E^u^lartnn Frente a mi luiy un viejti •íIíicIuI «le iiiii;nl:i iuin¡lin;i ; la harl)a copiosa es como un (Hliivio «le j)l:ita sol)i-e el pecluí viril. Sus ])upilas
tienen exli-afios rellejos «le aceio _v la li-eiiie. eiinol)l<'(aila por el hondo iiensar, se acurva bajo el recio goli)o de la ideoloj|:ía.
Frente a mi hay un viejo.
Sus jninos nervu«l«)s denunciaji poleneia inlinila los músculos estallan bajo la piel nivea y en el vasto carlxui de los ojos
se cruzan ios rayos «le un milhni «le enigmas. Yo no temo.
Este viejo no inspira temor.
La melena blanca se agita como una bandera de ¡juz sobre la testa olímjjica. Su voz, una voz sui)rahumaiia rasga el virgen silencio de la noche. Suefias, En las viñas
de tu alma, .sólo hay racimos de eii.'^nenos,
Moñar con el vano florón de una gloria (jue es siemi>re íanlía con el ideal incognoscible
de la belleza suma, la concepción sentida
de lo bello, de (pu? sabe el instinlo del artista ])ero a quien nadie ha «la«lo
la total ])lasmación definitiva.
Sí)ñnr y amar (pie son un mismo verbo. Pensar. Y acaso no es amar la íinición emotiva
del pensar?—Xo liierveu las ideas v(du|diiosamenle Acaso no acarician los coiice])tos
cuando dicen al Ego,— He aíjuí la vertUul. La «Inda misma
(^s tambi(m una fase «!«• la gi-amle pasión universal. Ama lauto la duda a la ¡níiuita verila«l. envuelta en el enigma
(jue ]íor temor a herirla, no aventura ni un solo concepto de filosofía.
Xo pienses más. no sueñes más, no dudes mas Ainab) 1o«lo geiier«>Knmenle Amalo loílo con unción infinita