EL! CARNAVAL REVISTA
DE
LITERATURA
Dedicada
al
Bello
| |
DIRECTOR
REDACTOR
|
|
Y
|
|
o
|
Fintered
Tienen
OFICINAS:
December
AÑo 3.
del
ASI ESA
19, 1902, at San
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tus ojos,
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calma
Juan,
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FRANIOSCO 95.
P. R. as second-class
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Num, suelto 7 '
Act. of Congress of March
OCTUBRE
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Un mes... 25cs. Untrimestre70 “
18 1903
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3, 1879.
Núm. 69.
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rasgados,
la trasparencia, A A2>2—>
del claro cielo las bellas tintas, el sol espléndido la llama intensa.
Ojos traidores que cuando
A
Ojos que brindan con los placeres puros y castos que el alma sueña cuando en la noche de los lirios tiende sus alas á otras esferas. miran
á un tiempo matan y á un tiempo que sus miradas ora son dardos,
besan,
Ojos
tira
ora delicías que nos deleitan.
que dicen bien á las clarás
los sentimientos
que en tu
alma juegan,
las amarguras que te entristecen, las ilusiones que te recrean,
di
Por eso siempre que mis pupilas en tus pupilas clavadas veas, es que el lenguaje de tus miradas voy discifrando con ansia eterna, |.
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LIBRES
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PUEBLOS
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Sexo.
PACO BAS AGUILAR.
Y ADMOR:
muynHanis | JOAQUIN E. BARREIRO.
E D UCA
Y ARTES
por ver, al cabo, si en los fulgores
que tus rasgados ojos destellan, encuentro alguno que traducido, diga callando : “ama y espera.”
FRANCISCO LUIS HIDALGO.
EL CARNAVAL
SÓL ECLIPSADO: Jn
BT con igual magestad.
Fuiste hermosa y triunfaste. Tu Ay, infeliz de la que nace hermosa.” guanadel a donosur la como gesto de romana, Aquella tez morejo, duró una Noche Buena. tentadores coojos aquellos y na y envidiada;
mo la leyenda
del
ricas como las poseidas por Marco
todo eso era vano
carnes
y aquellas
Paraiso;
y se arruinó:
Antonio....
La belleza es fragil y confiaste
era
eso
todo
materia y sucumbió: todo eso era fué tu muerte ¡tu muerte moral!
peligroso
y
ella co-
en
mo en un invencible amuleto, sin saber que la única belleza perdurable es esta, “Virtud,” y la única fuerza positiva es esta, “Voluntad” y el único secreto de triunfo es este, ** Decoro Personal” y el único amigo es este, “Traba-
jo”....
verás á tu hermosura ni á tu esplendor jamás. alSol eclipsado para siempre, tú no tendrás
borada futura.
la Debilidad y no ha
vencido
insospechable y glorioso. y la vánidad es un ligro
esas redes sitibundas de
nunca
modo
de
ni flores, ni pertumes ¡ni Gólgota siquiera! Vas con tu carga de recuerdos y econ tu cesto
'de infortunios y con
lleza estúpida,.en vez de una cima como Santa Elena has tenido por lecho una covacha, entre
:¡Oh, Providencia suburbio. "tú eres rígida y cruel!....
sober-
liándote con el Bien, que es el tutor de las exAhora puedes pensar, periencias dolorosas. porque la venda ha caido ó debe haber caido de tus ojos y de tu alma, ciegos al Deber. Ahora sentirás el pasado, ya que fué para tí un kaleidoscopio de fantásticas visiones y capriAhora llorarás, como la chosas aventuras.
Magdalena del historial cristiano, todo.aquello
victoria.
Eres el resto de una grandeza triste, como una esfinge silenciosa en medio del desierto. Eres un sol eclipsado. Cuando la tarde cae, entre nubes color de "plomo, eolor de sangre, color de zafiro, como en una apoteosis augusta, el sol inclina su cairel de
fuego;
mas
torna
al
día
los
de
castigos!
¡Y aún piensas en el Mal, que es el verdu¡Y aún giras en el go de los pensamientos! ¡Y aún quiecrimen! del loso círculo escanda
res estorbar la niancha de la Verdad y el triunfo de la Virtud! ¡Lastimosa insensata!.... Debieras sonreir y ruges; debieras transigir y apostrofas;
debieras
debieras
llorar
y
te
encolerizas;
y ame-
perdonar para que te perdonen
¡El Dicterión te arrojaría nazas y maldices. No has nacido para vivir en de sus antros!
paz, sino para arrojar-el rampojo y recibir el ¡Infeliz la que se cree fuerte, siendo dardo.
débil!
¡Infeliz del que no ama!
¡Infelices de
¡Ay! infelices los los que sueñan con el Mal! que sirven de instrumento á las pasiones de los que ocultan su cobardía en tas mismas enaguas de las desgraciadas! Si hubieras ¡Fuiste hermosa y triunfaste! sido buena, ese triunfo sería eterno en las Ingrandezas indefinidas de la Providencia! sistes en vencer, agraviando, y ese imposible
negra
será tu último dolor y tu más No cedes como la Bondad,
el Rencor.
Para esa
hueco en las tinieblas:
clase
sino
de
sombra.
gruñiles
almas
NIE
A
Í
-k
como
hay
¡tú lo ocuparás!
mM. TADU.
siguiente o
del
las turbulencias del arroyo y los andrajos
Ahora estás fea; ahora estás vieja; ahora estás deforme.. Fea como fué tu vida, vieja como las malas costumbres, deforme como la Ahora eres Ahora miras al panteón, Miseria. verdad y podrias empezar á ser justa reconci-
y duradera
y Napoleón de una be-
tido cerca de la tumba;
bias.
que creiste eterna alegría
tus frios desencantos. ...
Tu Conio una Magdalena, como un inválido. abaha se , muertos de soberbia como una flor
traición, te hundiste, terribles
te envuel-
rudo, por un camino largo que límites no tiene,
La belleza es un peEn peligro mayor.
con tus funestas gracias y tus
La negra nube que
ve, como festón mortuorio, cada día es más No tienes como el sol triste y pesarosa.... que nos alumbra el Orto en que renace, y vas como Ashaverus de un dolor interminable y
La belleza es frágil como el vidrio, eo-
mo la rama del grosello, como la onda del. laEs el arma de go, como el amor de los niños.
Tn ya caiste y jamás vol-
un
__EL
599
CARNAVAL
WISIOXN. Era un huerfano, de esos que todo lo perdieron,
ricias. Errante triste
Los labios del raban ya...
huerfanos amor,
ca-
peregrino de la vida, en lu-
cha constante base,
hogar,
deciso color claro-oscuro del crepúsculo.
con el azar,
unas
veces,
caía y levantá-
alegre
otras.
Dijérase que la ilusión al pasar cerca de él besaba su frente y luego hacía desaparecer la huella del beso que por un instante había iluminado su camino de sombras.
ches
Sus días eran tormentosos: sus nolúgubres y melancólicas: glorias
para él, jamás
las
hubo:
el amor
nunca
grande
sus
siempre
ideal
y en
horas
gaba
inconsciente
de
en
soñaba
regiones
para
él
inaccesibles. Era una tarde de hermoso declinar. En el cielo todo era luz, luz de oro que el sol reflejaba en las últimas. horas, de su agonía diaria, para morir desaparecien-
do por bajo
las
la brillante azules
línea
del
y espumosas
mar inmenso. Solo se encontraba el medio de aquel silencio
saba Sobre el
cuadro
horizonte, aguas
del
huérfano,
en-
religioso que pe-
de
luz
ante el qué
sus «jos se extasiaban.
Un vago rumor de olas ligeras que se deslizaban suaves por sobre la superficie del mar, daba á aquel concierto de amor la nota triste de sentidas querellas,
cual gemido de alma pesarosa, que constantemente llora su desdichas eternas. -- Despues las ondas de aire, suaves y murmuradoras oreaban la frente del huérfano y
jugueteaban
adormecíanle
en sus
sus “ritmos y
cabellos;
cadencias y
sobre sus párpados medio abiertos pesaba la influencia extraña del letargo.
La mirada hacia lo lejos. * La
permanecia inmóvil,
abstracción
era
intensa,
fija
el reco-
gimiento profundo. Elalma parecía orar en su ensimismamiento místico y los lábios del huerfano, algo entreabiertos y velados
por
una
sonrisa de
dulce tran-
quilidad, parecían balbucear palabras que, á no dudar, eran oración perfumada elevándose hacia alturas de luz, acompañada del ritmo triste de las olas y del harmónico canto de las aves.
Apagábase
Una
visión
le hacia
tenuemente
ro de los cielos... La inmensidad se
el color de
impregnó
del in-
al 0
víctimade sus.
atrayentes gracias... Era bella, sí:
de sus ojos se despren-
dían llamaradas de fuego qne encendieron el alma del pobre soñador.
De sus labios destilaba el nectar del amor en dulces besos. Sobre
su
frente de
diosa
inmacula-
da parecía lucir la estrella que iluminara el cielo. En sus espaldas caían
das de
pelo
negro
Y de todo
en lo
abstracción va-
murmu-
Sus ojos estaban fijos. Ez JeblaDl fin en brazos del letargo....
como
luna y sin estrellas.
cubrióle con sus alas. Alma
huérfano no
sugestivo,
aquel
. rizosas
una
cuerpo
enloquecedor,
blon-'
noche sin
visionario,
parecia
des-
prenderse una esencia de perfumes suaves que le embriagaban dulcemente.....
“El
pobre huérfano había soñado... Jose REYES CALDERON.
ANGELA. Para los que la hayan
prendido,
para los que
tratado y com-
hayan
percibido
los encantos de su hermosa alma,
no diré
seguramente nada nuevo al .afirmar que en Angelita se adunan como en precioso búcaro de delicadas flores (cuyos variados matices deleitan la vista y cuyos suaves aromas nos encantan, ) la esplendidez de su hermosura sin igual, y el poder insuperable de 'sus virtudes de vír-
gen cristiana. . «¡Hermoso consorcio de dalia,
con
vertaiidl
de
¡Gallardía de nardos y jaz-
mines.
Para
con
los
que
la
hayan
apreciado, repito. no diré aquellos que no admirar aquel
conocido
y
nada, mas sí á
hayan tenido la dicha de conjunto
de
ptreza y do-
nosura.
¡Oh Angela! gentil: boriacida de irresistibles atractivos, se diría que tu espíritu no pudo encontrar mejor ánfora que tu cuerpo escultural para convertirlo en receptáculo de tantas perfecciones y revelador de tantas dulzuras.. ¡Oh Angela!, que Dios, que te ha infundido un destello de su excelsa bondad, te conserve siempre ¡buena para los que te admiran y te aman.
LUIS A. CHAVIER..
EL
CARNAVAL.
,
La Confidencia.
some, padre, de haber dicho que no me gusta su boca tan roja, porque creo, Dios me perdone, que se la tiñe con zumo de cerezas.” Aunque finjí la voz lo más que pude, él me conoció al momento;
A SARAH.
de paz....” Figúrate, Adriana, mi confusión y mi alar-
ma.
| |
* El muy bribón
¡claro!
allí,
las, de todos Quise
conveniente
ce una mueca que él no vió. Cierto que aparte eso, portóse muy finamente y que luego de sofocarse tanto como nosotras en el “Galgo vá,”
inventó para divertirnos
al modo
señoritas que, según dijo, mos juegos de prendas.
En el último,
que
éramos
llamó
“de
de grandes ya,
lindísi-
las co.
cias'”—un juego precioso, te lo aseguro— tióse Luciano en el pequeño senador de'jazmi-
nes que hay al extremo del jardin,
y jugando
admirablemente al cura, hízonos acercar á ambos lados del perfumado, confesonario, á todas
las que habíamos pag; en anto:
ndas, convertidas
y como lás flores han tejido tan
pidá red, que es imposible ver á través de ella, una después de otra, fingiendo la voz para no ser conocidas, fuimos haciendo las más graciosas confesiones y cumpliendo luego inverosímiles penitencias que él nos imponía y qué nos hacían reir atrozmente. Cuando
ta de risa, empecé
me+tocó el turno, acerquéme
muer-
y dándome grandes golpes de pecho,
diciendo:
'*Acúsome,
padre,
de
que
en vez de amar y reverenciar, como parecería lógico, al predilecto amigo de mi hermano, siento por él horrible antipatía que no puedo vencer; háme siempre desagradado profundamente, sobre todo hoy que le. he observado pi ridículos defectos, la coquetería entre ellos....””
- Aquí hice una pausa, como para escudri-
far hasta el fondo de mi conciencia y luego den muy contrita: “Acúsome de haberle hecho muecas, que él no ha podido ver, por
'- «haber sido hechas cuando—;¡ rara casualidad !— I
¡no sé hallaba
mirándome,
y, finalmente, acú-
y al
presente
pero en
aquel
instante
““No creo que Lucila
en cumplir
tenía
yo
de. reir antes.
oí á
tenga
la penitencia.
“Sí, sí, no
hay
excusa;”—gritaron
rodeándome. “Verdad que un beso cuesta
el jardín.
.
peni-
in-
¿Ver-
dad, señoritas, que debe cumplirla? ””
en
Yo noté que él me miraba mucho ;—;¡la verdad es que tiene unos ojos preciosos! —y le hi-
huir,
Leona gritar:
mi hermano—he
al instante
modos,
tantas ganas de llorar como
ni siquiera intentó
ahí lossamigos!—se nos reunió
Ninguna
Luciano—;¡ el mal sujeto !—también reia mi-
á jugar con noso-
á
boca!
rándome, pero, ¡bien le ví! estaba tan turbado como yo; vengábase bien de mis malignas bur-
tras. una excúsa y abandonando
en la
locas, y palmotoruen celebrando la penitencia y pidiendo su cumplimiento.
acompañando á mi hermano enfermo, y Leona, la muy loca—desde ayer la vigilo pura darle
un par de cachetes—invitole
¡Un beso -y
tencia había sido tan dura y. poniéndome muy colorada, comencé á protestar, pidiendo auxilio á mis compañeras. Pero ellas reian como
nimos muchas en casa, al salir de clase ;—¡ mala tú que no quisiste venir! Hete que Luciano Nétac—tú le conoces ¿verdad? aquel muy alto y muy guapo, que siempre está acechando las
4
el la
penitencia de que vaya á desagraviar al ofendido dándole en esos mismos labios el osculo
siempre la encuentro tan deliciosa! Verás; voy á contarte como pasó todo. Ayer era jueves, y, como tu sabes, nos teu-
|
la cuenta
hija mía querida, muy, ¡muy querida!—y “* muy” infame subrayó ésto—le impongo
ver que he dejado inde confitura; yo que
también
enton-
grave :—““Pues, en expiación de ese feo pecado,
estoy hoy muy alegre; nó, ni mucho menos. ¡Tengo una pena muy grande! Y ya lo
del colegio—hallábase
como
pecado se lleva la
penitencia, y demasiado tarde caí en
te, confiándose al oido sus encantadores secretitos de inocentes maliciosas. —Pues yo, —decía Lucila á su amiga, poniendo la preciosa cara muy compungida—no
ventanas
nunca
de que mis propias palabras habianme delatado. Sí, él me conoció enseguida y aun parecióme que contenía la risa al devir con voz
Sentadas en un banco del jardin del colegio, Adriana y Lucila hablaban animadamen-
habrás comprendido al tacta mi larga tartina
¡ay!
ces pudo decirse que en el
*
diciendo fuese yo cumplir Y la como lo los ojos.
todas
algo,—seguía
ella—pero es según á quien se dá; y ya estaría hecho. Ganas me dan de por ella. muy descarada era capaz de hacerlo decía, porque se comía á Luciano con ¡Se los hubiera sacado!
La rabia y la angustia me ahogaban; tenía miedo, un miedo horrible á que mi madre me /urrase al saber lo ocurrido; comprendí que
por rescatar un peeado
de mentirigillas
cometer á sabienras uno real,
y sin
iba á
embargo,
a Pa] á la bachillera me adelanté resuelta á o. Al ver mi actitud, le víá él ponerse muy pálido, temblándole los labios de emoción, mientras que las muchachas— ¡ hipócritas !— empezaron á chillar como asustades de pronto. Ya Luciano se me había acercado y sonriendo inclinó la frente á la altura de mis labios; pero yo, desdeñando aquella atenuación de la penitencia, lancé una mirada de desafío á las que— ¡lo sé! —hubieran deseado hallarse en mi lugar, y bajando á mi vez la cabeza, le besé, temblan-
do, en la misma boca; $í, en aquellos mismos labios, que, rojós como cerezas, parecían realmente pedir un beso.... Luego,... —¡ay! Adriana mía, ¡qué desgraciada soy !—balbuceó la narradora. roja ella misma como una cereza.
—Lo comprendo—dijo la otra muy condolida ;—¡pobre Lucila!
¡Semejante beso!
Y lue-
—¡Ay!—snspiró Lucila, ocultando el hechicero rostro ruboroso, en el
. —Inego—y esa es mi
seno de
pena—¡luego
su amiga;
le hubiera
dado otro! FLOR
DALIZA.
EL
CARNAVAL
LA ADULTERA.
aunque rudo, no borrico y francote y hón. Mil esperan
le ocasionaste mil Tienes como que al hombre
Luzbel formas tan bellas olvida, al verte enamorado,
que son tus lindos ojos dos estrellas velados por la sombra del pecado.
a llegarás á ver,
aunque
primaveras, ! no
principio el sí,
y tu desdén demostraste
con bromas
harto pesadas,
hasta que al fin le indicaste que no querías '“espadas.”” era él un cosechero de vinos y de aguardiente.
quieras,
En ti empleó 5u cosecha, por ti empeñó hasta sus ye,
y al ver su hacienda deshecha pan: No quiero ““copas.”” n banquero acaudalado,
las llamas del infierno en tu mirada.
al verte, se enamoró,
Manchas el suelo que tu planta pisa y manchas lo que tocas con tu mano;
y por tu gracia chiflado, ser tu esposo te ofreció; y pensando que tesoros
te dió Lucrecia Borgia su sonrisa, y Mesalina su perfil rumano. Brota el deleite de tus lábios rojos ; se aparta la virtud de tu presencia, porque negras, más negras que tus ojos,
tienes, mujer, el alma y la conciencia.
tiene en fincas y en papel, dijiste: “Triunfos son oros” y te casaste cón' él. Mi pluma, pues, no te ultraja ni te calumnia, María, si afirma que la baraja
fué tu constante
Rosas de Abril parecen tus mejillas;
mármol de Páros tu ondulante seno: mas ¡ay! que tan excelsas maravillas no más de
con amante frenesi, te amó luego un coronel,
Vino después un tercero, -que te halló muy complaciente,
Desdeñas los sagrados embelesos del casto hogar de la mujer honrada, y audaz ostentas, al vender tus besos,
són de barro no más,
porque no querias “bastos” ;
luego te reías de él,
Y no turbas, hipócrita, el reposo
el horizonte óséuro de tu vida.
gastos,
y después le despediste,
le diste al
del pobre hogar con que tu falta escu das Por qué á besar te atraves al esposo como besara á Jesuscristo Judas ¡Aun gus flores te dan las yy tienes el alma envilecida
le diste
manía. M. MARZAL.
cieno.
ELOR DE VIRTUD.
Reina del mal, tu tienes por diadema la infamia, que con nada se redime, ¿El pudor? Es un áscua que te quema! ¿El deber? Es un yugo que te oprime! Tienen las gracias conque al mundo precio vil en mercados repugnantes. ¡ Y te envaneces de cubrir tus llagas
halagas
A MI HERMANO
FERNANDO.
VEGA-ALTA.
con seda recamada de brillantes!
sobre tu fosa escribirá : ¡ MALDITA ! JUAN DE DIOS
PEZA.
JUEGO DE NAIPES,
Divina flor que en tu labor inquieta Hace de musa que feliz
te inspira ;
Como nota sublime del Poeta Arrancada á las cuerdas de la lira.
Es la galana flor entre las flores, Due brotó dos magníficos capullos, a esencia que perfuma tus amores, La dama que enardece tus-orgullos. ¡ Bello es tu hogar, de hobles embelesos, ue sostiene
el amor
con
sus caricias,;
María,
así no digas de mí
que te injurio, sino que ebes de culparte á ti Jugaste con ““Antoñico,” un muchacho de Aragón,
A
hermosa
Y se admiran conjuntos de delicias! Esa flor delicada que buscabas, No perderá en la vida su pureza ;
LA %
Mi pluma,
ni te calumnía ni ultraja, : si afirma que tu manía fué jugar á la baraja. Al punto lo probaré
”
n donde nacen tus ardientes besos.
"
Es la rosa gentil que deseabas : Y es todo amor, sinceri , firmeza.
¿Verdad
que hay flores que, cual un misterio,
Encierran el veneno en sus corolas, Pálidas como flor de cementerio, O rojas como ardientes amapolas?
z07
Mañana enferma, pobre, abandonada, de la mundana compasión proscrita, el honor, evando mueras humillada,
e br
más que las piedras de Judea
e
¡ Hieren
los dardos de la burla y: el desprecio!
La suave brisa de millar nativo, El lirio que tu hosabn! :ierra, Y que se mece angelical y altivo Bendiciendo las dichas de mi tierra.
|>] Y
En este siglo en que el honor campea,
no te ha de perdonar ni el vulgo nécio.
e
602 ¡ Desdichado de aquel, que flor maldita Lleva á su huerto con amor de amores!
Bendecida la flor cuya elegancia El color de los cielos hermosea :
perimentó
la que pierde su fragancia
DE LA
N.
Ojos _HEgrOS.
Algunos compatriohambre y de dolor. tas compadecidos de su pena, llegaron barcaron para su país. La sola idea de que
jo las ondas de un lago ; Ojos que mostrais el cielo,
iman,
siempre entornados
cos pasos le faltaban para llegar á su vi- : De repente, al doblar una esvienda. rubio
chiquillo
y desgreñado
acertó á mirarlo.
Perdonad al que se atreve
había escarnecido:
Ojos negros como el crímen Ojos puros cual mi amor.
á correr.
era uno de sus
de sus hijos del alma á ames á abrazar. Dando
HERRERA.
UNO DE TANTOS.
llegó
umbral
como
un
borracho
de
su
casa, y se'
Con desencajados ojos miró hácia el
recurso,
devorarlos,
tumbos
hasta el
hijos,
venía él
sentó en la puerta para no desfallecer.....
El pobre Lúcas no sabía comc desprenderse de los brazos de sus hijos y los de su mujer. La separación era teotro
«Ile dijo, ti-
una piedra y echándosg
pobre Lúcas lanzó un grito «e El agonía al reconocer al múchacho que le
A cantar vuestro fulgor; ¡Perdonad! ojos que gimen,
A. J. CancaÑo
bruto.
viejo
—¡Hh, rándole
y nieve
el
y él, el
jefe, el padre el responsable de lo que pudiera ocurrir á su familia, no: podía quedarse con los brazos cruzados contemplando aquella escena de desolación. ¡Que triste despedida Lúcas marchaba al Brasil. Allí se ganaba mucho dinero en poco tiempo, se protegía á los emigrados, en fin, se decían tantas
cosas que el desdichado
un
quina,
Miro cautivos mil rayos En las pestafíias brillar.
había
apoyándose en un palo
Una mañana,
Ojos de ardiente mirar, Que en esos dulces desmayos
no
su
como un mendigo, entró el pobre Lucas en el pueblo que le viera nacer. Muy po-
Tras los párpados rosados,
amenazaba
flaco,
parecía un criminal.
Y probais que es transparente Lo mismo el cristal hiciente Que el ébano de Ceilan.
pero
su
cara pálida, su cabello le llegaba hasta la espalda y sus barbas hasta la cintura;
ue dejais ver hasta el alma
hambre
estaba
cuerpo
su
pero
salud;
contra
queridos le devolvió la
pecho á sus hijos
Ojos de infinita calma
besar el
ibaá
apretar
patria y
de su
suelo
Y que sois de negro hielo Por artificio de un mago.
rrible;
suficiente y lo em-
á reunirle la cantidad
Ojos negros, fulgurantes, NE parecéis dos brillantes
Ojos de azabache
cinco años.
Un día su situación llegó á ser muy crítica: postrado'en cama, agonizaba de
Ojos puros cual mis sneños?!
¡ Miradme
le llega-
que
decepciones
Asi pasaron
¡Miradme, que al ver besais, Ojos que mirando hablais,
el
mil
ño obligandolo á delirar.
Ojos negros como el crímen, Ojos que cantan y gimen, Ojos tristes y risueños,
atraéis como
lágrimas se
sus
ron á desengañar: por tódas partes la sonrisas burlonas, las miradas recelosas Y entre tanto el la indirecta mordaz. nle el coradestrozá nostalgia la de dolor de sus recuerdo agudo el zón mientras suede horas pocas las robaba hijos le
¡Maldita sea!
CARLOS GARCIA
-* *
conceptuaba feliz. Después, ócurrió lo que siempre sucede: el pobre emigrado que abandonara su patria para progresar en la agena, ex-
Sin galas, sin perfume y sin colores!
Por el lodo besar!....
CARNAVAL
de
desgracia y á pesar
¡Qué desdichado, que la vió marchita
¡ Maldita
EL
en medio de su
Una mujer retozaba con un interior. hombre en medio de la sala, y al notar su presencia. lo
con
ale
torvo di-
hermano;
hoy
no, tengo
miró
ciéndole: —Perdone
para socorrerlo, sepárese de aquí. Escuchóse un gemido lastimero y el infeliz emigrado rodó como una piedra á la puerta de su hogar. a * El pobre Lucas había reconocido su esposa; su esposa no lo había recomo-
cidoáél..... Como
estaba muerto,
lo demás...:
la Justicia hizo
M. GONZALEZ GARCIA.
EL
CARNAVAL
GENTE
José Ningún
NUEVA.
Reyes
nombre con
más derecho
que éste
encabezaría la plana de un periódico: la inteligencia de Reyes Calderón es grande, su valer es mucho, su modestia vale más que su talénto
y su valer; su generosó corazón más que su modestia; lo firme de sus convicciones. ... más que todo. Con vastas facultades, ha espigado muy
poeo todavía en el campo del Arte, por más ue su.nombre haya adquirido predicamento. llo es que la humildad de la cuna, por un lado, y la traqueteada vida, por otro, han abierto
múltiples facetas en el alma de Reyes Calderón ; se vió solo, sin manos que le protegiesen, falto del calor del hogar,
al pie de
la
"muralla
ceicló-
pea.de la indiferencia.... y fué luchador; qui30 vengarse, con toda la cromática de los acen-
tos calderonianos,
del
mundo
que
le seguía
Calderón. méritos propios, y sin lucir estrellas en la boca manga,
de
una
importante oficina;
el que su.
yas son también las desventuras de cuantos le conocen, y ya se tiene sabido por qué Reyes Calderón va despacio á donde llegar debe con batir una sola vez las alas. No le toca el fango de la vida, pues su alma, bella y generosa como ninguna, es espejo donde todo se ve eopiado, pero donde nada. se incrusta; ni odios, ni envidias, ni ambiciones. En el teatro, cosechó laureles y más que los
disparos de revólver sufridos haciendo
el ““Co-
mendador,”
han de-
en '* Don Juan
Tenorio,”
bido sorprenderle los rugidos de la fiera; en la tribuna. intentándo redimir
dicando el que juzga nuevo.
las
almas,
Evangelio, con
sinceridad y constancia del “Loco Dios”?
pre-
la
mos-
hostigando con tenacidad que no parecía tener
covita, oyó los silbos de serpiente de los flacos de espíritu; en el Ateneo, asombrando con
rios del Nuevo Mundo; al imprecar á los elementos, desencadenados contra él.... fué. poe-
hermosas facultades de recitador, sintió los zarpazos de la envidia; y en la prensa.... dichoso él que hasta ahora va pisando flores!
límites. ... y recorrió, siendo artista, los escenata;
creyente,
cuando
los dolores
le
internaron
por la selva oscura de la desesperación, que son contados los que vuelven Esas cuálidades múltiples, de
de
artista,
la de
escritor, de sacerdote de nna doctrina que él procuta llevar a todas partes con tesón que pone de bulto
el almn
la delicada
labor
del
atleta,
hacen
luzca, lo que debe lucir á los ojos del de
tan
valioso
que no
público,
compañero.
Unase á lo dicho que es oficial de sección, por
-
Pero la paz del espíritu nunca dejará de sonreirle. Su escudo«xde batalla es el templede su corazón, roca enhiesta,
inalterable siempre,
ante el embravecido mar de las pasiones. En ': plena Arcadia vive.... y ya me figuro oirle' cualquier día recitando versos de Homero y tañendo la flauta, lamiendo sus pies algunos feli-
nos amansados por él, y coronado de pámpanos
y rosas MIGUEL
DE
, VILLENA.-
'
_606f_
EL E
el ilustrado Profesor Don Juan Cuevas Aboy y “El lenguaje castellano en Puerto Rico” por el ingeniero civil Don Teofilo Marxuach, Sin tiempo para leerlas con el detenimiento que merecen, nos limitamos hoy á enviar á lós autores las más expresivas gracias por la remisión.
> PUNTOS LITERARIOS. += RICARTE.—San
Juan.
Tiempo hacía
que no
leífamos
nada suyo.
«Vemos que progresa V. en sentidoinverso.
J. SANCHIZ.—Ceiba. Dice V. que no tiene obligación de hacer versos buenos. . Conformes | pero ¿acaso la ténemos nosotros de publicar versos malos?
Amelia
Ya le digimos en que condiciones mos sus postales. V. resolverá.
Sigue enferma en el poético Versalles esta simpática amiga, por cuya salud se interesa tanto la redacción de EL CARNAVAL. Esperamos verla pronto completamente restablecida. La
originales...... hasta la carta
le podemos devolver, para que la mo modelo epistolar.
El Jueves
Industrial
hicimos
conserve co-
Pedro
una
Que
corrijamos los defectos ción ! ¿Y quien corrije los demás?
de
puntua-
nuestros
deseos.
Asi á “jinquetazos !””
Un
lo
esperábamos
diario local,
daba no
ha
muchos dias
la noticia de que los niños de la escuela **Pon-
Se publicarán.
PLUMA.
+
ce de León” se ocupaban en trabajos. particulares con perjuicio de la enseñanza. Desde el primer momento dudamos de la veracidad de la noticia. Después indagamos lo 0 había sobre el particular y resultó nada entre dos platos. No podía ser de otro modo teniendo en cuenta que están al frente de aquel plantel de enseñanza profesores muy competentes y celosos de su prestigio.
postal apócrifa.
En el número de “La Democracia” corres-
pondiente al 8 de Octubre, se publican algunos versos postales del albun de la Srta. Maria Polo. Entre ellos figura ésta «quintilla con la firBernier;
“Sopla brisa huracanada precursora de tormenta ; mujer, estate avisada :
wira que cuerda estirada por lo más fino revienta.”” Y el Sr. Matos Bernier, nos suplica que hagamos constar que no se reconoce autor de esa postal. Parece que ha habido una equivocación de nombre ó ha sido sorprendida la
Srta. Polo.
Obras
amigos
pe Dessus, Tomás Carrión y Elías Levis, que permanacerán algunos dias en esta ciudad.
P. M.—San Juan.
ma de D. Felix Matos
reci-
Hemos tenido el gusto de saludar en esta redacción á los estimados amigos,Luis Feli-
JINQUTE.-—Mayagúez. Asi trata V. álas Musas
plan-
Arbona
Estimados
A VUELA
visita á este
Ayer hasalido para Adjuntas con objeto de reponer su quebrantada salud este distinguido amigo nuestro. Que se restablezca y regrese pronto son
N. C.—Ponce.
Una
Escuela
publica-
T. R.—Lajas.
E
Porrata
tel de enseñanza, y: de las impresiones bidas hemos de ocuparnos muy pronto.
J. F.—Quebradillas.
No digo los
CARNAVAL
recibidas.
A nuestra mesa de rodacción han llegado las explicaciones de Aritmética, ordenadas por
Paris ilustrado En solicitud de canje ha llegado á
mesa de redacción esta interesantísima
cación
francesa,
que
de
tan
merecida
nuestra
publi-
fama
goza en todos los círculos literarios de Europa.
Dejamos eon gusto establecido el canje.
Salon de Barbería DE
Gotay SAN
(Luchía) y Santos.
JUSTO
ESQUINA
DEPARTAMENTO
TETUAMN
“B,”
LIMPIEZA, GUSTO Y ECONOYIA. EL SALON DE MODA. El mas solicitado por la juventud capitaleña. Ñ
d.
EL
CARNAVAL
NOVELAS FA.
CORTAS
MUNECA
Por Carmela
Eulate Sanjurjo.
(CONTINUACION. ) de policía. Poco después llegó Valdés, que vivía cerca, y á quien mandaron á-llamar. En medio de
la confusión
producida, y sin
que nadie se atreviese á tocar al cadáver hasta la llegada del juez á quien se había pasado avi-
so, se detuvo un
carruaje á la puerta y Rosa-
rio envuelta en su abrigo de pieles blancas, subió rápidamente la escalera. Al llegar á la sa-
la se detuvo sorprendida de encontrar allí tanta gente
que no
conocía,
y cuya
presencia no
Teresa enjugó rápidamente
sus ojos anega-
dos de lágrimas, y corrió á detenerla para que no penetrase en el despacho. Pero Valdés que sabía la causa de aquel crímen,
escenas de
aquel
que había asis-
drama
que se de-
de estupor,
y sús
ojos
guir en el
fondo,:
donde había
hundida
donde
era visible
retrocediendo, pálida, con la mirada extraviada, hasta el centro de la habitación. Andaba
de espaldas,
sin
poder
apartar los ojos
de la
puerta y sus facciones contraidas por el terror, tenían algo de la expresión de la demencia. La cola la estorbaba para retroceder y tropezaban sis zapatos de raso de altos tacones con
los pliegues del vestido y con el .abrígo que sus movimientos
brucos
sus hombros. Estaba tan
habían
desprendido
de
léjos de esperar aquella catás-
trofe al volver á su casa
en que se había
después de
divertido,
una fiesta
que el terror, y so-
bre todo Ta vista de ta sangre y de aquella ma. sa horriblemente destrozada, que la decían que era su marido, que perdió el conocimiento. Teresa
y la
doncella la
llevaron-á su
velaron toda la noche, fiebre
Valdés
nerviosa,
la recetó
y
lecho y la
pues'tuvo un poco de
gritaba
por las
y
lloraba á ratos.
súplicas de
Teresa,
una poción de cloral con la que logró cal marse
á la madrugada. : Estaba
muy
X adelantada la
en su
Aquel
llanto
hizo
cuando
madre que
volver á la joven á la catástrofe,
y evocando en su cerebro el cuadro del despaensangrentado,
de gente. que le rodeaba. una
sadudida,
Sus
y el grupo
nervios experi-
y bajo
la manta que
la cubría se estremeció su cuerpo con violentos escalofríos, y como si tuviera la imágen delante,
con
un
movimiento
pueril,
para
no
verla, se volvió hácia la pared. La idea de su marido había muerto, dejándola sola, abandonada en el
mundo
sin nadie
que la aconse-
jara para salvar las dificultades que preveía vagamente, la llenabade terror. ¿Qué haría
para vivir, ella que no conocia de la-vida más que los secretos del tocador, al faltarle su apo-
yo y su consejero? espanto,
y
Esta idea la paralizaba de
adivinaba.
un
porvenir
sombrío,
que aquella muerte trágica inauguraba para ella. Julian había hecho muy mal en matarse. ¿Acaso un hombre tiene derecho para quitarse la vida, para abandonará su esposa dejándola
entregada á mil perplejidades?
Porque al fin,
no eran ricos. La noche anterior lo había oido de sus lábios y sabía que estaban casi arruinados. Era una mala acción quitarse la vida en aquellas circunstancias, sin pensar en el dolor que experimentaría ella, que tanto le quería, y sin reflexionar la situación que la croaby dejándola sin recursos.
Teresa se acercó de puntillas al lecho in-, clinándose para ver si dormía. Rosario abrió los ojos, y deseando hablar para rechazar las ideas que la atormentaban,
tarde,
sillón-cama
realidad, recordándole la espantosa
mentaron
desde
vague-
logrando distin-
sollozaba.
cho, con el cadáver
puerta;
recorrieran con
alcoba
pasado la noche Á su
razonan, apartó bruscamente á Teresa, y co. jiéndola por la muñeca le arrastró hasta el el cadáver. Rosario lanzó uh grito horrrible, se desació con violencia de la mano de Valdés, y fué
1
trar las cortinas se mezclaba con la luz de la ““veilleuse”” de cristal azul que Teresa acababa de encender, y que arrojaba sus pálidos deste- . llos á los piés del alto lecho dde madera. La primera impresión de Rosario al despertar fué
senlazaba allí, y para quien aquella mujer era odiosa, con un movimiento de esos que no se
umbral de la
1
de su madre que quería evitar una escena desgarradora. La poca claridad que dejaban fil-
dad la mal alumbrada
podía explicarse.
tido á las
se despertó y habían sacado yá el cadáver de la casa, aprovechando sú sueño, por indicación
la hizo
sentar ca-
riñosamente en el borde de la cama.
Sus hra-
»
.
CARNAVAL
EL zos delgados salían de las anchas mangas de la camisa, y pasó uno de ellos al rededor de la - cintura de Teresa, para aproximarse más, buscando instintintivamente un apoyo. —¿Comprendes esto? decía casi á su oído. Nosotros que
ríamos
éramos
tanto,
tan
y que
felices, que nos que-
sin esta horrible catás-
trofe hubiéramos podido vivir siempre dichosos. Tú que vives con nosotros sabes que no pensaba más que en 'complacelle, que sufría con paciencia sus caprichos, porque, el pobre, ¡era tan bueno! y que nunca tuvimos un
sí ni un no.
-
—Es verdad, y ahí tienes tú otra cosa que no me explico. Por la tarde estuvo hablando tranquilo
y
contento,
y
hasta
me
ofreció irme á buscar á' casa de Longoria. ¡Esinconcebible! Al llegar aquí no sé como no me volví loca, y luego ese salvaje de Valdés, empeñado
en
que
viera el
cadáver
como
si “aquello”-é hizo un movimiento de horror— fuera Julian. La madre al oirla hablar, se habia acercado y se apoyaba en la cabecera del lecho. —Vamos, Rosarito, hija mía, no te exaltes.
Vasá
volverte
á poner
mala,
y me
darás
un disgusto. ¡Dios haya perdonado á ese loco! Pero á la verdad no sé que idea le dió de matarse en su casa. Siempre he oido decir que los suicidas se vaná
* á cualquier
parte,
culos á su
familia.
pero
hotel, á un café,
no dan
esos espectá-
sécomo
note
caiste
>
—¡Oh! nes razón,
dijo la joven mamá.
tarse, dejarme en mis
un
No
Muerta.
estremeciéndose,
Yaque
Julian
debía á lo
deración de no suicidarse en que yo debía
ma-
sin pensar
menos
aquí,
tie-
quería
abandonáda y sola,
dolores, me
la consi-
casi á la hora
llegar de la fiesta,
para hallar
un cadáver ensangrentadc en lugar de mi marido.
¡Si me hubiera querido como yo á él no
me daría esta horrible
pena!
-—Perdónalo, hija mía; mi pobre á los muertos no se les guarda ba loco y no supo lo que hacía.
Rosarito,
rencor.
Esta
oración fúnebre del hombre que
tanto
había
amado á Rosario, y que lo entreveía vagamente debía haber muerto pronunciando su nombre. No conocia los detalles del horrible drama que desenlazaba el suicidio, pero adivinaba con su instinto femenino, que como Julian mujer,
suicidado en un acá entender su suearruinado, porque enormes que debía,
na. Lasaleta no se había ceso de locura, como daba gra. Moría porque estaba no podía pagar las sumas
Por
al deshonor.
y porque prefería la muerte
deduciones Teresa llegaba á acercarse á la verdad, pero sin penetrar el doloroso secreto del era la causa
que
suicida y adivinar
ella
debía
El suicidio cartas que dejó
que
más
entrar
por
mucho, en aquella muerte trágica. Recordó su actitud la noche anterior. su rostro sombrío, y el tono con que le había preguntado si había salido Rosario, y comprendió
se probó fácilmente con las Lasaleta escritas y qua no da-
más
ban otra explicación á su muerte
que la
imposibilidad en que se hallaba de poder paTambién leyeron el médico gar sus deudas.
y su mujer las cuatro palabras de cariñosa des-
pedida, sin ninguna alusión ála causa que motivaba su suicidio, en las que recomendaba á
Teresa. La carta que dejó mediatamente
quemándola in-
que su
pára
después,
hija no Se-
contenido.
nunca de su
pudiera enterarse
Rosario, la
escrita para
abrió y leyó la madre de ésta,
gún ella, Lasaleta hacía tiempo que andaba medio loco, y aquel trágico desenlace probaba engañado.
bien que no se había
suicidio
del
Vuldés,
télegrama que le
por un
avisado
Alberto, dirigió
su
de
hermano,
llegó á los dos dias. Inmediatamente fué á verá Rosario, quele recibió silenciosa y afligida, y le propuso si queria irse á su casa Áá una
pasar
temporada
Joven á quien
viaje,
no
aceptó.
Angustias;
con
halagaba
Se
mudado
había
pero la
idea de aquel
poco la
con
su
madre, y aguardaba que Alberto como abogado, arreglara los embrollados asuntos de su
marido, para tomar una determinación deflinitiva. Aunque Julian no le había escrito para que se hiciera responsable de joven aceptó expontáneamente
sus deudas, el todos sus com-
promisos, dispuesto á sacrificar enanto poseía para que no padeciera menoscabo la honra del hermano
Teresa óia silenciosa, con el alma dolorida, aquella conversación. Tal era el epetafio la
idolatraba á su
llas ricas alhajas, aquel boato que gastaba su mujer, debieron apresurar, sino causar su rui-
aquella ruina una pasión violenta.
—¡ Tanto como te quería !
conmigo,
En la que ya entonces meditaba el crímen aquey pagarés y mesa tenía cuentas, recibos
que veneraba.
Hizo arreglos con los acreedores, consiguió
vender una finca rústica que tenía en la provincia, y deshaciéndose de algún papel del Fstado, y de otras
colmar
cantidades
el. déficit, sin
en
efectivo,
necesidad
logró
de contraer
Pero á medida que pasaron los días, deudas. al principio porflas medias palabras de Valdés, y de algunos amigos, y por último al pagar las fabulosas cuentas de Mr. Forestier, concibió la duda que se trocó en certidumbre. de qne Rosario -ern la causa de la ruina de su
(Continuará)
_EL CARNAVAL
PASA Por
Acertijo
TIEMPOS. Ricarda
numérico.
Fernandez.
Mi todo— No dudo,
pues,
Que su belleza hechicera 123456
7.-Total:
nombre
Te
de
mujer.
NNNNNA NY
y Gn
UY “TI YI
TA Y
Y 01 UY
Postrera, pues te hallarás
Medida. Planta
DDAaDA Sa MOD
y
Moneda.
ut
.
Segunda prima si estás En garras de fríma dos
Vocal.
IN A = pa yn =
infunda segunda tres.
Fresco
¡por vía de Dios!
¡Ay! Yono cuarta tercera Para tales aventuras,
Rey judáico. Apellido ilustre.
Y si en tal caso me viera
Adverbio. Nombre mitológico.
Me darían calenturas. Pero afortunadamente
¡Como tantas!
El todo me salvaría, Puesto que á toda la gente Presta ayuda noche y día.
Planta. Planta.
Fruta del país.
GEROGLIFICOS
COMPRIMIDOS.
100
FL o
LUZ Y sinO0 JOSE D 2 1ID4
o
De Artes y Oficios. Lo más pequeño.
Planta.
Sér preferido. Planta de jardín.
EN
L.
ADIVINANZA.
CHARADAS.
Búscame
Y no pude en todo el día
Y por todos lados,
Y al derecho trapo
Me puso, al fin, de otro modo: Mé pasó el en fríma tres
Que
no aguantaría encima
Ni por un quintal de trigo. Nada sin dos es ftercera— — Primera dos Gante es....
en las tiendas
Que al revés doy aves
Dar cuenta de lo que hacía. Luego un poco de mi todo
Nada prima dos si digo Que prima dos es dos Prima
*
Costal al derecho ; Y al contrario, Pájaros,
Príma segunda con grima De segunda doble brima,
Pero no lo haré otra vez.
00
Soluciones á los del número pasado. Sr. Director de EL. CARNAVAL: Peligro el culo od tirle algunas soluciones, -4 los asatiempos publicados en el último número de su ilustrado periódico A la Charada: Literario.
Al
Anagrama:
Cipriano
Numérico: Puesta de Sot. ae pe lee entre líneas y puntos suspensivos. nanza: Adan. De Ys con toda y mcr San Juan, Octubre 14 de' 1903.
Nota:
Castro.
Al
Acertijo
Comprimido: Pela segunda adiyiy respeto, C.G. dela N.
varios han enviado shis soluciónes á la adivinanza
primera, pero no acertadas. La palabra es ésta; DrEsPROPORCIONADÍSIMA MENTE, que se encuentra en la página 4í de “Puesta de Sol * :
+
EL
CARNAVAL
La Cerveza que
hizo
famosa
á
MILWAUKEE
La preferida de los Puertorriqueños. Unicos importadores, M. Tetuan
y
Matusalem APARTADO TETUAN
a
P. R
LA MARGARITA. Frente á la Plaza Principal.
Caribe
El mejor
|
887.
ESTILO P. R.
para
/
para
sitio de recreo
refrescos, dulces, etc.
| SAN Juan,
Máquina
Co.
RON
NUM.
55.
Y
San Juan,
Fabricantes de licores de todas clases. EN
CALDERON
11.
Fernandez y Blanco ESPECIALIDAD
R.
|
Y
WY
wW
v
/
AME ¿RICANO.
y
escribir
a
Sorpresa. La
mas La
barata, mas
sencilla,
Magnífico
tipo. A)
»
Agente
general,
JAIME Se
solicitan
SIFRE.
agentes.
CREPUSCULOS CO SE
PUBLICA
UNA
ENTREGA
A SEMANAL
POR
AL
S.
ao e
DALMAU
PRECIO
DE
10
Y
aa CANET.
:
ctvs.
Se soticitan agentes en todos los pueblos de la isla.