El Carnaval (18 oct. 1903)

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EL! CARNAVAL REVISTA

DE

LITERATURA

Dedicada

al

Bello

| |

DIRECTOR

REDACTOR

|

|

Y

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o

|

Fintered

Tienen

OFICINAS:

December

AÑo 3.

del

ASI ESA

19, 1902, at San

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tus ojos,

lago en

calma

Juan,

SAN

PUERTO

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FRANIOSCO 95.

P. R. as second-class

JUAN,

grandes,

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RICO,

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Num, suelto 7 '

Act. of Congress of March

OCTUBRE

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1e

Un mes... 25cs. Untrimestre70 “

18 1903

“6

3, 1879.

Núm. 69.

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rasgados,

la trasparencia, A A2>2—>

del claro cielo las bellas tintas, el sol espléndido la llama intensa.

Ojos traidores que cuando

A

Ojos que brindan con los placeres puros y castos que el alma sueña cuando en la noche de los lirios tiende sus alas á otras esferas. miran

á un tiempo matan y á un tiempo que sus miradas ora son dardos,

besan,

Ojos

tira

ora delicías que nos deleitan.

que dicen bien á las clarás

los sentimientos

que en tu

alma juegan,

las amarguras que te entristecen, las ilusiones que te recrean,

di

Por eso siempre que mis pupilas en tus pupilas clavadas veas, es que el lenguaje de tus miradas voy discifrando con ansia eterna, |.

ri di

LIBRES

|

inci

PUEBLOS

LA

iba dd

A

D

Sexo.

PACO BAS AGUILAR.

Y ADMOR:

muynHanis | JOAQUIN E. BARREIRO.

E D UCA

Y ARTES

por ver, al cabo, si en los fulgores

que tus rasgados ojos destellan, encuentro alguno que traducido, diga callando : “ama y espera.”

FRANCISCO LUIS HIDALGO.


EL CARNAVAL

SÓL ECLIPSADO: Jn

BT con igual magestad.

Fuiste hermosa y triunfaste. Tu Ay, infeliz de la que nace hermosa.” guanadel a donosur la como gesto de romana, Aquella tez morejo, duró una Noche Buena. tentadores coojos aquellos y na y envidiada;

mo la leyenda

del

ricas como las poseidas por Marco

todo eso era vano

carnes

y aquellas

Paraiso;

y se arruinó:

Antonio....

La belleza es fragil y confiaste

era

eso

todo

materia y sucumbió: todo eso era fué tu muerte ¡tu muerte moral!

peligroso

y

ella co-

en

mo en un invencible amuleto, sin saber que la única belleza perdurable es esta, “Virtud,” y la única fuerza positiva es esta, “Voluntad” y el único secreto de triunfo es este, ** Decoro Personal” y el único amigo es este, “Traba-

jo”....

verás á tu hermosura ni á tu esplendor jamás. alSol eclipsado para siempre, tú no tendrás

borada futura.

la Debilidad y no ha

vencido

insospechable y glorioso. y la vánidad es un ligro

esas redes sitibundas de

nunca

modo

de

ni flores, ni pertumes ¡ni Gólgota siquiera! Vas con tu carga de recuerdos y econ tu cesto

'de infortunios y con

lleza estúpida,.en vez de una cima como Santa Elena has tenido por lecho una covacha, entre

:¡Oh, Providencia suburbio. "tú eres rígida y cruel!....

sober-

liándote con el Bien, que es el tutor de las exAhora puedes pensar, periencias dolorosas. porque la venda ha caido ó debe haber caido de tus ojos y de tu alma, ciegos al Deber. Ahora sentirás el pasado, ya que fué para tí un kaleidoscopio de fantásticas visiones y capriAhora llorarás, como la chosas aventuras.

Magdalena del historial cristiano, todo.aquello

victoria.

Eres el resto de una grandeza triste, como una esfinge silenciosa en medio del desierto. Eres un sol eclipsado. Cuando la tarde cae, entre nubes color de "plomo, eolor de sangre, color de zafiro, como en una apoteosis augusta, el sol inclina su cairel de

fuego;

mas

torna

al

día

los

de

castigos!

¡Y aún piensas en el Mal, que es el verdu¡Y aún giras en el go de los pensamientos! ¡Y aún quiecrimen! del loso círculo escanda

res estorbar la niancha de la Verdad y el triunfo de la Virtud! ¡Lastimosa insensata!.... Debieras sonreir y ruges; debieras transigir y apostrofas;

debieras

debieras

llorar

y

te

encolerizas;

y ame-

perdonar para que te perdonen

¡El Dicterión te arrojaría nazas y maldices. No has nacido para vivir en de sus antros!

paz, sino para arrojar-el rampojo y recibir el ¡Infeliz la que se cree fuerte, siendo dardo.

débil!

¡Infeliz del que no ama!

¡Infelices de

¡Ay! infelices los los que sueñan con el Mal! que sirven de instrumento á las pasiones de los que ocultan su cobardía en tas mismas enaguas de las desgraciadas! Si hubieras ¡Fuiste hermosa y triunfaste! sido buena, ese triunfo sería eterno en las Ingrandezas indefinidas de la Providencia! sistes en vencer, agraviando, y ese imposible

negra

será tu último dolor y tu más No cedes como la Bondad,

el Rencor.

Para esa

hueco en las tinieblas:

clase

sino

de

sombra.

gruñiles

almas

NIE

A

Í

-k

como

hay

¡tú lo ocuparás!

mM. TADU.

siguiente o

del

las turbulencias del arroyo y los andrajos

Ahora estás fea; ahora estás vieja; ahora estás deforme.. Fea como fué tu vida, vieja como las malas costumbres, deforme como la Ahora eres Ahora miras al panteón, Miseria. verdad y podrias empezar á ser justa reconci-

y duradera

y Napoleón de una be-

tido cerca de la tumba;

bias.

que creiste eterna alegría

tus frios desencantos. ...

Tu Conio una Magdalena, como un inválido. abaha se , muertos de soberbia como una flor

traición, te hundiste, terribles

te envuel-

rudo, por un camino largo que límites no tiene,

La belleza es un peEn peligro mayor.

con tus funestas gracias y tus

La negra nube que

ve, como festón mortuorio, cada día es más No tienes como el sol triste y pesarosa.... que nos alumbra el Orto en que renace, y vas como Ashaverus de un dolor interminable y

La belleza es frágil como el vidrio, eo-

mo la rama del grosello, como la onda del. laEs el arma de go, como el amor de los niños.

Tn ya caiste y jamás vol-

un


__EL

599

CARNAVAL

WISIOXN. Era un huerfano, de esos que todo lo perdieron,

ricias. Errante triste

Los labios del raban ya...

huerfanos amor,

ca-

peregrino de la vida, en lu-

cha constante base,

hogar,

deciso color claro-oscuro del crepúsculo.

con el azar,

unas

veces,

caía y levantá-

alegre

otras.

Dijérase que la ilusión al pasar cerca de él besaba su frente y luego hacía desaparecer la huella del beso que por un instante había iluminado su camino de sombras.

ches

Sus días eran tormentosos: sus nolúgubres y melancólicas: glorias

para él, jamás

las

hubo:

el amor

nunca

grande

sus

siempre

ideal

y en

horas

gaba

inconsciente

de

en

soñaba

regiones

para

él

inaccesibles. Era una tarde de hermoso declinar. En el cielo todo era luz, luz de oro que el sol reflejaba en las últimas. horas, de su agonía diaria, para morir desaparecien-

do por bajo

las

la brillante azules

línea

del

y espumosas

mar inmenso. Solo se encontraba el medio de aquel silencio

saba Sobre el

cuadro

horizonte, aguas

del

huérfano,

en-

religioso que pe-

de

luz

ante el qué

sus «jos se extasiaban.

Un vago rumor de olas ligeras que se deslizaban suaves por sobre la superficie del mar, daba á aquel concierto de amor la nota triste de sentidas querellas,

cual gemido de alma pesarosa, que constantemente llora su desdichas eternas. -- Despues las ondas de aire, suaves y murmuradoras oreaban la frente del huérfano y

jugueteaban

adormecíanle

en sus

sus “ritmos y

cabellos;

cadencias y

sobre sus párpados medio abiertos pesaba la influencia extraña del letargo.

La mirada hacia lo lejos. * La

permanecia inmóvil,

abstracción

era

intensa,

fija

el reco-

gimiento profundo. Elalma parecía orar en su ensimismamiento místico y los lábios del huerfano, algo entreabiertos y velados

por

una

sonrisa de

dulce tran-

quilidad, parecían balbucear palabras que, á no dudar, eran oración perfumada elevándose hacia alturas de luz, acompañada del ritmo triste de las olas y del harmónico canto de las aves.

Apagábase

Una

visión

le hacia

tenuemente

ro de los cielos... La inmensidad se

el color de

impregnó

del in-

al 0

víctimade sus.

atrayentes gracias... Era bella, sí:

de sus ojos se despren-

dían llamaradas de fuego qne encendieron el alma del pobre soñador.

De sus labios destilaba el nectar del amor en dulces besos. Sobre

su

frente de

diosa

inmacula-

da parecía lucir la estrella que iluminara el cielo. En sus espaldas caían

das de

pelo

negro

Y de todo

en lo

abstracción va-

murmu-

Sus ojos estaban fijos. Ez JeblaDl fin en brazos del letargo....

como

luna y sin estrellas.

cubrióle con sus alas. Alma

huérfano no

sugestivo,

aquel

. rizosas

una

cuerpo

enloquecedor,

blon-'

noche sin

visionario,

parecia

des-

prenderse una esencia de perfumes suaves que le embriagaban dulcemente.....

“El

pobre huérfano había soñado... Jose REYES CALDERON.

ANGELA. Para los que la hayan

prendido,

para los que

tratado y com-

hayan

percibido

los encantos de su hermosa alma,

no diré

seguramente nada nuevo al .afirmar que en Angelita se adunan como en precioso búcaro de delicadas flores (cuyos variados matices deleitan la vista y cuyos suaves aromas nos encantan, ) la esplendidez de su hermosura sin igual, y el poder insuperable de 'sus virtudes de vír-

gen cristiana. . «¡Hermoso consorcio de dalia,

con

vertaiidl

de

¡Gallardía de nardos y jaz-

mines.

Para

con

los

que

la

hayan

apreciado, repito. no diré aquellos que no admirar aquel

conocido

y

nada, mas sí á

hayan tenido la dicha de conjunto

de

ptreza y do-

nosura.

¡Oh Angela! gentil: boriacida de irresistibles atractivos, se diría que tu espíritu no pudo encontrar mejor ánfora que tu cuerpo escultural para convertirlo en receptáculo de tantas perfecciones y revelador de tantas dulzuras.. ¡Oh Angela!, que Dios, que te ha infundido un destello de su excelsa bondad, te conserve siempre ¡buena para los que te admiran y te aman.

LUIS A. CHAVIER..


EL

CARNAVAL.

,

La Confidencia.

some, padre, de haber dicho que no me gusta su boca tan roja, porque creo, Dios me perdone, que se la tiñe con zumo de cerezas.” Aunque finjí la voz lo más que pude, él me conoció al momento;

A SARAH.

de paz....” Figúrate, Adriana, mi confusión y mi alar-

ma.

| |

* El muy bribón

¡claro!

allí,

las, de todos Quise

conveniente

ce una mueca que él no vió. Cierto que aparte eso, portóse muy finamente y que luego de sofocarse tanto como nosotras en el “Galgo vá,”

inventó para divertirnos

al modo

señoritas que, según dijo, mos juegos de prendas.

En el último,

que

éramos

llamó

“de

de grandes ya,

lindísi-

las co.

cias'”—un juego precioso, te lo aseguro— tióse Luciano en el pequeño senador de'jazmi-

nes que hay al extremo del jardin,

y jugando

admirablemente al cura, hízonos acercar á ambos lados del perfumado, confesonario, á todas

las que habíamos pag; en anto:

ndas, convertidas

y como lás flores han tejido tan

pidá red, que es imposible ver á través de ella, una después de otra, fingiendo la voz para no ser conocidas, fuimos haciendo las más graciosas confesiones y cumpliendo luego inverosímiles penitencias que él nos imponía y qué nos hacían reir atrozmente. Cuando

ta de risa, empecé

me+tocó el turno, acerquéme

muer-

y dándome grandes golpes de pecho,

diciendo:

'*Acúsome,

padre,

de

que

en vez de amar y reverenciar, como parecería lógico, al predilecto amigo de mi hermano, siento por él horrible antipatía que no puedo vencer; háme siempre desagradado profundamente, sobre todo hoy que le. he observado pi ridículos defectos, la coquetería entre ellos....””

- Aquí hice una pausa, como para escudri-

far hasta el fondo de mi conciencia y luego den muy contrita: “Acúsome de haberle hecho muecas, que él no ha podido ver, por

'- «haber sido hechas cuando—;¡ rara casualidad !— I

¡no sé hallaba

mirándome,

y, finalmente, acú-

y al

presente

pero en

aquel

instante

““No creo que Lucila

en cumplir

tenía

yo

de. reir antes.

oí á

tenga

la penitencia.

“Sí, sí, no

hay

excusa;”—gritaron

rodeándome. “Verdad que un beso cuesta

el jardín.

.

peni-

in-

¿Ver-

dad, señoritas, que debe cumplirla? ””

en

Yo noté que él me miraba mucho ;—;¡la verdad es que tiene unos ojos preciosos! —y le hi-

huir,

Leona gritar:

mi hermano—he

al instante

modos,

tantas ganas de llorar como

ni siquiera intentó

ahí lossamigos!—se nos reunió

Ninguna

Luciano—;¡ el mal sujeto !—también reia mi-

á jugar con noso-

á

boca!

rándome, pero, ¡bien le ví! estaba tan turbado como yo; vengábase bien de mis malignas bur-

tras. una excúsa y abandonando

en la

locas, y palmotoruen celebrando la penitencia y pidiendo su cumplimiento.

acompañando á mi hermano enfermo, y Leona, la muy loca—desde ayer la vigilo pura darle

un par de cachetes—invitole

¡Un beso -y

tencia había sido tan dura y. poniéndome muy colorada, comencé á protestar, pidiendo auxilio á mis compañeras. Pero ellas reian como

nimos muchas en casa, al salir de clase ;—¡ mala tú que no quisiste venir! Hete que Luciano Nétac—tú le conoces ¿verdad? aquel muy alto y muy guapo, que siempre está acechando las

4

el la

penitencia de que vaya á desagraviar al ofendido dándole en esos mismos labios el osculo

siempre la encuentro tan deliciosa! Verás; voy á contarte como pasó todo. Ayer era jueves, y, como tu sabes, nos teu-

|

la cuenta

hija mía querida, muy, ¡muy querida!—y “* muy” infame subrayó ésto—le impongo

ver que he dejado inde confitura; yo que

también

enton-

grave :—““Pues, en expiación de ese feo pecado,

estoy hoy muy alegre; nó, ni mucho menos. ¡Tengo una pena muy grande! Y ya lo

del colegio—hallábase

como

pecado se lleva la

penitencia, y demasiado tarde caí en

te, confiándose al oido sus encantadores secretitos de inocentes maliciosas. —Pues yo, —decía Lucila á su amiga, poniendo la preciosa cara muy compungida—no

ventanas

nunca

de que mis propias palabras habianme delatado. Sí, él me conoció enseguida y aun parecióme que contenía la risa al devir con voz

Sentadas en un banco del jardin del colegio, Adriana y Lucila hablaban animadamen-

habrás comprendido al tacta mi larga tartina

¡ay!

ces pudo decirse que en el

*

diciendo fuese yo cumplir Y la como lo los ojos.

todas

algo,—seguía

ella—pero es según á quien se dá; y ya estaría hecho. Ganas me dan de por ella. muy descarada era capaz de hacerlo decía, porque se comía á Luciano con ¡Se los hubiera sacado!

La rabia y la angustia me ahogaban; tenía miedo, un miedo horrible á que mi madre me /urrase al saber lo ocurrido; comprendí que

por rescatar un peeado

de mentirigillas

cometer á sabienras uno real,

y sin

iba á

embargo,

a Pa] á la bachillera me adelanté resuelta á o. Al ver mi actitud, le víá él ponerse muy pálido, temblándole los labios de emoción, mientras que las muchachas— ¡ hipócritas !— empezaron á chillar como asustades de pronto. Ya Luciano se me había acercado y sonriendo inclinó la frente á la altura de mis labios; pero yo, desdeñando aquella atenuación de la penitencia, lancé una mirada de desafío á las que— ¡lo sé! —hubieran deseado hallarse en mi lugar, y bajando á mi vez la cabeza, le besé, temblan-

do, en la misma boca; $í, en aquellos mismos labios, que, rojós como cerezas, parecían realmente pedir un beso.... Luego,... —¡ay! Adriana mía, ¡qué desgraciada soy !—balbuceó la narradora. roja ella misma como una cereza.

—Lo comprendo—dijo la otra muy condolida ;—¡pobre Lucila!

¡Semejante beso!

Y lue-

—¡Ay!—snspiró Lucila, ocultando el hechicero rostro ruboroso, en el

. —Inego—y esa es mi

seno de

pena—¡luego

su amiga;

le hubiera

dado otro! FLOR

DALIZA.


EL

CARNAVAL

LA ADULTERA.

aunque rudo, no borrico y francote y hón. Mil esperan

le ocasionaste mil Tienes como que al hombre

Luzbel formas tan bellas olvida, al verte enamorado,

que son tus lindos ojos dos estrellas velados por la sombra del pecado.

a llegarás á ver,

aunque

primaveras, ! no

principio el sí,

y tu desdén demostraste

con bromas

harto pesadas,

hasta que al fin le indicaste que no querías '“espadas.”” era él un cosechero de vinos y de aguardiente.

quieras,

En ti empleó 5u cosecha, por ti empeñó hasta sus ye,

y al ver su hacienda deshecha pan: No quiero ““copas.”” n banquero acaudalado,

las llamas del infierno en tu mirada.

al verte, se enamoró,

Manchas el suelo que tu planta pisa y manchas lo que tocas con tu mano;

y por tu gracia chiflado, ser tu esposo te ofreció; y pensando que tesoros

te dió Lucrecia Borgia su sonrisa, y Mesalina su perfil rumano. Brota el deleite de tus lábios rojos ; se aparta la virtud de tu presencia, porque negras, más negras que tus ojos,

tienes, mujer, el alma y la conciencia.

tiene en fincas y en papel, dijiste: “Triunfos son oros” y te casaste cón' él. Mi pluma, pues, no te ultraja ni te calumnia, María, si afirma que la baraja

fué tu constante

Rosas de Abril parecen tus mejillas;

mármol de Páros tu ondulante seno: mas ¡ay! que tan excelsas maravillas no más de

con amante frenesi, te amó luego un coronel,

Vino después un tercero, -que te halló muy complaciente,

Desdeñas los sagrados embelesos del casto hogar de la mujer honrada, y audaz ostentas, al vender tus besos,

són de barro no más,

porque no querias “bastos” ;

luego te reías de él,

Y no turbas, hipócrita, el reposo

el horizonte óséuro de tu vida.

gastos,

y después le despediste,

le diste al

del pobre hogar con que tu falta escu das Por qué á besar te atraves al esposo como besara á Jesuscristo Judas ¡Aun gus flores te dan las yy tienes el alma envilecida

le diste

manía. M. MARZAL.

cieno.

ELOR DE VIRTUD.

Reina del mal, tu tienes por diadema la infamia, que con nada se redime, ¿El pudor? Es un áscua que te quema! ¿El deber? Es un yugo que te oprime! Tienen las gracias conque al mundo precio vil en mercados repugnantes. ¡ Y te envaneces de cubrir tus llagas

halagas

A MI HERMANO

FERNANDO.

VEGA-ALTA.

con seda recamada de brillantes!

sobre tu fosa escribirá : ¡ MALDITA ! JUAN DE DIOS

PEZA.

JUEGO DE NAIPES,

Divina flor que en tu labor inquieta Hace de musa que feliz

te inspira ;

Como nota sublime del Poeta Arrancada á las cuerdas de la lira.

Es la galana flor entre las flores, Due brotó dos magníficos capullos, a esencia que perfuma tus amores, La dama que enardece tus-orgullos. ¡ Bello es tu hogar, de hobles embelesos, ue sostiene

el amor

con

sus caricias,;

María,

así no digas de mí

que te injurio, sino que ebes de culparte á ti Jugaste con ““Antoñico,” un muchacho de Aragón,

A

hermosa

Y se admiran conjuntos de delicias! Esa flor delicada que buscabas, No perderá en la vida su pureza ;

LA %

Mi pluma,

ni te calumnía ni ultraja, : si afirma que tu manía fué jugar á la baraja. Al punto lo probaré

n donde nacen tus ardientes besos.

"

Es la rosa gentil que deseabas : Y es todo amor, sinceri , firmeza.

¿Verdad

que hay flores que, cual un misterio,

Encierran el veneno en sus corolas, Pálidas como flor de cementerio, O rojas como ardientes amapolas?

z07

Mañana enferma, pobre, abandonada, de la mundana compasión proscrita, el honor, evando mueras humillada,

e br

más que las piedras de Judea

e

¡ Hieren

los dardos de la burla y: el desprecio!

La suave brisa de millar nativo, El lirio que tu hosabn! :ierra, Y que se mece angelical y altivo Bendiciendo las dichas de mi tierra.

|>] Y

En este siglo en que el honor campea,

no te ha de perdonar ni el vulgo nécio.


e

602 ¡ Desdichado de aquel, que flor maldita Lleva á su huerto con amor de amores!

Bendecida la flor cuya elegancia El color de los cielos hermosea :

perimentó

la que pierde su fragancia

DE LA

N.

Ojos _HEgrOS.

Algunos compatriohambre y de dolor. tas compadecidos de su pena, llegaron barcaron para su país. La sola idea de que

jo las ondas de un lago ; Ojos que mostrais el cielo,

iman,

siempre entornados

cos pasos le faltaban para llegar á su vi- : De repente, al doblar una esvienda. rubio

chiquillo

y desgreñado

acertó á mirarlo.

Perdonad al que se atreve

había escarnecido:

Ojos negros como el crímen Ojos puros cual mi amor.

á correr.

era uno de sus

de sus hijos del alma á ames á abrazar. Dando

HERRERA.

UNO DE TANTOS.

llegó

umbral

como

un

borracho

de

su

casa, y se'

Con desencajados ojos miró hácia el

recurso,

devorarlos,

tumbos

hasta el

hijos,

venía él

sentó en la puerta para no desfallecer.....

El pobre Lúcas no sabía comc desprenderse de los brazos de sus hijos y los de su mujer. La separación era teotro

«Ile dijo, ti-

una piedra y echándosg

pobre Lúcas lanzó un grito «e El agonía al reconocer al múchacho que le

A cantar vuestro fulgor; ¡Perdonad! ojos que gimen,

A. J. CancaÑo

bruto.

viejo

—¡Hh, rándole

y nieve

el

y él, el

jefe, el padre el responsable de lo que pudiera ocurrir á su familia, no: podía quedarse con los brazos cruzados contemplando aquella escena de desolación. ¡Que triste despedida Lúcas marchaba al Brasil. Allí se ganaba mucho dinero en poco tiempo, se protegía á los emigrados, en fin, se decían tantas

cosas que el desdichado

un

quina,

Miro cautivos mil rayos En las pestafíias brillar.

había

apoyándose en un palo

Una mañana,

Ojos de ardiente mirar, Que en esos dulces desmayos

no

su

como un mendigo, entró el pobre Lucas en el pueblo que le viera nacer. Muy po-

Tras los párpados rosados,

amenazaba

flaco,

parecía un criminal.

Y probais que es transparente Lo mismo el cristal hiciente Que el ébano de Ceilan.

pero

su

cara pálida, su cabello le llegaba hasta la espalda y sus barbas hasta la cintura;

ue dejais ver hasta el alma

hambre

estaba

cuerpo

su

pero

salud;

contra

queridos le devolvió la

pecho á sus hijos

Ojos de infinita calma

besar el

ibaá

apretar

patria y

de su

suelo

Y que sois de negro hielo Por artificio de un mago.

rrible;

suficiente y lo em-

á reunirle la cantidad

Ojos negros, fulgurantes, NE parecéis dos brillantes

Ojos de azabache

cinco años.

Un día su situación llegó á ser muy crítica: postrado'en cama, agonizaba de

Ojos puros cual mis sneños?!

¡ Miradme

le llega-

que

decepciones

Asi pasaron

¡Miradme, que al ver besais, Ojos que mirando hablais,

el

mil

ño obligandolo á delirar.

Ojos negros como el crímen, Ojos que cantan y gimen, Ojos tristes y risueños,

atraéis como

lágrimas se

sus

ron á desengañar: por tódas partes la sonrisas burlonas, las miradas recelosas Y entre tanto el la indirecta mordaz. nle el coradestrozá nostalgia la de dolor de sus recuerdo agudo el zón mientras suede horas pocas las robaba hijos le

¡Maldita sea!

CARLOS GARCIA

-* *

conceptuaba feliz. Después, ócurrió lo que siempre sucede: el pobre emigrado que abandonara su patria para progresar en la agena, ex-

Sin galas, sin perfume y sin colores!

Por el lodo besar!....

CARNAVAL

de

desgracia y á pesar

¡Qué desdichado, que la vió marchita

¡ Maldita

EL

en medio de su

Una mujer retozaba con un interior. hombre en medio de la sala, y al notar su presencia. lo

con

ale

torvo di-

hermano;

hoy

no, tengo

miró

ciéndole: —Perdone

para socorrerlo, sepárese de aquí. Escuchóse un gemido lastimero y el infeliz emigrado rodó como una piedra á la puerta de su hogar. a * El pobre Lucas había reconocido su esposa; su esposa no lo había recomo-

cidoáél..... Como

estaba muerto,

lo demás...:

la Justicia hizo

M. GONZALEZ GARCIA.


EL

CARNAVAL

GENTE

José Ningún

NUEVA.

Reyes

nombre con

más derecho

que éste

encabezaría la plana de un periódico: la inteligencia de Reyes Calderón es grande, su valer es mucho, su modestia vale más que su talénto

y su valer; su generosó corazón más que su modestia; lo firme de sus convicciones. ... más que todo. Con vastas facultades, ha espigado muy

poeo todavía en el campo del Arte, por más ue su.nombre haya adquirido predicamento. llo es que la humildad de la cuna, por un lado, y la traqueteada vida, por otro, han abierto

múltiples facetas en el alma de Reyes Calderón ; se vió solo, sin manos que le protegiesen, falto del calor del hogar,

al pie de

la

"muralla

ceicló-

pea.de la indiferencia.... y fué luchador; qui30 vengarse, con toda la cromática de los acen-

tos calderonianos,

del

mundo

que

le seguía

Calderón. méritos propios, y sin lucir estrellas en la boca manga,

de

una

importante oficina;

el que su.

yas son también las desventuras de cuantos le conocen, y ya se tiene sabido por qué Reyes Calderón va despacio á donde llegar debe con batir una sola vez las alas. No le toca el fango de la vida, pues su alma, bella y generosa como ninguna, es espejo donde todo se ve eopiado, pero donde nada. se incrusta; ni odios, ni envidias, ni ambiciones. En el teatro, cosechó laureles y más que los

disparos de revólver sufridos haciendo

el ““Co-

mendador,”

han de-

en '* Don Juan

Tenorio,”

bido sorprenderle los rugidos de la fiera; en la tribuna. intentándo redimir

dicando el que juzga nuevo.

las

almas,

Evangelio, con

sinceridad y constancia del “Loco Dios”?

pre-

la

mos-

hostigando con tenacidad que no parecía tener

covita, oyó los silbos de serpiente de los flacos de espíritu; en el Ateneo, asombrando con

rios del Nuevo Mundo; al imprecar á los elementos, desencadenados contra él.... fué. poe-

hermosas facultades de recitador, sintió los zarpazos de la envidia; y en la prensa.... dichoso él que hasta ahora va pisando flores!

límites. ... y recorrió, siendo artista, los escenata;

creyente,

cuando

los dolores

le

internaron

por la selva oscura de la desesperación, que son contados los que vuelven Esas cuálidades múltiples, de

de

artista,

la de

escritor, de sacerdote de nna doctrina que él procuta llevar a todas partes con tesón que pone de bulto

el almn

la delicada

labor

del

atleta,

hacen

luzca, lo que debe lucir á los ojos del de

tan

valioso

que no

público,

compañero.

Unase á lo dicho que es oficial de sección, por

-

Pero la paz del espíritu nunca dejará de sonreirle. Su escudo«xde batalla es el templede su corazón, roca enhiesta,

inalterable siempre,

ante el embravecido mar de las pasiones. En ': plena Arcadia vive.... y ya me figuro oirle' cualquier día recitando versos de Homero y tañendo la flauta, lamiendo sus pies algunos feli-

nos amansados por él, y coronado de pámpanos

y rosas MIGUEL

DE

, VILLENA.-

'


_606f_

EL E

el ilustrado Profesor Don Juan Cuevas Aboy y “El lenguaje castellano en Puerto Rico” por el ingeniero civil Don Teofilo Marxuach, Sin tiempo para leerlas con el detenimiento que merecen, nos limitamos hoy á enviar á lós autores las más expresivas gracias por la remisión.

> PUNTOS LITERARIOS. += RICARTE.—San

Juan.

Tiempo hacía

que no

leífamos

nada suyo.

«Vemos que progresa V. en sentidoinverso.

J. SANCHIZ.—Ceiba. Dice V. que no tiene obligación de hacer versos buenos. . Conformes | pero ¿acaso la ténemos nosotros de publicar versos malos?

Amelia

Ya le digimos en que condiciones mos sus postales. V. resolverá.

Sigue enferma en el poético Versalles esta simpática amiga, por cuya salud se interesa tanto la redacción de EL CARNAVAL. Esperamos verla pronto completamente restablecida. La

originales...... hasta la carta

le podemos devolver, para que la mo modelo epistolar.

El Jueves

Industrial

hicimos

conserve co-

Pedro

una

Que

corrijamos los defectos ción ! ¿Y quien corrije los demás?

de

puntua-

nuestros

deseos.

Asi á “jinquetazos !””

Un

lo

esperábamos

diario local,

daba no

ha

muchos dias

la noticia de que los niños de la escuela **Pon-

Se publicarán.

PLUMA.

+

ce de León” se ocupaban en trabajos. particulares con perjuicio de la enseñanza. Desde el primer momento dudamos de la veracidad de la noticia. Después indagamos lo 0 había sobre el particular y resultó nada entre dos platos. No podía ser de otro modo teniendo en cuenta que están al frente de aquel plantel de enseñanza profesores muy competentes y celosos de su prestigio.

postal apócrifa.

En el número de “La Democracia” corres-

pondiente al 8 de Octubre, se publican algunos versos postales del albun de la Srta. Maria Polo. Entre ellos figura ésta «quintilla con la firBernier;

“Sopla brisa huracanada precursora de tormenta ; mujer, estate avisada :

wira que cuerda estirada por lo más fino revienta.”” Y el Sr. Matos Bernier, nos suplica que hagamos constar que no se reconoce autor de esa postal. Parece que ha habido una equivocación de nombre ó ha sido sorprendida la

Srta. Polo.

Obras

amigos

pe Dessus, Tomás Carrión y Elías Levis, que permanacerán algunos dias en esta ciudad.

P. M.—San Juan.

ma de D. Felix Matos

reci-

Hemos tenido el gusto de saludar en esta redacción á los estimados amigos,Luis Feli-

JINQUTE.-—Mayagúez. Asi trata V. álas Musas

plan-

Arbona

Estimados

A VUELA

visita á este

Ayer hasalido para Adjuntas con objeto de reponer su quebrantada salud este distinguido amigo nuestro. Que se restablezca y regrese pronto son

N. C.—Ponce.

Una

Escuela

publica-

T. R.—Lajas.

E

Porrata

tel de enseñanza, y: de las impresiones bidas hemos de ocuparnos muy pronto.

J. F.—Quebradillas.

No digo los

CARNAVAL

recibidas.

A nuestra mesa de rodacción han llegado las explicaciones de Aritmética, ordenadas por

Paris ilustrado En solicitud de canje ha llegado á

mesa de redacción esta interesantísima

cación

francesa,

que

de

tan

merecida

nuestra

publi-

fama

goza en todos los círculos literarios de Europa.

Dejamos eon gusto establecido el canje.

Salon de Barbería DE

Gotay SAN

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d.


EL

CARNAVAL

NOVELAS FA.

CORTAS

MUNECA

Por Carmela

Eulate Sanjurjo.

(CONTINUACION. ) de policía. Poco después llegó Valdés, que vivía cerca, y á quien mandaron á-llamar. En medio de

la confusión

producida, y sin

que nadie se atreviese á tocar al cadáver hasta la llegada del juez á quien se había pasado avi-

so, se detuvo un

carruaje á la puerta y Rosa-

rio envuelta en su abrigo de pieles blancas, subió rápidamente la escalera. Al llegar á la sa-

la se detuvo sorprendida de encontrar allí tanta gente

que no

conocía,

y cuya

presencia no

Teresa enjugó rápidamente

sus ojos anega-

dos de lágrimas, y corrió á detenerla para que no penetrase en el despacho. Pero Valdés que sabía la causa de aquel crímen,

escenas de

aquel

que había asis-

drama

que se de-

de estupor,

y sús

ojos

guir en el

fondo,:

donde había

hundida

donde

era visible

retrocediendo, pálida, con la mirada extraviada, hasta el centro de la habitación. Andaba

de espaldas,

sin

poder

apartar los ojos

de la

puerta y sus facciones contraidas por el terror, tenían algo de la expresión de la demencia. La cola la estorbaba para retroceder y tropezaban sis zapatos de raso de altos tacones con

los pliegues del vestido y con el .abrígo que sus movimientos

brucos

sus hombros. Estaba tan

habían

desprendido

de

léjos de esperar aquella catás-

trofe al volver á su casa

en que se había

después de

divertido,

una fiesta

que el terror, y so-

bre todo Ta vista de ta sangre y de aquella ma. sa horriblemente destrozada, que la decían que era su marido, que perdió el conocimiento. Teresa

y la

doncella la

llevaron-á su

velaron toda la noche, fiebre

Valdés

nerviosa,

la recetó

y

lecho y la

pues'tuvo un poco de

gritaba

por las

y

lloraba á ratos.

súplicas de

Teresa,

una poción de cloral con la que logró cal marse

á la madrugada. : Estaba

muy

X adelantada la

en su

Aquel

llanto

hizo

cuando

madre que

volver á la joven á la catástrofe,

y evocando en su cerebro el cuadro del despaensangrentado,

de gente. que le rodeaba. una

sadudida,

Sus

y el grupo

nervios experi-

y bajo

la manta que

la cubría se estremeció su cuerpo con violentos escalofríos, y como si tuviera la imágen delante,

con

un

movimiento

pueril,

para

no

verla, se volvió hácia la pared. La idea de su marido había muerto, dejándola sola, abandonada en el

mundo

sin nadie

que la aconse-

jara para salvar las dificultades que preveía vagamente, la llenabade terror. ¿Qué haría

para vivir, ella que no conocia de la-vida más que los secretos del tocador, al faltarle su apo-

yo y su consejero? espanto,

y

Esta idea la paralizaba de

adivinaba.

un

porvenir

sombrío,

que aquella muerte trágica inauguraba para ella. Julian había hecho muy mal en matarse. ¿Acaso un hombre tiene derecho para quitarse la vida, para abandonará su esposa dejándola

entregada á mil perplejidades?

Porque al fin,

no eran ricos. La noche anterior lo había oido de sus lábios y sabía que estaban casi arruinados. Era una mala acción quitarse la vida en aquellas circunstancias, sin pensar en el dolor que experimentaría ella, que tanto le quería, y sin reflexionar la situación que la croaby dejándola sin recursos.

Teresa se acercó de puntillas al lecho in-, clinándose para ver si dormía. Rosario abrió los ojos, y deseando hablar para rechazar las ideas que la atormentaban,

tarde,

sillón-cama

realidad, recordándole la espantosa

mentaron

desde

vague-

logrando distin-

sollozaba.

cho, con el cadáver

puerta;

recorrieran con

alcoba

pasado la noche Á su

razonan, apartó bruscamente á Teresa, y co. jiéndola por la muñeca le arrastró hasta el el cadáver. Rosario lanzó uh grito horrrible, se desació con violencia de la mano de Valdés, y fué

1

trar las cortinas se mezclaba con la luz de la ““veilleuse”” de cristal azul que Teresa acababa de encender, y que arrojaba sus pálidos deste- . llos á los piés del alto lecho dde madera. La primera impresión de Rosario al despertar fué

senlazaba allí, y para quien aquella mujer era odiosa, con un movimiento de esos que no se

umbral de la

1

de su madre que quería evitar una escena desgarradora. La poca claridad que dejaban fil-

dad la mal alumbrada

podía explicarse.

tido á las

se despertó y habían sacado yá el cadáver de la casa, aprovechando sú sueño, por indicación

la hizo

sentar ca-

riñosamente en el borde de la cama.

Sus hra-

»

.


CARNAVAL

EL zos delgados salían de las anchas mangas de la camisa, y pasó uno de ellos al rededor de la - cintura de Teresa, para aproximarse más, buscando instintintivamente un apoyo. —¿Comprendes esto? decía casi á su oído. Nosotros que

ríamos

éramos

tanto,

tan

y que

felices, que nos que-

sin esta horrible catás-

trofe hubiéramos podido vivir siempre dichosos. Tú que vives con nosotros sabes que no pensaba más que en 'complacelle, que sufría con paciencia sus caprichos, porque, el pobre, ¡era tan bueno! y que nunca tuvimos un

sí ni un no.

-

—Es verdad, y ahí tienes tú otra cosa que no me explico. Por la tarde estuvo hablando tranquilo

y

contento,

y

hasta

me

ofreció irme á buscar á' casa de Longoria. ¡Esinconcebible! Al llegar aquí no sé como no me volví loca, y luego ese salvaje de Valdés, empeñado

en

que

viera el

cadáver

como

si “aquello”-é hizo un movimiento de horror— fuera Julian. La madre al oirla hablar, se habia acercado y se apoyaba en la cabecera del lecho. —Vamos, Rosarito, hija mía, no te exaltes.

Vasá

volverte

á poner

mala,

y me

darás

un disgusto. ¡Dios haya perdonado á ese loco! Pero á la verdad no sé que idea le dió de matarse en su casa. Siempre he oido decir que los suicidas se vaná

* á cualquier

parte,

culos á su

familia.

pero

hotel, á un café,

no dan

esos espectá-

sécomo

note

caiste

>

—¡Oh! nes razón,

dijo la joven mamá.

tarse, dejarme en mis

un

No

Muerta.

estremeciéndose,

Yaque

Julian

debía á lo

deración de no suicidarse en que yo debía

ma-

sin pensar

menos

aquí,

tie-

quería

abandonáda y sola,

dolores, me

la consi-

casi á la hora

llegar de la fiesta,

para hallar

un cadáver ensangrentadc en lugar de mi marido.

¡Si me hubiera querido como yo á él no

me daría esta horrible

pena!

-—Perdónalo, hija mía; mi pobre á los muertos no se les guarda ba loco y no supo lo que hacía.

Rosarito,

rencor.

Esta

oración fúnebre del hombre que

tanto

había

amado á Rosario, y que lo entreveía vagamente debía haber muerto pronunciando su nombre. No conocia los detalles del horrible drama que desenlazaba el suicidio, pero adivinaba con su instinto femenino, que como Julian mujer,

suicidado en un acá entender su suearruinado, porque enormes que debía,

na. Lasaleta no se había ceso de locura, como daba gra. Moría porque estaba no podía pagar las sumas

Por

al deshonor.

y porque prefería la muerte

deduciones Teresa llegaba á acercarse á la verdad, pero sin penetrar el doloroso secreto del era la causa

que

suicida y adivinar

ella

debía

El suicidio cartas que dejó

que

más

entrar

por

mucho, en aquella muerte trágica. Recordó su actitud la noche anterior. su rostro sombrío, y el tono con que le había preguntado si había salido Rosario, y comprendió

se probó fácilmente con las Lasaleta escritas y qua no da-

más

ban otra explicación á su muerte

que la

imposibilidad en que se hallaba de poder paTambién leyeron el médico gar sus deudas.

y su mujer las cuatro palabras de cariñosa des-

pedida, sin ninguna alusión ála causa que motivaba su suicidio, en las que recomendaba á

Teresa. La carta que dejó mediatamente

quemándola in-

que su

pára

después,

hija no Se-

contenido.

nunca de su

pudiera enterarse

Rosario, la

escrita para

abrió y leyó la madre de ésta,

gún ella, Lasaleta hacía tiempo que andaba medio loco, y aquel trágico desenlace probaba engañado.

bien que no se había

suicidio

del

Vuldés,

télegrama que le

por un

avisado

Alberto, dirigió

su

de

hermano,

llegó á los dos dias. Inmediatamente fué á verá Rosario, quele recibió silenciosa y afligida, y le propuso si queria irse á su casa Áá una

pasar

temporada

Joven á quien

viaje,

no

aceptó.

Angustias;

con

halagaba

Se

mudado

había

pero la

idea de aquel

poco la

con

su

madre, y aguardaba que Alberto como abogado, arreglara los embrollados asuntos de su

marido, para tomar una determinación deflinitiva. Aunque Julian no le había escrito para que se hiciera responsable de joven aceptó expontáneamente

sus deudas, el todos sus com-

promisos, dispuesto á sacrificar enanto poseía para que no padeciera menoscabo la honra del hermano

Teresa óia silenciosa, con el alma dolorida, aquella conversación. Tal era el epetafio la

idolatraba á su

llas ricas alhajas, aquel boato que gastaba su mujer, debieron apresurar, sino causar su rui-

aquella ruina una pasión violenta.

—¡ Tanto como te quería !

conmigo,

En la que ya entonces meditaba el crímen aquey pagarés y mesa tenía cuentas, recibos

que veneraba.

Hizo arreglos con los acreedores, consiguió

vender una finca rústica que tenía en la provincia, y deshaciéndose de algún papel del Fstado, y de otras

colmar

cantidades

el. déficit, sin

en

efectivo,

necesidad

logró

de contraer

Pero á medida que pasaron los días, deudas. al principio porflas medias palabras de Valdés, y de algunos amigos, y por último al pagar las fabulosas cuentas de Mr. Forestier, concibió la duda que se trocó en certidumbre. de qne Rosario -ern la causa de la ruina de su

(Continuará)


_EL CARNAVAL

PASA Por

Acertijo

TIEMPOS. Ricarda

numérico.

Fernandez.

Mi todo— No dudo,

pues,

Que su belleza hechicera 123456

7.-Total:

nombre

Te

de

mujer.

NNNNNA NY

y Gn

UY “TI YI

TA Y

Y 01 UY

Postrera, pues te hallarás

Medida. Planta

DDAaDA Sa MOD

y

Moneda.

ut

.

Segunda prima si estás En garras de fríma dos

Vocal.

IN A = pa yn =

infunda segunda tres.

Fresco

¡por vía de Dios!

¡Ay! Yono cuarta tercera Para tales aventuras,

Rey judáico. Apellido ilustre.

Y si en tal caso me viera

Adverbio. Nombre mitológico.

Me darían calenturas. Pero afortunadamente

¡Como tantas!

El todo me salvaría, Puesto que á toda la gente Presta ayuda noche y día.

Planta. Planta.

Fruta del país.

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De Artes y Oficios. Lo más pequeño.

Planta.

Sér preferido. Planta de jardín.

EN

L.

ADIVINANZA.

CHARADAS.

Búscame

Y no pude en todo el día

Y por todos lados,

Y al derecho trapo

Me puso, al fin, de otro modo: Mé pasó el en fríma tres

Que

no aguantaría encima

Ni por un quintal de trigo. Nada sin dos es ftercera— — Primera dos Gante es....

en las tiendas

Que al revés doy aves

Dar cuenta de lo que hacía. Luego un poco de mi todo

Nada prima dos si digo Que prima dos es dos Prima

*

Costal al derecho ; Y al contrario, Pájaros,

Príma segunda con grima De segunda doble brima,

Pero no lo haré otra vez.

00

Soluciones á los del número pasado. Sr. Director de EL. CARNAVAL: Peligro el culo od tirle algunas soluciones, -4 los asatiempos publicados en el último número de su ilustrado periódico A la Charada: Literario.

Al

Anagrama:

Cipriano

Numérico: Puesta de Sot. ae pe lee entre líneas y puntos suspensivos. nanza: Adan. De Ys con toda y mcr San Juan, Octubre 14 de' 1903.

Nota:

Castro.

Al

Acertijo

Comprimido: Pela segunda adiyiy respeto, C.G. dela N.

varios han enviado shis soluciónes á la adivinanza

primera, pero no acertadas. La palabra es ésta; DrEsPROPORCIONADÍSIMA MENTE, que se encuentra en la página 4í de “Puesta de Sol * :

+


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