les vieras 2da. EPOCA
MENSUARIO
DE
CULTURA
SAN JUAN, PUERTO
RICO
- DICIEMBRE
1958
EN ESTE NUMERO PERSPECTIVA, NUESTRO
columna mensual de Enrique A. Laguerre.
MENSAJE
LUZ DE NAVIDAD, Lloréns.
JULIA
DE
DE NAVIDAD. cuento
BURGOS,
Arregui.
FLORILEGIO
DE
puertorriqueño
por
Washington
Criatura del Agua, por Josefina
POESIA
PUERTORRIQUEÑA,
Romo
que
incluye
poemas de: Luis Lloréns Torres, Luis Palés Matos, F. Manrique Cabrera, Luis Hernández Aquino, José P. H. Hernández,
Clara Lair, M. Joglar Cacho, Nimia Vicéns, Samuel Lugo, Julia de Burgos, Juan Antonio Corretjer, Evaristo Ribera Chevremont, Julio Soto Ramos, José S. Alegría, Félix Franco Op.
penheimer, Jorge Pastor, Eugenio Fernández Méndez, Carmen Alicia Cadilla, Ramón Zapata Acosta, Joaquín López López, Obdulio Jorge
Bauzá,
Violeta López
Luis Suárez,
Joaquín
Suria, José
Caminero
Portala, José A. Balseiro, Carmen de
Trigo y Juan
EL
HUESPED,
LA
CONDICION dez Ballester.
EL
REGALO
EL
SECRETO
LIBROS
DE
César
Padilla, Abdallah
Chiesa de Pérez, Patria Tió
Bautista Pagán.
Drama
DE
o
Milán,
en un Acto de Pedro
HUMANA,
LOS LA
columna
Juan Soto.
mensual
de Manuel
REYES. POESIA,
por William
H.
Montalvo.
Y REVISTAS.
FELICIDADES
43M57
Mén-
PERSPECTIVA Por |wujue ARBOLES
NUESTROS COLABORADORES
A ie ZA
ENRIQUE A. LAGUERRE, nuestro mejor novelista, escribe esta columna mensualmente para .nosotros.
Y MONUMENTOS
$
Se
ven
feas esas
líneasde pinos
calles de San
chamuscados.
En
Juan, una
desnudas
ciudad
que
de
árboles,
se hace
cosmopolita y que adquiere cada vez más importancia
cada
con
sus
vez más
turística eso llama
la atención.
ER
y mucha
tica y crítica
E
PAN
noches
pasadas
vi que
aguien
desganchaba
un
árbol
en
plena
Avenida Roosevelt. La ciudadanía hace eso por su cuenta. Creo que los muchos clubs cívicos que hay en Puerto Rico podrían iniciar una campaña en favor del árbol, en favor de una .ciudad más sombreada, de más parques, de más bo“ques, Nada hay tan deprimente como la erosión. Eso se observa en las zonas del tabaco y la caña en Puerto Rico, más que en la zona del cafetal. En la del tabaco es sencillamente dolorosa: es que ni la caña: ni el tabaco necesitan del árbol para crecer; el café sí. San Juan es una ciudad sin parques. La gente no tiene dónde ir a
divertirse.
Hasta su playa —parque
natural—
está cercenada
en varios
sitios y el hombre no ha hecho .nada por poner en ella lo que falta Otros sitios de recreo se empezaron hace tiempo y no.se terminaron, como, por ejemplo, el Parque Barbosa. Recientemente se anunció que habría de ser terminado. Ojalá sea esto una realidad. Conviene no olvidar, sin embargo, que se reabrió el. Parque Convalescencia en Río Piedras. Se ha anusciado, reiteradamente, que se harán porques en el lugar ocupado por La Perla, alrededor del Puente Consti-
tución, en el área entre Puerto Nuevo y Río Piedras, —Parque Las AméricaS—, pero aún
no se ha: hecho
nada,
,
Se me figura que el Gobierno desearía fomentar el establecimiento de un amplio parque en esa preciosa zona de Boca de Cangrejos, con límites desde la playa, en Torrecilas, incluyendo la zona de manglares y la Laguna Torrecillas, el lugar del Boca de Cangrejos Yatch Club y los jardines submarinos. Sería un parque estupendo, con un gran número de atractivos naturales. Así el hombre no tendría que poner gran cosa. Y si la empresa privada construye un sitio de diversión, estilo Coney Island —como se ha dicho— en los alrededores, el conjunto de atractivos sería mayor. A esto hay que agregar la presencia del aeropuerto en las
cercanías y una buena
playa
de baño.
En suma, la zona de Boca de Cangrejos sería un parque excepcional. Estaría situado a la entrada del viejo camino de Loíza, del que se habla desde los primeros días de la colonización. Además, a: la vista está ese precioo litorak que incluye Vaciatalega. Tiene valor histórico desde los
ataques
de caribes
e ing eses.
Debería
reconstruirse
el ataque
de Aber-
cromby en 1797, por medio de mapas y maquetas. Conviene no olvidar que es esa una magnífica zona para navegar botes de remos y hasta botes de motor porque ahí abundan los caños y las lagunas. Se podría estimular la presencia de grandes bandadas de garzas africanas si se le proporciona alimento. Sería el parque más concurr.do de Puerto Rico si se establece. El Plan Regu'ador de San Juan y su zona metropolitana prevé la necesidad del establecimiento de parques a lo largo de los caños y en la periferia de las lagunas. No es proyecto de pocos años porque esas son tierras pantanosas. Cuando la empresa privada, como los constructores de! Reparto Los Angeles, ayudan a sanear esos terrenos, gana mucho con ello la ciudad de San Juan. Por fortuna, el viejo San Juan está situado en un islote. Eso lo protegió de la despiadada destrucciós del hombre. El modo irreflexivo con que mucha gente se ha enfrentado a la situación histórica de la Iglesia (Pasa a la página 8)
mag-
literaria, *
JASEFINA
critora
Por mucho que crea uno razonable ver brigadas de obreros que cortan los árboles para proteger las alambradas del teléfono o la luz, es desagradable. No se puede evitar pensar así.
En
E
lástima verlos destruir.
*
LLORENS,
nífico cuentista puertorriqueño, autor de varios libros sobre lingúís-
Se me figura que deben haber leyes muy estrictas en beneficio de la conservación de Jos árboes. Me produce mucha satisfacción sembrar-
los
>
WASHINGTON
.
2
ROMO
y poetisa
ARREGUI,
española,
es-
actual-
mente Catedrática del City College de Nueva York, que ha dedicado largo tiempo al estudio de la poe-
tisa Jul:a mo
de
de Burgos.
Arregui,
una
es
editorial
publicado libros rriqueños. -
La Dra. Ro-
además
miembro
española, de
que
autores
*
ha
puerto-
*
PEDRO JUAN SOTO, dramaturgo joven, cuentista que viene señalándose como una de nue:tras grandes figuras del futuro, trabaja actualmente para la División de Educación de la Comunidad. Ha publicado un libro de cuentos, SPIKS, que la crítica recibió con grandes y merecidos elogios. +*
+
*
MANUEL MENDEZ BALLESTER, uno de nuestros mejores dramaturgos de hoy y de siempre, quien con el número pasado reinició la publicación de su conocida columna LA CONDICION HUMANA que continuará mes por mes en nuestras páginas. Es autor también de la celebrada novela “LA ISLA CERRERA” que lleva ya doce ediciones.
En nuestro próximo
número
En nuestro próximo número ofreceremos a nuestros lectores los síguientes trabajos: HOSTOS: UBICACION FILOSOFICA DE AMERICA, por J. Paniagua Seracante; ENTREVISTA
Juan
CON
Bautista
de Diana
HOSTOS,
Pagán;
Ramírez
por
POEMAS
de Arel'ano;
EL
TRAGICO
DESCONOCIMIENTO
DE
EN
HOSTOS
PUERTO
RICO,
Editorial; UNA PAGINA INMORTAL de Eugenio María de Hostos; CRONOLOGIA DE HOSTOS, la Columna PERSPECTIVA de Enrique A. Laguerre; LA CONDICION HUMANA, columna de Manuel Méndez Ballester y la Sección LIBROS Y REVISTAS que inicia Josemilio González para nosotros.
artes, lelras MENSUARIO
DE
PAGAN CONSEJEROS
Nilita Vientós Gastón
Margot Arce de Vázquez Josemilio González Fernando Sierra Berdecía Manuel García Cabrera —SUSCRIPCION—
Toda
colaboración
será
San
CULTURA
Avilés
solicitada.
Ramón NOTA:
Ruiz
CORRESPONSALES
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Dirija
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Esta Revista agradece a su publicación.
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LEALO, LE HABRA
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MIA
NUESTRO
MENSAJE
DE
NAVIDAD
Dedicamos fervorosamente nuestro Mensaje de Navidad de 20
A e pa
este año, al anhelo de una paz permanente para el mundo, y a la comprensión más intensa de todos los pueblos de la tierra,
3 Y
de que la guerra y el exterminio a nada conducen sino a la muerte total de la Humanidad en todos los términos imagina-
MlZ
bles y reales.
ARTES Y LETRAS, humilde trinchera de la cultura puer-
torriqueña, que cumple regocijadamente otro año de existencia, (llevamos ya tres), una y otra vez cuando la ocasión ha sido propicia para ello, ha levantado su voz también en aras de la
E
17
paz mundial e identificándose con la voz de admonición
que
E
han lanzado al mundo en esta hora de confusión y desasosiego, eminencias como Shwitzer, Casals, Rusell, Einstein, el fenecido
Papa Pío XII, y ahora S.S. Juan
XXIII, y tantos otros,
para
que las naciones detengan sus pruebas nucleares y hasta pro-
- hiban
la fabricación de armas
entero en contínuo
atómicas
que tienen al mundo
temor y tensión, ha dicho su palabra de es-
A
peranza y de fe en el espíritu cristiano de todos los hombres. Particularmente,
hemos
de prometer
a nuestros
suscripto-
AT
res y lectores en general, que no importa el. poco aliento que recibamos
o
los sinsabores
que ya
acostumbramos
sufrir
en
nuestra tarea, seguiremos adelante con la ayuda de Dios, mejorando en lo posible la publicación y trabajando porque nuestra
cultura ensanche sus medios, su desarrollo
9100
y su vida.
Al cerrar el año, reciban nuestros anunciantes, y las personas que han cooperado con sus estímulos y sus medios económicos
al mantenimiento
gratitud.
Les exhortamos
de
la
revista, nuestra
a que continúen
valiosa aportación, para los fines ya expuestos. Instituto de Cultura Puertorriqueña ración económica
Y
y
'
E,
tan
nos ofrece su coope-
para nuestro sostenimiento,
el reconocimiento
Nuevo.
Y ojalá que nuestras ansias de paz ayuden algo en la conquista de la misma que anhelamos también los puertorriqueños con
más que sobrados motivos y por nuestra indiscutible tradición
004
"y
profunda
Queda para el
más hondo y el más grande agradecimiento. Felicidades para todos en estas Navidades y Año
3 3 -
que
más
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Un cuento puertorriqueño
LUZ
DE
NAVIDAD
Por WASHINTON
Había una vez una viejecita que vivía muy lindamente en Boston con dos o tres millones de pesos y una docena de gatos por añadidura. Y digo que vivía muy lindamente porque poseía, como es natural, un bello palacio y hermosas tierras y exuberantes jardines. Pero la pobre viejecita rica vivía entre tanto esplendor y abundancia más
aburrida
que
una
ostra,
sin
otra compañía que la de sus criados y sin más amor que el tibio y egoísta de sus felinos amigos. Pero además del aburrimiento ya mentado, la viejecita tenía un recuerdo como cualquier hijo de vecino, y el recuerdo llenaba su vida, Es verdad que era lejano y tenue como una nubecilla, p:zro con ser lejano y tenue no dejaba de animar la débil llamita de su vida como tengo ya dicho. Algo tenía que ver con una bella islita del Caribe y unas montañas azules y una “quebrada” de aguas mansas y... un novio. Pues tiene bastante «substancia el recuerdo, me dirán ustedes. Sí que la tiene... pero, como era tan viejo. Sí que era viejo, pero en llegando que llegaban las Navidades florecía que era un encanto. Y digo que florecía no a humo de pajas, sino con mi cuenta y razón, porque en realidad le nacían flores de flamboyán, tantas, que parecía mismamente una llamarada. Y era también agridulce como la vida,
porque
si alegres
eran
las
por no decir en años, aunque lo último era la pura verdad. Muy em-
que
pingorotada
—Pues si es como usted la pinta, ¿por qué no nos damos un paseíto por su tierra, que según sus palabras parece la de María Santísi-
los
flamboyanes
que
tan sola y aburrida
—Llevo ya más de cincuenta años
consabidos
del
y del
servía
lo de-
diablo...
la viejecita metida
en es-
tos recuerdos y otros tales, pero, a pesar de todo, no se curaba del aburrimiento. Y en esto llegó la vecina con cara de Santa Claus. Era una dama de rancia estirpe bostoniana, muy entrada en días,
Bells”.
Ganas
de trullas, de pasteles y de almojábanas
1Y
Estaba
cosa
“Jingle
hartarme de Navidad como Dios me dan de irme a mi tierra para manda. Y tanto habló de aguinaldos, de Nacimientos, de los Santos Reyes,
WN
fué
por
de “Merry Christmas” y de arbolitos de Navidad y de Santa Claus y me tienen hasta la coronilla los
epílogo. Cosas de la tierra, de la sangre, de hombres machos... Rica la doncella; pobre el galán... Algo puso más
y yo ando
americana:
de
la maledicencia y el orgullo;
le habló
el mismo camino si es que no he llegado ya, me parece muy puesto en razón que echemos una canita al aire durante las fiestas de Navidad que se avecinan. Mentarle la Natividad a doña María fué como avivarle la llama de los recuerdos. Después de saborearlos a su gusto, le contestó a la
monta-
le
y encopetada
así a su amiga de Puerto Rico (en inglés, por supuesto, pues no le enseñaron otra lengua y no le gustaba la. viperina): —Doña María, ya que usted está
ñas y fragantes los cafetales que le servían de marco al recuerdo, trágica era la escena en la quebrada
de
LLORÉNS
mismisimo
Niño
Jesús,
a la
gringa
se
le hizo
la
boca
agua y se le despertó la curiosidad.
ma...?
—Pues no es la de María Santísima precisamente, sino la de San-
ta
Rosa,
que
para
el
caso
da
lo
mismo... Y como el movimiento se demuestra andando, andando andando nos vamos... o volando
Y dicho
y hecho
Y vieron después de algunos días cielos tan limpios que parecían recién lavados, y después de mucho cielo y mucho mar y poca tierra, llegaron a la finca de los muy ilustres y muy aristócratas Ramirez, que si no eran de Arellano muy poco les faltaba. —Ya verá usted— decía doña María mientras se acercaban al viejo
caserón
de los Ramírez—
lo que es
la Navidad en esta bendita tierra. Qué ingenuidad la de los jibaros, qué loca alegría la de los chiquillos, qué hondo sentido religioso el de grandes y chicos... Y como apenas le había hablado
Y
a la americana de la poca famila que tenía en Puerto Rico, continuó: —Mi prima Manuela vive en el caserón con su marido y su hija Pilar. Me parece que andan tan llenos de orgullo como vacíos de dineros. Y me barrunto además que Pilarcita está metida en camisas de once varas por lo que entreleo en las cartas. Lo que quiere decir que hay novio pobre y humilde... Y como yo sé lo que esto significa por la cuenta que me tiene... Por la mente de doña María cruzó una sombra y vió a pesar del tiempo y la distancia el cuerpo de su novio desangrándose en la “quebrada” de los flamboyanes y la mancha de sangre sobre la piedra blanca. Y después de un breve silencio musitó: ' —Si así andan las cosas, me parece que le voy a jugar una mala pasada a mi prima y al bobalicón
de su marido.
Esto
se
desilusión
mo
estuve
es, si el galán
las
de
reirse
a
pero
en vez de
tan poco
bostonia-
na, se guardó
el regocijo
y la soca-
rronería
mejor
reírre en forma para
ocasión.
Por-
que sepan ustedes que no había tales aguinaldos, ni tales Nacimientos, ni siquiera un lozano Niño Je-
sús,
sino
un
exhuberante
árbol
de
Navidad, fragante e hinchado y con más miriñaques y zarandajas que altar de Fiesta de Cruz. Y en llegando la Navidad fué puro y sano el regocijo, pero al son irreverznte de “jingle bells”... con el inevitable “White Christmas”, cuando
todo
por
aquellos
andurria-
les era tam verde que hacía daño la
vista,
verde,
sino
no
precisamente
por
la rabiosa
por
a
la
rabia
punto
más
asunto
tenía gato enel padre de la más malas innaturaalmente de bruto. Andersón, la
Boston,
y otras
le iban
y le
cosa mayor,
re-
de
“ponerle”
un
Nacimiento a: la vieja... Ay bendito... pero cualquiera deja a Pilarcita sin su “Christmas tree”. Bien se le alcanzaba a Manuela que a la vieja tenía que dolerle el cambio de costumbres, el olvido de
za de que Pilarcita tre saco, y don Paco, acongojada doncella, tenciones de las que cabían en su cabeza Motivo tuvo Miss
de
y
no podía hacer
tierra.
batiente,
éstas
ventaba disimuladamente los frágiles globos de cristal que colgaban del árbol de Navidad como frutos exóticos. La prima le notó el enojo en el rabillo del ojo y como era taimads2 dijo para su capote: “en mala coyuntura y en peor sazón se me ocurrió comprar el arbolito... y yo que
regocijo, doña María tuvo la certe-
mandíbula
con
venían a doña María de contínuo. Y cuando le venía la última, y co-
lo merece y la sobrina también. Tan pronto llegaron al caserón, y una vez entibiadas las señales de
americana
consoló
razones por el estilo, a pesar de que el tal arbolito, puesto allí en medio de la candente campiña tropical, le parecía punto menos que herejía. Lo cierto es que la alegría y la
a lo
lumino-
sidad que caía de los cielos azules como una bendición, Tragóse la desilusión doña María como mejor pudo, pero a pesar de todo le bailaba la alegría por los
recovecos más apartados del alma (o por las moradas, como decía la Santa de Avila). Qué más daba árbol de Navidad que Nacimiento de Niño Jesús, si el mismo espíritu animaba a ambos... Bueno, el que no se consuela es porque no quiere... :
viejas De
tradiciones
todos
modos
cosa mayor,
no
de
la
era
el
ya que el espí-
ritu de la Natividad rondaba la casa y ponía como-una divina luz sobre todas las cosas que Dios creó. Pero, mientras más vueltas le daba a sus pensamientos, con mayor desasosiego pensaba en el Nacimiento de marras. Tanta falta que les hacía el dinero de la vieja para enviar a Pilarcita lejos de aquel mandulete de Fermín, el novio de la banda allá de la “quebrada”... Y venir a ella a esas alturas con arbolitos importados. De pronto se le vino a la mente que la vieja había andado en trotes parecidos a los de su Pilarcita, y el recuerdo de la tragedia interrum-
pió
el curso
Estando
las
de sus pensamientos. cosas
como
tengo
di-
cho, llegó el mandadero de don Fermín y entre arisco y curioso y casi sin resuello, dijo: —Manda a decir mi amo que por alá por la su casa hay jaleo de Nochebuena y que se sentirá muy honrao con la presencia de los señores,
Y a pesar del rencor y de las medio incubadas malas intenciones del jefe de la familia, se fueron to-
dos a la montaña;
la
madre
refun-
fuñando, la hija hecha unas Pascuas; el padre disimulando sus arrechuchos; la vieja tramando sus trapisondas. Aunque la antigua casona de don
Fermín
estaba como
quien
dice “al
cantío de ur gallo” los viajeros tar-
daron una buena media hora en llegar a ella. —Cómo que don Fermín está echando la casa por las ventanas— exclamó Pilarcita.
A lo que
contestó
doña
María:
—Pues le sobran ventanas para ello y a juzgar por lo que vemos y especialmente por lo que oímos, no le falta voluntad... Si don Fermín era pobre, lo disimulaba muy b.en. Era sí, medio rústico y algo “bragao” por más señas, cuando era menester. Pero lo de rústico no le impedía demostrar muy a las claras la nobleza que manaba de su corazón y como se veía y se deseaba para obsequiar a los invitados, le hizo muy buena impresión a doña María. Sépase, a mayor abundamiento, que don Fermín parecía bonachón, sencillo y servicial y en efecto era las ir:s cosas a la vez. De rústico tenía nada el hijo. Se González a secas y zález junior, dicho la verdad. (Después
personajes
de
en
muy poco o casi llamaba Fermín no Fermín Gonsea en honor de
meter
un
a
viejo
todos
los
caserón
el
cuentista tiene que recobrar el resuello y conf.esa que no las tiene todas consigo. Pasiones encontradas las había allí en abundancia y en cualquier momento se podía armar
la
marimorena.
Y paso
a decir
después
de reco-
brar el resuello, como ya tengo dicho entre paréntesis, que en un 'incón de la sala, sobre el “sobe-
rao”
de
madera
del
país,
yacia
el
Nacimiento dé los González, digo, del Niño Jesús. Y qué bello era el Niño rechoncho y mofletudo y qué majestuosa la Virgen María de amplia túnica azul que los santeros de la región habían labrado para la ocasión. La escena del pesebre, de una belleza primitiva, ponía en la
sala rústica una
nota
de paz.
Los jíbaros llegaban de contínuo, muy apuestos y tiesos en sus almidonados trajes de cristianar y de fiestas de guardar. Y después de saludar respetuosamente a los dueños de la casa y a los señores, como era de rigor, se iban derechitos al Nacimiento. Era de notarse la admiración casi infantil que les brotaba del alma, a pesar de que se sabían de memoria los más peque-
ños
detalles
de
aquella
biblica
es-
cena de cartón y de yeso. Ya admirado y “requeteadmirado” el Nacimiento, los jíbaros decían para sí:
Cómo que tenemos Noche Buena; ya se lo decía yo a la comae, este don Fermín sabe hacer las cosas como Dios manda. Y después se iban sin más etiqueta a la cocina de la casa que era el sitio donde según ellos rei-naba auténtica alegría de Navidad. Pus razones no les faltaban, porque la tal alegría estallaba allí ruidosamente en los enormes calderos donde se freían las almojábanas y salía con invitador glu glu del preñado pipote del ron de multa. Y no se diga nada del olor-
trató de («ngañarse a sí misma. Después de todo, pensó, Pilarcita no tiene la culpa del desprecio que sienten sus mayores por las más bellas trad:ciones de su tierra. Pero, ya se encargará Fermín, a poco que se empeñe en ello, de meterle en la sesera lo que se tiene tan olvidado. Y para rematar el asunto se dijo con la mayor frescura: “belleza, fragancia, y esplendor no le faltan al árbol de Navidad y sirve para lo
veso chisporroteo de la hoguera donde se asaba el lechón bañado en ajilimójili. Y allí era el pellizcar a la cocinera, el echarle pullas de subido
y el empinar
el codo
discre-
tamente. Y después de disfrutar a sus anchas de cuanto allí había, que no era poco, volvían a la sala del Nacimiento como unas Pascuas y secándose los labios con la manga de la camisa, Y no digo nada de las garridas jíbaras, porque éstas, un tanto amoscadas por la presencia de los señores, no sabían dónde pararse ni qué hacer con las manos. Des-
pués
de
papel
sus
todo,
con
ardientes
trajes mente
de
no
sus
hacían
cintas
tan
mal
amarillas
amapolas
y
y
aquellos
largos que cubrían discretalas pantorrillas, casi todas
muy
buen
'año,
dicho
sea
de
Pues yo lo llamo
que Los
pecho
y sus
ojos
negros,
la de
acu-
lá por sus claveles reventones y par su cara de mosquita muerta. Doña María no cabía en sí de puro gozo. Venirle a ella con arbolitos de Navidad. Nacimiento era lo que andaba buscando, y Nacimiento tenía con todas las de la ley. Y tan pronto vió a Miss Anderson, le dijo con orgullo: —No es posible Navidad sin Na-
cimiento,
amiguita
mía.
Y Miss
Anderson
se dijo a lo su-
cusumucu:
“vieja
más
hipócrita...
Y pensar que su árbol de Navidad era siempre el mejor de Boston...” Como si adivinara los pensamientos de la americana, doña María
bailar.
se le clavaron
al padre
de Pilarcita
en
el
como
más
vale la Virgen
que
todas
las
flores...
Después de oír reverentemente este aguinaldo, don Fermín exclamó con grandes muestras de rego-
que an-
cijo:
—Dentren
todos,
que
esta
noche
dan por ahí dando vueltas como unos condenados... en el paraíso.
es Noche
No le gustó la gracia a doña Manuela, ni disimuló la poca gracia que le hacía. La americana de Boston andaba
"Y mientras entraban en la casa los de la trulla, con gran alharaca seguían cantando:
muy
a
su
gusto
con
don
Fermín.
jo no
mascullaba
—Bomba,
el inglés
Pilarcita
y
ni
ella
ojos negros:
: dice digo
se
Fermín,
mete
esos
ni
tan
buenas
con
desenfado:
está
jalda
recitó
casa
que nació esta noche El Niño Mesías. estrellita
luce
de los cerros de
madrugada
hoy nació
ni tan-
razones,
de
enflorecía,
el lucero.
Jasta aquí llegamos pisando el rocío, y viene el estógamo bastante aflegío.
tiene la tierra un sol
lo mismo que
La
pues casos.
Cantemos toitos Con tiples y giiireros
y el lucero la acompaña,
Menos
aguinaldo cariño
Desde el seboruco hasta el empeirao venimos cantando el aguinaldo.
detrás
que no necesitaba
tas
Hoy
en
mi
aquel
con que se lo dieron los reyes al Niño.
La
el tocaor bombazo!
qué una niña como yo no
con
Fermín...
Y ella, muy dispuesta, sofocada y ruborosa al mismo tiempo, dijo mientras le brillaban sus hermosos
¡Bomba y lo le
Buena.
Denme
chapurreaba el español, se entendían a las mil maravillas. De pronto cesó el baile y todos, cogiéndose de las manos, formaron rueda. Alguien gritó:
rojo
a
Naranjas y limas, limas y limones,
quién menos,
una no-
aplausos
va
nació el rey del cielo.
“Interesting, interesting.” —decía a cada momento. Y aunque el vie-
todas ponían
el seis
lucero
Aquí está la trulla del año pasado, que viene a pediros le den su aguinaldo, A la media noche y al rigor del yelo, entre humildes pajas
paso. Jíbaras más guapas no se encontraban ni de encargo en diez leguas a la redonda. Quién más, ta pintoresca en aquella casa de suyo pintoresca: cuál por coloradota y fresca, tal por tímida y recatada, ésta por su hermoso collar de peronías, la de allá por su pelo
el
otros tantos puñales. Y en empezando de nuevo el baile, empezó a cantar en el batey la trulla de la Guardarraya:
cosas de
la raza, de la sangre. Y si no lo digan tu hija y Fermín, que
contestó:
siga la música
Mientras doña María andaba en éstas, el gúiro dijo: “chis qui chis” que era ni más ni menos que hacerle cosquillas al jíbaro. En un periquete desapareció la timidez de las mujeres, aunque algunas se hacian de rogar con mucho lujo de melindres y aspavientos, las muy ladinas... Y bomba va y bomba viene, empezó el bureo, digo, cl seis chorreao. —Esos jíbaros — dijo Manuela acercandose a su prima— todavía tienen cosas de viejos. Y la vieja se encandiló: —Y llamas a eso cosas de viejos... Y lo otro será entonces cosas de jó-
venes...
Pilarcita
Palabras, de enamorao se suele el viento llevar;
mismo.”
cito caliente y salado de los vasteles de arroz y de masa...ni del tra-
color
licia,
de
que a mí la niña
mis
brazos
se
agarra.
-
ruborosa y con mayor ma-
al Sol que ha nasío que
alumbra
los Cielos.
sa
del
toda da.
Gallo”,
remate
Nochebuena
Con
enormes
obligado
como jachos
Dios
«le
main-
para
alum-
cio...
cantaban un acullá reía y
en éstas y otras,
ante
borraré
buenas
sabía a ciencia cierta. Aquella noche oyó un nervioso relincho. Luego una detonación, después silencon
Su padre regresó muy
la
capa
mojada
cias de barro. ron
bromeaba la gente joven. Y sobre hombres, bestias y árboles, la dorada luz de las estrellas mojadas...
[Andando
—Juro
que
ella dijo tu
la
como una diingenuamente
divina
presencia
mancha
acciones,
con
mis
y allí mismo
deci-
dió lo que verá el lector si lee con pesar de las lluvias, de los años... alguna paciencia y mayor benevo—¿Quién mató al apuesto mulencia lo que sigue. chacho que tanto la amaba? No lo
brar el camino, se formó la trulla grande de jíbaros y señores... La escena era digna de nuestro Campeche. Aquí un jíbaro rasgueaba la guitarra; allí otro le hacia cos-
quillas al giiiro; acá rosario las ancianas;
descendía sobre vina gracia, le al Niño Jesús:
te las aguas cristalinas... y la mancha negra como alas de cuervo. Pero, ¿era en verdad una mancha de sangre? No podía ser; no dura tanto la sangre. La razón decía que no; el corazón decía que sí. Lo cierto era que la mancha estaba allí a
Y así, entre villancicos y aguinaldos y seis chorreaos con su miajita de inocentes tomaduras de pelo y su poco de cuentos de “aparesíos”, llegó a la hora de partir “pa la Mi-
los
brada
flamboyanes
y la sangre
Doña
ron a la quebrada de los flamboya“nes y mientras la cruzaban, doña María vio la piedra, la enorme piedra blanca que lamían mansamen-
sobre
muerta
si volviera
María
Cruz. Y durante
su-
Al otro día florecie-
de rojo como
llega-
tarde
y las botas
hizo la
que-
a la vida.
la señal
Misa
mo si cumpliera dada por mucho
la
se pintó
del
de
Gallo,
la co-
Pues en llegando al caserón de los Ramírez y después de despedirse de Fermín, doña María habló de esta suerte sin andarse en remilgos: —Desde este momento, Fermín es mi apoderado. Y mejor, ni de encargo, porque el muchacho es fuerte, honrado y trabajador por añadidura. Y por encima de estas virtudes, que no son pocas, ama a su tierra y respeta sus tradiciones
más
una promesa olvitiempo, y mientras
nobles.
La casa
rez tiene demasiado pocos Fermines.
de los Ramíorgullo
y muy
Y a ti, Pilarcita, te doy una de
de
la página
Es extraordinario
1897 no haya
que
el derribo
servido de lección.
recen no tener una justa es que hoy día ninguna
2)
de las murallas
de
San
Juan
Pero es que los líderes de Yabucoa
en
pa-
dimensión de la historia de su país. La verdad persona con sentido histórico piensa bien de
quienes influyeron para que se derribasen las murallas que iban desde San Cristóbal a la Marina. En todas partes del mundo —en Estados Unidos, con todo su poder, en Ghana: y en cualquier otro lugar— se aprecia
el monumento
Es una y que
San
gran Juan
histórico.
fortuna haya
que
aún
conservado
atención de nuestros huéspedes. tros escolares. de Cultura se actualidad se El Mundo interesante de el Morro. Por
excursiones mismo
de más
nos queden su
fisonomía
San
Cristóbal y el Morro
histórica.
Esto
atrae
la
Ya está atrayendo la atención de nues-
El valor de San Juan crece con el tiempo. El Instituto ha tomado el interés de planear su restauración. En la llevan a cabo, parcialmente, esos p'anes de restauración. del 27 de agosto de 1958 trae un informe estadístico muy cómo ha aumentado el número de personas que va a ver ejemplo, :de enero 1 a agosto 25 de 1957 los vis tantes en
guiadas
período
de 33%.
en
el Castillo
de 1958 el número
En ju'io de 1955
del
Morro
llegaron
a 63,245;
en
el
de visitantes llegó a 84,717, un aumento
(cuando
de
pesos,
dote
contan-
que te cases con Fermín, pues bien a la vista está que te bebes los ai- res por él.
de Yabucoa, es un buen signo de lo que le hubiera pasado a San Juan si no hubiera estado en un islote y si no se hubiese expandido hacia Santurce.
millón
tes y sonantes, con la condición de
PERSPECTIVA (Viene
medio
no hay
escolares)
3,635 per-
sonas participaron de esas excursiones guiadas. En 1956 hubo 6,266; en 1957, 9,275 y en el mismo mes de 1958, hubo 14,295. Esto es en verdad sorprendente. Indica bien a las claras que ha habido un notable aumento de turistas en el período de verano y qué a esa gente les interesa el San Juan histórico. > .
en
Pilarcita miró a su padre espera de una catástrofe;
como doña
Manuela a doña María. doña María a don Paco; y ninguno dijo esta boca es mía. Don Paco no miró a nadie por la mucha afición que le
tenía...
al dinero de la vieja y pa-
ra que no le conocieran los pensamientos, aunque se le salían a la cara los deseos de decir dos o tres
tacos muy
gordos.
Después
aunque
de
un
largo
silencio
y
la niña sabía lo que le an-
daba por dentro a sus padres, dijo, sin poderse contener, y mal disimulando la alegría: —Miel sobre hojuelas, tía María...
Y
la
muy
bobalicona
se
echó
a
llorar a moco suelto. A todo esto Miss Anderson, que no entendía palabra de lo que se
decía,
pero
que saltaba
sospechaba
más
de
lo
a la vista, pensó en pu-
rísimo inglés, lo que en viejo castellano está escrito en La Celestina: “face la vieja sus hechizos; después fácese de nuevas”...
Doña
María
como
que
barruntó
Aunque aprecio el establecimiento de hoteles, la verdad es que las facilidades hoteleras de por sí no resuelven el problema de los turistas. La gente que viene de fuera desea ver algo distinto: las playas bien acondicionadas ayudan mucho. Sin embargo, nada hay que impresione más
lo que rumiaba la muy ladina y como no cabía hacer cosas mayor,
en Puerto Rico que ese San Juan histórico. Nuestra capital está situada en uno de
mas”
y se retiró a sus habitaciones
muy
tiesa y seriota por fuera y he-
mundo. ficios de lagunas nos dio y
. los más
bellos
lugares
del
Hace falta que el hombre se esfuerce por aprovechar los benela belleza: natural. Nada más que la presencia de unas cuantas son contribuciones más conscientes de lo que la naturaleza de lo que en el pasado construyó el hombre. Eso nos estimulará
a seguir construyendo y embelleciendo.
soltó un irreverente
“Merrí
Christ-
cha unas Pascuas por dentro. Cuentan los viejos del lugar que aquella noche quedó limpia de toda mancha la piedra maldita,
Y “colorín colorao, este cuento se ha
acabao”...
LA CRUZ AZUL DE PUERTO RICO >
-—ASOCIACION
|
SIN
FINES
PECUNIARIOS-—
Sirviendo a la Comunidad Puertorriqueña po 15 Años a EN ESTA EPOCA TRADICIONAL DE NAVIDADES Y AÑO NUEVO, LA JUNTA DE REGENTES, SU DIRECTOR EJECUTIVO OFICIALES Y EMPLEADOS DE LA CRUZ AZUL DE PUERTO RICO, SE COMPLACEN EN EXTENDER A TODOS SUS SUSCRIPTORES Y ALA COMUNIDAD PUERTORRIQUEÑA, UNA CORDIAL FELICITACION CON SUS MAS FERVIENTES DESEOS DE SALUD, PAZ Y PROSPERIDAD PARA EL AÑO 1959.
SAN
JUAN:
Ave.
Fonce
Parada
de León
PONCE: 450
7%
Puertade Tierra, Puerto Rico Tel. 3-2359
C+lle Marina,
Esquina
Aurora
Ponce Puerto Rico Tel. 2-0325
i
E ps ¡
CRITICO
ENSAYO
JULIA DE BURGOS: Criatura del Aqua Por JOSEFINA
Tal vez os habreis preguntado
ROMO
ARREGUI
el porqué de ser yo,
precisamente —y no uno de los muchos destacados intlectuales puertorriqueños que podrían hacerlo— la: que os vengo a hablar esta noche de Julia de Burgos. Pero la razón es obvia. Durante muchos años en mi labor de Profesora de Literatura de !a Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid no olvidé que mi cátedra no sólo era de Literatura E-paño'a sino también de Literatura Hispanoamericana y estudié con interés esta materia sobre todo en el campo de mi más querida especialización; la poesía. Naturalmente la figura señera de la lírica puertorriqueña no podía faltar en mis estudios, a pesar de que muy pocos comparten en España mi conocimiento de Julia de Burgos. Porque yo he entendido siempre la abor del profesor de Literatura e historiador de la misma como una obligada y perspicaz investigación de los valores autén'icos, y no, esperar el que lleguen a nosotros por casualidad o por información de segundas o terceras fuentes. Es muy cómodo el historiar literatura contemporánea de esta manera, pero el que Jo hace se expone, tarde o temprano, al despre
tigio
de
encontrarse
con
figuras
cumbres
de
síl
propia L teratura conocidas hasta lejos de sus fronteras y por él ignoradas. Afortunadamente, no siendo esta mi manera de actuar tengo 'a oportunidad de encontrarme con un público en su mayoría puertorri-
queño hace
al que
puedo
tirmpo
decir
a vuertra
suerte
de
conocerla
en mi gloria
camino como he de Puerto Rico,
Arellano, sobre
que
todos
prologué
orgullo: de
y estudié
No
tuve
la
de encontrármela
tenido la de coincidir con otra la geniaT Diana Ramírez de
otros
posee
su primer
Leí
Burgos.
personalmente,
entre
e'los,
con
Julia
extraordinarios
el
don
libro
-de
la
“Albatros
talentos,
poesía.
sobre
Yo
y que
el alma”
y
que acabo de editar ese sensacional monumento a Puerto Rico: “Angeles de Ceniza” os digo esta noche, y sé que el tiempo me dará la razón, como me la dió con la gran poeta española Alfonsa de la Torre (a quien prologué también su primer libro y de la que más tarde el posta y académico Gerardo Diego decía
en
primera
plana
de
los
grandes
genios
A.B.C.
de
Madrid
contemporáneos
que
como
solo
T.
S.
con Elliot
se la podía comparar y que estaba por encima de Gabriela
digo
en
en
suerte
Julia
su
invención
esta de
de
tiempo
dar
noche: a
la
Burgos, la
y
sabiduría);
pues
puertorriqueños lengua
otra
vez
castellana
en
tan
bien
yo
que
tuvisteis
un
poeta
breve
la
como
de
Ramírez
de
encontrarme inevitablemente con Tres caminos me llevaban a su
Juen-
os
señala
con
Diana
muy
Y en tercer y no último
pocos
Burgos, pero no voy culpable ignorancia;
conocen
en
España
lugar, mi a
Julia
a dar una explcación por y de otras indiferencias
de
esta más
vocación de poeta yo misma. Como profesora, como crítica literaria y como poeta, tenía que encontrarme con” Julia de Burgos, porque Ju'ia es una de las grandes poetisas de Hi"panoamérica que ningún profesor de es.a materia puede dejar de enseñar; porque la
poesía de Julia es de tal calidad que atrae la atención de la crítica literaria más
exigente;
y porque
poeta nada más sugestivo que la extraña rica de lo: poemas de Julia de Burgos.
para
un
tensión
lí-
Quisiera, pues, aunque sea muy brevemente tocar
estos tres puntos
y dar una
valoración
de la figura
rica de Julia, una síntesis crítica, apoyada
lí-
en su úl-
timo libro “El mar y tú”, y por último como poeta yo misma lrero un poema que dediqué a la gran poetisa muerta.
Arellano.
lia
Pocos
Os
espacio
fortuna
crita por mujeres.
Tenía que de Burgos.
VALORACION
cuentro. En primer lugar y ya le he explicado con más detalle, el ser profesora de Literatura de la Uni-
Quisiera preguntaros. ¿Por qué no ha corrido Julia en el aprecio de la crítica contemporánea, la mis-
vorsidad
ma
Central
de Madrid.
En segundo
mi condición
de crítica literaria, especialmente dedicada al «estudio de la poesía y aún más especialmente a la poesía es-
suerte
que
Delmira,
Juana,
Alfonsina
o Gabriela?
¿Por qué si su voz tiene la tensión lírica casi milagrosa de De'mira Agustini -—temperamento el más pró-
ximo al suyo. ¿Por qué si Juana no escribió nada más bello en su frenesí panteista que el Río Grande de Loíza? ¿Por qué si la atormentada y amorosa Alfon-
sina
hubiera
hecho
suyo
con
gusto
y acaso
los hizo
con sa muer e aquellos versos de la genial boricua ¿Qué a donde voy con esas caras tristes y un borbotón de venas heridas en mi frente? Voy a despedir rosas al mar a deshacerm2 en olas más altas que los pájaros a quitarme caminos que ya andaban en mi como raíces. Pero acaso es que Julia hecha de múltiples soledades, no tuvo el poder de empujar el coro que levantara su fama hasta la altura que le correponde. Acaso también aún esta muy próxima a nosotros su muerte. Y. en su vida, por sola y desolada, andaba: tan c¿rca de lo humano, tan intima y sencilla, tan pareja alnuestro dolor E “E”:e corazón mío, tan abierto y tan simp!e es ya casi una fuente debajo de mi llanto. Es un dolor sentado más allá de la muerte... que no pasaba por la imaginación el levantarla trono como cosa única, como ser aparte tocado por el divino y t:rrible don. Y la pobre y divina Julia . Era una rama verde la inmensa soledad. De ella salían nidos buscando ruiseñores pies aplastando pétalos
y
rubios
cementerios
inclinándose
a!
cielo.
culpables ya dijo con la palabra rotunda y la sinceridad insobornable que le caracterizan lo que tenía que decir el poeta y crítico puertorriqueño Josemilio González, cito: “Hay
un
aire
de
epitaflo
haciendo
desde
voluntad
de 'vamos
ceremonias
que
que
en
nos
todo
llegó
a enterrar
nos permitan
lo que
hemos
la noticia. a Julita”
estado
Una con
como
todas
las
desplegar nuestros
oro-
peles literarios. ¡Qué oportunidad magnífica para que nue tra vanidad exhiba su oronda importancia en la liturgia de la muerte! ¿Acaso con ello no estamos tra ando de apaciguar nuestras conciencias; de arran-
carnos
sin
mucho
porque
fuimos
dolor
la
negligentes
espina
que
y olvidadizos
nos con
lastima ella?
No
es desde la oquedad de una preocupación post-mortem que
podemos
dono
comenzar
y soledad
a
en que
resarcirnos
la dejamos,
de
tanto
sino desde
aban-
el acto
decisivo que engendra el cocmos de amor, de justicia y de pureza por ella concebido. Hay que cruzar la raya que separa la desidia de la inquietud buceadora en e! sentido profundo de la: realidad, para iniciar la vi-
da y
auténtica a
la
que
“Solo der
que
su
Julia
poesía
desde
siempre
este
el salvamento
de Burgos nos
genuino
de
nuestro
espera estuvo
de nosotros convocando.”
latir podemos ser.
empren-
Confesémoslo.
So-
mos todos en parte culpables de la muerte de Julia. En
la medida
ridad,
«n
en que
que
mos
no
abroquelamos
cerrándol> las puertas
que
dejamos
la injusticia
correr y en
cumplimos
un
cada
deber
uno
a la comunicación
la mirada
que
que
en su yó
se violen
en
sobre impu-
nemente los va!ores de la libertad, la verdad y la belleza...” Hasta aquí el gran crítico puertorriqueño, su após-
troff' lanzado en el Ateneo
Puertorriqueño
casos.
Yo
apenas
hubiese podido hacer una cita o releer a Ju-
la
si
misma
no
hubiese
tesorera
de
Sólo
quiero
hacer
biográficos
ella.
suyos
que
arse
to
de
os
ella
una
decía y
la
Madrid
de
doña
la
Ada
vice-
Morales
que
realmente
una
enorme
los
que
a una
vivió
uruguaya que come
Hace
afinidad
datos
por
tra-
un momen-
existía
poetisa
entre
uruguaya
Delmira uno de sus abuelos todo y esta es coincidencia Delmira
distancia
esta
de dos
atención
ma'ograda
estremecedora,
6 de julo
aquí
mi
coincidencia.
Delmira Agostini, como era germánico, y sobre un
que por no concernir al esta noche, no he podiJulia no soy yo la llapersonas que la conocieun absurdo ocuparme de
mención
:rágicamente
última;
y
Julia
de años
parece
murieron
que
como
eran
casi
la
gran
si
“la flor o estirpe de una especia oscura / l'agas y que bebe llanto”, que dijo ella mis-
ma,
soñase
ver
su
desde
estirpe
la sangre
estéril.
de
su muerte
Y así
vino
violenta
Julia
que
de San
el si'encio
de Julia, según POEMA
ella misma
PARA
anheló.(1)
MI MUERTE
Ante un anhelo Mor r conmigo misma, abandonada y sola, en ia más densa roca de una: isla desierta,
En y
el instante un en
el paisaje
ansia
un
suprema
trágico
de claveles,
horizonte
de
piedra.
Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. Mis dedos eomo niños, viendo perder la nube
y mi
razón
poblada
de sábanas
inmensas.
Mis pálidos afectos retornando al silencio —hasta el amor, hermano derretido en mi senda—
Mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, y mis
manos,
crispándose
Incorporarme
el último,
y ofrecerme.a
dob'ar
luego
para
darme
a las yerbas.
y bajar Que
sin
nadie
ni me
el integral minuto,
los campos
la hoja sonrisa,
me
arropen
ni
testigo
profane
por
fiera
que
buscar
limpieza
alegría
con
estrella
inercia.
con
sollozos,
inocente
tierra:
me dejen libremente
libertad
del planeta.
comenzarán por
de
sencilla,
a la
la muerte
siempre
la única
ventanitas
con
de mi carne
que en el libre momento
a
ante-
no
“golpeó
moribunda y reverdeció feroz” hasta que otro 6 de julio cuarenta años después del que mirara la agonía de Delmira bajo la bala homicida amaneció sobre
Con
y promesas
de
amabilidad
llamaron
extraña
TU”,
aciertos
za
biblioteca
entidad
cartas inéditas de la poetisa, aspecto de Julia que yo trato do utilizar. La biografía de mada a glosarla hay tantas ron personalmente que sería
de
sus
por
mi
Torruclla que me prestó el material preciso para mi charla y hasta me proporcionó la ocasión de conocer
disponer
de
sido
de
esta ilustre
Juan el 8 de septiembre de 1953 en ocasión del homenaje a Julia de Burgos creemos sirvió de acicate y así, se publicó póstumamente su libro genial “EL MAR Y
confirmación
—lejos
ca-
humana,
impasiblemente
permitimos
de
riores “Poema en veinte surcos” y “Canción de la verdad s:ncilla”. Sin embargo las antologías y literaturas puertorriqueñas todavía no la dedican más espacio que a otros muchos poetas de segunda fila y desde luego bastante menos del que se reserva para sí el autor de la correspondiente antología o literatura. Aun tampoco se ha iniciado la idea de la publicación de sus obras completas, difíciles de hallar en muchos
la
carne
mis huesos morena
y yo, a
la
dándome,
dándome,
intemperie
¿Quién
podrá
y
con
jetivo
y libremente
rompiéndome
detenerme
cuando mi alma haciendo de mis
para
sola
feroz
una fica
cadenas.
ensueños
inúti'es
que tocará
ca'a
MAR
Y
TU
a un estudio
estilístico.
Trabajos
de es-
ta clase, iniciados ya por mi sobre la poesía de Julia de Burgos se publicarán alguna vez. Básteme pues ahora destacar los felices momentos que nos hacen admirar y catalogar de magnífica la poesía de Julia. Su personalísima compenetración con la natura'eza y absorbente concepto del amor. Amor y naturaleza
son de
en ella una Julia
de
conseguida
sola cosa.
Burgos
en
El contenido
tiene
dos
una
planos
de la poesía
dimensión
diferentes:
belleza c'ásico y dolor romántico
bi-espacial
sentido
de
la
de la realidad vital.
Profundamente clásico es su antropomorfismo, campea en toda su obra esta necesidad de dar dimensiones humanas a los seres naturales que le hace ser orsade de las montañas, oríada de los borsques y entregarse al río como mítica náyade. Ya no se me diga que el concepto clásico, que parece sinónimo de equilibrio, se aviene poco con su intentidad. Josemilio González nos dice de el'a “Si se me pregunta “cuál fue la nota que selló característicamente aquel existir, me atrevería a contestar: la intensidad...”
y más
adelante
“Su
rostro
siempre
interesante
era
como la intensa concentración de todos los núcleos espirituales.” Y es os digo yo, que el clasicismo de Julia no descansaba en los anchos escalones marmóreos del equilibrio apolíneo, sino en la furiosa embriaguez del ritmo dionisíaco, en el que el ser se entusiasma, llega la en-theos, y en este 'levar al dios den-
tro hay
como
acuciadora
necesidad
del grito
su
poesía
y
de
la
que
solo
a; él, es la
se
libera
poético,
en su expresión,
con
la naturaleza,
bro y que produjo el magistral poema Loíza”,
que la dio a conocer,
poema
“Río Grande
que
por otra
profundamente Ella
misma
romántica
la clasifica
con
en un
suad-
de
par-
no demasiado
experta en poesía, definición de la poé-
te tiene
muchos
jetivo El
Mar
otros
desentrañar, y Tú
que
símbolos
se hace es,
sin
tica de Julia y exigente señarla
poeta
de
una
vez
se merece.
que
total
aquí no
balbuceos
apremio
el puesto
“El Mar
de
ob-
libro,
juventud
a todos
primeríimo
y Tú”
es mi
en su último
nosotros que
aún
de
la gran
es un libro conside-
rable en la poesía de lengua castellana. El idealismo de Julia es tan fuerte en esta última obra publicada, que no puede dejar transitar el amor humano por su senda de ceniza y dando el salto totalmente romántico lo quiere libre de imperfecciones. Pocas veces Julia huidiza siempre de la directa expresión es tan definitivamente concreta como aquí: Vuélvete la caricia. No quiero que limites tus ojos en mi cuerpo. Mi senda es el espacio. Recorrerme es huirse de todos los senderos... Soy el desequilibrio danzante de los astros.
Román'ica
es también
la poesía
de
Julia
por
su
“en pie” de rebeldía, su pregón de un credo irredentísta, su sincera capacidad de indignación ante la injusticia humana, su grito viril de libertad para su pueblo. Y por último romántico es el nihilismo que se acusa en su obra, aunque desde otro punto de vista
al escribirle y su actitud en él es un tanto Ironía por otra parte muy dentro del cuadro
término,
desde
el menudo arroyo naciente a la estrella difícil. El amado se confunde con la naturaleza siguiendo esta escala; hombre-naturaleza-amor-dios. Y a veces también; Hombre-amor-naturaleza-dios. Este idealismo pan: eísta que se marca en su obra desde su primer li-
En
soledad.
esJu-
El idealismo de su poesía, actitud también romántica, es palpab'e hasta en poemas que podrían encuadrarse cn el plano clásico. No hay un solo poema en que cante el amor o el dolor de amar desde una dimen ión de realidad a la manera de Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni, y sobre todo Gabriela Mistral. Por eso tiene que identificarlo o identificarse
nos haría cial, como
primer
en
moribundo, el alma de
de delirio y entrega a la naturaleza con panteísta plenitud. El toro plano que la poesía de Julia de Burgos desarro!la ante nosotros es el intenso romanticismo de su actitud vital trasvasado íntegramente a sus versos, Tantos y tantos aspectos delicados o furiosamente románticos se plasman en la poesía de Julia que se me hace imposible enumerarlos todos en breve espacio. desolada
y
de su panteiísta frenesí,
Soledad, sepulcros, sollozos, amor romántica que recorre ágilmente
ella misma No es lugar oportuno de una crítica, una conferencia ni una charla, confrontaciones y citas se pierden y fatigan y menos oportuno aún nada que quiera
aproximarse
poéticas,
de su sentir: la cali“Y ese sentirse aparte
“Llovizna caída gota a gota para mirar sepulcros. ¡Quién no dijera, viento! ¡Quién aupara mis brazos sobre la soledad hasta dejarme quieta como ausente reflejo, allá donde no es nada, no habita la nostalgia, ni solloza el adiós de un amor moribundo...
Y así la llamamos y así tiene que ser, una de las grandes poetisas de América con Delmira, con Juana, con Alfonsina, con Gabriela... DEL
de sugestiones
lia:
Delmira murió el 6 de julio de 1914 Julia murió el 6 de julio de 1953
CRITICA
de
los vitales momentos
a mi puerta?
¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede recordarme, en la roca de una isla desierta? Un clave! interpuesto entre el viento y mi sombra hijo mío y'de la muerte, me llamará poeta.
SINTESIS
hallazgo
que la rodea, ese no pertenecer
constante
Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, cada instante más grande y más simple la entrega; mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo, acaso irán mis labios a nutrir azucenas.
(1)
es un
del mundo
comienza a cumplir su tarea, sueños un amasijo fértil
el frágil gusano
que
muestra de la intensidad de desenfrenada soledad.
encuadrarla dentro de la poesía “existentambién en otro aspécto, la poería social a
la manera de Neruda podría contarla en sus filas. En su primer libro “Poema en veinte surcos” publicó un poema titulado “Nada”. Muy significador su
título fue elogiado por Lloréns Torres, ha sido considerado poco menos losofía. Pero no
que como una obra maestra de ficreo que Julia l'evase esa intención
irónica. román-
En el tico también. tú” dice más humana “Ya
ni
no
poema “Retorno” de “El mar y con menos juego filosófico: hay
ni
y
espigas remotas;
no hay naufragios; no hay ecos; ni siquiera una angustia ¡hasta el silencio ha muerto! Tras este ligerísimo recuento de los dos aspectos contrapuestos, el clásico y el romántico de la poesía de Julia, quisiera añadir que estos dos planos no van paralelos, sino entrecruzados en intersecciones múltiples, y esta singular característica es la que da dimensión, corporeidad y personalidad a la poesía de la extraordinaria lírica. Muestra de mi aserción es el poema “Presencia de amor en la isla”, bellísimo logro y que por su brevedad me permito leeros: PRESENCIA
DE
AMOR EN LA ISLA (En Trinidad, Cuba)
Aquí mi corazón dice “te amo”... en la desenfrenada soledad de la isla saliéndose en los ojos tranquilos del paisaje. El mar Es allá
asciende a veces la lápida del monte. cielo verde, como queriendo auparse (hasta mis manos. La loma no ha crecido más alto que una espiga. La tierra mira y crece, Van detrás de los trinos, saludando lo pájaros, aquí mi corazón dice “te amo” en el verde (lenguaje de los bosques.
Recueráo de
un
algo
que
rincón
así como
“como
un
me
hablaron
enterrado,
sin
un mundo
trino
una
vez
mirada
detenido
extraviado,
como
un
en
las
estrellas
y sin
defiende
tasma”
de Pablo
viaje,
corazón,
desandándose
dice
“te
amo”
la sombra
Para
mirarnos
cuatro
siglos
en
auroras
sin
frenada
de un romántico
soledad
de
legendaria
del
valle.
al paisaje.
Esta sustancia
“te amo”...
en la desen-
la isla.
poética
tan
manera del
Amado
poema
de
“Fan-
“cuidado-
Aunque del
pudiera
flojear.
rica y compleja,
en
Sin
el manejo
asomarse
esta última
verso
en
a grandes
lo que
novedades
con libertad pero con disciplina, su oído mucho más fino que el de Gabriela y su sentido vertiginoso del ritmo y el movimiento hacen su creación más ligera y
transparente
que las de la chilena, pero sin la impre-
sionante perfección en cuanto a lo que se ha dado en llamar “dominio del verso” de la uruguaya, Alfonsina Storni. Pero no caigamos én ei error tan frecuente de confundir en dominio del verso y su música, ya sea libre, ya medida por pies o sílabas o fijada por acento, rima o estrofa—con el dominio de la forma. La forma poética reside en las cualidades del lenguaje, pureza y selección de la palabra por un lado, maestría en el manejo de la comparación, la metáfora, la imagen. En este aspecto Julia es deslumbradora. La riqueza de su invención, la brillantez de las comparaciones y sobre todo el opulento despliegue de la imagen es de rara maestría. Siguió con acierto las lecciones de Lloréns Torres, magistral de lenguaje y rico
en imágenes poéticas, pero supo dejar al maestro bien lejos en su modernismo y asimilar las nuevas técnicas de aproximación de valores distantes de las palabras
para
crear
nes múltiples. original
y
una
imagen
novísima
La
adjetivación
poco
recargada;
que
a
“agotada
partir
sobre
en
de
sugestio-
la poesía
y
de Julia
“temblor
espumado”,
y turbia espiga”. todo
de
la
Las
celebración
Julia
nos la entregó en cuanto a la forma, sin difíciles técnicas, ni laboriosos virtuosismos. Sin embargo su verso no es como el de Gabriela Mistral tan duro de oído, tan descuidado a veces. Gerardo Diego defiende a Gabriela de estas desigualdades en un artículo titulado “Imperfección y albricia”, llamándolas anor-
auténtico
del lenguaje
poético
de Julia
de
Burgos, he aquí algunas: como un trino extraviado, como un ala sin ave.. y mis pasos se tumban como muertos, al aire... como una sensación de golondrina... como un ave, cazando horizontes y estrellas... como los ojos abiertos de los bosques... y esta bellísima: Pareces una espiga debajo de mi alma
y yo pleamar
tendida
bajo
tu corazón
Con un manejo sensacional de las imágenes se completa el cuadro de los valores extrínsecos de la poesía de Julia. En realidad toda la poesía suya es una imagen continuada, ese plano de idealidad de que hablé antes así se lo exige. Su mundo interior está regido por estos aletazos deslumbradores de sus imágenes.
Allí entre ellas se movía muy
lejos de todo lo podrido
del mundo que aborrecía, con esa dualidad de su ser que tan admirablemente supo expresar en sus poemas dedicados “A Julia de Burgos”.
En
“El mar
*
en 1927 han sido el olor, la íntima sustancia de la
poesía llamada de Tos treinta en España y fuera de ella, de la que se buena muestra García Lorca, son sorteadas con sabiduría en este último libro de Julia, prefiere en la mayoría de los casos la menos encumbrada comparación, lo que da a su verso un tono más íntimo; es tal su riqueza y espontaneidad que son el
Con que sencilla belleza enlaza todas las posibilidades de su inspiración. Su alma de driada habla en el verde lenguaje de los bosques, el cielo, verde también, se le sube a las manos, y en los ojos tranquilos del paisaje, en este mundo de equilibrada paganía, surge el rincón enterrado, la mirada ausente, el trino
extraviado
misma
calificándolas
del centenario de Góngora el color y el sabor y hasta
ave.
el tiempo,
tirándose
Neruda
es precisamente
metáforas
sube sus pupilas insomnes, de
la
a pesar de todas sus debilidades.
valor más mi
de
irregularidades
“Calles desarropadas”,
Aquí quieren palomas detenerme el camino... centinelas ardientes de un pasado inviolable. Una paz retraída me columpia el espíritu, y mis pasos se tumban, como muertos, al aire. Entre el viento y el mar, por escala de estirpe, ¡Trinidad de leyenda me saludan tus calles!
Aquí
las
no
es
su historia, ala
necesarias;
Alonso
so descuido” del poeta. Yo creo por mi parte, que no es necesario estas invenciones de “anormalidades necesarias”, ni “cuidadosos descuidos” para justificar en los grandes poetas lo que en otros no sería perdonable. Pablo y Gabriela, como ahora es el caso de Julia son grandes poetas por sus formidables aciertos y
voz,
lágrimas,
no hay
malidades
y tú” encontramos
también
por últi-
.
gran poeta de Puerto Rico, Diana Ramírez de Arellano, por eso esta noche Julia está con nosotros viva y perdurable porque su muerte como dijo Diana es ¡Oh muerte de los ánge!es, segura de su triunfo!
Con la profemo su trágica confirmación de poeta. cía que es don de los elegidos, vaticina su muerte. No Hace mucho que la va rondando, que la acosa. antes, leí os que sólo es el “Poema para mi muerte”
son los “Poemas
mecedora humanidad y una penetrante poesía. suyo que puede decirnos:
Y
Todos de estre-
para un naufragio”.
como humanísimos llenos de Tan trágico cansancio era el
ESTELA A Por
“En la ribera de la muerte, hay algo alguna voz, alguna vela a punto de partir, alguna tumba libre que me enamora el alma...” más adelante en ese impresionante “DADME
MI
consumido
en
NUMERO”
la sombra
donde
quede
no
ni
de una
mi
Colgada
ti PDATR 7 ARIAS A A A
abrazar
del
sombra,
aún
de ternura
a
la humanidad entera, partía perpetuamente desde el tallo amoroso de su espíritu en ondas de caridad y gracia. Centrada en el amor como la experiencia rai-
gal de su presencia
en el mundo
Julita lo vivió en su
dirección íntima con la tremenda intensidad de quien con él arriesga su destino.” Su amor la señalaba un destino de muerte, era un ala cortada en pleno vuelo, una criatura de agua movediza, transparente y tumultuosa. No podía, ni sabía vivir. Yo nada sé concretamente de su abandono y soledad. Sólo conozco lo que su corazón legó al mundo en sus poemas, pero me basta saberla eterna en ellos, Julia de Burgos fue uno de esos seres ex-
traordinarios
dotados
del
terrible
Aquí en esta más perfecto
“isla sin tierra” fué de esos “ángeles de
don
de
BURGOS
ROMO
ARREGUI
blanca paisaje
mar
que
tú eras.
visitabas
su pie frutal
antigua
que
tú
una
los
huertos
en las orillas vez
nombraste.
Que mi tierra sin mar, la que navega el cerámico azul del firmamento, tiene un camino el agua misteriosa que al Lacio puso nombre; un nombre posesivo, porque entonces
estrella?
en su círculo
del
que humedecen
Y aquí al oírla decir que amor es para ella “unido sueño que la sigue” es preciso decir que toda su obra es un gran poema de amor, pero un amor como dice el ya citado poeta y crítico Josemilio González: “Esa ola extensa de amor que fué la más universal de sus
para
JOSEFINA
extrañamente
Casi no puedo con el mundo que azota entero mi conciencia... ¡Dadme mi número! No quiero que hasta el amor se me desprenda... (Unido sueño que me sigue como a mis pasos va la huella.) ¡Dadme mi número, porque si no, me moriré después de muerta!
irradiaciones
DE
CASTILLA
De mi tierra sin mar, soñadora de verdes océanos en los adustos pinos que vigilan campanas y rebaños, vengo para decirte: pequeño ser de nube sobre la ancha pupila del viento azul que empuja islas, he oído el aleteo en mis chopos tranquilos, de aquella golondrina
mis. arterias?
¿Quieren
JULIA
EN
Torrente, río, lluvia, crecido mar en pleamares, tú llevabas el húmedo reflejo de todos los rocíos de la tierra. Corona tuya, el hielo transparente de la nostalgia y tu precioso manto el río de tus hombros desprendido para anegar tu verso.
¿No me llaman? ¿Qué es lo que esperan? yerbas, las entre ¿Me han olvidado mis camaradas más sencillos, todos los muertos de la tierra? ¿Por qué no suenan sus campanas? Ya para el salto estoy dispuesta. ¿Acaso quieren más cadáveres de sueños muertos de inocencia? ¿Acaso quieren más escombros de más goteadas primaveras, más ojos secos en las nubes, más rostro herido en las tormentas? ¿Quieren el féretro del viento agazapado entre mis greñas? ¿Quieren el ansia del arroyo muerta en mi muerte de poeta? ¿Quieren el sol desmantelado, ya
FUNEBRE
la poesía.
uno más, acaso. el ceniza” de la otra
no sabía que
todo mar
es tuyo;
profundo mar que comenzara en ti y que contigo fuera por siempre el lento corazón del llanto, el llanto subterráneo que llevaba a la cumbre del don y de la muerte. ¡Criatura del agua! tu mejilla — nenúfar con raíz de permanencia y cárdeno color de sueño y llaga— sobre el duro cemento desprendida en la isla sin tierra que no sabe hendirse al ruego de semilla pura ni florecer espigas de retorno. Si la montaña acoge el gran cansancio
de tus huesos
errantes
y dolidos,
tu levísima sombra, sombra de agua, transitada de agrestes gaviotas, duerme sobre las verdes algas húmedas. Por tu voz, que espesa soledad traspasa, se Oye eterna en el río poseído; torrente, arroyo y lluvia nos la crean; eres presencia permanente, eres en el gesto de todo lo que amaste. Y en el tapial de soledades mías, en mi tierra sin mar, tu voz de agua vive en el gozo breve de la tarde, vive en el lirio denso de la noche... Mi corazón, isla con voz, te ofrece la miel, el vino fúnebre, el canto,
y una
estela
coronada
de
de mármol azul
silencioso
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Si también de tu bohío lo estuvieras tú mirando ahora se estarían
besando
como
tu pensamiento y el mío.”
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DE POESIA
PUERTORRIQUEÑA
GUIRO
11 Por
F. MANRIQUE
Si os dijeren giiiro quietaos las sandalias
que pisáis tierra santa. Canal seco y jugoso
por donde a
llega un
'
CABRERA
¿Fué en la ciudad de Segovi a? ¿O fué acaso por La Mancha ?
Sólo sé que todavía
del alma,
escucho
su
chorro
mi poema.
de sangre
voz
“Adiós,
que
que
ya
india
de
Tenéis arpas Pero
Agua,
la tierra de melodías
mós
exóticas.
Y abro las alas de su chequequ eteque, ché querequetequ e
abris ¡os ojos hambrientos
de verdad,
nunca
apagó
como un proyecto de hojas de yagrumo; nuestra risa antigua como el perfume del Areito - y el hogar de la Yyautía; nuestra risa clara, como el chas de la quebrada ; nuestra risa joven, descalza, jíbara, olorosa a montaña. Reímos con nuestros ojos frescos, hambrientos de remotos hori zontes. Reímos como trinos nuestra risa melancólica y triste. hospitalaria a tu alegría. Reímos, reímos mi gúícharo y yo, auténticos jíbaros amigos. Reímos nuestro chequequeteq ue, chéquerequeteque, Y tú te sientas reverberar de montaña y cantar. A mí arpitas y liras... Yo tengo mi giiiro.
Si os dijeran giiiro
CANTARES
CASTELLANOS
AQUINO
1
Era pura de Castilla Avila
y
Guadarrama—
murallas, torres y sombra, también cielo y luz dorada.
la sed
A orillas de
un
olvidar
pude oír otro cantar
que
recuerdo
Se van
todavía :
las aguas al mar,
al viento la pena mia, al viento la pena mía, y hasta que amanezca soñar, mi vida, soñar.
ACASO
Por
UN
Lurs
el día,
POCO
TRISTE
HERNÁNDEZ
AQUINO
Dame
tu luz esplendorosa, Esp aña; que caiga tierna en esta arcilla mía, como
cayó una tarde, en otro día, a un álamo gris que el Tajo baña. Desde el trópico azul no suene extraña esta junto
voz dolorida, que sentía ser raíz en tu tierra, amor que ardía
en
tu ser y voz
viva de
tu entraña. En mi ancha soledad aho ra te evoco con tu cielo y tu aire, mar avilla que desde aquí con mi mem oria toco. Ahora
estarás
en
verde
y amarilla
por el trigo y la luz, y acas o un poco triste también por tierras de Castilla.
SILENCIO
Por
alma
Por Luis HERNÁNDEZ
—entre
el agua
IV
ancha
quitáos las sandalias del que pisáis tierra santa.
fresquita
,
y sentís un cosquilleo “inmenso subir por las paredes de vuestra alma, y vuestros pies arrancan temblorosos, como potritos jóvenes, y escucháis un rumor de Cosa s frescas besar vuestras entrañas, Y sentís la comezón de cantar, ¡Ah! Entonces mi gúiro y yo reimos la mañana Y Os perdonamos. Reímos nuestra risa amarilla como el pan de la flor de la majagua; risa
¡qué
que sentía por tu boca.
Sólo cuando yo llego con mi giiiro
nuestra
el alba”.
que venía de Lozoya!,
y liras
os dormís
repite:
viene TI
Ásta antigua y solemne del cantar
de madrugada
fina
José
P. H. HERNÁNDEZ
Cielo gris. Y garzas blancas y el silencio que se duerme sobre el valle. Y el lamento que acoquina y que conmue ve de una tórtola afligida que prorrumpe en misereres ...
Silencio
que
te
has
sobre el valle, como
dormido un leve
ssupiro de mansedumbre: duerme tu sueño solemne, que pronto ha de despertar te
—como
una
alondra
doliente-—
el clamor hondo y -amargo —en marejada perenne— de otro silencio: ¡el profun do
silencio
de
mis
ayeres!...
LAGARTO
SALMOS
Por
TORRES
LLORÉNS
Luis
PALÉSs
MATOS
Olvidar es romper los lazos del ayer y pegar un gran salto y en lo ignoto caer.
El Condesito de la Limonada, juguetón, pequeñin... _Una monada rodando, pequeñin y juguetón, por los salones de Cristobalón, Su alegre rostro de titi a todos dice: —Si. —Sí, Madame Cafolé, Monsiur Haiti, por allí, por aqui.
Olvidar es salirse del vaso, y preferir, a lo cierto gozado, lo incierto por veir.
pasan
No lo fugaz lloremos del veleidable amor, que
así
en
sabe
Que y
amar
en
es dicha,
después
del
lo sabe
Y
nido.
rama,
una
la
de
reposo,
flor.
de anidar.
sabe
que
es ave su
una
como
breve
todo,
es
la vida
El corazón Y
olvidar.
del vuelo
rama
reposar,
por Vedle
al clavel,
Seamos cual la ola voluble de la mar, que a la roca que moja no la vuelve a mojar.
LLORÉNS
del húmedo
pañuelo
de algún lejano adiós. Raudo volar de aves raya el azul color. Y bajo la laguna bosqueja un corazón. ¡Qué novia está la tarde!... ¿No la siente tu amor? ¿No
la
sientes
que
escarba
por
Cafolé,
en
Haiti,
Monsiur
aquií—
el rigodón,
en ei minué...
Y allá va el Conde de la Limonada, con la roja casaca alborotada y la fiera quijada rígida en epiléptica tensión... Allá va, entre grotescos ademanes, multiplicando los orangutanes en los espejos de Cristobalón.
TORRES
¡Qué novia está la tarde!... La tarde es toda amor. Su ala de plumas de oro moja en la noche el sol. Blanca nube remota esfuma la emoción
nobleza,
¡Ah, pero ante Su Alteza jamás oséis decir lagarto verde, pues perdiendo al instante la cabeza todo el fino aristócrata se pierde!
No más hosca tortura de invariable elixir que cierra los camios del loco ir y venir.
Luis
de
Nadie en la Corte de Cristobalón lleva con tanta gracia el casacón ni con tanto donaire mueve el pie. Su fórmula social es: ¡oh, pardón! Su palabra elegante:. ¡volupté!
Lo mismo que en los astros, la sabia evolución rige en los sentimientos hondos del corazón.
Por
allí,
miradle
El más fino deleite que nos brinda el placer es el beso que nace y que muere al nacer.
TARDE
negros
—Sí, Madame
¡Qué feliz es la roca de la orilla del mar, que la ola que la besa no la vuelve a besar!
LA
cocomacos
de
el Conde, pequeñin y juguetón, es un fluido de delicadeza que llena de finuras el salón.
volar.
¿Por qué ha de estar la abeja condenada cuando todos los cálices están llenos de miel?
armados
solemnemente
macacos
aristócratas
los
Mientras
Vivir es adorar, con más ansia y más fe, al ave que vendrá, que al ave que se fué.
4.
Luis
OLOR
A TABACO
. Por
Luis
PALÉS
MatTos
Es la siesta. Arde el suelo bajo la Sube un hervor de gérmenes de la y un aroma potente y embriagador del monte, de la huerta, del surco y Es un olor tan recio circula por la sangre,
pica cáusticamente y arde
sobre
los
que enerva rompe por
sobre
globos
los sentidos, los oídos,
los labios
oscuros
de
resolana. siembra cercana, se exhala de la tala.
rojos los
ojos.
en tu carne de flor y te muerde los labios y se enrosca en tu olor?
El Trópico, el gran Trópico caliente y vibrador, vuela ,sobre la onda profunda de este olor. lumbre, color, frangacia, Aquí está todo entero:
En
tierras
esta
opaca
hora
del desmayo del sol, ¿no adviertes que mis
cambian
aves
de dirección
y en rumbo hacia ti vuelan en lírica aviactón? Es la tarde que te ama. Y la tarde soy yo.
rojas, sol duro,
tremenda
exuberancia,
sordas lujurias, negras pasiones que fermentan y como rosas ásperas y llameantes revientan...
Todo el bravío espectáculo de luz y de color palpita, salta, quema desde este denso olor, que a la hora de la siesta sensualmente se exhala del monte, de la huerta, del surco y de la tala.
+.
Por
VERDE
Ved el agua: ¡ligera! En su boca la espuma anuncia la inquietud que siente eWa por no perder la gloria del instante
NOCTURNOS (Del amor y la muerte) Por
¡Quién
mirando
CLARA
a una
LAIR
en
estrella
la noche
de (mi muerte pensará: qué se ha hecho, dónde está, y qué mano luminosa y fantástica la ha recogido. inerte y la impulsa reviva al vuelo sobrehumano...! ¡Quién mirando a la luna recordará la pálida faz, el mirar desolado... y el alma siempre llena de ansiedad de crisálida, aleteando inconforme en el vivir claustrado! voz, mi mano, mis primicias; a su casa súbitamente serio,
¡esa
la hembra
no
Junto
a
cada
¡el ángel
que
alegremente
sabrá
de
>
ventana
amanecida
madruga
en
cada
cosa
vuela!
PRESAGIO
caricias!
Por
Quizás tú, torvo amante, despiadado y perverso, que rocé como a rosas y cual puñal me heriste... por la gloria insoñada de quedar en mi verso serás en esa noche un poco bueno y triste... Y pasarán Tus ojos y De noche por raspar
ascienda.
el cementerio
evocará mi y tornando
noche
el ángel
Hasta la honda raíz ya cifra su faena en. levantar un tallo, y por el tallo eleva al ángel de la espiga.
mA
Y cuál de los que amé, mirando
que
En
un
los años y se habrá muerto todo... mis ojos serán polvo en los yesos, las estrellas arañarán el lodo, fuegos fatuos de tus huesos...
NimiIa
VICÉNS
mi verso se afina
lullaby
de llamas...
Las estrellas bajaron para cantarlo: Sueño de amor no es sueño tan afinado Pasión de amor no viva en tan fina llama
De mi quedarán versos... De ti quedará un hijo... Quizás un hombre manso, de paz, rutina y calma, un hombre en quien tan sólo esté tu nombre fijo, ¡con nada de tu cuerpo y nada de tu alma!
En hilo tembloroso mecido el frío
Pasarán los amantes bordeando el cementerio hacia el sitio ce mar, de luna y de palmeras, donde tu ardor prendiera mi selva de misterio del fondo de mis pies al fin de mis ojeras...
Claves de soles buscan los pentagramas
Estarás muerto... muerto... Ningún cuerpo lascivo buscará tus palabras, tus besos ni tus risas y sólo por los versos que esta noche te escribo alguna mujer triste amará tus cenizas.
Lloviznada la hamaca
de luces ahumada
La
soledad
más
en
las
sola
alboradas
Mécete que te mece mi pena larga... JUNTO
A
CADA
Por
VENTANA
M.
JOGLAR
AMANECIDA
Las estrellas se sobre mi falda
CACHO
Junto a cada ventana amanecida que entreabre la tierra, vel ángel que madruga en cada cosa ha colgado su túnica más bella, y está blanco de luz y ágil de alas, presto a iniciar el vuelo hacia la estrella.
Ved
el árbol:
han
llamado
a
la
nube
y
suplican:
Ved
sus
Por
SAMUEL
Luco
“¡aguarda!”
a la orilla del camino
Ved la piedra: petrificando sueños afanes
MORENO
ramas
viajera
para hallarse más cerca cuando se eleve el ángel.
y
La ausencia primorosa que arde en mis llamas.
OCTUBRE
la yerba:
ha salido
lloran
en
ascenso.
Negra, perezosa y honda la nube está amenazando Ruge
Juién
en
el trueno
pudiera
y no
romperse
sobre.el
paisaje.
cae.
derramarla,
que se está ahogando
la tarde.
El pasto se está quemando sobre la tierra cocida. Cruza por él ahora un pájaro y la abanica un costado vue agoniza.
Quemazón
del hormiguero escarba
y
No
El falcón ronda en el aire; y en los tostados terrones huye el reptil que rastrea haciendo sonar las hojas con granos de tierra seca.
sentada
pájaro
un
Tiene ahora en una mano para distraer el tedio.
de
me
ha
el
moreno.
DEL
ni
campo
Tu
Por
JULIA
de opulencia, cuerpo;
mi
apoyaron
orientales
los
de
sencillez
redonda
la
en
Tú
dualidad
perenne
parecías
al
mi y
vientos.
sed
ávida.
discreto.
mis horarios perdidos. como el sol en los pétalos.
tu
de de
ingenua
tristeza
la
la marcó resonante
la brisa
en
caminé
tu vida era en inmenso
RESTAURADA
mar,
ti fuí pasando mí te seguiste
Sobre Sobre
Y
ALMA
revuelo.
en
bondad
pesados
buques
cargaron
me
alfombras
con VOZ
sociales,
ceremonias
No pesé la armonía de ambiciones triviales que prometía tu mano colmada de destellos: sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil el trágico abandono que ocultaba tu gesto.
se espulga
que
suelo.
antojado
puerte.
tu
hacia
el viaje
mi
a los aires
No
silbando
Eriai de la tierra rota; oscuro más todavía por el borrón del otoño que te suena sus barriles en el trueno; por el color que padeces, hoy a mis ojos, octubre se
BURGOS
encima de los buques mi rostro aparecía
los huesos.
Allá la muerte en el árbol. Acá la sed en la tierra como también en mis labios; y allá pájaros negros que vuelan de cuando en cuando como abanicando a flor
DE
lúbricas
anunciaron
me
que soltaba
seco.
árbol
un
en
sonar
a ratos
le hace
aire caliente
Un
muerte
la
tostando
está
se
JULIA
ni las sordas campanas de ancestrales reflejos; mi ruta era la música salvaje de los pájaros
del cielo
la brasa
Bajo
Por
CALLADA
el trópico
tamborileara
y quemado.
está triste
Todo
MAS
Yo fuí la más callada de todas las que hicieron
Qué alegría si mis ojos vieran cuando la tierra se chupara el primer trago de agua que le cayera.
Parece que en la hojarasca alrededor de una hoguera.
LA
tierra,
la
de
sol
el
sacar
quisiera
si
cual
FUI
esponja
la
montones
a
alza
morena
hormiga
la
mientras
YO
de las raíces,
dolor
caído
saberme
en
cierto:
lo
un profundo batir de inquietas fuentes río blanco corriendo hacia el desierto.
DE BURGOS
¡Voz de mi nuevo amanece?, herida y aterrada!
Todas mis horas tristes a los vientos estallan. Están sueltos los ríos crecidos de mi dolor. Soy una desenfrenada marea augigantada de lágrimas. +
*
*
¿Por qué no vienen, extasiados pétalos de mi hora feliz? ¿Por qué no os arrancáis las alas para mi alma, golondrinas maravillosas, conocidas del sol? ¿Por qué esta loca necesidad de tus pupilas, y de tus manos núbiles como senos de estrella, o amor en forma tibia de caricias y cuerpo? *
*
*
Un día, por las playas amarillas de histeria, muchas caras ocultas de ambición te siguieron; por tu oleaje de lágrimas arrancadas al cosmos se colaron las voces sin cruzar tu misterio... Yo fui la más callada. La voz casi sin eco. La conciencia tendida en sílaba de desparramada y tierna, por todos
angustia, los silencios.
Yo fui la más callada. La que saltó la tierra sin más arma que ¡Y aquí me véis, estrellas, desparramada y tierna, con su amor en
un
verso.
mi
pecho!
Nada... Yo sola en mi silencio, herida y aterrada, de
¡Voz
has
nuevo
mi
amanece?.
para
el mundo
dominado
herirlo
alas!
en mis
PICTOGRAFIA
*
*
*
¿Por qué me voy pasando de todas sin espera, sin sangre ya de humanos?
las distancias, Por
JUAN
ANTONIO
CORRETJER
Lloro
el entrañado
llanto
la sangre,
de
Caía
Se desenlazan los sollozos en mi camino contenido que ya quiere ser pájaro. Quiero ser pájaro con mi camino, No más golpes de hierro por mi rara soledad (petrificada.
Me
abriré
con
esta
y arrastrará la mano
con
que
tenue
la mano me
veinticuatro
que
hará
negada
crecer
a mi
la
de vanidad
sol
todo
Borinquen
sobre
descubierta.
me acerqué en silencio, conmovido, hasta esa hipnosis que grabó una estrella, no sé en qué ardiente areyto de presagio que
esta
mañana
se
leyera,
ola
sendero,
—Recoge
en
en esta luz que se ha tornado pétrea. Ni sol, ni lluvia, ni traición, ni nada, podrá borrar lo que se ha escrito en
hiere
horas
Yo
un frente
para
la conciencia lluvia
mi
un
día
de (soberbia.
tu
Destino,
Borincano,
piedra!—
LEVE Por
Te
ATADURA
CARMEN
esperaré
ALICIA
en
LA LUNA Por
CADILLA
pájaros,
con el olor aún vivo del rocío en la yerba, en el goce perfecto de
que
tendrás
colmada Tú me los
de
donde
podrás
un
cariño ovillos
y habré
una
mn”
RAMÓN
ZAPATA
y cuando
casa limpia
tú
lo decidas,
ya
¡Acércate, no me esquives, no debes tener miedo!
a
tus
besos.
Las estrellas por el cielo en órbita desvelada buscan mi centro en su Mar, nube y árbol sonoro bordan con mano de viento en las entrañas su coro.
cantando
jinete azul, encendido,
cruzando?
—Mirando en el corazón y viendo volar figuras ondeadas de emoción.—
conmigo
a las lomas
la madrina de tus juegos. VIAJEROS Por
Vamos
por
OBpuLio
BAUZA
los caminos.
A veces no sabemos qué ciuaad nos aguarda. Pero vamos soñando con cosas que ya vimos en los oscuros sueños de los años primeros.
¿De dónde viene ese río que sabe a roca y metales y lleva verde navío?
primavera
una
donde canta el arroyuelo, que ayer dijeron los naipes, que sería con el tiempo la luna puertorriqueña
que llega y luego se va por caminos agoreros de sueño y soledad?
la
blanca
despacio
¿Por dónde viene, de lejos, la caravana de rostros pintada en largos espejos,
dice
la luna
iré
vente
¿De dónde dulces campanas bailando sobre los sueños en candorosas mañanas?
dice,
tarde
ACOSTA
Mirando en el corazón y viendo volar figuras ondeadas de emoción:
¿Qué
ver
la
trigueños,
Yo me quedaré conforme repasando tu recuerdo,
nueva.
DENTRO
Por
quiebre
Pídele un cuento a la luna y ella te contará un cuento, pídele lo que tú quieras menos un novio del pueblo.
esencias,
de destrenzarlo
mirada
se
¡Acércate, no me esquives por Dios, no me tengas miedo que no han de tocar tu traje ni las yemas de mis dedos!
para atarte a mi vida con la leve atadura de
arroyuelo!
y a la puerta un compañero que con cariño y coraje ha de velar por. tu sueño.
tuya,
virgen de
el
Tendrás
vividos
Te esperaré en la ruta de los primeros pájaros
con
LÓPEZ
como se sube a los cerros.
en la palabra inédita, y subiré en la escala de tus frases queridas hasta el lejano monte que mi ansia presintiera,
hecho
canta
Cuando
dirás de todos
esa emoción
LóPEzZ
en los cristales
alma
belleza.
milagros
con
el
Joaquín
¡Acércate, no me esquives, por Dios, no me tengas miedo vente cenmigo a las lomas
la ruta
de los primeros
SERA TU MADRINA
Partimos por el mundo en busca de senderos que nos libren del tedio y el dolor de vivir. vuelo.
Y las gentes que ahondan en nuestras almas dicen: “—Por ahí van los viajeros, van buscando caminos,
no saben que la vida es
un
solo
sendero
que comienza y termina en el hondo sentir.” -
DESTINO
Partimos. Y a lo lejos el humo va dejando fantasmas
que
Por
entrevimos
en la remota infancia. Mientras tanto los coches alertas van ganando . contra el tiempo y las horas una inútil batalla.
creemos
que
un
sol nuevo
renace
su su
Su rumbo será el rumbo de lo incierto; desvelo, las cosas dolorsas; eterno afán, el consabido entuerto... Y en
alguien
pañuelos.
—“El
Y al fin del viaje: Sólo
sombras
en
Padilla, Cordialmente
La escena universal será su estrado; el alma de los hombres su guarida; la conciencia será su única brida y su tizona, el verso iluminado.
Luego, nos van llamando de nuevo los caminos. Y buscamos andenes para dejar los bultos y recuerdos que quedan
humildes
DÁVILA
Por aquí va a pasar un alocado de esos que viven fuera de la vida; él conoce su mal y ve la herida que ha de abrirle el destino en el costado.
sólo para nosotros.
como
ANTONIO
A. C. Orama
La estación nos aguarda. Andenes y antesalas se iluminan y torpes, ilusos nos
JosÉ
¡nada!
tardes
misteriosas
dirá de él después
de muerto:
una
de
siempre
esas
estaba
hablando
PORFIRIO
luto.
Por
JORGE
BARBA LUIS
esas
de
cosas.. —
JACOB SUÁREZ
A J. B. Jaramillo Meza, Poeta y Escritor a cuya pluma debo mi conocimiento del gran bardo colombiano, cordialmente. 18 (1)
¿ Por
E
VIOLETA
LÓPEZ
SURIA
3 a
j '
Í ! | ;
ceci. di DG cd
irc
izo
|
Abajo ya muy lejos machacan almendras. Sube el cuadro de agua. No están. Abajo, los hicacos llorando,
se
fueron
Un chirrido de hamaca me viene y no lo oigo. ¿Está? A la barquilla sin caja ni vainilla.
Con
la
Gigante en tu mundano paroxismo, de amor y de cariños infecundo; te vislumbre sin tierra, moribundo, con la sola ternura de ti mismo. Barba-Jacob, Osorio y Arenales, tres nombres —umna vida de murales— ¡para saciar mi sed de peregrino! Hoy vine a conocerte. ¡Fuiste En mis decires vagará tu nombre y tu verso de luz en mi destino.
enterraron
un
hombre!
HERALDO Por
JOAQUÍN
CAMINERO
MILÁN
nardos.
El mortero murió. No le prendieron cirios, suena a las doce, suena. Frambuesa: ya
no
Ni Ni Ni
tú, lluvia. tú, sol. yo.
(1)
Bienvenido, poeta, a mi mutismo. Sentí tus cantos de dolor profundo que regalaste, incomprendido, al mundo, patria y madre lanzándote al abismo.
eres
como
eras.
Este raro poemita es de su libro “Unas cuantas estrellas en mi cuarto” y aparece como los demás, sencillamente numerado.
Yo no vengo en las rosas ni en el viento, mi en el zafiro cielo a enamorarte; vengo en el barro y vengo desde adentro del alma en claridad a encadenarte. Vengo tardío sin canción ni acento y sin mentida luz en que anegarte. Yo vengo así de piedra y de contento, sin palpitar de espada ni estandarte. Vengo en el cardo, el polvo y la esperanza, a procurar tu voz que no me alcanza. Vengo a estampar tu gracia deliciosa en el aura fugaz de una quimera. Vengo a despetalar todas las rosas de tu jardín: otoño en primavera.
NOCTAMBULO
Por
CÉSAR
(Adaptación
ABDALLAH
del inglés
PORTALA
de Robert
LLUVIA Frost)
He sido siempre amigo de la noche. Salí con lluvia y regresé con lluvia, Recorrí los lugares más sombríos. Fui más allá del último farol. Cerca pasé del centinela en ronda rehuyendo su mirada y su pregunta. He silenciado el ruido de mis pasos cuando por los tejados me alcanzaba desde otra calle un grito interrumpido, mas no para llamarme o despedirme...
En
la torre
el reloj
JosÉ
A. B.ALSEIRO
Lluvia recién caída lavó las montañas. ¡Qué
olor a tierra mojada!
De pronto, el alma se llena toda de patria.
En el maizal, con el alba, canta la moza tan clara como el agua que ha lavado las montañas! (El paisaje, azul y niño,. se amamanta en la mañana.)
distante
luminoso
proclamaba
la breve
permanencia
He
siempre
sido
Por
de
amigo
la hora. de
la
noche.
El arroyo jugando barranca abajo con la luz de los plátanos y los naranjos. La moza cantaba un canto como el agiita de fresco. A
EL
DORADO (De
Por
CÉSAR
Poe)
ABDALLAH
A Don
PORTALA
Benjamín
mi
ladito
la traje:
¡nos sobró tanto sendero! El sol daba besos de oro al fondo del agua. _(Más hondos fueron mis que le llegaron al alma.)
besos
Cohen.
El sol jugó con la: arena haciendo Ricamente engalanado un apuesto caballero día y noche ha caminado
entonando
.
una
estrellitas
(Tembló más dorados
áureas.
luz en sus ojos
de amor
y lágrimas.)
canción
buscando por el sendero del Eldorado la región.
Bebió esencias el jilguero entre las flores.
Pero han pasado los años yéel galán —ya envejecido— lleno está de desengaños... En vano buscando ha ido con ingenuo corazón
(No lo envidié: bebí besos en sus ¿abios pobres.)
del Eldorado
El aire se embalsamó de
nísperos
y ciruelas.
la región. (Yo con la fruta de su mano
Cuando apenas le quedó aliento para seguir a una sombra preguntó: “¿Me podrás, sombra, decir por ventura, si has estado en el edén de Eldorado?” “Tras los montes de la luna, al fin de un valle silente que cubre niebla importuna. ¡Galopa incesantemente si buscas en tu ilusión de Eldorado la región!”
leve, tímida Tarde
y morena.)
puertorriqueña
—cielo dormido— tierra que espera.
miel
y
Hora de siesta, brisas marinas, Los cafetales cuajando néctar para mi isla.
En el panal de los valles se vuelve
azúcar
la tierra.
esmalte, E
PLEGARIA
La noche despliega el manto de su misterio: fiestas de astros, ojos sin sueño.
Por
Una
décima
a los lejos:
Olor
a
los
tierra
Lléname dulce el alma. Que de mi adentro surjan caballitos que vuelen
mojada;
toda
de
EL
luceros
BAUTISTA
que
tambores
patria!
me
que
guiñen,
no
PAGÁN
haz
de
todo
una
persona
mi
DIARIAMENTE Por
Con
el látigo
Con
de
impacto
Sabes
la carne.
de las dudas.
Este es el hombre. La luz, su razón Por caminos que ciegan sus pisadas. Por anchuras de cielos sin estrellas. Este
En En
es
el
hombre.
Pulmón
sus
plena.
ataduras.
el carro redondo de sus ansias. el obscuro abismo de sus nuncas,
Este es el hombre.. Tentadas van sus Las locuras amargas que le siguen. Las intensas hogueras que le cercan.
huellas.
Este es el hombre. Veréis sus armaduras. Tiene para el miraje su violencia. Tiene para el estar sus manos juntas. Este es el hombre. Aquí sus estamentos. Para la acción el verbo aniquilante. Para cantar honores sus ensueños. Este es el hombre. Maduro de esperanzas. Cruza el vasto sinfín de sus ideas: La confusión del mundo que lo arrastra.
CR
APR
(RC
EPA
PALANCA
ac
Este es el hombre. Criatura triste y sola. Más sola en este mundo tan a solas. Pleno de soledades y entre sombras.
a
Este
EUGENIO
FERNÁNDEZ
MÉNDEZ
Fulgor sus espesuras.
eterno
el tremendo
interprete
ser
auténtica.
Este es el hombre. Aquí la maravilla. Bajo los ecos de siglos tras su muerte. Bajo el único signo de la vida,
Este es el hombre.
angustien.
Haz de mi vida un cuento; haz de mis ojos ún rayo que
HOMBRE
Por Juan
DE PÉREZ
campos.
¡de pronto, el alma se llena
CHIESA
Toma mi carne, maestro, y amásala muy suave; transfórmame en un verso o en ronda de campanas o en música de alas.
Entre albahaca y romero, senderitosde tabaco. consuelito de Distancia...
CARMEN
es el hombre.
¿Habrá
nacido
acaso?
que
eres
cosmos,
como los peces, las noches, y las constelaciones. Que también tienes tiempo y espacio y más que carne y apariencia. Sonrisas, lámparas, libros, cruces, cosas que fluyen hacia algún incidente forzado; estructurándose en: puede ser, ha sido. Y esa multitud maraña fibras de cualidades inherentes, manifiesta en esta gesta volante proyectora en deseo de eternizante, aconteciendo futura. La idea es: Aquí estás clavada indefectiblemente donde nadie existe, tú, lugar y hora intersectados. La noche, trae una pequeña muerte adjetivada especificamente en lo indefenso. El sonido del amor sonámbulo, la cimera de un pájaro exótico, la chicharra, el grillo, una ola ordenándose, para volverse a dar. Las cosas, asociándose violentamente, formándote en pedazos en el tránsito, cayendo trremediablemente en ti como submarinos hundidos o pájaros muertos. Cada día, naces y mueres como los peces, las noches, y las constelaciones. Cada crepúsculo, hunde en ti algo desconocido.
BAJO
TUS
ARCOS
Por
JosÉ
TRIUNFALES
S,
CUANDO
CALLAMOS
POR
DENTRO
ALEGRÍA
Yo tengo un bandolin sonoro y terso Y un enjambre de abejas rumorosas Que les hurtan las mieles a las rosas Para hacer los panales de mi verso.
Para
Anagilda
Por
Garrastegui
JORGE
PASTOR
Con mi curvado bandolín sonoro Y con la sed de tu piedad humana, He venido hasta ti, Samaritana, A beber en tu cántaro de oro,
Algo queda en el aire que la voz no presiente
Tú alfombrarás con rosas mi camino Y harás brotar las aguas cristalinas Para saciar mi sed de peregrino;
Cauce de música, aliento de las rosas cruzando bajo el signo misterioso del agua, mientras tienden los árboles su clamor a las nubes.
¡Y cuán feliz seré si tú me dejas Descansar al calor de tus pupilas Bajo los negros arcos de tus cejas...!
HOTEL
Es una sensación desnuda. Vínculo de perfume, vocación de susurro. El júbilo del beso cuando la luz entrega su cáliz a la brisa. El mirar que no vemos y nos ata, Palabras de sabor oculto, proferidas al pie de la conciencia, bajo una dulce realidad de sueño.
VILLA
La Parguera (Anteriormente GUEST Frente
De la quietud emerge otra quietud más honda. Enmudece la llama fingida sobre el mármol. Las manos sólo esperan un racimo de ángeles para besar la aurora.
PARGUERA
HOUSE) bahía
de
la Parguera, al Sur-Oeste Puerto Rico
de
Un
a la preciosa
encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño.
Se siente el alma caminar entre espejos dormidos a preguntas, galerías por donde el sueño huye
hacia tierras sembradas de adioses y laúdes.
el
SOLEDAD
DE
LA
MUERTE
PESCA BAHIA
FOSFORESCENTE
Por
FÉLIx
FRANCO
OPPENHEIMER
PISCINA Todo
¡Oh fría interminable soledad de los muertos, fiera desesperante soledad de la muerte! Y nacer y vivir y morir, y estar solos en mortal lucha golpeando muros sin-ecos. ¡Oh sorda voz, quieta en hórreas landas sin términos, blanda soledad umbría, de arcoiris ciegos,
moderno, cómodo, tranquilo.
Atendido por Pura
personalmente los
esposos
y Carlos
£
sin canción
Quiñones
To
Box Lajas,
405
- Teléfono
Puerto
Rico
heladas
de
los cirios,
voz que oímos, jamás dará otra vez su acento,
Villa Parguera P.O.
en las lenguas
fría ardentía incinerando acordes angustias. ¡Oh infinita distancia que ya mira infinito aquel lazo de Dios que era llaga de vida; y ahora, ni la presencia resignada, y ahora, sólo la soledad, sin labios ni palabras, —hielos desgarradores en inmóviles aguas— como estatua lacustre flotando insomne, trágico, fijo en la soledad de la candente orilla. ¡Cómo es sañudo el suelo que pisamos! Aquella
34
un insondable muro la cercará por siempre. ¡Oh soledad! Y estar en nuestro propio espacio, sin voz y sin imagen, perdidos en el polvo,
para
seguir
como
un
en
sueño
marcha acordado
de cascada que
renace
sonámbula y se olvida.
CUATRO NUEVAS SECCIONES EN “ARTES Y LETRAS”
KRESTO Y
DENIA
Comenzando el próximo número, ARTES Y LETRAS ofrecerá a sus lectores cuatro nuevas secciones. Son ellas: CRUCIGRAMA CULTURAL, nuevo,
distinto,
instructivo;
LOS PRODUCTOS QUE INSPIRAN CONFIANZA POR
ALTA
SU
CALIDAD
Haga sus llamadas sociales después de las 6:00 p. m. cuando sus amistades se
eur Juiced
orde
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encuentren
pr
¿CUANTO
SABE
USTED?, que servirá para medir el grado de sus conocimientos en literatura y las artes; CALENDARIO DE ACTIVIDADES CULTURALES, información de toda actividad llevada a cabo o por presentarse durante el mes; y LIBROS DEL MES, información sobre libros pub. icados en Puerto Rico durante el mes correspondiente o por ver la luz pública en el mismo. Vea estas nuevas secciones comenzando con el número de enero próximo.
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rápidas y, en muchos casos, más económicas.
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LA PRENSA:
2—José Arnaldo Meyners—Artículos y ensayos. 3—Angel
Olimpo—México.
LIBROS
PARA
EN
San Juan,
RO
13—Ernesto
A Lc
12—Ernesto Juan Fonfrías—GUASIMA—cuadros jíbaros—Premio Instituto de Literatura, Editorial Intercontinental—México.
een cetia
3—Washington
»s-
Y
A
Nieves—-TIERRA
irradia nt
Rosa
-— ensayos — Editorial Intercontinental —
A
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títulos
se publican de
LIBRERIA
o publicarán
Barcelona—España.
CAMPOS
Puerto Rico
Búsquelos por la contraseña de Editorial Club de la Prensa — Un éxito de librería —
— bio-
Miranda—Artículos.
Rumbos
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CERCANO
EL
HUESPED
es
Drama
“De qué noche despierto a esta desnuda noche larga y cruel noche qua ya no es nocne” —Xavier Villaurrutia PERSONAJES: Victoria Lucía Irma LUGAR DE LA ACCIÓN: EPoca: Actual
(Apartamiento
de
El
escenario
estará
dividido en dos secciones, con una pared de por medio. Izquierda y derecha del actor. A la derecha, un cuarto pequeño y pobremente iluminado. A la izquierda, la sala más clara y cuidada. (En el cuarto hay un camastro plegadizo recostado contra la pared de la extrema derecha. Junto a la cabecera hay una mesa con frascos de medicina líquida y sólida de distintos colores, un vaso a medio llenar de agua, algunos periódicos viejos y un. relojdespertador que marca unos minutos antes de las tres. Arriba de la mesa, una ventana con el cristal bajo, sin cortinajes, su cortina de rollo izada casi por completo, da a la escalera de salvamento y a un trozo de cielo gris. . (A los pies del camastro, la puerta abierta del armario empotrado en la pared deja ver las mangas de dos camisas de hombre y un gabán que cuelgan; en el interior. Otra casima ajada cubre el espaldar de la silla frente al armario. (La pared contraria está completamente desnuda
y un
poco
descascarada.
En
primer
término,
el ra-
diador; al centro, la puerta que da a la sala. (A ambos extremos de esta puerta, en la sala, hay dos mesas pequeñas adornadas con flores artificiales y chucherías de porcelana y cristal. (En la pared del fondo, dos ventanas anchas con sus cristales también bajos y sus cortinas de rollo izadas poco más que a medias; las adornan cortinajes de motivos verdes que contrastan con las fachadas oscuras de los edificios al otro lado de la calle y el gris devaído del cielo. (Entre ambas ventanas, el televisor. Frente a él, sobre un linóleo algo descolorido, dos butacas y un sofá ladeado en el centro, una mesita baja sobre la cual hay ceniceros y un retrato de Victoria y su marido. (De la pared de la izquierda cuelgan algunos retratos de familia alrededor de un enorme cuadro de baratillo que muestra a unos flamencos patialzados en un lago. La pared de la izquierda se divide para dar cabida a un pasillo —el cual conduce a la cocina y al otro dormitorio no vistos— y a la: puerta de entrada, A la derecha del pasillo hay otro radiador. (Al subir el telón, una mujer gruesa, vestida en una bata casera bajo la cual se adivina un cuerpo fofo, mira a la calle a través de la ventana de la izquierda. Está de espaldas, cruzada -de brazos, y de vez en cuando limpia el cristal con el puño. Esta es Victoria, una mujer enérgica pero amargada. Tiene
treintipico de años (En
el cuarto
de hastío duerme
un
y malhumor. anciano
enteco
un
Soto
acto
frazadas del camastro, de cara a la pared. Viste pantalón arrugado, camiseta pringosa, y medias. Sus Zapatos sobresalen bajo el camastro.
(Hállase Victoria puliendo el cristal de la ventana
ESCENA
UNICO
Victoria.
en
Juan
cuando tocan a la puerta de entrada, Victoria vuelve la cabeza con desgano y, al oír tocar por segunda vez, va a abrir.)
Anciano Hombre Doña Antonia Harlem, Nueva York ACTO
Pedro
sobre
las
1
VICTORIA (abriendo la puerta, a alguien que no se deja ver todavía): Caramba, ya yo creía que no iban a venir... (Lucía, una mujer atractiva, coqueta, vestida con cierto gusto que realza sus dotes físicos, entra parsimoniosamente. Victoria se asoma a la puerta.) ¿Irma no vino contigo? LUCIA (que se ha acercado a la butaca del fondo y ahora pone su cartera sobre la mesa del centro):
Yo no la he visto.
,
VICTORIA: Pero si yo la llamé temprano... (Cierra la puerta y camina hacia Lucia.) Le dije que pasara por tu apartamiento y así se venían juntas. LUCIA (quitándose el abrigo para ponerlo sobre el sofá): Tú sabes que a ella no le gusta visitarme. Se cree que le voy a pegar algo. (Vuelve a la mesa, recoge la cartera y saca fósforos y cigarrillos.) Ya vendrá... si no le coge miedo al frío. (Pausa.) ¿Y papá? VICTORIA (recogiendo el abrigo y la cartera): Ahí durmiendo. (Desaparece por el pasillo mientras Lucía enciende un cigarrillo y contempla la puerta del cuarto. Se vuelve cuando oye entrar de nuevo a Victoria, que palpa el radiador.) Yo no sé qué es lo que se cree este super... (Se quita un zapato y golpea levemente la armazón.) Borracho debe andar por
ahí... no
y uno
aquí muriéndose
LUCIA (sentándose en siento ningún frío...
VICTORIA:
Oh,
claro.
la
de frío.” butaca
Tú
eres
del
fondo) :
especial.
Yo
Si yo
tuviera esa calentura tuya entre las patas, tampoco sentiría na. (Vuelve a golpear la armazón mientras
Lucía ríe, y por fin se pone
el zapato.)
LUCIA: Bueno, ¿ pa qué es que tú nos quieres ver? Cuando me llamaste estaba en el quinto sueño. VICTORIA (yendo hacia la ventana de la izquierda): ¿A las once de la mañana? LUCIA: ¿Y qué? El domingo se hizo pa descansar. Yo, en verdad, no pensaba salir en to el día.. (Alza los brazos y se estira en la butaca.) ¡Estoy mueeerta! VICTORIA (mirando por la ventana) : De fiestar, “supongo. El día en que tú te cases y tengas una obli“gación... LUCIA: ¡Ay, deja eso! Los bobos na más se ca-
san. VICTORIA (observándola de reojo): Tú lo dijiste. LUCIA (viendo que su hermana sigue más atenta a la calle, abajo, que a ella): Bueno, acaba y dí de qué se trata. VICTORIA (puliendo el cristal) : Cuando venga Irma.
LUCIA: Ah, family reunion! (Victoria no le responde y Lucía se levanta para encender el televisor.) Pero las Navidades ya pasaron hace rato.
VICTORIA (corriendo para apagar el televisor al mismo tiempo que echa a Lucía a un lado y cuchichea): ¡Mira que vas a despertar a papá!
LUCIA:
¡Está
bien,
chica!
(Se
arregla
la ropa
que Victoria parece haberle descompuesto y vuelve a la butaca un tanto incomodada. Después de un momento, viendo que Victoria ha vuelto a atisbar por la ventana, lanza un bostezo.) Si llego a saber esto, me
quedo
en la cama.
VICTORIA prano... LUCIA:
Tengo
(Sin
bastante
mirarla):
-Si
sueño te
atrasao.
acostaras
anoche,
(con
sonrisa
¿también
maliciosa):
durmió
Y
el que
te
contigo?
Me
alegro.
A ver si ahora
acabamos
li-
gero
y yo me voy de nuevo pa mi cama. VICTORIA (Deja la puerta abierta y regresa adonde Lucía): Pues no será tan temprano como tú te crees, porque tenemos que hablar largo y tendido. LUCIA: Pero ¿qué es lo que tú te traes entre manos? ¿Te piensas divorciar?
VICTORIA:
(mirando
la
puerta
entreabierta,
mientras afuera se oyen unos pasos lentos en las escaleras): Eso yo no lo tendría que hablar con ustedes. IRMA (apareciendo en la puerta. Pequeña, paliducha, prematuramente vieja, viste abrigo negro y trae un pañuelo también negro en la cabeza). Buenas... (Cobrando aliento mientras se acerca a sus hermanas. Está encogida por el frío) Ay, Vicky, a ti nada más se te ocurre que yo salga con el frío que
hace.
¿No me podías haber
querías? pañuelo,
dicho por teléfono lo que
(Pone la cartera en la mesa y se quita el que cubre unas trenzas atadas en círculo
arriba de la cabeza.) VICTORIA: Por IRMA
(quitándose
traje negro):
revuelve
en
el camastro,
se frota
teléfono
no
el abrigo,
podíamos bajo
¿Le pasa algo a papá?
el cual
hablar, viste
un
Descuidá '
los brazos
estira. Luego se sienta en la cama para las frazadas y volverse de nuevo de cara
IRMA
(viniendo
frío._A
del
ti no te dan
a subir.
y los
cubrirse con a la pared.)
pasillo):
Oye,
“steam”?
(Toca
el radiador
está
empezando
VICTORIA: ¿Está caliente? IRMA: Parece que ahora es que
Vicky,
aquí
:
VICTORIA: ¿Y de qué te quejas? Horita estaba como la pata de un muerto. : IRMA (se sienta en una esquina del sofá): En casa, yo tengo que abrir las ventanas... de tanto
“steam”
que dan.
LUCIA veníamos?
(a
:
Victoria):
VICTORIA:
" LUCIA: Eso no te importa a ti. Mientras no sea tu marido... : VICTORIA (la mira con desaire y vuelve a la ventana): Si lo quieres, te lo regalo. A mí ya no me hace falta ningún hombre. LUCIA (sonríe y apaga el cigarrillo en el cenicero.): Ah, no. Entonces ya tú estás pa que te entierren. VICTORIA (Se separa de la ventana para ir a abrir la puerta): Ahí viene Irma.
LUCIA:
Se
y quita la DADO rápidamente.)
maw...
voy acompañá. VICTORIA
(encogiéndose de hombros):
que es. ¿Tú te crees que si mi marido.me abandona yo me dejo poner así? Ahora que le ha dao con los espíritus... (En el cuarto, el anciano comienza a despertarse.
hace
Yes,
tres años...
VICTORIA
tem-
VICTORIA: Tú te crees que no hay baile que pueda acabar sin ti... (Se vuelve hacia Lucía.) ¿En dónde estabas anoche? LUCIA (bostezando): En el Palladium. VICTORIA: Con la crema de la suciedad. “Gigolos” y muchachitas que no pueden vivir sin el meneíto... LUCIA: Yo no ando con esa gente. Yo siempre
llevó
le lleyo
Yo
no.
¿Tú
le
Después
dijiste
que
a papá
que
hablemos
nos-
otras, lo despertamos... si es que lo quieren ver. Anóche le dimos unas pastillas pa dormir y todavía debe estar endrogao. El viernes tuvimos que llevarlo al médico porque se la pasaba cuju-cuju con esa tos del aiablo y no nos dejaba pegar los ojos. LUCIA (extrañada): ¿Y eso fue lo único que le recetó el médico? ¿Píldoras pa dormir?.
VICTORIA.
No.
Esas las conseguí
yo misma
ahí
en la botica pa ver si se estaba quieto. Ramón fue el que me dijo que era mejor llevarlo a un médico... y lo llevamos. Entonces le recetaron unos jarabes y unas cosas... y con eso y las pastillas va mejor. ¿Us-
tedes
saben
cuánto
gasté
yo
en
la receta
na
más?
Doce treintiocho... En la receta na más. Luego siete pesos al médico. IRMA: Bendito, es que cuando se llega a esa edad... > : VICTORIA (dando con el puño en la butaca, pero ahogando la voz): ¡Es que a esa edad no se debe llegar! Yo prefiero pegarme un tiro, ¿saben? IRMA: Ay, no hables así. (El anciano ha estado escuchando las voces en la sala y ahora se da vuelta para meter un brazo bajo
la almohada cuarto.) VICTORIA
y quedarse
contemplando
(gesticulando
y
la puerta
cuchicheando):
del E Pues
por mi madre que estoy a punto de hacerlo. Miren pa acá. (Se levanta la carne de un brazo y la enseña.) No como bien, no duermo bien, no vivo tranquila. ¿Ustedes saben las libras que yo he rebajao? No, hombre, no. Esta no es vida, la que yo llevo, LUCIA (inconmovible): Pero ¿qué es lo que pasa?
VICTORIA
(alterándose):
¿Cómo
que
qué
es
lo
que pasa? (Gesticulando.) Que estoy cansá de atenVICTORIA (sentándose en la otra butaca): No, der a papá. Que necesito que una de ustedes se lo lleve ahora y me dejen descansar. a él no le pasa na. A mí es. LUCIA: Debí haberme imaginao eso. Que el ' LUCIA (sin inmutarse, como si no comprendiera asunto era con papá. (Sonriendo.) ¿Qué hizo? ¿Te aún la irritación de Victoria): Pero ¿no habíamos botó de tu casa? (Sigue sonriendo ante la mirada quedao en que él estaba mejor aquí... con ustedes? ceñuda y malhumorada de Victoria.) VICTORIA (más violenta, pero sin abandonar el IRMA (mirando el abrigo y el pañuelo que sostiecuchicheo): Sí, pero nunca se me dijo que él se iba . ne): ¿Dónde pongo esto? a quedar con nosotros dos pa siempre. Yo tuve que VICTORIA (señalando el pasillo): En mi cuarto, botar el bordante, que muy buenos chavos me pagaba encima de la cama. (Irma recoge también su cartera por ese cuarto, pa meterlo a él aquí. Desde entonces y sale por la izquierda.) no he hecho más que llenarme de trabajo. (Contando LUCIA (inclinándose hacia Victoria): ¡Ave Macon los dedos.) Le lavo la ropa, se la plancho, le coría! ¡Irma está cada día peor! Nadie diría que yo cino, le compro las medicinas y se las doy... ¡Es te-
versación.) VICTORIA
rrible! Y encima de eso, cuando tiene malas noches es levantándose a cada rato. Que si le duele la cabeza. ¡CrisQue si los huesos... Que si no puede respirar.
Santa
Lucía.
sorna):
Lucía
(Cuchicheando,
(con
tensa.)
la
preocupada.
¡Lo
que
te
pa-
la butaca.) Cuando lo mandamos a buscar, dijimos que lo íbamos a cuidar entre las tres. No una sola. IRMA: Tú parece que te estás quejando, más que na, por los gastos que tienes. Pere tú sabes que nosotras te dijimos que cuando necesitaras... VICTORIA (interrumpiendo): Que cuando necePero también ¿qué espesitara, le pidiera a ustedes. raban? ¿Que yo me la pasara pa arriba y pa abajo detrás de las dos? ¡No me vengan con eso! Así no se hacen las cosas. (Inclinándose hacia ellas.) Ustedes cobran su buen sueldo semanalmente. Pues haberme
sa a ti es que no quieres que él se entere de la vida que llevas! ¡Quién te visita, con quién te emborrachas...! IRMA: Ay, por Dios. LUCIA (Alterándose, pero también consciente de que las paredes oyen): ¡Mira, Victoria, te vuelvo a decir que no te metas en lo que no te importa! ¡Yo vivo como a mí me da la real gana! ¡Lo que a tí te molesta es que yo no cobre por eso y no te pueda dar más dinero! IRMA (cuchicheando): ¡Oigan! ¡Oigan! ¿Por qué no se van al “rufo” y lo gritan a los cuatro vien-
dicho
tos?
que
ni
tiano,
lo
semanalmente:
“Mira,
Victoria,
en
acomoda
(Se
yo!
parido
hubiera
aquí
está
esto
VICTORIA
¡Eso es lo que debieron hapa lo que papá necesite.” cer desde el principio! (Se recuesta del espaldar otra Ramón nunca se ha quejao de Y que conste: vez.) que estamos gastando mucho. El no, El siempre paga lo que hay que pagar y lo alcahuetea muchísimo. Pero el deber no es de él. El no es más que el yerno. LUCIA (en tono de reproche): Está bien, muchacha. Pa eso no tienes que hablar tanto. La semana que viene, tan pronto yo cobre, te daré algo. IRMA: Yo estoy de deudas hasta aquí, pero... VICTORIA (interrumpiendo): No, pero si la cues-
tión
no
es ésa.
La
cuestión
que llevar a papá. Yo ya Tres meses que no voy al que no salgo con Ramón, tarme tranquila a mirar
está
jeringando.
Se
es que
me
-.sienta
al
lao
y empieza
en
palomares.
Que
voluntad. Miren, pa
nosotros
nos
vinimos
pa
a
¿Quién
limpiarla
trece.
aguata
(El anciano
en
LUCIA
se levanta
por
(sacudiendo
Pero
serviileta.
del camastro
cha.)
la
cabeza):
Pues
que vivo
sola
si
los labios.
No
lo en-
ciende; lo enarbola a través de su conversación.) No es lo mismo que lo atienda un familiar, que un particular. Entonces yo voy a ser la que no va a estar
tranquila en la factoría. (El anciano vuelve a la borde, encorvándose
cama
y se sienta
en
esta
y que
ir a Nueva to el que
IRMA
pu-
y trabajo
fuera. No tengo a quién dejar con él. Tú, por lo menos, puedes quedarte en la casa. No tienes que venir corriendo a cocinar y a limpiar. Además, yo vivo en un quinto piso... y sin ascensor. ¿Cómo va a estar papá subiendo y bajando esas escaleras? VICTORIA: Pero ¿qué excusa más tonta es ésa? Si papá no sale a ningún sitio... Si desde que llegó, siempre ha estao chabao con el asma y con las cataratas. Es cuestión na más que de llevárselo y tenerle cuidao. Eso es to. ¿Yo LUCIA: ¿Sí? ¿Y a mí quién me mantiene? dejo de trabajar y tú pagas toas mis deudas? VICTORIA: Pero si es que no tienes que dejar el trabajo... Cada una de nosotras da cierta cantidad y se alquila un mujer para que lo atienda por el día. LUCIA: Ah, no, eso sí que no. (Saca un ciga-
rrillo del paquete y lo lleva a
II
escena,
el anciano
seguirá
a nosotras
se nos haría
más
York
va
allá
no hay es pa
(Se interrumpe
que
ser rico.
mejorar.
para
Titi
escuchar
Al Rosa
al pa-
dre y luego, aparentemente cansada por la perorata del hombre, suspira y comienza a pasear la vista por la pared de enfrente.)
ponerse
yo,
toda
y Titi Pepita...
el ojo de la cerradura.)
tú bien sabes
Pa
contrario,
¡Díganme! para
un solo
fácil estudiar... (Escucha al padre.) Pero si eso no quiere decir que nos vayamos de la Isla pa siempre. Miremos cómo es aquello y si no nos gusta... (EScu-
tanto?
cuclillas y mirar
diera...
una
Durante
allá to está mejor
acá
Que mi marido gasta mucho en no seguir contándoles, ¿saben lo
con
tengo
mirando al piso.) VICTORIA (enseñando un sobre que trae en la mano): Papi, Titi,Rosa y Titi Pepita le escribieron a mamá diciéndole que nos vayamos pal Norte. Que
que hizo esta mañana en la mesa? Ramón y yo no habíamos terminao de desayunarnos y —¡fíjense!— se sacó las cajas y se puso allí mismo, delante de nosotros,
la sobrecoge):
¡Yo
(Mientras la sala se Oscurece y las mujeres siguen la mímica de la conversación, por la puerta del armario en el cuarto entran tres adolescentes: Victoria, de dieciocho años; Lucía, de dieciséis; e Irma, de
a
como
la ira que
tu dinero, Lucía!
ESCENA
tú o tú se tiene
a la lengua. Que no sabe por qué nos gusta New York. Que aquí se vive encerrao y trepao
(controlando
no necesito
macho, pero ése me lo da to! ¡Lo que me da que sentir es que a nosotras nos crean igual que tú! LUCIA (Tensa también, cuchicheando y manoteando): ¡Te he dicho que a mí no me importa lo que diga la gente!
llevo tres meses en este tajo. cine, que no visito a nadie, y que ni siquiera puedo sentelevisión porque él siempre
darle tanto
contra su juegos...
¡Yo
el
para mirar el piso y seguir la con-
(implorante):
Pero
bendito,
allá podías tener un cafetín mejor. LUCIA: Lo único que se necesita
papi,
si hasta
pa ir a las es-
cuelas de allá es saber inglés, y nosotras sabemos. (Hay una pausa breve mientras las tres escuchan al padre. Lucía se impacienta, intenta interrumpir al padre, pero él parece no darle oportunidad.) IRMA (casi con un chillido): ¿Y por qué... y por qué tú dices que Nueva York no sirve, si tú nunca has estao allá? : VICTORIA (interrumpiendo la explicación del padre): Está bien... Sí, así dicen, Pero mira... Mán-
danos
a nosotras
LUCIA:
IRMA
aunque
Ahora
(haciendo
que
sea
de paseo.
estamos
de
vacaciones,
un gesto de fastidio):
viene ni año que viene! LUCIA: Pero si nosotras podemos cuidar a Irma...
¿Qué
año
que
VICTORIA
(muy
serena,
dos
ya
como
somos
si
grandes
apelara
a
y
un
tribunal de niños desde su adultez): Papi, atiende a esto. Mira... ¡Ay, Dios, pero si no me dejas hablar! Atiende. Hazlo como un. favor especial para nosotras. No te volveremos a pedir nada más. Complácenos con esto : IRMA (casi al borde de las lágrimas, sacudiendo
la cabeza mientras escucha): El año que viene vas a decir lo mismo. ¡Lo que pasa es que no quieres darnos ese gusto! ¡Nunca nos complaces! ESCENA
III
(Se oye el llanto de Irma y los reproches de Lucia y Victoria mientras el cuarto se oscurece. La sala vuelve a iluminarse ahora gradualmente. Una voz se ilumina por completo, se ve a Victoria gesticulándole. a Lucía. Se ilumina también el cuarto, donde el anciano ha vuelto a quedar solo. Mientras Sus hijas converzan, éste se incorpora del camastro, se frota los brazos y camina hacia la silla para recoger la camisa y ponérsela, Se abotona, pero se deja la faldeta por fuera, y vuelve a sentarse en el borde del camastro al mismo tiempo que se frota los brazos y se sobrecoge de frío.) VICTORIA (a Lucía): Bueno, mira, tú sigue como vas. Ahora, cuando te veas en cualquier aprieto,
adonde
mí no vengas.
LUCIA (sonriente, encendiendo un cigarrillo): No te preocupes que no vendré a molestarte. VICTORIA (a Irma): Bueno, y tú ¿qué excusa tienes pa no llevártelo? ] IRMA (ofendida): Yo no tengo ninguna excusa. Si yo hubiera podido, tan pronto él llegó le hubiera ofrecido mi casa. Pero yo no estoy bien de salud. No tengo más que trabajar y trabajar. Sin embargo, a ninguna de ustedes les vengo con mis quejas, ¿verdad? Paso sufrimientos y necesidades que a nadie le cuento porque nunca me ha gustao. Siempre me la paso con un nudo aquí en la garganta y no digo na. Así es que está de más que tú me vengas a hablar en esa forma. Pero to esto que yo me siento no es na.
Yo
me
llevó
cuidar
bien.
cuando
a papá pero
haré
los nervios
pal manicomio
si ustedes lo que
me
quieren.
pueda.
ahoguen,
y a él pa
una
de
Lo
a mí esas
No
le podré
único
me
es que
mandarán
casas...
de vie-
VICTORIA
bien!
LUCIA: Ay, Desde que Tony
chica, se te
miquis.
(Sonriendo.)
“No puedo
me
eso!
falte
IRMA
llevarme
a papá
no): me
IV
Se
...Y todavía no me has dicho na del traje. veo
distinta?
tiendas y me no
estaba
Rosa
hicieron comprar
a la moda.
Que
(Escucha al marido.) Mientras
y Pepita
viva
¿Cómo
aquí,
en
este
la pena que me lo ponga... de
aquí.
viaje
Nos
iremos
vestida
mirando
así.
al piso.)
tenido
un
taste diciendo
que no...
del marido.)
cuenta
llevaron
este.
Decían
veía
mal,
Pero
pueblo
las
que yo.
más
vieja:
asqueroso,
no
vale
Pero nosotros saldremos y yo
al
podré
marido,
(Como
No
hacer
que
He-
la taci-
¿verdad?
Ya
allá y tú también
tú mismo.
Al principio
el
sigue
ahora.
temiendo
nos iremos,
se acostumbraron
que en este
¿No a
que dónde voy a lucirlo?
verano
gastos.
Fíjate
diste
nos
Oh, no en seguida.
muchos
acostumbrarás.
turnidad
me
(Contempla
Mí
¡Tú dejarás de ser vulgar
vivo en un quinto
En la sala y el cuartorla luz ha ido decayendo.
¡Cará!
(cuchicheando):
está
¿Qué
oscurace el escenario pero en scguida se ilumina el cuarto. Entonces se verá a Doña Antonia luciendo su ropa chic delante del ma:ido. Doña Antonia es cuarentona, flácida, y viste traje sastre y guantes; usa zapatos de taco alto. E! moño del entrecano permanece ajeno al sombrero de ala grande, la cartera inmensa cuelga del brazo que ella ha estirado mientras da vueltas delante del anciano. Es una pueblerina que, al parecer, ha comprado un maniquí vestido para usar su ropa. No es, sin embargo, una caricatura. Ha tenido cierto reparo en el vestir, pero su cuerpo entero rechaza la indumentaria.)' DOÑA ANTONIA (dando vueltas frente al ancia-
las muchachas
nunca
porque
ESCENA
dramática. un tiquis-
a
bien,
piso...y no hay ascensor.” LUCIA (apagando el cigarri lo): Bueno, si a ti te parece que eso-no le va a hacer daño, pues... (Hace una pausa y mira a sus hermanas.) ...allá tú.
no te pongas tan fue, estás hecha
¡Ojalá
¡Está
hacemos con papá? LUCIA (muy casualmente): Pegarle un tiro. (Irma y Victoria la miran anonadadas. Lucía se encoge de hombros.) Pueees... Como le molesta tanto a Victoria:.. Victoria: ¿Y tú? (Caricaturizándola.)
mos
jos.
(impacientemente):
Vamos a lo otro, que es más importante.
te
te ma-
que no iban.
Pero al fin te
pueblo
vida.
no
hay
Que
en
y mal pensá cuando te mueras na más! VICTORIA (a Irma): Muchacha no le hagas caso. Tú sabes que ella no puede hablar de otra cosa. IRMA (a Lucía): ¡A papá se le partiría el alma si supiera lo sinvergúenza y lo perdida que eres! Tú... (Se confunde.) You are nothing but a tramp! LUCIA (cantando, de Cole Porter): That's why
la Isla entera no hay vida.
the lady is a tramp!
al anciano.) Tanto tiempo juntos y de pronto... tú por un lao y yo por otro. (Se sienta junto a él, pone
(Mira a Irma y se sonríe.)
Está
_Bien. Lo que tú digas. Pero antes de criticarme, por lo menos aprende a vestir bien. Yo nunca me tiraría a la calle en esa facha. ' IRMA (exasperada): Yo todavía le guardo luto a mamá. LUCIA: O a otra cosita que aquí nosotras sabemos, ¿eh? IRMA: Ninguna de ustedes le ha guardao tanto luto como yo. LUCIA: El luto se guarda en el corazón. VICTORIA: Yo estuve vistiendo de negro por seis meses. Nadie me diga que eso no es bastante. (A Irma) Lo tuyo ya es exageración. ¿Y pa qué? ¿Cuál zas que le gastaste a mamá y los meses que te pasabas sin escribirle? (a punto de llorar, tensa, cuchicheando) :
¡Yo quise
a mamá
más
que toas ustedes!
Que hay que salir a bus-
car esa vida. Si no te hubieras das cuenta, ninguna de tus hijas te hubiera convencido. (Escucha al marido.) Oh, a mí también me harán falta. Claro, todavía no porque las llevé yo misma y me pasé un mes allá pa ver si se acostumbraban. Quien me hacía falta eras tú. (Le pasa uma mano por la cabeza
la cartera a un lado, y. comienza a quitarse los guantes.) Pero allá es muy bueno. Aunque las echemos de menos, hay que resignarse. No es decir que haigan muerto. To este tiempo te han estao escribiendo, vear-
dad?
Y yo también
les leí la cartilla antes de venir-
me. Se los dije. Que se ocupen de saber como está uno y de dejarnos saber cómo anda to por allá Que dejen que se les enfríen los sentimientos. (Mira y
escucha
al marido.)
¡Claro que están
contentas!
Si
allá tienen de to. Allá vive contento cua'quiera. Tanto sitio adonde ir. Tantas cosas buenas... Lo único que hay alguna gente que no habla español. Pero ese Harlem está cundío de gente que yo conozco. AMá me encontré con Candita. ¿Te acuerdas de ella? Sí, hombre, la hermana de Maripepa. Maripepa vive en
New
Jersey.
Casá
lo
más
bien.
Por
eso
te
digo:
vámonos pa allá.
Los pasajes cada día están más ba-
(Mira al anciano y lo escucha con una exratos... presión de contrariedad en el rostro.) ¿Que me vaya Pero ¿qué es lo que te tiene amarrao a este yo sola? pueblo? Ahí tienes. Tú mismo no sabes. Sin embargo, pretendes seguir amarrao a to esto y que me
amarre
yo también
a este sitio donde
uno
ni siquiera
(Escucha y lo interrumpe sabe que está respirando. alzando la voz.) No... no es que unc se envicie. Es aquí. que uno se da cuenta que la cosa no termina Que allá sí se está bien. Y si otros se han tirao a probar eso, ¿por qué no yo y por qué no tú? (Recoge la cartera y los guantes y se levanta del camastro.) ¡Lo que te pasa a ti es que no tienes espíritu! ¡No le(Cuando va a salir, algo que .él dice vantas cabeza! la detiene.) ¿Y qué tiene que ver que nos estemos poniendo viejos? ¿Acaso no tenemos derecho a la vida? (Sacude la cabeza mientras escucha al marido.) ¡Eres un egoísta! ¡Esa es la verdad! ¡Tus hijas no te interesan! ¡Ni yo tampoco! ¡Tú piensas en ti nada más! > (Sale precipitadamente por la puerta del armario, hablando entre dientes. El anciano alza la vista y contempla la puerta que da a la sala. Se levanta
y camina
hacia
la ventana.
Contempla
la calle,
nosear
a una.
VICTORIA
y mira
que
atenderlo
es
una
cosa
bastante seria. No lo poes sobrellevarlo.
Pero lo que hay que hacer demos meter en una de esas casas, 2n un asilo, porque qué dirá la gente que nos conoce. Tampoco puede volver a Puerto Rico porque ¿quién lo va a cuidar allá? Mamá era la única y ya tú ves.. No podemos tampoco... VICTORIA (interrumpiéndola): Sí, sigue abrien-
do y cerrando puertas.
Sigue con tu “no podemos”...
(Hace
en
una
pausa,
se dispone cuenta.
como
a responder.
Lo
tú
pero
que
esperas.
pasa
es
Fíjate
seguida
) Tú que
lo
tú no
tie-
nerviosamente
la puerta
dei
cuarto.)
IRMA:
¿Con
LUCIA: Después de
quién?
¿Por qué no? Ellas son sus hermanas... to, ellas también tienen obligación. ESDENA
VI
(Mientras las mujeres prosiguen el cuarto como la sala se oscurecen.
cuarto, un
la s:lla frente
hombre
Panamá. las
vestido
Está
patas
al armario
de
silla,
cuchilla mientras
con
por en
la
y tocado
ocupada
de perfil al público, balanceándose de
kaki
estará
sombrero
traseras
de
la charla, tanto Al iluminarse el
fimpiándose
el anciano
las
uñas
permanece
corta
siempre las
cosas
que
te
lo
que
Irma
tomas
todo
nunca
te
pasó
con
en
salen
Tony.
(Caricaturizando.) “No, si Tony e. un ser débil, Siempre ha estao dependiendo de mi pa to lo que hace. Lo que pasa es que, como yo le he estao enseñando a ser limpio, se ha enojao y se ha ido de la casa. Pero ya verán ustedes como vuelve con el rabo entre las patas. Y entonces yo soy la que lo voy a dejar.” (Asintiendo con la cabeza y riendo ligeramente.) ¡Fíjate qué bien volvió! ¿Y a qué iba a volver? ¿A que tú lo siguieras molestando a diario con tu “¡Límpiate esos pies!” y “¡No me pases por ahí, que acabo de lavar el piso!” ¿Tú te crees que un hombre no se cansa de eso? IRMA (cuchicheando airadamente): ¿Por qué no te miras la viga en tu ojo antes de ponerte a hablar? ¿Tú te crees que tienes un marido modelo? (Señalando la puerta de la sala.) Un hombre que bebe, que juega, que sabe Dios si a estas horas te andará pegando cuernos... corazón que no VICTORIA: Ojos que no ven, siente. IRMA: Horita vendrá por ahí, borracho, a ma-
lo
en el camastro.) HOMBRE (limpiándose las uñas): que le ofrezco por el cafetín no es
ten-
dido
V
IRMA (conso!ladoramente): Mira, Vicky, toas nosotras sabemos que papá no está muy bien, que diga-
Y
sabes que
IRMA (cuchicheando): ¡Mira que lo vas a despertar! (Victoria se levanta y camina hacia la puerta del cuarto, El anciano, oyéndola acercarse, se da vuelta contra la pared.) VICTORIA (tocando a la puerta): Papá... (Mira a las hermanas y luego abre poco a poco la puerta.) Papá... (Entra al cuarto para ver si el anciano duerme; sale luego en puntillas, cerrando la puerta.) Todavía está durmiendo, pero a las cinco lo voy a tener que despertar pa darle uno de esos jarabes. ? LUCIA: Victoria, lo mejor que podemos hacer es dejar las cosas como están por un par de semanas. Hasta que yo hable con Titi Rosa y Titi Pepita.
con una
mos.
Tú
las
azoteas, el cielo nublado. Está de espaldas, con las manos cogidas atrás como si estuviera maniatado. Los hombros se le van al piso, la joroba se le pronuncia, la cabeza está gacha ahora que vuelve a mirar la calle. La sala vuelve a iluminarse y el anciano reegresa a tenderse en el camastro.) ESCENA
(sonriendo):
nes na que a él le guste manosear. (A Lucía le brota una carcajada, pero se tapa la boca inmediatamente
también
fíjese que
esto no
es na más
Sí, yo sé que mucho. Pero
que
un
cajon-
cito. (Mira el cielo raso y las paredes.) Esto horita se viene abajo. Como negocio usted mismo sabe que nunca ha sido gran cosa. Y sabe que mi interés en esto no es el de un comerciante. Ese cuarto que le quiero tirar a la casa no he podido hacerlo porque
siempre a las mejor
ha
estao
el
cafetín
aquí
atrás.
(Volviendo
uñas.) Ahora que Doña Antonia ha pasao a vida y que sus hijas están empeñás en que us-
ted se vaya pa Niu Yol, yo le hago esa oferta. Comprenda también que yo no soy rico. Que si le ofrezco tan poco es. por mi situación. (Escucha el anciano.) Ah, pero yo no me puedo comparar con Torres. Ese es un hombre rico, al lao mío. Y él si quiere esto pa negocio. Además de los otros dos que tiene ya. Yo no. Yo lo que busco es un huequito pa acomodar la familia. Los muchachos están creciendo
y la nena ya necesita un cuarto pa ella sola... Desde luego,
usted
yo comprendo
será
el
que
decida.
sus razones
(Escucha.)
pa no ir pa allá.
No,
si
Usted es
un hombre de edad y sería igual que arrancarlo con raices y tó de aquí. Pero, por otro lao, sus hijas son parte suya y están allá. Dése cuenta que ellas lo pueden necesitar, que deben estar locas por verlo.
Cuando en
taba
hacer
usted
vió
el viaje
destiná
a no
bien pa
mala
a Doña
complacerla.
levantarse
más.
Antonia,
Claro,
ya
pensó ella
(Escucha.)
es-
No,
no es que yo lo critique. Yo no tengo ningún derecho. Lo que le quiero decir es que usted pensó diferente entonces. Y ahora ha vuelto a cambiar de idea. De-
cídase de una vez. Dése aunque sea un paseíto. (Escucha.) Ligao a la tierra, dice usted. Está bien. Pe-' ro uno puede seguir ligao a la tierra lo mismo aquí, que a un montón de millas de aquí. Toa esa gente qu anda por allá no ha dejao de quererla. ¡Qué va!
a las
uñas,
se
detiene,
mira
al anciano.)
IRMA:
Es
piense
que
usted
estuvo
tan
mal.
Digo...
uno tiene su orgullo, ¿verdad? ¡(Escucha.) ¡Pues claro que usted tiene ganas de verlas! Eso se sabe. Aquí, ¿qué clase de vida va a llevar? La de un perro realengo. (Escucha.) Pero que Doña Antonia esté en-
terrá aquí es lo de menos. tos queridos unos siempre
Eso no quita. los lleva aqui
golpe
y pruebe.
en
el pecho).
pérdida
de Doña
Vaya
Antonia
la desquita
casamiento? vide. se va
A los muer(dándose un
Ya
verá
con
que
Sandín
pa lo
de las
la ganan-
escrituras.
(Escucha.)
Muy bien, muy bien. (Va a salir, pero se detiene.) Y oiga... No se preocupe, que este pueblo siempre es-
tará aquí. ta
Nadie se lo va a llevar,
del armario
manoteando
un
ESCENA
A una
completo
otra
tiene
la sala misma
público y con me parece tan
cierto
punto
sor-
artritis.
los brazos cruzados): Irma, a mala la idea. - Con ellas, hasta
estará mejor
que
con
nadie.
Siempre
tendrán de qué hablar. Pueden pasarse las muertas hablando de lo que les duele hoy y de seguramente les va a doler mañana,
IRMA: en de
Vicky,
horas lo que
please...
vino
hace
Yo
(interrumpiendo):
Sammy
no
El
un
mes
digo de
Sammy. Puerto
Rico
está
otro... a
El
VICTORIA: colegio...
Yo
de esta anciano
pesadilla. destapa
Eso,
el fras-
estudiar
Echate-
Tú
puedes
contrarte
él estaba
que
en
el
camino
y seguir
juntos.
(El anciano pone el vaso y se vira contra la pared. del
camastro
y comienza
muy
.Acuéstate
en la mesa, Se El rayo llega al lentamente
a
ex-
(La
sala
se
ilumina
y el cuarto
sufre
un
apagón
TORIA: IRMA:
Pero
Un Asilo sería mejor pa él. ¿Tú
no entiendes
que
eso se ve mal?
Tú parece que no tienes corazón.
IRMA: No vivimos allá, pero hay que ver eso. A ti no te importa porque tú no tienes vergilenza...
medi-
él viviera
interno
de esta manera.
súbito.)
Pero
Nunca
mana ni sabía
salvarlas
las a la boca y no pienses más. El anciano obedece. Luego devuelve el frasco a la mesa, coge el vaso y bebe.) Así. El resto no es nada. El resto será yo en-
la has tenido.
Victoria
creía que
(El
que
¿Ernestito? Yo
salida
error.
cía se recuesta
IRMA: Ese mimo. LUCIA: ¡Adiós, cará! con ellas.
otra
el
en
cina...
LUCIA:
veo
a la muerte.
VICTORIA: ¿Corazón? Eso es lo que me sobra. si sigo en esta lucha no voy a poder gozar de él. LUCIA (encendiendo un cigarrillo): ¿Y si lo mandáramos de nuevo pa Puerto Rico? Allí se le podría pagar a alguien pa que lo atendiera. IRMA (gesticulando airadamente y cuchicheando): ¿Y cómo nos pondrán a nosotras en el pueblo? LUCIA: Nosotras no vivimos allá.
ejército.
IRMA:
ol-
frente
más en por esa de este
borde
Ya les dije que si ustedes le hacían frena mí me sucediera... (interrumpiendo): Here we go again! Y que papá vaya a vivir con sus hermanas, mal, Ellas mismas están pa que las atienotro sobrino de ellas...
VICTORIA
se
pandirse hasta anegar el cuarto.) ESCENA IX
él,
IRMA: te a lo que LUCIA: IRMA: me parece dan. Este
que
Acaba de una vez. Ven conmigo y no pienses ellas. Que limpien luego lo sucio. Que tiren ventana lo que no sirve. Que se den cuenta
ahora. acuesta
LUCIA (a Irma): Ay, chica, tú coges la vida muy serio. IRMA: Es que no se debe hablar así. Después to, es nuestro pai. — VICTORIA: Sí, pero tú no estás dispuesta a car-
gar con
las tías,
Pero otros lo han logrado. A cada rato, una noticia en los .periódicos... Y tú no tienes ya nada aquí
VICTORIA (que ahora está sentada de lado, con los pies colgando del brazo de la butaca que da ha-' cia el mí no
con
Pero siempre hay el riesgo de abrir los ojos y darse cuenta que las paredes siguen siendo las mismas y el dolor el mismo y que están ellas al lado de la cama, sabiendo lo que tú quisiste hacer. Te abochornarías, entonces. (El anciano mira la puerta del cuarto.)
VII
le falta bien poco pa quedarse y-la
viva
co y vacía dos o tres píldoras en la palma de la mano.)
saludo.)
LUCIA: Claro. Y además, ellas son personas más o menos de su misma edad. IRMA ísacudiendo la cabeza): A mí no me convencen. ¿Qué pueden hacer Titi Rosa y Titi Pepita por
Sí, no
Despertar
posición.)
da
Mientras
Porque ninguna mujer con dos dedos de a echar encima esas dos vie... señoras.
co.)
(Sale por la puer-
(El cuarto permanece iluminado mientras también se ilumina. El anciano sigue en la
por papá?
ni de ir a
ESCENA VIII (Mientras se oscurece la sala, el anciano se yergue en el camastro y mira los frascos de medicina. Toma un frasco de pildoras y las contempla. Un rayo de luz azul cae sobre la puerta del armario y, mientras la voz de Doña Antonia se deja oír, se mueve poco a poco en dirección del anciano.) DOÑA ANTONIA (desde la puerta del armario): ¿Qué ha hecho cambiar tanto a tus hijas? Nunca han estado tan lejos de ti... y de mí. Es como si ya no les quedara mi memoria. Se han ido. Ahora es que veo que se han ido. Y tú lo sabías desde hace tiempo... o lo adivinabas. Quizás por eso aquel recelo tuyo... (Viendo al anciano ensimismado en el fras-
la
cia de sus hijas. (Guarda silencio por un instante, mientras se limpia las uñas; luego mira al anciano.) Bueno, ¿qué dice? Se ha quedao io más pensativo. Yo sé que pa usted no es fácil decir: —¡vamos pa alante! Usted siempre ha sido... (Se interrumpe, deja caer las patas delanteras de la silla, se alboroza.) ¡Así se habla hombre! ¡Vaya a ver cómo es to aquello que to el mundo tanto alaba! (Se levanta, cierra y guarda la cuchilla.) Entonces, mañana temprano ha-
blo con
No se ocupan
a las tías. VICTORIA: Eso es verdad. Y yo que tengo tanto tiempo pa visitar. o IRMA: Pues Ernestito ya tiene novia y parece que eso va en serio. Una americanita lo más mona... Pero ¿ustedes s2 creen que él puede hacer planes de
je, pues págueselo usted mismo. Con lo que yo le doy, por lo menos tiene pal pasaje y pa comprarse alguna ropa y algunos regalitos pa ellas mismas. Cuestión
que nadie
Fíjense pa allá.
ver
ya
(Vuelve
más, si usted no quiere que sus hijas le paguen el via-
en
el
cruza
en las
(Comienza
su butaca piernas
con desinterés.)
es fiestar
y vestir bien
a bajar el telón.
y fuma
y mira
a una
A ti lo único que y andar
pa
Lu-
plácidamente.
arriba
y
otra
her-
te preocupa y pa
del brazo de to esos “gigolos” y complacerlos te pidan lo que te pidan y... TELON
abajo
cuando
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El Secreto de la Poesía
HOSPITAL PRESBITERIANO SANTURCE,
(Viene de la página 60) y perdido ese amado nunca.
P. R.
¿De Reiterando su profundo
agradecimiento a todos los que contribuyeron a
sus obras de expansión recientemente inauguradas y deseándoles las más felices Pascuas y un Año pleno de salud y alegrías. Palabras del Licdo. Carlos J. Torres en el acto de inauguración de estas obras: Señores
Síndicos,
Hoy
es un
día venturoso
tos con que Dios, nuestro
para
Señor,
ha
tenido
Presbiteriano,
a bien
uno
colmarnos,
de
tan-
quizá
re-
conociendo el espíritu que anima esta Institución dede su fundación. Fue con modestia, pero con mucha fe, que los pioneros de esta obra emprendieron su labor cristiana de ofrecer ayuda al enfermo y consuelo al desvalido para que curase de sus males a fin de que pudiese ayudarse a sí mismo. De todos vosotros es conocido el historial del crecimiento del Hospital Presbiteriano. Debo sin embargo decir, que aun no hemos logrado la meta que nos proponemos. Con la inauguración de estos nuevos edificios y la reconstrucción de los viejos, añadimos un eslabón más al logro de nuestros propósitos; realización que debemos a la generosa aportación económica de nuestros muchos simpatizadores con el ideal que los Fundadores de la Institución se propusieron llevar a cabo desde un principio. Aquellos sembraron la: semilla y los que les hemos seguido en la marcha del tiempo cuidaremos de e!lla con amor hasta verla florecer bella y hermosa como luce ahora. Pero la planta necesita de un cuido esmerado hasta lograr verla rendir el máximo de su esplendor cristiano. Esa meta es hacer del Hospital Presbiteriano la Institución más completa en todos sus aspectos, científicos y humanos de esta zona de América, en donde el pudiente y el pobre encuentren por igual, y en la misma
no
qué arte se valen
haber
los poetas
«consiguen embarcarnos en la' nave de sus sueños, en la barca de sus ilusiones? Sus imágenes despiertan en nosotros insospechados sentimientos. Un día de sus versos emocionados estremece las fibras tonces
el Hospital
que
para hacernos amar y soñar? ¿Con qué raro e inescrutable sortilegio
dormidas
y amigos presentes:
amor
de
nuestro
descubrimos
corazón. que
En-
somos
paces de sentir y de amar
ca-
intensa-
mente, capaces de Sufrir y de soñar, de anhelar y de comprender. Pero es con la palabra insinuadora que nos trasportanal mundo de los sueños. La poesía, como todo arte, tiene secretos: el metro, la rima, la cadencia, las figuras retóricas y las imágenes, aparte los in-
finitos arcanos
de la estética.
ro
y,
el
más
más
útil
poderoso
de
sin
Pe-
embargo,
todos
el
es el de la
insinuación, la apenas perceptible facultad de señalar las cosas sin mencionarlas. Si en la pintura el dibujo nos sumerge en meditaciones para adivinar el mensaje que
hay
en
las líneas y los colores,
en
necesita. El Hospital Presbiteriano encarna el principio de dar al necesitado el auxilio que su salud necesita sin exigir otra retribución que la gratitud
la poesía es la palabra insinuadora lo que despierta en nosotros el sueño, la ilusión de adivinar. Según un crítico de arte que escribía en la Revue Hebdomadatire, el poeta nunca debe nombrar el objeto sino insinuarlo, porque nombrarlo es quitar tres cuartas partes al placer de adivinarlo. Ese goce es, en sí mismo, el sueño. Y un arte es
del que lo recibe, y la satisfacción
verdadero
medida,
los auxilios de la ciencia
y el consuelo del espíritu.
Porque
no
olvidemos que todo enfermo, no importa cual sea su mal, sufre al mismo tiempo un mal moral; y es el deber del médico dar su auxi'io a uno
para
que
sane, y consuelo
al otro
para
devolverle
de haber
hecho
la paz
el bien, por
mismo. Este principio sigue inalterable, sin variación aplicación; aunque el tiempo, y el progreso que marcha: pusieron cambios de tácticas, pero no de propósitos. Al
cesario
para
la hospitalización
de
pacientes
espiritual
pudientes,
que
el bien
alguna en su con él, nos imdisponer lo ne-
lo hicimos
para
que el beneficio que ello produjera pudiese aplicarse para beneficio de los pacientes que no pueden pagar; porque no siendo el Hospital Presbiteriano una institución establecida para fines de lucro, lo natural es que aquello de que pueda lucrarse lo pase a los menos afortunados. Por
eso la Institución carece siempre de los medios que necesita para su expansión en la distribución del bien humano, y tiene que recurrir al altruismo de aquellos generosos simpatizadores de su credo, que piensan también que Dios da: a unos para que lo compartan con otros. Si hubiésemos capitalizado beneficios no hubiera sido necesario recurrir a la generosidad de los que tienen.
Yo creo que interpreto el sentir de los Síndicos de este Hospital al dar las más sentidas gracias a todos los que generosamente contribuyeron a la realización
remos
laborando
de esta
hasta
obra;
lograr
pero
nuestra
no
nos
meta.
detendremos
Los
aquí,
segui-
puertorriqueños
ve-
mos en este Hospital un brazo acogedor que nos brinda consuelo cuando lo necesitamos, y queremos hacer ese brazo tan lafgo que nos apriete a
todos por igual sin distingos de religión, raza o posición. remos
con el favor
de Dios.
5 de diciembre de 1958
Y a ello llega-
cuando
nos
hace
soñar;
el arte tiene como aspiración suprema la manifestación de la belleza, pero su fruto es la ensoñación. La
poesía
que
nombra
las
cosas
carece de encanto y de misterio. No enamora, pues que aquello que alcanzamos con facilidad y sin esfuerzo, pierde interés, no despierta nuestro anhelo. El arte poético de
Mallarmé
era su sugestivo
y arro-
bador porque nunca nombraba los objetos. Dejaba al lector el goce de
adivinarlos. La suya era una poesía simbólica, misteriosa, más fina y sugeridora cuanto más nos sumergía en el misterio.
No nombrar nuarlas; la poesía.
las cosas, sólo insi-
ha ahí un gran secreto de :
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EL REGALO DE LOS
REYES MAGOS ORO,
sus
INCIENZO
Los tres regalos que los Reyes Magos trajeron de respectivas tierras para ofrecerlo al Niño-Dios,
¿qué significaban? regalos?
Eran:
En primer lugar, ¿cuáles eran esos
ORO,
ORO,
que
Y MIRRA
INCIENSO
SIMBOLO
Y MIRRA.
DEL
REY
Todos sabemos lo que es el oro: el metal valioso acostumbramos relacionar con la riqueza y el po-
der.
Antiguamente
eran
de
oro.
las
Entonces
esto es, lo que hoy
monedas no
llamamos
de
existía
más
alto
: El uso del incienso como símbolo de adoración a Dios o de respeto a cosas relacionadas con Dios, es una tradición muy antigua, anterior al Cristianismo. El incienso sigue usándose hoy en ceremonias religiosas de varias iglesias cristianas. Lo usan en su liturgia, por ejemplo, la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodora Griega, y la Iglesia Anglicana (inglesa). El incienso fué otro regalo simbólico en el pesebre de Belén, Es como si al depositar a los pies del niño Jesús el cofrecito conteniendo incienso, el segundo sabio de Oriente hubiese dicho: “Te traigo incienso porque reconozco en Ti al que todos han de reconocer como su Dios verdadero”.
valor
el
papel-moneda,
“billete”.
El oro, traído
MIRRA,
SIMBOLO
DE
HOMBRE
al pesebre de Belén fué, pues, un regalo simbólico. Es como si al depositar a los pies del niño Jesús el co-
frecito con monedas
de oro, el primer sabio de Orien-
te hubiese dicho: “Te traigo oro porque reconozco en Ti al que ha de tener más poder que todos los reyes de la tierra, al que ha de ser Rey de los Reyes”.
La
tiguos
mirra
tenían
de lágrimas
racterísticas
es una
por
sustancia
bálsamo
perfumada
precioso.
y tiene un color rofizo.
que pueden
convertir
Viene
que
en
los an-
forma
He aquí, pues, ca-
la mirra
en símbo-
lo del hombre: el color rojo que representaría la sangre, la forma. de lágrima representaría el dolor. La
mirra INCIENSO,
SIMBOLO
DE
DIOS
El incienso es una resina olorosa que se quema en ceremonias religiosas. Es un producto oriundo de Oriente. (Nosotros tenemos algo parecido: el tabonuco, que usaban los indios de la Isla antes de la llegada de Colón, pero que nunca hemos relacionado con ceremonias religiosas).
simbolizaría
así la sangre
y el dolor del Hom-
bre convirtiéndose en bálsamo para el género humano. ¿No fué Jesús, precisamente, bálsamo para nosotros al sufrir la tortura de la Crucifixión? .La mirra constituye otro regalo simbólico en el pesebre de Belén. Es como si al depositar a los pies del niño Jesús el copón conteniendo mirra, el tercer sabio de Oriente hubiese dicho: “Te traigo mirra porque reconozco en Ti al Hijo del Hombre que ha de sufrir y derramar su sangre por salvar la Humanidad doliente.”
tos, creencias
y La
condición
religiosas,
(música,
REE
arquitectura,
¿Cree usted
puertorriqueña
MENDEZ
B.:
JUAN:
MENDEZ ted
por
crisis
punto
Ballester
E
:
recer
ante
momentos
de
entiende
nuestra
nuestra
el empuje
de
en
nuestra
vi-
manera
da de pueblo. Este mismo momento porque atraviesa Puerto Rico. MENDEZ B.: No discutamos todavía este momento. ¿Qué le parece si ponemos de ejemplo otro mo-
us-
cultura?
cultura
naufragar,
decisivos
está
desapa-
del creciente
mento
histórico:
la Guerra
somos
Hispa-
notación
distinta
hay
entiende JUAN: presente
usted por crisis? Yo entiendo por crisis el momento histórico en que
está
a punto
de
malograrse
¿Qué
nues-
tra manera de ser, MENDEZ B.: ¿Debo entender que para usted crisis significa pérdida, desaparición, destrucción? JUAN: Ni más ni menos. ¿Y para usted? MENDEZ B.: Yo tengo un concepto distinto de la crisis. Para mí, crisis significa cambio,; mutación
notable.
Sin
que
este
cambio
o
mutación “implique la pérdida de eso que usted llama nuestra manera de ser, y que discutiremos más adelante.
JUAN:
No
estamos
de acuerdo.
MENDEZ B.: ¿Lo ve usted? JUAN: Creo que vamo sa estar dialogando largo rato. . MENDEZ B.: Ya era tiempo de dialogar. Pero antes de proseguir convendría seguir aclarando los términos fundamenta'es de este diálogo. ¿Que entiende usted por cultura? JUAN: Por cultura yo entiendo
la actitud
vital de un
pueblo
para
captar ciertos misterios latentes que le permiten trazar su propio rumbo. MENDEZ
B.:
Eso
me
suena
a fi-
losofía especulativa. ¿Qué entiende usted por misterios latentes?
en eso?
:
JUAN: ¿Adónde me quiere usted con esa pregunta?
B.:
A dilucidar
B.:
¿Qué
a
llevar
ser puertorriqueños
aprehender
política.
¿Es
esto
lo
que usted llama misterio? Yo no veo nada misterioso en los factores históricos que determinaron el rumbo de nuestro pueblo en virtud la
Guerra
amigo
mío.
Yo
Hispanoamericana.
¿Y
entonces
por
MENDEZ
B.:
qué
entiende mí
siglos
puertoriqueña es el conjunto de acontecimientos, ideas, costumbres, instrumentos, máquinas y «artefac-
que
he-
los patro-
a lo largo
y medio
manera
de
¿Variable
MENDEZ
B.:
de ser
de
sus
vida
esa
puertorri-
dice
usted?
Variable, como
sí
los
Los norte-
americanos, los argentinos, los rusos, etcétera, no tenemos una conducta fija, invariab'e. JUAN:
una
Yo
sostengo
conducta
que
tenemos
peculiar nuestra.
MENDEZ B.: ¿Qué le parece si discutimos esto en el próximo diálogo? JUAN: De acuerdo.
SER Y SENTIR (Ensayos
usted
la cultura
le pa-
cultura son los que
determinado
cuatro
cultura?
Para
¿No
la hemos
creo
nes de nuestra
Para mi son factores, acaecimientos culturales que determinaron nuestra manera de ser en aquella circunstancia.
JUAN:
venezolanos,
cho nosotros mismos y no nuestros patrones culturales, MENDEZ B.: Todo lo contrario,
han
el tér-
en ciertos momentos. Yo le pongo el caso de la Guerra Hispanoamericana y usted me señala una po-
de
los
MENDEZ B.: Desde luego. Cada pueblo tiene su particular manera de ser porque cada pueblo tiene sus patrones cultura:es. JUAN: Pero nuestra manera de
puertorriqueños,
actitud
decir
:
teriosos
sible
quiere
norteamericanos.
variable queña. - JUAN:
es preciso
puertorri-
ser?
mino cultura, a ponernos de acuerdo en lo que significa este vocablo tan importante. Usted dice que la cultura participa de elementos mis-
que
vida
rece?
bien.
MENDEZ B.: Respeto su criterio político, pero ¿qué misterio latente
MENDEZ
de
distintos
a los
MENDEZ B.: ¿Qué misterios latentes había en aquella circunstancia? ¿Qué misterios debió aprehender nuestro pueblo paar trazar su destino? JUAN: Haberse constituído en país independiente.
a la mía.
la
usted con nuestra peculiar manera de ser? : JUAN: Que. los puertoriqueños
noamericana.
Muy
de
MENDEZ
materialismo industrial. ¿No le parece? MENDEZ B.: No creo en esa teoría, JUAN: ¿Entonces para usted nuestra cultura no está en crisis? MENDEZ B.: Sí, creo que está en crisis. Pero convendría aclarar los términos antes de continuar nuestro diálogo, porque usted le está dando a la palabra crisis una con-
JUAN:
:
queña. JUAN: ¿Quiere usted decir que con su teoría de la cultura puede usted explicarme nuestra peculiar
JUAN: Hombre...yo diría... .ciertos factores imponderables, ciertos
crisis?
¿Y usted?
¿Qué
Que de
en
luego.
B.:
JUAN: a
Sí.
Desde
que la cultu-
está
li-
MENDEZ B.: Lo suficientemente amplio para exrpiicarnos muchos fenómenos
JUAN:
pintura,
nuestro pueblo hasta el presente. JUAN: Es un concepto muy am-
plio.
ra
morales
artísticas
teratura) que poseemos hereditariamente los puertorriqueños desde la conquista y colonización de
DIALOGO SOBRE LA CULTURA PUERTORRIQUEÑA — LA CRISIS —
Por Manuel Méndez
políticas,
expresiones
mo
Mínimos)
Comenzando con el próxtnúmero (enero) nuestro
Director, Juan Bautista Pagán, iniciará la publicación de su libro, con el título mencionado. Cada mes aparecerá
uno en
de estos los que
el
breves
ensayos,
autor
comenta
cuestiones culturales, de tipo filosófico, social, pol'tico y sobre todo, humanas. En la edición
próxima,
Introducción
aparecerá
del libro.
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E
carlo Núm.
2 y 3 de
Mardía
1958.
Hemos
recibido
zo;
estos
ros de la publicación ción
de
Graduadas
ofrece
Echevarría,
de
núme-
la: Universi-
y que traen cultural. El
trabajos
(ganador
Ensayo de 1957 vidad); Hans.
dos
de la Asocia-
dad de Puerto Rico interesante material primero,
Gullón;
de José
del
del Festival Meyerhoff;
R.
Premio de NaFran-
cisco Arriví; Eugenio Florit; Armando Rojo León; Hugo Rodríguez Alcalá; Gabriel García Narezo; Alfredo A. Raggiano; Ricardo Gul'ón. En este número reseñan libros José Emilio González, Pedro Juan Soto y María Teresa Babín. En el segundo, ofrecen trabajos Francisco Matos Paoli; José Echevarría (Segunda parte de su ensayo preciado); Manuel Durán; M. Joglar Cacho; Amparo Gastón; J. Lezama Lima; José Luis Cano; Ri-
Es
no
QUE
HAY
Ldis
una
pueda
un mayor critos por
Salazar,
tura poética. Vaya esta sola estrofa:
Babín;
María:
lástima
que
número autores
sin
engrandecemos
SAN JUAN PUERTO RICO
y el agua
toda
sobre
ella,
tanta.
cul-
LA PAZ, Edición Especial, Nov., 1958. Este nuevo periódico que dirige Ramón Díaz Cruz, dedica esta edi-
más
el acervo
¿Por
qué
no
ha-
ción a la memoria
—singular
y
novedoso—
lleno
tores,
de
preciosas imágenes, de Violeta López Suria. Es además una poesía rara, de entronque casi mística, que va a las claras diciendo que la au-
cada
día madura
más
de Federico Jo-
liot-Curie. Trae fotografías de algunos dirigentes políticos del país, y trabajos abogando por la paz mundia!, a la que dicen los direc-
DILUVIO, Imp. Venezuela, 25 págs. poema de Violeta López Suria. Muchos nos gusta este poema
su sol-
dedican
el periódico.
Cola-
bora además en la publicación, Juan Antonio Corretjer, de quien se reproduce Su trabajo “Música contra
Bombas”. tos
Paoli,
También que
Francisco
escribe
un
Ma-
interesan-
-te artículo intitulado “La Paz Puertorriqueña en Peligro de Muerte”.
£l Secreto de la Poesía Por
WILLIAM
Los poetas son los que nos ayudan a amar. (GAsTÓN París) Dotados de imaginación inquisitiva y fina sensibilidad, los poetas descubren verdades que la filosofía no es capaz de intuir. Después, con la palabra precisa, certera, las develan para que las podamos ver y comprender. Platón, celoso de esa extraña facultad, decía que eran unos imitadores de la vida. No ad-
H.
MONTALVO
el poema del Dante o como Rubén Darío a los discipulos de su remozada poesía, por los senderos de la ilusión, la belleza y el sentimiento. Repitiendo a Gastón París, ellos son los que nos ayudan a amar y a soñar, pues que la imagen predilecta de su arte es la mujer, o el amor, que al cabo son una misma cosa. Casi todos han amado.a la mujer y sus encantos; Urbina y P. H, Her-
nández
cantaron
de
teriosa
de
la intuición ni su apasionado amor a la belleza. El amor, el vino, la vida y la muerte, el cielo y el mar, la ausen-
manos
y Mallarmé
cia y la nostalgia, en fin, las cosas
mujer, el amor, da a la vida, como decía Michaelis, apariencia de paraíso. Tan necesario es a nuestra
virtió
Allen, Esq. San José
quieto
alada ya en tu entraña
de trabajos espuertorriqueños,
tural de la is!a. cer el intento?
EN
Campos 2
embargo,
Porque por buenos y en realidad los son casi todos, los trabajos debidos a plumas del extranjero, lo cierto es que no es de ese modo que
USTED
“Tibrería
ejemplo
Y encontrarte de pronto con una claridad de ausubo sólo un arca flotando
ASOMANTE
ofrecernos
como
Cani-
Gonzá'ez.
EN LIBROS
PIENSA
Da-
lo que daría mayor estímulo a los mismos para seguir escribiendo.
DUDA
CUANDO
PIENSA
Teresa
José
tora
NO
Esteban
mián Carlos Bayón. Reseñan libros
y los
yen
en
ellos
sentires
las fuentes
bles de
la gracia
del
mundo
eternas
su inspiración.
divina
constitu-
e inagotaNada
esca-
pa a su sensibilidad y siempre nos llevan de la mano, como Virgilio en
los
a la belleza
ojos,
Verlaine
se
misa
inspiraba
las
a
la vista de una hermosa cabellera. Y es que ese puro sentimiento que nace de la contemplación de una
existencia, con razón lo dijo Tennyson, que más vale haber amado (Pasa a la página 56)