EL CARNAVAL REVISTA
DE
LITERATURA
Dedicada
|
EDUC
AD
A
LA
al
DIRECTOR
MUJER Y HAREÍS PUEBLOS: LIBRES. |
Y
>
OFICINAS:
Bello
Sexo: SUSCRIPCION;
ADMINISTRADOR.
JoAquíin E. . —
45
Y ARTES
SAN
BARREIRO.
Un mes. ..25 08. Untrimestre70 “
FRANOISOO
Num. suelto 7
95.
.“
Entefed December 19, 1902, at San Juan, P. R. as second-class matter, under Act. of Congress of March 3, 1879.
AñO 4.
- SAN JUAN, PUERTO RICO, ENERO 10 1904,
MS
y
1]
A MUSA DEL POETA, PARA
EL
ALBUM
DE
POSTALES
DE
DÁVILA DE RAMIREZ,
LA
SEÑORA
DOÑA
ISABEL
DE MANATÍ.
Compartes tu existencia venturosa Con el dulce cantor puertorriqueño, Y hace su vida mas feliz y hermosa,
Tu lindo rostro de jazmin y rosa,
Siempre:amable, simpático y risueño. Tú eres su musa, y á su loca mente Inspiras sus bellísimos-cantares; Por*tí su alma enamorada siente, Y con ramos de mirtos y azahares, Coronaste, Isabel, su augusta frente. GUILLERMO V. CINTRÓN. .
Nóm 2 >
CARNAVAL
EL
LA TRIBUNA.
El espectáculo que nos ofrece tuye un bochorno.
El pueblo, que es siempre sensato y siemre respetable, tiene derecho á exigir que se le
able en otras formas que no lo desprestigien,
AA
ni lo hieran, ni lo deshonren.
Escalen todos los ciudadanos, sin preferencias ni distingos, la excelsa cúspide de la tribuna;
a 19 TANDO Invade el corazón de un pueblo el delirio de lo insensay: to; cuando
590
empuja-
mueve
se
do por afanes tenebrosos, por utopías irrealizables, puede decirse
que es,
no
ya
un
pueblo
extraviado, sino un pueblo enfrrmo, un pueblo demente.
Hoy la peligrosa demencia del fanatismo político, que brilla con resplandores negros,
a convertido la tribuna pública en hervidero de groserías callejeras.... ¡La tribuna, que debe ser respetada como la virtud y santificada como un santuario! Ya no sube á ella la elocuencia con sus arrebatadoras atracciones; ya en ella los auusteros principios no desarrollan
su credo reden-
nas de la dicción castiza.
en
tor; ya en ella no resplandecen las rítmicas concepciones del genio, ni perfuman las filigraa,
su
augusta
cima, no alborean las serenas y fecundas reflexiones
del
filósofo, ni surgen las luces del pen-
sador, la prédica del apóstol, del maestro.
las enseñanzas
Hoy la exalta la osadía, la invade
la
inep-
titud, la atropella la ignorancia. Desde ella no vuela hoy, delicada como un perfume y harmoniosa como un canto, la frase culta. No hay que buscar en ella el colorido de la imagen,
lo terso
de
la
expresión,
los fluidos de la forma, lo correcto del
lengua-
je, lo fecundo de la idea, losano de la doctrina.
Nada de esa exquisita gallardía, que forma el mundo de bellezas que constituyen el ar- . .
te, encontraremos en el toldo de sombras en que está envuelta la tribuna moderna.
No es hoy la tribuna una cumbre
abrillan-
suban á
tar venerable, reservado al culto pensamiento:
abismo,
de
brotan, á manera de llamas
ridos infernales;
inmortal
cuyo
hondo
griterías de odios
para derramar profundos odios; ocúpenla, si, pero para defender principios y no para fomentar divisiones; para combatir errores, injusticias y fanatismos, y no para discutir per-
sonalidades ni destrozar legítimos prestigios. Procédase así, con elevación de miras; que
la tribuna. hecha para la enseñanza saludable del pueblo, no puede, no debe ser convertida en antro de pequeñeces que dividen, que impotentizan, mancillan y desacreditan.
La tribuna debe ser una sima;
y la mala educación;
Todo
ese tor-
pe amasijo de impuro cieno es lo que palpita en ella con centelleos siniestros. En ella, en fin, se desborda la pasión en oleadas sombrías, y la incivilidad se manifiesta con el acento brusco, con la expresión
sera
gro-
que la caracteriza. o es esa la tribuna que educa,
ge, que dignifica, que redime. A
MN
que
corri-
no
no la utiliceis
para el es-
dejadla
libre
para
que la ocupen los que sepan enaltecerla. Respetadla; que desde ella han enarbola-
do su pabellón de luz los mas ilustres res de la humanidad! Respetad,
sí, ese trono luminoso
redeetoque
ocu-.
paron los grandes mártires de la libertad y los grandes educadores de los pueblos. Que sea ella picota de los tiranos; pero jamás asiento de los de la estulticia.
provocadores,
un
recinto
Que su misión no es la de manchar con laescupitina soez, sino la de socavar
con
la luz,
la de reconstruir con la idea, la de. moralizar con el ejemplo, la de vencer con la persuación. JUAN
P. TERREFORTE.
Pensamiento.
tan; monstruosidades de envidias que envenenan; desesperaciones de rabias que desau-
tismo, el ímpetu de la saña....
y
pedestal
un
una majestad y no una ignominia.
cándalo y el desorden. Si no sabeis honrarla,
ala-
trajados todos los respetos y pisoteadas todas las bellezas. En ella el insulto vomita su asquerosa baba de esfuerzo, y sus repugnantes miserias el despechado desahogo. El verbo de la audacia, el alarde del quijo-
eminencia
No la convirtais en asqueroso muladar, no la hagais escenario odioso de la charlatanería
que conci-
Es un precipicio y no una cátedra, donde son escarnecidas todas las consideraciones, ul-
una
un altar de gloria y no
de sombras;
del
torizan ; convulsiones de cóleras que incendian y aniquilan. €
ni estórbar con la
malsana propaganda; ocúpenla cuantos quieran, pero háganlo para proclamar ideas y no
seno
destructoras,
ella, pero para edificar con el
ejemplo y no para destruir
tada; no es lo que ha sido y debe ser: un alHoy es un
consti-
hoy, )
(A LA
SRTA.
ANA
ESPINET.)
Las flores que en profusión, Doquiera admiramos, son Por su singular belleza,
De la gran naturaleza La mas valiosa oblación. Y la mujer hechicera, Nos alienta y regenera
-Con sus célicos amores... ¡Q
: triste la vida fuera .
Sin
mujeres y sin flores! y. RODRIGUEZ RIVERA.
EL
CARNAVAL
733 ==
HACIA EL DESTIERRO.
—S$í, hay por la isla-varios individuos haciendo propaganda á favor de la emigración. En el pueblo hay una agencia para contratar los que quieran salir.
Mi PADRE: Estas pobres flores de mi pensamientovan á adornar la tumba donde reposas. .No son la» flores secas del olvido: son las flores vivas del amor. Ellas son tus descendientes, como yo soy tu hijo. Y como yo te consagro mi respeto, can su perfume.
Padre mío:
que se cebaba en bía arrasado las
la colonia.
siembras,
incultivada, en
abandonada, su
mayor
tres
hijos,
vana
mocitas.
- pedazo de tierra,
Fueron
muy
felices
en su
heredado
del abuelo,
en
y tan
pero que servía aún
también
al pueblo,
al tiro
poniéndole
para
un
quíen
mala
la cosa.
Nadie
familiares,
se pudra la tierra,
de cultivo....
por falta
de
ade-
que parecían
laceradas
sus
amores
humano
=
les llega-
Allí
acudían
los campesinos,
en
con la estipulación hecha.
Y era
para
morír junto á ellos,
rechazándola,
decía.
mien-
dos de que moriría en el camino.
La familia Morán también estaba allí. En-
tendidos en agricultura, tados, deslumbrados por les hicieran concebir. El bía vendido. de prisa, de
dre-
pequeño patrimonio,
habían'“sido conquislas esperauzas que padre, Antonio, hacualquier modo, su
la vieja tierra legada por
sus padres, donde nació, donde vivió; hizo el traspaso con honda pena, conociendo que lo
con un gesto mostraba, con su pequeña posesión, loz campos vecinos, las vastas pra-
deras fungosas,
benditos,
tras ella suplicaba, llorando, tan triste, tan miserable, que la acep.aron al fin, convenci-
porque no quieren.... —No, no quiere nadie ayudarnos—siguió diciendo Morán—son unos egoistas. Dejarán nes
ensueños
Los agentes se negaban,
lantar dinero para el cultivo, porque dicen los que pueden que no tienen. Mejor creo que es
al fin que
pro-
:
un gentío que entraba y salía, familias enteras y hasta ancianos y niños. Una mujer desvalida, casi decrépita, también quería embarcar, y suplicaba, los brazos cruzados, el ademán - humilde, que le permitieran ir con sus
preste un
quiere
sus
contratados,
ochavo? Hablaban dentro de la casa de palmas, cerca de la puerta. Fuera,. en el batey, estaba el caballo de Migoya, esperando. —Verdad, compadre Morán—contestó Mi-
goya—está
sumida
viniera á
número alto, con sus mejores é hijos, á ofrecerce para trabajar en el extrangero. Estipuladas las condiciones, un dependiente anotaba en el libro registro los nombres de: los
cosecha, ya en fior, sin dejar siquiera los piés muertos, arrastrados también por el aluvión.
ahora, si no hay
ella
posíciones.
el
producto de la cosecha. —Pero la época es mala—decía en una mañana lluviosa Morán al vecino Migoya—estamos muy mal. Ese maldito cielón tronzó la Y qué hacer
ayuda
ba, empujado por el hábito fatal e la miseria.t . En la agencia del pueblo, doude los comisionados de la propagandá hacían las contratas de emigrantes, diariamente recibían pro-
trastadar carro,
o
no
Era, sí, el éxodo, que'empezaba. La caraperdida salía de la patria, - abandonando
pronto, con el esfuerzo
para cargar los de
arruinadas.
germinación;
en la población de otros países, que florecerían
tos de siembra y llenar las atenciones de la casa. Poseían además dos vacas y.un caballo, aperos de labranza y
duelo
cable en la tierra, natal; el sudor de su frente, infructífero alll toda la savia de su vida, en ín para emplearla en el cultivo de otras tierras,
pequeño que era un palmo. No obstante, bien cultivado, daba dos veces al año una regular cosecha de café, bastante para cubrir los gasya viejo;
el
cuyos hijos
. queridos, llevando consigo su actividad, inapli-
Antonio, el mayor, y Berta y Dolo-
res, dos
parte
no había
en el dolor, sin que una tegerles y ampararles.
cinturón de granito. La familia se componía del jefe, Antonio MoPaca y
sufriendo
decaídos, la vida inactiva, -casi inútil,
tegida de los vientos por las montañas que la circuían, como un mujer
ha-
las: fin-
existiendo frutos, el comercio estaba paralizado. Y los brazos estaban cruzados, los ánimos
una familia en un barrio
ÉS de la Isla, en el pueblo de H., siY tuado en una hondonada muy pro-
su
El huracán
destruido
que asolaba el pais,
habiendo semillas,
rán,
muchos.
cas y poblado de escasez los campos. La tierra, antes fértil y exhuberante, estaba ahora
ellas te dedi-
duerme!
estaban os Morán formaban campesina, y vivían
irán
Era el éxodo, producido por el encarnizamiento de la fortuna, el encono de la suerte
de la miseria
é
Creo que
—Nos iremos todos, de seguir asi. Yo pienso vénder y volar con mi familia....
A
que consumaba
por
era el
fin de la tradicción,
el
llagas invisibles. El chaparrón caía sobre ellas, también despiadado, como un azote de los cie-
derrumbamiento de su ensueño de padre amioe, que quería legar á sus hijos una heree ,
te, desesparado por no enconrrar ya árboles para arrasar, siembras que tronchar; arriba,
emigrantes trabajo,
los; el viento silbaba en la sierra, rabiosamen-
Allá, en la tierra prometida, ofrecían á los nir.
en el espacio, las nubes azumulaban sus vapores, hinchaban de agua sus vientres enormes y la descarban sobre la tierra infelice, aterida de frío. Y parecía que la campiña estaba muerta al amanecer de aquél día negro, sin aurora y casi sin horizontes... —Y tendremos que salir de este país—con.
tinuó diciendo
Morán,
trabajo.
|
a
==
porve-
su esfuerzo diario les daría una choza, una co-
con acento de indeci-
ble dolor—Ar á otra parte, : donde se encuentre
bienestar relativo,
En el suelo que iban ároturar y sembrar,
)
mida, un medio seguro y normal de subsistir. Podrían allí crear familjas, erigir sus hogares, esos oasis de todas las existencias, donde el cuerpo fatigado eucuentra el reposo y el alma adolorida el consuelo. Y arrastrado por estas perspectivas, los pobres anémicos, ansiosos vida más expansiva, aceptaban las contratas,
rendidos por la necesidad, ydaban un adios
EL CARNAVAL
2
al país de sus ternuras, á la tierra de sus amores,
en
cuyos
cementerios
reposaba
todo el
pasado de sus existencias, la esencia de sus vidas, loque fué el principio engendrádor de aquella cuadrilla miserable, pálida de hambre,
que llena de dolor
partía.
El día del embarque, á las dos de la tarde,
A tu lado mi espíritu se enciende En la llama ideal de mis delirios
en la Ciudad, los muelles estaban atestados de gente, que pululaba además por toda la calle
Y las purezas de la fe comprende
central y llenaba hasta los tinglados. En la bahía, muy cerca del muelle principal, el barco destinado á la expedición se preparaba para
Como
marchar. Ya estaban á su bordo, desparramados por la bodega y los pisos inferiores, los
infelices destinados al destierro. por silbó
consu
hélice
doble,
Luego el va-
enorme
bocina,
monstruosa,
que
. taban varias calderas,
y empezó
que alimenagitar su arremolinaba
las aguas á su alrededor, mientras: las chimeneas lanzaban al aire frío bocanadas de humo ardiente....
A
Es algo parecido á las profundas Serenidades de esos puros días En cuyas horas, para amar fecundas, Vienen al corazón cosas oriundas De regiones de ensueño y de poesía....
La multitud, ensimismada, miraba aquélla otra muchedumbre que salía á la proscripción voluntária, impulsada por la violenta necesidad de vivir; y los que quedaban compren-
dían demasiado que aquéllos
otra suerte,
aspirando á- otra
la inercia y
la
suelo propio.
miseria
que
.salían buscando
vida,
fuera de
imperaban
en
el
Sentían la angustia del porvenir
que les amenazaba, la acercaba, sé propagaba,
Y á un no sé donde radiador, asciende
De ternura y pasión y sentimiento!
Fanático de tí como de un rito, Soy á tu lado místico creyente qee en los altares de tu amor bendito ontemplo arrodillado el infinito, Como yo, venturoso y reverente! A tu lado soy más! Más que no alcanza Mi torpe labio á balbucir siquiera Soy una estrella que al cenit avanza ; Una vida exhalando venbturanza.... Un ser que adora y una fé que espera! —
zosk DR J. ESTEVES.
misma ruina que se se contaminaba, por
silbaba,
saliendo,
de los blancos lirtos....
A tu lado mi vida se dilata Y se vuelve oración mi pensamiento, Y el raudal de mis sueños se desata En una .vibradora catarata
el abandono y la incuria de los que podían evitarlo, adelantando dinero para reparar el destrozo causado por el huracan devastador. Y el vapor
el aroma
ELLOS TAMBIÉN!...
triunfador,
vencedor de la miseria, llevando en sus entrañas la porción de un país, la sangre de una raza que fecundizaba antes el suelo de sus mayores, regándolo, fertilizandolo, imbuyendo la
Si bien es verdad que has sido
vida en la tierra, que á su vez la devolvía pródi-
Causa
ganento;
Si bien es verdad burlaste
silbaba
la nave,
arrastrando
en su
odega á la triste,la pobre caravana anémica, los pálidos proscritoes que llevaban consigo su actividad, inapicable en la tierra natal, su sudor, allí infructífero, toda la savia de su vida,
para emplearla
Mis esperanzas y ensueños,
Dando en pago á mi cariño Ingratitud
allá fuera, en el cultivo de ,
humano
porla táragá
que
les
llegaba,
fatal de la miseria ... ALBERTO MARIN
.
y desprecio:
¿Al razonar friamente,
otras tierras, poblando otros paísas, que florecerían, que germinarían, ayudados porel contingente
de mis sufrimientos:
Que no eres sola, comprendo, Responsable de la muerte
empujado
Que á mi corazón le dieron!
MARIEN.
¡Ayudantes necesita Para ejecutar al reo, El verdugo!.... ¿>
Los amigos,
¡Los Júdas que me vendieron! Cómo me arrulla tu mirada ardiente! Cómo en mi vida la pasión derrama!.... - Oh! nunca el labio, trémulo y gimiente
Los que en la tragedia horrible Oficiaron de instrumentos: Esos, á quienes perdono, Como á tí, coautores fueron _ Aun mas que tú criminales - Puesto que se complacieron En inspirarme esperanzas,
Podrá expresar cuánto mi pecho siente,
Cuánte mi dócil corazón te ama!
Lo que á tu lado, mío bien, concibo, ¡Lo que tu amor en mi existir provoca ¡Cuando las mieles de tu alma libo,
No
lo puedo hacer frase cuando escribo
En dorar aun más mis stieños,
¡Ni darle cuna fiel puede mi boca....
Es algo á que es preciso otra lenguaje ¿De más vehementes y armoniosos 4 re
Algo reclamador de su O 4
ed
»
aje
En notas de aves-novias
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po :
en las harpas de amor de tus suspiros ! “
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Para llevarme al banquillo Vendado como los reous!¡No eres tu sola culpable:
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Mucho más lo han sido ““ellos””!.... O E
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EL CARNAVAL
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EN EL aiii MANICOMIO, '
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Entre las festividades de vo en Saa Juan, ninguna mas mención en l Asilo la prensa ¿ de E que la
Pp hel 16 de Ruero ,
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año nuedigna de d que tuvo1
UN .
,
se dió el espectáculo de un gran
Solo sabemos que todo indicaba que los locos gozaban gozaban. . Esta magia de. la música la muestra Canadá.
nati-
virtieron la visita de una culebra enorme.
muy principales de la ciudad
una Pp roja llama trémula.q
ee que
de : dacapital.
En los bailes de los cuerdos
tronchado,
y la ia
no he-
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De él eaticinos d£ ¿ae
y 0b-
y
convierte
la
y como
y
el
suplipl
de la teiredia
res sin nombre, sembrada de enigmas;|. bajo la grande, perenne, inquebrantable
indiferencia del cieló
,
implacablemente la excelsa nobleza de la divina
flauta!”
humana, z rodeada de abismos, , poblada de clamores, atormentada por la ola de dolo-
ble miseria del extravío mental que rompe maravillosa,
la antigua
cante tras el indio de la flauta silvestre. | 4 ]: Sin duda, ese bailede los locos, or-|. lleno de urformal, bullicioso, denado, es un baile trágico. banidad y regocijo,
servando mejor se palpaba en las mane; , ras, en los trajes, en los rostros, la terri-
creación
como
extremo de seguir sumisa
de razon, gimiese bajo el espancareciese toso infortunio de la muerte incompleta. Era necesario observar mejor;
corto
te furiosa se embriagó y dulcificó hasta
baile,
be del
un
: En esta flauta silvestre entonó |.: unaire rústico, un canto de la8 chozas y | de los bosques en cuyo hechizo la serpien=|.
romana.
ección superficial, de con junto, de vista ájaro ch daba al eb denuncia de + pájaro, que toda aquella masa humana entregada al movimiento
gía Al punto,
del peligro,en adonde sin, tardanea trayendo la manoregresó un cañuto recien] 1:
mos visto mas orden, mas concierto, mas normal y constante compostura. La ins-
:
Bajo una choza de palmas,
vos y viajeros se encontraban cuando ad-
Era 5 lo primero que interrogaba en la impresión | ; recogida por el observador sorprendido.
]
EA De | de la vida
automática
indígena abandonó corriendo el rancho!
concarrbacil
. Pero es deó locos este báile?E
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anteriór?
locos balzalas casitres trescientos huata lan sei, 414 via
resplandecía dy la belleza turbadora ;
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a A rollo de su cuerpo henchido de furor, y campaneaba la lengua que ful como
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en un patio hermosísimo dividido de amplios y prolongados corredores por verdaderos muros : de lozanas trepadoras, , : doscientos,
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la | Chateanbriand en el relato de un viaje al
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E eh torno 4 un vasto kiosco florecido
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iined a una prolongación
najenados en
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estatua
dotada del gesto sublime,
en
Al sabio alienista Dr. Francisco Gos
muñeco dislocado, horripilante, solo capaz de la mueca grotesca ó del éxtasis
naga debemos el interés de este espec= táculo, del que por primera vez somos!
hipocrático.
testigos.
a
E
Aquellos locos bailaban cual si no fuesen locos. Se entregaban al requiebro y á la galantería con el sano entusiasmo que produce el contacto de los sexos en las efusiones de la vida social. Se
instituto, dirigido por él hacel 3 años, ha hecho inmensos progresos; y! |. hoy alcanza un grado tal de adelanto quel | puede parangonarse con los que de sul |. género existen en los paises más civiliz q
reín, se feían
zados.
aquellos
locos con
la
El
risa
trágica de la sensibilidad inconsciente. De todos modos, parecía un hecho que los locos gozaban, gozaban. En aquel extraño baile de locos, yo admiraba sobre todo el poder y el triunfo del ritmo, prevaleciente como si solo la facultad del ritmo
subsistiese intacta
en el naufragio mental. Los locos bailaban con un compás irreprochable. Sujetos al rítmico mandato de la música, parecían obedecer éspontáneamente á
una grata disciplina,
parecían
tener la
La vida benemérita del Dr. Goern » .ha culminado en esta empresa que a par enaltecen la ciencia y la piedad. En la dirección del Manicomio, él hal prestado incalculables serviciosá Puert Rico y á la humanidad. dd ,
Los locos, sus locos, lo conocen
ANIBAL LATINO.
| A
aman. Cuando hemos visto este he: ho E hemos comprendido á Goenaga comú hombre y como sabio; y lo hemos : de rado! y
|
A A
7 EN ;
A
EL CARNAVAL. biado el mundo. A veces marchamos muy de prisa y hacemos de la ciencia un
«cáos, del arte una degradación, de las letras una prostituta, de la industria una codicia, de la política un envilecimiento de las ideas, de los sentimientos, de las costumbres un mercado. Nos vamos haciendo viejos, los nervios se debilitan, la razón mengua, las ilusiones se tronchan, los amores á todo lo grande y bello de la tierra se petrifican y el año nace y el año muere,
en la inmensidad
del tiempo,
sin
principio, ni fin. S. DALMAU
|
AÑO NUEVO.
Él.
El lector sabe probablemente
A,
a NS
” mosa niña! Y siendo hermosa, gente y buena, ¡qué
lo que
Elaño es como el crepúsculo
n hermoso día, nace sonriente, undo lo saluda; tiene caricias ¡chacha y tempestades
de
de
todo el de mu-
tormenta,
por-
¡que, el año es el tiempo, que un poeta Hatino definió sin principio ni fin, porque
Bl tiempo 2ampieza.
ia
gran
jamás acaba,
el tiempo
jamás
Es laeternidad que vaga como
nebulosa,
en vertiginoso
movi-
y niento sobre las edades de la Historia. ¡Un año que empieza, un año que caba; tuna esperanza, que nace, una ilu-
: P ión que muere! Todo . | 'vida del hombre, en 4 lésarrollo en el tiempo;
tiene sus edades: relación con su la vida de la soNi iedad humana, considerada como un so' : la hombre; la vida de la humanidad, reió 5
E
Ibresentada
par
los
siglos,
obre Mimí! Tenía quince años. ¡Qué hermosa edad y qué her-
(DAN DN
s un año, pero acaso no haya meditado a importancia que en la vida moral y material como en la vida del planeta, repre-
enta.
CANET.
durante
los
cuales se desenyuelve con arreglo á una
esperanzas le ofrecía la vida!
Pues aquellas esperanzas, aquella hermosura, aquella
inteligencia, aquel alma cultivada como las flores de lujo para adorno de los salones, aquel cuerpecito cuidado como estatua de alabastro para gala de un museo, to-
do cayó para siempre en cinco dí»ss de mortal dolencia, en cinco noches de febril angustia, en unas horas de fatigosa agonía. ¡ Crueles amores los amores
de
la muerte!
Los ángeles aman á sus elegidos para guardarlos; los hombres aman á sus adorador para respetarlas; la muerte ama á sus escogidos para devorarlos; sus besos muerden, y sus abrazos ahogan.
E
,
¿Porqué se llevará 4 los que todavía .no han vivido? Córtense las rosas que han abierto y esparcido ya su simiente por la tierra;
pe-
muchas
la
ro es bárbaro despojo el de matar de generaciones,
y además
un lotes
la raiz
de
planta. Eso hizo la muerte: al matar á la niña, mató á la mujer y mató á su madre, dejándole, para mayor crueldad, un alma ta en un cuerpo vivo.
muer-
Ni
ER AR
0 10 Mr
dl
idea ó principio general. Y Nos afanamos para que la civilizaión contemporánea, conducida por la riencia nos abra el templo divino de la fecidad; ahondamos en el arte, en las
intelibellas
ciencias, en la literatura, en la industria, «política; ¡niiciamos, formamos y ral
mamos
los hechos
y las
cosas
“sin descanso, sin dar tiempoal tiempo.
Nuestra imaginación es un volcan preñagrandes empresas, nuestra intelicia un
sublime arquitecto que ha cam-
Cuando murió Mimí, su madre no lloró. uedóse de pié junto al lecho, con la. mirada ja, la cabeza inmóvil, las manos en eruz, la figura rígida, impasible como si-á ella hubiera pasado la insensibilidad del cadáver de su hija. El dolor tomó la forma magna, la expresión más terrible de los dolores que, no eabiendo en el corazón humano, se extienden al cerebro: la locura. Y la locura tomó á su vez la dirección más Ps la del suicidio. No era su demencia la furia descompuesta
que grita, acomete y maltrata;no 'era tampoco la demencia opaca que embrutece
el enten-
ui
-
EL
CARNAVAL
7137 AAA
dimiento y le priva de relación
con
el mundo
externo; era la locura serena, dulce, diáfana, que no obscurece el discernimiento ni apaga el discurso, sino que lo tuerce suavemente, llevándole á buscar en un mal el bien único y el consuelo definitivo.
—La
muerte—decía
la desventurada—se
ha llevado á mi amor, á mi compañerita; quiero ircon la muerte para estar con mi hija. Y
señales de poca fe y de menosprecio
Y decidió suicidarse sin ocultar á nadie su propósito, sin desesperaciones borrascosas, sin
se desea una felicidad para los que gracia.
vida.
sin
exaltación
del
dolor,
Debemos desear
vigilancia
constante,
con
la
cual
á la otra
la muerte como mueren
en
—Padre, yo no soy pecadora. ¿Por qué, pues, se me quiere privar de esa felicidad?
Ni
Sus parientes y amigos ejercierón cerca
de ella una
¿Quedó
convencida
y
sosegada
la
pobre
estorbaron las primeras tentativas de suicidio. Pero persuadidos de que una vez ú otra habría
á esa conferencia,
de realizarlo, y como su estado no fuera tal que se le pudiese encerrar en el manicomio, resolvieron acudir á tratamientos suaves. La
tentó suicidarse paara reunirse con su hija.
reflexión
la
vencería;
la razón
llama
madre?
Al contrario: en la noche Dolores
¿Qué
vale la elocuencia
si
no
convence
á los
rebeldes? ¿Qué es la ciencia si no sabe iluminar los cerebros apagados? Y fueron traidos dos doctores de talento modestos parientes y amigos ces de emprender, licidad.
y menos
de
se creín incapaacabar
con
fe-
Un sacerdote de tanta doctrina como práctica en su ministerio espiritual, doctor de almas, fué el llamado primeramente á consolar aquella aflicción y volver al camino derecho á la extraviada Dolores, que éste era el nombre de la madre de Mimí.
—Hija mía—le dijo con dulce
gravedad ;—
Dios nuestro Señor pone en la tierra al hombre para llevárselo cnando plazca á su soberana voluntad. Nadie se substrae al cumplimiento de ese decreto inmutable como todos
los de la sabia Providencia. —Lo sé, padre, lo sé. Tanto lo sé, que, Jejos de sustraerme, quiero cumplir nado para los mortales.
ya
lo
orde-
—Eso que le parece obediencia es rebeldía y desacato. Solo á Dios toca señalar nuestra desobedece quien
dilatarla, como quien quiere anticiparla.
quiere
—¿Pues por qué ha anticipado la muerte de mi hija? ¡Era tan joven! Y Dios cria á los niños para la vida.
—No podemos pedirle cuenta de sus altos designios. El puede pedírnoslas á nosotros, sus siervos;
El es
criador
om-
nipotente, matador irresponsable; nosotros somos barro ruin, criaturas imperfectas.
—¿Impertfectas, siendo obra de Dios? No, padre, no; le ofende usted más que yo. Mi hija sí parecía obra suya. ¡Era tan hermosa! —Pues
por eso quiere sacar pronto
valle de lágrimas á sus predilectos.
de este
Sólo Él
sabe los pesares y las miserias que le ha evita-
do.
Sólo Él conoce la gloria y la felicidad á
que la ha ascendido.
veces,
Al sabio sacerdote, maestro de consualos espirituales, siguió otro sabio, maestro de dolencias físicas, un médico reputado por notable conocedor de desequilibrios del cerebro.
—Amiga mía—dijo á Dolores,—es justa su aflicción. No es posible, ni, aun siéndolo, fuera conveniente excluirse de los impulsos
de la
Naturaleza. Ella nos pee á amar, porque el amor conyugal y el de los padres son fuente de la especie
humana,
y
sería
indigno de ella quien no se afligiera y conturbara cuando ve truncado violentamente ese
Ni
porque somos
varias
NM
y conservación
ora final, y tanto le
siguió
Esperó hasta el amanecer, y á esa hora in-
á la
¿Para qué sirve el entendimiento si no se hace entender de los que le tienen perturbado?
gritó
que
pidiendo á la muerte que le devolviera á Mimí.
razón.
famoso y venerados como infalibles, para que dieran cima á aquella labor intelectual que los
il
á Dios cuando se nos
vida mejor.
como si se tratara del paso mas natural y propio de las circunstancias. Esta indiscreción de la locura, le salvó la
'
gracias hay que dirigir
lleva un sér bien amado. Con alegrías y cánticos hay que rodear su sepulcro, puerta del cielo, en vez de cubrirlo de lágrimas que son
sila muerte no viene por mí, yo iré á ella. quejas de la suerte,
!
conviene más á sus hijos. Cuando los mata. los-mejora. ¿Nos desesperaríamos porque nos trasportaran desde un establo asqueroso á un paraíso eterno? En vez de quejas, alabanzas
Sólo Él discierne
lo que
'
amor, algo que forma parte de nuestra vida. |j Sólo la materia inorgánica sufre sin dolor las
amputaciones. Es justo también el llanto, y además tan necesario tomo la evacuación de
la sangre para resolver las congestiones. Las | congestiones del dolor son mortales, bien que maten con muerte lenta. —No quiero llorar: ¿para qué, si voy. á reunirme con mi hija? ”
—Pues solamente quedándose aquí, en la tierra, la verá usted: porque en la tierra está,
y de allí no pasará
ni pasaremos nunca.
El
mundo no es tránsito ni camino para ningún lugar desconocido. Es una calle sin salida. Todo cuanto hay vivo ó soterrado en el globo terráqueo permanece en el á perpetuidad, con transformaciones sucesivas. Nadie ha traspa-. sado, ni traspasará, el límite cerrado de la at mósfera, la cual, con ser de gases y fluidos': impalpables, tiene mas fuerza que si fuese d bronce para contenernos.
+
—Pues mi hija sí la ha traspasado; han llevado, y muy
lejos,
se 1
rque ni la encuen;
tro, ni me oye cuando la llamo á gritos. donde está la mitad de ella. La vi tendida; inmóvil. Pero la que antes me miraba, la qu siempre detrás de mí, ésa se ha ido:
me hablaba,
la que me besaba, la que
¿adónde
andab:
Adonde sea:
allí quiero ir tamblén;
¡allí!
—Acabaría usted como ella*y no iría co ella. Se pararía usted y.... nada mas, que andaba y hablaba era un organismo com el de todo sér animado. Conozco el mecani
mo pieza por pieza y rueda por ruda,
relojero conoce el reloj.
cuerpo humano.
Y no
otra
como
cosa
es
El engranaje de sus rued:
+.
EL CARNAVAL la elasticidad de sus muelles, el equilibrio de sús compensadores y la ponderación de sus fuerzas, dan por resultante el movimiento. El reloj anda y suena como un sér vivo: por él pasa la vida cón sus minutos, sus horas y sus días, hasta que en uno de ellos se para, por rotura ó desnivelación
aquel aparato perfecto, dad vital,
ó
desgaste,
y
de
imitación de la activi-
quedan unos pedazos de hierro inú-
til que la herrumbre roedora convertirá en polvo verdinegro.* De igual manera, tarde Ó temprano, y á veces por péqueña desnivelación de sus Órganos debilísimos, acaba esa complicada maquinilla de carne, huesos, músculos y nervios que llamamos individuo. Lo impórtante, lo eterno es la especie.
Í
:
—Señor
doctor,
no
soy una
excepción
de
la miseria humana, ¿Por qué, pues, ni para qué merece conservarse esta mi vida, que valiendo tan poco me pesa tanto, y cansándome mucho no me lleva á ninguna parte?
Ni Dolores tenía otra hijita pequeña, tan pequeñía que todavía no hablaba, sino balbucía <on la media lengua infantil, que es como el Po
Ma los pajarillos : solo lo entienden sus pa, que le llevan el alimento en el pico.
58
La desdichada niña, huérfana de padre y casi huérfana de madre, porque no puede en r decirse que viviera, estaba separada de Mer a
no te nesesita—continuó la peque-
bie co los angueles. deré co tanta mi alma?
gete
La madre,
a, educándose en un colegio, desde la muer-
te de su hermana. Erale permitido pasar en su casa algunas horas de ios dias festivos, no muchas y muy frecuentemente, porque la presencia de
la hija
i viva exasperaba el recuerdo de la muerta y el
se etenderá
Pero yo, ¿como me etenque no
es mi
madecita
estremecido todo su sér,
de
sintió
en la garganta la vibración rápida de los sollozos, que son á la vez ahogo y desahogo del
pecho oprimido, Siguióse una respiración tal cual sería la del endemoniado que arrojase el demonio
fuera
del
con alboroto, como rompe su cárcel. Dolores
¿Quedó convencida y sosegada la extraviada madre? Al contrario: horas después de aquella lección de fisiología desencantadora, Dolores intentó de nuevo el suicidio para acompañar á su hija.
PNTE
—Mimí
ña.—Como sabe hhablá mu claro,
cuerpo,
y rompió á llorar
borbotonea la fuente que
La niña se apartó plosión
Ni
aaa
cita que le hablaba de su Mimí, Dolores ya vió y escuchó. —Pero si no me levas—prosiguió la niña— ¿que voy ú hacé solita aquí? Ya ve, yo no'sabo habla claro. Site va, ¿quién me entenderá cuando tega hambe? Dolores atendía cada vez con mas intensidad.
la recogió
asustada de
con
amor
aquella ex-
infinito; la
mojó con sus lágrimas y la lastimó con sus be-
sos exclamando á voces : —¡ Mimí ha resucitado, ha resucitado!
Co-
mo vuelve de la nada, viene mas pequeña. Ella crecerá, como ereció la otra. Lo resucitado fué la razón de la madre. Aquella lengúuecilla ignorante rasgó tiernamente la obstrucción de su cerebro, aleanzando en dos
minutos lo
que no pudieron
con
sus sendos discursos ni el doctor espiritualista ni el doctor materialista. Dolores quedó consolada y convencida de la necesidad, de la obligación y del placer de seguir viviendo. a Y es que un sentimiento convence mejor que cien razones. EUGIANIO SELLES.
LA PALMA REAL,
O
sufrimiento de la madre.
.!
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E E
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I
0
1, Cierta mañana la niña visitó su casa en ocasión poco propicia á besos y cariños. Dolores trató de suicidarse casi á la vista de su 2 sl Para tranquilizarla con una explicación de aquel suceso que ella no comprendía, los parientes le dijeron que Dolores quería irse
con Mimí. La niña
Un trono le ofrendó Naturaleza en los glancos matices del follaje, y, al moverle la brisa su ramaje,
un símbolo parece de grandeza.
poniéndolos á veces á hurtadillas en su madre, y apartandolos utras veces, teme-
permanecía en pié, con los ojos
Del ciclón no le espanta la fiereza; el bosque le tributa vasallaje,
rosa de encontrarse con aquella mirada pro-
funda, fija en el coge Mes si intentara penetrar lo eseondido debajo de él.
y es un tinte gallardo que al paisaje ha ceñido el pincel de la belleza.
y Morosos,
"¡Dolores cambió una vez inconseientemente el rumbo de su
bre la niña.
mirada,
que
fué á caer so-
La cual, tomando por invitación
á las caricias lo que era impulso mecánico, adelantó dos pasos, y
puramente abrazada á
las rodillas de su madre le dijo: -— —Madecita, me han dicho que queres ite con Mimí. ¿Po qué me lejas paaa ite con ela? ¿La queres mas queá mí? Si me levas, bueno: nos :idemos jun la do..
Sintiendo el rumonrillo de aquella lengúe-
* Saludando á Jesús, es tan sublime que del cielo parece descendida
cual angel que de penas nos redime. Y, al dar al pobre rústica guarida, un sello de bondad al mundo imprime
y ¡arranca sinsabores á la vida!
MARIANO RIERAPALMER.
4
EL CARNAVAL recibir el representante general en la isla don
a Vidal. B. Sanjurjo literaria como la artística, Tanto la hacen honor á la casa editorial. Por el trabajo que reprodicimos en este múmero, debidoá la pluma de don Eugenio
a PUNTOS LITERARIOS. GIFREDO.—San Juan. que mal empieza el año para usted. n toda la composición no hay nada
ta literario.
que
Esas aventuras de “Noche buena” no merecen los honores de una descripción tan larga...-'y tan mal escrita.
ROMANCERO.—Mauyagúez.
Rico hasta pasar las fiestas de Carnaval.
¿Que entiende usted por verso libre ? Estudie y no se incomode.
Clara
tinguida colaboradora dé EL CARNAV
deseamos grata permanencia en San Juan.
pero
La aplaudida compañía cómico-lírica, que ha hecho en todos'estos dias la delicia de la
Juan.
es que no publicamos
culta
noche
que no nos me-
queños.
flojos.
J. L. de A.—Arecibo.
la lealtad
LUCERO.—Quebradilias. A usted le decimos todo lo: contrario. Sentimos no poderle decir lo mismo.
+ A VUELA PLUMA.<
sus elogios.
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de uno de nuestros más ¡notables colaborado-
nos con su colaboración.
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para
“Los apareci-
El artículo “En el Manicomio” qe publi-* camos en este número, €s, debido á la pluma
Agradecidos y esperamos siga honrándo-
trascendencia,
anuncia
capiteleña,
“Chateaux pa
: ie” El público sabrá como siempre premiarlos: esfuersos de los jóvenes artistas puertorri-|
temos en cuestiones de enamorados.
Lo mismo
sociedad
- dos” y “La marcha de
dicho mil veces
negocios
artística
Unión
Más vale que se deje de eso.
Son
Aurora
disHemos tenido el gusto de saludarALá esta á quien
UNA PUERTORRIQUEÑA.—Ponce.
Ya hemos
subsanado
- En el número anterior dábamos cuenta de haber llegado á Puerto Rico procedente de No.es San Tomas. la Srta. Antonia Gimenez. Antonia sino Anita la simpática joven que tuvimos el gusto de conocer la semana anterior en el vecino pueblo de Bayamón. La Srta. Gimenez permanecerá en Puerto
RODOLFO.—Ponce,
Por “simplicios” $US Versos. X. X.—Lajas.
la
apreciar
lectoras
desde el punto de vis-
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Error
Si será mala
SIMPLICIO.—San
nuestras
importancia de la obra,
pueda utilizarse.
Yo no digo que la obra sea buena; siempre resultará mejor que la crítica.
pueden
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