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UN RAMO DE TRINITARIA s

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A Salvador Brau

A Salvador Brau

CONOCI personalmente a Brau el año de 1891, cuándo vine a vivir a San Juao. Charlamos largo sebre historia. MNuestras referencias venían de haber sido los dos colaboradores de la Revista de Fernandez Juncos y haber recibido él mi folleto Crónicas de Arecibo El primer día que le traté me presentó a su hijo mayor, que le ayudaba en las tareas periodísticas de El Clamor del País, joven que falleció en temprana edad: una inteligencia malograda.

A menudo en nuestras discusiones, cogía Brau la Compilación de Tapia y me decía: Esto vale mucho. Al irse para Sevilla me enseñó encuad:rnado mi libro Colón en Puerto Rico y me pidió un ejemplar para regalarlo al célebre Archivo, que fundó don Fernando Colón. .Con gusto le complací.

La primera nubécula que se interpuso en nuestras controversias históricas fué la determinación de dónde estuvo situado el primitivo San Germán. El sostenía que en Guayanilla. yo en la desembocadura del río de Añasco, el Guabrabo. Me atacó en su hermoso libro de investigación, Puerto Rco y su Historia y yo me defendí en el primer cuaderno del Repertorio Histórico de Puerto Rico. Y se enfrió nuestra amistad; pero la admiración y afecto que yo tenía por un puertorriqueño de tanto valer, nunca! Siempre le envié un ejemplar de las obras que que yo públicaba y él, en grata correspondencia ,me enviaba uno de los suyos. .

Brau era un carácter; un hombre entero. Podría ser algo irritable, porque su temperamento era muy nervioso; pero ¿qué hombre de gran valía no suele distinguirse por los arranques de su pasión o de sus nervios excitables? Lo determina muchas veces el medio ambiente o el momento histórico, a los cuales el hombre superior no puede amoldarse. Con alma diamantina y temple de acero no es posible convivir en ciertas sociedaes frívolas, vanidosas y pobres de espíritu. Por eso, Brau vívía retraido en la torre de marfil de su hogar

Leyendo las obras de este ilustre puerto: rriqueño se siente como rumores de torrentes puros, cristalinos, y perfumes suaves de páramos en floración. Se nota al escritor de pura raza y al estilista clásico. Sus esirofas las cincelaba, como delicado orfebre, con punzón de rubí y zafiro. Tedo lo suyo lo he leido siempre sin fatigarme y con profunda atención. Y muchas veces lo he releido, por lo sugestivo y atrayente.

El Director de ViDA ALEGRE me pide que dedique un pensamiento a la memoria del ilustre puertorriqueño. Helo aquí:

Puerto Rico tiene el deber sagrado de honrar la tumba de Salvador Brau y y no dejar que la ortiga del olvido brote en torno de ella y que la acaricie únicamente el áureo sol tropical, La gratitud de muestro pueblo hacia uno de sus más preclaros hijos escritor de alto coturno, poeta dominador de la cuerda broncínea, e historiador -de meditación y y estudio exije que las flores puras del cariño, las siemprevivas, perfumen el eterno silencio de ese noble y triste mausoleo.

Homenaje a Salvador Brau

ER un buen periodista y ser uu periodista bueno, a veces no es siempre la misma cosa. Pero sí' lo fué, respecto del eximio

SALVADOR BRAU, orgullo de Puerto Rico, como historiador, como poeta, con personalidad propia, como hombre honrado como político consecuente y rebelde a toda autoritaria imposirión.

_ Sobresu tumba arrojemos rosas, laureles. jazmines y siemprevivas.

Es lo menos que hacer puede el pueblo, que no recompensó, como el finado merecía, sus grandes meritos y sus varoniles virtudes.

Brau ha muerto pobre...., pudiensdo haber dejado caantiosa herencia metálica a su familia; si bien le ha legado la herencia inmacu lada de su inolvidable nombre. ...¡Envidiable herencia!. pero, ¡triste y cruel destino, de los hombres honrados é incorruptibles, el que suelen tener en Puerto Rico!....

Jose LLORENS Y ECHEVARRIA.

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