Artes y Letras (ene. 1959)

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Año

del

Centenario

de Luis Muñoz

Rivera

antes ylelras 2da. EPOCA

MENSUARIO

DE

CULTURA

SAN JUAN, PUERTO

RICO

- ENERO

1959

EN

ESTE

PERSPECTIVA, Laguerre.

HOSTOS:

PS

| 3

EL

25

NUMERO

columna

mensual

UBICACION

de

Enrique

FILOSOFICA

A.

EN

AME-

TRAGICO DESCONOCIMIENTO DE TOS EN PUERTO RICO, un Editorial.

HOS-

RICA,

¿

NUM.

por J. Paniagua

Serracante.

4

HOSTOS Y AMIEL, en “Los Hombres de Ayer” de Pedro de Alba. LA CONDICIÓN

HUMANA,

tura Puertorriqueña) llester. LA

GESTA

DE

MORIVIVIR,

FIDEL

(En

(Diálogo sobre la Cul-

por

Manuel

CASTRO,

una

Tarjeta

Méndez

Ba-

otro Editorial.

Navideña)

por Nés-

tor 1. Vincenty. POEMAS DE NUESTRA DE NAVIDAD DON

(Según queño

EUGENIO

el retrato Félix

hecho

Bonilla,

rífica en el Primer

II

tituto

de

MARIA

por

premiado

Concurso

Cultura

DE

HOSTOS

el pintor con

LIBROS

puertorri-

mención

REVISTAS,

(Sección

EDICION

a cargo

de

Josémi-

lio González.

hono-

de Pintura del Ins-

Puertorriqueña.)

Y

PASADA

¿QUE

SABE

nuestra.

USTED

DE ESTO? "

Una nueva sección


NUESTROS COLABORADORES

PERSPECTIVA

ENRIQUE

Por Curayue A Apia

A.

tro mejor sualmente

LAGUERRE,

nues-

novelista, escribe esta columna.

men-

J. PANIAGUA

sayista la

En los países civilizados el fomento artístico es óbra fundamental empresa privada. Es de lamentarse la extraordinaria limitación

de de

filantropía entre nosotros. No hay tradición filantrópica que estimule la creación artística con el establecimiento de museos, parques, academias, escuelas, tal como mirable el que algunos - tanto

fervor,

sucede a menudo en otros países, Me parece de nuestros hombres de negocio patrocinen,

la Univeridad

Es de rigor admitir

sic

nai ci,

A

——

mayor

importancia

Santa

que

María

el currículo

a la capacidad

debería proveerse alguna na habilidad creadora.

educación

de

adcon

Ponce.

de nuestro

sistema

escolar

o vocación

artística.

eficaz

los estudiantes

para

Por

no

da

lo menos, con

algu-

Hace bien el Instituto de Cultura en establecer talleres de escultura, tallado y tejido. Esos menesteres están bastante abandonados entre nosotros. De las artes, quizá sean la escultura y la arquitectura las más atrasadas. Quizá por eso no nos preocupamos mucho por la apariencia arquitectónica y la escultura van siempre unidas. Obsérvese con cuidado, por ejemplo, un templo gótico y se comprenderá. Las figuras esculturales incluidas en el plan de monumentos como las catedrales de Chartres y Notre Dame son numerosísimas. En nuestro medio, los edificios se distinguen por su desnudez arquitectónica. Ya ni icuiera se tiene en cuenta la sobriedad de líneas y la reposada elegancia de edificios como La Intendencia. Se importan unos estilos que no responden a las condiciones de nuestro Cima ni a las peculiaridades de nuestra tradición. Bien podrían aprovecharse, digamos, los talleres del Instituto de Cultura, para llevar allí a todo joven con habilidad para esculpir. Aquí es donde es más urgenie la integración, la intercolaboración. Rendiría mucho beneficio la labor de una comisión experta dedicada a estudiar un modo eficaz de coordinar servicios públicos. Sin duda, en la actualidad se pierden algunos buenos propósitos y un caudal de energía por la ausencia de una: amplia coordinación. Pero

no

son

sólo

la

escultura

y

la

artquitectura

las

que

carecen

de

estímulo. A pesar del hervor creador literario, musical, pictórico actual, nos hace falta un plan educativo estimulante. Bastante se ha hecho con los diversos certámenes, concursos, el Instituto de Literatura, el Instituto de Cultura, el establecimiento de museos, salas de exposición, Or-

questa

Sinfónica,

nuidad

fecunda

etc. de

Bastante.

todo

Pero

falta más, sobre

todo

una

conti-

eso.

AA

Tenemos suficientes pintores educados en el exterior para poder fundar una escuela de pintura que busque aprovecharse de nuestro am-

biente y cree una manera más particular de interpretar el alma puertorriqueña. Cada vez me convenzo más de que nuestros pintores no apro-

vechan ampliamente las luces y los motivos del ambiente puertorriqueño. Son muchos lo: interesantes motivos que parecen Probablemente esté equivocado, pero no se advierte histórica y geográfica en nuestros pintores. Claro,

conciencia

no

es

sólo

histórica

a

nuestros

y geográfica.

pintores

a

También

no verse en la Isla. una clara conciencia

quienes

les

falta

esa

clara

y a los mú-

sicos. Esto me hace repetir lo que siempre he sostenido: no ahondamos en nuestra historia; a veces damos la impresión de esiar en el aire, de sólo preocuparnos un presente de dudas y de no querer eserutar nuestro porvenir.

En multitud de ocasiones he escuchado a: los hombres representativos nuestros

quejarse

del pesimismo

de nuestros

literatos.

—Pasa a la Página 16—

Se lo he

escucha-

en-

valia.

MANUEL MENDEZ BALLESTER, dramaturgo y novelista; de lo mejor

de

nuestra

NESTOR

hora

que

ción

nuestra

en

presente.

I. VINCENTY,

escritor,

inicia

así

médico

su

y

colabora-

publicación,

JOSEMILIO GONZALEZ, poeta y crítico, actualmente Profesor de nuestra Universidad PEDRO

DE

ALBA,

yista mejicano, mos

este

el

gran

ensa-

de quien reproduci-

bello

el último

trabajo

número

aparecido

de

en

CUADERNOS

AMERICANOS.

En el próximo número Debido a la falta nos fue posible dar los

de espacio no paso a todos en

anunciáramos

que

poemas

Navidad, de Especial la Edición de Florigelio de nuestro dentro ComenzanPoesía Puertorriqueña. próximo, do pues con el número que se los todos sino publicaremos ellos. de algunos fuera, quedaron Sucesivamente entonces, publicare-

mos los demás. En el próximo

ofrecere-

número

mos además una Entrevista con el puertoy Musicólogo Compositor rriqueño, Amaury Veray, recientede Italia, donde mente regresado del Instituto beta estuvo con una

de

ciones.

Si le interesa

nuestra

música

no deje de entrevista.

de

saber y

ayer

de

leer

compost-

otras

y

ópera

una

rando

prepa-

Puertorriqueña,

Cultura

Además

a los literatos

SERRACANTE,

y crítico de gran

esta

sobre hoy,

de

interesante

la columna

mensual

de Enrique A. Laguerre y la de Manuel Méndez Ballester, ofreceremos a nuestros lectores también un

trabajo torno

radial a “La

leído

Poesía

en

España

en Puerto

en

Rico”

de Cesáreo Rosa Nieves y otros trabajos tica no a hora

de interés. También una críde Josemilio González, en tordos libros de filosofía de la presente.

Y


ENSAYO

DE

ERITICA

HOSTOS: UBICACION FILOSOFICA EN_ AMERICA Por

Indudablemente

que

las

corrientes

J. PANIAGUA

filosóficas

de

tante los grandes logros artísticos y literarios de última hornada, que han dejado ya un gesto afirmativo en la creación pura de lo que bien pudiéramos llamar

Europa han modelado en cierto modo nuestro pensamiento, canalizándolo muchas veces por sendas alejadas de nuestra autenticidad. Pueblos jóvenes como

los de

América

tenían

en

un

principio

una

genuina

modalidad

que

venga

en

la fuerza expresiva América.

Occidente. fermentos de crearse

realidad

de

verdad

hispano-americano

en

el pretérito,

que

las fuentes originarias de la cultura de Pero sin duda alguna, aprovechando los subsistentes de ese haber hereditario habrá a ser

beber

como

un

Si

nue-

Durante el imperio español, el pensamiento de Santo Tomás y del Duns Escoto estructuraron la médula de la enseñanza superior en los centros universitarios del nuevo mundo y el escolasticismo, al unísono con las más puras doctrinas del cristiánismo, formaron lo fundamentos iniciales de nuestra evolución

ASA

No

quiere

esto

más

decir,

elevado

como

de la cultura,

han

pretendido

en

del alma >

reencontrada

existe

un

de nuestra

pensamiento

éste ha

tenido

su:

magna concreción en el orden político y social. Después de las geniales concepciones e ideales de Bolívar, inspirado directamente en la realidad americana, después del realismo económico de Alberdi y Sarmiento, que propugnaban por el desenvolvimiento de la riqueza y por la educación práctica y popular; iníciase la era positivista, de fuentes europeas, caracterizada entre otros, —por el mismo Hostos, pero superada por él, hacia una posterior etapa idealista, debido al fondo ético que condicionaba su obra toda, hasta que vino el idealismo de Rodó a encauzar el pensamiento en sus manifestaciones culturales hacia un humanismo estético.

vo mundo espiritual rico en originalidades y de trascendental alcance, por lo que significará para el humano linaje en los siglos venideros.

filosófica en el aspecto

SERRACANTE

algu-

nos, que las Universidades Hispanoamericanas durante la unidad española, estuvieran cerradas a corrientes filosóficas heterodoxas. Empezando por los filósofos antiescolásticos del Renacimiento, siguiendo con

Es muy difícil precisar a veces de un modo inequívoco la tesis definida de Hostos en relación con ciertos problemas fundamentales dada cierta ambi-

los excépticos,

tativas de justificaciones que hoy ni certeza alguna aún en el campo cia. Lo que sí podemos subrayar

así como

con

los más

moúernos

gúedad ideológica.

refor-

madores y racionalistas, los representativos del nuevo derecho natural, como aquellos que se inspiraron en el racionalismo cartesiano o en sistemas desarrolla-

dos

del cartesiano,

fueron

enseñados

desde

las

la oposición

cáte-

miento

y honradez

científica. del

conocimiento,

exposición

la tesis de los Enciclopedistas,

tan

y

aquellos

ser objeto

hispánico

y al pensa-

ingredientes

fuentes

de

nuestra

originarias,

de preterición

que

o menosprecio,

no sino

llevados

toriadores como

para justificar y dar fundamento,

el orden

político

a la causa

pueblos

hispánicos,

ya

y doctrinas

que

emancipadora

tuvieron

esencialmente

en más

y

en

de nuestros

abundancia propias

nuestro

auténtico

pensar,

sin

desconocer

que

to-

do paso de avance en el orden cultural conlleva im-

crí-

traídos y que ejercieron, sobre todo en lo político, cierto influjo en la mentalidad criolla, aunque no tan decisiva y predominante como presumen ciertos his-

argumentos

a

de nuestras

no tienen validez mismo de la cienes que representa

acopladas para ulteriores desenvolvimientos que afian-

£

tica de

diremos

tomista;

debieron zara

Nada

al tradicionalismo

vieja cultura,

dras durante mucho tiempo y sus obras fueron analizadas y criticadas dentro de la mayor escrupulosidad

Encontraremos quizás muchas ten-

y

auténticas.

plicitamente

contenidos

anteriores

superados.

No hay que olvidar que en la formación espiritual de Hostos, influyeron en un principio las corrientes del racionalismo imperante en España, durante el apogeo de Krause, importado, traducido y comentado por

Sanz del Río. Krause, a su vez influenciado por el idealismo germánico fué vehículo de corrientes antitradicionalistas

en

el pensamiento

hispánico.

Cuan-

do tal apogeo tuvo sus efectos en la península Ibérica, Posteriormente la influencia casi dominante del pensamiento francés dio sustancia a: la forma castiza

ya

de impecable

sitivista.

vestidura hispánica

en los escritores

de

las recién emancipadas repúblicas. Tal predilección marcó un segundo coloniaje espiritual que aún perdura en lo más elevado de la intelectualidad, no obs-

teníamos

a

paulatinamente Sin

Hostos

bebiendo

prepararon embargo,

su

aquella

las

enseñanzas

decidida influencia

actitud del

que

poidea-

lismo que en un principio pareció borrada por la honda huella

que

el positivismo

en

toda

—Pasa a la Página 18—

su amplitud

ha-

:


MORIVIVIR

NOS VISITA MANUEL PAREJA

En una tarjeta de Navidad Por

Acaba

de

de

morir

distrofia

enfermedad

cho

crisis

mi

hijo

muscular su

Francis

progresiva,

incurable

en

Néstor

que

ha

he-

adolescencia.

Con su muerte acaba también de morir una ilusión tan querida como su vida: la ilusión de que el hijo que expiraba era MIO, ¡Cuánto engaño hay en esa ilusión! Ahora comprendo que ni siguiera la cosa más insignificante puede ser mía. PIT

Mucho

menos

la vida

de

ese

hijo,

condenado por su destino a vivir trece años al borde de la muerte cargando con la cruz de su incurable enfermedad. : En este instante en que deja de latir su corazón comprendo que realmente nada puede ser mío. El poseer es una ilusión que se forja

el yo en su afán

de existir

costa

entidad

como

una

de los demás.

a toda

separada

Pero al llegar la ho-

ra de la muerte, ¡la muerte llega y lo arrebata todo, inclusive ese falso sentido de separación! poseer

es

un

alucinación,

El

en

que

espejismo,

uno

goza

una

por-

que imagina que algo es suyo, —suyo. Pero, en verdad, uno no puede poseer nada, porque uno no es na-

die,

porque

el

una

larga,

una

yo

no

pasa

larguisima

de

ser

ilusión

de continuidad compuesta por ilusiones que fabrica la mente como castillos en el aire para encerrar la identidad del yo, en el cual no alienta el amor, pues cuando hay amor no hay aislamiento, no hay

de manos,

Pareja,

1. Vincenty

que

lo

la visita del señor Manuel

Editor

de

renace

eterno,

en

lo

teramente

el

presente,

que

desconocido,

libre

de

lo

causa

y

es

en-

la

saludo más cordial.

efecto.

Para vivir el infinito. presente, es preciso no pensar, no sentir, no soñar, Al pensar, al sentir, al soñar, quedamos atrapados en la ilusión del yo y lo mío, de la cual hay que libertarse para morivivir en el presente, que es la únidad Realidad. Río Piedras, Puerto agosto de 1958. FELICES EA

Rico,

a 21 de

NAVIDADES

Pg

TP

AS

Nomenaje a De Hostos Como todos Social Eugenio

única

los años, el Hogar María de Hostos, la

institución

que

hoy

por

hoy

Rincón de Gautier, Alcaldesa de la Capital; Luis A. Ferré, Efraín Sán-

chez

Hidalgo,

Secretario

de

Ins-

se O0cupa de honrar la memoria del ilustre coterráneo, año tras año, celebró el pasado día de su natalicio, un acto digno de toda recorda-

trucción; Ernesto Juan Fonfrías, Presidente de la Sociedad de Escritcres y Periodistas; y Juan An-

ción como los anteriores.

Jorge Quintana, el gran periodista cubano, que por tener que ausen-

titución

lleva

campaña

a cabo

Esta ins-

a la

vez

una

para dotar a Puerto Nue-

vo, frente

a su Escuela

Intermedia,

de un busto- monumento

del insig-

ne Maestro de Maestros, y a la que debe cooperar todo buen puertorriqueño. El busto será obra de un gran escultor español. Participaron en el acto de este año, como Maestro de Ceremonias,

Héctor

Graciani;

Principal

de

la

José

W.

Benítez,

Escuela;

Felisa

tonio

tarse

Corretjer,

quien

súbitamente

la

isla,

la

celebra-

ción los alumnos Rondalla ciani.

que

Héctor

Gra-

:

El Presidente de la entidad, Bartolomé Paniagua, exhortó a los asistentes a continuar manteniendo viva la memoria y vida y actos del ilustre patricio.

Hermanos Esq. SANTURCE

MATRICULESE

Estrella

HOY

DON JESUS FIGUEROA :

no

de la escuela y la

dirige

FIGUEROA Tres

a

de

ACADEMIA DE MUSICA

Calle

sustituyó

pudo asistir. al acto. Amenizaron además

posesión, no hay continuidad. Con la muerte de “mi” hijo ucaba de morir la vieja “ilusión del yo y lo mío. Muerta la ilusión, adviene la realidad, que sólo puede vivirse cuando el yo muere en vida sin necesidad de que muera el cuerpo. Al morir mientras se vive, —al morivivir—, cesa la continuidad, ya uno no posee nada, no desea nada. Uno es nada porque muere al pasaGo y al porvenir. Y lo es todo por-

“RUMBOS”

“gran pequeña” revista española, que tanto espacio dedica a nuestros escrito res. Ojalá pudieramos algún día recom pensarle tan entusiasta momento, en su propia tierra. Una vez más, nuestro

DIRECTOR


esyle iras

Puertorriqueños San Juan, P. R.

MENSUARIO

DE

CULTURA

Director

JUAN

BAUTISTA

JUNTA Emilio

S.

DE

PAGAN

CONSEJEROS

La Biblioteca de Autores Puertorriqueños se complace en

Enrique A. Laguerre Vicente Geigel Polanco Luis Palés Matos Luis Hernández Aquino J. Torres Martinó Manuel Méndez Ballester

Belaval

Nilita Vientós Gastón Margot Arce de Vázquez Josemilio González Fernando Sierra Berdecia Manuel García Cabrera

ofrecer

colaboración será solicitada. Dirija tuda correspondencia al Director, Calle Arecibo 414 - Hato Rey CORRESPONSALES EN NUEVA YORK Juan Avilés — Angel M. Arroyo — Emilio Pagán García AGENTE CORRESPONSAL Ramón Ruiz de Hoyos, 1333 Quinta Avenida (cerca de la Calle 112) Nueva York la

cooperación

del

instituto

de

Cultura

Antonio

EDITORIAL

las pruebas nucleares, permanente.

come

Es por eso también,

que

paso

S.

nos

regocijamos

de

en alguna

parte

del

lugar y tiempo, como hizo ver claro Hostos, son destructores del espiritu humano, y todo lo que él representa en términos de civilización y cultura. Ahora cuando la humanidad entera, aquella, es decir, que siente y trabaja por la paz y por el orden y los principios cristianos en la tierra, bate palmas y lanza sus campanas al aire, con el triunfo de Fidel Castro en Cuba, también nosotros, desde este humilde rincón puertorriqueño, ensanchamos el corazón y abrimos nuestros entusiasmos, para felicitar al hombre y al héroe, por su gesta que viene a engrandecer más el pensa-

de

su ilustre

coterráneo

Martí,

que

estuvo

siempre

un

dólar

(1.00)

el

ejem-

Aproveche

Ordene

esta oportunidad.

su colección hoy mis-

mo. Nosotros pagamos

el fran-

queo.

de la paz

orbe, se da un golpe mortal a las tiranías y despotismos, que en cualquier

miento

Rivera Chevremont H. Todd

plar.

a la consecución cuando

Pedreira

Estos libros se venden en las librerías a un precio no menor

ha significado siempre por su alejaconlleve una actitud o pensamiento quiere decir que no tenga principios la hora presente, Es por esto desde luchamos, porque cesen en el mundo

inmediato

de

R. Quiñones

Evaristo Roberto

ARTES Y LETRAS se toda lucha o acción que cualquier indole, eso no y sienta con el mundo, alentamos, exhortamos y

el precio

Laura Gallego Enrique A. Laguerre

Puertorriqueña z

La Gesta de Eidel Castro Aunque mienío de político de libertarios luego, que

por

José S. Alegría José A. Balseiro Emilio S. Belaval Tomás Blanco

Samuel

OTRO

de diez

cinco dólares ($5.00). Esta colecaión comprende libros de los siguientes autores:

Toda

Esta Revista agradece o su publicación.

colección

temporáneos

—SUSCRIPCION—

NOTA:

una

libros de los más conocidos autores puertorriqueños con-

contra

Biblioteca de Autores Puertorriqueños

Apartado San

522

Juan,

Puerto

Rico

Pueden enviarme la colección de autores puertorrique-

ños cinco

por

el precio

especial

de

.......on...o.o.ssss

sos

dólares.

todo

desmán y contra todo dominio, y contra los que en su propia tierra eran como él decía, “deshonra y desgracia”. Hoy que honramos de nuevo la memoria de nuestro gran Hostos, recordamos también que fué él quizás más que muchos cubanos mismos, aún aquellos que murieron en la manigua, quien más fuerza, más sacrificios, más sufrimientos tuvo para la causa de la libertad cubana. No hay duda pues que el triunfo de Fidel Castro sea para su espíritu, un triunfo más de sus propias ideas de redención. Sólo réstanos ahora pedir a Dios que vuelva la serenidad a su amor por Cuba y entre los hombres que le acompañaron en su gesta, en y fuera de sus filas, para que se restablezca cuanto antes, un estado de cosas que honre más aún la memoria de Martí y de Hostos. ¡Que la gesta de Fidel Castro no se malogre con sangre de inocentes! Fué demasiado grande para que así se pierda. ¡Dios lo ilumine!

e...

......

tn...

o. ..o.o.o......o.o.o

.


CC

ditonial

EL TRAGICO DESCONOCIMIENTO DE HOSTOS EN PUERTO RICO Lo que ocurre con la figura más ilustre, más grande, más patriótica, más inconfundible, más propia de orgullo en cualquier parte del mundo, la figura de

A AS

MARIA

DE HOSTOS,

en nuestro país,

es verdaderamente trágico. Es de esas figuras que como la de Marti, Bolívar, Sarmiento y Sucre, por no mencionar sino aquellas de nuestro Continente, con las cuales puede comparársele, aparte de Bello, se le debía tener en tal concepto, en tal cariño y en tal diario pensar de este pueblo, que debía constituir lo que las que hemos mencionado, constituyen para los pueblos donde tuvieron la dicha de ver la luz del sol por vez primera.

RU

IR

AM

RIA

a > 0

DON EUGENIO

Desgraciadamente

intelectuales,

y lo que

dores

del

momento.

de

isla

o sobre

la

mediato,

en

las

quiera el nombre

no

es

es

casi

Cada

algunos

que

no

se

así.

Ni

peor,

rato

los

aparece

áspectos menciona

de Hostos.

siquiera

para de

para

una

su

para

los

historiahistoria

pasado nada

ni

insi-

Por otro lado, en las es-

cuelas públicas, y nuestra Universidad, no se le estudia, y en las privadas, menos.(1) Como que se le tiene miedo a su nombre y a su vida y a sus luchas. El único argumento que pueden esgrimir los que tan aviesamente han realizado esta obra de olvido imper-

donable, es que Hostos pendencia

de Puerto

defendió

Rico,

toda su vida

Pero

un

la inde-

argumento

así, lo

que hace es hacer daño a quien lo esgrime y más que nada, hablar muy mal de los que lo sostienen y más aún de todo nuestro pueblo. . Pero, aceptando que se pudiera decir esto como terrible excusa para tener en tal olvido la figura de nuestro enorme Hostos, puede sostenerse sin embargo, que él mo solo fue maestro

del patriotis

en ese sentido, 'sino que

tividades de sí maravillosa existencia, dejar para la posteridad que es mucho

cúmulo

de lecciones

en

rectitud

de

en

otras

ac-

supo enseñar y mejor, todo un

carácter,

del jui-

cio mesurado, razonador y equitativo de las cosas y los hechos, y el diario manejo de nuestro pensamiento y nuestras acciones, en fin, en la moral ciudadana y el espíritu de justicia que debe acompañar siempre a todo ser humano. ¿Qué mejor enseñanza que ésa para nuestras escuelas?. Es la enseñanza de aprender a ser hombres, que fue el empeño tenaz de Hostos en

su también

olvidada

doctrina

docente.

tantos

y tantos

problemas

que

a diario

tundo

NO.

Lo que comprueba que donde es más trágico el desconocimiento de Hostos es precisamente entre la elase intelectual del país. Este pasado año se celebró como todos los años, el Festival de Navidad, en el que se incluye un concurso de teatro. En él se dispensa

un

premio

dez García, tinguida

dicho obra

hija,

Piri

concurso calcada

en

nombre

de quinientos

Fernández

concurrió en

un

del

largo

Dr.

Eugenio

dólares, obsequio de

Lewis.

el Director ensayo

que

Fernán-

de su dis-

Pues

nuestro, sirvió

bien,

a

con

una

para

una

conferencia suya en la ciudad de Nueva York, (dictada ante tres instituciones distintas de aquella urbe) sobre Hostos. La obra, dividida en un Prólogo y Dos Jornadas, tuvo la aceptación entusiasta de dos de los hijos del ilustre patriota, don Adolfo de Hostos y don Filipo de Hostos. Además, históricamente, la obra estaba fundamentada con la más necesaria y completa bibliografía. Y principalmente, era el propio Hostos quien hablaba y estaba a través de la misma. Aparte de que técnicamente, (se utilizó el estilo épico Bertolt Brecht, también utilizado por Wilfredo Jiménez, en su excelente obra “Pasión de Florencio Sánchez”, que tanto éxito obtuvo en su tierra natal) la obra titulada “HOSTOS EL PEREGRINO” estaba bien escrita. Pues para que se asombren nuestros lectores, el jurado compuesto, esto es lo más doloroso, por personas que sabemos conocen de teatro, ni siquiera le dieron a la misma una mención. En lo que hemos apuntado antes, los menos que conocen a Hostos en nuestra tierra, desgraciadamente, son nuestros intelectuales. No el balde, podríamos hoy repetir con 900000000000000000000000000000000000000

Por otro lado, ahí están sus innumerables trabajos científicos, sociológicos, políticos, sociales, administrativos, que sirven mejor que muchísimos tratados modernos, para orientar, guiar, establecer y definir, hombres de nuestro gobierno y nes. Recordamos de paso, que Hostos, don Adolfo de Hostos, Rico, no hace mucho llamaba

gobierno, sobre las lecciones constitucionales de su padre, que según él, y con mucha razón, servían para buscar solución y remedios a unos cuantos problemas de esa índole que afrontaba el mismo. ¿Por qué no se estudian o se tienen en cuenta esas lecciones, incluidas en una veintena de libros y estudios particulares del inmenso puertorriqueño? Pero pregunte usted a un estudiante de derecho nuestro y tal vez a muchos abogados, si conocen estas lecciones y puede darse por descontado que la contestación es un ro-

acosan

a los

a nuestras institucioun distinguido hijo de Historiador de Puerto la atención a nuestro

CORTESIA

DE

CESAR ABDALLAH POR TALA Nueva

York


Bonafoux, están las cosas tan malas en este país nuestro, que por obra del destino o sabe Dios de qué estrella, tiene y soporta dos Constituciones, dos banderas, dos tipos de leyes y todo casi al doble de los demás pueblos, incluyendo :a miseria y la confusión

tos más notables o más propios. de la ocasión. Ocaiones ha habido sin embargo, en que ni siquiera una sola línea recuerda a sus lectores, tal acontecimiento.

y la incomprensión.

ARTES Y LETRAS con orgullo, es casi una excepción, puesto que desde su fundación ha venido dedicando número tras número, atención a su figura y a su genio y a su personalidad. (Anunciamos de paso, que esta práctica nuestra, será intensificada de ahora en adelante, como medio de dar a conocer más, dentro de nuestra humilde dimensión cultural, quien fué Hostos y cuál es su valía para nuestras generaciones presentes y futuras.)

y al hombre

Y junto

_——

|

entero

al homenaje,

y grande

páginas

que

completas

fué de

sus

Hostos

por

hoy

lo

que

todos

los

de

e

campos

vez

en

establecido

imperdonable y en

cuando,

trabajo sobre su vida.

dejamos

desconocimiento en

sólo

un

todas

sobre

olvido

el.

de

las actitudes

de

nuestra vida de pueblo civilizado. Pero esto no quiere decir, que hemos terminado. Seguiremos hablando sobre el tema, hasta ver si un día se despierta la conciencia puertorriqueña y descubre a su más grande y más noble y más genial figura. Sobre todo, nuestra clase intelectual, a la que debía sonrojar tal desconocimiento

(1)

Hostos. escri-

de

Hostos.

La única excepción es un cursillo que se ofrece bajo la dirección del Profesor Francisco Manrique Cabrera sobre Hostos y la labor de un grupo que bajo su misma dirección, se constituyera para honrar la memoria del insigne puertorriqueño.

Dedicado al Servicio de Puerto Rico desde 1893 BANCO POPULAR DALIA AU

ERA

AICA

ALE ARA

de

SAN

JLAN

PUERTA RIO

SANTURCE

Parada

17

Porada 22 Parada 26 BARRIO OBRERO PUERTO NUEVO BAYAMON CAGUAS VEGA BAJA

DE TIERRA

PIEDRAS

Muñoz

Rivero

Plara de Mercado Universidad de P.R. HATO REY MANATI AGUADILLA RAMEY AIR BASE PONCE CcOoAMC

2 AS

Valga

trágico

culturales,

o se publica

Mor.

revistas

MARIO

triota

las

ANDA LI CTC:

La prensa diaria es también culpable de este olvido sin excusa. Sólo de vez en cuando, porque no es siempre, cuando llega el día de su natalicio, se publica acaso una notilla sobre el acontecimiento y nunca o muy rara vez, un retrato suyo, con el consabido pie de “Hoy nació o se recuerda el natalicio de Eugenio María de Hostos”, y nada más. En cualquier otro país, un día de esa naturaleza, los periódicos todos dedicarían largas columnas homenajeando al pa-

en

MARS

Un intelectual peruano (del Cuarto Punto) se extrañaba terriblemente de que al pisar tierra puertorriqueña, no encontrara aquí una estatua que recordara con la dignidad de todo pueblo civilizado, la figura de su más grande hijo y patriota, a quién él, nacido en otra tierra, veneraba tanto. Cuando le llevaron a la estatuilla del parquecillo no siempre bien oliente, en las cercanías del correo principal de la ciudad, no tuvo menos que sentirse muy triste por Puerto Rico y su gobierno, un tanto avergonzado como hijo del Continente a quien tanto dió Hostos, de semejante trato.

Y

se le menciona


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HOSTOS

Y AMIEL

LOS

HOMBRESDE AFER Por

“Todas las debilidades humanas actúan o pasan por la escena en el Diario Intimo de Amiel; coalición cambiante y momentánea, ellas no celebran alli victoria o conquista alguna. La ley del deber y la inteligencia soberana eliminan el sentido de la ironía. El fondo del drama de Amiel no es la derrota ni la desesperanza,

es el heroísmo.

Todas

sonancias

se

el

supremo

acorde

ciencia

moral

(BERNARD

las di-

desvanecerán

del

BOUVIER,

de

en

la

con-

espíritu.—

(Introduc-

ción a los fragmentos del Diario Intimo, Colección Helvética, Ediciones George y Cía., Ginebra,

1922),

Si se hace ciosa, quizás

]

una encuesta minuse llegue a descubrir

ría de los héroes del pensamiento. Propensos a la soledad; devotos del

Diario

de

Hostos.

que a la producción autóctona. Se puede invocar la disculpa de que el Diario de Hostos se mantuvo inédito por muchos años, en tanto que el de Amiel circuló en gran escala y se tradujo a varios

idiomas

desde

fines del siglo XIX;

poco tiempo después de la: muerte del autor. ¿Qué semejanzas o afinidades pueden existir entre Enrique Federico Amiel y Eugenio María ¡de Hostos? El ginebrino nació, ha-

blando

en

términos

decimales,

veinte años antes que el puertorriqueño; los dos vivieron en una época de intensa lucha en el mun-

do entero;

uno fué solamente hom-

bre del siglo XIX, en tanto que a Hostos le tocó ver la aurora del siglo XX. Los dos fueron espíritus atraídos por graves problemas y . estuvieron dotados de un profundo sentido de universalidad; sus ideas se cruzaron en los espacios infinitos y su voluntad se vio solicitada por preocupaciones del dia-

rio vivir. - Los dos

pertenecen

a la catego-

que

Enri-

al suyo.

hombre

ma

era implacable en el análisis de sus actos y de sus pensamientos. Existen algunas concomitancias

en vigilia. El

ginebrino

consagró

casi

toda

su vida a escribir su Diario Intimo;

Bouvier, de Amiel,

el excelente dice: “fue un

que pasó su vida juzgándo-

se a sí mismo”.

Esta

sentencia

de aplicarse también

que

no

dejen

de

impresionar:

era

ber.

Berlín, a los 26 años de edad;

Amiel

nunca

pudo

ser

hom-

bre de acción, en tanto que Hostos, venciendo su naturaleza contemplativa, se embarcó en las más atrevidas empresas. Las apariencias externas ran llevar a la conclusión

pudiede que

Hostos y Amiel fueron hombres

an-

su juventud

se empeñan

los

dos en la pelea con las ideas y en la discusión de temas morales. Hostos fue un hombre sin juventud, porque el apremio de la lucha lo hizo pensar en serio desde sus mocedades; Amiel por su parte, se queja de su adolescencia frustrada por falta de guías y de estímulos. Los dos se torturan desde temprano con su sed de infinito y su afán de ser hombres completos. El diario de ambos iba a ser su confidente, compañero y crítico, juez o interlocutor. Hostos y Amiel necesitaban confiarse a alguien y se concentraron en sí mismos; en

medio

de la soledad los acompaña-

ba el eco de sus propios pensamientos. Tal fue la génesis de las catorce mil páginas del diario de Enrique

Federico Eugenio

Amiel María

y la del Diario de de Hostos. Amiel

escribió sus catorce mil páginas en el correr de treinta y cinco años.

Las primeras

páginas

Hostos

la fecha

tienen

últimas son de 1903; te años en

los que

Amiel

comienza

su

estudiante

pue-

a Hostos, que

el Puertorriqueño, además del diario, escribió tratados que abarcan casi todas las dimensiones del sa-

Desde

el

tiempo

Amiel

meditaciones. Tanto el Diario de Amiel como el de Hostos 'aparecen como expresión expontánea del al-

de

que

menos

Alba

Bernard prologuista

típodas. Si se ahonda un poco en el examen, quizás se descubra entre ellos un paralelismo esencial,

Amiel

diario

.que Federico

de

examen de conciencia, aficionados a confiar al papel el fruto de sus

que en los círculos intelectuales de América se ha leído más el Diario Durante muchos años se pagó máyor tributo a las letras europeas

su

Frodo

diario

cuando

universitario

en Hos-

tos firma sus páginas de “Juventud” en Madrid, a donde había lle-

gado con el propósito de inscribirse en la universidad, tenía entonces 27 años. Hostos no pudo soportar la ruti-

na

ni el dogmanismo

de la Facul-

tad de Derecho y se convirtió voluntariamente en autodidacta. Amiel

también se escapa de las redes académicas y se dedica a la lectura de cuanto

cae

a sus

manos.

La

lista

de libros que uno y otro meditaron .y

la

variedad

inconexa

de

autores

que leían, nos ilustra sobre la “cultura dispersa” de ambos, según afirmación de algunos de sus comentaristas. Cuanto informe adquirían en las fuentes del saber

clásico

o moderno,

era

sometido

a

un examen rigorista; cuando algunas páginas aparecian en sus “Diarios”, ya habían pasado por un tamiz personal muy exigente. Hostos, predestinado aser hombre de lucha, tuvo con su prematura resolución de dedicar su vida a

la lucha por la independencia de Puerto Rico, una ventaja enorme sobre. Amiel. Su heroica actitud iba a sostenerse con el fuego de la

contienda;

no

certidumbres

hubo que

lo

tanteos

o in-

desviaran

de

su ruta. Amiel escribe a los veinte años y lo repite hasta los cuarenta,

del diario de

que está preocupado por encontra! su voqación. El paisaje perfecto

de 1866 y las

del lago Lemán, la admirable orga-

treinta y sie-

el*diario

fue in-

terrumpido por largos períodos; Eugenio María de Hostos dedicó a

nización

política

de

la

Confedera-

ción Helvética, el ambiente religioso que lo rodeaba, eran sedantes. Esto, que parece

una

bendición,

re-


sultó Amiel,

perjudicial para Federico que casi nunca dio cabida al

entusiasmo

cívico.

rece el título es él. El saber era

Si alguien

de

intelectual

como

una

obsesión;

Ai

cti

¿CAIGA

DT

sico

así, escribe en su diario:

A

mepura

“Será pre-

co y del aspecto exterior de esas grandes urbes; eran problemas humanos los que.se planteaban en comentarios llenos de agudeza. ¿Cómo viven, de qué viven y para qué viven los componentes de las

diversas

clases

ciso que yo vuelva a menudo sobre lo que me propongo y que todos los meses y aun todas las semanas haga un examen de mis progresos, sea intelectuales, morales o físicos”, esto da idea del ritmo calmoso en que vivía Amiel. Hostos en cambio escribe: “Con. fiésate tres veces por la noche”; para él la vida no tenía pausas, él, que pudo como pocos gozar de la

promedio

quietud

artes,

intelectual,

estaba

someti-

sociales;

dé-cultura

y

cuál el

es el

nivel

de

vida de IAS mayorías?, eran las interrogaciones del sociólogo. Algunas sentencias de Amiel podrían haber sido firmadas por Hostos, como aquella en que dijo: “Comprender

a

fondo

un

hombre,

sería ver el universo a- la luz del dia”... “Naturaleza, humanidades, astronomía, ciencias naturales, matemáticas, poesía, religión, bellas

historia,

psicología,

todo

de-

do «a movimiento acelerado. Ese balance de Hostos era como una admonición patética; cada día era necesario revisar los progresos de Ta causa en que estaba empeñado; cada noche se interrogaba sobre los adelantos intelectuales o mora-

be entrar en la filosofía como yo la concibo”. Hostos proclamó en todos los tonos que ser hombre completo era la profesión más importante. En un discurso a los maes-

les logrados

nalidades de la Educación: “Formar hombres en toda la excelsa plenitud de la naturaleza humana”. Para él era la filosofía, como para Amiel, la síntesis y el coronamiento de todo saber humano,

para

su carácter y hacer cuentas,

una

peseta

más,

la formación

también porque

de

tenía que si gastaba

se vería

expuesto.

a la bancarrota, Amiel casi no tuvo preocupaciones económicas; con esa sabiduría doméstica que ha adquirido el suizo a través de varias generaciones, tuvo asegurada la subsistencia con su trabajo de profesor y con los rendimientos de sus modestos bienes. Hostos, que no quería ser gravoso a su familia, ni mucho menos recibir favores de gente extraña, tuvo siempre la interrogación de cómo pasar el día siguiente. Amiel proclamaba principios de

moral pura, “con cierta voluptuosidad de hacer propósitos y declamar bellos consejos” que luego se sentía incapaz de seguir. Hostos sostenía la moral práctica, los principios éticos en acción y era capaz de todos los sacrificios para llevarlos adelante. Para los dos era el hombre el tema central de su meditación. Cuando Amiel hace su viaje a Italia, punto de atracción de los espíritus selectos del norte de Europa, no se embriaga«con el paisaje ni se deslumbra ante las obras de arte; sus impresiones las regitra en una escala de valores humanos; la moral

y la filosofía eran sus eternas compañeras. Las páginas del diario de Hostos, escritas en Madrid, Barcelona, París y Nueva York, se ocupan muy de pasada del medio físi-

tros de la República dijo su parecer sobre

Dominicana las altas fi-

Cerca de sus treinta años escribió en su diario Eugenio María de Hostos: “No hay soledad más favorable que la de nuestra voluntad, cuando sabe perseverar en el deseo; ni silencio más absoluto que el que hace en nosotros mismos el lento germinar de las ideas”. Enrique Federico Amiel pudo subscribir esas líneas con regocijada emo-

ción.

El amaba

ledad,

pero

el silencio y la so-

al mismo

tiempo

quería

ser un hombre de acción. “Con una voluntad enérgica podría ir muy Tejos con los intrumentos que poseo... Si yo no adquiero la volun-

tad, yo no seré nada.

Tengo

mie-

do de confiar en mí mismo”. Hostos tuvo la ventaja de saber lo que quería y a dónde iba. Sin ser un tipo dominante y voluntarioso por excelencia, siempre confió en sí mismo, a pesar de los reveses de la fortuna. El recusaba la voluntad atrabilaria y carente de sentido ético; pero una vez que se convencía de la justicia y de la razón de sus propósitos, perseveraba en ellos con una disciplina y un espíritu de sacrificio ejemplares, Los dos fueron esencialmente reconcentrados, eontemplativos y un tanto tímidos: en Amiel llegaron a predominar las inhibiciones y se convirtió en un cenobita y empleó

sus prodigiosas facultades de análisis y de meditación en el empeño de descifrar la esencia de las verdades absolutas. Tuvo mucho de místico sediento de infinito, como "djo Marcel Arlán de la juventud del final de la guerra de 1918. Es

conmovedor

y

admirable

Amiel

porque se le ve consumirse como una lámpara votiva en el altar de la inteligencia pura, todo lo sacrificó a la voluptuosidad de pensar. Siendo un hombre fisiológicamen-

te

normal,

como

algunos

misógino,

lo

quién

consideran sabe

hasta

qué punto haya sido una renunciación deliberada esa abstinencia, Quienes enfocan el problema de Amiel a la luz de los conflictos y deficiencias sexuales, no podrán entender a fondo lo que hubo de grandeza en este hombre que quiso responder a las interrogaciones más apremiantes del espíritu. La mujer, representa un papel

demasiado Amiel, fue la

gún

intelectual en la vida de

en tanto que para Hostos musa de carne y hueso, se-

cl decir de Rubén

Darío.

Ber-

ta Vadier y María Francisca Mercier, fueron las depositerias y herederas de sus manuscritos. Una de ellas su discípula predilecta y Fanny Mercier, su viuda espiritual. Fue mimamo y a veces perseguido por las mujeres; su hermosa cabeza varonil, su barba semejante a Ia de A'fredo de Musset, su voz suave, la irradiación de la inteligencia, su delicadeza de lenguaje, su refinamiento de maneras y sus ojos profundos, cautivaban a sus discípulas. Lo mimaban como a un ser que vive fuera de este mundo, le hacían obsequios de flores, de golosinas y de prendas de vestir que ellas mismas confeccionaban o tejían con sus manos. El se dejaba querer, según la expresiva frase castellana; a todas correspondía con alguna fineza; les dedicaba versos o una

página de su diario.

Una

atmósfe-

ra muy “mitad del siglo XIX” se respiraba a su lado: elegancia, cortesía, afición a los poemas o a los comentarios sagaces sobre acontecimientos de la época y un no se sabe qué de frágil, perfumado y sutil en la media luz de una sala de estudio. En

el amor

plativo

también

Enrique

fue

contem-

Federico

Amiel;

gustaba de analizar el carácter de sus amigas o enamoradas discípulas; se complacía en reconocerles su inteligencia, su espíritu infantil,

su desprendimiento

y su devoción


-

penas,

porque

era

un

“Es mi diálogo mi sociecompañero, mi confidente”, en plena madurez. “Es

también

mi consue'o..., mi eco, mi

propaganda gura

responsabilidades de la filosofía y

Hostos, sociólogo, educador y hombre de lucha Amiel piensa que su diario podría ser, no solamente su obra cumbre, su único legado a la posteridad. Para Eugenio María de Hostos, el Diario fue una .parte mínima de sus tareas literarias, casi un pretexto para hacer examen de conciencia; él se creía un hombre de

acción y no confiaba en la trascendencia de su pensamiento escrito.

de sus

viajes

a Italia

se convirtió

en

y un

sedentario y se- dedicó a enseñar literatura y filosofía en un -colegio de

Ginebra,

también

en

maestro,

tanto se

que puso

Hostos, a

y

partió

de

de

amar-

y- desesperanza.

escribir

Amiel

política

solo y colmado

aspecto de la vida y no quiso tener

tras de mí”...

Después

sensibilidad

Hay quien afirma que Amiel fue refractario a! matrimonio porque para él era más importante la labor intelectual que cualquier otro

amortiguador, mi itinerario psicologico, mi pretexto de vivir, casi la única cosa útil que puedo dejar

Alemania,

su

y

ejecuto-

de poeta. Fue un capítulo lumino<o en la vida del maestro, que se volvió sombrío porque Hostos no se creía con derecho a exponer a aquella adorable criatura al porvenir incierto del insurgente-trotamundos; él estaba ansioso por volver a Nueva York y continuar su

so-

litario. dad, mi escribió

luchador

inteli-

su

reco-

rrer la América de norte a sur y de sur a norte en su misión de revolucionario y animador de la Guerra de Independencia de Cuba y de Puerto Rico. En Lima, en Santiago y en Buenos Aires, enseñó en Colegios y fue redactor de los principales diarios y revistas de aquellas ciudades; siempre se consideraba de paso y no quería tener arraigos ni compromisos porque el ideal de libertar a sus islas del Caribe era lo primero, En el capítulo sentimental y

amoroso, Hostos y Amiel fueron antípodas en apariencia, pero en el fondo hubo algunas similitudes. El puertorriqueño fue el varón fuerte y leal consigo mismo y con las mujeres que lo amaron. Carmen Lastarria, la delicada flor de Santiago de Chile, emparentada con familias linajudas e intelectuales de categoría, se enamoró de Hostos por su

o de

que lo alejaran de la libertad de

enseñar.

Hostos

en

Por

cedió

el

Tratado

de

Paris,

España

la Isla a Norteamérica.

Hos-

- tos tomó

parte de la comisión de puertorriqueños que fueron a nego-

ciar con McKinley lo de la independencia de su isla; no pudo entenderse con el Presidente de los Estados Unidos y entonces se impuso un destierro voluntario y un firme propó.ito de no volver a la lucha política ni a vivir en su tierra natal.

E

En su retiro de Santo Domingo, donde recibiera franca y generosa hospitalidad, realizó :a mayor parte de su obra de reformista en los campos de la educación. Escribió tratados sobre moral social, economía política, jurisprudencia y sociología, tratados didácticos y ensayos literarios, entre los que figuran el de su Interpretación de

cambio, era devoto y apasionado de la mujer y cuando llega su hora, se casa en Caracas con doña Belinda de Ayala y Quintero, a la que conoció en el curso de sus amargas experiencias de conspirador. Esto

Hamlet y su Salutación al siglo XX, que viven y se consideran co-

ocurrió

de gabinete. Se le nota la amargura de la época en que se había creí-

de

en

1877

seis

años

después

su salida de Chile. En su carrera de revolucionario conoció en Caracas a un refugiado cubano, de los que sostenían la Guerra de Independencia de los pueblos del Caribe; este caballero era el padre de la que fue su esposa; de esa manera su matrimonio aparece vinculado con sus andanzas guerreras. Con la misma vehemencia que Hostos emprendía sus tareas de caudillo rebelde, se consagró al amor de su esposa, con un espíritu un poco paternal y rendi-

rn

sus

de

su

por

mo

obras maestras perdurables. En sus últimos años reconquistó su auténtica identidad personal de

filósofo y de hombre do

apto

para

ras y en

su

las

de estudio

empresas

ensayo

sobre

;

Santiago

de

ria

privilegiada,

por

y

guerre-

Hamlet

A

te

gencia

señorial,

presenta al rey Claudio; el incestuoso fratricida y usurpador, como el tipo del hombre de acción y llega a decir que la acción carente de

frenos

morales,

no

es sino

A ae pen

distinción

A

solía darles nombres que rimaban con aquelos rasgos salientes: Angel Guardián, Per'ina, Seriosa, Fida, Pequeña estoica, o consentida Calvinista; en este juego de palabras de apariencia inocente, se descubre la ternura, la timidez y la ingenuidad que anidaban en el fondo del corazón de Amiel. Su diario se impone como un documento humano y está revestido de un valor perdurable; fue el único confiden-

crimen

abominable. Claudio, hombre de voluntad sin escrúpulos, se convier. te en un criminal como tantos otros hombres ambiciosos. Hostos fue un “maestro de idealismo” que sometió sus actos a los imperativos morales; en el fondo da reverencia para su compañera. de su ser prevalecian sobre el homHostos fue un padre ejemplar; sus bre de acción, el filósofo, el poeta y hijos merecían de él un cuidado el maestro. Espíritu demasiado constante y su mayor empeño fue analítico, fue incierto en sus resohacer de ellos hombres caba'e” y luciones; él escribe en su Diario fieles patriotas. sentencias como éstas: “Tengo la No fue afortunado en su cruzada desgracia de explicármelo todo”: el maestro puertorriqueño; em“En estas cuatro paredes queda el prendió algunas expediciones a Cusecreto de profundas angustias”; ba' para entenderse con los patrio“Me creen demasiado idiólogo patas cubanos antes de dar el asalto ra aceptarme en la obra de los al bastión de Puerto Rico. Casi toprácticos”; “De mis luchas con los dos sus planes resultaron fallidos hombres no saco ningún fruto pory Hostos sentía en el fondo de su que no peleo”; “Vivir arrinconado conciencia que no había nacido papor los fuertes, mal comprendido ra tales aventuras, a despecho de por los débiles”; “El que se mira su valor civil y personal y del enmucho a sí mismo no ve bastante tusiasmo con que cargaba Tos arreos a los demás”; “He hecho durante de batalla cuando, :=gún su propia más de treinta años el papel de mifrase, se calzaba las botas araucasionero político, de apóstol, de finas que había adquirido en Chile, lósofo, de propagandista, de márCuando sobrevino la Guerra del tir”... Todas esas reflexiones re98, y España fue derrotada por los velan el cansancio y la desilusión Estados Unidos, se habló en el acde un hombre que extravió su cato del problema de Puerto Rico.

*


sultó perjudicial para Federico Amiel, que casi nunca dio cabida al entusiasmo cívico. Si alguien merece el título de intelectual pura es él. El saber era como una obsesión; así, escribe en su diario: “Será preciso que yo vuelva a menudo sobre lo que me propongo y que todos los meses y aun todas las semanas haga un examen de mis progresos, sea intelectuales, morales o físicos”, esto da idea del ritmo calmoso en que vivía Amiel. _ Hostos en cambio escribe: “Confiésate tres veces por la noche”;

para él la vida no tenía pausas, él, que

pudo

quietud

como

pocos

intelectual,

do a movimiento balance de Hostos

admonición

gozar

estaba

de

acelerado. era como

patética;

cada

la

sometiEse una

día era

necesario revisar los progresos de la causa en que estaba empeñado; cada noche se interrogaba sobre los adelantos intelectuales o mora-

les logrados

para

su

y

carácter

la formación

también

tenía

de que

hacer cuentas, porque si gastaba una peseta más, se vería expuesto a la bancarrota. Amiel casi no tuvo preocupaciones económicas; con esa sabiduría doméstica que ha adquirido el suizo a través de varias generaciones, tuvo asegurada la subsistencia con su trabajo de profesor y con los rendimientos de sus modestos bienes. Hostos, que no quería ser gravoso a su familia, ni mucho menos recibir favores de gente extraña, tuvo siempre la interrogación de cómo pasar el día siguiente. Amiel proclamaba principios de moral pura, “con cierta voluptuosidad de hacer propósitos y declamar bellos consejos” que luego se sentía incapaz de seguir. Hostos sostenía la moral práctica, los principios éticos en acción y era capaz de todos los sacrificios para llevarlos

adelante. Para los dos era el hombre el tema central de su meditación. Cuando Amiel hace su viaje a Italia, punto de atracción de los espíritus selectos del norte de Europa, nú se embriaga con el paisaje ni se deslumbra ante las obras de arte; sus impresiones las regitra en una escala de valores humanos; la moral

y la filosofía eran sus eternas compañeras.

Hostos,

Las

páginas

escritas

en

del diario

Madrid,

de

Barce-

lona, París y Nueva York, se ocupan muy de pasada del medio físi-

co y del aspecto exterior de esas grandes urbes; eran problemas humanos los que se planteaban en comentarios llenos de agudeza.

¿Cómo

viven, de qué viven y para

qué viven los componentes de las diversas clases sociales; cuál es el promedio de cultura y el nivel de vida de las mayorías?, eran las interrogaciones del sociólogo. Algunas

sentencias

de

Amiel

po-

drían haber sido firmadas por Hostos,

como

aquella

en

que

dijo:

“Comprender a fondo un hombre, sería ver el universo a la luz del día”... “Naturaleza, humanidades, astronomía, ciencias naturales, matemáticas, poesía, religión, bellas artes, historia, psicología, todo debe entrar en la filosofía como yo la concibo”. Hostos proclamó en todos los tonos que ser hombre completo era la profesión más importante. En un discurso a los maestros de la República Dominicana

dijo

su

parecer

sobre

las

altas

fi-

nalidades de la Educación: “Formar hombres en toda la excelsa plenitud de la naturaleza humana”. Para él era la filosofía, como para Amiel, la sintesis y el coronamiento de todo saber humano, Cerca de sus treinta años escribió en su diario Eugenio María de Hostos: “No hay soledad más favorable que la dúe nuestra voluntad, cuando sabe perseverar en el deseo; ni silencio más absoluto que el que hace en nosotros mismos el lento germinar de las ideas”. Enrique Federico Amiel pudo subscribir esas líneas con regocijada emoción. El amaba el silencio y la soledad, pero al mismo tiempo quería

ser un hombre de acción. “Con una voluntad enérgica podría ir muy Tejos con los intrumentos que poseo... Si yo no adquiero la voluntad, yo-no seré nada. Tengo mie-

do de confiar en mí mismo”. Hostos tuvo la ventaja de saber lo que quería y a dónde iba. Sin ser un tipo dominante y voluntarioso por excelencia, siempre confió en sí mismo, a pesar de los re-

veses de la fortuna.

El recusaba la

voluntad atrabilaria y carente de sentido ético; pero una vez que se convencía de la justicia y de la razón de sus propósitos, perseveraba en ellos con una disciplina y un espíritu de sacrificio ejemplares, Los dos fueron esencialmente reconcentraáos, contemplativos y un tanto tímidos: en Amiel llegaron a predominar las inhibiciones y se convirtió en un cenobita y empleó

sus prodigiosas

sis y de

facultades

meditación

en

de análi-

el empeño

de descifrar la esencia de las verdades absolutas. Tuvo mucho de místico sediento de infinito, como djo Marcel Arlán de la juventud del final de la guerra de 1918. Es conmovedor y admirable Amiel porque se le ve consumirse como una lámpara votiva en el altar de la inteligencia pura, todo lo sacrificó a la voluptuosidad de pensar. Siendo un hombre fisioiógicamente normal, algunos lo consideran como misógino, quién sabe hasta qué punto haya sido una renunciación deliberada esa abstinencia. Quienes enfocan el problema de Amiel a la luz de los conflictos y deficiencias sexuales, no podrán entender a fondo lo que hubo de grandeza en este hombre que quiso responder a las interrogaciones más apremiantes del espíritu. La mujer, representa un papel demasiado intelectual en la vida de Amiel, en tanto que para Hostos fue

la musa

de

carne y

gún

cl decir

de

Rubén

ta

Vadier

y María

hueso,

Darío.

Francisca

se-

Ber-

Mer-

cier, fueron las depositerias y herederas de sus manuscritos. Una de ellas su discípula predilecta y Fanny Mercier, su viuda espiritual. Fue mimamo y a veces perseguido por las mujeres; su hermosa cabeza varonil, su barba semejante a Ia de A!'fredo de Musset,.su voz suave, la irradiación de la inteligencia, su delicadeza de lenguaje, su refinamiento de maneras y sus ojos profundos, Cautivaban a sus discípulas. Lo mimaban como a un ser que vi-

ve fuera

de este mundo,

le hacían

obsequios de flores, de golosinas y de prendas de vestir que ellas mismas confeccionaban o tejían con sus manos. El se dejaba querer, según la expresiva frase castellana; a todas correspondía con alguna fineza; les dedicaba versos o una página de su diario. Una atmósfera muy “mitad del sigilo XIX” se respiraba a su lado: elegancia, cor-

tesía, afición

a los poemas

o a los

comentarios sagaces sobre acontecimientos de la época y un no se sabe qué de frágil, perfumado y sutil en la media luz de una sala de estudio. En

el amor

plativo

también

Enrique

fue

contem-

Federico

Amiel;

gustaba de analizar el carácter de sus amigas o enamoradas discípulas; se complacía en reconocerles su inteligencia, su espíritu infantil, su desprendimiento y su devoción


solía darles nombres que rimaban con aquelos rasgos salientes: Angel Guardián, Per'ina, Seriosa, Fida, Pequeña estoica, o consentida Calvinista; en este juego de palabras de apariencia inocente, se descubre la ternura, la timidez y la ingenuidad que anidaban en el fondo del corazón de Amiel. Su diario

distinción señorial, por su inteligencia privilegiada, por su ejecutoria de luchador y su sensibilidad de poeta. Fue un capítulo lumino<o en la vida del maestro, que se volvió sombrío porque Hostos no se creía con .derecho a exponer a aquella adorable criatura al porvenir incierto del insurgente-trota-

Por el Tratado de París, España cedió la Isla a Norteamérica. Hostos tomó parte de la comisión de puertorriqueños que fueron a negociar con McKinley lo de la independencia de su isla; no pudo entenderse con el Presidente de los Estados Unidos y entonces se impuso un destierro voluntario y un firme

se

mundos;

propó.ito

como

un

documento

y está revestido

perdurable;

fue

el

de un

único

hu-

valor

confiden-

te de sus penas, porque era un solitario. “Es mi diálogo mi sociedad, mi compañero, mi confidente”, escribió en plena madurez. “Es también mi consue'o..., mi eco, mi amortiguador, mi itinerario psicologico, mi pretexto de vivir, casi la única cosa útil que puedo dejar tras de mí”... Hostos, sociólogo, educador y hombre de lucha Amiel piensa que su diario podría ser, no solamente su obra cumbre, su único legado a la posteridad. Para Eugenio María de Hostos, el Diario fue una .parte mínima de sus tareas literarias, casi un pretexto para hacer examen de conciencia; él se creía un hombre de

él estaba ansioso por vol-

ver a Nueva York y continuar su propaganda política y partió de Santiago solo y colmado de amargura y desesperanza. Hay quien afirma que Amiel fue refractario

a!

matrimonio

porque

para él era más importante la labor intelectual que cualquier otro aspecto de la vida y no quiso tener responsabilidades que lo alejaran de la filosofía y de la libertad de escribir o de enseñar. Hostos en cambio, era devoto y apasionado de la mujer y cuando llega su hora, se casa en Caracas con doña Belinda de. Ayala y Quintero, a la que conoció en el curso de sus amargas experiencias de conspirador. Esto ocurrió en 1877 seis años después de su salida de Chile. En su carrera de revolucionario conoció en Caracas a un refugiado

cubano,

de

los

que

sostenían

la

_ Guerra de Independencia de los pueblos del Caribe; este caballero acción y no confiaba en la trasera el padre de la que fue su espocendencia de su pensamiento essa; de esa manera su matrimonio crito. aparece vinculado con sus andanDespués de sus viajes a Italia y zas guerreras. Con la misma veheAlemania, Amiel se convirtió en un mencia que Hostos emprendía sus sedentario y se dedicó a enseñar litareas de caudillo rebelde, se conteratura y filosofía en un colegio sagró al amor de su esposa, con un de Ginebra, en tanto que Hostos, espíritu "un poco paternal y renditambién maestro, se puso a recoda reverencia para su compañera. rrer la América de norte a sur y de Hostos fue un padre ejrcmplar; sus sur a norte en su misión de revoluhijos merecían de él un cuidado cionario y animador de la Guerra constante y su mayor empeño fue de Independencia de Cuba y de hacer de ellos hombres caba'e” y Puerto Rico. En Lima, en Santiafieles patriotas. go y en Buenos Aires, enseñó en No fue afortunado en su cruzada Colegios y fue redactor de los prinel maestro puertorriqueño; emcipales diarios y revistas de aqueprendió algunas expediciones a Cullas ciudades; siempre se consideba para entenderse con los patrioraba de paso y no quería tener tas cubanos antes de dar el asalto arraigos ni compromiso: porque el al bastión de Puerto Rico. Casi toideal de libertar a sus islas del Cados sus planes resultaron fallidos ribe era lo primero, y Hostos sentía en el fondo de su En el capítulo sentimental y conciencia que no había nacido paamoroso, Hostos y Amiel fueron anra tales aventuras, a despecho de típodas en apariencia, pero en el su valor civil y personal y del enfondo hubo algunas similitudes. El tusiasmo con que cargaba Tos arreos puertorriqueño fue el varón fuerte de batalla cuando, :2gún su propia y leal consigo mismo y con las mufrase, se calzaba las botas araucajeres que lo amaron. Carmen Lasnas que había adquirido en Chile, tarria, la delicada flor de Santiago Cuando sobrevino la Guerra del de Chile, emparentada con familias 98, y España fue derrotada por los linajudas e intelectuales de cateEstados Unidos, se habló en el acgoría, se enamoró de Hostos por su to del problema de Puerto Rico.

de

no

volver

a la lucha

política ni a vivir en su tierra natal. : : En su retiro de Santo: Domingo, donde recibiera franca y generosa hospitalidad, realizó :a mayor parte de su obra de reformista en los campos de la educación. Escribió tratados sobre moral social, econo-

mía

política,

jurisprudencia

y

so-

ciología, tratados didácticos y ensayos literarios, entre los que figuran el de su Interpretación de Hamlet y su Salutación al siglo XX, que viven y se consideran como obras maestras perdurables.

En

sus

últimos

años

reconquistó

su auténtica identidad personal de filósofo y de hombre de estudio y de gabinete. Se le nota la amargura de la época en que se había creído apto para las empresas guerre-

ras y en

su

ensayo

presenta al rey tuoso fratricida

sobre

Hamlet

Claudio; el incesy usurpador, como

el tipo del hombre

de acción y lle-

ga a decir que la acción carente de frenos morales, no es sino crimen abominable. Claudio, hombre de voluntad sin escrúpulos, se convierte en un criminal como tantos otros hombres ambiciosos. Hostos fue un “maestro de idealismo” que sometió sus actos a los imperativos morales; en el fondo de su ser prevalecían sobre el hombre de acción, el filósofo, el poeta y el maestro. Espíritu demasiado analítico, fue incierto en sus resoluciones; él escribe en su Diario sentencias como éstas: “Tengo la desgracia de explicármelo todo”; “En estas cuatro paredes queda el secreto de profundas angustias”; “Me creen demasiado idiólogo para aceptarme en la obra de los - prácticos”; “De mis luchas con los hombres no saco ningún fruto por-

que

no

por por

los los

mucho

peleo”;

“Vivir

fuertes, mal débiles”; “El

a sí mismo

arrinconado comprendido que se mira

no

ve bastante

a los demás”; “He hecho durante más de treinta años el papel de misionero político, de apóstol, de filósofo, de propagandista, de már-

tir”... velan

Todas el

esas

cansancio

de un hombre

reflexiones y

la

re-

desilusión

que extravió su ca-

mm

impone

mano

-


ce a

mino;

algo que

a la postre resulta

XIX

auténticos

y los

primeros

precioso

EG O

años

material

leído y meditado

es

conciencia

violable.

Ese

A

su

muy respetable, porque muchas de las empresas en que participó no estaban de acuerdo con su auténtico carácter y su genuina personalidad. A despecho de sus escapatorias de la labor intelectual, dejó una obra extensa, variada y múltiple. En 1939, centenario de su nacimiento, se publicaron sus obras completas en veinte gruesos volúmenes, los que contienen una de las expresiones más altas del pensamiento hispano-americano, Los títulos y los índices de esa verdadera enciclopedia, abarcan temas que preocupaban a la América entera en la segunda mitad del siglo

del

debiera

XX. ser

por las generacio-

nes contemporáneas, porque muchos de. los problemas que allí se plantean son estímulo para una acción fecunda. Hostos murió en la isla de Santo Domingo el 11 de agosto de 1903 y allí permanecen sus restos por mandato expreso de su testamento. Sobre la vida y la obra de Hostos han escrito los más eminentes autores de España y de América; algunos como Rufino Blanco Fombona, lo consideran como el más alto

pensador

de América.

Los españo-

les peninsulares le dedicaron páginas de valor trascendente, entre ellos Azorín, Gumersindo. Azcárate y don Francisco Giner de Tos Ríos.

Entre

los

hispanoamericanos:

Francisco

García

Calderón,

Henríquez

Ureña

y

Gabriela

Pedro

Mis-

tral, que lo consideraron como maestro y en México don Antonio Caso dio una serie de conferencias en el Ateneo de la Juventud, sobre la Filosofía Moral de Hostos.

Entre los maestros

del nuevo hu-

manismo debe reservarse un lugar destacado a Eugenio María de Hostos; su obra conserva su lozanía y su espíritu la fuerza de la juventud; sus ideas siguen siendo actuales; su ejemplo edificante y sus inquietudes alcanzan al hombre de nuestra época.

Amiel,

ron en constante acecho de las verdades eternas y de los valores, humanos perdurables; uno quiso traducirlos en acción benemérita y otros los guardaba en el fondo de

el Filósofo

un

tesoro

timido

El Diario de Amiel apareció incompleto en sus primeras ediciones; poco a poco fueron apareciendo otros capítulos que él había confiado a una de sus amigas predi-' lectas; fué por eso que aun en épocas recientes, aparecieron nuevas

in-

y solitario

En la Suiza Romana no han ílorecido la poesía épica ni la poesía lírica; la epopeya se hace carne viva en el trabajo de su pueblo y se compendia en la belleza de su paisaje. Hay quienes atribuyen esa falta de arrebato heroico a la herencia calvinista, ya que Ginebra, centro cultural de la Suiza francesa, fue cuartel y base de operaciones de Calvino, el Taciturno. Enrique

Jacobo

nos,

Federico

Rousseau,

se

Amiel

los

consideran

y

dos

como

exponentes

lengua

francesa;

paralelismo

tudes

dades

de

ellos

e in-

trospectivos, con una sensibilidad casi enfermiza, audaces en sus pensamientos

y

tímidos

en

la

acción;

uno escribió sus Confesiones

y otro

su Diario Intimo con una actitud egocentrista y un éxtasis ensimismado ante el hombre y la naturaleza. Todo suizo-francés, medianamente cultivado, gusta de paseos campestres: algo que lo vuelve aficionado a la Botánica y amante de sus herbarios o de lás tareas de clasificar los hongos comestibles o venenosos,

Rousseau

europeas,

ideas

y simili-

Solitarios

famosa

obra.

En

se

presentaron

te-

ma el ensayo literario y filosófico; el autor vivía preocupado por las

más

entre

la

sis doctorales con estudios e interpretaciones de su diario. Amiel es un maestro en ese género tan de nuestros días que se lla-

de la cultura

hubo

de

Suiza, desde luego y también en Francia, Alemania y España, nubo profesores especialistas en el estudio de Amiel y en varias universi-

Juan

los

impresionante

profundas.

páginas

ginebri-

literaria y filosófica de la Suiza

fué naturalista y peda-

trascendentes

eternas un

y en

libro

torial

y

de

destinado

o

revista

vez

en

las

verdades

escribirlas

a una

artículos

de filosofía,

casa

para

en edi-

alguna

las desarro'laba

en las páginas de su Diario Intimo, sin el propósito de darlas a conocer al público de su época. El Diario de Amiel es un libro de cabecera; en cualquiera página en que se abra el lector encuentra opiniones trascendentes o juicios pro-

fundos,

temas

polémicos,

certeros; algunas que corresponden

juicios

de esas páginas, a un determina-

do día del año. o a una precisa hora del día, son ensayos a la manera de los de Montaigne; en primer lugar, por la postura del autor frente a la vida y en seguida por la palpi-

tación humana

o la inquietud

filo-

seau y en sus clases de literatura o de filosofía comentaba las doctri-

sófica que los motiva. Parece que la lectura de Amiel va pasando de moda en nuestra época, esto puede deberse a las traducciones incorrectas o las obras truncas; cuando se lee ncompl!etas y en su francés original, se siente la in-

nas de su ilustre precursor

fluencia

gogo

y

yan

en

varias

de

sus

ideas

las semejanzas

se

entre

apo-

el de-

arrollo del niño y el crecimiento las plantas.

conocía

Enrique

a fondo

Federico

la obra

de

Amiel

de Rousy cote-

rráneo. El Diario Intimo de Amiel, que permaneció oculto por muchos años, puede considerarse como uno de los libros sobresalientes de la segunda mitad del siglo XIX. Obra de intelectualismo puro, fué escrita en el silencio y la soledad de la modesta vivienda de Amiel; en la que él

se El Diario de Eugenio María de Hostos, como el de Enrique Federico Amiel, son valores perdurables de la inteligencia, tanto el puertorriqueño como el ginebrino, vivie-

como

había

impuesto

un

retiro

casi

monástico. Su habitación era como la celda de un monje y los diálogos consigo mismo, fluían como

una

confidencia

a media

voz.

El

lector de hoy piensa que Amiel se asemeja a los anacoretas o visionarios del cristianismo primitivo y de la Edad Media, que tenían revelaciones y escuchaban la voz de la Divinidad.

la de

más

tonificante

de

las ideas

embriagadora belleza uno de los prosistas

y

de estilo franceses

elegantes.

;

En el Diario Intimo se encuentran referencias lo mismo a pequeños incidentes de la vida doméstica que a los grandes problemas universales, El primer renglón de una jornada señala el rumbo del ensayo que se va a desarrollar. Desprendamos algunos ejemplos: En la nota del 21 de enero de 1866 di-

ce:

“Esta noche, después

yo no sabía

soledad”;

a dónde

en

esas

de cenar,

ir a pasear

frases

prende la amargura del litario. La soledad de tema para una tesis de thew, presentada en la de Clermont, la que

se

mi

com-

hombre soAmiel dio John MatUniversidad después de


aprobada, circuló en un ¿precioso volumen. El autor pudo haber sido inglés o norteamericano de los que van a Europa a tomar cursos de post-graduados. La soledad de Amiel fué también tema para un estudio de Alberto Insúa( que lleva por título Don Quijote de los Alpes, en el que presenta a su héroe como un incomprendido en su tiempo o como un Alonso Quijano que en medio de la montaña nevada se entrega a un diálogo consigo mismo para explorar la ruta que lo lleva a un examen de conciencia.

Otro rasgo del carácter de Amiel fue la timidez; por el 1931 apareció

en la Biblioteca de la Revista He Occidente el libro del doctor Gregorio Marañón que lleva por título Amiel o la timidez, que alcanzó varias ediciones y fué muy leído en España y

en

México.

En

esa

obra

Marañón

tocaba el punto álgido del temperamento sentimental de Amiel y de sus inhibiciones frente a la mujer. Se publicó en una época en que Freud se encontraba en todas partes y se hacía en ella un análisis sobre la indiferencia de Amiel frente a las relaciones sexuales. Enrique Federico Amiel era comprendido a medias; su problema csenti-

mental

y psicológico

fué más

com-

plicado y al mismo tiempo más limpio de lo que algunos de sus eriticos creyeron. Hay que leer el Diario Intimo en su integridad y no en zw

fragmentos.

El

diario

fué

apare-

ciendo paulatinamente y no como edición completa, porque sus amigos y discípulos iban encontrando nuevas páginas al revisar los papeles del maestro. El punto que

concierne a la mujer y al amor hay que estudiarlo a la luz del diario completo y medirlo con las propias palabras de Amiel. En una página fechada el 17 de marzo de 1868, escribe lo siguiente: “La mujer quiere ser amada sin razón, sin por qué, no porque sea bella, buena, o bien educada o graciosa o espiritual, sino porque ella existe. El amor debe permanecer como una magia, una fascinación, un encantamiento, para que el imperio de la mujer prevalezca. Desaparecido el misterio, su potencia se desvanece. Es preciso que el amor parezca indivisible, irresoluble, superior a todo análisis, para conservar esa apariencia de infinito, de sobre-natural, de milagroso que hace la belleza... y cuando las mujeres inspiran el amor, ellas tienen precisamente la alegría orgua

llosa - del amor

triunfo.

profundo

Sin me

embargo,

parece

una

de su muerte lo justificó ante sus propios amigos, que lo suponían perezoso e indolente, porque no daba forma escrita a sus ideas. El Diario Intimo corrió sus aventuras.y tuvo sus peripecias: Como el autor autorizaba a Fanny Mercier para publicar solamente aquello que a su juicio tuviera algún - valor, hizo una escogencia de acuerdo con su consejero el profesor Scherer y así apareció la primera edición, que fué un gran acontecimiento en el mundo literario y filosófico europeo. Varios de los amigos y compañeros de Amiel pensa-

el luz

y una calma, una religión y una revelación que desprecia a su vez esas victorias efimeras de la vanidad. Las grandes almas no desean algo que no sea grande”. En esos cortos renglones, Amiel se nos presenta como lo que fué: un platónico enamorado de los arquetipos, pero al mismo tiempo se le

descubre

el

culto

por

la

madre

Eva, como clave del mundo y origen de la conservación de la especie. El platónico no quería renunciar a la mujer perfecta y el amante de la vida real reconocia el supremo imperio de la mujer de carne y hueso. Además de ser inteligencia pu-

ra,

Amiel

ideas

sed la

estaba

poseido

permanentes

de

infinito

podía

saciar

de

absolutas;

su

y de

eternidad

no

amores

se

contin-

gentes e inestables. Tuvo el temor de perder sus facultades creadoras si se consagraba integramente al amor conyugal y fué dejando pasar la vida hasta que se sintió agotado

en

sus

energías

y

vencido

en su vitalidad, lo que vino a servirle de apoyo para sus desiluciones y su conducta. En sus últimos años se consagró al culto de la amistad femenina sublimada y sus mejores confidentes fueron mujeres que eran para él maternales,

confidentes

al

mismo

tiempo

y colaboradoras

que

en

tareas. Su amistad con Fanny

Las

escritoras

ellas pudo

dos como

haber

fueron él;

con

tenido

maestras alguna

algún

e

influyeron

para

que

ta es la que se titula Fragmentos . de un Diario Intimo, revisada por Bernard Bouvier, que aparece en tres volúmenes bellamente impreSOS. La amistad de Amiel con Fanny Mercier y con Bertha Vadier se caracterizó por un sentido de equilibrio y de mesura; existieron celos entre ellas por cuanto a las preferencias, las que él trataba de desvanecer; las dos representaron su mejor apoyo cerca del final de su.

existencia. positaria rencia a

ctra

sus

Mer-

cier y con Bertha Martha Vadier fué para él una conquista y un remanso; eran como Martha y María, una con espiritu hacendoso y disciplinado y la otra inquieta y preocupada por las tareas intelectuales y las inclinaciones litera-

rias.

trunca

aparecieran nuevos capítulos del diario y páginas inéditas de Amiel. Una de las ediciones más comple-

las

y

en

ron que la obra no debía publicar-

y de

idi-

lio sentimental; eran inteligentes, comprensivas y serviciales, pero Amiel prefirió tratarlas como símbolo de la amistad amorosa, poniéndolas en las alturas de lo intocable.

A Fanny

la declaró de-

de su Diario Intimo, hela que hizo honor, y por

parte,

aceptó

la invitación

Bertha para pasar en su últimos días de su vida.

de

casa

los

La soledad que se volvía más negra por su enfermedad, fué mitigada en el hogar de Bertha, donde con la ayuda de su madre, la Sra. Vadier, prestó al maestro y al ami-

go

cuidados

providentes.

La

últi-

ma hoja del diario Intimo fué para dejar testimonio de su gratitud a aquellas buenas samaritanas que lo

acompañaron

en su última hora.

Enrique Federico Amiel, que bía nacido en Ginebra el 27 de tiembre de 1821, murió en la ma ciudad, el 11 de mayo de El Diario Intimo es una lectura

Amiel tenía preferencia intelectua! por Bertha, que solía ayudarlo en sus tareas de investigación literaria, pero su mayor ccnfianza descansaba en Fanny. Esto se com-

ficante

prueba por el hecho de que ella le

nas en las que se le descubre atormentado, parecen lamentación de un niño solitario. Amiel siguió las huellas de su

dejó la herencia de su Diario Intimo, con la recomendación de que se publicara lo que creyera adecuado o de mayor importancia. El Diario Intimo Jo mantuvo Amiel como un secreto; la publicación después

y

conmovedora;

hasepmis1881. edi-

autobio-

grafía y autocrítica de un hombre de excepción, dotado de :ensibilidad delicada y de un espiritu un

tanto

infantil;

conciudadano,

aun

Juan

aquellas

Jacobo

pági-

Rous-

seau y sufrió la influencia de su predecesor en la historia intelectual


RN

de

Ginebra.

Así

como

hemos

pecho,

in-

María

de

Hostos

ERA

ferencias entre los dos grandes pensamiento ginebrino.

Amiel no aceptaba tible

la

obra

algunas

de

críticas

como

sobre

nieve frente a mí”, de

del

SN Y $S Ya $ E

edE

E

E La

la que

expone

ciencia

ella

y

en

el

se llevó

en

del de

Esa decoración

camafeo

la hora

cia,

en

Holanda

A

y

en

Inglaterra

en

su con-

su

tránsito

en

que

de

sobre él traba-

jos importantes en los círculos universitarios y periodísticos. En Sueaparecieron juicios trascendentes sobre su obra; en España, además de lo escrito por Alberto Insúa y Gregorio Marañón, se publicaron

es

del Universo,

grabada

Italia se publicaron

una

fué

diarios

y

revistas

artículos

de-

Diario; Amiel prefería al Rousseau de la Nueva Heloísa al de las Con-

terrenal. Amiel tuvo su gloria póstuma; su fama comenzó a extenderse y arrai-

dicados al solitario filósofo ginebrino. Tanto Enrique Federico Amiel, como Eugenio María de Hostos, lle-

fesiones;

era

garse

garon

cobo,

gran

un

los

Amiel

dos

como

amante fueron,

Juan

de a

la la

Ja-

natupostre,

con

canto,

una

saboreando,

cierta

de

filosofía y

sin

fatiga

voluptuosidad

en

y

el

a México

con

cierto

retraso,

los dieron a conocer Antonio Caso y Pedro Henríquez Ureña, destaca-

XIX.

ción del Ateneo, que tanto en el mundo intelectual y de México.

las monta-

ñas, los árboles y las flores de su paisaje y los dos pasaron a la posteridad como pintores de cuadros de la naturaleza, lo mismo en pequeños poemas que en preciosas páginas en prosa. Quienes conozcan el paisaje que circunda el Lago Lemán, no podrán escapar al encanto de la prosa de Amiel, cuando describe la impresión de sus paseos campestres. En unas vacaciones pasadas en Clarens, un año antes de su muerte, escribe Amiel: “He aquí que desde hace cuatro horas yo me deleito con los ojos, los oídos, el olfato y los pulmonas. Deslumbramiento, emoción, embriaguez. Sumergido en medio de estas impresiones me levanto para seguir mi camino y yo

y los maestros

literatura, así como los críticos del arte, le dieron un lugar entre los altos escritores al final del siglo

La producción de Amiel comprende hasta un centenar de títulos entre

ensayos,

cuadernos

su vida.

rio Intimo,

póstuma,

A la postre, el Dia-

que vino

fué

la

a ser una

que

destacó

obra

su

personalidad en el mundo de las letras universales. Escribieron sobre Amiel sus pósteros y sus contemporáneos; en Suiza, alguno que lo habían tratado como amigo y otros que fueron sus discípulos, como Monnier, Naville y Bouvier; en Francia saludaron su obra con exaltada admiración Ernesto Renan, Paul Bourget, Fernando Brunetiere, Francois Mauriac; y en

miembros

Hostos

didácticos,

lecciones de literatura y crítica; además de poemas breves y correspondencia y comentarios sobre sus viajes a Francia, Italia, Alemania, Holanda y Bélgica, publicados du-

rante

dos

de

y Amiel

aquella

parecen

genera-

influyó político

antagó-

nicos: el antillano fue intelectual que quiso ser hombre de lucha en las trincheras y un mantenedor de la corriente política encaminada a liberar a Cuba. y a Puerto Rico; en tanto que Amiel fué un pensador contemplativo, muy alejado del mundo de la acción. A despecho de tales antimonias hubo entre ellos afinidades y similitudes impresionantes; pueden considerarse como

héroes

del pensamiento

de las iia téticas que no se

apariencias la los.

fama,

ni con

sino

espacios

que

filosófico y

religiosas y esconforman

con las

la notoriedad se

infinitos

proyectan del

y en

Universo

y se imponen en las profundidades del alma humana.

O

E

ES

esmalte

de las maravillas

indiscu-

Rousseau;

dos conocían y amaban

y

a los años ju-

“La Dent de Midi (El diente Mediodía) levanta sus crestas

Eugenio

grandes románticos. Los dos gustaban de largos paseos a pie, los

A

vuelve

rriqueño

raleza;

3

me

veniles”.

y Federico Amiel, se podría hacer un análisis de las semejanzas y di-

E $ y

que

tentado el paralelo entre el puerto-

¡Refrescante y

CERVECERIA INDIA, INC., MAYAGUEZ, PUERTO RICO


más

SODOLAVOVILAIDAIDIY

2000200000000000000000

Blanco

es otra.

Fernández

La

condición

humana

usted es una. ra

Diálogo

sobre

la

E

E

ciertas

queño”

Puertorriqueña

Para

ño” 4A0IIIIIIINNNONNVNOONIVIOIDVYNNVNIYDNIIIVODYIONIIIVOSIIVOSISVNINISNNYY

Juan: Cortamos el diálogo anterior cuando estábamos hablando de la cultura y de la manera de ser puertorriqueñas. Por cierto, usted hizo una definición demasiado amplia de la cultura. Méndez B.: Creo, en principio, en las definiciones amplias. Así existen menos posibilidades para la rectificación. Para mí, cultura y civilización son términos sinónimos. No expongo aquí el concepto corriente de la cultura en su sentido de refinamiento, en su sentido vitalista a la manera orteguiana. Juan: Usted sostiene la teoría antropológica de la cultura o civilización. Méndez B.: Si, entiendo por cultura el esquema total de un pueblo. No creo que éste sea un con-

cepto

exclusivamente

antropológi-

£ — al

co. Participa también de la biología, de ¡a sociología, de la psicología colectiva, de antiguas y nuevas hipótesis. Por ejemplo, la tesis pi-

tagórica de que “el hombre es la medida de todas las cosas”, y aquel otro

postulado

mundo

social

de es

Vico

de

que

seguramente

“el una

obra del hombre”. Juan: Decía usted en el diálogo anterior que de acuerdo con esa teoría, la cultura puertorriqueña es el producto exclusivo de los puertorriqueños. »

Méndez Juan:

los

B.: Sin

patrones

Exactamente. embrago,

cuwiturales

las

normas,

puertorri-

queños son de origen español, si es que por normas o. patrones hemos de entender las instituciones Sociales, hábitos, costumbres, creencias,

ceso

de

selección,

de

rechazo, hasta formar, curso

de cuatro

adaptación

siglos y medio,

ideológico que yo

ser,

Méndez B.: Siempre y cuando que usted entienda por “manera de ser” lo que yo llamo. conducta. Juan: No señor, porque la conducta es variable mientras que la manera

de

ser.es

única.

sido

única,

unisona

e invariable

a

el maní, coco,

para

o el típico

con gandules. Políticamente hablando, la personalidad puertorriqueña está ligada al concepto político de cada cual. Pregúntele u un popular, a un estadista y a un independentista por la personalidad puertorriqueña y cada uno le “dará una definición distinta. En materia religiosa, el carácter puertorriqueño, según los católicos, está fundamentalmente determinado por la moral católica. Los protestantes probablemente le contestarán de otro modo. Para los elementos liberales, la industrialización ya forma parte de nuestro contexto

otros la industria-

lización es rriqueño”.

contraria a “lo puertoYa ve usted que la con-

tradicción

no

puede

ser

más

evi-

camente no sé cómo llamerle ahora.

carácter,

nuestra

personalidad,

nuestra idiosincrasia, en fin, la conciencia puertorriqueña. ¿Por qué se sonríe usted? Méndez B.: Porque me ha tirado

usted

encima

encima plicado

cinco

términos

uno

de otro sin haber usted exsiquiera lo que es nuestra

manera

de

Juan:

Todos

presentan

esos

para

conceptos

lo

re-

auténtica-

mente puertorriqueño, Méndez B.: ¡Otro término más! Juan: Creo que no vamos a poe«der continuar este diálogo. Usted tiene una pasión por precisarlo y definirlo todo.

Méndez

B.: Es la única forma Créame

que

de só-

de discu-

rrir con claridad. Usted me habla del carácter, de la conciencia, de la personalidad y de la manera de ser puertorriqueños sin explicarme lo que esto significa para usted. Juan: He dicho que todos esos

términos

son

sinónimos

de

“lo

puertorriqueño”. Méndez B.: Le demostraré entonces que todas esas expresiones no tienen un mismo significado. Me

puesta de los tres elementos étnicos

explicaré.

ya

torriqueño”

Para

Llámele

usted

Méndez

X.

B.: Amigo

Juan,

Pedreira

es una

cosa.

“lo puerPara

To-

esa

X,

esa incógnita, no es otra cosa que la cultura puertorriqueña, nuestro común denominador. Bajo el techo

protector de nuestra cultura germinan,

crecen, se desarrollan

plena justificación todas

ser.

el propósito

pro-

el

tro

lo me anima

un

es con

En

puertorrique-

dente. ¿Qué es lo puertorriqueño? Juan: Ahora sí que me ha dejado usted confundido. Sin embargo, yo insisto en que los puertorriqueños poseemos algo en común. Fran-

Méndez B.: Originalmente esas mormas o patrones eran españoles porque los trajeron los españoles a

mediante

unos

“lo

través de nuestros cuatro siglos y medio de vida? Juan: Indudablemente. De lo contrario estaria usted rechazando de plano lo puertorriqueño, nues-

Juan.

mencionados,

la danza.

o la bomba,

folklóricas.

culinario,

el arroz

puertorri-

es

es la piena,

cultural, y para

Méndez B.: ¿Cree usted que la manera de ser puertorriqueña ha

entendernos,

ción. Igual que los elementos culturales africanos que incorporaron a nuestra cultura los esclavos que llegaron a Puerto Rico, y también lo poco que aportó a nuestro acervo la cultura aborigen. Todos estos elemenos los fundió y aculturó la población puertorriqueña, com-

Y

ese cañamazo ideológico (y material también) es el responsable de nuestra conducta v comportamiento colectivo. Juan: En otras palabras, nuestra cultura es responsable de nuestra de

Para

lechón asado, o el asopao, o el arroz

este

puertorriqueña.

cultura

etcétera.

Puerto Rico a partir de la coloniza-

y

llamo

manera

otros

Eugenio

otra.

“lo

la música

para

otros

en el trans-

tupido cañamazo la

personas,

en

aspecto

es

Para mí es otra. Pa-

o las canciones

Por Manuel Méndez Ballester

Para

Méndez

siones

políticas,

y tienen

las expre-

económicas,

artís-

ticas, religiosas y morales de nuestro pueblo. Este fenómeno de la cultura —aquí, en España, en Rusia, en China; en Estados Unidos, en Alaska o en Australia— es lo que determina inexorablemente la conducta colectiva de cada pueblo. Y esto es así porque toda cultura o

civilización

es

un

sistema

autóno-

mo, independiente, superorgánico, que se rige por sus propias leyes. Juan: De manera que para usted no existen más que las culturas autónomas. Méndez B.: Las culturas autónomas y la cultura universal como la suma de todas las culturas. Juan: ¿Y dónde me deja" usted la cultura occidental? Méndez B.: Yo no creo que exista la cultura occidental. En el próximo diálogo trataré de probarle

esta afirmación.


PERSPECTIVA do decir a funcionarios

con altas posiciones

gubernamentales.

decir que son muchos los “hombres representativos” nen un cabal conocimiento del trasfondo histórico nen

no

Conviene

nuestros que no nuestro y si lo

¿QUE

tietie-

DE

lo aprecian.

En mitad de un extraordinario progreso material, siempre damos la impresión de no tener ni pasado ni futuro. Quizá sea esta la razón del pesimismo de nuestra literatura. No sé. Tal vez estoy equivocado, pero eso es lo que siento. escritor

mas proyecciones.

va

a

cantar

con

optimismo

a

un

presente

sin

ínti-

No sé qué será de nosotros, como pueblo con una con-

ciencia particular, si nos convertimos en un simple campo de especulacione mercantiles. Me alegra ver tantos hoteles, tantas cadenas de tiendas, farmacias, etc., pero tiemblo al pensar que todo eso nos caiga encima como una balumba para ahogarnos. Cumplo una insobornable responsabilidad señalándolo. El propio gobierno nuestro desea estimular la creación literaria, Y no es un simple deseo. He aquí unos hechos concretos: el Instituto de Literatura, el Instituto de Cultura, la Editorial del Departamento, las antologías, la recopilación de documentos, los certámenes, el Festival de Teatro, etc. Hace sólo unos días el escritor René Marqués ganó los primeros premios de concursos de novela, cuento, teatro y ensayo. Aunque es el Ateneo quien patrocina esos actos, el gobierno los estimuló desde un principio. Lo

que

escritores

no

se

creen

USTED

ESTO?

(Contestaciones)

Es muy posible que nos hayamos distinguido por un insensato afán de huir del pasado. Quizá nos plantamos en un presente sin mayores proyecciones. Ganamos algún dinero y lo queremos gastar en una gran fiesta larga. Sin desdeñar lo que somos, bien podemos asimilar todo lo bueno del exterior. Nuestra maldad está en hacer caso omiso conciente de cuanto somos y de imitar insensatamente. Luego, nos tapamos los ojos para no mirar al futuro...

Ningún

SABE

puede

con

evitar,

sin

pesimismo.

que

No

se

se

eliminen

puede

las

causas,

evitar

la

es

que

situación

los

con

1—Lidio

Cruz

libro

Monclova.

se intitula

El

“Historia

del Año 1887”, y ha sido publicado por la Universidad de Puerto Rico. 2—Albert Africa

Camus nació del Norte, pero

nacionalidad

es 3—La

en su

reconocida

la francesa. obra

que

cipalmente bel

1957,

le trajo prin-

el Premio

fue

“La

No-

Peste”.

4—Bertrand Russell es un afamado científico y filósofo inglés. Actualmente es uno de los mayores propagandistas en favor

de

la

paz

pruebas

y

contra

5—Con el nombre rre del Viejo”

la

las

nucleares.

sociedad

de “La Tose conocía

secreta

que

durante el regimen de Romualdo Palacio González, se organizó en al-

gunos para

pueblos

de

la isla,

el

comer-

como

medio

boicotizar

sólo decirlo o porque se piense'en una impresionante cadena de hoteles. Es justo recordar eso. Se escribe desde el fondo de una conciencia viva.

cio

En este particular de la impresión de libros, no está demás recordar que aún resulta muy difícil hacer una buena impresión en Puerto Rico. No hay una verdadera escuela de impresión. No la tiene la propia Universidad. Quizá tendrá que iniciarla el propio Instituto de Cultura,

En otros pueblos se conocía también con el nombre de “La Boicotizadora” o “Los Hermanos del Corazón Negro” y también con el de “Los Secos”.

Es

estimulante,

para

un

escritor,

ver

una

buena

si éste se la merece.

Pero es casi imposible hacer

entre

casos

nosotros.

Hay

aislados,

singulares,

edición

de

su

libro,

ese tipo de impresión

pero

no

corrientes. convierta

en

Tampoco podemos contar con buenas artesanías populares. Recuerdo haberle dicho eso a un amigo mío, importante funcionario gubernamental, y me respondió que las artesanías de hambre deben eliminarse o es mejor que no existan. Tiene razón el amigo: nadie va a estimular una artesanía que no procure el decoroso sostenimiento material de una familia.

Sin embargo, la artesanía es un medio de expresión popular que podría estimularse como entretenimiento. Con el auge del turismo, la artesanía adquiere más importancia.

Nada de ha la La

hay

tan

vitalmente

estimulante

como

ver

salir

una

de acabar

sus abusos

tra

puertorriqueños.

Don

Por tanto, a pesar de haber un indiscutible hervor literario en Puerto Rico, aún carecemos de un genuino impulso material que buenas impresiones el producto de aquel hervor creador.

figurilla

unas manos toscas. El júbilo creador no se paga con dinero. No todo de traducirse en dinero. Si algo se ha abandonado entre nosotros es diversión espontánea. No sabemos cómo divertirnos genuinamente. diversión sana hace mejores ciudadanos.

español los

Miguel

Don

de

Eugenio

con-

Unamuno, María

de

Hostos. 8—Don Joaquin García Monge, cuya publicación “Repertorio Americano” una de las más viejas América.

es de

9—Estaba situada en el Barrio Espinar de Aguada y se considera una de las primeras iglesias construídas en la isla. Todava quedan en pie algunos restos de la misma. 10—Don Juan Ramón fue sepultado en

España.

Jiménez Moguer,


GONZALO PEDRO

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JOSE JOSE

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SAN JUAN, PUERTO RICO


ENSAYO

DE

CRITICA...

bía dejado en el espíritu de nuestro pensador, es la clave del porqué de su pronta: y decisiva reacción ha-

cia

actitudes

mucho

más

acabadas,

por

tegrales; y explica además el sentido pedagógico de toda su obra y de toda

ser

más

in-

ético, político su vida.

que

el

moderno

pensamiento

denomina

Pero el mérito indiscutible

y

En la evolución del pensamieuto hispanoamericano, la obra hostosiana marca una etapa que sin duda alguna tiene un alto significado. Se forjó en la escuela de la objetividad, pero hubo mucho de potencialidad subjetiva en la apreciación de trascendentales problemas. Su actitud enciclopédica recuerda a los filósofos primarios —Aristóteles— o a aquellos espíritus de la Ilustración. Se adentra en la sociología, el derecho, la moral, la pedagogía, la historia, la literatura, la gramática, la lingúística, la geografía política, la crítica, la lógica, en fin, abarca aquellas cienclas

vez hubiese escrito su metafísica, como complemento superorgárico o sintético de las ciencias todas, ya que las estudió a fondo e intentó exponerlas desde punta de vistas originales y propios.

puertorriqueño fué que samiento, máxima que Yrno y que ha sido un Fué filósofo en la teoría ceridad de su actitud,

cultura.

les, en oposición a las ciencias de la naturaleza no hubiera estado tan influido por el positivismo,

Si taJ

gunos

GASPAR

GERENA

BRÁS

¡Oh, pinos! Oh hermanos y ambiente!... (Rubén

El gran Rubén

de Nicaragua

discutible.

en tierra Darío)

su

emoción

sabor

de

viejo

vino

En la clave de sol de tantos ecos era la música libre de los flecos del pinar azotado, un pensamiento.

vino

a mi estancia de pinos, ayer tarde; Un arco iris en sutil alarde pintó de cisnes el azul camino.

Un pensamiento para un hombre libre: que ante los vientos, como un pino, vibre sin que importe de dónde sopla el viento...

En calidad, pureza y sabor,

Ron Superior Puerto Rico representa lo más selecto

que pueda producirse.

Ron

Su

dijo sus versos el genial cobarde y en el lamento de la sobretarde la ú torcaz se suicidó en un pino.

PENSAMIENTO Por

teóricamente

Superior JOSE GONZALEZ CLEMENTE «

CIA.

austera

moral, ley inflexible de un eticismo racional—, presidió su vida como base indispensable en la práctica de ideales inmensos: liberación de Puerto Rico, Federación Antillana, Unión de las Repúblicas Hispanoamericanas, —cumpliendo así con el mandato del genio —Bolívar— cuyo pensamiento es el testamento aún no cumplido y cuya visión de la América Nuestra, es la trayectoria de una política y una economía sabia, auténtica y obligada, y cuyo propulsor más decidido en el siglo pasado fué Martí.

£n

UN

aspectos

del infatigable nómada

igualó su vida al propio penllevó grabada en su fuero inejemplo de riquísimo: valores y en el hecho. De ahí la sinaun cuando fuese ésta en al-

Puerto Comercio

10, Mayaguez,

Rico P. R.

85% Prueba


Noticias Culturales enero,

sor

uno

de

los

actos

más

no-

tables en la celebración navideña última. Con una sala atestada de

público, el Instituto presentó un programa de Villancicos, Creaciones sobre Temas Tradicionales y lo Popular Tradicional, en el que se lucieron principalmente Gloria

Gloria

Arjona

mostró

de

Parsi,

Moreno

la

la

al

Puerto Un

Figueroa,

Monsita

Fe-

acompañó

Sur-Oeste

de

Rico

encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño.

Dávila,

Luz

M.

María

Luisa

Raquel

Ri-

quita M. de Biacoechea, Lalomar R. Hernández, Marina Clinhard, Commander Richard Ironmanger,

Osorio,

Tomás

Batista,

de

Esculturas)

Carlos

Vázquez Sánchez, Rafael López del Campo, José A. Rodríguez Vi-

y

dal (Mención ra); Eduardo

al Concurso

en el que

Sanz

Merritt,

(Mención

Navideño,

Ma-

vera, Lorenzo Homar, (Premio Grabado); Doris Rasbothaw, Pa-

Carlos

las obras presentadas

Rosado,

Tufiño, Mauricio Espiñeira del Ol.

P. de Castillo, Carlos

al

Puertorriqueño,

S.

Marilú Rodríguez, MarSomolinos, Pedro Juan Folker, Lucía Butter,

Margarita

como parte del Festival de Navidad, se ofreció una exposición de Anual

Carmen

Richards, ta López Josefina

EXPOSICION

de

Juan

Ojeda, Dámaso Núñez, Rowena Margaret Acheson, Myrna Báez,

HOUSE)

a la preciosa bahía

Parguera,

Vera Cortés, Augusto

Janer, Carmen Robb( Carlos Machitcote Medina, Juan Molina

piano con toda justeza.

PARGUERA

Báez,

Eduardo

mo,

vez

Suria y Rafael Hernández, con verdadero calor y cariño. El Dr. Esteban

dríguez

- rín, Jr., Rafael la Pretto, Manuel

una

Narciso

Campos

En el Ateneo Frente

quien

rrer, Amaury Veray, Violeta López

La Parguera GUEST

Cruz,

más sus dotes maravillosas de declamadora, presentando en dos partes, una dramatización poética del Nacimiento y Gloria del Señor. María Ester Robles interpretó canciones

(Anteriormente

López

dirigió con verdadero acierto parte cantada del programa.

Héctor

HOTEL VILLA

gundo Premio); Julio Acuña, Ga-

Ayala López,

Pedro Molina Vázquez y el ProfeFrancisco

Rodríguez

a

ron además, Amado

Teófilo

de Tallas en Vera Cortés,

rick H. Barreda

se vie-

W.

MadeFrede-

Monge y Dorothy

de Sinz.

el

¿QUE SABE USTED DE ESTO? BUSQUE

USTED

MISMO

SU PROMEDIO

DE

CONOCIMIENTOS

PESCA BAHIA

FOSFORESCENTE

DIEZ

CONTESTACIONES:

MAS:

REGULAR

EXCELENTE

— MENOS

CINCO

CONTESTACIONES

DE CINCO CONTESTACIONES:

O

POBRE.

PISCINA 1—¿Qué Todo

moderno,

cómodo,

tranquilo.

pleto 2—¿De

historiador puertorriqueño sobre la trágica qué

nacionalidad

Literatura

Atendido por

acaba de publicar el libro más

del “Componte”

es Albert

Camus,

en

Puerto

com-

Rico?

ganador

del Premio

afamado

premio

Nobel

de

1957?

personalmente los

3—¿Qué

esposos

obra

4—¿Quién Pura

época

y Carlos

le trajo

es Bertrand

principalmente

este

mundial?

Russell?

Quiñones 5—¿Qué

significa

6—¿Quién 7—¿Qué

en la Historia

es el autor prócer

de

“El

puertorriqueño

de Puerto

Sentimiento nació

Rico, “La Torre Trágico

el 11 de enero

de de

del Viejo”?

la Vida”? 1839 y en dónde?

g3—Recientemente falleció en Costa Rica, uno de los escritores y periodistas más conocidos de América, ¿quién era él y cuál era su publicación?

Villa Parguera

9—¿En

dónde

10—¿Dónde

fué

estaba

situada

sepultado

Juan

la Ermita Ramón

de Espinar

en Puerto

Jiménez?

P.O. Box 405 - Teléfono 34 Lajas,

Puerto

Rico —CONTESTACIONES

EN

LA

PAGINA

16—

Rico?

AN

El Instituto dé Cultura Puertorriqueña ofreció el viernes 2 de

dp

Hernández, Olga -Albizu, Freda R. Clegg, Epifanio Irizarry, (Se-

Arjona, María Ester Robles y el Dr. Esteban Moreno. Participa-

NAVIDEÑA

obras

O

FIESTA

ron

Rosado, José R. Oliver, (Primer Premio dei Concurso); Sonia Bonilla, Tony Maldonado, William


| LIBROS

SOGOPELOLOOLOOOLIVIVIAONI

AOLLPPHPIOIOIAIIIIIIIIS

Y REVISTAS

ONIL

DADOS

Violeta López Suria, DILUVIO, San Juan de Puerto Rico, Imprenta Venezuela, 1958. Este sencillo cuaderno —unas escasas 23 páginas de versos—, con una bella portada de Carlos R. Rivera, nos trae una suerte de meditación poética sobre el tema del diluvio y, al mismo tiempo, una interpreta-

lo grandioso, de la tierra:

ción sobre el destino del hombre.

Y nada he dicho de las imágenes donde Violeta da en plenitud la vibración de toda su poesía: “La sed subiendo clara un cayado de luces.

Violeta López Suria

lanza ojeadas originales sobre el relato bíblico, permaneciendo fiel a su esencia. Abandona el gesto lírico que caracteriza a su Obra anterior, para asumir un tono dramático. e Los primeros 13 poemas nos dan el espectáculo de la inundación universal: Noé frente a las aguas y la

resurrección

de la tierra.

Los últimos

cuatro

ticos:

“Era una

(Aquella)

voz cayendo en un haz des-

bordado”. La autora demuestra crear un poema cíclico.

Violeta

mueve

sus versos

así

su

voluntad

de acuerdo

con

de

lo que

tiene que decir. No sigue patrón formal alguno. Pero, por lo mismo, se acerca a veces peligrosamente al ritmo de la prosa. Ejemplo: “El hombre empequeñecido por la montaña enterrado por el agua, circundado de su propio vacio, de recompensa, hambriento”. También hay versos de muy poco valor poético, si alguno: “Y fijarse en la cola del tiburón pensando”; “El agua abandonaba su inorgánico arrastre”; “Quitando, el pobre, para no dar lo que ha pedido, / dar lo que es de otro o no decirlo”. En fin, lo que amenaza es el recubrir con palabras lo que debe ser vivido desde adentro. Sin embargo, el conjunto se sostiene en virtud de la poderosa imaginación de Violeta. A mí, especialmente, me ha gustado ver el diluvio a través de nuevos ojos. Este tópico, tan raro en nuestra literatura, ha sido tratado con aceptable eficacia. Noé surge como símbolo de la lucha del hombre con Dios y con las fuerzas naturales, prueba decisiva de ia que emerge triunfador. Violeta analiza esta situación con atisbos acertados. Combina muy bien presentimientos de sentido y trazos descriptivos: “Sólo una holgura mansa paciendo entre las nubes, amorosa de voces, ciegas voces ya muertas, cayendo hasta enterrarse al más sordo holladero, humedades borradas. Arriba el infinito en un torrente oscuro por cuencas del remanso, erosionando lentas sus anchas cavidades inundadas de ausencia”, Sabe Violeta delinearnos una visión con cuatro pinceladas penetrantes: “Los montes bajo el río, difundidos de angustia asoman sus cabezas buscando dimensiones en un afán de superar el verde ahogado”. Hay una fina intuición de relaciones, que linda con

se nos

presenta

por una boda húmeda, de corazón al cielo”.

Abajo

una

el resurgimiento

Torpemente

“Las montañas. elevadas

son una

profecía del hombre. Significativamente, la primera y la última composición empiezan con versos casi idén-

cuando

9O0LLLIIDA

414000

neblina

azarosa

sobre

nubes

en

nos

azules.

Los

codos

de

distancia

esquivando

“El

polvo

de

tu

para

lluvia

blancura

la gracia”.

abrirnos

el alma”.

“Y encontrarte de pronto con una claridad de ausubo quieto”. A pesar de su tendencia al ensayismo y al recitativo, Diluvio es un poema que puede figurar con hon-

ra entre los cuadernos

anteriores de Violeta.

La

em-

presa ha sido un poco arriesgada porque me parece que el genio de esta poetisa nuestra se centra mejor

en lo lírico.

Pero

ordalía. La ha su creatividad.

Violeta

salvado

ha sabido la

JOSE

inocencia EMILIO

cruzar ilesa y

el

ímpetu

esta de

GONZALEZ

SOy O

Es

$

o)

o O $ o O S S O

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