UN CESAR CAMPECHANO
Medicina casera
NFERMA está la niña y, aunque te canses, no sanará con caldos ni con brebajes. El doctor que la asiste su mal no sabe: te aconsejo le pongas pronto en la calle. Para niñas enfermas, es indudable, no hay médico tan sabio como una madre.
Toma el pulso á la tuya tranquila y grave, y con mucho cariño vé preguntándole:
¿ Desde cuando, hija mía, te sientes mala?
¿Sufres más si estás sola que acompañada?
¿Es cierto que escribiendo tu ardor se calma?
¿Echas de menos algo que te hace falta?
Si la niña contesta, como es probable: Desde que á Fulanito vi en aquel baile. Conozco que me alivia sólo el mirarle.
Hace un mes no me escribe.. jun siglo casi! Y sin saber qué tengo, ¡me muero, madre!
Ave Cesar!.....
C. No, no: se- maten. Vénganse con esas armas á Jájome Iel_ día 5, que habrá rumba.
Una vez la dolencia patente y claaa, la receta infalible cualquiera alcanza: Tómese á Fulanito, y en cuerpo y alma, prevenida la enferma como Dios manda, désele á todo pasto.... y está curada!
MANUEL DEL PALACIO.
ia r sa al a UNO s
D» ID U CU
Acaban de publicarse en París los«Recuerdos,» de Masanet, con un prefacio de su discípulo Javier l.erona. En veintinueve capítulos, describe el difunto maestro las principales fases de su vida. El último capítulo lleva el siguiente título: «Pensamientos póstumos,» y parece como si oyese la voz del ilustre difunto.
<A bandoné este planeta escribe, dejándo que mis pobres conciudanos siguiesen con sus ocupaciones tan variadas como inútiles; por fin me hallé cerca del brillo de las estrellas cada una de las cuales me pareció grande como millones de soles. Allí abajo, en el gran teatro de la Opera, jamás había podido lograr semejante ¡luminación. Ahora no tenía ya que contestar cartas; me había despedido para siempre de los estrenos y de las discusiones literarias; aquí no se conocen periódicos, banquetes y noches pasadas en blanco.
¡Ah,si supiera que mis búuenos amigos aceptasen, les invitaría que viniesen á verme! Pero, ¿vendrían?
Antes de que me trasladasen a este lejano punto, donde ahora vivo, anoté mi última voluntad. Deseaba, en primer lugar, que me enterrasen en Egreville, cerca de la casa donde habia vvido tantos años. ¡Ah, el amado cementerio en medio de los campos, en medio de una paz iamás interrumpida! Pedí que no revistiesen mi puerta con el paño
Pugilista é Hipnotizador
Que el negro Jack Johnson, el conocido pugilista, tiene tan fuertes puños como influen cia hipnótica sobre Lucille Camerón, de 19 años, y blanca ella, es la firme opinión de la madre de la chica, resuelta en un todo á que la muchacha despierte de tan pesado sueño.
Lucille está en poder de la autoridad, que la sacó á viva fuerza de la compañía del atleta-color de betún, quien, acompañado primero de un abogado, y luego solo, fué dos veces á la prisión á ver á su infatuada sweet hart, no siéndole acordada tal gracia.
Parece que el negro es aficionado á las blanguitas, porque entre otras Cosas, se ha sabido que su propia mujer le metió no hace
negro de costumbre, que me sacasen de Paris en un coche mcrtuorio senciliísimo, á las "ocho de la mañana, si pudiese ser. Un periódico de la noche, tal vez también dos, se creerían en el deber de dar á sus lectores el aviso de mi muerte. Unos pocos amigos:el dia antes de morir tuve aún algunos, se informaron si verdaderamente era verdad la triste noticia. «Desgraciadamente es verdad el scñor nos ha abandonado sin dejarnos su nueva dirección,» En efecto, no sabia donde el coche me había de conducir, A la hora del almuerzo, algunos de mis conocidos se condolieron de mi muerte, y durante el transcurso del dia se oyeron en el teatro frases como éstas: «¿No sabe usted si ha dejado alguna obra?» <¿De modo que seguirá molestándonos» «He de decir que le apreciaba. Siempre tuvo éxito-en sus pape les» Era una voz de mujer la que lo decía, En casa de mis editores lloraban, porque me querían. En mi casa, calle Vaurigard, se hallaban reunidos mi esposa. mi hija, mis nietos y biznietos; encontraron censueloen las lágrimas. Y mi alma (el alma que sobrevive al cuerpo) oía todos los ruidos de la ciudad abanionada. Pero á medida que el coche se iba alejando iba extinguiendose el eco de las voces, y comprendía que la pesada piedra que pocas horas más tarde cerraría mi tumba, sería muy pronto la puerta del olvido....
mucho un balazo, por estar hipnotizando rubias.
Lucille insiste en que el negro fascina: y que. aunque él nu le ha hablado todavía de matrimonio,se cree que se casará con éj-- .. (contando con el divorcio. por supuesto.) -
El rey de Bélgica aborrece la música y el tabaco, pero en cambio adora á las plantas. Basta que sepa que existe alguna flor mueva, para que emprenda un viaje en su busca, aun cuando sea largo y penoso.
Entre pasajeros y marinos, puede ulcul_ar se-que hay siempre sobre las aguas más de. tres millones y medio de individuos.
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MUÉRETE
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Y VERÁS
RENATO
L huracáu crecía per instantes. Habíame visto precisado á refngiarme en aquella morada esoondida entre la espesura del bosque.
Otro personaje, sorprendido como yo por la tormenta, permanecía sentado frente a mí, comiendo tranquilamente de la modesta cena con que nos había obsequiado el amo de la Ccasa.
Hablamos sobre mil cosas distintas, y por último vino á caer la conversación sobre Renato.
Renato era un bandido que tenía atemorizada la comarca; un hombre terrible que asesinaba niños, descuartizaba ancianos y' deshonraba mujeres sin que, hasta aquel entonces, nmi la justicia ni- nadie, hnbiese podido dar con él.
El dueño de la casa tenía la palabra.
Todos estábamos pendientes de sus labiosinclusos su propia mujer y cuatro hijos pequeños que lo miraban. con sembjante nmo muy tranquilo.
El único que permanecía impasible era el personaje á qulen ya me he referido, y que como he dicho á ustedes, estaba sentado frente á mí.
El indivíduo tenía unos ojillos grises que movía sin cesar
El viento obligaba á crugir todo el maderámen de la rústica vivienda, y los relámpagos se sucedían por segundos, estallandoel trueno en la espesura con el estruendo del.cañón.
Los miñitos á cada desearga eléctrica escondían sus cabecitas entre la falda de sa madre, temerosos de morir. -
De repente, el personaje de los ojos grises, aprovechando un momento de silencio, habló de esta manera:
Lo.que habeis oido no vale nada: si me permitieseis, yo os centaría alguna cosa de Renato.
Sí sí.... dijimos todos á la vez
Y el de los ojillos grises principió:
Yo conozco á Renato porque lo he tratado de cerca y somos amigos..... el bandolero me honra con su amistad, Hace veinte años que Renato habitaba con sus padres en una humilde choza de sus cercanías, trabajando sia cesar desde por la mañana hasta la noche.
Llegó un día en que su padre sucumbió rendido por las fatigas del trabajo, y á las pocas semanas su pobre madre entregaba también tu espíritu al Creador. Renato queuó solo en la casa, con una hermana, cinco años más joven que él, á la que quería entrañablemente. No habían pasado aún 2 años desde los últimos acontecimientos, cuando la infeliz muchacha se fugó con un ricacho, de aquellos alrededores, que terminó por abandonarla, después de arrebatarle el honor. Renato que había soportado con serenidad la ingratitud de la joven, no pudo ya tolerar esto último, y completamente ciego por la ira, buscó á su hermana, le partió el eorazón de un solo golpe, y corriendo ens¿guida á la casa del ricacho, hizo otro tanto cor él, huyendo á lo más recóndito de la sferra. Entonces fué cuando un señor que vivía en aquel lugar quiso entregarlo á la justicia, y Renato después de burlar á sus perseguidores, se dirigíió á la casa del que lo había delatado. Al llegar á la puerta llamó por tres veces seguidas con la empuñadura de su daga. Era de noche y el huracán rugía como ahora con indecible furor. Renato vo!vió á llamar por segunda vez y entonces, entreabriéndose una puerta, le preguntaron por su nombre. «Soy un pobre viajero contestó Renato desfigurrndo la voz que vengo á busear refugio contra el temporal.» Abriéronle enseguida y Renato penetró en la vivienda. Muy pronto se encontró en mitad de la sala, rodeado de toda la amilia-y dejando caer entonces el embozo-que le tapaba la cara, sacó con la mayor sangre fría un revólver que llevaba en la cintura, y apuntando á-la cabeza del amo de la casa, disparó. El delator cayó hacia atrás con el cráneo destrozado, y un grito horrible se-escapó de la boca de los restantes. No había allí otro hombre que el que acababa de morir, y la mujer y los hijos miraban á Rena, to con los ojos: desmesuradamente abiertos sin poderse mover. Apuntó al corazón de la madre, y volvió á disparar. La señora se desplomó sin exhalar ua2 queja. Los dos niños se le agarraron á las piernas implorandocaridad; pero los rechazó dieiendo, «Sois hijos de un infame y no podeis vivir,> lDos balas más de su revólver fueron á atravesar el cuerpo de las dos criaturitas.
El de los ojilios grises se detuvo aquí para
<$> CUENTO DE LA SEMANA <> e)
UE hermoso, que grande y que extraorQ nario placer será el de la so'edad.
Vivir solos, sin que el telégrafo nos conmueva, ni el telégrafo nos irrite. ni la prensa nos angustie, ni la vida social nos asfixie.
Solo, no cemo el sabio en su laboratorio, ni como el monje en su celda, ni aún como el ermitaño en el desierto.
El sabio está enamorado de un ideal de verdad absoluta é inamovente el cual, nunca llegará, pero el sabio no está solo tiene un amor; el de la ciencia.
El monje y el ermitaño en su aislamiento !loran y se maceran las carnes porque creen y la fé es algo, es mucho, lo llena todo: no están solos.
Quienquiera que crea, que espere que ame, no está solo.
La dicha, la verdadera dicha sería morirnos por dentro, no soñar, no sentir, ya que el mundo de ahora está enfermo, de enfermedad incurable.
Todas las extravagancias de ahora, todas las nuevas tendencias literarias, todas las vagas aspiraniones de la ¿gente noza ¿que son?
Tanteos, adivinaciones misteriosas de mundos nuevos, vagidos quizás de la humana rediviva del porvenir.
Los sabios que echan los cimientos de la ciencia de mañana, los teólogos eue miran
respirar: había dicho todo aquello sin tomar aliento.
El huracán silbaba cada vez con mayor violencia, y se escuchaban desgajarse las ramas en el cercano monte.
De repente, y cuando el de los ojillos iba á proseguir, resonaron tres golpes en la puerta.
Nadie se movió.
El de los ojillos fué el único que perma. neció impasible.
Otros tres golpes más violentos y prec1pn tados que los tres primeros volvieron á resonar.
El dueño de la casa temeroso de que le fueran á romper la puerta. se apresuró á abrir.
Nos quedamos todos como covertidosen piedras.
Un oficial de gendarmería, seguido de cuatro indivíduos más del cuerpo, se adelantó hacia nosotros.
hacia su nueva Jerusalen, los artistas y poetas que se encojen de hombros ante tudas las escuelas, están solos!
Hermosa y simpática verdad.
Así como ellos. con esa soledad que da miedo y que trae sin embargo, asi estoy sclo yó
Placer, nuevo, raro, sugestivo, es el placer de esta soledad modernista del intelectual de ahora.
No es vanidad, ni soberbia, ni ninguna pasión de las que se van, es soledad que dá frío al par que calienta el alma.
Pensando en ella sintiéndola quizás, Benavente, el nuevo adalid del teatro español. ha escrito una originalísima obra Za noche de sábado, comprendida apenñas por el público y la crítica.
Así, comprendidos amedias, solos com la soledad que aduerme y encanta vamos los nuevos artistas, los del arte indeciso, los de la creación fúnebre los de ese que se yo in definible y vago que mos embriaga y enmcanta.
Así, solos, más solos que el sabio en su gabinete de estudio y el monje en su celda, con soledad que besa y acaricia. vamos por el mundo los cruzados del arte de mañana.
Bendita seas, oh soledad!
. CONTRERAS RAMOS.
El oficial desembainó la espada diciendo: ¿Quién de vosotros es Renñato.....?
Entonces el de los ojillos grises se levantó como un resorte, y apuntando al oficial con un revólver que había sacado de la cimtura, le respondió al mismo tiempo que apretaba el gatillo de la mortífera arma: j Yol-
El oficial se llevó las manos al pecho, desplomándose enseguida: había dejado de existir.
Cuatro.detonaciones más resonarón á un tiempo.
Yo sentí las balas pasar s¡lbando pormuycerca de mí; pero cuando el humo se llegó á disipar, los cuatro gendarmes buscaron inútilmente al bandolero.
Renato había desaparecido sin saber por donde..
Se les escapaba por centésima vez.
" S < LA SOLEDAD < E£
. GONZALEZ GARCIA.
_Y usted cree factiblelo del Copo, Don Luis.
Te diré, todo consiste......en queellos se dejen copar.
En el juzgado
e¿Tiene usted conocimiento de 1os lamentables propósitos de su mujer?
- Si, señor juez.
¿Sabía usted que habia decidido huir con su seductor en automóvil?
S8i, señor.
¿iY qué hizo usted en vista de eso?
Mandé poner el auto en condiciones de marchar á toda velocidad.
Los chinos cortan la cola á todos los monos que tienen domesticados, por creer que es
una caricatura de su coleta. En china es imposible comprar por ningíúu precio un mono con la cola completa. "D
Para juzgar del estado de atraso en que se halla khusia en lo referente á la educación, basta decir que sólo hay una escuela pública por cada 12,000 personas.
En un tranvía
Diga usted, conductor, ¿se puede fumar? No, señor.
Pues, ¿cómo hay tantas cerillas por el suelo?
Porque hay fumadores que no preguntan nada.
Lo que vale un perfil femenino bonito
Un pleito curioso es el que acaba de ser fallado por la 11 sala del Tribunal civil de Paris. He aquí el caso:
Durante la última fiesta de la 2/7-Caréme, un ómnibus y un tranvía se dieron tremendo beso, á ronsecuencia del cual rodaron por el suelo todos los pasajeros que iban en la imperial del primero de dichos vehículos. Ahora bien: entre los lesionados á consecuencia del accidente, estaba la señorita Marcela Rousseau, «modelo» á sveldo de pintores y escultores.
La joven Marcela, pues de una joven y linda niña se trataba, habia resultado con la nariz deformada por el coscorrón contra el asfalto bulevardier. ¡Terrible desgracia para una señorita que vivía de sus lineas irreprochables!
Asi es que, como no era cosa de que por culpas ajenas sufriera despreciación el artículo, la joven Marcela demancó á las compañías propietarias de los vehículos, pidiéndole indemnización de daños y perjuicios. El tribunal, después de oir á dos artistas peritos en cuestiones de estéticas femenina, quienes declararon que el perfil de mademoiselle Marcela había perdido la severidad de lineas ha condenado á las empresas causantes del desarío á una indemnización de 3.000 francos.
Donde está prohibido fustigar á los caballos
En Rusia hay costumbres muy curiosas. Alli, donde hasta se ha inventado una máquina para azotar á los soldados que no. cumplen con sus deberes, y donde se disuelven las manifestaciones populacheras á latigazos, no hay cochero, carretero mi conductor de bestias que emplee semejante instrumento de castigo para los animales. El uso del látigo está prohibido por la ley en Moscú Ley táan humanitaria para las caballerias tienen razón de existir en aquellos paises donde, según dice el comunicante, los caba-
llos son de excelente carácter, de gran hrelleza y remolcan de muy buena voluntad los coches de punto de la población.
La odontología y el elefante
En Méjico se ha efectuado una operación dental que dejará eterno recuerdo en la odontolugía.
_El paciente era un elefante de gran alzada, al que había que extraerle una muela de treinta centímetros de largo por diez diámetros en la base
Para efectuar la operación se sugetó al paquidermo con sólidas cadenas, se le aplicó. la cocaína en la encía para anestesiarla y después de haberle perforado la muela y de pasar por el agujero una barra de hierro, se ató á ésta una maroma, de la cual tiraron dos troncos de caballos, extrayendo perfectamente y en pocos momentos el diente.
El perro más grande del mundo
En Rutland, pueblecillo de Vermont (Estados Unidos), se ha muerto un perro que tenía fama de ser el más grande de la tierra.
Era un mixto de mastín inglés y alemán, que tenía diez años y que pesaba ciento veintiocho kilos. Por su alzada, que alcanzaba un metro en la cruz, e1a tan grande comv un león adulto, si bien no tenía las patas tan gruesas, ni era tan largo como la fiera, pues su longitud no pasaba de un metro ochenta y tres centimetros desde la cabeza hasta la cola.
Fácil es comprender que un mastín de semejantes proporciones, cuyo collar medía ochenta y tres centimetros de circunferencia, era el terr( de los merodeadores nocturnos.
Todo el que quiera gozar de una existencia tranquila, debe irse á vivir á Islandia, donde no obstante ser su población de 78.oco almas. no existe policía, porque no es necesaria.
En dicho país no se conocen las cárceles ni los tribunales de justicia, pues cuando se co mete algún delito, cosa que rara vez ocurre se entrega al delincuente á las autoridades de Dinamarca.
< MUNDIAL <
Despachos de Budapest dicen que en el balneario de Dornavatra han ocurrido sucesos sangrientos.
Ayer por la mañana salió de una Casa fensión una criada. llevando de la mano dos ni" ños de corta edad.
Se le acercaron dos damas vestidas de negro y una de ellas empezó á besar á las cria-turitas.
Estas correspondieron á sus caricias. iMamá!.... ¡Mamá.... decian. ¡Llévanos contigo!
La madre las cogió y s: las quiso llevar, ayudada de la otra dama; pero la sirvienta se opuso.
- El señor me reñiría dijo. No puedo presentarme ante él sin los niños.
Se acercaron algunas personas y una de las damas explicó lo que ocurría, Yo dijo- estoy divorciada de mi antiguo esposo, el mayor Szabo, del 63 regimiento de línea.
El Tribunal que anuló nuestro matrimonio me confió la guardia de mis dos hijos.
Pero el mayor Szabo me los ha arrebatado violentamente y los ba traido á este balneario.
He venido, para rescatarlos, en companía de mi hermana.
Ellos se quieren venir -conmigo. criada no los deja.»
Pero la
Los que se habían ecercado. accnsejaron á las dos damas y á la criada se fueran con los niños al Hotel Central, mientras ellos avisaban á la policía.
Su consejo fué seguido.
Pero á los pocos momentos, informado de lo que ocurría, llegó, furiosvu, el mayor Szabo.
Vestía de uniforme y empuñaba su espada, que blandía con aire amenazador.
e¿ Dónde están los pequeños? gritaba.
Dijéronle que en el Hotel Central, y á él se dirigió con ademán resuelto.
El gerente negóse á franquearle la entrada, y como insistiera, Cerró la puerta.
iYa tendrá usted noticias mías'!dijo el mayor, alejándose indignadísimo.
Alarmado el gerente, telefoneó á Dornava-
tra. contando do que ocurría y pidiendo enviaran agentes.
Mientras, el mayor fué en busca de soldados.
Encontró 18 músicos mílitares, contratados por la dirección del balneario para dar conciertos vespertinos en los jardines del mis-. mo.
Se dirigió á ellos y les preguntó:
¿ Estáis armados?
Sólo con las bayonetas.
Basta. Despositad vuestros instrumentos en cualquier parie y seguidme.
Le obedecieron y les condujo al Hotel Central.
i¡Asaltad ese edificio!
ta! ordenó iracundo.
Ellos desenvaináron las bayonetas y se lanzaron al ataque.
Pero en aquel momento llegaron seis policías del Dornavatra, que intentaron oponerse á los músicos.
iDuro con esa canalla! gritó Szabo.
Y. al frente de sus diez y ocho hombres, se lanzó sobre los agentes. que, aterrados, apelaron á la fuga.
Victofiosos los militarés, volvieron á intentar penetrar en el hotel.
Todos los bañistas acudieron al escándalo y empezaron á protestar á grandes voces.
Ya cedían las puertas del establecimiento cuando llegaron otros veinte agentes de Po-
¡Forzad su puerlicias, que, sacando sus sables, atacaron á les músicos.
Estos les recibieron con sus bayonetas.
Siguió una lucha encarnizada al arma blanca, que terminó con la derrota de los músicos y la prisión de Szabo.
Cuatro agentes y seis músicos sufrieron heridas de más ó menos gravedad.
Szabo fué llevado ante el Tribunal de Dornavatra, que le impuso una multa de 500 coronas.
Además se le ha procesado.
Sus hijos. causa inocente de todo, han salido para Budapest en compañía de su tía y de su mamá.
DIVORCIO Y BATALLA
a
en Sabana Grande,
Este inte igente y virtuoso joven, que de tan justas simpatías goza su pueblo natal, ha ingresado en el colegio Wyoming en Kingston, Pennsylvania, E. U., para luego caursar los estudios de medicina en la Universidad de dicho estado.
LA INSPIRACIÓN -+
Con papel y lapicero me voy al campo de gira, que hacer unos versos quiero y dicen que el campo inspira al más rehacio coplero.
Paso á paso y poco á poco tomo de una selva el rumbo, sobre el césped me coloco, sin preámbulo me tumbo y luego á la musa invoco.
Entre hierba y entre flores el lugar, hermoso y grato, parece un edén de amores; aquí la divina Erato me otorgará sus favores.
Aqui una hermosa fioresta que fresca sombra me presta, allí una enramada umbría..... de fijo la poesía no tiene mansión como ésta.
Ser uu poeta de viso no es un difícil problema en tan bello paraíso. lo que es aquí me improviso cuando menos un poema.
Sin asunto y sin idea doy principio á mi tarea que es en estremo sencilla, y tal vez lo qne haga sea para achicar á Zorrilla.
Pongo en tensión á mi mente, mi imaginación estrujo, pero todo inutilmente, por mas que trabajo y pujo no sale un verso decente.
Dejo el lápiz un momento, miro á las flores atento, voy á escribir y me atasco, hago mas tarde otro intento y me llevo un nuevo chasco.
Mi necia musa, rehusa prestarme su auxilio ingrata y así, rehacia y confusa mis ddseos desbarata; icaracoles con mi musa!
Por lo visto la enramada y la brisa perfumada de rosas y violetas, ni inspiran á los poetas ni les sirven para nada.
Pues aunque he pasado el dia con el lápiz en la diestra para hacer la poesía, ino ha salido todavía un mal verso para muestra!
Guardo. pues. el lapicero y aunque afirme el mundo entero que el campo á todos inspira, por esperiencia asevero que tal aserto es mentira.
<Y AMERICO
SANTALI <|>>
< E
Narciso Jlonso Cortés
Mi admirado amigo Gómez Carrillo tiene razón al afirmar que el carácter lel gillego no es triste.
Alfredo
Vicenti, Murguía, Valle Inclán, amigus mícs
Emilia Pardo Basán. de más de un tercio de siglo todos ellss. al decir lo contrario rinden parias á una tradición más sentimental que real. y que consti--. níye la médala de la literat:ra del país, si nó de toda, por lo menos de una gran parte Y aun ahondando un poco esa misma literatura melancólica se advierte. más que la queja, la protesta. el grito de rebeldía. el cpigrarha crueli hecho á costa de cosas y personas aun de las más sagradas.
Históricamente, Galicio fué durante larga serie de siglos la reg:ón donde todo espíritu revolucionario enc nt:ó accgida -Allí afincaron los gnósticos, los arrianos, los priscilianistas; allí se irguieron, en pleno feudalismo, los hermandinos; allí lcs municipios y los gremios, y cuando en el resto de la Península no no tenían personalidad, se la reconocían reyes y preladus, concediéndoles franquicias y libertades que aun hoy nos parecerían excesivas allí, en fin, sonó por vez primera hace siglos el grito del socialismo agrario, «a terra pra os qu'a travallan» ¿Creerá nadie que un país que tal abclengo. tiene y que actualmente viaja más qae ningún otro de España, sea un país de gentes tristes?
Gomez Carrillo tiene razón:el gallego no es triste. Riome de las tristezas de mis paisanos, sabiendo como sé que tan solo en el actual mes de Septiembre pasan de más de cua. trocientas las romerías que se celebran en toda la región. Y no sor, ciertamente, tales «juergas» místico-campestres mucho mencs alegres que las que. también por el equinoc cio de otoño. se celebraban en Grecia y después en Roma.
Uno de tantos tópicos como han venido rigiendo incluso al arte de su espiritualidad, ha sido y sigue siendo la tristeza y la morriña del gallego. La fuerza del tópico dicho ha creado una literatura, falsa á todas luces cual és la de parangonar al labriego .gallego «mujik»; para bastantes de nuestros literatos, incluso los jovenes, «Farás Bulba» -y aún mejor «Las almas muertas», tienen en Galicia aplicación casi tan grande como en un tiempo en Rusia. El poeta regional y el novelista han procurrdo poner de relieve
un lado de la vida y de los tipos aideanos de Gaícia, aquel por el cual pudiera atrsbarse úna tristeza secular en éstos y lo amargo de aquélla. Pero la reálidad tiene sus fueres; la <romeria», la «<ruadá», la «esfolla», la feria misma, el menor pretexto en fin, es' suficiente para que el labriego gallego hoy ponga de manifiesto su amor á lá vida y su humor caústico, burlón, sutil, perfectamente equilibrado, demisiado equilibrado quizás, pues como decía Proudhon de los labriegos normandos, están más cerca del terruño que de las nubes. ;
Pero si Gómez Carrillo acierta al afirmar qúe el gallego. y sobre todo el gallegoi urbano, es sensualmente alegre v espiritualmente también, cuando llega el momento se equivoca, en cambio, al decir: «¡Galicia; Galicia de Espáña. amiga de ricas galas:» ¡Oh A pesar del empeño puesto por Alfonso no!
VI en afrancesar sus reinos, metiéndonos de hoz y de coz los compatriotas de sus dos mujeres en la corte, en la iglesia, en la milicia; á pesar de que D. Diego Gelmirez, pri mero secretario y notario de D:- Raimundo de Borgoña y de su mujer doña Urraca; después consejero de estos mismos principes; más tarde administrador sede vacante de la compostelana, amigo íntimo de Calixto II y de aquel famoso Raimundo de Cluni; por último, obispo y arzobispo de Santiago, trajo a la ciudad del Apóstol gentes de letras de Francia,y servidores y costumbres, y aún ritos, á pesar de todo esto, no logranron Di dicho prelado, ni el rey Alfonso VI, nmi Ramón Borgoña, ni la muchedumbre que de monjes de Cluni y Claraval cayó como sobre país conquistado en los reinos de Galicia León y Castilla. no lograron, repito, imponer en mi tierra, sino muy someramente, sus usos y costumbres ni siquiera fundar escuelas de ciencias eclesiásticas, ni de artes y oficios que mudaran la característica de [a cultura gallega, la cual alcanzó grado sobresaliente en los siglos XII y XII. Y como prueba de lo que afirmo diré que de los doscientos y pico de monasterios gue en Galicia existían y se erigieron en la duodécima centuria, tan sólo «cinco» quedaron sujetos Á Cluni, pues los demás se rebelaron contra tal dominio, y de Claraval se desligaban tan pronto como el número de monjes españoles era mayoría
_ » %l <S LA ALEGRIA GALLEGA <> | %
La com-u¡iión de las almas
Ella estaba a mi lado y era un sueño Que todo lo llenaba de pureza Y en la ternura de un jardín risueño Convertía en jazmines mi tristeza.
Un sueño pudoroso de ¿tro mundo Se adormía en los nardos de su frente, Mientras pasaba el Angelus profundo Hacia los lirios bellos del poniente.
Una lágrima de oro en mis mejillas Simbolizaba un sacro sentimiento.
Brotaba de las rosas la armonía.... Y su alma enlazóse con la mía Bajo la beatitud de un juramento
EvarISTo RIVEra CHEVREMONT.
en las elecciones de abades. Felizmente, y esto ando ocupándome hace algún tiempo, no tuvieron lus franceses la influencia que se crer en Galioia, y tan no la tavieron, que ni nuestra estupenda escuela escultórica compostelana debe nada á Francia, mi nuestra basílica santizguesa es copia de la de Toulouse, pues se comenzó veintidós años antes que ésta. mi la escuela de platería y esmaltería de Compostela tuvo la más ligera influencia francesa hasta cuasi mediado el siglo XIV, y aún entonces. muy escasa; mi para la organización misma de los gremios compostelanos (1078) se pudo tomar modelos franceses, por la razón de que tales organismos no existían en Francia en el siglo XI, ni, en fin, en literatura y poesía debió nada aquella pléyade de poetas troveros que en gallego, y en corte del mismo Porgoña, que concluyó pensando y escribiendo en el habla del mismo país, iniciaron las famosas canciones de gesta del ciclo carlovingio.
VIRTUD
Recibe con placer todas las penas; adórnate con ellas como galas, y procura, si algún suspiro exhalas,que no se escuche ó que se escuche apenas.
No pienses en tus obras, si son buenas; más nunca las olvides si son malas; si en tus méritos propios te regalas, es como si con flores te envenenas.
Cuando el mal te amenace muy de frente, sonriendo ante él como un valiente, desafíalo á fuerza de paciencia.
Y si algún deseo vil en ti se agita.... ¡no olvides que tu acción quedará escrita en =l libro inmortal de la conciencia!
SALVADOR AGUIRRE.
EL BAILE
Ya el frufrú de abanicos y de trajes Se siente en los marmóreos corredores, Y sueñan las pirámides de flores Al chis chas que improvisan los encajes.
Las mujeres son astros y paisajes Cen sus bustos de piedras y colores, A manera de insectos brilladores Que se duermen de noche en los boscajes.
Luce el salóa palmeras y corolas De rosas que se mecen palpitantes Tejiendo voluptuosas aureolas;
Y finge con sus blancas serpentinas Una alfombra de rizos y brillantes Sobre un mar de cabezas femeninas.
JOSÉ ANTONIO VAREGAS.
Epigrama
¡Oh, no! es deplorable que en Asturias tal influencia gala tronzase el rumbo artistico regional,
En Galicia -no; pero realmente cuasi nacional, que seguían ios Tioda, los Pelayo de Oviedo y otros grandes y originales artistas y cronistas hispanos, y que en el resto de la Península cristiana impusieran su gusto, su intransigencia y su estrechez de miras las escueias de Claraval y de Cluni.
R. BALSA DE LA VEGA.
Defendiendo á un escritor muy malo, gijo García: Aún puede hacer algo bueno, pues es joven todavía.
Y al oir esto le contesta Gutierrez, que es muy bromista. Si algo bueno puede hacer s no escribir en su vida.