Año
del Centenario
de
Lu1s
Muñoz
Rivera
anesylelras A 2da. EPOCA
MENSUARIO
DE
SAN JUAN,
RIGO - JULIO DE 1959
PUERTO
CULTURA
EN
NUM
ESTE
NUMERO
PERSPECTIVA, columna que A. Laguerre. EL
HOMBRE
por
Miguel
Y
EL
de
Enri-
ESCRITOR,
Meléndez
Muñoz.
LUIS MUÑOZ RIVERA Y LA JUSTICIA SOCIAL, por José S. Alegría. DOS
POEMAS
ÑOZ
PARA
RIVERA,
por
LUIS
Luis
MU-
Lloréns
Torres y José Agustín Balseiro. VERSOS DE AMOR Y DE PASION, ELLA, por Luis Muñoz Rivera. ANTE
por EL
LA
IDEAL
por Juan LA
TUMBA
Miguel
A. DE
DE
BARBOSA,
Sánchez MUÑOZ
Méndez. RIVERA,
B. Huike.
CONDICION Miguel Méndez
HUMANA, Ballester.
por
TERCER CONGRESO DE POESIA. Editorial. LIBROS Y REVISTAS Josémilio González.
a cargo
de
-
Don LUIS MUÑOZ
Este
RIVERA
número
LUIS MUÑOZ
extraordinario
RIVERA,
está
dedicado
a
en su centenario
31
PERSPECTIVA Por Quwujue A Fa Comento hoy una noticia editorial del periódico The Island Times.
ENRIQUE
La noticia está en que alguien se adelante a hacer una importante proposición: que se devuelva la vieja Casa Blanca de los Ponce de León al 'Pueblo de Puerto Rico. Según The Island Times, la Casa Blanca es «probablemente el más valioso monumento histórico en Puerto Rico». Cree el editorialista que el atniguo edificio se ha mantenido en excelentes condiciones y que ya es tiempo de que se le reconozca como patrimonoi de todo el pueblo puertorriqueño. Asegura The Island Times que Casa Blanca debe entrar en los planes que el Instituto de Cultura prepara a fin de proveer parques v museos de importancia histórica y cultural en beneficio de un pueblo con historia propia.
Aplaudo
sin reservas
la oportunísima
proposición
de The
mente
MIGUEL
casona
alza
precisamente
ese
en
viejo San
ve
desde
Juan:
se
Sol
en
un
juntan
extremo
dos
y Luna.
esas notas
contribuir
trata
señorío
de
Está
del
las
viejo
calles
ANGEL
construido
en
un
sólo
de
a
que
editoriales
restaurar
el
viejo
se conserve
nos hacen San
de
alto y se
la Casa
decordar
Juan
cuanto
Blanca
para
que
antes.
el
de-
No
se
Pueblo
de
Puerto Rico, sino que no ha de esperarse a que San Juan se caiga en ruinas para luego lamentarnos de que debimos restaurar sus casas
y
monumentos.
atrae el mayor Nos tóbal,
han Casa
Santo
No
se
olvide
que
interés de nuestros
de interesar Blanca,
Domingo,
esos
Capilla
ese
la
del
Viejo
señor Ricardo
Juan
el
como
Catedral,
Santo
el Morro,
que
San
Cristo
José,
de
la
San
ejecutivo
E. Alegría, invitando
Cris-
Convento
Salud,
etc.,
del
han
estado
comprando
cosas
allí; sin
sería desventurado Se
puede
ver
embargo,
de especuladores
simple
vista
que
es
mayor
de costura, casas
Insti-
hazaña
a los actos
de
un
presente
el
número
de
y Senador.
Ex
et-
mayores
precauciones
el pasado.
+.
artes y letras
ensayista
colaboración
y con
Lástima
que
la poítica
Comisionado
de
Instrucción
de
Puerto Rico, lidió en la política insular
al
lado
de
Luis
Muñoz
Ri-
poeta,
pe-
vera. JosÉ
S. ALEGRÍA,
prosista,
riodista, recientemente galardonado por
el gobierno
turgo,
MÉNDEZ cuentista,
español.
BALLESTER, ensayista,
dramade nues-
de nuestra Universidad. - AGUSTÍN
ACEVEDO
FUENTE,
poeta
y
actualmente, alto oficial de una de nuestras. agencias de publicidad.
EN
NUESTRO PROXIMO NUMERO
En
nuestro
co-
(Continúa en la página 12)
2
su
el riesgo
de souvenirs, pensiones,
sin
inicia
del exterior. Esto
se hagan cargo de la divulgación de la historia de ese San Juan. La afluencia de turistas podría pagar cuantos folletos se confeccionasen. Y ya es tiempo de que se inicie esa tarea, no con hojas, sino con folletos con buenas lecturas y buenas ilustraciones tal cual:se ven en México o España. He dicho esto unas cuantas veces, pero no me canso de repetirlo. Esas notas editoriales de The Island Times ofrecen la oportunidad de recalcar el asunto. No sé qué reacción oficial o particular han provocado esas su gestiones de The Island Times, pero e stiempo ya de que salgamos de esta trágica pasividad frente al deterioro de nuestro patrimonio histórico. Duele en realidad el que limitemos nuestra más impresiopor
Catedrático de
Universidad,
JOSEMILIO GONZÁLEZ, poeta, ensayista, crítico, actualmente Catedrático
cétera. Ello se hace más patente en las calles de Sunto Cristo de la Salud y Fortaleza. La iniciativa particular no debe dejar que las entidades oficiales
ante
y
haya tomado más tiempo en él que la literatura. Juan B. Huyke, escritor, dramaturgo,
merciantes del exterior que se han establecido en los últimos años allí: restaurantes, casas
de
tros mejores en lo que va del siglo.
desde el punto de vista del interés histórico. a
uno
y
a los inversio-
se corre
nosotros.
de
nistas puertorriqueños a adquirir propiedades y a contribuir a la restauración de ese San Juan. Por este mismo programa he hablado de varias proposiciones de restauración: las de Buschiazzo, las de Keit, las de Espinosa. Favorezco el que se convierta ese San Juan en un sitio de residencias, no en un museo. Muchos puertorriqueños de que se San Juan pase a manos
para
MUÑOZ,
esta ponencia que leyó en el Tercer Congreso de Poesía. MIGUEL A. García MÉNDEZ, prosista y orador, actualmente presidente del Partido Estadista Republicano,
ManueL
también el cuerpo completo de la ciudad. Leía en días pasados unas notas del director
tuto de Cultura,
San
visitantes.
monumentos
la Fortaleza,
la
es
columna
Luis MORALES,
crítico,
juan,
típicas
mejor
escritores más conocidos
nuestra
Island
San
más
nuestro
más leídos del país. Ha publicado una veintena de libros de ensayos.
la bahía.
Naturalmente, bemos
su
donde
esta
MELÉNDEZ
nuestros
Times. Fundada por García Troche en el primer cuatro del siglo Xv1, Casa Blanca es, sin duda, uno de los más prominentes monumentos históricos de América. Aquí vivieron los descendientes de nuestro primerprimer gobernador, Juan Ponce de León. La majestuosa y sobria
A. LAGUERRE,
novelista de hoy, escribe mensual-
rendimos
próximo
homenajes
número
a dos de
las más distinguidas educadoras y escritores de nuestro país, Carmen
Gómez
Tejera
y
Antonia Sáez, quienes luego de hober servido cincuenta
años
en
el laboreo
educativo,
se retiran a su merecido descanso hogareño. Además, publicaremos trabajos de Emilio -S. Pasarell, Cesáreo
Rosa
Nieves,
Néstor
Rodríguez Escudero, Guillermo Atiles Moreau y Carmen Chiesa de Pérez.
LUIS
MUÑOZ
El
RIVERA
hombre
y
el
escritor Por Miguel Meléndez Muñoz
Es tarea bastante difícil y laboriosa aislar un aspecto determinado de la personalidad de los grandes hombres de nuestro pequeño mundo social, como Luis
Sísifo huella la fulgente cumbre y arroja en tierra su terrible carga.
Muñoz Rivera, José de Diego, el doctor Zeno Gandía, Rosendo Matienzo Cintrón, Nemesio Canales, Luis Llo-
la multitud,
...
De
Un
día
tanto
esfuerzo
Júpiter
se
asombra:
ya libre, desde abajo
rompe en un hurra atronador y el héroe,
réns Torres — el censo intelectual resultaría muy nutrido — y otros en su contemporaneidad, y en su quehacer creador de la conciencia de nuestro pueblo, que fueron artífices de su cultura y rectores de su opinión en la directiva de su destino político.
erguido en el peñón que le sostiene como un enorme pedestal, sonríe contento de su triunfo...
Pero la cólera de los dioses se desata contra el héroe. Ruge el trueno en el espacio. Igneos relámpagos iluminan
El consenso de la opinión común, y aun muchos críticos, enjuician sus personalidades atraídos y suges-
la escena con su luz cárdena. Horrorosa conmoción estre-
tionados
mece
por
el aspecto
que
estiman
sobresaliente,
de
relieve más visible y de mayor valor y significación en su vida. Así, De Diego es el orador y el político, el romántico paladín de nuestra independencia, sobre el poeta, el jurista y el pensador; Zeno Gandía es el novelista con exclusión del político, del periodista, del his-
toriador y del hombre de ciencia; Matienzo Cintrón es el político
versátil
sobre
el
filósofo
y
el
gran
orador
de
verbo flexible que lo mismo
podía disertar sobre cual-
quier
improvisar
tema
en
un
ateneo
que
un
discurso
en
una plaza pública para grandes masas en lenguaje tan claro, sencillo y convincente que podía entenderlo el analfabeto más ignorante; Canales... fue el parlamentario de interrupciones mordaces, de frases de fina y mordiente ironía que arrancaban grandes aplausos y carcajadas espontáneas en la galería, pero el gran humorista, nuestro único humorista que ha sido, hasta ahora... se descubre, se enjuicia elogiosamente y se celebra después de su muerte. A los muchos años de haberlo perdido nuestro pueblo. Y en Lloréns Torres el poeta eclipsa al político, al orador, al escritor y al historiógrafo. LA
OPINIÓN
Para que
COMÚN
SOBRE
MuÑñoz
ese estilo de opinión,
se impone
y priva
ese juicio
en la conciencia
de
general
nuestro
pue-
blo, Muñoz fue el político, El político, ante todo y sobre
todo, en el aspecto global y masivo de su personalidad. Cuando más, el Sísifo del mito griego que sirvió de tema para una de sus más bellas poesias de hondo sentido político-filosófico. Como al personaje del mito, su pueblo lo contempla en su lucha tenaz por escalar la cumbre de la roca, llevando sobre sus hombros hercúleos el fardo del dolor, la miseria, la explotación, la ignorancia y el servilismo en que se mantiene aherreojada a la Colonia, que es nues-
tro país. Y, cuando
después
el terremoto estalla y el peñasco se desprende
veloz, se lanza ciego,
rueda con furia hasta la sima... En
este poema
esculpe
Muñoz
más
que una sintesis
autobiográfica, traza un breve resumen de sus luchas dramáticas por el bienestar, la libertad y el progreso de nuestro pueblo. Y queda fijo, indeleble el relieve del poeta-político.
Más
tarde,
gantesca del político. EL
y para siempre,
la silueta gi-
HOMBRE
Muñoz es, pues, el político por antonomasia que envela algunos aspectos notables de su personalidad, y
eclipsa, otros muchos más sobresalientes. Muñoz es, para mi, en primer término, el hombre en el significado más amplio, más profundo y más humano, tanto sensible como espiritualmente.
Es el hombre que describe Mariano Abril, su fraternal y leal compañero de La Democracia... «Ved su retrato de joven, de los treinta años, cuando lo conocimos, cuando aparece en el palenque de la prensa. Alto, robus-
RIVERA
para
y sacude la montaña y...
de haber sufrido todo gé-
nero de persecuciones por los esbirros de una justicia inquisitorial, de pagar al precio de su fortuna, de su libertad y con la exposición de su vida la audacia de su actitud insólita por rescatar a su purblo del colonlaje... «Porque ha ofendido a los dioses in nortales, pagará sus culpas. »
to, de mirada enigmática, con algo de estrabismo, como si el bullir de las ideas
pardos.
El pecho
ancho
influyera
en la retina de sus ojos
y fuerte
como
un escudo
de
acero fundido para resistir las lanzas y las balas del enemigo. La cabellera riza, abultada, denunciando su fuerza sansoniana. De hombros recios, un poco inclinados hacia la izquierda, como en un gesto de desdén ante
privada, no por ser tan justa la acorde armonía, la corre-
lación invisible que acoplaba su ideario con su conducta
las pequeñeces de la vida. Silencioso y pensativo en las
cívica y la línea vertical de su conducta... Era su pulcri-
horas de labor; comunicativo y ameno en tosa. Así era a los treinta años; así era a siete al morir. Más pensativo, más triste, pio de calvicie destructora de los rizos
tud personal
la plática amislos cincuenta y con un princijuveniles; pero
Una
en su estilo de vestir, en su indumentaria.
delicadeza
detalles trativos
extremada,
sin ostentación, de que Muñoz,
un
esmero
cuidadoso
en
esos
sin ridícula presunción, demosen todos los actos de su vida,
siempre fuerte, siempre hercúleo, siempre erguido. Cayó
profesó y practicó el culto sano, puro y hermoso de la
entero, sin gastarse, como
Pulcritud en un amplio concepto lítico... ¡y muy personal!
el roble herido por el rayo. Y
fue caudillo, pero caudillo de la libertad. »Estos
hombres
no
son
personalidades
aisladas,
ficie
de
la
tierra,
sino
encarnaciones
ideas y los anhelos de una 15 de noviembre de 1917). Pero
Mariano
Abril
época...»
omitió
en
su
del
espíritu,
(La
Democracia,
silueta
de
las
Muñoz,
coloreada por el afecto y la lealtad que le profesó siempre, algunas cualidades excepcionales de su personalidad. : Yo conservo aún, fresco y vivido en mi memoria, el recuerdo de su presencia, que fue formándose y creciendo,
con
relieves
profundos
y perennes,
en
mis
visi-
tas a la redacción de La Democracia, en las que honró mi
casa
a su paso
por
Cayey,
de regreso
a Barranquitas
hacia San Juan, y en sus actuaciones en asambleas y en la tribuna pública. Y pude observar cómo emanaba, cómo fluía de su personalidad una corriente magnética, irre-
sistible, que admirativa,
atraía y sugestionaba, un
espontáneo
y
inspirando
voluntario
simpatía
sentimiento
de
amor y una adhesión natural a sus ideas y a las causas robles que siempre defendiese. Y era, asimismo, el respeto que imponía a sus enemigos políticos-personales. Digo personales, porque no fueron sólo adversarios de sus ideales y de sus programas políticos, sino verdaderos y encarnizados enemigos personales, que atentaron contra
su hacienda y contra su vida. (Ataque y destrucción de
la imprenta y talleres de El Diario de Puerto Rico, en pleno día, en una de las calles más céntricas y más
concurridas de nuestra capital. Hecho vandálico, sin precedentes, ocurrido el 14 de septiembre del año 1899). De aquel extraordinario don de gentes que fluía, perenne y caudaloso, de la personalidad de Muñoz, sobresalía su poderosa retentiva, su gran capacidad fisonomista para recordar los nombres de personas que había co-
Oo muy
pocas
veces.
Si no
nocido
una,
recordaba
nombre
de la persona con quien volvía a encontrarse, en
el
ocasiones después de una larga ausencia, la saludaba por su apellido al iniciar una conversación o una cia con ella. Esta facultad, que es un privilegio contribuía a que Muñoz reclutase dondequiera simpatizadores. Y prosélitos militantes para sus
conferenmuy raro, amigos y ideales y
para las causas que defendiera. Con adhesión tan absoluta, tal vez demasiado íntima y personal, que sus adversarios los designaban, despectivamente, no como afiliados a las doctrinas políticas que postulasen: autonomistas, liberales,
federales,
unionistas...
sino que los tildaban
de
«muñocistas». Esto es, partidarios, idólatras del hombre, de la persona de Muñoz Rivera. Enjuiciado con la misma arbitraria y apasionada estimativa, como caudillo, al estilo de los jefes y jefecillos, pintorescos y sanguinarios, de las bárbaras montoneras de las repúblicas hermanas en nuestro hemisferio y no como conductor honesto, «noble, altivo, generoso y bravo», como él deseara que fuese
nuestro
devoción
pueblo.
Quiere
personal
que
decir:
más por afecto
por convicción.
y ciega
Muñoz Rivera poseía otra cualidad que, acaso por serle tan peculiar, tan suya y original, pasaba inadvertida e
artes y letras
moral,
intelectual,
po-
colo-
cadas por Dios al acaso sobre los hombros de un pueblo, como la Naturaleza coloca las montañas sobre la super-
4
para el más acucioso observador. Era la pulcritud. No la delicadeza exquisita que observaba en su vida pública y
EL
ESCRITOR
La política, que habrá de ser la principal y absorbente actividad en la vida agitada y fecunda de Muñoz Rivera, utiliza y se vale de dos instrumentos eficaces y expansivos de expresión, tanto en su época como hoy: el periódico y la tribuna. Esto es, sus dos órganos consubstanciales de difusión y propaganda: la palabra impresa,
la palabra dicha. Muñoz
Rivera se inicia en su vida literaria cultivan-
do la Poesía. Rima sus rebeldías, expresa su verbo combativo,
insurrecto
y arrogante,
en estrofas de encendido
y vibrante patriotismo. Sus primeras poesias de ese estilo ven la luz pública
en El Buscapié,
El Clamor del País,
y la Revista de Puerto Rico, periódicos liberales de aquella época.
Pero
muy
periódicos, algunos
pronto
se convence
de que
aquellos
de vida intermitente y precaria, no
circulan como él deseara para la exposición de sus ideas, para denunciar y censurar los atropellos que se cometían contra los derechos de su pueblo a vivir una vida ciudadana
de más
alto nivel moral,
de mayor
bienestar econó-
mico. Más decente y más culta. Y sale de este pueblo. Se radica en Ponce
y funda
La Democracia
el año
1890,
su primer periódico. Ya
tenemos
instalado
en
Ponce
al periodista
con
su
vocero liberal por cuya influencia llega a ser esta ciudad la más liberal de nuestra Isla, entonces en contraste con San Juan, la capital, concentración de las autoridades militar, administrativa, política y eclesiástica de la Co-
lonia. Sede también de la dirección del Partido Conservador,
Incondicionalmente
Español
de
Puerto
Rico,
en
la que está ubicada asimismo, la fortaleza de El Morro, prisión política en la que se confina a los liberales puertorriqueños.
Pero Muñoz Rivera no fue sólo periodista en el ejercicio de esa disciplina como se practica y se conoce
ahora. Fue siempre un gran escritor. Un literato culto y atildado.
«Sus artículos, recios y elegantes, eran sugestionadores. La manera de decir, el modo de exponer un problema, la forma de inducir a una conclusión eran originales. Verdad es que quien estudia el temperamento de un autor, descubre el alma de su obra. Pero es que el temperamento de Muñoz Rivera era algo melancólico. Esta-
do connatural de su alma que disimuló en su poesía y en su prosa, que sólo externaban la contextura de su carácter
indomable y de la firme convicción de sus ideas. »Su
estilo
sonoro,
ático,
relampagueante,
de
frases
cortas y tajantes, de metáforas sobrias, de finales contundentes era el prodigioso y sensible instrumento de sus pensamientos, cuando exponía una tesis, cuando relataba un hecho, cuando propagaba sus ideas, cuando defendía a su pueblo de la explotación y del coloniaje y cuando cruzaba el acero de su pluma con sus adversarios.
»En el metal de los tipos gráficos parecía que sonaban las vibraciones de las palabras de este hombre como
muchas campanas que lanzasen al espacio sus voces clamorosas tocando a rebato... »Fue una escuela ejemplar valiente, un estilo literario tan
de periodismo, culto y limpio, puro y original
como su carácter los que nos legara este Maestro. »Contendía
«con
una
espada
al cinto
y una
flor en
el ojal». Era combatiente y era caballero a la manera de los antiguos Señores. Hostigado, derrotado, vencido si hubiera sido posible, siempre mantendría la flor de su escuela »En su prosa se hallan las mismas esencias que en sus versos: pureza de forma y claridad, elegancia varonil y originalidad elocutivas. » Había algo de las'modernas escuelas literarias de
su época en su prosa candente y, a la vez, sutil. Su temperamento
fue
adaptable
a todo
proceso
evolutivo,
sin
que perdiese un solo rasgo de su personalidad literaria, siempre
en concordancia
viejo módulo francesa
con su carácter y sus ideas. El
de su prosa aguerrida, poseía la elegancia
del moderno
decir.
Sus
artículos no
eran
áridos,
por árido que fuese su tema. A quien no le agradara su fondo por disparidad de criterio, le agradaba, sin embargo, su forma de expresión, su estilo.» (Párrafos del artículo «Aquel Hombre» por Luis Samalea Iglesias, publicado en La Democracia el 15 de noviembre de 1917). Una frase suya era un pedestal o un bronce lapidario. En la polémica fue agresivo. En el ataque, contundente y pertinaz. Y en la defensa, infatigable. Sentía el orgullo sano de saber que, aun doliéndole en su alma, generosa
y noble, combatía por su país para liberarlo y dotarlo de una
fine el papel que corresponde a unos y a otros en la vida pública. »Unas líneas para decir mi impresión. Es ésta: en un país como el nuestro es necesario que luche todo el que pueda luchar. Algún día nos constituiremos, al fin, . sobre la base de un régimen de gobierno propio, ampliamente liberal, que permita a los ciudadanos puertorriqueños
ellos
solos,
los
asuntos
de
en una farsa, vence todos los obstáculos
»Por
mi
vbedezco
cuando
parte, desde
a
esa
me
v la gloria
veinte
morma.
agitaba
1896 — llamé
Puerto
Rico.
A
sin
para
atrás, obedeci
combates
descanso
que
a Mariano
los
y triunfa.
años en
Ponce
compartiesen
Abril,
y
periodísticos,
—
conmigo
a Rodríguez
1890la
tarea
Cabrero,
a
Eugenio Astol, a Evaristo Izcoa. Y cuando pasé a San Juan, llamé a Rosendo Rivera, a Rafael Matos. Exceptuando
a
Izcoa,
los
demás
han
sido
directores
de
este
diario que fundé para mantener ideales y no para acometer negocios.
Patria.
»En los combates políticos me rodeó una legión de
Sus correspondencias «Desde Washington» para su Democracia son exponentes de su múltiple y excepcional
capacidad literaria, avalada por el rico tesoro de su vasta cultura. JÓVENES
dirigir,
Ese día será lícito el reposo. Ahora no lo es. »Me parecen insensatas y hasta un poco pueriles las clasificaciones por edades. Cabe hacer clasificaciones, pero únicamente por aptitudes. Si un viejo vale mucho, debe ocupar el sitio que le señala su valer. Si vale mucho un joven, debe subir cuanto antes y mantenerse firme en la altura. »Prescindir de uno por la razón de su edad, sería imbécil e inútil, porque la popularidad no es un rótulo, sino el producto de una acción continua y fecunda. Estorbar al otro por la razón de sus pocos años, sería estúpido y necio, porque el mérito, si existe, si no se funda
Y VIEJOS
muchachos Guerra,
brillantísimos
Santiago
como
Vivaldi,
Cayetano
Juan
Huyke,
Coll,
Miguel
Rafael
Cuevas,
Frank Martínez y cien, que no enumero para no ser profuso. El día en que nombré a Pepe de Diego, Subsecretario de Gobernación, contaría él apenas un cuarto de siglo. Pero,
al mismo
tiempo,
me
acercaba
en Barranquitas,
En la crónica, fechada en Washington el día 24 de agosto del año 1915 para La Democracia, de la que reproduzco algumos párrafos a continuación, fija Muñoz su posición, en equilibre eclecticismo, ante un tema tan antiguo y controvertido desde el nacimiento de la cultura intelectual hasta nuestros días. Pero siempre nuevo y
en Ponce, en San Juan a los veteranos de alta ciencia y profunda experiencia: Don Román Baldorioty de Cas-
apasionante.
char
Por siempre
subsistente
en la conciencia
del
hombre civilizado. «Lei en La Democracia los editoriales que se titulan «Hombres Viejos y Hombres Nuevos». En ambos se de-
tro, don
Pepe
Caribe,
Fernández
Acosta,
don
Juncos,
Pepe
Celis,
fueron
Salvador
mis maestros
Brau,
el
en las
artes literarias o en los empeños cívicos. Les consulté a menudo y aproveché, o a lo menos, me propuse aprovesus
capacidad
enseñanzas.
Siempre,
infinitamente
siempre
superior
les
reconocí
una
a mi pobre capacidad
de jíbaro de la montaña. »Se dirá que yo entonces era un niño. No. Al iniciar-
5
+e
artes y letras
Me
periodista había
cumplido
un gabinete había cumplido los
cincuenta
y cuatro,
treinta años.
Al presidir
treinta y ocho. Y todavía a
hace
dos
no
más,
iba
a la casa
de Brau para oirle, para aprender de su honradez su
genio
tantas
cosas...
tantas
cosas.
Y
aún
hoy,
y de si las
dificultades arrecian, si los problemas son difíciles, subo los cincuenta peldaños
trabaja don Pancho sabios
consejos.
que conducen
Acuña
Porque
al mirador en que
y le pido, y él me
todavía,
siendo
da, sus
tan
viejo,
no
quiero atreverme a plantear ni a resolver, sin un dictamen
de
ese
prestigio,
asuntos
que
afecten
al
presente
o
al porvenir de mi patria. »Y yo pido a Dios, a la naturaleza, al destino, a las fuerzas dominadoras de los acontecimientos, que nos con-
serven la existencia de ese prócer ilustre, a quien no he visto equivocarse nunca y en cuyo criterio, y en cuya exacta visión a largas o a cortas distancias, tengo mayor fe que en la visión y en el criterio mios. Allí en su bufete, entre sus libros, sereno, ecuánime, aquel anciano, sin escribir un artículo, sin pronunciar un discurso, prestó, presta y prestará a su Isla más servicios que todos nosotros en las ardientes polémicas que tienen por camme
incline
ante
el juicio del patriarca
y
del patricio, dejo de acudir al palenque donde libra sus batallas la juventud que se abre camino hacia el futuro. Ahí, en la redacción,
se reunía
en marzo,
abril, y mayo
un poderoso grupo de intelectuos clarísimos. No los menciono. ¿Acaso es posible olvidarles o desconocerles? Una veintena. Pero una veintena de cerebros que harían honor a Buenos
Aires,
a Montevideo,
a Valparaiso.
»Pienso que la edad no es un título ni tampoco un
crea-
tivas de riquezas, de progreso y originarias de cultura, se han transferido a las iniciativas, a la voluntad, a la inteligencia, al talento, al genio — rara avis — y... aún al capricho de la juventud. El equilibrio ponderado que establece Muñoz en su
crónica citada, se desnivela, quiébrase y desciende abruptamente
hacia la línea de mayor
resistencia:
la juventud.
Y nace el culto de la efebocracia, coetáneo con el repudio de la vejez, su exclusión de las funciones que antes estuvieran
asignadas
a su
experiencia,
a sus
largos
años
de servicios, de producción y de creación, fijándosele términos arbitrarios y forzosos para su retiro... Cierto es que, nunca como hoy, surgió en el mundo civilizado el ansia, la agonía, más que el deseo, de renovarse. Y es a las juventudes de todas las razas y de todas las latitudes libres a las que se señala y se selecciona para acometer y realizar esa labor ingente: la completa
y radical mutación
de todos los credos
morales,
de
todos los sistemas políticos, de todas las normas de conducta que, por sus ideales y fines conflictivos,
se hallan
rra Mundial. Renovarse, en esta nueva situación, es para la vejez aproximarse a la juventud y tratar de encontrar una justa y
comprensiva
identificación
con
ella,
aportándole
el
acervo de su experiencia y el caudal de sus conocimientos. Compenetrarse
con
sus
inquietudes
y
sentir,
alma
adentro, la savia torrencial de su energía y el fluir de sus actividades creadoras. La posición del viejo ante el joven no debe ser la del consejero autoritario, abroquelado en el prestigio de
estigma. Pienso que a esta hora se dibujan las siluetas de los que van a constituir pronto un centro de acción tan noble y alto como el que en 1880 constituían Bal-
su edad provecta, o la del austero y engolado magister,
dorioty,
dica
Acosta,
Celis,
Blanco,
Padial,
Corchado,
Brau,
Córdova, Alonso, Ferrer, Elzaburu, Vizcarrondo, pienso que no llegarán los que mayor estrépito levanten o con mayor audacia empujen, sino los que demuestren al pueblo que pueden y saben servirle con desinterés pa-
triótico. »¡NO importa la edad. Lo que importa es la capacidad, la energía, la discreción, y, más aún, la lealtad por encima de todo y la consecuencia con los principios, sin
cambio
ni contorsiones,
sin
inconsecuencias.
Hoy
en
el sitio de ayer. Mañana en el sitio de hoy, a fin de que el instinto popular, que es infalible, no pierda la confianza en el tesón y en el carácter de sus líderes. »Antes de los treinta años, antes de los veinte se re-
velan, en ocasiones, los rasgos típicos de una precocidad privilegiada. Roma tuvo un Cónsul de quince;
Emperador
a los veintiocho;
Bonaparte
César fue
fue dueño
del
mundo a los treinta y dos; Alejandro no cabía en Europa a los treinta y cuatro; Menéndez Pelayo penetró en la
Academia a los veintiuno, Cavestany escribió «El Esclavo de su Culpa»
a los dieciséis.
»Después de los sesenta años, después de los setenta
sino la del compañero versión,
según
en
fraterno que
actitud
su saber, frustraron
ambiciones pobre lote
confesional,
las que
le ofrezca de
las
una verí-
causas
sobreestimó
que,
legítimas
y le muestre el triste ocaso de. sus ideales, de sus errores para ayudarle, contrito, en
el la
dura tarea que le aguarda en el porvenir. Para que la vida sea más fácil para todos, menos amarga, menos cruel. Más fructífera, no sólo en sus bienes materiales, sino en el bien supremo de alcanzar el progreso espiri-
tual que libre a la humanidad, algún día, del crimen colectivo de la guerra y la cure de la demencia vesánica de la destrucción. Es hora de que para posibilitar la consecución del
bien común, para propiciar el logro del decantado «mundo mejor», se eliminen las fronteras intelectuales y los vanos prejuicios que han aislado siempre a la juventud de la vejez. Que unos y otros, jóvenes y viejos, no se
alinderen en sus predios ancestrales. Que el viejo. lo sea en cuanto al límite que la edad demarque a su organismo físico. Y el joven actúe en correlación con la preeminencia agresiva, revolucionaria, creadora consiguiente a su edad. Que el viejo no se empecine en mantener siempre
el cuestionable
privilegio
de su experiencia
y la frágil
com-
autoridad de sus años. Y que el joven desarrolle su con-
ponía Víctor Hugo sus más célebres poemas;
creaba von
ciencia en el conocimiento del pasado de su pueblo para
Bismarck
proclamaba
pronunciaba
Cicerón
la
Chamberlain
sus
arengas
Confederación
el Imperio
más
vibrantes;
Germánica;
Británico;
sorprendía
Newton
las leyes de la gravitación universal; proclamaba Gladstone la Autonomía de Irlanda; liberaba Thiers el territorio de Francia. »La edad no es título ni un estigma. Por la edad ni se sube ni se baja. Se sube por los servicios, por los sacrificios. Se baja por las traiciones, por las abdicaciones. En el proceso de perpetua renovación, que se cumple en el espacio y el tiempo, la recta final queda a cargo de la muerte. Dejad que la muerte escoja.» Nos hallamos en el principio de un ciclo — ya bastan1
6
— en el que todo el quehacer en el desarro-
llo de las actividades sociales, políticas, económicas,
en trágica y dolorosa bancarrota desde la Primera Gue-
po la publicidad de la prensa o de la tribuna pública. » Y porque
te avanzado
+e
artes y letras
que
llegue
a ser
el legatario,
inteligente
y celoso,
del
adoptando
las posiciones
patrimonio de su cultura. El
viejo
no
debe
renovarse
ridiculas del viejo verde de los cuentos droláticos y de los chascarrillos humillantes para escarnio de sus años y
befa de su autoridad.
Napoleón el Grande, que fue tan buen estratega como
político perspicaz y, a veces, original pensador, nos legó esta sentencia sobre ciertos hábitos impropios de la vejez: «Los viejos que conservan los gustos propios de
la juventud, pierden ridículo».
en consideración lo que ganan
en
El viejo debe renovarse, remozarse moral, espiritual_mente,
porque
el
espíritu
siendo
eterno,
adviene
exento
de toda posible caducidad. Nunca envecejece. Siempre es joven, puesto que su Creador, del que es imagen en la tierra, lo creó libre de las contingencias del tiempo y del espacio que rigen la materia. «Porque aun el mismo hombre es mayor milagro que cualquier milagro que se
hace por medio del hombre» — escribió San Agustin. Se
considera
irreverente,
que
soberbia,
despreocupada,
guntamos:
hoy
nuestra
juventud
irresponsable.
más
hedonista
¿Cuándo
que
Más
Y
pre-
jugosa
y lozana
medio
madurez.
torpe
sociales.
Y
sería
incolora,
en sus actitudes
Algo
hu-
innocua
y negativa
en
en su
social.
Pero no fue así por más que se decanten sus virtudes cuando tratan de compararla con la de hoy en demérito de ésta. Tuvo todos los gestos de rebeldía que precipitaba
en su sangre la química social, alambicada y retardatriz, de su tiempo. Y tuvo, asimismo, que hallarse en conflicto co. muchas de las ideas y de los prejuicios que sustentaban sus mayores. Con criterio, superficial y somero, se enjuicia la conducta de la juventud actual. Su vida privada, en su asis-
tencia a centros docentes, versidades,
n-dades socíales la vida
desde las escuelas a las un:-
en sus relaciones
misma
familiares
y con
las comu-
a que pertenece, y en sus actitudes ante en
que
se halla
hecho
ción de temporalidad
en
muy
político:
los
la amenaza
muchachos
perjudicial.
una
«¿Para
sensa-
qué
en-
tregarme, dedicarme a una actividad si en cualquier momento estalla una guerra y se ños fuerza a marchar al frente
de
combate
como
carne
de
cañón?»
guntarse la generación actual. Todas estas circunstancias conducen
Parece
pre-
la
individualista
conquistarla,
armado
total,
hasta
en
fatalmente a sus
la cual
los dientes...
el joven
O
se
la posición
indiferente en la que se lanza todo por la borda y se vive
Pero si tue sosegada, tímida, pasiva, fue juventud malograda. Fruta que por no haber alcanzado su primario verdor, génesis de su crecer natural, no alcanzó a granar
su expresión,
un crea
dice: cada uno para sí, la vida es una jungla y hay que
y
manista y no deportista en el sentido en que lo es ahora.
su
existe
guerra
deportista
humanista...
prejuicios
de
actitudes:
fue de otro modo?
de anacrónicos
último,
es arrogante,
Pudo ser en otra época comedida, constreñida, a veces, por una excesiva autoridad paternal, confinada tras
las barreras
Por constante
situada.
" espontáneamente,
externas.
abandonándose a todas las incitaciones
En esta última
posición es un dogma
terio que se expresa así: «Si
vamos
a morir,
el cri-
vivamos
an-
tes intensamente». Ante el análisis de esa situación caótica en que la juventud flota como superviviente de un naufragio sin la esperanza de vislumbrar un puerto seguro, como débil Erizna de paja a merced del viento, ¿con qué autoridad
se la puede inculpar porque goce ávidamente las veinticuatro horas de su próximo existir, si aun en ese corto lapso de su vida no se le ofrece algo que garantice su estabilidad, ni aún el respeto a su dignidad personal, inmolada en aras del fetiche del estado? La vida sitúa al hombre en perenne conflicto con cuanto le rodea. E 'a situación conflictiva es congénita con el nacimiento « + la conciencia y la presencia del conocimiento en el ¿ mbre. El conflicto es int rrál en cuanto constituye el ser. Y se inicia cuando el 1.10 comienza a ejercer su voluntad crepuscular, cuando empieza a querer hacer y no se le permite ejecutar los actos que su querer le ordena, y
se le imponen
normas
convencionales
para proceder
y
expresarse.
A través de este criterio se descubre, se revela y se denuncia a una juventud desorientada, desequilibrada. De una moral muy pobre, fácil a todas las incitaciones morbosas de la perversidad que deviene, al fin inmoral, cuando no amoral en absoluto. Y se deduce que de esta generación, ya marchita al incorporarse a la sociedad, surgen las pandillas contendientes de malvados, los cr:-
vigilancia para la conservación física — desarrollo. fisiológico y defensa de la salud — y la preparación moral — cultivo de la conciencia — que ejercen los padres y tutores sobre la infancia, ha sido siempre fundamento primario de todo sistema de educación.
minales
e intelectual del ser. Se vincula en su conciencia y sub-
sexuales,
los
asaltadores,
los
narcómanos.
Toda
la gama peligrosa de la delincuencia juvenil que tramonta los lim.tes de sus años mozos con rumbo a radicarse en su edad adulta. Este criterio, común a padres ignorantes, corresponsables de esa situación, a los críticos aldeanos entonteci-
dos y encanecidos penegiristas del pasado (... «Cualquier tiempo pasado fue mejor»), señala, censura y condena los efectos
visibles y palpables,
casi. Pero
ignoran,
o aparen-
tan no conocer, las causas de todos estos problemas
de
la
En
juventud,
gravitantes
sobre
la
conciencia
social.
descargo de la conducta de la juventud, las exponen, en todos sus aspectos reales, sociólogos, sicólogos y siquiatras, y les lanzan al rostro a los mayores los resultados de sus investigaciones a la luz de la ciencia. Y señalan o su índice acusador: La vacuidad del mundo actual. No existe nada sólido en que los muchachos puedan creer. La lucha por la vida determina un nuevo mal: la angustia. Por lo regular el vacío y los sentimientos de soledad
aparecen juntos. Los muchachos sienten la necesidad de verse
protegidos,
de depender
de
«algo»,
de
un conjunto
de normas, de un ideal, de una moral. Pero encuentran que los que la sociedad ofrece no valen la pena de ser
tomados en serio.
Además, existen los sentimientos de inferioridad y los problemas sexuales que se originan por el desajuste entre los instintos naturales de la adolescencia y los tabús impuestos por el ambiente social.
Esa
condición
Crece siste
de
el conflicto
durante
toda
guía,
con
su
de
prevención,
el desarrollo
de
celo,
fisiológico,
de
moral
vida.
Y este crecer, paralelo con la perpetua situación conflictiva del hombre con el progreso de sus facultades mentales, lo coloca en posición antagónica con cuanto lo circunda. Con las disciplinas educativas que se le imponen, con las costumbres que tendrá que adoptar y practicar, con los hábitos sociales del grupo a que pertenezca y con la moral que habrá de aceptar para adaptarse a su
comunidad. El conflicto ocurre
cuando
de
más
se halla
difícil solución ante
sí mismo,
para con
el hombre
las limitacio-
nes de sus facultades cognoscitivas para trazarse su itine-
rario en la vida. Este conflicto, deviene en crisis aguda, cuando el hombre inconforme con él mismo, con la conducta adoptada, con la profesión, el arte o el oficio elegidos, con el credo religioso que profesa, con la misma vida que es forzado a vivir, forcejea y se debate para encontrarse a sí mismo en el laberinto que ha creado en torno suyo, en cuanto cree, hace, piensa, siente y expresa
a distancia de su destino. «Puede
decirse
que
todo
cuanto
todo lo que podemos,
ha terminado
que
un
somos»,
ha
dicho
sabemos,
es decir,
por oponerse a lo
filósofo contemporáneo.
Llegará un momento en que la fatiga en la lucha por la existencia,
hombre
el fracaso,
las derrotas
continuas
rindan
al
ante todo lo que haya considerado en conflicto
con él, y capitule. Pero perdurará su conflicto íntimo, de honda internidad, en que se consumirá su espíritu en 7
+e
artes y letras
la agonia de su esperanza por hallarse a sí mismo, des* pués de haber intentado descubrirlo todo. Y es cuando se llega, ya joven o viejo, a esa edad crítica del conocimiento, asediado por la duda, en que constituye un estímulo incitante esta sentencia de Tomás de Kempis, en vez de la terrible admonición que pretende expresar. «Site buscaras a ti mismo, acabarás por encontrarte, pero será en tu daño.»
No
puede
haber
daño
si al buscarnos
hallamos
el
posible equilibrio entre la naturaleza y nosotros, entre la razón y la fe, entre la inquietud, la ansiedad y la angustia y la conformidad. consciente que nos emancipe de todo conflicto que no sea origen de progreso espiritual, causa de adelanto moral y razón de convivencia tolerante y amigable, con nuestros semejantes, en disfrute gracia de habernos hallado a nosotros mismos. Para los viejos, en su pasado-presente,
de
la
es fácil rejuve-
necerse, sentirse jóvenes en fraternal camaradería con la juventud que empieza a crecer, despreocupada y confiada, por la escala de la vida. Y en esa actitud es posible entenderse con ella, lograr su afecto, captar su atención y su simpatía, guardándose el respeto que todo ser consciente se debe a sí mismo en cualquier tiempo y en cualquier
circunstancia.
Con cada día que hemos de vivir, surge un misterio. Un nuevo misterio, que se repite h .,ta el fin de nuestra existencia.
Y, tal vez,
el nexo
más
uerte,
la razón
única
que la justifique sea que nunc: sepamos, ni siquiera podamos presentir hoy lo que n , reserva el día de mañana, el inmediato porvenir que. posiblemente hemos de vivir. Por lo demás, la mensura del tiempo la ha establecido el hombre a través de la pobre limitación de sus
facultades.
Y
sean más
que
tenidas todas
¡quién un
sabe!
si todas sus mediciones
solo tiempo
las épocas
en el que
preestablecidas.
se hallen
no con-
Ya T. S. Elliot, por su condición de poeta — vidente, profeta —, intenta establecer en su poema «Brunt Norton» las relaciones entre la realidad tangible y un orden posible extratemporal : Time present and time past Are both perhaps present in time future, And time future contained in time past. Que se ha traducido en romance castellano así: «El tiempo presente y el tiempo pasado— Están ambos presentes quizás en el tiempo futuro,— Y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado.» Cuando Muñoz funda La Democracia, la prensa metropolítica está dirigida por escritores excepcionales, de
sólido prestigio literario, lo mismo
que sus redactores y
sus colaboradores de plantilla: Miguel Moya, José Francos Rodríguez, director de El Heraldo de Madrid; Alfredo Vicenty, director de El Liberal, considerado como el primer periodista español de su tiempo; José Gasset y Artime, propietario y director de El Imparcial, siendo su Jefe de Redacción José Ortega y Munilla. Y, entre otros, los puertorriqueños Antonio Cortón, que dirigía la edición de El Liberal que se publicaba en Barcelona, Salvador Canals, Luis Bonafoux y Suárez de Figueroa. Con todos ellos alterna Muñoz Rivera, destacándose por la sobriedad, la elegancia y el vigor de su estilo y por la
originalidad de sus ideas. Por estas cualidades es el pri-
mer periodista de su época en nuestra Isla. Alto rango en el que aún no ha sido superado entre nosotros. Los periódicos son entonces órganos del programa político de su propietario y fundador, como en el caso de La Democracia, de un partido político, de una institución cívica o cultural, o de una doctrina religiosa.
8
e
artes y letras
Su director es portavoz de los ideales políticos o de los credos de esas colectividades. El periódico no es una empresa comercial. No es propiedad de una corporación o de individuos que lo operan como un negocio productivo., Aún el papel periódico no es una gran industria
publicitaria que produce pingiies beneficios a los tenedores de las acciones del capital con que funciona, o a sus propietarios exclusivos. Todavía las dimensiones de su texto de lectura no se ajustan y se someten a las deman-
das de los anunciantes, con fraude y abuso de sus lectores
adquirentes.
ciende
que
Y
aun
a la condición
lo mismo
empresario,
o
ya
se aplica empresa
el vocablo dual,
al escritor que
publicista
a veces
que
publica
no
des-
ambigua,
publica
sus
en
la
que
al
escritos,
con-
fundiendo el arte de escribir con el arte o... las artimañas de hacer dinero. En el artículo de fondo, que es después el editorial, el director del periódico desempeña la función y asume la responsabilidad de encauzar la opinión pública, es el
que la orienta y la ilustra. En sus columnas se expone el programa
de un partido
político, se divulgan
y se man-
tienen sus postulados y se dan a conocer al pueblo los resultados
de
sus
gestiones
administrativas.
La
prensa
de oposición, a veces, es mesurada y constructiva en la crítica de la obra del partido en el Poder, otras, la ataca con virulencia por contradicción sistemática, descendien-
do al más irrespetuoso y desatentado. personalismo.
El periodista, en la época en que Muñoz Rivera prestigió esa profesión, era misionero de la cultura, arquitecto de la opinión pública, artífice de la conciencia de su pueblo para inclinarle a discernir entre la aceptación pasiva y doméstica de la servidumbre, la explotación y la ignorancia, la libertad de pensamiento y de expresión y el derecho a regir sus propios destinos. Aquellos periodistas postulaban estos principios y los defendían con su pluma, con su palabra, con la exposición de su libertad y aun de su vida. O los discutían y los atacaban por convicción errónea, pero honrada. Eran nobles caballeros que contendian por sus ideales en campos opuestos y en posiciones antagónicas. Muñoz Rivera es el único periodista que funda el mayor número de periódicos en nuestro país, hasta hoy: La Democracia, El Liberal, El Diario de Puerto Rico, El Territorio, que dirigió Luis Rodríguez Cabrero, The Puerto Rico Herald y Self Help, revistas semanales. Seis periódicos en veinte años, durante los que profesó el periodismo
¡como
como
un sacerdocio
ejemplar,
como
el estilista original que fue siempre!
escritor Ves.
LA CRUZ AZUL DE PUERTO RICO INFORME 126,548
participantes
ANUAL
al 31 de
Marzo
LOS
HECHOS
de 1959
HABLAN
POR
SI SOLOS
SERVICIOS PRESTADOS DESDE COMIENZO DE OPERACIONES AL 31 DE DICIEMBRE DE 1958: PLAN
DE
HOSPITALIZACIÓN
MATRICULA
AÑO
N.- CASOS 1,111 9,520 15,830 17,467 18,925 19,769
11,259 80,290 114,104 115,436 114,856 122,351.
1944 1950 1955 1956 1957 1958
Y
SERVICIOS
MEDICOS
TOTAL COSTO SERVICIOS
DIAS
$
10,645 51,615 91,181 99,247 112,503 125,137
81,698 534,518 1,136,669 1,265,916 1,543.763 1,733,286
T
RECAPITULACION Acumulado A DIC. 31, 1957
SANS e
FSTADO
DE
SITUACION
31
ano?
TOTAL A DIC. 31, 1958
132,879 799,301
19,769 125,137
152,648 924,438
Costo Servicios : Hospitalización Servs. Médicos:
$5,907.724 3,310,716
$1,170,608 562,678
$ 7,078,332 3.873,394
TOTALES
$9,218,440
$1,733,286
$10,951,726
Casos Núm. ANA
AÑO 1958
Hospitalización Días Hospitalización
AL
DE DICIEMBRE
DE
195€
ACTIVO LO
QUE
TENEMOS:
Efectivo en Caja y Bancos ...... Bonos del Gobierno de EE. UU. Cuentas Por Cobrar ......... Os Otro ActivVO — .....occoooccocoo o
Arturo
$371,633 260,000 176,785 10,799
M-
Bxecut
Blue Pp.
¡ve
Cross 0.
La
O
Activo
Admitido
......
$819,217
de Hospitales y Médicos No Devengadas .........
$363,537 16,833
Reserva Para Pagos Suplementarios Retroactivos a Hospitales y Médicos Asociados ......
26,178
e
Puerto
Box 1431
san Juan 22, Total
cruz
Director
Dear MI-
WE
rico
rto Rico
La CruZz+
PASIVO LO
QUE
Cuentas Cuentas
DEBEMOS :
Otras Cuentas
Total
Por pagar
Pasivo
.........
—.:................
33.793
$440,341
RESERVAS LO DE” Reservas Reserva Total
QUE LOS Para Para
SEPARAMOS PARA SUSCRIPTORES Maternidad ¡Imprevistos
Reservas
PROTECCION
Prospectiva .... .........
—...o.oocccnccncccccooo
:
ova
ES $378.876
$819,217
9
e
artes y letras
Drigina
dos importantes firmas ¡ndustriales
Un ñame que crece silvestre en las llanuras áridas de Méjico es la fuente principal de la materia prima que se usa en la elaboración de productos hormonales. El Departamento de Investigaciones de la firma «Syntex, Sdad. Anma.», de México, desarrolló una fórmula mediante la cual se extrae la hormona esteroides de la raiz del Barbasco. En el 1949 se fundaron en Puerto Rico
las
empresas
«American
de Navidad, auspiciado todos los años por la Hon. Alcaldesa, Felisa Rincón de Gautier; la Liga Puertorriqueña contra el Cáncer y los Ni-
Un ñame silvestre y útil, combinado con el entusiasmo y la fe de varios industriales puertorriqueños y
ños
ción de dos firmas que han sido, por
Escuchas.
Otras
aportaciones
fi-
lantrópicas de estas dos industrias boricuas lo son la concesión de varias becas para sitarics en
fomentar farmacia
estudios univery quím'ca.
norteamericanos,
diez
Ste-
en
productos
farmacéuticos
elaborados para el consumo. Por diez años, las dos empresas han procesado millones de libras de Barbasco y han producido miles de productos farmacéuticos para ser distribuidos por las más conocidas firmas de este ramo de Estados Unidos y Europa.
Desde que se fundaron, las firmas han ocupado tres plantas en un edificio comercial en el corazón de Hato Rev. Emplean alrededor de 100 personas y toda vez que el proceso fabril para la elaboración de productos hormonales es altamente especializado, una
buena
Doña cón
Felisa Rinde
Gautier
recibe, agrade cida, un cargamento de ropa coro donativo de «American Steroids» para el Festival de la Navidad. A laizquierdael Lcdo. A. Monserrate Anselmi.
3
parte de este personal
es graduado de universidad con títulos de Farmacia y Química. Los no graduados se han convertido en cuasi-profesionales gracias a la cuidadosa instrucción que han recibido del Vice Presidente y Gerente General, el Lic. Adolfo L. Monserrate Anselmi. Durante sus diez años de operaciones, «American Steroids» y «Pharmaceutical Products Company» han gozado de una paz industrial estable en lo concerniente a las relaciones obrero-patronales.
Un
alto por ciento
del grupo de emplados que se inició al establecerse las empresas está todavía trabajando en ellas con entusiasmo v lealtad. En d'ez años han habido merecidos ascensos y bonificaciones anuales que han contribuido a hacer de la «familia Syntex», de Puerto
Rico,
una
familia
feliz.
Ha sido la norma de estas empresas contribuir al máximo de sus ca-
pacidades
en
yectos
carácter
de
fundación
en
muchas
obras
cívico.
1949,
han
y pro-
Desde
venido
su
ex-
tendiendo su mano generosa para ayudar a corregir problemas sociales. Es larga la lista de entidades caritativas que han recibido sustanciales contribuciones. Entre ellas, el Festival 10
e
artes y letras
La de
orgullo
de
sus
la
señorita Rosa Marín, química, supervisa una las fases de la elaboración de productos hormonales
crea-
fundado-
res, de sus empleados y de munidad puertorriqueña.
roids» y «Pharmaceutical Products Co.», para llevar a cabo el costoso y complicado proceso. de convertir la raíz del Barbasco en materia utilizable, y luego: convertir esta materia prima
años,
originaron
la co-
RIVERA
MUÑOZ
LUIS
Y LA JUSTICIA
SOCIAL Por José S. Alegría
bles
injusticias
traen
te, por asociación
a nuestra
de ideas,
la revo-
Acta
Jones,
Muñoz
Rivera
vino
Puerto Rico y ante los hombres de la dirección de su Partido, conjuntamente con los de la Cámara de Dele-
a los intereses de su pueblo, aun en perjuicio de sus conveniencias perso-
de justicia social a ser aprobado tan pronto como rigiera el sistema bicameral, electo por el pueblo. Aquel programa fue discutido ampliamente y un correligionario allí
nales y en contra de sus intereses materiales en un noble deseo de presti-
giar y convertir en realidades los posY
para
ofrecer
el primer
vamos a citar uno trascendentales de de ayer. Después
pidieron
que
la
políticos
a
ejemplo,
de los actos más nuestros hombres
los
de
esclavitud
de los negros con o sin indemnización,
la aprobación
de la célebre
e
implacable ley de Wilfredo Pareto que obliga a ceder al Estado una parte de los ingresos del individuo, sociedad o corporación que no son imprescindibles para su sustento y el
de
su familia,
miento
de
su
o para
el funciona-
negocio,
constituye
a nuestro juicio el paso más trascendental en el camino de nuestras grandes conquistas hacia la verdadera jus-
ticia social. Hasta
co
el año
existia
una
1916,
en Puerto
contribución
Ri-
federal
muy leve sobre los ingresos excesivos. Los puertorriqueños nada podían
hacer
para
mejorar
las
condiciones
económicas y sociales de nuestro pueblo. Frente a toda iniciativa de nues-
tra Cámara de Delegados y de la minoría puertorriqueña del Consejo Ejecutivo, se levantaba aquella Roca
Tarpeya — así la llamó Luis Muñoz Rivera — de seis norteamericanos opuestos siempre a todas las ambi-
ciones nobles y justas de nuestro pue-
blo.
gados,
sometió
un
programa
extenso
o
o
con
los ricos
unionistas
que
se van
no
lo
son,
también Santia-
go Iglesias se encargará de que se aprueben estas medidas. Poco tiempo después murió Muñoz Rivera y en 1917 se aprobó el Acta Jones. Ese mismo año se eligió un Senado y una Cámara de Representantes con mayoría unionista; con una valiosa minoría republicana, y con
Santiago
Iglesias
representando
en el Senado al Partido Socialista. Ambas
ms 0 —
puertorriqueños
abolición
—Si los
a
tema social y económico llevaron a efecto hombres que demostraron, con la acción más que con la palabra, que servían con la mayor honradez
que por deseo por in-
—Si ese programa legislativo se aprueba, los que poseemos alguna riqueza nos iremos del Partido. Rápidamente, Muñoz Rivera dijo también en alta voz:
Seguro del triunfo de sus gestiones como Comisionado Residente en Washington y de la aprobación del
men-
más
comprensión, dijo en alta voz:
franquicia, de nombramientos, de legislación y de administración pública.
lución legislativa que en nuestro sis-
tulados de los partidos que pertenecian.
presente,
Pero se acercaba la aprobación de la Ley Jones, que borraba de nuestra constitución política aquella mancha horrenda de seis hombres no nacidos en Puerto Rico que imponian su voluntad absoluta en toda materia de
Un olvido de todos los gestos gloriosos de nuestro pasado se advierte en el comentario periodístico y en las conversaciones de los mentideros de las esquinas en una ignorancia pública absoluta de la labor que realizaron compatriotas ilustres para encauzarnos por sendas gloriosas. Estos lamentables olvidos y palpa-
—
minorías
se
caracterizaron
por su valiosa cooperación ción constructiva.
En
el Senado
estos
grandes
ocupaban
señores
del
teger a los trabajadores en su liber-
asientos
res a los que señalaba la ley federal
tad de ser miembros de las organizaciones obreras; para proteger a los trabajadores en sus hogares; para establecer deberes de los patrones en los casos de huelgas; para obli-
azúcar,
en
ri-
José
Soto y Frank Con
labor
estos
Barbosa,
José
Martínez.
señores
legislativa
senadores
Valdés,
compartían
la
los
Mariano
Abril,
C.
Antonio
R.
José
Barceló,
lix
Santoni,
Francisco
Sein,
Con
excepción y García
No
que
diremos
limitaba
que
resta
sin
mayoría,
fije el tipo a la renta exce-
José
fortuna,
los demás
inmensa
la realizan los propios
sados
y a quienes
Fue
también
intere-
perjudica.
este grupo
de hom-
bres el que en consonancia .con los de la Cámara de Representantes, en sus cuatro períodos legislativos
— 1917-1920 — estructuró una legislación de carácter social y económica
por
Muñoz
aquel sentir y anhelar de Muñoz Rivera, aprobó nuestra primera ley de
rescata
por
completo
inspirado
su
renta
pedida
que,
en
siva; pero sí afirmamos que reviste mayor importancia y mayor gloria cuando el acto de despojo de esa
de
y Mar-
en
el
importancia
hombres
nas de más o menos capital y algunos, por su profesión, estaban ligados a los intereses azucareros o corporacionistas de Puerto Rico. _Hacemos este recuento porque fue
Senado
ingre-
Fé-
senadores de este grupo eran perso-
este
sus
y que roba gloria el que un grupo de
de los señores TiDucos,
:
contribución sos.
tín Travieso. zol, Abril
1916.
veces
Leo-
poldo Feliú, Juan García Ducos, J. Tizol, Francisco N. Susoni
muchas
intereses azucareros y corporacionistas, se impusieron a sí mismos esta
Tous
alto cuerpo
del
eran
Estos senadores ricos, millonarios, y otros ligados por su profesión a los
do Georgetti, José Rovira, Juan AnRamón
Rivera,
que
para
los
la poste-
ridad. (Viene
de la pág-
gar a las Centrales a tener en sus factorías un médico, un cirujano menor
o
el patrimonio
histórico al que
DROGUERIA
José
tenemos
Toda
mayoría ron.
el
esa legislación fue inspirada
y minoría, que las redacta:
mereció
el elogio y el reconocimient) de los más prominentes líderes del socialismo puertorriqueño.
2)
acceso.
He debido adentrarme más en este período de nuestra historia políticosocial, pero el espacio en una revista es y debe ser para artículos cortos. Hoy tan sólo nos basta retirar algunas piedras de las que han caido so-
bre la tumba de muchos de aquellos hombres que, mermando su oro, dieron brillo al programa de sus respectivos partidos.
Y FARMACIA
EN
1896) de
>
PRESCRIPCIONES PATENTIZADO PERFUMERIA JOYERIA JUGUETES FUENTE DE SODA
KODAK FRENTE AGUADILLA artes y letras
debida-
determinar
Labor tan y tan humana,
Departamento
e
botiquín para
Ferrari (FUNDADA
12
un
por Luis Muñoz Rivera y asegurada su aprobación por su Partido que tenia en el Senado y en la Cámara una absoluta mayoria. Sus deficiencias y sus bondades las salvan el tiempo en que se aprob1ron y la calidad de los hombres de
The Island Times haya caído en las la Casa Blanca se nos devuelva todo
hoy apenas
y
equipado;
procedimiento para la reclamación de salarios por los obreros; para regular el trabajo de mujeres...
destruirnos.
Ojalá que la sugestión de conciencias alertas y que con
enfermera
mente
No soy de los que viven en el pasado, no; al contrario, combato el tradicionalismo estrechos sin embargo, aprecio mucho la mejor sustancia de la tradición, sin la cual no es posible un presente o un porvenir. Somos y seremos por lo que fuimos. Renunciar a eso es
para pro-
mayo-
los tipos
J. Benítez Díaz, Juan Cortada, EduarTió,
esos hombres
contribución sobre ingresos, en la que
cos todos y algunos millonarios: gel
Legislaron
y su ac-
A LA
PLAZA
DEGETAU PUERTO
RICO
Un libro de historia fundamental
«Historia
de
Políticos
los Partidos
Puertorriqueños»
por Bolivar Págán (dos tomos)
1898
1956
Bolívar Pagán «Si grande es la labor de Bolívar Pagán, escritor e intérprete de la historia, no lo es menos la del compilador. En dos gruesos volúmenes el autor nos da el estilo bien cortado, la historia bien pulida y un riquísimo tesoro de documentos históricos. Por eso el libro es para leerse y consultarse, y quedarse.» WASHINGTON «Su
autor
conoce
profunda
vocación
el
de
poder
ción
vasta
el
oficio.
El
señor
LLORENS.
Bolívar
y una
de
coordinación,
pluma
de
síntesis,
con
aguda,
una
erudi-
elegante.» EPIFANIO
FERNÁNDEZ
VANGA.
«Es
obra
de
honrado
exploradas
con
aliento.
paciencia
Es
mina
pertinaz.
de
El
lo
ENRIQUE
ratura
libro de
política
de
«Estilo lidad
a
la
vivo
y dinámico,
verdad,
documentación
objetividad
a
toda
hizo
Pagán
Rico,
es obra
Apasiona
Ramos.
cumbre
de la lite-
la” lectura
de
sus
dos tomos, no solamente por las bondades que lo adornan al servicio leal de la verdad histórica, simo por su estilo ameno, sencillo y escencialmente humano.» PEDRO A. VÁZQUEZ.
de 700
páginas;
apasionante. Su rebuscamientos
consta de dos tomos, de más
pero se lee de un tirón, como estilo claro, sincero, facilita su lectura.» RAFAEL
terso,
sin
Rivera
una novela artificios
ni
SANTIAGO.
luz OS
BALSEIRO.
fehaciente.
fide-
equilibrio,
todo
costa,
Puerto
y
abundantes
autor
A.
Bolivar
Brau.
y madura,
JuLio Soro
en cada una de sus galerías para mostrar el curso diáfano. luego de adentrarse con seguro andar por nuestros anales. Su madurez no se halla únicamente en la mera exposición. Hay algo aún más admirable: la madura sinceridad con que el autor reconoce las realizaciones de quienes fueron adversarios suyos. Ejemplo de probidad digno de aprecio y de-loa.» José
años a Balivar
Ramírez
«Es obra sencillamente portentosa, perfecta mejor que se ha escrito en su género.»
«Este libro de Bolívar Pagán
ACLAMACION CRITICA «Enjuicia con profundo conocimiento y honesta imparcialidad la ruta azarosa de la historia política de nuestro pueblo.» MIGUEL MELÉNDEZ MUÑOZ. venas,
Pagán.»
«Este
Pagán,
de historiador, posee la observación
análisis,
gante que ha consagrado desde hace muchos
ensamblado, armonizado, lleno de vida y del apropiado color, ha permitido a Bolívar Pagán escribir esa monumental historia de los partidos políticos puertorriqueños. Es la primera vez que se aborda en Puerto Rico una tarea de tal magnitud y alcance.» Tomás DE JEsÚs.
—+
«Bolívar Pagán, durante una ¿poca del largo periodo histórico que cubre la obra, fue protagonista en la escena política de Puerto Rico, se agitó en el Parlamento de aquí y de
Washingtoh, como
en las tribunas
historiador
ha
públicas
acertado
tiva e imparcial con respecto a hechos. Ha logrado hacer un timientos partidistas ni ataques y todo ello concatenado en la
Obra
exclusiva
de:
colocarse
y en la Prensa; en
una
actitud
pero óbje-
los hombres, los ideales y ¿os documentado relato sin resenni favor hacia ningún grupo. prosa sencilla, amena y ele-
LIBRERIA La Librería
donde
usted
CAMPOS consigue el libro
SAN JUAN DE PUERTO
puertorriqueño
que
desea y cualquiera otro del Mundo Hispánico o Estados Unidos
RICO
COMPRE
Arturo
CAMIÓN
Somohano
La Junta Directiva de la Orquesta Sinfónica de Madrid, ha enviado un oficio al director y compositor puertorriqueño Arturo Somohano en la que se le comunica que «Debido a sus extraordinarios servicios como director de orquesta y al mismo tiempo de compositor meritísimo, esa sociedad, la más antigua de las orquestas españolas fundada por el insigne el año
SU
maestro don Enrique de 1904, ha tomado
Internacional
Fernández Arbós, en el acuerdo de nom-
brarle a usted director de honor de la Orquesta Sinfónica de Madrid». En breve el maestro Somohano recibirá un pergamino que le acredita como tal.
El oficio viene firmado por el Secretario de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Arturo Somohano ha dirigido con
éxito
dicha
orquesta,
asi
numerosas
como
otras
veces
orquestas
Adrián
de Europa y en breve saldrá hacia Washington y
Neuson,
Inc.
Nueva York donde ofrecerá sendos conciertos. También ha sido invitado a dirigir en Oslo (Noruega), a
donde volará dentro de algunas semanas. En
Puerto
Rico,
donde
sus
actividades
son
co-
nocidísimas, Arturo Somohano presenta su orquesta de concierto, que fundara hace ocho años, en distintos conciertos en su mayor parte de música ligera.
CORTESIA
SAN
DE
JUAN
—
PUERTO
RICO
CORTESIA DE
Carlos Tbuertas Presidente
Centro
de
Detallistas
de
de Puerto Rico
San
COOPERANDO LABOR 14
+.
artes y letras
A UNA CULTURAL
Germán
GRAN SAN
GERMAN
—
PUERTO
RICO
RS
¿Qué
sabe
usted
10 contestaciones, excelente
de
esto?
uy
to
in
e
5 contestaciones, bueno
¿Quién
fundó el Ateneo Puertorriqueño? tuvo la idea, pero no la llegó a cristalizar? ¿Quién
antes
que
gt
«Crimen
y Castigo».
¿A qué famoso artista italiano se le atribuye el haber iniciado, realizado e intentado unos tresciento s y pico de inventos, incluyendo el
«hombre volador»?
En la obra de don Eugenio María de Hosto s, «La Peregrinación de Bayoán», ¿qué tres símbolos principale s usó el autor, para Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, y por qué? ¿Quién fue don Manuel Alonso y qué relaci ón tiene con nuestra literatura?
Nombre dos ilustres figuras en qué fecha y dónde? ¿De
qué
póstumas,
dramaturgo una
de
las
de
nuestra
tierra nacidas
americano
se han
estrenado
cuales
se
está
ya
representando
este
DE
MUSICA
tres
Tres
Hermanos,
Esq.
SANTURCE
y »)
MATRICULESE HOY
Don
Jesús
Estrella
obras
de
la
Jodos la Prefieren
Figueroa Calle
mes.
actualmente
en Broadway? ¿Dónde, sin embargo, se estre naron todas? ¿Qué dramaturgo puertorriqueño dramatizó el episodio muerte de «María Antonieta» de Francia? ACADEMIA
él
Nombre los autores de las siguientes obras clásicas del mundo: «La Divina Comedia», «El Para íso Perdido», «El Capital», «Hamlet»,
O
ICMUEN TAMOS
¿A quién se le llamó en un libro sobre su vida, «Un Hombre del Pueblo»? ¿Quién fue el autor del libro? ¿Quién es el autor nuestro que en nuest ra época ha escrito posiblemente más que nadie en torno a los problemas del campesinado puertorriqueño?
Porque es Mejor *
La única cola completa.
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Perfectamente
bor y cante...
de
PIDALA
balanceada
rápida
BIEN
en
acción
sa-
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FRIA...
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FIGUEROA
Director
Una
cola
15
completa
e
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FOTO
RAFAEL
“LO
IMPORTANTE
NO
ES
LO
QUE
SE
AGUDO—Versátil
DIGA,
SINO
actor
LA
puertorriqueño.
pionero
GRACIA
de
nuestra
CARLOS
radio,
teatro
E
'
BUESO
y televisión.
CON
QUE SE DIGA”: dice Agudo. De la misma manera, no basta decir que algo es bueno. Cuando se trata de rones, es el público consumidor quien puede juzgar si es bueno o si las cualidades que se le atribuyen son verdaderas. El público consumidor puertorriqueño, ha demostrado, al brindarle su preferenCia, que es muy cierto que por su exquisito sabor, su aroma, su suavidad y pureza,
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es un ron verdaderamente
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MUNDO
AUDIENCIA
PROTEGIENDO
18
EL
NUESTRA
CULTURA
DOS POEMAS
PARA
LUIS MUÑOZ RIVERA
LUIS
MUÑOZ Ante
RIVERA su estatua
HA MUERTO
erigida
en la
Universidad de Puerto Rico. Este fue un príncipe del ensueño. Todo
ansiedad.
Todo
ilusión.
Un virgen vástago de la montaña. Todo verdad. Todo candor. Cuando sus labios él abría, se abría también su corazón.
MUÑOZ
Se vistió el cielo de luto, el mar se hizo sombra densa, corrieron rios de flores llorando desde la sierra. Los corazones de hombres en hondas quejas se vuelcan; los labios de las mujeres rezan, rezan, rezan, rezan; los niños turbados, hacen
Y era tan cálido que parecía
cien preguntas
recién salido del crisol.
—Se quedó sin voz la patria: ¡ha muerto Muñoz Rivera!
Este fue un niño que en la cumbre
Paralizada de miedo la Isla se queda yerta entre misterios de plomo, de ceniza y de tinieblas.
vió el arco iris seductor. Tras él subió y domó la cumbre. Y al ver que el arco se esfumó, lloró su ensueño,
como
un niño,
Los nervios quietos de espanto;
y como un niño se durmió. Ante
su muerte,
quedó
cada mirada se quema en fuegos de desventuras sobre horizontes de ausencia. —Se quedó sin voz la patria : ¡ha muerto Muñoz Rivera! —«¿Dónde el varón, Puerto Rico, que como él te defienda? —Y, ¿quién sabrá sus palabras de nuestra hora siniestra? Dondequiera que va el féretro fervor de manos le esperan;
el pueblo
todo empapado de dolor. Bello dolor que en la montaña ante la cruz se arrodilló. Dolor tan bello que en la urbe en bella estatua se cuajó. Bendito sea el noble bronce digno de tal rencarnación. Bendita sea la augusta frente que aun da en el bronce resplandor. Que la neblina azul la moje. Y que la seque el rojo sol.
dondequiera lo detienen
La Cruz del Sur, que en nuestro cielo con clavos de oro clava Dios. en rumbo al Sur guía las naves de libertad y redención. Presa en el pico de audaz águila
para llorar a su vera; de Santurce sale ahora camino de Río Piedras; después en Caguas se posa, porque allí animó su prensa; Ponce estremécese todo
que escala nidos de cóndor,
va la inocencia de una estrella marcando rumbo al Septentrión. Plegue al destino que este bronce, faro de luz de patrio amor, guie las naves hacia dentro de nuestro propio corazón. Luis
LLoréNs
sin respuestas.
en an2ustias inconcretas
— ese Ponce que sabia de su pluma clara y recia —.
TORRES
Por fin vuelve a la montaña de donde antaño partiera, y es como si el corazón ya no latiera en la tierra. Barranquitas, que le diste al mundo flor de nobleza; Barranquitas, que te hiciste inmortal con su presencia, ¡qué han sentido tus entrañas al tocar su carne muerta en silencios que no finan mientras
el dolor te arredra,
i
que si ayer fuiste su madre hoy le lloras como huérfana! —Se quedó sin voz la patria: ¡va murió Muñoz Rivera! (Pero en el Cielo se asoma
el oro de aurora nueva...) José Acustíx
BALSEIRO
1 ¿Su
nombre?
¿Para
qué?
Bajo
las nubes no hay músicas que imiten
su sonido. S. A. DOMÍNGUEZ
Es ella:
la que escancia, como
Hebe,
en anchas copas el fragante néctar; la que surge en el caos de mi vida como un rayo de luz en la tiniebla. Sus ojos, del santuario de su alma celosos y adorables centinelas,
tienen la sombra densa.de la noche y el claro
resplandor
de
las
estrelias.
Vibra su voz como el primer murmullo
que en los bosques dormidos se desp:erta, cuando la dulce claridad del alba el horizonte a colorear empieza.
Su nombre es una gamma in:mitable, en que ardientes se funden y se mezclan trinos,
gorgeos,
melodías,
lágrimas
susurros
y risas,
y cadencias.
HU
A
un
iínme
ignoraba ab IU
Mientras
haya
cuerdos,
habrá
esperanzas,
los ojos.
re-
poesía.
La teducción del universo a un
BÉCQUER
solo ser y la dilatación de ese ser hasta
Dios:
eso es el amor. Vícror
Yo no rezaba nunca: en li la vi una vez arrodillada y
Huco
Cuando
busco en las cuerdas de mi lira
una armonía delicada y dulce, Cuando suenan sus pasos a lo lejos mi corazón alborozado salta,
siento en mis nervios palpitar la vida
evoco
su
memoria;
mil
ideas
tiernas y gratas a mi mente acuden;
y la voz expirar en mi garganta. Se acerca
encantadora
y a mis ojos,
para verla mejor, llega mi alma,
y mis labios se agitan convulsivos
miro flotar su deliciosa imagen entre flotantes ráfagas de lumbre; respiro con delicia en una atmósfera saturada de mágicos perfumes;
sin poder pronunciar una palabra. Luego se rompe el inseguro dique; se desborda
el torrente,
el amor
habla
en ese idioma misterioso y grave
en las chispas ardientes de sus ojos enciendo las hogueras de mi numen; arde la inspiración, vibran el canto brota, la armonía
las cuerdas, surge,
y al disiparse la visión radiante, idolatrada,
cual
se disipa
vaporosa
nube,
miro a Dios fulgurar en sus pupilas
mis versos en la mente se dibujan
y caigo de rodillas a sus plantas.
y en el papel mi pluma los esculpe.
20
+
artes y letras
Sus cabellos tendidos por su rostro oculto entre nevada] sus manos juntas y sus ojos fi del pavimento en las pintad;
parecía un arcángel de log mirando el nacimiento de la ¿ oraba y su palabra se perdía como un susurro por las altas Y comprendí
el valor
y oré con la emoción in
y en ella se concentra el universo, y al estrechar su mano
amanecía y en las naves ¡bal por grados disipándose la so
del que
ve disiparse co:
la duda que le asedia y le d
:
VI Y vivirá como perenne aroma su espíritu en el mío, aunque me enseñe la mundana ciencia donde la hierba de olvidar se cru.
MENÉNDEZ
PELAYO
¿Olvidarla? Jamás. Cuando la vida empiece a declinar; cuando la sangre circule fría por mis venas;-euando de la vejez por la pendiente baje;
aun entonces, pensando en-otros días
SES
más
SA
deseados
recordando
cuanto
más
distantes;
el volcán que alimentaba
el vivo fuego de sus ojos grandes, latirá el corazón apresurado; las nuevas flores abrirán sus cálices:
bajo las capas gélidas del tiempo brotará en chispas el dormido cráter, y en el fondo del alma conmovida, pálida y triste surgirá la imagen; como Venus surgió, riente y pura,
IV
al beso de la luz sobre los mares. de
n inmenso placer que yo braba abro mi corazón, alzo ojos.
El
corazón
henchido
de
amor
vi
es el universo. TeELMA
Guo
Quand CASTELAR a:
Hos por
la espalda,
nevadas blondas, s ojos fijos $ pintadas
losas,
El de los cielos o de la aurora: e perdía las altas bóvedas.
or df una plegaria; in
Cuando miro su del templo antiguo en las nubes que en las olas del mar
torso que se esfuma en el altar augusto, surcan el espacio, ancho y profundo;
enivrés
Es el paso del hombre por la tierra una serie de sueños imposibles; un cúmulo encarnados
infinito de deseos en cosas que no existen.
harta de huir, se vuelve y nos sonrie,
si
la misma
las
desiertas
avenidas
cruzo;
Cuando llega un instante en que la dicha,
amarga
cuando en el éter impalpable y vago siento que está rodeándome su influjo, y en todas partes su silueta miro, oigo sus pasos y su voz escucho, a solas con mi amor y su recuerdo, absorto en mis delirios me pregunto, cómo puede caber dentro del alma una pasión tan grande como el mundo.
se
LAMARTINE
Cuando en el rayo de la casta luna la irradiación de su mirada busco y me parece divisar su sombra
y honda
coo el humo há y le devora.
yeux
[soulévent vers toi, nul mortel sous les cieux n'est [pius hereux que moi.
en los altares
lada y sola; aves iba se la sombra.
mes
incertidumbre los instantes
más
de perderla felices. _
Quisiera prolongar este minuto en
la insondable
sin límites;
eternidad
eternidad que mi razón comprende y, sedienta de amor, mi alma concibe.
¿Por qué ha de ser tan breve nuestra vida como
la antorcha, que su luz despide
roja y ardiente y al soplar el viento vacila,
tiembla
y rápida
se extingue?
2?
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sabe usted de
esto?
L,
Al doctor José Celso Barbosa en el libro que Antonio S. Pedreira escribió sobre su vida, intitulado «Un Hombre del Pueblo»,
2.
Don Miguel Cayey.
Meléndez
Lo fundó don Manuel
Muñoz,
quien
reside
actualmente
en
de Elzaburo. Antes que él, acarició la
o Y
idea de fundarlo, Alejandro Tapia y Rivera, pero no encontró apoyo suficiente para ello. : Dante Allighieri; .John Milton; Carlos Marx; William Shakespeare; Fedor Dostoiewski. A Lorenzo da Vinzi.
Según las propias palabras de Hostos, en el libro, Guarionex, nombre del cacique más poderoso de Haití, representaba a Santo Domingo;
=l
LUMPRODGMOvd
d
Bayoán,
el primer indígena que «dudó de la inmortali-
dad de los españoles a Puerto Rico; y Marién, nombre indígena de la comarca más bella de Cuba a la misma. Don Manuel Alonso fue el autor de «El Jíbaro», publicado en Barcelona en 1849. Es una serie de cuadros de costumbre de la sociedad
que
el autor vivió. Nuestro
primer ensayista,
en quien
encuentra lo «criollo rumbos ciertos hacia la tierra de su peculiar expresión», según palabras de F. Manrique Cabrera. Don Luis Lloréns Torres, considerado nuestro mejor poeta, nació en el barrio Collores de Juana Díaz el 14 de mayo de 1878; y
el doctor Julio Henna, músico, patriota y escritor, nacido en Ponce,
el 24 de mayo de 1848.
10.
Eugene O'Neill, cuya obra «Touch of the Poet» es un éxito actual en Broadway. Todas sus obras póstumas, han sido estrenadas primeramente en Estocolmo, por disposiciones suyas. Don Manuel Corchado y Juarbe. La obra se estrenó en San Juan, con el mismo título de «María Antonieta»
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El ideal de Muñoz Rivera por JUAN
so que mi patria se habrá salvado para la libertad y engrandecido por la solidaridad con el pueblo más gran-
B. HUIKE
de de la tierra.» El ideal de Muñoz -
Fernández Vanga pide a los escritores del país que escriban sobre Muñoz Rivera en este año de su centenario. Yo voy a complacerle, reproduciendo un artículo que escribí hace mu-
chos
años,
a raíz de su
político aún torriqueños.
no
comprendido
Creo que todo Puerto Rico ha de estar interesado en conocer cuál era el pensamiento político de Luis Mu-
ñoz
Rivera.
le han
Vii
como
Algunos
hecho
de sus amigos
aparecer
ante
el país
partidario de la República,
el
ideal del Partido Liberal que es conUnuación de la Unión de Puerto Rico. En mi opinión no es asi. Muñoz
era
partidario
pero
con
ninguna
de la independencia,
este nombre
forma
no
señalaba
especial de gobierno
puesto
que
su
pais
era
impotente
para obtener por su solo esfuerzo la resolución del status, él era partidario de que aceptásemos cualquier forma que fuese libre y digna. José de Diego, que era otro gran adalid de la patria, era el defensor de la República. Después de la muerte de
Muñoz
Rivera,
las autoridades
de su partido lo encaminaron hacia la República e informaron al pais que ese era el ideal de Muñoz Rivera. No era así. Muñoz quería una patria libre y pensaba que la libertad podía realizarse lo mismo en la República que en el estado o la autonomía. Li-
en
en De
que
su
hablo
sobre
totalidad
Diego.
—
por
el ideal los
puer-
Independencia,
Nueva
York.
Para
Mu-
ñoz lo primera era la patria. La forma de gobierno que pudiera conseguirse para ella era cosa secundaria. Y su preferencia no tenía importancia. El sería lo que su patria llegase a ser Autonomista dentro de la autonomía o estadista o republicano dentro de esas otras formas de gobierno. Cuando él discutia con algún partidario de algunas de las formas de gobierno v oía decir, por ejemplo, «lo primero es la República», en el acto contestaba: «lo primero es la patria».
de Muñoz
permanecieron
frente
Rivera
a
su
que
Partido
dieron la impresión al país de que Muñoz, partidario de la independencía, era exclusivamente partidario de la República y eliminaron todos los ideales, dejando exclusivamente el de República. Muñoz Rivera, que habló a los hombres de la Junta Central cuarenta días antes de morir, dijo en esa última sesión a la cual asistiera estas palabras que yo oí: «Eliminamos el Estado sin resultados prácticos para la Unión. Vamos a incluirlo nuevamente en el programa que ya, con la ciudadanía, es una posibilidad del porvenir. El programa del presente debe ser el mismo que fue anteriormente.
Y cuando
venga
De
Diego
Estado, República,
cosa
sus
amigos
principal.
República»,
han
«Lo
lo hicie-
primero
dicho
sus
la
amigos,
consigne
mación Para
no los
nificó más de Muñoz mino. De ideas de
en
acta.»
se le dio
Y
esta
nunca
ideas de Muñoz
estaban en distinto
campo, defendidas por un nuevo adalid
(Rafael
Martínez
Nadal),
soste-
nedor del ideal de Barbosa y de las prácticas políticas de Luis Muñoz Rivera, el pueblo puso su confianza en el nuevo líder, derrotando a los viejos amigos
de Muñoz
Rivera
y co-
mo siempre está triunfante en la conciencia del país. Muñoz nunca ha sido derrotado. Lo han sido los hombres que se creveron sus intérpretes. Fíjese el país que es el ideal de Muñoz Rivera el que debemos llevar en nuestras almas. Nuestro país, pequeño como es, no puede empeñarse en una forma especial de gobierno,
ya que propio
no puede esfuerzo.
realizarla por
Sus habitantes,
su ciu-
dadanos americanos, tienen ante si la posibilidad del Estado. Camine
infor-
mos hacia él. Es acaso la más difícil y la más distante colusión, pero lle-
al país. sig-
vándola en la mente nos preparamos
la vida de éste. Las ideas pasaron a un segundo térDiego influvó más que las Muñoz.
para toda posible fórmula del porvenir. Si el Congreso de los Estados Unidos y el pueblo de Puerto Rico no se ponen de acuerdo en cuanto al Estado, siempre se encontrará algu-
directores
del
Partido
No creo que hava nadie que pueda
decir cuál era la preferencia de Muñoz en cuanto a la forma en que podía desarrollarse el ideal de independencia. Yo le oí hablar siempre
na
altamente, respetuosamente, de dos los ideales. Pero vo recuerdo
cosa y la realidad otra. Procuremos
palabras:
«Dadnos
el Estado
tosus
y yo
lo aceptaré en nombre de mi pueblo», y tengo para mi que él pensaba a menudo en la posibilidad de obtenerlo para garantizar de ese modo la independencia de su país. El dePartido a la cual pertenecía yo. En seaba que su hijo fuese un perfecto una ocasión les oí hablar de este . ciudadano americano. El escribió en modo: : una ocasión a Fernández Vanga una Muñoz. — Independencia, senticarta en que decía: «Si los Estados miento. Tenerla en los corazones paUnidos conceden a mi país un comra realizarla en cualquier forma en pleto gobierno propio, yo, que soy autonomía.
secundaria,
ron
esta que
Yo le oí muchas veces expresando estas ideas. De Diego era un ardiente defensor de la República y con frecuencia discutía con Muñoz en presencia de la Junta Central del
que sea posible:
cosa
blo empezó a darse cuenta de que las
Los amigos
se
de
co-
es po-
pregunta.
el Estado
su autonomía,
¿Cómo
sible que sus amigos que le oyeron como yo hayan llegado a tan distintas conclusiones? Lo que para él fue
cuando él tantas veces repitió: «Lo primero es la patria.» ¿Y qué ha ocurrido? Que sus amigos, al frente del Partido, pudieron llevarle al triunfo. con el recuerdo de su nombre, una vez, dos veces; pero cuando el pue-
de España se le debe informar opinión mía para lo cual pido
con
fuese digna y libre».
hacerlas sentir. Muñoz. — Y si no se logra, ¿qué hará usted? Si se nos niega, ¿llevará usted a su pueblo a la revolución v a la muerte? De Diego dejó de contestar la
mo Francia con su República o como
bre es Canadá
mo-
vimiento en favor de la República. Agitar el ideal ante las masas para
él
del país. El creía en todas las formas, y
muerte,
era, sin duda, el de la libertad de su patria. Autonomía, Estado, República, cualquier forma «siempre que
puertorriqueño, me sentiré americano y actuaré como americano y pien-
forma
que
sea
satisfactoria
a
to-
das las partes. No miremos con desprecio el ideal de nuestros antepasados:
la autonomía.
El sueño es una
armonizar el sueño con la realidad. Muñoz Rivera tenía una visión de gran alcance. Escribió para un siglo o más. Ningún patriota le ha superado. El enseñó a soñar a este
pueblo
predicándole
a
un
tiempo
ideas de templanza y de serenidad porque para él tanto valía la felici-
dad como la libertad. «Protestábamos en épocas
de tiranía;
en épocas
de
libertad ayudemos y agradezcamos.» El
maestro
que
dijo
estas
palabras
señaló con ellas el camino a seguir. Sigámoslo con fe. Hemos de soñar siempre, pero vivamos en libertad. 31
e
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ANTIGUO DE
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de Puerto
P. R.
Rico
Al. BASE COAMO
BARBOSA
Y MUÑOZ
RIVERA
Ante la tumba
de Barbosa por Miguel A. Sánchez Méndez
Estamos
anteel altar de la Patria.
En el sitio de reposo de la muerte
hay muchas veces que ir a buscar la fuente de la vida. Esta es la fuente de vida de nuestro ideal. Aquí está la chispa inapagable que enciende la lumbre del idealismo político de nuestros
corazones.
Hace ya muchos años que desapa- . reció él materialmente de entre nosotros, pero es evidente que jamás fue tan fuerte como ahora el ideal que nos legó ni jamás estuvo tan cercano
de
realización
su
visionero
pen-
samiento político. Aquí estamos hoy de nuevo, y ahora no estamos arrinconados contra una muralla de martirios por avasalladoras fuerzas destructoras. No. No. Ahora venimos aquí a entonar un himno
de
esperanza,
un
hosanna
de
fe, que pronto será de victoria. Ahora
venimos,
no
como
en
algu-
na ocasión anterior, en que las velas de nuestro barco parecían desgarra-
das por los huracanados
vientos
de
procelosos
oscura
no-
che que nar
jamás,
mares
en
no daba sino
una
señales de termi-
que
por
el contrario
fe cuando nos las negaba la adversidad, lo mismo que era aquí que veníamos a llenar de nuevo espíritu de combate nuestros desfallecientes nervios cuando parecía destrozarlos el infortunio y- la incomprensión, ahora, cuando ya la victoria asoma, aquí es que tenemos también que venir a depositar los manojos de rosas frescas de nuestra nueva poderosa
confianza,
amanecer
resplandeciente,
cantando
nuestra
avasallado-
de victoria,
de nues-
tro júbilo. Ahora
podemos
ilustre muerto en
esta
tierra
venir
cuyos
a decirle
al
despojos yacen
santa:
Maestro,
las nu-
bes se están dispersando en la nueva aurora. El sol está saliendo. Tu ideal camina a paso de vencedor. Maestro, * estás
vivo,
vivo,
la conciencia
vivo
un
nunca
momento
comprender
tamos
como
en
de tu pueblo.
Recordemos para
mejor
su obra
por
qué
es-
aqui.
Bajo
la dirección
Barbosa
se
1899
Partido
el
fundó
de
José
el 4 de
Celso
julio
Republicano,
de
dedi-
cado al propósito de laborar en favor de la Estadidad para Puerto Rico.
venimos por sobre un piélago azul y sereno y cálido, bajo la gloria de un el céfiro alado en las jarcias, segura la brújula, firme el timón, con la emoción incontenible del mismo sublime nerviosismo que debió agitar la tripulación de Colón cuando, sobre la cresta de las ondas, luego de la navegación larga y azarosa, comenzaron a verse las primeras alas en los vuelos de los pájaros que indicaban que ya estaba cerca, muy
de
ra certidumbre
¿Qué
de que
somos
patria que es la tumba de Barbosa, la cornamusa de emociones y satisfacciones y felicidad que llevamos en el corazón. Porque, al igual que era aquí donde veníamos a buscar esperanza y
adversa-
aun
por sus presentes
rios.
En
las
pasadas
elecciones,
por ciento del electorado
el 90
se mostró
partidario de lo que el jefe del Gobierno de Puerto Rico llama ahora «unión permanente» con Estados Unidos. ? ¿Por qué votamos cipulos de Barbosa?
nosotros, los: dis-
Por una unión permanente, sobre bases de igualdad. ¿Por qué votó el partido del gobierno?
Por una unión permanente, bases
que
ellos
llaman
de
sobre
equidad.
Ellos alegan que quieren un status especial en que se tomen en cuenta diferencias de circunstancias. Alegan que prefieren una equidad, una es-
ciu-
En
1917,
a la luz
de
los
desarro-
llos históricos, Muñoz Rivera aceptó la ciudadanía americana, llamándola «inevitable». Declaró que estaba injustificado que una facción de su propio partido, encabezada por De Diego,
se
era
«inevitable».
opusiera
a
ella,
Hizo
porque
una
ella
relación
Y en esta anticipación del triunfo volcamos ante este sacro altar de la
horizonte,
«inevita-
ble»
dadanos.
de la marcha paulatina, pero segura,
del
Estadidad será considerada
La Estadidad es la igualdad dentro de la nación
del pueblo puertorriqueño hacia la ciudadanía americana desde el cambio de soberanía en 1898 hasta aquel
detrás
da orilla de la tierra ansiada.
ello. Si somos ciudadanos americanos. ¿por qué no hemos de ser ciudadanos iguales? Paso a paso marchamos día tras día hacia una situación en que la
es la Estadidad?
la ansia-
cerca,
evitable». Y no falta ya mucho para
año de 1917 puertorriqueños
la ciudadanía
y afirmó que para los ya
era
«inevitable»
americana.
Asimismo ocurrirá algún día con la Estadidad. Hasta los jefes de los partidos adversarios la llamarán «in-
pecie
un
de
justicia
acomodo
Unión
nuestras
que
con
ojos
abiertos,
especial
dentro
de
se encargue
de
afrontar
peculiares
necesidades
la del
momento. Pero todo ello dentro de la ciudadanía, bajo la bandera americana,
en
forma
de
unión
perma-
nente.
33 e
artes y letras
¿Qué Gtros,
los distingue, pues, de nos-
cuando
hablan
de
ese
y ahora, cosa que no hacen todavía «algunos de los que nos atacaron , sosteníamos y sostenemos que la lealtad tenía que ser en dos direccio nes, mutua, como la lealtad que exis te en-
modo?
Los distingue el hecho de que nos-
otros no queremos un estado heterodoxo, sino ortodoxo, no un estado especial, sino un estado a su manera usual; no un Estado Libre Asoc :ado, sino un estado clásico de la Unió n.
Y es que ellos confunden el camino con la meta. No puede haber permanencia si no hay igualdad. No puede haber diferencias que mpliquen que se nos arrebate el más preciado don de la democracia, que es el sufragio en los asuntos nacio-
nales.
No puede haber ciudadanía de dos
clases, permanentemente, dentr o de una misma nación. Ello es contrario
al derecho,
y a la democracia,
la libertad.
y a
Toda confusión acaba por aclararse. La verdad siempre acaba por brillar como un segmento de cielo. Usando la palabra de Muñoz Rivera, el triunfo de la verdad es «inevita. ble».
Para
llegar
muchos
a
caminos.
la
Estadidad
Fáciles
O
hay
azarosos,
largos o cortos. Lo demuestra la historia del pueblo americano. A la Estadidad se ha llegado hasta por el
camino
de
la
independencia,
como
en el caso de Texas. Se llega a través del camino del territorio sin incorporar y del territorio incorporado. Y se llega también a través del camino del «Commonwealth». Vario s Estados de la Unión se llaman todavía «Commonwealth». El «Common-
wealth» una
puertorriqueño
etapa
progreso
más
hacia
en
no
nuestro
la Estadidad.
es
sino
viaje
de
No importa que haya algunas per-
sonas
que
pretendan
darles
signifi-
cados que no tienen a la ciudadanía local, a la bandera local, al himno local. Ellos son sólo expresiones de nuéstra personalidad dentro del gran conglomerado nacional. Los Estados de la Unión tambiélslos tienen. Tienen
ciudadanía,
bandera,
himnos
es-
tatales. La única diferencia es que allí nadie pretende crear confusiones con los símbolos de la patria chica en antagonismo contra la soberanía de la nación grande de que son leales ciudadanos. Se menospreció la palabra lealtad cuando la usamos en el pasado en
relación
con
nuestra
ciudadanía,
has-
ta el punto de que aún hay algunos con complejos sicológicos sobre la palabra, porque la interpretaban en el sentido de la lealtad que siente el perro por su amo, cuando ento nces 34
e
artes
y letras
para gobernar
extendida
recibiendo
favores.
los, para les, en lbertad .gual, y
Eramos
de
origen
diferente.
blábamos otro idioma. Teníamos
Hacos-
tumbres y tradiciones distintas. Nues tra
escuela
de
americana.
gobierno
no
era
la
Pero para bien de Puerto Rico sur-
gió un hombre
—
Barbosa
vio el pasado, el presente venir. El se irguió y nos
ruta.
en
—
que
y el porseñaló la
Y hoy, cuando con orgullo miramos derredor y vemos nuestro pro-
greso, cuando citamos llenos de emoción las estadísticas que nos sitú an como uno de los pueblos más prog re-
sistas,
más
cultos
y más
brilmente vivían en un constante tre-
mendismo: político destilado del fermento de frustración de sus enfer mizos e irrealistas complejos romá n-
Leal-
gobernar juntos, como iguala serena dignidad de una igual, y una democracia una Estadidad igual.
libres
del
mundo, cuando, con la frente en alto, provocamos la envidia de innume rables gentes diciéndoles que som os ciudadanos americanos, tenemos que recordar que nada de ello hubi era sido posible si no hubiera sido por Barbosa, que señaló el camino, y por la constelación de próceres y pala dines que sin reposo batallaron a través de los años, con cuerpo y alma, quemados en la hoguera del sacr i. ficio
, porque ese santo ideal no fue-
se ahogado bajo las olas: del fanatismo, del prejuicio, Ae la incomp ren-
sión, del error, en fin, de la pasi ón y el ataque inclemente de adve rsarios que no podían por falta de geni o
mirar lejos o
oportunismo del momento, o que se dejaban arrastrar por complejo s de incomprensión y xenofobia, o que fe-
tre dos hermanos, y no meramente lealtad de quien vive con la man la o
tad firme, lealtad serena, leal tad digha, para sufrir juntos y goza r juntos, para morir juntos y para vivir jun-
pueblos,
que preferían al bienestar de su país el
ticos.
Todo se unió contra el ideal y todo ha sido vencido. Para arrancar ahora la obra de Barbosa del alma Puertorriqueña, como
la obra de Muñoz Rivera, habría que
destruirle su progreso,
democracia,
su
riqueza,
su cultura, su
su
felicidad,
sus aspiraciones. Habría hasta que transformar a la juventud, porq ue las generaciones nuevas se han hecho al calor de los conceptos nuevos que nos ha dado nuestra unión con el pueblo americano, y ya, en el fondo de su corazón y el misterio de su inteligencia, el Puertorriqueño jove n no
siente y piensa totalmente como sus antecesores ni los hermanos de su
raza latina, sino que también comparte el modo de pensar y senti r de
sus nuevos hermanos
nía
que
ha
encontrado
americana. Si
somos
en la ciudadaen
ciudadanos
la nación
americanos,
o un hombre que proclamase el ideal
de Barbosa, o un ejército y paladines iluminados nados por su ejemplo mantuvieran en alto la Barbosa, la historia de
en los últimos misma,
inmediato
Por
que
nos
no sería la
estas
razones,
fue
también
un
de
Muñoz
futuro.
amigos
hombre
Puerto
los acon-
esperan
y el distante
la historia fue
años
ni serían los mismos
tecimientos
Barbosa
58
de patriotas que aleccioy su verbo, bandera de Puerto Rico
en
el
míos,
decisivo
en
Como
lo
rico.
Rivera.
tes,
LA
CONDICION
LOS
HUMANA
basta
mi
presencia?)
(Lo
siento.
Está
usted detenido.) (¿Por qué?) (El juez le explicará.) (¿Cuándo?) (Luego.) “Luego puede ser mañana o nunca.) (No
discuta
bien.
con
la autoridad.)
Prestaré
prestar
fianza
fianza.) porque
(Está
(No usted
puede no
está
acusado de nada.) (¿No dice usted que estoy detenido?) (Detenido, pero en libertad.) (No me explico.) (Muchas cosas no tienen explicación. El juez le explicará. Siga por delante.)
Echaron
a caminar
por
una
calle
retorcida y penetraron por un zaguán oscuro, largo y estrecho, y lue-
go cruzaron mismo
de
otro
zaguán
antes,
que
y volvieron
era
el
a subir
por la misma escalera de caracol hasta que
llegaron
a una
habitación
lle-
na de papeles donde estaba un juez soñoliento de barbas de estopa estampándole su firma a una pila de expedientes que llegaba al techo. El
juez
mandó
salir
al
policía
y
empezó a dialogar con Perico: (¿Quie-
re usted saber por qué está detenido a pesar de que está en libertad?) (Si,
señor.) (¿Es usted inocente o culpa-
ble?) (Inocente.) (Todos dicen lo mismo.) (Digo que soy inocente.) (No
diga nada y escuche: ninguna ciudad en el mundo
Nosotros...) (La
ciudad
jueces
es tan justa como
(¿Quiénes
son
representada
y el Gran
Jurado.
ésta.
ustedes?) por
veinte
Nosotros
creemos que usted es culpable, y quedará detenido hasta tanto pruebe
su inocencia.
Pero
también
reconoce-
mos su legítimo derecho a creerse que
es usted inocente, y por ello queda usted en libertad hasta tanto se le pruebe lo contrario. ¿Comprende us-
ted?)
(No comprendo, señor juez.) (Es
igual. Puede
marcharse
ahora a bus-
que
tenía
una
espantosa
semejanza con un cocodrilo, metió la pluma en el tintero, se arrancó un pelito de la nariz, se puso una gorrita colorada, y abrió una puerta de pa-
pel por donde desapareció.
Perico se encontró de nuevo en la calle, y reflexionó un instante tocán-
dose la plumita roja de su sombrerito
tirolés, y decidió defenderse a toda costa y dar la batalla de su vida para dejar probada su inocencia, aunque
en el fondo se sentía culpable sin: sa-
ber por qué. Se retiró al campo, y le pidió a cada vecino un testimonio bajo affidavit de que él no era elemento indeseable ni perturbador del orden público, y que él: era un ciudadano ejemplar, y la evidencia acumulada resultó tan voluminosa que tuto que alqu.lar diez burros para
transportarla
presentó
a la ciudad,
donde
se
con sus diez burros ante el
juez que le había detenido, pero éste
se hallaba ausente, y acudió al segundo magistrado, con quien jugó una partida
de ajedrez,
por
tercer
el
y cuando
magistrado
procuró
le dijeron
que estaba en una sesión fúnebre con
el cuarto magistrado y que el caso lo tenía el quinto juez, pero éste estaba de vacaciones, y Perico procuró por el sexto; el sexto le dijo que fuese donde el séptimo; el séptimo que
fuese al octavo; noveno,
hasta
el octavo donde
que finalmente
el
Perico
llegó con sus diez burros al despacho
del décimo magistrado y le dijo: (Yo soy Perico y traigo en estos diez burros el testimonio de mi inocencia.) El juez,
que
se restregó
se parecía
los ojos,
a una
y tocó un
jirafa,
tim-
bre y apareció un escribiente con una
nariz tan larga como el hocico de un oso hormiguero. (Busque el expediente de Perico.) El escribiente abrió un
armario
del tamaño
de la pared
abrió
el de
armario.)
otro
armario
Periro. El
es-
del
ta-
de la pared lateral derecha y
otro armario
car toda la prueba que usted juzgue necesaria para establecer su inocencia.) juez,
cribiente
el otro
buscó entre los miles de expedientes, y a los quince días le dijo al juez: (No aparece el expedientede Perico. ) y el juez le replicó: (Busque usted en el otro armario.) El escribiente abrió
por Manuel Méndez Ballester
El
encontró
en
maño
PAPELES
Caminando por el mundo desde tiempo inmemor.al llegó Perico un día a los suburb:os de una ciudad donde lo detuto un policía y tuvieron el siguiente diálogo: (¿Cómo se llama usted?) (Perico.) (¿De dónde viene?) (De por allá.) (¿A dónde va?) (A la c:udad.) (Muéstreme sus papeles.) “No tengo papeles.) (¿Y cómo va a identificarse sin los papeles?) (¿No le
pero no
“Busque
late-
ral izquierda, y cayeron al suelo cien-
tos de legajos amarillentos atados con una cintita, y durante cinco días estuvo examinando 10uvs los expedien-
del
tamaño
de la pared
del fondo, donde los documentos estaban archivados uno encima de otro, y con mucha paciencia los fue examinando uno a uno, y al mes, cuando sus brazos se les habían puesto tan largos que sus manos tocaban el piso, dijo: (Señor juez, no aparece el expediente.) (No importa), dijo el ma-
gistrado sin levantar la cabeza y si-
guió firmando documento tras documento. (Conozco el caso), y se levan-
tó y observó a Perico y a los diez bu-
rros, y dio de monio minó a
el magistrado se sentó en meellos y comenzó a leer testitras testimonio, y cuando terlos diez años, dijo: (Esta evi-
dencia es directa. Falta la evidenc:a
circunstancial. Búsquela.) Perico asin-
tió y le entregó el caso a un abogado
tramposo y bizco, quien se ajlojó los
tirantes, y comenzó a buscar la evi.
dencia circunstancial. (Vega de acquí a siete días.) Y Perico volvió a los siete años, pero el abogado todavía no había: terminado de buscar la evidencia. Mientras el letrado trabajaba día y noche, escribe que te escribe, mes tras mes y año tras año, Perico cumplía con sus obligaciones ciudadanas. y daba clases particulares de latín, y por la noche estudiaba leyes por correspondencia, y se hizo miembro de varias asociaciones cívicas y culturales, y fundó la sociedad Amigos del
Derecho Positivo, y la Sociedad De-
votos de Justiniano, y trabó amistad con los veinte magistrados hasta el extremo de que tuteaba a dos de
ellos: al decimotercero
y al decimo-
nono. Los jueces, por su parte, le tomaron cariño, y todas las semanas se reunían con él en una casa deshabitada donde hablaban de be:sbol
escondidos
detrás
mientras se daban
de
una
puerta
tragos de café.
A los veinte años, el abogado so-
metió ante el vigésimo juez el caso de Perico con toda la evidencia circunstancial acumulada, y el vigésimo juez
empezó
a
examinarla,
y
mien-
tras la exminaba, Perico conoció a la hija del magistrado, y cuando éste lo citó a los cinco años pora ver el caso, Perico le dijo que hacía cinco años que él era novio de su hija, y le pidió la mano,
y el juez le contes-
tó: (Con mucho gusto te concedo la mano de mi hija, Perico, pero lamento decirte que tu caso no lleta trazas de resolverse.) (No importa. Pe35
e
artes y letras
Jurado
que
vea
mi caso
de
hombre
paciente,
diplomático
y
la diosa la venda que llevaba en los
c.rcunspecto, y la gente se aconsejaba con él y él se aconsejaba con los magistrados, y cuando alguien protestaba de la Justicia, Perico salía en su defensa y contestaba que la sociedad sin leyes era el caos, aunque las leyes fuesen injustas. Diez veces hubo que disolver el
ojos por la cual el juez habló largamente de la ciencia jurídica en sentido estricto, del Derecho comparado. de la sociología del Derecho y de algunos problemas inherentes a la filosofía del Derecho, y Perico le contestó con una larga disertación sobre la Justicia, el Derecho positiva, el subjetivo, el público, el privado, el material y el formal y re-
se ponían de acuerdo, y habiéndose agotado los recursos de la Justicia, Perico apeló al Poder Ejecutivo, y éste le prometió hacer justicia y le pidió a Perico que le sometiese un memorándum, y Perico se puso a redactar el memorándum para el Poder Ejecutivo, y comenzó a examinar uno por uno los documentos de su
mas
al siguiente
tan pronto me
gradúe de abogado.)
El juez obsequió a Perico con un tabaco, y se pudieron a fumar y a con-
versar, y el juez habló de la diosa de la Justicia con la balanza en alto y la espada apuntando al suelo, y Perico le recomendó que le quitasen a
comendó
que se recopilasen las nor-
jurídicas
vigentes por imperio
de
la costumbre y de los códigos, y luego disertó sobre las jerarquías de las ideas de valor, el Derecho
en relación
con la moral, costumbre y la religión, y luego hablaron del Derecho romano, del angloamericano, del Código civil francés, del español y del
alemán
y del
Códez
Juris
Cano-
nici y entonces consultaron la Filosofía Jurídica de la Historia y la Histo-
ria de la Filosofía Jurídica y el juez tuvo necesaidad de hablar en francés para hacer una Introduction a la théorie générale et á la philosophie du droit y hablaron sobre le droit, la logique et le bon sens, la justice et la volonté, VPordre et la raison, y Perico tuvo que contestarle en ita-
liano y alemán y recordarle la Lezioni di filosofia del diritto, así como el Linesmenti di una Dottrina del diritto, y el juez le recomendó que se
Gran
Jurado
droit et Pesprit du droit romain, así como
L'Homo
Juridicus
e
cienza del diritto come
Tinsuffi-
regola della
día,
cuando
se levantó,
quedó sorprendido al ver que estaba nevando.
(Imposible.
En
eran
copos
EN
de
nieve,
sino
RECUERDO
testen
Strafrecht
der
ael-
Kulfurvoelker
Die Rechtsinstitute de Privatrechts in
ihrer sozialem
Kunktion.
Al terminar la conversación, Perico ostentaba el título de Doctor en Leyes, y el Gran Jurado había in-
tervenido en su caso, pero cuatro de los señores jurados se quedaron
dos durante
el proceso,
restantes se habían
viu-
y los ocho
divorciado,
solvieron el jurado porque
y di-
la mitad
de los miembros creía que Perico era inocente y la otra mitad que era cul-
pable, y ya Perico era tan viejo que usaba bastón para apoyarse, y se le consideraba como una figura venerable en la comunidad, y tenía fama 36
e
artes y letras
todo
el cielo.
die transitaba por las calles, y la gen te estaba durmiendo, y pensó: (La ciudad está a punto de desaparecer, y la gente sigue durmiendo. Y mis expedientes están en el patio.) Y olvidándose de todo, Perico se lanzó resueltamente a la calle tocando con la punta de su bastón en cada puerta, casa por casa, llamando a los vecinos hasta que despertó a toda la
ciudad con los golpes de su bastón que
sonaban
cristal,
y
en
como esta
campanitas
forma
salvó
de
a sus
cemejantes. y le dejaron vivir eternamente en la ciudad a condición que probase su inocencia. Amén.
de
pedacitos
DON CARLOS EUGENIO DE HOSTOS Luego de haber salido la edición próxima pasada de junio, y en la que informamos el ob-
de dos obras hostosia-
sequio
Carlos Eu-
por don
nas, hecho
genio de Hostos, recibimos
la
Espa-
desde
nue-
infausta
gran golpe su muerte,
Zum
cubría
DE
Theorie: des
el
que
este país no
ña,
y
papel.tos
(¡Dios mío, el Diluvio!) Y Perico miró a la ciudad, y todo estaba tranquilo como en un escaparate, y na-
cae nieve.) Y toda la ciudad estaba cubierta de nieve, y ésta empezaba a amontonarse en las azoteas, en las calles y frente a las puertas amenazando la seguridad de los habitantes, y Perico, alarmado, se puso su sombrerito tirolés, y tomó su bastón, y salió, pero al poner los pies en la calle comprobó que lo que caía no
vita, y entonces Perico le dijo que consultase el Klassen-und Ordnungsbegriffe, y el Zeitschrift fur die Rechts,
no
caso hasta que se quedó dormido, y
leyese The World Legal Philosophies, The Nature and the Source of the Law, y que hiciese algunas investigaciones sur la problematique du
porque sus miembros
de papel, y era una espesa lluvia de
va de su fallecimiento. Para
le
nosotros
un
ya que
de
nues-
espi-
uno
en personas Pocas rituales. nuestra Isla, como sucede siem-
pre
desgracia
”por
nuestra”,
sabían que un vástago ilustre como él, del gran prócer don
Eugenio
María de Hostos, ca-
lladamente,
desde
se ha escrito sobre él. Esa labor,
cale
que
la
aunque
su retiro en
España, seguía dando a cono-
cer a todo el mundo, incluyendo a los puertorriqueños (los menos que le conocen) a su y su maravillosa progenitor obra. Desde España fue él
quien publicó varias obras del
más,
muchísimo
de
mucha
ésta
sea
más,
alharaca, de
carácter
oficiosa, que se realiza en favor
constituye
alentadores
por
teníamos
tros mayores
propio Hostos y un compendio casi completo de todo cuanto
tura.
de
Hostos
Don
nuestra
Carlos
Isla
Eugenio
y su
cul-
la
llevaba
a cabo
sin
de
más interés particular que el no dejar que las enseñanzas, principios y doctrina de su señor padre, que tienen hoy tanta vigencia como cuando fue-
ron forjadas, no se pierdan en el olvido y sirvan los propósitos con que fueron inspiradas y creadas. ARTES Y LETRAS, pues, pone sus banderas a media asta por largo tiempo, en expresión
honda de su sentimiento y dolor, ante la desaparición
mate-
rial del gran y admirado puertorriqueño.
lee
diré al Gran
artesylelras
CLUB DEL LIBRO DE PUERTO RICO Los amigos, René Marqués, colaborador nuestro, dramaturgo, ensayista, novelista y cuen-
tista; y Eliezer Curet Cuevas,
MENSUARIO DE CULTURA Director: JUAN BAUTISTA PAGAN JUNTA DE CONSEJEROS Emilio S. Belaval Enrique A. Laguerre Nilita Vientós Gastón Vicente Géigel Polanco Margot Arce de Vázquez Luis Palés Matos
Josemilio González Fernando Sierra Berdecía Manuel García Cabrera 6 Meses 1 Año
Laa o.
- SUSCRIPCION ara a
Luis Hernández Aquino J. Torres Martinó Manuel Méndez Ballester
=
.
.
Dól. 1.50 Dél. 3.00
.
Calle Arecibo 14 - Hato Rey
Juan Avilés Ramón NOTA:
-
EN
NUEVA
Angel M. Arroyo
-
Ruiz
Emilio Pagán García de la Calle
por
de
Poesía
celebrado
en
Barranquitas
Luis
Muñoz
Rivera,
de
quien
el pa-
bramos este año el Centenario de su Natalicio. Importantes
resoluciones
fueron
aprobadas
como
es sabido,
en
mismo,
el
cele-
a saber:
pidiendo la reorganización del Instituto de Literatura Puertorriqueña, lo que en realidad se hace cada vez más urgente; designando el pueblo de Carolina para el próximo congreso, el cual honrará la memoria de la poetisa puertorriqueña, Julia de Burgos, acto que probablemente
se lleve a cabo en el mismo barrio en donde naciera la dulce cantora
del Río Grandex,de Loiza; para igualmente disponer que el quinto congreso se lleve a cabo en Guayama, honrando entonces la memoria de Luis Palés Matos; para solicitar del Departamento de Instrucción cursos por televisión de literatura puertorriqueña, en igual forma que se ofrecen de lengua y literatura españolas; para fomentar actos culturales en la Isla; para solicitar del Instituto de Cultura Puertorriqueña y colaboraciones
de los poetas
expresar el regocijo y satisfacción
gada
por
el doctor
Luis
Hernández
asistentes
del congreso Aquino
y otros;
y para
por la labor desple-
durante
su
incumbencia
Rd
como presidente del mismo. Como se ha informado, el doctor Aquino,
NA
Unidos,
suscriptores.
Larga vida y éxitos a la nueempresa,
a cuyas
aspiracio-
nes nos adherimos de todo corazon.
La Parguera (Anteriormente
quien ya salió a residir un año a España, tenía la encomienda de llevar tierra de Barranquitas, a la tumba del poeta Juan Ramón Jiménez, en Moguer. En el congreso, leyeron magníficas ponencias sobre la vida y obra de Muñoz Rivera, José S. Alegría, Concha Meléndez, Angel Luis Morales y Jorge Pastor. Sobre otros temas, leyeron ponencias Francisco Manrique Cabrera, Jorge Luis Morales. Fructífera fue sin duda la labor del Tercer Congreso de Poesía Puertorriqueña y es de esperarse que la nueva directiva, presidida por Francisco Lluch Mora, se supere en el próximo. El Director nuestro, ofreció publicar y el Congreso así lo acordó, un Boletín mensual en el que una Junta de Redacción del mismo, se encargará de informar sobre las actividades administrativ as y culturales de sus miembros. Este boletín comenzará a publicarse, posiblemente, dentro del próximo número de ARTES Y LETRAS. El Boletín ocupará, pues, cuatro páginas de nuestro mensuario y ello constituye otro obsequio más a nuestros lectores y suscriptores.
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al
Un
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Sur-Oeste
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Rico.
Puerto encantador
paraje
para
el
espiritu,*el descanso, la quietud, el ensueño zz
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que publique en la misma forma que lo hizo con el primer congreso. las ponencias
Estados
de
Hotel Villa
sado 27 de junio, honró debidamente la memoria del prócer y poeta
puertorriqueño
de
medio
112)
TERCER CONGRESO DE POESIA Congreso
una
blicación, venta y distribución
Esta Revista ogradece lo cooperación del Instituto de Cultura Puertorriqueña a su publicación.
Tercer
Isla
de libros puertorriqueños “de autores y temas del patio, en la misma forma que lo hacen
EDITORIAL
El
en nuestra
empresa digna de todo encomio, el Club del Libro de Puerto Rico. El club se dedicará a la pu-
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lafael Modríquez. Pacheco
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PUERTORRIQUEÑA
SANTURCE
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PUERTO 39
RICO e
artes y letras
¿|
DE
RE (A Tiempos York,
del
amor
breve
CARGO
(Nueva
«Colección Simbolo», Las Ame-
ricas Publishing Co., 1958) es un cuaderno de pequeños poemas por Emi-
lio Delgado.
El
nombre
de
Emilio
Delgado goza de justificado prestigio en Puerto Rico no sólo por los artículos sobre la actualidad nacional qué desde Nueva York, donde reside, ha venido contribuyendo a «El Mun-
do», sino por haber sido uno de los líderes
en el' movimiento
A NI
de renova-
ción de la lírica puertorriqueña que se registró en los años de 1920 a 1930. Periodista de recia envergadu-
DE
JOSEMILIO
GONZALEZ) Antes que el alba despunte
alumbres demasiado este sendero.
Dejadme
me habré perdido de nuevo.»
En
solo
contraste
Pero cuando no se es un poeta popular andaluz, como le pasa a Emilio Delgado, hay que admitir que las posibilidades de explotación de esa vena son .muy limitadas. Hay otros
paredes patente
agrietadas» con que se hace la desolación y el «tú y yo
solos, pobre corazón, ardiendo». Hay
poemas
en
que
delicadamente.
Emilio
En
se
artística, Emilio se identificó con todas las fuerzas de avanzada tanto en lo literario como en lo social. En Emilio Delgado, admiramos a una noble figura de intelectual hispánico. Ahora nos entrega este cuaderno de
poemas, elaborados con la
materia de la canción popular andaluza: El andalucismo poético — está de más decirlo —es de vieja raigambre española. En nuestro siglo culmina en Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti y Federico García Lorca. Em:'lio participa de esta atmósfera. Tiene «oído» para la canción popular y maneja con gracia y arte los versos y las estrofas menudas. Se solidariza plenamente con lo expresivo popular. Por ejemplo: «Llora
«Ven, amada,
a buscarte
«Voy a buscarte en la sombra
En cada resquicio hallarás una can[ción empezada, una canción que es un remedo.»
Te soñaré en amapola para vivirte en lucero.
(«Renacer»)
Si el agua baja cantando iré desnudo a tu encuentro.
Impres:onismo
por el soldado que se fue a la guerra
La
USTED
PIENSA EN LIBROS piensa
el rosal!»
y
«Canción
de
prima-
situación
espiritual
que
aquí
se
dibuja es la de un poeta español de la década del veinte y principios de la del treinta, con todo lo que ello pueda implicar en méritos y deficiencias. De Emilio Delgado tenemos derecho a esperar una obra de más
la niña,
llora
se combinan
vera». Tiempos del amor breve refleja una sensibilidad más bien española que puertorriqueña. No lo digo como un reproche. Es una cuestión de hecho.
Mo hay duda CUANDO
e ingenio
en imágenes como las de «Tumbada sobre el césped», «¡Aleluya, aleluya en
QUE
«cuatro
dame tus manos calientes, aquí donde el silencio recorre mi corazón de esquina a es[quina.
en la sombra», hay ternura y encanto: de mi más claro recuerdo.
las
un efectivo entrelazamiento imaginístico en los siguientes versoy.:
manifiesta
«Voy
entre
un vi-
goroso
ra, poeta y escritor de alta conciencia
pequeños
«El frio del invierno»,
en medio de la noche con mis sollozos. »
acendrado
en
corazón
puertorriqueño
y
de alientos poderosos.
y no ha vuelto. Llora
el sauce,
llora la estrella, llora
el viento,
Llora el pájaro en la rama, llora la fuente por eso.
“LIBRERIA CAMPOS”
Confíe sus originales a
EDICIONES RVMBOS
Florecilla del campo, dale consuelo. »
En otras ocasiones, el acento per-
(úillen, Esq. San
Ramblas
José
BARCELONA
sonal rebasa la sencillez de las palabras y dota a la composición de una
calidad superior. Así sucede en «¡Oh
SAN
viento, calla! »:
«¡Oh viento, calla! No me digas que ha muerto la que yo amaba.
quien se los editará en las
JUAN,
PUERTO
mejores condiciones
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Ni tú, lucero,
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