ORGANO OFICIAL DE LA ASOCIACION DE AGMCUITORES DE PUERTO RICO
AÑO VIII VOL. XII
El Honorable Coinisionado Hesidente en Washinuton, José L. Pes(|nera y el l iesidente inlerino de la Vsoeiaeion deAíirieultores de Puerto Hieo, llon Juan 5'. Halos, inonientos antes de salir el vapor (iiie eondueiría a la nielrópoll al nuevo Comisionado.
Editorial por M. González Quiñones = Garrapata o Ganado, por el Dr. Jaime Bagfué = Cría de Pavos, por Andrew S. Weiant = El Nú= mero 8, (Cuento) por J. Ortiz de Pinedo = La Acción y la Palabra
SAN JUAN, P. R., MAYO 15 DE 1932
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Modelo CLETRAC No. 15, de 20 H. P. para tiro de 2 rejas.
En casi todos los países del Mundo, se vienen usando para toda clase de faenas agrícolas, los tractores CLETRAC tipo Oruga. Se han recomendado por sí so los; por su resistencia, su economía en el combustible y por mayor potencia en la barra que cualquier otra de las marcas.
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iiili
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es hoy el más popular de los tractores, significa: Potencia
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m
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Distribuidor Exclusivo
SAN JUAN, P. R.
Fundadores: MANUEL
GONZALEZ QUIÑONES
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GONZALEZ QUIÑONES
Circulación y Anuncios: Wm. H. MONTALVO
Organo Oficial de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico.
Año VIII Yol. XII SAN JUAN, P. R., MAYO 15 DE 1932
Número 9
Entered as second class matter January 9, 1926, at tlie Post Office at San Juan, P. R., under Act of March 3, 1879.
La Rebaja del Presupuesto
El Gobernador Beverly firmó un presupuesto de $10,287,885. 83 rebajando $951,185.20 al aprobado' por la Legislatura.
Comiparándolo con el presu puesto vigente ipara el año 193132, el firmado por el Gcbernador para 1932-33 resulta menor en la suma de $997,407.34. En números redondos, se ha hecho una rebaja de UN MI LLON DE DOLARES en los gas tos públicos.
Discreto y firme en sus reso luciones, arrostrando con entere za la malquerencia que ello po día producirle en las filas del burccratismo y de las banderías que a este amamantan, el Gober nador Beverly ha tenido un ges to que lo revela como un sabio gobernante, y que le enaltece an te el concepto de la opinión pú blica.
Porque rebajar seiscientos cinc"enta mil dólares a los salarios de los empleados públicos, inclu yendo a les profesores y policías, que eran una especie de noli me fángere, más trescientos mil dó lares en los gastos generales, y todo esto en vísperas de unas elecciones, es una verdadera pro eza, que sólo puede es(perarse de hombres de la madera de Be verly.
La Legislatura tenía el deber de hacer un presupuesto equili brado con los probables ingresos, verificando un reajuste razona ble en los sueldos y gastos, pe
ro echó toda la responsabilidad de este acto ,al Gobernador, vién dose éste obligado a actuar en la forma que lo ha hecho para salvar las finanzas públicas de una segura bancarrota. La Le gislatura no hizo el reajuste por que en su recinto- imperan los intereses de banderías sobre los intereses y necesidades del país, y una rebaja de sueldos es la medida más antipolítica (en el sentido que se da aquí a la pala bra política) que puede adoptar se en un país como el nuestro donde los partidos que gozan del poder tienen siempre en las fi las de la burocracia los más agiierridos soldados conque cuen tan para las contiendas eleccio narias.
Los empleados a quienes se han rebajado los sueldos, deben reconocer que esta rebaja era justa e indispensable. Justa, por que el costo de la vida ha bajado un 50/( , y porque las fuentes de producción de la Isla que pro veen las rentas del gobierno, es tán atravesando por la crisis más horrenda, sin que haya una sola que no tenga pérdidas; e indis■'Tisable porque si no se hicie ran economías en el gobierno, és te se vería precipitado en la ban carrota y sobrevendría el consi guiente colapso que obligaría a suprimir servicios y personal, pues ha llegado el momento en qiíe, por más que se expriman, las fuentes contributivas no pue
den producir como en pasadas épocas de relativa normalidad. Algunos empleados se han acercado a nosotros lamentándo' 9 de que en sus casos las reba jas han sido arbitrarias. Y qui zás tengan razón; pero dada las circunstancias en que la Legis latura colocó al Gobernador, és te no tuvo tiempo de hacer un Gistudio detenido de cada caso, como era deseable.
Por otra parte, les empleados deben estar satisfechos de que las economías no se hayan he cho en el sentido de supresión de plazas como está ocurriendo diariamente en los negocios pri vados.
El Gobernador ha hecho, pues, lo que precedía y el país, espe cialmente el país que paga, le está aplaudiendo lleno de agra decimiento.
Pero la actitud del Goberna dor no merecería estos comenta rios, si cometiera la debilidad da acceder a las pretensiones de al gunos jefes políticos de que se incluya en la convocatoria a se~ión extraordinaria de la Legis latura la reconsideración del pre supuesto a los efectos de pro-rer de los fondos de la gasolina -"1 montante de las rebajas he chas a los sueldos.
Porque el reajuste presupues ta! es lo que puede mantener ín tegro el fondo de la gasolina pa ra la construcción de los camino;
Desafío
Pa Manuel González Quiñones, Secretario de
Jase tiempo que escuchando su vos por radio he venío y las décimas que he oío mi cacumen van tentando. Sépase que yo velsando a naide le escurro el bulto y, maque güela a un insulto o a carta de desafío, a cantal yo le convío que soy un jíbaro culto.
No se jaga de rogal que la otra noche le oyí jablar de un baile y sentí un jaleo fenomenal que me diba a escoyuntal pol contéstale enseguío que en cuestiones de amorío baile, velorio y bachata no hay quien me ponga una pata elante como es sabio.
Soy montuno y mi bohío como un diamante en la Sierra lo jinqué sobre la tierra edentro un bosque sombrío. Y como macho cabrío trepo con agilidá la jalda de la qrebá donde jincho el calabaso
municipales, y coger este fondo para rellenar innecesariamente el presupuesto, equivaldría a una burla para el propietario ru ral que durante toda su vida ha estado soportando las pesadas cargas del estado, sin que se ha ya visto comipensado en ningún momento con medidas que como los caminos municipales signifi can positivc fomento para nues tros campos y tienden a hacer más placentera la amarga vida que soporta el campesino, causa del alarmante éxodo rural.
Manténgase el gobernador Beverly en el derrotero que se ha ■•"razado y esté seguro de que el país está con él y le respalda.
yebando siempre del brazo a mi jíbara agarrá.
Eya güele a yelba buena, y yo güelo a cundiamol. Eya me ofrece su amol y yo mi aimol a mi nena. Y al tiempo de hacer la cena (eso si, acá en secreto) ella me aprieta, yo aprieto, nos vamos pasando el rato y se relambe basta el gato meneando su cola inquieto.
Dispues los dos preparaos con la mua grande calsá, nos vamos pa donde está prendió el baile y, estiraos, muy limpios y muy planchaos nos ponemos a dansal y no hay jincha en el lugal que de envidia no se llene al ver que mi jembra tiene rabia cuando entra a bailal.
El del güiro se marea, el del tiple se emborracha y yo prendió a mi muchacha que parece una jarea
la Asociación de Agricultores. Afectuosamente dedicado.
de lo bien que se menea cuando prende el seis chorean, dejando al mundo eslemban y a mi como un martinete cuando doy un molinete en este baile alocan.
Cuando baila esta criatura los viejos se sienten mosos y se echan dos o tres trosos de su amarga mascaura. Se babean por su Helmolsura toitas las viejas del barrio aflojan toas el rosario y pierden la devoción porque es mi jembra en cuestión un mesmito escapulario.
Y yo que me paboneo con el pescueso estirao al miral lo que ha gustao mi jembra, me sarandeo v le grito a ño Mateo: Deme aca un poco de ron manque haiga prohibición V se junda el soberao; démelo del más cargao que ya comienza otro son.
R. Fortuño Sellés.
Para Beneficio de la Agricultura
Por
TELESFORO ANDINO
A LOS .AGRICULTORES DE PUERTO RICO CON MOTIVO DEL NOMBILVMIENTO DEL IIONOR.VRLE DN. JOSE L. PE'SQPE'R.V P.VR.V COAIISIONADO RESIDENTE
Si los agricultores de Puerto Ri co, (les))ués del triunfo positivo y re sonante obtenido con el nonihramien_ to de Comisionado Residente a Wash ington do su dignísimo Presidente, Sr. José L. Pesquera, no unen sus esfuerzos individuales al gran poder colectivo, a ese poder que mueve las
.montanas y las transforma en valles fecundos, cuando una. voluntad fé_ rrea como la del Sr. Pesquera, lo do mina hacia fines constructivos y re generadores; no unen sus esfuerzos repetimos, ¡¡ara recabar todo el res peto y consideraeión a que son acre edores, Iniliíamos de lamentar y de cir que todavía existe en los agri cultores de Puerto Rico, ciudadanos que por sn desj'u'eocupación o censu rable desden a sus intereses merecen ser explotados.
(Pam n la página U))
Garrapata o Ganado (I)
J'or Jainu' llagiu'', V. M. D. Siili-Coiiiisioiiado de Afjrieiilluni ¡¡Vomevcio
Hace años i)asó jioi- iiuesti'as ma nos la obra titulada "El Mosquito o el Hombre" (Mosquito ,or Man), por Éir Rubert Boyce. .Vquel volumen escrito por uii tratadista docto que lialn'a tenido la oi)ortunidad de ser vir a S. M. Británica en diferentes ¡¡ai'tes del globo, nos imiiresionó no tablemente. Presentaba el proble]na de la malaria desde un ángulo tan allegado al género humano que aquellas páginas irremediablemente alraían la atención del más incauto ■o del más despreocu|)ado. Su tesis puede resumirse en un solo renglón: O el hombre extermina al mosquito o éste acaba con aquél. lal ba sido la similitud encontra da j)or nosotros entre la situación descrita ])or Sir Rubert y la que pre senta la ganadería en las i-egiones del ( arii)e que no hemos titubeado a ti'ue(|ue de ser considerados como plagiario.s, en titular este trabajo si guiendo el razonamiento de aquel autor. Y es qng ¡Qg parásitos extei-uos e internos, al igual que el mos quito en el caso del hombre, agobian a nuestro ganado perjudicándole en su salud y i'ebajando notablemente su valor intrínseco.
Generalmente cuando .se habla do la ada|)tacion de ganado exótico a la región cpie ]ios ocu|]a, tenemos la costumbre de ver el problema desde un punto sumamente superficial, achacándole al clima el éxito o el fracaso de las gestiones. Nos olvidamo.s, de momento, que el medio ambiente es la suma total de factores que rodean y ejei'cen su influencia sobre el individuo, ya .sea animal ra cional o irracional. Entre multitud de cosas, y cojuo parte integrante de él, entran los parásitos. Estos, que pueden .ser externos (piojos, ácaros, (1) Nota del Sub-D. La fconcliI¡lto"7e este trabajo del Dr. Bagué, aparece rá próximamente,
mosquitos y garra|)atas) o internos (los protozoarios, lombrices intesti nales, lombrices pulmonares), hacen una labor de zapa de la mayor importancia y do fatales consecuencias para el cuerpo animal que los so porta.
Esas bestias flacas, de piel deslus trada, de abdomeji abultado, con tos frecuente, padeciendo de indigestio nes y diarreas periódicas y con mar cada tendencia a ingerir materias fe cales, son testigos elocuentes de la aseveración que acabamos de hacer.
Todo esto si el animal ha .sido inva dido después del desarrollo; porque si la invasión precede al período de crecimiento éste sufrirá y auncpie el oi-ganismo pueda sobre|)onerse llevai'á impresas, de modo indeleble y por toda la vida, las huellas de aquel ataque. La "babosa" (Dislomum hepaflcuni) que interrumpe el flujo de la bilis alojándose en los conduc tos del hígado, la "eisticercósis" (í'ijfílireiTus celluloxíte) que al entrai- en el aparato digestivo humano se convierte en la tenia solitaria del hombre, la "lombriz del pulmón" {Sfroiigi/lií,'< micninis) que irrita las ])aredes de la tráquea y los bronquios causando la bronquitis verminosa, y la "garrapata" {iíargaropu.'i íuiiiulntuíi) que trasmite la fiebre tejana son algunos de los parásitos que diezman el ganado de estas tierras tropicales.
El ]n-oblema tiene varios aspectos interesantes. Entre ellos e.stá la in fluencia ejercida por el calor, la hu medad, la comarca habitada, las di ferencias de razas, etc., y los cam bios y ])pculiaridades que e.sta in. fluencia haya provocado en el mun do parasítico. En una autopsia el autor encontró que el becerro en Puerto Rico suele ser invadido por el Syngnmus irncdiealis que es una lom briz en forma de bidente que gene.
raímente se encuentra en el aparato respiratorio de las aves. Lo que en el momento tuvimos j)or mera ca sualidad nos fué confirmado en au_ to|jsias subsiguientes y con.sultado el ca.so al Dr. Hall, Jefe de la Divi sión de Zoología del Negociado do Zootecnia del Departamento de A. gricultura de los Estados Unidos, ratificó nuestro diagnóstico infor mándonos, de paso, que nos cabía el honor de ser los inúmeros en el mun do en anotar semejante cambio de huésjied en el Si/nganiua trachpalia.
¡ (Jué de datos interesantes encerrará la parasitología del ganado de e.stas regiones tropicales! ¡ Cuánta infor mación de valor e importancia para el ganadero estará escondida en eso.s diminutos cuerjms que llamamos pa rásitos I En este sentido el ejemplo más palpable y sobresaliente con que cuenta la parasitología moderna del ganado es el de la garrapata. El estudio de su desarrollo, vida y eos. lumbres |)uso de manifiesto verda des importantísimas cpie dieron ]de a traliajos jiosteriores que han bene ficiado a la humanidad tanto higié nica como económicamente.
¿Qap son las garrapatasf Las garra patas, en términos generales, son unos pai'ásitos externos, oví])aros que jiertenecen al orden de los acáridos, que es una gran subdivisión de los arácnidos. En esta cla.se entran las a_ ranas, insectos y otros seres cuyas pa tas están articuladas. Hay dos cla ses de garra])atas: Jas que no llevan escudo en el borde posterior de la cabeza y las que lucen e,ste adita mento. Las jn'imeras .se denominan falsas y las .segundas verdaderas. Las que atacan a las aves pertenecen al l¡rimer grupo; las que se ceban en el ganado vacuno, ealiallar, lanar, caju-ino y en el hombre figuran en -el segundo.
La más importante del último es
la garrapata comúu (Margaropus annnluius) de cuerpo oblougado, chato, de uu color aceitunado unííorme, que en. algunos casos suele aparecer matizado con amarillo; de patas rectas, regulares en tamaño y de color achocolatado; de cabeza y escudo más pequeños que el de las otras, pero teniendo una boca en for ma de trompa, armada de ganchos, que le sil-ven para asirse al cuero de sus víctimas que por lo genersl re sultan ser los bóvidos.
Desarrollado el huevo, la garra pata pasa por los estados de larva y niiifa antes de convertirse en adul to, ^-a sea macho o hembra. Toda esta metamorfosis se efectúa sobre el luiésped, pues su objetivo inicial en la vida es subir a las yerbas que le rodean para poner en continuo mo vimiento sus extremidades y aga rrarse al primer ser viviente que se ponga a su alcance. Si este animal no es un vacuno o un equino la lar va se da ju'isa en abandonar su cuerjio para continuar la búsqueda. Con seguido el individuo propicio, selec ciona en éste las partes más blandas del cuerpo, o aquellas menos accesi bles [lar.'i el animal, y comienza a alimentarse de su sangre. Allí crece y engorda hasta llegar el momento de la cópula, acto que se lleva a ca bo sobre el huésped y en el cual se fertilizan los luievos. Llegado el má.\iniuni de crecimiento y tamaño, la garra|iata grande, abultada, redon deada y satisfecha cae al terreno, donde, jirotegida ])or la hojarasca, pone de IjñdO a 3.000 huevos en un )ioatrer y su])remo esfuerzo por mul tiplicarse. Los huevocillos, apiña dos en racimos, redondos en la for ma y céreos en consistencia, alenta dos por la humedad y acuciados por la temperatura, se incuban y de ellos nacen las nuevas larvas encargadas de repetir el ciclo vital que hemos descrito.
Veamos con Graybill, tratadista de reconocida capacidad, el tiempo que transcurre en cada uno de los
aspectos ya anotados. Dice Gray bill:
il'—"La cópula ocurre sobre el huésped."
• 2^—"La garrapata cae al te rreno para poner sus huevos. En el Estado de Alabama (EE.UU.) este período dismi nuye con el calor y aumenta con el frío; dura de .3 a 49 días."
30— período de poner puede durar desde 8 días en junio hasta 127 en noviembre."
49—"El período de incuba ción de los huevos fluctúa en tre 19 días en verano y 108 en el otoño. Los requisitos in dispensables para una incuba ción feliz son: mucha humedad para que el huevo no sufra por evaporación excesiva, y tem peratura adecuada."
59—"Desde 10 días en el mes de julio hasta 36 en oc tubre, son los que los huevos tardan en terminar una vez que comiencen a sacar."
09—«El período vital de las larvas que en Cuba llaman "garrapatillas," depende de su fortaleza individual. Las que nacen en el invierno son dé biles y casi nunca llegan a romper el cascarón. Tan pron to la larva abandona el casca rón se prepara a protegerse de las inclemencias del tiempo, manteniéndose al resguardo de la vegetación. En el mes de ju lio las larvas mantienen sus energías por espacio de 38 días y en octubre suelen extenderlo hasta 167."
Añade Graybill que "su vida pa rasitaria o sea el tiemi)0 que ])asansobre sus huésjiedes se, descompone en la forma siguiente: de 5 a 7 días como larvas, de 9 a 11 como ninfas y de 5 a 33 como adultos." Este estudio es de sunra importan cia, porque sobre él se basan todos los métodos de extirpación. Este parásito de aspecto tan ino
fensivo, le hace al ganado tres da ños a cual mayor. En primer lugar le chupa la sangre al bovino debili.. tándolo por la extracción de ñuído tan básico para la existencia; segun do, abre brecha, por los orificios que eíectiia, para la libre entrada de bac terias y bacilos que pueden provocar abortos, estimular la formación du tumores, causar septicemias y otras enfermedades infecciosas, y tercero, es el vehículo trasmisor de un protozoario (parásito interno) que es la causa de la fiebre de Texas.
Uonio chupador, la garrapata es una especie de bomba que continua mente se nutre del huésped. Los experimentos demuestran que en un año ella le extrae 200 libras de san gre o sea más de 8 onzas diarias a una res que pesa 40 arrobas. Esa sangre que no se convierte en carne y leche, contribuye a la prosperidad de la garrapata.
Los bacilos del ántrax, cojera, septicemia hemorrágica o cualquier otra bacteria patógena que se en cuentre en el terreno o que se tras lade de un sitio a otro por medio de las aves, el jjolvo, el agua o cualquier medio de locomoción, encontrará ac cesible y fácil el poder invadir el interior del cuerpo por medio de las perforaciones que la garrapata se encarga de abrir.
Como vehículo trasmisor del protozoario que hemos indicado, nos re sulta la garrapata el enemigo más grande del ganado de estas latitudes, ya que ha sido la causa mayor de su degeneración y es el obstáculo primordial de su rápido' y racional mejoramiento.
¿Qué es un Protozoario? Queda mos en que la garrai^ata trasmite, de res a res, uu organismo protozoa rio. Esto e.s, un animalejo unicelular correspondiente a uno de los pelda ños más bajos de la escala zoológica. Al tipo especial de protozoario tras mitido por el parásito que nos ocu pa se le denomina piroplasma bigémino {Piroplasma iigemÍ7ii(m).'Pub {Pasa a la página 18)
Un buen puñado de curiosos se apelotonó en el portal, llenándolo totalmente. A los pocos momentos se interrumpía frente a la casa la cir culación de la ola de gente cpie, ano checido, y a la entrada del invierno, invadía la calle de Alcalá, pues eran muchos los cpie intentaban penetrar en el portal indagando el suceso. Dos guardias de Seguridad, amén del portero de la casa, contenían a duras penas a los nuevos curiosos, que pugnaban por entrar. Oíanse dis tintas versiones: "Un hombre que ha matado a una mujer", "Un ra tero que ha sido cogido", "Una bo rracha La verdad del suceso logró abrirse paso al fin: "Una mu jer que acaba de dar a luz."
En efecto, portal adentro, calda en el suelo, había una mujer de as pecto miserable y junto a ella la criatura que acababa de nacer. La parturienta representaba unos veinte años y era fea, o al menos daba la impresión de serlo. Su demacrado cuerjio parecía un harapo de carne. Sólo los ojo.s, que miraban torvos y eran azule.?, acusaban cierto lejano encanto. Un sentimiento de piedad corrió por la multitud.
¡Pobre mujer! Parece una men diga.
También es desgracia el no dis poner de un chamizo donde echar un hijo al mundo.
Que Dios le dé suerte.
Algunas señoras, conmovidas, so llevaban el pañuelo a los ojos. Otros, indiferentes, zumbones, se alejaron del lugar del suceso comentando:
¡A quién se le ocurre ponerse a dar a luz en medio de la calle! Y con el frío que hace.
Una mujer del pueblo, que había sido de los primeros en llegar y decía sabei alguna cosa de parecidos tran ces, asistió a la parturienta como
CUENTO DE LA QUINCENA
El Número 8
Por J. Ortíz de Pinedo
mejor pudo. La portera, compasi va, habíase apresurado a traer unos pañales, que era madre de cuatro, y fajaba a la criatura, una niña gordezuela y rubita, muy blanca, muy linda: una onza de oro que no pare cía fruto de tal madre.
—¡Miren que alhaja!—exclamó una mujer.
—Si parece hija de una princesa —comentó otra.
La recién parida, que no había ])ronuncíado una palabra miró con enojo a la que así habló.
Uno de los guardias se dispuso a tomar en brazos a la parturienta y ésta i'eclamó con el ademán a la cria tura, que se le entregó.
—A la Casa de Socorro—dijo uno.
—Al hospital—^propuso otro.
—O a su casa, que .sería mejor— añadió un tercero.
El guardia interi'ogó a la recién ))arida:
—¿.Tiene usted casa?
Ella negó, con un gesto huraño; —¿Es usted casada?
Negó con otro gesto.
—¡Pues al Hospital entonces!
Y el guardia, con la doliente car ga en brazos, abrióse pa.so trabajo samente entre la nube de curiosos. En el portal murmuraban algunas mujeres:
—Por agradecida no la matarán. Ni siquiera ha dao las gracias—dijo una.
—Tié cara de ser una perra—di jo otra.
El guardia había llegado hasta el arroyo v se disponía a tomar el co che que uno de los curiosos se apre surara a buscar. Algunos de los ca rruajes que en compacto tropel su bían por la calle de Alcalá acortaron la marcha, bien por evitar atropellos o por ver lo que ocurría. Un auto móvil ae detiivo en el instante que el
guardia iba a tomar el simón. Des cendió la única persona que lo ocu paba, ujia señora, quiem enterada del suceso por el guardia, hubo de invitarle a que se sirviese de su ca rruaje para el caritativo menester. La invitación de la dama despertó un murmullo de aprobación. Dos mujeres y un "golfo" exclamaron^n
su honor:
—¡Eso es tener caiúdad!
—¡Y bien guapa y hermosa que es la señora!
—¡Parece una reina!
Otra voz añadió:
—¡Digo, si tié suerte la del crío!
Un "repórter" que acababa de lle gar y de enterarse de lo sucedido, se acercó respetuosamente a la dama del "auto" para que tuvie.se la bon dad de decirle su nombre.
—La marquesa de Pero supli co a usted encarecidamente que no lo diga. ¿Me lo promete?
En efecto, al dar la Prensa, al día siguiente, cuenta del suceso, oculta ba bajo la denominación de la mar quesa N. el nombre de la dama.
El "auto" partió en tanto que se disolvía el pelotón de curiosos. El guardia informó a la señora mar quesa N. de todo lo ocurrido, sin omitir detalle. La dama le escucha ba atenta y contemplaba piadosa. mente a la miserable mujer que, con la criatura en brazos, estaba reclina da en un ángulo del coche, inmóvil, muda, con los ojos clavados y sin rencor ahora sino con dulce a.sombro, en el ro.stro de la dama. Cuan do el guardia hubo terminado su relato, la marquesa dijo:
Pues no se apure usted, buena mujer. Yo me encargo, desde este momento, de usted y de la niña. Ingresará usted en una sala de pago del hospital, y cuando termine su {Pasa a la página 15)
Notas Varias
PRODUCCION DU PíñaS
E'N CUBA
Por resultar de interés para los eultivadores y embarcadores de piñas en Puerto Rico, traducimos y ]iublieamos la siguiente información tomada del iieriódico "Tlie Packer", (le New York, de febrero 19 de 1932: Dicha informaciún es procedente de Chicago y dice así:
"li. Comming, de la firma "Ar_ thur Serra & Co.", distribuidores de pilla, regresó esta semana de visi tar la Habana y otros puntos de Cuba, a donde él fué después de la C onvención celebrada en New Or. leans, de la Asociación Wcstern
Frnit Jobbers."
"llr. Comming, hablando de la pers])eetiva de la piña en Cuba, ha dicho lo siguiente: las condicio nes del tiempo en Cuha han sido ideales jiara las pifias y hay perspeetivas de una gran coseoba, no sólo en cuanto a calidad sino en cuanto a tamaño. La cosecha será temprana y dará comienzo entre el 15 y 20 de marzo, con volumen para emiiarqnes entre el 1 al 5 de ahril. Se cree (|iie el total de emiiarcpies durará cuatro meses este año. marzo, aliril, mayo y junio y se ha e.stimado la, cosecha en !.300.000 jaulas que es más o me nos la misma que el año anterior. Debido a lo temprano que empie za la cosecha, la estación será mu cho más larga y .se espera que no hahrá mercado acumulado. Los emharqnes se harán regularmente du rante toda la estación.
CONSUMO MUNDIAL DE -AZUCAR
El consumo mundial do aziicar durante el año que terminará el 31 de agosto 1932 excederá a la pro ducción por primera vez desde 19261927 de acuerdo con el estimado ac tual del Departamento Estadístico de B. AAU Dyer & Comiiany. Re cal cula la producción mundial en 25,906,000 toneladas, lo que representa
una reducción de 2,979,000 tonela das o 10.3% menos que la produc ción de 1930-31. Re calcula el con sumo en 26,459,000 toneladas que es 321,000 toneladas o 1.2%. menos que el consumo del año anterior. La exis tencia muiidi.il de azúcar en agosto 31, 1932 será 12,409,000 toneladas equivalente a una reducción de 553,000 toneladas. Las existencias fi nales de azúcar representarán el 46.9% de los requisitos anuales del mundo, o sea una reducción de 1.5 por ciento. Estos cálculos están ba sados en una producción cubana de 3,0611,000 toneladas que es la cifra asigmada por el Instituto Cubano.
Es de sumo interés que las exis tencias Europeas muestran una re ducción de 1,054,000 toneladas o sea 35.0A y las de Java un aumento de 390,000 toneladas o el 16,9%,
RUBIÍK L.V CL.VSIEACION, EMl'AQUE Y MERC.VDÜ DE L.VS UEBüJAAR del PAIS
En vista de que la cosecba de celmllas del país está empezando a Ih^gar al mercado de San Juan, el Jefe del Negociado de Comercio e Lidustrias hizo personalmente una insja^cción de la incrcancía que se está ofreciendo con objeto de ver en qué condiciones se encuentra y dar a nuestros productores los mejores consejos posibles para aprovecharse del mercado.
Hay que tener presente que es tamos comiutiendo con las cebollas del Continente y las españolas, y que lauto nuestros comerciantes como nuestros consumidores están acos tumbrados a, ciertos "standards" de tamaño y calidad, lo.s cuales sería muy dificultoso tratar de cambiar y que ])or lo tanto tenemos nosotros que ajustamos a estas necesidades liara que nuestro producto pueda, venderse bajo la misma base.
Las muestras de cebolla inspec cionadas personalmente por el Sr, Ríos demuestran, en primer lugar.
(pie se csiá cogiendo la fruta muy nueva y que por lo tanto se deteijurara muy rápidamente, desventataja que et comerciante toma muy en cuenta al hacer su compra, pues salle que corre peligro de pérdidas por este motivo.
La mayor parte do la cebolla se está vendiendo en ristras y en éstas aparecen las coloradas y las amari llas todas juntas, siendo así que las coloradas tienen un precio entre 25 centavos y 40 centavos quintal, ma yor paite que las amarillas, de mo do qiie cuando se venden mezcla das se píenle esta diferencia en pre cio, pues el comprador las paga al precio de las amarillas.
Otro defecto es el tamaño, pues en estas ristras aparecen cebollas ilesde 1" hasta 4" y más de diáme tro. Las cla.sificaciones de cebollas del Norte son tres, o sea "Peque ñas", que son de un diámetro de ll/o» a U)4", "Medianas" con diá metro de 13%" a 21%", y "Grandes", que son de 2l%" jvara arriba. El diádetro de la cebolla se mide haeiándola pasar de plano por un agujero que tonga las dimensiones es](eei lacadas. Al vender.se la cebolla en los Estados Línidos se acostum bra cortar una horizontalmente por la mitad, y entonces con una regla tomar la dimensión más corta que es la que se aplica. La diferencia cu jirecios entre los tamaños es: sujioniendo que la gTande valga $4.00 quintal, la mediana valdría de $8.25 a $3.50, y la pequeña de $2.75 a $3.00. E.sfa es la diferencia que poCO lUMs O iiiGiios o&tíiblocersc Diih-o un tamaño _y otro.
No debe quitarse la tela fina de afupia de la cebolla, pues esto con tribuye a conseiwarla y a que el aire no la dañe. Debe evitarse arrancar la cebolla en tiempo de lluvia, pero (■n ea.so necesario, debe escurrirse el agua todo lo mas posible, pues el agua por el tallo se deposita en el corazón de la cebolla y la daña muv ligero.
Cría de Pavos
Voy Aiidirif S. Wcimil
División de "Cria de Animales" De])to. de Afi-rieultura tic ios E. U. liuímírid del pnru cti las l'JE. IJU.
La cría do los pavos se lleva a cabo, por lo iroiioral, como un agre gado a los demás trabajos genera les en la Hacienda. En la re"'ión O del Medio Oeste, donde se crían la mayor parte de los pavos, no se ve con írecnencia. en la mayoría de las haciendas, grupos mayores de unos cincnejita pavos, pero en Te.xas, donib? se pi'oducen en mayor número que un cualquier oti'o Estado, se jincden ver grujios de centenares de óstos, con bastante frecuencia. En la parte del Sndoe.ste y en la co.sta del Pacífico, varias jiersonas se han dedicado a la cría del j avo, en gran escala, jii-oduciendü un inillai' y más, anualmente. .Sin emliargo. en la cos ta del Pacífico, no se crían en nú mero su 1¡cíente jiara jioder abaste.. cei' la demanda local, y esto resulta igual, jiai'a los estados de la costa del .Atlántico. La jiroducción de los e.stados de Nueva Inglaterra, famo sa en un tienijio. ha quedado muy reducida.
I'oi- varias cansas, el número de pavos en los Estados l uidos, lia ido decreciendo. 1 )e acuerdo con el cpii■so de 1900, e.xistían en esa época en los Estados 1 nidos, (i,.1!)-1,09,A jiavos, mientras que en el año 1910, este número baiiía descendido a 3.08b. 708. T.os comerciantes de jiavos, aseguran que esta disminución ba continuado, desiiués del último censo. La causa jirincijial de esta disminución estriba en que a medida que aumenta la jioblación de este país, los trabajos agrícolas ,se ha cen ma.s extensivos y jior tanto cada año se reduce má.s el área de lo.s tei'renos apropiados jiara la cría de jiavo.s. Muchos criadores han aban donado la cria, jiorque los jiavo.s se esjjarcen jior los campos sembrados de las haciendas limítrofes, v les
acarrean dis'.mciones con los demás jirojiietarios. .Además la alta mortali dad e.xistente eiiti'e los jóvenes, que son cuidados como lo son jior lo ge neral en las Haciendas, los brote-, de en lermedades, esjiecialmente el Blackbead (entero-bejiatitis). que os una de las enfermedades que cau san mayores jiérdidas entre los ]iavos. en determinadas regiones del jiaís, junto con las jiérdidas jirovocadas j or la de animales de jiresa. en otras jiartes, lian sido causa de desa_ nimar mucho la industria del jiavo. Ptriicflrio uhiciiidos de la cría de paros.
Para aquellos que están favorable mente situados jiara criar jiavos, dirícilniente se jiodrá encontrar un Iralmjo más jirovechoso. Si se les jiro iii-ciona aiujilio canijio. los jiavos fácilmente encontrai'án grillos, y otros insectos, vegetales verdes, se millas de éstos, hierba y granos des¡lerdiciados. liellotas y nueces de va rias clases. De e.ste modo el costo de criarlos resulta jiequeño, y los beneficios grandes. Las haciendas de granos y de animales, se adajitan ile manera esjiecial jiara. la cria de los jiavos V resulta ser en estos lugares donde se encuentra la mayor canti dad de éstos, t'amjio anijilio, es ne cesario y es'.'iicial jiara obtener un buen é.xilo en la cria de jiavos. No se ba hecho gran co-a sobi-e la mane ra de jioder obtener jiavos confinados, V cuando se ha hecho, los resullados han sido malos.
Yariciladcs.
Todas las variedades domésticas de jiavos, son descendientes de las aves silvestres, que se encontraron originalmente en el .Norte de .Amé rica, desde la New Euglain' hr.sta .Arizoiia y Florida, y que todavía se encuentran en las regiones monta ñosas de Texas. New México y .Ari.. Züiia y en los lugares cenagosos de
los estados del Golfo. Los pavos sil vestres. difieren algo en el color, el extremo del cual jiuede vei'se en el jiavo silvestre mejicano, que se en cuentra en .Arizona, New Aléxico. oeste de Te.xas y norte de M'xxico, y el del jiavo común que se encuentra en la jiarte Este de los Estados Uni dos. Estas dos variedades difieren en que el jiavo del Este, tiene un color brillante cobre bronce, con los bordes de la cola y las jilumas jirincijiales de la misma, de color amarillento j iirdu/.co. y mientras que el jiavo mejicano es de un color más oscuro, estando el color bronceado niali/.ado de negro, y el borde y jilumas jiriiu cijiales de la cola, de color blanco. Otra \'ariedad de jiavos silvestres se encuentra en la .América Central y se conoce bajo el nombre de pavos de Honduras. Es distinto de las va riedades de .Norte .América. Este juivo tiene un bonito jilumaje, siendo su color geiical de un verde brillan te. matizado de azul, bronce y ne gro. Es algo menor que el jiavo sil vestre de .América del Nofte y nun ca se ba domesticado en gran escala. El .Anierican Standard of Perfect. ion. reconoce seis variedades de jia vos domésticos. De édas, el más co nocido es el Pironceadü, después le sigue el Blanco Holandés, el Bourbon líojo, 1 Negro, el Narrangansett y el Slate.
El color de Pavo Bronceado, es de uii rico y brillante color de tiron ee cobrizo, sobre un canijio negro jiardo, con contrastes de claro blan co. en las jiuntas de las jilumas de la cola y jilumas jirincijiales de la cola, son más bien de color amarillo jiarduzco que no blanco. El Bonrbon Red e.s de color rojo jiarduzco, con las alas y cola blancos. Ell AVhite Holland es todo blanco. El Bhich, e.s de uii color lustroso negro verdoso entero. El color del Narvagan.sett; e.s
fReproduciclo ele la Revista de Agri cultura y Zootecnia, de Cuba.)
gris acero sobre camiJO negro. El Slate, es de color pizarra o de color azul ceniza con manchas o puntos negros.
Por medio de una crianza bien en tendida, los pavos han aumentado notablemente en su tamaño, después de su domesticidad.
íi'l j)avo silvestre actual, tiene co mo promedio de ])eso unas 13 li bras, para los maclios jóvenes y de 8 libras para las hembras jóvenes, iniejitras que el q)eso standard de los Bronceados, es de 35 libras para los macbos jóvenes y de 16 libras para las liembras jóvenes. Sin embargo, en las regiones donde no se ha inten-' tado nada, o poco, })ara criar pavos a un alto grado, el peso corriente de los jiavos, no promedia mucho más rpie el de los pavos silvestres.
Sdección de Ins Variedades
Debido al hecho de que el pavo Bronceado, es el más pesado, es el que alcanza mayor poj)ularidad entre los criadores de pavos. Ya que los pavos se venden al peso, el que más pese es el que rendirá mayor be neficio. Cuando se debe servir a un gran número de ])ersonas, como Ho teles, restaurant» y casas de huéspe des, la demanda se inclina para los pavos de mayor ])eso. Para las fami lias, la demanda es para los de ta maño pequeño o mediano. Sólo cuando se venden en los mercados locales entre clientes qn(> desean i'Oiiipi'íjr avos puqiioiuis, es proveeliofío, sillo resulta fie iiiás pvovocbo criar los ¡lesados. Pon res-
IJeeto a las demás calidades se admite corrientemente que los Bronceados son más resistentes; los Bourbon Iled y los Wbite Holland, .son los más mansos o domesticados; y los liite blolland, resultan ser los más prolifieos. Todas las varie dades, poseen más o menos estas cualidades en diterente.s grados, y se les pueden desarrollar por cuidados adecuados y rlebida selección del ma terial.
Selección del "Material" de cria Lno de los pasos más im])ortantes para obtener éxito en la cría de
pavos es el de la selección de los reproductores. Los huevos estériles, aves débiles y pequeñas, son los res'ultados de his selecciones de repro ductores, hechas sin cuidados. Al escoger los ])avos para reproducir, los puntos más im]iortantes que se deben tener en cuenta, son la fuerza y el vigo]-. El cuerpo profundo y an cho, las espaldas anchas y el pecho redondo y bien lleno, son detalles que indican fuerza y vigor. La ca beza debe ser de buen tamaño y de apariencia limpia y saludable. Las piernas fuertes y derechas y pies fuertes, indican armazón o esquele to, fuerte y bien hecho.
Los criadores de ])avos de raza, .seelccionan sus reproductores, de acuerdo con su vigor, tamaño, forma, huesos, madurez rápida y el color del plumaje. Debería de ser el obje to de todo criador, tener manadas o patios de pavos de raza pura aun que sean éstos para venderse en el mercado. El costo jiara criar los pa vos de raza, Jio es mayor que el que cue.sta criar los mestizos y el benefi cio es mayor. De cualquier manera, el macho que está a la cabeza del pa tio debe ser un ave de raza pura y del mejor tipo ])Osible. Pues consti tuye ])or sí, la mitad del patio, y se leccionando continuamente las hem bras de un tipo similar y cruzándo las con machos de raza ])ura, se pue de con,seguir jironto el tener un ])atio de un tiro uniforme de tamaño, do desarrollo temprano, de e.s(|ueleto fuerte, de cuerpo largo y iirolundn, de igual color, que obtendrán mayor tamaño y mejor calidad de carnes. .\demá.s de alcanzar mayor iirecio en los mercados los de raza ])ura [u-eseutan la oportunidad de poder vender los mejores ejemplares, ]nira repro ductores y a precios mayores. La de manda para los juivos de raza, es muy buena, y tan pronto como han establecido una buena reputación, los criadores de aves de alta calidad, no tienen dificultad en poder disfioner fácilmente de ellos., El intereruce resulta dañino, si se efectúa muy seguido, dará por resul
tado la pérdida de vigor y vitalidad. Por tanto se aconseja el conseguirse todos los años un macho nuevo, que no tenga relación familiar, pero que sea del mismo tipo. Hada se puede ganar con cruzar las diferentes va riedades, ya que esto sólo resultará cu eaml)iar la raza pura en mestiza. Con respecto a la mejor edad que dei)an tener los reproductores, pode mos decir que muchos criadores pre tieren acoplar, un joven y vigoroso macho, con pollonas de puesta temprana o hembras de un año. Los sa lidos temprano, son por lo general ba.stante maduros para poder ser usados como reproductores en su ])rimera estación, pero en ningi'in caso deberán de usarse aquellos "sa lidos" tarde, o de desarrollo tardío. Ln método e.vcelente consi.ste en conservar como reproductoras, cada año una mitad de hembras de un año y una mitad de pollonas de ni dada temprana y acoplarlas con un macho l)ien desarrollado de nidada temprana. Se pueden usar, si se de sea, machos de un año pero debido a su peso y su rustiquez pueden las timar las hembras. Si se usasen maclios de un año o más, se debe tener cuidado de cortarles las espuelas v de limi)iarles las puntas agudas de las uñas. Después del tercer año la ]>rnducción de huevos de las hem bras om])ieza a d(>capr y so aconseja el reemplazarlas con ejemplares más jóvenes.
La iiiejoi- época del año para se- leecionar el m'aterial de cria, son lo.s meses de noviembre y diciembre. Efectuando las compras tempiaino, no .sólo se consigue una mayoi- cantidad donde poder escoger, ])ero también se piopoi'ciona a las aves el tiempo ]itua que se vayaji aco.stumbrando a sus nuevos ambientes, antes de que llegue la estación del acoplamiento, la que en el Sud comienza general mente a principios de febrero y en la.s regiones del Horte, un mes mátarde.
Mane jo de las aves de cria
Quince hembras pueden acoplarse (Pasa a la página 1.3)
Enfermedades de los Conejos
Por Eiiiiliu Aynla Mdrlin Presidente de la'Asociación Xacional de Cnnicnitores de España.
{Coiifimtaciúii)
Ojos lacrlIIIosos.—Dohiúo a impure zas de la sangre.
Síiilomas; Ojos liumedeeido.s, pár pados entornados, légañas, costras. Lo jirimero que hay que hacer es dar un depurativo de la sangre, y ■pueden cmjdearse ])ara ello ramas de zarzapari'ilia seca "en los rastrillos, y, en el agua, unas gotas do sulfuro de hierro.
El ojo hay que lavarlo con agua de manzanilla y poner una ])omadii de ó.xido de zinc en los ])ár[)ados.
Iiepctiido dos voces al día hasta completa curación.
Caquexia.—Se caracteriza con el eiiílaquecimiento progresivo del conejo y gran desarrollo que alcanza el vientre.
Las mucosas se j)onon decoloradas, la debilidad es e.xtremada y se pre sentan edemas, que se e.xtienden por debajo del pecho.
Dejiurar la sangre con fumaria, serpol, hojas de absenta, angélica o achicoria, así como colocar a su al cance unas ramitas de sauce y do grosellero.
Conviene suprimii' todos los alimón los feculontos. sobi-e todo el maíz. Afecciones de la piel.—Mxiston va rias enformedados de la ])¡ol cuvo rosultado os dojar calva la ])arto atacada. La peor onfornnalad en los conejos os la sarna en las orejas, por sor eminontemonte contagiosa. So recubren las ojeras do una costi'a ro|iugnante, y les causa, la muerte, en plazo largo, echándose a perder la piel.
Para su curación, úntese con un güento mercurial terciado, o tambi"n la siguiente composición: vase lina, 25 g. ; creosota, 5 g.
Ri la afección es costrosa en cual quier parte del cuerpo, es necesario quitar las costras con cuidado y un tarlas con glieerina yodada al 50 f)or 100,
También puede usarse la pomada de óxido de zinc.
Otra fórmula que jjuede usarse es la siguiente: vaselina, 100 g.; cera. 20 g. : aceite de almendras dulces, 10 g.: ó.xido de zinc, 20 g.
La limpieza debe ser extremada y quemar todos los tra]ios que sirvan para las curas.
También puede usarse juira la sarna en las orejas inyecciones de aceite empireiiniático con agua tibia o una solución de sulfuro de potasa, 20 g. en un litro de agua.
Otra medicación, de gran insul tado, es cinco o seis gotas, introdu cidas en la oreja enfei-ma, de aceite de jjetróleo y bencina por partes iguales.
.V veces se observan en los cone jos crisis de algunos minutos de du ración, caracterizadas por rechinar de dientes, salivación sólida o semisólida j torsión de cabeza hacia atrás. Entre estas crisis, la aparien cia del animal es normal. Estos he., chos son debidos, o pueden serlo, mejor dicho, a dos causas: a la en fermedad de las orejas o a la presen cia de parásitos intestinales.
Examinad las orejas concienzuda mente, y curadlas, si existe lesión. En caso contrario, aplicad la medi cación señalada para la presencia de ])arásitos intestinales.
Tumores o abscesos.—Ho manifies tan cu forma de bultos de color ro jizo, de tamaño desde una avellana hasta un huevo de gallina.
(hmeralmente, hay que llegar a la intei-vención quirúrgica, y, para ello, una vez llegado el tumor a su madu rez que se conoce por la brillante:; y tersura de la piel, y por el apun tamiento en los casos que exista, del vértice del tumor, se corta con un bisturí el tumor longitudinalmente, y iK)r él fluirá, todo el contenido pu rulento y de sangre, comprimiéndolo fuertemente.
Entonces se lavará con agua her vida, añadida tm la tercera parte de agua oxigenada.
Después de bien lavada y seca, se esi)olvorea con sei-oi'ormo y unas pin celadas de tintura de j'odo. Alai de oreja.—^^Sintomas: secreción amarilla en el interior de los oídos: ojo al i)arecer débil, con algo de su puración; adelgazamiento, pérdida de apetito.
Limpiar ])rimcramcnte la oreja, cuidando de que el agua no entre en el oído.
Una vez seca, |)oner ácido bórico, o también sulmitrato do bismuto v yodoformo ])or partes iguales.
Otra composición que da bueno.resultados es: manteca fresca, lOg.; aceite de enebro. 20 g. ; azufre en polvo, 75 g.; sublimado, 20 cg.
El mal de oreja, muy corriente, es una afección inflamatoria do la membrana interior de la oreja. Si se coge a tiempo, la curación es rál)ida y fácil ; si se la deja, es mor tal.
Ourándolos, se salvan todos al ca. bo de un par de sesiones.
Oti'o i'cmedio (pie puede usarse e,; el siguiente: aceite, 50 g. : jietróleo, 20 g. ; creosota. 2 g. ; o también: aceite, 40 g.; bencina, 10 g.; petró leo. 20 g.; creosota, 2 g. o el si guiente: aceite, ,"ü g.: bencina, 50 g.
D'.se tres imstilaciones diarias du rante la primera semana y ilos las siguientes.
Otra pomada de buenos i'csultados fenol cristalizado, 2 g. ; láudano de Sydenhain. 1 g. ; glieerina 100 g. Meningoenrefalitis.—Se caracteriza por la torsión de la cabeza, y al fin de un ])in'íodo variable, desde cua renta y ocho horas a quince días, apiarición del vértigo y la muerte en casi todos los casos.
La auto]5sia pone al descubierto una congestión del cerebro y core-
EL AGRICULTOR
belo. prosoiitanclo lesiones Ijajo las ineiiiuges.
Entre las meninges y la materia cei'ebral del cerebelo, se encuentrau larvas abundantes, que tienen de dos a dos y medio milimetros de lon gitud y medio milímetro de diáme tro.
Son muy transparentes, se compo nen tle 12 anillos con un punto ne gro en la cabeza, y el tubo digestivo blanco o rosa, y son extremadamente activas.
Causas: Penetración de larvas en el oído interno, jieríorando el tím. I'ano, o tandjién desjmés del mal de oreja, descuidado o sometido a una curación y medicación mal enten dida.
0]liiliníii.—i'bii'ermcdad debida a la poi-a iiigiene, producida jior el des prendimiento continuo do gases amoniacale.s, como resultado de la des composición de los orines.
De.sde luego, lávese los ojos con agua boi'icada tibia o con una solu ción do sulfato de zinc al 10 ])or loo tres veces al día y, además, méz clese con el salvado tres gramos de polvo de carbón vegetal reducido a polvo im])alpable.
Infección de- infectos.—^^Cuando la higiene .«e descuida, el conejo se cu bre de ])ulgas y otros parásito,s, y e.sio se evita dándoles alimentos se cos, se]>arando los adultos de los gaza|.ios y lavando toda la instalación con agua y lejía, además del em pleo de un l;uen polvo insecticida.
Este |jue le bacei'se . mezclando, I OI' partes iguales, polvo de cantá ridas y nicotina.
ruhcrruloai.s. - -Knrermcdad i'itoparasitaria que ataca a los conejos, predispuestos a ello por falta de ali mentación, exce.so de inirtos. etc.
Síntomas: Se |.)rcsentan infartos ganglionarcs del cuello v las ingles, que sn]niran luego, así como |)0r la aparición de diarreas, cuando la tubei'cidosis es entérica, o taml)ién en 1 orina asmática, cuando es jiulmonar.
No tiene curación, y el animal de
be ser sacrificado inmediatamente, sobro todo las hembras, que no deIjen, bajo ningún concepto, darse al macho.
Para excitai- el apetito de los ani males en general, jióngase en los ras trillos corteza dulce de naranja, lo que da resultados maravillosos.
Iiisolítcióii.— üohw todo los gazapos pueden sufrir, en la época de los grandes calores y tiempo tempestuo sos, la acción directa del .sol o de una atmósfera demasiado calurosa.
El animal, en este caso cae herido como un rayo, con la boca entre abierta y dando saltos convulsivos.
Cojivicjie colocarlos en grandes departamentos, bien aireados y al abrigo del sol. y darles.agua fresca en abundancia y echarles cu la boca Icclie con gotas de azahar.
También j)ucdc sustituirse ])or cinco centigramos de bromuro di' ])otasio o de yodo, o tand)iéji nn ])0co de bicarbonato de sosa disuelto en agua, sólo lo (jue cabe entre dos dedos.
IiiflaiiKirióii de las manías.—Es fre cuente en las hembras bien alimen tadas. TiU acompaña fielire. y es del)ido, generalmente, a un destete ])rematuro do los gazapos que amaman taba. Influye tambi'n en esta enfer medad un lecho húmedo, tiempo fino y (pie la liemtra tenga las tetas mnv salientes.
Pomo jirimera jirovidcncia, desele en las tetas un baño de una decoc ción de hojas de nogal. Si aparecieran grietas, congestión de las mamas, formación de. abscc. sos, etc., hav (pie separar inmediata mente a los gazapos y dárselos a otra madre o criarlos con biberón.
.\ la inadi'e .se le da una jiomadu yodurada o alean Torada, y. .si existe supuración en las mamas, hay que efectuar |)unciüncs. desinfectarlas y dar salida al pus y colocarlas en sitio seco y limpio.
Pomo alimentación, aquellas subs tancias que no jiroduzcan leche, co mo heno seco, ramas de árbol, y
friccionar las mamas, ])or mañaña y tarde, con nn cuerjio graso, y re vestirlas de arcilla mezclada con vi nagre.
Muda de los j( azapus.—Placia los cuarenta días se efectúa la muda do los gazapos, que. si han sido bien alimentados, la sufren sin síntomas alarmantes pero en el caso contrario aparecen fiebre y convulsiones.
La alimentación debe ser adecua da, cuidados generales y exposición al sol. Los consignados en otra ]iarte de este trabajo.
RaqiiUisnio.—¡Síntomas: Palidez de las mucosas, adelgazamiento, defor. mación, del e.squeleto, tristeza. a])atia, soledad y diarrea.
Se delie a falta de alimentación adecuada y po])i-cza de naturaleza.
No hay mas ipue corregir las can sas y someterlos a una sobrealimen tación conveniente, con cocimiento de cereales como bebida, y darles pa.stas nutritivas como alimentación. .\pople:i¡a rerehral. — EnTennedad mortal, jiero qno se ])resenta muy jioeas voces.
No existe ningún síntoma ])i-ecursor de la enfermedad, ajiareeiendo mueitos en la janla sin iirevios síntomas.
Las causas de ello pueden ser: abundancia de alimentos fuertes, ex cesivo frío, insolación, exce.so de ca lor y variaciones bruscas de teinperatura.
Pomo tratamiento ]n-eventivo no hay mas ipie evitar las causas ante dichas. iiroporcionándoles, además, una alimentación-variada a lia.se de hierbas y verduras. l' iehte de leene.—Ocurre a vece.s Cjue una liendira (pie acaba de parir apa1 eco a los dos o tres días después del parto muerta, sin síntoma algu no que llaga iirevcr o.ste suceso, (feueialíñente es debido a la enferme dad llamada vulgannento fiebre de leche.
Las hcmbi'as excesivamente ali mentadas, con muchas g'rasas, están sujetas a una excesiva subida de la {Pasa, a la página 16)
La Acción y la Palabra [II
Por línt'iic'l AiTüyo-ZL>|)i)LMil'c'klt
Uno cl(> nuestros defectos más elenumttiles estril)íi en que somos gente (le muchas ])alabras. Viendo a aiuestro alrededor multitud de males re mediables ludíamos un goce mayor de lo que nos atreveríamos a confe sar en sentar plazas de sociólogos, filósofos, ]isieólogos, economistas y iin sin fin de cosas más que nos ha cen sentir siqieriores a los que llevan sobre sus hombros la carga de la responsalrilidad i)ública. Es corriente oír |)oi- las esquinas: "¿Por qué Fu lano no lo hizo así? ¿Por qué Sutano no lo liizo asao? Eso es hace como dije yo eii un artículo que puhliqm' en A7 Globo de fecha tal y tal. ¡Qué! ¿No leyó usted ose artículo? Pues mire, en él decía esto y aquello y aquello otro. Canto las verdades y pongo los puntos sobre las íes." •Somos presa de una fiebre intensa de prestar ideas. Estamos tan ocu])ados en bidiidarlas a todas horas, ((ue no tenemos tiem])0 jiara unir la accióu a la palabra y liacer algo prác tico. Esta fase de nuestra resjionsabilidad la ¡(asamos a homlu'os ajenos con la misma facilidad con que un ilusionista desa])arece dos palomas dentro de un sombrero. No tene mos tiem|)o nada más que para es tudiar a la ligera uno a uno todos nue.stros males y ofrecer ])ara cada uno de (dios una ¡(añacea que esta mos seguros dará a nuestros amigos una idea de 1(( inteligente y avisado (¡de somos; ella des¡)ertará en sus ¡¡ech((s la misma ¡(cna (¡ue nos c((rrüe, la de no ser nosotros los dirigentes de h(s asuntos ¡(úl)lic((s. Luego nos sentamos a criticar. El liecho de que no hagaiiKís nunca nada no significa ¡(recisamcnte que no seamos capaces de iiacerlo todo mucho mejor que aquéllos (¡ue se aventuran o se ven forzados a ir al cam¡)0 de la acción. Pero todo esto no viene al caso ox ee' to como un preámbulo que no
(1) RoproíJueido de la Revista Elsco-. lar de Puertp Rico. Aljrit 1932.
tiene más objeto que hacer sentir to do el ¡(OSO de una es¡)lendida excep ción (¡ue ha germinado y prosperado en ese semillero de buenos ciudada nos (¡ue llamamos "Escuela Publica . llav en San .Tuan de Puerto Rico nna escuela que lleva el nombre de "José Jiilián '"Acosta", en donde, gracias id Cielo, se habla poco y se iiace mucho. La labor de bienestar social (¡u(* ídli .se esta llevando a ca lió es de tanta trascendencia (lo dice un testigo ocular) que os una lásti ma (¡ue no ¡(ueda ensaucbar su cani¡o de acción. Es con la e.s¡ieranza de que una vez des¡(ierto el interés venorid cu esa lid(or se le brinden r* más ü|>oi*tinii'liHlc's y mas ayuda a las E.-Jciudas Púidicas de Puerto Rico ¡(ara servir a la comuiudad que se e.scribeii e.stas líneas. Porque la labor de la Escuela "José Julián .Vcosta" mi suena. Y no suena ¡(orque allí es más lo que se trabaja que lo (¡ue se habla; ¡(Oi'que idlí e.stan todos tan ociqnidos en llevar a la realidad pla nes (jue al iidídarse ¡(arecían quime ras, (¡ue nadie' tiene tiem¡)o ¡(ara "ofrecei' ideas" o ¡lai'a hacer pro¡inganda.
Tomaremos una sola de sus acti vidades, ya que (d espacio de que dis¡icdiemos es limitad'). 1 ai a ello enqiezaremos por ex¡i()ner el ¡iroblema, que no es otro que éste: A la esciuda asisten una infinidad de niños cuva a¡)ari(mcia general es sulicieiitemente reveladora de la miseria en que se hallan sumidos sus hogares. No hay más que verlos ¡lara saber (¡ue liay una deficiencia enorme en la alimentación y basta dejar que la imaginaci(')n corra un po(¡uito para teue"r ante la vista el cuadro do ham bre y (lcses¡)eración que sin duda ¡ireseiita el resto de la familia. .Al niño la escuela le auxilia. Poco o niucho. le au.xilia. Poro, ¿y el lesto de, la familia? ¿Qué puede hacer la escuela ¡3or ellos ?
Miremos por un momento el rever
so do la medidla. Juntos con estos niños enviados de hogares indigen tes, conqiarten el pan de la instruc ción oti'os niños fuertes, bien ali mentados, bien vestidos. Vienen de hr(gare.s en donde la estrechez econó mica todavía no ha empezado a aho gar y en donde seguramente se cocimi más comida que la absolutamen te necesaria para todos quedar satis fechos. TiO que sobra .se pierde, hecho que grita a los ojos del Cielo cuando hay tanta hambre que no tie ne esperanza de satisfacerse.
i¿ATm ustedes ahora en qué con siste el ¡u'oblema? Por un lado, ne cesidad. Por otro, exceso. Espectácu lo tan corriente que ya lo vemos sin notarlo, sin a¡)ercibirnos de la tre menda injusticia, siu darnos cuenta de la influencia perniciosa c¡ue pue de ejercer en el alma del niño que se está formando.
La Escuela "José Julián Acosta" nombró una comisión de profesoras ¡(ara que visitara los hogares de los niños más ¡(ohres de la escuela y to mara nota de los que en mayor ne cesidad estuvieran. Esta comisión volvió a la escuela con una lista de ochenta y cuatro familias, todas en inminente m^cesidad de ayuda. La cifra era abrumadora. Re clasifica ron estas familias según el grado de su necesidad, cosa difícil, ya que to das estaban ¡(oco más o menos en hís mismas condiciones. Pero alguna (dasificación había que hacer. A ca da familia se le asignó un núme ro. siendo la familia número uno, ¡)or su¡)uesto, la que en ¡(cores con diciones estaba.
Entonces se hizo un llamamiento a la generosidad de los padres de los otros niños; .se explicó la situación, se delineó el plan, y se solicitó la donación a la escuela de la comida que sobrase, de frutas cuando se pu diera y de pan cuando lo hubiera. La respuesta no se hizo esperar y el éxito del plan quedó, como quien
dice,, asegurado. Pero no todos esta ban en condiciones de cooperar y en cuanto se hizo el primer cálculo se vió claramente que de las ochenta y cuatro familias no se podrían ayudar a más de veinte, y en días muy bue nos, a veinte y cíjico. Ue todos mo dos, se llevó el plan a la práctica. El plan, como ya habrán ustedes adivi nado, consistía simplemente en reco lectar el exceso que liabía de un la do y utilizarlo para aliviar la necesi dad del otro lado. Es grato hacer notar (¡ue en muchos hogares fué acogido con tanta simjtatía que desde entonces, a juzgar por la cantidad de comida, frutas y pan que están donando, se gasta en alimentación más de lo absolutamente necesario. El problema de la recolección v distribución de la comida fué resuel to brillantemente por la Escuela "José Julián Acosta". Ordenó a una fábrica la preparación de tres tamaños de cajitas sanitarias de car tón: una para el arroz, otra para el potaje y otra para carne, tortillas o cualquier plato extra que se quisiera donar. Todos los días, por la maña na, se le entrega a cada uno de los niños cuyos padres han ofrecido co operación, una bolsa de papid cpie contiene una cajita de cada tamaño. Cuando el nino vuelve a la escuela por la tarde, va directamente al sa lón destinado a Comedor Escolar y deja allí la bolsa, recibiendo en cambio una tarjctita color do rosa que al ser puesta en manos de su profesora lo sirve de indicación en cuanto al numero de padres qite si guen couperandü con el plan. En el Comedor Escolar, mientras tanto, hay media docena de niños trabajando en la distribución de las cajitas bajo la dirección de una pro fesora, y es asombrosa la seriedad y el sentido de responsabilidad que a. mma a estos niños en su trabajo. Toman las cajitas y las pesan, ano tando el peso en la tapa de la cajita y además en la hoja de papel que corresponda a la clase de alimento que contenga la cajita. Luego de consultar una lista que inclica cqán.
tas onzas de cada cosa hay que en viar a cada familia para las dos ra ciones del dia, toman bolsas de papel numeradas ya de antemano según la familia a quien correspondan, y en ellas colocan las cajitas. Una vez completa la ración do la familia, dan el Jiúmero de ésta a la profesora, quien anota las cantidades en el re gistro de cada familia. En menos tiem])o del que nadie ¡luecla imagi narse. queda terminada esta fase del trabajo y so procede a la entrega de los paquetes, lo cual se hace me diante la ¡)resentación de una tarje ta que a cada familia se le ha dado al (decto.
¿Fácil, no? Todo se hace fácil cuando la voluntad y la inteligencia trabajan en armonía, pues para ello es ]iecesario descartar lúvalidades bastardas, envidias, celos y la mul titud de otros lastres que pesan sobre las alas del espíritu y le impiden re montarse ])or encima de las sordide ces del medio amiñentc. En la escue la "José dulián .\costa" así so ha hecho. Allí están todos enamorados del mismo noble ¡)roi)ósito; allí el dolor de los (hunás se mido y se pesa con la misma exactitud que se mide y se pesa el dolor ¡u'opio. Por eso hay allí armonía entre la voluntad y la inteligencia.
Y si alguien duda de la enorme importancia que tiene esta labor que hemos dejado reseñada, que vaya a la escuela "José Julián .Véosla" a la hora del reparto de comidas. Xosotros hemos ido y ]>or eso 3io duda mos. Porque vimos la alegría con que cada niño tomaba el paquete des tinado a su hogar. Y i)orquc vimos, ya que eso día la comida no dió para todos, como una Tiiñita rompió a llo-
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rar desconsoladamente. A llorar, sí señor, de hambre. Parece increíble. Vnmos también a dos muchachos, para (¡uienes tampoco hubo, mirar a la profesora con una expresi'/U de iníinita tristeza y retirarse a pasos pesados, dudosos quizás de cómo en frentarse a los (¡ue en el hogar segu ramente les e.speraban ansiosos. Yo señores, no dudamos. Lo que os más, la escuela ¡lública ha dejado de ser ¡)ara nosotros el sitio a donde de mala voluntad van unos cuantos ninos a aprender lo (¡ue no les inte resa. IJoy vemos la escuela en un si tial de importancia suma para nuestia comunidad, pues una vez encau zada en la labor de bienestar social, esta llamada a eonvertir.se en el fac tor de mayor iniportancia en el ali\io de la mi.seria en Puerto Rico. 1 or eso creemos sinceramente que la escuela "José Julián Acosta" está abriendo a través de esa selva que se llama indiferencia pública, un cami no (¡ue es, en nuestro confe¡)to, el más dilecto liacia aquella preocupa(ión ¡)oi el dolor ajeno que es nece sariamente el primer paso de avance en la corrección ¡)cnnanente de nuestros males. Está enseñando hu manidad a lo,s niños y a sus padresesta demostrando imlpablenicnte que muchas ayudas pequeüa.s hacen nn-i
ayuda grande: está desarrollando en los ninos bajo su ala, el .sentimiento do^ hermandad universal, porque reúne a los que pmalen ¡lara avudar a los que necesitan: y está enseñan do a los niños a tender la mano ai irojimo, jiero sin que .se engendre en ellos ese sentimiento de superioridad que cas, s,emp,-c acompaña al dadi yo.so, legrando así que los (¡ue reciben la ayuda gene.-osamente tendida, la reciban libro de la ama,-gura de le humillación.
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Allí, seño,-(vs, todo es anónimo.- El que da ño sabe, a quién da, el que yecibc .10 sabe de quien ,-eeibe. En los pnme,-os, la virtud no tiene más piera.o que Ja «atisfaec-ión. n Os segundos, si gerini.ia el de' c e (1,11 giacias, tiene,, que dárse las a Dios.
mayo 15 DE 1932
r/)7.l DE l'AVOS
(Viene de la páyina 8)
i-üU iiJi iiuiclio tuerte. S¡ se tiejieji 'ió o 1)0 hembras,(loberíau de tenerse dos|avos. los que no se del)erán de jar juntos con las hembras al mismo tiempo, y uno debería de ser eiieeriaido un día y, el otro, el otro día, ]iorque cuando se dejan juntos a dos machos, duiainte la estación del aco plamiento, estos se pelean fieramen te y el más fuerte es quien hace pi-ácticaniente todo el aeoj)lamiento. Cuando se tienen sólo uiios ]iocos pavos, se acostumljra dejarlos en li bertad durante la estación del aco].)lamiento y de la puesta. Esto resul. ta indudablemente un buen ])lan con tal que se ])ueda encontrar los nidos y los huevos ]medan ser recogidos a diario, si hubiese ])eligro de que ]mdiesen -er destruidos o helados. Si cu eambio so ri uieu muchos pavos, será más conveniente usar eoliertijos de cría y cercados. Estos deberán de te ner un tamaño suficiente para ])ermitirles hacer ejercicio; un aere j»»ra cada ló pavos, no resultaría d»' masiado crande. Usándolo a su tur
no pueden tenerse en el cercado unas 15 l)avas, con 3 machos. )Se usará uno de los machos cada tercer día, o me jor aún, uno se puedo usar por la mañana, otro por la tarde y el terce ro a la mañana siguiente. Es un mé todo bueno el ])ermitir los pavos per manecer fuera del gallinero, hacién-" dolos entrar p,or la tarde, después de que hayan terminado la puesta, y de volverlas a sacar temj)rano la maña na siguiente. Los pavos son muy fá ciles de manejar; el trabajo de lle varlos al gallinero sólo requieiv algu nos minutos especialmente si se les |iroporciona el alimento con regula ridad y además el ejercicio que hai-en cuando vagan fuera del galline ro, les favorece o conserva en bue nas condiciones.
La construcción de un gallinero ])a)-a ]iavos, es muy fácil. Con fre cuencia se utiliza con este objeto, el huerto doméstico. Una cerca de alambre a prueba de cerdos, de tres pies de alto eontendrá fácilmente a todos los ])avos, si tienen suficiente capacidad para que estén cómodos y si las hembras ya han escogido sus nidos fuera. Si alguno de ellos ])er-
sistieseü en volar fuera del corral, se le podrá cortar la pluma guía de una de las alas, o se les amarrará una paleta, al través de la espalda, con un trapo, debajo de cada ala, de manera que cuando levanten el ala para volar peguen contra la pa leta y se lo impida. La hembra que ha hecho su nido antes de ser pues ta en el corral, se esforzará en salir si(un|)re que quiera j)oner, y si no lo consigue retendrá su primer huevo y hasta el segundo, y entonces lo pon drá en cualquier lugar. En un espa cio de dos o tres días, sin embargo, escogerán otro nido y pondrán en él, el resto de la nidada.
La cercas de railes, de madera o de piedra, no sirven para confinar los pavos, ])orque briiicaráu fácil mente sobre éstas saltando después para el otro lado. Con las cercas de tela metálica, no encuentran lugar donde subii'se y bajo las circunstan cias corrientes ni siquiera intentan liacerlo. Por igual motivo los postes do acero son mejores que los de ma dera para los (ercados de pavos, al menos que estos fdtimos no estén cortados en punta.
Alimciilacióii
Las buenas c-üiidicioiies de oída, imj licaii que estén "bien eii carne" pero no gordos. Darles libertad don., de haya suficiente abastecimiento natural de alimento, durante el in vierno y a |)riiudpios de primavera y tal como se mostnmbra practicai (fii el Snd de los listados l'nidos y darles a diario nna cantidad de gra nos, con ])refercncia avena o trigo, es bastante jiara conservar las aves en buenas condiidones. l'll alimento princij iil de las aves en esta estaidón ronsiste es|)eidalmente en hierbas, retoños tiernos, hojas nuevas, insec tos, nueces y semillas de varias cla ses. Durante el invierno, los criado res del norte, acostumbran alimen tarlos dos veos al dia. con partes iguales de avena, trigo y maíz, con vegetales como patatas, nabos, remo lachas y coles, y como sustitución de •los alimentos verdes. La alimenta ción de los animales, en esta éiioea del a:i0, es csemdal para el baen re sultado y I ueiie ser snplementado con recoi'tes de caime, hígado v ])nlluones de res y leche d(>cremada. dul ce o agria. Si se tiimen confinados cu corrales, (d alimento verde se les puede iJro])orcionar, sembrando en los corrales hierba, avejia, trigo, ce barla. tr bol, al!alta, o ciiaiípiiei' otro. Ki trigo y la avena descascaradcs son los mejores alimentos que se les puedo projmrciojiar, el maíz en gorda demasiado, a menos que sea pra])orcionado mezclado con otro alimcuto. Deheráji de tener lil)re aí-
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En el exterior
eesü al earbón de leño, pedruzcos, y materiales foj-madores de la cáscai'a, tales como las cascaras do ostio nes que son necesarios durante la é]iuca del acoidamicnto y de la puesta.
Albcri/ue-s p/ini los l'uvox L'n tiem|>u frío, y tal eomo pre valece en las nigiones del norte de los listados l'nidos, muy ])Ocos criadoi-es de pavos, les pro])Orcionan al
bergue a los pavü.s, pei'o la mayoría de ello.s los dejan po.sarse al abierto y nsualuieiite cu los árboles, durante todo el año. Xo hacen iimclia falta los albergues y .sólo durante las épo cas liumiulas, iiolada.s y de tem])orales, los pavos uecesitaii de ser con ducidos a los albergues. Ellos pueden soportar ba.staiitc bien el frío seco. I ei'o no deberán ser expuestos a la bumedad y frío al mismo tiempo.
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i<;l numero 8 (1 leiic (le. la página á) curación, voiuirá usted a. mi casa o bien le propoivionaré el trabajo que usted desee. En cuanto a la niña, será una dicha para mí que usted me permita eiicai'garme de su crian za. Se. le pondrá una buena ama. De mi cuenta corre también su edu cación. No me lo agradezca Es egoismo. Hace tiempo que pensaba encargarme de una niña. La casua lidad ha hecho que pueda ser la de usted, y no otra, la que me consuele de la que perdí, la única que he te nido en mi matrimonio. L^na grave enfermedad me ha j)rivado del pla cer de volver a ser madre, según di cen los médicos; pero yo no me re signo, y deseo que usted me permita compartir con usted p.se goce. ¿Le parece bien ?
La miserable, por toda resjiuesta, alargó loa brazos, entregándole la criatura. Hondamente conmovida, la dama se echó a llorar, tomando en los suyos a la niña.
El "auto" se detuvo. Estaban a las puei'tas del hospital.
-iMañana vendré a verla, .\hora no piense usted más que en.reponer•se. Se ve que está usted muy falta de cuidados.
La miserable nada dijo. La miraha . . . la miraba, y por la manera de mirar debió comprender la mar quesa lo que decía.
Entre el guardia y el lacayo tras ladaron al benéfico establecimiento a la mujer, que ingresó en la sala de Nuestra Señora de Los Dolores, nú mero 8. Volvió el lacayo al coche, y éste partió conduciendo a su due ña y a la recién nacida. Una her mana de la Caridad desnudó a la enferma y la acostó. Inmediatamen te fué reconocida por ■un médico. Tenía alguna fiebre. Pidió agua, que bebió con ansia. Luego dejó caer la cabeza con desmayo sobre la almo hada. La hermana murmuró dulcemente:
—Á dormir. A ver si descansa. Se llamaba Bibiana, Había sido
lionita y alegre, lluéríaiia desde los seis anos, solo conservalia de su ni ñez un recuerdo confuso. Creía recordai' que su padre, bori'at-lio, gol])paba a su madre y que alguna vez le habían alcanzado a ella los golpes. Paso a manos de una tía suva, que la oblígal)a a trabajar más de lo que podía y la trataba con dureza. La tía murió cuando ella acababa de cum plir (puncp años, y ,se quedó sola. No se arredró por eso. Era fuerte y va liente; sabía trabajar; tenia ilusio nes \endió flores; fué plancbadora, modista Vivía sienqir'' de su trabajo honrado. Muchos hom bres habían solicitado su cai'iño, con mala intención casi todos. A ella no le gu.stalia ninguno. Pero llegó un día en que se le f,:é ,d corazón hacia uno. Más le hul)íera valido morirse. Ella había soñado con el amor, con la lealtad de un es]ioso, con un rin cón tranquilo, con apoyar todas las noches la cabeza sobre el pecho de un
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liombre honrado Y como estaba enamoi-ada, pecó por amor. ,E1 seduc tor se fué a vivir con ella para explo tarla; ella trabajó día y noche para él. que gastaba el dinero en la taber na, en el juego Trabajó hasta enfei'mar. Cuando ya no pudo trabajar, el la abandonó. Entonces fué cuando la tuda cobi'ó i)-ira ella un sentido muy triste. Emi)ezó a mirar el mun do con dcsílusióji jirimei'o, con can. sancio después, con asco por último. Sí. el mundo ei'a una cosa mala Fué ])erdícndo la pureza de corazón; se hizo desconfiaila, liuraña, agresi va Hablaba jioco; cuando no te nía tral)ajo, mendigaba; .sentía odio hacia los bombi'es; dos reces estuvo a ]mnto de quitai'.se la vida; cayó en el vicio de beber para olvidarse de lodo
— Pero ahora—pensaba a través de la fieb'.'e—la vida volvía a cobrar para ella nuevo sentido ante aque lla criatui'u ciue había ido a nacer
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tan humildemente sobre los losas de 'un portal, como Jesús sobre las pa jas de un pesebre... l^Tna gitana hu bo de predecírselo: "Serás pobre; pero cuando más ¡jobre seas tendrás una alegría muy grande. La ale gría era aquella de ver a su hija criada como la de una princesa. Por oso se había apresurado a entregár sela a aquella santa señora... Dios se lo pagaría ...En cuanto saliese del hospital trabajaría, volvería a ser otra... Sí, el mundo era una cosa buena. Iba a ser feliz.
A la madrugada, la hermana en tró a decir al médico de guardia que el número 8 había muerto
ENFERMEDADES DE LOS ., {Viene de la página 10) loche, lo que origina a veces una parálisis del tercio posterior.
No se presentan síntomas a la vis ta, pero después de un estudio aten to del animal se observa fiebre, las mamas endurecidas y dificultad en los movimientos.
Es difícil prever esta enfermedad;
pero si, por una causa cualquiera, se temiera su aparición, se pone al ani mal, antes del parto, a un régimen de hierbas lactógenas, dándole, al mismo, tiempo salvado con diez gra mos de simiente de anís, y, como bebida agua con harina de cebada y el 1 por 100 de bicarbonato de sosa. Tiña del conejo.—Enfermedad de bida a un microbio contagioso, pro ducto de una mala higiene, alimen tación insuficiente o de mala cali dad, locales hvimedos y otras causas generales.
Los síntomas de la enfermedad son: erupción con escamación, pri mero en la nariz, desciende hacia los labios y sube hacia la cabeza, do donde difícilmente pasa, acompañdo de pérdida del apetito y debilidad ])rogi-esiva.
Se impone desde el primer mo mento, pues es enfermedad muy con tagiosa, el aislamiento y la desin fección.
Dos veces por día se quitan las costras y se lavan enérgicamente con pomada alcanforada o azufrada o también con aceite lisolado.
Déseles una buena alimentación y hágase una enérgica desinfección con agua hirviendo de la jaula o, toda vía mejor, al soplete. El microbio Sarcope minor, originador de esta enfermedad, no resiste temperaturas superiores a 37 grados.
(Cangrena traimática.—^En las heri das y llagas se produce algunas ve ces una putrefacción local, y por consecuencia de ella, intoxicación de la sangre y, por lo tanto, infección de todo el organismo.
Se conoce por una tumefacción de los bordes de la herida, que se ex tiende en todos los sentidos, a lo que acompaña la gangrena de los tejidos, con fiebre intensa y escalofríos.
En este caso hay qué dar en los mismos bordes de la herida una in yección profunda de tintura de yodo o agua lisolada al 2 por 100.
De bebida dése agua con dos gra mos de salicilato de sosa.
Congestión de los angoras.—Puede sobrevenir durante los depilados de invierno. En este caso, una vez depilado el animal, debe ser coloca do en sitio seco y no frío, así como
también es muy conveniente clistribuir, días antes de esta operación, en la comida, unos granos de lino. Si, a i»esar de estas precauciones, la congestión .se, presentara, hay que envolver al animal en cubiertas de lana y friccionarlo con alcohol al canforado, manteniendo después el local a una temperatura moderada y no excesivamente próximo a una fuente de calor..
Sífilis del conejo.—Provocada por un parásito de la sangre, el Treponema cninicuK, análogo al Treponema pallidum, origen de la sífilis hu mana.
Existe corrientemente en el conejo salvaje y menos en el doméstico, si las condiciones de instalación y organización son perfectas. La du ración de la incubación de la enfer medad es de dos a cuatro meses. Los accidentes primarios se mani fiestan en las regiones genitales: prepucio, pene, labios de la vagina, etc., apareciendo turgescencias, gide. tas sangrientas y hasta abscesos.
A continuación se producen los accidentes secundarios, caracteriza dos por la propagaeón de las llagas, hasta cubrir toda la región del ano y ■supurar, localización de la enferme dad en boca, nariz, oídos, ojos etc. aparición de pequeños puntos, que aumentan hasta el tamaño de una lenteja y terminan ulcerándose.
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Eficaz remedio contra el corri miento, grietas, cortaduras, ca lostros y endurecimiento de la ubre. Antiséptico cicatrizante en caso de rozaduras y picadas de insectos.
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Los accidentes terciarios se mani fiestan en el hígado y cerebro, pro vocando deíoianaciones óseas, Ls extremadamente contagiosa la enlermedad en los períodos prima rio y secundario.
Las con.secuencias de ello son los aljortos frecuentes, la disminución del número de gazapos nacidos, la pobreza y raquiti.smo de los mismos, así como la pre.seneia de fenómenos caquécticos.
La sífilis existe en todas las razas, pero poseen mayor receptibilidcd unas que otras; así, por ejemplo, es difícil señalar la enfermedad en los Angoras y Blancos de Vendé; es más frecuente en los Normandos, muy extendida en el Chinchilla, y toda vía más en el Castorrex.
La sífilis del conejo puede ser curada, desapareciendo las lesiones en dos semanas de cuidados.
Dése 50 miligramos de trepol, o sea tartro bismutado doble de pota sio y sodio por cada kilogramo de peso en vivo, poniéndolo en suspen sión en aceite.
También puede usarse el 606 y el 914, en inyecciones intravenosas, a la dosis de do.s a eioco centigraie'.'s cada cinco días y durante dos meses. Para la rápida curación de las lesio nes purulentas y supurantes, se les cubre con un polvo do ])ismuto pre cipitado.
Teniasis.—^^Es enfermedad debida a la presencia en el organismo de gu sanos planos o teníais, que pueden ser de dos cla.ses: la Andrya pectinata, de longitudes Ka.sta de 80 centíme tros y unos cinco milímetros de an chura, y la Andrya cuniculi, has. ta de uno y ocho milímetros de anchura. Ambas tienen el aspecto de gusanos ])lanos anillados j, en cam bio, la Ctenotenia pectinata, de unos 40 ci''itímetros de longitud, y la Clei otenin lenrkarti, que puede alcanzar hasta 80 centímetros, tie nen anillos más anchos que largos. Los síntomas son los caracterís ticos: enflaquecimiento general, dia rrea, caquexia y muerte. El examen de las deyecciones hace observar la existencia de tenias, así como el examen microscópico sus larvas y huevos. En la autopsia se observan también en el intestino.
Como tratamiento se da en ayunas un gramo de Kamala en salvado, y lo que da magníficos resultados es hiél disuelta y batida en agua, mez clada con los alimentos. Con una hiél es suficiente tratamiento para unos 200 animales. La hiél debe ser de vaca. También se usa el aceito timolado.
Nota del Sub-D. El final de este tra bajo aparecerá en el próximo número.
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Vendemos los alimentos necesarios para ganado y aves.
LARRO DAIRY RATION (Ración para vacas lecheras)
LARg,0 (SALP MILAL (Eíación para becerros)
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Los Negocios del Agricultor
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GAlíBAPATA O GANADO {Viene de ¡a página 4) el veterinario Smith, en el 1889, el primero en describir estos parásitos intraeorpii.scnlares. Más tarde, en el 189.3, Kilborne, también del Ne gociado de Zootecnia de Estados IJnidos, comprobó que la garrapata era factor indi.s])ensable en la tras misión del ])iro])lasma bigeminado. Es conveniente aclarar que éstos fueron los jirimeros ensayos que se bicieron sobre materia tan conocida como lo es bov la-trasmisión de en fermedades por medio de insectos, y tan de dominio público por los es fuerzos que se hacen en la supresión de la fiebre amarilla y la malaria. El Firoplasntn bigeniinuni, es un cuerpo unicelular, descolorido, cpre puede sej' i-edondo, naular o pirifor me, de núcleo bien delineado, de movimientos amiboideos y que se a(^omoda dentro de los corpúsculos rojos de la sangre, donde general mente se le encuentra tormándo pa rejas. El tra])ajü del piroidasma, una vez colocado dentro del medio ambiente que le es ]n'ovecboso, con siste en destruir el corpúsculo ]n-ovocando la anemia (deficiencia en la sangre), la bemoglobinuria (san gre en la oiúna) y la citericio (coloi-aeión amarillo-verdosa de la i)iel).
La intensidad de la anemia varia con el caráctei- del ataque. Por desin corporación, la hemoglobina queda libre en la circulación, yendo a bus car salida del cuer|)0 ¡lor conducto de la orina, a(,'umulando de paso en los tejidos del riñon gran cantidad de detritus que tiende a obstaculizar el funcionamiento de este órgano. La disminución en el nvimcro de cor¡lúsculos rojos acarrea consigo la pérdida de nutrición y el animal acaba por morir exhau.sto.
El ganado infestado con piroplas. ma es un portador tenaz, pues éste ¡luede con.servarse dentro de la circulaciém durante trece años.
Nota del Sub-D. En nuestro próximo númelro aparecerá un estudio sobre la Fiebre de Texas, por el Dr. Bagué,
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PARA B'ENIÍPICIO DE LA AGRICULTURA
(1 lene de la página 3)
Es i)reeiso entenderlo así: El nonibrainiento del Sr. Pesquera no se debe solamente a las altas cuali dades ciudadanas del distinguido amigo. Concurren a ello muy pode rosamente el haberse destacado su liersonalidad, como un valiente pa ladín, que con la espada de la ley en la mano, y la bandera del derecho de los agricultores en la otra, supo conquistar contra todos los vientos y contra la ira de los jefes engreí-
66G
LTQÜTD or TAI5LETS
Relieves a Headaclie or Nciiralp'ia in 80 minutes, clieclts .a Cold tiie first day, and cheelis
Malaria in thrce davs.
6CG SALTE
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dos de determinados partidos, los derechos ciudadanos del pobre agri cultor Jiuertorriqueño.
1 el honor de esa conquista no corres])oude solamente a la voluntad conquistadora. Corres|)onde tamliién a los elementos, y al medio que le sirvieron de base, y esos elementos y ese medio son los agricultores y su te.-oiií^ra .\sociacion. Es a los agri cultores de Puerto Rico a quienes se han ])remiado en este acto. Y por lo mismo están obligados a mantenerse como un solo hombre alrededor de la bandera de la Asociación.
Para el agricultor |mertorriqueño no debe haber otro Comisionado Residente que el Sr. Pesquera. Esta es una cuestión de honor a la que están obligados por diferentes razo nes. Primera. ]ior el interés perso nal y colectivo. Y segunda, por la trascendencia que entraña su nom bramiento para la más alta y supre
ma significación de los intereses pa trios.
El Sr. Pesquera es un símbolo de verdadero iiatriotismo, y es por o.so que ha merecido la confianza de la primera autoridad de la isla. Resta, ahora que los agricultores en jirimer t rmino corresjiondan con la deci sión y firmeza de su civismo y de su voluntad mantener a su esforza do paladín en el ])uesto de confianza que ha merecido de la ])rimera au toridad del j)aís.
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En la escuela:
—¿Cómo se llama a los que se retiran al desierto a meditar a so las? .. .
—Los desertores.
—Siempre me acuerdo del cuento del asno que me contó usted el año pasado.
—¿Tanta gracia le hizo?
—Muchísima. Desde entonces no puedo ver un borrico sin acordarme de usted.
—Señor maestro^ ¿quién inventó la pólvora?
—¿Y a qué viene esa pregunta?
—^Como mi padre me ha dicho que no ha sido usted quisiera saber quién es.
Se encuentran dos curros los cua les son muy amigos y al saludarse se preguntan por la familia. El pi'imero le dice:--¿Como está tu hijita Isabel? Pues chico muy ade_ huitiida aprendiendo el arte de Goya. El segundo le pregunta:—¿Y tu hi jo Joselillo? Taml)ién está muy adelantado aprendiendo el arte de Velazquez.
—Bueno, chico dime algo de los adelantos de tu hija.
—Pues verás, ha pintado un ra cimo de uvas tan y tan a lo vivo que loa pajaritos han roto el lieilzo por picotear.
—Eso no es nada, le contesta el segundo.—pues el mío ha pintado un perro tan al natural, que la sanidad le ha mandado a poner bosal.
T^n hombre casado se retiró a su casa al amanecer.
—¡Hola! le dice su mujer desde la alcoba—. No he querido dormir me hasta que vinieses.
¡Mujer, y yo que esperaba que te durmieses ])ara venir!
Ln individuo encuentra una seño ra en el Parque y la sigue por dis tintas calles y ¡¡aseos hasta que to ma el tranvía, baja de él y sigue a ¡lie hasta el centro de la población.
E'l individuo sube también al co
che; la señora baja y continúa se guida del caballero.
La señora se vuelve de pronto y exclama con indignación:
—¡Imbécil! ¡Estúpido!
—Señora, podía usted habérmelo dicho antes.
En un círculo de artistas jóve nes, donde se discute lo divino y lo b.umano:
—Después de todo—dice uno de ellos^—¿qué hay entre la risa y las • lágrimas?
—La nariz—conte.sta otro muy serio.
Pascual, por roiiar una aiu'oba de café, estuvo dos años ¡ireso, y al pre cintarle cual había sido la causa do O su ¡iroceso, contesta:
—Pues por nada, por tomar café.
En una discusión:
—Yo, .señora, no hablo nunca de lo que no sé.
—Pues .se aburrirá usted sobera namente.
—'¿Por qué?
—Porque nunca tendi'á usted na da que decir.
Dos personas, habiéndose encon trado en lili camino, se hablan do esta manera:
—He tomado un vino anejo de más de ciiarenta años, y el otro responde:
—Eso 110 es nada; yo he tomado un vino tan viejo, que ya estaba arrugada la botella.
En un colegio:
—Aquí tiene usted al niño, que quiere .ser abogado. El maestro.—Pero ¡Si es tan tarta mudo!
—^No imjiorta, no se le conoce más que cuando habla.
El profesor.—En el Brasil se ha enconti'ado recienteineiite una ¡lejñta de oro de dos libras de peso. Un discípulo.—Vaya, vaya, don Mi guel, eso es más que una ¡lepita, eso es ya una doña Josefa toda intera.
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