PALABRAS
CUADERNSS.
«En tanto que la Humanidad
no haya llegado a la práctica de esta idea,
«El hombre
del mundo»,
es ciu-
el patrio-
tismo será una virtud. Servir a la patria es servir a la Humanidad en círculos pequeños. »El patriotismo no es sola(sigue
DE
artesylelras
INMORTALES
Eugenio Maria de Hostos
dadano
OIR
PUERTORRIQUEÑA
COLECCION
MENSUARIO
DE-CULTURA
JUAN BAUTISTA PAGAN, Director qe?
148. $3)
2da. EPOLA - SANJUAN, P.R. - ENERO-FEBRERO N.* 37 y 38 Es
EDITORIAL
Nuevos Rumbos Durante el pasado año de 1959 tuvimos grandes dificultades de toda
indole. cos
De
los
nunca
problemas
resueltos
nuestra
edición
guimos
sintiendo
esta
situación,
hemos
de
económi-
hablamos
en
septiembre.
Se-
los
impactos
pero
si hasta
a
nuestros
lectores
que
continuaremos presentando el mismo frente casi invencible y poderoso de nuestra voluntad y nuestro deseo de servir lo mejor posible a nuestra cultura y a nuestro pueblo. Ahora que' tomamos nuevos rum-
«bos, incluyendo un cambio
de nom-
bre, más bien agregando algo al mismo, hemos a la vez decidido realizar hasta donde nos sea posible
una labor más intensa y más amplia para beneficio de todos. En el curso
de los próximos números, los lectores podrán descubrir en qué consisten
estas
nuevas
labores
y propósi-
tos nuestros. Mientras tanto, deseamos indicar que la publicación en modo alguno dejará
por
estas
sus normas en cuanto
razones
de
seguir
hasta aquí establecidas a la colaboración
que
so-
licitemos y las secciones que hemos venido publicando. Sobre todo, las normas culturales que hemos obser-
vado
en
todo
inalterables.
que
hagamos
sentar
mo
la
cierto
momento,
Los
o
a la manera
o informar
amplitud sentido
quedarán
cambios
las cosas,
que
a las
sumas
de preasí co-
daremos
nuevas
en
tenden-
cias de la revista, requerirán mayor espacio
y
tiempo,
pero
tenemos
la
esperanza de cumplir con ello, para satisfacción nuestra y para mostrar así que nuestros empeños de siempre han sido mejorar y engrandecer la publicación, que se convierte ahora en una especie de «CUADERNO» de nuestras letras patrias de ayer y de
hoy. Saludos
para
PRIMER
CONGRESO EN
HOSTOSIANO PUERTO
DE
RICO
AMERICA EN
SE
CELEBRARIA
1961
de
aquí
resistido tantos embates, pro-
metemos
AA
todos y a conti(sigue pág. 23)
El instante es el más propicio. La hora que vive nuestro y el mundo, casi lo hace imperativo. Vamos a celebrar el Primer Comgreso Hostosiano de América. Sería el primer acto de carácter internacional que se llevaría a cabo para exponer y traer ante la consideración del mundo americano, muy especialmente, el pensamiento,
doctrina,
obra
y vida
de
uno
de
los hombres
más
notables
de todos los tiempos producidos en nuestro Continente. Puerto Rico, por lo que más nos interesa, tendría la oportunidad entonces de descubrir a su hombre mayor, a su hijo más ilustre. Al congreso, le podría preceder una serte de actos en las escuelas públicas y privadas, en las instituciones todas, que podrían ayudar asi
a fomentar el espíritu y la grandeza del gemial pensador nuestro. Sólo habría que tener para ello el alma limpia de sospechas y valor moral y cívico para enfrentarnos a unas ideas que, hoy como ayer, y siempre que haya un sentido de dignidad y de espiritualidad en el hombre, son eternas y están vigentes para toda vida de libertad y confraternidad. Sería este congreso, el que proponente hoy y el que intentaremos que se celebre, no importa los escollos y la indiferencia y desdén, venga de donde venga, y hasta el temor que haya en algunos, la mejor forma de buscar y encontrar nuestra tierra su verdadero destino histórico. Porque
.
con un acto de esta naturaleza, repetimos,
Puerto Rico descubriría quién jue verdaderamente don Eugenio María de Hostos y qué le debemos, qué nos dijo, qué nos pidió, qué podemos hacer para cumplimentar sus deseos, y por qué su palabra, su orientación, su pensamiento, su obra, es, sin duda, lo que como . en el caso de Martí en Cuba, cada puertorriqueño debía tener pre-sente cada día y cada momento. += *==> * : Y no buscamos, entiéndase bien, el que nos obliguemos a deterwinada ruta no importa el carácter que tenga, por tratarse de nuestro hermano mayor. Es decir, nadie vea en nuestra proposición, un objetivo político de clase alguna. Lejos, muy lejos, nuestra intención de tal idea. Lo que sí pretendemos, lo que sí quisiéramos, lo que sí nos parece fundamentalmente necesario en estos momentos y más que nunca, es que volvamos nuestros ojos a Hostos y estu-
diemos su trayectoria, su obra, y tra Isla tuvo en él a la figura orientación social, económica y que de poner en práctica hasta
de esa manera descubrir que nuesmás grande de pensamiento y de moral que jamás conociéramos, y donde nos sea posible tales ideas (sigue pá. 23)
PERSPECTIVA Por |wujue A Als E
En
El Imparcial del 10 de julio
pasado
aparecen unas fotografías
y una inusitada»información. Se informa que en el pueblo de San Sebastián los vecinos arreglan las calles de uno de los barrios. Dice El Imparcial: «Con la ayuda del Gobierno Municipal, hombres, mujeres y niños de la barriada de Pepino han emprendido la tarea de arreglar las calles de ese sector, manejando picos y palas
en
la remoción
del
terreno,
largo de la obra sin
Tan pal
pronto
«se
más
haciendo». El Comité por
ayuda
los vecinos
comprometieron
residentes
que
la pequeña la
nombrado a
la
mano
de
un
cuántas horas de trabajo puede imino puede aportar esa ayuda».
aportar
cada
«Hasta
también
cino es Juan
trabaja
Cruz
en
ahora
la
ANGEL
asignación obra
y así
M.
MercaL,
Educador,
poeta
y ensayista que así continúa colaboración para nosotros.
munici-
su
lo están
censo
para
familia
determinar
y por
qué
tér-
Luis
VILLARONGA,
autor
libros de ensayos no han
hombres, las mujeres y los niños han en esta obra de utilidad pública y de los vecinos de la barriada. Un vecino quierda,
a lo
tal fin, «integrado en su totalidad realizó
la nota:
tubos
sus brazos».
recibieron a aportar
los grandes
barriada,
Y agrega
de
y trasladando
ENRIQUE A. LAGUERRE, nuestro mejor novelista, escribe mensualmente esta columna para nosotros.
obra,
hecho
de
varios
falta brazos. 'Los
acudido cada día a trabajar beneficio directo para todos al que le falta la pierna izhaciendo
de
y crítico.
aguador.
Irizarry».
Ese
ve-
A
Es esta, en verdad, una demostración cívica extraordinaria. San Sebastián da un ejemplo a los demás pueblos. Los vecinos de la barriada son pobres y se aprestan a mejorar su barriada para beneficio de todos. En particular, dignos son de todo encomio esos niños, esas mujeres y ese buen ciudadano Juan Cruz Irizarry. Hace tiempo que vengo urgiendo de la ciudadanía una más decidida participación en el mejoramiento colectivo. En una comunidad como Dos Pinos, por ejemplo, los vecinos que construyeron el
AGueDo: Mojica, Representante a Cámara, educador y ensayista.
JOSEMILIO y
GONZÁLEZ,
ensayista,
2 sección
A Libros
a
poeta,
cargo
de
j y Revistas.
la
crítico nuestra
reparto por medios cooperativos, mantienen sus calles limpias y han conservado el agradable aspecto de la comunidad con la evitación de cercas
impropias,
co yardas
de ancho
la conservación
y la siempra
de
un
y poda
frente
de grama
de árboles.
de cin-
Ningún
otro
reparto de la zona metropolitana iguala el atractivo de Dos Pinos, logrado con la acción concertada de todos los vecinos. Eso deberían hacer otros repartos, en donde actualmente abunda el individualismo y la indiferencia. En realidad, no ha de esperarse todo del gobierno. Los ciudadanos han de aportar su esfuerzo y han de poner orgullo para que sus comunidades se vean bien. A veces sólo bastaría facilitar la labor corriente de las autoridades municipales.
Duele
ver que
se gaste
tanto
ción de calles, puentes, escuelas
que
la gente
desocupada
dinero
y sin orientación
situación. Me regocija mucho felicitar a estos vecinos de la barriada Pepino de San Sebastián. Hacen una labor digna del aplauso público. Que se imite es mi deseo. Esa actitud de limpieza debería llevarse a cada cine, a cada pues-
to de helados. Abochorna a veces notar que aun en los-cines elegantes hay muchos papeles y desperdicios en el suelo al terminar la luces,
ble situación. 2
+
artes y letras
súbitamente
encendidas,
denuncian
la
desagrada-
uno
de
nuestras
LANCARA,
joven
ensayista
puertorriqueño que hace su primer incursión en la crítica y como colaborador nuestro.
en
Un patio lleno de papeles y de basura es un criadero de moscas. En cada sector debería formarse un comité de vecinos que vigilara la
Las
RAFAEL
públicas para
cívica los dañe. Aun
VÁZQUEZ,
más jóvenes dramaturgos. Rec:en temente recibió un galardón de Festival de Navidad por una obra de teatro infantil.
en caseríos, en la construc-
y otras construcciones
los repartos de gente acomodada se advierten esos descuidos “que tanto afean la fisonomía de la ciudad. A veces he pasado por alguna barriada de gente acomodada y he notado que los niños juegan en un patio lleno de basura y de papeles que evidentemente han estado allí por muchos meses. Esto habla mal de los residentes de las casas. Creo que los agentes de sanidad deberían vigilar esas situaciones.
función.
RAFAEL
EN EL PROXIMO LA
ABOLICIÓN
" Miguel LA
">
DE
DISOLUCIÓN
Néstor
LA
Meléndez DEL
NUMERO ESCLAVITUD
Muñoz YO
1. Vincenty
FRANCISCO OLLER Y EL IMPERIALISMO
“Rosario LA
Farré
ESPERA (2. acto) Luis Rafael Sánchez
LiBrOS
Y
REVISTAS
»Josemilio
González
Un
ensayo
hostosiano
NUCLEO DE ORIGINALIDAD EN EL PENSAMIENTO HOSTOSIANO por ANGEL M. MERGAL
Las
investigaciones
experimentales
con
respecto
a
la sicología de la personalidad parecen convenir, por lo pronto, en una hipótesis: la naturaleza configuracio-
nal
de
la función
denominada
personalidad.
Para
es-
clarecer este concepto de estructura funcional, puede acudirse, entre otros procesos ya conocidos, a la genética. Como es de conocimiento general, el gameto es una sola célula formada de dos mitades: mitad masculina
y mitad una
femenina.
En
potencialidad
esta estructura
o complejo
hacia el desarrollo
de
bivlógica
fuerzas
arrollo
de
las
dos
formas
de
gobierno,
para
el estudioso
espiritual
de don
del pensamiento
Eugenio
María
de
reveladora de una personalidad original, época
reside
En el ga-
meto no existe un tejido irsuto, óseo, hepático, cardíaco, ningún órgano o sistema de órganos. Sin embar-
go, en el proceso genético, desde el embrión
«¿Cuál
al feto, y
repú-
blica o monarquía, realiza mejor el ideal del derecho?» Y contesta: «Según Vico, la monarquía; según la razón y yo, la república». Esta manera de plantear el asunto podrá parecer un tanto soberbia y presuntuosa, sin
embargo,
orientadas
de una criatura humana.
blema:
había
sólo
de
cristalizado
su
funcional
ya y formaba
pensamiento,
del
patriota,
sino
de
y el desHostos,
la armazón,
toda
sistematizada
es
que para esta la
no
estructura
alrededor
de
un
núcleo de originalidad. En
este
núcleo
se
sintetizan
vidual
de
originalidad
tres
grandes
de
la persona
fuerzas
de
indi-
cultura:
del feto a la criatura nonnata, aparecen estos tejidos diferenciados, y todo el sistema orgánico, en un rigu-
la propia herencia socio-cultural del borincano, adquiridá en el hogar y a través de la instrucción elemental en las escuelas isleñas; el entusiasmo krausista, for-
roso
mado
orden
teleológico,
torno de un núcleo
como
un
vórtice
de
creación
en
originario.
en sus años de recién llegado a la Península, en
sus
estudios
en
Lo que decimos de este organismo biológico puede decirse también de los inferiores, hasta la ínfima uni:
sus
propias
lecturas
dad
pliada y refinada durante sus años de sacrificio y angustia en los Estados Unidos.
de la escala;
pero
la indole
del núcleo
originario
es todavía un enigma, el misterio de la vida y de la existencia. , Lo propio sucede en el fenómeno de cristalización. La física nuclear contemporánea también parece seña-
lar hacia
un
alrededor
del cual
centro
funcional se
fuerza que constituyen modo
de estructura
nalidad
parece
de carácter
organizan
todas
un átomo
funcional
ser una
teleológico,
las unidades
de
en particular. Y este
hacia
el logro de una
ley universal,
desde
fi-
el átomo
ciología
la
Universidad
Central
y contactos
positivista, obtenida
de
Madrid,
personales;
de Comte
en
y la so-
y Spencer,
am-
El análisis de la formación y desarrollo de este núcleo de originalidad sería ya materia de una larga investigación a través de toda la obra y la peregrinación
patriótica
del
gran
americano.
Estas
páginas
tienen
por objeto, sólo señalar el momento cuando don Eugenio expresa una clara conciencia de haber alcanzado un nuevo punto de partida, de su relación con el pre-
sente
histórico
que
le cayó
en suerte
vivir, y de
sus
hasta la personalidad, las sociedades y las culturas. Este principio manifiesto en la personalidad de don
potencialidades
Eugenio María de Hostos, es lo que hemos llamado su
Eugenio
núcleo de originalidad. El meritísimo puertorriqueño nació el 11 de enero de 1839. A los 29 años de edad, el 20 de diciembre de 1868, pronunció un breve discurso en el Ateneo de Madrid. De ese discurso tomamos las siguientes palabras: «No pertenezco a escuela alguna». Sin embargo, sabemos positivamente que Hos-
primero dentro de la República Española. Después del fracaso de la república don Eugenio salió hacia Nueva
tos perteneció a las cuales
inicialmente
alude
obra. En su más
a dos
constantemente
temprana
krausista
español.
mándole
«querido
maestro».
Salmerón,
rate, fueron ñeros
Emilio
otros
y amigos
del
Alude
Giner
Castelar,
tantos joven
filosóficas, toda
su
juventud perteneció al mo-
vimiento lás
escuelas
a través de a Sanz
de
del Río
los Ríos,
Gumersindo
krausistas Hostos.
españoles, Más
tarde
de
lla-
NicoAzcá-
compase acoge
al positivismo de Comte y de Spencer. De estas dos escuelas contradictorias al parecer, se forma el núcleo de originalidad hostosiano. En el discurso aludido Hostos se plantea este pro-
Fundado
York
y
para
el futuro
de América.
en ese núcleo de originalidad, planteó don
María
cortó
de Hostos
para
el problema
siempre
su
de Puerto
anclaje
con
el
Rico,
Puerto
español. Para Hostos, América fue, desde entonces, un _mundo aparte, el de la nueva era, la era de la razón adulta. A la creación de ese mundo dedica Hostos el resto
de
su
vida.-La-unidad “de
América
fue
el sueño
racional de don Eugenio, la pasión de su poderoso talento. Esa pasión racional asignaba a Puerto Rico un lugar
insustituible
en
el sueño
hostosiano.
El gran
bo-
rincano vivió su sueño; y, a inspirarlo en la conciencia de los puertorriqueños consagró el resto de su existen-
cia sacrificada. Don Eugenio María de Hostos es uno de esos raros genios en quienes obra y pensamiento son una sola realidad.
Estamos
convencidos
que
mediante
la
com-
prensión de su núcleo de originalidad podrá comprenderse y calibrarse la grandeza del genio borincano.
3
e artes y letras
INSTITUTO DE CULTURA OFRECE NUEVA SERIE
PUERTORRIQUENA DE CONCIERTOS
El Instituto de Cultura Puertorriqueña ha iniciado una nueva serie de conciertos dominicales, como parte de sus actividades para el 1960. La relación de estos Conciertos es como sigue:
14
de
17
febrero
MARÍA
ESTHER
de
abril
ROGER
ROBLES
soprano
DR.
ESTEBAN
IRMA
MORENO
pianista 21
de
Amado
ISERN
pianista
febrero
15
CONCIERTO
MARTINEZ
clarinetista
de
DE TROVADORES
mayo
RONDALLA
Ayala, Toñín Romero, Ramito,
José Arturo Silvagnoli, Angel Pacheco
PUERTO
RICO
Director: Jorge Rubiano
Alvarado
28
de
22
febrero
JESUS
MARIA
de
mayo
RUTH
SANROMA
FERNANDEZ
Concierto de música
popular
pianista
13
de
marzo
12
OLGA HENRY
IGLESIAS, soprano
HUTCHINSON,
de
ELIAS
LOPEZ
SOBA
pianista
pianista
marzo
26
NARCISO
junio
violinista
LUZ N. DE HUTCHINSON,
27
de
de
junio
FIGUEROA
CUARTETO
FIGUEROA
pianista
A LAS 4
+e
artes y letras
4:30 DE
LA
TARDE
- ENTRADA
GRATIS
HOSTOS
LITERATO
EL “HAMLET" DE HOSTOS por Francisco Lluch Mora Y Hostos estudia el drama de Hamlet. Ve en el mismo un problema sicológico fundamental: la revolución interna, el conflicto de una conciencia que se debate entre el bien y el mal. El enfoque de Hostos es certero. «Nada existe en castellano, hasta
ahora» — dice
Rufino
Blanco
luce junto
Fom-
a Hostos
ma
¡Qué
Otro,
lo
trascendente
y lí-
rico Hugo!» (1) Según Rufino Blanco Fombona el trabajo de Hostos es el mejor estudio sobre la tragedia Hamlet. Hos-
Es cierto pero
Ni la obra la
aguda
de Shakes-
interpretación
Entendemos
mejor
la
tragedia leyendo a Hostos. Pocas veces en las letras hispánicas se logra una aguda penetración en el estudio de los caracteres. Ese es uno de los mayores logros de nuestro insigne hombre de letras. Su estudio es el estudio de los
personajes que desfilan por la obra, los que intervienen de una manera o de otra en la tragedia. Su interés se circunscribe al espíritu del hombre, y Hostos podía hablar del es-
que
píritu, puesto que pocos del
autoanálisis
han hecho
preocupación
con-
tiny Y si no, díganlo las páginas del Diario, obra de la que me ocu-
que determina, es la voluntad, es la acción.
ni
hostosiana.
mueve al resorte de la acción. Para Hostos el fantasma es la conciencia
cuan-
palabrero
el
nunca.
peare,
Hay un aspecto en Hamlet, la presencia del fantasma del padre del príncipe. Hostos dice que éste es la conciencia del príncipe. No vio en el fantasma, eso que Heidegger lla-
do ambos discurren a propósito del dramaturgo británico! Moratin, ¡ qué
microscópico!
vida
Excelente estudio el de Hostos desde el punto de vista sicológico y ético. Tenía que ser así, ya que Hostos es un espíritu de reflexión y por reflexión llega a la expresión y a la realización del bien, entendido éste como un bien social.
bona—, «a propósito del Hamlet que pueda parangonarse con la obra de Hostos». Y continúa: «Nada que se le acerque. El crítico americano desmonta la maquinaria del inglés formidable; estudia, analiza, disocia los caracteres antes de presentarlos en acción. Nadie, ni Goethe, comprendió ni explicó mejor el genio de Shakespeare ni el alma de Hamlet. Voltaire tan perspicuo siempre, ¡qué
pequeño
para el inicio del planteamiento metafísico. : Hamlet es una pieza que no se ol-
el héroe sucumbe al ejecutar el mal. Hay una lección en la interpretación hostosiana. Dice que esa es la ruda lección de la tragedia.
en su presen-
paré
cia hay ese desdoblamiento de nuestra personalidad, hay ese Otro interior que decide la acción a seguir. El fantasma pudo haber dado pie
próximamente.
1.— Blanco Fombona, Rufino - Eugenio María de H»stos (183 +-1903), en América Hostos, Edivión conmemorativa del Gobierno de Puerto Rico, Habana, C ba, pág. 107.
tos se nos revela en su ensayo como un gran escritor, y sus juicios sobre la sicología de los personajes es
' atinado. Cala en la problemática de la existencia, cree que el planteamiento de lo trascendente parte del conflicto sicológico de Hamlet, de su íntima tortura, del conflicto entre el bien y el mal. Ve claro el dilema que tortura el alma del príncipe ante su destino. Ahonda en la tragedia del ser. Hostos bucea en los resquicios más ocultos de un alma
atormentada
por
la lucha,
de un
CORTESIA
Cipriano
DE
Manrique
Inc.
Pintura - <LUCAS> Materiales de Construcción
- Ferretería
- Efectos Eléctricos
alma que sufre y agoniza, como hu-
aBonos
biera dicho Miguel de Unamuno. Nuestro ensayista ve a Hamlet representativo de la agonía individual; como hombre que se angustia frente a su perentoriedad. Ve, a
mi modo en
el
Agentes disiribuidores de los arados «JAGUAR»
de ver, el símbolo esencial
drama
conciencia
que
es
Hamlet,
que se debate
de
Teléfonos: Dpto. Materiales
una
entre la fe
Ferretería.
y la duda, entre el amor y el odio, entre
idea
la duda.
Hamlet
del
y
bien
la
vacila
idea
entre
del
521 y 3944 519 y 520
Dpro. Abonos ».. -4314”y 2012
la vida y la muerte.
Hamlet, para Hostos, es producto de
MAanRIQUE
Oficina
3751 y 2677
la
mal.
Hamlet — según nuestro autor — está llamado a ejecutar el mal sintiéndose inclinado para el bien. Pero
Uptdo.
1147
caGuas, p. R. 5
e
artes y letras
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e . Publicaciones
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Preci
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números
del
1
al
4 ya
están
en
Historiografía por Dra.
circula-
ción)
Puerto
Suscripción por
un
Revista
año
I. C.
(4 núms.)
P.
rica
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Isabel
Rico
Período
Puertorriqueña
y los
por
dos
Revista años,
I. C.
con
carácter
de Danzas
(Del número Album
Obras
de Juan
retroactivo
Morel
de
de
Juan
Morel
por
F. Santana
.
Rubén
Sobre
la Lengua
en
Puer-
del Rosario
Crecimiento y Desarrollo de la Ciudad de
Campos
San
.
Juan Adolfo
Desarrollo 1, de José
de
Núm.
2, de Luis
Lloréns
Núm.
3, de
Palés
de
Hostos
Luis
Diego
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Histórico
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Torres Matos
por Eugenio
.
Las
.
y Villancicos
Francisco
López
de
la
Sociedad
Puer-
torriqueña
Fernández
Instituciones
8)
Apuntes
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de
Hispano-
a
por C. R. Haring Cruz.
Méndez
Coloniales
américa
por
y Amé-
Poesía:
Núm.
Aguinaldo
de Europa
el
Rico
por Cuadernos
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(1789-1825)
Consideraciones
.
Campos
1 al 5 ya en circulación) Varias
Unidos
.
P. to
Albumes
del Arroyo
Estados
Revolucionario
por Arturo Suscripción
Gutiérrez
.
para la Historia Literaria de Puer-
to Rico
por F. Manrique Cabrera
Folletos
Conferencias 9)
1)
Visión
Histórico - Crítica
de
la
Literatura
Puertorriqueña por
Dra.
Josefina
Rivera
de
Alvarez
.
La Vida
ta
a
en la Ciudad
Mediados
Través
de
sus
por
Luis
M.
del Actas
de San
Siglo
Juan
XVIII
Bautis-
Vista
a
Capitulares
Rodríguez
Morales
7:
e
.
.
.
.
25
artesy lerras
Precio por unidad
Sinopsis
de las Artes
Plásticas
en
Puerto
Rico por
Osiris
Delgado
Análisis
Estilístico
por
Luis
José
Esclavitud
por
Luis
M.
Acercándonos por
Martín
Negra
en
Díaz
Puerto
Soler
al Grito
Antonio
Rivera
Cómo
Vivían
Nuestros
por
Rafael
W.
Rico
su Vida
.
de
Muñoz
por
Lares
Política (en
Lidio
Luis
.
Rivera-Los
Cruz
Muñoz
su
Vida
Primeros
Rivera-Los
Política
Ramírez
.
Antología
de Luis Muñoz
Ri-
de
Crónicas
Primeros
por Héctor
Navidad
Campos
por
(Folleto)
Parsi
Rico
(1493-1797).
Méndez
Fernández
Cuento - Tomo Concha
Puertorriqueña
.
.
.
(encua-
por
Pedro
(Incluye folleto con la poesía)
Salinas
dernado) por
María
Teresa
Babín
La Bruja
.
por Galería por
Fernández
Teatro
Méndez
val, Francisco
Crítica y Antología Varios
Ballester, Emilio
Arriví
y René
de la Poesía
Ni ENANA O
S. Bela-
Marqués
del
Héctor
.
Proyecto
Para
Puerto
Rico
por Segundo
la Abolición
de la Esclavitud
Tavárez
por
.
Puertorriqueña
. Sur
Campos
(Manuel
Tavárez
Disco
José
Enrique
por
José
E.
en
Ruiz Belvis, José Julián Acosta
G.
Elisa
Parsi
.
Tavárez)
Pedreira
Pedreira
.
Port.-Folios
]
y Francisco Mariano Quiñónez
rot
Delano
Puertorriqueño
por Manuel
NN
Jack
Divertimento
Juncos
por
w
de Loíza
Puertorriqueña Manuel
II
Discos
.
de la Cultura
Méndez
1
III
Meléndez
El Contemplado Panorama
Tomo
de Puerto Rico (1809-1955). Tomo
Figuración de Puerto Rico y Otros Estudios Meléndez
de
Puertorriqueños:
Fernández
Eugenio
por
Libros
Concha
Años
Monclova
Puerto
Eugenio
por
. El
por
10
(encuadernado)
Autores
de
Crónicas de
de
Abuelos
y Pensamientos
Cantos
Años
rústica)
vera
Cuatro
10
Monclova
por Lidio Cruz
Poemas
de Tapia
.
.
Luis La
de la Sataniada
San
Juan
Histórico
8 Litografías
de Luis
Germán
Cajigas
.
HOSTOS
EN
POLITICA
DEL
PENSAMIENTO POLITICO "DE. HOSTOS por
tados' Unidos y su elección se hiciera por medio de plebiscito, entonces nosotros, abogados de la independencia, nos inclinaríamos ante la voluntad de la mayoría legalmente ex-
ser. Y conste que De Hostos es incapaz de estar pensando en sí mismo: está pensando en que en cada ser humano hay la potencia para ser el todo. Ideal que tampoco tiene nada de positivista, sino que más bien es un eco de los viejos genero-
presada. Somos republicanos. Lucha-
sos ideales
mos por el principio de la mayoría, y si la mayoría de mis compatriotas favoreciera la anexión a los Estados Unidos, me sometería a su veredicto, pero ni a mí ni a ningún otro republicano puertorriqueño le gustaría ver al pueblo americano violando su misión de potencia de-mocrática al forzar a Puerto Rico a convertirse en una dependencia de los Estados Unidos, en lugar de ayudarle a sacudir el yugo de sus opresores españoles, para dejarlo fabricar su propio gobierno independien-
El
Decía el gran Maestro:
Rico
«Si Puerto
eligiera ser anexado
a los Es-
te. Si mi país»
— continúa — «se so-
mete
al
americano,
adiós
para
yugo
siempre.
La
le
diré
libertad
de
Puerto Rico y de otros países de habla española ha sido el ideal de mi vida y si mis compatriotas cambiaran un yugo por otro, dedicaré mis energías a la misma causa republi-
pequeño
que
he
sido
durante
mundo
des, así como
democrático
en
caso
adoptasen
absoluta
de
que
las
para
30
fines
mayo-
la
belleza
tampoco
mayorías
éticos.
y
detenerse
para
libertad
vestigación
de Hos-
detenerse
ser, forzosamente,
toda esa vida
y de toda esa obra se desprende un ideal
del ser humano.
El
ser huma-
no concebido en el máximo desarrollo de
sus
facultades.
Nos
dice
una
y Otra vez en sus cartas, en su diario
íntimo
y
en
sus
obras
que
el
hombre hay que desarrollarlo completamente. Es más, hay textos de . Su diario íntimo en donde ese afán de integridad
no
que
logra
le angustia, porque
hacerse
él se concibe
todo
él
lo completo
a sí mismo
como
de
toda
fin
Termino,
para
de está
en la incientífica y
hombre
está
una carta que
es uno
de los docu-
mentos,
juicio,
poéticamente
más
a
mi
bellos,
porque
y
lo
es
poéticamente
lo es humanamente.
tos (ya lo he comparado un
momento,
con
De Hos-
aquí hace
Ulises
y
con
Eneas), muere ¡lejos de Puerto Rico, y poco
antes
de morir,
escribe
a su
hermana Rosa esta carta. Es breve: «Si tú supieras que yo me prendé del
cementerio
hay
en él una
cuyo
pie
de
Mayagúez
palma
querría
y que
pararrayos
reunir
los
de papá y los nuestros. Aunque deseo
sería
que
de
no
a
huesos
mi
reducirme
a
cenizas me dieran por tumba el hondo del mar. Me pareció tan bien aquella palma del cementerio de Mayagúez, que hasta le hablé al ad-
ministrador el pedazo
para que
me
reservara
de tierra alrededor del ár-
bol recto, busca-aire y busca-luz, que mira
al mar
mismo
de las Antillas, el mar
que
desde
casa
de
Mabina
abismaba en contemplaciones fancia soñadora». El árbol
mi inrecto,
busca-aire y busca-luz, el hondo mar, Ulises, la peregrinación, el afán de horizontes nuevos, el afán hasta de descansar, como Ariel, en el fondo del mar, para ver si allí, aún después de la vida, se encierra algún misterio que su entendimiento tan curioso
-« diera ver:
y tan
ávido
estudiar, ¡el mar,
de
ciencia
escudriñar
la palma,
y
el árbol
to, busca-aire
y busca-luz! sepultado
rec-
De
cosas
servicio
Su obra y su figura están vivas allí.
al
inteligente,
amigos
un
del
el objetivo
tiene
que
fin ético.
míos, leyéndoles
donde
fue
No,
Hostos
la vida,
no
pu-
resol-
y la verdad,
de
vida
El
ni
para
MOJICA
la belleza
ambas El
ahí,
de la verdad
últimas meditaciones sobre De Hos-
bien.
está
regodearse
ahí. No.
creando
poner
No
en la contemplación
pero
De
los puerto-
El hombre está en el mundo cumplir
para,
siguiente:
educación
todos
tos para, aún en ese caso, expatriarse de Puerto Rico porque para él la anexión no era aceptable. ¿Qué he sacado en claro en estas tos? Lo
toda
los individuos, deben
mensaje
María
la anexión,
de Eugenio
a las
y
es un
rriqueños, para toda nuestra raza, para todo nuestro desarrollo como pueblo culto, que es el siguiente:
regodearse
Respeto
latino.
microcosmo,
estar regidos por la razón. La razón conduce a la justicia y sólo en la vigencia de la justicia es que puede arraigar la libertad. Y con estos dos máximos principios hostosianos, a saber, el hombre concebido como una integralidad y la razón conduciendo a ese hombre a un ideal de justicia y, por consiguiente, de la única libertad posible que radica en el ejercicio y la vigencia de la justicia, se desprende
un
años».
rías
es un
racional debe tender a desarrollar la "integralidad del hombre. Se desprende, así mismo, que las socieda-
cana, pero me quedaré siendo el expatriado
del renacimiento
hombre
AÁGUEDO
jamás
podrá
en el mar.
gastarlas
sano ni destruirlas el olvido: conciencia
y en
el corazón
el gu-
En la agrade-
cido del pueblo de Puerto Rico.
Precio. por unidad
Sinopsis
de las Artes
Plásticas
en
Puerto
E
Análisis Estilístico de la Sataniada de Tapia por_ José
Rico por
Osiris
Delgado
La Esclavitud Negra en Puerto Rico Luis
M.
Acercándonos por
Díaz al
Soler
Grito
Antonio
Rivera
Cómo
Vivían
Nuestros
por
Rafael
W.
14)
Poemas
Martín...
"e
O
.
Luis
por
Luis
su Vida
.
de
Muñoz
por
Luis
Lares
.
10
Años
de
Lidio
Cruz
Muñoz
10
Años
de
Monclova
Rivera-Los
Política
Primeros
(encuadernado)
por Lidio Cruz Monclova
Abuelos
y Pensamientos
Primeros
Política (en rústica)
su Vida
Ramírez
Rivera-Los
.
Antología
de Luis Muñoz
Ri-
de Autores
Crónicas
de
Puertorriqueños :
Puerto
por Eugenio
Rico
(1493-1797).
Fernández
Méndez
vera
Crónicas Cuatro
por
Cantos
Héctor
de
Navidad
Campos
(Folleto)
Parsi
por
. El
Fernández
Cuento - Tomo
Concha
por
Concha
Meléndez
de la Cultura
Puertorriqueña
(encua-
.
.
Discos
. El Contemplado
Panorama
por
Pedro
(Incluye
folleto
con
la poesía)
Salinas
dernado) por
María
Teresa
Babín
La Bruja
.
por
Galería por
Fernández
Méndez
Ballester, Emilio
S. Bela-
val, Francisco Arriví y René Marqués Crítica y Antología Varios
Proyecto Puerto
+e
de la Poesía
.
Puertorriqueña
.
del Sur
Héctor
Tavárez por
Campos
(Manuel
Elisa
Disco José por
.
Parsi
.
José
Enrique E.
Ruiz
Belvis,
Mariano
artes y letras
José
Quiñónez
Julián
Acosta
Pedreira
Pedreira
.
Port.-Folios
Rico
Segundo
G. Tavárez)
Tavárez
Para la Abolición de la Esclavitud en
y Francisco
8
Delano
Puertorriqueño
por Manuel
por
Jack
Divertimento
Juncos
por Teatro
te
de Loíza
Puertorriqueña Manuel
II
III
Meléndez
Figuración de Puerto Rico y Otros Estudios
Méndez
1
.
de Puerto Rico (1809-1955). Tomo
Eugenio
por
Libros
Tomo
San
Juan
Histórico
8 Litografías
de Luis
Germán
Cajigas
.
HOSTOS
EN
DEL
POLITICA
PENSAMIENTO POLITICO "DE HOSTOS por
Decía el gran
Rico
eligiera
Maestro:
«Si Puerto
ser anexado
a los Es-
tados' Unidos y su elección se hiciera por medio de plebiscito, entonces nosotros, abogados de la indepen-
dencia, nos inclinaríamos ante la voluntad
de la mayoría
legalmente
ex-
ser. Y conste que De Hostos es incapaz de estar pensando en sí mismo:
ser
está
hay
carta
que
MOJICA
es uno
los
en
cada
mentos, a mi juicio, más bellos, y lo es
la potencia
para
porque
pensando
humano
una
AGUEDO
en
que
ser el todo. Ideal que tampoco tiene nada de positivista, sino que más bien es un eco de los viejos genero-
momento,
con
De Hos-
aquí hace
Ulises
y
con
Eneas), muere lejos de Puerto Rico, y poco antes de morir, escribe a su
sos ideales
mos por el principio de la mayoría, y si la mayoría de mis compatrio-
El hombre es un microcosmo, es un pequeño mundo y toda educación racional debe tender a desarrollar la integralidad del hombre. Se des-
hermana
prende, así mismo,
cuyo pie querría reunir los huesos de papá y los nuestros. Aunque mi
tas favoreciera la anexión a los EsUnidos,
redicto, otro
me
pero
sometería
ni a mí
republicano
a su ve-
ni a ningún
puertorriqueño
le
gustaría ver al pueblo americano violando su misión de potencia democrática al forzar a Puerto Rico a convertirse en una dependencia de los Estados Unidos, en lugar de ayu-
des,
así
como
los
latino.
lo es humanamente.
tos (ya lo he comparado un
docu-
presada. Somos republicanos. Lucha-
tados
del renacimiento
de
poéticamente poéticamente
que las sociedaindividuos,
deben
Rosa
esta carta. Es breve:
«Si tú supieras que yo me prendé del
cementerio
hay
en él una
de
Mayagiúez
palma
y
que
pararrayos
a
estar regidos por la razón. La razón
deseo sería que
conduce vigencia
cenizas me dieran por tumba el hondo del mar. Me pareció tan bien aquella palma del cementerio de
a la justicia y sólo en la de la justicia es que puede
arraigar la libertad. Y con estos dos máximos
de no reducirme
a
princi-
Mayagúez, que hasta le hablé al ad-
pios hostosianos, a saber, el hombre concebido como una integralidad y
ministrador para que me reservara el pedazo de tierra alrededor del ár-
car su propio gobierno independien-
la razón conduciendo
bol recto, busca-aire y busc--luz, que
te. Si mi mete al
a un
darle a sacudir el yugo de sus opresores
españoles,
adiós
país» yugo
para
Puerto
para
dejarlo
fabri-
— continúa — «se soamericano, le diré
siempre.
La
libertad
de
Rico y de otros países de ha-
bia española
ha sido el ideal de mi
vida y si mis compatriotas cambiaran un yugo por otro, dedicaré mis
energías
a la misma
causa
republi-
cana, pero me quedaré siendo el expatriado que he sido durante 30 años». Respeto democrático a las mayorías en caso de que las mayorías adoptasen la anexión, pero libertad absoluta de Eugenio María de Hostos para, aún en ese caso, expatriar-
ideal
de
a ese hombre
justicia
y, por
consi-
mira
al mar
de las Antillas, el
guiente, de la única libertad posible
mismo
que radica en el ejercicio y la vigencia de la justicia, se desprende
abismaba
un
los puerto-
busca-aire y busca-luz, el hondo mar,
rriqueños, para toda nuestra raza, para todo nuestro desarrollo como pueblo culto, que es el siguiente: El hombre está en el mundo para
Ulises, la peregrinación, el afán de horizontes nuevos, el afán hasta de descansar, como Ariel, en el fondo
cumplir fines éticos. No está para regodearse en la contemplación de la belleza y detenerse ahí, ni está
pués
mensaje
tampoco
para
para
todos
regodearse
en
la
in-
vestigación de la verdad científica y
fancia
del
que
desde
casa
soñadora».
mar,
de
Mabina
en contemplaciones
para
El
ver
de la vida,
mi in-
árbol
recto,
si allí, aún
se encierra
des-
algún
misterio que su entendimiento tan curioso y tan ávido de ciencia pu-
- diera
estudiar,
escudriñar
y
resol-
está
ver: ¡el mar, la palma, el árbol recto, busca-aire y busca-luz! No, De
para, creando la belleza y la verdad,
Hostos no fue sepultado en el mar.
se de Puerto Rico porque para él la
poner
bien. El fin de la vida, el objetivo de toda vida inteligente, tiene que
Su obra y su figura
están
anexión
donde jamás
gastarlas el gu-
no era aceptable.
¿Qué he sacado en claro en estas últimas meditaciones sobre De Hostos? Lo siguiente: De toda esa vida y de toda esa obra se desprende un ideal del ser humano. El ser huma-
no concebido en el máximo llo de
sus
facultades.
y Otra
vez
en
sus
Nos
cartas,
desarrodice
en
su
una dia-
rio íntimo y en sus obras que el hombre hay que desarrollarlo completamente. Es más, hay textos de
su diario íntimo en donde ese afán de integridad le angustia, porque él no logra hacerse todo lo completo que él se concibe a sí mismo como
detenerse
ahí.
ambas
No. cosas
ser, forzosamente,
Termino,
El
amigos
al
un
hombre servicio
del
fin ético.
míos, leyéndoles
podrá
vivas
allí,
sano ni destruirlas el olvido: En la conciencia y en el corazón agrade-
cido del pueblo
de Puerto Rico.
DIRECTORIO PURGELL, BELAVAL, LOMBA x Contadores públicos autorizados Santurce,
PUERTO:
GUTIERREZ SANCHEZ y . Abogados - Notarios
PUERTO
LUIS
BAUZA
- Notario
MIRANDA
CORREA Santurce,
YAMIL Abogado
RICO
Abogado - Notario
RICO
PUERTO
RAMIREZ
San Juan, PUERTO
Abogado
San Germán,
Co.
RICO”
GUILLERMO San Juan,
PROFESIONAL
GALIB
RODRIGUEZ
- Notario
RAMIREZ
DIAZ
RICO
PUERTO
RICO
OTERO, GONZALEZ
Abogados Santurce, PUERTO
ANGEL
CRUZ
Abogado Edificio Bauret
RICO
CRUZ
- Notario San
Juan,
PUERTO
B. ROSAS
RICO
HERNANDEZ San Juan, PUERTO
EMILIO Santurce,
RODRIGUEZ COLON Abogado - Notario
PUERTO
EMILIANO POL JR. MANUEL TORO AQUILES ACISCLO VALLECILLO
RICO
Contadores
GEIGEL
POLANCO y GEIGEL
RICO
públicos
LANUZA
autorizados
San Juan,
PUERTO
RICO
Abogados - Notarios San Juan, PUERTO
LCDO.
RICO
ALFREDO
ALVAREZ
LINERA
Abogado - Notario OSCAR CASTRO RIVERA Abogado - Notario
Ave. Muñoz Rivera, 501 (Altos) Hato Rey, PUERTO RICO
Edificio Quintana
Comercio, 350 - Tel. 3-2751
San Juan, PUERTO
RICO
LCDO.
SANTIAGO
POLANCO
ABREU
PUERTO
RIOS
MENDEZ
- Notario
Ave. Borinquen, 2019 - Tel. 2-1431 Santurce, PUERTO RICO
Abogado - Notario San Juan,
A.
Abogado
RICO
LCDA. CONSUELO
ROMANY y ROMANY Abogados - Notarios
BURGOS
DE
PAGAN
Abogado - Notario B.” obrero
San Juan, PUERTO 10
e
artes y letras
RICO
Santurce, PUERTO RICO
DEL PARNASO
DE HONDURAS
Los
versos de Lillian
del Valle por RAFAEL VEGA
Recientemente hemos leído los últimos versos de Lillian del Valle, notable educadora y poetisa hondureña. Se trata de un espléndido panorama estético donde a veces destaca la nota inquisitiva de sus jardines interiores: En la calma silente de mis noches insomnes quiero escrutar vehemente mis caras emociones. Por
esas
vías
Doquiera
como
dolientes,
de
la
Otras facetas del carácter de Lillian del Valle se advierten en su poesía Mi verso. Dos estrofas señalan, por ejemplo, una actitud recoleta, de modestia:
Surge
fantasmas
No
O RICO
INERA
tiene,
pues,
es
del
De con no y a
01 (Altos) TO RICO
Ejerce lugares
de
Lillian
del
la fina poetisa en Minas
Destacan
de
la
en el valle — donde
drigalescas
opulencias
cales y más
—los
junto
Esa
allá, en la lejanía, las estribaciones
B.” obrero
RTO RICO
poema
función A mi
madre:
de
la poetisa
que
otras
de alturas, el propósito
adquiere
proteicidad:
paloma
sin
aliento
:
suplicante, al pie de algún
altar.
elemento
temporal.
Tiene, para la poetisa, una
signifi-
Cuando la lámpara votiva de mi vida se haya extinguido en .el capuz sombrío y haya dejado el corazón tan frío que ya no más será lava encendida.
barran-
de las
El
ánfora
lírica
de
su
corazón
no
enmudecerá,
embargo — como ”él arpa becqueriana—, ignota. Porque:
en
sin
la región
Desde allí, en su anhelar interno, como en hilo de luz suave y eterna, cantará lo divino, lo inefable del_ amor, la verdad y la Belleza. Por su exquisita sensibilidad y por la exposición, brillante y ática, de los valores eternos, Lilliam del
tiene su génesis en la intuición,
conmovedora,
reite-
Al referirse a la primavera aparece en la producción lírica de Lillian del Valle un ambiente de alas, de jocundidad y luminosidad. Pero esa luz no es un mero
flor de maa los
en
de hinojos
hondureña.
Sembrador incansable de la idea en suave y tierna tierra de niñez, su verbo es luz de inextinguible tea para la transitoria lobreguez
damente
una
cación más honda puesto que la misma representa, en efecto, «todo el sublime esplendor de una vida inmortal». Ha cantado también Lillian del Valle, en versos de notable fluidez, a la cesación de las cosas...
montañas. En aquel paisaje terruñero, vasto, de naturaleza pródiga y enhiesta, se alza también significativamente el enjuiciamiento de Lillian del Valle respecto a la función ejemplarizadora del maestro:
PAGAN
es
de Oro, uno de los
república
ella es una pinos
sorprendente
Valle
y moral:
pintorescos
es puro
de la naturalezase asocia
Tras esa vocación una
firme andar y de mirar sereno paso audaz hacia adelante va: le arredra del mundo el vano empeño su ideal la vida entregará.
más
arrollador
ve, a la Naturaleza:
A la exposición rada ambición:
fuerte
camino.
el temperamento
autobiográfico
raudales
Lanza a veces sus alas sobre el viento cual ave que quisiera misterios escrutar.
cualidades de meandro que se detiene, en medio del camino de la vida, simplemente a soñar con horizontes luminosos. Va resueltamente hacia ellos con las alas de su sensibilidad y de su talento. De ahí que en su poesía El maestro tenga la siguiente estrofa un do-
ble valor
rápidos
anhela siempre mantenerse oscuro cual diamante que oculta su belleza.
al Destino: su
en
el torrente
no al mundo
frente
trazó
vibrante,
Como
soñadoras,
victoria
que
faz)
con raro empuje de ignoradas manos; no pretende a la gloria sus laureles y es esquivo al mirar de los humanos.
Ante esa sucesión de recuerdos, ¿qué actitud asume la poetisa? ¿Una actitud de protesta, de desaliento? ¿O una actitud de renovado optimismo? Veamos: Mira
tu humilde
tu corazón manda que siembre simientes de amor y paz.
pretéritas y vanas mis ilusiones todas
encárate
y siempre
(al evocar
emotivas
Pasan
LANCARA
dice
profun-
en
su
Valle constituye una de las figuras más distinguidas del parnaso
más
hondureño
cuya
selectas antologías
obra
futura
engalanará
las
de Hispanoamérica. 11
e
artes y letras
Poesia Puertorriqueña CREPUSCULO Por
FÉLIX
FRANCO
OPPENHEIMER
El horizonte va cerrándose y las olas del mundo se
van
adormeciendo
atenidos
a bregas
en
que
los
hacen
en su abismo ojos
cansados,
girar crepúsculos.
Señor, ya nada tengo, todas mis cosas se han borrado con la tarde, y ya sólo me encuentro, sólo conmigo, a solas, en perfil distendido a la brumosa margen. Y ya
nadie,
ya las sombras
me
piensa,
del mundo
son las más
y es sólo el reloj de la eternidad el centinela
firme
que
en
su
hondas
sombra
se
un
humeral
azul,
ceniciento,
Ya yo no soy el batallar
es
mi
estela.
tan animoso,
el ímpetu de sol o el resplandor de luna, aquél paso obstinado... Ya no soy más que el sueño
Por J. 1. De
mira.
Todas las velas en el mar ya se han plegado, el viento es ya sereno y las olas más lentas, ya no es mi corazón el ágil marinero, y
ARCADIA
mías,
en su hora,
errante de la angustia.
Y sin que a esto concluya el cansancio diario, ha llegado la tarde a rendirme en sus frutos, mientras la noche, mansa de luceros, aguarda, para encendernos las tiernas bujías del mundo. Señor, ya soy de nuevo en tu redil, oveja, para tu amor antiguo, que de tanto perdidizo andar, vuelto tengo, pañuelo de piedad, mi corazón de olvido.
Soñador,
nuestras
DieGO
almas
PADRÓ irán
juntas
Hacia la vida enérgica y pagana De los agrestes Númenes, creadores De la Belleza multiforme y sacra. Dominó en ellos el salvaje instinto Del placer, y el amor los embriagaba; Verso y música dieron a los campos
Y a la bestia voraz razón y habla. Su culio era la pasión desnuda, En
las campiñas
de la dulce Arcadia
Tuvo goces la vista, miel el labio Y contacto
el varón
bajo
las parras.
Allá, en la copa de los padres árboles Reía el sol. En las floridas ramas, En los montes azules y en los valles La primavera siempre susurraba. Soñador, los que fueron a esa tierra Tras el ensueño y la emoción pre<lásica, En cada río oyeron un lenguaje Y una nota vital en cada rama. Al renovarse aquella vida mítica La desnuda Belleza se irguió intacta. Un recuerdo gemía en cada ruta Y en cada piedra tumular un alma. Y cada cuerpo obedeció al impulso Campestre y libre del amor. La flauta Del panida vibró sobre los montes Y despertaron símbolos y estatuas. Soñador, nuestras almas irán juntas Hacia la selva antigua y visionaria. En el mundo interior Arcadia vive Y en los versos de abril palpita y canta.
12
e
artes y letras
CAÑAVERAL Por
Cuando
CARLOS
ORAMA
el cañaveral
PADILLA
se mece
al viento
Le parece al turista cosa extraña; Pero
para
el poeta,
cada
caña
Es un grito que se alza al firmamento. Para Que
el pobre
la voz
de
colono
es un lamento
lo actual
pone
en su
entraña;
Para el banquero y su taimada maña Es un guarismo en su tanto-por-ciento. Pero para el curtido machetero, Para ese jincho y miserable obrero Atúrdido, en harapos y sin guía, El cañizal es toda una odisea; Es una muda y triste biografía Escrita al sol ¡para que Dios la lea!
EL
FLAMBOYAN
Por
Sensual
José
antorcha
A. BALSEIRO
que
calienta y brilla
De violencia en llanuras y montañas; Fuente de sangre, airón de maravilla : Cuaja ardor el Verano en tus entrañas. La flor de fuego en tu La luz Caribe en que tu Y el paisaje antillano se A tu lumbre, hecho miel,
corona humilla copa bañas, arrodilla entre las cañas.
De tu destello en el rubi prendidos, Púrpura en llama el horizonte hiende Cristales tintos en insolaciones. Y entre el cielo y la tierra sorprendidos, En la enramada tropical se enciende La rebelión de esclavos corazones.
DEL Por
REGRESO
DEL
JIBARO
FELIPE
N.
Tierra que profanó la telaraña Que traza el «Caterpillar». ¡Tierra mía! Tierra-Cristo, que el déspota exprimía ¡Para extraer riquezas de su entraña! Tierra del panapén, tierra del guano, Volverás a sentir la noble mano Del campesino montaraz y adusto
Devolviendo caricias por tus mieses Y
lograrás
estar,
como
BAUZÁ
de azul y manso
oleaje.
ARANA
Tierra del morador de la montaña Que la avaricia sedujera un día, Y desahuciando al ñame y la yautía Cerró el atrecho y te sembró de caña.
Llena
OBDULIO
Es verano y hay sol. El mar nos llama
en su calma Por
OLVIDO
otras
veces,
de amor, y parirás a gusto.
Este
amor
que nos crece día a día:
iy la palabra El tiempo
trunca
va dejando
entre los labios! su nostalgia
sobre el vasto océano y es amarga y oscura: la sombra que nos sigue. cs y
AAA
¡Tu dulce y suave rostro entre mis manos! ¡Querer vivir para el amor tan sólo! Aj y ser amado y ver el tiempo allá en lejana forma de distancia: ¿Por qué, Señor, por qué tiene la tarde esta tibia quietud? ¿Está llamada a una paz de no ser, a una bonanza,
de silencio y olvido? 13
+
artes y letras
Poesia Puertorriqueña CREPUSCULO Por
FÉLIX
FRANCO
OPPENHEIMER
El horizonte va cerrándose en su abismo y las olas del mundo se van adormeciendó en los ojos cansados, atenidos a bregas que hacen girar crepúsculos. Señor, todas
ya
mis
nada
tengo,
cosas
se
han
borrado
con
la
tarde,
y ya sólo me encuentro, sólo conmigo, a solas, en perfil distendido a la brumosa margen. Y ya
nadie,
me
ya las sombras
piensa,
del mundo
son las más
hondas
ARCADIA
mías,
y es sólo el reloj de la eternidad en su hora, el centinela firme que en su sombra se mira. Todas
las velas en el mar ya se han plegado,
el viento es ya sereno y las olas más lentas, ya no es mi corazón el ágil marinero, y un humeral azul, ceniciento, es mi estela. Ya yo no soy el batallar tan animoso, el ímpetu de sol o el resplandor de luna,
aquél paso
obstinado...
Ya no soy más Y sin que ha
llegado
que el sueño errante
a esto concluya la
tarde
de la angustia.
el cansancio
a rendirme
en
sus
diario,
frutos,
mientras la noche, mansa de luceros, aguarda, para encendernos las tiernas bujías del mundo. Señor, ya soy de nuevo en tu redil, oveja, para tu amor antiguo, que de tanto perdidizo andar, vuelto tengo, pañuelo de piedad, mi corazón de olvido.
Por J. 1. DE
DIEGO
PADRÓ
Soñador, nuestras almas irán juntas Hacia la vida enérgica y pagana De los agrestes Númenes, creadores De la Belleza multiforme y sacra. Dominó en ellos el salvaje instinto Del placer, y el amor los embriagaba; Verso y música dieron a los campos Y a la bestia voraz razón y habla. Su
culto
era
la pasión
En las campiñas
desnuda,
de la dulce Arcadia
Tuvo goces la vista, miel el labio Y contacto el varón bajo las parras. Allá, en la copa Reía
el sol.
En
las
de los padres árboles floridas
ramas,
En los montes azules y en los valles La primavera siempre susurraba. Soñador, los que fueron a esa tierra Tras el ensueño y la emoción pre-clásica, En cada río oyeron un lenguaje Y una nota vital en cada rama. Al renovarse aquella vida mítica La desnuda Belleza se irguió intacta. Un recuerdo gemía en cada ruta Y en cada piedra tumular un alma. Y cada cuerpo obedeció al impulso Campestre y libre del amor. La flauta Del panida vibró sobre los montes
Y despertaron
símbolos
y estatuas.
Soñador, nuestras almas irán juntas Hacia la selva antigua y visionaria. En el mundo interior Arcadia vive Y en los versos de abril palpita y canta.
12
+.
artes y letras
CAÑAVERAL Por Cuando el Le parece al Pero para el Es un grito
CARLOS
ORAMA
cañaveral se turista cosa poeta, cada que se alza
Para el pobre colono Que la voz de lo actual Para el banquero y su Es un guarismo en su
PADILLA
mece al viento extraña ; caña al firmamento.
es un lamento pone en su entraña; taimada maña tanto-por-ciento.
Pero para el curtido machetero, Para ese jincho y miserable obrero Atirdido, en harapos y sin guía, El cañizal es toda una odisea; Es una muda y triste biografía Escrita al sel ¡para que Dios la lea!
EL FLAMBOYAN Por José A. BALSEIRO Sensual antorcha que calienta y brilla De violencia en llanuras y montañas ; Fuente de sangre, airón de maravilla : Cuaja ardor el Verano en tus entrañas. La flor de fuego en tu corona humilla luz Caribe en que tu copa bañas,
La
Y el paisaje antillano se arrodilla A
tu lumbre,
hecho
miel, entre
las cañas.
De tu destello en el rubí prendidos, Púrpura en llama el horizonte hiende Cristales tintos en insolaciones.
En La
Y entre el cielo y la tierra sorprendidos, la enramada tropical se enciende rebelión
de
esclavos
DEL Por
REGRESO Por
Tierra Que
del
DEL
FELIPE
morador
la avaricia
JIBARO
N.
un
día,
Y desahuciando al ñame y la yautía Cerró el atrecho y te sembró de caña. Tierra que profanó la telaraña Que traza el «Caterpillar». ¡Tierra mía! Tierra-Cristo, que el déspota exprimía ¡Para extraer riquezas de su entraña! Tierra del panapén, tierra del guano, Volverás a sentir la noble mano
Del campesino
OLVIDO
OBDULIO
BAUZÁ
Es verano y hay sol. El mar nos llama en su calma de azul y manso
oleaje.
ARANA
de ¡a montaña
sedujera
corazones.
Este amor que nos crece día a día: ¡y la palabra trunca entre los labios! El tiempo va dejando su nostalgia sobre el vasto océano y es amarga y oscura: la sombra que nos sigue. ¡Tu dulce y suave rostro entre mis manos! ¡Querer vivir para el amor tan sólo!
Amar y ser amado y ver el tiempo allá
en
lejana
forma
de
distancia
montaraz y adusto ¿Por qué, Señor, por qué tiene la tarde
Devolviendo Y
lograrás
caricias
estar,
como
por
tus mieses
otras
veces,
Llena de amor, y parirás a gusto.
esta tibia quietud? ¿Está llamada a una paz de no ser,
a una
bonanza,
de silencio y olvido? 13
+
artes y letras
Poesia Puertorriqueño CREPUSCULO Por
FÉLIX
FRANCO
OPPENHEIMER
El horizonte va cerrándose y las olas del mundo se
van
adormeciendó
atenidos
a bregas
Señor,
ya nada
todas
mis
cosas
en
que
los
hacen
en su abismo ojos
cansados,
girar crepúsculos.
tengo, se
han
borrado
con
la tarde,
y ya sólo me encuentro, sólo conmigo, a solas, en perfil distendido a la brumosa margen. Y
ya
nadie,
me
piensa,
ya las sombras del mundo y es sólo
el reloj
de
son las más hondas
la eternidad
en
su
ARCADIA
mías,
hora,
Por J. 1. DE DieEGO PADRÓ
el centinela firme que en su sombra se mira. Todas las velas en el mar ya se han plegado, el viento
es ya sereno
ya no es mi corazón y
azul,
y las olas más
lentas,
el ágil marinero,
un
humeral
ceniciento,
Ya
yo no soy el batallar
es
mi
estela.
tan animoso,
el ímpetu de sol o el resplandor de luna, aquél paso obstinado... Ya no soy más que el sueño errante Y
sin
que
a esto
concluya
de la angustia.
el cansancio
diario,
ha llegado la tarde a rendirme en sus frutos, mientras la noche, mansa de luceros, aguarda, para encendernos las tiernas bujías del mundo.
Señor, ya soy de nuevo en tu redil, oveja, para tu amor antiguo, que de tanto perdidizo andar, vuelto tengo, pañuelo de piedad, mi corazón de olvido.
Soñador,
nuestras
almas
irán juntas
Hacia la vida enérgica y pagana De los agrestes Númenes, creadores De la Belleza multiforme y sacra. Dominó en ellos el salvaje instinto Del placer, y el amor los embriagaba; Verso y música dieron a los campos Y a la bestia voraz razón y habla. Su culto era la pasión desnuda, En las campiñas de la dulce Arcadia Tuvo goces la vista, miel el labio Y contacto el varón bajo las parras. Allá, en la copa de los padres árboles Reía el sol. En las floridas ramas, En los montes azules y en los valles La primavera siempre susurraba. Soñador, los que fueron a esa tierra Tras el ensueño y la emoción pre-lásica, En
cada
Y una
río
nota
oyeron
un
lenguaje
vital en cada
rama.
Al renovarse aquella vida mítica La desnuda Belleza se irguió intacta. Un recuerdo gemía en cada ruta Y en cada piedra tumular un alma. Y cada cuerpo obedeció al impulso Campestre y libre del amor. La flauta Del panida vibró sobre los montes Y despertaron símbolos y estatuas. Soñador,
nuestras
almas
irán
juntas
Hacia la selva antigua y visionaria. En el mundo interior Arcadia vive Y en los versos de abril palpita ?y canta.
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e
artes y letras
CAÑAVERAL Por
Cuando
un Para
Que
ORAMA
el cañaveral
Le parece Pero para
Es
CARLOS
se mece
al turista cosa el poeta, cada
grito
que
de
al viento
extraña ; caña
se alza al firmamento.
el pobre
la voz
PADILLA
colono
es un
lo actual
lamento
pone
en
su
entraña;
Para el banquero y su taimada maña Es un guarismo en su tanto-por-ciento. Pero
para
el curtido
machetero,
Para ese jincho y miserable obrero Aturdido, en harapos y sin guía, El cañizal es toda una odisea; Es una muda y triste biografía Escrita al sol ¡para que Dios la lea!
EL
FLAMBOYAN
Por José A. BALSEIRO
Sensual antorcha que calienta y brilla De
violencia
en
llanuras
y montañas;
Fuente de sangre, airón de maravilla : Cuaja
ardor
el Verano
en tus entrañas.
La flor de fuego en tu corona
humilla
La luz Caribe en que tu copa bañas, Y el paisaje antillano se arrodilla A tu lumbre, hecho miel, entre las cañas. De tu destello en el rubí prendidos, Púrpura en llama el horizonte hiende Cristales tintos en insolaciones. Y entre el cielo y la tierra sorprendidos, En la enramada tropical se enciende La rebelión de esclavos corazones.
DEL Por
REGRESO Por
FELIPE
Tierra del morador Que
la avaricia
DEL N.
sedujera
el atrecho
un
día,
y la yautía
y te sembró
Tierra que profanó
Que, traza
ARANA
de la montaña
Y desahuciándo al ñame Cerró
JIBARO
de caña.
la telaraña
el «Caterpillar». ¡Tierra mía!
TierraCristo,
que
el déspota
exprimía
OLVIDO
OBDULIO
BAUZÁ
Es verano y hay sol. El mar nos llama en su calma de azul y manso
oleaje.
Este amor que nos crece día a día: ¡y
la palabra
trunca
entre
los labios!
El tiempo va dejando su nostalgia sobre el vasto océano y es amarga y oscura: la sombra que nos sigue.
¡Para extraer riquezas de su entraña!
¡Tu dulce y suave rostro entre mis manos! ¡Querer vivir para el amor tan sólo!
Tierra del panapén, tierra del guano, Volverás a sentir la noble mano Del campesino montaraz y adusto
Amar y ser amado y ver el tiempo allá en lejana forma de distancia:
:
¿Por qué, Señor, por qué tiene la tarde Devolviendo caricias por tus mieses Y lograrás estar, como otras veces,
Llena de amor, y parirás a gusto.
esta tibia quietud? ¿Está llamada a una paz de no ser, a una bonanza, de silencio y olvido?
13
+.
artes y letras
Libros
Ignacio Ignacio
Guasp
no
¡REFRESCANTE
de
es
Guasp
sólo
un
po puede
hu-
ABROSA!
sostenernos
morista; es un pensador. Burla, bur-
tal cabeza;
lando,
por
el peso
algu-
marchar
sobre
nas amargas. Pero a nosotros, que estamos ahora en el ápice del optimismo nos conviene un poco de amargura. Y esa amargura, si no la
grandeza
para
tenemos
tre nosotros, aunque algunos crean. En sus libros Guasp
dice
muchas
ahora,
la
verdades,
tendremos
más
tarde. La vida no es toda delicias, confort, vanidad, comilonas, placer.
Ignacio Guasp es un viejo filósofo
Ignacio
Guasp
tributo
de
estos
«Celebramos
«Diccio-
Ignajoco-
que
ya
tristes. Y la vida, en su mayor parte, es como los libros de Guasp. La vida no es una vedette de café cantante; es una maestra severa y al que no aprovecha sus lecciones les
nave
palmetazos
maestros
de
como
antaño
a
Jos
buenos
cuyas
teorías
en
habla
del
nuestra
realismo
es
«amargo
vida».
la
Ese
sabiduría
realis-
amargo del
Ecle-
se
no lo rinde
progenie
celebra
de
hoy
his-
el Día
América,
el día
culto
las en estas
ción,
de
del
dice:
la Raza;
a
Santa
que
María,
llevó
una
la cruz
tierras, la Cruz y la Ora-
símbolo
ranza,
los
del
dos
dolor
y la espe-
sentimientos
dos de la vida».
fecun-
—
«En este día, en todos los pueblos América, grandes y chicos, el re-
cuerdo
de
de
y una oración a bordo para anclar-
lenacio Guasp, que no se fija sólo en lo superficial, en la epidermis de cosas,
aquí
el
de
mo
hombre
a su
simbólica
se está ahora volviendo.
las
la
es una celebración en silencio, como incumbe a un pueblo que no cree
sas y amables, pero la mayor parte
da
es un
amor
Descubrimiento
y
de
en pie».
pana: Refiriéndose a la indiferencia con
«Crónicas»
muletas
principios, de honda tradición hispánica que es la única valedera en-
ta, no todos oyen como debieran. En libros,
las
sostenernos
a quien, por creerlo sólo un bromis-
nario de la Lengua Mechada» cio Guasp dice algunas cosas
de
por lo que tenemos que
de
la gesta
de
Colón,
anima-
da por España, es acto de veneración; por el agradecimiento de unos pueblos que aprendieron a rezar, y con ello se unieron por los siglos al
siastés, del libro de Job y de las ad-
destino espiritual,
moniciones de los profetas. ¡Qué lejos estamos hoy de eso! Somos mariposas frívolas. ¡Dichoso el hombre a cuyos labios llega un poco de aquel amargor!
da de lado y que es, y será siempre, el motor que anime, la vela que empuje a la realidad hacia las regio-
Dice Guasp en su libro «Crónicas»: «Antaño, antes de que Puerto
«Pese a la fiesta de los banderines y al adoctrinamiento falaz de las dos culturas, Puerto Rico, será siempre, un pueblo hispano aún con ol-
Rico
sufriera
delirio
de
grandeza,
tenía su corazón sano. Muy pocos morían de enfermedad cardíaca, y salvo que uno u otro sufría un síncope justificado y el centro de vida de nuestro pueblo cumplía su función de modo cabal, por no decir moral; hoy a todos nos amenaza la tromba del progreso y de la grandeza que va unida a él; las válvulas del alma boricua, que dicen que es-
tán
en
a grado
el corazón, tal que
sensibilidad
están
casi han
de
cuando
+.
14
indeclinables
vido
de
«Puerto
Rico es hoy lo que es gra-
cias a los sentimientos la hidalga
España
que
que
sembró
sostener
la
no por amor, por agradecimien-
to, debiéramos acercarnos al altar del recuerdo, encendida la vela de nuestra
gratitud
rioso».
un
para
armazón de nuestra vida. Por eso, ya
perdido
éramos
pensamiento,
Colón».
do beneficiarios
la
del
de la madre España».
atrofiadas
guiñapo; y todo porque somos cabezones, apenas nuestro pequeño cuer-
artes y letras
nes
a eso que hoy se
Felicitamos
a
por habernos
DE PUERTO RICO
elegi-
de un
destino
Guasp
por
sus
gloli-
bros y su generosa admiración a España.
LA CERVEZA
¡04 mas
/
LA ESPERA (nego del amor y del Lempa)
por Luis Rafael Sánchez
Aid Habíamos
dispuesto
que
en la edición
de Navidad
próxima pasada, obsequiaríamos a nuestros lectores con la publicación completa de esta magnífica obra dramática de uno de nuestros más jóvenes dramatur-
gos.
Por
razones
ya
conocidas,
no
pudimos
hacerlo.
ACTO
La habitación. Ventana amplia al fondo con cortinón azul. Las paredes deliciosamente desiguales tienen la
fragilidad única de la vida. El lugar es un mundo
Ahora, hemos iniciado su publicación, ofreciendo para empezar el Primer Acto de tan interesante obra en esta edición. En la próxima de marzo, publicaremos el Segundo Acto, cumpliendo así nuestra promesa. De todos
curo
modos, sabemos
etérea
y alada.
bierta
por
que nuestros lectores gozarán
y apro-
vechdrán para tener completa, este gran ensayo dramático que tanto éxito tuvo en sus varias representaciones en la isla y que se publica por primera vez. de
La Espera ganó mención honorífica en el certamen teatro que patrocina el Ateneo Puertorriqueño, en
1958. Fue estrenada
en febrero
23 de 1959 con
de
del
Experimental
la inauguración
tario, bajo la dirección guiente
Teatro
de
recuerdos
donde
el
tiempo
Nilda
La HERMANA:
Payaso:
convertido
osla
vida en poesía vieja. El sitio une los dos planos de realidad y sueño. La habitación parece
Hay
sábanas
una
cama
blancas.
romperse
antigua
La
cortina
y hacerse
de hierros azul
de
Por el primer término
Es una le cae
izquierdo aparece
cu-
la ven-
tana es una gasa transparente y clara. Los muebles leve neblina.
en
La Sombra.
mujer sin edad que lleva una blusa larga que sobre
el
cuerpo
a manera
La SOMBRA. — Esta penumbra
GEORGINA:
ha
de
toga.
de Nilda González y con el si-
reparto:
EL
motivo Universi-
PRIMERO
González.
Nayda
Juan
Dávila.
González.
La NiÑa: Edith Díaz. La SoMBRA: Judith Ledées” GABRIEL: Pedro José Santos. EL PoLicía: Jorge Delgado.
esconde
un
de caricias
mundo
completo,
requedadas
aparentemente
muerta
lleno
de odios
y amores,
y palabras
truncas,
deshechas
en la garganta o el aire. Pequeño y grande. Como si lo pequeño y lo grande fuese total e indivisible. Los muebles están llenos de pesares y lágrimas. La cama de
hierros
caliente
tiempo.
¿Cuánto?
aún. No
Sin
embargo
sé. Ayer...
ha
pasado
mucho
hoy...
siempre
o nun-
15
+e
artes y letras
ca,
pues
a
lo
mejor
tiene la espesura
todo
fue
un
sueño.
La
silla
La
esa
fue después. Y el tiempo no se detuvo. Se fueron todos a la tierra. Por eso mo importan. La casa sí ha sobrevivido y en ella el mundo continúa con la muerte y secas y los ríos que una vez morían en el mar. No os detengáis en los momentos de luto y sangre, que todo pasa. Sólo queda la casa, la penumbra y el tiempo co-
sobre
las cosas.
Nada
más.
He
aquí
barro
frente
a
la
ventana,
sin
moverse,
ras
casi
Tiene puesta una bata
mar
.
por aquí pueden
la
pausar.
risas
las
que
que
llevamos
quiebran
vidas.
dentro. Quisiera
Somos poder
salir.
La
gente
afuera
es
muy
mala.
bajar.
Los
aires
de
la calle
no
te hacen
La
escena
bien.
Los
desbocados. se
ilumina
término aparecen riéndose.
el
a los oídos.) — ¡ Cá-
toda
de
rosa.
Por
Payaso,
la
Niña
y
el primer
la
Sombra
la víbora. la víbora
de
Unas
bueno
manos
GEORGINA. (Llevándose las manos llate, cállate, quédate muda!
terminan en encajes. Se oye muy lejos el corrillo de :
entre
lo poco sus
caballos - galopan
transparente de tonos azules, cuello alto y puños que A A
en
No me harán daño. No me conocen. Déjame ir. Sólo un momento. La HERMANA. — Ni un segundo. Me asombra que quie-
sin respirar. ¡Parece una estatua! Su rostro aún conserva la dulzura de tiempos idos. El pelo le chorrea
feamente sobre los hombros.
pue-
- GEORGINA.— No me asustan. Podría caminar entre ellos sin mancharme. Los ojos se me cerrarían al pasar.
La Sombra desaparece por cualquier sitio. Al apagarse la luz sobre La Sombra, se enciende la puerta y entra La Hermana. Al acercarse a empujar la puerta baja la luz sobre ella, sube la luz en la ventana y entran Georgina, El Payaso, La Sombra, La pie
no
encerrarme aquí dentro, confundirme con estas paredes
la
y no
de
que
;
Deforman
niebla.
Niña
espaldas.) — Ya sabes
La HrerMANA. — Han desfigurado mi sonrisa. Los otros... los de abajo. Nos hacen a su gusto y capricho.
el tiempo guarecidos en ella. Aquí se esconden las hojas
por
(De
GEORGINA. — Sólo un momento. La HERMANA. — No insistas. Hace años que no bajas y no sabes lo que es la calle, con su estrechez, sus risotadas escandalosas, sus casas torcidas de vergiienza, tan borrachas y gastadas como sus dueños. GEORGINA. — Tú estás amargada.
casa no tienen importancia. Viven aquí malamente como todos nosotros recostados de la vida para no cansarse. El padre y la madre murieron. La abuela se
rriéndose
HERMANA.
de ser.
del dolor. Las gentes que habitan la
frescas
risas
la
voz
de de
niños la
lo llenan
todo.
De
hermana.
La HERMANA. (Desde adentro.) — Georgina... . (La voz se oye ahora más cerca.) Georgina.
Georgi-
Afuera una voz de niña: quiero mi muñeca
coja.
En el marco aparece la hermana. Su traje negro resalta la dureza del rostro. Tiene cuarenta años. Usa peinado de moño y por momentos parece un hombre.
La HERMANA. — Georgina estoy
muy
ocupada
Georgina poco
la
tos
y
contesta. (Pausa.) Georgina
no
debo
comienza se
La HERMANA.
a
convierte
perder
toser en
un
tiempo.
levemente. acceso
Poco
a
total.
(Viene hasta ella.) — Georgina.
GEORGINA.— No es nada... Ya me pasará. La HERMANA. — ¿Quieres que traiga la medicina?
GEORGINA. — No te molestes. La HERMANA. — No
es molestia.
Sabes
que
no
es mo-
la calle
el ruido
de
campanillas,
pitos,
flautas,
y voces de niños. carbonero.
aún?
La HERMANA. (Ha llegado a la ventana.)— El hombre de los helados trae globos multicolores y los niños zarandean. Están realengos como los perros. GEORGINA. — ¿Y la madre? La HERMANA. — Acostada ha de estar con alguno. Las voces de los niños cantan ahora: A la limón A la limón que se rompió la fuente. GEORGINA. (Mirándola dulcemente.) — Siquiera hoy. e
artes y letras
no,
no
Et
Payaso. — Los
puedo.
barcos
larán,
GEORGINA. — ¿Quién ríe así? La HERMANA. — Los hijos del GEORGINA. — ¿Qué les pasa? La HERMANA. — Espera.
GEORGINA. — ¿Más
NIÑA.—Yo
La SOMBRA.— Podrás, podrás.
lestia. No veo por qué había de molestarme. En
La
lo
larán,
levan
anclas
larán.
Qué tarde negra, negra la tarde sobre un barco ancho, estrecho y verde. El agua en gotitas cae sobre el barco y duerme la luz y la luz duerme. La SOMBRA. — Qué tarde negra. La NIÑa. — Negra la tarde. EL Payaso. (Subiéndose a una blanca que ha traído.) — Me voy.
La NIÑa. — ¿Adónde? EL Payaso. —Al cielo. La SOMBRA. — ¡No!
escalera
pequeña
y
Dónde
los
ojos,
ángeles
dónde dónde el sol. los
Payaso. — Un
sombrero La
de nubes, un
querrán
subir
pequeñas,
a todas
pesadas
y
el amor en
carbones
te
verán
los
las escaleras.
altas,
para
ir.
Un
escaleras
hombres
Escaleras con
notas
y
se
largas, musica-
les, escaleras secas. EL PaYaso. — Escaleras llenas de besitos de coco tortas de arroz. La NIÑa.— Escaleras llenas de cintas y lazos y muñecas cojas con cara de trapo. EL Payaso. (Dando un gran salto.) — Al cielo no. La NIÑa.— Espera.
y
NIÑA.—La
hormiguita
La SOMBRA. — Siempre La
Es
raro,
de
la
y
torturante
yo
lo
calor.
(Se
quita
los
que
bajo
el cielo. Yo
aguarda.
Tú
sí conozco
no. Te has
el amor
dejado
ir yerma entre
estas cuatro paredes tan horribles como la vida misma
en
vez
La
de
tirarnos
desgarre.
en
a la calle aunque
HERMA—NA. Porque Y
sombra
ese
sería
larga
grotesca
nada
encaramada de
por
saliva?
triste como
Prefiero
la calle.
te mejores
sea como
es tan
el nuestro.
y filosa
Cuando
(La
lo echaron. a hacer
horrible
por todas las rutas. ¿Por qué no echas raíces de ilusión
brava.
esperarás.
el sol no vendrá.
comienza
amor
es imposible. el polvo
esas
el
convertirme
paredes
Además
a ser
tu estás
tal vez podamos
en-
comenzar
el retorno. GEORGINA. — El retorno al sueño. La HERMANA.—O el verdadero despertar.
La NiÑa.— Lo sabía. LA SOMBRA. — Cómo. La NIÑa.—Me siento muy oscura por dentro. Esta tarde se ha muerto mi abuelita. La enterraron en un hoyo hondo con flores de roble. Y el pollito que tenía
frío también
que bajo
y sueño sobre la esperanza, por qué no ahogamos
ferma.
NIÑA. — ¿Ah?
La SomBRA. — Que
limpio
profundo
risa
La SOMBRA. — Qué. La
sabiendo
guarecido
turbio, menos turbio, menos sufrido, menos trágico tal vez. Yo sé del amor libre ante todos, del amor a gritos,
traje de jazmín.
SoMBRA.— No. Que
quiere amor
GEORGINA. — Ese
ángeles
camino
que
tú del
desconozco. En cambio conozco otro sentimiento menos
dónde dónde el sol. EL
sabes
espera, del amor escondido de Dios.
El cielo se hizo agua y se vino a la mar.
Dónde
el amor
Qué
za-
patos.)
se
ilumina
de
un
rojo
muy
extraño.)
se
murió. GEORGINA. — ¿Qué le pasó? La HERMANA. — El corazón le dejó de latir. GEORGINA. — Dicen que era muy vieja. La HERMANA. — Demasiado. El mundo se le hizo
pe-
queño
y estrecho
para sus años.
GEORGINA. — Años que miden vidas. Yo tengo solo cuatro. Cuatro años que son cuatro agonías, cuatro oca-
sos, cuatro nubes. Cuatro años que son cuatro cadenas, cuatro
Descalza voy por las aguas, ojos cerrados,
escena
GEORGINA. — Esta mañana oí el perrito ladrar. La HERMANA. — La abuelita de la niña amarilla
caminos
largos.
La HERMANA. — Cuatro caminos
largos dos veces
ca-
fuera el alma. Voy.
La SOMBRA. EL
—Se
(Sale.)
caerá.
Payaso. — No.
La SOMBRA. — Me gustaría que no pero sí. Es un reloj
J
da vueltas y nunca se atrasa. Esperar. EL PAYaso. —Que palabra tan fea. Cada vez que la digo se me hincha la boca y el corazoncito de piña en mi pecho hace ta-ta-ta. Los barcos levan anclas, larán, larán, larán. (Sale el Payaso. La Sombra se escurre por
AM
que
la
| :
—
ventana.)
La luz vuelve a su color de la primera escena.
E
GEORGINA. — No menciones los caballos. Las pisadas me rompen el correr de la sangre. Es la única fuerza que odio. Esa fuerza salvaje y arrolladora que empequehñece todo a su paso. Me hiere el recuerdo de los caballos. La HERMANA. — Fue mientras esperabas el regreso de abuelita de Candelero. Y abuelita murió esta tarde. Es un círculo eterno alrededor de tu vida ese desesperarte. GEORGINA. — Desesperarme. Como si fuera poco esta
espera La
que me
sabe a
tierra.
HERMANA. — Tarde
o temprano
te cansarás.
GEORGINA. — Nunca. Las rosas se caerán marchitas. El agua se hará gotas pequeñas y yo estaré esperando siempre. La HERMANA. — Con
el
sol
apagado.
GEORGINA. — Con el sol haciéndome rayo, dándole luz y fuerza a mis manos sin carne. ds La HERMANA. — Nunca
te quiso. Qué
sabes tu del ver-
dadero amor. El amor callado, el amor guardado en los
Ko
7
FEET
//
A 1
/
]
minados. Dos mujeres solas. Sin nádie a quien recurrir.
La HERMANA. — ¿El mañana?
Los
GEORGINA. — Es lo único
primos
no
nos
hablan.
Desde
que
murió
tía Rosa
no nos hablan. Tú y yo solas. Y si tú te fueras. GEORGINA. — ¿Qué
importa?
La HERMANA. — Sí importa. Sabes que importa. Sólo que a ti te interesa estar pegada a esa ventana en tu inútil espera. GEORGINA. — Cállate. La HERMANA. — Callarme. Como siempre. Tan callada como si estuviera muerta. Callada pero sin cansarme.
Con
energías
para alimentar
tus sueños,
tus ilusiones.
Feliz tú que aún puedes soñar. Yo ni siquiera sueño. GEORGINA. — No se puede soñar cuando se es como tú. Cuando se pasa por la vida como tú has pasado no se sueña; se vive malamente; se deslizan los días y la vida se hace más estrecha. Sin embargo, cuando se espera, cuando se sueña, cuando no ha muerto la ilusión, hasta el dolor sonríe, las plantas parecen más : verdes, las flores tienen más color. Y uno mismo como que es más bueno, un poco mejor. Así quiero vivir. Tengo por qué vivir. La HERMANA. — Yo también tengo por qué vivir. Vivo porque tú vives, porque te agarras desesperada a la existencia. Por momentos quisiera arrancarle la vida a la vida misma para acabar de una vez... pero después...
pienso
en
ti, en
tus
desdichas,
en
tus
angustias,
en tu fuego interior que ha convertido en llamas tus palabras y vuelve a mí una razón para vivir. Necesitas quien te cuide, Georgina. A veces te olvidas de ti misma
en tu afán
de esperar lo que
GEORGINA. — ¿Por qué La HERMANA. — Decía
dices sólo.
no vendrá?
única. *
La HERMANA. — Siempre te he dicho la verdad. GEORGINA. — Hoy no. La HERMANA. — Siempre hablo igual. Qué le pasa al viento que está entrando pesado. GEORGINA. — El viento mismo tiene miedo a entrar. Tus palabras han dicho más de lo que tú quieres decir. Han traicionado tu pensamiento. Hay algo que me ocul-
las telarañas
y las rendijas
de esta torcida casa. La HERMANA. (Muy lejana.) — Tan torcida como sus dueños. GEORGINA. — No pases por el río sin mirarlo que llorarán las aguas. Dime lo que sabes. La HERMANA. — No sé más de lo que tú me has dicho (fuerte). Y mo quiero saber más. No me importa que te quisiera y que prometiese volver. No quiero saber. GEORGINA. — Tú le odias. LA HERMANA. — No. GEORGINA. — Tú no quieres que él vuelva. La HERMANA. — Mientes. GEORGINA. — Dentro de mí no hay sitio para la mentira. La HERMANA.— Pero hay sitio para el recuerdo, para el pasado. GEORGINA.— El pasado da fuerzas y me trae envuelta en su nostalgia una visión maravillosa del mañana.
18
+
artes y letras
La
HERMANA. — No
te
siempre.
conozco.
GEORGINA. — Qué importa que no me conozcas si ni siquiera me conozco yo. Es, más fácil encontrar una aguja en un pajar que encontrarse a sí mismo. Mírame ahora. Desesperada, fuerte, herida. En otros momentos soy cobarde, triste... casi tonta. No sé quien soy. (Sonriendo.) Que tú no me conoces. No me extraña. Cuando me miro en el espejo y me veo fea y enferma me dan ganas de gritar hasta morir. La HERMANA. — Morir. GEORGINA. — Pero qué hablo de morir si ni siquiera sé si estoy viva. (Con la exaltación se ha puesto enferma. Comiena toser fuertemente. La hermana sale y regresa
za
La
GEORGINA. — Dime la verdad. La HERMANA. — ¿Qué verdad?
hasta
es distinto.
GEORGINA. — El tiempo es el mismo La HERMANA. — No en tu caso. GEORGINA. — Me iré.
La HERMANA. (Dulce.) — Georgina. Georgina se pierde en la lejanía.)
La HERMANA. — Es. cierto.
saben
La HERMANA. — Ahora
como si el objeto físico vaso existiera. Georgina toma y empieza a calmarse. Mira a la hermana.)
La HERMANA, — Recuerdo un día. GEORGINA. — Esas palabras me duelen. La HERMANA. — No. GEORGINA. — Un siempre que es nunca.
tas. Algo que
queda.
con un vaso de agua imaginario. La acción se realiza
GEORGINA. — Palabras.
GEORGINA. — La
me
hoy en la angustiosa espera del mañana. Siempre pensamos para después y el presente se convierte en pa-. sado. Y el hoy que lo tienes entre tus manos se escapa en cada pedazo de tus sueños. GEORGINA.— Pronto acabará. Si no me iré. La HERMANA. —¿Qué dices? No podrás marcharte ahora. Estás enferma. Tal vez después cuando pase el tiempo. GEORGINA. — Tú no crees en el después.
no vendrá. que
que
La HERMANA. — Sol, quimeras, esperanzas. Vivimos el
HERMANA. — Descansa.
Estás
(La
agitada.
mirada
Ya
de
te me-
jorarás. (Las líneas últimas surgen en forma monótona. Parece que se cansa de repetirlas. La hermana va a salir. Al llegar a la puerta se vuelve y recorre todo el cuarto con la mirada. Viene hasta la ventana y
deja caer las cortinas azules que estaban recogidas. Mira desde allí a Georgina. Sale. Las luces se van extinguiendo.) (Otra vez el corrillo de A la víbora del Mar. Las luces se transforman en piedras verdes. La Sombra cruza muy rápida por detrás de la ventana. Entra. Va hasta «Georgina y le toca la frente. Luego retrocede y se esconde tras la ventana. La voz potente del Payaso llena el sitio.) EL Payaso. — Bajo el almendro largo la carpa de mil colorines. Bajo el flamboyán blanco las hormigas. Y mis trajes sobre la gramá hasta que se llene de sol. Traed la corneta. (Sonido de violines todo el tiempo en esta escena.)
(El Payaso se siluetea detrás de la ventana. El Payaso tiene una cabeza enorme cosida con soga. “Sobre la cabeza unas espigas que terminan en diminutas flores. De la nariz le sale el arco iris. El traje
rojo con botones
negros. Casi no pisa el suelo.)
EL Payaso. — Aquí el circo, aquí el circo. Gran función ahora mismo. Dos botones y una piedrita. No traigo osos pero sí ovejitas. Ovejitas que hacen bee bee
y son más suaves que las motas de algodón. Y una cajita
llena
de
hormigas
negras,
circo. Llegó el circo. Gran
rubias,
azules.
Llegó
función ahora mismo.
el
(El ruido es ahora total. El martilleo y los gritos y la alegría
loca
y sana
de la gente
cuarto y pude respirar bien. Tuve que abrir mi sombrilla de vivos azules para taparme de aquella espesa blancura. ; La HERMANA. — ¿Y abriste la sombrilla dentro de la casa? Trae mala suerte.
del circo. cruza
el aire. Entra la Hermana.) LA HERMANA. — Qué es ese ruido en la calle. GEORGINA.— El circo ha llegado. La HERMANA. — Como si fuera poco con las que nos rodean. Cerraré la ventana. EL
Payaso.
des, buenas
(Se
asoma
por
noches, buenos
GEORGINA. — Lo sabía. Pero el domingo a la hora cero
gentes se
la ventana.) — Buenas
5 3 si
ni
r una írame entos (Sonuando he dan
quiera pmien-
egresa realiza L toma
(Pensando.) — Cuando
de
te
me-
vÓtona.
a va a e todo tana y
ogidas. e
van
falta
el
La HERMANA. — Sobre
feo
co
sangre.
(Da
La HERMANA. — Sí. GEORGINA. — Cuando
La HERMANA. — El viaje a la tierra.
de mil Y mis Traed
n esta na. El soga. dimi-
GEORGINA. — Es
La
me
muera.
raro.
HERMANA. — Qué.
GEORGINA. — El sueño hóras, siempre pasa.
me
desliza
por
encima
de
las
La HERMANA. — Siempre. GEORGINA. — Pero no sabías. La HERMANA.— Ahora sí. (Ríen las dos.) GEORGINA. — La plaza de Humacao es como una barca ancha llena de copos de nieve. La iglesia en el medio
parece
un papitán. Las deinitas amarillas y negras
co-
men migajas de pan a los pies de San Antonio mientras ios viejecitos piden las limosnas y los zapateros hacen los zapatos. La plaza de Humacao es redonda como una bola. Las torres altas de la iglesia le guiñan de noche al cielo. Me gustaría lanzarme desde ellas al espacio. La HERMANA. — Y morir como los pájaros.
GEORGINA. —
nos
visita.
Parece
que
de
afuera
lo
huelen
gentes
agarradas
¿Mueren los pájaros?»
La HERMANA. — Sí, cuando les falta el aire. GEORGINA. — Sin embargo, ayer la neblina
llenó
pero blanco de llantos, blanco de dolores. La HERMANA. — La cara se te hace larga y delgada. GEORGINA. — Sí.
el
me
han
tarde.
— Siempre hoy.
La HERMANA.— Llorabas. GEORGINA. — No era yo. La HERMANA. — Cómo. GEORGINA. — La otra. La HERMANA. — No entiendo. GEORGINA.— Yo tampoco. La HERMANA. — Entonces cómo lo dices. GEORGINA. — Igual que otras cosas que digo nadas. S La HERMANA. — Como cuerdas rotas. GEORGINA. — Así. La HERMANA. — Pero tú.
desati-
GEORGINA. — Qué. La HERMANA. — No, nada. GEORGINA. — Dilo. La HERMANA. — No. GEORGINA. — Temes herirme. La HERMANA. — No. GEORGINA. — No lo niegues. Me calladas. La HERMANA. — No sabes.
pasos.)
La HERMANA. — Para cuándo. GEORGINA. — Para algún día.
ombra Entra. retrootente
y lo viejo
GEORGINA.
Adiós.
ur. Las
tu cama.
La HERMANA.— Lloras. GEORGINA. — Antes. La HERMANA. — No. Esta
La HERMANA. — De qué. de
y como
La HERMANA. — Como si fuera una espiga. GEORGINA. — Es que me arde... Parece que clavado mil alfileres.
ese es rojo.
pintarme
abuela
de sillones torcidos y jorobados. Hay mucho pelo blan-
— Quién.
De
dejó
La HERMANA. — No hay polvo. GEORGINA. — Hay gentes cayéndose,
iL Payaso. (Saca un pañuelo largo en parches rosa: w negros y se limpia las lágrimas.) — Es que mi oveja vequeña murió esta mañana y me pintó de sangre. (Muy triste.) Buenas noches. (Se retira. Deja sobre el marco el pañuelo de colorín.) GEORGINA. — Tengo miedo. —
nos
nuestro polvo.
viento.
EL Payaso. — La ventana. La HERMANA. — Guarda mi interior. EL PaYaso. — Su interior necesita una escoba. La HERMANA. — Qué dice. EL Payaso. — Que debe usted barrer. Anoche cuando crucé toda la habitación sobre mi elefante Leonardo, el polvo me manchó el traje azul y tuve que ponerme este blanco.
GEORGINA.
que
GEORGINA. —A ver. La HERMANA. — Ha entrado una hoja seca. GEORGINA. — Tenía que estar marchita. Solamente
EL Payaso.—Yo tengo algunos en una jaula. Una jaula verde y escarcha, montaña y nácar. Una jaula con puerta abierta para que los pájaros vayan y vengan y no se detengan con los aramitos y los aramones. La HERMANA. — Quiero cerrar la ventana. EL PAYASO. — Qué le ha hecho.
La HERMANA.
el espejo
GEORGINA. — Qué.
EL Payaso. (Asustado.) — ¿Qué dice? La HERMANA. — Hablaba de los pájaros.
SEORGINA. — Pero da
les
rompió
lo malo nos acompañaba. La HERMANA. — Mira.
días.
La HERMANA. (Yendo a la ventana:) — Voy a cerrar. EL Payaso. — Buenas, buenas, buenas. GEORGINA. — ¿Y los otros payasos? EL Payaso. — Se quedaron sin risa y tuve que despedirles. ¿No vienen a mi función? La HERMANA. — No tenemos tiempo. EL Payaso. — No importa. Yo les puedo prestar un sombrero. GEORGINA.
me
dicen que son siete años de mala suerte, pensé que ya
tar-
GEORGINA. — Sí, sé. (Sonríe.) con la hojita? :
lo dicen
¿Qué
tus palabras
quieres
que
haga
La HERMANA. — Píntala de verde. GEORGINA. — No es su exterior lo seco. La HERMANA. — Quémala a la luz del sol. ¿ GEORGINA. — Voy a encerrarla cori nosotras y las tres
esperemos
a Gabriel.
La HERMANA. —¿Las tres? GEORGINA. — SÍ. La HERMANA.—Yo no le espero. GEORGINA. — Es inútil. La HERMANA. — Qué insinúas. GEORGINA. — El aire levantó las cortinas
El agua hacía un húmedo
de
su
sitio.
fresco y sonoro.
(Las luces se tornan rosas. Unas campanas suenan lejanas. La Hermana queda mirando a la ventana. Georgina lee una carta imaginaria.) GEORGINA. — Cielo. Un toldo blanco daba luz a tu
ventana
oscura
que entreabría cada
19
ojo para velar tu
e
artes y letras
1
sueño
y mi
caminar
paso.
Yo
tu sueño
también
quiero
al compás
ser tu ventana
de tu respiracóin.
A tra-
vés de mí te llegará la luz y la oscuridad. Quiero ser el primero en mirar tus ojos y el dueño de tu primer pensamiento. Llevar la luz dentro de la luz y alumbrarte toda.» a pd
(Se queda
muy
quieta mientras
GEORGINA. — Qué
hermoso,
cribiste? GABRIEL. — Anoche.
blancura
por
toda.
¿Cuándo
tu ventana
lo
es-
y sólo vi la
de tu toldo.
GEORGINA. — No
esperado
Pasé
Gabriel.
como
sabía
que
ibas
a pasar.
Te
hubiera
otras veces.
GABRIEL. — Estás hermosa. Ese ve». do lo desconozco. GEORGINA. — Me lo he puesto para ti. Me lo regaló la tía de la isla. Desde ya pequeña me regalaba vestidos. GABRIEL. — Te ha de querer mucho. . GEORGINA. — Es muy buena. Quiero que la conozcas. Será en su casa nuestra boda.
GABRIEL. — Te pondrás un traje hermoso. GEORGINA. — Con flores de cristal y de piedra. gente
entrará
por
puertas
y ventanas.
Y
el agua
azúcar y ¡os vinos viejos del tío José. Quiero case el -ura viejo. Dicen GABRIEL. — Será él.
que
La y el
que nos
hermana,
la mayor.
Cuida
de mí
GABRIEL. — Es puro mi amor. (La hermana aparece.) GEORGINA. - = Sólo fue La HERMANA. — ¿Qué para murmurar. Sube. La HERMANA. — Otra GABRIEL. — La misma pre. Como si aquel día viejo.
te ¿“o permiso
para bajar.
ur momento. dirá la gente? Sabes que viven (Georgina entra.) 7 vez tú. voz. El mismo mando de siemhubiese regresado en un disco
la prima
Elena,
dra-
las
calles
con” mi
EL La trellas EL La
mucho. — Pesa Payaso . SomBRA— .Le he cosido alas con pedacitos para que hagan la ruta en luces. PaYaso.— Y la escalera. 'SomBRA.— Le cortaré el primer escalón.
GABRIEL. — Me temes. La HERMANA. — No. Es por ella. GABRIEL. — ¿Por ella nada más? La HERMANA. — Sí. En mi corazón no queda de ti ni un mal recuerdo. Todo se acabó cuando te fuiste. GABRIEL. — No supiste esperar. La HERMANA. — Es lo único que no sé hacer. No podrá esperar a nadie.
(Entra
el Policía.)
— Quién llama La HERMANA. PoLicía. — La Ley. La HERMANA. — Qué sucede. PoL1cíA. — Usted.
encuentra.
PoLicía.—La he visto. quién. La HERMANA. —A
— A usted.
Cuándo. La HERMA— NA. Hoy, siempre. — a. PoLicí visto gritar hoy. — Soy PoLicía . La HERMANA. — — Soy PoLicía . La HERMANA. — La
— Soy PoLicía .
luego volverás. GABRIEL. — No como
puedo
mentirle.
fácil.
Dile
que
Me
siento
con
ella
si llevase una niña inválida de la mano.
La HERMANA:— Díselo. No te esperará. Los años y la soledad marchitan la flor del amor. GABRIEL. — Es que rompo un sueño. 20 +.
artes y letras
veo
gritar
HERMANA.
hoy.
La
he
*
la autoridad. Sí. la fuerza. Sí.
GABRIEL. — No. más
La
— No comprendo. La HERMANA,
PoL1cía— .El poder. es
hacía.
— No he sido yo. La HERMANA. Salía de aquí. — a. PoL1cí — Serán los perros, serán las ratas que La HERMANA. viven bajo el piso, será la muerte que me busca y no
La HERMANA. — Vete. Ahora
de es-
PoLIcíA. — Señora. ¡Ah! La HERMAN— A. PoLICíA. — Señora. :
GABRIEL. — Entonces. HERMANA. — Vete.
des-
La SOMBRA. — Nadie. EL Payas — o. Mírala moverse. Quién diría que luego entonará la canción del silencio. (La Sombra comienza a salir.) Dónde vas. — o. EL PaYas tiene que irse ahora. — Alguien La SoMBR A. — Ya (Salen. La escena queda triste y en EL Payaso. penumbra.)
PoL1cía.
honra. No. Tienes que irte para siempre.
La
que
mañana.
me
GABRIEL. — Cállate. Crucifica el pasado. ir por
sueño
HERMANA. — Hasta nunca mejor. Hasta nunca. ? (La escena se ilumina de blanco. La Hermana en la ventana. Entran el Payaso y la Sombra.) noche será. — Esta La SomBRA . EL PaYaso. —¿El luto ya? SÍ. —. La SOMBRA Déjala una tarde más. — o. EL Payas No. — . La SOMBRA EL Payas — Déjala. o. Una tarde rosa, una tarde negra, una tarde blanca. Una tarde larga como la torre de la Universidad. La SomMBR — A. Esta noche con los coquíes. No lo sabrá. Me la llevaré sobre la ovejita que se te murió esta
Qué La HERMAN—A. PoL1IcíA. — Gritaba.
LA HERMANA. — Nunca sabes nada. Es tu peor defecto
HERMANA. — Dejándote
un
GABRIE — L. Adiós ahora. Hasta siempre.
después
o tu más cara virtud. ¿Dónde la conociste? GABRIEL.— En la hacienda del maizal. La HERMANA. — El mismo fondo para un nuevo ma. Allí también yo. La
romper
Está bien. Has ganado. GABRIE— L. La HERMANA. — Te equivocas. No gano porque no hay juego. Sólo amor.
La HERMANA. — Es una maldición. Te gustan las mujeres de mi familia. Primero yo y ahora Georgina. GABRIEL. — No sabía nada.
vale
EL PAYASO. — Nadie subirá.
más que mi madre. La HERMANA. — Quién
trozar el corazón.
está ciego.
La HERMANA. — Georgina, Georgina, sube. GEORGINA. — Es mi
HERMAN—A. Más
La
repite.)
Llevar la luz dentro de la luz y alumbrarte (La música es fuerte. Aparece Gabriel.)
La
y
— Sí. (Angustiada.)
la vida y la verdad.
La HERMANA. — Sí, sí, sí. Pero no se lleven a Georgina, ni a mí, ni al pollito que tenía frío.
PoLIcía. — Sí, La meten
HERMANA. —Que se lleven los a la cama a sacarme los ojos.
lagartos.
PoLIcíA. — Sí. La HERMANA. — Que
se lleven
los lagartos.
Se
me
-
des-
Teatro
b hay
del Presente
a. na
por
en
EDUARDO
ORDOÑEZ
Siguiendo el examen de los valores morales del presente, empezaremos por el Teatro. Sin olvidarnos de los antecedentes e intuiciones de O'Neill, los espartaguistas alemanes, Lenormard y Sarment, aparece como una espantosa flor en febrero de
de moral en sí mismo. Toda la vida anterior hasta nues-
1932 una
rales.
obra
de Jean Anouilh
titulada
«Jezabel»;
ás-
pera y bella como un monumento funerario y con ello ante el mundo el teatro obsesivo y fantasmal. A partir de este instante nadie escapa de su esfera, ni siquiera las antenas literarias del mundo feliz americano; una prueba clara es Tennesee Williams. Anticipándose a la gran hecatombe de Europa, pero con la secuela de la primera guerra, arranca de una vez
del teatro las máscaras
simbólicas;
el actor, ni ríe, ni
llora; sólo impreca y se pregunta en sus soledades o en la callada noche, y al no obtener respuesta piadosa, se hunde en su mundo de sangre y cenizas; por eso el teatro ya no es de carne y hueso, sino vacío y muerte; suicidios, prostitutas, derrotados y sicópatas. Fantasmas que van y vienen y en su turno un mundo indiferente con la sonrisa despleciable de las piedras. El teatro, a final de cuentas, es la síntesis de una ten- *
sión espiritual de acuerdo con las profundas históricas;
suelve todo
más
claro,
el destino de aquellos
temblores
del
el
que
plantea,
del hombre que
sienten
nuevo
mundo
realidades
desarrolla
y de la sociedad, en su carne
que
y
re-
sobre
o espíritu los
se presenta.
Así,
el
teatro es grande por razón de su contenido y por razón histórica. Mas este teatro sólo puede nacer y circunscribirse en los países que hace rato perdieron la sonrisa: Europa. Se ha dicho mil veces que el teatro es un conflicto humano expuesto en forma literaria. Veamos: En el teatro griego el conflicto es entre el hombre y el destino dictado por los dioses; en el Medioevo el hombre y el destino religioso; en el Renacimiento, el hombre y el
hombre;
después,
entre
el hombre
y el medio,
hasta
hace poco el hombre y la colectividad; a partir de Jean Anouilh, entre el hombre y la absurdidad de la vida. Y de esta manera es poético en Giraudoux, realista en Sartre, expresionista en Kafka, simbólico en Priestley, materialista en Picard, mágico en Superville, impresio-
nista en Anouilh; interrogante y con soluciones en Unamuno, fantástico en Valle Inclán, histérico en García Lorca. Por primera vez en la historia del teatro el estilo es indiferente al contenido. «El Proceso» de Kafka, adaptado por André Gide, es posiblemente la obra más significativa. Benavente es el intermedio entre dos mun-
dos;
su teatro es Benaventiano.
¿Por qué aparece este estilo de conflicto? El hombre ha identificado su más querida esencia en
la libertad y al mismo seamos
claros, le han
tiempo hecho
ha renunciado
a Él. Al recoger
hablarse
de ella, aunque
la libertad, después
de=tanto
inútilmente,
reivindicar
intenta
a Dios;
renunciar
soluciones;
pero
como
ha renunciado a Dios se ve precisado a buscar esencias
tros padres nunciar
del
descansaba
a Él, ya
presente
hombre
es
no
en la Suprema
sirve
clara:
lo que
conflicto
verdad;
precedía;
entre
y angustia por la quiebra
al re-
la historia
la libertad
del
de los principios
mo-
El teatro de altura existencialista nos presenta esta característica: en Giraudoux la fatalidad se impone a los hombres como si naciera en la propia naturaleza, con
independencia
de los dioses;
refiere a los pueblos,
como
es pesimista
en «La
tendrá lugar» o en «Sigfrido»;
guerra
cuando
de Troya
se
no
y en el individuo como
en «Ondina» y «Sodoma y Gomorra»; su teatro es poético en el fracaso, la muerte y la infelicidad.
En la «Medea» dio
todo,
donde
se
la vida;
de Anouilh, dice Jasón cara al incen-
abrasan
si tengo
sus
que
hijos:
«Acepto,
batirme
a pesar
de
por ella, lo haré
oscuramente, humildemente apoyado en el muro invisible que se levanta entre la nada y yo.» Después de
.
contemplar las nubes añade: consiste el ser del hombre.»
se ha
«En esto y no en otra cosa
Albert Camps, después de la adaptación de «Requiem para una monja», de Faulkner, y de su «Calígula», ba-
labras
sado en Netchaier, que proclama que «los jefes pueden
ante
usar de la violencia
el alma»,
expone
sobre el cuerpo y la mentira
que
dentro
hay influencias del Marqués
Tracher, que proponía
de sus
obras
La
sobre
de
de Sade y Stirner y del ruso
«deberían ser muertos los rusos
Nietzsche a redactarlo a fines de noviembre
1884 en la ciudad de Ménton.
Según
termedio
cuarta
sólo debía
de lo anterior y de lo que
el verdadero
título
debía
ser
«La
de
in-
debía de venir;
así,
de
Zara-
de la obra surgió en Nietzsche, así se lo comunicó a. su nos
poder de la guerra de
referimos
de
a
la
Idea
como
Voluntad
de
melan-
aparece de
ellas;
en
su
mente
súu mundo
con
estas
formado
pa-
tiembl:.
al
envolvernos
con
la
noche.
descartado
canto
Quedó
de todas
de embriaguez,
que se desloco
a
solas,
las verdades.
muriendo
en en-
sueño de que bajo la visión de la felicidad, en la medianoche, el mundo es más profundo de lo que imaginamos durante el día.» Aquí el genio de Nietzsche quedó derrumbado ante estas lúcidas palabras. ¡Qué diferente es este razonamiento al bufonesco de Shakespeare en el Macbeth: «La vida es una fábula recitada por un idiota, con gran estrépito de palabras y
enfáticos,
pero
que
en
definitiva
no
signifia
Nada es, en efecto, cuando se pretende sucabar el insondable donde se oculta Dios; ésta es la hora angustiosa.
Por
un
lado,
los
dioses
se
derrumban
y
vive
el Superhombre, y por otro, las sombras Nietzscheanas con que fué envuelta su mente nos han legado su lo-
cura.
de
con
las de
Nietzsche;
en
momen-
dos
guerras
catástrofes.
No
gritos
que es principio todo lo que existe, durante franco-prusiana, siendo parecida la gestación
las ideas presentes,
tos
con
nada!»
trustra». Precisamente este libreto impresiona por ser el más angustioso de los cuatro; la parte fundamental hermano;
termina
la moral.
gestos
como
tentación
duda
a través
Y termina
manifestó el propio
estimarse
o
poeta“a solas. Quedó
a bosquejar a la sazón otras entregas
de parte
terrible
vanecen
de la obra que no debía terminar si no con la muerte de Zaratrustra y que por ello lo publicado con denomi-
nación
Y
verdades o ilusiones de la hora meridiana,
La crisis histérica que corre por nuestras venas con lava sofocante y que nos hace exclamar estos gritos de angustia, tiene un precursor que murió entre las sombras de su mente; nos referimos al que corre impreso como cuarta y última parte de «Zaratrustra», que co-
autor, empezaba
judío».
A la caída de la noche, bajo la sensación que todo va a entenebrecer, exclama con esta lamentación de poeta: «Tuve la felicidad del aguila y la pantera; la felicidad de un loco y de un poeta; vi o viví todas las
ficción
mayores de veinticinco años como incapaces de asimilar las doctrinas comunistas»; hablando del marxismo, dice Camus: «Es debido a la culpabilidad del hombre, de la que es inocente la historia».
menzó
hecho
colía.
debe
tengamos
extrañarnos
que
después
de
una sensibilidad por lo menos
PARA
Bodas, Banquetes y Fiestas Privadas
histérica.
En la primera parte de su concepción apuntaba Nietzsche en su capítulo final: «Todos los dioses han muerto; viva lo sobrehumano». La segunda, escrita en la primavera de Roma; la tercera y decisiva, pues lleva por título «Las Viejas y las Nuevas Tablas», y en él compendia cómo recogió en su camino la palabra Sobrehumano y su doctrina de que el hombre es algo
NOOLVIDE
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EL CASTILLO
que necesita excederse a sí mismo, que es puente y no término, una vida hacia nuevas auroras. Que la humanidad necesita de nueva nobleza contrapuesta a todo lo que es populacho y despótico; y por último aña-
de: «Nadie sabe lo que es bien o mal a no ser el Creador, y Éste está más allá del bien o del mal». En la cuarta parte a que nos referimos al principio, o sea, «La Tentación de Zaratrustra», decíamos que era el más impresionante de los cuatro; no sólo en sí, sino
por lo que deja entrever en su desesperación el Superhombre;
que en esta ocasión
es el propio
Nietzsche.
Des-
Bar- Restaurant y Terraza de Baile Rodeado
de Jardines
y frondosos
Arboles
pués de haber lanzado la idea: «El creador superhombre no puede ser de blanda cera, sino de dureza diamantina,
y el más noble lleva su yo con mayor dureza». Su mente imaginativa, no filosófica, padece una crisis de arrepentimiento o duda y le expresa en el coloquio de los reyes peregrinos acompañados por un borrico.
Cuando vino,
aparece
exclama:
caimiento bajo.
Roma
y
la «Ay
Sibila, de mí,
degradación. se envileció
Jamás
+
artes y letras
sin
haber
va mal
el
a ser ramera
lupanar. El César de Roma 22
ebria ahora
probado
de veras;
mundo
cayó
y hospedería
se embestició;
de-
Ramón
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Dios mismo
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como
todos
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modos,
posible
haremos
por
cuan-
evitarlos.
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gracias.
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Villa
La Parguera (Anteriormente PARGUERA GUEST HOUSE) Frente
a
la
para
tados
quedan,
pues,
a cooperar
en
dades;
esa virtud heroica que en las “amgustias
de un pñeblo
de la superficie, del medio .o- del fondo
brota
de las socie-
es también ese anhelo de ser útil: al: pueblo de que se forma
parte; esa cólera que se siente cuando interior que hace en nosotros el efecto alas del deseo, despiertos y dormidos en el bienestar, encarnado en nosotros,
artes,lelras
encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño
el
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Pura y Carlos Quiño in nes
6 Meses...
1LAñO.
Cd
Toda colaboración será solicitada. Dirija todá correspondencia al Director Calle Arecibo 14 - Hato Rey
Villa Parguera
Juan Aviles
NOTA: P. O.
Box Lajas,
405 - Teléfono 34" Puerto
Rico
a Hai iodo aba ado cli ll
E
se ve el mal general; ese trabajo nacional, y que, llevándonos en nos hace soñar constantemente del suelo en que nacimos».
Director: JUAN BAUTISTA PAGAN
BAHIA
sus
53
mente
de
Sur-Oeste
esclarecer
el mismo.
de
al
Puerto Un
vital
bahía
la Parguera,
preciosa
fuerza
uno de los que haya disentido y siga disintiendo de lo que Hostos escribió, pensó o nos quiso presentar como la jórmula salvadora de nuestro destino de pueblo. En una u otra forma, todos podremos beneficiarnos con un acto de tanta trascendencia para Puerto Rico y para América. En sucesivas ediciones, nos ocuparemos del asunto informando a nuestros lectores sobre todos sus particulares. Inmvi-
inopinadamente
de
y más
Vamos, pues, a robustecer la idea de este Primer Congreso Hos-
dos ediciones en una, la de enero y
momento
luz
tosiano de América, enviándonos sus comentarios, sus sugerencias, sus ideas sobre el mismo, no importa que sea usted, amigo lector,
e
que
a
dad y salud mental y moral de nuestro pueblo. Y hasta aquellos que disienten ahora, como disintieron ayer, de sus pensamientos,
obligados, para hacer lo posible por poner la publicación al día, a incluir febrero. También, pues, volvemos a pedir a todos nos excusen. Y prometemos que en adelante, si algún retraso se origina, no será en ningún
a qué atenernos,
verdaderamente aspirar para la felici-
IM
noviembre y diciembre. También ahora nos hemos
ello, no hay duda, sabríamos
y qué podemos
Vito
EXCUSAS
Nuevamente pedimos a nuestros suscriptores y lectores en general sus excusas por haber recibido retrasada la publicación correspondiente a los últimos meses y por habernos nosotros visto obligados a lanzar una edición, conteniendo, como la de Navidad, tres ediciones a la vez. Esto es, el número se componía de las ediciones de octubre,
con
dónde vamos
NN
de todo corazón. NUESTRAS
hostosianas,
CORRESPONSALES EN NUEVA E Angel M. Arroyo =-
YORK Emilio Pagán García
Esta revista agradece la cooperación del Instituto de Cultura Puertorriqueña a su publicación
O
nuar prestándonos su concurso en una u otra forma. Puerto Rico y su cultura se lo agradecerán. Nosotros,
(A
The
CARGO
Journal of Philosophy Vol. LVI, núm. 8
ese
órgano
filosófico,
que
mente?»
sale
lo
determina
Supongamos
que
se hace
K.
cualquier
afirmación. K es quien decide si la va a aceptar (como cierta) porque considera innecesario explorar sus antecedentes o si va a investigar
«¿Qué
artículo
es
la
de Carmichael
su
casa
y ve otros
señalan
otras
termómetros
temperaturas,
que
lo cual
le hace sospechar que el suyo no está bueno. ¿Puede K decretar que
teresadas
su
que
K es quien
en averiguar
se conoce?
de conocimiento. Es su «prefijo», tácito o explícito. Lo que sea coeso
preguntar:
El
GONZALEZ)
bien. Pero ¿no habría otras Kaes in-
prueba
cada dos semanas. A la entrada, un artículo de Peter A. Carmichael sobre «Knowing». Un título más sugerente sería: «El factor K». Carmichael sostiene que la mente, el factor K, acompaña a todos los actos
nocimiento,
JOSEMILIO
insensatez
Este número del Journal of Philosophy, con fecha del nueve de abril de 1959, publicado en Nueva York, continúa la elevada tradición
de
DE
La
conoce. cómo
palabra
Muy
es que
«mente»
es
juicio
inicial
era
conocimiento?
Todo nos lleva al mismo las
estructuras
demasiado vaga. No podemos atinar con todo lo que incluye. La letra K
nar
es como la X; puede significar cual-
mente
quier cosa. Hay demasiada tela que cortar todavía para que aceptemos la tesis de Carmichael. Otra cuestión. ¿Y si K se equivoca? Porque K no es ciertamente el conocimiento. El problema del error no puede
Filosóficamente,
del
y
conocimiento. es cierto
que
K
cosa si no es mencionar
K
lee
su
que
ver
si
esa posición basta para fundar un conocimiento con su nota característica: la objetividad. Ya me he extendido demasiado, de modo que no puedo hacer otra tículo
Carmichael,
funcio-
es absoluto.
habría
plo
da
de
Psicológica-
escapar a K. Aprovechando el ejemque
problema:
modos
de este número:
el otro ar«Knowledge
termómetro y se dice: «La tempera-
and Intuition» de Mary-Barbara Zel-
tura
din.
es
de
70
grados».
Pero
poco
La
sección
de
«Book
después un amigo, que sabe de ter-
tiene atractivas.reseñas
mómetros,
mas
le indica
que
el suyo
no
está funcionando bien. O K sale de
publicaciones
Reviews»
de las últi-
filosóficas
en los
Estados Unidos y en Inglaterra.
las razones o hechos en que se apoya. El método
que
que K use nada
ver (lógicamente)
poco los hechos.
tiene
con K. Tam-
K es independiente
frente a ellos. Soberano. Absoluto. Pero, a cualquiera se le ocurre la pregunta: ¿Y si ponemos en entredicho a K misma? Carmichael con-
tes” : «Poner en entredicho a K presume a K, negarla también la presume, y afirmarla también. Cuando Sócrates dijo que él sabía que nada sabía, presupuso, tal vez sin darse
Confíe sus originales a
No hay duda QUE
CUANDO
PIENSA piensa
EN
USTED LIBROS
FDIGANNGo ANMDOo
en
cuenta, que aún para negar que sabemos Pirrón
es preciso” saber; y cuando negó aun ese poco, también
presupuso
lo suficiente
justificar
su
negación
como y
para
desacredi-
tar lo que dijo. (Traducción mía.) De lo dicho se desprende que para Carmichael, K es la mente sabidora, la que va sabiendo en los actos mismos. Y él insiste en que conocer es
una
actividad
presiones
autónoma.
«Las
im-
sensoriales, la memoria,
y
Ramblas,
“LIBRERIA CAMPOS”
la conducta en general, aunque equiparadas
mente
con
el
conocer,
son
hecho de que sean equiparadas en tal forma». (Traducción mía.) Pero lo que no nos da este artícu-
lo, quizás cómo
por
falta
funciona
preguntar
K.
«¿Qué
to?» no tiene presupone ya
factor K. Pero
de Es
espacio, posible
es que
Allen, Esq.
San
no
me
parece
*
quien se los editará en
José
SAN JUAN, .
es el conocimien-
sentido, puesto que el conocimiento, el
(España)
las mejores condiciones
cierta-
diferentes del conocer, o del
BARCELONA
23
PUERTO
RICO
de presentación y precios
una Printed in Spain - Ediciones RVMBOS - Barcelona (España)
COLECCION PUERTORRIQUEÑA CUADERNOS E
DE
artesylelras etros que s, lo cual suyo no retar que cimiento? broblema : de funcio-
MENSUARIO JUAN
2da. EPUGA
DE
BAUTISTA
CULTURA
PAGAN,
Director
SAN JUAN, P.RK.
MARZO 19606 N.* 39
Bicológicaabsoluto. ue ver si ndar un a caracte-
DE NUESTRA HISTORIA PATRIA
La
emasiado, hacer otra E] otro arowledge rbara Zel-
(Gbolición de Esclavitud por
Reviews»
Miguel
la
Meléndez
Muñoz
e las últicas
en
los
hterra.
el
La primera etapa de la esclavitud se inicia en nuestra Isla cuando rey Fernando el Católico ordena, en junio del año 1511, que se
reduzca SEGUNDO
ales a
RUIZ
BELVIS
que
en
espera
DE LITERATURA
te asunto.
de
De
que
todos
se
resuelva
modos,
es-
el Con-
greso habrá de redactar una serie de sugerencias
rumbos Esta
para
darle
nueva
publicación,
que
agrado
la
vida
en
noticia.
mediato
apuntamos,
cree
eso
que
por
dicho
le decimos ello
que
aborigen.
mismo
año.
Orden Pero
que
los
in-
el trato inhumano
a que
se les sometía,
fueron
concausas
de
rimbo»:
sello de hierro que se aplicaba candente, al rojo vivo, sobre
cualquier
región
el ganado
vacuno.
de
sus
espaldas,
como
el
que
se
usa
para
marcar
(sigue
pág.6)
muchas
es
Y
por
hemos que
se el
in-
el he-
sido favo-
Instituto, así,
de
de
ante-
equivoca.
direcior
no
puede quejarse de las atenciones personales que ha recibido siempre de su antiguo secretario, el señor Emilio Colón, ni del actual, el selona (España)
del
y
si alguien
lo hacemos
cho de que nunca mano
a la población
diciembre
al Instituto de Literatura.
mucho
Aunque
en
rápida extinción. De modo, que cuando el emperador Carlos V decretó el año 1593 que «todos los indios fueran tan libres como cualquier español», el obispo Monseñor Bastidas encontró muy pocos a quienes otorgar ese privilegio. De los años de 1513 a 1789 se generalizó la trata de negros, o el comercio de ébano, como se le calificó metafóricamente, canalizado desde la Costa de Oro del Continente Africano hacia las playas de Tierra Firme y de las Antillas americanas. «Para evitar el contrabando se marcaba a los esclavos con el ca-
ediciones ha estado abogando porque el Instituto de Literatura pase al Instituto de Cultura, recibe con
recidos
servil
su
Se ha venido anunciando que el Instituto de Literatura pasará al Instituto de Cultura Puertorriqueña. En efecto, sabemos que el Cuarto Congreso de Poesía ha venido trabajando en una resolución que pedía la reorganización de ese organismo y la ha dejado a un lado de momento,
posteriormente,
dios borincanos habían sido y fueron esclavos de hecho. El trabajo en los cultivos agrícolas, en los desmontes y en la miseria, lo mismo
EDITORIAL EL INSTITUTO
a esa condición
revocará,
ñor Joaquín
Monteagudo, ninguno de (sigue pág. 6)
SEMANA Durante
este
mes
el
mundo
cristiano
recuerda
la
SANTA
inmortalización
y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo en la infamante Cruz. Como todos los años, esta publicación se une al recuerdo eterno de tan gloriosa fecha, llamando una vez más al corazón de sus lectores y amigos,
para
tenerles
presente
que
no
hay
ningún
homenaje,
ni
mayor
rendición de humildad, ni mayor fe, que podamos poner a los pies del Señor,
que
jimos.
Y
más
nuestro
en
este
invariable
momento
y perseverante
crucial
que
vive
amor
a nuestros
la humanidad,
pro-
hacer
patentes y más intensos nuestros votos por la paz del mundo. Que no vuelva a ser inútil el santo sacrificio de Jesús en el Calvario. Sólo la paz trae amor, fe, caridad y esperanza Y ésas fueron sus divinas enseñanzas en las diez inmortales palabras de su Cruci- .
fixión.
PERSPECTIVA > ue s Por |wuj A Al ENRIQUE A. LAGUERRE, nuestro primer novelista, escribe mensual-
Una ciudad como San Juan sólo cuenta con un Parque Muñoz Rivera que casi nadie visita — por falta de seguridad —, unas pequeñas plazas, unas playas interrumpidas aquí y allá. No hay dónde ir.
mente
No hay qué hacer. Por eso me Por
eso
regocija cuando
pregunto,
¿qué
hay
se anuncia del
un parque
balneario
de
o un
Vega
Alta?
¿Qué
hay
MIGUEL
para
noso-
MELENDEZ
MUÑOZ,
en-
sayista, autor de una veintena de
Ahora se anuncian tres balnearios: uno en Isla Verde, otro en El Tuque de Ponce, y uno más en Boquerón. Parece que el de Isla Verde va viento en popa, según los anuncios de Fomento y Recreo y Ojalá
columna
balneario.
del de Aguadilla?
Deportes.
esta
tros.
se
realice
cuanto
libros, ha escrito sobre los temas sociales e históricos de mayor avanzada en nuestra isla.
antes.
Se ha señalado el 11 de enero de este año para iniciar los trabajos. Funcionará para junio próximo. En la Compañía Fomento Industrial se confeccionaron los diseños. Los hizo el arquitecto José A. Fernández. El
balneario
Boca
estará
Cangrejos.
situado
Tendrá
en
siete
el
kilómetro
cuerdas
con 528 “lockers”, un restaurante, móviles y terrenos para jiras.
—no
es
3.5
de
mucho
estacionamiento
la
—,
carretera un
para
edificio
205
auto-
Agrega la nota, publicada en El Mundo del 9 de enero pasado: “El desarrollo del Balneario Público de Isla Verde parte del programa gubernamental
de
desarrollo
de
nuestras
playas
para
uso
del
satisfacer
”El
Plano
la creciente
desarrollo
Regulador
de
este
demanda
por
proyecto
sigue
del Desarrollo
este
del Area
tipo
las
de
zona
de
recreo.
recomendaciones
Adyacence
del
al Aeropuerto
Internacional de Isla Verde, preparado en 1953, por la Autoridad de los Puertos, revisado por la Junta de Planificación. El nuevo balneario será el primer paso en el desarrollo de esta zona.”
Todo tienen
eso
para
está
bien.
desarrollar,
Naturalmente, dentro
de
un
ojalá plan
que
urbano,
los planes toda
de Vaciatalega hasta Isla Verde, sean para el mayor parcimiento
de los habitantes
de San
Juan
y la Isla.
esa
que zona
se des-
beneficio y es-
Evítense, por el amor de Dios, los negocios feos y antihigiénicos. Y si no son suficientes los procesos educativos, provéase una guardia que proteja esos lugares. En todos los parques del mundo los hay. Debe educarse a los guardias para que exijan el cumplimiento de normas. a la Compañia
ese proyecto de parque 2 ARES
e
artes y letras arm
de
Fomento y
en Isla Verde.
a
Recreo
FERRE,
y estudiante
joven
ponceña,
así su colaboración
escritora
que
inicia .
en nuestra
re-
vista.
ta LAS
.
-
E
>2
¡
£
RAFAEL A. VAZQUEZ, autor de La Espera, cuya primera parte publicamos en la edición anterior. Dramaturgo joven, ha sido premiado en dos ocasiones en el Festival de Navidad.
JOSEMILIO
GONZALEZ,
poeta
crítico, escribe para nosotros
lumna
Libros
y
la co-
y Revistas.
_
Se me figura que deben aprovecharse las experiencias del Balneario La Monserrate de Luquillo para no repetir los mismos errores, particularmente, en lo que concierne a la forma como el público debe usarlos. Tengo la impresión que mucha gente no está suficientemente educada para usar esas facilidades públicas. Ha de proveerse para que se protejan los dineros ahí invertidos y para que no se afeen los contornos. Debe exigirse más del público, por medios educativos. ¿Por qué, por qué no se prepara un proyecto de Educación en Educación de la Comunidad?
Felicito
ROSARIO
pue-
blo. Se ha comprobado que las facilidades del Balneario de Luquillo, de Isla de Cabras y del Parque doctor Barbosa, ya no son suficientes para
NESTOR I. VINCENTY, escritor y médico, incansable estudioso de cuestiones filosóficas.
y Deportes
por
EN
EL En
PROXIMO
el próximo
dremos
el
gusto
NUMERO
número de
(abril) ten-
ofrecer
a
nues-
tros lectores los siguientes trabajos:
RAMON EMETERIO BETANCES, por José A. Romeu; DEMOCRACIA Y REALIDAD SOCIAL, por J. Paniagua
Serracante;
TAPIA
Y
TIEMPO,
champ; mas
RIVERA por
José
EL MAR de
ALEJANDRO
Y
NUESTRO Juan
Beau-
ATLANTICO,
Evaristo
Ribera
poe-
Chevre-
mont; LA VOCACION LITERARIA, por William H. Montalvo; EULALIO ROMAN
dríguez
BORDOY,
por
Néstor
Escudero, y, como
PERSPECTIVA,
a cargo
Ro-
siempre,
de Enrique
A. Laguerre, y LIBROS Y REVISTAS, a cargo de Josemilio González.
ENSAYO
FILOSOFICO
LA DISOLUCION DEL YO nuestro
mensualra noso-
por Néstor |. Vincenty
ÑOZ, enntena de os
e
temas
mayor
descifrable de un enigma, de un misterio que palpita en los gaces del presente, que ves que mueren cuando ban de nacer. Por eso la
escritor y dioso
de
instantes fuson tan breapenas acarealidad es-
tá hecha tanto de la vida como de la muerte. Pero aunque el instante en que percibimos la realidad no dure más que un relámpago, el presente es
escritora ue inicia estra re-
un
movimiento
eterno
de
instan-
tes que fluyen y nunca cesan de fluir porque se renuevan siempre. La realidad
hay
que
vivirla al filo
de un instante en forma imprevista, nueva,
inesperada,
en
aguda sensibilidad libre por completo
un
estado
de
en que uno esté de todo lo cono-
tor de La rte publi-
cido. Si el pasado o el futuro man-
rior. Dra-
el deseo dominan nuestro ser, jamás podremos vivir la realidad, porque
premiado estival de
dan
en
nuestra
la realidad de
ayer Para
vida,
es de
ni de
y
tros la co-
ahora
bor J. PaJANDRO UESTRO an
Beau-
ICO, poea ChevreTERARIA, EULALIO éstor Ro-
b siempre, e Enrique REVISGonzález.
hábito
mismo,
o
no
nosotros,
pobres
son
mortales,
parecidos.
el
Al
nacer salimos del encierro uterino — luego vivimos la vida esclavizados por el yo —y al morir quedamos li-
bres
RO abril) tenEr a nuestrabajos: TANCES, OCRACIA
el
mañana.
nacer y el morir poeta
si
de
nuevo.
Así
nos
llega
la li-
bertad a lo último, cuando ya no podemos disfrutarla. ¿Habrá algún medio de ser libres mientras vivimos?
¿Surgirá
la libertad en vida si-cesa
la continuidad de uno mismo? Si ahora soy la misma persona que era antes, en mí hay continuidad. ¿Cómo se origina y mantiene la continuidad? ¿No es por medio de lo mío,
de
la
identifico?
posesión
Cuando
con
poseo
la
cual
una
me
cosa
me identifico con ella y la veo como
parte integrante
de mi ser. Al iden-
tificarse con la cosa poseída, la mente imagina que lo que posee es suyo, es decir, su yo. En efecto, el yo no
¿No nos
es cierto que el tener mucho
da
la
impresión
de
que
somos
algo? ¿No es para sentirnos algo que tratamos de colmar el vacío del pasado y del futuro con posesiones de la más variada índole: ideas, recuerdos, sentimientos, opiniones, críticas,
creencias,
nocimientos, des, viajes,
reformas,
ideales,
experiencias, diversiones,
co-
propieda-
etc.? Pero
a
pesar de que nos carguemos como burros de más y más posesiones, el vacío del pasado y del futuro sigue siendo el mismo vacío doloroso del yo, sin que exista la más mínima posibilidad de que ese vacío pueda llenarse jamás. ¿No es precisamente la angustia de no poder llenar ese va-
cío lo que nos mueve
a hacer de lo
pasado y lo futuro un presente imaginario que nos da la sensación de nuestra permanencia y continuidad
personal?
¿No
es este
ilusorio pre-
sente forjado por nuestra imaginación lo que nos impide vivir el pre-
sente
real
de las cosas
imprevistas
y desconocidas? ¿Es de algún modo posible vivir la realidad del instante de ahora, no a través de lo que yo posea, desee, recuerde o piense, sino sin valerme de posesiones, recuerdos, ideas o deseos de ninguna clase, viviendo las cosas directa y li-
bremente
tal como
ellas
son
en
sí
mismas? De todas mis posesiones — que muchas son, Dios mío, ¡hasta a Dios lo llamo mío! —, la que me parece más fraudulenta y engañosa es la idea, el recuerdo, el deseo, la convicción de ser quien imagino que soy, de sentir que soy la misma per-
sona que he sido antes y que seguiré siendo después. ¿Cuándo cesará esta obsesionante ilusión de pensar que existo y seguiré existiendo como la
misma
persona
que
creo ser y que
recuerdo haber sido? ¿No cesa la ilusión del yo cuando uno descubre por sí mismo que la realidad es renovación constante y que dicha reno-
vación
es
imposible
dentro
de
la
lo real es siempre lo oculto, lo misterioso, lo imponderable, lo que está fuera del alcance de la mente humana? En vez del ilusorio estado de ser que es el yo, loque se necesita es un estado nuevo de ser que falta en nuestras vidas. El estado de ser que nos falta es el amor. El amor nos falta porque el amor es un estado
de ser nada y nuestro perenne afán es ser algo, afán que brota de las profundidades de lo inconsciente. El
conflicto tremendo del yo es que sin ser
nada,
quiere
ser lo que
no
es ni
puede ser, quiere ser algo de cualquier modo, sea como fuere. Con el fin de llegar a ser algo, sea poco o mucho, el yo se vale de la fantasía,
la memoria, el anhelo, el sentimiento y la esperanza
de que
es una en-
tidad inmortal. El ansia de inmortalidad del yo es la más
rotunda nega-
ción del amor, que es un estado de ser nada sin querer ser nadie, ahora y siempre.
Si el amor y el yo son radicalmente incompatibles,
¿por
qué
repudia-
mos el amor y vivimos una vida egoísta, aislada, egocéntrica? ¿Es acaso porque no acertamos a comprender claramente lo que somos? Por
lo
visto,
cuenta
no
basta
con
conscientemente
de
darnos
que
el
pensamiento adquisitivo es lo que engendra en nosotros la falsa personalidad del yo. Tampoco basta con reconocer intelectualmente que el
yo
mo
existe
como
un
hecho
natu-
ral, como existe el cuerpo físico, por ejemplo. Ni basta con entender que el yo es el origen de casi todos los males humanos, ni con saber verbalmente que el temor, la actividad y
la distracción el poder
protegen
y lo fortalecen. prender
el yo y que
y la ambición
No
lo perpetúan
basta
con
com-
todo esto a nivel de la men-
te racional y consciente. Aun comprendiéndolo falta lo esencial, lo im-
es más que la suma total de todas las cosas poseídas, el yo mo es más
permanencia,
tinuidad del yo? ¿No cesa la ilusión
prensión
que pensamiento posesivo cado en uno mismo.
del yo cuando uno descubre que lo único seguro es la inseguridad, que
consciente, donde está arraigada y escondida la problemática del yo,
personifi-
la seguridad
y la con-
prescindible,
que
es
la
de estos hechos
3
+»
cabal
com-
por lo in-
artes y letras
APA AGREE
¿Es acaso posible saber lo que es la realidad? Sólo nos consta que la realidad es algo desconocido que cambia a cada instante, lleno siempre de sorpresas y cosas imprevistas. La realidad tiene el sentido in-
con sus innumerables contradicciones.
paradojas
Para despejar la problemática yo,
lo
mayor de
inconsciente,
parte
tornarse
de
que
y
del
forma
la
la personalidad,
ha
consciente,
sólo posible mediante pasiva, estado en que
lo
cual
es
la percepción se comunican
libremente lo consciente y lo inconsciente
en
vigilia y en
sueño,
estado
en que se ven las cosas por pura cognición, sin relacionarlas con la memoria del pasado ni la previsión del futuro, sin condenarlas ni justificarlas, es decir, sin enjuiciarlas en forma alguna. Todo juicio, pauta,
del yo, que está totalmente condenado a la frustración porque de hecho el yo nunca existió ni podrá existir jamás. Sin embargo, cuando la mente percibe que ella misma es el yo, que
ella misma es €l deseo, que ella misma es el dolor, entonces cesa el sufrimiento inmediatamente porque cesa el deseo y el deseo es lo que produce el sufrimiento. El deseo es
una idea que se alimenta del futuro y se extingue por inanición tan pronto la mente percibe que el futuro es
una
quimera
y que
en verdad
sólo
individuales y colectivas que uno ha
existe el presente de instante en instante para vivirse de inmediato, sin futuridad alguna. Cuando cesa el deseo, en vez del sufrimiento surge la compasión hacia los séres que sufren porque no comprenden la causa del sufrimiento, que es siempre el deseo frustrado. Cuando no hay
tenido en la vida y de todas las ex-
deseo
periencias
amor en ternura, piedad y misericordia. El milagro del amor es que en el amor uno es nadie y como el amor lo es todo, no se pide absolutamente nada, ni reciprocidad, ni cálculos, miramientos ni posposicio-
norma
o valoración
dificulta e inhi-
be la expresión de lo inconsciente y evita que su contenido pase a la mente consciente. El contenido de lo inconsciente es nada menos que
el residuo de todas las experiencias ancestrales
el género humano a
que ha tenido
lo largo de mi-
lenios. Lo inconsciente ejerce un influjo poderoso en el proceso psíquico de condicionamiento hasta el punto de que es la causa determi-
nante de la mayor
parte de los im-
pulsos, sentimientos rigen el mecanismo
y móviles que psicológico del
yo. Durante la percepción pasiva estos elementos rectores de nuestra psiquis se desplazan fuera de la órbita del yo y pueden observarse objetivamente, sin ninguna distorsión
que desfigure su verdadera naturaleza. A medida que se ahonda más y más con la percepción pasiva, se va vaciando el contenido de lo inconsciente en la mente consciente hasta que llega el instante en que desaparece todo rastro de identificación. ¿No es entonces que cesa la ilusión
de permanencia, nuidad
seguridad
al disolverse
cío de la no vacío la mente ni sufre nada.
el yo
identificación?
y contien
el va-
En
ese
ya no posee, ni desea
por tanto conlleva la amargura de la frustración. Aunque el placer es la satisfacción del deseo, lo que comienza como placer en última ins-
tancia se convierte en dolor porque
florece
y fructifica
el
nes de ninguna índole. En nuestra ignorancia pensamos que el pasado y el futuro son más reales que el presente, pero el pasado ya no puede retornar, ya está
muerto una
para siempre y el futuro es
prolongación
ficticia
del
pasa-
do, una abstracción y no la realidad. La realidad es la vivencia de lo nuevo, lo particular y concreto que acontece en el momento actual. La realidad es algo tan incomprensible para la mente humana que no puede anticiparse, describirse, ni expresar-
se en
sonidos,
colores,
una
palabras,
porque
la
formas
realidad
idea, ni un deseo, ni una
ranza.
La
za, son mente
cian
¿No es el deseo un proceso de frustración, sufrimiento y dolor? Pero si uno se libra del dolor antes de comprender el deseo, no puede comprender el contenido del sufrimiento. El deseo es placer no logrado y
es que
idea,
el
deseo,
reacciones
no
es
de la
que
separan,
aíslan
y distan-
a los
hombres
unos
de
otros,
es, como
dicen muchos,
más, el goce logrado no tarda en suscitar otros deseos más o menos irrealizables, ya que todo deseo
cia de la guerra que amenaza destruirlo todo. La tragedia del mundo no es ni ha sido nunca más que la
arranca
tragedia
+e
artes y letras
dia llena de todo eso, pero vacía de amor.
Y lo cierto es que cuando
no
hay amor, inevitablemente tiene que haber guerra, ya sea guerra fría, gue-
rra a sangre y fuego, guerra microbiana, guerra atómica, lo que al fin y a la postre es la misma cosa porque con cualquiera de estas guerras
basta
y sobra
mente
a
para
esta
aniquilar
pobre
total-
humanidad
en
decadencia. No habrá ninguna de estas guerras amor entre
que
el día en que reine el los hombres y es claro
el amor
sólo
surge
cuando
se
percibe que no existe ningún yo que pueda amarse a sí mismo y que sea capaz de amar a los demás.
Pero
es
innegable
que
la mente
crea un sinfín de obstáculos a percepción del mito del amor céntrico y del ídolo del yo y, si tamos de vencer esos obstáculos
Hotel
esta egotracon
Villa
La Parguera (Anteriormente PARGUERA GUEST HOUSE)
Frente la
a la preciosa
Parguera,
al
Puerto Un
bahía
de
Sur-Oeste
de
Rico.
encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño
el
* PESCA
BAHIA
Todo
FOSFORESCENTE PISCINA
moderno,
cómodo
tranquilo Atendido personalmente
por los esposos
Pura y Carlos Quiñones
Es ésta una verdad evidente, axiomática: si no vivimos el amor ahora mismo, perpetuamos el yo, que produce maldad, explotación, envidia,
al principio sea su satisfacción. Ade-
4
seguridad.
la realidad no deja rastro alguno y
La
continuidad
y
es una trage-
en vez de apartar a los seres humanos los une en la amorosa convivencia de la caridad y la compasión.
etcétera.
de
ambición
reacciones que dejan en el recuerdo huellas de las cosas que dejaron de ser O que nunca fueron. En cambio,
odio,
anhelo
poder,
La tragedia del mundo
espe-
siempre hay sufrimiento al satisfacer el deseo por más agradable que
del
dad,
ni
la esperan-
mecánicas
existencia egoísta en pos de expceriencia, placer, distracción, comodi-
enfermedad,
tragedia
crimen,
del
guerra,
mundo
no
la inminen-
del yo, la tragedia
Villa Parguera
de una
P. O.
Box Lajas,
405
- Teléfono 34
Puerto
Rico
1
de expecomodieguridad.
ahora
mismo,
giría
inmediatamente
trage-
el pensamiento racional, filosófico o científico, como lo hemos hecho hasta ahora, entonces es la cosa de nun-
vacía de ando no tiene que
ca
cibiría lo real, lo desconocido, como
tarde, cuando todo esté perdido, porque el pensamiento siempre pro-
na
fría, guera microque al fin cosa pors guerras ilar totalánidad en na de esreine el es claro uando se íán yo que y que sea >
la mente os a esta hámor egoy, si traculos con
acabar
o de
yecta nuevos
acabar
problemas
demasiado para entre-
tenerse tratando de resolverlos y así escapar al dolor del yo én que estamos aprisionados. Es posible que a fuerza de sufrimientos y más sufrimientos llegue el instante decisivo en que reconozcamos que todo lo que hemos hecho y estamos haciendo no es más que un engaño, por-
que con esa fuga continua creemos que nos aproximamos a la verdad mientras
más
nos
alejamos
del
yo,
seguiremos
vacía
de ella. viviendo
de disolverse
la mente
conocido. uno tiene de
la mente
de
El
per-
en
toda resistencia,
vida,
uno
tiene
por el co-
mero
reflejo, un
espejismo
sentido
psicológico
del
tiempo
es aplazar indefinidamente la disolu-
Para comprender esto, que vivir la inseguridad
la muerte
te es un
del yo inexistente.
que
ser la inseguridad misma. Uno es la inseguridad misma cuando percibe que el yo no existe y que el ambien-
ción milenaria de ilusiones mentales propio, siempre
y sur-
revolu-
de todo apego, de toda identificación, de todo egocentrismo, de toda creencia, de toda ambición, al comprender que la vida y la muerte son la misma cosa: algo totalmente des-
impedimentos falsos, que no pasan de ser otra cosa que una acumulasusceptibles
una
una sinfonía de silencio que no tiene fin, silencio sin ideación, sin recuerdos, sin deseos, sin esperanzas, en que hay una plena comprensión del proceso total del yo desde la superficie de lo consciente hasta el fondo de lo inconsciente, esfumándose así la personalidad en el vacío de la nada en que cesa el yo para siempre. Esto ocurre en algún instante de profunda crisis en que se
al margen de la realidad. Bien se ha dicho que la disolución del yo no es fácil ni difícil, sino que es algo posible, porque los impedimentos son
nocimiento
cambiaría
ción interna. Entonces
La verdad es que mientras vivamos dentro
todo
ción
del
yo
entregándose
uno
a re-
cuerdos, proyectos y actividades que son meros escapes y refugios para no encararse a la verdad de la vida y la muerte. El yo es una ficción
hecha del doble engaño
de la segu-
ridad y del tiempo. Pero el mundo de la realidad es un mundo sin seguridad y sin tiempo en que no hay
cabida
para
nada
permanente
mi
para nada transitorio que haya pertenecido al pasado o que pertenez-
ca al futuro. El mundo de la realidad es tan intemporal e inseguro que hablar de, eternidad resulta demasiado
confuso.
La
disolución
del
yo suprime en nuestra vida la seguridad y el tiempo radicalmente, hasta el punto de que es cuestión de
todo o nada, de ahora o nunca. En la disolución total y definitiva del yo radica el secreto de la vida y la muerte, que quizás es el secreto de la realidad.
y cuan-
do estemos profundamente descontentos con lo que hemos sido y que no estemos interesados en continuar siendo lo que somos.
era UERA hía ste
de de
bara la
el
Si
nos
diéramos
cuenta
Un
de
esto
Simbolo EN
TODO
de
MOMENTO
Servicio A
LOS
INGENIEROS CONTRATISTAS
Y PUBLICO EN GENERAL
PUERTO RICO CEMENT CORPORATION SAN
JUAN
DE
PUERTO
RICO 5
+e
artes y letras -
(Viene
de la página
los cuales
(Viene de la página 1)
1)
creemos
muchas
fallas
culpable
del
cuestión. También
de
organismo
En el año 1860, nuestra Isla, con una población de 583,000 habitan-
las
tes, tenía
en
En
tro director diversas muestras de afecto y admiración de parte de los miembros del Instituto de Literatura. Claro que, quien no ha recibido nunca ninguna cooperación (en su
segunda
compraran
vis. Ambos
aquí
de sus
ra que
razón
hay,
antes lo Cultura
la Legislatura
pa-
tenga que
es-
1,396,740
habitantes,
viene
a sumarse
en
las diversas
diezmado
o exterminado
el indio
lo reemplazaba
abolicionistas «de facto» y de corazón, fueron el
Emeterio
Betances
y el licenciado
Segundo
Ruiz
libertaron a los esclavos que adquirieron como hereditarios.
El
doctor
pagando
el precio
de
Betances
a muchos
fue
más
allá toda-
recién nacidos, hijos de
manumisión
de
$25
en
el acto
casi
«Por
lo
que
a nosotros
toca,
la
elección
precipitar la desaparición de la esclavitud,
está
hecha;
y como
queremos
la razón y la his-
toria están de nuestra parte, aspiramos a probar que la esclavitud, opuesta al desarrollo histórico de nuestra época, sin fundamento en lo presente, es también una perturbación para el orden, una ré-
mora para la riqueza, un peligro para la política, una ponzoña para la moral, y para todos, bresaltos y alarmas...»
un
Y el 20 de junio del año
patrón
de
ignominia
1870 pronunciaba
Emilio Castelar, en el Parlamento, su célebre abolición de la esclavitud en las Antillas.
y un
motivo
el insigne discurso
leído
las
obras
a
premiarse?
¿Por qué tiene que ser un profesor universitario el que mande y orde-
sus
originales
EDICIONES Ramblas,
ne en el Instituto? ¿Por qué no hay fondos para comprar puertorriqueños? ¿Qué
Confíe
23
-
RVMBOS (España)
más libros se hace con
los libros que se compran? Por
mos
todo
que
debe
ello,
sinceramente
el Instituto
estar
en
manos
de
cree-
Literatura
del
Instituto
de Cultura Puertorriqueña. Y advertimos
al terminar
cación nada
ni que
dicho ver con
que
Instituto
+.
tienen
los nacionalistas
comunistas.
6
ni esta publi-
artes y letras
o
quien
so-
tribuno don
a
BARCELONA
de
exigiendo
la mayoría — ha-
yan estado en ese organismo desde el año de su fundación? ¿Por qué se dan premios a obras mediocres en olvido de otras? ¿Por qué los miembros van a la sesión ejecutiva sin ha-
ber
del
sociedad de damas para secundar su campaña abolicionista. El año de 1867, los señores José Julián Acosta, Segundo Ruiz Belvis y Francisco Mariano Quiñones, redactaron y presentaron a las Cortes españolas un informe (memorándum), demandando la abolición inmediata de la esclavitud en esta Isla. De ese memorable documento, reproduzco uno de los párrafos más vibrantes:
tar representada en este organismo? ¿Qué razón para que ciertos miem-
bros — y son
Bel-
«bienes»
ración de su esposa Harriet Brewster, norteamericana, estableció una
está
ejemplo,
con
que se trasladó a Madrid, fundando la Sociedad Abolicionista Española, y logrando que ingresaran en ella figuras ilustres de la política y el pensamiento peninsulares, como don Emilio Castelar, don Salustiano de Olózaga, don Juan Valera, don Práxades Mateo Sagasta, don Segismundo Moret y otras notables personalidades. Con la coope-
administra-
por
sido
caudales
esclavos,
tivas, sino de las formas en que se han venido, por ejemplo, distribuvendo premios y distribuyendo fondos. Y nadie puede dudar que hay un malestar profundo por todo esto, nosolamente en el campo intelectual, sino en el campo particular. ¿Qué
Cuba,
bautismo, establecido por el gobernador don Juan de la Pezuela. Les siguió en esa cruzada libertaria el periodista don Julio L. Vizcarrondo,
hablado para que el mis-
de cuestiones
africano
vía: redimió de su propio peéulio
consciente de ello —y, cosa rara, hasta los mismos miembros del Instituto lo admiten —, que este organismo está plagado de irregularidades en sus procedimientos. No habla-
mos
el esclavo
Nuestros primeros
ha si-
Lo cierto es, y todo el mundo
había
doctor Ramón
justas y a tono con el
mo pasara como ahora y hicimos, al Instituto de Puertorriqueña.
de
presa en que se empeñaron para lograrla, fue obra de un grupo reducido de hombres liberales y cultos de Cuba y nuestro Puerto Rico.
espíritu de su creación, nunca jamás
habríamos
la Isla
;
principio,
en que
do ARTES Y LETRAS. Pero muy lejos de nuestra mente el pensar que por esta razón debemos decir nada del Instituto. Por lo contrario, si el Instituto hubiese adoptado en el pa-
sado normas
Y
totalmente. La idea de abolir la esclavitud en las Antillas españolas, y la em-
el señor que nos
varios ejemplares)
esclavos.
explotaciones que operaban los colonos españoles. Y en los territorios
época, ya que en la prime-
ra, en los primeros meses, Colón propuso y se aceptó
41,736
tenía 370,552.
ha recibido nues-
se los editará en las mejores condiciones
de
presentación p.re.cios
y
la
Sobre habitanbitantes, diversas
ritorios plazaba
y la empo reduto Rico. eron el Ruiz
un gran pintor nuestro
FRANCISCO OLLER IMPRESIONISMO por
Bel-
Y EL ROSARIO
FERRE
«bienes» llá toda-
don
Sa-
Sagasta, a coope-
eció una Ruiz Belon
a
las
la aborable doueremos
y la hisesclavitud, damento , una réde
gpiendo
el año
la vocación
1833.
Las
de pintor
como” el
cultura
isleña,
obras
de
al joven
mejor nació
Campeche
Frasquito,
pintor
en
Baya-
inspiraron
como
era co-
nocido entre sus amistades. A los dieciocho años, partió para
España,
donde
estudió
pintura,
bajo
la dirección
de Federico Madrazo, maestro de la pintura tradicional española. En el 1858, Oller tuvo el acierto de ir a París, con el propósito de seguir desarrollando su habilidad estética. Seguramente, que él mismo no esperaba el des-
cubrimiento
del maravilloso
horizonte
del impresionis-
mo. Debió haber sido como abrir una puerta para entrar en otro mundo, donde la belleza tenía el atrevimiento y el colorido de la impresión que hace la vida en las facultades humanas. Surgía el movimiento con fuerza avasalladora y revolucionaria. Nuestro compatriota no vaciló en unírsele, y sus cuadros, junto a los de Manet,
Monet,
Gaughin,
Degas,
etc.,
Cezanne,
formaron
Courbet,
parte
del
Renoir,
río
Seurat,
llameante
de
so-
don
demente la pena ir a visitar estas exposiciones, observar
la
cada obra, detalladamente, para sacar provecho intelectual, y para deleitar los ojos en verdadera belleza. Las obras tempranas de Oller, como se notará al observar-
ha hecho de sus cuadros en el Museo de la Universidad de
buno
en
reconocido
nuestra
pintura que transformó el mundo del arte. La pintura de Oller ha tenido ui: resurgimiento reciente en nuestra isla, a causa de la exposición que se
oña para o
món,
Oller,
por
las,
Puerto
están
preceptor,
Rico
y en
el Museo
dominadas
Federico
por
la
Madrazo.
de
Ponce.
Merece
influencia
Por
esta
de
su
razón,
gran-
primer
cuadros
como AUTORRETRATO, propiedad de don Angel Paniagua; EL CESANTE y JOSE CAMPECHE, pertenecen
a
la
escuela
siglo diecinueve.
retratista
Los colores
tradicional
española,
del
son oscuros y sin lustre;
las figuras formales y tiesas. En estos cuadros, Oller es uno más entre cieítos de retratistas de su época.
El observar estas obras de menos valor, sin embargo, es provechoso en el sentido que hace más obvia la transformación extraordinaria que sufrió el arte de
Oller bajo la influencia del impresionismo. En sus próximos cuadros, pintados a partir de su estadía en París, las figuras cobran vida, forma, y colorido individuales. Los temas de sus cuadros se vuelven típicamente puer-
vscoaua
A:
ela. Les arrondo, ta Espapolítica
Francisco producido
SR
del
ADA
hijos de acto
torriqueños. Sus bodegones:
EL PALMILLO Y LAS HIGUERAS son dos cuadros en las mismas tonalidades de verde seco y blanco mate. En
LOS
MAMEYES,
JARRO,
MANGOS
Y MAMEY, LAS GUAYABAS,-EL PALMILLO, LAS HIGUERAS, y CUCHILLO, NARANJAS Y TORONJAS son un perfecto ejemplo de la belleza extraña de su nueva técnica. LOS MAMEYES es un estudio estupendo en amarillo y brown. La sencillez de la composición realza la atmósfera
JARRO,
captado la impresión del mango maduro de manchas negras, y la balancea con la impresión fresca y ligera del jarro transparente, que lleno de agua reposa a su lado. LAS GUAYABAS es un magnífico estudio en blancos y verdes secos. El mantel que cubre la mesa, pintado con frecuencia por Oller en muchas de sus obras, denota una gran influencia de Courbet. Posee el mismo color blanco mate del mantel en el cuadro de Courbet, L'APRES DINEE A'ORNANS. Dicho color, en el cuadro de Oller, realza el extraño blanco de porcelana vieja que posee el alto platón que reposa sobre la mesa.
MANGOS
de dulce
seco que posee
Y MAMEY
es una
el cuadro.
obra
que ha
el caso
del primero,
el blanco
amarfilado
del invio-
lado interior de la palma, yace abierto sobre la mesa; en el caso del segundo se destaca el machete de lámina gris, lisa y pulida, que yace junto a la higuera hendida, con el blanco opaco de su blando interior, expuesto. Los bodegones de Oller que acaban de ser descritos,
figuran entre las mejores obras logradas por el artista. Todos poseen una enorme influencia de Cezanne, sobre todo su CUCHILLO, NARANJAS Y TORONJAS, que 7
+e
artes y lerras
posee las mismas
líneas geométricas
del famoso
cuadro
de Cezanne, LES JOUEURS DE CARTES. Todos son - excepcionales por la maestría de su ejecución y de su contribución. ásperas,
Además,
aprisionadas
de muchas
porque en
ellos,
las
tonalidades
respiran
el
clima
de temas
sociales
manera
París, divirtiéndose AU MOULIN DE LA Oller pintó a nuestros jíbaros celebrando con
lechón
Y.
asado
de
contra
ventanas estancia,
los
mumerosos
paisajes
BOHIO,
pintados
PAISAJE
pequeñísimas,
por
DE
para cantar
verdes
delicados
y ligeros.
quieta y difusa entre las ramas suavizando
sus aguas
toda
la
ribera
la impresión
Sobre
todo
del
inmensas río,
hasta
época en la cual ésta estaba aún más
en
en el magní-
expone.
rriqueño, ya que es grandemente copiando y estudiando
Dos
las técnicas pintar.
de los grandes
maestros,
que
que pueda producirse.
Ron Superior Dg
de la ceiba, perderse
alejada que hoy
representa lo más selecto
artes y letras
el tercer
de la vigorizante cultura europea por la pobreza y el Atlántico, la influencia del impresionismo francés. Sus cuadros, por su maestría y su belleza, deben servir de modelo y de impulso creativo al joven pintor puerto-
Ron Superior Puerto Rico
+e
vi-
sobre todo en cuadros peque-
En calidad, pureza y sabor,
8
y
ños, como LA CEIBA DE PONCE, y varios otros. Tuvo, además, el gran mérito de traer a nuestra isla, en una
S irvalo con Orgullo...
GONZALEZ
los
tranquilas.
. que se les acercó mucho,
y una puerta se abren de la oscuridad de la a una luz de claro y puro azul como el de los
JOSE
Oller,
FRANCIA
Si bien Oller nunca llegó a la altura genial de los pintores impresionistas de su época, hay que reconocer
muerte».
se encuentra
mi-
lleza exquisita. En él, Oller capta la maravilla elusiva de la luz con la misma maestría que Renoir. Penetra in-
la obra se encuentra en su pensamiento, que podría muy bien ser: «La vejez sigue viviendo, mientras el fruto nuevo se seca. La vida nada puede contra la
luz y color que
las
paisaje alcanza un nivel superior de ejecución, y una be-
perdido en sombrea meditación. Y la violenta ironta de
de sombra,
como
El colorido consiste de una variación de verdes espesos
y ron cañita.
chos. Se pregunta uno al observar la escena: «¿Habrá originado nuestra palabra típica “jolgorio”, de la pala-
El valor de EL VELORIO
proporciones,
sual de follajes inquietos y brillantes bajo la luz del sol.
el centro de la estancia está una niñita muerta, acostada sobre una mesa y cubierta de flores y encajes. Sobre ella cuelga el lechón en vara; a su derecha hay un grupo. de jíbaros tocando guiro, seis, guitarra y maracas; a su izquierda beben una mujer y unos hombres, borra-
fico dominio
De
pinceladas
La escena es a la vez irónica, macabra y divertida. En
(
pequeñas
LA CEIBA DE PONCE. En los dos primeros, emplea el pintor un estilo por completo diferente al que acostumbra emplear. Se sirve, al modo de Seurat, de numerosas
GALETTE, un velorio
bra “velorio”?» Sin embargo, hay una persona en la estancia que respeta la muerte, presente allí de una manera tan terrible. Un vejete se inclina sobre la niña,
en
más bellos son UN
EL VELORIO.
que Renoir pintó la bourgeoisie
era la costumbre,
el
todo
niaturas de los cuadros medievales.
que pintó Oller,
se destaca uno de grandes proporciones: De la misma
jíbaros,
y
árido
regiones de Puerto Rico, que es también
clima de Andalucía. Entre los cuadros
como
secas
sguadros de Manet. En la lejanía se distinguen los “bohíos del campo puertorriqueño, caminos, veredas y.
CLEMENTE 8. CIA
uerto Rico Comercio, 10, Mayagúez,
P. R.
85% Prueba
se aprende
a
CUARTO CONGRESO DE POESIA DEDICADO A JULIA DE BURGOS REFRESCANTE A
continuación
nota
autorizada
publicamos
por
una
la poetisa
Ni-
Iniciar
la empresa
mia Vicens y que fuera aprobada en
en
la desembocadura
todas
de
Loíza.
Se
de
todos
sus
partes
del Cuarto
nida
en
por
Congreso
el
la
de
Instituto
Directiva
Poesía, reu-
ción
de
noamérica.
Cultura
Puertorriqueña. La misma, como se verá, informa sobre los distintos actos que se propone realizar el congreso este año, en homenaje a la insigne poetisa nuestra Julia de Burgos. La Junta Directiva del Cuarto Congreso de Poesía celebra su primera reunión el miércoles 3 de febrero en el Instituto de Cultura Puertorriqueña. La Junta discutió y ¿probó el proyecto para la celebración del congreso, que este año estará dedicado a Julia de Burgos. Entre ran:
los
Pedir
planes
discutidos
la reforma
del
Instituto
Literatura
Puertorriqueña.
Jorge
Luis
Morales,
Samuel
Lugo,
rre,
F. Manrique
figu-
Comité:
Enrique
Juan
de
B.
Lague-
Alegría. *
Recital en el Teatro
Tapia de va-
rias declamadoras intérpretes de la poesía de Julia de Burgos. Comité: Nilda: González, Piri Fernández Lewis, Maricusa Ornes, Gloria Arjona de Muñoz Lee, Rafael Ríos Rey,
Francisco Arriví. El pintor Ríos Rey ha ofrecido la escenografía para este recital, inspirada en el paisaje del Río Grande de Loíza. Filmación de una película documental sobre Julia de Burgos y su
poesía.
Comité:
tes de Oca, René
Salvador Marqués,
Tió MonJosé An-
tonio Torres Máftinó, Arsilia Torres Mazzoranna,
Augusto
del Río
solicitará los
poetas
Comité:
Luisa
Géigel
Daene,
José
de
de
Narciso Gandía,
Antonio
Gran-
la cooperaHispa-
Dobal, Lindsay
Torres
Marti-
nó, Compostela. La delegación de Nueva York será organizada por el siguiente comité: Diana Ramírez de Arellano, María Teresa Babín, Patria Vientós Gastón, Carmen Marrero, Juan Avilés, Emilio Delgado, Pedro Carrasquillo, Jesús Francisco Díaz. Comité
de
invitaciones
al
extran-
jero: Margot Arce de Vázquez, Ricardo Alegría, Federico de Onís. Será invitada de honor al Cuarto Congreso de Poesía la poetisa Clara Lair. Comité de Publicidad: Juan Martínez Capó, Salvador Tió, Enrique Laguerre, Martha Lomar, Carmen Alicia Cadilla, Alberto Cibes Viadé. Después de celebrado el Cuarto Congreso en Carolina, los poetas ha-
no, Francisco Lluch Mora, Josemilio Ricardo
monumen-
Pagán,
Cabrera.
Confección de la Memoria y Antología del 111 Congreso, celebrado en Barranquitas, y que editará el Instituto de Cultura. Comité: Concha Meléndez, Luis Hernández AquiGonzález,
del
to a Julia de Burgos que se erigirá
Mas SABROSA
Rodríguez.
rán una peregrinación a la desembocadura del Río Grande de Loíza. Se solicitará
permiso
eclesiástico
para
celebrar un concierto del Coro de la Universidad en la iglesia de Loíza Aldea. Luego se hará una ofrenda floral en pequeñas canoas, preparadas por la florista Teresa Sanjurjo, natural de Loíza Aldea. El Congreso solicitará ofrendas de las institucio-
nes y personas simpatizadoras de la poetisa. Comité: Carmen Puigdollers
de
González,
Teresa
Sanjurjo,
Rafael Rigual, Amelia Ceide, Carmelina Vizcarrondo, Lenín Feliciano Mendoza.
Vega,
Ester
Comité Social Coordinador: Josefina Freiría de Cabrera, Piri Fernán-
LA CERVEZA DE PUERTO RICO
dez de Lewis, Laura Gallego, Lilianne
Pérez-Marchand,
Socorro
Girón-|.
de Segura, Elsa F. de Tió. Serán anfitrionas del Cuarto Congreso: Soledad Lloréns Torres, Carmelina Vizcarrondo, Carmen Alicia Cadilla, Ester Feliciano Mendoza, Teresina Salgado, Amelia Ceide, Anagilda Garrastegui, Laura Gallego.
/ eveza! artes y letras
Apartado, 4.184 discos,
libros,
Publicaciones,
de
Lista
PUERTORRIQUEÑA
CULTURA
DE
INSTITUTO
- San Juan, Puerto Rico y
público
al
venta
de
precios
sus
con
otros
Precio por
Precio por
_Unidad
PUBLICACIONES Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (Los números del . ción) . . Suscripción Revista L Cc. Pp por un año (4 núms.) . Suscripción Revista 1. C. P. por dos años, con carácter retroactivo . Albumes de Danzas de Juan Morel Campos (Del número 1 al 5 ya en circulación).
Album
Núm. 1, de José de Diego Núm. 2, de Luis Lloréns Torres Núm. 3, de Luis Palés Matos . Aguinaldo y Villancicos por Francisco López Cruz . 1)
Cuatro
E
:
.
FOLLETOS CONFERENCIAS - Crítica de la Literatura Visión Histórico Puertorriqueña por Dra. Josefina Rivera de Alvarez .
Historiografía
Puertorriqueña
por Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyo . Puerto Rico y los Estados Unidos en el Período Revolucionario de Europa y América (1789-1825) por Arturo F. Santana Consideraciones Sobre la Lengua een Puerto Rico por Rubén del Rosario Crecimiento y Desarrollo de la Ciudad “de
San Juan por
Adolfo
Desarrollo
de
Hostos
.
Sociedad
la
de
Histórico
la Historia
Literaria
Puer-
F. Manrique
Cabrera
.
.
La Vida en la Ciudad de San Juan Bautis-
ta a mediados del Siglo XVIII Vista a Través de sus Actas Capitulares por Luis M. Rodríguez Morales . Sinopsis de las Artes Plásticas en Puerto Rico por Osiris Delgado . La Esclavitud Negra en Puerto Rico por Luis M. Díaz Soler . E
Acercándonos por
10
Antonio
Rivera
.
Vivían
Nuestros Abuelos
por
Rafael
W.
artes
y letras
Ramírez
:
Luis
Muñoz
Ri-
.25
( Folleto)
Parsi
la Cultura
Estudios
Puertorriqueña
(encua-
dernado por
María
Teresa
Babín
.
Galería Puertorriqueña por Manuel Fernández Juncos Teatro Puertorriqueño por Manuel Méndez Ballester, Emilio S. Belaval, Francisco Arriví y René Marqués . Crítica y Antología de la Poesía pe Varios
Para la Abolición de la Esclavitud en
Proyecto
Puerto Rico por Segundo Ruiz Belvis, José Julián Acosta y Francisco Mariano Quiñones Análisis Estilístico de la Sataniada de Tapia. por José Luis Martín . Luis Muñoz Rivera - Los Primeros 10 Años de su Vida Política (en rústica) por Lidio Cruz Monclova . Luis Muñoz Rivera- Los Primeros 10 Años de
su Vida Política (encuadernado) por
Cruz
Lidio
.
Monclova
co
...
Antología de Autores Puertorriqueños: Crónicas de Puerto Rico (1493-1797). por Eugenio Fernández Méndez .
Tomo .
Crónicas de Puerto Rico (1809-1955). Tomo por Eugenio Fernández El Cuento - Tomo III por
Concha
Méndez
I
1
,
.
Meléndez
DISCOS
El
Contemplado por
Pedro
(Incluye
folleto
Salinas
con
la poesía)
s
La Bruja de Loíza por
Jack
Delano
Divertimento
.
del Sur
por Héctor Campos
Parsi
. Tavárez (Manuel G. Tavárez) por Elisa Tavárez . Disco José Enrique Pedreira por
José
E. Pedreira
al Grito de Lares
Cómo
e.
Campos
de Puer-
to Rico por
de "Navidad
de
Panorama
: por Eugenio Fernández Méndez . Las Instituciones Coloniales de Hispano-* américa por C. R. Haring. para
Cantos
de
Figuración de Puerto Rico y Otros por Concha Meléndez . a
torriqueña
Apuntes
y Pensamiento
LIBROS
.
Poesía:
de
Cuadernos
Poemas vera . por Héctor
Campos
Morel
de Juan
Varias
Obras
14)
están en circulaO
1 al 4 ya
PORT.FOLIOS San Juan
Histórico
8 Litografías de Luis Germán
Cajigas .
LA
ESPER SEGUNDO
Entra
la
Sombra.
EL
La SomBRA. — Hay barcos anchos que nunca llegan a puerto, pues la tormenta les sorprende en el mar. Y mueren los viajeros con su verdad recubierta de mugre. Esas verdades que escondemos dentro sin atrevernos a enseñar. Cuántos techos de cristal se romperían si un ojo travieso se posara sobre ellos. Pero la vida es una mentira larga que nos une a todos. Qué importa el día y la hora y el año. Pongamos que es la hora cero, que es decir la hora de siempre. Hay que destruir el velo y ser libres. Humo. Hilos... Libertad. He ahí el misterio. Sale
por
el sitio
ACTO
más
cerca.
El circo.
Las
luces,
Payaso. — Las
serpiente
enredándole
las
piernas.
En
el
Saluda
exageradamente
EL Payaso. — Gracias, gracias, gracias. ni una menos.) Buenas noches. Entra EL
(Se
vuelta.) Estoy muy
PaYaso.— Yo
círcu-
reveren-
Una
sabía
que
vendrías.
Aquí,
en
el
al
espuma
y las hadas
era
sale de sus ojos
bo-
a cantar.
la lana
suave
a cortar.
La NIÑa. — ¿Quién? EL Payaso. — El viento del mar. La NIÑa.—A la víbora, a la víbora *e-de la mar por aquí pueden pasar.
del amor.
de cintas azules y las lanza al aire. Las cintas se encajan caprichosamente y en gracioso abandono sobre los marcos blancos.
La Sombra
sale corriendo y se para detrás de ta
ventana. Luego salen Gabriel y la Niña. El Pavaso se queda en una esquina. La Hermana, en la ventana, llama a Georgina, que se ha quedado en la caíle.
nácar
EL Payaso.— Porque le dolía le iban
blanca
Aplausos. En la última reverencia saca un montón
río
La ovejita negra se puso a llorar. NIÑA. — ¿Y por qué lloraba? que
lágrima
con las nubes
el cielo coral. La ovejita blanca
La
cansado.
Esta lágrima vacía es de oro es de papel es de hierro es de luz es de querer. Para mi novia vieja que me espera en el sol con la luna
el flamboyán.
puso
hermosa
co-
se fueron al mar con los caracoles con las verdes olas
se
v 351
lones. El Payaso tiene por ojos dos discos.
se fueron
La
reverencias
la toltoleca
lumpio de oro. (La sienta en el borde de la cama.) La HERMANA. — He traído la escalera. EL Payaso. (Escondiéndola.) —Que-.no la vea nadie. Podrían subirse. Cuando se hayan ido nos acostaremos en una nube. La HERMANA. — Es el momento. EL PaYaso. — Se descorre el sueño. Las ovejas. (Saca tres ovejitas imaginarias.) La ovejita blanca y la ovejita negra se fueron al lago
con
83
Estoy muy cansado y me he puesto a cantar pico pico mandorico quién te dio tamaño pico la seca la meca
to-
la Hermana.
con
Hasta mañana, en que las ovejitas cargarán el elefante sobre sus lomos. (El Payaso se estira alegremente.) Estoy tán cansado como el siglo dieciocho. (Da
lo están Georgina y Gabriel. Delante de Georgina, la niña. Detrás, la Sombra. Todos aplauden, pero las únicas palmadas que se oyen son las de Georgina. cta,
se fueron
besos.
das encendidas de mil colores. El Payaso, en el centro, con un loro verde nilo en el hombro derecho y una
olas
en un barco azul y la oveja blanca se puso a cantar: por aquí pueden pasar.
La que
HERMANA. — Sube, sube. nunca. Sube. Subeee... Georgina
El
entra. La Hermana
polvo
está
más
seco
la mira severamente.
GEORGINA. — Regresar. Qué penoso es volver. La vida debía seguir sin volver. Volver nunca. Siempre ir.
La HERMANA. — Ya no te importa bajar a la calle. Ya no te importa que te vean los hombres GEORGINA. — Ya no importa nada.
malos.
La HERMANA. — Ni él. Georgina
alza la vista y la mira
sin expresión.
Se
recuesta en los hierros de la cama. 11
e
artes
y letras
La HERMANA. — Descansa, rarás.
GEORGINA. — ¿Y
estás
agitada.
Ya
GEORGINA. — ¿Irme adónde? La HERMANA. (Se ríe.) GEORGINA. — ¿De qué te ríes?
te mejo-
luego?
La HERMANA. — No hay luego. GEORGINA. — ¿Qué? La HERMANA. — No. GEORGINA. — Entonces...
La
HERMANA. — Hoy, siempre
porta.
La HERMANA. — De ti. GEORGINA.— No te creo.
hoy.
Lo demás
por
cienden. Luego poco a poco se van extinguiendo hasta transformarse todo en una nebulosa grisácea.) Me parece verlo todo gris, como si una niebla lo envolviese
GEORGINA. (En un grito.)
La HERMANA. — ¿Por qué no decir nada? GEORGINA. — ¿Cómo? La HERMANA. — No me hagas caso. A veces
hábito,
por
oírme
a mí
hablo
misma.
Palabras
nada más. Sin embargo, cuando me ahoga la vida, cuando recuerdo y pienso en los demás, quisiera callar. Callar siempre. Romper yo misma mis palabras, y si alguna.vez se escaparan, al llegar a al garganta se convirtiesen en flor. Sería hermoso. GEORGINA. — Hermoso callar cuando las flores se caen de los árboles, cuando el viento se mete por las ventanas, por los huecos de las habitaciones, por las almas.
Hermoso
callar cuando
hay en la calle gente que ríe y
que
llora. La HERMANA, (Enfurecida.) —¡La calle! Gente que ríe y que llora. Hombres hechos de sombra. Polvo, polvo. Eso nada más. Podridos por dentro y por fuera. Espera, consúmete, sigue esperando nada. GEORGINA. — Cállate.
La HERMANA. — ¿Quieres
el caldo?
GEORGINA. — No lo quiero. La HERMANA. —Es de pescado. GEORGINA. — Por eso. Pececitos
agua. Su muerte
del
mar.
La HERMANA. — El gato de la carbonera nas aire,
si
hay
aire,
comida aire.
La
Dicen para
gente
que pasan
ellos, ya
no
y
el
usa
Echalos
al
se pasó
muy
pobre
mau-
mal. Apegato
come
anunciando
su
partida.
Los
rabojuncos
GEORGINA.— ¿Qué le pasó? dejó de latir. mal corazón!
(Transición.) tan
grande!
La luz se ha ido yendo toda. La escena está totalmente oscura. La
12
HERMANA.
e
—¿Qué
artes y letras
harás
agarrados
la
con
luz,
dónde?
alfileres
sobre
Mis
ojos
están
las
sienes,
muy
La
luz de las gotas
del rocío,
la luz de
lo crepuscular,
la
luz de la tarde. (Con entusiasmo casi infantil.) Gabriel, Gabriel, ven a buscarme ahora a esta esquina callada.
(En.secreto.)
No
hay
nadie
ahora.
Podrías
venir
sin
caerte, podría hasta tragarte ahora. No habrá otro momento si se escapa éste. (Baja la voz y habla como en susurro.) Estoy sola, nadie más que tu recuerdo rondándome. Entra ahora. Podría irme contigo cuando llegue.la noche... ¿O es que la noche llegó? (Empieza a do... Aquí cae agua ahora. Una gota me hace un hueco en la frente. (Con nuevo entusiasmo.) Tal vez por él te me podrías esconder dentro. (Pausa.) ¿Qué esperas?...
Gabriel...
cuando
te vayas?
Gabriel...
no
vienes...
Gabriel...
trae hoy
la
soga... Gabriel... no vuelves dices... sí... sí... vuelves. Si tardas más se lo diré a mi muerte para que me lleve. La
Sombra
cruza
con
una
vela
por
el fondo.
La
vela da luz a la próxima escena. Por la puerta llega Gabriel. GEORGINA. —¿Por dónde has venido? GABRIEL.— Por el tiempo. GEORGINA. — De azul. GABRIEL. — No, de negro. Para que se
creyeran
que
era la noche. GEORGINA. — Has cambiado. GABRIEL. — Siempre te quiero. GEORGINA. — Lo sé, sí... pero hay algo nuevo.
GABRIEL.
— La vejez me habita.
GEORGINA. — ¡Qué larga la espera! GABRIEL.— Quince años. GEORGINA. — Creía que eran cuatro. GABRIEL. — Cuatro eran ayer. Hoy se
quince. Mírame las Me
—No
han
el rostro. La espera se me
sienes como una corona pesa la separación. GEORGINA. — Tú quisiste.
GABRIEL. me
oscuridad
la luz? Parece que ha llegado la
¿Dónde
abiertos, pero la claridad no me llega. (Casi desvariando.) Me deslumbra esta negrura. Enciendan, enciendan. Que se prenda el sol y la luz y las velas y las estrellas.
Co-
mienza a desnudarse la noche. La HERMANA. — ¡Qué
abiertos,
dormían
en el platanal. ¡La muerte luchó mucho antes de llevársela! Era de roble. ! GEORGINA. — Tenía unas trenzas hermosas. La HERMANA. — Una sola. GEORGINA. — Sí, una sola, como una hebra de plata larga. La HERMANA. — Y mil arrugas sobre la cara. GEORGINA. — ¿De qué murió? La HERMANA. — Del corazón. La HERMANA. — Le GEORGINA. — ¡Qué
noche.
(En grito largo.) Gabriel.
carbón.
GEORGINA. — Los recuerdos me atan la mente. Papá murió cuando se hundió el barco que iba al Amazonas. La HERMANA.— Recuerdo, sí. Quería hacer de la selva su mundo. Un mundo claro y eterno. Eterno de bondad. GEORGINA. — Pero el barco se hundió y con él papá y sus sueños. La HERMANA. — Eramos pequeñas entonces. GEORGINA. — ¿Aún vivía la abuela? La HERMANA. — Sí, pero ya aullaban de nocHe los pe-
rros
todo. ¿Dónde, dónde eterna
— Cállate. (Las luces se en-
asustarse.) ¿Es que llegó la noche? Gabriel... tengo mie-
debe ser donde nacieron.
llando toda la noche.
que a dónde
"
penden-
GEORGINA. — Todo.
por
preguntaste
La” HERMANa. — Sí. ¿Qué es irse? GEORGINA. — Creo que morir. La HERMANA. — ¿Qué harás entonces? GEORGINA. — Me quedaré bajo la tierra con los ojos abiertos. La HERMaAnNa. — Para que te entren los gusanos por ellos.
no im-
GEORGINA. — Cuando se vive como yo, se vive diente al próximo instante. Se piensa que tal vez tro de un rato todo habrá acabado. La HERMANA. — ¿Todo?
hablar,
Me
me iría.
me
hagas
fui, pero vine entre
GEORGINA. — Como
de
más
las hojas
dolor.
cumplido
desliza por
Estoy
pesada
cansado.
la carga.
Yo
secas.
un mal recuerdo.
GABRIEL. — Cállate.
GEORGINA. — Sólo decía. GABRIEL.— Cállate. Me
parece que me consumo
quemo. Abre
encerrado.
las ventanas. Me
.
FO
.
.
Georgina levantá. las marco de la ventana.
GEORGINA.
nde
cortinas.
La
Sombra
en
el
(Quejándose.) — ¡Oh!
GABRIEL. — ¿Llamabas?
GEORGINA.—
A
Dios.
GABRIEL. — No viene.
GEORGINA. — ¡Qué suaves tus manos!
¿No trabajabas
en la hacienda?
GABRIEL. — No
ojos
recuerdo.
Siempre
lo hacía
después.
GEORGINA. — ¿El qué?
GABRIEL. — El sueño.
por
GEORGINA. — ¿Y
GABRIEL. — ¿Cuáles?
en-
GEORGINA. — Estas.
e pa-
hombro derecho.) GABRIEL. — Las
jese
do
"GABRIEL. — La ban
ndan.
ellas.
del
cintas
imaginarias
carbonero
me
las
del
tiraron.
última
vez que la vi velaba
las góndo-
por dormir sobre sus muslos. GEORGINA. — ¿Le hablaste? GABRIEL. — Fingí no verla. Hubiese
sido
le pega-
un
espejo
para ella.
ar, la
GEORGINA. — ¿Y
briel, lada. r sin
tú?
GABRIEL. — Roto. GEORGINA. — No. GABRIEL. — Sí. Me
he recostado
del tiempo
para
cansarme, pero me parece que me llaman. GEORGINA. — Es la única ruta que no debes solo.
mo-
y)
niñas
quita
las a la orilla del mar. Los marinos borrachos
muy prian-
o
(Le
GEORGINA. — ¿Qué has sabido de la madre?
la
oO
los dos.)
en ron-
do lleieza a o miehueco él te
oy la es. Si lleve.
no
La HERMANA. — Esperas, ¿verdad? hacer
GABRIEL. — Sin embargo, hace quince años que espero. Quince años, no..., quince ocasos temblorosos. GEORGINA. —Se te olvida que soy yo la que espero. GABRIEL. — Es cierto. Yo soy el que no he vuelto. GEORGINA. — ¿Decías? GABRIEL. — Que ando por las ramas y sin llegarme has-
ta el nido. GEORGINA. — ¿Qué tiempo? GABRIEL. — Un momento largo. GEORGINA. — No
has
vuelto
nunca
an
que
plido iza por cansado.
rga.
anas.
Yo
y te espero.
La HERMANA. — Te vas a morir hoy. sabía.
La HERMANA. — Todos ya lo sabemos. GEORGINA. — Hasta las telarañas. La HERMANA. — Hasta las telarañas. La HERMANA. — Aún queda algo por GEORGINA. — No, nada. La HERMANA.— Sí.
fueron
habilidad
única
para
pe-
que al nacer ya lo esperaba. Era una angusfia rosa mi niñez. Ida por todos los caminos, detenida en cada orilla esperando el agua, los gatos, los caballos y la abue-
la de Candelero. Luego él... haciéndome La
música
alrededor
del
llena
cuarto
la
escena.
como
ella. El caballero imatinario
ceniza la vida.
Georgina
da
si alguien
vueltas
bailase
con
le dice algo que la hace
reír. Se detiene y hablan en una esquina. GEORGINA. — Sólo estaré dos días. (Pausa.) Sí, hoy. Esta tarde precisamente en el carro de tío Jorge. Había venido antes, pero era muy pequeña. No... no... es que
Otro
tas
Hoy
años que son quince ocasos temblorosos.
hace
la ha venido a invitar. Empiezan
a dar vuel-
muy rápidas. Violentas.
GEORGINA. — No. No. Que me mareo. La sangre se me llega a las palmas de las manos. No, no tan rápido, por
tienen a veces filo.
ayer.
una
La HERMANA. — Ahora yo no importo. GEORGINA. — ¿Por qué entonces no me dejas bajar? La HERMANA. — No quiero que le encuentres. GEORGINA.— Pero si yo lo quiero y hace quince años que lo espero. La HERMANA.— Cuatro. GEORGINA.— No, hay años que miden mi espera. Creo
decir.
La HERMANA. — Sólo han sido cuatro. GEORGINA. — Cuatro
si no volviese?
los estudios. No... no, nadie... Soy muy joven aún. Diecinueve. No... no lo creo... El amor no tiene edades.
La HERMANA. — Pero es la hora de la verdad. + GEORGINA. — ¿Y estos quince años? Me
nada.
GEORGINA. — Aun sabiendo que no vuelve le esperaría. La HERMANA. — Para alimentar más tu sufrimiento es preciso que no vuelva. Creo que el día que regresara te cansarías de verle y no tener ya que esperarle. En ti GEORGINA. — Tienes
Las campanas lejanas doblan insistentemente. La luz ha vuelto a su color normal. Georgina está tirada en la cama. Aparece la Sombra. La SomRBa. — Estás cada día más muerta. GEORGINA. — Yo conozco los muertos que han quedado vivos, como si la hora final les hubiese llegado demasiado temprano. La SoMBRA.—Tu hora última está recostada de la sombra de tus manos. Reposa el llanto. La HERMANA. — Georgina. GEORGINA. — ¿Qué?
GEORGINA. — Las palabras
GEORGINA. — Nada. La HERMANA. —¿Y
netrar en los otros, pero te olvidas de ti.
GEORGINA. — Espera. ¿Es verdad que los pájaros mueren? GABRIEL. — Sí, cuando les falta el aire.
GEORGINA. — Lo
GEORGINA. — Siempre, siempre. La HERMANA. — Sin importarte
el dolor es alegría.
GABRIEL. — Adiós. do. La a llega
La HERMANA. — No te entiendo. GEORGINA. — No es raro. La HERMANA. — Estás distinta hoy. Parece que te has cubierto de luto. ¿Desde cuándo el tiempo tiene alas? GEORGINA. — Desde siempre. Pero antes los pájaros volaban más altos. La HERMANA. — Serían las nubes. > GEORGINA. — Serían.
O
O
(Ríen
esas cintas?
quince
favor. El corazón. No me responde. Deténgase. No conozco este relincho de piedra. Deténgase, que me duele el golpe en la rodilla. Y él haciéndome cenizas. Se
ha
detenido.
13
+
artes y letras
La HERMANA. — Le querías GEORGINA. — ¿Qué
tanto como
La HERMANA. — Adiós. ' GABRIEL. — Siempre adiós. Déjame llegar a ella. La HERMANA. — Cuando llegue la primavera negra y
yo.
dices?
La HERMANA. — Eso. GEORGINA. — Repítelo para romper el aire. La
HERMANA. — No
se deje de llorar. Quisiera dormirme para no verte rondando la casa.
quiero.
GEORGINA. — Le amas
antes.
GEORGINA. — No mientas. El amor no tiene tiempo ni edad. Por eso no me dejabas. Por eso el encierro entre estas paredes. Por eso no me permitías asomar la cara a ese horrible
hueco.
Porque
temías
que
lo viera
veinte
en la
La HERMANA. — Te haces daño. GEORGINA. — No hay nada que me pueda hacer daño. Ahora. Tus palabras me corren por las venas. No quiero que me cuides. Ni que me hables... ni que me veas...
Las
luces
se
oscuro
tornan
Georgina
Las
se
fuese así. Riéndonos
las dos, una
La HERMANA. — Los
hermanas sola, ancha
ríen.
juntas.
San
que
las
dos.
ríe. La
Hermana
La HERMANA. — Voy a
se
ha
GEORGINA. — ¿Verdad
quedado
muy
seria.
a caminar.)
La HERMANA.— No sabes
Sol.
te mejorarás.
GEORGINA. (Desesperada.) — Escúchame un momento. te veo y me da mie-
do. (La lleva a un lado.) me
pondfé
un
día mi
se ha
quedado
atontada.
Entra
por
la
ventana un corrillo de a la limón. A la limón. Georgina se agarra de la cama y tararea a la limón. A lo lejos un doble de campanas. En el primer término
Gabriel
y la Hermana.
La HERMANA. — Ahora llueve. GABRIEL. — Para mí siempre ha llovido. La HERMANA. — ¿Qué tienes? GABRIEL. — Ganas de irme al alero de mi cuarto. La HERMANA. — Debe ser alto. GABRIEL. — Altísimo. La HERMANA. (Llora.) GABRIEL. — No llores. Me molesta el llanto que sale afuera. La HERMANA. — No lo puedo evitar. Tú no me quieres.
GABRIEL. — No me mando. De lo único que no soy libre es de mí
artes y letras
mismo.
e.
14
voy
Sube.
Mi
pasado
amor
no
Espera.
Vida.
me
cansaré.
qué puede pasar.
a consumir
voy a plantar en
mirando
Vida
misma.
hacia fuera.
Llegará
hoy,
mañana, siempre. Estará conmigo sin estar, a pesar de los años que nada pueden..., a pesar de mi muerte en
vida. no
te hace
ningún
bien.
GEORGINA. — Qué poco conoces de almas. La HERMANA. — No
he tenido
GEORGINA. — El tiempo
La HERMANA. — Sí. Así te enterraremos. (Sale.) Georgina
Lluvia.
y me
La HERMANA. — Esto sí. Que
nunca.
GEORGINA. — Nada, nada, nada. Me
GEORGINA. — ¿Sí?
La HERMANA. — Ya. GEORGINA. — Dime que traje blanco.
lo olvidaré
tido en dos al final le esperaré. Nunca esa ventana
No
espero.
la Hermana.
GEORGINA. — No. No
agitada.
Uno solo. Salte de esa medialuz.
te
es un momento. Es una eternidad. Cuando esté muerta también le amaré. Si el camino nuestro se ha conver-
GEORGINA. — ¿Verdad que podré casarme? HERMANA. — Ya
que
La HERMANA. — Pero no te oye. No viene. Olvida tus
La HERMANA. — Descansa.
La
minuto
recuerdos apolillados. No te agarres más a un demasiado lejano. El olvido será su castigo.
que me casaré algún día?
La HERMANA. — Estás
un
GEORGINA. — No más que antes. La HERMANA. — Le llamabas. GEORGINA. — Sí.
salir.
GEORGINA. — ¿Ahora? La HERMANA. — Sí. (Empieza
Hace
La HERMANA. — Georgina. GEORGINA. — ¿Qué? La HERMANA. — Te has vuelto loca.
La HERMANA. — Eras tú muy pequeña. GEORGINA. — Como un granito de arroz cuando seamos grandecitos nos casaremos los dos. Se
y sale.)
habla por la ventana.
te espero. Aparece
Juan
Que te quedaste sin bailar. Ríien
alfiler del
Ven y olvida el ayer y el hoy... sube... sube...
la vida. de
un
sin ropas para que el hijo nos nazca más pronto. Sube... Vente ahora, Gabriel... Tengo el hueco en la sien. Sube.
La HERMANA. — Sin embargo nosotras... GEORGINA. — Caballito
con
Subeeeee. No importa que me veas fea y enferma y distinta y otra siendo la misma. Gabriel, sube. Hace años
y fresca
peces resbalan.
GEORGINA. — También
(Ríe
ideas! fija clavada
GEORGINA.— Ahora... estoy sola... Aunque sea una novia vieja... Vuelve... Ya tengo las sábanas... Dormiré
de la tierra.
rosa.
GEORGINA. — Si siempre Una risa grande para besándonos la boca.
La HERMANA.
antes que yo esta noche. A espe-
rarle las dos en el fondo
viento
años.
La HERMANA. — ¡Qué GABRIEL. — Una idea país de los gigantes.
calle.
Quiero que te mueras
el
GABRIEL. — No es la casa lo que guardo, sino los pedazos de un amor grande. La HERMANA. — Pero ella no te sabe cerca. GABRIEL. — Pero me siente entre la blancura de sus
también.
La HERMANA. — No. Fue
sobre
tiempo.
no se tiene.
Se hace. Se
in-
venta, se trae. Se cose una cuerda larga y se va uno
so-
bre él sin,caerse. La vida toda es el caminar sobre una cuerda
floja. Abajo
están los leones.
La luz roja invade la escena. Entran la Niña.
el Payaso y
EL Payaso. — He traído los leones. (Saca del bolsillo pequeño figuritas de leones.) La NIÑA.— No has traído el amarillo.
EL Payaso. — El amarillo se lo tragó el sol para hacer la tarde. : La NIÑA. — Quiero el amarillo. EL Payaso. (Canta a su alrededor.) A la víbora, a la víbora de la mar por aquí pueden pasar. La Niña. —Las flores, dámelas.
EL Payaso.— No. Las flores son siempre al final.
La
NIÑA.— ¿Al final de qué?
He
EL Payaso. — Del camino. El Payaso comienza a llorar hojas secas.
iento
La que
os pe-
ne
NIÑA. —No llores, que me haces reír. No llores, caen flores, flores, flores. EL PAYASO Y LA NIÑA.—A la víbora, a la víbora
de la mar por aquí pueden pasar. La NIÑa. — Caballito de San Juan
sus
que er
te quedaste
EL Payaso. — No. La NIÑA. — Y no me ina nobrmiré
Sube... . Sube.
los hombrecitos
verdes.
LA EL La EL LA EL
(Asombrado.) — Nooo0000.
ida tus pasado
or no muerta
conversaré.
— Tráelos
Payaso.
hoy,
tesar
de
jerte
en
sale
de
a
las
once.
LA
Payaso y bolsillo
me
llevo al más
ventana.
Entrelaza
las
manos
de
al.
(Esconde
al Gabriel
imaginario
se separa
y su ser
imaginario
sale.
sin
un
adiós
no verme.
siquiera.
Prisa
por
Tenía
irse
solo
tan fea,
llena de dolor y amargura. Déjame. No me mires así. Sácate esos ojos de muerta. Y ese traje de monja flaca. de
ese
altar,
quítate.
(Transición
brusca.)
Geor-
re... la de Candelero,
sí... no... papá
murió
ayer. Lo en-
terramos al toque de Animas. Y mamá esta mañana. La al
río,
desnuda.
Georgina,
sube...
sube...
ven-
Gabriel
no
te vea.
Eramos
tres...
¿recuerdas?,
no
gina. El Payaso
cruza
lento.
EL Payaso. — ¡Olvida! La HERMANa,—No conozco
esa
palabra.
Sabe
a ve-
sola.
que
aullaron
no me
más? y de
lleguen
ni los pájaros.
La Niña se vuelve de frente.
anoche. La
SOMBRA. — Ay tururete, ay tururete cl que no tiene vaca no bebc leche.
La Niña. — Tengo miedo. La SOMBRA. — ¿De qué? La NIÑña.— El yure parece que ronda mi La SOMBRA. — Será la noche cayendo.
cama.
La NIÑA.— Tengo dolor en los ojos. La SomBRA. — Serán las plantas creciendo.
EL Paso. — Con una sombrilla final.
la
de ella.)
a llover.
viniese a cantar.
mago
a
dos... do... tú y yo. Pero ya no. Ya sólo quedo yo. Geor-
se cruza
Payaso. — Ibanse las aguas de tanto esperar que la negra noche
de
siempre.
La HERMANA. — Cállate, no digas esa palabra
que
lo sabe.
SOMBRA. — ¿Qué
negra
te... para esconderte en esta mano y nadie te vea. Para
LA SOMBRA. — ¿Qué?
LA
desnudez
neno. No, no me iré... Aquí adentro haré mi cárcel para
La SoMBRA. — Algo, sí. Los perros EL Payaso. — Es raro.
EL
su
Parece una visión maravillosa.
amarillo
EL PaYaso. — Comienza ha-
enseñe
Georgina se queda fascinada mirando la ventana.
echamos
La SOMBRA. — No, es que el río está pariendo.
para
que
La HERMANA. — No sabrás perdonarme. La HERMANA. — Te dolerá el llanto mío
de gris
SOMBRA. — La hermana
EL PaYaso. — No
la
gina, Georgina... abre la puerta. La abuela se nos mue-
y morado.
bre una
SomBRA. — Deja
Quítate
y hoy tengo un gato con cara de trapo, un gato feo de
Después
GEORGINA. — Sí. No te hagas la loca. puerto
LA SOMBRA. — No lo saben. Creo que pequeño. EL Payaso. — Tenían un gato. La SomBRA. — Alguien se lo robó.
in-
ellos.
GEORGINA. — Tú le echaste. La HERMANA. — No
EL Payaso. — Juegos de niños.
uno so-
fui con
a la calle.
se va la mujer del carbonero.
y pintado
y me
GEORGINA. — Y se fue prisa. GEORGINA.— Prisa por
EL PAYASO. — Yo para mi circo
] Se
La
EL Payaso. — ¿Decías? También
solo.
GEORGINA. — ¿Por qué lo has hecho?
pronto?
SoMBRA. — El barco
cristal
Georgina
La SomBRA. — Ha vivido mucho. EL PAYASO. — ¿Qué hora es? La SomMBRA. — La de siempre. La
te quedaste
que para esta noche es. (Salen.)
detrás
luego.
—¿Tan
de
GEORGINA. — Déjalo.
al circo.
EL PaYaso.— Y los niños. La SOMBRA. — Jugando.
tar en a fuera.
rá
EL
Ano-
La HERMANA.— Fuera ese recuerdo, fuera.
NIÑa.— Sí. PaYaso. (Levantándose.) NIÑA. — No. PaYaso. — Sí. NIÑA. — No. PAYaso. — Sí. SomBRaA. — Para
cansados.
habitación. La Hermana queda en suspenso. La música de felices días comienza a oírse repetidamente. Georgina mira fascinada la persona frente a ella. Da vueltas al compás de la música.
La NIÑa. — No. La
góndola
Corre
y dos gatitos que tienen piquito.
EL Payaso.
poco
guien que no existe y lo trae hasta el centro de la
y una gata
Sube.
un
GEORGINA. — Mira.
EL PAYaso. — ¿Tienes un balcón? La NIÑa. — De plata con un sillón
e años
y dejó la noche negra. La SomBRA. — Entonces, una
EL PAYASO. — ¿Quiénes son? La NIÑA.— Los enanos que viven en mi balcón.
y dis-
Están
mujer del carbonero hizo un gran negocio.
sin bailar
asustan
los leones.
EL PAYASO. — No, pasaron mil marinos borrachos en
EL Payaso. — Eres pequeña aún. La NIÑA. — No, grande. Mírame las manos. Son cinco lagartijos largos. Cinco grillos.
del
traído
che me fui a la calle con tres mujeres desnudas sobre cada uno. Yo iba montado en mi elefante Leonardo. Los junquillos en flor le cubrían toda la trompa. Las mujeres huyeron asustadas cuando la luna fue a cambiarse
sal
a la víbora saca del río y del mar.
La
NIÑA.—Me
asusta
pensar
pueda
que
venir
el
cuco.
La SomBRa.—Ya
La
— Tengo NIÑa.
es hora
miedo.
de dormirte.
Mucho
15
miedo.
+
Las
gotas,
artes y letras
al caer sobre
el techo, parecen
pisadas
fuertes
de hom-
bres malos. La SomBRA. — Cálmate, criatura. a La NIÑa. — Y ya la abuela no me canta. Me da miedo.
Mucho miedo. La SOMBRA. — Vente conmigo, que te voy a llevar-a un sitio quieto. Tan quieto como el cielo. Un sitio donde sólo hay niñas y gatitos. La SOMBRA. (Con aparente entusiasmo.) — Vamos a buscarlos. La NIÑA. — ¿Adónde?
La SomBRA. — Allá. Al sitio donde nas y las horas
eternas
La NIÑA. — ¿Qué La
y las niñas
quiere
SOMBRA. — Que
las rosas son etereternas.
decir eternas?
son
siempre,
que
no
se
acaban,
mis
gatitos?
que no se mueren. La
NIÑa.
(Extrañada.) —¿Y
allá
están
La SOMBRA. — Sí. La
NIÑa.—
Vamos
a
ir.
EL Payaso. (Interrumpiendo
el paso.) — ¿Adónde?
La HERMANA. (Asustada.) — Los perros.
La SomBRA. — Allá. EL PaYaso. —¿Al final? La SomBRA. — Sí. La niña quiere sus gatitos. EL PaYaso. —¿Los que tenían piquito? La NIÑa.— Sí. EL Payaso. — ¿Puedo ir con ustedes?
La
SOMBRA. — Sí y no.
EL
Payaso. — Entonces voy. Por el camino sangre hacia el final desnudo a buscar unos gatos que viven con los ángeles. SomMBRA. — Irse de luz hacia el fin irse de luz por el aire. NIÑA. — Dos gatitos
GABRIEL. — ¿Qué?
La HERMANA.
La Hermana
Cada vez que gritan alguien se va. Se oven GEORGINA.
(Va
si estuviese
La
se
Al
Han
dejado
ten.
El
Georgina
un
los
en sus
ha
sus
caricias
a la puerta.
querido
a todos.
Ahora
recibir
el
discu-
cadáver.
de día
Georgina
entra.
ha muerto.
Georgina...
temer.) Georgina... pesadilla... cuerpos
insistente
tiene
Entra...
La HERMANA. — Georgina... Georgina... Ha vuelto. Ga-
de
trino
Gabriel
de
pá-
el tiempo?
alguna
Georgina.
(Se da cuenta
vez?
(Empezando
a
Ha pasado
la
al fin.) No...
Entra, Gabriel...
no es
Entra...
mirala quieta. Otra vez la espera. Otra vez el tiempo poniéndose como barrera. Un minuto después, Gabriel. fue
ahora,
sabes.
Otra
Sin embargo,
vez
la
oscuridad.
te esperó.
(Como
siempre.
Entre
si
sus
lágrimas y mi rencor. La muerte fue sucia. Tuvo demaprisa.
La
muerte
Un minuto tarde. Como
lejanos, unos aullidos de perros.
Georgina...
Georgina, despierta...
posible, ni justo... Georgina...
siada
tiempo
se muere.
manos.
briel ha vuelto...
La HERMANA. — Ya es de noche.
artes y letras
frente
Por el fondo cruza la Sombra y se sienta al borde de la cama de Georgina. Del pecho de ésta extrae una s*osa hermosísima y sale muy lenta con la flor
Se
sido
Pare-
en las góndolas.
no
también
las manecillas?
GABRIEL. — ¿Ha
carbo-
¡ Tengo miedo! GABRIEL. — Nada pasará. La HERMANA. — Sí, sí. La muerte se anda por estas esquinas. Anda segando cuerpos. Gabriel... Gabriel... deja de esconderte entre los robles y las acacias. Es la hora de la verdad. Tienes que verla antes que se vaya.
siluetean
fondo,
del
de blanco.
muerta.
el cuerpo
carbonero
mujer
tres hombres
HERMANA. — Sí, ofreciendo
desvariara.)
¿Qué
ventana.) — La
en brazos
GABRIEL. — Trabajaba
los gatitos de piquito. SOMBRA. — Y una rosa de papel y una niña que se muere que se muere que se fue. (Salen.)
:e
la
ce
GABRIEL. (Dándole una rosa.) —Esto... guárdalo. ¿Qué hora es este momento último? ¿Qué parada hacen
16
a
y por rabo el arco iris
como
fuera.
es?
traen
a buscar
Muy
llantos
GABRIEL. — ¿Qué nero. La
puerta
El grito de los
La HERMANA. — Anuncian lo malo. Siempre igual. La muerte monta sobre ellos como si fuesen sus caballos.
iba uno
la
la ventana.
La HERMANA. — Esos perros. GABRIEL. — ¿Qué te hacen?
amarillo color plata color nieve. . Payaso. — Por aquí por la soga por el mar “ por la orilla de San Juan iban tres iban dos
En
va hasta
con piquito
y la Hermana. jaros.
oyes?
perros corta el aire.
colorado
La
—¿No
GABRIEL. — Sí, ladran lejanos. La HERMANA. — No. Aúllan cerca. * GABRIEL. — ¡Qué importa!
La
fue
sucia,
Gabriel.
Un
minuto.
si la manecilla hubiese saltado.
muerte todo lo rompe. GABRIEL. — No, queda algo
que
ni
la
muerte
ni
el
tiempo
pueden
destruir.
El amor,
que
no muere
ni con
la muerte ni con la vida. Mi amor entre el tiemp o y el
llanto y los hombres y la muerte. Mi amor entre la agonía, de los años largos. Mi amor sobre la nube del
pasado. Mi amor eterno... mi amor siempre. (Sale.)
La HERMAN — A. Nada queda. (Recorre la habitación con la mirada.) La casa. Celda de recuerdos, pudriéndose de sangre estancada, llena de telarañas que envuel ven hasta' las almas. Hay que abrir las ventanas. (Arranca las cortinas.) Hay que hacerle paso al aire y al polvo. Por
la ventana
entra
el ruido
de
la calle y unos
papeles que el viento ha volado. Yo también me he muerto. La muerte
me
llegó en
mi partida. Muerta, sí..., pero viviendo.
No había nadie en el cementerio. Sólo el hombre que cuida los muertos y yo. Georgina se fue ligera, con prisa de llegar. Y me quedé sola entre las paredes que sonríen. Con los recuerdos apolillados y la carta de
amor y las sábanas de novia vieja. Ya el aire no entra
por la ventana. Se queda en la calle con la gente. Sombras de un mundo en que hasta el sol es apagado. Me iré consumiendo como las velitas que alumbraron el
Ya se fue ella. Ahora
iré yo. Des-
pués las paredes que ríen. Luego el mundo mismo se irá... Como tú, Georgina... (Muy fuerte.) Georgina, Georgina. La HERMAN — Georgina A. , ¿por qué no me llevas..., por qué esta agonía tan lenta y tan larga? Te fuiste ayer y hoy quiero irme yo. Gabriel volvió, Georgina.
Con
el traje negro.
Tú estabas
dormida
y no lo viste.
(Hablándole a la cama.) Te puse el traje blanco. El que te hizo la tía de Caguas. Estabas hermosa, Georgina... hermosa... (En un grito.) ¡Georgina!
Las luces se encienden todas. Las figuras ya no están detrás de la ventana. En la puerta, el policía. PoL1cíaA. — Señora. La HERMANA. — ¿Qué? PoL1cíA. — Usted. La HERMANA. — ¿Qué? PoLIcía. — Los vecinos La HERMANA. — ¡Ah!...
La HERMANA. — Del tiempo. PoLicía. — No entiendo.
La HERMANA. — Mi hermana PoLIcía. — No. La HERMANA. — Sí. PoLicía. — Hace quince La HERMANA. — ¿Cómo? PoL1icía. — Sí. La HERMANA. — ¿Y este PoLIcíaA. — ¿Cuál?
murió
ayer.
años.
luto?
La HERMANA. — El de mis
ojos.
PoL1icía.— Llora usted.
vida y por eso no me enterraron. Pero siento los gusanos andarme las venas y chuparme la sangre, siento los ojos fijos y clavados, siento el llanto de la casa por
velorio de Georgina.
PoLicía. — ¿De quién?
La HERMANA. — ¿Qué
es llorar?
PoL1cía. — Pues... La HERMANA. — Sí. PoL1icía. — No sé.
d
La HERMANA. — ¿Dónde
está Georgina?
PoL1cía.— En la tierra. La HERMANA. — Murió esta tarde. PoLicía. — Murio hace quince años. La HERMANA. — Váyase. PoLicía. — He venido a buscarla. La HERMANA. — ¿Para qué? PoLIcíA.— Para llevarla lejos. La HERMANA. — ¿Está allí Georgina? PoL1cía. — No sé. La HERMANA. — Debe estar allí. PoL1cía. — Hace quince años. La HERMANA. — ¿Cómo? PoL1icía. — Murió hace quince años.
La HERMANA. La
SOMBRA.
(De (De
lejos.) — Quince lejos.) — Quince
años. años.
La HERMANA. — Cállense, cállense, cállense. Se lleva las manos a los oídos. Mira todo extrañada como si no conociera el lugar. Una luz amarilla cae sobre ella y la mujer alucinada parece al fin comprender toda la verdad. La
HERMANA. — Quince
años
que
son
quince
agonías,
quince ocasos temblorosos. PoL1icía. — Vamos, señora. La
HERMANA.— Sí, en
no me se quejan.
de
no me
mentiras,
das de Georgina.
seguida,
oye...
La casa
intacta
de
Se quedan
Georgina...
Georgina
nuestra se queda
lágrimas.
Llena
de
las telarañas cayéndose
in-
mira-
por
las paredes. Se queda la verdad aquí encerrada. Todo...
PoL1cíA.— Sus gritos. La HERMANA.— ¡Ah!... PoLICÍA. — Debe irse. La HERMANA. — ¿Cómo? PoLIcía. — Irse. La HERMANA. — Irse es morir. PoLicía. — No puede quedarse La HERMANa. — Tengo luto.
tacta
oye...
Todo...
Quince
años,
cuatro...
ayer...
hoy...
siempre...
quince años... cuatro... quince... cuatro... (Sale.) La aquí.
música
es
ahora
una
marcha
triunfal.
FIN
tre
artes y letras
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Abogado - Notario San Juan, PUERTO
A.
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RICO
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ROMANY
y ROMANY
Abogados - Notarios
San Juan, PUERTO RICO 18
e
artes y letras
CONSUELO
BURGOS
DE
PAGAN
Abogado - Notario B.” obrero
Santurce, PUERTO RICO
INSTITUTO DE CULTURA OFRECE NUEVA SERIE
PUERTORRIQUENA DE CONCIERTOS
¡REZ ) RICO
El Instituto de Cultura Puertorriqueña ha iniciado una nueva serie de conciertos dominicales, como parte de sus actividades para el 1960. La relación de estos conciertos es como sigue:
) RICO 14
de
febrero
17
MARÍA
ESTHER
de
ROBLES
abril
ROGER
soprano
DR.
) RICO
ESTEBAN
MORENO
IRMA
pianista 21
de
ISERN
pianista
febrero 15
CONCIERTO ) RICO
MARTINEZ
clarinetista
Amado
de
mayo
DE TROVADORES
RONDALLA
Ayala, Toñín Romero, Ramito,
José Arturo Silvagnoli, Angel Pacheco
PUERTO
Director:
RICO
Jorge Rubiano
Alvarado
28 ) RICO
de
22
febrero
JESUS
MARIA
de
mayo
RUTH
SANROMA
FERNANDEZ
Concierto de músico
pianista
ERA (Altos)
13 de
D RICO
popular
marzo
12 de
OLGA
IGLESIAS, soprano
ELIAS
HENRY HUTCHINSON, violinista LUZ N. DE HUTCHINSON, pianisto . 2-1431
) RICO
27
de
26
de
en
A LAS
SOBA
¡unio
FIGUEROA CUARTETO
GAN > obrero
LOPEZ pianista
marzo
NARCISO
junio
FIGUEROA
pianista
430
DE
LA
TARDE
- ENTRADA
GRATIS
O RICO 19
e
artes y letras
PERSPECTIVA Por |wujue
A Ayu
No sé por qué no se estimula más la creación en Puerto Rico. La escuela podría hacer mucho más. Con ello limitaríamos esa desventurada propensión nuestra, al parche y al remiendo. Sé lo que puede hacer una maestra consciente, por lo que he visto hacer a maestras como Genoveva Ramírez, de la universidad Interamericana, y a Adela Bou, hace tiempo, en un barrio de Corozal. No es, sólo ser, sino, poder de ser. Y no se manifiesta ese poder
ENRIGUE A. LAGUERRE, cuya última novela EL LABERINTO, ha
recibido
que
realmente
tiene.
zando este asunto por Puntos
Hace
tiempo
que
vengo
de Partidas y en Hojas
singulari-
libres. La ver-
dad es que la hemos descuidado. Estamos hipnotizados por el deseo incontenible de poseer objetos. A nuestros visitantes, a nuestros vecinos, a todo el mundo, mostramos el montón de cosas. Eso es, amontonamos cosas. Y nos satisface mostrarlas. Y nuestra actitud creado-
ra sigue tan inerte como
siempre.
,
No crear es no existir. Nos iremos suicidando mientras más nos alejamos del ansia creadora. Matamos el tiempo libre contemplando bobamente los objetos que poseemos. No lo dedicamos a crear aunque
sea en el campo mós
como
de las artesanías. Matamos
pueblo.
Parece
que
aspiramos
el tiempo y nos
sólo
a
convertir
matanuestro
país en un feo mercado. Es
inconcebible
que
aunque
tenemos
el poder
no lo utilizamos. Se nos deteriorará. Se morirá esa
muerte
del
poder
creador,
pero puede suceder. Estamos
morirá
muy
el país.
ocupados
para
la creación,
en nosotros. Es
doloroso
halagando
Y con decirlo,
nuestra pro-
pia
inercia, Porque la creación es una función constante; es la propia existencia. No se vive si no se crea. Vivir es, pues, crear. Simular vivir — por el movimiento sin orientación —no es propiamente vivir. Ni
en lo individual ni en lo colectivo. Nos
ahogamos
Buscamos
bajo el montón
ansiosamente
o
de cosas
las páginas
que
hacen
anunciantes
para
nosotros.
del periódico
y es-
cuchamos con fervor el anuncio estridente del altavoz, y corremos frenéticamente tras supuestos baratillos. Compramos sin necesitar.
El comercio
ya no
tiene palabras
para
nombrar
ese espejismo
de
las supuestas rebajas de precios. Basta echar una mirada: “quemazón”, “al barrer”, “liquidación”, “macheteo”, “precios especiales”, etc. Es lo que se dice y se repite hasta no acabar en esta época de supermercados, cadenas de tiendas, centros comerciales, autoservicio, celofán y cintitas. : Pero no basta hacer o comprar cosas y dejarnos apabullar por ellas. Nuestras casas se convierten en almacenes. A veces nos comprometemos más de la cuenta con objetos absurdamente caros. No es extraño, pues, que seamos esclavos de las plazos y de las piezas. Pero ya he hablado anteriormente de este asunto. Como profesional del magisterio, pues, me. apena que nuestro grupo se reduzca a un ansia por acumular cosas y servicios de auxilio mutuo. Eso está muy bien, pero no es lo único. Decididamente, en nuestro grupo no se aprecia en lo más mínimo la capacidad creadora de sus miembros. Ni siquiera se le presta aten-
ción a la profesión
en sí. Sólo
acumulamos
cosas.
Sin
sentirlas
si-
quiera. Hacemos alardes de nuestras transaciones comerciales, de los edificios, de los seguros, de la hospitalización, pero, ¿qué importancia real se le da a la capacidad creadora? No me refiero sólo a libros, cuadros o composición musical, me refiero a la manifestación viva de ese poder de ser de que habla Tillich.
Examinemos nuestro periódico y veremos qué somos en realidad. Lo que se ha hecho en beneficio de la salud y la seguridad económica está muy
bien, pero ya es tiempo
de ir pensando
seriamente
otras orientaciones por lo menos tan importantes como ésa.
2
+.
artes y letras
que
hay
J.
en
y
fuera
isla. Se le considera
tro mejor
sin creación. Un pueblo.no es nunca pueblo, sin ese ser en función creadora. Por eso me parece absurdo que no se le dé a la creación la importancia
elogios
nuestra
de nues-
novelista.
PANIAGUA SERRACANTE, ensayista y crítico puertorriqueño.
Gusta de los temas JOSE
JUÉN
escritor
filosóficos.
BEAUCHAMP,
y
ensayista
joven
nuestro,
tra-
baja actualmente para la Televisora
del
Gobierno.
EVARISTO RIBERA CHEVREMONT, uno de los más grandes poetas
una
nuestros.
docena
Autor
de
más
de
de libros de versos y
de prosa.
WILLIAM
H. MONTALVO,
periodis-
ta y escritor de diversos terarios y sociales.
temas
li-
NESTOR RODRIGUEZ ESCUDERO, abogado y escritor, cuentista que ha
dado
a
la
publicidad
bros referentes tra isla, que
han
dos
li-
al litoral de nuessido
bien
recibi-
dos por nuestra crítica. JOSEMILIO GONZALEZ, crítico y poeta, actualmente profesor de nuestra Universidad.
EN
EL En
PROXIMO el
número
NUMERO próximo
(mayo),
ofreceremos a nuestros lectores entre otros los siguientes trabajos:
UNA NARRACION DE BETANCES, LA VIRGEN DE BORINQUEN, traducida del francés por Santana; BIBLICAS, de
Miguel A. José Juan
Beauchamp; TRIPTICOS, poemas de Juan Bautista Pagán. Y como siempre, PERSPECTIVA de Enrique A. Laguerre y LIBROS Y RE-
VISTAS zález.
a cargo
de Josémilio
Gon-
ENSAYO
FILOSOFICO
Democración
1 ZealMiad
y
Social por Sería ce
injusto decir que desde
algún
cia
logros
cances.
sin
E, enqueño.
sociales
No
me
embargo
tra-
eleviso-
al-
a sostener
hemos
y
Ítico y Bor de
res
en-
egoístas e inconfesables. La pureza regenerativa e integral, de tales mo-
vimientos grarse,
corre
el riesgo
y el soborno
son
los
ción
frustrada.
o
dispositivos Es
de malo-
la amenaza
de una
libera-
imposible
que
se
miento
da
mas
de
múltiples
de carácter económico
debemos
probley social.
olvidar, que
de medio
La historia
pueblo
no se puede Para
siglo.
de la liberación que
en
de un
detener
con la
el orden
de
económico-sociales
pueblo pueda
las
el
defender sus derechos,
hay que ir a una ordenación de justicia, que no esté sujeta a cambios que están rección
ocasionados
por causas
fuera de su control y di-
Se ha afrontado los problemas sociales que agitan la conciencia
sociedad ránea
puertorriqueña
con
bastante
de la
contempo-
lucidez,
y
con
no menos excelentes resultados, como para haber respondido a las inaplazables exigencias de una situación que no toleraba más regodeos, ni dilaciones en cuanto a su solución
tivo, enérgico y valiente en sus campañas, y en muchos casos, ha demostrado un grado de sensatez y de
cordura
verdaderamente
admirables
continuado das
para
costando los
graves
intereses
pérdi-
envueltos,
tanto para la clase patronal, como para la clase obrera, que era la que
al fin y a la postre iba a perder más. -Pero,
en
líneas
generales,
la
clase
obrera puertorriqueña ha caminado y camina por sendas de conquistas, a pesar de sus limitaciones, y de los sórdidos
egoísmos
de
su
demagógicos
algunos líderes improvisados.
“de
capítulo
no cumpli-
escapado
de
la
moral
rídica
tos modernos
técnicamente
doctores
de la referi-
da ciencia en nuestro ambiente recen haber olvidado. No tendrán solución valedera
problemas
sociales
de
un
palos
pueblo,
que se precia de ser cristiano, si sólo se afrontan con una visión mate-
rializada perior
de
las
cosas,
aquilatación
sin una
espiritual
su-
de los
valores de la persona humana.
Por-
que entonces aquellas reivindicaciones no serían tales reivindicaciones.
El
subrogado
de
la justicia
insolentado,
hijo
se endel
re-
sentimiento moral con los mismos o peores vicios de la injusta y corrom-
pida
situación
biar. No
que
resultará
se
iba
a cam-
un sustitutivo
re-
generador, sino un sucedáneo de privilegiados tan odiosos y tan despreciables, como los que dijo iba a destruir. De ahí, ese afán desapoderado por los derechos, con olvido lamentable de los deberes y las sagradas obligaciones, que son precisamente el punto de apoyo y la mejor garantía de aquéllos.
Son
todos
los
equívocos
que
se
producen en el ambiente, durante el curso de un movimiento inspirado en ideologías o en doctrinas espúreas, divorciadas del temperamento
y de la tradición
auténtica del pue-
y en la revancha.
De nada valdrá una ordenación ju-
ética, que es la economía, y que cier-
tronizará
permanente.
N, tra-
o Gon-
y
social, y en la de las realidades con-
NCES, puel A. é Juan poemas como EnriY RE-
en
obrera
cretas inmediatas, faltó al principio un sentido cristiano que le condicionase a tenor de la esencia y personalidad puertorriqueña garantiza-
a pesar de algunos excesos, soliviantamientos e insolentadas, que muy bien han costado y pudieran haber
abajos:
en las conquistas la legislación
blo, difundidas por ciertos directores embargados por muchos anhelos
caminado
eficaz y definitiva. Pero el índice _ directivo indicando las últimas metas ha bajado tímidamente por las nuevas circunstancias históricas. El movimiento obrero ha sido ac-
mayo),
de
del
tas por ser de necesidad
imprevistos, DERO, ta que dos lie nuesrecibi-
país, así como el campo
también obrero
afrontamiento
conquistas li-
reconocerse movimiento
dor y consolidador de esas conquis
mano. Eriodis-
el
cho se ha hecho en materia de legislación social y sobre todo en el
hace más
de
de
en
suma y comperfeccionesg
a pesar de todo eso el problema fundamental del país es el mismo de
EVRE:randes
mas
de positivos
Habrá que
SERRACANTE
intente una democracia fecunda, si ésta ha de descansar en el resenti-
Pero tampoco
PrsoS
ha-
atravería
que
ha-
caminamos
institucionales en América. Forzosamente hay que reconocer que mu-
joven
ás
no
tan aprisa, que seamos pendio de todas las
OS.
o,
tiempo
J. PANIAGUA
y una
ordenación
económica
ejemplares,
con
toda
la perfección institucional que se desee, si en la conciencia individual de los hombres no hay una estimación
superior por los valores del espíritu. Naufragará
todo dechado
de organi-
zación deseable. De nada valdrán las mismas leyes, por muy perfectas que sean en sus normas
cances, rarlas
si estamos con
nuestra
y en sus al-
prestos
a vulne-
conducta
indivi-
dual y social. Está de más, pues, toda preocupación exterior y artificiosa cuando sólo importa lo sustancial y permanente en la conducta humana. La garantía de una democracia vi-
tal y dinámica
llena de promisoras
esperanzas, que levante el nivel moral y material del pueblo por el afrontamiento severo y valiente de
sus problemas, sin subterfugios pero sin
brutales
requisitorias,
descansa
en el fomento de un estado de conciencia a tono con nuestra formación histórica, con nuestras tradiciones cristianas y con nuestro temperamento e idiosincrasia. La democracia puertorriqueña no puede olvidar esto si quiere construir sobre bases de realidades concretas y
no
sobre
andamiajes
exóticos
que
no responden a los imperativos sociológicos de su propia raíz social.
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SOBRE
LA
GENERACION
DE
LOS
TREINTAS
Alejandro
Tapia
y Nuestro
y Rivera
Tiempo por JOSE
Dedicado a los que forma-
sentan
ron
dadera
parte
de
neración Hace
poco
apenas
me
acerca y de
dos
decido
de
de o
nuestra los
tres
años,
por
mi
tesis
evocación
en
Rico.
No
lo hice y me alegro de ello, pues me hubiera
metido
en
camisa
de
tradición,
once
corazón.
Don
que ceñí a mis ambiciones está muy cerca a las diez mil. Pues bien. Fue
sus
infantiles,
entonces
interesé vivamente
tarde
serena
en la obra de don Alejandro Tapia y Rivera, una de las figuras más egregias de todo el panorama de nuestras letras en el siglo xIx.
sobre
todo
varas;
aunque
que
debo
me
advertir
que
de nuestra ver-
no
en
lo
que
tie-
En algún lugar he dicho que el verdadero tiempo es el del espíritu; es el sentimiento mismo que con su luz titila perennemente en nuestro
confesional
Puerto
la afirmación
nen de pintoresquismo, sino en lo que recogen de la tradición viva, de la tradición eterna, que es la del hombre mismo.
treintas.
a escribir
la literatura
ge-
la
días
«Desde
Alejandro,
entonces, veo
siempre
un
si bajo
evocando
dice: árbol
su
que
en
solitario,
sombra
está
yermo el suelo (y esta circunstancia es
esencialísima),
gres tardes
de mis
recuerdo
sábados
las
ale-
infanti-
JUAN
BEAUCHAMP
les. Aún me cuestan un suspiro melancólico tales semejanzas, cada vez que ocurre.»
Pero
las
mensaje
palabras
profundo,
que
traen
cargado
de
el poe-
sía y que me han servido de motivo para escribir que siguen:
estas
notas,
son
«Yo creo que para el corazón los seres afectuosos, no pasa tiempo.» Y es cierto, para el corazón
las de el
de los
seres afectuosos no pasa ni puede pasar el tiempo, porque en él está radicada la tradición del espíritu, y ésa es la verdadera tradición, la que
nunca muere.
A la verdad que la mayor parte de las novelas y dramas de Tapia no
tienen la sazón de la geografía y la
biología
nuestra,
según
advierte
Pe-
dreira en su ensayo interpretativo de nuestra personalidad, titulado Insularismo. Dicho esto así, a secas, constituye un juicio parcial que pue-
de
provocar
acerca
de
falsas
la labor
interpretaciones literaria
y vital
de Tapia. Por otro lado, él contribuyó grandemente, con sus investigaciones, al estudio de nuestra historia. Fruto de esta preocupación,
tan es
puertorriqueña su
Biblioteca
y universalista,
histórica* Frente
a
esa falta de sazón de biología y geografía de gran parte de sus novelas opone,
de
además,
artículos
vuelo
una
gran
y cuentos
que-pretende
cantidad
que,
burlar
tras
el
la censu-
ra de los tiempos, recogen el pálpito del drama puertorriqueño, aunque lo hace a puro golpe de tragico-
media. + No con otra Rico
obstante, la obra de Tapia que mayor delectación 18% una y vez es Mis memorias o Puerto como lo encontré y como lo de-
A
A
RX
7
jo. Para mí, personalmente, Mis me-
morias y El jíbaro, de Alonso, repre5
+.
artes y letras
Hay gente que se desvive en hacer
elogios a los bacalaítos pasteles
criollos
fritos, a los
y el arroz
con
dul-
ce. Eso es sólo el matiz pintoresquista; la verdadera sustancia de nuestro criollismo o puertorriqueñismo hay que buscarla en los matices del espíritu del hombre puertorriqueño, porque
éstos nos
dan
la
medida de lo que somos y lo que, verdaderamente, sobre las presiones económicas,
remos
sociales y políticas, que-
ser.
No lo niego. A mí siempre me han gustado los pasteles, sobre todo esos que
la
madre
o
la
esposa
amasan
con sus propias manos y con la fuerza del cariño. Alguna que otra vez visito los friquitines, ¿para qué n--
garlo?; pero nunca he sido pastelero ni creo que pueda ocurrírseme escribir
una
giando
oda
o un
las bondades
Esto no constituye
artículo
elo-
del cuchifrito.
la verdadera
tra-
la ardua tarea de poner en marcha a nuestro pueblo sobre: las -huellas que le marcaron un glorioso día del siglo xv en que cayó
un
«maravillo-
so ramo de fuego en el mar» ante los ojos poblados de asombro de Colón y sus acompañantes. Estamos viviendo los años más agónicos de la historia del hombre puertorriqueño, porque asistimos a la degeneración de nuestro espíritu, que es
nuestra
verdadera
tradición.
Anda-
mos tras la pretensión de ser otros para dejar de ser nosotros mismos,
y esto es pretender dar muerte a la tradición
muy
del
espíritu.
necesario
valores
Es
frente
de hambre
y miseria por que pasa-
mos
treintas.
El esfuerzo
co-
crítica
espiritual
en
mejorado
párece
en
que
he-
mes
adquirido
que
en el pasado
a
«plazos
la
esencia
perismo que ahogaba nuestras masas pobres. Así llegamos a entender
que
pe-
ro ni he sido mofonguero a toda costa, ni he dejado de reconocer lo bue-
no de otras partes, queriéndolo
pa-
ra mi país».
No sas
Tapia
podemos
países,
porque
las buenas
aprender
él ama
de
co-
otros
el progreso.
«¿Y habrá quien desdeñe el progreso, por ser material, cuando hasta desde niños nos hace felices?», se
pregunta. No; el progreso no se opone a la tradición eterna, porque éste no es otra cosa que la tradición de todos los días, la tradición que se va for-
jando
cotidianamente.
Tapia
reconoce
ritual dad
debe
No
obstante,
que la realidad espi-
anteponerse
real, porque
a la 'reali-
el hombre
de
car-
“ne y hueso, con todo su empaque material, pasa. Sí; «el hombre se va —nos dice—, y con él desaparecen sus vanidades, y gracias que queden
sus buenas obras». Ya lo he escrito en algún sitio: el hombre de carne y hueso pasa, pasamos, pero de cara
a las nuevas generaciones, sobre los siglos amontonados, queda.para la posteridad, no un recuerdo de lo que
fuimos,
sino
da profundamente
una
huella
graba-
en el camino
de
la historia, una huella de lo que hi-
cimos. Es el legado que recogen las generaciones posteriores para salvar
su presente histórico; porque el presente
que
histórico puede
no
no
se
nutre
alcanza
alcanzar!
del
pasado
"nunca —¡no
— valor
de
perma-
nencia. Sobre
6
e
ración
libertad la libe-
del hambre
ro nos olvidamos
y la miseria,
pe-
de la otra, la más
radical, la libertad
desdeña que
y comprender como
del hombre
para
moldear libremente su personalidad dentro
de
un
proceso
cional
y espontáneo
que
raíces en un pasado
el calor historia. pasado
de No
evolutivo
tiene
madurado
evocarlo
sus bajo
cuatrocientos años se trata de evocar
por
na-
de un
simplemente.
Se trata de que es imposible impartirle,
de
espaldas
a
su
pasado,
un
desarrollo histórico, seguro y firme, a un pueblo. El pueblo que da la espalda a su pasado histórico andará siempre tambaleándose por los caminos
adquiera dad
de
la historia,
una
no
importa
momentánea
económica.
Y
yo
creo
segurique
uno
tle nuestros errores capitales que extraímos
como
conclusión
del pensa-
"miento 'sociológico de los treintas y que
hoy
sufrimos,
desenfrenada país
de
es
la pretensión
querer
rico de uno
que
hacer
un
prácticamente
yacía en el pauperismo económico. Es bueno tener una pequeña haciénda — lección que aprendimos de Cervantes—; pero creo que hay cosas que no deben sacrificarse por el mero
hecho
de
asegurarnos
un
bie-
nestar económico individual y colectivo. En los últimos años hemo; estado muy apegados a nuestro cor promiso individual, olvidándonos por
completo
ral que pueblo
del
tenemos y para
con
compromiso
mo-
para con nuestro las futuras
gene-
raciones. Como resultado a ese ape-
nuestros
hombros
artes y letras '
descansa
go'al compromiso
individual ha sur-
no teníamos.
se
nos
Pero
va
es-
más
sublime
y
vi-
tal de nuestra reserva espiritual. Y esta es nuestra verdadera tradición. Es doloroso, pero tenemos que admitirlo. Hoy padecemos la peor de las miserias: el pauperismo espiritual. Se debe levantar un pueblo so-
los pilares
vez;
facilidades
sin la esperanza de reculo mejor de nosotros mis-
guada situación económica y el pau-
alguna
muchas
cómodos»
Algo acerca de todo esto ha dicho Tapia: «El mofongo — dice — me ha la mesa
encontramos. Me
también
en
nos
aspectos.
bases
gustado
as-
cómodos»
bre
men-
diversos
algunos
pero
nuestra
los
a «plazos
gran
aliviar
de
que
dición de un pueblo.
a
inte-
Hemos cambiado mucho, sí. Hemos
lectivo de los treintas se dirigió, en parte,
de cobardía
pectos de nuestra vida colectiva y oficial y de la situación de deterioro
mos,
tenido unas conclusiones equivocadas como resultado de la situación los
ye hacer
nuestros mate-
actitud
razón de un patriotismo de consumo doméstico y quien lo lleva rehu-
al
rialismo que se ha engarzado en el alma colectiva nuestra. Hemos ob-
en
una
lectual que se disfraza bajo el capa
capando, peración,
necesario,
reafirmar
espirituales
gido
económicamente de
nueva
firmes
levantarse
la dignidad
es cualidad
Estamos una
debe
excelsa
sobre
humana
del espíritu.
frente
a la apertura
época
quién
lorosa para
sabe
de
si do-
los que nos hemos
ata-
do a los recuerdos vivos, y no muertos, que nos sirven de savia para
nutrir
nuestro
presente
histórico.
Esa religión de que nos hablara Tapia en sus evocaciones al decirnos: «Hoy se agrega a la poesía de Semana Santa, en mi corazón, la religión de los recuerdos.» Pero no debe bastarnos el conformarnos con los recuerdos; tenemos que recoger ese pasado para cimentar las bases de nuestra vida histórica e intrahistórica. Así lo hizo don Alejandro
Tapia nuestra Ante
y Rivera,
gran
cultura
durante
toda
esta
promotor
de
el siglo XIx.
situación
agónica,
me pregunto yo: ¿dónde está la gente de
por
los
treintas
nuestro
¿Dónde
están,
que
la voz a muchos en la segunda
que
se
problema no
preocupó
ontológico?
se les escucha
de ellos? Estamos
y quizás
última
gene-
ración del tránsito y el trauma;
lo
otro será quizá otra época, otro día amargo bajo un sol distinto y ajeno a nuestra verdadera tradición, la tradición de nuestro espíritu.
a
E
INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEÑA OFRECE NUEVA SERIE DE CONCIERTOS El Instituto de Cultura Puertorriqueña ha iniciado una nueva serie de conciertos dominicales, como parte de sus actividades para el 1960. La relación de estos conciertos es como sigue:
14
de
febrero
17
MARÍA
ESTHER
de
ROBLES
abril
S
ROGER
soprano
DR.
ESTEBAN
clarinetista
MORENO
IRMA
pianista 21
de
15 de
mayo
DE TROVADORES
José Arturo Silvagnoli, Angel Pacheco
RICO
PUERTO
RONDALLA
Ayala, Toñín Romero, Ramito,
Amado
ISERN
pianista
febrero
CONCIERTO
MARTINEZ
Director:
Jorge Rubiano
Alvarado 28
de
febrero
JESUS
22
MARIA
-
popular
12 de IGLESIAS, soprano
junio
ELIAS
HENRY HUTCHINSON, violinista
de
SOBA
pianista
marzo
26
NARCISO
LOPEZ z
LUZ N. DE HUTCHINSON, pianista
27
FERNANDEZ
Concierto de música
marzo OLGA
mayo
RUTH
SANROMA
pianista
13 de
de
de
junio
E
FIGUEROA
CUARTETO
FIGUEROA
pianista er.
A LAS
430
DE
LA
TARDE
- ENTRADA
GRATIS 7
+
artes y lerras
infonía
del por
Mar
Evaristo
Ribera
Chevremont
Mar: Atlántico, mar que a mí te acercas para brindarme tu ancho haz de rutas. Yo te conozco, mar de caracoles, de peces, de aguavivas, de medusas. Déjame ver la sombra que, en la isla
que la
tú bañas, sombra
se escurre
orlada
que se recuesta Tú
nada
más
de
en me
blanca
candor,
y pura;
la
sombra
tu almohadón tienes.
Tú,
mar
de espumas. mío.
Tú, mar, que, palpitando, te desnudas en las orillas, de un amor de. algas y arena, de una diáfana ventura. Muchas naves pujantes e incendiadas tu inmensidad reverberante surcan, ávidas de alcanzar no sé qué islas. ¡Pero, como mi vela, mar, ninguna!
Mar de raíz y tallo en cintas largas de
cauto
movimiento
en
la profunda
y extraña
soledad
de mudos
Mar
mar
mí,
mío,
en
que
fondos. en
mí
te ocultas.
Mar que te niegas y te das, Volcando el coral
y
la
almeja.
Mar
que
ondulas,
regalando tu espíritu brioso y fulgente en estelas y en burbujas.
Mar que, en nimbos inmensos, con el ímpetu de alucinante ardor, iris exudas. Mar de tantos portentos. Mar del trópico.
Mar
de la estrella que en sus cinco puntas
descubre
tus
secretos.
el infinito que
Mar
vas derramando
que
en tus innumerables
Sólo
tú existes, mar. Sólo
Mar
vas con
tú existes,
Tú
sabes
de
las
que
a enlaces
te azula. lo que
tienes
criaturas,
islas
que
tú cercas.
mar de inocencias y delicias únicas ; sólo tú, mar, existes. Mar de siempre. Tú, en sucesión de olas que deslumbran. Viéndote desde el oro de las playas,
Tú sabes de las islas que se exceden en la propagación de su verdura.
donde
Mírame,
mar,
y hazme
sentir el ansia de ir más
curvan
sus pencas
verdeoscuras
las palmas, vuelvo al gozo Soy alborozo que tus venas
Y soy
tú mismo,
de ser cruza.
niño.
mar. Soy, en ti, eterno;
me une a ti el ritmo que en tu sal relumbra. Ritmo que, tu horizonte trasponiendo, crece, se enciende y no concluye nunca. Lo tuyo es lo sondado en lo entrañado en Mi. Tú, mar, en mí. Tú, mar, en plumas
de gaviota y en nácares de escama. Tú, mar, en la belleza que perdura. artes y letras
e.
8
Tú
sabes
Mirame
de
las islas que
son
en tus orillas, mar en
tus
tuyas.
de siempre.
orillas
lúcidas ;
lejos.
A otras islas en pompa de oro y púrpura. Ir más lejos, Atlántico; ir más lejos. A otras islas que, alzándose en columnas
de
mágico
y fijen
en
esplendor, los
cielos
horaden su
cielos
hermosura.
A otras islas que vibren y florezcan. A otras islas que suenen
y reluzcan.
A otras islas de pájaros y nubes. A otras islas caladas de dulzura,
/
Breve Ensayo Literario Por WiLLIam H. MONTALVO
En «La Nouvelle
Ir más lejos Atlántico; ir más lejos. rasponer tantas ondas en la búsqueda e lo
que,
si se
sueña,
no
se
tiene,
orque no existe, ni ha existido nunca. r más lejos, Atlántico; ir más lejos. iempre aguijado por la oculta llama e oculto fuego, sin temor al fuego ue
acosa
y más
y
cerca,
ni
a
lejos, Atlántico;
r. Siempre
ir, sin
sus
quemaduras.
ir más
detenerse
lejos.
no encontrar el fin que se persigue. ser siempre la sombra blanca y pura, Mi sombra orlada de candor, la sombra ue Se recuesta en tu almohadón de espumas.
a la vida del es-
años, un artículo
critor en Francia. En días pasados yo leí en un viejo número de «La España Moderna» unos comentarios de Fernando Araujo, profesor del Instituto del Cardénal Cisneros, al escrito de Mauclair. El uno y el otro, escri-
:
países,
respectivos
en sus
prestigio
de envidiable
tores
parecían coincidir en el punto de vista de que la litera-
pa
en Francia y en España, una
tura no era, por lo menos
carrera
nunca.
r. E izar orbes. Y elevarse en orbes ue, con su luz, el infinito inundan.
Revue», de París, Camilo Mauclair
muchos
dedicó, hace
7H
5 a + ,
se podía
de la cual
derivar un razonable
sus-
misión
inte-
y una
vocación
tento económico,
sino
una
lectual. Tampoco
que
era un pasatiempo
gusto
aristocrático
de
una
minoría
elegante, un
selecta
y,
mucho
menos, un oficio. Son
razonables
estas conclusiones.
Con
excepción
de
los periodistas, entre mil, acaso un escritor puede vivir holgadamente de su pluma, eso si consideramos a los periodistas
Y
como
escritores.
Quizá
en los Estados
Uni-
dos estos privilegiados no sean tan escasos en número, pero Ir.
más
lejos,
", Siempre
Atlántico;
ir
más
ir. Y ser la sombra,
lejos.
húmeda
e los vahos que exhalas, en el virgen enacer del espíritu en tu música:
L sinfonía Y clamor lo
>
de las caracolas, de
los
vientos
en
que
", cortejado
en
ti, Atlántico,
de las formas
el resto
escribe
afanosamente
sin pensar
dunas
abandonarán.
Les serán siempre fieles, pues que las ideas son hijas
a
de su propio
retumba.
pulcras,
is formas que son formas inmortales que en tu densa inmensidad alumbran. estar de nuevo en la niñez. Ser niño. ser como la risa en la frescura > unos labios que latan con la sangre que ignoren la esponja de amargura.
siquiera
en el dinero. Todo obedece a que el arte literario es un apostolado: un apostolado, según el sentir de Mauclair, en el que sus profesantes persiguen un solo fin, noble y elevado: la difusión de sus ideas, sus sentimientos y sus gustos personales, los que jamás
las
el grito de las olas en las peñas. odo.
>,
ser, de su yo intelectual, creaciones
alma.
Para el escritor puro, el don privilegiado
poner
sus
concepciones
está por
sobre
toda
de su
de ex-
considera-
ción económica, que es lo que ha querido comprender Juan Pablo Sartre en su libro «La Literatura». Sartre opina que la literatura debe de ser-un negocio, que todos A
sus esfuerzos deben de perseguir un provecho económico, también
han
que los llamados
seguido
«escritores burgueses»
sus personales
res, sino los que
el dinero
instintos
y gustos
les ha impuesto.
no
creado-
Eso es pre-
E
tender comercializar el arte. Naturalmente,
su existen-
cialismo
una urgen-
5
cia material. De ahí sus negaciones de la pureza y la belleza. Como decía Charles Dickens en su obra «David Copperfield», los escritores van siempre en pos de la verdad y la belleza, su mundo es el de la ética y la estética, en el que las visiones son hermosas y claras.
+
de sustraerse
lo induce
a concebir
la vida como
Para Mauclair como para Araujo, el escritor no pueal mandato
que
le impone
su difícil mi-
sión; la de ser y permanecer siempre intachables ante sí mismos y ante los demás. Un mandato éste, que les fija la obligación, debe mantenerse
leales a lo que pien-
san y sienten, cualquiera que sean sus ideas, sus prin-
z
»e
5
cipios
y sus
actitudes.
Por
eso
tienen
rigurosa vigilancia sobre sí mismo sus pensamientos y concepciones.
que
ejercer una
een la expresión
de
Pero la diferencia entre un arte bello y un negocio es
demasiado
grande
para
que
se
pueda
comprender.
El pintor proyecta imágenes en la tela y el literato sus ideas én el papel sin pensar, como propósito principal, en el lucro que puedan obtener. El arte, además de
9
e
artes y letras
desinteresado, en lo que al otro respecta, no tiene sus ojos fijos en las cosas utilitaristas y convencionales de la vida; los tiene puestos en aquellas que nos hacen amar, soñar y esperar. En otras palabras en las cosas hermosas. Y si es un arte literario que busca la verdad, marchará siempre en pos de las verdades exactas, de lo bueno
y de lo puro,
siempre,
repetimos,
R
E F R
E S e
A
N
1 E
sin el fin pri-
mordial del dinero. Los poetas y los prosistas tejen sus urdimbres literarias por amor a sus visones interiores. Sienten y sueñan y lo que sueñan y sienten quieren expresarlo a la medida de su arte expositivo y creador.
Y
a
S A
E
R
O
S A
Si hubiese estado de por medio. el oro, como quiere el existencialismo, la humanidad no habría experimentado nunca el goce de las grandes creaciones literarias,
desde Homero a la última poesía Toda la espléndida y maravillosa
de nuestros líricos. literatura universal
nunca hubiera surgido a la vida del arte, porque
el arte,
en sí mismo, es placer, pero un placer voluntario de crear, o, mejor dicho, de recrear las cosas bellas del mundo. Que
no
se pueda
vivir de la pluma,
no
importa.
Lo
esencial para el escritor es la difusión de sus ideas, en cuya actividad encuentra verdadero placer intelectual, el goce de su espíritu, aparte de constituir un gran alivio, pues que necesitan descargar su corazón y su mente,
demasiado
llenos de ideas y de sentires, para sentirse
satisfechos
y
satisfacción cer moral,
misión
calmados.
Esto
último,
espiritual respecta. muy
complacidos
en haber
de expresar sus personales
ES
en
lo
que
a
la
En lo referente al placumplido
con
la
convicciones.
ALGO
Es algo que vislumbro más allá de los dedos, que pasa junto a mí, y es el carbón de piedras, y la: arcilla, y la arena, y el caminante, que lleva por su frente la sangre de la espina.
Es algo que trasciende más allá de los montes donde se siente el vago temblor de una luciérnaga,
un espíritu ronda por la falda del aire como si fuera un eco de mil bocas abiertas.
]
Ñ
|
Es algo que se busca más allá de los trinos, que hundiera su pezón entre encintadas nieves marañas
mustias
y atardeceres
grises.
¡Se de
para contar los días aburridos y secos entre
¡Sesabe
=
al
A ,
;
/
:
¿
p robarla!
Es algo que tenemos y que nunca sentimos
como bandeja en plata de cirios moribundos una alcoba desierta para el amor sin límites, un siempre y un adiós junto a la chimenea.
e Ñ
-— g ;
LA CERVEZA DE PUERTO RICO
Es algo, más que un algo corriendo tras el agua,
el pez que nos descubre, y la ubre clamante un más allá de todo, bajo aguaceros lentos
1
"Ol mas
como un niño que busca su maravilla ajena. JuAn
Del 10
+.
artes
y letras
BAUTISTA
libro inédito
Y ,
PASÁN
Cálices
humanos
-
NUESTROS
POETAS
OLVIDADOS
£ulalio Román
PE
Siempre lamentaré no haber conocido
a
Eulalio
Román
Bordoy
en
por
NESTOR A. autoridad
memoria
en
donde
una
rechazaba
mi
punto
de vista.
Dicen
una edad cuando yo pudiera haber apreciado justamente el valor intelectual de aquel hombre. A base de mis recuerdos trato de comparar la
que estuvo en su bien temprana ju-
sabiduría de él con hombres brillan-
vestir con chaquetón y corbata. Era de temperamento agresivo y violento a ratos, aunque de natural afable y comprensivo y le gustaba conversar. Cuando cogía el tema y encon-
Bordoy
gencia prodigiosa.
prosista,
poeta
tenía No
podido
una
inteli-
solamente
y orador,
sino
números en clases nocturnas a Manolo Capella, el hijo de doña Benigna Nieves, en los tiempos
de prospe-
ridad de esta buena mujer, y también haber visto acuarelas y dibujos
en un
álbum
que
dejara
a Ana-
cleto Pellot, y que según me dijo éste, se perdió en un temporal. (¡Ah, Cleto!, ¿por qué los dejaste perder?) Hoy serían fuente de inapreciable
valor para calibrar la obra distinguido
aguadillano
se le ha hecho justicia. Era una inteligencia
de este
a quien
no
ca. Podía hablar de todo. Estaba in-
formado de todas las disciplinas y armado de una memoria privilegiada. En una ocasión osé discutir un punto de historia con él y me conun
t
testó con
argumento
traba público que lo oyera, se amanecía hablando. Esa vocación lo llevó a ser orador político del partido
Alianza Puertorriqueña y predicador presbiteriano. En Santo Domingo fue profesor de un colegio fundado por el maestro Arturo Grant Pardo, que floreció durante la presidencia del general Vázquez. Caído este pre-
sidente, regresó Román enciclopédi-
recitado
de
Tenía esposa y cuatro hijos, pero
des
también matemático y pintor. Recuerdo haberlo visto enseñándole
E
los cheques en el establede mi padre.
sus hijos el talento del padre y la esposa no compartía sus inquietu-
lido y de cabeza grande. Gustaba de
Román
se le hubiera
cimiento
muy buen soldado por su temperamento sensible y su poca fortale-
era
que
parar al frente.
cambiaba
ESCUDERO
eran
que
a ninguno
RODRIGUEZ
ventud en el ejército. No resultó ser
za física, pero se leyó un libro de milicia y en cierta ocasión resultó que sabía más que el capitán de la compañía. Era un hombre de regular estatura. Más bien delgado que grueso. Pá-
tes que conozco hoy y no encuentro
4
Bordoy
a Puerto Ri-
co y tuvo que buscar donde ganarse la vida. Como no tenía títulos académicos tuvo que hacer diversos trabajos reñidos con su idiosincrasia,
tales como oficinista del Banco Agrícola
ce
de
Aguadilla,
dólares
con
semanales.
sueldo
Lo
de
do-
sé porque
diferentes
a él.
intelectuales.
No
Ya
heredaron
lo
expresó
él
así en el poema «Hogareños», que gustó mucho cuando fue publicado. Hablando con él supe por vez primera de Rubén Darío y de Chocano, así como de la cultura helénica. Para esa época colaboraba en una re-
vista
literaria
muy
popular
veinte, denominada
en
los
«La Linterna».
Fue amigo íntimo de Jacinto Marrero, conocido por Washington, otro bohemio
de
ese
tiempo
a quien
al-
gún día habrá que reconocer sus méritos.
Escribió
una
novela
que
no
llegó a publicarse, que según Juan Bautista Pagán, que la leyó, era una buena obra, titulada «En de la Vida Moderna».
el Báratro
Había venido de la zona denominada Bajuras, del barrio Montaña de Aguadilla. Probablemente la belleza del paisaje de Bajuras influyó en su espíritu. No sé por qué a estas horas no se ha investigado la vi-
da de este hombre, todidacto
dad
brillante,
atención
que fue un au-
ejemplar, de
una
digna
todas
las
personali-
de
llamar
la
generaciones.
En el periódico «El Liberal», correspondiente al 16 de enero de 1932, aparece reseñada la muerte del poeta. Falleció el 4 de enero de 1932 en el miserable hospital que en aquella época existía en Aguadilla. El duelo fue despedido por Juan B. Pagán y el alcalde don Ramón Añeses Morell. Presintiendo su próximo fin, puoctubre
de 1931, o sea dos meses
an-
Sn
tes: 0
AN] E. a
0
1
/
E
|
>
ae)
blicó en el mismo periódico, el 31 de
A UN
MUCARO
Perturbas el silencio nocturnal Con esa carcajada temeraria, -Que resuena en mi alma silenciaria
Como un agúero de terrible mal... ¡No sé si extraordinaria o si trivial! Es tu canción de sombras victimaria Que
resuena
en
las frondas
silueta-
[rias A
manera
de un
grito funeral...
Escucha, ¡oh agorero! Me lastima 1 .
artes y letras
Esta triste canción: tu carcajada, Canción o no sé qué... tanto me in[tima,
Que fueron la pompa
Que
Hecha con maderos de mangles y al[mendros.
se siente mi alma
acongojada
Y los goces del mundo desestima De penas conmovida y embargada. Este poema
Y
es una queja del espí-
ritu dolorido del poeta que adivina su próximo fin en el canto sombrío del múcaro. ¡Cuánto debió sufrir en la soledad, en el abandono, en la incomprensión de los que lo rodeaban, en el hambre que sufría, agonizando
en medio
de cruel pobreza, atacado
por una tuberculosis asesina! ¡Cuántos hombres de valer como éste habrán muerto en idénticas circunstancias sin que la humanidad les
haya
tendido
su mano
Cuando la muerte su vida, escribe:
de caridad!
aún no rondaba
tengo una
casita
techada
de ra[mas
genuina,
tengo
de
también
facha
un
También
el tesoro de aquella casita
Completa
mi esposa
Ella,
ha
con largo silen-
[cio,
criolla,
vasto
tesoro,
que
leído muy
poco
en los [tibros, De filosofías, cábalas o sueños,
Que aquella casita abriga en su seno Un tesoro de amor; una esposa Y tres pequeñuelos. Tesoros de un humilde poeta
Ella, que es tan sólo una campesina
Tesoros que no son dinero; Que valen más que tres diamantes
Esos tres muchachos perversos.
De Dios en el cielo, Ella, que no sabe de Europa, De Asia, ni aspira a saberlo,
Eulalia,
Ella
Ventura,
Mercedes,
¡Pedazos de mi alma, Chiquillos inquietos!... Y ya el hombrecito
Me
coge
parece
que pien-
Esa, brinda caricias y besos,
A ratos me Y me
HOGAREÑOS Yo
Casita
de los cocote[ros
las
manos,
me
da
en las Torejas
De cortos anhelos,
Que cree en la Virgen y en todos los [santos
Y
ella
mira
Papá,
eres
si
mis poeta,
ojos
piensa
que
Que
principia
ver[sos...
tesoro
el
mundo
y acaba
Este poema
y dice:
enséñame
tan sólo un
es
Dios
Pesa.
ra,
en
un
cerro.
tiene sabor a Juan de
Es poesía
evocación
del
llena de ternu-
cuadro
familiar,
del encanto de la sencillez hogareña, del amor por los hijos, la espo-
sa y el hogar que son las cosas que
artesylelras
verdaderamente
traen
paz
y
dad al espíritu del hombre. Aguadilla y Puerto
Rico
felici-
deberían
de hacer algo por rescatar del olvido a Eulalio Román Bordoy. Por las revistas y periódicos publicados en
el país entre 1900 y 1931 andan MENSUARIO
persas
DE CULTURA
ras
OS A
oe: O
Josemilio González
e
pus ODMS A
1
tarde,
ahora
Aguadilla con
CORRESPONSALES EN NUEVA Angel M. Arroyo = —
nuestra
+
artes y letras
dl.
iniciar en se-
está
aunque
muerto.
En
debe bautizarse una calle o ¿es preferible
que
>y
reses los
valores
de del
poblacho. espíritu.
Hagamos justicia a aquellos que dieron
y
el rico tesoro
de
sus
de su inspiración
espíritus
absolutamente
gratis. El olvido de las generaciones
YORK Emilio Pagán García
es el más odioso castigo para los que deberían recibir en vida el más
NOTA: Esta revista agradece la cooperación del Instituto de Cultura Puertorriqueña
12
que
su nombre
entusiasta
a. su publicación
estudio
ilustre? Rechacemos, aunque sea por un momento, nuestra apatía de aldea,
Toda colaboración será solicitada. Dirija toda correspondencia al Directo Calle Arecibo 14 - Hato Rey
Aviles
debería
una calle se llame Caimito o Mangó a que lleve el nombre de un varón
Exaltemos
Juan
y
Universi-
sa la loza del olvido. Si no se le hizo
Dól. 1.50 Dél. 3.00
Año
La
hacer un
su
Marrero
justicia en vida, hagámosla,
SUSCRIPCION 6 Meses
y
como
rio de este escritor sobre el cual pe-
Manuel Méndez Ballester
Manuel García Cabrera
Rico
in-
Baju-
apreciaron
Jacinto
Monteagudo. para
En
y sus hijos
que
como
dis-
este
intelectuales
Pagán,
de Puerto
acción
J. Torres Martinó
Fernando Sierra Berdecía
Dado
LONE RE
A RAREPANES
MARA
dad
su esposa
así
de
envergadura.
viven
Joaquín
Enrique A. Laguerre Vicente Géigel Polanco Luis Hernández Aquino
de
B.
valor,
DE CONSEJEROS
Margot Arce de Vázquez
producciones
residen
todavía Juan
Emilio S. Belaval Nilita Vientós Gastón
las
telectual
Director: JUAN BAUTISTA PAGAN JUNTA
el
[campo
tira del pelo,
Mientras
tiene
De tres muchachitos muy bellos Y un bohío techado de ramas Con maderas de mangles y almenLdros,
:
de los reconocimientos.
INSTITUTO
DE
CULTURA
Apartado, 4.184 Lista
de
Publicaciones,
libros,
PUERTORRIQUEÑA
- San Juan, Puerto Rico
discos,
y
otros
con
sus
precios
de
venta
al
público
Precio. por
PUBLICACIONES _vnidad Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (Los números CIÓN)
del
1 al
4 ya
están en circulaA
retroactivo
1, de José de Diego 2, de Luis Lloréns Torres Francisco
López
FOLLETOS 1)
2) 3)
4)
.
5.00
Matos
Cruz
ZO . 1.50
1.25 1.25
.
.
1.25
.
1.25
CONFERENCIAS
6) 7)
por Rubén del Rosario . Crecimiento y Desarrollo de San Juan por Adolfo de Hostos . .
Instituciones
25 25
Zo
9)
.
25
10)
Plásticas
Rico
por Osiris
Delgado
.
.
Ao
La Esclavitud Negra en Puerto Rico
12)
Acercándonos
por Luis M. Díaz Soler . . por Antonio
al Grito
de
Rivera .. .
.
.
.
.
+
Cómo Vivían Nuestros Abuelos . . por Rafael W. Ramfrez
-
.
+.
Luis
Martín
.
.
Primeros
Rivera - Los
1.80
10 Años “de
su Vida Política (en rústica)
3.50
por Lidio Cruz Monclova . Primeros
Rivera - Los
Muñoz
10
Años de
su Vida Política (encuadernado)
5.00
por Lidio Cruz Monclova . Crónicas
de de
Rico
(1493-1797).
Tomo
Fernández
Méndez .
.
Puerto
por Eugenio
Puerto
por Eugenio
Rico
(1809-1955). Tomo
Fernández
Méndez.
-
:
2.00
DISCOS El Contemplado (Incluye folleto con la nn Ea por Pedro Salinas
Disco José Enrique Pedreira
23
2.00 ul
2.00
25 23
1
El Cuento - Tomo 1H por Concha Meléndez
25
Z3
a:
.
José
Muñoz
por Jack Delano . Divertimento del Sur por Héctor Campos Parsi Tavárez (Manuel G. Tavárez)
Lares
.
1.50
La Bruja de Loíza
Puerto
.
11)
13)
25
.
.
.
en
Acosta
Análisis Estilístico de la Sataniada de Tapia
20
por F. Manrique Cabrera . . La Vida en la Ciudad de San Juan Bautista a mediados del Siglo XVIII Vista a de las Artes
1.50
.
Puerto Rico por Segundo Ruiz Belvis, José Julián y Francisco Mariano Quiñones
Crónicas
25
. por C. R. Haring... Apuntes para la Historia Literaria de Pur. to Rico
Sinopsis
.
2.50
Antología de Autores Puertorriqueños :
Hispano-
Través de sus Actas Capitulares por Luis M. Rodríguez Morales
Teatro Puertorriqueño por Manuei Méndez Ballester, Emilio S. Belaval, Francisco Arriví y René Marqués. Crítica y Antología de la Poesía di
Luis 29
de
2.15 por Concha Meléndez . Panorama de la Cultura Puertorriqueña. (encuadernado : . 7.00 por María Teresa Babín . Galería Puertorriqueña 2.85 por Manuel Fernández Juncos
por
. la Ciudad “de
Coloniales
LIBROS
Luis
américa 8)
1.00
Proyecto Para la Abolición de la Esclavitud | en
Desarrollo Histórico de la Sociedad Puertorriqueña por Eugenio Fernández Méndez . . . . Las
25
:
Figuración de Puerto Rico y Otros Estudios
Varios
Visión Histórico - Crítica de la Literatura Puertorriqueña por Dra. Josefina Rivera de Alvarez . . Historiografía Puertorriqueña por Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyo . . Puerto Rico y los Estados Unidos en el Período Revolucionario de Europa y América (1789-1825) por Arturo F. Santana ... Consideraciones Sobre la Lengua €en Puer-
to Rico 5)
Ri-
por Héctor Campos Parsi
Albumes de Danzas de Juan Morel Campos (Del número 1 al 5 ya en circulación) . Album Obras Varias de Juan Morel Campos Cuadernos de Poesía:
por
Muñoz z
2.50
por dos años, con carácter
Núm. 3, de Luis Palés Aguinaldo y Villáncicos
Poemas y Pensamiento de Luis vera . . Cuatro Cantos de "Navidad (Folleto)
O
Suscripción Revista L C. P por un año (4 núms.). Suscripción Revista 1. C. P.
Núm. Núm.
14)
por Elisa Tavárez .
.
.
por José E. Pedreira
5.00 3.95 3.95
a
395
'
3.95
PORT.FOLIOS San Juan Histórico 8 Litografías de Luis Germán
Cajigas 13 e
.
385 artes y letras
(viene pág. 1)
(viene pág. 1)
los cuales fueron publicados en francés, idioma que dominaba como
nen que ver con nuestra cultura, para la compra
el suyo
de libros puertorrique-
a estos
organismos
que
una
cierto
punto
esto
es
nuestro sistema
educativo
hay
que
contri-
culpar
fueron
y la
Latina. En 1860,
regresó
tinuó laborando Tomando
en
San
país
a
en parte,
de
imaginación
de Medicina
en periódicos
estudios sobre ele-
tuberculosis. publicó artículos
a Puerto
pretexto
Rico.
de vulgarización
periódicos
Con
el motín
el general
más
de
cien-
de la América
tesón
que
nunca
con-
ocurrido
expulsó
en
al doctor
el año
1870
Betances
del
y filibustero».
Segundo
en un
militar
Marchessi
«conspirador
Thomas
en muchos
por sus ideales políticos y humanitarios.
de
Juan,
como
Saint
obras
publicadas
de sus trabajos en francés publicaba artículos en diarios
Acompañado
juicio del autor, del organismo comdel
figuraron
que
tífica que fueron reproducidos
comprar libros y dejarlos amontonados y hasta expuestos al riesgo del tiempo y la polilla, todo para perdineros
Betances
la uretrotomía
Además
muy cierto. Pero lo que es más cierto aún, es que no se hace nada con
prador y de los buyente. Si no se lee,
de
Borinquen
españoles. El País de Madrid
Se ha repetido que en este país no Hasta
de
También presentó a la Academia fantiasis,
len o se distribuyan en alguna forma, de modo que puedan ser leídos y aquilatados en y fuera del país. lee.
los escritos
como La Virgen franceses.
vez ad-
quiridos estos libros, no se amontonen en un rincón, sino que se rega-
se
propio.
Entre
ños. Y que se instruya y se ordene
Ruiz
bergantín,
Belvis,
por
embarcó
el puerto
Betances
hacia
de Guánica.
Peregrinó el patriota por Haití, Santo Domingo, Curazao, Caracas y Nueva
York.
los pueblos París
Dondequiera
que
iba
predicaba
de
su
la ¡independencia
de
antillanos.
fue,
de
nuevo,
el
final
peregrinación.
Allí
volvió
a
y a los factores del ambiente y época que vivimos. De todos modos, hagamos más porque se lea. Sobre to-
laborar. Escribió sobre los más diversos asuntos. Fue muy fecunda
do, porque se conozcan nuestros au-
procuró impulsar el movimiento revolucionario puertorriqueño. Ayu-
tores. Al fin, son ellos los tativos de nuestra cultura.
dó, además, a la insurrección de Cuba. La Junta Cubana de Nueva York, en reconocimiento de su servicios, le nombró representante diplomático ante el gobierno de Fran-
Hotel
represen-
su
producción.
refugio
a
la
nadores
HOUSE)
la Parguera,
al
Puerto
Un
bahía
de
Sur-Oeste
de
Rico.
encantador
paraje
para
el
espíritu, el descanso, la
quietud, el ensueño
Todo
antillanos
españoles.
de
sus
artículos
y
discursos
«era
el
del mundo».
período
de
oprimidos
Defendió
por
toda
antisemitismo,
Cuando
dirigido
en 1887 Puerto
por
el general
la tiranía
causa
tuvo
PESCA FOSFORESCENTE PISCINA
moderno, cómodo tranquilo.
Atendido personalmente por los esposos
Pura y Carlos Quiñones
Palacios,
despóticos
gober-
y humanitaria.
palabras
Rico sufrió la cruel
Romualdo
de
noble
fraternales
En
para
la
político de Filipinas y tiranía del Componte,
publicó
Betances
una
viril protesta en el periódico Voltaire de París. Falleció Betances en Neuilly, cerca de París, el año 1898, en la completa pobreza. Periódicos de España y América le dedicaron elo-
gios y publicaron
»
BAHIA
parte
raza judía. Asimismo se ocupó del problema de los asuntos de Santo Domingo.
PARGUERA
preciosa
mayor
de los perseguidos
- los pueblos pleno
GUEST
la
No sólo defendió Betances la causa de los esclavos y la causa de
La Parguera Frente
en
cia. Fue condecorado con la cinta de la Legión de Honor. La casa de Betances en París, según escribió Bonafoux,
Villa
(Anteriormente
Y
Luis Bonafoux,
su biografía. el célebre satírico puertorriqueño,
dedicó un libro
a Betances. En ese libro se publican importantes documentos del ilustre patriota puertorriqueño, precedidos de una introducción escrita por Bonafoux. En el año 1920, por disposición de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, fueron traídos los restos mortales del doctor Betances a la tierra donde nació. En la actualidad están depositados en Cabo Rojo. É
El prominente escritor puertorriqueño Eugenio Astol ha escrito en su biografía del doctor Betances: «Betances es realmente una figura singular en la historia de nuestro país. El hombre
de ciencia, todo obseryación
y estudio, y el hom-
bre político, todo entusiasmo y ensueño, “formaban en su alma un maridaje atrayente. Fue protesta viva de un ideal irrealizable, contra
la imposición
engrandecerla severancia
de
un
sistema.
moralmente
y su
energía.
con Su
Si no
pudo
su devoción
vida,
por
lo
realizar
su obra,
inquebrantable,
tanto,
es
un
alto
supo
su perejemplo
para nuestra juventud.»
Villa Parguera
Al recordarse cionista,
defensor
también de
la
este
mes
libertad
escritor, científico, doctor Ramón P. O.
Box
405
Lajas,
artes y letras
- Teléfono 34
Puerto
e.
14
Rico
cer reproducimos
el nacimiento
patria,
Emeterio
este artículo aparecido
publica el Departamento
médico,
del ilustre orador,
aboli-
periodista,
Betances, con sumo
pla-
en la revista “Semana”,
que
de Instrucción, escrito por la pluma
ágil y
autorizada de uno de nuestros mejores prosistas, José A. Romeu, condensa la vida y obra del ilustre paladín puertorriqueño.
que
Sirvalo con Orgullo... En calidad, pureza y sabor,
Ron Superior Puerto Rico representa lo más selecto que pueda producirse.
Ron Superior Puerto Rico JOSE
Un
GONZALEZ
CLEMENTE 8 CIA
o, 10, Mayagúez,
Simbolo EN
TODO
de
MOMENTO
P. R.
a
850 Prueba
Servicio A
LOS
INGENIEROS CONTRATISTAS Y
PUBLICO
EN
GENERAL
PUERTO RICO CEMENT _ CORPORATION SAN
JUAN
DE
PUERTO
RICO 15
+.
artes y letras