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Salvador Brau

E vive siendo últil a la familia del individuo, a la sociedad en que el ser se agi. ta,óa la gran familia humana que en la tierra alienta: ella depende de la luz espiritual, digamoslc así, que alumbre al cerebro del hombre, cuya luz lámpos débiles irradiará si la inteligencia está aún en gérmen, rayos ténues, si el alma no ha progresado lo necesarso y potentes y luminosos si ese ser, elevado ya espiritualmente, en sus clarividencias divinas, alcanza a vislumbra la Justicia y el Amor que deben privar en todos los humanos actos.

Salvador Brau fué luz clara y diáfana, cu. yos rayos luminosos y potentes irradiaron en diversas direcciones alumbrando a todos el sendero verdadero de la vida. Por eso, en sus lfricas estrofas, dijo' al mundo como sentía su alma gigante y como pensaba su cerebro extraordinario; por eso, en sus batallas periodísticas, sin más armas que su pluma templada al calor de sus profundas convic. cioñes, enseñó a su pueblo la manera de erguirse dignamente para conquistar sus liber- tades; por eso, en sus lucubraciones filosóficas, dijo a los hamanos como es necesario proceder para que en el camino que todos debemos recorrer, las zarsas que en él se encuentran no rasguen <la blanca vestidura» con que ataviados debemos estar y que idealmente eila indica la pureza y bondad de sentimientos. Y es que el alma da lo que tiene: la de Brau d'ó mucho porque mucho tenía para dar en la tierra. ¿Seguirá pród¡ga en el cielo? Indudablemente que sí.

Allí siente mejor a Dios, comprende mejor su obra y sabrá, elevada y grande como es remontar su vuelo en alas invisibles, hastá llegar en su progreso infinito, a escalar laVerdad relativa que a los espiritus excelsos; cual los de Brau, tan fácil es saber aptéciarí_ glorias de ayer ocultas bajo el polvo de tanta ruina.

La muerte no es otra cosa que el túnel por * donde el ferrocarril del Progreso pasa para llegar a la espansión donde realmentese 777A ella llegó ya el inolvidable Brau.

¡Ahora vive!

Acaba de bajar á la tumba un hombre excepcional, y casi le hemos enterrado cnn upa frase: Brau ha muerto. Nuestro pueblo no tiene el culto de lo grande, porque no tiene el culto de lo bello. Rodeado de colores y de luz, lleva inclinada la frente. ¡¿Acaso porque no es un pueblo libre? Quien sabe. ¿Es que ama y no sabe amar? Tal vez

En ambos casos sería necesario predi. car la religión de la belleza para grabar en todos los corazonts.el afecto a nuestros grandes hombres, afecto que constituye el amor á la Patria.

No conviene olvidar que el pensamiento triunfa sobre la fuerza. Para el pueblo judío errante y acosado como una fiera, los cínco mil capítulos de sus libros sagrados representan la Patria común. Basta a un pueblo un libro para no perecer En medio d?l furor mercantilista, del feroz culto al Zey Dollar, yo no sé lo que será de Puerto Rioo cuando caiga el último veterano de las luchas pasades, el último soldado que representa nuestras

¡Ojalá que toda esa juventud que sube. desfilara ante la tumba de Salvador Brau y tuviera fuerzas para imitarle, inteligencia para comprenderle, y corazón para sentirle!

. ELIAS LEVIS.

Recuerdo

A Don Salvador Brau.

Una tarde nos dijo: e«Aquellos de mi tiempo que se fueron, son felices, no así lo3 que nos hemos quedado.» Había en las palabras del noble añciano tal amargura, que; si algo comunicaron a nuestra alma. fué fríd onda de tristeza. Ahora que él también se ha ido para siempre, aquellas palabras suyai vuelven a nuestra memoria y sentimos sobre el corazón el gran dolor de la eterna ausencia del insigne patricio, pero nos parece que le _envuelve en su tumba aquel resplandor de felicidad que él veía iluminar el sepulcro de los que fueron de su tiempo....

JuUAN BRASCHL

Salvador Brau

ONDA huella dejaron en mi espíritu tres actos del patriota puertorriqueño. El de renuuciar un cargo del Gobierno antes que abandonar la noble tribuna de la Prensa, desde la cúal defendía los derechos de su pueblo, allá en los tristes dias de la colonia española; el de retirarse de la política de banderias.- para rendir culto, en el ara de la Patria, al santo ideal de la dignidad puertorriqueña, en los actuales, no menos tristes, de la colonia norte-americana; y el de recomendar a sus paisanos, en un artículo lleno de fervor patriótico, la erección de un monumento, labrado en piedra de nuestras canteras, al doctor Betances, de gloriosa memoria.

De sus dramas, me impresionó vivamente el drama histórico Méroe y Mártir, en que vació su alma de patriota, presentando nmobilísimos ejemplar de heroismo a su pueblo dominado por la tiranía.

De sus libros, leí, intensamente emocionado.. la Historia de Puerto Rico, .... hermosa y castiza -narración de la vida colonial, llena de grandes enseñanzas, para nmosotros y para nuestros hijos, en este afanoso bregar por la conquista del derecho; y La - Colonización de Puerto Rico, verídica y documentada historia de la colonia hispana, en sus primeros períodos, bosquejando, con trazo firme y brillantes pinceladas, el cuadro de la q. fué desde entonces explotada factoría bajo las banderas de dos pueblos conquistadores. La labor del escritor puertorriqueño, que nos deja, antes de ver la aurora de muestra redención, fué sana y fructífera labbr de patriotismo,

MANUEL GUZMAN RODRIGUEZ.

Acr Stico

Sobre la tumba que guarda tus despojos Aparece radiante tu memoria, Lazo inmortal. la postrera gloria, Venida luego de cerrar tus ojos.

A cada cual la hamanidad no olvida Darle siempre su valor sincero, Odio al mísero egoísmo, al bandolero, Respeto al talento y la virtud querida.

Bajó a la fosa tu cuerpo inanimado, Reposa en la quietud, en el no ser dormido Ave tu espíritu al Eterno ha ido, Un ejemplo nos deja tu nombre inmaculado.

ERANCISCO CORTES.

Salvador Brau

Dice más. muchO más. este nombre, Salvador Brau, que todos los epítetos sonoros. que los modernos muñidores de lenguaje, dan á sus elogiados, La Hija del Caribe.

Scierto; dijo bien la ilustrada escritora arecibeña: no se necesitan vocablos altisonantes para presentar, en altos relieves, la figura de Brau. - Ella tiene en sí,: toda la grandeza que le daa los propios méritos del ilustre fenecido

Nó; no son necesarios los elogios mi los encomios, al pié de su tumba recién abierta. Su espíritu lumiroso, estará allí para decir a todos como amó y sintió el patriota, como cantó el poeta y como fulguró la luz de aquel gran cerebro.

Ahora, a recordarle siempre; a imitar su ejemplo. Ahora a honrar su memoria, consagrando todas nuestras fuerzas y energías, a la reivindicación de los derechos de esta tierra, que tanto enalteció Brau con sus virtudes, y a la que él supo dedicar todas las potencias de su espíritu y vigorosa mentalid+d.

PEDPRO MANZANO AVIÑÓ.

¡Loor a los buenos!

Con motivo de la sentida muerte del ínclito caborrojeño, don Salvador Brau Asencio.

Dramaturgo y poeta y periodista. Historiador castizo y conceptuoso. Del pensamiento en el jardin grandioso Lució sus galas de hábil polemista.

El sentir de su espíritu de artista Lo consagró a sú espíritu decoroso De la causa del Bien' sentir glorioso De su clásica fé regionalista. *

Entre aquellos altivos ciudadanos Que ayer a Puerto Rico defendieronDel furor de caciques y tiranos,

Brau descolló: doctas sus lides fueron. ¡Glorifiquemos, nobles borincanos, A los que vida y luz y amor nos dieron!

"'MANUEL TORRADO MARTIJNEZ.

Cayó el árbol gigantesco, como el sándalo que embarga de perfumes e! ambiente con su balsámico olor; cayó herido tras la lucha, tras la lucha que fué amarga, que fué cruenta. que fué larga como lucha de dolor.

Al caer, sus hojas secas por el suelo se esparcieron amarillas, pero llenas del aroma bienhechor, y, al rodar sobre la tierra en simiente se volvieron y en sus entrañas pusieron yérmen de vida y amor.

Asi tú, bardo gigante, tras la gloriosa jornada caes hoy, como cayó el sándalo, perfumando en derredor; y nos legas el aroma de tu obra cincelada

A Salvador Brau

Por su patriotismo lo ve-

ÓR su honradez le tributa ron sus paisanos el tributo de respétuosa consideración. Por su talento lo elevó la opinión ilustrada de su país, a la alta cima en que brilló radiante su gallarda pluma de escritor y ... posta. neraron entusiastimente sus conciudadanos. Y así vivirá en la historia puertorriqueña Salvador Brau, como la trinidad del talento, el patriotismo y la virtud. que es unción de patriotismo y que es hálito de honor.

M.uxúm. CaMUuñas. PEDRO R. DE DIEGO.

Don Salvador

Corazón fuerte.... que cruzó la vida Henchido de virtud y sentimiento....

Como una flor sangrienta fué el tormento Quíeú coronó su frente esclarecida.

El verso amó. Junto a su lira había El angel que da aliento en la batalla.... Hoy que esa lira apostrofante calla Viene el angel y acoge su poesía. ...

Hoy que su aliento gladiador se encierra Tras una losa sepulcral y arcana.... Baja tu frente borinqueña tierra, Escucha el eco de su voz lejana.... Y que esta cruenta y fratricida guerra Muera para nacer el gran mañana... s

GUSTaVO FORT. KO

Palabras de don Salvador Branu, sentidasen el corazón de su nieto Enrique Ramirez de Arellano.

Sobre lecho de abrojos

Sueño de patria fué la vida mia

Ráfaga de huracán abrió mis ojos

Y.... sueño todavía.

¡SE.. .. Verdad, sobre lecho de abrojos suede patria fue la vida tuya, abuelo mio.

¡Sí!.... en lecho de abrojos fué que tú. y otros mártires soñaron con ¡Independencia! mas ¡Ay! una ráfaga de esperanza abrió tus ojos, y una ráfaga ue ilusión abrió los mios.

¡Nlusión! maldita seas.

Y.... soñamos aun abuelo mio.

Gigante, blanca paloma de alas de luz, hiende el aire y se remonta al Alcázar de la Verdad Suprema, buscando la realidad de la vida- ¡Unico sitio donde puede hallarla!

Espírit: comoéste, sólo vienen a esta Penal [Tierra] a enseñar la paz, ciencias, arte amor, generosidad, nobleza, hidalguía, grandeza de alma en el sufrimiento y la sonrisa ante la indiferencia.Sacude sus potentes alas, desprecia la prestada materia y se eleva como los grandes. ¡Espíritu de luz, estás en tu Centro!

Alma nimbada de resplandores níveos ¡bendita seas!.... ;

MARGARITA MONTALVO.

Brau

Talento excepcional: casi genial. Carác ter de acero. Honradez a prueba. Fué pu blicista admirable, historiador concienzudo, poeta de honda fibra, patriota hasta el último instante. Y fué más que todo eso: fué un hombre de bien. E

Lvis

RIVERA. Salvador Brau

A medida que un pueblo degenera, vá rin- - E diendo menos tributo a sus bijos ilustres: Puerto Rico glorifica a Brau, luego.... Aún hay esperanzas de redención! y. COLL Y VIDAL.

DE HONOR %

A SALVADOR Brau.

FUERON tus últimos años, como tus últimos días, crueles y aciagos, porque la soledad y el dolor los velaron de contínuo.

Tuviste el supremo deleite de los grandes de hallarte y sentirte bien en el obligado retiro, que la vejez guardó para los 'postreros días de tu vida. ;

Luchaste resignado y suf:ido, con él pertinaz aguijoneo de tus sufrimientos físicos y- * ante ellos, te mostraste abnegado y valeroso, como supiste serlo en los buenos y airosos días de tu vida, cuando, haciendo de tu pluma un ariete formidable, luchabas palmo a palmo, sin miedos ni cansancios, por el imperio de la justicia y la integridad del honor en tu tierra.

Debías, como los grandes, ser grandc en tu caida, y desde la cima moral en que Dios te colocará, descendiste magestuoso como n sol que se hunde en su ocaso, dejando tras sí sus vívidos destellos y el parpadear lento y meláncolico de las auroras moribundas.

Eras, por tu valer y patriotismo, el hijo predilecto de esta tierra, a la que le diste las fulguraciones radiantes de tu inteligencia y le ofrendaste, también, en holocausto para no morir, sin rendirle un último tributo, la grandeza de tu dolor de mártir, corona de laureles que necesitan ceñir siempre a su - _frente, los redentores y los grandes.

Brau en la muerte, es la patria misma, que llora desolada y triste ante la tumba gloriosa de su hijo más preclaro. ,

El alma de ella irá a cavar en los profundos senos de la tierra. puertoroiqueña, para buscar en ellos, las fulguraciones de su ace-' rada y brillante pluma, cada vez que el golpe airado de las injusticias intente vulnerar nuestros derechos a-la vida y ruestro decoro. de hombres libres.

¡Tú, grande y Exceiso patricio, más excelso y gran poeta, que pasastes como un águila del pensamiento bajo el serene cieio de nuestra tierra; que fuiste grande por tu genio y por tu civismo; que nos dignificaste con tu valer y virtud esclarecidos; que mnos mostraste tu vida toda ella como un código de patriotismo inmaculado; déjame, oh ilustre e imperecedero patriota, que rece ante tu tumba e - inciense sobre ella- con mis lágrimas y mis pensamientcs y que te los ofrende como tributo de admiración y de respeto!

....Pasa, trinnfador gallardo de la vida, Salvador Brau: la luz de tus ideas esparcidas en las páginas inmortales de tus libros, vivirá en ellas, como en la conciencia y en el corazón de tu pueblo.

¡Pasa a la inmortalidad, ilustre poeta, insigne y esclarecido patricio, que la eternidad es tuya! E ; mM.

QUEVEDO BAEZ.

In Memoriam

LA muerte del eximio puertorriqueño Sal- . vador Brau, debe fijar en Puerto Rico una época. ¿Sabéis por qué? Porque en mi concepto ha desaparecido el escritor más castizo del País, el verdadero Maestro en el hermoso idioma castellano.

Los que de cerca, intimamente, conucimos a Brau. al tratarlo en el seno de la familia, apreciar pudimos su vastísima cultura. En la conversación privada, aunque hablaba poco, se destacaba el Maestro en todo el esplendor de su potencia intelectual y al oirlo leer. al admirar la vigorosa entonación que daba a la frase, la limpidez de la dicción y la decla- mación natural, sin exageraciones, hacia re- cordar al gran Calvo, gloria española en el arte de la recitación declamatoria.

La prosa de Brau es típica, suya secula- rísima: Tuvo estilo propio. Ojalá que su cultura literaria y su límpido estilo encuen- yen sucesores en Puerto Rico para gloria propia y en bien de la hermosa habla caste-' llana, que al paso que va adulterándose, lle-va trazas de perderse en las lejanías del porvenir, y que si se perdiera en Puerto Rico por inmensa desgraciada culpa de los puertorriqueños, se perdería el alma de América en este querido pedazo de tierra americana.

Gloria a Brau, al poeta, al dramaturgo, al literato ilustre, al historiador, al filósofo. al egregio caborrojeño! Su recuerdo imperecedero para todo buen puertorriqueño detenga la hecatombe de la pérdida de muestro idioma: honremos su memoria conservando en toda su bella pureza el idioma hermoso que tan excelsamente manejó el Maestro y en el que lega a la posterioridad su sabiduría, condensada en las obras que nos deja; legado glorioso para Puerto Rico, cuya es la eloria del hijo esclarecido qúue va a la región de la inmortalidad.

] " FLEYrtas CoLsero.

FO en los periódicos y oigo decir por toL. das partes que Salvador Brau ha muera E

No lo creo; me resisto a conv encerme de la realidad de tan cruel desgracie......

Un hombre como Brau no puede desapare cer tan fácilmente.

Mueren de veras los que pasan por esta vida sin dejar rastro luminoso de su existen cia; pero es imposible que aquél que desde temprana edad., consagró su privilegiada in. teligencia al estudio de la Filosofía, de la Literatura, de la Historia y de la Política, desaparezca para siempre, por el solo hecho de transformarse su materia y elevarse su espí. ritua las regiones misteriosas, a donde el. poder humano no ha llegado aún, en sus investigaciones científicas.

Los seres superiores como Salvador Brau, permanecen entre nosotros por mucho tiempo. Viven en sus escritos, en sus obras, en sus discursos, en sus poesías; viven en sus conse-

Trazo

RA Salvador Brau un periodista liberal en toda la extensión de la palabra, no-solo porque defendía ideas liberales, sino también porque no se economizaba en sus trabajos periodísticos. Ponía en ellos tode su esfuerzo mental y todos los efluvios de su corázón. No escribía por cumplir, por llenar la tarea sino por convencer, por vencer o por anonadar a su adversario, según fuera éste de razonable o de pertinaz, se daba entero a la idea generosa que le enardecía, y al terminar el ar_ tículo ariete quedaba como desfallecido, y a veces la intensidad misma del esfuerzo le producía una de aquellas neuralgias que con frecuencia le atormentaban.

Como aquel hombre simbolo del cerebro de oro, que ponía generosamente una parte de este precioso metal en cada uno de sus trabajos, hasta quedar sin cerebro, Salvador Brau ponía parte de su ser en cada artículo, sin que le arredrara la cuantía del desgaste. de igual modo que el buen guerrero no tiembla por su propia vida cuando la expone o la sacrifica en servicio de la patria.

jos, hijos de su amarga experiencia; vivenen el recuerdo de las nobles actitudes por ellos adoptadas durante los combates librados en la lucha por la existencia; viven, en fin, en el aura popular, a. cuya formación ellos mismos contribuyeron; y al respirarla el pueblo que sigue cumpliendo su misión, satura su alma de los efluvios que en aquella flotan; y tonifica su corazón y levanta sus energíasa tal extremo, que los actos realizados por ese pueblo no son sino el fiel reflejo del luminoso espírita que animó a los seres superiores que pasaron por este mundo, y que legan al marcharse más lejos, todo el capital que adquirieron a fuerza de estudio pnvac¡ones y sacrificios.

No lo olvidemos, puertorriqueños, y honremos la memoria de Salvador Brau en todos los actos que este pueblo, objeto de su amor y cariño, realice en lo futuro.

Su mejor obra

El discípulo de Baldorioty de -Castro haciendo sus primeras armas en El Derecho: " el continuador de José Pablo Morales en las lides periodísticas; el indomable polemistaque se debatió gallardamente con Elises Montes y Cepeda; el dramaturgo de inspiración. robusta y feliz; el historiádor filósofo de jui-_ cio recto y luminoso; el estilista impecable -de pluma aurea y castiza: el pelítico viril, que cuando muchos cedían y se retractaban en el triste 87, el se levantaba soberbio en defensa de sus hermanos;: el que mucho merecía porque todo lo había dado a la Patria; - el dia que la discordia dividió la familia puertorriqueña se negó a darsu concurso a nin- guno de los bandos, y envolviéndose en su clámide volvió los ojos al estudio del pasado para no ver al presente y esa.... esa fué su mejor obra.

PABLO MORALES CABRERA.

<Amó a su patria: rindió cultoa la verdad.»> Fse epitafio debería grabarse en la tumbade Salvador Brau.

MARIANO ABRIL.

O me mueve otro propósito sinó el de satisfacer públicamente una deuda de gratitud públicamente contraída, desde el año mil-ochocientos noventa y uno. CON don Salvador Brau.

Yo era entonces casi un niño; y Mario Braschi publicaba aquí, en esta 'ciudad, el periódico La Razón en su segunda época En su primera ópoca, dicho periódico fué fundado yredactado en Mayagiiez por mi inolvidable progenitor, en aquellos días medio tristes, medio alegres en que era totalmente peligroso hacer política en Puerto Rico.

Con motivo de que los suscriptores no pagaban, Mario veía apesadumbrado cómo su periódico languidecía, herido de muerte. Tal pesadumbre en el gallardo escritor, tal ingratitud para con él, tal inconsecuencia para con La Razón , tan batalladora en otros tiempos y tan batalladora entonces, trazó huella profunda en mi mente juvenil, y bajo aquella impresión dolorosa escribí una carta que era algo así como un lamento estallante, denunciando amargamente la conducta de los que leían y no pagaban, y dije otras cuantas cosas más que no recuerdo en virtud del tiempo transcurrido.

¡SILENCIO!

E laí-ori: de Salvador Brau.

- Llamados son columnas de la Historia los de la Historia hilvanadores ruines; da tributo la Fama en sus clarines 4 literatos de sandez notoria, -

Que merecen las cumbres de la gloria decimos de poetas zarramplines, y titulamos nobles paladines á los que son del periodismo escoria.

¿Qué hemos dejado para el? No quiero el mismo elogio, que en los aires zumba para tanto follón, irreverente, darlo en tributo al INMORTAL.... !Prefiero á dejar esas flores en su tumba, caer ante ella silenciosamente!

NIRGILIO DAVILA josÉ RAMÓN FREYRE.

Mi carta encontró amoroso eco en el periódico de Brau: El Clamor del País. Don Salvador la publicó bajo el epígrafe de El Hijo de Freyre , antecediéndola de unas líneas encomiásticas, donde recordaba cariñosamente la mémoria de mi padre, dedicándome frases inmerecidas de elogio.

Las agradecí entonces, y he venido siempre agradeciéndolas.

Y por eso estoy en deuda de gratitud, que he debido satisfacer durante la vida del malogrado puertorriqueño, y no lo hice.

He esperado largos días para pagar: y aún así, de este modo, creo que continúo en deuda.

Porque, ¿con este triste recuerdo habré saldado la inmensa contraída, ha más de veint2 años, con el talentoso caborrojeño?

¿Me habré hecho acreedor a- quese M otorgue la más formal carta de pago?

Yo no lo sé; pero es lo cierto que su luminoso espíritu, donde quiera que esté, se dará por satisfecho al notar que, apesar del tiempo transcurrido, yo no he olvidado aquel acro generoso del distinguido compatriota.

Se formó en la lucha. Sus versos eran grito de combate, su- prosa fué maza que blandía con fuerza hérculea .para aplastar a los tiranos.

Cuando vino la libertad, Brau sufrió la nostalgia de los viejos tiempos, no porque los creyera mejores, sino porque los amaba, como el veteraño, que no puede guzar de la paz. porque ama el recuerdo de los, días terribles de la guerra. Brau colgó su pluma de combate, y en él sobrevivieron el poeta correcto y el concienzudo historiador, al gran Brau, el eximio periodista que en veinte años no dejó pasar un día sin restallar el látigo de su estilo rugiente y castizo sobre las espaldas de los enemigos de su patria.

L. SANCHEZ MORALES.

En inmensa llanura de granito Cavaba un hombre de mirada inquieta Y el bárbaro rumor de su piqueta Destrezaba la paz del Infinito.

Como ensueños heróicos y extraños Oclaban hacia el scl águilas rejas... U tode se llenaba de eongojas Baje el trepel .hambriento de los años.

l hombre envejecía en la llanura n vanc, en-vano su piqueta dura Resenaba en el munde indiferentes....

<£a piedra no le daba su tescro, Qere bajé del ciels un rayo de ere Y en ors convirtió su enorme frente,

Evariste Ribera Gheoremont. E

Salvador Brau

Periadista viril y sentencioso; historiador verí lico y profundo: literato metódico y fecundo; patriota incorruptible y valeroso;

Ciudadano ejemplar y bondadoso que contra el vicio batalló iracuudo, así aparece en el verjel del mundo ese genio inmortal, ese coloso.

Podrá extinguirse el agua de los mares, el sol podrá morir en occidente, sepultando a las dichas y pesares; pero la luz que difundió la mente de Brau, en sus escritos y cantares, brillará, como Dios, ¡eternamente!

Brau, á semejanza de todos los grandes hombres, no ha sido ni bien comprendido ni estimado en todo su valor por sus contemporaneos.

Las generaciones que vengan, si Dios salva a Puerto Rico del caos intelectual en que ha caido, harán cumplida justicia al gran portorriqueño.

Luchar por las libertades puertorriqueñas en las actuales circunstancias, tiene un valor relativo.

Luchar cuando luchó y como luchó don Salvador Brau, tiene un valor absoluto. El valor que le reconocen todos sus compatriotas.

A muerto Salvador Brau....

H Pierde la tradición uno de sus mas árduos defensores, el como de las letras uno de sus mejores cultivadores, Puerto Rico el más grande y. desinteresado de sus patriotas.

Cerebro privilegiado, fuente de cristaliza.dos pensamientos donde se reflejaba la luz excepcional de su alma.

En la historia del periodismo de este país y en particular dentro del segundo y último cuarto del siglo XIX, es la primer figura.

Correctísimo poeta de inspiración fecunda; perfecto clásico. Supo arrancar del gran pentágrama de la Naturaleza notas delicadísimas, sublimes cadencias.

Profundo historiador; lega a su patria la meritísima labor de su constancia y, entre sus producciones el libro de que huérfano estaba: <su historia.»

La «Historia de Puerto Rico» por don Salvador Brau, está tan científicamente confeccionada que será en el futuro como es en el presente la única y verdadera...

Son invulnerables las leyes de la Naturaleza: todo está limitado.

Su arrogante figura, venerable como las ruinas físicas de Egipto, va a confundi-se con la tierray de ese íntimc maridaje surge su inmortalidad.

Ah! No s posible que el velo de la ingra titud y del olvido cubran el nombre del insigne adalid que ha dado a su -patria gloria y nombre....

Cae no abatido por las enfurecidas olas del humano oceano: cumple un deber, paga un

Al amado Maestro

- El mausoleo de los buenos patriotas, debe erigirse en el corazón de sus conciudadanos tributo. Los hombres del temperamento de Brau jamás se abaten; las debilidades humanas no tienen cabida en rectos caracteres, en inflexibles voluntades, Solamente.la ejmplaridad de su vida, su constancia en realizar las ideas del bien y del derecho, su- desinteresado afán por redimir su patria, no como- un Napoleón de la guerra que tronchara vidas preciosas y si como un Napoleón de las ideas, Esa constante labor que le he diferido grandemente del resto de sus conciudadanos, su humilde origen, y, desprovisto de armas para repeler las asechanzas e inesperados ataques de la vida, armas que supo confeccionar a su propia iniciativa, y no las depone sino que |:$ entrega a sus hermanos en la lucha de redención para que que sirvan de palanca y que contribuyan a dar fortísimo impulso a pueblos irredentos hácia la libertad honrando la humena especie, a Dios, Es ímposible sin un detenido y .oncienzudo análisis juzgar la grande obra de ese coloso que desaparece del escenario de la vida -para entrar en el sagrado templo inmortal de la gloria a ocupar su sitial que ha tiempo tiene reservado.

Tú, que escribiste, para enaltecer las cívicas virtudes de nn compatriota maestro estas expresivas frases, vivirás en el alma de la patria; a tu grandeza rendiremos culto; y a las generaciones venideras. y a la actual, y a nuestros propios hijos, para que lo respe+en y bendigan, les expondremos tu nombre y tu valer excelso.

ALEJANDRO DOMINGUEZ Jr.

Brau, periodista! Brau, poeta! Brau, historiador!

Permitidme que en aras del amor a la bendita tierra en que se meció tu cuna, me descubra reverente ante tí y ponga sobre el pedazo de tierra que guarda tus restos las siempre-vivas del recuerdo....

MIGUEL BERNARD SILVAS.

Una estrella encendida

-

Don Salvador Brau,

La Patria siente un celestial consuelo: De sus huertos, montañas y sabanas

Sube al Imperio sideral del cielo, El supremo rumor de las campanas

Que tocan a gloria, Porque en lo azul de una gloriosa vida Se vé con la aureola de la Historia

Una estrella encendida. ...

O de improviso, sino como la luz de un pabilo que se apaga poco a poco. el gran portorriqueño desapareció dentro del sepulcro de la carne, exánime y frío, despojo fláccido de una larga vida de exaltaciones gloriosas y de. póstumas amarguras. ... :

Hacía tiempo que, Como encerrado, oculto, el espíritu formidable de ese hombre ejemplar, yacía también, su espíritu fue te y sutíl, que así vivió las apopeyas excelsas del pensamiento, comó los hondos misticismos de la ternura y de la fé.

En el silencio de su hogar.. apartado del ruido y del mundo, lejos del clamor de las batallas cívicas, ahora que riidos y batallas eran inúltiles, pasó el venerable viejo sus últimos años, años doloridos, tristes. amigado a una resignación y austeridad que nadie creyera de aquel carácter tempestuoso, templado como acero.

La soledad con sus vácuos bostezos de silencio musitó juntoa él sus confidencias en punzadores soliloquios. El grande hombre prefirió. callado y descreido, vivir consigo, solo. los revesos ambientes. Y la sonorosa lira de la Ofrenda de un miliciano enmudeció. Yanose sintió el acento rotundo del

A Salvador Brau

Duerma en la tumba, solitaria y fría, El Genio augusto, de feliz memoria, Que dió a la Humanidad y dióa la Historia Su grande y eternal Sabiduría. -

El, que supo escalar con valentía, Sin mancharse en el barro de la escorria, La cumbre inmarccesible de la -Gloria, Alcázar del Amor y la Poesía;

El, que odió los tumultos de la Guerra, Y predicó'la Paz, la Paz hermosa, Que desde Dios al Infinito abarca;

Tranquilc dormirá, bajo la tierra, En la quietud solemne de la fosa Que abrió a su sér la destructora Parca.

MANUEL M. RAMIREZ.

Mi corona.

cantor rebelde, ni el anatema fulgurante derepúblico de £l Clamor del País. Silenciaba; silenciaba... Estaba

enfermo....Y

en su apartamiento, desengaños, desengaño$ quee entraron en su alma de luz y de energía probadas en toda su existencia de luchado: invicto, como un . benedictino sintió cómo zumbaban quejidos de derrotas y ansiedades que ya él no podía compartir y remediar con su empeño saludable. con su tesón y su firmeza. Ya estaba viejo. -

Así, los últimos días del patriota y el pel riodista viriles, fueron de doloroso cautiverio Cautiverio de paz y de quietud.

Brau literato, Brau historiador, Brau poeta vivirá posteridades sucesivas en la amplitud prodigiosa de su obra, inmensa como su talento, récia como su carácter, y luminosa como la obra que es del más autorizado, alto y prestigioso de nuestros hombres de pensamiento, cabe de las últimas épocas de muestra civilización.

Sobre su sepulcro murmuremos, devotos y creyentes, un ruego.

Y sobre su memoria nuestra admiración y el holocausto de nuestro cariño.

ENRIQUE LEFEBRE.

Bronce

A Salvador Brau. Caballero de empresas ya lontanas nació para otros siglos más viriles. odió-la adulación de los serviles, y fué orfebre de joyas castellanas. , Tuvo por leyes ei deber austero, por lema la honradez recta, intachable, su carácter bravío e indomable en Toledo templó su fuerte acero.

Se vá con él la tradición hispana, blasón, leyerda, timbres hidalguía, un girón de la patria castellana:

Lo que fué siempre de los nobles guía, lo que aventó furiosa tramontana.... ipor lo que diera yo la sangre mía....!

LA HIJA DEL CARIBE.

UÉ un astro luminoso en nuestra literatura regional.

Fué un 'ciudadano íntegro y de austeras virtudes: Alma noble, ideas levantadas, inteligencia clarísima....se fué....dejando una estela de luz y de simpatías tras de sí....

- Puerto Rico ha perdido uno de sus más preclaros hijos: Puerto Rico está de luto.

Una señora amiga nuestra, nos refería el otro día la siguiente anécdota que da.una idea del carácier de Brau:

A él le fastidiaban soberanamente las literatas, y algunos de sus amigos se empeñaban, allá por el año 1682, en hacerle conocer a una señora de San Juan que iba haciéndose notar por sus escritos sobre ciencias y literatura.

- «Jamás la trataré contestaba- Detesto las literatas,»

Transcurrieron unos 20 años, y por una Casualidad, nuestro ilustre puertorriqueño fué a Ponce cun su esposa y se hospedó en la casa de un amigo.

Cada día se admiraba más de ver una cCasa tan ordenada y limpia, dirigida por una señora sumamente joven. que parecía tan niñ, como los muchos hijos que la rodeaban.

A los pocos dias conoció allí dos hermanas

A BRAU!

de la señora, tan buenas madres de familia como ella, y no pudo menos de manifestarles, al sentarse a la mesa, la admiración que sentía al ver su educación y laboriosidad exquiSitas.

On. ésta es obra de nuestra madre contestaron las tresque así nos ha educado.

¿Y quien es vuestra madre?

Su sorpresa fué grande cuando oyó pronunciar el nombre de la literata, cuya amistad habia esquivado tanto.

Aquella tarde, acompañado de su esposa, fué don Salvador a visitar a su compañera en letras, a la que encontró trabajando como de costumbre.

Se quitó el sombrero con respeto, y estrechando la mano de aquella señora con afecto sincero y profundo, le dijo:

«Usted debe de estar enterada, señora, de que yo no Quería hacer amistad con usted.

Pero hoy que he visto como ha educado usted a sus hijas, vengo a darle la mano de amigo, y no tiene usted otro más leal y adicto que yo.

Así, siendo excelentes madres de familia, acepto las literatas.»

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