Artes y Letras (ene.-feb. 1960)

Page 1

PALABRAS

CUADERNSS.

«En tanto que la Humanidad

no haya llegado a la práctica de esta idea,

«El hombre

del mundo»,

es ciu-

el patrio-

tismo será una virtud. Servir a la patria es servir a la Humanidad en círculos pequeños. »El patriotismo no es sola(sigue

DE

artesylelras

INMORTALES

Eugenio Maria de Hostos

dadano

OIR

PUERTORRIQUEÑA

COLECCION

MENSUARIO

DE-CULTURA

JUAN BAUTISTA PAGAN, Director qe?

148. $3)

2da. EPOLA - SANJUAN, P.R. - ENERO-FEBRERO N.* 37 y 38 Es

EDITORIAL

Nuevos Rumbos Durante el pasado año de 1959 tuvimos grandes dificultades de toda

indole. cos

De

los

nunca

problemas

resueltos

nuestra

edición

guimos

sintiendo

esta

situación,

hemos

de

económi-

hablamos

en

septiembre.

Se-

los

impactos

pero

si hasta

a

nuestros

lectores

que

continuaremos presentando el mismo frente casi invencible y poderoso de nuestra voluntad y nuestro deseo de servir lo mejor posible a nuestra cultura y a nuestro pueblo. Ahora que' tomamos nuevos rum-

«bos, incluyendo un cambio

de nom-

bre, más bien agregando algo al mismo, hemos a la vez decidido realizar hasta donde nos sea posible

una labor más intensa y más amplia para beneficio de todos. En el curso

de los próximos números, los lectores podrán descubrir en qué consisten

estas

nuevas

labores

y propósi-

tos nuestros. Mientras tanto, deseamos indicar que la publicación en modo alguno dejará

por

estas

sus normas en cuanto

razones

de

seguir

hasta aquí establecidas a la colaboración

que

so-

licitemos y las secciones que hemos venido publicando. Sobre todo, las normas culturales que hemos obser-

vado

en

todo

inalterables.

que

hagamos

sentar

mo

la

cierto

momento,

Los

o

a la manera

o informar

amplitud sentido

quedarán

cambios

las cosas,

que

a las

sumas

de preasí co-

daremos

nuevas

en

tenden-

cias de la revista, requerirán mayor espacio

y

tiempo,

pero

tenemos

la

esperanza de cumplir con ello, para satisfacción nuestra y para mostrar así que nuestros empeños de siempre han sido mejorar y engrandecer la publicación, que se convierte ahora en una especie de «CUADERNO» de nuestras letras patrias de ayer y de

hoy. Saludos

para

PRIMER

CONGRESO EN

HOSTOSIANO PUERTO

DE

RICO

AMERICA EN

SE

CELEBRARIA

1961

de

aquí

resistido tantos embates, pro-

metemos

AA

todos y a conti(sigue pág. 23)

El instante es el más propicio. La hora que vive nuestro y el mundo, casi lo hace imperativo. Vamos a celebrar el Primer Comgreso Hostosiano de América. Sería el primer acto de carácter internacional que se llevaría a cabo para exponer y traer ante la consideración del mundo americano, muy especialmente, el pensamiento,

doctrina,

obra

y vida

de

uno

de

los hombres

más

notables

de todos los tiempos producidos en nuestro Continente. Puerto Rico, por lo que más nos interesa, tendría la oportunidad entonces de descubrir a su hombre mayor, a su hijo más ilustre. Al congreso, le podría preceder una serte de actos en las escuelas públicas y privadas, en las instituciones todas, que podrían ayudar asi

a fomentar el espíritu y la grandeza del gemial pensador nuestro. Sólo habría que tener para ello el alma limpia de sospechas y valor moral y cívico para enfrentarnos a unas ideas que, hoy como ayer, y siempre que haya un sentido de dignidad y de espiritualidad en el hombre, son eternas y están vigentes para toda vida de libertad y confraternidad. Sería este congreso, el que proponente hoy y el que intentaremos que se celebre, no importa los escollos y la indiferencia y desdén, venga de donde venga, y hasta el temor que haya en algunos, la mejor forma de buscar y encontrar nuestra tierra su verdadero destino histórico. Porque

.

con un acto de esta naturaleza, repetimos,

Puerto Rico descubriría quién jue verdaderamente don Eugenio María de Hostos y qué le debemos, qué nos dijo, qué nos pidió, qué podemos hacer para cumplimentar sus deseos, y por qué su palabra, su orientación, su pensamiento, su obra, es, sin duda, lo que como . en el caso de Martí en Cuba, cada puertorriqueño debía tener pre-sente cada día y cada momento. += *==> * : Y no buscamos, entiéndase bien, el que nos obliguemos a deterwinada ruta no importa el carácter que tenga, por tratarse de nuestro hermano mayor. Es decir, nadie vea en nuestra proposición, un objetivo político de clase alguna. Lejos, muy lejos, nuestra intención de tal idea. Lo que sí pretendemos, lo que sí quisiéramos, lo que sí nos parece fundamentalmente necesario en estos momentos y más que nunca, es que volvamos nuestros ojos a Hostos y estu-

diemos su trayectoria, su obra, y tra Isla tuvo en él a la figura orientación social, económica y que de poner en práctica hasta

de esa manera descubrir que nuesmás grande de pensamiento y de moral que jamás conociéramos, y donde nos sea posible tales ideas (sigue pá. 23)


PERSPECTIVA Por |wujue A Als E

En

El Imparcial del 10 de julio

pasado

aparecen unas fotografías

y una inusitada»información. Se informa que en el pueblo de San Sebastián los vecinos arreglan las calles de uno de los barrios. Dice El Imparcial: «Con la ayuda del Gobierno Municipal, hombres, mujeres y niños de la barriada de Pepino han emprendido la tarea de arreglar las calles de ese sector, manejando picos y palas

en

la remoción

del

terreno,

largo de la obra sin

Tan pal

pronto

«se

más

haciendo». El Comité por

ayuda

los vecinos

comprometieron

residentes

que

la pequeña la

nombrado a

la

mano

de

un

cuántas horas de trabajo puede imino puede aportar esa ayuda».

aportar

cada

«Hasta

también

cino es Juan

trabaja

Cruz

en

ahora

la

ANGEL

asignación obra

y así

M.

MercaL,

Educador,

poeta

y ensayista que así continúa colaboración para nosotros.

munici-

su

lo están

censo

para

familia

determinar

y por

qué

tér-

Luis

VILLARONGA,

autor

libros de ensayos no han

hombres, las mujeres y los niños han en esta obra de utilidad pública y de los vecinos de la barriada. Un vecino quierda,

a lo

tal fin, «integrado en su totalidad realizó

la nota:

tubos

sus brazos».

recibieron a aportar

los grandes

barriada,

Y agrega

de

y trasladando

ENRIQUE A. LAGUERRE, nuestro mejor novelista, escribe mensualmente esta columna para nosotros.

obra,

hecho

de

varios

falta brazos. 'Los

acudido cada día a trabajar beneficio directo para todos al que le falta la pierna izhaciendo

de

y crítico.

aguador.

Irizarry».

Ese

ve-

A

Es esta, en verdad, una demostración cívica extraordinaria. San Sebastián da un ejemplo a los demás pueblos. Los vecinos de la barriada son pobres y se aprestan a mejorar su barriada para beneficio de todos. En particular, dignos son de todo encomio esos niños, esas mujeres y ese buen ciudadano Juan Cruz Irizarry. Hace tiempo que vengo urgiendo de la ciudadanía una más decidida participación en el mejoramiento colectivo. En una comunidad como Dos Pinos, por ejemplo, los vecinos que construyeron el

AGueDo: Mojica, Representante a Cámara, educador y ensayista.

JOSEMILIO y

GONZÁLEZ,

ensayista,

2 sección

A Libros

a

poeta,

cargo

de

j y Revistas.

la

crítico nuestra

reparto por medios cooperativos, mantienen sus calles limpias y han conservado el agradable aspecto de la comunidad con la evitación de cercas

impropias,

co yardas

de ancho

la conservación

y la siempra

de

un

y poda

frente

de grama

de árboles.

de cin-

Ningún

otro

reparto de la zona metropolitana iguala el atractivo de Dos Pinos, logrado con la acción concertada de todos los vecinos. Eso deberían hacer otros repartos, en donde actualmente abunda el individualismo y la indiferencia. En realidad, no ha de esperarse todo del gobierno. Los ciudadanos han de aportar su esfuerzo y han de poner orgullo para que sus comunidades se vean bien. A veces sólo bastaría facilitar la labor corriente de las autoridades municipales.

Duele

ver que

se gaste

tanto

ción de calles, puentes, escuelas

que

la gente

desocupada

dinero

y sin orientación

situación. Me regocija mucho felicitar a estos vecinos de la barriada Pepino de San Sebastián. Hacen una labor digna del aplauso público. Que se imite es mi deseo. Esa actitud de limpieza debería llevarse a cada cine, a cada pues-

to de helados. Abochorna a veces notar que aun en los-cines elegantes hay muchos papeles y desperdicios en el suelo al terminar la luces,

ble situación. 2

+

artes y letras

súbitamente

encendidas,

denuncian

la

desagrada-

uno

de

nuestras

LANCARA,

joven

ensayista

puertorriqueño que hace su primer incursión en la crítica y como colaborador nuestro.

en

Un patio lleno de papeles y de basura es un criadero de moscas. En cada sector debería formarse un comité de vecinos que vigilara la

Las

RAFAEL

públicas para

cívica los dañe. Aun

VÁZQUEZ,

más jóvenes dramaturgos. Rec:en temente recibió un galardón de Festival de Navidad por una obra de teatro infantil.

en caseríos, en la construc-

y otras construcciones

los repartos de gente acomodada se advierten esos descuidos “que tanto afean la fisonomía de la ciudad. A veces he pasado por alguna barriada de gente acomodada y he notado que los niños juegan en un patio lleno de basura y de papeles que evidentemente han estado allí por muchos meses. Esto habla mal de los residentes de las casas. Creo que los agentes de sanidad deberían vigilar esas situaciones.

función.

RAFAEL

EN EL PROXIMO LA

ABOLICIÓN

" Miguel LA

">

DE

DISOLUCIÓN

Néstor

LA

Meléndez DEL

NUMERO ESCLAVITUD

Muñoz YO

1. Vincenty

FRANCISCO OLLER Y EL IMPERIALISMO

“Rosario LA

Farré

ESPERA (2. acto) Luis Rafael Sánchez

LiBrOS

Y

REVISTAS

»Josemilio

González


Un

ensayo

hostosiano

NUCLEO DE ORIGINALIDAD EN EL PENSAMIENTO HOSTOSIANO por ANGEL M. MERGAL

Las

investigaciones

experimentales

con

respecto

a

la sicología de la personalidad parecen convenir, por lo pronto, en una hipótesis: la naturaleza configuracio-

nal

de

la función

denominada

personalidad.

Para

es-

clarecer este concepto de estructura funcional, puede acudirse, entre otros procesos ya conocidos, a la genética. Como es de conocimiento general, el gameto es una sola célula formada de dos mitades: mitad masculina

y mitad una

femenina.

En

potencialidad

esta estructura

o complejo

hacia el desarrollo

de

bivlógica

fuerzas

arrollo

de

las

dos

formas

de

gobierno,

para

el estudioso

espiritual

de don

del pensamiento

Eugenio

María

de

reveladora de una personalidad original, época

reside

En el ga-

meto no existe un tejido irsuto, óseo, hepático, cardíaco, ningún órgano o sistema de órganos. Sin embar-

go, en el proceso genético, desde el embrión

«¿Cuál

al feto, y

repú-

blica o monarquía, realiza mejor el ideal del derecho?» Y contesta: «Según Vico, la monarquía; según la razón y yo, la república». Esta manera de plantear el asunto podrá parecer un tanto soberbia y presuntuosa, sin

embargo,

orientadas

de una criatura humana.

blema:

había

sólo

de

cristalizado

su

funcional

ya y formaba

pensamiento,

del

patriota,

sino

de

y el desHostos,

la armazón,

toda

sistematizada

es

que para esta la

no

estructura

alrededor

de

un

núcleo de originalidad. En

este

núcleo

se

sintetizan

vidual

de

originalidad

tres

grandes

de

la persona

fuerzas

de

indi-

cultura:

del feto a la criatura nonnata, aparecen estos tejidos diferenciados, y todo el sistema orgánico, en un rigu-

la propia herencia socio-cultural del borincano, adquiridá en el hogar y a través de la instrucción elemental en las escuelas isleñas; el entusiasmo krausista, for-

roso

mado

orden

teleológico,

torno de un núcleo

como

un

vórtice

de

creación

en

originario.

en sus años de recién llegado a la Península, en

sus

estudios

en

Lo que decimos de este organismo biológico puede decirse también de los inferiores, hasta la ínfima uni:

sus

propias

lecturas

dad

pliada y refinada durante sus años de sacrificio y angustia en los Estados Unidos.

de la escala;

pero

la indole

del núcleo

originario

es todavía un enigma, el misterio de la vida y de la existencia. , Lo propio sucede en el fenómeno de cristalización. La física nuclear contemporánea también parece seña-

lar hacia

un

alrededor

del cual

centro

funcional se

fuerza que constituyen modo

de estructura

nalidad

parece

de carácter

organizan

todas

un átomo

funcional

ser una

teleológico,

las unidades

de

en particular. Y este

hacia

el logro de una

ley universal,

desde

fi-

el átomo

ciología

la

Universidad

Central

y contactos

positivista, obtenida

de

Madrid,

personales;

de Comte

en

y la so-

y Spencer,

am-

El análisis de la formación y desarrollo de este núcleo de originalidad sería ya materia de una larga investigación a través de toda la obra y la peregrinación

patriótica

del

gran

americano.

Estas

páginas

tienen

por objeto, sólo señalar el momento cuando don Eugenio expresa una clara conciencia de haber alcanzado un nuevo punto de partida, de su relación con el pre-

sente

histórico

que

le cayó

en suerte

vivir, y de

sus

hasta la personalidad, las sociedades y las culturas. Este principio manifiesto en la personalidad de don

potencialidades

Eugenio María de Hostos, es lo que hemos llamado su

Eugenio

núcleo de originalidad. El meritísimo puertorriqueño nació el 11 de enero de 1839. A los 29 años de edad, el 20 de diciembre de 1868, pronunció un breve discurso en el Ateneo de Madrid. De ese discurso tomamos las siguientes palabras: «No pertenezco a escuela alguna». Sin embargo, sabemos positivamente que Hos-

primero dentro de la República Española. Después del fracaso de la república don Eugenio salió hacia Nueva

tos perteneció a las cuales

inicialmente

alude

obra. En su más

a dos

constantemente

temprana

krausista

español.

mándole

«querido

maestro».

Salmerón,

rate, fueron ñeros

Emilio

otros

y amigos

del

Alude

Giner

Castelar,

tantos joven

filosóficas, toda

su

juventud perteneció al mo-

vimiento lás

escuelas

a través de a Sanz

de

del Río

los Ríos,

Gumersindo

krausistas Hostos.

españoles, Más

tarde

de

lla-

NicoAzcá-

compase acoge

al positivismo de Comte y de Spencer. De estas dos escuelas contradictorias al parecer, se forma el núcleo de originalidad hostosiano. En el discurso aludido Hostos se plantea este pro-

Fundado

York

y

para

el futuro

de América.

en ese núcleo de originalidad, planteó don

María

cortó

de Hostos

para

el problema

siempre

su

de Puerto

anclaje

con

el

Rico,

Puerto

español. Para Hostos, América fue, desde entonces, un _mundo aparte, el de la nueva era, la era de la razón adulta. A la creación de ese mundo dedica Hostos el resto

de

su

vida.-La-unidad “de

América

fue

el sueño

racional de don Eugenio, la pasión de su poderoso talento. Esa pasión racional asignaba a Puerto Rico un lugar

insustituible

en

el sueño

hostosiano.

El gran

bo-

rincano vivió su sueño; y, a inspirarlo en la conciencia de los puertorriqueños consagró el resto de su existen-

cia sacrificada. Don Eugenio María de Hostos es uno de esos raros genios en quienes obra y pensamiento son una sola realidad.

Estamos

convencidos

que

mediante

la

com-

prensión de su núcleo de originalidad podrá comprenderse y calibrarse la grandeza del genio borincano.

3

e artes y letras


INSTITUTO DE CULTURA OFRECE NUEVA SERIE

PUERTORRIQUENA DE CONCIERTOS

El Instituto de Cultura Puertorriqueña ha iniciado una nueva serie de conciertos dominicales, como parte de sus actividades para el 1960. La relación de estos Conciertos es como sigue:

14

de

17

febrero

MARÍA

ESTHER

de

abril

ROGER

ROBLES

soprano

DR.

ESTEBAN

IRMA

MORENO

pianista 21

de

Amado

ISERN

pianista

febrero

15

CONCIERTO

MARTINEZ

clarinetista

de

DE TROVADORES

mayo

RONDALLA

Ayala, Toñín Romero, Ramito,

José Arturo Silvagnoli, Angel Pacheco

PUERTO

RICO

Director: Jorge Rubiano

Alvarado

28

de

22

febrero

JESUS

MARIA

de

mayo

RUTH

SANROMA

FERNANDEZ

Concierto de música

popular

pianista

13

de

marzo

12

OLGA HENRY

IGLESIAS, soprano

HUTCHINSON,

de

ELIAS

LOPEZ

SOBA

pianista

pianista

marzo

26

NARCISO

junio

violinista

LUZ N. DE HUTCHINSON,

27

de

de

junio

FIGUEROA

CUARTETO

FIGUEROA

pianista

A LAS 4

+e

artes y letras

4:30 DE

LA

TARDE

- ENTRADA

GRATIS


HOSTOS

LITERATO

EL “HAMLET" DE HOSTOS por Francisco Lluch Mora Y Hostos estudia el drama de Hamlet. Ve en el mismo un problema sicológico fundamental: la revolución interna, el conflicto de una conciencia que se debate entre el bien y el mal. El enfoque de Hostos es certero. «Nada existe en castellano, hasta

ahora» — dice

Rufino

Blanco

luce junto

Fom-

a Hostos

ma

¡Qué

Otro,

lo

trascendente

y lí-

rico Hugo!» (1) Según Rufino Blanco Fombona el trabajo de Hostos es el mejor estudio sobre la tragedia Hamlet. Hos-

Es cierto pero

Ni la obra la

aguda

de Shakes-

interpretación

Entendemos

mejor

la

tragedia leyendo a Hostos. Pocas veces en las letras hispánicas se logra una aguda penetración en el estudio de los caracteres. Ese es uno de los mayores logros de nuestro insigne hombre de letras. Su estudio es el estudio de los

personajes que desfilan por la obra, los que intervienen de una manera o de otra en la tragedia. Su interés se circunscribe al espíritu del hombre, y Hostos podía hablar del es-

que

píritu, puesto que pocos del

autoanálisis

han hecho

preocupación

con-

tiny Y si no, díganlo las páginas del Diario, obra de la que me ocu-

que determina, es la voluntad, es la acción.

ni

hostosiana.

mueve al resorte de la acción. Para Hostos el fantasma es la conciencia

cuan-

palabrero

el

nunca.

peare,

Hay un aspecto en Hamlet, la presencia del fantasma del padre del príncipe. Hostos dice que éste es la conciencia del príncipe. No vio en el fantasma, eso que Heidegger lla-

do ambos discurren a propósito del dramaturgo británico! Moratin, ¡ qué

microscópico!

vida

Excelente estudio el de Hostos desde el punto de vista sicológico y ético. Tenía que ser así, ya que Hostos es un espíritu de reflexión y por reflexión llega a la expresión y a la realización del bien, entendido éste como un bien social.

bona—, «a propósito del Hamlet que pueda parangonarse con la obra de Hostos». Y continúa: «Nada que se le acerque. El crítico americano desmonta la maquinaria del inglés formidable; estudia, analiza, disocia los caracteres antes de presentarlos en acción. Nadie, ni Goethe, comprendió ni explicó mejor el genio de Shakespeare ni el alma de Hamlet. Voltaire tan perspicuo siempre, ¡qué

pequeño

para el inicio del planteamiento metafísico. : Hamlet es una pieza que no se ol-

el héroe sucumbe al ejecutar el mal. Hay una lección en la interpretación hostosiana. Dice que esa es la ruda lección de la tragedia.

en su presen-

paré

cia hay ese desdoblamiento de nuestra personalidad, hay ese Otro interior que decide la acción a seguir. El fantasma pudo haber dado pie

próximamente.

1.— Blanco Fombona, Rufino - Eugenio María de H»stos (183 +-1903), en América Hostos, Edivión conmemorativa del Gobierno de Puerto Rico, Habana, C ba, pág. 107.

tos se nos revela en su ensayo como un gran escritor, y sus juicios sobre la sicología de los personajes es

' atinado. Cala en la problemática de la existencia, cree que el planteamiento de lo trascendente parte del conflicto sicológico de Hamlet, de su íntima tortura, del conflicto entre el bien y el mal. Ve claro el dilema que tortura el alma del príncipe ante su destino. Ahonda en la tragedia del ser. Hostos bucea en los resquicios más ocultos de un alma

atormentada

por

la lucha,

de un

CORTESIA

Cipriano

DE

Manrique

Inc.

Pintura - <LUCAS> Materiales de Construcción

- Ferretería

- Efectos Eléctricos

alma que sufre y agoniza, como hu-

aBonos

biera dicho Miguel de Unamuno. Nuestro ensayista ve a Hamlet representativo de la agonía individual; como hombre que se angustia frente a su perentoriedad. Ve, a

mi modo en

el

Agentes disiribuidores de los arados «JAGUAR»

de ver, el símbolo esencial

drama

conciencia

que

es

Hamlet,

que se debate

de

Teléfonos: Dpto. Materiales

una

entre la fe

Ferretería.

y la duda, entre el amor y el odio, entre

idea

la duda.

Hamlet

del

y

bien

la

vacila

idea

entre

del

521 y 3944 519 y 520

Dpro. Abonos ».. -4314”y 2012

la vida y la muerte.

Hamlet, para Hostos, es producto de

MAanRIQUE

Oficina

3751 y 2677

la

mal.

Hamlet — según nuestro autor — está llamado a ejecutar el mal sintiéndose inclinado para el bien. Pero

Uptdo.

1147

caGuas, p. R. 5

e

artes y letras


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Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (Los

números

del

1

al

4 ya

están

en

Historiografía por Dra.

circula-

ción)

Puerto

Suscripción por

un

Revista

año

I. C.

(4 núms.)

P.

rica

.

Isabel

Rico

Período

Puertorriqueña

y los

por

dos

Revista años,

I. C.

con

carácter

de Danzas

(Del número Album

Obras

de Juan

retroactivo

Morel

de

de

Juan

Morel

por

F. Santana

.

Rubén

Sobre

la Lengua

en

Puer-

del Rosario

Crecimiento y Desarrollo de la Ciudad de

Campos

San

.

Juan Adolfo

Desarrollo 1, de José

de

Núm.

2, de Luis

Lloréns

Núm.

3, de

Palés

de

Hostos

Luis

Diego

.

Histórico

.

Torres Matos

por Eugenio

.

Las

.

y Villancicos

Francisco

López

de

la

Sociedad

Puer-

torriqueña

Fernández

Instituciones

8)

Apuntes

.

de

Hispano-

a

por C. R. Haring Cruz.

Méndez

Coloniales

américa

por

y Amé-

Poesía:

Núm.

Aguinaldo

de Europa

el

Rico

por Cuadernos

en

(1789-1825)

Consideraciones

.

Campos

1 al 5 ya en circulación) Varias

Unidos

.

P. to

Albumes

del Arroyo

Estados

Revolucionario

por Arturo Suscripción

Gutiérrez

.

para la Historia Literaria de Puer-

to Rico

por F. Manrique Cabrera

Folletos

Conferencias 9)

1)

Visión

Histórico - Crítica

de

la

Literatura

Puertorriqueña por

Dra.

Josefina

Rivera

de

Alvarez

.

La Vida

ta

a

en la Ciudad

Mediados

Través

de

sus

por

Luis

M.

del Actas

de San

Siglo

Juan

XVIII

Bautis-

Vista

a

Capitulares

Rodríguez

Morales

7:

e

.

.

.

.

25

artesy lerras


Precio por unidad

Sinopsis

de las Artes

Plásticas

en

Puerto

Rico por

Osiris

Delgado

Análisis

Estilístico

por

Luis

José

Esclavitud

por

Luis

M.

Acercándonos por

Martín

Negra

en

Díaz

Puerto

Soler

al Grito

Antonio

Rivera

Cómo

Vivían

Nuestros

por

Rafael

W.

Rico

su Vida

.

de

Muñoz

por

Lares

Política (en

Lidio

Luis

.

Rivera-Los

Cruz

Muñoz

su

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Primeros

Rivera-Los

Política

Ramírez

.

Antología

de Luis Muñoz

Ri-

de

Crónicas

Primeros

por Héctor

Navidad

Campos

por

(Folleto)

Parsi

Rico

(1493-1797).

Méndez

Fernández

Cuento - Tomo Concha

Puertorriqueña

.

.

.

(encua-

por

Pedro

(Incluye folleto con la poesía)

Salinas

dernado) por

María

Teresa

Babín

La Bruja

.

por Galería por

Fernández

Teatro

Méndez

val, Francisco

Crítica y Antología Varios

Ballester, Emilio

Arriví

y René

de la Poesía

Ni ENANA O

S. Bela-

Marqués

del

Héctor

.

Proyecto

Para

Puerto

Rico

por Segundo

la Abolición

de la Esclavitud

Tavárez

por

.

Puertorriqueña

. Sur

Campos

(Manuel

Tavárez

Disco

José

Enrique

por

José

E.

en

Ruiz Belvis, José Julián Acosta

G.

Elisa

Parsi

.

Tavárez)

Pedreira

Pedreira

.

Port.-Folios

]

y Francisco Mariano Quiñónez

rot

Delano

Puertorriqueño

por Manuel

NN

Jack

Divertimento

Juncos

por

w

de Loíza

Puertorriqueña Manuel

II

Discos

.

de la Cultura

Méndez

1

III

Meléndez

El Contemplado Panorama

Tomo

de Puerto Rico (1809-1955). Tomo

Figuración de Puerto Rico y Otros Estudios Meléndez

de

Puertorriqueños:

Fernández

Eugenio

por

Libros

Concha

Años

Monclova

Puerto

Eugenio

por

. El

por

10

(encuadernado)

Autores

de

Crónicas de

de

Abuelos

y Pensamientos

Cantos

Años

rústica)

vera

Cuatro

10

Monclova

por Lidio Cruz

Poemas

de Tapia

.

.

Luis La

de la Sataniada

San

Juan

Histórico

8 Litografías

de Luis

Germán

Cajigas

.


HOSTOS

EN

POLITICA

DEL

PENSAMIENTO POLITICO "DE. HOSTOS por

tados' Unidos y su elección se hiciera por medio de plebiscito, entonces nosotros, abogados de la independencia, nos inclinaríamos ante la voluntad de la mayoría legalmente ex-

ser. Y conste que De Hostos es incapaz de estar pensando en sí mismo: está pensando en que en cada ser humano hay la potencia para ser el todo. Ideal que tampoco tiene nada de positivista, sino que más bien es un eco de los viejos genero-

presada. Somos republicanos. Lucha-

sos ideales

mos por el principio de la mayoría, y si la mayoría de mis compatriotas favoreciera la anexión a los Estados Unidos, me sometería a su veredicto, pero ni a mí ni a ningún otro republicano puertorriqueño le gustaría ver al pueblo americano violando su misión de potencia de-mocrática al forzar a Puerto Rico a convertirse en una dependencia de los Estados Unidos, en lugar de ayudarle a sacudir el yugo de sus opresores españoles, para dejarlo fabricar su propio gobierno independien-

El

Decía el gran Maestro:

Rico

«Si Puerto

eligiera ser anexado

a los Es-

te. Si mi país»

— continúa — «se so-

mete

al

americano,

adiós

para

yugo

siempre.

La

le

diré

libertad

de

Puerto Rico y de otros países de habla española ha sido el ideal de mi vida y si mis compatriotas cambiaran un yugo por otro, dedicaré mis energías a la misma causa republi-

pequeño

que

he

sido

durante

mundo

des, así como

democrático

en

caso

adoptasen

absoluta

de

que

las

para

30

fines

mayo-

la

belleza

tampoco

mayorías

éticos.

y

detenerse

para

libertad

vestigación

de Hos-

detenerse

ser, forzosamente,

toda esa vida

y de toda esa obra se desprende un ideal

del ser humano.

El

ser huma-

no concebido en el máximo desarrollo de

sus

facultades.

Nos

dice

una

y Otra vez en sus cartas, en su diario

íntimo

y

en

sus

obras

que

el

hombre hay que desarrollarlo completamente. Es más, hay textos de . Su diario íntimo en donde ese afán de integridad

no

que

logra

le angustia, porque

hacerse

él se concibe

todo

él

lo completo

a sí mismo

como

de

toda

fin

Termino,

para

de está

en la incientífica y

hombre

está

una carta que

es uno

de los docu-

mentos,

juicio,

poéticamente

más

a

mi

bellos,

porque

y

lo

es

poéticamente

lo es humanamente.

tos (ya lo he comparado un

momento,

con

De Hos-

aquí hace

Ulises

y

con

Eneas), muere ¡lejos de Puerto Rico, y poco

antes

de morir,

escribe

a su

hermana Rosa esta carta. Es breve: «Si tú supieras que yo me prendé del

cementerio

hay

en él una

cuyo

pie

de

Mayagúez

palma

querría

y que

pararrayos

reunir

los

de papá y los nuestros. Aunque deseo

sería

que

de

no

a

huesos

mi

reducirme

a

cenizas me dieran por tumba el hondo del mar. Me pareció tan bien aquella palma del cementerio de Mayagúez, que hasta le hablé al ad-

ministrador el pedazo

para que

me

reservara

de tierra alrededor del ár-

bol recto, busca-aire y busca-luz, que mira

al mar

mismo

de las Antillas, el mar

que

desde

casa

de

Mabina

abismaba en contemplaciones fancia soñadora». El árbol

mi inrecto,

busca-aire y busca-luz, el hondo mar, Ulises, la peregrinación, el afán de horizontes nuevos, el afán hasta de descansar, como Ariel, en el fondo del mar, para ver si allí, aún después de la vida, se encierra algún misterio que su entendimiento tan curioso

-« diera ver:

y tan

ávido

estudiar, ¡el mar,

de

ciencia

escudriñar

la palma,

y

el árbol

to, busca-aire

y busca-luz! sepultado

rec-

De

cosas

servicio

Su obra y su figura están vivas allí.

al

inteligente,

amigos

un

del

el objetivo

tiene

que

fin ético.

míos, leyéndoles

donde

fue

No,

Hostos

la vida,

no

pu-

resol-

y la verdad,

de

vida

El

ni

para

MOJICA

la belleza

ambas El

ahí,

de la verdad

últimas meditaciones sobre De Hos-

bien.

está

regodearse

ahí. No.

creando

poner

No

en la contemplación

pero

De

los puerto-

El hombre está en el mundo cumplir

para,

siguiente:

educación

todos

tos para, aún en ese caso, expatriarse de Puerto Rico porque para él la anexión no era aceptable. ¿Qué he sacado en claro en estas tos? Lo

toda

los individuos, deben

mensaje

María

la anexión,

de Eugenio

a las

y

es un

rriqueños, para toda nuestra raza, para todo nuestro desarrollo como pueblo culto, que es el siguiente:

regodearse

Respeto

latino.

microcosmo,

estar regidos por la razón. La razón conduce a la justicia y sólo en la vigencia de la justicia es que puede arraigar la libertad. Y con estos dos máximos principios hostosianos, a saber, el hombre concebido como una integralidad y la razón conduciendo a ese hombre a un ideal de justicia y, por consiguiente, de la única libertad posible que radica en el ejercicio y la vigencia de la justicia, se desprende

un

años».

rías

es un

racional debe tender a desarrollar la "integralidad del hombre. Se desprende, así mismo, que las socieda-

cana, pero me quedaré siendo el expatriado

del renacimiento

hombre

AÁGUEDO

jamás

podrá

en el mar.

gastarlas

sano ni destruirlas el olvido: conciencia

y en

el corazón

el gu-

En la agrade-

cido del pueblo de Puerto Rico.


Precio. por unidad

Sinopsis

de las Artes

Plásticas

en

Puerto

E

Análisis Estilístico de la Sataniada de Tapia por_ José

Rico por

Osiris

Delgado

La Esclavitud Negra en Puerto Rico Luis

M.

Acercándonos por

Díaz al

Soler

Grito

Antonio

Rivera

Cómo

Vivían

Nuestros

por

Rafael

W.

14)

Poemas

Martín...

"e

O

.

Luis

por

Luis

su Vida

.

de

Muñoz

por

Luis

Lares

.

10

Años

de

Lidio

Cruz

Muñoz

10

Años

de

Monclova

Rivera-Los

Política

Primeros

(encuadernado)

por Lidio Cruz Monclova

Abuelos

y Pensamientos

Primeros

Política (en rústica)

su Vida

Ramírez

Rivera-Los

.

Antología

de Luis Muñoz

Ri-

de Autores

Crónicas

de

Puertorriqueños :

Puerto

por Eugenio

Rico

(1493-1797).

Fernández

Méndez

vera

Crónicas Cuatro

por

Cantos

Héctor

de

Navidad

Campos

(Folleto)

Parsi

por

. El

Fernández

Cuento - Tomo

Concha

por

Concha

Meléndez

de la Cultura

Puertorriqueña

(encua-

.

.

Discos

. El Contemplado

Panorama

por

Pedro

(Incluye

folleto

con

la poesía)

Salinas

dernado) por

María

Teresa

Babín

La Bruja

.

por

Galería por

Fernández

Méndez

Ballester, Emilio

S. Bela-

val, Francisco Arriví y René Marqués Crítica y Antología Varios

Proyecto Puerto

+e

de la Poesía

.

Puertorriqueña

.

del Sur

Héctor

Tavárez por

Campos

(Manuel

Elisa

Disco José por

.

Parsi

.

José

Enrique E.

Ruiz

Belvis,

Mariano

artes y letras

José

Quiñónez

Julián

Acosta

Pedreira

Pedreira

.

Port.-Folios

Rico

Segundo

G. Tavárez)

Tavárez

Para la Abolición de la Esclavitud en

y Francisco

8

Delano

Puertorriqueño

por Manuel

por

Jack

Divertimento

Juncos

por Teatro

te

de Loíza

Puertorriqueña Manuel

II

III

Meléndez

Figuración de Puerto Rico y Otros Estudios

Méndez

1

.

de Puerto Rico (1809-1955). Tomo

Eugenio

por

Libros

Tomo

San

Juan

Histórico

8 Litografías

de Luis

Germán

Cajigas

.


HOSTOS

EN

DEL

POLITICA

PENSAMIENTO POLITICO "DE HOSTOS por

Decía el gran

Rico

eligiera

Maestro:

«Si Puerto

ser anexado

a los Es-

tados' Unidos y su elección se hiciera por medio de plebiscito, entonces nosotros, abogados de la indepen-

dencia, nos inclinaríamos ante la voluntad

de la mayoría

legalmente

ex-

ser. Y conste que De Hostos es incapaz de estar pensando en sí mismo:

ser

está

hay

carta

que

MOJICA

es uno

los

en

cada

mentos, a mi juicio, más bellos, y lo es

la potencia

para

porque

pensando

humano

una

AGUEDO

en

que

ser el todo. Ideal que tampoco tiene nada de positivista, sino que más bien es un eco de los viejos genero-

momento,

con

De Hos-

aquí hace

Ulises

y

con

Eneas), muere lejos de Puerto Rico, y poco antes de morir, escribe a su

sos ideales

mos por el principio de la mayoría, y si la mayoría de mis compatrio-

El hombre es un microcosmo, es un pequeño mundo y toda educación racional debe tender a desarrollar la integralidad del hombre. Se des-

hermana

prende, así mismo,

cuyo pie querría reunir los huesos de papá y los nuestros. Aunque mi

tas favoreciera la anexión a los EsUnidos,

redicto, otro

me

pero

sometería

ni a mí

republicano

a su ve-

ni a ningún

puertorriqueño

le

gustaría ver al pueblo americano violando su misión de potencia democrática al forzar a Puerto Rico a convertirse en una dependencia de los Estados Unidos, en lugar de ayu-

des,

así

como

los

latino.

lo es humanamente.

tos (ya lo he comparado un

docu-

presada. Somos republicanos. Lucha-

tados

del renacimiento

de

poéticamente poéticamente

que las sociedaindividuos,

deben

Rosa

esta carta. Es breve:

«Si tú supieras que yo me prendé del

cementerio

hay

en él una

de

Mayagiúez

palma

y

que

pararrayos

a

estar regidos por la razón. La razón

deseo sería que

conduce vigencia

cenizas me dieran por tumba el hondo del mar. Me pareció tan bien aquella palma del cementerio de

a la justicia y sólo en la de la justicia es que puede

arraigar la libertad. Y con estos dos máximos

de no reducirme

a

princi-

Mayagúez, que hasta le hablé al ad-

pios hostosianos, a saber, el hombre concebido como una integralidad y

ministrador para que me reservara el pedazo de tierra alrededor del ár-

car su propio gobierno independien-

la razón conduciendo

bol recto, busca-aire y busc--luz, que

te. Si mi mete al

a un

darle a sacudir el yugo de sus opresores

españoles,

adiós

país» yugo

para

Puerto

para

dejarlo

fabri-

— continúa — «se soamericano, le diré

siempre.

La

libertad

de

Rico y de otros países de ha-

bia española

ha sido el ideal de mi

vida y si mis compatriotas cambiaran un yugo por otro, dedicaré mis

energías

a la misma

causa

republi-

cana, pero me quedaré siendo el expatriado que he sido durante 30 años». Respeto democrático a las mayorías en caso de que las mayorías adoptasen la anexión, pero libertad absoluta de Eugenio María de Hostos para, aún en ese caso, expatriar-

ideal

de

a ese hombre

justicia

y, por

consi-

mira

al mar

de las Antillas, el

guiente, de la única libertad posible

mismo

que radica en el ejercicio y la vigencia de la justicia, se desprende

abismaba

un

los puerto-

busca-aire y busca-luz, el hondo mar,

rriqueños, para toda nuestra raza, para todo nuestro desarrollo como pueblo culto, que es el siguiente: El hombre está en el mundo para

Ulises, la peregrinación, el afán de horizontes nuevos, el afán hasta de descansar, como Ariel, en el fondo

cumplir fines éticos. No está para regodearse en la contemplación de la belleza y detenerse ahí, ni está

pués

mensaje

tampoco

para

para

todos

regodearse

en

la

in-

vestigación de la verdad científica y

fancia

del

que

desde

casa

soñadora».

mar,

de

Mabina

en contemplaciones

para

El

ver

de la vida,

mi in-

árbol

recto,

si allí, aún

se encierra

des-

algún

misterio que su entendimiento tan curioso y tan ávido de ciencia pu-

- diera

estudiar,

escudriñar

y

resol-

está

ver: ¡el mar, la palma, el árbol recto, busca-aire y busca-luz! No, De

para, creando la belleza y la verdad,

Hostos no fue sepultado en el mar.

se de Puerto Rico porque para él la

poner

bien. El fin de la vida, el objetivo de toda vida inteligente, tiene que

Su obra y su figura

están

anexión

donde jamás

gastarlas el gu-

no era aceptable.

¿Qué he sacado en claro en estas últimas meditaciones sobre De Hostos? Lo siguiente: De toda esa vida y de toda esa obra se desprende un ideal del ser humano. El ser huma-

no concebido en el máximo llo de

sus

facultades.

y Otra

vez

en

sus

Nos

cartas,

desarrodice

en

su

una dia-

rio íntimo y en sus obras que el hombre hay que desarrollarlo completamente. Es más, hay textos de

su diario íntimo en donde ese afán de integridad le angustia, porque él no logra hacerse todo lo completo que él se concibe a sí mismo como

detenerse

ahí.

ambas

No. cosas

ser, forzosamente,

Termino,

El

amigos

al

un

hombre servicio

del

fin ético.

míos, leyéndoles

podrá

vivas

allí,

sano ni destruirlas el olvido: En la conciencia y en el corazón agrade-

cido del pueblo

de Puerto Rico.


DIRECTORIO PURGELL, BELAVAL, LOMBA x Contadores públicos autorizados Santurce,

PUERTO:

GUTIERREZ SANCHEZ y . Abogados - Notarios

PUERTO

LUIS

BAUZA

- Notario

MIRANDA

CORREA Santurce,

YAMIL Abogado

RICO

Abogado - Notario

RICO

PUERTO

RAMIREZ

San Juan, PUERTO

Abogado

San Germán,

Co.

RICO”

GUILLERMO San Juan,

PROFESIONAL

GALIB

RODRIGUEZ

- Notario

RAMIREZ

DIAZ

RICO

PUERTO

RICO

OTERO, GONZALEZ

Abogados Santurce, PUERTO

ANGEL

CRUZ

Abogado Edificio Bauret

RICO

CRUZ

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Juan,

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B. ROSAS

RICO

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EMILIO Santurce,

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EMILIANO POL JR. MANUEL TORO AQUILES ACISCLO VALLECILLO

RICO

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POLANCO y GEIGEL

RICO

públicos

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autorizados

San Juan,

PUERTO

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LCDO.

RICO

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LINERA

Abogado - Notario OSCAR CASTRO RIVERA Abogado - Notario

Ave. Muñoz Rivera, 501 (Altos) Hato Rey, PUERTO RICO

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Comercio, 350 - Tel. 3-2751

San Juan, PUERTO

RICO

LCDO.

SANTIAGO

POLANCO

ABREU

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RIOS

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Abogado - Notario San Juan,

A.

Abogado

RICO

LCDA. CONSUELO

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BURGOS

DE

PAGAN

Abogado - Notario B.” obrero

San Juan, PUERTO 10

e

artes y letras

RICO

Santurce, PUERTO RICO


DEL PARNASO

DE HONDURAS

Los

versos de Lillian

del Valle por RAFAEL VEGA

Recientemente hemos leído los últimos versos de Lillian del Valle, notable educadora y poetisa hondureña. Se trata de un espléndido panorama estético donde a veces destaca la nota inquisitiva de sus jardines interiores: En la calma silente de mis noches insomnes quiero escrutar vehemente mis caras emociones. Por

esas

vías

Doquiera

como

dolientes,

de

la

Otras facetas del carácter de Lillian del Valle se advierten en su poesía Mi verso. Dos estrofas señalan, por ejemplo, una actitud recoleta, de modestia:

Surge

fantasmas

No

O RICO

INERA

tiene,

pues,

es

del

De con no y a

01 (Altos) TO RICO

Ejerce lugares

de

Lillian

del

la fina poetisa en Minas

Destacan

de

la

en el valle — donde

drigalescas

opulencias

cales y más

—los

junto

Esa

allá, en la lejanía, las estribaciones

B.” obrero

RTO RICO

poema

función A mi

madre:

de

la poetisa

que

otras

de alturas, el propósito

adquiere

proteicidad:

paloma

sin

aliento

:

suplicante, al pie de algún

altar.

elemento

temporal.

Tiene, para la poetisa, una

signifi-

Cuando la lámpara votiva de mi vida se haya extinguido en .el capuz sombrío y haya dejado el corazón tan frío que ya no más será lava encendida.

barran-

de las

El

ánfora

lírica

de

su

corazón

no

enmudecerá,

embargo — como ”él arpa becqueriana—, ignota. Porque:

en

sin

la región

Desde allí, en su anhelar interno, como en hilo de luz suave y eterna, cantará lo divino, lo inefable del_ amor, la verdad y la Belleza. Por su exquisita sensibilidad y por la exposición, brillante y ática, de los valores eternos, Lilliam del

tiene su génesis en la intuición,

conmovedora,

reite-

Al referirse a la primavera aparece en la producción lírica de Lillian del Valle un ambiente de alas, de jocundidad y luminosidad. Pero esa luz no es un mero

flor de maa los

en

de hinojos

hondureña.

Sembrador incansable de la idea en suave y tierna tierra de niñez, su verbo es luz de inextinguible tea para la transitoria lobreguez

damente

una

cación más honda puesto que la misma representa, en efecto, «todo el sublime esplendor de una vida inmortal». Ha cantado también Lillian del Valle, en versos de notable fluidez, a la cesación de las cosas...

montañas. En aquel paisaje terruñero, vasto, de naturaleza pródiga y enhiesta, se alza también significativamente el enjuiciamiento de Lillian del Valle respecto a la función ejemplarizadora del maestro:

PAGAN

es

de Oro, uno de los

república

ella es una pinos

sorprendente

Valle

y moral:

pintorescos

es puro

de la naturalezase asocia

Tras esa vocación una

firme andar y de mirar sereno paso audaz hacia adelante va: le arredra del mundo el vano empeño su ideal la vida entregará.

más

arrollador

ve, a la Naturaleza:

A la exposición rada ambición:

fuerte

camino.

el temperamento

autobiográfico

raudales

Lanza a veces sus alas sobre el viento cual ave que quisiera misterios escrutar.

cualidades de meandro que se detiene, en medio del camino de la vida, simplemente a soñar con horizontes luminosos. Va resueltamente hacia ellos con las alas de su sensibilidad y de su talento. De ahí que en su poesía El maestro tenga la siguiente estrofa un do-

ble valor

rápidos

anhela siempre mantenerse oscuro cual diamante que oculta su belleza.

al Destino: su

en

el torrente

no al mundo

frente

trazó

vibrante,

Como

soñadoras,

victoria

que

faz)

con raro empuje de ignoradas manos; no pretende a la gloria sus laureles y es esquivo al mirar de los humanos.

Ante esa sucesión de recuerdos, ¿qué actitud asume la poetisa? ¿Una actitud de protesta, de desaliento? ¿O una actitud de renovado optimismo? Veamos: Mira

tu humilde

tu corazón manda que siembre simientes de amor y paz.

pretéritas y vanas mis ilusiones todas

encárate

y siempre

(al evocar

emotivas

Pasan

LANCARA

dice

profun-

en

su

Valle constituye una de las figuras más distinguidas del parnaso

más

hondureño

cuya

selectas antologías

obra

futura

engalanará

las

de Hispanoamérica. 11

e

artes y letras


Poesia Puertorriqueña CREPUSCULO Por

FÉLIX

FRANCO

OPPENHEIMER

El horizonte va cerrándose y las olas del mundo se

van

adormeciendo

atenidos

a bregas

en

que

los

hacen

en su abismo ojos

cansados,

girar crepúsculos.

Señor, ya nada tengo, todas mis cosas se han borrado con la tarde, y ya sólo me encuentro, sólo conmigo, a solas, en perfil distendido a la brumosa margen. Y ya

nadie,

ya las sombras

me

piensa,

del mundo

son las más

y es sólo el reloj de la eternidad el centinela

firme

que

en

su

hondas

sombra

se

un

humeral

azul,

ceniciento,

Ya yo no soy el batallar

es

mi

estela.

tan animoso,

el ímpetu de sol o el resplandor de luna, aquél paso obstinado... Ya no soy más que el sueño

Por J. 1. De

mira.

Todas las velas en el mar ya se han plegado, el viento es ya sereno y las olas más lentas, ya no es mi corazón el ágil marinero, y

ARCADIA

mías,

en su hora,

errante de la angustia.

Y sin que a esto concluya el cansancio diario, ha llegado la tarde a rendirme en sus frutos, mientras la noche, mansa de luceros, aguarda, para encendernos las tiernas bujías del mundo. Señor, ya soy de nuevo en tu redil, oveja, para tu amor antiguo, que de tanto perdidizo andar, vuelto tengo, pañuelo de piedad, mi corazón de olvido.

Soñador,

nuestras

DieGO

almas

PADRÓ irán

juntas

Hacia la vida enérgica y pagana De los agrestes Númenes, creadores De la Belleza multiforme y sacra. Dominó en ellos el salvaje instinto Del placer, y el amor los embriagaba; Verso y música dieron a los campos

Y a la bestia voraz razón y habla. Su culio era la pasión desnuda, En

las campiñas

de la dulce Arcadia

Tuvo goces la vista, miel el labio Y contacto

el varón

bajo

las parras.

Allá, en la copa de los padres árboles Reía el sol. En las floridas ramas, En los montes azules y en los valles La primavera siempre susurraba. Soñador, los que fueron a esa tierra Tras el ensueño y la emoción pre<lásica, En cada río oyeron un lenguaje Y una nota vital en cada rama. Al renovarse aquella vida mítica La desnuda Belleza se irguió intacta. Un recuerdo gemía en cada ruta Y en cada piedra tumular un alma. Y cada cuerpo obedeció al impulso Campestre y libre del amor. La flauta Del panida vibró sobre los montes Y despertaron símbolos y estatuas. Soñador, nuestras almas irán juntas Hacia la selva antigua y visionaria. En el mundo interior Arcadia vive Y en los versos de abril palpita y canta.

12

e

artes y letras


CAÑAVERAL Por

Cuando

CARLOS

ORAMA

el cañaveral

PADILLA

se mece

al viento

Le parece al turista cosa extraña; Pero

para

el poeta,

cada

caña

Es un grito que se alza al firmamento. Para Que

el pobre

la voz

de

colono

es un lamento

lo actual

pone

en su

entraña;

Para el banquero y su taimada maña Es un guarismo en su tanto-por-ciento. Pero para el curtido machetero, Para ese jincho y miserable obrero Atúrdido, en harapos y sin guía, El cañizal es toda una odisea; Es una muda y triste biografía Escrita al sol ¡para que Dios la lea!

EL

FLAMBOYAN

Por

Sensual

José

antorcha

A. BALSEIRO

que

calienta y brilla

De violencia en llanuras y montañas; Fuente de sangre, airón de maravilla : Cuaja ardor el Verano en tus entrañas. La flor de fuego en tu La luz Caribe en que tu Y el paisaje antillano se A tu lumbre, hecho miel,

corona humilla copa bañas, arrodilla entre las cañas.

De tu destello en el rubi prendidos, Púrpura en llama el horizonte hiende Cristales tintos en insolaciones. Y entre el cielo y la tierra sorprendidos, En la enramada tropical se enciende La rebelión de esclavos corazones.

DEL Por

REGRESO

DEL

JIBARO

FELIPE

N.

Tierra que profanó la telaraña Que traza el «Caterpillar». ¡Tierra mía! Tierra-Cristo, que el déspota exprimía ¡Para extraer riquezas de su entraña! Tierra del panapén, tierra del guano, Volverás a sentir la noble mano Del campesino montaraz y adusto

Devolviendo caricias por tus mieses Y

lograrás

estar,

como

BAUZÁ

de azul y manso

oleaje.

ARANA

Tierra del morador de la montaña Que la avaricia sedujera un día, Y desahuciando al ñame y la yautía Cerró el atrecho y te sembró de caña.

Llena

OBDULIO

Es verano y hay sol. El mar nos llama

en su calma Por

OLVIDO

otras

veces,

de amor, y parirás a gusto.

Este

amor

que nos crece día a día:

iy la palabra El tiempo

trunca

va dejando

entre los labios! su nostalgia

sobre el vasto océano y es amarga y oscura: la sombra que nos sigue. cs y

AAA

¡Tu dulce y suave rostro entre mis manos! ¡Querer vivir para el amor tan sólo! Aj y ser amado y ver el tiempo allá en lejana forma de distancia: ¿Por qué, Señor, por qué tiene la tarde esta tibia quietud? ¿Está llamada a una paz de no ser, a una bonanza,

de silencio y olvido? 13

+

artes y letras


Poesia Puertorriqueña CREPUSCULO Por

FÉLIX

FRANCO

OPPENHEIMER

El horizonte va cerrándose en su abismo y las olas del mundo se van adormeciendó en los ojos cansados, atenidos a bregas que hacen girar crepúsculos. Señor, todas

ya

mis

nada

tengo,

cosas

se

han

borrado

con

la

tarde,

y ya sólo me encuentro, sólo conmigo, a solas, en perfil distendido a la brumosa margen. Y ya

nadie,

me

ya las sombras

piensa,

del mundo

son las más

hondas

ARCADIA

mías,

y es sólo el reloj de la eternidad en su hora, el centinela firme que en su sombra se mira. Todas

las velas en el mar ya se han plegado,

el viento es ya sereno y las olas más lentas, ya no es mi corazón el ágil marinero, y un humeral azul, ceniciento, es mi estela. Ya yo no soy el batallar tan animoso, el ímpetu de sol o el resplandor de luna,

aquél paso

obstinado...

Ya no soy más Y sin que ha

llegado

que el sueño errante

a esto concluya la

tarde

de la angustia.

el cansancio

a rendirme

en

sus

diario,

frutos,

mientras la noche, mansa de luceros, aguarda, para encendernos las tiernas bujías del mundo. Señor, ya soy de nuevo en tu redil, oveja, para tu amor antiguo, que de tanto perdidizo andar, vuelto tengo, pañuelo de piedad, mi corazón de olvido.

Por J. 1. DE

DIEGO

PADRÓ

Soñador, nuestras almas irán juntas Hacia la vida enérgica y pagana De los agrestes Númenes, creadores De la Belleza multiforme y sacra. Dominó en ellos el salvaje instinto Del placer, y el amor los embriagaba; Verso y música dieron a los campos Y a la bestia voraz razón y habla. Su

culto

era

la pasión

En las campiñas

desnuda,

de la dulce Arcadia

Tuvo goces la vista, miel el labio Y contacto el varón bajo las parras. Allá, en la copa Reía

el sol.

En

las

de los padres árboles floridas

ramas,

En los montes azules y en los valles La primavera siempre susurraba. Soñador, los que fueron a esa tierra Tras el ensueño y la emoción pre-clásica, En cada río oyeron un lenguaje Y una nota vital en cada rama. Al renovarse aquella vida mítica La desnuda Belleza se irguió intacta. Un recuerdo gemía en cada ruta Y en cada piedra tumular un alma. Y cada cuerpo obedeció al impulso Campestre y libre del amor. La flauta Del panida vibró sobre los montes

Y despertaron

símbolos

y estatuas.

Soñador, nuestras almas irán juntas Hacia la selva antigua y visionaria. En el mundo interior Arcadia vive Y en los versos de abril palpita y canta.

12

+.

artes y letras


CAÑAVERAL Por Cuando el Le parece al Pero para el Es un grito

CARLOS

ORAMA

cañaveral se turista cosa poeta, cada que se alza

Para el pobre colono Que la voz de lo actual Para el banquero y su Es un guarismo en su

PADILLA

mece al viento extraña ; caña al firmamento.

es un lamento pone en su entraña; taimada maña tanto-por-ciento.

Pero para el curtido machetero, Para ese jincho y miserable obrero Atirdido, en harapos y sin guía, El cañizal es toda una odisea; Es una muda y triste biografía Escrita al sel ¡para que Dios la lea!

EL FLAMBOYAN Por José A. BALSEIRO Sensual antorcha que calienta y brilla De violencia en llanuras y montañas ; Fuente de sangre, airón de maravilla : Cuaja ardor el Verano en tus entrañas. La flor de fuego en tu corona humilla luz Caribe en que tu copa bañas,

La

Y el paisaje antillano se arrodilla A

tu lumbre,

hecho

miel, entre

las cañas.

De tu destello en el rubí prendidos, Púrpura en llama el horizonte hiende Cristales tintos en insolaciones.

En La

Y entre el cielo y la tierra sorprendidos, la enramada tropical se enciende rebelión

de

esclavos

DEL Por

REGRESO Por

Tierra Que

del

DEL

FELIPE

morador

la avaricia

JIBARO

N.

un

día,

Y desahuciando al ñame y la yautía Cerró el atrecho y te sembró de caña. Tierra que profanó la telaraña Que traza el «Caterpillar». ¡Tierra mía! Tierra-Cristo, que el déspota exprimía ¡Para extraer riquezas de su entraña! Tierra del panapén, tierra del guano, Volverás a sentir la noble mano

Del campesino

OLVIDO

OBDULIO

BAUZÁ

Es verano y hay sol. El mar nos llama en su calma de azul y manso

oleaje.

ARANA

de ¡a montaña

sedujera

corazones.

Este amor que nos crece día a día: ¡y la palabra trunca entre los labios! El tiempo va dejando su nostalgia sobre el vasto océano y es amarga y oscura: la sombra que nos sigue. ¡Tu dulce y suave rostro entre mis manos! ¡Querer vivir para el amor tan sólo!

Amar y ser amado y ver el tiempo allá

en

lejana

forma

de

distancia

montaraz y adusto ¿Por qué, Señor, por qué tiene la tarde

Devolviendo Y

lograrás

caricias

estar,

como

por

tus mieses

otras

veces,

Llena de amor, y parirás a gusto.

esta tibia quietud? ¿Está llamada a una paz de no ser,

a una

bonanza,

de silencio y olvido? 13

+

artes y letras


Poesia Puertorriqueño CREPUSCULO Por

FÉLIX

FRANCO

OPPENHEIMER

El horizonte va cerrándose y las olas del mundo se

van

adormeciendó

atenidos

a bregas

Señor,

ya nada

todas

mis

cosas

en

que

los

hacen

en su abismo ojos

cansados,

girar crepúsculos.

tengo, se

han

borrado

con

la tarde,

y ya sólo me encuentro, sólo conmigo, a solas, en perfil distendido a la brumosa margen. Y

ya

nadie,

me

piensa,

ya las sombras del mundo y es sólo

el reloj

de

son las más hondas

la eternidad

en

su

ARCADIA

mías,

hora,

Por J. 1. DE DieEGO PADRÓ

el centinela firme que en su sombra se mira. Todas las velas en el mar ya se han plegado, el viento

es ya sereno

ya no es mi corazón y

azul,

y las olas más

lentas,

el ágil marinero,

un

humeral

ceniciento,

Ya

yo no soy el batallar

es

mi

estela.

tan animoso,

el ímpetu de sol o el resplandor de luna, aquél paso obstinado... Ya no soy más que el sueño errante Y

sin

que

a esto

concluya

de la angustia.

el cansancio

diario,

ha llegado la tarde a rendirme en sus frutos, mientras la noche, mansa de luceros, aguarda, para encendernos las tiernas bujías del mundo.

Señor, ya soy de nuevo en tu redil, oveja, para tu amor antiguo, que de tanto perdidizo andar, vuelto tengo, pañuelo de piedad, mi corazón de olvido.

Soñador,

nuestras

almas

irán juntas

Hacia la vida enérgica y pagana De los agrestes Númenes, creadores De la Belleza multiforme y sacra. Dominó en ellos el salvaje instinto Del placer, y el amor los embriagaba; Verso y música dieron a los campos Y a la bestia voraz razón y habla. Su culto era la pasión desnuda, En las campiñas de la dulce Arcadia Tuvo goces la vista, miel el labio Y contacto el varón bajo las parras. Allá, en la copa de los padres árboles Reía el sol. En las floridas ramas, En los montes azules y en los valles La primavera siempre susurraba. Soñador, los que fueron a esa tierra Tras el ensueño y la emoción pre-lásica, En

cada

Y una

río

nota

oyeron

un

lenguaje

vital en cada

rama.

Al renovarse aquella vida mítica La desnuda Belleza se irguió intacta. Un recuerdo gemía en cada ruta Y en cada piedra tumular un alma. Y cada cuerpo obedeció al impulso Campestre y libre del amor. La flauta Del panida vibró sobre los montes Y despertaron símbolos y estatuas. Soñador,

nuestras

almas

irán

juntas

Hacia la selva antigua y visionaria. En el mundo interior Arcadia vive Y en los versos de abril palpita ?y canta.

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e

artes y letras


CAÑAVERAL Por

Cuando

un Para

Que

ORAMA

el cañaveral

Le parece Pero para

Es

CARLOS

se mece

al turista cosa el poeta, cada

grito

que

de

al viento

extraña ; caña

se alza al firmamento.

el pobre

la voz

PADILLA

colono

es un

lo actual

lamento

pone

en

su

entraña;

Para el banquero y su taimada maña Es un guarismo en su tanto-por-ciento. Pero

para

el curtido

machetero,

Para ese jincho y miserable obrero Aturdido, en harapos y sin guía, El cañizal es toda una odisea; Es una muda y triste biografía Escrita al sol ¡para que Dios la lea!

EL

FLAMBOYAN

Por José A. BALSEIRO

Sensual antorcha que calienta y brilla De

violencia

en

llanuras

y montañas;

Fuente de sangre, airón de maravilla : Cuaja

ardor

el Verano

en tus entrañas.

La flor de fuego en tu corona

humilla

La luz Caribe en que tu copa bañas, Y el paisaje antillano se arrodilla A tu lumbre, hecho miel, entre las cañas. De tu destello en el rubí prendidos, Púrpura en llama el horizonte hiende Cristales tintos en insolaciones. Y entre el cielo y la tierra sorprendidos, En la enramada tropical se enciende La rebelión de esclavos corazones.

DEL Por

REGRESO Por

FELIPE

Tierra del morador Que

la avaricia

DEL N.

sedujera

el atrecho

un

día,

y la yautía

y te sembró

Tierra que profanó

Que, traza

ARANA

de la montaña

Y desahuciándo al ñame Cerró

JIBARO

de caña.

la telaraña

el «Caterpillar». ¡Tierra mía!

TierraCristo,

que

el déspota

exprimía

OLVIDO

OBDULIO

BAUZÁ

Es verano y hay sol. El mar nos llama en su calma de azul y manso

oleaje.

Este amor que nos crece día a día: ¡y

la palabra

trunca

entre

los labios!

El tiempo va dejando su nostalgia sobre el vasto océano y es amarga y oscura: la sombra que nos sigue.

¡Para extraer riquezas de su entraña!

¡Tu dulce y suave rostro entre mis manos! ¡Querer vivir para el amor tan sólo!

Tierra del panapén, tierra del guano, Volverás a sentir la noble mano Del campesino montaraz y adusto

Amar y ser amado y ver el tiempo allá en lejana forma de distancia:

:

¿Por qué, Señor, por qué tiene la tarde Devolviendo caricias por tus mieses Y lograrás estar, como otras veces,

Llena de amor, y parirás a gusto.

esta tibia quietud? ¿Está llamada a una paz de no ser, a una bonanza, de silencio y olvido?

13

+.

artes y letras


Libros

Ignacio Ignacio

Guasp

no

¡REFRESCANTE

de

es

Guasp

sólo

un

po puede

hu-

ABROSA!

sostenernos

morista; es un pensador. Burla, bur-

tal cabeza;

lando,

por

el peso

algu-

marchar

sobre

nas amargas. Pero a nosotros, que estamos ahora en el ápice del optimismo nos conviene un poco de amargura. Y esa amargura, si no la

grandeza

para

tenemos

tre nosotros, aunque algunos crean. En sus libros Guasp

dice

muchas

ahora,

la

verdades,

tendremos

más

tarde. La vida no es toda delicias, confort, vanidad, comilonas, placer.

Ignacio Guasp es un viejo filósofo

Ignacio

Guasp

tributo

de

estos

«Celebramos

«Diccio-

Ignajoco-

que

ya

tristes. Y la vida, en su mayor parte, es como los libros de Guasp. La vida no es una vedette de café cantante; es una maestra severa y al que no aprovecha sus lecciones les

nave

palmetazos

maestros

de

como

antaño

a

Jos

buenos

cuyas

teorías

en

habla

del

nuestra

realismo

es

«amargo

vida».

la

Ese

sabiduría

realis-

amargo del

Ecle-

se

no lo rinde

progenie

celebra

de

hoy

his-

el Día

América,

el día

culto

las en estas

ción,

de

del

dice:

la Raza;

a

Santa

que

María,

llevó

una

la cruz

tierras, la Cruz y la Ora-

símbolo

ranza,

los

del

dos

dolor

y la espe-

sentimientos

dos de la vida».

fecun-

«En este día, en todos los pueblos América, grandes y chicos, el re-

cuerdo

de

de

y una oración a bordo para anclar-

lenacio Guasp, que no se fija sólo en lo superficial, en la epidermis de cosas,

aquí

el

de

mo

hombre

a su

simbólica

se está ahora volviendo.

las

la

es una celebración en silencio, como incumbe a un pueblo que no cree

sas y amables, pero la mayor parte

da

es un

amor

Descubrimiento

y

de

en pie».

pana: Refiriéndose a la indiferencia con

«Crónicas»

muletas

principios, de honda tradición hispánica que es la única valedera en-

ta, no todos oyen como debieran. En libros,

las

sostenernos

a quien, por creerlo sólo un bromis-

nario de la Lengua Mechada» cio Guasp dice algunas cosas

de

por lo que tenemos que

de

la gesta

de

Colón,

anima-

da por España, es acto de veneración; por el agradecimiento de unos pueblos que aprendieron a rezar, y con ello se unieron por los siglos al

siastés, del libro de Job y de las ad-

destino espiritual,

moniciones de los profetas. ¡Qué lejos estamos hoy de eso! Somos mariposas frívolas. ¡Dichoso el hombre a cuyos labios llega un poco de aquel amargor!

da de lado y que es, y será siempre, el motor que anime, la vela que empuje a la realidad hacia las regio-

Dice Guasp en su libro «Crónicas»: «Antaño, antes de que Puerto

«Pese a la fiesta de los banderines y al adoctrinamiento falaz de las dos culturas, Puerto Rico, será siempre, un pueblo hispano aún con ol-

Rico

sufriera

delirio

de

grandeza,

tenía su corazón sano. Muy pocos morían de enfermedad cardíaca, y salvo que uno u otro sufría un síncope justificado y el centro de vida de nuestro pueblo cumplía su función de modo cabal, por no decir moral; hoy a todos nos amenaza la tromba del progreso y de la grandeza que va unida a él; las válvulas del alma boricua, que dicen que es-

tán

en

a grado

el corazón, tal que

sensibilidad

están

casi han

de

cuando

+.

14

indeclinables

vido

de

«Puerto

Rico es hoy lo que es gra-

cias a los sentimientos la hidalga

España

que

que

sembró

sostener

la

no por amor, por agradecimien-

to, debiéramos acercarnos al altar del recuerdo, encendida la vela de nuestra

gratitud

rioso».

un

para

armazón de nuestra vida. Por eso, ya

perdido

éramos

pensamiento,

Colón».

do beneficiarios

la

del

de la madre España».

atrofiadas

guiñapo; y todo porque somos cabezones, apenas nuestro pequeño cuer-

artes y letras

nes

a eso que hoy se

Felicitamos

a

por habernos

DE PUERTO RICO

elegi-

de un

destino

Guasp

por

sus

gloli-

bros y su generosa admiración a España.

LA CERVEZA

¡04 mas

/


LA ESPERA (nego del amor y del Lempa)

por Luis Rafael Sánchez

Aid Habíamos

dispuesto

que

en la edición

de Navidad

próxima pasada, obsequiaríamos a nuestros lectores con la publicación completa de esta magnífica obra dramática de uno de nuestros más jóvenes dramatur-

gos.

Por

razones

ya

conocidas,

no

pudimos

hacerlo.

ACTO

La habitación. Ventana amplia al fondo con cortinón azul. Las paredes deliciosamente desiguales tienen la

fragilidad única de la vida. El lugar es un mundo

Ahora, hemos iniciado su publicación, ofreciendo para empezar el Primer Acto de tan interesante obra en esta edición. En la próxima de marzo, publicaremos el Segundo Acto, cumpliendo así nuestra promesa. De todos

curo

modos, sabemos

etérea

y alada.

bierta

por

que nuestros lectores gozarán

y apro-

vechdrán para tener completa, este gran ensayo dramático que tanto éxito tuvo en sus varias representaciones en la isla y que se publica por primera vez. de

La Espera ganó mención honorífica en el certamen teatro que patrocina el Ateneo Puertorriqueño, en

1958. Fue estrenada

en febrero

23 de 1959 con

de

del

Experimental

la inauguración

tario, bajo la dirección guiente

Teatro

de

recuerdos

donde

el

tiempo

Nilda

La HERMANA:

Payaso:

convertido

osla

vida en poesía vieja. El sitio une los dos planos de realidad y sueño. La habitación parece

Hay

sábanas

una

cama

blancas.

romperse

antigua

La

cortina

y hacerse

de hierros azul

de

Por el primer término

Es una le cae

izquierdo aparece

cu-

la ven-

tana es una gasa transparente y clara. Los muebles leve neblina.

en

La Sombra.

mujer sin edad que lleva una blusa larga que sobre

el

cuerpo

a manera

La SOMBRA. — Esta penumbra

GEORGINA:

ha

de

toga.

de Nilda González y con el si-

reparto:

EL

motivo Universi-

PRIMERO

González.

Nayda

Juan

Dávila.

González.

La NiÑa: Edith Díaz. La SoMBRA: Judith Ledées” GABRIEL: Pedro José Santos. EL PoLicía: Jorge Delgado.

esconde

un

de caricias

mundo

completo,

requedadas

aparentemente

muerta

lleno

de odios

y amores,

y palabras

truncas,

deshechas

en la garganta o el aire. Pequeño y grande. Como si lo pequeño y lo grande fuese total e indivisible. Los muebles están llenos de pesares y lágrimas. La cama de

hierros

caliente

tiempo.

¿Cuánto?

aún. No

Sin

embargo

sé. Ayer...

ha

pasado

mucho

hoy...

siempre

o nun-

15

+e

artes y letras


ca,

pues

a

lo

mejor

tiene la espesura

todo

fue

un

sueño.

La

silla

La

esa

fue después. Y el tiempo no se detuvo. Se fueron todos a la tierra. Por eso mo importan. La casa sí ha sobrevivido y en ella el mundo continúa con la muerte y secas y los ríos que una vez morían en el mar. No os detengáis en los momentos de luto y sangre, que todo pasa. Sólo queda la casa, la penumbra y el tiempo co-

sobre

las cosas.

Nada

más.

He

aquí

barro

frente

a

la

ventana,

sin

moverse,

ras

casi

Tiene puesta una bata

mar

.

por aquí pueden

la

pausar.

risas

las

que

que

llevamos

quiebran

vidas.

dentro. Quisiera

Somos poder

salir.

La

gente

afuera

es

muy

mala.

bajar.

Los

aires

de

la calle

no

te hacen

La

escena

bien.

Los

desbocados. se

ilumina

término aparecen riéndose.

el

a los oídos.) — ¡ Cá-

toda

de

rosa.

Por

Payaso,

la

Niña

y

el primer

la

Sombra

la víbora. la víbora

de

Unas

bueno

manos

GEORGINA. (Llevándose las manos llate, cállate, quédate muda!

terminan en encajes. Se oye muy lejos el corrillo de :

entre

lo poco sus

caballos - galopan

transparente de tonos azules, cuello alto y puños que A A

en

No me harán daño. No me conocen. Déjame ir. Sólo un momento. La HERMANA. — Ni un segundo. Me asombra que quie-

sin respirar. ¡Parece una estatua! Su rostro aún conserva la dulzura de tiempos idos. El pelo le chorrea

feamente sobre los hombros.

pue-

- GEORGINA.— No me asustan. Podría caminar entre ellos sin mancharme. Los ojos se me cerrarían al pasar.

La Sombra desaparece por cualquier sitio. Al apagarse la luz sobre La Sombra, se enciende la puerta y entra La Hermana. Al acercarse a empujar la puerta baja la luz sobre ella, sube la luz en la ventana y entran Georgina, El Payaso, La Sombra, La pie

no

encerrarme aquí dentro, confundirme con estas paredes

la

y no

de

que

;

Deforman

niebla.

Niña

espaldas.) — Ya sabes

La HrerMANA. — Han desfigurado mi sonrisa. Los otros... los de abajo. Nos hacen a su gusto y capricho.

el tiempo guarecidos en ella. Aquí se esconden las hojas

por

(De

GEORGINA. — Sólo un momento. La HERMANA. — No insistas. Hace años que no bajas y no sabes lo que es la calle, con su estrechez, sus risotadas escandalosas, sus casas torcidas de vergiienza, tan borrachas y gastadas como sus dueños. GEORGINA. — Tú estás amargada.

casa no tienen importancia. Viven aquí malamente como todos nosotros recostados de la vida para no cansarse. El padre y la madre murieron. La abuela se

rriéndose

HERMANA.

de ser.

del dolor. Las gentes que habitan la

frescas

risas

la

voz

de de

niños la

lo llenan

todo.

De

hermana.

La HERMANA. (Desde adentro.) — Georgina... . (La voz se oye ahora más cerca.) Georgina.

Georgi-

Afuera una voz de niña: quiero mi muñeca

coja.

En el marco aparece la hermana. Su traje negro resalta la dureza del rostro. Tiene cuarenta años. Usa peinado de moño y por momentos parece un hombre.

La HERMANA. — Georgina estoy

muy

ocupada

Georgina poco

la

tos

y

contesta. (Pausa.) Georgina

no

debo

comienza se

La HERMANA.

a

convierte

perder

toser en

un

tiempo.

levemente. acceso

Poco

a

total.

(Viene hasta ella.) — Georgina.

GEORGINA.— No es nada... Ya me pasará. La HERMANA. — ¿Quieres que traiga la medicina?

GEORGINA. — No te molestes. La HERMANA. — No

es molestia.

Sabes

que

no

es mo-

la calle

el ruido

de

campanillas,

pitos,

flautas,

y voces de niños. carbonero.

aún?

La HERMANA. (Ha llegado a la ventana.)— El hombre de los helados trae globos multicolores y los niños zarandean. Están realengos como los perros. GEORGINA. — ¿Y la madre? La HERMANA. — Acostada ha de estar con alguno. Las voces de los niños cantan ahora: A la limón A la limón que se rompió la fuente. GEORGINA. (Mirándola dulcemente.) — Siquiera hoy. e

artes y letras

no,

no

Et

Payaso. — Los

puedo.

barcos

larán,

GEORGINA. — ¿Quién ríe así? La HERMANA. — Los hijos del GEORGINA. — ¿Qué les pasa? La HERMANA. — Espera.

GEORGINA. — ¿Más

NIÑA.—Yo

La SOMBRA.— Podrás, podrás.

lestia. No veo por qué había de molestarme. En

La

lo

larán,

levan

anclas

larán.

Qué tarde negra, negra la tarde sobre un barco ancho, estrecho y verde. El agua en gotitas cae sobre el barco y duerme la luz y la luz duerme. La SOMBRA. — Qué tarde negra. La NIÑa. — Negra la tarde. EL Payaso. (Subiéndose a una blanca que ha traído.) — Me voy.

La NIÑa. — ¿Adónde? EL Payaso. —Al cielo. La SOMBRA. — ¡No!

escalera

pequeña

y


Dónde

los

ojos,

ángeles

dónde dónde el sol. los

Payaso. — Un

sombrero La

de nubes, un

querrán

subir

pequeñas,

a todas

pesadas

y

el amor en

carbones

te

verán

los

las escaleras.

altas,

para

ir.

Un

escaleras

hombres

Escaleras con

notas

y

se

largas, musica-

les, escaleras secas. EL PaYaso. — Escaleras llenas de besitos de coco tortas de arroz. La NIÑa.— Escaleras llenas de cintas y lazos y muñecas cojas con cara de trapo. EL Payaso. (Dando un gran salto.) — Al cielo no. La NIÑa.— Espera.

y

NIÑA.—La

hormiguita

La SOMBRA. — Siempre La

Es

raro,

de

la

y

torturante

yo

lo

calor.

(Se

quita

los

que

bajo

el cielo. Yo

aguarda.

sí conozco

no. Te has

el amor

dejado

ir yerma entre

estas cuatro paredes tan horribles como la vida misma

en

vez

La

de

tirarnos

desgarre.

en

a la calle aunque

HERMA—NA. Porque Y

sombra

ese

sería

larga

grotesca

nada

encaramada de

por

saliva?

triste como

Prefiero

la calle.

te mejores

sea como

es tan

el nuestro.

y filosa

Cuando

(La

lo echaron. a hacer

horrible

por todas las rutas. ¿Por qué no echas raíces de ilusión

brava.

esperarás.

el sol no vendrá.

comienza

amor

es imposible. el polvo

esas

el

convertirme

paredes

Además

a ser

tu estás

tal vez podamos

en-

comenzar

el retorno. GEORGINA. — El retorno al sueño. La HERMANA.—O el verdadero despertar.

La NiÑa.— Lo sabía. LA SOMBRA. — Cómo. La NIÑa.—Me siento muy oscura por dentro. Esta tarde se ha muerto mi abuelita. La enterraron en un hoyo hondo con flores de roble. Y el pollito que tenía

frío también

que bajo

y sueño sobre la esperanza, por qué no ahogamos

ferma.

NIÑA. — ¿Ah?

La SomBRA. — Que

limpio

profundo

risa

La SOMBRA. — Qué. La

sabiendo

guarecido

turbio, menos turbio, menos sufrido, menos trágico tal vez. Yo sé del amor libre ante todos, del amor a gritos,

traje de jazmín.

SoMBRA.— No. Que

quiere amor

GEORGINA. — Ese

ángeles

camino

que

tú del

desconozco. En cambio conozco otro sentimiento menos

dónde dónde el sol. EL

sabes

espera, del amor escondido de Dios.

El cielo se hizo agua y se vino a la mar.

Dónde

el amor

Qué

za-

patos.)

se

ilumina

de

un

rojo

muy

extraño.)

se

murió. GEORGINA. — ¿Qué le pasó? La HERMANA. — El corazón le dejó de latir. GEORGINA. — Dicen que era muy vieja. La HERMANA. — Demasiado. El mundo se le hizo

pe-

queño

y estrecho

para sus años.

GEORGINA. — Años que miden vidas. Yo tengo solo cuatro. Cuatro años que son cuatro agonías, cuatro oca-

sos, cuatro nubes. Cuatro años que son cuatro cadenas, cuatro

Descalza voy por las aguas, ojos cerrados,

escena

GEORGINA. — Esta mañana oí el perrito ladrar. La HERMANA. — La abuelita de la niña amarilla

caminos

largos.

La HERMANA. — Cuatro caminos

largos dos veces

ca-

fuera el alma. Voy.

La SOMBRA. EL

—Se

(Sale.)

caerá.

Payaso. — No.

La SOMBRA. — Me gustaría que no pero sí. Es un reloj

J

da vueltas y nunca se atrasa. Esperar. EL PAYaso. —Que palabra tan fea. Cada vez que la digo se me hincha la boca y el corazoncito de piña en mi pecho hace ta-ta-ta. Los barcos levan anclas, larán, larán, larán. (Sale el Payaso. La Sombra se escurre por

AM

que

la

| :

ventana.)

La luz vuelve a su color de la primera escena.

E

GEORGINA. — No menciones los caballos. Las pisadas me rompen el correr de la sangre. Es la única fuerza que odio. Esa fuerza salvaje y arrolladora que empequehñece todo a su paso. Me hiere el recuerdo de los caballos. La HERMANA. — Fue mientras esperabas el regreso de abuelita de Candelero. Y abuelita murió esta tarde. Es un círculo eterno alrededor de tu vida ese desesperarte. GEORGINA. — Desesperarme. Como si fuera poco esta

espera La

que me

sabe a

tierra.

HERMANA. — Tarde

o temprano

te cansarás.

GEORGINA. — Nunca. Las rosas se caerán marchitas. El agua se hará gotas pequeñas y yo estaré esperando siempre. La HERMANA. — Con

el

sol

apagado.

GEORGINA. — Con el sol haciéndome rayo, dándole luz y fuerza a mis manos sin carne. ds La HERMANA. — Nunca

te quiso. Qué

sabes tu del ver-

dadero amor. El amor callado, el amor guardado en los

Ko

7

FEET

//

A 1

/

]


minados. Dos mujeres solas. Sin nádie a quien recurrir.

La HERMANA. — ¿El mañana?

Los

GEORGINA. — Es lo único

primos

no

nos

hablan.

Desde

que

murió

tía Rosa

no nos hablan. Tú y yo solas. Y si tú te fueras. GEORGINA. — ¿Qué

importa?

La HERMANA. — Sí importa. Sabes que importa. Sólo que a ti te interesa estar pegada a esa ventana en tu inútil espera. GEORGINA. — Cállate. La HERMANA. — Callarme. Como siempre. Tan callada como si estuviera muerta. Callada pero sin cansarme.

Con

energías

para alimentar

tus sueños,

tus ilusiones.

Feliz tú que aún puedes soñar. Yo ni siquiera sueño. GEORGINA. — No se puede soñar cuando se es como tú. Cuando se pasa por la vida como tú has pasado no se sueña; se vive malamente; se deslizan los días y la vida se hace más estrecha. Sin embargo, cuando se espera, cuando se sueña, cuando no ha muerto la ilusión, hasta el dolor sonríe, las plantas parecen más : verdes, las flores tienen más color. Y uno mismo como que es más bueno, un poco mejor. Así quiero vivir. Tengo por qué vivir. La HERMANA. — Yo también tengo por qué vivir. Vivo porque tú vives, porque te agarras desesperada a la existencia. Por momentos quisiera arrancarle la vida a la vida misma para acabar de una vez... pero después...

pienso

en

ti, en

tus

desdichas,

en

tus

angustias,

en tu fuego interior que ha convertido en llamas tus palabras y vuelve a mí una razón para vivir. Necesitas quien te cuide, Georgina. A veces te olvidas de ti misma

en tu afán

de esperar lo que

GEORGINA. — ¿Por qué La HERMANA. — Decía

dices sólo.

no vendrá?

única. *

La HERMANA. — Siempre te he dicho la verdad. GEORGINA. — Hoy no. La HERMANA. — Siempre hablo igual. Qué le pasa al viento que está entrando pesado. GEORGINA. — El viento mismo tiene miedo a entrar. Tus palabras han dicho más de lo que tú quieres decir. Han traicionado tu pensamiento. Hay algo que me ocul-

las telarañas

y las rendijas

de esta torcida casa. La HERMANA. (Muy lejana.) — Tan torcida como sus dueños. GEORGINA. — No pases por el río sin mirarlo que llorarán las aguas. Dime lo que sabes. La HERMANA. — No sé más de lo que tú me has dicho (fuerte). Y mo quiero saber más. No me importa que te quisiera y que prometiese volver. No quiero saber. GEORGINA. — Tú le odias. LA HERMANA. — No. GEORGINA. — Tú no quieres que él vuelva. La HERMANA. — Mientes. GEORGINA. — Dentro de mí no hay sitio para la mentira. La HERMANA.— Pero hay sitio para el recuerdo, para el pasado. GEORGINA.— El pasado da fuerzas y me trae envuelta en su nostalgia una visión maravillosa del mañana.

18

+

artes y letras

La

HERMANA. — No

te

siempre.

conozco.

GEORGINA. — Qué importa que no me conozcas si ni siquiera me conozco yo. Es, más fácil encontrar una aguja en un pajar que encontrarse a sí mismo. Mírame ahora. Desesperada, fuerte, herida. En otros momentos soy cobarde, triste... casi tonta. No sé quien soy. (Sonriendo.) Que tú no me conoces. No me extraña. Cuando me miro en el espejo y me veo fea y enferma me dan ganas de gritar hasta morir. La HERMANA. — Morir. GEORGINA. — Pero qué hablo de morir si ni siquiera sé si estoy viva. (Con la exaltación se ha puesto enferma. Comiena toser fuertemente. La hermana sale y regresa

za

La

GEORGINA. — Dime la verdad. La HERMANA. — ¿Qué verdad?

hasta

es distinto.

GEORGINA. — El tiempo es el mismo La HERMANA. — No en tu caso. GEORGINA. — Me iré.

La HERMANA. (Dulce.) — Georgina. Georgina se pierde en la lejanía.)

La HERMANA. — Es. cierto.

saben

La HERMANA. — Ahora

como si el objeto físico vaso existiera. Georgina toma y empieza a calmarse. Mira a la hermana.)

La HERMANA, — Recuerdo un día. GEORGINA. — Esas palabras me duelen. La HERMANA. — No. GEORGINA. — Un siempre que es nunca.

tas. Algo que

queda.

con un vaso de agua imaginario. La acción se realiza

GEORGINA. — Palabras.

GEORGINA. — La

me

hoy en la angustiosa espera del mañana. Siempre pensamos para después y el presente se convierte en pa-. sado. Y el hoy que lo tienes entre tus manos se escapa en cada pedazo de tus sueños. GEORGINA.— Pronto acabará. Si no me iré. La HERMANA. —¿Qué dices? No podrás marcharte ahora. Estás enferma. Tal vez después cuando pase el tiempo. GEORGINA. — Tú no crees en el después.

no vendrá. que

que

La HERMANA. — Sol, quimeras, esperanzas. Vivimos el

HERMANA. — Descansa.

Estás

(La

agitada.

mirada

Ya

de

te me-

jorarás. (Las líneas últimas surgen en forma monótona. Parece que se cansa de repetirlas. La hermana va a salir. Al llegar a la puerta se vuelve y recorre todo el cuarto con la mirada. Viene hasta la ventana y

deja caer las cortinas azules que estaban recogidas. Mira desde allí a Georgina. Sale. Las luces se van extinguiendo.) (Otra vez el corrillo de A la víbora del Mar. Las luces se transforman en piedras verdes. La Sombra cruza muy rápida por detrás de la ventana. Entra. Va hasta «Georgina y le toca la frente. Luego retrocede y se esconde tras la ventana. La voz potente del Payaso llena el sitio.) EL Payaso. — Bajo el almendro largo la carpa de mil colorines. Bajo el flamboyán blanco las hormigas. Y mis trajes sobre la gramá hasta que se llene de sol. Traed la corneta. (Sonido de violines todo el tiempo en esta escena.)

(El Payaso se siluetea detrás de la ventana. El Payaso tiene una cabeza enorme cosida con soga. “Sobre la cabeza unas espigas que terminan en diminutas flores. De la nariz le sale el arco iris. El traje

rojo con botones

negros. Casi no pisa el suelo.)

EL Payaso. — Aquí el circo, aquí el circo. Gran función ahora mismo. Dos botones y una piedrita. No traigo osos pero sí ovejitas. Ovejitas que hacen bee bee

y son más suaves que las motas de algodón. Y una cajita

llena

de

hormigas

negras,

circo. Llegó el circo. Gran

rubias,

azules.

Llegó

función ahora mismo.

el


(El ruido es ahora total. El martilleo y los gritos y la alegría

loca

y sana

de la gente

cuarto y pude respirar bien. Tuve que abrir mi sombrilla de vivos azules para taparme de aquella espesa blancura. ; La HERMANA. — ¿Y abriste la sombrilla dentro de la casa? Trae mala suerte.

del circo. cruza

el aire. Entra la Hermana.) LA HERMANA. — Qué es ese ruido en la calle. GEORGINA.— El circo ha llegado. La HERMANA. — Como si fuera poco con las que nos rodean. Cerraré la ventana. EL

Payaso.

des, buenas

(Se

asoma

por

noches, buenos

GEORGINA. — Lo sabía. Pero el domingo a la hora cero

gentes se

la ventana.) — Buenas

5 3 si

ni

r una írame entos (Sonuando he dan

quiera pmien-

egresa realiza L toma

(Pensando.) — Cuando

de

te

me-

vÓtona.

a va a e todo tana y

ogidas. e

van

falta

el

La HERMANA. — Sobre

feo

co

sangre.

(Da

La HERMANA. — Sí. GEORGINA. — Cuando

La HERMANA. — El viaje a la tierra.

de mil Y mis Traed

n esta na. El soga. dimi-

GEORGINA. — Es

La

me

muera.

raro.

HERMANA. — Qué.

GEORGINA. — El sueño hóras, siempre pasa.

me

desliza

por

encima

de

las

La HERMANA. — Siempre. GEORGINA. — Pero no sabías. La HERMANA.— Ahora sí. (Ríen las dos.) GEORGINA. — La plaza de Humacao es como una barca ancha llena de copos de nieve. La iglesia en el medio

parece

un papitán. Las deinitas amarillas y negras

co-

men migajas de pan a los pies de San Antonio mientras ios viejecitos piden las limosnas y los zapateros hacen los zapatos. La plaza de Humacao es redonda como una bola. Las torres altas de la iglesia le guiñan de noche al cielo. Me gustaría lanzarme desde ellas al espacio. La HERMANA. — Y morir como los pájaros.

GEORGINA. —

nos

visita.

Parece

que

de

afuera

lo

huelen

gentes

agarradas

¿Mueren los pájaros?»

La HERMANA. — Sí, cuando les falta el aire. GEORGINA. — Sin embargo, ayer la neblina

llenó

pero blanco de llantos, blanco de dolores. La HERMANA. — La cara se te hace larga y delgada. GEORGINA. — Sí.

el

me

han

tarde.

— Siempre hoy.

La HERMANA.— Llorabas. GEORGINA. — No era yo. La HERMANA. — Cómo. GEORGINA. — La otra. La HERMANA. — No entiendo. GEORGINA.— Yo tampoco. La HERMANA. — Entonces cómo lo dices. GEORGINA. — Igual que otras cosas que digo nadas. S La HERMANA. — Como cuerdas rotas. GEORGINA. — Así. La HERMANA. — Pero tú.

desati-

GEORGINA. — Qué. La HERMANA. — No, nada. GEORGINA. — Dilo. La HERMANA. — No. GEORGINA. — Temes herirme. La HERMANA. — No. GEORGINA. — No lo niegues. Me calladas. La HERMANA. — No sabes.

pasos.)

La HERMANA. — Para cuándo. GEORGINA. — Para algún día.

ombra Entra. retrootente

y lo viejo

GEORGINA.

Adiós.

ur. Las

tu cama.

La HERMANA.— Lloras. GEORGINA. — Antes. La HERMANA. — No. Esta

La HERMANA. — De qué. de

y como

La HERMANA. — Como si fuera una espiga. GEORGINA. — Es que me arde... Parece que clavado mil alfileres.

ese es rojo.

pintarme

abuela

de sillones torcidos y jorobados. Hay mucho pelo blan-

— Quién.

De

dejó

La HERMANA. — No hay polvo. GEORGINA. — Hay gentes cayéndose,

iL Payaso. (Saca un pañuelo largo en parches rosa: w negros y se limpia las lágrimas.) — Es que mi oveja vequeña murió esta mañana y me pintó de sangre. (Muy triste.) Buenas noches. (Se retira. Deja sobre el marco el pañuelo de colorín.) GEORGINA. — Tengo miedo. —

nos

nuestro polvo.

viento.

EL Payaso. — La ventana. La HERMANA. — Guarda mi interior. EL PaYaso. — Su interior necesita una escoba. La HERMANA. — Qué dice. EL Payaso. — Que debe usted barrer. Anoche cuando crucé toda la habitación sobre mi elefante Leonardo, el polvo me manchó el traje azul y tuve que ponerme este blanco.

GEORGINA.

que

GEORGINA. —A ver. La HERMANA. — Ha entrado una hoja seca. GEORGINA. — Tenía que estar marchita. Solamente

EL Payaso.—Yo tengo algunos en una jaula. Una jaula verde y escarcha, montaña y nácar. Una jaula con puerta abierta para que los pájaros vayan y vengan y no se detengan con los aramitos y los aramones. La HERMANA. — Quiero cerrar la ventana. EL PAYASO. — Qué le ha hecho.

La HERMANA.

el espejo

GEORGINA. — Qué.

EL Payaso. (Asustado.) — ¿Qué dice? La HERMANA. — Hablaba de los pájaros.

SEORGINA. — Pero da

les

rompió

lo malo nos acompañaba. La HERMANA. — Mira.

días.

La HERMANA. (Yendo a la ventana:) — Voy a cerrar. EL Payaso. — Buenas, buenas, buenas. GEORGINA. — ¿Y los otros payasos? EL Payaso. — Se quedaron sin risa y tuve que despedirles. ¿No vienen a mi función? La HERMANA. — No tenemos tiempo. EL Payaso. — No importa. Yo les puedo prestar un sombrero. GEORGINA.

me

dicen que son siete años de mala suerte, pensé que ya

tar-

GEORGINA. — Sí, sé. (Sonríe.) con la hojita? :

lo dicen

¿Qué

tus palabras

quieres

que

haga

La HERMANA. — Píntala de verde. GEORGINA. — No es su exterior lo seco. La HERMANA. — Quémala a la luz del sol. ¿ GEORGINA. — Voy a encerrarla cori nosotras y las tres

esperemos

a Gabriel.

La HERMANA. —¿Las tres? GEORGINA. — SÍ. La HERMANA.—Yo no le espero. GEORGINA. — Es inútil. La HERMANA. — Qué insinúas. GEORGINA. — El aire levantó las cortinas

El agua hacía un húmedo

de

su

sitio.

fresco y sonoro.

(Las luces se tornan rosas. Unas campanas suenan lejanas. La Hermana queda mirando a la ventana. Georgina lee una carta imaginaria.) GEORGINA. — Cielo. Un toldo blanco daba luz a tu

ventana

oscura

que entreabría cada

19

ojo para velar tu

e

artes y letras


1

sueño

y mi

caminar

paso.

Yo

tu sueño

también

quiero

al compás

ser tu ventana

de tu respiracóin.

A tra-

vés de mí te llegará la luz y la oscuridad. Quiero ser el primero en mirar tus ojos y el dueño de tu primer pensamiento. Llevar la luz dentro de la luz y alumbrarte toda.» a pd

(Se queda

muy

quieta mientras

GEORGINA. — Qué

hermoso,

cribiste? GABRIEL. — Anoche.

blancura

por

toda.

¿Cuándo

tu ventana

lo

es-

y sólo vi la

de tu toldo.

GEORGINA. — No

esperado

Pasé

Gabriel.

como

sabía

que

ibas

a pasar.

Te

hubiera

otras veces.

GABRIEL. — Estás hermosa. Ese ve». do lo desconozco. GEORGINA. — Me lo he puesto para ti. Me lo regaló la tía de la isla. Desde ya pequeña me regalaba vestidos. GABRIEL. — Te ha de querer mucho. . GEORGINA. — Es muy buena. Quiero que la conozcas. Será en su casa nuestra boda.

GABRIEL. — Te pondrás un traje hermoso. GEORGINA. — Con flores de cristal y de piedra. gente

entrará

por

puertas

y ventanas.

Y

el agua

azúcar y ¡os vinos viejos del tío José. Quiero case el -ura viejo. Dicen GABRIEL. — Será él.

que

La y el

que nos

hermana,

la mayor.

Cuida

de mí

GABRIEL. — Es puro mi amor. (La hermana aparece.) GEORGINA. - = Sólo fue La HERMANA. — ¿Qué para murmurar. Sube. La HERMANA. — Otra GABRIEL. — La misma pre. Como si aquel día viejo.

te ¿“o permiso

para bajar.

ur momento. dirá la gente? Sabes que viven (Georgina entra.) 7 vez tú. voz. El mismo mando de siemhubiese regresado en un disco

la prima

Elena,

dra-

las

calles

con” mi

EL La trellas EL La

mucho. — Pesa Payaso . SomBRA— .Le he cosido alas con pedacitos para que hagan la ruta en luces. PaYaso.— Y la escalera. 'SomBRA.— Le cortaré el primer escalón.

GABRIEL. — Me temes. La HERMANA. — No. Es por ella. GABRIEL. — ¿Por ella nada más? La HERMANA. — Sí. En mi corazón no queda de ti ni un mal recuerdo. Todo se acabó cuando te fuiste. GABRIEL. — No supiste esperar. La HERMANA. — Es lo único que no sé hacer. No podrá esperar a nadie.

(Entra

el Policía.)

— Quién llama La HERMANA. PoLicía. — La Ley. La HERMANA. — Qué sucede. PoL1cíA. — Usted.

encuentra.

PoLicía.—La he visto. quién. La HERMANA. —A

— A usted.

Cuándo. La HERMA— NA. Hoy, siempre. — a. PoLicí visto gritar hoy. — Soy PoLicía . La HERMANA. — — Soy PoLicía . La HERMANA. — La

— Soy PoLicía .

luego volverás. GABRIEL. — No como

puedo

mentirle.

fácil.

Dile

que

Me

siento

con

ella

si llevase una niña inválida de la mano.

La HERMANA:— Díselo. No te esperará. Los años y la soledad marchitan la flor del amor. GABRIEL. — Es que rompo un sueño. 20 +.

artes y letras

veo

gritar

HERMANA.

hoy.

La

he

*

la autoridad. Sí. la fuerza. Sí.

GABRIEL. — No. más

La

— No comprendo. La HERMANA,

PoL1cía— .El poder. es

hacía.

— No he sido yo. La HERMANA. Salía de aquí. — a. PoL1cí — Serán los perros, serán las ratas que La HERMANA. viven bajo el piso, será la muerte que me busca y no

La HERMANA. — Vete. Ahora

de es-

PoLIcíA. — Señora. ¡Ah! La HERMAN— A. PoLICíA. — Señora. :

GABRIEL. — Entonces. HERMANA. — Vete.

des-

La SOMBRA. — Nadie. EL Payas — o. Mírala moverse. Quién diría que luego entonará la canción del silencio. (La Sombra comienza a salir.) Dónde vas. — o. EL PaYas tiene que irse ahora. — Alguien La SoMBR A. — Ya (Salen. La escena queda triste y en EL Payaso. penumbra.)

PoL1cía.

honra. No. Tienes que irte para siempre.

La

que

mañana.

me

GABRIEL. — Cállate. Crucifica el pasado. ir por

sueño

HERMANA. — Hasta nunca mejor. Hasta nunca. ? (La escena se ilumina de blanco. La Hermana en la ventana. Entran el Payaso y la Sombra.) noche será. — Esta La SomBRA . EL PaYaso. —¿El luto ya? SÍ. —. La SOMBRA Déjala una tarde más. — o. EL Payas No. — . La SOMBRA EL Payas — Déjala. o. Una tarde rosa, una tarde negra, una tarde blanca. Una tarde larga como la torre de la Universidad. La SomMBR — A. Esta noche con los coquíes. No lo sabrá. Me la llevaré sobre la ovejita que se te murió esta

Qué La HERMAN—A. PoL1IcíA. — Gritaba.

LA HERMANA. — Nunca sabes nada. Es tu peor defecto

HERMANA. — Dejándote

un

GABRIE — L. Adiós ahora. Hasta siempre.

después

o tu más cara virtud. ¿Dónde la conociste? GABRIEL.— En la hacienda del maizal. La HERMANA. — El mismo fondo para un nuevo ma. Allí también yo. La

romper

Está bien. Has ganado. GABRIE— L. La HERMANA. — Te equivocas. No gano porque no hay juego. Sólo amor.

La HERMANA. — Es una maldición. Te gustan las mujeres de mi familia. Primero yo y ahora Georgina. GABRIEL. — No sabía nada.

vale

EL PAYASO. — Nadie subirá.

más que mi madre. La HERMANA. — Quién

trozar el corazón.

está ciego.

La HERMANA. — Georgina, Georgina, sube. GEORGINA. — Es mi

HERMAN—A. Más

La

repite.)

Llevar la luz dentro de la luz y alumbrarte (La música es fuerte. Aparece Gabriel.)

La

y

— Sí. (Angustiada.)

la vida y la verdad.

La HERMANA. — Sí, sí, sí. Pero no se lleven a Georgina, ni a mí, ni al pollito que tenía frío.

PoLIcía. — Sí, La meten

HERMANA. —Que se lleven los a la cama a sacarme los ojos.

lagartos.

PoLIcíA. — Sí. La HERMANA. — Que

se lleven

los lagartos.

Se

me


-

des-

Teatro

b hay

del Presente

a. na

por

en

EDUARDO

ORDOÑEZ

Siguiendo el examen de los valores morales del presente, empezaremos por el Teatro. Sin olvidarnos de los antecedentes e intuiciones de O'Neill, los espartaguistas alemanes, Lenormard y Sarment, aparece como una espantosa flor en febrero de

de moral en sí mismo. Toda la vida anterior hasta nues-

1932 una

rales.

obra

de Jean Anouilh

titulada

«Jezabel»;

ás-

pera y bella como un monumento funerario y con ello ante el mundo el teatro obsesivo y fantasmal. A partir de este instante nadie escapa de su esfera, ni siquiera las antenas literarias del mundo feliz americano; una prueba clara es Tennesee Williams. Anticipándose a la gran hecatombe de Europa, pero con la secuela de la primera guerra, arranca de una vez

del teatro las máscaras

simbólicas;

el actor, ni ríe, ni

llora; sólo impreca y se pregunta en sus soledades o en la callada noche, y al no obtener respuesta piadosa, se hunde en su mundo de sangre y cenizas; por eso el teatro ya no es de carne y hueso, sino vacío y muerte; suicidios, prostitutas, derrotados y sicópatas. Fantasmas que van y vienen y en su turno un mundo indiferente con la sonrisa despleciable de las piedras. El teatro, a final de cuentas, es la síntesis de una ten- *

sión espiritual de acuerdo con las profundas históricas;

suelve todo

más

claro,

el destino de aquellos

temblores

del

el

que

plantea,

del hombre que

sienten

nuevo

mundo

realidades

desarrolla

y de la sociedad, en su carne

que

y

re-

sobre

o espíritu los

se presenta.

Así,

el

teatro es grande por razón de su contenido y por razón histórica. Mas este teatro sólo puede nacer y circunscribirse en los países que hace rato perdieron la sonrisa: Europa. Se ha dicho mil veces que el teatro es un conflicto humano expuesto en forma literaria. Veamos: En el teatro griego el conflicto es entre el hombre y el destino dictado por los dioses; en el Medioevo el hombre y el destino religioso; en el Renacimiento, el hombre y el

hombre;

después,

entre

el hombre

y el medio,

hasta

hace poco el hombre y la colectividad; a partir de Jean Anouilh, entre el hombre y la absurdidad de la vida. Y de esta manera es poético en Giraudoux, realista en Sartre, expresionista en Kafka, simbólico en Priestley, materialista en Picard, mágico en Superville, impresio-

nista en Anouilh; interrogante y con soluciones en Unamuno, fantástico en Valle Inclán, histérico en García Lorca. Por primera vez en la historia del teatro el estilo es indiferente al contenido. «El Proceso» de Kafka, adaptado por André Gide, es posiblemente la obra más significativa. Benavente es el intermedio entre dos mun-

dos;

su teatro es Benaventiano.

¿Por qué aparece este estilo de conflicto? El hombre ha identificado su más querida esencia en

la libertad y al mismo seamos

claros, le han

tiempo hecho

ha renunciado

a Él. Al recoger

hablarse

de ella, aunque

la libertad, después

de=tanto

inútilmente,

reivindicar

intenta

a Dios;

renunciar

soluciones;

pero

como

ha renunciado a Dios se ve precisado a buscar esencias

tros padres nunciar

del

descansaba

a Él, ya

presente

hombre

es

no

en la Suprema

sirve

clara:

lo que

conflicto

verdad;

precedía;

entre

y angustia por la quiebra

al re-

la historia

la libertad

del

de los principios

mo-

El teatro de altura existencialista nos presenta esta característica: en Giraudoux la fatalidad se impone a los hombres como si naciera en la propia naturaleza, con

independencia

de los dioses;

refiere a los pueblos,

como

es pesimista

en «La

tendrá lugar» o en «Sigfrido»;

guerra

cuando

de Troya

se

no

y en el individuo como

en «Ondina» y «Sodoma y Gomorra»; su teatro es poético en el fracaso, la muerte y la infelicidad.

En la «Medea» dio

todo,

donde

se

la vida;

de Anouilh, dice Jasón cara al incen-

abrasan

si tengo

sus

que

hijos:

«Acepto,

batirme

a pesar

de

por ella, lo haré

oscuramente, humildemente apoyado en el muro invisible que se levanta entre la nada y yo.» Después de

.


contemplar las nubes añade: consiste el ser del hombre.»

se ha

«En esto y no en otra cosa

Albert Camps, después de la adaptación de «Requiem para una monja», de Faulkner, y de su «Calígula», ba-

labras

sado en Netchaier, que proclama que «los jefes pueden

ante

usar de la violencia

el alma»,

expone

sobre el cuerpo y la mentira

que

dentro

hay influencias del Marqués

Tracher, que proponía

de sus

obras

La

sobre

de

de Sade y Stirner y del ruso

«deberían ser muertos los rusos

Nietzsche a redactarlo a fines de noviembre

1884 en la ciudad de Ménton.

Según

termedio

cuarta

sólo debía

de lo anterior y de lo que

el verdadero

título

debía

ser

«La

de

in-

debía de venir;

así,

de

Zara-

de la obra surgió en Nietzsche, así se lo comunicó a. su nos

poder de la guerra de

referimos

de

a

la

Idea

como

Voluntad

de

melan-

aparece de

ellas;

en

su

mente

súu mundo

con

estas

formado

pa-

tiembl:.

al

envolvernos

con

la

noche.

descartado

canto

Quedó

de todas

de embriaguez,

que se desloco

a

solas,

las verdades.

muriendo

en en-

sueño de que bajo la visión de la felicidad, en la medianoche, el mundo es más profundo de lo que imaginamos durante el día.» Aquí el genio de Nietzsche quedó derrumbado ante estas lúcidas palabras. ¡Qué diferente es este razonamiento al bufonesco de Shakespeare en el Macbeth: «La vida es una fábula recitada por un idiota, con gran estrépito de palabras y

enfáticos,

pero

que

en

definitiva

no

signifia

Nada es, en efecto, cuando se pretende sucabar el insondable donde se oculta Dios; ésta es la hora angustiosa.

Por

un

lado,

los

dioses

se

derrumban

y

vive

el Superhombre, y por otro, las sombras Nietzscheanas con que fué envuelta su mente nos han legado su lo-

cura.

de

con

las de

Nietzsche;

en

momen-

dos

guerras

catástrofes.

No

gritos

que es principio todo lo que existe, durante franco-prusiana, siendo parecida la gestación

las ideas presentes,

tos

con

nada!»

trustra». Precisamente este libreto impresiona por ser el más angustioso de los cuatro; la parte fundamental hermano;

termina

la moral.

gestos

como

tentación

duda

a través

Y termina

manifestó el propio

estimarse

o

poeta“a solas. Quedó

a bosquejar a la sazón otras entregas

de parte

terrible

vanecen

de la obra que no debía terminar si no con la muerte de Zaratrustra y que por ello lo publicado con denomi-

nación

Y

verdades o ilusiones de la hora meridiana,

La crisis histérica que corre por nuestras venas con lava sofocante y que nos hace exclamar estos gritos de angustia, tiene un precursor que murió entre las sombras de su mente; nos referimos al que corre impreso como cuarta y última parte de «Zaratrustra», que co-

autor, empezaba

judío».

A la caída de la noche, bajo la sensación que todo va a entenebrecer, exclama con esta lamentación de poeta: «Tuve la felicidad del aguila y la pantera; la felicidad de un loco y de un poeta; vi o viví todas las

ficción

mayores de veinticinco años como incapaces de asimilar las doctrinas comunistas»; hablando del marxismo, dice Camus: «Es debido a la culpabilidad del hombre, de la que es inocente la historia».

menzó

hecho

colía.

debe

tengamos

extrañarnos

que

después

de

una sensibilidad por lo menos

PARA

Bodas, Banquetes y Fiestas Privadas

histérica.

En la primera parte de su concepción apuntaba Nietzsche en su capítulo final: «Todos los dioses han muerto; viva lo sobrehumano». La segunda, escrita en la primavera de Roma; la tercera y decisiva, pues lleva por título «Las Viejas y las Nuevas Tablas», y en él compendia cómo recogió en su camino la palabra Sobrehumano y su doctrina de que el hombre es algo

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EL CASTILLO

que necesita excederse a sí mismo, que es puente y no término, una vida hacia nuevas auroras. Que la humanidad necesita de nueva nobleza contrapuesta a todo lo que es populacho y despótico; y por último aña-

de: «Nadie sabe lo que es bien o mal a no ser el Creador, y Éste está más allá del bien o del mal». En la cuarta parte a que nos referimos al principio, o sea, «La Tentación de Zaratrustra», decíamos que era el más impresionante de los cuatro; no sólo en sí, sino

por lo que deja entrever en su desesperación el Superhombre;

que en esta ocasión

es el propio

Nietzsche.

Des-

Bar- Restaurant y Terraza de Baile Rodeado

de Jardines

y frondosos

Arboles

pués de haber lanzado la idea: «El creador superhombre no puede ser de blanda cera, sino de dureza diamantina,

y el más noble lleva su yo con mayor dureza». Su mente imaginativa, no filosófica, padece una crisis de arrepentimiento o duda y le expresa en el coloquio de los reyes peregrinos acompañados por un borrico.

Cuando vino,

aparece

exclama:

caimiento bajo.

Roma

y

la «Ay

Sibila, de mí,

degradación. se envileció

Jamás

+

artes y letras

sin

haber

va mal

el

a ser ramera

lupanar. El César de Roma 22

ebria ahora

probado

de veras;

mundo

cayó

y hospedería

se embestició;

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Ramón

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to

como

todos

sea

los anteriores. Aun-

modos,

posible

haremos

por

cuan-

evitarlos.

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gracias.

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La Parguera (Anteriormente PARGUERA GUEST HOUSE) Frente

a

la

para

tados

quedan,

pues,

a cooperar

en

dades;

esa virtud heroica que en las “amgustias

de un pñeblo

de la superficie, del medio .o- del fondo

brota

de las socie-

es también ese anhelo de ser útil: al: pueblo de que se forma

parte; esa cólera que se siente cuando interior que hace en nosotros el efecto alas del deseo, despiertos y dormidos en el bienestar, encarnado en nosotros,

artes,lelras

encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño

el

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Vicente Géigel Polanco Luis Hernández Aquino

Margot Arce de Vázquez

Josemilio González

x Torres Martinó

Fernando Sierra Berdecía Manuel García Cabrera

Manuel Méndez Ballester

SUSCRIPC CION

Pura y Carlos Quiño in nes

6 Meses...

1LAñO.

Cd

Toda colaboración será solicitada. Dirija todá correspondencia al Director Calle Arecibo 14 - Hato Rey

Villa Parguera

Juan Aviles

NOTA: P. O.

Box Lajas,

405 - Teléfono 34" Puerto

Rico

a Hai iodo aba ado cli ll

E

se ve el mal general; ese trabajo nacional, y que, llevándonos en nos hace soñar constantemente del suelo en que nacimos».

Director: JUAN BAUTISTA PAGAN

BAHIA

sus

53

mente

de

Sur-Oeste

esclarecer

el mismo.

de

al

Puerto Un

vital

bahía

la Parguera,

preciosa

fuerza

uno de los que haya disentido y siga disintiendo de lo que Hostos escribió, pensó o nos quiso presentar como la jórmula salvadora de nuestro destino de pueblo. En una u otra forma, todos podremos beneficiarnos con un acto de tanta trascendencia para Puerto Rico y para América. En sucesivas ediciones, nos ocuparemos del asunto informando a nuestros lectores sobre todos sus particulares. Inmvi-

inopinadamente

de

y más

Vamos, pues, a robustecer la idea de este Primer Congreso Hos-

dos ediciones en una, la de enero y

momento

luz

tosiano de América, enviándonos sus comentarios, sus sugerencias, sus ideas sobre el mismo, no importa que sea usted, amigo lector,

e

que

a

dad y salud mental y moral de nuestro pueblo. Y hasta aquellos que disienten ahora, como disintieron ayer, de sus pensamientos,

obligados, para hacer lo posible por poner la publicación al día, a incluir febrero. También, pues, volvemos a pedir a todos nos excusen. Y prometemos que en adelante, si algún retraso se origina, no será en ningún

a qué atenernos,

verdaderamente aspirar para la felici-

IM

noviembre y diciembre. También ahora nos hemos

ello, no hay duda, sabríamos

y qué podemos

Vito

EXCUSAS

Nuevamente pedimos a nuestros suscriptores y lectores en general sus excusas por haber recibido retrasada la publicación correspondiente a los últimos meses y por habernos nosotros visto obligados a lanzar una edición, conteniendo, como la de Navidad, tres ediciones a la vez. Esto es, el número se componía de las ediciones de octubre,

con

dónde vamos

NN

de todo corazón. NUESTRAS

hostosianas,

CORRESPONSALES EN NUEVA E Angel M. Arroyo =-

YORK Emilio Pagán García

Esta revista agradece la cooperación del Instituto de Cultura Puertorriqueña a su publicación

O

nuar prestándonos su concurso en una u otra forma. Puerto Rico y su cultura se lo agradecerán. Nosotros,


(A

The

CARGO

Journal of Philosophy Vol. LVI, núm. 8

ese

órgano

filosófico,

que

mente?»

sale

lo

determina

Supongamos

que

se hace

K.

cualquier

afirmación. K es quien decide si la va a aceptar (como cierta) porque considera innecesario explorar sus antecedentes o si va a investigar

«¿Qué

artículo

es

la

de Carmichael

su

casa

y ve otros

señalan

otras

termómetros

temperaturas,

que

lo cual

le hace sospechar que el suyo no está bueno. ¿Puede K decretar que

teresadas

su

que

K es quien

en averiguar

se conoce?

de conocimiento. Es su «prefijo», tácito o explícito. Lo que sea coeso

preguntar:

El

GONZALEZ)

bien. Pero ¿no habría otras Kaes in-

prueba

cada dos semanas. A la entrada, un artículo de Peter A. Carmichael sobre «Knowing». Un título más sugerente sería: «El factor K». Carmichael sostiene que la mente, el factor K, acompaña a todos los actos

nocimiento,

JOSEMILIO

insensatez

Este número del Journal of Philosophy, con fecha del nueve de abril de 1959, publicado en Nueva York, continúa la elevada tradición

de

DE

La

conoce. cómo

palabra

Muy

es que

«mente»

es

juicio

inicial

era

conocimiento?

Todo nos lleva al mismo las

estructuras

demasiado vaga. No podemos atinar con todo lo que incluye. La letra K

nar

es como la X; puede significar cual-

mente

quier cosa. Hay demasiada tela que cortar todavía para que aceptemos la tesis de Carmichael. Otra cuestión. ¿Y si K se equivoca? Porque K no es ciertamente el conocimiento. El problema del error no puede

Filosóficamente,

del

y

conocimiento. es cierto

que

K

cosa si no es mencionar

K

lee

su

que

ver

si

esa posición basta para fundar un conocimiento con su nota característica: la objetividad. Ya me he extendido demasiado, de modo que no puedo hacer otra tículo

Carmichael,

funcio-

es absoluto.

habría

plo

da

de

Psicológica-

escapar a K. Aprovechando el ejemque

problema:

modos

de este número:

el otro ar«Knowledge

termómetro y se dice: «La tempera-

and Intuition» de Mary-Barbara Zel-

tura

din.

es

de

70

grados».

Pero

poco

La

sección

de

«Book

después un amigo, que sabe de ter-

tiene atractivas.reseñas

mómetros,

mas

le indica

que

el suyo

no

está funcionando bien. O K sale de

publicaciones

Reviews»

de las últi-

filosóficas

en los

Estados Unidos y en Inglaterra.

las razones o hechos en que se apoya. El método

que

que K use nada

ver (lógicamente)

poco los hechos.

tiene

con K. Tam-

K es independiente

frente a ellos. Soberano. Absoluto. Pero, a cualquiera se le ocurre la pregunta: ¿Y si ponemos en entredicho a K misma? Carmichael con-

tes” : «Poner en entredicho a K presume a K, negarla también la presume, y afirmarla también. Cuando Sócrates dijo que él sabía que nada sabía, presupuso, tal vez sin darse

Confíe sus originales a

No hay duda QUE

CUANDO

PIENSA piensa

EN

USTED LIBROS

FDIGANNGo ANMDOo

en

cuenta, que aún para negar que sabemos Pirrón

es preciso” saber; y cuando negó aun ese poco, también

presupuso

lo suficiente

justificar

su

negación

como y

para

desacredi-

tar lo que dijo. (Traducción mía.) De lo dicho se desprende que para Carmichael, K es la mente sabidora, la que va sabiendo en los actos mismos. Y él insiste en que conocer es

una

actividad

presiones

autónoma.

«Las

im-

sensoriales, la memoria,

y

Ramblas,

“LIBRERIA CAMPOS”

la conducta en general, aunque equiparadas

mente

con

el

conocer,

son

hecho de que sean equiparadas en tal forma». (Traducción mía.) Pero lo que no nos da este artícu-

lo, quizás cómo

por

falta

funciona

preguntar

K.

«¿Qué

to?» no tiene presupone ya

factor K. Pero

de Es

espacio, posible

es que

Allen, Esq.

San

no

me

parece

*

quien se los editará en

José

SAN JUAN, .

es el conocimien-

sentido, puesto que el conocimiento, el

(España)

las mejores condiciones

cierta-

diferentes del conocer, o del

BARCELONA

23

PUERTO

RICO

de presentación y precios

una Printed in Spain - Ediciones RVMBOS - Barcelona (España)


COLECCION PUERTORRIQUEÑA CUADERNOS E

DE

artesylelras etros que s, lo cual suyo no retar que cimiento? broblema : de funcio-

MENSUARIO JUAN

2da. EPUGA

DE

BAUTISTA

CULTURA

PAGAN,

Director

SAN JUAN, P.RK.

MARZO 19606 N.* 39

Bicológicaabsoluto. ue ver si ndar un a caracte-

DE NUESTRA HISTORIA PATRIA

La

emasiado, hacer otra E] otro arowledge rbara Zel-

(Gbolición de Esclavitud por

Reviews»

Miguel

la

Meléndez

Muñoz

e las últicas

en

los

hterra.

el

La primera etapa de la esclavitud se inicia en nuestra Isla cuando rey Fernando el Católico ordena, en junio del año 1511, que se

reduzca SEGUNDO

ales a

RUIZ

BELVIS

que

en

espera

DE LITERATURA

te asunto.

de

De

que

todos

se

resuelva

modos,

es-

el Con-

greso habrá de redactar una serie de sugerencias

rumbos Esta

para

darle

nueva

publicación,

que

agrado

la

vida

en

noticia.

mediato

apuntamos,

cree

eso

que

por

dicho

le decimos ello

que

aborigen.

mismo

año.

Orden Pero

que

los

in-

el trato inhumano

a que

se les sometía,

fueron

concausas

de

rimbo»:

sello de hierro que se aplicaba candente, al rojo vivo, sobre

cualquier

región

el ganado

vacuno.

de

sus

espaldas,

como

el

que

se

usa

para

marcar

(sigue

pág.6)

muchas

es

Y

por

hemos que

se el

in-

el he-

sido favo-

Instituto, así,

de

de

ante-

equivoca.

direcior

no

puede quejarse de las atenciones personales que ha recibido siempre de su antiguo secretario, el señor Emilio Colón, ni del actual, el selona (España)

del

y

si alguien

lo hacemos

cho de que nunca mano

a la población

diciembre

al Instituto de Literatura.

mucho

Aunque

en

rápida extinción. De modo, que cuando el emperador Carlos V decretó el año 1593 que «todos los indios fueran tan libres como cualquier español», el obispo Monseñor Bastidas encontró muy pocos a quienes otorgar ese privilegio. De los años de 1513 a 1789 se generalizó la trata de negros, o el comercio de ébano, como se le calificó metafóricamente, canalizado desde la Costa de Oro del Continente Africano hacia las playas de Tierra Firme y de las Antillas americanas. «Para evitar el contrabando se marcaba a los esclavos con el ca-

ediciones ha estado abogando porque el Instituto de Literatura pase al Instituto de Cultura, recibe con

recidos

servil

su

Se ha venido anunciando que el Instituto de Literatura pasará al Instituto de Cultura Puertorriqueña. En efecto, sabemos que el Cuarto Congreso de Poesía ha venido trabajando en una resolución que pedía la reorganización de ese organismo y la ha dejado a un lado de momento,

posteriormente,

dios borincanos habían sido y fueron esclavos de hecho. El trabajo en los cultivos agrícolas, en los desmontes y en la miseria, lo mismo

EDITORIAL EL INSTITUTO

a esa condición

revocará,

ñor Joaquín

Monteagudo, ninguno de (sigue pág. 6)

SEMANA Durante

este

mes

el

mundo

cristiano

recuerda

la

SANTA

inmortalización

y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo en la infamante Cruz. Como todos los años, esta publicación se une al recuerdo eterno de tan gloriosa fecha, llamando una vez más al corazón de sus lectores y amigos,

para

tenerles

presente

que

no

hay

ningún

homenaje,

ni

mayor

rendición de humildad, ni mayor fe, que podamos poner a los pies del Señor,

que

jimos.

Y

más

nuestro

en

este

invariable

momento

y perseverante

crucial

que

vive

amor

a nuestros

la humanidad,

pro-

hacer

patentes y más intensos nuestros votos por la paz del mundo. Que no vuelva a ser inútil el santo sacrificio de Jesús en el Calvario. Sólo la paz trae amor, fe, caridad y esperanza Y ésas fueron sus divinas enseñanzas en las diez inmortales palabras de su Cruci- .

fixión.


PERSPECTIVA > ue s Por |wuj A Al ENRIQUE A. LAGUERRE, nuestro primer novelista, escribe mensual-

Una ciudad como San Juan sólo cuenta con un Parque Muñoz Rivera que casi nadie visita — por falta de seguridad —, unas pequeñas plazas, unas playas interrumpidas aquí y allá. No hay dónde ir.

mente

No hay qué hacer. Por eso me Por

eso

regocija cuando

pregunto,

¿qué

hay

se anuncia del

un parque

balneario

de

o un

Vega

Alta?

¿Qué

hay

MIGUEL

para

noso-

MELENDEZ

MUÑOZ,

en-

sayista, autor de una veintena de

Ahora se anuncian tres balnearios: uno en Isla Verde, otro en El Tuque de Ponce, y uno más en Boquerón. Parece que el de Isla Verde va viento en popa, según los anuncios de Fomento y Recreo y Ojalá

columna

balneario.

del de Aguadilla?

Deportes.

esta

tros.

se

realice

cuanto

libros, ha escrito sobre los temas sociales e históricos de mayor avanzada en nuestra isla.

antes.

Se ha señalado el 11 de enero de este año para iniciar los trabajos. Funcionará para junio próximo. En la Compañía Fomento Industrial se confeccionaron los diseños. Los hizo el arquitecto José A. Fernández. El

balneario

Boca

estará

Cangrejos.

situado

Tendrá

en

siete

el

kilómetro

cuerdas

con 528 “lockers”, un restaurante, móviles y terrenos para jiras.

—no

es

3.5

de

mucho

estacionamiento

la

—,

carretera un

para

edificio

205

auto-

Agrega la nota, publicada en El Mundo del 9 de enero pasado: “El desarrollo del Balneario Público de Isla Verde parte del programa gubernamental

de

desarrollo

de

nuestras

playas

para

uso

del

satisfacer

”El

Plano

la creciente

desarrollo

Regulador

de

este

demanda

por

proyecto

sigue

del Desarrollo

este

del Area

tipo

las

de

zona

de

recreo.

recomendaciones

Adyacence

del

al Aeropuerto

Internacional de Isla Verde, preparado en 1953, por la Autoridad de los Puertos, revisado por la Junta de Planificación. El nuevo balneario será el primer paso en el desarrollo de esta zona.”

Todo tienen

eso

para

está

bien.

desarrollar,

Naturalmente, dentro

de

un

ojalá plan

que

urbano,

los planes toda

de Vaciatalega hasta Isla Verde, sean para el mayor parcimiento

de los habitantes

de San

Juan

y la Isla.

esa

que zona

se des-

beneficio y es-

Evítense, por el amor de Dios, los negocios feos y antihigiénicos. Y si no son suficientes los procesos educativos, provéase una guardia que proteja esos lugares. En todos los parques del mundo los hay. Debe educarse a los guardias para que exijan el cumplimiento de normas. a la Compañia

ese proyecto de parque 2 ARES

e

artes y letras arm

de

Fomento y

en Isla Verde.

a

Recreo

FERRE,

y estudiante

joven

ponceña,

así su colaboración

escritora

que

inicia .

en nuestra

re-

vista.

ta LAS

.

-

E

>2

¡

£

RAFAEL A. VAZQUEZ, autor de La Espera, cuya primera parte publicamos en la edición anterior. Dramaturgo joven, ha sido premiado en dos ocasiones en el Festival de Navidad.

JOSEMILIO

GONZALEZ,

poeta

crítico, escribe para nosotros

lumna

Libros

y

la co-

y Revistas.

_

Se me figura que deben aprovecharse las experiencias del Balneario La Monserrate de Luquillo para no repetir los mismos errores, particularmente, en lo que concierne a la forma como el público debe usarlos. Tengo la impresión que mucha gente no está suficientemente educada para usar esas facilidades públicas. Ha de proveerse para que se protejan los dineros ahí invertidos y para que no se afeen los contornos. Debe exigirse más del público, por medios educativos. ¿Por qué, por qué no se prepara un proyecto de Educación en Educación de la Comunidad?

Felicito

ROSARIO

pue-

blo. Se ha comprobado que las facilidades del Balneario de Luquillo, de Isla de Cabras y del Parque doctor Barbosa, ya no son suficientes para

NESTOR I. VINCENTY, escritor y médico, incansable estudioso de cuestiones filosóficas.

y Deportes

por

EN

EL En

PROXIMO

el próximo

dremos

el

gusto

NUMERO

número de

(abril) ten-

ofrecer

a

nues-

tros lectores los siguientes trabajos:

RAMON EMETERIO BETANCES, por José A. Romeu; DEMOCRACIA Y REALIDAD SOCIAL, por J. Paniagua

Serracante;

TAPIA

Y

TIEMPO,

champ; mas

RIVERA por

José

EL MAR de

ALEJANDRO

Y

NUESTRO Juan

Beau-

ATLANTICO,

Evaristo

Ribera

poe-

Chevre-

mont; LA VOCACION LITERARIA, por William H. Montalvo; EULALIO ROMAN

dríguez

BORDOY,

por

Néstor

Escudero, y, como

PERSPECTIVA,

a cargo

Ro-

siempre,

de Enrique

A. Laguerre, y LIBROS Y REVISTAS, a cargo de Josemilio González.


ENSAYO

FILOSOFICO

LA DISOLUCION DEL YO nuestro

mensualra noso-

por Néstor |. Vincenty

ÑOZ, enntena de os

e

temas

mayor

descifrable de un enigma, de un misterio que palpita en los gaces del presente, que ves que mueren cuando ban de nacer. Por eso la

escritor y dioso

de

instantes fuson tan breapenas acarealidad es-

tá hecha tanto de la vida como de la muerte. Pero aunque el instante en que percibimos la realidad no dure más que un relámpago, el presente es

escritora ue inicia estra re-

un

movimiento

eterno

de

instan-

tes que fluyen y nunca cesan de fluir porque se renuevan siempre. La realidad

hay

que

vivirla al filo

de un instante en forma imprevista, nueva,

inesperada,

en

aguda sensibilidad libre por completo

un

estado

de

en que uno esté de todo lo cono-

tor de La rte publi-

cido. Si el pasado o el futuro man-

rior. Dra-

el deseo dominan nuestro ser, jamás podremos vivir la realidad, porque

premiado estival de

dan

en

nuestra

la realidad de

ayer Para

vida,

es de

ni de

y

tros la co-

ahora

bor J. PaJANDRO UESTRO an

Beau-

ICO, poea ChevreTERARIA, EULALIO éstor Ro-

b siempre, e Enrique REVISGonzález.

hábito

mismo,

o

no

nosotros,

pobres

son

mortales,

parecidos.

el

Al

nacer salimos del encierro uterino — luego vivimos la vida esclavizados por el yo —y al morir quedamos li-

bres

RO abril) tenEr a nuestrabajos: TANCES, OCRACIA

el

mañana.

nacer y el morir poeta

si

de

nuevo.

Así

nos

llega

la li-

bertad a lo último, cuando ya no podemos disfrutarla. ¿Habrá algún medio de ser libres mientras vivimos?

¿Surgirá

la libertad en vida si-cesa

la continuidad de uno mismo? Si ahora soy la misma persona que era antes, en mí hay continuidad. ¿Cómo se origina y mantiene la continuidad? ¿No es por medio de lo mío,

de

la

identifico?

posesión

Cuando

con

poseo

la

cual

una

me

cosa

me identifico con ella y la veo como

parte integrante

de mi ser. Al iden-

tificarse con la cosa poseída, la mente imagina que lo que posee es suyo, es decir, su yo. En efecto, el yo no

¿No nos

es cierto que el tener mucho

da

la

impresión

de

que

somos

algo? ¿No es para sentirnos algo que tratamos de colmar el vacío del pasado y del futuro con posesiones de la más variada índole: ideas, recuerdos, sentimientos, opiniones, críticas,

creencias,

nocimientos, des, viajes,

reformas,

ideales,

experiencias, diversiones,

co-

propieda-

etc.? Pero

a

pesar de que nos carguemos como burros de más y más posesiones, el vacío del pasado y del futuro sigue siendo el mismo vacío doloroso del yo, sin que exista la más mínima posibilidad de que ese vacío pueda llenarse jamás. ¿No es precisamente la angustia de no poder llenar ese va-

cío lo que nos mueve

a hacer de lo

pasado y lo futuro un presente imaginario que nos da la sensación de nuestra permanencia y continuidad

personal?

¿No

es este

ilusorio pre-

sente forjado por nuestra imaginación lo que nos impide vivir el pre-

sente

real

de las cosas

imprevistas

y desconocidas? ¿Es de algún modo posible vivir la realidad del instante de ahora, no a través de lo que yo posea, desee, recuerde o piense, sino sin valerme de posesiones, recuerdos, ideas o deseos de ninguna clase, viviendo las cosas directa y li-

bremente

tal como

ellas

son

en

mismas? De todas mis posesiones — que muchas son, Dios mío, ¡hasta a Dios lo llamo mío! —, la que me parece más fraudulenta y engañosa es la idea, el recuerdo, el deseo, la convicción de ser quien imagino que soy, de sentir que soy la misma per-

sona que he sido antes y que seguiré siendo después. ¿Cuándo cesará esta obsesionante ilusión de pensar que existo y seguiré existiendo como la

misma

persona

que

creo ser y que

recuerdo haber sido? ¿No cesa la ilusión del yo cuando uno descubre por sí mismo que la realidad es renovación constante y que dicha reno-

vación

es

imposible

dentro

de

la

lo real es siempre lo oculto, lo misterioso, lo imponderable, lo que está fuera del alcance de la mente humana? En vez del ilusorio estado de ser que es el yo, loque se necesita es un estado nuevo de ser que falta en nuestras vidas. El estado de ser que nos falta es el amor. El amor nos falta porque el amor es un estado

de ser nada y nuestro perenne afán es ser algo, afán que brota de las profundidades de lo inconsciente. El

conflicto tremendo del yo es que sin ser

nada,

quiere

ser lo que

no

es ni

puede ser, quiere ser algo de cualquier modo, sea como fuere. Con el fin de llegar a ser algo, sea poco o mucho, el yo se vale de la fantasía,

la memoria, el anhelo, el sentimiento y la esperanza

de que

es una en-

tidad inmortal. El ansia de inmortalidad del yo es la más

rotunda nega-

ción del amor, que es un estado de ser nada sin querer ser nadie, ahora y siempre.

Si el amor y el yo son radicalmente incompatibles,

¿por

qué

repudia-

mos el amor y vivimos una vida egoísta, aislada, egocéntrica? ¿Es acaso porque no acertamos a comprender claramente lo que somos? Por

lo

visto,

cuenta

no

basta

con

conscientemente

de

darnos

que

el

pensamiento adquisitivo es lo que engendra en nosotros la falsa personalidad del yo. Tampoco basta con reconocer intelectualmente que el

yo

mo

existe

como

un

hecho

natu-

ral, como existe el cuerpo físico, por ejemplo. Ni basta con entender que el yo es el origen de casi todos los males humanos, ni con saber verbalmente que el temor, la actividad y

la distracción el poder

protegen

y lo fortalecen. prender

el yo y que

y la ambición

No

lo perpetúan

basta

con

com-

todo esto a nivel de la men-

te racional y consciente. Aun comprendiéndolo falta lo esencial, lo im-

es más que la suma total de todas las cosas poseídas, el yo mo es más

permanencia,

tinuidad del yo? ¿No cesa la ilusión

prensión

que pensamiento posesivo cado en uno mismo.

del yo cuando uno descubre que lo único seguro es la inseguridad, que

consciente, donde está arraigada y escondida la problemática del yo,

personifi-

la seguridad

y la con-

prescindible,

que

es

la

de estos hechos

3

cabal

com-

por lo in-

artes y letras

APA AGREE

¿Es acaso posible saber lo que es la realidad? Sólo nos consta que la realidad es algo desconocido que cambia a cada instante, lleno siempre de sorpresas y cosas imprevistas. La realidad tiene el sentido in-


con sus innumerables contradicciones.

paradojas

Para despejar la problemática yo,

lo

mayor de

inconsciente,

parte

tornarse

de

que

y

del

forma

la

la personalidad,

ha

consciente,

sólo posible mediante pasiva, estado en que

lo

cual

es

la percepción se comunican

libremente lo consciente y lo inconsciente

en

vigilia y en

sueño,

estado

en que se ven las cosas por pura cognición, sin relacionarlas con la memoria del pasado ni la previsión del futuro, sin condenarlas ni justificarlas, es decir, sin enjuiciarlas en forma alguna. Todo juicio, pauta,

del yo, que está totalmente condenado a la frustración porque de hecho el yo nunca existió ni podrá existir jamás. Sin embargo, cuando la mente percibe que ella misma es el yo, que

ella misma es €l deseo, que ella misma es el dolor, entonces cesa el sufrimiento inmediatamente porque cesa el deseo y el deseo es lo que produce el sufrimiento. El deseo es

una idea que se alimenta del futuro y se extingue por inanición tan pronto la mente percibe que el futuro es

una

quimera

y que

en verdad

sólo

individuales y colectivas que uno ha

existe el presente de instante en instante para vivirse de inmediato, sin futuridad alguna. Cuando cesa el deseo, en vez del sufrimiento surge la compasión hacia los séres que sufren porque no comprenden la causa del sufrimiento, que es siempre el deseo frustrado. Cuando no hay

tenido en la vida y de todas las ex-

deseo

periencias

amor en ternura, piedad y misericordia. El milagro del amor es que en el amor uno es nadie y como el amor lo es todo, no se pide absolutamente nada, ni reciprocidad, ni cálculos, miramientos ni posposicio-

norma

o valoración

dificulta e inhi-

be la expresión de lo inconsciente y evita que su contenido pase a la mente consciente. El contenido de lo inconsciente es nada menos que

el residuo de todas las experiencias ancestrales

el género humano a

que ha tenido

lo largo de mi-

lenios. Lo inconsciente ejerce un influjo poderoso en el proceso psíquico de condicionamiento hasta el punto de que es la causa determi-

nante de la mayor

parte de los im-

pulsos, sentimientos rigen el mecanismo

y móviles que psicológico del

yo. Durante la percepción pasiva estos elementos rectores de nuestra psiquis se desplazan fuera de la órbita del yo y pueden observarse objetivamente, sin ninguna distorsión

que desfigure su verdadera naturaleza. A medida que se ahonda más y más con la percepción pasiva, se va vaciando el contenido de lo inconsciente en la mente consciente hasta que llega el instante en que desaparece todo rastro de identificación. ¿No es entonces que cesa la ilusión

de permanencia, nuidad

seguridad

al disolverse

cío de la no vacío la mente ni sufre nada.

el yo

identificación?

y contien

el va-

En

ese

ya no posee, ni desea

por tanto conlleva la amargura de la frustración. Aunque el placer es la satisfacción del deseo, lo que comienza como placer en última ins-

tancia se convierte en dolor porque

florece

y fructifica

el

nes de ninguna índole. En nuestra ignorancia pensamos que el pasado y el futuro son más reales que el presente, pero el pasado ya no puede retornar, ya está

muerto una

para siempre y el futuro es

prolongación

ficticia

del

pasa-

do, una abstracción y no la realidad. La realidad es la vivencia de lo nuevo, lo particular y concreto que acontece en el momento actual. La realidad es algo tan incomprensible para la mente humana que no puede anticiparse, describirse, ni expresar-

se en

sonidos,

colores,

una

palabras,

porque

la

formas

realidad

idea, ni un deseo, ni una

ranza.

La

za, son mente

cian

¿No es el deseo un proceso de frustración, sufrimiento y dolor? Pero si uno se libra del dolor antes de comprender el deseo, no puede comprender el contenido del sufrimiento. El deseo es placer no logrado y

es que

idea,

el

deseo,

reacciones

no

es

de la

que

separan,

aíslan

y distan-

a los

hombres

unos

de

otros,

es, como

dicen muchos,

más, el goce logrado no tarda en suscitar otros deseos más o menos irrealizables, ya que todo deseo

cia de la guerra que amenaza destruirlo todo. La tragedia del mundo no es ni ha sido nunca más que la

arranca

tragedia

+e

artes y letras

dia llena de todo eso, pero vacía de amor.

Y lo cierto es que cuando

no

hay amor, inevitablemente tiene que haber guerra, ya sea guerra fría, gue-

rra a sangre y fuego, guerra microbiana, guerra atómica, lo que al fin y a la postre es la misma cosa porque con cualquiera de estas guerras

basta

y sobra

mente

a

para

esta

aniquilar

pobre

total-

humanidad

en

decadencia. No habrá ninguna de estas guerras amor entre

que

el día en que reine el los hombres y es claro

el amor

sólo

surge

cuando

se

percibe que no existe ningún yo que pueda amarse a sí mismo y que sea capaz de amar a los demás.

Pero

es

innegable

que

la mente

crea un sinfín de obstáculos a percepción del mito del amor céntrico y del ídolo del yo y, si tamos de vencer esos obstáculos

Hotel

esta egotracon

Villa

La Parguera (Anteriormente PARGUERA GUEST HOUSE)

Frente la

a la preciosa

Parguera,

al

Puerto Un

bahía

de

Sur-Oeste

de

Rico.

encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño

el

* PESCA

BAHIA

Todo

FOSFORESCENTE PISCINA

moderno,

cómodo

tranquilo Atendido personalmente

por los esposos

Pura y Carlos Quiñones

Es ésta una verdad evidente, axiomática: si no vivimos el amor ahora mismo, perpetuamos el yo, que produce maldad, explotación, envidia,

al principio sea su satisfacción. Ade-

4

seguridad.

la realidad no deja rastro alguno y

La

continuidad

y

es una trage-

en vez de apartar a los seres humanos los une en la amorosa convivencia de la caridad y la compasión.

etcétera.

de

ambición

reacciones que dejan en el recuerdo huellas de las cosas que dejaron de ser O que nunca fueron. En cambio,

odio,

anhelo

poder,

La tragedia del mundo

espe-

siempre hay sufrimiento al satisfacer el deseo por más agradable que

del

dad,

ni

la esperan-

mecánicas

existencia egoísta en pos de expceriencia, placer, distracción, comodi-

enfermedad,

tragedia

crimen,

del

guerra,

mundo

no

la inminen-

del yo, la tragedia

Villa Parguera

de una

P. O.

Box Lajas,

405

- Teléfono 34

Puerto

Rico


1

de expecomodieguridad.

ahora

mismo,

giría

inmediatamente

trage-

el pensamiento racional, filosófico o científico, como lo hemos hecho hasta ahora, entonces es la cosa de nun-

vacía de ando no tiene que

ca

cibiría lo real, lo desconocido, como

tarde, cuando todo esté perdido, porque el pensamiento siempre pro-

na

fría, guera microque al fin cosa pors guerras ilar totalánidad en na de esreine el es claro uando se íán yo que y que sea >

la mente os a esta hámor egoy, si traculos con

acabar

o de

yecta nuevos

acabar

problemas

demasiado para entre-

tenerse tratando de resolverlos y así escapar al dolor del yo én que estamos aprisionados. Es posible que a fuerza de sufrimientos y más sufrimientos llegue el instante decisivo en que reconozcamos que todo lo que hemos hecho y estamos haciendo no es más que un engaño, por-

que con esa fuga continua creemos que nos aproximamos a la verdad mientras

más

nos

alejamos

del

yo,

seguiremos

vacía

de ella. viviendo

de disolverse

la mente

conocido. uno tiene de

la mente

de

El

per-

en

toda resistencia,

vida,

uno

tiene

por el co-

mero

reflejo, un

espejismo

sentido

psicológico

del

tiempo

es aplazar indefinidamente la disolu-

Para comprender esto, que vivir la inseguridad

la muerte

te es un

del yo inexistente.

que

ser la inseguridad misma. Uno es la inseguridad misma cuando percibe que el yo no existe y que el ambien-

ción milenaria de ilusiones mentales propio, siempre

y sur-

revolu-

de todo apego, de toda identificación, de todo egocentrismo, de toda creencia, de toda ambición, al comprender que la vida y la muerte son la misma cosa: algo totalmente des-

impedimentos falsos, que no pasan de ser otra cosa que una acumulasusceptibles

una

una sinfonía de silencio que no tiene fin, silencio sin ideación, sin recuerdos, sin deseos, sin esperanzas, en que hay una plena comprensión del proceso total del yo desde la superficie de lo consciente hasta el fondo de lo inconsciente, esfumándose así la personalidad en el vacío de la nada en que cesa el yo para siempre. Esto ocurre en algún instante de profunda crisis en que se

al margen de la realidad. Bien se ha dicho que la disolución del yo no es fácil ni difícil, sino que es algo posible, porque los impedimentos son

nocimiento

cambiaría

ción interna. Entonces

La verdad es que mientras vivamos dentro

todo

ción

del

yo

entregándose

uno

a re-

cuerdos, proyectos y actividades que son meros escapes y refugios para no encararse a la verdad de la vida y la muerte. El yo es una ficción

hecha del doble engaño

de la segu-

ridad y del tiempo. Pero el mundo de la realidad es un mundo sin seguridad y sin tiempo en que no hay

cabida

para

nada

permanente

mi

para nada transitorio que haya pertenecido al pasado o que pertenez-

ca al futuro. El mundo de la realidad es tan intemporal e inseguro que hablar de, eternidad resulta demasiado

confuso.

La

disolución

del

yo suprime en nuestra vida la seguridad y el tiempo radicalmente, hasta el punto de que es cuestión de

todo o nada, de ahora o nunca. En la disolución total y definitiva del yo radica el secreto de la vida y la muerte, que quizás es el secreto de la realidad.

y cuan-

do estemos profundamente descontentos con lo que hemos sido y que no estemos interesados en continuar siendo lo que somos.

era UERA hía ste

de de

bara la

el

Si

nos

diéramos

cuenta

Un

de

esto

Simbolo EN

TODO

de

MOMENTO

Servicio A

LOS

INGENIEROS CONTRATISTAS

Y PUBLICO EN GENERAL

PUERTO RICO CEMENT CORPORATION SAN

JUAN

DE

PUERTO

RICO 5

+e

artes y letras -


(Viene

de la página

los cuales

(Viene de la página 1)

1)

creemos

muchas

fallas

culpable

del

cuestión. También

de

organismo

En el año 1860, nuestra Isla, con una población de 583,000 habitan-

las

tes, tenía

en

En

tro director diversas muestras de afecto y admiración de parte de los miembros del Instituto de Literatura. Claro que, quien no ha recibido nunca ninguna cooperación (en su

segunda

compraran

vis. Ambos

aquí

de sus

ra que

razón

hay,

antes lo Cultura

la Legislatura

pa-

tenga que

es-

1,396,740

habitantes,

viene

a sumarse

en

las diversas

diezmado

o exterminado

el indio

lo reemplazaba

abolicionistas «de facto» y de corazón, fueron el

Emeterio

Betances

y el licenciado

Segundo

Ruiz

libertaron a los esclavos que adquirieron como hereditarios.

El

doctor

pagando

el precio

de

Betances

a muchos

fue

más

allá toda-

recién nacidos, hijos de

manumisión

de

$25

en

el acto

casi

«Por

lo

que

a nosotros

toca,

la

elección

precipitar la desaparición de la esclavitud,

está

hecha;

y como

queremos

la razón y la his-

toria están de nuestra parte, aspiramos a probar que la esclavitud, opuesta al desarrollo histórico de nuestra época, sin fundamento en lo presente, es también una perturbación para el orden, una ré-

mora para la riqueza, un peligro para la política, una ponzoña para la moral, y para todos, bresaltos y alarmas...»

un

Y el 20 de junio del año

patrón

de

ignominia

1870 pronunciaba

Emilio Castelar, en el Parlamento, su célebre abolición de la esclavitud en las Antillas.

y un

motivo

el insigne discurso

leído

las

obras

a

premiarse?

¿Por qué tiene que ser un profesor universitario el que mande y orde-

sus

originales

EDICIONES Ramblas,

ne en el Instituto? ¿Por qué no hay fondos para comprar puertorriqueños? ¿Qué

Confíe

23

-

RVMBOS (España)

más libros se hace con

los libros que se compran? Por

mos

todo

que

debe

ello,

sinceramente

el Instituto

estar

en

manos

de

cree-

Literatura

del

Instituto

de Cultura Puertorriqueña. Y advertimos

al terminar

cación nada

ni que

dicho ver con

que

Instituto

+.

tienen

los nacionalistas

comunistas.

6

ni esta publi-

artes y letras

o

quien

so-

tribuno don

a

BARCELONA

de

exigiendo

la mayoría — ha-

yan estado en ese organismo desde el año de su fundación? ¿Por qué se dan premios a obras mediocres en olvido de otras? ¿Por qué los miembros van a la sesión ejecutiva sin ha-

ber

del

sociedad de damas para secundar su campaña abolicionista. El año de 1867, los señores José Julián Acosta, Segundo Ruiz Belvis y Francisco Mariano Quiñones, redactaron y presentaron a las Cortes españolas un informe (memorándum), demandando la abolición inmediata de la esclavitud en esta Isla. De ese memorable documento, reproduzco uno de los párrafos más vibrantes:

tar representada en este organismo? ¿Qué razón para que ciertos miem-

bros — y son

Bel-

«bienes»

ración de su esposa Harriet Brewster, norteamericana, estableció una

está

ejemplo,

con

que se trasladó a Madrid, fundando la Sociedad Abolicionista Española, y logrando que ingresaran en ella figuras ilustres de la política y el pensamiento peninsulares, como don Emilio Castelar, don Salustiano de Olózaga, don Juan Valera, don Práxades Mateo Sagasta, don Segismundo Moret y otras notables personalidades. Con la coope-

administra-

por

sido

caudales

esclavos,

tivas, sino de las formas en que se han venido, por ejemplo, distribuvendo premios y distribuyendo fondos. Y nadie puede dudar que hay un malestar profundo por todo esto, nosolamente en el campo intelectual, sino en el campo particular. ¿Qué

Cuba,

bautismo, establecido por el gobernador don Juan de la Pezuela. Les siguió en esa cruzada libertaria el periodista don Julio L. Vizcarrondo,

hablado para que el mis-

de cuestiones

africano

vía: redimió de su propio peéulio

consciente de ello —y, cosa rara, hasta los mismos miembros del Instituto lo admiten —, que este organismo está plagado de irregularidades en sus procedimientos. No habla-

mos

el esclavo

Nuestros primeros

ha si-

Lo cierto es, y todo el mundo

había

doctor Ramón

justas y a tono con el

mo pasara como ahora y hicimos, al Instituto de Puertorriqueña.

de

presa en que se empeñaron para lograrla, fue obra de un grupo reducido de hombres liberales y cultos de Cuba y nuestro Puerto Rico.

espíritu de su creación, nunca jamás

habríamos

la Isla

;

principio,

en que

do ARTES Y LETRAS. Pero muy lejos de nuestra mente el pensar que por esta razón debemos decir nada del Instituto. Por lo contrario, si el Instituto hubiese adoptado en el pa-

sado normas

Y

totalmente. La idea de abolir la esclavitud en las Antillas españolas, y la em-

el señor que nos

varios ejemplares)

esclavos.

explotaciones que operaban los colonos españoles. Y en los territorios

época, ya que en la prime-

ra, en los primeros meses, Colón propuso y se aceptó

41,736

tenía 370,552.

ha recibido nues-

se los editará en las mejores condiciones

de

presentación p.re.cios

y

la


Sobre habitanbitantes, diversas

ritorios plazaba

y la empo reduto Rico. eron el Ruiz

un gran pintor nuestro

FRANCISCO OLLER IMPRESIONISMO por

Bel-

Y EL ROSARIO

FERRE

«bienes» llá toda-

don

Sa-

Sagasta, a coope-

eció una Ruiz Belon

a

las

la aborable doueremos

y la hisesclavitud, damento , una réde

gpiendo

el año

la vocación

1833.

Las

de pintor

como” el

cultura

isleña,

obras

de

al joven

mejor nació

Campeche

Frasquito,

pintor

en

Baya-

inspiraron

como

era co-

nocido entre sus amistades. A los dieciocho años, partió para

España,

donde

estudió

pintura,

bajo

la dirección

de Federico Madrazo, maestro de la pintura tradicional española. En el 1858, Oller tuvo el acierto de ir a París, con el propósito de seguir desarrollando su habilidad estética. Seguramente, que él mismo no esperaba el des-

cubrimiento

del maravilloso

horizonte

del impresionis-

mo. Debió haber sido como abrir una puerta para entrar en otro mundo, donde la belleza tenía el atrevimiento y el colorido de la impresión que hace la vida en las facultades humanas. Surgía el movimiento con fuerza avasalladora y revolucionaria. Nuestro compatriota no vaciló en unírsele, y sus cuadros, junto a los de Manet,

Monet,

Gaughin,

Degas,

etc.,

Cezanne,

formaron

Courbet,

parte

del

Renoir,

río

Seurat,

llameante

de

so-

don

demente la pena ir a visitar estas exposiciones, observar

la

cada obra, detalladamente, para sacar provecho intelectual, y para deleitar los ojos en verdadera belleza. Las obras tempranas de Oller, como se notará al observar-

ha hecho de sus cuadros en el Museo de la Universidad de

buno

en

reconocido

nuestra

pintura que transformó el mundo del arte. La pintura de Oller ha tenido ui: resurgimiento reciente en nuestra isla, a causa de la exposición que se

oña para o

món,

Oller,

por

las,

Puerto

están

preceptor,

Rico

y en

el Museo

dominadas

Federico

por

la

Madrazo.

de

Ponce.

Merece

influencia

Por

esta

de

su

razón,

gran-

primer

cuadros

como AUTORRETRATO, propiedad de don Angel Paniagua; EL CESANTE y JOSE CAMPECHE, pertenecen

a

la

escuela

siglo diecinueve.

retratista

Los colores

tradicional

española,

del

son oscuros y sin lustre;

las figuras formales y tiesas. En estos cuadros, Oller es uno más entre cieítos de retratistas de su época.

El observar estas obras de menos valor, sin embargo, es provechoso en el sentido que hace más obvia la transformación extraordinaria que sufrió el arte de

Oller bajo la influencia del impresionismo. En sus próximos cuadros, pintados a partir de su estadía en París, las figuras cobran vida, forma, y colorido individuales. Los temas de sus cuadros se vuelven típicamente puer-

vscoaua

A:

ela. Les arrondo, ta Espapolítica

Francisco producido

SR

del

ADA

hijos de acto

torriqueños. Sus bodegones:

EL PALMILLO Y LAS HIGUERAS son dos cuadros en las mismas tonalidades de verde seco y blanco mate. En

LOS

MAMEYES,

JARRO,

MANGOS

Y MAMEY, LAS GUAYABAS,-EL PALMILLO, LAS HIGUERAS, y CUCHILLO, NARANJAS Y TORONJAS son un perfecto ejemplo de la belleza extraña de su nueva técnica. LOS MAMEYES es un estudio estupendo en amarillo y brown. La sencillez de la composición realza la atmósfera

JARRO,

captado la impresión del mango maduro de manchas negras, y la balancea con la impresión fresca y ligera del jarro transparente, que lleno de agua reposa a su lado. LAS GUAYABAS es un magnífico estudio en blancos y verdes secos. El mantel que cubre la mesa, pintado con frecuencia por Oller en muchas de sus obras, denota una gran influencia de Courbet. Posee el mismo color blanco mate del mantel en el cuadro de Courbet, L'APRES DINEE A'ORNANS. Dicho color, en el cuadro de Oller, realza el extraño blanco de porcelana vieja que posee el alto platón que reposa sobre la mesa.

MANGOS

de dulce

seco que posee

Y MAMEY

es una

el cuadro.

obra

que ha

el caso

del primero,

el blanco

amarfilado

del invio-

lado interior de la palma, yace abierto sobre la mesa; en el caso del segundo se destaca el machete de lámina gris, lisa y pulida, que yace junto a la higuera hendida, con el blanco opaco de su blando interior, expuesto. Los bodegones de Oller que acaban de ser descritos,

figuran entre las mejores obras logradas por el artista. Todos poseen una enorme influencia de Cezanne, sobre todo su CUCHILLO, NARANJAS Y TORONJAS, que 7

+e

artes y lerras


posee las mismas

líneas geométricas

del famoso

cuadro

de Cezanne, LES JOUEURS DE CARTES. Todos son - excepcionales por la maestría de su ejecución y de su contribución. ásperas,

Además,

aprisionadas

de muchas

porque en

ellos,

las

tonalidades

respiran

el

clima

de temas

sociales

manera

París, divirtiéndose AU MOULIN DE LA Oller pintó a nuestros jíbaros celebrando con

lechón

Y.

asado

de

contra

ventanas estancia,

los

mumerosos

paisajes

BOHIO,

pintados

PAISAJE

pequeñísimas,

por

DE

para cantar

verdes

delicados

y ligeros.

quieta y difusa entre las ramas suavizando

sus aguas

toda

la

ribera

la impresión

Sobre

todo

del

inmensas río,

hasta

época en la cual ésta estaba aún más

en

en el magní-

expone.

rriqueño, ya que es grandemente copiando y estudiando

Dos

las técnicas pintar.

de los grandes

maestros,

que

que pueda producirse.

Ron Superior Dg

de la ceiba, perderse

alejada que hoy

representa lo más selecto

artes y letras

el tercer

de la vigorizante cultura europea por la pobreza y el Atlántico, la influencia del impresionismo francés. Sus cuadros, por su maestría y su belleza, deben servir de modelo y de impulso creativo al joven pintor puerto-

Ron Superior Puerto Rico

+e

vi-

sobre todo en cuadros peque-

En calidad, pureza y sabor,

8

y

ños, como LA CEIBA DE PONCE, y varios otros. Tuvo, además, el gran mérito de traer a nuestra isla, en una

S irvalo con Orgullo...

GONZALEZ

los

tranquilas.

. que se les acercó mucho,

y una puerta se abren de la oscuridad de la a una luz de claro y puro azul como el de los

JOSE

Oller,

FRANCIA

Si bien Oller nunca llegó a la altura genial de los pintores impresionistas de su época, hay que reconocer

muerte».

se encuentra

mi-

lleza exquisita. En él, Oller capta la maravilla elusiva de la luz con la misma maestría que Renoir. Penetra in-

la obra se encuentra en su pensamiento, que podría muy bien ser: «La vejez sigue viviendo, mientras el fruto nuevo se seca. La vida nada puede contra la

luz y color que

las

paisaje alcanza un nivel superior de ejecución, y una be-

perdido en sombrea meditación. Y la violenta ironta de

de sombra,

como

El colorido consiste de una variación de verdes espesos

y ron cañita.

chos. Se pregunta uno al observar la escena: «¿Habrá originado nuestra palabra típica “jolgorio”, de la pala-

El valor de EL VELORIO

proporciones,

sual de follajes inquietos y brillantes bajo la luz del sol.

el centro de la estancia está una niñita muerta, acostada sobre una mesa y cubierta de flores y encajes. Sobre ella cuelga el lechón en vara; a su derecha hay un grupo. de jíbaros tocando guiro, seis, guitarra y maracas; a su izquierda beben una mujer y unos hombres, borra-

fico dominio

De

pinceladas

La escena es a la vez irónica, macabra y divertida. En

(

pequeñas

LA CEIBA DE PONCE. En los dos primeros, emplea el pintor un estilo por completo diferente al que acostumbra emplear. Se sirve, al modo de Seurat, de numerosas

GALETTE, un velorio

bra “velorio”?» Sin embargo, hay una persona en la estancia que respeta la muerte, presente allí de una manera tan terrible. Un vejete se inclina sobre la niña,

en

más bellos son UN

EL VELORIO.

que Renoir pintó la bourgeoisie

era la costumbre,

el

todo

niaturas de los cuadros medievales.

que pintó Oller,

se destaca uno de grandes proporciones: De la misma

jíbaros,

y

árido

regiones de Puerto Rico, que es también

clima de Andalucía. Entre los cuadros

como

secas

sguadros de Manet. En la lejanía se distinguen los “bohíos del campo puertorriqueño, caminos, veredas y.

CLEMENTE 8. CIA

uerto Rico Comercio, 10, Mayagúez,

P. R.

85% Prueba

se aprende

a


CUARTO CONGRESO DE POESIA DEDICADO A JULIA DE BURGOS REFRESCANTE A

continuación

nota

autorizada

publicamos

por

una

la poetisa

Ni-

Iniciar

la empresa

mia Vicens y que fuera aprobada en

en

la desembocadura

todas

de

Loíza.

Se

de

todos

sus

partes

del Cuarto

nida

en

por

Congreso

el

la

de

Instituto

Directiva

Poesía, reu-

ción

de

noamérica.

Cultura

Puertorriqueña. La misma, como se verá, informa sobre los distintos actos que se propone realizar el congreso este año, en homenaje a la insigne poetisa nuestra Julia de Burgos. La Junta Directiva del Cuarto Congreso de Poesía celebra su primera reunión el miércoles 3 de febrero en el Instituto de Cultura Puertorriqueña. La Junta discutió y ¿probó el proyecto para la celebración del congreso, que este año estará dedicado a Julia de Burgos. Entre ran:

los

Pedir

planes

discutidos

la reforma

del

Instituto

Literatura

Puertorriqueña.

Jorge

Luis

Morales,

Samuel

Lugo,

rre,

F. Manrique

figu-

Comité:

Enrique

Juan

de

B.

Lague-

Alegría. *

Recital en el Teatro

Tapia de va-

rias declamadoras intérpretes de la poesía de Julia de Burgos. Comité: Nilda: González, Piri Fernández Lewis, Maricusa Ornes, Gloria Arjona de Muñoz Lee, Rafael Ríos Rey,

Francisco Arriví. El pintor Ríos Rey ha ofrecido la escenografía para este recital, inspirada en el paisaje del Río Grande de Loíza. Filmación de una película documental sobre Julia de Burgos y su

poesía.

Comité:

tes de Oca, René

Salvador Marqués,

Tió MonJosé An-

tonio Torres Máftinó, Arsilia Torres Mazzoranna,

Augusto

del Río

solicitará los

poetas

Comité:

Luisa

Géigel

Daene,

José

de

de

Narciso Gandía,

Antonio

Gran-

la cooperaHispa-

Dobal, Lindsay

Torres

Marti-

nó, Compostela. La delegación de Nueva York será organizada por el siguiente comité: Diana Ramírez de Arellano, María Teresa Babín, Patria Vientós Gastón, Carmen Marrero, Juan Avilés, Emilio Delgado, Pedro Carrasquillo, Jesús Francisco Díaz. Comité

de

invitaciones

al

extran-

jero: Margot Arce de Vázquez, Ricardo Alegría, Federico de Onís. Será invitada de honor al Cuarto Congreso de Poesía la poetisa Clara Lair. Comité de Publicidad: Juan Martínez Capó, Salvador Tió, Enrique Laguerre, Martha Lomar, Carmen Alicia Cadilla, Alberto Cibes Viadé. Después de celebrado el Cuarto Congreso en Carolina, los poetas ha-

no, Francisco Lluch Mora, Josemilio Ricardo

monumen-

Pagán,

Cabrera.

Confección de la Memoria y Antología del 111 Congreso, celebrado en Barranquitas, y que editará el Instituto de Cultura. Comité: Concha Meléndez, Luis Hernández AquiGonzález,

del

to a Julia de Burgos que se erigirá

Mas SABROSA

Rodríguez.

rán una peregrinación a la desembocadura del Río Grande de Loíza. Se solicitará

permiso

eclesiástico

para

celebrar un concierto del Coro de la Universidad en la iglesia de Loíza Aldea. Luego se hará una ofrenda floral en pequeñas canoas, preparadas por la florista Teresa Sanjurjo, natural de Loíza Aldea. El Congreso solicitará ofrendas de las institucio-

nes y personas simpatizadoras de la poetisa. Comité: Carmen Puigdollers

de

González,

Teresa

Sanjurjo,

Rafael Rigual, Amelia Ceide, Carmelina Vizcarrondo, Lenín Feliciano Mendoza.

Vega,

Ester

Comité Social Coordinador: Josefina Freiría de Cabrera, Piri Fernán-

LA CERVEZA DE PUERTO RICO

dez de Lewis, Laura Gallego, Lilianne

Pérez-Marchand,

Socorro

Girón-|.

de Segura, Elsa F. de Tió. Serán anfitrionas del Cuarto Congreso: Soledad Lloréns Torres, Carmelina Vizcarrondo, Carmen Alicia Cadilla, Ester Feliciano Mendoza, Teresina Salgado, Amelia Ceide, Anagilda Garrastegui, Laura Gallego.

/ eveza! artes y letras


Apartado, 4.184 discos,

libros,

Publicaciones,

de

Lista

PUERTORRIQUEÑA

CULTURA

DE

INSTITUTO

- San Juan, Puerto Rico y

público

al

venta

de

precios

sus

con

otros

Precio por

Precio por

_Unidad

PUBLICACIONES Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (Los números del . ción) . . Suscripción Revista L Cc. Pp por un año (4 núms.) . Suscripción Revista 1. C. P. por dos años, con carácter retroactivo . Albumes de Danzas de Juan Morel Campos (Del número 1 al 5 ya en circulación).

Album

Núm. 1, de José de Diego Núm. 2, de Luis Lloréns Torres Núm. 3, de Luis Palés Matos . Aguinaldo y Villancicos por Francisco López Cruz . 1)

Cuatro

E

:

.

FOLLETOS CONFERENCIAS - Crítica de la Literatura Visión Histórico Puertorriqueña por Dra. Josefina Rivera de Alvarez .

Historiografía

Puertorriqueña

por Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyo . Puerto Rico y los Estados Unidos en el Período Revolucionario de Europa y América (1789-1825) por Arturo F. Santana Consideraciones Sobre la Lengua een Puerto Rico por Rubén del Rosario Crecimiento y Desarrollo de la Ciudad “de

San Juan por

Adolfo

Desarrollo

de

Hostos

.

Sociedad

la

de

Histórico

la Historia

Literaria

Puer-

F. Manrique

Cabrera

.

.

La Vida en la Ciudad de San Juan Bautis-

ta a mediados del Siglo XVIII Vista a Través de sus Actas Capitulares por Luis M. Rodríguez Morales . Sinopsis de las Artes Plásticas en Puerto Rico por Osiris Delgado . La Esclavitud Negra en Puerto Rico por Luis M. Díaz Soler . E

Acercándonos por

10

Antonio

Rivera

.

Vivían

Nuestros Abuelos

por

Rafael

W.

artes

y letras

Ramírez

:

Luis

Muñoz

Ri-

.25

( Folleto)

Parsi

la Cultura

Estudios

Puertorriqueña

(encua-

dernado por

María

Teresa

Babín

.

Galería Puertorriqueña por Manuel Fernández Juncos Teatro Puertorriqueño por Manuel Méndez Ballester, Emilio S. Belaval, Francisco Arriví y René Marqués . Crítica y Antología de la Poesía pe Varios

Para la Abolición de la Esclavitud en

Proyecto

Puerto Rico por Segundo Ruiz Belvis, José Julián Acosta y Francisco Mariano Quiñones Análisis Estilístico de la Sataniada de Tapia. por José Luis Martín . Luis Muñoz Rivera - Los Primeros 10 Años de su Vida Política (en rústica) por Lidio Cruz Monclova . Luis Muñoz Rivera- Los Primeros 10 Años de

su Vida Política (encuadernado) por

Cruz

Lidio

.

Monclova

co

...

Antología de Autores Puertorriqueños: Crónicas de Puerto Rico (1493-1797). por Eugenio Fernández Méndez .

Tomo .

Crónicas de Puerto Rico (1809-1955). Tomo por Eugenio Fernández El Cuento - Tomo III por

Concha

Méndez

I

1

,

.

Meléndez

DISCOS

El

Contemplado por

Pedro

(Incluye

folleto

Salinas

con

la poesía)

s

La Bruja de Loíza por

Jack

Delano

Divertimento

.

del Sur

por Héctor Campos

Parsi

. Tavárez (Manuel G. Tavárez) por Elisa Tavárez . Disco José Enrique Pedreira por

José

E. Pedreira

al Grito de Lares

Cómo

e.

Campos

de Puer-

to Rico por

de "Navidad

de

Panorama

: por Eugenio Fernández Méndez . Las Instituciones Coloniales de Hispano-* américa por C. R. Haring. para

Cantos

de

Figuración de Puerto Rico y Otros por Concha Meléndez . a

torriqueña

Apuntes

y Pensamiento

LIBROS

.

Poesía:

de

Cuadernos

Poemas vera . por Héctor

Campos

Morel

de Juan

Varias

Obras

14)

están en circulaO

1 al 4 ya

PORT.FOLIOS San Juan

Histórico

8 Litografías de Luis Germán

Cajigas .


LA

ESPER SEGUNDO

Entra

la

Sombra.

EL

La SomBRA. — Hay barcos anchos que nunca llegan a puerto, pues la tormenta les sorprende en el mar. Y mueren los viajeros con su verdad recubierta de mugre. Esas verdades que escondemos dentro sin atrevernos a enseñar. Cuántos techos de cristal se romperían si un ojo travieso se posara sobre ellos. Pero la vida es una mentira larga que nos une a todos. Qué importa el día y la hora y el año. Pongamos que es la hora cero, que es decir la hora de siempre. Hay que destruir el velo y ser libres. Humo. Hilos... Libertad. He ahí el misterio. Sale

por

el sitio

ACTO

más

cerca.

El circo.

Las

luces,

Payaso. — Las

serpiente

enredándole

las

piernas.

En

el

Saluda

exageradamente

EL Payaso. — Gracias, gracias, gracias. ni una menos.) Buenas noches. Entra EL

(Se

vuelta.) Estoy muy

PaYaso.— Yo

círcu-

reveren-

Una

sabía

que

vendrías.

Aquí,

en

el

al

espuma

y las hadas

era

sale de sus ojos

bo-

a cantar.

la lana

suave

a cortar.

La NIÑa. — ¿Quién? EL Payaso. — El viento del mar. La NIÑa.—A la víbora, a la víbora *e-de la mar por aquí pueden pasar.

del amor.

de cintas azules y las lanza al aire. Las cintas se encajan caprichosamente y en gracioso abandono sobre los marcos blancos.

La Sombra

sale corriendo y se para detrás de ta

ventana. Luego salen Gabriel y la Niña. El Pavaso se queda en una esquina. La Hermana, en la ventana, llama a Georgina, que se ha quedado en la caíle.

nácar

EL Payaso.— Porque le dolía le iban

blanca

Aplausos. En la última reverencia saca un montón

río

La ovejita negra se puso a llorar. NIÑA. — ¿Y por qué lloraba? que

lágrima

con las nubes

el cielo coral. La ovejita blanca

La

cansado.

Esta lágrima vacía es de oro es de papel es de hierro es de luz es de querer. Para mi novia vieja que me espera en el sol con la luna

el flamboyán.

puso

hermosa

co-

se fueron al mar con los caracoles con las verdes olas

se

v 351

lones. El Payaso tiene por ojos dos discos.

se fueron

La

reverencias

la toltoleca

lumpio de oro. (La sienta en el borde de la cama.) La HERMANA. — He traído la escalera. EL Payaso. (Escondiéndola.) —Que-.no la vea nadie. Podrían subirse. Cuando se hayan ido nos acostaremos en una nube. La HERMANA. — Es el momento. EL PaYaso. — Se descorre el sueño. Las ovejas. (Saca tres ovejitas imaginarias.) La ovejita blanca y la ovejita negra se fueron al lago

con

83

Estoy muy cansado y me he puesto a cantar pico pico mandorico quién te dio tamaño pico la seca la meca

to-

la Hermana.

con

Hasta mañana, en que las ovejitas cargarán el elefante sobre sus lomos. (El Payaso se estira alegremente.) Estoy tán cansado como el siglo dieciocho. (Da

lo están Georgina y Gabriel. Delante de Georgina, la niña. Detrás, la Sombra. Todos aplauden, pero las únicas palmadas que se oyen son las de Georgina. cta,

se fueron

besos.

das encendidas de mil colores. El Payaso, en el centro, con un loro verde nilo en el hombro derecho y una

olas

en un barco azul y la oveja blanca se puso a cantar: por aquí pueden pasar.

La que

HERMANA. — Sube, sube. nunca. Sube. Subeee... Georgina

El

entra. La Hermana

polvo

está

más

seco

la mira severamente.

GEORGINA. — Regresar. Qué penoso es volver. La vida debía seguir sin volver. Volver nunca. Siempre ir.

La HERMANA. — Ya no te importa bajar a la calle. Ya no te importa que te vean los hombres GEORGINA. — Ya no importa nada.

malos.

La HERMANA. — Ni él. Georgina

alza la vista y la mira

sin expresión.

Se

recuesta en los hierros de la cama. 11

e

artes

y letras


La HERMANA. — Descansa, rarás.

GEORGINA. — ¿Y

estás

agitada.

Ya

GEORGINA. — ¿Irme adónde? La HERMANA. (Se ríe.) GEORGINA. — ¿De qué te ríes?

te mejo-

luego?

La HERMANA. — No hay luego. GEORGINA. — ¿Qué? La HERMANA. — No. GEORGINA. — Entonces...

La

HERMANA. — Hoy, siempre

porta.

La HERMANA. — De ti. GEORGINA.— No te creo.

hoy.

Lo demás

por

cienden. Luego poco a poco se van extinguiendo hasta transformarse todo en una nebulosa grisácea.) Me parece verlo todo gris, como si una niebla lo envolviese

GEORGINA. (En un grito.)

La HERMANA. — ¿Por qué no decir nada? GEORGINA. — ¿Cómo? La HERMANA. — No me hagas caso. A veces

hábito,

por

oírme

a mí

hablo

misma.

Palabras

nada más. Sin embargo, cuando me ahoga la vida, cuando recuerdo y pienso en los demás, quisiera callar. Callar siempre. Romper yo misma mis palabras, y si alguna.vez se escaparan, al llegar a al garganta se convirtiesen en flor. Sería hermoso. GEORGINA. — Hermoso callar cuando las flores se caen de los árboles, cuando el viento se mete por las ventanas, por los huecos de las habitaciones, por las almas.

Hermoso

callar cuando

hay en la calle gente que ríe y

que

llora. La HERMANA, (Enfurecida.) —¡La calle! Gente que ríe y que llora. Hombres hechos de sombra. Polvo, polvo. Eso nada más. Podridos por dentro y por fuera. Espera, consúmete, sigue esperando nada. GEORGINA. — Cállate.

La HERMANA. — ¿Quieres

el caldo?

GEORGINA. — No lo quiero. La HERMANA. —Es de pescado. GEORGINA. — Por eso. Pececitos

agua. Su muerte

del

mar.

La HERMANA. — El gato de la carbonera nas aire,

si

hay

aire,

comida aire.

La

Dicen para

gente

que pasan

ellos, ya

no

y

el

usa

Echalos

al

se pasó

muy

pobre

mau-

mal. Apegato

come

anunciando

su

partida.

Los

rabojuncos

GEORGINA.— ¿Qué le pasó? dejó de latir. mal corazón!

(Transición.) tan

grande!

La luz se ha ido yendo toda. La escena está totalmente oscura. La

12

HERMANA.

e

—¿Qué

artes y letras

harás

agarrados

la

con

luz,

dónde?

alfileres

sobre

Mis

ojos

están

las

sienes,

muy

La

luz de las gotas

del rocío,

la luz de

lo crepuscular,

la

luz de la tarde. (Con entusiasmo casi infantil.) Gabriel, Gabriel, ven a buscarme ahora a esta esquina callada.

(En.secreto.)

No

hay

nadie

ahora.

Podrías

venir

sin

caerte, podría hasta tragarte ahora. No habrá otro momento si se escapa éste. (Baja la voz y habla como en susurro.) Estoy sola, nadie más que tu recuerdo rondándome. Entra ahora. Podría irme contigo cuando llegue.la noche... ¿O es que la noche llegó? (Empieza a do... Aquí cae agua ahora. Una gota me hace un hueco en la frente. (Con nuevo entusiasmo.) Tal vez por él te me podrías esconder dentro. (Pausa.) ¿Qué esperas?...

Gabriel...

cuando

te vayas?

Gabriel...

no

vienes...

Gabriel...

trae hoy

la

soga... Gabriel... no vuelves dices... sí... sí... vuelves. Si tardas más se lo diré a mi muerte para que me lleve. La

Sombra

cruza

con

una

vela

por

el fondo.

La

vela da luz a la próxima escena. Por la puerta llega Gabriel. GEORGINA. —¿Por dónde has venido? GABRIEL.— Por el tiempo. GEORGINA. — De azul. GABRIEL. — No, de negro. Para que se

creyeran

que

era la noche. GEORGINA. — Has cambiado. GABRIEL. — Siempre te quiero. GEORGINA. — Lo sé, sí... pero hay algo nuevo.

GABRIEL.

— La vejez me habita.

GEORGINA. — ¡Qué larga la espera! GABRIEL.— Quince años. GEORGINA. — Creía que eran cuatro. GABRIEL. — Cuatro eran ayer. Hoy se

quince. Mírame las Me

—No

han

el rostro. La espera se me

sienes como una corona pesa la separación. GEORGINA. — Tú quisiste.

GABRIEL. me

oscuridad

la luz? Parece que ha llegado la

¿Dónde

abiertos, pero la claridad no me llega. (Casi desvariando.) Me deslumbra esta negrura. Enciendan, enciendan. Que se prenda el sol y la luz y las velas y las estrellas.

Co-

mienza a desnudarse la noche. La HERMANA. — ¡Qué

abiertos,

dormían

en el platanal. ¡La muerte luchó mucho antes de llevársela! Era de roble. ! GEORGINA. — Tenía unas trenzas hermosas. La HERMANA. — Una sola. GEORGINA. — Sí, una sola, como una hebra de plata larga. La HERMANA. — Y mil arrugas sobre la cara. GEORGINA. — ¿De qué murió? La HERMANA. — Del corazón. La HERMANA. — Le GEORGINA. — ¡Qué

noche.

(En grito largo.) Gabriel.

carbón.

GEORGINA. — Los recuerdos me atan la mente. Papá murió cuando se hundió el barco que iba al Amazonas. La HERMANA.— Recuerdo, sí. Quería hacer de la selva su mundo. Un mundo claro y eterno. Eterno de bondad. GEORGINA. — Pero el barco se hundió y con él papá y sus sueños. La HERMANA. — Eramos pequeñas entonces. GEORGINA. — ¿Aún vivía la abuela? La HERMANA. — Sí, pero ya aullaban de nocHe los pe-

rros

todo. ¿Dónde, dónde eterna

— Cállate. (Las luces se en-

asustarse.) ¿Es que llegó la noche? Gabriel... tengo mie-

debe ser donde nacieron.

llando toda la noche.

que a dónde

"

penden-

GEORGINA. — Todo.

por

preguntaste

La” HERMANa. — Sí. ¿Qué es irse? GEORGINA. — Creo que morir. La HERMANA. — ¿Qué harás entonces? GEORGINA. — Me quedaré bajo la tierra con los ojos abiertos. La HERMaAnNa. — Para que te entren los gusanos por ellos.

no im-

GEORGINA. — Cuando se vive como yo, se vive diente al próximo instante. Se piensa que tal vez tro de un rato todo habrá acabado. La HERMANA. — ¿Todo?

hablar,

Me

me iría.

me

hagas

fui, pero vine entre

GEORGINA. — Como

de

más

las hojas

dolor.

cumplido

desliza por

Estoy

pesada

cansado.

la carga.

Yo

secas.

un mal recuerdo.

GABRIEL. — Cállate.

GEORGINA. — Sólo decía. GABRIEL.— Cállate. Me

parece que me consumo

quemo. Abre

encerrado.

las ventanas. Me


.

FO

.

.

Georgina levantá. las marco de la ventana.

GEORGINA.

nde

cortinas.

La

Sombra

en

el

(Quejándose.) — ¡Oh!

GABRIEL. — ¿Llamabas?

GEORGINA.—

A

Dios.

GABRIEL. — No viene.

GEORGINA. — ¡Qué suaves tus manos!

¿No trabajabas

en la hacienda?

GABRIEL. — No

ojos

recuerdo.

Siempre

lo hacía

después.

GEORGINA. — ¿El qué?

GABRIEL. — El sueño.

por

GEORGINA. — ¿Y

GABRIEL. — ¿Cuáles?

en-

GEORGINA. — Estas.

e pa-

hombro derecho.) GABRIEL. — Las

jese

do

"GABRIEL. — La ban

ndan.

ellas.

del

cintas

imaginarias

carbonero

me

las

del

tiraron.

última

vez que la vi velaba

las góndo-

por dormir sobre sus muslos. GEORGINA. — ¿Le hablaste? GABRIEL. — Fingí no verla. Hubiese

sido

le pega-

un

espejo

para ella.

ar, la

GEORGINA. — ¿Y

briel, lada. r sin

tú?

GABRIEL. — Roto. GEORGINA. — No. GABRIEL. — Sí. Me

he recostado

del tiempo

para

cansarme, pero me parece que me llaman. GEORGINA. — Es la única ruta que no debes solo.

mo-

y)

niñas

quita

las a la orilla del mar. Los marinos borrachos

muy prian-

o

(Le

GEORGINA. — ¿Qué has sabido de la madre?

la

oO

los dos.)

en ron-

do lleieza a o miehueco él te

oy la es. Si lleve.

no

La HERMANA. — Esperas, ¿verdad? hacer

GABRIEL. — Sin embargo, hace quince años que espero. Quince años, no..., quince ocasos temblorosos. GEORGINA. —Se te olvida que soy yo la que espero. GABRIEL. — Es cierto. Yo soy el que no he vuelto. GEORGINA. — ¿Decías? GABRIEL. — Que ando por las ramas y sin llegarme has-

ta el nido. GEORGINA. — ¿Qué tiempo? GABRIEL. — Un momento largo. GEORGINA. — No

has

vuelto

nunca

an

que

plido iza por cansado.

rga.

anas.

Yo

y te espero.

La HERMANA. — Te vas a morir hoy. sabía.

La HERMANA. — Todos ya lo sabemos. GEORGINA. — Hasta las telarañas. La HERMANA. — Hasta las telarañas. La HERMANA. — Aún queda algo por GEORGINA. — No, nada. La HERMANA.— Sí.

fueron

habilidad

única

para

pe-

que al nacer ya lo esperaba. Era una angusfia rosa mi niñez. Ida por todos los caminos, detenida en cada orilla esperando el agua, los gatos, los caballos y la abue-

la de Candelero. Luego él... haciéndome La

música

alrededor

del

llena

cuarto

la

escena.

como

ella. El caballero imatinario

ceniza la vida.

Georgina

da

si alguien

vueltas

bailase

con

le dice algo que la hace

reír. Se detiene y hablan en una esquina. GEORGINA. — Sólo estaré dos días. (Pausa.) Sí, hoy. Esta tarde precisamente en el carro de tío Jorge. Había venido antes, pero era muy pequeña. No... no... es que

Otro

tas

Hoy

años que son quince ocasos temblorosos.

hace

la ha venido a invitar. Empiezan

a dar vuel-

muy rápidas. Violentas.

GEORGINA. — No. No. Que me mareo. La sangre se me llega a las palmas de las manos. No, no tan rápido, por

tienen a veces filo.

ayer.

una

La HERMANA. — Ahora yo no importo. GEORGINA. — ¿Por qué entonces no me dejas bajar? La HERMANA. — No quiero que le encuentres. GEORGINA.— Pero si yo lo quiero y hace quince años que lo espero. La HERMANA.— Cuatro. GEORGINA.— No, hay años que miden mi espera. Creo

decir.

La HERMANA. — Sólo han sido cuatro. GEORGINA. — Cuatro

si no volviese?

los estudios. No... no, nadie... Soy muy joven aún. Diecinueve. No... no lo creo... El amor no tiene edades.

La HERMANA. — Pero es la hora de la verdad. + GEORGINA. — ¿Y estos quince años? Me

nada.

GEORGINA. — Aun sabiendo que no vuelve le esperaría. La HERMANA. — Para alimentar más tu sufrimiento es preciso que no vuelva. Creo que el día que regresara te cansarías de verle y no tener ya que esperarle. En ti GEORGINA. — Tienes

Las campanas lejanas doblan insistentemente. La luz ha vuelto a su color normal. Georgina está tirada en la cama. Aparece la Sombra. La SomRBa. — Estás cada día más muerta. GEORGINA. — Yo conozco los muertos que han quedado vivos, como si la hora final les hubiese llegado demasiado temprano. La SoMBRA.—Tu hora última está recostada de la sombra de tus manos. Reposa el llanto. La HERMANA. — Georgina. GEORGINA. — ¿Qué?

GEORGINA. — Las palabras

GEORGINA. — Nada. La HERMANA. —¿Y

netrar en los otros, pero te olvidas de ti.

GEORGINA. — Espera. ¿Es verdad que los pájaros mueren? GABRIEL. — Sí, cuando les falta el aire.

GEORGINA. — Lo

GEORGINA. — Siempre, siempre. La HERMANA. — Sin importarte

el dolor es alegría.

GABRIEL. — Adiós. do. La a llega

La HERMANA. — No te entiendo. GEORGINA. — No es raro. La HERMANA. — Estás distinta hoy. Parece que te has cubierto de luto. ¿Desde cuándo el tiempo tiene alas? GEORGINA. — Desde siempre. Pero antes los pájaros volaban más altos. La HERMANA. — Serían las nubes. > GEORGINA. — Serían.

O

O

(Ríen

esas cintas?

quince

favor. El corazón. No me responde. Deténgase. No conozco este relincho de piedra. Deténgase, que me duele el golpe en la rodilla. Y él haciéndome cenizas. Se

ha

detenido.

13

+

artes y letras


La HERMANA. — Le querías GEORGINA. — ¿Qué

tanto como

La HERMANA. — Adiós. ' GABRIEL. — Siempre adiós. Déjame llegar a ella. La HERMANA. — Cuando llegue la primavera negra y

yo.

dices?

La HERMANA. — Eso. GEORGINA. — Repítelo para romper el aire. La

HERMANA. — No

se deje de llorar. Quisiera dormirme para no verte rondando la casa.

quiero.

GEORGINA. — Le amas

antes.

GEORGINA. — No mientas. El amor no tiene tiempo ni edad. Por eso no me dejabas. Por eso el encierro entre estas paredes. Por eso no me permitías asomar la cara a ese horrible

hueco.

Porque

temías

que

lo viera

veinte

en la

La HERMANA. — Te haces daño. GEORGINA. — No hay nada que me pueda hacer daño. Ahora. Tus palabras me corren por las venas. No quiero que me cuides. Ni que me hables... ni que me veas...

Las

luces

se

oscuro

tornan

Georgina

Las

se

fuese así. Riéndonos

las dos, una

La HERMANA. — Los

hermanas sola, ancha

ríen.

juntas.

San

que

las

dos.

ríe. La

Hermana

La HERMANA. — Voy a

se

ha

GEORGINA. — ¿Verdad

quedado

muy

seria.

a caminar.)

La HERMANA.— No sabes

Sol.

te mejorarás.

GEORGINA. (Desesperada.) — Escúchame un momento. te veo y me da mie-

do. (La lleva a un lado.) me

pondfé

un

día mi

se ha

quedado

atontada.

Entra

por

la

ventana un corrillo de a la limón. A la limón. Georgina se agarra de la cama y tararea a la limón. A lo lejos un doble de campanas. En el primer término

Gabriel

y la Hermana.

La HERMANA. — Ahora llueve. GABRIEL. — Para mí siempre ha llovido. La HERMANA. — ¿Qué tienes? GABRIEL. — Ganas de irme al alero de mi cuarto. La HERMANA. — Debe ser alto. GABRIEL. — Altísimo. La HERMANA. (Llora.) GABRIEL. — No llores. Me molesta el llanto que sale afuera. La HERMANA. — No lo puedo evitar. Tú no me quieres.

GABRIEL. — No me mando. De lo único que no soy libre es de mí

artes y letras

mismo.

e.

14

voy

Sube.

Mi

pasado

amor

no

Espera.

Vida.

me

cansaré.

qué puede pasar.

a consumir

voy a plantar en

mirando

Vida

misma.

hacia fuera.

Llegará

hoy,

mañana, siempre. Estará conmigo sin estar, a pesar de los años que nada pueden..., a pesar de mi muerte en

vida. no

te hace

ningún

bien.

GEORGINA. — Qué poco conoces de almas. La HERMANA. — No

he tenido

GEORGINA. — El tiempo

La HERMANA. — Sí. Así te enterraremos. (Sale.) Georgina

Lluvia.

y me

La HERMANA. — Esto sí. Que

nunca.

GEORGINA. — Nada, nada, nada. Me

GEORGINA. — ¿Sí?

La HERMANA. — Ya. GEORGINA. — Dime que traje blanco.

lo olvidaré

tido en dos al final le esperaré. Nunca esa ventana

No

espero.

la Hermana.

GEORGINA. — No. No

agitada.

Uno solo. Salte de esa medialuz.

te

es un momento. Es una eternidad. Cuando esté muerta también le amaré. Si el camino nuestro se ha conver-

GEORGINA. — ¿Verdad que podré casarme? HERMANA. — Ya

que

La HERMANA. — Pero no te oye. No viene. Olvida tus

La HERMANA. — Descansa.

La

minuto

recuerdos apolillados. No te agarres más a un demasiado lejano. El olvido será su castigo.

que me casaré algún día?

La HERMANA. — Estás

un

GEORGINA. — No más que antes. La HERMANA. — Le llamabas. GEORGINA. — Sí.

salir.

GEORGINA. — ¿Ahora? La HERMANA. — Sí. (Empieza

Hace

La HERMANA. — Georgina. GEORGINA. — ¿Qué? La HERMANA. — Te has vuelto loca.

La HERMANA. — Eras tú muy pequeña. GEORGINA. — Como un granito de arroz cuando seamos grandecitos nos casaremos los dos. Se

y sale.)

habla por la ventana.

te espero. Aparece

Juan

Que te quedaste sin bailar. Ríien

alfiler del

Ven y olvida el ayer y el hoy... sube... sube...

la vida. de

un

sin ropas para que el hijo nos nazca más pronto. Sube... Vente ahora, Gabriel... Tengo el hueco en la sien. Sube.

La HERMANA. — Sin embargo nosotras... GEORGINA. — Caballito

con

Subeeeee. No importa que me veas fea y enferma y distinta y otra siendo la misma. Gabriel, sube. Hace años

y fresca

peces resbalan.

GEORGINA. — También

(Ríe

ideas! fija clavada

GEORGINA.— Ahora... estoy sola... Aunque sea una novia vieja... Vuelve... Ya tengo las sábanas... Dormiré

de la tierra.

rosa.

GEORGINA. — Si siempre Una risa grande para besándonos la boca.

La HERMANA.

antes que yo esta noche. A espe-

rarle las dos en el fondo

viento

años.

La HERMANA. — ¡Qué GABRIEL. — Una idea país de los gigantes.

calle.

Quiero que te mueras

el

GABRIEL. — No es la casa lo que guardo, sino los pedazos de un amor grande. La HERMANA. — Pero ella no te sabe cerca. GABRIEL. — Pero me siente entre la blancura de sus

también.

La HERMANA. — No. Fue

sobre

tiempo.

no se tiene.

Se hace. Se

in-

venta, se trae. Se cose una cuerda larga y se va uno

so-

bre él sin,caerse. La vida toda es el caminar sobre una cuerda

floja. Abajo

están los leones.

La luz roja invade la escena. Entran la Niña.

el Payaso y

EL Payaso. — He traído los leones. (Saca del bolsillo pequeño figuritas de leones.) La NIÑA.— No has traído el amarillo.

EL Payaso. — El amarillo se lo tragó el sol para hacer la tarde. : La NIÑA. — Quiero el amarillo. EL Payaso. (Canta a su alrededor.) A la víbora, a la víbora de la mar por aquí pueden pasar. La Niña. —Las flores, dámelas.

EL Payaso.— No. Las flores son siempre al final.


La

NIÑA.— ¿Al final de qué?

He

EL Payaso. — Del camino. El Payaso comienza a llorar hojas secas.

iento

La que

os pe-

ne

NIÑA. —No llores, que me haces reír. No llores, caen flores, flores, flores. EL PAYASO Y LA NIÑA.—A la víbora, a la víbora

de la mar por aquí pueden pasar. La NIÑa. — Caballito de San Juan

sus

que er

te quedaste

EL Payaso. — No. La NIÑA. — Y no me ina nobrmiré

Sube... . Sube.

los hombrecitos

verdes.

LA EL La EL LA EL

(Asombrado.) — Nooo0000.

ida tus pasado

or no muerta

conversaré.

— Tráelos

Payaso.

hoy,

tesar

de

jerte

en

sale

de

a

las

once.

LA

Payaso y bolsillo

me

llevo al más

ventana.

Entrelaza

las

manos

de

al.

(Esconde

al Gabriel

imaginario

se separa

y su ser

imaginario

sale.

sin

un

adiós

no verme.

siquiera.

Prisa

por

Tenía

irse

solo

tan fea,

llena de dolor y amargura. Déjame. No me mires así. Sácate esos ojos de muerta. Y ese traje de monja flaca. de

ese

altar,

quítate.

(Transición

brusca.)

Geor-

re... la de Candelero,

sí... no... papá

murió

ayer. Lo en-

terramos al toque de Animas. Y mamá esta mañana. La al

río,

desnuda.

Georgina,

sube...

sube...

ven-

Gabriel

no

te vea.

Eramos

tres...

¿recuerdas?,

no

gina. El Payaso

cruza

lento.

EL Payaso. — ¡Olvida! La HERMANa,—No conozco

esa

palabra.

Sabe

a ve-

sola.

que

aullaron

no me

más? y de

lleguen

ni los pájaros.

La Niña se vuelve de frente.

anoche. La

SOMBRA. — Ay tururete, ay tururete cl que no tiene vaca no bebc leche.

La Niña. — Tengo miedo. La SOMBRA. — ¿De qué? La NIÑña.— El yure parece que ronda mi La SOMBRA. — Será la noche cayendo.

cama.

La NIÑA.— Tengo dolor en los ojos. La SomBRA. — Serán las plantas creciendo.

EL Paso. — Con una sombrilla final.

la

de ella.)

a llover.

viniese a cantar.

mago

a

dos... do... tú y yo. Pero ya no. Ya sólo quedo yo. Geor-

se cruza

Payaso. — Ibanse las aguas de tanto esperar que la negra noche

de

siempre.

La HERMANA. — Cállate, no digas esa palabra

que

lo sabe.

SOMBRA. — ¿Qué

negra

te... para esconderte en esta mano y nadie te vea. Para

LA SOMBRA. — ¿Qué?

LA

desnudez

neno. No, no me iré... Aquí adentro haré mi cárcel para

La SoMBRA. — Algo, sí. Los perros EL Payaso. — Es raro.

EL

su

Parece una visión maravillosa.

amarillo

EL PaYaso. — Comienza ha-

enseñe

Georgina se queda fascinada mirando la ventana.

echamos

La SOMBRA. — No, es que el río está pariendo.

para

que

La HERMANA. — No sabrás perdonarme. La HERMANA. — Te dolerá el llanto mío

de gris

SOMBRA. — La hermana

EL PaYaso. — No

la

gina, Georgina... abre la puerta. La abuela se nos mue-

y morado.

bre una

SomBRA. — Deja

Quítate

y hoy tengo un gato con cara de trapo, un gato feo de

Después

GEORGINA. — Sí. No te hagas la loca. puerto

LA SOMBRA. — No lo saben. Creo que pequeño. EL Payaso. — Tenían un gato. La SomBRA. — Alguien se lo robó.

in-

ellos.

GEORGINA. — Tú le echaste. La HERMANA. — No

EL Payaso. — Juegos de niños.

uno so-

fui con

a la calle.

se va la mujer del carbonero.

y pintado

y me

GEORGINA. — Y se fue prisa. GEORGINA.— Prisa por

EL PAYASO. — Yo para mi circo

] Se

La

EL Payaso. — ¿Decías? También

solo.

GEORGINA. — ¿Por qué lo has hecho?

pronto?

SoMBRA. — El barco

cristal

Georgina

La SomBRA. — Ha vivido mucho. EL PAYASO. — ¿Qué hora es? La SomMBRA. — La de siempre. La

te quedaste

que para esta noche es. (Salen.)

detrás

luego.

—¿Tan

de

GEORGINA. — Déjalo.

al circo.

EL PaYaso.— Y los niños. La SOMBRA. — Jugando.

tar en a fuera.

EL

Ano-

La HERMANA.— Fuera ese recuerdo, fuera.

NIÑa.— Sí. PaYaso. (Levantándose.) NIÑA. — No. PaYaso. — Sí. NIÑA. — No. PAYaso. — Sí. SomBRaA. — Para

cansados.

habitación. La Hermana queda en suspenso. La música de felices días comienza a oírse repetidamente. Georgina mira fascinada la persona frente a ella. Da vueltas al compás de la música.

La NIÑa. — No. La

góndola

Corre

y dos gatitos que tienen piquito.

EL Payaso.

poco

guien que no existe y lo trae hasta el centro de la

y una gata

Sube.

un

GEORGINA. — Mira.

EL PAYaso. — ¿Tienes un balcón? La NIÑa. — De plata con un sillón

e años

y dejó la noche negra. La SomBRA. — Entonces, una

EL PAYASO. — ¿Quiénes son? La NIÑA.— Los enanos que viven en mi balcón.

y dis-

Están

mujer del carbonero hizo un gran negocio.

sin bailar

asustan

los leones.

EL PAYASO. — No, pasaron mil marinos borrachos en

EL Payaso. — Eres pequeña aún. La NIÑA. — No, grande. Mírame las manos. Son cinco lagartijos largos. Cinco grillos.

del

traído

che me fui a la calle con tres mujeres desnudas sobre cada uno. Yo iba montado en mi elefante Leonardo. Los junquillos en flor le cubrían toda la trompa. Las mujeres huyeron asustadas cuando la luna fue a cambiarse

sal

a la víbora saca del río y del mar.

La

NIÑA.—Me

asusta

pensar

pueda

que

venir

el

cuco.

La SomBRa.—Ya

La

— Tengo NIÑa.

es hora

miedo.

de dormirte.

Mucho

15

miedo.

+

Las

gotas,

artes y letras


al caer sobre

el techo, parecen

pisadas

fuertes

de hom-

bres malos. La SomBRA. — Cálmate, criatura. a La NIÑa. — Y ya la abuela no me canta. Me da miedo.

Mucho miedo. La SOMBRA. — Vente conmigo, que te voy a llevar-a un sitio quieto. Tan quieto como el cielo. Un sitio donde sólo hay niñas y gatitos. La SOMBRA. (Con aparente entusiasmo.) — Vamos a buscarlos. La NIÑA. — ¿Adónde?

La SomBRA. — Allá. Al sitio donde nas y las horas

eternas

La NIÑA. — ¿Qué La

y las niñas

quiere

SOMBRA. — Que

las rosas son etereternas.

decir eternas?

son

siempre,

que

no

se

acaban,

mis

gatitos?

que no se mueren. La

NIÑa.

(Extrañada.) —¿Y

allá

están

La SOMBRA. — Sí. La

NIÑa.—

Vamos

a

ir.

EL Payaso. (Interrumpiendo

el paso.) — ¿Adónde?

La HERMANA. (Asustada.) — Los perros.

La SomBRA. — Allá. EL PaYaso. —¿Al final? La SomBRA. — Sí. La niña quiere sus gatitos. EL PaYaso. —¿Los que tenían piquito? La NIÑa.— Sí. EL Payaso. — ¿Puedo ir con ustedes?

La

SOMBRA. — Sí y no.

EL

Payaso. — Entonces voy. Por el camino sangre hacia el final desnudo a buscar unos gatos que viven con los ángeles. SomMBRA. — Irse de luz hacia el fin irse de luz por el aire. NIÑA. — Dos gatitos

GABRIEL. — ¿Qué?

La HERMANA.

La Hermana

Cada vez que gritan alguien se va. Se oven GEORGINA.

(Va

si estuviese

La

se

Al

Han

dejado

ten.

El

Georgina

un

los

en sus

ha

sus

caricias

a la puerta.

querido

a todos.

Ahora

recibir

el

discu-

cadáver.

de día

Georgina

entra.

ha muerto.

Georgina...

temer.) Georgina... pesadilla... cuerpos

insistente

tiene

Entra...

La HERMANA. — Georgina... Georgina... Ha vuelto. Ga-

de

trino

Gabriel

de

pá-

el tiempo?

alguna

Georgina.

(Se da cuenta

vez?

(Empezando

a

Ha pasado

la

al fin.) No...

Entra, Gabriel...

no es

Entra...

mirala quieta. Otra vez la espera. Otra vez el tiempo poniéndose como barrera. Un minuto después, Gabriel. fue

ahora,

sabes.

Otra

Sin embargo,

vez

la

oscuridad.

te esperó.

(Como

siempre.

Entre

si

sus

lágrimas y mi rencor. La muerte fue sucia. Tuvo demaprisa.

La

muerte

Un minuto tarde. Como

lejanos, unos aullidos de perros.

Georgina...

Georgina, despierta...

posible, ni justo... Georgina...

siada

tiempo

se muere.

manos.

briel ha vuelto...

La HERMANA. — Ya es de noche.

artes y letras

frente

Por el fondo cruza la Sombra y se sienta al borde de la cama de Georgina. Del pecho de ésta extrae una s*osa hermosísima y sale muy lenta con la flor

Se

sido

Pare-

en las góndolas.

no

también

las manecillas?

GABRIEL. — ¿Ha

carbo-

¡ Tengo miedo! GABRIEL. — Nada pasará. La HERMANA. — Sí, sí. La muerte se anda por estas esquinas. Anda segando cuerpos. Gabriel... Gabriel... deja de esconderte entre los robles y las acacias. Es la hora de la verdad. Tienes que verla antes que se vaya.

siluetean

fondo,

del

de blanco.

muerta.

el cuerpo

carbonero

mujer

tres hombres

HERMANA. — Sí, ofreciendo

desvariara.)

¿Qué

ventana.) — La

en brazos

GABRIEL. — Trabajaba

los gatitos de piquito. SOMBRA. — Y una rosa de papel y una niña que se muere que se muere que se fue. (Salen.)

:e

la

ce

GABRIEL. (Dándole una rosa.) —Esto... guárdalo. ¿Qué hora es este momento último? ¿Qué parada hacen

16

a

y por rabo el arco iris

como

fuera.

es?

traen

a buscar

Muy

llantos

GABRIEL. — ¿Qué nero. La

puerta

El grito de los

La HERMANA. — Anuncian lo malo. Siempre igual. La muerte monta sobre ellos como si fuesen sus caballos.

iba uno

la

la ventana.

La HERMANA. — Esos perros. GABRIEL. — ¿Qué te hacen?

amarillo color plata color nieve. . Payaso. — Por aquí por la soga por el mar “ por la orilla de San Juan iban tres iban dos

En

va hasta

con piquito

y la Hermana. jaros.

oyes?

perros corta el aire.

colorado

La

—¿No

GABRIEL. — Sí, ladran lejanos. La HERMANA. — No. Aúllan cerca. * GABRIEL. — ¡Qué importa!

La

fue

sucia,

Gabriel.

Un

minuto.

si la manecilla hubiese saltado.

muerte todo lo rompe. GABRIEL. — No, queda algo

que

ni

la

muerte

ni

el


tiempo

pueden

destruir.

El amor,

que

no muere

ni con

la muerte ni con la vida. Mi amor entre el tiemp o y el

llanto y los hombres y la muerte. Mi amor entre la agonía, de los años largos. Mi amor sobre la nube del

pasado. Mi amor eterno... mi amor siempre. (Sale.)

La HERMAN — A. Nada queda. (Recorre la habitación con la mirada.) La casa. Celda de recuerdos, pudriéndose de sangre estancada, llena de telarañas que envuel ven hasta' las almas. Hay que abrir las ventanas. (Arranca las cortinas.) Hay que hacerle paso al aire y al polvo. Por

la ventana

entra

el ruido

de

la calle y unos

papeles que el viento ha volado. Yo también me he muerto. La muerte

me

llegó en

mi partida. Muerta, sí..., pero viviendo.

No había nadie en el cementerio. Sólo el hombre que cuida los muertos y yo. Georgina se fue ligera, con prisa de llegar. Y me quedé sola entre las paredes que sonríen. Con los recuerdos apolillados y la carta de

amor y las sábanas de novia vieja. Ya el aire no entra

por la ventana. Se queda en la calle con la gente. Sombras de un mundo en que hasta el sol es apagado. Me iré consumiendo como las velitas que alumbraron el

Ya se fue ella. Ahora

iré yo. Des-

pués las paredes que ríen. Luego el mundo mismo se irá... Como tú, Georgina... (Muy fuerte.) Georgina, Georgina. La HERMAN — Georgina A. , ¿por qué no me llevas..., por qué esta agonía tan lenta y tan larga? Te fuiste ayer y hoy quiero irme yo. Gabriel volvió, Georgina.

Con

el traje negro.

Tú estabas

dormida

y no lo viste.

(Hablándole a la cama.) Te puse el traje blanco. El que te hizo la tía de Caguas. Estabas hermosa, Georgina... hermosa... (En un grito.) ¡Georgina!

Las luces se encienden todas. Las figuras ya no están detrás de la ventana. En la puerta, el policía. PoL1cíaA. — Señora. La HERMANA. — ¿Qué? PoL1cíA. — Usted. La HERMANA. — ¿Qué? PoLIcía. — Los vecinos La HERMANA. — ¡Ah!...

La HERMANA. — Del tiempo. PoLicía. — No entiendo.

La HERMANA. — Mi hermana PoLIcía. — No. La HERMANA. — Sí. PoLicía. — Hace quince La HERMANA. — ¿Cómo? PoL1icía. — Sí. La HERMANA. — ¿Y este PoLIcíaA. — ¿Cuál?

murió

ayer.

años.

luto?

La HERMANA. — El de mis

ojos.

PoL1icía.— Llora usted.

vida y por eso no me enterraron. Pero siento los gusanos andarme las venas y chuparme la sangre, siento los ojos fijos y clavados, siento el llanto de la casa por

velorio de Georgina.

PoLicía. — ¿De quién?

La HERMANA. — ¿Qué

es llorar?

PoL1cía. — Pues... La HERMANA. — Sí. PoL1icía. — No sé.

d

La HERMANA. — ¿Dónde

está Georgina?

PoL1cía.— En la tierra. La HERMANA. — Murió esta tarde. PoLicía. — Murio hace quince años. La HERMANA. — Váyase. PoLicía. — He venido a buscarla. La HERMANA. — ¿Para qué? PoLIcíA.— Para llevarla lejos. La HERMANA. — ¿Está allí Georgina? PoL1cía. — No sé. La HERMANA. — Debe estar allí. PoL1cía. — Hace quince años. La HERMANA. — ¿Cómo? PoL1icía. — Murió hace quince años.

La HERMANA. La

SOMBRA.

(De (De

lejos.) — Quince lejos.) — Quince

años. años.

La HERMANA. — Cállense, cállense, cállense. Se lleva las manos a los oídos. Mira todo extrañada como si no conociera el lugar. Una luz amarilla cae sobre ella y la mujer alucinada parece al fin comprender toda la verdad. La

HERMANA. — Quince

años

que

son

quince

agonías,

quince ocasos temblorosos. PoL1icía. — Vamos, señora. La

HERMANA.— Sí, en

no me se quejan.

de

no me

mentiras,

das de Georgina.

seguida,

oye...

La casa

intacta

de

Se quedan

Georgina...

Georgina

nuestra se queda

lágrimas.

Llena

de

las telarañas cayéndose

in-

mira-

por

las paredes. Se queda la verdad aquí encerrada. Todo...

PoL1cíA.— Sus gritos. La HERMANA.— ¡Ah!... PoLICÍA. — Debe irse. La HERMANA. — ¿Cómo? PoLIcía. — Irse. La HERMANA. — Irse es morir. PoLicía. — No puede quedarse La HERMANa. — Tengo luto.

tacta

oye...

Todo...

Quince

años,

cuatro...

ayer...

hoy...

siempre...

quince años... cuatro... quince... cuatro... (Sale.) La aquí.

música

es

ahora

una

marcha

triunfal.

FIN

tre

artes y letras


DIRECTORIO PROFESIONAL PURGELL, BELAVAL, LOMBA € Contadores públicos autorizados Santurce,

PUERTO

GUTIERREZ

SANCHEZ y Abogados - Notarios

Abogado San Juan, PUERTO

BAUZA

LUIS

- Notario

MIRANDA

CORREA Santurce,

YAMIL

GALIB

Abogado

- Notario

PUERTO

Abogados Santurce,

ANGEL CRUZ CRUZ Abogado - Notario San Juan, PUERTO

B. ROSAS

RICO

PUERTO

Santurce,

RODRIGUEZ COLON Abogado - Notario

PUERTO

RICO

HERNANDEZ San Juan, PUERTO

EMILIO

RICO

RODRIGUEZ OTERO, . RAMIREZ DIAZ GONZALEZ

RICO

Edificio Bauret

RICO

Abogado - Notario

RICO

PUERTO

RAMIREZ

San Juan, PUERTO

RICO

GUILLERMO

San Germán,

Co.

RICO

EMILIANO POL JR. MANUEL TORO AQUILES ACISCLO VALLECILLO

RICO

Contadores públicos autorizados

GEIGEL POLANCO y CEIGEL LANUZA

San Juan,

PUERTO

RICO

Abogados - Notarios San Juan, PUERTO

LCDO.

RICO

ALFREDO

ALVAREZ

LINERA

Abogado - Notario

OSCAR

CASTRO

Abogado

RIVERA

Ave. Muñoz Rivera, 501 (Altos)

- Notario

Hato Rey,

PUERTO

RICO

Edificio Quintana

Comercio, 350 - Tel. 3-2751

San Juan,

PUERTO

RICO

LCDO.

SANTIAGO

POLANCO

ABREU

RIOS

MENDEZ

Ave. Borinquen, 2019 - Tel. 2-1431 Santurce, PUERTO RICO

Abogado - Notario San Juan, PUERTO

A.

Abogado - Notario

RICO

LCDA.

ROMANY

y ROMANY

Abogados - Notarios

San Juan, PUERTO RICO 18

e

artes y letras

CONSUELO

BURGOS

DE

PAGAN

Abogado - Notario B.” obrero

Santurce, PUERTO RICO


INSTITUTO DE CULTURA OFRECE NUEVA SERIE

PUERTORRIQUENA DE CONCIERTOS

¡REZ ) RICO

El Instituto de Cultura Puertorriqueña ha iniciado una nueva serie de conciertos dominicales, como parte de sus actividades para el 1960. La relación de estos conciertos es como sigue:

) RICO 14

de

febrero

17

MARÍA

ESTHER

de

ROBLES

abril

ROGER

soprano

DR.

) RICO

ESTEBAN

MORENO

IRMA

pianista 21

de

ISERN

pianista

febrero 15

CONCIERTO ) RICO

MARTINEZ

clarinetista

Amado

de

mayo

DE TROVADORES

RONDALLA

Ayala, Toñín Romero, Ramito,

José Arturo Silvagnoli, Angel Pacheco

PUERTO

Director:

RICO

Jorge Rubiano

Alvarado

28 ) RICO

de

22

febrero

JESUS

MARIA

de

mayo

RUTH

SANROMA

FERNANDEZ

Concierto de músico

pianista

ERA (Altos)

13 de

D RICO

popular

marzo

12 de

OLGA

IGLESIAS, soprano

ELIAS

HENRY HUTCHINSON, violinista LUZ N. DE HUTCHINSON, pianisto . 2-1431

) RICO

27

de

26

de

en

A LAS

SOBA

¡unio

FIGUEROA CUARTETO

GAN > obrero

LOPEZ pianista

marzo

NARCISO

junio

FIGUEROA

pianista

430

DE

LA

TARDE

- ENTRADA

GRATIS

O RICO 19

e

artes y letras


PERSPECTIVA Por |wujue

A Ayu

No sé por qué no se estimula más la creación en Puerto Rico. La escuela podría hacer mucho más. Con ello limitaríamos esa desventurada propensión nuestra, al parche y al remiendo. Sé lo que puede hacer una maestra consciente, por lo que he visto hacer a maestras como Genoveva Ramírez, de la universidad Interamericana, y a Adela Bou, hace tiempo, en un barrio de Corozal. No es, sólo ser, sino, poder de ser. Y no se manifiesta ese poder

ENRIGUE A. LAGUERRE, cuya última novela EL LABERINTO, ha

recibido

que

realmente

tiene.

zando este asunto por Puntos

Hace

tiempo

que

vengo

de Partidas y en Hojas

singulari-

libres. La ver-

dad es que la hemos descuidado. Estamos hipnotizados por el deseo incontenible de poseer objetos. A nuestros visitantes, a nuestros vecinos, a todo el mundo, mostramos el montón de cosas. Eso es, amontonamos cosas. Y nos satisface mostrarlas. Y nuestra actitud creado-

ra sigue tan inerte como

siempre.

,

No crear es no existir. Nos iremos suicidando mientras más nos alejamos del ansia creadora. Matamos el tiempo libre contemplando bobamente los objetos que poseemos. No lo dedicamos a crear aunque

sea en el campo mós

como

de las artesanías. Matamos

pueblo.

Parece

que

aspiramos

el tiempo y nos

sólo

a

convertir

matanuestro

país en un feo mercado. Es

inconcebible

que

aunque

tenemos

el poder

no lo utilizamos. Se nos deteriorará. Se morirá esa

muerte

del

poder

creador,

pero puede suceder. Estamos

morirá

muy

el país.

ocupados

para

la creación,

en nosotros. Es

doloroso

halagando

Y con decirlo,

nuestra pro-

pia

inercia, Porque la creación es una función constante; es la propia existencia. No se vive si no se crea. Vivir es, pues, crear. Simular vivir — por el movimiento sin orientación —no es propiamente vivir. Ni

en lo individual ni en lo colectivo. Nos

ahogamos

Buscamos

bajo el montón

ansiosamente

o

de cosas

las páginas

que

hacen

anunciantes

para

nosotros.

del periódico

y es-

cuchamos con fervor el anuncio estridente del altavoz, y corremos frenéticamente tras supuestos baratillos. Compramos sin necesitar.

El comercio

ya no

tiene palabras

para

nombrar

ese espejismo

de

las supuestas rebajas de precios. Basta echar una mirada: “quemazón”, “al barrer”, “liquidación”, “macheteo”, “precios especiales”, etc. Es lo que se dice y se repite hasta no acabar en esta época de supermercados, cadenas de tiendas, centros comerciales, autoservicio, celofán y cintitas. : Pero no basta hacer o comprar cosas y dejarnos apabullar por ellas. Nuestras casas se convierten en almacenes. A veces nos comprometemos más de la cuenta con objetos absurdamente caros. No es extraño, pues, que seamos esclavos de las plazos y de las piezas. Pero ya he hablado anteriormente de este asunto. Como profesional del magisterio, pues, me. apena que nuestro grupo se reduzca a un ansia por acumular cosas y servicios de auxilio mutuo. Eso está muy bien, pero no es lo único. Decididamente, en nuestro grupo no se aprecia en lo más mínimo la capacidad creadora de sus miembros. Ni siquiera se le presta aten-

ción a la profesión

en sí. Sólo

acumulamos

cosas.

Sin

sentirlas

si-

quiera. Hacemos alardes de nuestras transaciones comerciales, de los edificios, de los seguros, de la hospitalización, pero, ¿qué importancia real se le da a la capacidad creadora? No me refiero sólo a libros, cuadros o composición musical, me refiero a la manifestación viva de ese poder de ser de que habla Tillich.

Examinemos nuestro periódico y veremos qué somos en realidad. Lo que se ha hecho en beneficio de la salud y la seguridad económica está muy

bien, pero ya es tiempo

de ir pensando

seriamente

otras orientaciones por lo menos tan importantes como ésa.

2

+.

artes y letras

que

hay

J.

en

y

fuera

isla. Se le considera

tro mejor

sin creación. Un pueblo.no es nunca pueblo, sin ese ser en función creadora. Por eso me parece absurdo que no se le dé a la creación la importancia

elogios

nuestra

de nues-

novelista.

PANIAGUA SERRACANTE, ensayista y crítico puertorriqueño.

Gusta de los temas JOSE

JUÉN

escritor

filosóficos.

BEAUCHAMP,

y

ensayista

joven

nuestro,

tra-

baja actualmente para la Televisora

del

Gobierno.

EVARISTO RIBERA CHEVREMONT, uno de los más grandes poetas

una

nuestros.

docena

Autor

de

más

de

de libros de versos y

de prosa.

WILLIAM

H. MONTALVO,

periodis-

ta y escritor de diversos terarios y sociales.

temas

li-

NESTOR RODRIGUEZ ESCUDERO, abogado y escritor, cuentista que ha

dado

a

la

publicidad

bros referentes tra isla, que

han

dos

li-

al litoral de nuessido

bien

recibi-

dos por nuestra crítica. JOSEMILIO GONZALEZ, crítico y poeta, actualmente profesor de nuestra Universidad.

EN

EL En

PROXIMO el

número

NUMERO próximo

(mayo),

ofreceremos a nuestros lectores entre otros los siguientes trabajos:

UNA NARRACION DE BETANCES, LA VIRGEN DE BORINQUEN, traducida del francés por Santana; BIBLICAS, de

Miguel A. José Juan

Beauchamp; TRIPTICOS, poemas de Juan Bautista Pagán. Y como siempre, PERSPECTIVA de Enrique A. Laguerre y LIBROS Y RE-

VISTAS zález.

a cargo

de Josémilio

Gon-


ENSAYO

FILOSOFICO

Democración

1 ZealMiad

y

Social por Sería ce

injusto decir que desde

algún

cia

logros

cances.

sin

E, enqueño.

sociales

No

me

embargo

tra-

eleviso-

al-

a sostener

hemos

y

Ítico y Bor de

res

en-

egoístas e inconfesables. La pureza regenerativa e integral, de tales mo-

vimientos grarse,

corre

el riesgo

y el soborno

son

los

ción

frustrada.

o

dispositivos Es

de malo-

la amenaza

de una

libera-

imposible

que

se

miento

da

mas

de

múltiples

de carácter económico

debemos

probley social.

olvidar, que

de medio

La historia

pueblo

no se puede Para

siglo.

de la liberación que

en

de un

detener

con la

el orden

de

económico-sociales

pueblo pueda

las

el

defender sus derechos,

hay que ir a una ordenación de justicia, que no esté sujeta a cambios que están rección

ocasionados

por causas

fuera de su control y di-

Se ha afrontado los problemas sociales que agitan la conciencia

sociedad ránea

puertorriqueña

con

bastante

de la

contempo-

lucidez,

y

con

no menos excelentes resultados, como para haber respondido a las inaplazables exigencias de una situación que no toleraba más regodeos, ni dilaciones en cuanto a su solución

tivo, enérgico y valiente en sus campañas, y en muchos casos, ha demostrado un grado de sensatez y de

cordura

verdaderamente

admirables

continuado das

para

costando los

graves

intereses

pérdi-

envueltos,

tanto para la clase patronal, como para la clase obrera, que era la que

al fin y a la postre iba a perder más. -Pero,

en

líneas

generales,

la

clase

obrera puertorriqueña ha caminado y camina por sendas de conquistas, a pesar de sus limitaciones, y de los sórdidos

egoísmos

de

su

demagógicos

algunos líderes improvisados.

“de

capítulo

no cumpli-

escapado

de

la

moral

rídica

tos modernos

técnicamente

doctores

de la referi-

da ciencia en nuestro ambiente recen haber olvidado. No tendrán solución valedera

problemas

sociales

de

un

palos

pueblo,

que se precia de ser cristiano, si sólo se afrontan con una visión mate-

rializada perior

de

las

cosas,

aquilatación

sin una

espiritual

su-

de los

valores de la persona humana.

Por-

que entonces aquellas reivindicaciones no serían tales reivindicaciones.

El

subrogado

de

la justicia

insolentado,

hijo

se endel

re-

sentimiento moral con los mismos o peores vicios de la injusta y corrom-

pida

situación

biar. No

que

resultará

se

iba

a cam-

un sustitutivo

re-

generador, sino un sucedáneo de privilegiados tan odiosos y tan despreciables, como los que dijo iba a destruir. De ahí, ese afán desapoderado por los derechos, con olvido lamentable de los deberes y las sagradas obligaciones, que son precisamente el punto de apoyo y la mejor garantía de aquéllos.

Son

todos

los

equívocos

que

se

producen en el ambiente, durante el curso de un movimiento inspirado en ideologías o en doctrinas espúreas, divorciadas del temperamento

y de la tradición

auténtica del pue-

y en la revancha.

De nada valdrá una ordenación ju-

ética, que es la economía, y que cier-

tronizará

permanente.

N, tra-

o Gon-

y

social, y en la de las realidades con-

NCES, puel A. é Juan poemas como EnriY RE-

en

obrera

cretas inmediatas, faltó al principio un sentido cristiano que le condicionase a tenor de la esencia y personalidad puertorriqueña garantiza-

a pesar de algunos excesos, soliviantamientos e insolentadas, que muy bien han costado y pudieran haber

abajos:

en las conquistas la legislación

blo, difundidas por ciertos directores embargados por muchos anhelos

caminado

eficaz y definitiva. Pero el índice _ directivo indicando las últimas metas ha bajado tímidamente por las nuevas circunstancias históricas. El movimiento obrero ha sido ac-

mayo),

de

del

tas por ser de necesidad

imprevistos, DERO, ta que dos lie nuesrecibi-

país, así como el campo

también obrero

afrontamiento

conquistas li-

reconocerse movimiento

dor y consolidador de esas conquis

mano. Eriodis-

el

cho se ha hecho en materia de legislación social y sobre todo en el

hace más

de

de

en

suma y comperfeccionesg

a pesar de todo eso el problema fundamental del país es el mismo de

EVRE:randes

mas

de positivos

Habrá que

SERRACANTE

intente una democracia fecunda, si ésta ha de descansar en el resenti-

Pero tampoco

PrsoS

ha-

atravería

que

ha-

caminamos

institucionales en América. Forzosamente hay que reconocer que mu-

joven

ás

no

tan aprisa, que seamos pendio de todas las

OS.

o,

tiempo

J. PANIAGUA

y una

ordenación

económica

ejemplares,

con

toda

la perfección institucional que se desee, si en la conciencia individual de los hombres no hay una estimación

superior por los valores del espíritu. Naufragará

todo dechado

de organi-

zación deseable. De nada valdrán las mismas leyes, por muy perfectas que sean en sus normas

cances, rarlas

si estamos con

nuestra

y en sus al-

prestos

a vulne-

conducta

indivi-

dual y social. Está de más, pues, toda preocupación exterior y artificiosa cuando sólo importa lo sustancial y permanente en la conducta humana. La garantía de una democracia vi-

tal y dinámica

llena de promisoras

esperanzas, que levante el nivel moral y material del pueblo por el afrontamiento severo y valiente de

sus problemas, sin subterfugios pero sin

brutales

requisitorias,

descansa

en el fomento de un estado de conciencia a tono con nuestra formación histórica, con nuestras tradiciones cristianas y con nuestro temperamento e idiosincrasia. La democracia puertorriqueña no puede olvidar esto si quiere construir sobre bases de realidades concretas y

no

sobre

andamiajes

exóticos

que

no responden a los imperativos sociológicos de su propia raíz social.


DIRECTORIO PURGELL,

BELAVAL,

LOMBA

PROFESIONAL

g Co.

GUTIERREZ

Contadores públicos autorizados Santurce,

PUERTO

Abogado San Juan, PUERTO

BAUZA

LUIS

- Notario

MIRANDA Abogado

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- Notario

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RAMIREZ

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SANCHEZ y Abogados - Notarios

RODRIGUEZ RAMIREZ

RICO

DIAZ

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OTERO, GONZALEZ

Abogados Santurce,

ANGEL

CRUZ

ALogado Edificio Bauret

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RODRIGUEZ

B. ROSAS

RICO

PUERTO

RICO

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Abogado - Notario Santurce,

PUERTO

CRUZ

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EMILIO

RICO

RICO

EMILIANO POL JR. MANUEL TORO AQUILES ACISCLO VALLECILLO

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Abogados - Notarios San Juan, PUERTO

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RICO

ALFREDO

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ABREU

Abogado - Notario San Juan, PUERTO

RICO

San Juan, PUERTO +.

- Notario

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LCDA. CONSUELO

ROMANY y ROMANY * Abogados - Notarios

4

A. RIOS MENDEZ

artes y letras

RICO

*

BURGOS DE Abogado -Notario

PAGAN B.” Obrero

Santurce, PUERTO RICO


SOBRE

LA

GENERACION

DE

LOS

TREINTAS

Alejandro

Tapia

y Nuestro

y Rivera

Tiempo por JOSE

Dedicado a los que forma-

sentan

ron

dadera

parte

de

neración Hace

poco

apenas

me

acerca y de

dos

decido

de

de o

nuestra los

tres

años,

por

mi

tesis

evocación

en

Rico.

No

lo hice y me alegro de ello, pues me hubiera

metido

en

camisa

de

tradición,

once

corazón.

Don

que ceñí a mis ambiciones está muy cerca a las diez mil. Pues bien. Fue

sus

infantiles,

entonces

interesé vivamente

tarde

serena

en la obra de don Alejandro Tapia y Rivera, una de las figuras más egregias de todo el panorama de nuestras letras en el siglo xIx.

sobre

todo

varas;

aunque

que

debo

me

advertir

que

de nuestra ver-

no

en

lo

que

tie-

En algún lugar he dicho que el verdadero tiempo es el del espíritu; es el sentimiento mismo que con su luz titila perennemente en nuestro

confesional

Puerto

la afirmación

nen de pintoresquismo, sino en lo que recogen de la tradición viva, de la tradición eterna, que es la del hombre mismo.

treintas.

a escribir

la literatura

ge-

la

días

«Desde

Alejandro,

entonces, veo

siempre

un

si bajo

evocando

dice: árbol

su

que

en

solitario,

sombra

está

yermo el suelo (y esta circunstancia es

esencialísima),

gres tardes

de mis

recuerdo

sábados

las

ale-

infanti-

JUAN

BEAUCHAMP

les. Aún me cuestan un suspiro melancólico tales semejanzas, cada vez que ocurre.»

Pero

las

mensaje

palabras

profundo,

que

traen

cargado

de

el poe-

sía y que me han servido de motivo para escribir que siguen:

estas

notas,

son

«Yo creo que para el corazón los seres afectuosos, no pasa tiempo.» Y es cierto, para el corazón

las de el

de los

seres afectuosos no pasa ni puede pasar el tiempo, porque en él está radicada la tradición del espíritu, y ésa es la verdadera tradición, la que

nunca muere.

A la verdad que la mayor parte de las novelas y dramas de Tapia no

tienen la sazón de la geografía y la

biología

nuestra,

según

advierte

Pe-

dreira en su ensayo interpretativo de nuestra personalidad, titulado Insularismo. Dicho esto así, a secas, constituye un juicio parcial que pue-

de

provocar

acerca

de

falsas

la labor

interpretaciones literaria

y vital

de Tapia. Por otro lado, él contribuyó grandemente, con sus investigaciones, al estudio de nuestra historia. Fruto de esta preocupación,

tan es

puertorriqueña su

Biblioteca

y universalista,

histórica* Frente

a

esa falta de sazón de biología y geografía de gran parte de sus novelas opone,

de

además,

artículos

vuelo

una

gran

y cuentos

que-pretende

cantidad

que,

burlar

tras

el

la censu-

ra de los tiempos, recogen el pálpito del drama puertorriqueño, aunque lo hace a puro golpe de tragico-

media. + No con otra Rico

obstante, la obra de Tapia que mayor delectación 18% una y vez es Mis memorias o Puerto como lo encontré y como lo de-

A

A

RX

7

jo. Para mí, personalmente, Mis me-

morias y El jíbaro, de Alonso, repre5

+.

artes y letras


Hay gente que se desvive en hacer

elogios a los bacalaítos pasteles

criollos

fritos, a los

y el arroz

con

dul-

ce. Eso es sólo el matiz pintoresquista; la verdadera sustancia de nuestro criollismo o puertorriqueñismo hay que buscarla en los matices del espíritu del hombre puertorriqueño, porque

éstos nos

dan

la

medida de lo que somos y lo que, verdaderamente, sobre las presiones económicas,

remos

sociales y políticas, que-

ser.

No lo niego. A mí siempre me han gustado los pasteles, sobre todo esos que

la

madre

o

la

esposa

amasan

con sus propias manos y con la fuerza del cariño. Alguna que otra vez visito los friquitines, ¿para qué n--

garlo?; pero nunca he sido pastelero ni creo que pueda ocurrírseme escribir

una

giando

oda

o un

las bondades

Esto no constituye

artículo

elo-

del cuchifrito.

la verdadera

tra-

la ardua tarea de poner en marcha a nuestro pueblo sobre: las -huellas que le marcaron un glorioso día del siglo xv en que cayó

un

«maravillo-

so ramo de fuego en el mar» ante los ojos poblados de asombro de Colón y sus acompañantes. Estamos viviendo los años más agónicos de la historia del hombre puertorriqueño, porque asistimos a la degeneración de nuestro espíritu, que es

nuestra

verdadera

tradición.

Anda-

mos tras la pretensión de ser otros para dejar de ser nosotros mismos,

y esto es pretender dar muerte a la tradición

muy

del

espíritu.

necesario

valores

Es

frente

de hambre

y miseria por que pasa-

mos

treintas.

El esfuerzo

co-

crítica

espiritual

en

mejorado

párece

en

que

he-

mes

adquirido

que

en el pasado

a

«plazos

la

esencia

perismo que ahogaba nuestras masas pobres. Así llegamos a entender

que

pe-

ro ni he sido mofonguero a toda costa, ni he dejado de reconocer lo bue-

no de otras partes, queriéndolo

pa-

ra mi país».

No sas

Tapia

podemos

países,

porque

las buenas

aprender

él ama

de

co-

otros

el progreso.

«¿Y habrá quien desdeñe el progreso, por ser material, cuando hasta desde niños nos hace felices?», se

pregunta. No; el progreso no se opone a la tradición eterna, porque éste no es otra cosa que la tradición de todos los días, la tradición que se va for-

jando

cotidianamente.

Tapia

reconoce

ritual dad

debe

No

obstante,

que la realidad espi-

anteponerse

real, porque

a la 'reali-

el hombre

de

car-

“ne y hueso, con todo su empaque material, pasa. Sí; «el hombre se va —nos dice—, y con él desaparecen sus vanidades, y gracias que queden

sus buenas obras». Ya lo he escrito en algún sitio: el hombre de carne y hueso pasa, pasamos, pero de cara

a las nuevas generaciones, sobre los siglos amontonados, queda.para la posteridad, no un recuerdo de lo que

fuimos,

sino

da profundamente

una

huella

graba-

en el camino

de

la historia, una huella de lo que hi-

cimos. Es el legado que recogen las generaciones posteriores para salvar

su presente histórico; porque el presente

que

histórico puede

no

no

se

nutre

alcanza

alcanzar!

del

pasado

"nunca —¡no

— valor

de

perma-

nencia. Sobre

6

e

ración

libertad la libe-

del hambre

ro nos olvidamos

y la miseria,

pe-

de la otra, la más

radical, la libertad

desdeña que

y comprender como

del hombre

para

moldear libremente su personalidad dentro

de

un

proceso

cional

y espontáneo

que

raíces en un pasado

el calor historia. pasado

de No

evolutivo

tiene

madurado

evocarlo

sus bajo

cuatrocientos años se trata de evocar

por

na-

de un

simplemente.

Se trata de que es imposible impartirle,

de

espaldas

a

su

pasado,

un

desarrollo histórico, seguro y firme, a un pueblo. El pueblo que da la espalda a su pasado histórico andará siempre tambaleándose por los caminos

adquiera dad

de

la historia,

una

no

importa

momentánea

económica.

Y

yo

creo

segurique

uno

tle nuestros errores capitales que extraímos

como

conclusión

del pensa-

"miento 'sociológico de los treintas y que

hoy

sufrimos,

desenfrenada país

de

es

la pretensión

querer

rico de uno

que

hacer

un

prácticamente

yacía en el pauperismo económico. Es bueno tener una pequeña haciénda — lección que aprendimos de Cervantes—; pero creo que hay cosas que no deben sacrificarse por el mero

hecho

de

asegurarnos

un

bie-

nestar económico individual y colectivo. En los últimos años hemo; estado muy apegados a nuestro cor promiso individual, olvidándonos por

completo

ral que pueblo

del

tenemos y para

con

compromiso

mo-

para con nuestro las futuras

gene-

raciones. Como resultado a ese ape-

nuestros

hombros

artes y letras '

descansa

go'al compromiso

individual ha sur-

no teníamos.

se

nos

Pero

va

es-

más

sublime

y

vi-

tal de nuestra reserva espiritual. Y esta es nuestra verdadera tradición. Es doloroso, pero tenemos que admitirlo. Hoy padecemos la peor de las miserias: el pauperismo espiritual. Se debe levantar un pueblo so-

los pilares

vez;

facilidades

sin la esperanza de reculo mejor de nosotros mis-

guada situación económica y el pau-

alguna

muchas

cómodos»

Algo acerca de todo esto ha dicho Tapia: «El mofongo — dice — me ha la mesa

encontramos. Me

también

en

nos

aspectos.

bases

gustado

as-

cómodos»

bre

men-

diversos

algunos

pero

nuestra

los

a «plazos

gran

aliviar

de

que

dición de un pueblo.

a

inte-

Hemos cambiado mucho, sí. Hemos

lectivo de los treintas se dirigió, en parte,

de cobardía

pectos de nuestra vida colectiva y oficial y de la situación de deterioro

mos,

tenido unas conclusiones equivocadas como resultado de la situación los

ye hacer

nuestros mate-

actitud

razón de un patriotismo de consumo doméstico y quien lo lleva rehu-

al

rialismo que se ha engarzado en el alma colectiva nuestra. Hemos ob-

en

una

lectual que se disfraza bajo el capa

capando, peración,

necesario,

reafirmar

espirituales

gido

económicamente de

nueva

firmes

levantarse

la dignidad

es cualidad

Estamos una

debe

excelsa

sobre

humana

del espíritu.

frente

a la apertura

época

quién

lorosa para

sabe

de

si do-

los que nos hemos

ata-

do a los recuerdos vivos, y no muertos, que nos sirven de savia para

nutrir

nuestro

presente

histórico.

Esa religión de que nos hablara Tapia en sus evocaciones al decirnos: «Hoy se agrega a la poesía de Semana Santa, en mi corazón, la religión de los recuerdos.» Pero no debe bastarnos el conformarnos con los recuerdos; tenemos que recoger ese pasado para cimentar las bases de nuestra vida histórica e intrahistórica. Así lo hizo don Alejandro

Tapia nuestra Ante

y Rivera,

gran

cultura

durante

toda

esta

promotor

de

el siglo XIx.

situación

agónica,

me pregunto yo: ¿dónde está la gente de

por

los

treintas

nuestro

¿Dónde

están,

que

la voz a muchos en la segunda

que

se

problema no

preocupó

ontológico?

se les escucha

de ellos? Estamos

y quizás

última

gene-

ración del tránsito y el trauma;

lo

otro será quizá otra época, otro día amargo bajo un sol distinto y ajeno a nuestra verdadera tradición, la tradición de nuestro espíritu.


a

E

INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUEÑA OFRECE NUEVA SERIE DE CONCIERTOS El Instituto de Cultura Puertorriqueña ha iniciado una nueva serie de conciertos dominicales, como parte de sus actividades para el 1960. La relación de estos conciertos es como sigue:

14

de

febrero

17

MARÍA

ESTHER

de

ROBLES

abril

S

ROGER

soprano

DR.

ESTEBAN

clarinetista

MORENO

IRMA

pianista 21

de

15 de

mayo

DE TROVADORES

José Arturo Silvagnoli, Angel Pacheco

RICO

PUERTO

RONDALLA

Ayala, Toñín Romero, Ramito,

Amado

ISERN

pianista

febrero

CONCIERTO

MARTINEZ

Director:

Jorge Rubiano

Alvarado 28

de

febrero

JESUS

22

MARIA

-

popular

12 de IGLESIAS, soprano

junio

ELIAS

HENRY HUTCHINSON, violinista

de

SOBA

pianista

marzo

26

NARCISO

LOPEZ z

LUZ N. DE HUTCHINSON, pianista

27

FERNANDEZ

Concierto de música

marzo OLGA

mayo

RUTH

SANROMA

pianista

13 de

de

de

junio

E

FIGUEROA

CUARTETO

FIGUEROA

pianista er.

A LAS

430

DE

LA

TARDE

- ENTRADA

GRATIS 7

+

artes y lerras


infonía

del por

Mar

Evaristo

Ribera

Chevremont

Mar: Atlántico, mar que a mí te acercas para brindarme tu ancho haz de rutas. Yo te conozco, mar de caracoles, de peces, de aguavivas, de medusas. Déjame ver la sombra que, en la isla

que la

tú bañas, sombra

se escurre

orlada

que se recuesta Tú

nada

más

de

en me

blanca

candor,

y pura;

la

sombra

tu almohadón tienes.

Tú,

mar

de espumas. mío.

Tú, mar, que, palpitando, te desnudas en las orillas, de un amor de. algas y arena, de una diáfana ventura. Muchas naves pujantes e incendiadas tu inmensidad reverberante surcan, ávidas de alcanzar no sé qué islas. ¡Pero, como mi vela, mar, ninguna!

Mar de raíz y tallo en cintas largas de

cauto

movimiento

en

la profunda

y extraña

soledad

de mudos

Mar

mar

mí,

mío,

en

que

fondos. en

te ocultas.

Mar que te niegas y te das, Volcando el coral

y

la

almeja.

Mar

que

ondulas,

regalando tu espíritu brioso y fulgente en estelas y en burbujas.

Mar que, en nimbos inmensos, con el ímpetu de alucinante ardor, iris exudas. Mar de tantos portentos. Mar del trópico.

Mar

de la estrella que en sus cinco puntas

descubre

tus

secretos.

el infinito que

Mar

vas derramando

que

en tus innumerables

Sólo

tú existes, mar. Sólo

Mar

vas con

tú existes,

sabes

de

las

que

a enlaces

te azula. lo que

tienes

criaturas,

islas

que

tú cercas.

mar de inocencias y delicias únicas ; sólo tú, mar, existes. Mar de siempre. Tú, en sucesión de olas que deslumbran. Viéndote desde el oro de las playas,

Tú sabes de las islas que se exceden en la propagación de su verdura.

donde

Mírame,

mar,

y hazme

sentir el ansia de ir más

curvan

sus pencas

verdeoscuras

las palmas, vuelvo al gozo Soy alborozo que tus venas

Y soy

tú mismo,

de ser cruza.

niño.

mar. Soy, en ti, eterno;

me une a ti el ritmo que en tu sal relumbra. Ritmo que, tu horizonte trasponiendo, crece, se enciende y no concluye nunca. Lo tuyo es lo sondado en lo entrañado en Mi. Tú, mar, en mí. Tú, mar, en plumas

de gaviota y en nácares de escama. Tú, mar, en la belleza que perdura. artes y letras

e.

8

sabes

Mirame

de

las islas que

son

en tus orillas, mar en

tus

tuyas.

de siempre.

orillas

lúcidas ;

lejos.

A otras islas en pompa de oro y púrpura. Ir más lejos, Atlántico; ir más lejos. A otras islas que, alzándose en columnas

de

mágico

y fijen

en

esplendor, los

cielos

horaden su

cielos

hermosura.

A otras islas que vibren y florezcan. A otras islas que suenen

y reluzcan.

A otras islas de pájaros y nubes. A otras islas caladas de dulzura,

/


Breve Ensayo Literario Por WiLLIam H. MONTALVO

En «La Nouvelle

Ir más lejos Atlántico; ir más lejos. rasponer tantas ondas en la búsqueda e lo

que,

si se

sueña,

no

se

tiene,

orque no existe, ni ha existido nunca. r más lejos, Atlántico; ir más lejos. iempre aguijado por la oculta llama e oculto fuego, sin temor al fuego ue

acosa

y más

y

cerca,

ni

a

lejos, Atlántico;

r. Siempre

ir, sin

sus

quemaduras.

ir más

detenerse

lejos.

no encontrar el fin que se persigue. ser siempre la sombra blanca y pura, Mi sombra orlada de candor, la sombra ue Se recuesta en tu almohadón de espumas.

a la vida del es-

años, un artículo

critor en Francia. En días pasados yo leí en un viejo número de «La España Moderna» unos comentarios de Fernando Araujo, profesor del Instituto del Cardénal Cisneros, al escrito de Mauclair. El uno y el otro, escri-

:

países,

respectivos

en sus

prestigio

de envidiable

tores

parecían coincidir en el punto de vista de que la litera-

pa

en Francia y en España, una

tura no era, por lo menos

carrera

nunca.

r. E izar orbes. Y elevarse en orbes ue, con su luz, el infinito inundan.

Revue», de París, Camilo Mauclair

muchos

dedicó, hace

7H

5 a + ,

se podía

de la cual

derivar un razonable

sus-

misión

inte-

y una

vocación

tento económico,

sino

una

lectual. Tampoco

que

era un pasatiempo

gusto

aristocrático

de

una

minoría

elegante, un

selecta

y,

mucho

menos, un oficio. Son

razonables

estas conclusiones.

Con

excepción

de

los periodistas, entre mil, acaso un escritor puede vivir holgadamente de su pluma, eso si consideramos a los periodistas

Y

como

escritores.

Quizá

en los Estados

Uni-

dos estos privilegiados no sean tan escasos en número, pero Ir.

más

lejos,

", Siempre

Atlántico;

ir

más

ir. Y ser la sombra,

lejos.

húmeda

e los vahos que exhalas, en el virgen enacer del espíritu en tu música:

L sinfonía Y clamor lo

>

de las caracolas, de

los

vientos

en

que

", cortejado

en

ti, Atlántico,

de las formas

el resto

escribe

afanosamente

sin pensar

dunas

abandonarán.

Les serán siempre fieles, pues que las ideas son hijas

a

de su propio

retumba.

pulcras,

is formas que son formas inmortales que en tu densa inmensidad alumbran. estar de nuevo en la niñez. Ser niño. ser como la risa en la frescura > unos labios que latan con la sangre que ignoren la esponja de amargura.

siquiera

en el dinero. Todo obedece a que el arte literario es un apostolado: un apostolado, según el sentir de Mauclair, en el que sus profesantes persiguen un solo fin, noble y elevado: la difusión de sus ideas, sus sentimientos y sus gustos personales, los que jamás

las

el grito de las olas en las peñas. odo.

>,

ser, de su yo intelectual, creaciones

alma.

Para el escritor puro, el don privilegiado

poner

sus

concepciones

está por

sobre

toda

de su

de ex-

considera-

ción económica, que es lo que ha querido comprender Juan Pablo Sartre en su libro «La Literatura». Sartre opina que la literatura debe de ser-un negocio, que todos A

sus esfuerzos deben de perseguir un provecho económico, también

han

que los llamados

seguido

«escritores burgueses»

sus personales

res, sino los que

el dinero

instintos

y gustos

les ha impuesto.

no

creado-

Eso es pre-

E

tender comercializar el arte. Naturalmente,

su existen-

cialismo

una urgen-

5

cia material. De ahí sus negaciones de la pureza y la belleza. Como decía Charles Dickens en su obra «David Copperfield», los escritores van siempre en pos de la verdad y la belleza, su mundo es el de la ética y la estética, en el que las visiones son hermosas y claras.

+

de sustraerse

lo induce

a concebir

la vida como

Para Mauclair como para Araujo, el escritor no pueal mandato

que

le impone

su difícil mi-

sión; la de ser y permanecer siempre intachables ante sí mismos y ante los demás. Un mandato éste, que les fija la obligación, debe mantenerse

leales a lo que pien-

san y sienten, cualquiera que sean sus ideas, sus prin-

z

»e

5

cipios

y sus

actitudes.

Por

eso

tienen

rigurosa vigilancia sobre sí mismo sus pensamientos y concepciones.

que

ejercer una

een la expresión

de

Pero la diferencia entre un arte bello y un negocio es

demasiado

grande

para

que

se

pueda

comprender.

El pintor proyecta imágenes en la tela y el literato sus ideas én el papel sin pensar, como propósito principal, en el lucro que puedan obtener. El arte, además de

9

e

artes y letras


desinteresado, en lo que al otro respecta, no tiene sus ojos fijos en las cosas utilitaristas y convencionales de la vida; los tiene puestos en aquellas que nos hacen amar, soñar y esperar. En otras palabras en las cosas hermosas. Y si es un arte literario que busca la verdad, marchará siempre en pos de las verdades exactas, de lo bueno

y de lo puro,

siempre,

repetimos,

R

E F R

E S e

A

N

1 E

sin el fin pri-

mordial del dinero. Los poetas y los prosistas tejen sus urdimbres literarias por amor a sus visones interiores. Sienten y sueñan y lo que sueñan y sienten quieren expresarlo a la medida de su arte expositivo y creador.

Y

a

S A

E

R

O

S A

Si hubiese estado de por medio. el oro, como quiere el existencialismo, la humanidad no habría experimentado nunca el goce de las grandes creaciones literarias,

desde Homero a la última poesía Toda la espléndida y maravillosa

de nuestros líricos. literatura universal

nunca hubiera surgido a la vida del arte, porque

el arte,

en sí mismo, es placer, pero un placer voluntario de crear, o, mejor dicho, de recrear las cosas bellas del mundo. Que

no

se pueda

vivir de la pluma,

no

importa.

Lo

esencial para el escritor es la difusión de sus ideas, en cuya actividad encuentra verdadero placer intelectual, el goce de su espíritu, aparte de constituir un gran alivio, pues que necesitan descargar su corazón y su mente,

demasiado

llenos de ideas y de sentires, para sentirse

satisfechos

y

satisfacción cer moral,

misión

calmados.

Esto

último,

espiritual respecta. muy

complacidos

en haber

de expresar sus personales

ES

en

lo

que

a

la

En lo referente al placumplido

con

la

convicciones.

ALGO

Es algo que vislumbro más allá de los dedos, que pasa junto a mí, y es el carbón de piedras, y la: arcilla, y la arena, y el caminante, que lleva por su frente la sangre de la espina.

Es algo que trasciende más allá de los montes donde se siente el vago temblor de una luciérnaga,

un espíritu ronda por la falda del aire como si fuera un eco de mil bocas abiertas.

]

Ñ

|

Es algo que se busca más allá de los trinos, que hundiera su pezón entre encintadas nieves marañas

mustias

y atardeceres

grises.

¡Se de

para contar los días aburridos y secos entre

¡Sesabe

=

al

A ,

;

/

:

¿

p robarla!

Es algo que tenemos y que nunca sentimos

como bandeja en plata de cirios moribundos una alcoba desierta para el amor sin límites, un siempre y un adiós junto a la chimenea.

e Ñ

-— g ;

LA CERVEZA DE PUERTO RICO

Es algo, más que un algo corriendo tras el agua,

el pez que nos descubre, y la ubre clamante un más allá de todo, bajo aguaceros lentos

1

"Ol mas

como un niño que busca su maravilla ajena. JuAn

Del 10

+.

artes

y letras

BAUTISTA

libro inédito

Y ,

PASÁN

Cálices

humanos

-


NUESTROS

POETAS

OLVIDADOS

£ulalio Román

PE

Siempre lamentaré no haber conocido

a

Eulalio

Román

Bordoy

en

por

NESTOR A. autoridad

memoria

en

donde

una

rechazaba

mi

punto

de vista.

Dicen

una edad cuando yo pudiera haber apreciado justamente el valor intelectual de aquel hombre. A base de mis recuerdos trato de comparar la

que estuvo en su bien temprana ju-

sabiduría de él con hombres brillan-

vestir con chaquetón y corbata. Era de temperamento agresivo y violento a ratos, aunque de natural afable y comprensivo y le gustaba conversar. Cuando cogía el tema y encon-

Bordoy

gencia prodigiosa.

prosista,

poeta

tenía No

podido

una

inteli-

solamente

y orador,

sino

números en clases nocturnas a Manolo Capella, el hijo de doña Benigna Nieves, en los tiempos

de prospe-

ridad de esta buena mujer, y también haber visto acuarelas y dibujos

en un

álbum

que

dejara

a Ana-

cleto Pellot, y que según me dijo éste, se perdió en un temporal. (¡Ah, Cleto!, ¿por qué los dejaste perder?) Hoy serían fuente de inapreciable

valor para calibrar la obra distinguido

aguadillano

se le ha hecho justicia. Era una inteligencia

de este

a quien

no

ca. Podía hablar de todo. Estaba in-

formado de todas las disciplinas y armado de una memoria privilegiada. En una ocasión osé discutir un punto de historia con él y me conun

t

testó con

argumento

traba público que lo oyera, se amanecía hablando. Esa vocación lo llevó a ser orador político del partido

Alianza Puertorriqueña y predicador presbiteriano. En Santo Domingo fue profesor de un colegio fundado por el maestro Arturo Grant Pardo, que floreció durante la presidencia del general Vázquez. Caído este pre-

sidente, regresó Román enciclopédi-

recitado

de

Tenía esposa y cuatro hijos, pero

des

también matemático y pintor. Recuerdo haberlo visto enseñándole

E

los cheques en el establede mi padre.

sus hijos el talento del padre y la esposa no compartía sus inquietu-

lido y de cabeza grande. Gustaba de

Román

se le hubiera

cimiento

muy buen soldado por su temperamento sensible y su poca fortale-

era

que

parar al frente.

cambiaba

ESCUDERO

eran

que

a ninguno

RODRIGUEZ

ventud en el ejército. No resultó ser

za física, pero se leyó un libro de milicia y en cierta ocasión resultó que sabía más que el capitán de la compañía. Era un hombre de regular estatura. Más bien delgado que grueso. Pá-

tes que conozco hoy y no encuentro

4

Bordoy

a Puerto Ri-

co y tuvo que buscar donde ganarse la vida. Como no tenía títulos académicos tuvo que hacer diversos trabajos reñidos con su idiosincrasia,

tales como oficinista del Banco Agrícola

ce

de

Aguadilla,

dólares

con

semanales.

sueldo

Lo

de

do-

sé porque

diferentes

a él.

intelectuales.

No

Ya

heredaron

lo

expresó

él

así en el poema «Hogareños», que gustó mucho cuando fue publicado. Hablando con él supe por vez primera de Rubén Darío y de Chocano, así como de la cultura helénica. Para esa época colaboraba en una re-

vista

literaria

muy

popular

veinte, denominada

en

los

«La Linterna».

Fue amigo íntimo de Jacinto Marrero, conocido por Washington, otro bohemio

de

ese

tiempo

a quien

al-

gún día habrá que reconocer sus méritos.

Escribió

una

novela

que

no

llegó a publicarse, que según Juan Bautista Pagán, que la leyó, era una buena obra, titulada «En de la Vida Moderna».

el Báratro

Había venido de la zona denominada Bajuras, del barrio Montaña de Aguadilla. Probablemente la belleza del paisaje de Bajuras influyó en su espíritu. No sé por qué a estas horas no se ha investigado la vi-

da de este hombre, todidacto

dad

brillante,

atención

que fue un au-

ejemplar, de

una

digna

todas

las

personali-

de

llamar

la

generaciones.

En el periódico «El Liberal», correspondiente al 16 de enero de 1932, aparece reseñada la muerte del poeta. Falleció el 4 de enero de 1932 en el miserable hospital que en aquella época existía en Aguadilla. El duelo fue despedido por Juan B. Pagán y el alcalde don Ramón Añeses Morell. Presintiendo su próximo fin, puoctubre

de 1931, o sea dos meses

an-

Sn

tes: 0

AN] E. a

0

1

/

E

|

>

ae)

blicó en el mismo periódico, el 31 de

A UN

MUCARO

Perturbas el silencio nocturnal Con esa carcajada temeraria, -Que resuena en mi alma silenciaria

Como un agúero de terrible mal... ¡No sé si extraordinaria o si trivial! Es tu canción de sombras victimaria Que

resuena

en

las frondas

silueta-

[rias A

manera

de un

grito funeral...

Escucha, ¡oh agorero! Me lastima 1 .

artes y letras


Esta triste canción: tu carcajada, Canción o no sé qué... tanto me in[tima,

Que fueron la pompa

Que

Hecha con maderos de mangles y al[mendros.

se siente mi alma

acongojada

Y los goces del mundo desestima De penas conmovida y embargada. Este poema

Y

es una queja del espí-

ritu dolorido del poeta que adivina su próximo fin en el canto sombrío del múcaro. ¡Cuánto debió sufrir en la soledad, en el abandono, en la incomprensión de los que lo rodeaban, en el hambre que sufría, agonizando

en medio

de cruel pobreza, atacado

por una tuberculosis asesina! ¡Cuántos hombres de valer como éste habrán muerto en idénticas circunstancias sin que la humanidad les

haya

tendido

su mano

Cuando la muerte su vida, escribe:

de caridad!

aún no rondaba

tengo una

casita

techada

de ra[mas

genuina,

tengo

de

también

facha

un

También

el tesoro de aquella casita

Completa

mi esposa

Ella,

ha

con largo silen-

[cio,

criolla,

vasto

tesoro,

que

leído muy

poco

en los [tibros, De filosofías, cábalas o sueños,

Que aquella casita abriga en su seno Un tesoro de amor; una esposa Y tres pequeñuelos. Tesoros de un humilde poeta

Ella, que es tan sólo una campesina

Tesoros que no son dinero; Que valen más que tres diamantes

Esos tres muchachos perversos.

De Dios en el cielo, Ella, que no sabe de Europa, De Asia, ni aspira a saberlo,

Eulalia,

Ella

Ventura,

Mercedes,

¡Pedazos de mi alma, Chiquillos inquietos!... Y ya el hombrecito

Me

coge

parece

que pien-

Esa, brinda caricias y besos,

A ratos me Y me

HOGAREÑOS Yo

Casita

de los cocote[ros

las

manos,

me

da

en las Torejas

De cortos anhelos,

Que cree en la Virgen y en todos los [santos

Y

ella

mira

Papá,

eres

si

mis poeta,

ojos

piensa

que

Que

principia

ver[sos...

tesoro

el

mundo

y acaba

Este poema

y dice:

enséñame

tan sólo un

es

Dios

Pesa.

ra,

en

un

cerro.

tiene sabor a Juan de

Es poesía

evocación

del

llena de ternu-

cuadro

familiar,

del encanto de la sencillez hogareña, del amor por los hijos, la espo-

sa y el hogar que son las cosas que

artesylelras

verdaderamente

traen

paz

y

dad al espíritu del hombre. Aguadilla y Puerto

Rico

felici-

deberían

de hacer algo por rescatar del olvido a Eulalio Román Bordoy. Por las revistas y periódicos publicados en

el país entre 1900 y 1931 andan MENSUARIO

persas

DE CULTURA

ras

OS A

oe: O

Josemilio González

e

pus ODMS A

1

tarde,

ahora

Aguadilla con

CORRESPONSALES EN NUEVA Angel M. Arroyo = —

nuestra

+

artes y letras

dl.

iniciar en se-

está

aunque

muerto.

En

debe bautizarse una calle o ¿es preferible

que

>y

reses los

valores

de del

poblacho. espíritu.

Hagamos justicia a aquellos que dieron

y

el rico tesoro

de

sus

de su inspiración

espíritus

absolutamente

gratis. El olvido de las generaciones

YORK Emilio Pagán García

es el más odioso castigo para los que deberían recibir en vida el más

NOTA: Esta revista agradece la cooperación del Instituto de Cultura Puertorriqueña

12

que

su nombre

entusiasta

a. su publicación

estudio

ilustre? Rechacemos, aunque sea por un momento, nuestra apatía de aldea,

Toda colaboración será solicitada. Dirija toda correspondencia al Directo Calle Arecibo 14 - Hato Rey

Aviles

debería

una calle se llame Caimito o Mangó a que lleve el nombre de un varón

Exaltemos

Juan

y

Universi-

sa la loza del olvido. Si no se le hizo

Dól. 1.50 Dél. 3.00

Año

La

hacer un

su

Marrero

justicia en vida, hagámosla,

SUSCRIPCION 6 Meses

y

como

rio de este escritor sobre el cual pe-

Manuel Méndez Ballester

Manuel García Cabrera

Rico

in-

Baju-

apreciaron

Jacinto

Monteagudo. para

En

y sus hijos

que

como

dis-

este

intelectuales

Pagán,

de Puerto

acción

J. Torres Martinó

Fernando Sierra Berdecía

Dado

LONE RE

A RAREPANES

MARA

dad

su esposa

así

de

envergadura.

viven

Joaquín

Enrique A. Laguerre Vicente Géigel Polanco Luis Hernández Aquino

de

B.

valor,

DE CONSEJEROS

Margot Arce de Vázquez

producciones

residen

todavía Juan

Emilio S. Belaval Nilita Vientós Gastón

las

telectual

Director: JUAN BAUTISTA PAGAN JUNTA

el

[campo

tira del pelo,

Mientras

tiene

De tres muchachitos muy bellos Y un bohío techado de ramas Con maderas de mangles y almenLdros,

:

de los reconocimientos.


INSTITUTO

DE

CULTURA

Apartado, 4.184 Lista

de

Publicaciones,

libros,

PUERTORRIQUEÑA

- San Juan, Puerto Rico

discos,

y

otros

con

sus

precios

de

venta

al

público

Precio. por

PUBLICACIONES _vnidad Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña (Los números CIÓN)

del

1 al

4 ya

están en circulaA

retroactivo

1, de José de Diego 2, de Luis Lloréns Torres Francisco

López

FOLLETOS 1)

2) 3)

4)

.

5.00

Matos

Cruz

ZO . 1.50

1.25 1.25

.

.

1.25

.

1.25

CONFERENCIAS

6) 7)

por Rubén del Rosario . Crecimiento y Desarrollo de San Juan por Adolfo de Hostos . .

Instituciones

25 25

Zo

9)

.

25

10)

Plásticas

Rico

por Osiris

Delgado

.

.

Ao

La Esclavitud Negra en Puerto Rico

12)

Acercándonos

por Luis M. Díaz Soler . . por Antonio

al Grito

de

Rivera .. .

.

.

.

.

+

Cómo Vivían Nuestros Abuelos . . por Rafael W. Ramfrez

-

.

+.

Luis

Martín

.

.

Primeros

Rivera - Los

1.80

10 Años “de

su Vida Política (en rústica)

3.50

por Lidio Cruz Monclova . Primeros

Rivera - Los

Muñoz

10

Años de

su Vida Política (encuadernado)

5.00

por Lidio Cruz Monclova . Crónicas

de de

Rico

(1493-1797).

Tomo

Fernández

Méndez .

.

Puerto

por Eugenio

Puerto

por Eugenio

Rico

(1809-1955). Tomo

Fernández

Méndez.

-

:

2.00

DISCOS El Contemplado (Incluye folleto con la nn Ea por Pedro Salinas

Disco José Enrique Pedreira

23

2.00 ul

2.00

25 23

1

El Cuento - Tomo 1H por Concha Meléndez

25

Z3

a:

.

José

Muñoz

por Jack Delano . Divertimento del Sur por Héctor Campos Parsi Tavárez (Manuel G. Tavárez)

Lares

.

1.50

La Bruja de Loíza

Puerto

.

11)

13)

25

.

.

.

en

Acosta

Análisis Estilístico de la Sataniada de Tapia

20

por F. Manrique Cabrera . . La Vida en la Ciudad de San Juan Bautista a mediados del Siglo XVIII Vista a de las Artes

1.50

.

Puerto Rico por Segundo Ruiz Belvis, José Julián y Francisco Mariano Quiñones

Crónicas

25

. por C. R. Haring... Apuntes para la Historia Literaria de Pur. to Rico

Sinopsis

.

2.50

Antología de Autores Puertorriqueños :

Hispano-

Través de sus Actas Capitulares por Luis M. Rodríguez Morales

Teatro Puertorriqueño por Manuei Méndez Ballester, Emilio S. Belaval, Francisco Arriví y René Marqués. Crítica y Antología de la Poesía di

Luis 29

de

2.15 por Concha Meléndez . Panorama de la Cultura Puertorriqueña. (encuadernado : . 7.00 por María Teresa Babín . Galería Puertorriqueña 2.85 por Manuel Fernández Juncos

por

. la Ciudad “de

Coloniales

LIBROS

Luis

américa 8)

1.00

Proyecto Para la Abolición de la Esclavitud | en

Desarrollo Histórico de la Sociedad Puertorriqueña por Eugenio Fernández Méndez . . . . Las

25

:

Figuración de Puerto Rico y Otros Estudios

Varios

Visión Histórico - Crítica de la Literatura Puertorriqueña por Dra. Josefina Rivera de Alvarez . . Historiografía Puertorriqueña por Dra. Isabel Gutiérrez del Arroyo . . Puerto Rico y los Estados Unidos en el Período Revolucionario de Europa y América (1789-1825) por Arturo F. Santana ... Consideraciones Sobre la Lengua €en Puer-

to Rico 5)

Ri-

por Héctor Campos Parsi

Albumes de Danzas de Juan Morel Campos (Del número 1 al 5 ya en circulación) . Album Obras Varias de Juan Morel Campos Cuadernos de Poesía:

por

Muñoz z

2.50

por dos años, con carácter

Núm. 3, de Luis Palés Aguinaldo y Villáncicos

Poemas y Pensamiento de Luis vera . . Cuatro Cantos de "Navidad (Folleto)

O

Suscripción Revista L C. P por un año (4 núms.). Suscripción Revista 1. C. P.

Núm. Núm.

14)

por Elisa Tavárez .

.

.

por José E. Pedreira

5.00 3.95 3.95

a

395

'

3.95

PORT.FOLIOS San Juan Histórico 8 Litografías de Luis Germán

Cajigas 13 e

.

385 artes y letras


(viene pág. 1)

(viene pág. 1)

los cuales fueron publicados en francés, idioma que dominaba como

nen que ver con nuestra cultura, para la compra

el suyo

de libros puertorrique-

a estos

organismos

que

una

cierto

punto

esto

es

nuestro sistema

educativo

hay

que

contri-

culpar

fueron

y la

Latina. En 1860,

regresó

tinuó laborando Tomando

en

San

país

a

en parte,

de

imaginación

de Medicina

en periódicos

estudios sobre ele-

tuberculosis. publicó artículos

a Puerto

pretexto

Rico.

de vulgarización

periódicos

Con

el motín

el general

más

de

cien-

de la América

tesón

que

nunca

con-

ocurrido

expulsó

en

al doctor

el año

1870

Betances

del

y filibustero».

Segundo

en un

militar

Marchessi

«conspirador

Thomas

en muchos

por sus ideales políticos y humanitarios.

de

Juan,

como

Saint

obras

publicadas

de sus trabajos en francés publicaba artículos en diarios

Acompañado

juicio del autor, del organismo comdel

figuraron

que

tífica que fueron reproducidos

comprar libros y dejarlos amontonados y hasta expuestos al riesgo del tiempo y la polilla, todo para perdineros

Betances

la uretrotomía

Además

muy cierto. Pero lo que es más cierto aún, es que no se hace nada con

prador y de los buyente. Si no se lee,

de

Borinquen

españoles. El País de Madrid

Se ha repetido que en este país no Hasta

de

También presentó a la Academia fantiasis,

len o se distribuyan en alguna forma, de modo que puedan ser leídos y aquilatados en y fuera del país. lee.

los escritos

como La Virgen franceses.

vez ad-

quiridos estos libros, no se amontonen en un rincón, sino que se rega-

se

propio.

Entre

ños. Y que se instruya y se ordene

Ruiz

bergantín,

Belvis,

por

embarcó

el puerto

Betances

hacia

de Guánica.

Peregrinó el patriota por Haití, Santo Domingo, Curazao, Caracas y Nueva

York.

los pueblos París

Dondequiera

que

iba

predicaba

de

su

la ¡independencia

de

antillanos.

fue,

de

nuevo,

el

final

peregrinación.

Allí

volvió

a

y a los factores del ambiente y época que vivimos. De todos modos, hagamos más porque se lea. Sobre to-

laborar. Escribió sobre los más diversos asuntos. Fue muy fecunda

do, porque se conozcan nuestros au-

procuró impulsar el movimiento revolucionario puertorriqueño. Ayu-

tores. Al fin, son ellos los tativos de nuestra cultura.

dó, además, a la insurrección de Cuba. La Junta Cubana de Nueva York, en reconocimiento de su servicios, le nombró representante diplomático ante el gobierno de Fran-

Hotel

represen-

su

producción.

refugio

a

la

nadores

HOUSE)

la Parguera,

al

Puerto

Un

bahía

de

Sur-Oeste

de

Rico.

encantador

paraje

para

el

espíritu, el descanso, la

quietud, el ensueño

Todo

antillanos

españoles.

de

sus

artículos

y

discursos

«era

el

del mundo».

período

de

oprimidos

Defendió

por

toda

antisemitismo,

Cuando

dirigido

en 1887 Puerto

por

el general

la tiranía

causa

tuvo

PESCA FOSFORESCENTE PISCINA

moderno, cómodo tranquilo.

Atendido personalmente por los esposos

Pura y Carlos Quiñones

Palacios,

despóticos

gober-

y humanitaria.

palabras

Rico sufrió la cruel

Romualdo

de

noble

fraternales

En

para

la

político de Filipinas y tiranía del Componte,

publicó

Betances

una

viril protesta en el periódico Voltaire de París. Falleció Betances en Neuilly, cerca de París, el año 1898, en la completa pobreza. Periódicos de España y América le dedicaron elo-

gios y publicaron

»

BAHIA

parte

raza judía. Asimismo se ocupó del problema de los asuntos de Santo Domingo.

PARGUERA

preciosa

mayor

de los perseguidos

- los pueblos pleno

GUEST

la

No sólo defendió Betances la causa de los esclavos y la causa de

La Parguera Frente

en

cia. Fue condecorado con la cinta de la Legión de Honor. La casa de Betances en París, según escribió Bonafoux,

Villa

(Anteriormente

Y

Luis Bonafoux,

su biografía. el célebre satírico puertorriqueño,

dedicó un libro

a Betances. En ese libro se publican importantes documentos del ilustre patriota puertorriqueño, precedidos de una introducción escrita por Bonafoux. En el año 1920, por disposición de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico, fueron traídos los restos mortales del doctor Betances a la tierra donde nació. En la actualidad están depositados en Cabo Rojo. É

El prominente escritor puertorriqueño Eugenio Astol ha escrito en su biografía del doctor Betances: «Betances es realmente una figura singular en la historia de nuestro país. El hombre

de ciencia, todo obseryación

y estudio, y el hom-

bre político, todo entusiasmo y ensueño, “formaban en su alma un maridaje atrayente. Fue protesta viva de un ideal irrealizable, contra

la imposición

engrandecerla severancia

de

un

sistema.

moralmente

y su

energía.

con Su

Si no

pudo

su devoción

vida,

por

lo

realizar

su obra,

inquebrantable,

tanto,

es

un

alto

supo

su perejemplo

para nuestra juventud.»

Villa Parguera

Al recordarse cionista,

defensor

también de

la

este

mes

libertad

escritor, científico, doctor Ramón P. O.

Box

405

Lajas,

artes y letras

- Teléfono 34

Puerto

e.

14

Rico

cer reproducimos

el nacimiento

patria,

Emeterio

este artículo aparecido

publica el Departamento

médico,

del ilustre orador,

aboli-

periodista,

Betances, con sumo

pla-

en la revista “Semana”,

que

de Instrucción, escrito por la pluma

ágil y

autorizada de uno de nuestros mejores prosistas, José A. Romeu, condensa la vida y obra del ilustre paladín puertorriqueño.

que


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Un

GONZALEZ

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artes y letras


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