AGUILA NEGRA
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Intrépido Pirata Puertorriqueño . El Terror de los Navegantes.
Barco "Maria de construcción, el estilo • 1 mas avanzado del 1820, el tercer barco capturado por Cofresí en . ' el 18.21, v el que lo acompa· ñó hasta· l'o s últimos momentos.
Sus insignias fueron siempre Banderas Negras, como podr á n v erse en el barco pirata.
No. 1 1 !10
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ffi Dirija toda correspondencia a ffi lli
Sr. B. G. CA MACHO - Apartado 1863 - Ponce, P. R. lli
m NOTA: La Editorial proporcionará toda clase d e anuncios pa ffi rala propaganda de ts t a obra , sin costo alguno p a ra ill
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El Águila ' Negra
COFRES!
Intrépido Pirata Puertoriqueño
El Terror .de los Navegantes.
BIOORAFlA y RELATO HISTÓRICO DE SUS AVENTURAS
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t/ .. PRIMERA
Por B. G. CAMACHO-PONCE
EDICION - 1934l!llito1 es Propietarios • Tip . "CAMACHO" Ponce , P. H . ,
r'edad de le "EDITORIAL
CA A'C::HO" - Isabel 10, Ponce P. R
Prohibida le reproducción en todo ó en parte, traducción 'Y edepteción en to · llps los paises. Derechos Reservados.
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lntrrpido llratd P11ertorri4ueño. ('11 C•h11 H/\iq el 20 de Mauo del\ 11. Fusilado en S,rn él '.?6 d Abril de enroducc ón n0' 1 - Po ..1 e. P 1• l 'f
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PREAMBULO
NueHra tierra, · solar de tradición y de leyenda, donde en las m aña nas los pájaros con su cántico su av e y dulce, arrullan la cuna de nuestros antepasad o s ; es un t e rr.Sn pl e t ó rico de ensu eño. Ti e i.1 e hi sto ria y tiene vida; tiene un rincón predilecto en tJ archivo perpttuo de la historia; g oza y sufre, vive y mue.re la h umanida d qu e ge rminó en su seno. Envuelto en brum a s, a pa rec e de cuando en vez un suceso ya olvidado, quizá nunca tocado por nue s tros historiadores, bien porque nada hay a n 1podido c o nseguir é c er ca del mi s mo, bien p orque siendo verdadero ese suceso ha ya n pretrnclido convertirlo en ficción. o quizá tam · p(•rq .ue e sta ge n e raci ó n que corretea p o r las playas d e l mundo, n a da les importa las huellas que hallan podid o ver e n las arenas del tiempo. Sin embargo, ·c ¿a ndo -se sabe algo a cienci a cier ta p; •r que de e llo se tienen pruebas sufici e ntes, ya estamos mas tranquilos; haber hallado la vtrdad, es haber encendido el fanal d el conocimiento que abren de par en par las puertas de la sabidurí;:¡' quedando ella expe dita para los que quier e n c o nocer, estudiar y aprender. · ·
Vamos, pues, abierta ya la puerta y expedito el camino a penetrar t n un acontecimiento trascendental, n c t ab le, intere· sa nte en g rado su mo, porque en é l vive un de nues. tra historia, de P.Ue st ra leyenda, de nuestro pasado . Y com o ya se ha corrido el velo, estamos ante Dios, qu e es la verdad.
Ca b o Roj u , villa que fué, ost e nta pretensión hoy de ciudad, tiene su , sede asentada en un extremo del terr ó n p atrio. Pegada de luz basta la saciedad pcr el sol aanicu 1a r del tr ópico, la mid a s sus p la yas por el ol ea je sempiterno del A tlánti co, p a rece un titán que mira s0 rprendido hacia el mar, cuando e mbr ave cido el elemento a zota despiadado aquel la s co s tas si e mpre ilumi nadas p or el orp del sol, que tienen p o r techumbre un cielo de c o balto c on tentativa ce azul.
No es ese un pueblo v ulgar . Cabo Roj o fu é cuna de patriotas y de sabi os, d e hérces y ha con q u:stado laureles que / '
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PREAMBULO
eternamente estará n frescos y lozanos e n nu estras ment es, porque lo s g anaron en b uena lid nqestra g r an Betance s, soñad o r sublimé q u e mas de una vez quisó ver esta tierra libre, como libres t án en el ciel o las miriad a s de estrellas que iluminan nuestras n oc hes t r o picales los insondables . abismos del cielo.
Don Sa 'lvador Brau, insigne patriota, penetr6 en el laber:nto de l a historia para d e jarno s la labor m á s honrosa y noble qu e al g uno puede erear; d e jar en manos de sus c o mpa t riotas, una noci6n siquiera que nos indique p o r lo men os, d e d ónde v e nimos, aunq 11e en conj e tur a s y suposic iones te n g amos que resolver, rÍ. dónde vamos
Rob e rto Cofresí, el moti v o de nuestra hi.,toria, allí tam· -b ién meció su cuna al cal o r de los ray o s solares de Bori11queu, al v aivén de las ondas del vecino mar, respirando la s fre s cas brisas q ue avanzan en la costa al cirpbrear de las palmeras, y deleitado con la elegancia de aqu e llas muj e res e s b e lt a s y hermo sas.
Cruent a s luch a s, s i n s a bores, inc o n v eniencias y tropie z os e n una cri s is ec o n ó mica t a n d e >' es perante c o mo la pres e nte, han sid o e l campo de acción en donde hemos tenido que afrontar la adquis ic i 6n d ':! I relato histórico de este titán del C a ribe. C ofresí ha s i d o considerado c o mo uno de los mas impert é rritos Piratas que ha n lidiado en le s mares de Puerto Rico S.:; le menciona c o mo un o de los más acaudalad os de aquell a é po ca, habiendo dejado ente rr a da s cu a ntie sas snm as del fa sc i nador metal del oro; t es oros q u e seg un la hum an idad toda v ía est á n oculto s e n l as entrañas d e la ti e r r a . P re ci o sas a l!rnj as , m o n e das y b a rras de o r o ; de to d o ess e dic e , s e comp o nía la riquez a d e l Pirata Cofr es í , e xtraid a de los b a rco s que saqueaba.
Sig lo X X. si g lo de lu z y progre s o , si g lo también en qu e l a v e rdad qu i ere h a cer se respl a nd e cer, d a ndo a la humanidad el co n ocimi e nto v e rídico de lo h a s t a n hora des c on o cido . Mu c ho se ha hab la do , m uc b o s e h a esc r ito a tra vés de d os ge neracion e s en rel ac ió n a las ave ntur a s del Pira ta C r fresí, y hast a ah o ra la v erdad ú n ica ha dormido e l sueñ o monót o n o de los tiempos.
Se h a c or r ido el ve lo, y la realid2d de vida y aven tur as mar í timas de l Pirat a Cd r es'. , la s e n c ontrar á ud r e la t a d a s en es ta o br a , con i l u s tr acio nes ade c u:l d as . E L AUTO R.
EL AGUILA NEGRA , o ROBER ro COFRESÍ
. CAPITULO I.
NACIMIENTO
IENTO tr e in t a y tres año s h a n transcurrido , desde que vino al mundo nuestr o héro e , el intrépido pirata R o berto C ofre sí , el t e rr o r de lo s navegantes y el estorbo más fo rmi da ble que t e ní a el Gobierno E s pañol en aquel\os tiempo s de · su domi n ación en e s ta bendita ti e rra .- He aquí el rel a°to: ' - Un día pleno de luz y armonías, cuando el sol parecia un niñ o juguetó n en lont a nanza, iluminando la tierra, a esu de l i:t s 3 cie la ta rde del veinte de marzo de 1801, vigoroso y lleno de quipieras, nació al mundo por mandato divino en el b a rrio Guayabos, de la villa de Cabo Rojo¡ barrio en aquel entonces completamente pobre, donde apenas se contaban quince " veinte casuchas, la mayor parte cobijadas con yaguas de palmas, el niño Roberto Cofresí, objeto de nuestro relato.
Cada persona viene a la vida a cumplir su misión . No im .. port a qu e na die cr e a la ver a cidad de este dich o , no es sufic ie n te e l no cr ee rlo p a r a podt:r d e mo s trar la ra zó n podero sa par a d e s· tru ir esta v erd a d inmutable . D e sde· que' vino el homb re a di sc urrir por es to s ha s ta la eternida d , tendr á qu e se r a s í,
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EL AGUlLA NEGRA
p c rque Dios no n os ha traído aquí a vivir a 1 acas o , y serán nece s arias p;;ira la humanidad tantas vicias como requiera la evolución de su personalidad , hasta que llegue a tal grad o de adelanto, que no le sea necesario volver mas a la ti e rra a purgar su pasado .
-De fuerte y saludable constitución, parecía haber nacido para . grandes empresas.
No d e be extrañar esto a nadie. El niñ o desde que nace tiene en sí . todo lo que ha de ser durante el tran s curc:o de su vi d a, y d e spertando en él las facult a des que duerm e n tranquil a m e nte , puede ser capaz de gr a ndes co s a s , luego de c o noc e rse a sí m ismo , solo t o ca orientar dichos conocimient ns p or l os cauces s e renos a fin de llegar a la verdadera c omprensi ó n de su vida y de su espíritu .
-Vivo de caracter, parecía tener Cofresí en su rostro ino. cente y angelical, la disposición hacia su apostolado y su mi· si ó n a cumplir sobre la tierra.
Es c ompletamente imp osible creer que una vida evang é , li c:i con s t it uye sol a mente el ap os tolado de lo s h )mbres . Ir s e al d es ier t o, rez a r todo el dí a y en los p ál ido s at •rd e ce r es enc a m in ars e a la m o desta vivienda enclavada en el yermo, no constituy e la verd a dera vida de los hombres .
H ay que hac e r obra. porque quien no h a ce obra nunca ha· b rá adquirido la v erdad era e x periencia, pr oducto del trabajo. por lo q ue p odr á haber pas a do :; u vida en una v e rd a dera candi· ció n d e sa ntidad. No es la s a n t id :i d lo equiv a le al trab¡ijo . La u ti lid ad cuent a m ·1 cho par a la ev o luc ión e spiri t u a l.
H ace más qui e n en ruda batzlla co m b at :i d ntr a enemi g os p or sa 1v ar la di g nid a d pa t ria o la digoidad de la f 1mili a, que qu ie n s a bi e ndo q ue Dios no s ha d a do todo lo que n e cesitam os y so lo nos t "J ca d efo n d ern os , se em peñ e a toda s ' hora s en e s tarse ma c e rando e l cuerp o , o en acti t ud c o nt e m p la ti va ora co n la pretens ió n de sin v e n ga n h a ci a_ é l tas
Nue s tro h é roe desmin t ió todas es as id e a3 . Su <> mo · vimi en tos, i:; us ademanes, su di s p os ici ó n, lR. v ir·i lid a d e ncerra .j a e n u n organ is m o ta n d imi n uto, pero f m 1id o, le di s tin gu ie ron d e l0s · demás. Algo in com p ren s i b le p a r a los qu e n o e n te nd e r d e
ROBERTO CCFRESI
estas cosas había en él. N a die que n o hubiera podido penetrar en su verdadero \ o, nunca hubiera im a ginado de lo que -era capaz este titán del ·
Su labor patriótica ha . sido puesta en boca de unos cuantos mi se r ab les ; qu e dec;conoci é nd o la en a bsolut o , !e hacen pasar c o mo un peligro como el nombre del c n razén mas negro, como el pira ta :n as inhum a n o, aun cuand o fuéun mod e lo de hombre.
Cofre sí vino a la tierra ya prede sti nado a ser un h ornb:-e de luch a; e l destino puso en su ca mino un tropiezo . par a que airado ju íara v enganza , y cumpli e nd o su pala b ra, luch ó como un h ér oe d efe ndiendo s u vir-Ja y la de s us co m pa ñer o s, en lo mas arriesg a do del oceano. contra los barc os merc a ntes que estaban aniquilando la is la, de ell a sus mas preciosas riqu e zas.
Para p o d e r c o mpr end e r lo que el ser humano significa en la vida, sería neces a ri o. después de abrevar en las fuentes de la psico log í a , y de di v ers os y con s tantes e x p e rimentos en el terreno, ir acumul<1ndo todas la s t e nta t ivas de s de que empieza a tener el con ocimient o d e lo instin t ivo. Es en e s as circunstancias, que, siendo Ja Naturaleza un libro abierto a todos los humanos ojos, cad a persona se ha conver t ido en una página de ese libro, en d o n.. de puede, cu a lquier iniciado en estos c o nodmi e n os, leer, c c n;o quien lee uua página replet a de tipos imprenta.
}odas l os m ortal e s, sin distinción alguna, desde la cuna hasta la t umb a , llevan impre sas en sus actividades, en su ro s tro , en sus ojos y hasta en e l aura misma qu e les rodea, un concienzud o análisis de lo que él es. Desgraci a damente p ar a el hombre mismo , é l no ha querido penetrar e n el c onocimiento de esas cos a s, y ca mi na por el sendero esc a brcso de la vida, en una perpetu a ign oranci a , rnientraR otr os, los menos, los que s e hao s a crif icado estudiando y conoci e ndo todo e s o , pueden le er en ell os, en sus pensamientos y hasta en sus sombras mismas, el pasado , el presente y lo porvenir. Dicen y predicen ante la sorpresa del sn. j e to que Eo s a be a qu é atribuir tamaños hechos , tenidos como mi , lagr osos p or la generalidad de los que de eso nada entienden . • Así en Cofresí, cierta distinci ó n se notaba desde su niñe z. Había e n su ca racter, algo como v e nido de lo a lto , algo qu e le ir r adia ba y que hacía de é l un instrum e nto , un med io para r /
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EL AGUILA NEGRA
a un fin Nada de e s to es de dudarse. Está fuera del campo d e lo milagroso. Es co rriente, como hem os explicado más arriba . Y en él se r efl e jaron, qu e daron impres a s , por d'ecirlo así, las huellas, lo s ·anal e s de su vida, n o ext.efr>ri u1 da en hechos, rero y a predicha en sus o joi;, en su ros tro, en t o do. Se reflej a ba a l través de su carrera p o r las calles de la vida, la s diversas y ex cep cional e s cualidades de su personalidad, qu · hicieron de él un hombre di s tinto a los demás, tan humano com 1 1 los otros, pero d e un patriotismo más acendrado, de un a fo r t a leza de .. ritu inconmovible, y de una disp o sición sobrenatural.
C ofr esí fué uno de esos. Era un predestinado. El derrotero de su vida era completamente diferente al de ' I os demás se res, como fué difere nte el derrotero de la vida de Wa,. hington y Bolívar. Algo le distinguió d.e entre los suyos . Su ca rác t er, su manera de proc e der, su rectitud y el cumplimiento d e su p alabra fueron cualidades que adornaron a este h o mbre de extraordinarias cualidades, que cautivó la atención de s u generación y las que han seguido a la .suya.
Por eso se oye aún hablar de éJ; por eso en la escuela se .Pronuncia su nombre con reverencia; p ur eso l os · muchach os , a. mantes y sedientos de aventuras, inquieren sobre su personalidad sing ular. De cuando en cuando arrancan de nue s tr o s viejos, curtidos ya las luchas de la patria, y herederos de las ideologías de sus antepélsados, un a que ot r a le ye nda, un suceso intere s ante de su vida, una narración casi obscura, quizá mal tejida por la . tradi ción, que al fina 1, y cuando más intere s a a los que las e sc uchan, queda roto el hilo de los sucesos, y el viejo, el pobre viejo, disculpándose, dice que mu y poco se sabe de ese héroe, y que nunca se han bailado sus tesoros.
Los niños, cariacontecidos, s e quedan e n es pe ra de l<l nMración com pleta de un suceso agradable, que les haga hervir la i:;an gre, que les haga d ar coraje, que les pinte el mar ll e no de riquezas ocultas y misterios, que les hable de las batallas m a ri11 a s, .:¡ ue les diga en fin, qué indujo a C ofresí a convertirse en pirata ....
La estrella o e l sin o de Jos hombres está determinada . Loe ciclos de su existencia tienen íntima re lación, y se e n t relaz a n ::o n los acontecimientos que han de ten er Ju gar en relación cons-
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ROBERTO COFRESl
t ante con su vida . El hombre, no puede conocer por sí mismo e:: t os suceso s , si aún no ha podido dominar sus pasiones y deseos , p c rque al creerse perdido por los conocimientos de sus pasadas v idas, se suicidaría o se acabaría d e perder. La experiencia que recoge el h ombre en su vida, ' le da pruebas irrefl.ltables de que nad a está hecho al acaso . Cosas suc e den que é l mismo no se las puede explicar. Sucesos le ocurren que ' no e ncuentra como compaginados. Reveses sufre que cree una injusticia porque é l nó ha sido motivo para aquello. Sin emb a r g o le suceden las cosas, y tiene que y tiene que sufrí ria s. Eso es una demostración palpable que le derpostrará siempre que algo hay que tiene íntima relación con éL Y de ahí parte una serie de experiencias que pueden dar con el hombre en los umbrales de la felicidad ) en la cárcel, el ·presidio , 6 el cementerio; de todo hay en la viña del Señor .
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• •
CAPITULO II
SUS PADRES
i]us p adres, aunque per t¡ necie n te s a dos razas disti ntas, era_n modelo de _en lo s embat es d t la vida, obreros humild e s y car1tahvos.
-Don Ricardo Cofre si, cuyo nombre fu é el de su padre , era de la raza mora, de ese pueblo que conquistó la Europa meridional , y que doquiera que po s aba sus plantas , ponía el se llo inconfundible y perdurable de su cultura y de su arte . Su oficio era labrador; cultivaba la tierra pera extraer de ella lo que había de ser el sostén de su familia.
- Su madre, doña Demesia Rojas, aunque isleíia, era un ti · oo e x cepcional de mujer. Estaba dotada de una clara y me· dian a m e nte de s arrollada inteligenci a; fué la que le dió las prim e r as lecciones, fué la que ir.fondiera en él lo s n obl e s y altos principio s de la religi ó n y la moral. Fu é la que meci ó con v er d a d e ro amor su humilde cuna; fu é la que le enseñó a dar ' los primeros pa s os; fu é la que le preparó y lo lan zó al mundo p ara que luchara con las vicisitudes de la vida, ha s ta el fin d e 5US días .
Pode m o s v e r por esta s de cl a r a cion es , la no l> le de sce n dencia de Co fr e>:Í. P or su lí nea m ater na , her e d ero de ·la labori osida d .de lo s i s le ño s, que p ueb l a n es a r egió n qu e d e n omi na n isl as C an arias .
ROBERTO COFRESI
Gentes muy dadas a todas las actividades. C anarias ha visto sa lir de sus tierras, hombres de grandes experiencias, y de allí, por no decir más, salió el gran Benito Pérez Galdós, patriarca de las letras españolas, polític0 artista y sobre . todo, elevado repl e to de nobleza y de hid á lguía.
P 11 r su lín°ea paterna herecl6 la fiereza que deja en las leja. nas tierr a s del Negro Continente, el sol despiad á do y canicular al alumbrar las tiendas marr oquíes. La raza morisca invadió el me. di udía d e Europa, penetrando en Españ;i, después de haber ascendido por las rocas cartagin esa s de Tarpeya. Allí sostuvieron e nco· nada lucha los moro s y los g odos, durante siete días y siete noches , al decir de fa His to ria, y desqués de dominar sobre de ell o s y r e ndir a l C o nde don Julián, entraron triunfantes en lfl antigua Iberia en el añ ri 711 , s e n té: ndo sus reales en los dominios de Granada.
La literatura, las artes, las ciencias y el derecho fuero 'n apun taladas por los mor os, quienes dnrante och ocientos años domina- ron esas rcgi c nes hasta el año 1492, fecha del descubrí mi en to de Am é rica, en que con anteri o ridad á. e s te fausto suc e so, el día 1 rl e enero de dich o año, la última morisma del solar ibérico con rumbo a las playas calcinadas del contine nte desconoc ido .
D esp t1 és de haber dejado una cultura envidiable, vinier o n a domin a r desde entO'tlces los Reyes Católicos, doña Isabel . de Ca s tilla y don F e rr.ando de Aragón, para quienes ra sgó el velo del mi st erio. Recorrió mares ignotos y Rodrigo de Triana dijo ¡ Tierra .... !al ll eg ar a las playas de San Salvador, legando a los monarcas la!: ub é rrimas regiones del Nuevo Continente .
R azó n, pues, tenía Cofresí al ser tan atrevido en sus empresas, c 0 m o habrán de ver m á s adelante, pues no era otra cosa que la herencia transmitida por sus padres y acuciada por el sol del terruño y el panorama que ofrecían las costas cerca de las que se alzaba su modesta vivienda, a la par q'..le se cumplía Ja le y inmutable del destino. ·
Notamos que mientras su padre era lahrador , a su hijo nad a le int e r e s ab a dicha ocupaci ó n. Sin embargo, he _ahí, otro patriota . Si la pat ria es el lugar en qu e 11acem ns , o el Jugar que nos da albergue, patriota ha de ser aquel, que bu sc and o las entrañas
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EL AGUILA NEGR A
d e la t ierra , l a p rep a r a pa ra qu e nos pro v e a de lo qu e nece s it a m o s .
E l p arl r e ele C o fresí fu e o t ro p at ri o ta e nto nc es. 1 ab rar el sue lo e s o r a r, y qui e n ora en es a fo rma e s a g r adable a Di os.
N o ta m o s ta m b i é n qu e la s dis pos ici o n es de Cofr esí es t ab a n t a n det erm ina d a¡: ya . q u e n i s i qui e ra le pr eoc u paba la o c u p ació n d e rn p a dr e. Y e n v er da d, que cuan dc n ue st ra vo ca c ió n n o r e s·
p o n d e a la s c ir r un sta nci as que nos ro d e a n, pa ra n os o tros , esa s ac t ivida d es o esas o c up a c io n es ne no s i n t e res a n , a ú n cu a ndo r o · damo s p a sa r p ror el re l igr o d e p e re ce r de h a mbr e . .
Es un co n t r a s te en • rme : Un p ad re qu e qui e br a las e ntr .i ñ á s d e l su e lo, y por otro lado un hi jo qu e r a sga la p rofund id ;i d d el m a r; h a y en e st as a g o 'q ue no s ;;o rpr ende . r\ m e nudo hem os vi s t o C 'l S úS ig ua le s e n la s famili a s. Se r ue d e dar e l cas •1 , o m á s bi e n di ch o, s e h a da dn e l cas o , de p a dr e s muy bon o r a b1 es de buena qu e d is frut a n d e tod o lo que pu e de disfru t ar la p e r so n a m ás cam ich os a. En c a mbio t ienen un hij o . e l único por s uer te 6 d es gr <:: ci a , y ese h i jo sale un ratero c 0 n s 1:1mad o. · ¿ C ómo p u e de e xplic a rse est o ? ¿ Aca so es hum a n o , es le g a l, es posib te q ue un i ndi v iduo qu e lo po!; c e to d o, oue de tod o go z a, pueda re curhr a l r ob o? No pu ed e ser ac e ptable en circunst a n c ia algnna S i n embarg o eso ha suce,Pido .
Ah o ra bien. ¿A qu é podemos atribuir e s to? No e s la suer t e, ni la d esg r a ci a, p o rqu e Dio s , en s u inm e nsa b o ndad n o ha hec ho s e r es par a cond e narl os a pa sa r eternamente p o r la vida con u n fa r d o d e In co nve nient es y r ev es e s. Como t a m po co h a h e C'ho se r es pa r a trae rlo s a la vi da a v i v ir d e una m a nera r ega la d a, mientra s o t r o s pu e d e ser qu e se goc e n en burl a r se d e el los E s o no es fo r t uit o, no es acc idental ; es o bra de la e v oluci ó n es p iritual d e l ser.
C o m o l a Na tu ra lez a es i nmu tab le y Di os e s t od o bond a d , ha d a d o a l h om b re la lib e r ta d p a ra a c t u a r a su a n t oj o , no e s culpa d e é l , qu e un os v a y an d es peñ a do s por el de sfi l a der o, mientras o t r os as c ie nd e n p a s o a p a s o h a st a la s ·n;ás en v i d i a ble s posicio n es d e la v i d a e n t'J<l os se n ti d os .
E l caso de R o b erto C o fresí es de es os. Se necesit a e l contr as t e pa ra que pu e da e l d e b i do eq ui li b rio. H e a h i la misión d e dos s e res que a h o r a pertenecen a l a misma famili a, p e ro
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ROBERTO COFRES!
que en el pasado han siclo eternos enemigos, quizás por i g ualdad d e actividades , pe ro que en la vida actual vienen a unirse en un , l a zo de familia y en diferentes actividades, para que pueda empeza r en ello s la reconc iliación no adquirida en otras existencias p or la apatía qu e hubo entre ambos.
¿Qui é n ¡Duede ne g ar que el caso de esos dos seres pertenezca a ese particular aspecto? He ah í" la labor maravillosa del Creado r : una ve z distanciados , vienen a unirse ahora para que empiec e n una nu ev a vida
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EDUCACION DE COFRESI
oscuros fueron aquellos paro los que ,tenían empeño en adquirir conocimientos. La ignorancia cun , día por todas partes. Era una curiosidad hallar en clases niños pobres que tuvieran tan ,siquiera una mediana cut· tura. La escuela escaseaba, era verdaderamente milagroso en contrar nn .plantel de enseñanza, adonde pudieran los padres env i ar a sus hijos para adquirir alguna instrucción.
-Los padres de Cofresí, aún a costa de grandes sacrificios, s e dispu s ieron a darle la instrucción a que él era merecedor, pue s despe pequeñito demostraba ya instintos de adquirir cono cimientos elementales. Su padre, labrando la tierra ganaba lo s uficiente para pagar sus estudios. Su madre, en las labores dom ésticas se esforzaba porque su hijo fuera lo mejor posible presentado a la escuda. ·
Hemos de ad vertir, que la superstición era cosa común en a quellos t i empos , y la creencia en las mentiras convenciona l es , · ac omodadas al ambiente y a la con v eniencia de los que la ilustra· ban, ten ía n lugar distin g uido e n el sentimiento ciudadano . . Er a m e jor p a ra aq u ellas buenas ge ntes creer con una reli g iosidad raya n a e n fana ti smo , an tes q ue educars e e instruiri>e d eb idam e nt e e n l a rea lid ad y en e l ve rdad e ro conocimi ento que es e l produ c-
I /
CAPITULO III
t0 de la experiencia; pero que en los padres ni en el mis:no Co· fresí, tuvieron albergue la mentira ni la supersticién.
Latían aún en el mund0 las últimas impresiones del terrorism o franc é s que llevó a Robespierre y a Lavoisier al cadalso. Cosquilleaba en los nervios de los valientes cierto estado de nerviosi;;mo, producto de la inquietud de aquel entonces, período que inició el despertar de los pu eblos hacia su libertad, salió entonces el sol de la patria en los amplios horizon t e s de las antiguas Galias, tierra de bienandanza, donde Napoleón paseó triunfante sus ejércitos después de haber estado en Egipto y en Esp a ña, sucumbiendo más tarde en las inmediaciones de Quatre-bras. Allí en aquel campn dE' Marte, fué donde Blucher y Wellington, después de horrenda batalla, c onsiguieron que el Aguila Caud11l escapara guardada por las sombras del crepú sculo h a sta ll egar a 1f'aris. Aquel campo lo han oído mencionar. - Se llamó Waterloo.
Bolívar ya había dado su grito de alerta en las promisoras tierras del Nuevo Mundo. Caracas se hallaba en un estado de revolución, c on su propósito sostenido de libertarse de los atropellos que algunos e s pañoles cometieron en esas latitudos al iniciar la conquista. Sarmiento, O' Higgins, Itúrbide , Morelos, San Martín, Trinidad Cabañas y Louverture, consumirlos .por el fuego d e l amor , sacrosanto hacia la patria, recorrían campos, vall es, colinas, caminos y senderos tortuosos, predican· do la revolución. Las multitudes al solo grito de los rebeldes, se unían al apretado haz a perseguir su ideal, habiéndolo conc;eguido todos en el largo período que transcurrió desde el año 1810 al 1902, año en que la República de Cuba izó su bandera d e sangre y heroísmo sobre el parlamento nacional. España misma, enfrascada en múltiples revoluciones, no tenía ni una constitución política firme, se atacaban los hermanos fraternalmente, y hasta este pequeño terrón llegaron los clamores y los efectos de aquella tropelías en los tiempos en que Power nos representaba en las Constituyentes Español.as de 1812.
En el olvido más vergonzoso se hallaban nuestros interese s en aquel entonces. Ni e6Cuela, ni gobierno, ni derech os : s olo superstici ó n y fanatismo era todo lo que p oseí a mos.
D ¡ . RO BERTO COFRES! 15
EL AGUJLA NEGRA
El horizonte era brumoso, nublado, terrorífico. Ni patria , ní cultura se nos ofrecía , y así de tarde en tarde solo ter.íamos las duras exp'eriencias de una que otra reyerta que la · inculta g uardia civil de aquellos tiempos ponía en práctica para atemo· rizar las multitudes e imponerse p or la fuerza sobre esta Cenicienta del Caribe.
La instrucción en Puerto Rico para los ti.:mpos de Cofresí ,_ era un mito. Prácticamente no existía una sola escuela. ' Al estilo de los tiempos precristianos, solo existían preceptores que se e ncargaban de dar clases y educar a quienes podían pagarles, co- , · sa que siemp re lo han podido hácer únicamente los r : cos. ginad ahora el destino de un pueblo, en donde unos pocos son ri· c os y los demás pertenecen al montón, y deducjd si desde aquellos t i empos no se hacía ot'ra cosa que preparar un pueblo de siervos para atender a las necesidad es y cap richos de los señor.itas en cope tados y las damas que $e decían de alta alcurnií:\. · ,
C orría el año 1810, y apenas había alguna que otra escuela ,. q ue realmente no se s a be si eran escuélas públicas o privadas . No es de dudar que fuera'n privadas pcirque en la España que inm or talizó al Quijote, las alforjas .siempre fueron más gratas para los directores de la cosa pública y para la no\;>leza empedernida con tentativas de blasón.
Allá por el añu de 1856, en la isl a fu é dispuesta una circular para establecer escuelas rnrales. El gobernador José de Lemery fué el autor de dicho proyecto. Ese era todo el sistema esc ola r: que se conoció desde eQtonces .
No había tampoco libros ni periódicos con qtte instruir a las masas. Bastaba con saber rezar a Ja carrera, con saber persigd narse, decir cuatro Ave Mar}as y un par de letanías en latín ma l entendido; eso equivalía a ser nota ble entre los perfectos ignora n tes de aquel entonces.
Los privilegiados eran los únicos que tenían el gran honor de ir a la escuela, y Cofresí aunque pobremente, fué unci de ellos . Muellemente reclinados en sus butacas, loe ricos, porque sabemos bien que en todo tiempo éstos se han proporcionadó como didades, leían. discutían. recitaban v ersos, tocaban su intrument o favorito. Mientras algunas fan; ilias cons t itu ían en sus boga-
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R OBERTO C OFRES [
r es verd a deros a t e neos, otras en c a mbio . tenían m lumb r e que
enc e ndd e n s us ho g-ar e s ; ni lecho '> , n i ·a jua r , ni n ada qu e le s v ie r a de alicient e en medio de aqu e ll a pu g n a d esi g u'l.I ent r e los r ic os y l os p o bres
En e st e c:mbi e n t e, c r mpl et arn e nte d e sc o mpu es to y co n tr a r i o a la r a z ón y a la ju s tici a , fá cil e s ded ucir cu á n t os tropi ezos exp erim en t o n Jo s p o br e s . un · esta:ica mi e nt o vergon ·zo so pa ra el de sar r o ll o d el paí s era la con secu e nci a d e cSt.::> No· ".a lí a n tr i u nfos d e l a v u lun t ad, po r que po r fu e rte v e qu i libr ada que e s a v ol un t a d · f u era, l>e es tr e ll a ba c on t ra los d e con t ención de lo s d e s p i ad a d o'> 'q u e siempr e tuvi e r o n a la . m a no t o d0 s l;s ,m e dios p a r a oJ:)s .. t acul izar e l avanc e d e la s mul t itudes h a ci a 1:1n c a min o me j ur.
Cu a n c o un ciud a d a no pos eía '.lna r e ciedumbre digna de respe ta r se . s i e ra im p o s ib le d e cl a rarle infr a nqueable el cam i no , le de j ab an expe dit o e l se nde r o, p e ro al fincil, le a c us a ban vicios a m e nt e de a lg ún d e lito que no h a bía 'cometid o para verle podrir s e en la s mciz m o r ras d e a qu e ll a s c á rc -= le s y pr e si d i9 s , dign os d e q uie- . ne s l11s inv e nt a ron, p a ra que supieran e xp eriment a r el ma l e fe cto d e tan ta artimaña pue s t a en juego.
E l lector, pues, se ha d a do perf e cta cuen t a por todo l o d i cho .de la s it u a ción d e a q tiell o s d ía s, y las p os ibilid a d e s que ten ía cu a lqu ie r ciudad :i n o p o b re , p ero di gn o , d e con v ertir se de l a noc h e a la ma ñ ana e n un b <rnd iclo , dej a n d o d e s er p or c onsec u ec ia , h o mhre de b ien. Las circuns ta nci a s si e m p r e p o n ían a u no a e sc og er 1? 5 dos ca min os: El -rie l bi en y e l .d el m a l. E l p r im e r o e ra o b se r vad o d esde e l p unt o de v ista de los e l s eg un. d 0, e ra el ún ico rn e ri i o d e q Ll e p o d i a n los expl o tados d is p o ner para d efen der se y d iv o r c ia rse del sis tema opr e sor _ Y c on todo e s o t u v o en fr e nt ar s e Ro be r t o C o fr e sí. S in emba rg o cómo re ci b i ó s u instrucc ión.
- E n una pequ eíi a escuela privada que babia en el puebla de Cabo Rojo, r ec ibió Cófresf instrucci ó n hasta la cuarta ense ñanz a , baj o la di r ecci ó n de! pro fes or e sp aii o l resident e en a · q u e l e nto n c e s e n es e pu e blo, don Ignacio Venero. E s t e· le el'\se fi ó l a s pr i m eras le tras y le di ó a iguna p r e p ara dón q u e le s irvió de gran utilidad en lo futuro.
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EL AGUILA NEGRA
La en s e ña n za de lo' tiemp a s de los conqtlistador:es en nues- , tra _i sl a , no era _ c o mo 1·a qu e po seemos actualmente. Sin g o , qui e nqui e ra que p '.l dí a edu .:: '.l r se , a d:¡uiría un a preparación sólida . N0 h a bí a e >a St1 e cte ele as ig n'-lturas qu e t e ne m ·.s e n nues- · -· tras esc'.lelas de hoy. Por el . con t rario, se -dividían en d <ver s as ca t egor ía s aque11 a s, y lu eg ') creaha un si s t e ma, ind e p e ndiente de los de más . Por ejem p lo: la primera en s eñanza la con s tituía, el conocimiento rudimentari 0 de los núm e ro :; , d e l alfabeto, <le la moral, de la religión y ...de la urhanidad. Lu ego se pasaba a otras mat e rias m á s avanzadas, c o m n se pasa , h o y de la aritmé t ic a a la ge ometría o el á lgebra,- o je la fí s ica a la q11ímica. En vez de un grado p o r año c om o en la ac t ualidad, entonces cada ense ñ a nz a constituía el p eríodo de uñ año.
-Con el profesor Venero, aprendió el Fleuri, que llegó ai conocerlo todo; el catecismo que sab í a de memoria; algunm · geografí a y rudimentos de literatura, moral v aritmética en el compendio Rueda, que era el estilo de ens e ñanza de entonc es.
-De todas las asignaturas, la que más le interes ó siempre a Cofresí, fué la geograffa. Estaba ansioso por c o nocer los puntos má'> apartados del globo. La nawgación era su afici ón favorita, con ella deliraba, soñaba, como podrá verse más acle. !ante, cuando construvó un pequeño b.-1rquito de m a dera.
En relaci6n al sistema de ens e ñaflz:i "Rue da " , a qu e se hace referencia , y en honor a la ve rdaci . p orlemos d e cir ,..- que a pe!;ar de ser pequeñ'1 el volumen , en c a mbi o, ti e ne m á s c o n ocimi e n· tos entre páginas, qu e la instru cción que pu e d e a dq uirir cua l qui e r es tudiante que v a hoy a l a e scu el a
Entre las materias qu e trata, ilustra f n S a grada , Re!i g ión, Moral, Gramática, Aritm ét ica, Ge om e.tr'ía, Algebra , Cronol ogía, G eog rafía. Fí sica, Histori a d e no faltándo· le és t a en un g ran p oema, que fu é escrito para facilitar la ad q uisición de dich os conocimientos, y que comprende ·desde la vi s it a de cartagines es y fenicios, hasta los dominios de Isabel Segunda.
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En cu ant o a las p r eten si ot'!e s de C nfr esí , de nav e g a r, h i e n
sa be m o s q u e n o es p rim er ' ni s er á e l ú! Limo en que un · h 0 m br e sin s a be r pn r qu é . r a zó n, irs e a !1 av e ga r , a bu <c ar n u e v 0 s rum b o s . Enriqu e e l Na v e g a nte, V e s p u ci o , Co lón, a s í lo hic ie r o n C!a ro está qu e n o t e n e m os l a p r e t é n si o n d e -qu e n 11e stro hé r oe fue r a a hace r Jo mi s m o que ello s S i n e m b i r go , s u s a ct ividad es d e m a ri n e ro de m o s t r a ro n q ue tuv o su f ici e nt e v o l u n . tad . c a r á c ter y cii spo-s i c i ó n pa r a r es p on de r a la v_ o ca c ión q ue l e dom in ó du ra nte to d o s los d ía s d e s u v ida .
P or o t ro lad o , e l lu g ar estratégi c o d e stt nac imi e nto, C al.J o
R o jo, re c ibe e n s u s p layas la s c a ri c i a s c o n s t a n tes d e la s · onda s ma r ina s . y des d e a ll í, e l pa is aje de l á c o s t a, co mo eno rme e m r:i i- -
za rr a do , vi s it a d o de cu a nd o en v ez por a lg un o de aquel los e s c a r ab a j os que n ue st ros a n t e p a,- a d os l la m a ro n bu q n e s, influ yó m u c hu
e n é l, pa r a ind i c ar le que e l m a r le e 0 o e r ét b 1. q u e le l la m a ba , que alg ún dí a , p od r í a c o m b a t i r c o n su fie r ez a q u e h e r e<la r a de la br o n c í n ea fa mi li a mo r is ca , a lo s m alvada s n aveg rn tes q ue a l · h :i -
cer ag u a en las co <>t .a s d e s u pu e blo, ib :i n c o n pr ete n sior. e s de s aq u ea r y de exp lo ta r m ás d 'e lo qu e e st :i b a , aqu e l p o b la do , in du dab le m e nte d o min ad o p o r al g un o s d e lo s c a ciqu es q u e e l o ro e s pañ ol s up o con s tru i r e n e s t as ho s pi t a la ri as tierr as d e Ag u ey n :i ba y de
G uari n a, an t epas a d o s de la r aza au tó c to na,
B o q u e r ó n , J oy u da , Pu e rt o R ea l y el C a r e n e ro , c avidades de Ja c o sta , d on d e el ma r, c ci n su s c o ntinu a s ero sion es h a s oc avado ha<>t a p r od ucir a llí conc av id ad es c o n pr e t e nsiones d e b a h ía s , e s o s fu E> ron !o s lu gar es q ue v isit ab a c o n m á s frecuenci a. B o q u er ó n fu é s u lu ga r p re d il e cto , y p or a ll í de se m ba rc aba cu a ndo r eg re sa b a a C ab o Jfoj o, de s p u é s de a lg Únos mes e s d e l u chas y aventur a s en e l mar .
'c on sta n t em e n te vi sit aba e s ta s p l aya s , y l o m ás ñatu r al e s q u e ell a s cr ea r a n en é l U :l esta d o d e en s oña ci ó n, q u e le c o l o c aran en u n p a r a í so a rt ifi ci a l, pu es n o s e .sie n te ot r a im p res ión cuand o e sta m os a n u e s t r a s anc h as y p o dem o s reg •"' Ci j a r inte ns amente nues tro es p i ritu Cofresí fué u n s oñador su bli me
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R OBERTO CC FRESI
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EL AGUILA NEGRA
Dí a tras día fu é dando form a a su i dea que le c , fu sca ba y com o t o ria energía s e h a c e cis í ; nu e st ro hé roe , c u a n do men r• s l o esp eraha se vi6 h o mbre en e l mar , a :-;us a ncha s , ,rnn r:l o amodorrado la c; frescas bri;::a, qu e en las tard e s d e la pa tria y c rnza n rlü sobre el piálag n vie n e r, hacia n os otr os mientra "- c o nt ·mplamos en la el Di os Sol, que se hunde d e trá ..; de la última monta ña en me rli o d e un ci s nub e s de arreh¿l y de pl o wo .
Lo "- propósitos qúe a C b 1 jar a ti e rra, ern e l re cuerd o im p erec edero de s u e-sp osa e hij o s que delira11t e me nte lo e s p eraban fl orillas del mar. Par e c e q u e sus pensamient a s cruza ban l a s c•ridas marinas e ih a n a rh c.1ca r en la m en t f' d e aquel co rsario que est a ba constari tement e e n v igili 3 para d ef e nd e r se y a t a c a r a sus e nemigo s . Otro pr.. pós ito era , el de repartir en la orilla de la playa entre rns com p a ñe r n s de aventuras, las riqu ezcis obt é nid as para que cada cual lle vara a sus familias y a su s hoga- ,, res su p e rtenencia,
Por la forma en que procedía Cofrdí con sus compañeros, no era posible que é l troncn a ra l a vi d a de un o de ellos para de· los t es orc, s q u e enterraba, según 10 ° cuentos de Ja hum anidad . C 0fresí no fué capaz nunca de a s esinar un ccn; pañero que en m o ment o s trá gi c os y cie p e ligro, se disponía a de"fender s u vida en l os m ás arriesgados e ncuent ro s de so v,ida de pira ta .
Lo s tesoros del pi rat a Rob e rto Cofresi tod av ía están oc"ultos, pero no en las entrañas de la tierra, si no en el p o co conocimiento que tie ne la humanidad de su a pos tola do y de su de stino a cumplir sobre ' la tierra.
Cofresí enterraba el din e ro y las riquezas qu e C1btenía de los barcos que sa queaba , en 111 a n os de sus corr.pafieros de lucha, porque ellos también eran du 1 i'íos de aquellas riquezas por las cuales e.itponían sus preciosas vidac;. ·
No hay t a les tes oros ocultos eo las entrañas de la tierra . deposit ad os por e l im1gn e corsario pu er torr qneñ:i Rob e rto Cofre sí, ami go le c tc r .. ...
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Conten ·do del próximo Cuaderno.
La conducta observada por Cofresí en la escuela. El comportamiento con sus condiscí .' pu los. Juega Tres en Raya con su profesor.
Cofresí construye un pequeño barquito de . madera, lo lanza al agua, se duerme y sueña. que era un marino de armas tomadas.
Guerreros infantiles. Prepara dos grupos de muchachos de la vecindad con palos de escobas y se lanzan a la guerra. Su grupo siempre salia vencedor. Esto lo enalteció.
Aprendió a herrero, sobrepasó a su maestro. Fortaleció sus músculos en el )'Unque. Bron ceó su piel al calor de la fragua, perdiéndole d miedo al fuego. Preparó su cuerpo para el futuro.
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IMPORTANTE
El relato de los datos contenidos en esta obra, son ,.,, .. nacidos en absoluto l? ºr los histcriadores; tampoco se encuentran en los Archiv os Históricos de Puerto Ric:.>. ni hay ser humano que teng a é s tos conocimiento s de la realidad de la vida y aventuras del pi : ata Roberto Cofresí, excepto los que hemos tenidos la Gracia de obtenerlos. l!I""
Noches de insomnios, desvelos interminables, desatención de los negocios y tropiezos a granel, hemos tenido que afron· tar para poder ver coronado prop ós ito. No es pues , dable, permitir de favor el u so de lo que nos ha co s tado grandes sacrificio!J en una éril>is e co nómica tan d e sespc.:rante.
Varias leyendas .' v se h a n escritos to. mando como pllrapeto las av é nturas de nt;estro héroe, pero • que todas están completamente err óneas; solo son meros cuentos ele camino .
La realidad de la vida v av e nture s del intr é pido p'irat a pu e rtorriqueño Roberto Cofr e s!, las encontrará Ud. ampliamente relatadas en esta obra.
Cualquier persona, compañía 6 Corporación que tenga in· terés en adquirir los d e r e cho s de nuestra obra, 6 desee se l eextiend<1 una autorizaci ón para c o piar 6 traducir, todo ó par· te de ella; adaptarla pnra cualquier representación, etc., debe rá dirigir s e para los porm e ?ores del convenio, a
Sr. B. G . CAM A CHO - Apartado 1863 - Ponce, P. R . . " .
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AGUlLA NEGRA
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ROBERTO COFRESI
Intrépido Pirata Puertorriqueño. El Terror de los Navegantes •
Fotogr:ifí3 ti •mnt.b de fo calle Henna en el Barrio de los G11ayabo 'I dd pueblo de Cabo Rojo, en la cual nació Roberto C o fre!>.i.
Nótese en el fondo, a la tcrmi1rnción de la c;qf'e, el cruce de la quebrada doLde jugaba Cofresi con su barqui· to de ,. do11clc tuvo primer sue:ño de aventuras
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ADVE 'lrENC S
ffi SE PROHIBE terminantemente la reproducción en m todo o parte de esta obra, traducción o adapta- íl ción en cualquier idioma y en cualquier país.
SE PROHIBE reproducir, ampliar o disminuir la fo- W m tografia de Cofresí, protagonista de esta obra, ffi m así como t<Imbién los cHsés que han sido prepa- m m rados expt"esamente para ella. m
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ílJ Dirija toda correspondencia a ffi
rn S . B. G. CA MACHO - Apartado 1863 - Ponce, P. R. w
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íll NOT,\: La Editorial proporcionarft tocln clase de anuncios pa ll W ra IJ propaganda de est..i obra, sin costo alguno para lr=:::::==:=i los •r==:====i ·--"-3
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SU CONDUCTA EN LA ESCUELA
O bien a maneci.i , Cdresí estaba } a preparado para en• caminarse a la escuela. Nunca llegó tarde a la clase, pues no quería ser reprendido por su profesor y ad.e· m á s que era su obligación llegar a la hora señalada.
-Llegó a captarse el aprecio y la simpatía tanto de su maestro como de sus condiscípulos, , al extremo que daban vivas cuando lo veían llegar.
A b I' 1 l " " - unque siempre so resa ta en as pe eas como guapo , nunca en clase dt:j ó de ser uno de los alumnos más humildes y estudiosos. Por su destreza y habilidad para pelear, er a temid11 de sus compañeros de clase. En este sentido tenía siempre puesta la mira de cuanto estudiante habia en la escuela, mas todos le respetaban y eran sus buenos amigos.
-Cierto dia, en que Cofr¿sí se encontraba jugando con sus compaíieros de clase, entreteniéndose en lo que era la hora de entrada, fueron sorprendidos con la llegada del maestro. f: ste quiso participar de su entretenimiento, quizás para enseñ arlos, a lo cual accedieron.
- A este iuego le llamaban TRES EN RAYA. Se dispu. s o a ju gar con SJJ mae s tro, y é ste siempre salía vencedor. Un po co d i sg ustad o y sintiendo que la sangre hervía en su inter i or •
CAPITULO IV
EL AGUJLA NEGRA
Cofres[ suspendió el juego, se paró y sintió algo extraño que lo hizo decir a su profesor Sr. Venero:
-"¡Algún día yo tambi é n tendré que vencer ...... , domi· nar el y ser el terrror de la humanidad!" . .... .
E s tas palabras, quizá s ex te ri ori z adas por Cofre sí si n darse cu e nta d e que habl a ba co n su o sin siqui e ra d ars e ta de lo que decía, fuer o n al g o as í como un se ll o , un lema , un propó sit o que de una rnavera firme determinó en él la orient a. ci ó n de su vida.
N o seríam o s capaz nos o tros en montar en cólera p or q u e en un s e ncill o ju ego de Tres en Raya, no hay a mos podido vencer. P e r o en algun os h ombres ha y ciert a impul s ividad, que es lo .que resp o nde de una m a nera cierta a s u s ten de ncias y disp os icion es, y d ete rmin a en ell o s su caráct e r, su per so nalidad, m o ld eá nd o la e n t a l fo rma qt1e e n su vida t o da, sus actividades r es po nd e n ce una man e ra única h ::i cia aquella o ri e nta ción , H e mo s podid o v e r por t o d o es t o, la e s tr e lla de Cofr es í , su sino, su disp osi ció n o predestin a ció n haci a ':1 º ª me.t a , la cu a l no t ar d a rí a en lleg a r a ella.
Se n e cesita que el hombre po se a al go que p o r decirlo a sí , no e::. t á en é l. A nos tro pe za rnos con p e r so na .e; que s on a sí. N os resp o nde cier t o modo, que nos moles t a . Sus a cciones son muy diferentes a las d e Jo,.; demá <> . Y a veces ll e g a m o s a conclu s iones en cuanto a elJ as y decimos fr a nc a mente que e::-t á loc a . o es t á ofu scad a , en fin, cualquier arg um e n t o es bueno e n esas c ircun st a n ci a s e n qu e n o no s e s pos ibl e discurrir d e una man er a cie rta al mar g en de ello.
C uá ntos h a brá p or a hí, que por lo qu e se cuenta de C ofresí se h a br á n di c ho para s u int e ri o r qu e er a un b a nd ido, que d e ni· g ra ba s u pa ís, y otras ta n t as c os a s. P e r o a e so s rec o rd a mos , q ue F r a ncis Dr a ke era un noble ing Íés , es decir, lo hicieron n o b le p o r sus actos de pir a tería. Lu eg o, es di g no de a dmirar un h ij o rl e nu e st r o país en acti v id Qdes de esa índole, porqu e su intenc ión f ué m á s noble, sus propósi t os m á s di g nos y s us act uaci ones m ás h um a ni tar ia s y honrad as.
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CAPITULO V
DE UN BARQUITO
DE MADERA
OMO p odrá verse más adelante, este fu é el primer sueño que tuvo Cofresí, en relación a lo que más tarde culminó en ser su apostolado. Ya de aquí en adelante, j a más se se paró de él aquel sueñ o que quedó estam p ado en su imag ·ttac 1ó n por todo el resto de su vida.
-Un día que no había c l ase, se levantó a la hor a acostumbrada, no encontraba qué hacer, por su imaginación cruzaban infinidad de ideas. Se en la puerta de su casa, recostó el codo v se puso la muno en Ja cara, apoyada en la barba, los ojos se le cerraron y le pareció ver como en sueño que no barco venía hacia él por el espacio. Repentinamente despertó y para no continuar en ese aturdimiento, se dispuso a fabricar un pequeño barquito de madera.
- Todo lo que necesitaba para la construcción del mismo, lo encontraba sin dificultad alguna. Después de terminarlo, se fué a una quebrada que había muy ce'rca de su casa la cual todavía existe, donde los vecinos lavaban su ropa y le nominaban "LA PILETA". Había llovido el dfa anterior v ésta tenis bastante agua. Se fué a alguna distancia de la corriente, amarró el barquito con un fuerte cordón y lo lanzó al agua
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EL AGUJLA NEGRA
-Cuando vió el barquito que iba caminando llevado por la corriente, volvifi a dominarle aquel sueno que 1., embargó antes de construirlo. Le parecía que iba piloteando una gran embarcación, que surcaba mar adentro con gran velocitlad, que !o perseguian, pero que estaba tranquilo y te •n o r alguno.
-AJ despertar de aquitlla domindci ó n extraña para él, só qne quizás algún día llegarí:a a ser marinero y entonces . dominaría el mundo. '
Hemos 'empezado a ver ya en el valiente marinero , que su int uició n despierta a u 1 mundo cnmplet q m e nte y superior pa : a él. Ya no se trata de una ilu s ión. Ya él mism o se conforta en su espíritu y se da exacta cuenta de que una misión superior le trae al mundo.
E s tal el ímpetu conque le empuja el destino hacia es tas c osas, que de una manera automática, por decirlo así, ya empieza a e o nvertir en realidad cosas ideales, que en su<; sueños devoraron su pensamiento. Medit6 tan intensamente en est1s co sas, que vió descender hacia él un barco por el espa Lio Empezaba a iniciarse en el cumplimiento de su prop ó sito
En los alrededores de la vivienda de Ccfresí, ha lla ba él ambiente suficiente para empezar el desarrollo <;le a ctivid a des que le llev aban a d e terminarse a ser marino , uu hombre arrojado a las aventuras de las playas de su tierra, , y d é tierra<; exóticas De esta manera fué que empezó Cofresí a iniciarse en su tan amarlo arte de la marinería, repl eta de emocion e s fuertes, d e impr e si 0 nes t erribl es, de c o ns cueocias, quizás felices, qu izá s d e sg r a ciad as . Pe ro al fin, respondiendo a una sed ins a ciable que tenía de ser un h omb re de lucha, cap a z de enfrenté1rse con lo:; enemigos que vi nieran desd·e otros lu ga res del mund o , pretendiendo ll e gar a nuestras tierras para saquearlo toao y lle va rlo como botín precioso a sus dominios.
Fué e n e l mismo barrio de los Guayabos, de Cabo Ro j o, su lugar natal, en donde c0rrieron sus primeras ave nturas, y fu é alli donde surgió en su mente la imagen d e l barquito que é l construy ó para ju gar , imagen fuerte que tal parece que surgiera d e lo desconocido, para más tarde tor.nar se en realidad. Había an aquel tiempo por esos lu gares al g unas calleju e las.
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ROBERTO COFRESI
Un mundo co mpl et am e n t e distinto d e lo qu e es ' ho y en. es ns r egio· n e s . D a ba una iripr esión d e humild a d, de p ob r e za, y de d ol or ex tremo, pues mucho sufr e n tod os es0s s e res que viven, dond e no se divisaa r,pá s que cé:suchas construídas de yaguas de palmas, teniend o a veces la tierra por piso . La encl e nque fortaleza · de un o s cu a ntos esp e qu es e pt erra do s en la ti e rra para le va ntar s obre la s u per fi c ie del s u el o l a s ca s ita s mejores, c orrom p idc s t a mbi é n p or e l t i em po y l a h u m ed ad con s t a n t e a rr a s t r a d a p or la s llu v i a s torr e n ci al es .
H o y t o do est á poblado. · Tiene sus calles todas org a niz a das. En todas ellas hay un no se que de rutina y de que al tra vé s del t iempo d e jan en el viaj e ro id é n t ica impresión . · Uua de ellas, hoy llama la calle d e l Dr Julio J. HEN NA. Allí se meci ó la cuna de Cofr esí, y a llí fu é donde co rri e ron s us primeros año s concurri e ndo a la escuel a y h a ci e ndo la s tr ave sura s propi a s de la edad de Jos niñ o s, cuan do toclo es p'Jra ilusión. "
Don J uho J. H e nn a no ha sido ol v idad o. Fu é un gran p at riota puertorriqueño. Es d e sa be r se que é l fo rm a ba p a rte de l Club Puerto rriqueñ o R ev oluci o nar io que d esde Nue va Y or k funcion a ba en ép o cas de la Invas ión de Est a dos Unid os , con el pr o p ó si t o de liber ta r p olí t icamente a Pue;to Rico, del yu g o e x ótico . U na pl é yade de h o mbres nobles, buenos, cultos, intelig e ntes y sob re todo p a triot a s, int eg r a, b a n e sa or gan iza ci ó n . Entr e los h ombres de m á s dist inc ió n f ig ur ó d o n Julio J. Henna, que fu é m édic o no t ab l e ; d e dic ó g ran p a r te d e su vida a la b o rar de un a ma n era .inte nsa y d ecidid a p orqu e nu estra is la fo rm a ra p ar t e d e l c o nci ert o mundi a l d e pneblos lib r es.
. D on Julio J He nna era un mu y d ocumen t ado int el ec t u al y fu é un fe r v ie n t e a d mir a d o r d e Ja h ist ori a d e su p a is , a cerc a d e la q ue ha d e jado di v ers os ensayo s. Co le ccio1fr; t a afa m ado de c osas an t iguas y rar a s , g u a rd a b a un a bu e n a y s ele cta co le cc ió n re liquias in d ia s , qu e a· s u muert e legó a la B iblio te c a M u n icip al d e f'once .
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C A PITULO V I
GUERREROS INFANTILES
UIEN quiera que se a, qu e v en g a a la prede.0 tin a d o al com ba te y a la luch a, l leva e n s u pr o p ia p e rs ona l os prim e ros ra sgo s que h a n d e d e t e r m in a r su p er s on alidad fut ur ::i. En su s a ct iv i da d es , en s u s t e n d enc ias, y e n t odo , pr ocu ra i ntui t i va m e n t e d es pl era r dich as a ct iv id a de s . d e m a n e ra qu e er.tra ae llen o en e l ple no cumplimi e nto d e su . m isiG n , ape n as d es pierta e n é l e l estad o d e co n ciencia.
P red o mi na e n es t os in di v i du o s ci erta i nq u iet u d , - un e st a do d e desasos i ego que le p r ovoca in v olu ntar i a men te lo s d eseos de esta r sie m p re ocu p ad os y a vece s su s ac ci o n es so b repujan rn v ol un t ad , C o fr esí p er te n e c ió a esa cat e go r ía d e. seres, y e n s u vida s ie m p r e lo d e m o st ró . C apaz de r e ali za r gra n des e mp rtsas , h u h ie r a sido g r a n de si s u v id a n o h u bie ra sido ta n cor t a • H u b ie r a qui zás pe r sona lid aoes s i de s d e e l mom e n to d e su inicia c ió n en es t as ave n t ur a s que s i e mpr e l e preo cu · para n , hubie r a go zado d e l a o po rt un idad d e ac c ió n d e q u e g•.i · zan aquellos, que ter. ie n d o i dea l S, d is po si c ió n, v o ca c ión, dinero y c om odidades, p ue d en a come te r las g r a nd es e m presas p or q u e na.da le s fa l ta, esta nd o s eg u ros de qne h an de triu nfar a ll í d onde pret e n dan o s e di spo n gan a d ist in g u i r se.
La s a ngre q u e cc rr ía p o r l as venas de C o fr e l> í le sacab a d e quicio, y p r r deci rl o así, s us o pera ci ones se h ub iese n tomado s i em
pre c r· m o aut o m á ticas o se le hubi es e hecho p asa r por un neurasténico o un anormal. Tal e ra su p oder de actividad: tal era la viveza de su caráct e r, que :io s a bem o s hasta donde hubiera po did o ll eg ar en el transcurso de su vida, si hubiera d.escendido a la edad madura, cumplidos ya sus propósitos y rendida su labor, a • fuerza de haber entrado en años.
Veamos la explicación en relación con sus ju eg os infantil e s , en l e s que ya, despier ta su mente, dem o strab a que era c a p az de dominar las ajrnas voluntades, si era neceEario
-Aprovechirndo los días que no había clase. se ccuoabn en formar patrullas compuestas por mucbnchos de la vecindad. Constiti;ia dos grupos. Cualquier insignificancia era lo suficiente para acatarlo como una ofensa inaudita y por lo · tanto, habia que guerrear para castigar la ofensa.
Nos demu e stra ya Cofresí como ex p u esto, s u cará cter domin a d o r y se ve ro, sin que e st o fuera ob stá culo que le impidi e ra jugar c o n sus c o mpañ er os. Seña 1 i u disc utib le de q 'u e en su vida no había malevol e ncia, sinó ener gía , sed de triunf0, de dominio sobre aquello s que querían a los su y os .
-Un día que· no hiibia C:as.:!, se levantó bien de mañan"a, y como de costumbre, empezó a reunir los muchachos Vi! ci· nos, amigos de él. · Cuando ya babia una buena parte reuní· .da , empezaron a formar los grupos como si hubieran sido dos batal lones que iban a combatirse. Los hizo tomar palos de esc o bas e.n los cuales se montaron. Cada uno un sable. d e u n pedazo de madera; esa t:ra el arma que iban a usar Cí.1 el campo de batalla.
Notem o s la de los mucbachos. Las mismas cosas de todos los much ac hos, y · entre ellos, confundido C ofr e· sí, de los ratos infantiles que r e cre a n el espíritu, Y que no son patrim o nio de pers o nas determinadas , sino que el noble y el pechero, el de arriba y el de abajo, en una pala bra, t odos los niñ os, en ma yor o en menor estado de ingenuidad lo pos een.
-Constituidas ya las dos escuadra9, uno de los mas fue ·rt-es y arrojados hacfa de comandante, él era el jefe del otro
• ROBERTO
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COFRESI
EL AGUILA NEGRA
grupo. •Se re t iraron a distancia conveniente , tratando de ocultarse entre las malezas y algunas casas. Un grito de . . -A la guerra . . . ! contestad::> en igual fo r ma por la p a rte , contraria, fué fo suficiente para ir :ti combate y t:mpezar l a tu. cha. A sablazo limpio, uno con otro, cuerpo a cuerpo luchan· do, alguno perdía el arma, se le rompía o se la quitaba otro. En algunas ocasiones los palos de escobas que hacían de c a ballos. se convertían también en sables, entonces ya el combate era m á s Los hombres a su mando, digo los mu. chachos, cuando oian su voz que les grit a b a . .... . iFuego! ¡Fuego! .... parecian a veces en re.al id ad verdaderos guerreros. Se veían atacar con m á s furia. •
En la vida de g randes guerreros, rara v e z se encuentr a n narracione s de su en es a form ::t H a n sido p o r el contra· rio, indiferen t es a es o s moviruient us, m a s s e lea ha visto frente a los ej é rcitos, para salir de ahí en adel a nte de triunfo e n triunfo. Sin embargo esos mism o c; individuo s si e mpre se han tinguido, hab i endo sid o e s as batallas hijas de circun s t a ncias es peciales. Es decir, que en es o la vocación a n a da ha .respondido .
Solo la situación y n a da ma s . _
V e rdad e s que Washin g ton; Bo lívar, Martí, fueron g randes guerre r o s pero su niñez n o tran s currió así par a ellos. Lo contrario suce di6 a C ofresí. Su vida de lucha s emp e zó des d e su
En c a mbio no tuvo en s u vida un a o casión verdad pa · ra su h a bilidad en los ej é rcit.os, y tuvo que c o nfor· mar se c o n atac a r y defenderse en las di v ersas oc a si o nes a q u e hemos hecho alusión.
Cofre si tenía madera de guerrero, y de haber hallado en s u t iempc la oportunidad que halla ron M a rtí, B o lí v ar, S a n Ma rtin , v; (i :; m n g t o n y Maceo, h r; y la his t oria le hubiera encum b ra rlo c omo un aguerrido y bizarro sold a do , com o fi guran miles de hé0 r oes en e s as encic lopedias que a d ia rio estamos e s tudi a nd o.
-En el transcurso del combate, ya cansados algunos por la faena, se iban retirando, corrían ó se sentaban e n ademán de declararse vencidos. Otros se retiraban llorando por haber recibido algún arañazo ó . haber visto sangre. Y así todos los s o ld a dos de la parte contraria iban declarándo se vencido s .
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ROB E RTO COFRESI
Te rminad a l a esc a r a muza, su patruli a s ali6 vencedora con casi to do s s us much a ch o s en pie . _ - Es t a pequeñ a v ictori a infantil, fué en su espíritu un ver· d a d er o inc e nti v o que al e ntó en su pens a miento l a idea de ser u n ho m bre de luch a . Im p r imió en s u ment e ide a s que más t a r. de p udo \ ' er r e a li:l;a d a s en su vida de p i r a .t a .
E s o fu é un ej e m p l · , ' un r e flej o, un fu lg J r d zb il, p ') r de ci tl o a sí, . de la s futu ras a c ti d d a d e s d e este h er6 . co m H in o. E r a u n m o t i '-'.6 t r as c e nd e n ta l qu e e n c a rn a b :i s u p e r s o n a li da d, y a dec i r v e r d a d , d eb i6 h ab e rs e sen t i do in tensa m e n t e· a leg re y fel i z , c ua n-
d o eQ u n c o mb 1r;e d e la in fa n c i1 1 p u do v en c e r y dqmin a r al e nemig o En l u cha s de e s a índo le , r e ci b í a C ofre sí la impr e si ó n d e
q n e c o r to s e n la ti e r ra i b a n a s e r par-a é l l o s días y la o cación d e d em o s t r ar a l m u n do de c uán t a s c o sas e r a capaz .
E n l a v i da d e l os h o mb res lo s acto s m ás t r iv i a le s y pe que-
ñ os re a li z a dos dur a n te s u n iñ ez, i n fun den en e ll o s c i e rt o m at iz , q u e t i e n e n pa ra la po s te rid a d c i e r tos d e s i g ni o s y ll a m a do s mis t erios, qu e a pen &s p o de m es de sc r i bir , aFJ a l iza r y est udi ar a fo ndo
T ra n scu rri e n do el t i e mrio y ll eg ad a l a o p or t u n i da d de cumpli r s e lo s q ue e s t á n e sc ri t o s , p u e d e en t on c es d e m o s tra rs e c o n p ruebas ad u c i da s bast a la l a po sibilid a d · d e l r e · f le j o d e la s i d e as fo r jadas e n la me n t e d ur a n t e la n i ñez, y c o nver t ida s en rea l i d ai:l a l tr a v é s d t: un c o n sc ient e mad u ramient o, a u nq u e fu e ra e n los últ im o s añ o s d e l a e xi s te nci a . .,,
P o r a lgo será q u e s e di ce q u e e l ni ñ o d e h o y es el p a dr e d e m añ a na . E n e s te d ich o hay e n c arna do t a l p r i n ci pi o de ve r dad, que q ueda co n e ll o dem o strado e l c u m p limi en to d e r espons a bil id a d . Desde q ue se e s n i ii o h a sta q ue s e ent ra e n la ed ad de la raz6 n , ella v ie n e a d o mina r al se r y a da r l e l a d ebida p e rs o n a l ida d en e l am b ie n t e e n qu e se · ha d esa r r ol la do.
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APRENDIENDO A HERRERO
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ORJADO c o mo i b a y a Cofre s í en la fr ag ua l o s s u frimiento s, era humano y razonable, que a é l l e t o ca r a for j a r tambi é n. Er á una le y de -equilibrio que s e cum p lí a; er d un de s i g nio m á s ven ía a añadirse para darl e t oda Ja f 0 r·tale z a vi v a y prepotent e qu e su orgaP-i s mo nec e sitaba . Y e n con d ic: ó n se le iba a pr e parar p a ra emp e zar a, afrc;int a r l o s reve · ses d e la fo rtuna y de les sufrimi e nt o s que se le habían de pre· se n t ar en s u vida.
Pe ne tr aba pue s , C ofr es í, en el taller a fo r j a r su s músculo s, a e n d ur e c e r l o s , a h a c e r su t e z m ás apr o piada p a r a t o le r a r la in·· clemenci a del s o l t ro p ic a l cu ando se h a llar a en la s tr a vi es a s e inte r e san te s av e nturas de mar que le e s p e r a ban.
- Había y a terminado sus e s tudios hasta la cuarta enseíhm za. A sus padres no l es era posfüle seguir enviándoie a la escue!a, debido a los escaso s recursos con que contaban, y por· que era necesario que ya empe:z:ara a trabajar, no solamente para ayudarlos a ellos, sino que también para ir proporcion á n · dose lo que é l mismo necesitaba .
Contaba p ara ese tiempo solamente trece años Pero de· bido a la mu s culatura y por ser fuerte de constitución, repre · se nt a b 'l t ene r má s edad. Fué ll ev ado por s u p a dr e a uo a h e·
CAPITULO VII
r rerí a q ue ha b a e n C a bo Rojo. A li lo e n c :s rgó al m':lestro, pa r a que le ens e ñ a ra e l oficio y que pod í a utiliz a rlo en cualquie r s er v icio q ue nece s itara,
- E l m a estr o lo recibi ó muy contento, lo hizo pas a r al t all e r y le ensenó las di s tint a s máquinas y ap a rat o s que ten í a en a qud l ocal. Le h iz o algunas advert e ncia s en cuanto a l a s bue na s o portu n id a des que pod ía tener si lle ga b a a apr e nder el o.fi· c io y lo e x hort ó a que fuera humild e , ob e di e nt e Y que no desp e r d ic i ara el tiemp o, p an: que así aprendi era lo m ás p ro nt o p osi b l e
H e a q.u í a nu es tro h é ro e circun s cri to a n n a a u t o ri d a d ; l a de s u m a e stro, co n qu ie n se h a b ría-d e en te n <l e r para ap r e n de r e l O · fi cio de h errero. i n d u da b le m e nt e fu é a la he rre cía o b e dec ien do al ma n da to de s u s padres.
E s po co ha laga d o r e s ta r uno d isfr ut and o a s u gusto y a nt ojo de j u eg os y av e n t u r a s i n fantile s y ser c ir c l1 n · c r ito de i mpro v iso a una co n d i ci ón de e s c l avit u d, c o mo e r a la de te ne r que ir a a pr ender u n of :cio . Mas aun e n aq ue ll o s días e n q u e los mae stros f'e t o m a ba n la l ibe r ta d de estr o pear a l apr endiz c o n el benepl á ci t o d e los p adre s , e r a al go m e no s que de seabl e .
An t es d e nu e s tr o s t i em pos , h a sta lo s m ismos v e cin os c o n;etía n i nj u s ti cias c o n lo s h ij o s a j e no 5 , at ro pe ll ándol o > i n hu m a n amente N o q ui si¿ ra m o s i magi n a rno s Ía situ':l.ci ó n por dem á s e mb a ra tl osa e n q u e Cofr e si se enco n t r a b a , cua n do s e h a \1 6 a disp o s ición de u n mae s tr o de he r rería , pero c o m o era humilde, esta b a t r a n q uilo , o b ed e cierido por lo ta n t o al man d at o de pa d r e s .
- Los co nse jos d e a q u·el seíi o r , el mae s tro d e la h e rr er í a , pene t r a ro n en su ment e c om o po r el e ctric i d a d, Pe n s ó qu e d eb ía se r ob e di en t e p ara ev i tar e l se r c as tig a do. A l otro· d ! a se l e v an tó b i en t e m prano, sie n d o el prim e ro en lle ga r a l Ta ller . C uando ll e gó e l m a e s tro, le sa lud ó m uy en tra· ron y e mp ezó el tr a b .; jo Aq u el d i a fu é p ara é l el pr i ncipi o d e l a l a bor f u e rt e, su i nici a ci ó n e n el t r ab iJ j u, uno de los p r ecep · tos d e la Lt!y d e lJ10 s. T r a b aja b a c o n no desp er . di ci aba ni u n so lo mom e nto, c umplí a l a s órde n es d el m a es tro fie lm e n te. ,
. -
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R OBERTO C OFRES !
-Apesar de tener muy poc ,)S meses de estar apr e ndiendo , ya est a ba ba s tante adelantado en el oficio. El m a e !:l tro muy ag r adecido de su comport a miento, y d á n jo s e c 11ent a d s u .ade l a nto, e m pez ó a co n fiar]._ de cui d,i do, que solo se _ lo s d a ba a oficiales expertos. P e ro como é l s i e mpre ponía mucho cuidado en las encomiend a s que se . !e hacían , el' orn e s tro no tuvo temor en cont a rle y a com o a uno de su s ofici a · l es, d á ndole trabajos de cuid a do que hacer.
El m ae s t r o d e C ofr e sí , no era un o de a q uell os cascarrabi a s qu e qu erían h a cer d e su s a pr e ndices es cl a vos e hi j o s , a t ro p el lán d olo s b á rb a ram en te , n0 , Cofre sí tu v o la su e r t e ce ca e r e n m a n os de un m aest ro q ue e r¡i h um a n o . P o r eso pu do pr o s per a r, su po c onduc :rs e , y so bre t od o s e g anó el af ecto , la di s tinción y la co n f ia nza de su maestro. En a qu e ll os ti e m p o s las de lo s m2 es tros se d ab an a fu e r za de g a rr o t a zo s y at rope ll o s, p e ro Co fre s í no t uv o q ue pasar p o r es e crisol , d e b icl o al bu e n ca r á cte r de s u m a estro y a q ue é l ta m po co d a ba m o t i vo s p a ra ser casti g ado.
Una cau rn d e l a s que con t ribu y er o n a l anal fa b e ti s m o y la b a rb a ri e d e n u es t ro s v ie j os, fué e sa m a la cost um b re de· ec t a r g :> I· p ea n do si e m pr e a los muchachos . En la es cu e la, e n la calle, en e l p a !::eo, en e l t a l ltr, e n la t i e nd a , e n f in , d o nde q uiera q u e p ud iera -h a b e r muc h a c h os, es t a b a la con s t an t e a me n aza de lo s vie jo s. c·a pr i c hoc:;os. Y e s a fotrna d e castig o s se e x t e n d ió a to das p a rt e s .
Lo s muc h a c h os p ••r t e m 'J r n qu e l es pega r a n por un qu í t am e a l lá esa !'l pa jas , se huí a n de s u cas a , y aba nd o n aban e l tr a ba j o , y l a es cu ela , par a d es pu és p o r culp a d e gr a n p art e d e la i n t ileran · r a nci a de s us padr es , ser pe o n e s, j o'rn a lero s , o br e ro s d e l a haci e n· da. Pues en su huíd a se iban a r e fu gia r a l'á , h a cién dos e pa s ar c omo qu e eran tranceunt e s que ve nía n d e ot ros pueblo s pa rque no h all ab an nada qu e h a ce r y nece s it a ban tr a b aj o.
P o r eso d e cim os que gr a n suer te tuv o C c fres í a l h allar en el du e ñ o d e l tall e r un ca ball e ro, un ami g o, una p e rs o na di s pu es ta h a ha c e rl e p ro g r e s a r s i e mpre que tu vie r a di sp os ición pa r a e l10. En ,, quel entonces, po r lo q ue h e m os d eja d o e xp li ca do, ya e ra d ifí t ro p eza r se co n m aestr os q ue no fu e r a n ve rd a d ero s ve rdu go s, qu e se n tían pr ofu n do p lacer a l prop i n a r le az o te s en p le no p or
la raz 6 µ de que tenían do;; ó tres años m a s de edad que ellos.
- Durante el largo tiempo que estuvo trabajando en la herrería, nunca tuvo una diferencia con los compañeros de labor, siempre los trató con respeto y ellos tenian en él un liuen amigo y compaiiero. Ellos estaban admirados de su disposi· ción, y de la rapidez con que había aprendido el oficio; veían en él algo superior a ellos, considerando el que ellos estaban trabajando al qu e él había eqipezado a aprender.
Por lo que hemos podido ver, Cofresí fué bien acogido por el y prosperó ele una man e ra rápid a en su p r o fesión. Sobre este punto d e b e mos llano a r la atenci ó n a lo s lect o r es , en el s e ntid o d e r e calc a r el hecho d e que su disposición se i b a adaptando de un a manera fácil, y tod ., s e le c o nver tí a en una re a lid ad sorprend e n te. A sí l o h e mos vis t o al través d e los r e la t os, qu e ya empieza n a delinear el hombre superior .
-Y a el mat::stro se sentía tan satisfecho de su labor, que a veces 00 l.'!Xaminaba los trabajos que le encargaba, porque t e nía la convicci ó n de que estaban bien hechos.
H"brá quie n h a lle e n estos rasg os del maestro un acto de red a n t e rí ::i c :) n :;. ct it11 d . Por el cont rario, no debe ser af'Í. V n in<i1 v iduo que r e c onoce k s mérito .; de o tr o , ju st o es que le de e l valor, porque ell<> le p e rt e n e ce. En l a vida de l os ho mbre e::, a e st o s es a quien el tri un fo le s ha de ll evar hacia adelante, t oda vez que llevan en su s e r el cteseo de pfosperar.
-En muchas ocasiones, cuando se disponfa a pasar la vista e a lgún trab ci jo, encontraba varias modificaciones a la explicación que él le había dado; les examin a ba cuidadosamente y encontraba que el trabajo estab a mejor hecho que lo que él pen pi.;es dejaba pasar, quiz ás inadvertidamente, arreglos que ponían en pelígro la pieza recompuesta al ser usad.a.
¡Qu é ma est ro y qu é di s cípulo!
Cvn una lib e r a lidad pa smosa el b uen e xperto toleraba qn e sa aprendiz vac!ara en la c o n fección de la o bra , todo e l c ui d :ido, la inteligencia y el ingenio na· da comllnes qué la Naturalez i le cl ió como premio de sus esfu e rzri s. Los aplicaba e.n cu antas ocas io nes tení a la oportunidad de
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ROBERTO COFRES!
EL AGUJLA N EGR A
h a c e rl o , a M p li a n d o así el cau da l de c o nocimi e n t os a ' l quiri d os por la e x peri e nc ia , y contr ib u ía d e una m a ner a sin g ul ar a ac re c e n tar el pr e stig io de su bu e n m a e s tro y de su pro fe sión
Así C ofle s í fu é e le v ando sobre el ni v el v ul ga r l o s m é ri.t o s · de su pat rono, y ha ci e ndo é l mismo t o do l o p o si b le p or m e r e c e r l a ron s ider a ción qu e se em p e zó a cap t a r d es de e l prim e r d ía e n ,. q u e /
b a j o la prot e cc ió n de bu e n hom bre , su pa d re Jo· de dicó a ' · " las faena s fu e rte s , pero efjcaces del o ficio <le herr e ro.
Su buen m a estro n a rl a t e n ía qu e en v.i d iar a e sos qu e ro so s d e que lo s discí p u lo s fu e r a n a s ob repuju!e en fam a , ci co stumbr a n a pa ra q ue n o pudi e r a n ni siquie ra l iega r a comprender !u que e s t a b a n a p re ndi e nd o . · En a quel tiem po h ubo much os m a e st ro s d e e st a ín d o le en la s d i versas a ct ivid a d e s Mu cho s e j emplos la bue n a v olun ta d d e vario s d e e so s mae s tr os que fu e r o n v e rdad e ros pr e cept o re s, en lugar d e s e r a m en aza s y rém o r a s a e todo pr u g re 0 o
E n e l art e , M o r e l C a m p os s up e ró a T a vár ez , s u m 'l e s tro, y a Eg ip cia co , que fué q uien le e n s e ñ ó a c J nocer las net a s mu si c ales. de Rosto::; ecli p só a los su y os, porqu e su p ersona li d a d f u e rte ha eclips a do a t o d o s lo s ma e st ro s d e l Nu e vo C o ntinent e; Bet a nc es, J o&é P a blo Moral es, Baldoriory, han sid o ta n a p ro ve c h a d o s , qu e nadi e s e ha acor da d o d e qui e n e s fueron sus instruct o r es
El d iscí p ulo, y a en el sendero, lo g ró c o n sus luce s d i fundir los fu lg or e s de s us co11 o ci01ient o s 1 mi e ntr a s l o s que un n v ez le s e ns eñ a r o n , j,ue g o, tranquil a m e n t e , s a ti sfe chos, - s e c onform a r o n con de ci r : les educ a mo s . ¿ Y qu é m a yor s a t is fa cc ión pue• d e s e nti1 quie¡;¡ ele v a ind i viduo s so br e su pro p ia p e rs o nal i d a d ?
Y el mae st ro d e C o fr es í e ra uno de aquellos
- El n o taba. que cuando el maestro pasHba por vista
110 de l os trabajos hechos por él, se mordfa lo s labios, y me· neando la cabeza en tono de ac'eptación, se rdiraba cabizb &jo.
E l t r iu n fo co rona b a las a cti vi da d e s de p rog r e so d e C n fr e sí s u: mae s tr o , dá ndos e c u e nt 3. del pr og res o y el co noc imien t o d e é l, n o p o d í a me:i o s q u e r e con o c e r su h ab i li dad, y po r e s ta r azó n, ern qu e a cc e día a ce p t and o lo q ue- él hacía . el m nestr o una c on d ic io n de h u m ildad singu lar . S u pro p6s it :l era !al.Jo-
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r ar in te r.samente v crear obreros en .esos c o nocimientos superiore s a ¿) , pa r a dedica;lo s e n lo fo turo a las m is mas faenas en · q u e él s e v e n ía distin g uiendo
Su placer, era indudablemeñte. inten s o . El . goce supremo q ue se s ien t e en k ín t im o del espí r itu, cuando no s entienden, es e l p a g o ·que recib im os a c am b io de la s que podemos p ro di g a r a lo s dem á s Em pezab a e l buen pa trono ele el a v entu - ' r ero 1, a r ec o n ocer la superioridad d el
C ofr e sí . a prove c hado e s t udiante en la s fae n a s duras del y unq u e y d e l a fr;i g ua c o rre s p o nd fa ,de una man e ra efectiva a lo s buen os s u s pa dr es Solo an h elaba laborar para ellos, y c um p lir sus promesas r ara la vida que le esperaba, fortificando su co n st it uci ón e n e l t r a b a j o rudo .
-Hah i a transcurrido ya un año de estar Cofresi en la herrerfa, ya no encon t raba qué hacer. Todcs los trabajos los sabia de memor ia. El maestro lo babia dejado de la mano, ¡p Ol'que comprendia que ya sabia mas que él , en cuant o a l o s , t rab a jos del tal ler , !\'ate mos c o n cu a nta c omodidad estaba Cofresí en el t a ller des p u é s de un año de aprendizaje . N o es de ex tra ñ ar lo c o n t ento q ue s e en c ontr ab a Nosotros mi,;mos, cuando l ogramos aprend e r ¡;Jgo mejor que to que rueden hacer dem á s, ac ostumbrn m os en v e nenrncs. Ern es propio de la juven t ud . Homb r es m ifm os, a la pl1 nitud de sus añ os, per í o d o en el que deb e bab r una tend e ncia h <i cia una c o opera c ión d ef ini t iv a y fr anca hac ia el prójimo, se envan ec e n en su superiorid a d, cr eá ndo !'e p or d eci r lo a sí , u n círculo v icioso . que a menudo les prop or ci o na en em igos,
Cofres i , un muc h ar ho i mberbe, curtido e n las ocup;iciones d el taller, era de una i n teligencia y de s p ie r ta.
-Habia fortificado su musculatura golpeando coa el pesa do marrón t::n el yunque. Las chispas de c a nde l a que salta. ban al rt:cibir el fuerte golpe dado p--0r sus manos , cruzab1rn muy cerc a de él , pero no conseguian atemoriz a rl e . Antes al c ontra r io se acostumbr ó a ver lo s rel á rnpág o s de fu e go bi e n d e cerca . ..
ROBERTO
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COFRESI
EL AGUILA NEGRA
r a disposición de nuestro héroe' hacia hazañas más fuertes, l e h a cí a n ver ya empEqueñ e cido el a mbi Pnte del tall e r; el fu pgo y a no le atem o riz aba , a q u ello oara é l n o e ra ot ra cosa que un jugu e t e pel igroso, que e >capa ba siempre ile so . Sus ens o ñ ac i ·n e s de g r a nd eza y de a ve ntura cr ec ieron allí de un a rminera- g iy e n su propic y o , no h a y que dudar que creyera eso u Pa mic;ión, un prop cSsi to qu e el d est ino p o nia e n sus m a no s p as a qu e supiera hacer fr e n t e en s u s dí a s v e nid e ros a todas las fa n tasm agó ri ca s c e larlas que hab r ía de hallar en su accid e ntado c a mino , d on d e Je ag u a rdab a n las o rt iga s , lás ar e nas del d e si e rto, d e l sufrimi ent o . l a del fuert e , el a bu s o rle la justicia, y la persecu sión eucarnizada de l os enemigos g ratui co s que p.or el plac e r de ver sucumbir a la s g e ntes, sienten un íntimo placer
S e preparaba Cofresí, para el futuro y c a dd chispa que brO"· t a ba del yunque o de la fragua a l golpe d e moledr,r del marrón , o al atiz a r las brasas de la h ') g uera, a rrancaba a su espíritu n o se qué inyuietud por ir hacia la avPntura y h acia 10 desconocido. Aquello fu é un libro abierto que tnvo ante sus ojos, mientra s e l ac o mpasa'do retintín de los instrument o s qu e g ol pe aba n el yunque, di6 forma a múltiples objetos qu e el rojo vivo y calcin a n te del fue g o modelaba, para que él, como ge nial artífic e, gr a b ara ., en ello s su voluntad. Esa voluntad habría de impon e rse m ás tar d e sobre los hombres, y de le> misn;a m a nera que d o minah a el hierro y el ac e r o , debía dominar l as g e nt es que áv i d o s d e ri q ueza s, saquea ban c on el beneplácito del g o biern o, el humil de solar de Borinquen.
-El rugir del fuelle cuando se le daba vueltas y recibí a la presión del aire, le parecía el acercamieotc• de una pequeña tempestad, q ue veía con inJiferencia. Su mente' en aquel10s se lanzaba por los dominios del mar, y se daba una i dea de lo que luego iba a ocurrir en aquellas costas, siendo él testigo prcser.cial, y hasta parte activa en su afán de defender lo que el mismo Dios nos concedi ó.
- Manos malvadas y ladronas querÍan d 2s pojaruos de todas nuestras riquezas para su propiú beneficio, mientras el hem bre, la miseria y hasta la s pestes diezmaban las multitudes de nues tra tietra, y los c obardes toler a ban pasiva r callaclamente
ROBERTO COFRESI
d ejando hacer d e . aquellos, modern os beduinos del desierto: · Los carbones al recibir el fuerte soplo del fuelle, lanza· b a n chispas de candela que se p e rdían en el eso a cio. Todo es o ten ia· ante su vista, y nada temor. Aqu e llas, lanz a da s a l viento, eran como chispas de su espíritu sediento de libert a d. C a da chi s pazo de los carbon e s er11 como una ilusi ó n dor a d a, una ilusió n no perdida, sino con pr e tenciones de cris· talizaci ó n. '
Na c a le COi1rn ov í a . T o do aqu ell o n o era s o lo un m otiv o m á s p ara a ñ ad i r lo a la c a rrera de su vid a e n don de la s t e m pes tades d e l a lm a y la s d e l mund o , e s t a ban en c o n t í n uo acecho s o b r e d e é l. C ofr esí t e n ía qu e ad q uirir al g una e x p eri e n y el .t a ller cons t ituy ó gran p a r te d e ella. Debí a se g uir p or el s e nder o , pu es la lu z a v e ces n os alum b ra al final d e l c a mino pero n os s a t is fa ce infinit o h a liarl a .
E s tr ist e , mu y t ri s t e h a ber r e corrido toda la ruta e n me .d io d e las b r um as y las ti n ie b la s , sin hall a r un t e nu e farol illo, qu e d a ndo p a r t e de su fu lg o r m o rte e ino s o br e e l ye rmo d e nu estr a s al m a s , nos invit e a c o ntinu a r c o m o el judí o err a n te , c o n la id ea c la vada e n n u es tra m e n te d e que a lg ún dí a , y en a lg una pa r t e n o s h a brem os d e d e ten e r a de la s fatig a s del vi a j e , Y' a conte mp la r p o r lo m e n e s el c a.m ino que h e m o s r e c o rrido en nuestra • • 1 pere g nn a c1 ó n .
- La mi s ió n,. de Coiresí, por decirlo as í era más elevada que lo que ha s ta entonce<> ven í a desempeñando , y era ju s to que a s pirara a continuar la ruta, hasta termin z rla . ..• 1
-Sus m a nos fortificadas con una gruesa capa de c a llo s , que ha d o minaba con ell as barrotes de hie(ro candente. Los golpes que recibiera en distinta s part e s de su cu e rpo, le hicieron comprender el dolor que s e siente cuando uno es desci;idado.
Vemo s, pue s, que lo s des e o s d e C o fre s í no er a n asp iracione s c orr iente s, d e e sas que Ja gene ralid a d de l a humanid a d t ie n e m e · ti d a s e n t r e ceja y ce ja. El qu e r ía a rrib a r, a sc e nd e r, y c u mplir m is ión, s i er a que a lguna t rafo , p or q u e s u i n qui et o, i rr efu ta b l e le i n v itab a a n o de s c ansa r h a s ta q u e o r ie n tá nd ose
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EL AGUILA NEGRA
en los verdaderos propG s itos de su e x istencia, hallara, aunque . a fuerza de tr o pezones la puerta pel camino.
C ofresí se disponía a empezar a recorrer la ruta, sin fij a rse en los ob.>táculos que hubiera en el larg o camino qu e los human os tenem os que recorrer llevando nuestra propia cruz., Cad a golpe que llevaba este h é roe en su trabajo, era algo as! como un a señal iniciát ic 3, de signific a c:6n oculta, que solo pue0en entender e interpretar aquellos, que conoc edores del sendero, se h 91i iniciad o en él ya habi e ndo - las correspondientes privaciones y ad -¡ ersidades que se h a'llan en donde quiera que nos det e nem o s para poder comprender él lado oculto de las cosas.
La ii;iiciación en el dolor fí s ic9 para C ofresí , se llevó a efecto en aquel taller de herrería, ante el altar del representad:J por el yunque, la fra g u11 y el fuelle, actuando com ') mae s tro de ce remonias el antigu o mecánico, dueño del taller. ¿Qui é n pudiera desentrañar la s ignificación que hay encarnada en vida de rel a ción entre est us dos seres que vienen a ponerse de acuer d o , un o para a pren d er, y el otro p a ra en s eñarle, y sobre t o do, pa ra t e ner que t o lerar el viejo m'lestro la en5eñanza que le da el novel discípulo en su misma profesión.
El dolor que dejan las experieqcias, es como un enorme cris ol en el que se depuran los valores. Todo el que sufre se espiritualiza, porque sufriendo es como ún!camente puede darse cuen· ta del mal que ha exp erimentado El dol or moral o espiritua l es aún peor que el dolor físico, porque a menudo hay · medicina ' para curar los males de qu e ad::>lece la humana especi e en lo qu e se r efiere a la carne. Pero al llegar al e s píritu, a la moral, a es a parte sutil, en donde no es p o sib le que lle g uen rec e tas de índ o le alguna , ah, entonc es es que verdaderamente se sufr e . No h a llar m edicina es aún otro sufrimiento que se añade al sufr :m iento primordial. .
Los rnédiéos d el alma, desgraciadamente, han tergiversad o los principios de la t rap e útica espiritual , y má s bien de g eneran a los s e res que caen en sus manos en lugar de hacerlos elevarse ' so· bre s u própio pedestal de que !lan .Ievant3do co n la co nstan te aspirnci 6 n de la c onquista de l os s end eros idealist as del e s píritu. El dolor es un factor del que narlie pu ede e:>c a par , /
. ...._
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n;á s cóm o da su ,ex istencia, tamto m á s agudos serán s u s s ufrimientos. Empeña d o en CFear un mundo eterno para é l y lo.s su yo s , se estre lla cu a n d o la c ompetencia del prójimo se p eña -e n SGlirepu j árle, y la en v idia viene a susti t u i r a toda alegr ía y a trdo amór .
u rge la cat á sttofe de las alm a s. Y v iene el na!!frag io mor a l Y s urge la ba rbarie d e ntro r' e l0 s mi s m us p o d e r es a-
Y la insfinge de lo deseon oddo, mud a, s e ria , at is b a d es de s us domi n ios ,s obre es t os desgraciad o s que merec i!::ron 'mej or v enir a la vi d a a v i v ir una v i da d e privc: c ionec: y trabajos r u do s, ant e s de venir a gn.z ar de bi e n es temporal e s, que no bace n a la postre m á s q ue encadenar c-e l e s piri t u y el hombre mi s mo a u n a oe y anomal ia s, que le captan el odi y el despre c io m á s sincer_? de lo s suyos ·
·-Ya hastiado de esa labor Cofresf,. por haber aprendido más de lo que el maestro le enseñ ó, dzcidi6 dej a r le. herrería. Aquello le cansaba ya. La rutina eterna de las mismas cosas alrededor del taller y del trabajo, le hacían ·d e sea·r más intens as emociones, un deseo más amplio de ' evolucionar y de con· quistar otras actividades que se sumaran a sentimiento s y a sus deseos.
-Informó a sus padres de su decisi ó n, y ellos viendo que en realidad ya no podía aprender más nada en el taller, acep· Qaron su propósito . • La continuidad de las mismas cosas to· dos los días le hacfan . un cfectQ terrib!e. Sus padres, toler antes, se daban cuenta de lo que él decia, y no le contradecian. El deseabm o t r¡is co sas. Allí nada m á s ib1 a aprender. Estar í a condenado a ser siempre la misma cosa, y desde la ma ii ana has t a la tarde envuel t o entre el humo de le fra g ua, el r etintín, del mar r ón sobre el yunque y el sÓplido de la tempes· tad en miniatura del fuelle, continuaría sus dias hasta consum irse en una condición de rutina ,- cosa que nunca le agradaba.
- El no queria bajo concepto que Cofre s( a bandon a ra la herrería, pue s to que ya era su ofic i al de c onf ianza, pero le d ió una ex pli c ación , de que quer ia labora r e n o tro campo, v no pudo m ás que estar con fo rme . Con g r 2 n
... 1 • R
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OBERTO COFRESf
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E L A GUIL A N E GRit
sentimi e n o d e su .. t e ni a qu e áb a n ci o na rb. N a d .,, t en ia contra él. Cofresi fué muy cari fi os o, a fable y cump1id o r c on su mae:;tro. Fué su confiar.za desde que entr ó en el taller ., de modo que niagu n a raz ó n había par a dejár l e s olo . Pero Sl] disposición hacía má s dificile s y m ás arriesg a d ás a v entura s lo arra s trab a n. Era dominado por una fueza ciega é l. Ha b iai dominado hasta su voluntad.
-Es el c a so, que pudiendo haber tenido un buen por v eriir en aqu e l entonces en las acti v idades de s u ocup \l ci ó n, se decidió a aband o nar dicho trabajo, con el prete x · to de buscar a lgo nue v o, algo ' fuerte, algo que s e indentificara con él mi s mo; algo en fin que le dominara y que pudiera ha 0 cer él lo que b a bia d1::seado dl'!sde sus primeros año s.
In sistimos e n a lgun os puntos qu e hemos dicho an tes d e ahora . C ofr es í n o era el p e r s onaje b an do lero y perd idc q ue h an p r<:>curado h n_se r d e él a lg un o s ign o r a n t es , ún icam e n t e aclmir ad or es d e su n o m b re espe cul a r c o n un a ser ie de aven t uras , Clle nt os y novel a s q u e nunc a oc u rr ie ro n de este luc ha dor del m ar.
Po d e rn os no ta r en todas fas ocas ion es, q ue Co fr esí e ra u n a mi g o l e al , b ue n com p a ñ er o , d es i nt e r es ad o , y s ob re t odo s ince ro. Nqd ie po día sufr ir ju n t o a él , pu es su po s iem p r e r esp ond e r a l a ca r idad a m ano s ll e na s , c o n e l fi n de s oc o rrer a los n ece si ta d os , a los s u fr id o s. Dur a nt e s ns a t a q ues a lo s e n e m ig os, no h i.z o o tr a cosa q '.le . re p 1 rti r t o do , d a rl o a s us c o mpqñ e r os , a lo s po b res y n e cesita d c s Nu n ca e n t erró nada p ara o ::u l ta r lo de lo s oj os del m u ndo. T o d o lo d i6 y na d a c on se rv ó p ara él.
T od a esa t elaraña qu e se ha v en i do. t e j iendo a l rededor de su pe rs o n a l idad , de sus h echo s, d e s us ave n t u ras y de sus e nt ie rro s, t a n di s cu ti d o hoy p o r nu est ro s an tecesores y por l a hist ori a. la i re m 'Js p o nie n do en cl a ro e n el t r a n s cun o d e la p u b licac ió n d e es. ta o b r a , l a ún ic ¡¡. qu e r e lat a s u hi s t or ia aut é n t ica .
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ID Cofresí abandona el oficio de herr¿ro, y busrn m, cando que hacer, encuemra trabajo de dependien · W te en una tienda de mercancías. Alli emp¿zó a .
w relacionarse comercialmente y a procrear nuevas m rn rn amistades, codeándose con los que llamaban de IU cuellito blanco . W
La familia de un compañero de mostrador
m lo im.·itan para un suntuoso Baile, al cual asiste 111 w rn lleno de júbilo y allí se encuentra con la jóven que 1!J más tarde fué Stl idolatrada esposa. rn
m m ) e teni o den IPiJ'óx,.ª ... ilUAI
ID Principio de los amores de Cofresi. Baile m criollo en plenas navidades; gi.i.iro cuatro y guita- m rrad afmenizaron el (idesrival; obsequios de la tempo111 ra a ueron rrparu os. W
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El relato d e los d a tos contenidos e n e s t a ob ra, sen desconocidos en ab soluto po r los historiadore s; ta mpoco se encuentran en los Archivos Hi st óricos de P ue rt o R ico, ni hay ser humano que t e n ga conocimien t os de l a re a li da d de ' la vid a y a v en tur a s d el pir a t a R o berto Cofres í , e x cepto l o s que h emo s teni d o la Gracia d e o bte ner lo s.
Noches d e insomnios, d es ve lo s in ter mina b le s , d e s a ten· ci ó n d e l o s n eg oci o s y tro pi ezo s a gr a nel , he mo s te nido que afr o nt ar pa r a po der v er co ro n a do nu estro p ro pó s i to . No e s pu e s, dabl e , p erm i ti r d e fav or e l u s o de lo que noc:: h a co s tado g rand es s a cri f icios e n un a c ri s is e co n ó mic a t a n deses pe r a n t e.
V ari a s no ve las , le y end a s y c uen tos s e ha n es crito to • m a n d o c om o b as e las ave n t u ras de nu estr o hé ro e , p er o qu e tod a s est á n com pleta m e nt e er r óneas; s ol o son rel ato s fant ásticos y cu e n t os d e ca m ino.
La re a lid ad d e la v ida y ave n tu r as de l intr é pid o p ir ata p u e r t orri q u e ñ o R o be r to C ofre sí, las encont ra r {\ lid ampl iam e n te r ela t adas en e s ta o bra, c n n fotc g rafía d e l l11 g a r d o nde na ci ó y de Jo!; p unt os q ue c on má s frecuenci a v isit a ba.
C u i:lqu! e r perso n a, com p añía 6 C o r p ora ció n q ue t eng a inter é s e n adquir ir los derechos d e n ti estra o hra, 6 se le t xt ie 11 d a au t ori z a ció n para co pi n r ó t rad u c ir , tr 1d 1i ó pa r te de ell a ; adaptarla p ara cua 1q• 1it:r etc , d iri¡:ir sc para los p or menores de l co nve nio , al
S r . ll. G . C.-\:\IACHO - Apartado 1863 - Pc n ct', P . H.
Aguila Negra
COFRESI
Pirata Puertorriqueño. El T e rr0r de los Nav"'g a ntes. Lr 1 1 1l1111 A J,L ( , "'I \ \1 l IJ.LT ., L (. 80 HOJO , IJO , IW e JI Hr· I • u n 11 CO"'I • l ; llAf<r.JllfJ O . l. 011 LION IH J. J 1F 11'0 1 N JOS , f\NA¡\¡TJJ 1 , 1f l<H)l l · RIJJO QllH Vi 1 ()t \DA H ,\Y .\ (.' 1BI DO 1 l.Cl DI. 1 e\ COI 1 11 N l f l. , l . VEk:A . l_No.3 I
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ADVERTENCIAS
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SE PROHIBE terminantemente la reproducción en codo o parte de esta obra, traducción o adaptación en cualquier idioma y en cualquier país.
SE PROHIBE reproducir, ampliar o disminuir la fo. tografia de Cofresí, protagonista de esta obra, así como t.:1mbién los clisés que han s'ido prepa .. rados expresam nte par<i ella
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TOOA PERSONA QUE SIN AlJTORIZ \C:ION DOCUMENTAL VIOLAIU! CUALQl l JER.\ DE LAS ADVP.ltTHN '".: IAS AQlll HXPUFS· 1 AS , PARA r;ENERAL CONOCIMIENTO . SERA SOMETIDA A LC1S TRIBUNALES DE JUSTICI<\ .
NlJESTJWS DERFCHOS
RESF.RV ADOS EN LA PRO. l'IHD\D AH'iOLl ! fA DE H'iTA OHHA , Y SOLO l'P.R\11TIREMOS 11.uc;;o [N
FORMA DE Ell. .\ ; PltPVIO CONVENIO Al. Al\fl'LIAME"I rn llSl'Pr.IFICAUO \
Ditija toda correspondencia al
Sr. B. G. CAMA.CHO -Apartado 1863 - Ponce , P. R. (. . .
EL AGUILA NEGRA
-Encontránd0se ya fuera del taller, empezó a buscar con el pensamiento qué había de hacer, qt.:é nuevo trabajo podía &· frontar. Contaba ya catorce afios, edad ésta en que la juventud lo ve todo color de' rosas. Le parece a uno que la vicia es un sueño, que todo es una ilusión, que hemos de pasar la exis·.. tencia en una tranquilidad muelle y agraqable, v que ' se vive entr:e las flores.
-La generalidad de los j ii venes, a esa edad no v e n el mundo de otro modo, repletos de deseo :; , llenos de aspiracio. n es, a mbicionando triunf0s, ávidos de ser.JH.: rsonalidades ; pero in c Hp a ces de tener una voluntad fuerte para afrontar las dificu ltades y vencer sus propias ilu s iones para conocer la . da<) en sí. Se -dejan llevar por e'se placer dulce y suave de la fáci l tarea del ocio. Se divierten, juegan y se distraen, per· diendo la oportunidad para entrar en la verdadera actividad dd nombre, y cuando vienen a despertar de ese sueñ¿, que les ha sumido en un paraíso artificial, no sirven para nada.
· Muy tarde se vieneP. a dar ,cuenta que se han anulado a sí mismo, y la vida entonces se les ofrece en toda su crudeza, llena de obstáculos, amarga y triste, ante el espectáculo de una realidad desnuda que nada oculta. Es entonces que deseando vo lver atrás, no pueden hacer nada. Se ha llegado entonces a a fa mitad del camino, y el hombre se halla equidistante de la esp a da v la pared. Sin embargo, Cofresí, a pesarde estar en esa edad, no se hacía de esas ilusiones. Y a é l tenía usq de razón m á s adelaatado, y sab í a lo que era la vida, aunque estaba empezando a ver el mundo por un diminuto agujero.
Lo qu e no s d e j a es e relat ·J e :; ur.a v e rdai; dura, p e ro v e rdad al fin. La juventud vive una exist e ncia replet a d e ilusi o nes, G us t a de tod o s 10 s pl a c e re s. Cree qu e esa e.dad es pa. ra d e siquilib r ar s e y s e lanz a c o mo l o ca a l o s dese o s de ser, de go· za r, y del s e nsu a lism'). Pierde de vi s ta t o d o lo que pueda significar par a el la evolución en la p e rsonalid a d , y se anula , por..:¡ue en lugar d e h a b =r aprov e ch a do el tiemp o estudiando, labor a nd 0 o d e al g un a o t r a m a nera , c olo c a nd::i c arla .día qu e pa s a, un gr a n o d e a ren a en el edificio d ::: la .;volu c ió n d e la p e r s on a li da d, lo que hac e es dest ru i rlo t odo .
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ROBERTO COFRES!
S 11 p o c :i c 0 n fian z a e n sí mi s m l. L a fal ta de educ a ci 6n de l a s pa s i one s . L a i rr es pon sabi lid a d y la d eb i lid ad, c o n tr ibuyen a de s tru i r la juve n t u d, h a ci é uJole víctim a de l a miseri a , la mu e rte , la e n f e rm eda d y el h a mbre. No h a n h e ch o otra cosa que imitar l a c ig a rra , y a lle g ad a de la estaci ó n .cruel d e l invierno de la vid a , cuando p u e s t o ya el s o l en el Qca s o de Ja e x ist enci a , nu e stra '- c a b ezas blanqu e an con l a nieve qu e le s a ñ os dej a r o n s o br e n u es tra s es cu a ndo m ás s e s ie n t e e l p e so d e la que a lo m ejo r ha sid o cau :;a da p o r la in ep t it u d.
· ¡Qu é m á s i nte n so d e b e se ntir el h om b re c u a nd o Jl ega Q da esa esta ci ó n s ien te l o s c op o s d e n iev e , h .:! l a n do s u s an g re , p a•
r a li za nd o s u cu e rp o , y a z ot a ndo su e sp ír i tu con la s s or d as cá tá str ofe s del alma .
E je mplo n ob l e d e b e ser p a ra no s o tr os que emp e z a m os a h o_r a a v i v ir y a r e cor r er las c a ll es d e la vida. D ign o de imi ta r se , p o r qu e la ex p e rienci a a j e n a n o s h a e n se ñ a do much 0 , y s ob r ad o rn be·
m o s que p o r nos o tros h ab r á n t a mbi é n cru d a s n e v a da s , y qu e d ebe m o s ' p o n e rnos a l a b rig o d e e l la,s , orientando nu e s t ras a c t i v id a d es h a c ia el bien, el a m or y e l trab a jo , la tr i ni da d m á s d igna y e l gv a .. da qu e p u e de serv i r de g uí a al cami n ante , a unqu e s e h a ll e a z 0 tado e n s u viv ie n da p o r el ci e rz o qu e d e sola l o s c a m p o s y des truye l a s c o s e chas
-C o nferenciando con uno de sus am i gos, de mayor edad qu e é l, l e indic ó qu e c o m o ya era un h o mbr e cito, p o d ía sol ic itar t r ab a jo en un a tiend a , v a s í se ib a encaminando al comercio. Ef e c tiv <1 ment e , fu é un a de las ideas que cruz a ron por su imagba ci ó n en un o d e lo s momentos d e t ra nquilid a d Pero no l e h a b ía d a do valo r al g uno. Aprovechó · es te consejo y -a l otro día f u é e n bu s c a de t r ab a j o bi e. n t e mpr a no.
E n n qu e l ent c nc e s e l com e rc i o n n de s a r r o ll a do en la s cp nclic io nes que lo está h o y L a po ca p o bl a c ió n del país era l a pr in c i pal d e q u e no h ubiera m ay o r es re la c io n es . Puer t o Ric o , una co lonia e s pañ o la , b a ña d a p o r l as a g u a s del At l án tico y de l Ca r ibe, e ra visitada a menud o p or b uq u es de t o das las n aci o ne s
N o h a bi ;.i aquí re s t r icc i ón de r e la cio n es inter n acio n ales, y e so fav o recía mu c h o las ac t i v idad e s c o m e rciales, pue s nu e str o s
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COFRES!, DEPENDIENTE EN UNA TIENDA DE
MERCANCIAS .
N nuestro ant e ri o r cap í tulo hem os p od i do v er a nu es tro h é roe, curtido en poco tiem po , e n la s a rduas tare a s del t a ll e r de mec á nica . C o n v ertido en u'n p er fe cto o fici a l, y d e jado de la mano de su princip a l, qui e n conven c ido de la s uperioridad y eficacia del much 3 cho, no t i tub e 6 en d e pos itar en él t o da su confi a nza. Le dej ó libre el ejercicio
d e s u ocup a ci ó n intr o ducir en las acti v idad e s d el ofici o , cu a l e squier a m e j o rfa que a su juicio di e r a may or m ér it o a la lab or d e l talle r
Ah o r a le h ay amos tri ll ando un nue v o campo , m á s di ífc il p or ciert o , porque en é l pen e traba intens a mente l a v id a d e rel a ci 6 n d e l p utilllo. Su nuev a ocu pa ci ó n a pr im e ra vis t a er a u na a nt íte si s c o m pleta d e su ofi cio an te ri o r E s a lg o duro s e r d epe nd ie nt e d e c o m e rcio un h o m b r e q u e d e b e s e r compl a ci 0nte y transi g ente a l a v ez : qui e n no h a c o n o cido otra c o s a que la rutin ar ia dur eza de las ac t i v id a d e s d e la herrer ía , producid a s p o r e l tr at o c ci n s u s c o mp a ñero s y su consta nt e trab a j o que le c o n t a g i a c o n l a aspe rida tl d e s u s in s trument os d e la b o r. Pero la in t e l ig e n c ia de C o fr es í le p rnm et ió de s poj a r se d e l a m bi e n t e de l ta ll e r y e n t r e ga rs e c o m o un ho m b r e nuev o en las activ i dades c om e rci a les, c e rn o p o · d r á vers e m ás ade la nte .
CAPITULO VIII
prnduc t os , t a les c om o el a zúc a r , la c aña y el t a bac o , qu e s e produ cía n aunqu e en m e n o r escala , se ma nu fa c t u raba n y se vendían a o tr os países, o se c :i m h ia b a n por pr o v isi o n e s y m e r ca n cía s 'q u e no s e e la bor a b a n a quí.
E s t a s c o n d ici ones de i nterca mb io p o n ían a l p a ís en c o n d' i· c ión de impo rt ;i r lo s m e j or e¡:; prod uc t os , p u es la n e c esi d ad _(! e l i nte rc a m b io o d e r ea liza r ne g oc io s c o n l u s c r- me rc i a n t e s de Pu e rt o Ri c o , hacía que los age ntes o comp a ñí a s o cttp a d os en n eg o· ci os, tr aj e r a n lo m e jor de lo mejor.
B u e n os alim ento s e r a n im po rta dos de t od o :: los p a í s es p r od u ctor e s. L a m on eda, si n t e n er en c uent a s u p ro c e d e n ci a , c ircu la ba c o n l i be rt a d y h a s ta lo s in g e ni os 1 co loni as y n eg o ci os orga n iza dos en a qu e l e n ton c e s , util iza b a n m o n e das p a rt icu la re d ec o b r e o n í que l que ind ic aba n el valo r qu e te n ían . Es a s Plo n edas e r a n ca m biadas po r pr o v ision es , m e rc a nc ía s o mo neda de curs o ofi ci a l. L os qu e emi t ía n a quell as , e r a n c o m erc ia n t es s o lventes y la s ga r a n tizab an con su c::ip i ta l.
E ra ent onc es cu a n d o se imp o r ta b a n en Pu e r t o R ic o b ueno s li e nz os , se d as , c a si m ir e s , la n a s , p o r cela n a , jo ve r ía, c arceter í a, p e letería, en fin, s e r ía n e ce, ari o un gra n v ol u men para en t ra r e n m at e r ia s o b r e est e p a r t i c ula r .
E r a, p u es , e l c o mercio . e n est a o c a si ó n, u na o cu pa ció n Ju .. crat i va, d e po r ve nir , que p ro m e tí a so l v e ncia ec o nó mi ca , adq u iri e n do a l a v ez lo <: que a es t a s a ct iv id a d es se dedi c ara n , un p r es· l igi o m erca n til envid iab le, po r las r elaci on es n u e vas y n e ce s ar i a s para l os fines de la p ers o nal id a d m e rcan t i l.
Es de notarse t a m bié n q u e a n t es l os neg oci os n o se de cl arab an n unc a en q u iebra , H a b ía aún su fic ie nte honradez y s o l ve n · c ia m o rn l p a r a qu e un c o m e r cian t e, e x p u esto al frac a so , no se a tre v iera llam a rá s u s acr ee riores p a r a h ac e rle ent r ega d e su s bi en e s , an t es qu e di s poner d e ell os como s e hace en n11 es tros d í as, b ur lando la ley y a los que de buena f e han encarr i la do su pe rso nalid a d a una condi c ió n mejor .
- Pensó que no estaba dem á s que fuera codeá n d o se co n los de cuellito blanco, o sean lo s depend i entes, que siemp r e e st a ban bi e n vestido s , bien enchalinado s y siempre dispue s to s a piropear a la s muchac h as .
Esta nueva o cupación de Cofresí, al s a ca rle de la actividad del t aller , ob ligaba le aut o má t icamente a lo que d e ci mos, pr e sumir.
Era n a tural que l a juv e ntud de Cufresí no transcurriera en la sucied a d del tall e r. Al c a m b iar de po sici ó n. era imprescindible ca mbi a r también de concti c ió n y de indumeutaria.
La jnventud en tod a s las é p o c a s, y en todas las regiones de la tierra, acostumbra a ser la galantería y el refinamiento persa .. n if icactos. . Es una cues ti ón cie ló g ica que se ha venido extendien do más y más cada día qu e pasa, aquel v iejo afori s mo que dic:_e: .. "El p ájaro se conoce p o r la pluma"······
Bien p a rece que Cofresí lo ent e ndi e ra así, y en aquel am· biente en qu e iba a tener nueyas relaciones, y nuevas respons a bi· lidad e s, era lo más natural dar la m e j o r impresión de su per .. sona Era n e ce sa rio a primera vista, a{:radar al p;:irroquiano, y poder a la vez abrirse p a so en la s0ciedad de aquellos días. -
T o dos lo s seres de a mbos sexos, y er. todas las capas soéiales, h an t e nido siempre mu y p r ese nte la necesidad de utilizar este medio. Y cada cual con los medios de que ha di s puesto, ha tratado de p o nerse a tono con las circunstancias. '
Si tend e mos la vi s ta h Dc ia toda e; las reg io nes de la tierra, ve remos a las muj e res, que tienen su concepto de belleza, empe· ña d a s en poner en práctica las costumbres de la escuela para agra dar a l g alán joven q tte la bu s ca y le dice co sa s agradables. Lo _ mismo s u cede c o n el j o ven, que para ag rad a ria, procura ¡::e n et r a r en s u ·g usto mi ;; rno, y re s po;ide c o mo un esclavo a sus de se o:::,
En tod os l os con ti nen tes , Europ a , Asia, Africa. Améri c a y Ocean ía . h a y s us m od as y sus c o stumbre s , y a ella s s e adaptan los j óv enes de ambos s e &: os para co mpl a cerse mutuam ente. Y es una verdad i n contro ve r t ibl e. La i nd um enta ria r eve la personali · dad, hasta tal punto , que nos engañamos a diario, Tomam o s a cual quier vulg a r c o n su r ef in amiento po r un inte l e ctllfl l, y si n o lo i nter ro gamos para d ed u c ir quien es , pasamos la · vid a engañad os tom á n ckle p o r lo que n o es.
- Esa v ida no le d e s ag rad a b a , pu es t o que ya Cofresí era un jóven con aspiracio nes y debía introdl.<cirse tanto en el co· mercio como en la sociedad.- En est as circunstancias tan espe·
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C CFRE S l
EL AGQILA NEGRA
ci a le s, no pued e ach acarse o atribuir s e e st a act i tud <1 l a p re t en.c ió n d e l lu jo, s i n ó a qn a p u r a nec es id a d. !.Vl ientr d s e s tu vo en el t a ll e r, él absorvía toda su a t e nc ión, y n ada l e ' t o do es t o. Pero lueg o , a nu evo s o l, n u e v a lumbre. Com i· ) . . g u ió tr a bajo en una tiend a d e merc a ncia s , a ll i recib ía u n s ,µ t+ d o b as t a nt e desahog a do qu e ·le permitía v e stir bien y ayud a r en algo a sua padres.
Ya empezaba·, Cofresi a llev a r trato con innu me rables personas q ue se s e ntí a n sa tisfe c h a s cu aildo ·1as desp a c h a b a Ten í¡.i una c o nfianza en sí mi s m o , q ue e llo l e ayudab a a tri un · fa r . Y pudo v e r que es t o ' era ·un a verd a d e u ne c es id a d p ar a el hombre qne quiere abrir s e paso en ·1a vida. No es n e c e s ario qu e e se hombre pretenda imponer s e por el e'goí s mo y a· dul acióo. Siempre fué enem.igo de esa<; tendencias porque se dab a cuenta de que ello a nada conducía.
-La r· persona egoísta no ·hace más crearse u na at· m <',s f e ra hostil, pues quienquiera qu e s e a. el que se v ea conver t ido 'en s u victima, tiene que protesta r de su actitud. En su prot e sta va envuelto el de s precio, y en el desprecio va envu e lt a su ca ída t a n pronto l os d e má s se den cuenta d e su mo do d e vivir y de actuar. En cu a nto a la adulación, t a mpoco 1-e fué nunca ;; impática. El hombre que no h a podido co n ocerse as í mi s mo , no tiene confianz,a propi a y se ve obli ga do a d e p e nder de lo que los quieran concederle . . Y e s en· to nces qu e ti e ne que adular para pod e r adquirir al gún p rest igio, p r e stigi o a l fin a l arti-fici o so y v acfo, pue s p e rd i d a l a c onfi anz a, el adulador tambi é n será hombr e p e rdido.
- S u J;J rincipal lo trata b a con c a riñ o , teniendo en é l un em· p 1e ad o fic:I y cumplid o r d e sus d e ber e s. Su t r ab a jo a tüd a s u honradez, su pzra e l v i e jo tr aba jo , y un a m or e n trafü1ble hacia si mi s mo, . le enc a minab a n por el ca m i· n o re cto. N 1d ie podi a ha c erl e má s bien a s u p e rs o na , q u e e l buen se r v ic io 'que prestar a y la b o n d a d que en t ra b a jos tu viera p ara co n aqu ellos que en ma ne ra a l g un a tuvi eran re. liic ión con é l.
-Su deb e r .: r a a t rae r lo s cl ie nt e s h ac i a e l e stab l ecim iento ,
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ROBERTO COFRES!
y tratar les co m-o y acreed or es a s u co n fi a n z a . De esta s u vida d e dep e ndien t e te n ia que transcu r rir
s e r en¡¡ , no bl e , honr a d a y l a b o riosa, pue s n o era po si ble, te- --.._, niendo tan bue n p r incip a l, qu e p u die ra en alg una oc as ión t r' a· .
· t ar de p er d e r la co n fi a nz a qu e u n d ía d ep o s itó en é l, a l igua l que a l qu e ri do y v iejo m aes tro q u e lo educ ó en l a s d uras y nobl es fa en a s del t a ll e r d e h e rrerí a .
- Sus c o mp a ñ er os d e m os t ra dor lo ap re ci a ban y l o distin· g uí a n , p u esto que é l era afab l e y c a r i a s o c o n ell os . Se c áp t6 s u y s u bue n c ompa o eris mo p o r su· b uen p ro c e d e r. No e ra p o sible pu es se r ás pero. No ten ia r a zó n a lgun a p a r a p ro· asf. A d e m á s, · noble za oblig a , y para lo s noble s , e l b ue n coraz ó n está si e mpre dispue s to a r e sponder a las llam ada s de bo n dad, de amor y de afecto.
-Así Co1resí, comprendi e ndo t o das estas cosas, éra su debe r cooperar con sus compañero s a base de tod a s aquella s bu e n a s cualid a des que s u s s a ntos p ad r es , inf i lt rar o n en é l d e sde la c u na. Cad a co sa que a p r end ía e ra un peld a ñ o · qu e d t· bí a ascend e r e rf la sociedad en que c 0 nvivia.
Aquí h e mos h a llado e n la na r ra c i ó n anteri or , un vivo e j e m plo de lo qu e l a bond a d y las bu e n a s cu a li d ad e s si g n i fican p a ra la s p erso n a s. En aq u e l t iem po, to<la s es as b u e na s c u a l i dad es con s t i t uí a n un a d o rn o de Ja p er son ali da d , y v alía n ta nt o o m ás· que l o s a polill a d o s per g aminos de l a s univ ersida des . El v i e j o afo ri smo de "m ás v a l e s e r bu en o, q u é se r s a bi o ", t al pa r e c e q u e fu é el l ema d e l a 'vi ej a e s c 11e l a de l a s o ci e d a d de l pa s ad ó s igl o,
Not emos el ambient e de c a m ra ad e ría qu e e x ist í a en t r e lo s em pl eados del e s t a b lec ; m ie nt o e n que C ofr e sí t r aba jaba . F ij é mon os en e l je fe d e la c a s a; un h u m br e n o ble, bu en o, se ncillo ama b le , e n f in con to das esas c u ali d ad e s q ue l a vieja e scue la d e edu c ac i ón dé d e n u est r o ant e p asa d os, i n fi lt r ó e n l o m ás profundo d e l e sp íri t u _ de la i n fa nci a d e aque!l o s d ías .
Es a s e m i ll a, la n za d a e n te r ren o fé rt il, fr u ct i f ic ó, y <lió s u fru. to. N o ble ; a, bo nd a d, am o r, trabaj o , y un c o mp añerismo a t o d a pru eb a ¡Oh, tiempos a qu e ll os, e n que · D io d o m i na b :i s o bre In c o n c i encia T¡Oh,t ie mp o s a qu e.llos, en qu e no había n ada q m r: uuar <c I
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EL AGUIL A NEGR A
el presti gio y la inte g ricl ad c i ud ada n os !Que c a da c u a l en l a m nde s t a esfera donde vivía , d e.sa r r o llah a sus ·a ctivid a des, y se distin g uí a y era ap reci a d o p or tod os .
C ompa r e m o s e st o s t iemp os c o n aquellos q u e cl e sg r aciadHm e n te han d e saparecrd o S o lo qu e dan ve s t igio s, en nuestros viejos d e antaño que ya bl a nqu ea n su c a bell e ra, e n lo s que aún pr ed o m ina ese afe cto, ese d es interé s, e sa sinc e ridad, ese amor <" ntrañable, qu e ha s t a las mi s mas m <i dr e s, la c u na traj e r o n al mt1ndo para infil t r arlo en su s hij o s , porq u e si e mpr e d esear o n So · bre t o d o , que sus hij os fuer a n bnenos
Hoy, t odo ha pa · ado. ,... El dependien t e de ho y , en c a si t odé:s p a rtes est á cons ta ntem e nt e vigi lado p or el principal. H a y un a lucha a m uerte en el m os tra :lor por la s u-pr e,!IlaCÍa Quejas, qu ejas y más q u e j as , elevan lo.s anuladores con tra s u ,, mi sm os c o mp añe ros, pcr el puro pla cer d e v er lot sal ir expulsados d e l e stab le .. ci m ie nto , p ara n o volve r a verlos pe net r a r y enganchada la cha · quet a, ni c om pa r t ir con ell os mism os las di a ri as faen a s de l traba o j o honr a d o...
L a s at isfa cción más grande que pue de exp e ri m e n t a r el emp lead o de h o y, es v e r e n la mis e ri a más espant osa a s u s ami 0 g o s . ..... Vanid a d de va ni dades . . .. Di os mim o se enc arg a rá eT1 s u día de p rod iga rle el co r r e spo ndi Pnte casti g o, p a ra qu e pa · sen t odos ell o s p o r la mi .>rua P.uerta estre ch a y deg r adan te , p n r la q ue les obl igó la envidi a ..a h ace r p a$a r a otros.
- Pasado ya un año d e esta r tr ab ajando e n lr> tiend a, se sentía Cofresi otro h ombr e c on más soltura en la palabra. Tra taba con las mu uha chas con más afecto .. Se se n t ia goz oso cuan do te aia la oportunidad de cambiar de impresiones con algu· na de ellas. Ya sen t i a como que quería cl avar el dar do de su flecha en su p e ns amie nto Y a sen tia en su cort.1z 6 n e l amor hacia la mujer . Y esto no tacdó en convertirse en reaHda d.
V em os por esta inform a ción q'.le C o fresí e ra un hombre ig ual que lo s demás: ui m ás di v i no, ni más hum1no. Noble, amant e de lo bello, deseoso de triuofJs, amb icio so, sin ll ega r a se r e g oí,;. ta. La vida de l c o mercio era l a pu e rta que se h a bría, tras <:le Ja cu a l iba a h a ll a r a Cu p id o , el am o r p e r s o nific :i do, esp e rando a 1 much:icho par a h acer de é l s i.¡ pr e sa.
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ROB E ETO COFRES!
H as t :. en el amor v e m os la n ob le za de Cofresí. No tuv o de qué c:rr e pentirse. Conoci ó lo que el a mor significa, no desce ndiendo a la fosa de la lasci v ia y de la corrupción como muchos qu e le e rá n estas a v entura s históricas y aut é nticas, sino por el mis m o camino que Dios de s ig n ó a l hoinbte : am á ndose h asta el fin a l d e s u s días y, comp a rti e nd o t oda la e s piritu a lidad que en el fondo de s u alma d e posi t ó e l Creador, pa ra hacer m á s llevadera y digna sus relaciones nobles y sanas · · ·
En aquel tiempo, c o mo diría Castellobranco , el famoso nov el is ta por t u g u é s, "aún había criaturas d ig na s . " - Y su d ig ni da d l a com p ar t ían por ig ual, dedic á ndosE'. al trabajo, a la vida pr á ctica y útil, al amor a e s e amor que ha movido a la humana especie a unirse en íntimo con s orcio pára protegerse mutuamente a ese a mor que llev ó a Je s ú s a descender al S€pulcro por los homb res pecadores.... ¿ Y no habr á m ortal capa z de · d e scender al sepulcro por ese mismo amor? ....
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CAPITULO IX
AMORES DE COFRES!
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amor en todos los moffientos de la histo6a ha s;dn con : siderado como un sacramento. Es uno de los factores sociales de más importancia, t9da vez que tiende cada vez y más a unificar la familia . Iníluye de una manera directa en la multiplicación de la misma, y sobre todo a ensan·char k s laz os de familiaridad; como fundamento indispensable de toda so ciedad constituída.
El amor jugado urt papel la historia de la humanidad tan inte resant e, que desde los antiguos tiempos de la existencia del hombre, hemo <; podido ver, cómo los antiguos trataron d e t odos mod os. llevar una íntima vida de relación entre ambos sex os, · a fin de poder crear .nuevos arquetipos que 14ego vinieran a constituir compañía; para engrosar en las filas de Jos con!'agrados a la obra de civilización de la humanidad.
Los y r o manos, aunque nunca tuvieron la idea . de un Dios, como la que hoy tienen las modernas civi!izaci ones , sin emb a rgo . supier o n atribuir todas las cosas a alguna cau s a, y de ella emanab a la prepotencia que d e sarr ollaba en las ' actividades humana s , todo problema trascer.dental de las multitud PS.
E s t a c a u s a dió atributo s a B á co, pa r a pers onificar la ne cesi dad d el licor; a Euterpe para el bail e ; a Orfeo , para ta mú sica ; a Morfeo, para el sueñ o ; a Mart e, para la gu erra ; a Me r c u r io, /
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ROBERTO COFRES!
para el comercio; a Neptuno para las aguas; a Apolo; para asartes; a ' Hércules ; para.Ja fuerza, y a Venus afrodita, para el amor.
Cada uno de estos dioses ael mundo antiguo, desempeñaba · su correspondiente papel en Ja vida particular de esas actividades; y 'hasta se llegaban a consumar sacrificios humanos, a fin de agradar a esas divinidades, que al creer de ellos, se gozaban íntimamente en la satisfacción que a los demás propqrcionaba la labor que cada una de estas en la evolución pol í ti ca , i:; ocial, y en todo orden de aquellas nacion a lidad e s.
Ese es el gra 1 n papel que ha ven ido desempeñando el a- .,. mor en la his t oria. Ha hab id o h i sta grandes amantes. Ello's han pas a do a ser como motivos de inspiración para p oetas, mú sicos , escritores y pintores. Y han tratado de grabar en la mente de la humanidad, alg o tra!'cencental en relación con esos mismos seres que e n ello· distinguieron .
Napoleón se distinguió como un grag amante y Const a nt narra aventuras cun lujo de detalles; R o meo y Julieta, er a n doi: amantes, y motivaron ellos la obra inmor t al de Sh a k espea,re , y la novela emt cionante de P o nson du T ( rr a il; Abelardo y El oís a , también se am a ron mucho, y a diario se leen co n¡ gr a n pl a cer las p á ginas de sus amores; Jorge y Mar!a, vivieron en un idilio inmenso, inenarrable, motivó la famosa novela de J c r · ge Is a ces , Genov e v a de Brav a nte, fué una am a n t e atorment a da '
Finalmente don Juan Tenorio viene a ser el prototipo de l galán de ce nte y jov e n, que arrie sga su vida para conquistar los c o r a zon es, y reclama su Eup e rioridad ante la t enacidad y frescura de don Luis M e jía Y esa es la eterna hi s toria del amor una leyenda : : .... un cuento .. .. . un no se qtté de verdad y de en·' su e ño . . .. de dolor Y, d e r o m a nce,... . ,.
-Cofres! amó también, y fueron memorables sus amores , porque s iempre los amantes hallan un solaz inmenso en sus idi lios, la vida es más grata y más interesant e ; el placer de vivir es más intenso l hasta más feliz. Es tan vasto el sendero d e l amor cuando se empieza a recorrer, que s e r ía n necesarias muchas vidas, y no seria ello suficiente para experimentar lo q ue tiene gua r dado el arcano para los grandes am a nt e s . . ... gr a n
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EL AGUILA N EGR A
des atormentados, ·porque no hay un dolor m á s grande , que el d olor de ama r Desengaíios, aventuras., alegrfas, tri s tezas , dese s p e ración.
que una s e rie de p e ripecias se acumul a n para hac e r nos pasar p or di v ersas e x peri e ncias .. , U na p anmi x ia . . .la caj a g e Pa ud ora, repl e ta de cosas d e sagradables, p e r o que en e l fo ndo g uarda la esper a nza . ..sí mbol o del triu nfo aun q ue fu e ra en la t a rde de la vida cuañdo el sol de la exi s tencia esta pu es to a declinar, blanqueada ya nuestra cabe :r a p or la nieve de los años, mu er ta s ya las ílores cogidas en el j a rdín de la juventud ... . . Durmi e ndo todo el dulce sueño del si lencio de las eternid a des .
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REGIO B AILE, DONDE DIERON PRINCIPIO
LOS AMORES DE COFRES!.
, US amores empezaron en una de las épocas más alegrt'.s del ano, en las navidades. Un dia se celebr a ba un regio baile casa de uno de ,sus ami-gos, y su fa· milia tuvo a bie::n invitarlo pant que asistier a a dicho festival. Y a Cofres! sabía bai l ar, pues los domingos por fas tard e s se iba con sus compañeros de mostrador a los campos cercanos a pract i car con l a s jibaritas, que volt e aban al son é!e un .güiro, un cu a tro y una guitura.
-El baile que se iba a celebrar era e::i una hermosa casa en el pu e blo de Cabo Rojo. Para esa época, como en la sente, en todo Puerto Rico se acostumbraba celebrar gr andes bailes y aguinaldo s cantados, donde no faltaban los correspon. dientes obsequios.
L a é poc a a qtte hacem os r efe rencia, fu é . un p e ríodo de verda dero tradici o na l ismo. Un c o mpa.ñ erisrno sin g ul a r ex istía entre tGJ d os los vecin o s de un b a rri o E l pu eb lo dur a nte ew s días se ent r ega ba a la s fie s ta's de N a vid a d es Tod o el pu e blo se diver' tía , y n o h a b ía una s o la per son a que tuviera que lam e n t a r se d e no ha b e rse podi?o divertir .
La s f ie s tas r eve s ti an un ca r á cte r tan fa a . ili a r, 'q u e p or e n to n ' . ·
CAPITULO X
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EL AGUILA NEGRA
ces se ' olvidahan t od as la s rencillas y era lé: . época en cada cua 1 s e r e c o nciliaba con su enemi go , co:n o primer motjvo p a ra - 1 las nuevas impr e sion e s de los dí a s por venir Hoy todo es o ha I desaparecid o en Puert o Ric o El egoísmo y el o rgullo han su >tituído a la b o ndad y la ami s tad, y es m11y difícil notar boy clá s ic¡is fi e stas que en otro tiempo pu sieron en nuestra p e r sonalida' d un timbre de distinc ión y h e rmandad indescriptibles. ...
Las m od a s y ,costumbres am e ricanas, que poco a poc a hem os ido asimilando de puestros inv as ores, han ido susti t u y en :io lo que de trad_icional había en nuestro paeblo, y dentro de 'poco qu e temer, porque ·lleg a r á el día en que nu e stras tradiciona1 les fiestas transcurran como días vulg a res · I 1 -Era ya el afio 1816, contaha Cofresí apenas quince años de edad, cuanfo se ese festival. La noche del bai· le lleg,), y con ella la de todos los que tenían ideas de tomar participación e;i él. ba mansión estaba espléndidamen· te adornada con flores V guirn¡ildas propias de esos días. To. do el inmenso salón ti;nía aspecto de un paraíso, donde rei· naba la felicidad y .et gozo. Aquello pare.cía un Edén.
1 -Las damas empezaron a la belleza de aquella mansión. sigo, invadieron todo el salón poder. pronunciar una palabra corrección v elegancia.
llegar, y entonces se . dO.plicó Los perfumes que traían conY Cofresí quedó extático, sin ante tal magnitud de belleza,
-Las damas eran de lo más granado y selecto de Cabo Rojo. Todas demostraban estar llenas de gozo y de amor ea· piritual en aquel santuario divino. Todas sentían en sus pe· 1 chos hondas palpitaciones, de emoción ' y de alegría. Era un acontecimiento impresionante.
-La deslumbrante belleza conjunto, daba la idea de algo que el mismo Dios había brindado ea aquella ocasión, pa. ra poder celebrar con mayor expansi0n y alegría las regias fies· tas dd nacimiento del sublime Jesús de Nazareth. El baile iba a empezar .. ..
-La música llegó, muy di &tinta .d.'! la qne ameniza los gran· des actos de las ciudades y fiestas hoy en día: aquella era
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u n a m ú s ica que · Je ll a mab an de c u er da s, pero que muy con· formes esta b an c o n ell a .
-L a s muchachas al igu al que los j6venes, que ' d ie ra principio el baile cuanto a n tes . E ra tál el del e i te que e xp e riment a ban, er a ta l la de s a ti sfa cci óñ que se r.. tían en s u es p lrit·u, que t a l parece se h a llab a n e n un par a í so a r tificial, pe r o superior a tod a s e st a s vu!garidad es .
-Un a música ingenua , sen.cilla, con todo el sabor de re· gi o n a l i smo que ti e nen lo s instrument os de la tierru c a, iba a d e j ar e n e ll o s las m ás gra tas emoci 1•n e s , los m á s d i vi n i ;z. a d o s pla c e r es.
- La condición . de alegría que imperaba er{ sus co ra zo n es, et a muy grande cuando acomp a sadam e nte, al r ededor del s alón, la s p a rej a <; iban y veni a n, unas vtc e s mudas de em o c ión, oti:a s veces diciendo al o i do cosas gr,:itas , otr a s : mir á nd os e m utu a m e nte sin s a be r qu é dtcirse, y otr a s entregad as p o r c o m· pl e to a la música cordial, que desp a rramab a n del fondo 'de s us pech os en oc a siones· de fiesta y de bullicio que s ati sfa c ia n sus d e se o s.
- M ientras empez a b a e l bail e , las dama s se desp a ci a b a n en derredor d e l salón, los parejos en consulta unos c o n ot r os d is put á ban s e la m e jor Joven ,para in ". itarla a bail a r, tir a ban la vista p a r a esc o jer la m á s bonita o l a m á s he r mosa. Par a s u co n- · cepto, en aquel jardín de flores humanas, todas eran he r m os as r o s as y toda s po s elaa la misma fragancia.
-Los j ó venes arrog a ntes, lleno s de vid a y a p ues t os cab a llero·s. Los instrumentos em p eza ron a af i nar sus cu e rda s , y , c a da cual empezó a buscar su p are j a. Cofres í no s a bí a c ua l iba a s er la d e é l, pero és ta e sta ba o cultamente sep a r a da por el d est ino pa r a é l, y la que m ás t a rde hu b o de ser su m á'i fiel comp a ñer a
H e a qu í a Cofr esí en un a cir.c uns tan ci a p articu l a r. M u cha s p e r so nas h a u sido o bje t o d e cas 0 s ig u a les q u e é ste H a n i d o a u n ba i le , no ha n s a bid o con qui e n b a i la r , !: in e m barg o , de bu e n as a e mp ieza la fie s ta, to d o s b a il a n , y a lg u n o que o t ro , anda n do e l t ie m po , v ie n e a u ni r se en el la z o i nsep a ra ble
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ROBERTO COFRES!
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del m a tr imonio . con la que ac oi d e n tal m e ;it e c o n o ci ó e n la fi esta . .. .
Co s a s so n e s t as que p a r a la de las g ente s , puedeo p a sa r in c. dv e r t i d as, pues cu a ndo en oc a ciones c o mo és t a , no n.os det e ne m os a es tudi a r un suces o e xt r a ñ o, o vamo s, meram ent e un'a v id a de s ensualismo p a r a go z ar en un or g a c:; mo v erg onz o s o. So lo n os intere sa e l motivo únic o; el y tomam os p a r te en él, c o m o t omarí a mos p a rte entre lo s nuestros a l a h o r a del te , o del almuerzo, o de la merienda
H ay que n u tar t ¡:i mb íé n qu e p a ra nu est r o héroe, todas la s muj e r e <> que h ab1 a allí eran herm o sa s . Sin embarg o , en nu es tros día s , ve.rem os muchos j ó v e n es , á vi d0s de bailar, pero atisbí).ndo s iempre de s de up rincón, qu é parej a es la que puede pro vo car en é'l la les ci via o el 11en sua lismo, sin darse cu e nta de qu e <lur an te s u diversi ón , n a da J:i a g o za d o . pues de esta manera p roduce en él un a t o rtur a , qu e s e n e cesitaría s'e r bastan t e ig n o rant e p a r a n o ex p eriment a rla. ·
El p lac er y e l am c r n o s o n c 0sa s igu a les ; cu a ndo a quel quiere su s titu i r a é st e , y l a t o rtur a. P a r a a rn ::ir c o n p la c e r, h ¡;¡ y qu e ele v a r el e 5píri t u , p or qu e e l e s pír : t u n a da m ás e Íi t. iende d e l os place re s e s p i r i t u a les , y es e l c or a zón e l q u e r es p n n rle ·a es a s ll am a d as del o tr o yo . ·
-M ir an do C o fr e s í a t o d o s la dos , b u s c a ndo c o n la vi s ta una que fue ra d e sn agra d o , fu é gr a t a mente so r por s u am igo de la c a sa , q ue le dijo:- A quí te t r a i go un a bu e n a pare j a -par a q u e b a il es co n e ll o, y a l a v ez t e l a
- - ¡Qu e a l egr í a si nt ió C ofres í en s u al m a a l ten er ante s u v ista un b e !l o ej e mp la r d e mu je r, h e r m osa y g e n t i l. Le e x t e n d ió s u m ano y al es tr e ch a r la e n tr e la s u y !l , sin t ió a lgo qu e c o m o p o r e lectr ici da d c o rr i ó p o r tod o c u e r p o
-Aq u ello fu é, p a r a su c o n ce pt o , un av is0 d e h a b e r ll eg ad o h a sta él, algo ,i m p ort a nte qu e le fa lt a b a pa r a c o mp le t a r la carr e ra de s u v id a . Aque l la fo rm a l d a m ;i se lla m ab a A n d r ea S a nd o va l , nat u r a l d e G u a ya o ill a, q ue en es o s q_í a " es ta b a p a s á nd o se la s n a v ida d es en C a b o R o j o , en c a sa d e u n a s a mi gas . - - Em pe za r o n a b a i la r, y d es de a que l in s t ant e , q ue dó C o fresí p r e n da do d e a q u el la b e ll a mu j e r . · S u s p a la br as l a s re ci bí a c o n. ca ri ño y mu y so nri e n te , no ;:i l za b a la v is t a para m i r a r a n i n gú n
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ROBERTO COFRES!
otro jóven, solo estaba pendiente de él. El!a también quedó locamente enamolada de Cofresí , Desde aquel !l}omento sus coraz ones se unieron pa¡a no separarse jamás.
Eso parece un sueñu. Es una impresión · como la del' que al meterse en el ferrocarri!, al suave fresco de la brisa noctur!Jªl que se introduce por los ventanillos del tren, recibe c;ierto am o dorramiento, y paulatinamente i;e entrega en brazos del sueño. Al llegar a su ·destino, detiene el ferroc;arril, y el viajero, sorprendido, despierta azorado con un recuerdo ' muy remate de qu e estaba de viaje, pero sin recordar ncida ni i;aber donde se halla ·
\ Así Cofresí, en Ja estación sin igual de la esoeranza, ascendió al ferrocarril del amor. Durmió en él, mientras las brisas olímpicas de l os campos en flor acariciaban su ro s tr o . Y al des· pertar , sobresaltado, sin tener una noción de nada, Cupido le ha b ía atravesado el corazón con su flecha certera. ,
De a bí en adel a nte serían dos c ompañeros de viaje. Habrían d e caminar en el ferrocarril <ie la esperanza y de las z.spiracion e s para ll egar a la estación de la felicidad, estación tan distante de 110sotros, que el hombre que tiene pretenciones de llega r a ella, a mitad c a mi110 se encuentra anonariado .
La ruta es tan larga, tan pesado el viaje, hay que detenerse a cada paso en divers a s estaciones. Entre reveses, infortunios, peripecias y desesperación, transcurre el tiempo ·sin ¡¡un ca arribar a la estación ansiada, donde a decir verdad , debe reinar la abs o luta felicidad, pu e s de no ;;er así, ya muchos de los humanos hubiéramo!' llegado hacia allá . Será quizá qué no lo merecemos . .
-El baile estaba en su apogeo. U no·s en el salón, otros en la antes a la del baile, en completa algarabía con sus novias, otros con sus parejls d e baile y otros en anema charla con amigos. De esta manera, y entregados en braz os de Terp5Íco .. re, muchos de los jóvenes quedaron prendados de sus parejas, bel las y ele g ;rnt.es damas que realizaban el prestigio y armonía del fe s tival.
-Todos los jóvenes estaban como ligados por estrechos lazos de felicidad y espansión espiritual. Alli solo reinaba la
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EL AGUTL A . NEGR A
'ale g ri a . Parec ia una b e ndíción ,d e l cielo l a c elebr a ción de aq ue l h er mos o a cto , -L a s piez a s, aunqu e e je cu ta d á s p o r i n tru m e nt os b orí-
c u.a s , ún ico 3 qu e exi.:>tían e n n u est r a i s]q a q u e l la é po ca , e . ra n de lo m i s s ele cto. T >d o.:; e 3t 'l b aíil mu y c 1nt e nto<> d a n za t'l do nl
compás d e aq uel la s cue r d a s y aq u e ll a s i n <; t rum e n t :J s tí pi cJs d e nu es tr a bo r in q u eñ a
D e be m os a c lar a r a qu í, que el h eé b o d e qu e no s e con ociera allí m ás q u e l os in t rumen t o s t íp ico s d el p a í s , n o qu i ere d e cir qu e hu bi e r a n ot r os . L os ins t rum e n t os mu s ic a les , c on l ige r as me-
jora s y c o n a lg una q u e o tra exce p ció n, ex ist ía n de s d e m u cho q n tes ..
P er o e r a u n l u jo es tudi a r m ú si c a , y n a die es t a b a en cond ic io ne s
. d e ded ica r cu a n ti o sa s s um a s p a ra pr o veer s e de un vio lin, un p ia -
n o , u n a r pa , o a l gú n o tro i n s t rum e nt o mu s ic a l.
Los ric os era n lo s ú nic os qu e p o s eía n e s o s iLl s t rum e n to s , p 0 r -
q u e s e h all a b a n e n c on dici o n es de po de rlo s com p r a r . El ar p a, p or e j e m pl o. es un o d e los inst r umentos m ás ari s t ocr á t icos. No
s e v e a m e nudo e n n'ue st ro pa ís , Sin e mbar g o, h 3 y p e rs o n a s qu e lo t o ca n a p e rfe cci ó n. E s el i n strum e nt o p or exce l e nci' a: a ri s tóc ráti c o , ele g a nte , co n una g a l la r dí a s i ng ul a r, el ab o ra un co n j un t o d e no t a s y cie arp eg io s,' que demuestr a n el s e r; t imient u estét ico , e le y a d o a s n ' m á x im a ex pr e s ión . '
Un ar p a e n las orquestas modernas, es a lgo así c r mo e l · p u nt o d e a tr a c ción de l a u d it or io : Res p o nd e a un c o nju n to d e m otiv 0s divers os , qu e elabor a d os por Ja h a b ilidad d e l op erad or d e m a ra v illo s o instrum en to , al he ri r nuest ros s e nt ic! o s, p e ne t r a ha sta lo m a s r ecó ndi to d e nu e stro s píri t u y no s abst r a e en t a l fo r · m a , q u e a m e nu do olvidamo s qu e ha y ot ro .s instrum e nto s qu e tom a n part e t am b ién en la a udición .
E l v io lín h a sido comp a ñero in s e pa r a ble de g r a nde s i·n t é r pr etes de l p e n t a g rama . As í t a mb ié n c o m o de g randes b o h e mios ' y g randes rom ántic os. S u m ús i ca al a-d a , t a l p a r e ce qu e a l arra nc a r d e su s c u er d as la s nota s mu s ic a le s, no s elev a e n un p a r a í so d e ensoñación y de le y enda No > al e j a d e t:l nt as vulg a r idades, q ue se pierden eu e l a mbi e nt e. El violín fu é co mpa ñe ro in s e p arable de g randes at o r me n t a d o s : Sa r asa te , B r i ndi e d e Salas, E l man y o t ros
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El pian o es el instrumento que encierra todas las más emot ivas conc e pc;i o nes del arte music a l. C o n una num e rosa serie de es ca l a , ha sido motivo de inspiración para grandes músicos y com· positores. Creo que nunca ha habido mas gra ndes iniciados en él' sentido oculto de la magia music3.1, que los qu e al dejar caer sus dedos s o bre el blanco t e cl ad 'J del piano, h a n descupierto en él v erda d é ras foeotes inag o tables d e a rmonía s y de concept os Padere s ki, Biz et, Listz, Chop'.n , Sc hubert. ' Granad os , Dvo· r ak, y una pléyade m á s de not ab ilidades , arranc a ron de sus teclas 1-as !' ecretas armo nías qu e dor mían desde largo tiemp o al lí, convirtiéndol a s en música az ul y tnve, en a leteos de p á jar o, en amagos de tormepta, en mú s ic a gr ave y sepulcrar, com J la Dan za Maeabra, o en músiea exc é ntric a , sumamente original y descrip· tiva, como Bl Fuego de Ar s ifici o , del g e nial D e bussy .
Lástima grande que aquel conjunto de. fragantes rosas del jardín borincano, que en la fastuosa noche de 1 av idzd se reuní a, para celebmr la fi esta, no pud ie ron conocer lo s motivos de estos ge niales produc t ores del arte music a l. l\faravillo so s e ría . ... poder escuchar al m ismo Cofr e s1, impr esi onado co n ese a rte trascendental. .•
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ROBERTO COFRES! 59
EL AGUILA NEGRA
tomacla recientemente de la calle Herma en el · B a rrio de los Guayabos del pueblo de C i bo Rojo, e n la cual nació Robern Cofresí
En a quel entonces, en esta misma calle, , a penas se contaban quinc e n veinte casuchas, la mayor parte cobij a das con y a· gu a s de p a lmas . No obstante la vivienda de los pa .. ilres de Cofresí, era la mejor entre ellas, por permila situ a ción económica en que se encontraban,
loformadó o en Págin a 5, cu11deroo No. 1
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Contenido del próximo Cuaderno
Cupido desfJierta a Cofresí y lo cruza con su fle cha en unión. de Andrea Sandoval, su mas preciada dulcini!a . El sol de un nu evo dia ilumina con sus fulgentes rayos el tierna corazón de Cofresi y le abre pa so en el camino de su juventud.
Ul'l: tropiezo en Stt t1ida de enamorado ; 11-71 amigo le da mala información de su pretendida y Cofresí le qontesta con una serie de golpes.
Cofrcsi resuelve ca sars t:; pide formalmente la mano de su pretendidti a sus padres. Su vida de cnamo· rada contiuúa tranqmlamente, hasta el dia de las bodas en que ocurrió L l último incidentt'.
IMPOR TANT'.E
EL RELATO DE LOS DATOS CONTENIDOS EN ESTA OBRA, ES DESCONOCIDO EN ABSOLUTO POlt LOS HISTORIADORES : TAMPOCO SE ENCURNTRA EN LOS ARCHIVOS • ISTOIUCOS DE PUERTO RICO , NI HAY SER H U M \NO TENGA
TOS CONOCll\IIENTOS UE LA REALIDAD DB LA VIDA Y A VF.NTURAS DEL PmATA RORHRTO COFRESI, EXCEPTO LOS QUE HEMOS TENIDO LA GRA.CIA DE ORTHNHRLOS. •
VARIAS NOVELAS , LRYP.NDAS Y CUP.N1,'0S SE HAN HSCRI TO TOMANDO COMO BASR LAS A\'ENTURAS DE NUESTRO HH. ROB, PEHO QUB TOO.\S P.STAN ERRO· NRAS; !IOLO SON ltBLATOS FANrASTICQS Y CUENTOS DB CAMINO.
LA RRA LIOAD DR L.:\ VID\ Y AVENTURAS DHL TNTl<l!t>IDO PlltATA" PUHRTORRIOlJH N O ROBERTO COFRRSI, LAS l'NCON· TRi\RA UD . AMPLIA!\IHNTERPLA.TADASBN PSTA CON FOTOGRAFIAS DEL LO< r \R DONDI.. NACIO Y DH LOS QUH CON MAS FRBCUl·,Nl.IA VISITABA , CUALQUIER PHR80NA , COMPAl'llA O CORPORACION OUE T NGA r. DE f\ )Qlim LOS DHI HCHUS Dh NUBSTKA · OB.RA , [)J nim \."DIRIGHtSE r· \RALOS POR.MHNOllRS nm CON · VHNIO, AL
Sr. B. G.. 11.ut -.1Jo 1H61 -· Pt111cc, P. R.
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