San Telmo al Ministerio de la Guerra.
Al distinguido amigó y compañero, Ferdinand R- Cestero.
Antójaseme que el alma del vate ha alzado el vuelo y ha derramado en el cielo su divina inspiración.
En cada nube dorada de esas que ahora contemplamos, veo una estrofa de las suyas retratada, y en cada rayo de luz hay algo de su mirada.... .
Pero, ¡triste realidad!, el poeta ha muerto! Ya no dará más canciones. Nuestros tristes corazones que hoy lloran en su amargura elvidarán su pasado ¡Nada en el mundo perdura! ¡Todo muere! Todo suc¡f1mbe al dolor y se olvida con las luchas de Ía vida.
Por eso yo pido á ustedes, ¿n memoriam del ya ido, que á cada puesa de sol que contempléis, recordéís al poeta fenecido:
¡Que ese recuerdo será como sagrada oración que musitada en su honor hasta el cielo subirá!
¡Como una nube de incienso quemado en memoria de é.'
¡Paz á sus restos!'»
Así, poco más ó menos, recuerdo habló el orador. -Después, bajamos al cementerio y el ca<1ávef se ente:ró
Desde entonices, cada vez que vo contemplo una de esas que aquí hacen tan variadas y brillantes ¡ ues:as Ce 'sol. me recuerdo del poeta que en aquella linda tarde nasta dejarlo en su tumba todo un pueblo acompañó.
CONRADO ASENJO.
No quiere ser
Mr. Barker no quiere ser alcalde de Bayamón.
*s lo dice en una carta que escribe á sus amigos de aquella localidad.
¿Quienes son los que se empeñan en que'
Mr.- Barker sea alc: 1 le?
Mr. Barker es un hombr-e honrado, y sabe que á ningun hijo de Cataño lo nombrarían alcalde de su pueblo,- del pueblo de Mr. Baker. . ¿Porqué ese empeño en nombrar á
Mr. Barker alcalde de Bayamón?
¿No han ovido que no quiere ser?
El muchacho es bueno.
Gazosa como una mariposita de luz, charla é hilvana cnsitas menudas esta Amelita precorísima amablemente tierna en su edad fresca de ocho años.
Pequeñina y brevísima, como si tal debiera ser para que asombre con su diszernimiento equilibrado; criaturita perfilada como línea imprecisa, ideal; boceto curioso de persona que será, pero que todavía no es sino una lijerisima y diminuta muestra, finje su fisoncmía rítmica la de una virgencita infantil cuva mística gracia busca errabunda adoraciones y holocaustos. Su cabecita itálica, primorosamente cubierta de rizos dorados y copiosos, que-caen, en harmónico desorden, sobre el gracioso busto de bebé, clama bendiciones y cariños inexpresables. No sabemos qué hay de admirable en esta ch:cuela alegre, de verba de viejo, de pensamientos de adolescente, de vivacidad mental sólo posible en gente cultivada en la vida ó en los libros. Amelita es ul caso de precocidad fuerte que mueve á reflxión. En esto de los miros precoces se nos antojan muchas particularidades, que, han de caer, seguramente, en la jurisdicción de sérios estudios psicológicos.
Esta niña que conversa con sindéresis increíble. sin descoyuntar las ideas: que pasa de un juicio á otro con una coherencia que intriga; que habla de gustos, y de -emociones de belleza, ó de terror. con una ingeénuidad que enagena, y, hasta hurgar suele eu la ética de las cosas que narra sin que nádie la asesore, deja un como agradable cosqu leo de curiosidad en que uno acaba por .creer que es niña solamente por su capacidad corpórea, niña que ha vivido otras vidas en edades remotas. Un espíritu viejo. Porque, no es posible,- salvo que álguien á estas horas haya descubierto y probado con mejores puntos de vista que en esto no hay fenómeno alguno no es posible que una criaturita que no ha vivido ni lo azul ni lo hoseo de nuestro Zov, lo preconciba, anhelándolo ó abominándolo, que ciega aún para sus manijiestaciones culturales y amorales, de todo sepa con su locuacidad de frescura de fontana y con su predis posición á exquisiteces espirituales. Amelita gusta de las óperas, y canta, con entonación y tiempos de pentagrama, algunos números de operetas que ha visto y escuchado
Recuerdo haber leído un caso de precocidad curioso como éste. En Ciudad Real, España. En etra niña He olvidado su. nom-
CORDOVA.
bre. Basta recordar lo esencial del caso Cuentan sus admiradores que delante de ella no podía conversagse, á menos que Se fuera correcto hablista. Apenas contaba seis años. La frase mal dicha, mal pronunciada delante de ella, requería su misericordiosa correución. El discurso tenía que ser delante de ella, correcto, recuidado, porque ella estaba pronta á enseñar cómo se expresaba conforme á las leves del idioma. . Había que hablar á ley de académico. Y digo yo, éstos son visibles casos de preciencia. Y nootra cosa. No hay nada de mejor factura cerebral ni de mejor armonía nerviosa que dicen algunos. Eso es muy simple. Y tal debe creer un pobre mozo de mulas, y no las gentes cultivadas. Eso es, simplemente, un espíritu superior que -salió de las imbecilidades y desatinos y se pliega en fulgores de sabiduría. Nada más. a Esta Amelita, que revela edades ancestrales. insistimos en esto - no dice tonterías. Conversa astnmtcs que merecen extática atención, sino por lo que interesen, por la lógica de la exposición que cuida inconsciente, en una maravilla de tino y de despejo increíbles. n
La decíamos el otro día:
Te querrán en tu casa, muchísimo ¿verdad?
Sí, mucho: pero, ¡Tulín sí!!
Y esta picaruela, sa/aa se perdió en vehementes predilecciones, para con su Tulín, con toda su personita; con el gesto; con sus ojitos vivaces y claros, con esa vehemencia que nace de las alegrías imperturbables y recónditas de los niños buenos que creen que cuanto les rodea y ha de s=guirles no es sino besos y caricias.... reclinados en el lírico madrigal de los serenos días que viven..-.
¡Pobrecitos! Siu saber que Vida, á la vez que les recibe con dulzores y salutaciones acariciantes, y les envuelve en túnicas de linones albos y sedosos, y riega y perfuma con alelías y resedá del prado de sus primaveras felices las silenciosas estancias que guardan su sueño de infantes deliciosos, lleva eculta y guarda, artera, una pócima de desilusiones y dolores con que amarga cruelmente la enig- -mática felicidad futura. ¡Pobrecitos! Tal vez son así, ¡oh cruel paradoja! para que en í su adivinación sepan antes de todas sus amarguras y todas sus punzadoras roalidades.
ENRIQUE LEFEBRE.