EL
CARNAVAL REVISTA DE LITERATURA Y ARTES
Dedicada E D UC
Á D
A
LA
al
DIRECTOR
MUJER Y HAREIS
JoAqQuin
PUEBLOS” LIBRES
Bello
Sexo.
Y ADMINISTRADOR.
E.
SUSCRIPCION:
BARREIRO.
Un mes...25cs.
LL
As
OFICINAS:
Untrimestre70 “
SAN
FRANCISCO
95.
Num. suelto
7
.“
Entered December 19, 1902, at San Juan, P. R. as second-class matter, under Act. of Congress of March 3, 1879.
SAN JUAN, PUERTO
|
Núm. 16.
BLEU.
+34
K
A
Yeune belle! il est un oiseau
STELLINA.
dont la voix pure,
Au mystére des nuits préte un charme vainqeur,.. Mais plus doux que le chantre ailésous la verdure,
O vierge ! est 'oiseau bleu qui chante dans ton coeur!.. GABRIEL MONAVON.
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8 1904.
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EL
CARNAVAL
BESOS
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como el de darse la mano,
todo el atractivo de lo difícil y proMibldO-
y E
os pasajeros abandonaron el come-
dor, y quedamos en la sala del “Chile”. los cuatro amigos de la misma mesa; siguiendo, entre las É aspiraciones del humo de los cigacadenciosamente
mecida
charla,
nuestra
del café,
rros y los sorbos
del barco,
suaves
or los tambos
En el salón contigun, Alicia, la lin-
da limefñia—euya vivacidad
adora-
ble, en la gracia ingenua de sus diez y ocho años, alegraba la monotonía del viaje—tocaba en el piano un “lied” de Mendelssonhn.
Estábamos
á la altura
de Arica.
Al tra-
vés de las ventanas aparecía, distante, el puer-
to cautivo. Su caserío se apiñaba sobre la cordillera costeña, cuya absoluta aridez, desde el comienzo del litoral peruano, se rompía ahora
con
frescos
cuadros
de
verdura.
Del
otro lado, la vista dilatábase por la planicie marina, de trepidaciones lentas y largas, sobre
la cual un sol gozoso, en el cenit dardeaba su luz rubia. En los flancos del vapor, el manso oleaje de la rada tenía sonoridades dulces.
Y comose
hablara
de las mujeres
de Li-
ma, Antonio, el joven santiaguino, que venía de concluir en un colegio de New Yor sus es-
tudios de ingeniero electricista, exclamó:
—SÍ, convengo en que son encantadoras;
pero pierden mucho cuando se las compara con las norteamericanas.... A pesar de mi profesión no soy,
en lo
general,
ese buén país yankee.
partidario
Me abruman—á
de
mí, la-
tino por esencia—sus maquinarias, sus ¡enc tes, sus edificios, -sus diarios, sus *“réclumes””
—Tiene razón, don Carlos,—dHHo s dez, el emigrado venezolano.—Además, agregó palideciendo,
tales besos
serían
profanadores
para quienes saben que los hay mortales. Y como
si hablara consigo mismo,
sorda y trémula,
en una
continuó diciendo: —Yo amaba aquella
evocación
niña
con voz
dolorosa,
con
todo
el en-
tusiasmo y toda la generosidad de mis veinte y cinco años. La amaba por su belleza aristocrática, por su inocencia absoluta, por su tem-
peramento
nervioso,
hondamente
sugestivo,
que la sumergía amenudo en tristezas inconscientes y avasalladoras. . Sobre su existencia en ¡flor agitaba sus
alas tenebrosas una aneurisma cardíaca.
enfermedad trágica: un Tarde ó temprano, no lo
ignoraba, la fulminaría ; pero ésto, en lugar de
aminorar mi
cariño
lo acrecentaba,
y
hacía-
me amarla con más ternura pues á cada instante me asaltaba el temor de que, por cual-
quier
conmoción
ruda
estallara
el terrible
mal.... Una noche, noche del trópico, esplendorosamente serena, suavemente tibia, fragante
con todo los perfumes
traídos
por
el viento
desde las grandes selvas, quedamos solos 108 dos en el balcón de su casa. La anciana ma-
dre leía en el salón cercano. En lo alto flotaba la luna, solitaria y radiante en el inmenso azul.
Lejos, el océano tenía
tinte de plata. sas vecinas, vida.
y
en sus
aguas
un
Y en torno nuestro,
en las ca-
abajo,
dormia
en
la calle,
la
Mi novia Elisa, vestía de blanco. Sus cabellos negros, recogidos sobre la cabeza, temblaban al soplo fugitivo de la brisa, circuyén-
toda sús creaciones enormes y desproporcionadas : ellaseyidencian un dón especial para lo
dole la palidéz de la frente como
inarmónico,
luna, bajo el casco azabachado de sus cabellos, en su vestiuo blanco, ella, tan linda, estaba maravillosa; parecíame colocada allí para una apoteosis. * Nos encontrábamos muy juntos; nuestros hombros se rozaban, nuestras manos se opri-
para
lo
inartístico.
Pero, “en
cambio, poseen algo de que guarda mi
espíri-
tu un
recuerdo
muje-
rayos
luminosos
imborrable.
¡Ah,
sus
He besado más bocas virginales que está
derramando
el sol en'el
mar. ¡En este ejercicio adquirí conocimientos rofundos; y, como des Esseintes en la del perume, soy un
maestro
en
la complicada
cien-
cia del beso. En ella reside el placer perfecto, por lo mismo que no se llega jamás á la sociedad del goce total, con su corolario de hastío. Y no creo nada tan delicioso como esos “flirts” —inofensivas farsas amorosas—en que ejecutáis, pianista hábil, músicas exquisitas sobre el teclado vibrante
de una boca propicia,
y aromada cual cereza madura!.... don
—No
estamos
Carlos,
de
acuerdo,
diplomático
roja
mían y nuestras
Y al resplandor
miradas
un raro nim-
cándido de la
cruzábanse, carga-
das de reflejos húmedos. Fúé aquel un momento de embriaguéz, de locura, de delirio pasional, en que los labios callaban y las pupilas se decían cosas secretas y divinas. Y repenti.namente, sin que ella,
tencia
alguna,
fascinada, hiciera resis-
la atraje,
mis brazos, y nuestras
en un beso, el primero,
la aprisioné
bocas
entre
se confundieron
largo, sordo, queman-
te, supremo!
Antonio—dijo
ecuatoriano.—Las
muchachas norteamericanas,
bo de sombra.
con su educación
¡Supremo, sí, pero fatal! Porque de pronto la sentí estremecerse violentamente; con un movimiento brusco separó del mío su
y sus costumbres me producen el efecto de las “semi vírgenes.” ¡Dar los labios al primer conocido con la impúdica facilidad de una
rostro,
cortesana vulgar!
un leve soplo surgió de su boca, serenáronse sus facciones. .......y gravitó entre mis brazos
Eso
será
agradable. pará
los galanteadores de oficio; pero es desilncio-
nador para el amante sincero.
Eso es la pros-
titución, la vulgarización del beso, convertido
así en un
acto
tan
estúpidamente
maquinal
lívido,
desencajado,
y
sus
ojos,
easi
fnera de sus órbitas, expresaron no sé qué atroz martirio, qué infinita angustia. ' Luego,
inerte,
pálida,
espantosamente
rígida
como
__EL CARNAVAL.
0058
¡de “pocker”-—dijo un sirviente; asomando su eara afeitada en la ventana. Los cuatro-amigos nos levantamos pensativos:
Hernández
conmovido
aún por su na-
rración, los demás perdidos en brumas de nos-
to' rias. Al salir, una onda de música, percut., “agre en nuestros oídos. Alicia atacaba l ..archa nupcial de “Lohengrin”, y Antonio,
en quien no perduraba ninguña impresión, me dijo quedo, confidencialmente: —Es una suerte que ella no haya escucha-
do á Hernández, para
esta
porque
noche,
de
que
la comida,
en
nuestro paseo por la cubierta, tiene prometido
un beso! pario HERRERA.
IHAIS
(Quién adora los árboles más ?
imagínese
despúes
—No en vano, si me acerco á su ribera Celoso, el mar,
parece ' que se abulta
Y encréspase con rabia y vocifera DEL
INGLES.
DE
ALICE
MAY
DOUGLAS.
Como
un rival que á su rival insulta.—
Qué linda es Cuba!... Reunidas se hallan las cuatro estaciones oyendo de un ángel la armónica voz,
que así les pregunta:
¿quién siente de ustedes
por todos los árboles afecto mayor?
Ofrecen tal conjunto de hermósura, Tan
-
vário y brillantísimo tesoro,
Que yo exclamé orgulloso cierto día :
Y la Primavera con voz argentina responde al instante: yo los quiero más, pues todas.sus ramas las cubro con hojas,
con hojas lustrosas más verdes que el mar. Pues yo—satisfecho
sus feraces campos
Como inmensas alfombras de verdura, Que Febo dora con ardientes lampos,
contesta el verano—
¡ Esta tierra y la mid, Las hizo el cielo de esmeralda y oro! Patria de los altivos siboneyes, Aquella raza noble y sin mancilla, Y gobernada por divinas leyes,
con flores fragantes de vivo matíz
Que en su existencia plácida y sencilla
adorno su traje magnífico, espléndido, y gozo mirando sus gracias lucir.
Buenos y libres, de su patria reyes,
Y dice el Otoño con voz inspirada: yo soy quien adora los árboles más;
pues prendo en sus ramas que el mundo
codicia
las
MANUEL
sellara en sus
frentes el-progreso.
frutas sabrosas
N. YORDAN.
Perla. Y
es tan hermosa!
Conjunto de criolla y sevillana, Si no es diosa-mujer es mujer-diosa Hecha
:
de amor y fuego,'la cubana.
Cuando se expresa, súu inflexión es canto De mágica
dulzura, tal parece
La voz de un angel de hechicero encanto Que-animo al corazón y lo enternece. Hay en su faz alegre, iluminada, Divina gentileza;
Hay tanto en el decir de su.mirada, Es tan subyugadora
>
(AMOR
Que
y anhela alcanzar.
Entonces se escucha la voz del Invierno que canta por ellos sentida canción, mostrando que nadie como él los adora, pues paz les otrece, descanso y amor.
La
Excentos de la;horca y la cuchilla;
Surgieron á la luz, al dulce beso
su
franqueza,
Que el hombre, al contemplarla, perturbado,
BESOS.)
Bendice y santifica
y
La augusta causa del primer pecado. “¡Oh!
bella y blanca.” García CISNEROS.
(FRAGMENTO.)
Yo soy de Cuba
amante....
ayer, cansado
De sufrir y luchar con mi destino, Allí toqué, viajero abandonado En un ' bello recodo del camino. Y yo vivo de Cuba enamorado, Y al verla en ruda lucha con su
sino,
Como es Cuba la musa que me inspira A Cuba
irán las notas
dé mi lira.
Alguien dice, y se explica, Que Dios, entusiasmado, A Cierto dia, vehemente, de.improviso, Unico ser que con palabras crea
Dijo inspirado: ¡sea! Y seguido fué Cuba el Paraiso. Si esta noticia que parecevana - Es tal como se pinta
'
Yo puedo asegurar, “de buena tinta”, Que Eva
era cubana!
|
TOMAS: CARRION.
|
EL CARNAVAL
NEGOCIO.
HE
——I
>
LK
(FRAGMENTO
activar
para
do auxilio
preparativos con
los
un refuerzo de manos
hábiles.
jar, se entusiasmaban
con
chas de buen
ellas fueran las novias.
Celina, vacilando ante
daba, detúvose
—No
Eran mucha-
puedo,
una
perpleja.
no
puedo
jo de la cual debía
si
como
la
Eran detalles
sinembargo,
de
baño de espuma.
No cosía;
en cuando apretaban sus dillo, ó prendía alfileres sueltos de algún patrón. dolo todo con alelamiento nó tuviera conciencia de
apenas
Despues,
vez en cuando cadeneta de
un
montón
de
entredoses
y
bordadas,
tábase de una bata
de
seda y
Tra-
como los boto-
nes eran de hueso creyó mejor envolverlos en la misma tela. Ocupábase en ello con afán de buena amiga deseosa de complacer, lucien-
do de paso habilidades Vefasela allí herniosa, nimbos
de
salud
y
de
mujer hacendosa.
arrogante, envuelta en
fortaleza.
aunque ociosa, prometía
Su
juventud,
amor, mucho amor,
reforzado por el cautiverio de instintos que la : p a viudéz le imponía.
con un trozo de esteari-
ojillos
diminutos
y
firme tejido.
mo, quitábase
el
aparato
de
los repulgos, y,
en su lugar, atornillábase aquella pieza suplementaria.
“carré” O. A.
tiras
untada
con cautela en la factura. A lo mejor, necesi.tábase el ““plegador”?. Deteníase el mecanis-
*
continuó bordando colocándose el telar en el colehoncillo de su falda, Teodora volteaba el . manubrio de una máquina de coser. ¡Leocadia forraba botones. Hundida en un
con ágil
se la pauta de un figurín tan elegante como difícil y la hija de Jabalquinto arriesgábase
“Clara Andújar”. Por supuesto; debe ser el mismo carácter de letra para los dos.**carrés””
afanábase por el buen éxito de la tarea.
impulsaba
Sobre la falda de Teodora caía en ondas la tela ya cosida. Era un vestido lleno de exigencias, festones y detalles caprichosos. Seguía-
si de vez
porque sería muy feo usar uno distinto para cada uno... Se estuvo de acuerdo, y mientras Celina
pareciéndoles
na, y por el otro, salía vpresa en la misteriosa
dedos algún doblapara fijar los truzos Estaba triste, viénnostálgico, como si lo que se hacía Ó co-
en el otro
lecho
te su ámplio seno de muchacha rolliza. Por encima de la EDS deslizaba la costura. Un martilleo velocísimo hacía penetrar la aguja que desarrollaba su labor exacta, sólida, casi mágica... Por un lado entraba la tela de
mo si le apenara la actividad de las otras. —Tenías razón—añadió Celina—eso era, Ahora, todo sale bien. A. R. “Alberto Ro-
saldez”.
del
Teodora maniobraba,
6 en hilera me-
si surgiera de
adorno
mano la rueda de la maquinilla, luciendo la robustez de su brazo y balanceando suavemen-
Entre aquel revoltijo de
telas, veíase á Clarita como
el
la nueva pareja, allí debía caer lo que de humano tuviera el amor de los novios.
en famila mu-
elección
la moda.
encua-
níanse en
cho trabajo. Aquello era un maremagnum de ropa blanca formando oleaje en la habitación. Desde el sencillo pañuelo de diariv'con franjas de color, hasta la tohalla, la clásica tohátla, con las iniciales de los novios entrelazadas, de todo había allí, amontonado, repartido, en desórden
de
importancia los con-
todo poco, no llegando á tocar el ideal de la ornamentación deseada. Allí debía reclinarse
Además de los trajes que varias mudistas
tódica de tarea lista.
caprichos
nes en donde jugueteaban angelillos y palomas talladas en alto relieve. Las chicas dete-
nuó Celina tejiendo.
hacíase
y los
de mucha
horrible.
desigualmente
cosían,
To-
cernientes al lecho: una cama de bronce dorada con gruesos pilares y artísticos medallo--:
drada en el telar, deformaba al encojerse el bordado. Fué preciso apretar los tornillos, situar bien el tejido, despues de lo cual conti-
de la ciudad
un viso de raso.
de la costumbre
me resiste
.
tela
la lujosa colcha deba-
lucir
Se
Al bordar la curva, me sale un garabato. Hubo consulta para el caso. Leocadia dió en el secreto:
bata, abandonóse en
cifra que bor-
mira —Todo :'está bien—¿verdad?—Pero aquí. Fíjate en que la “erre”, que está muy resulta,
INÉDITA.)
do estaba combinado y previsto, para que fuera agradable el conjunto. Colores, dimensiones, formas, todo con arreglo á los prejuicios
el rabo de la'*“erre”. —¿Qué es ello? bien dibujada,
á la
el tamaño y la clase de
gusto que allí, en casa de Andúlas labores
NOVELA
el remolino de un mosquitero desplegado en su torno. Midióse la dimensión del rodapié, la altura del lecho, la caida de las colgaduras,
casaba, habíanla ofreci-
Como Clarita se
UNA
Dando término
y Celina cocían afano-
Leocadia, Teodora sas.
DE
Luego
era
prescindible, y una vez de nuevo el mecanismo De pronto hacíase un posa”. ¡Un conflicto! apelotábase haciendo Un cubridor metálico
el
componíase el desarreglo
“tensión”, quebraba
des
que
las
jóvenes
“fruncidor”
el
im-
utilizado, cambiábase para seguir la faena. laberinto en la “mariEl hilo enmarañado imposible la costura. era abierto entonces y producido porque la
el hilo.
Eran
conjuraban
dificulta-
entre risas,
mientras lentamente, terminábase el vestido lleno de detalles ingeniosos, abrumado de nezgas, “bullones” y “paniers”. Filomena,
la
buena
madre,
ayudaba en
constante ambulancia. Ibase, volvía, daba su parecer. Todo con aire triste, dirigiendo á su hija miradas cuidadosas como espiando el desfile de sus pensamientos. Habíase encargado de un modelo de ““chambre” y cuando le hubo mostrado hecho en finísima tela
muy copioso en sus mangas perdidas y muy - diáfano por su cuello ““pompadour” y sus en-
cajes. sentóse allí, soíriente ante la alegría de las jóvenes.
EL
CARNAVAL
Hablóse
del
afán
que
mostraba Andújar
por llenar la casa de retratos de Rosaldez.
—Tienes que resignarte—decía Teodora.— Hasta en el fondo del plato vas á encontrar su imagen. _
Clarita, entre risueña y compunjida,
refe-
ría detalles. Primero se colgó en la sala un gran retrato ovalado ampliación de una foto-
grafía; despues,
en el album del velador,
colocado un grupo les, el más
de jóvenes
visible
estaba
entre
Rosaldez;
fué
los cua-
luego
en
el mismo velador, una fotografía iluminada. Y conto si no bastara, todas las noches presentábase el original, sentándose junto á ella,
hablándola entre dientes como si tuviera hondos misterios que revelar. En el fondo cero: si los retratos no hablaban, el original no era mucho más expresivo. Cuidado que era in-
sistente siempre con la misma pregunta! Todas las noches la decía lo mismo; “Clarita,
qué sientes en tu corazón cuando piensas que vas á ser mi mujer?” Nada, ella no sentía nada. Siacaso, dolor....
Teudora la aconsejaba. riñiosa con
su
prometido,
sía, no hacerle “malas
así hablaba,
una
Debía ser más caatenderle
crianzas,”
con
y
íntima satisfacción
corte-
mientras
la subía
del pecho á los labios, creyéndose feliz al pen. sar que su novio cuando lo tuviera, no sería un muñeco impuesto por conveniencia, sino un mozo elegido por ella, hecho brazas por su cariño, enérgico y sano. +
Clarita llegó á lo más comentarios.
pleado:
sí,
Todo
culminante
habíalo dado
aunque
empapelaran
miniaturas de Rosaldez. saltar, fué que Andujar,
Mas como
de sus
por bien em-
la casa con
lo que la hizo si la hiciera un
magnánimo presente, había colocado á hurtadillas Otro retrato del chico sobre su mesa de noche. desperté aquella mañana,
lo pri-
mero que ví fué el retrato. Salté de la cama y le dí un manotón. Fué á caer contra el espejo del roperoy .allí le tuve en suelo hasta que le guardé en el cajoncillo del velador. ¡Noeso nó! ¿Tenerle de guardia junto á mi cama? nunca! :
—Pero hija—añadió Leocadia—;¿ y luego ? —¿ En qué te molestaba el pobre chico? Celina
gusto por la de
que
Clarita
su
con
cambiado
hubiera
situación
de chica
obesa con novio problemático, —En nada... no me- molestaba en nada, pero á lo menos que pueda estar sin él los días
que aun me quedan de soltera. Filomena la. oia llena de piedad. aquello eran
un quehacer inespera-
Las jóvenes cambió.
quedaron
solas
y
la |
escena
—.... y además—continuó la viuda—si no te gusta, si no lo quieres, ¿ por qué te comprometiste ?
—Claro—dijo Teodora—Yo “ni picada” hubiera aceptado un compromiso en contra de mi gusto.
no
—Sin embargo—murmuró Celina-—es bueno perder tiempo eligiendo mucho. Lo
mejor es aprovechar...
|
Ms
—No le quiero ... no le quiero... €s horriblemente antipático. —Plántale,
tonta!
|
—Acaso indirectamente podrías ““safarte”..
—Piénsalo, piénsalo bien... —Papá lo quiere. Debo casarme, debo casarme y marchar no-sé donde.
balneario.
pretende.
Es
el
único
que
me
dicen A-un
persigue
y
..
—¿El único ? —¡Ah! otro también pero ese-es imposible. —¿ Y por qué ? Mira, déjame, te lo ruego: no me: hables de Sergio. Tanto-le quiero, tantó he luchado, que al ver como me abandona y como huye de mí, dudo si me quiso nunca.
Por ese tema la conversación ahondó mucho. Clarita acabó por llorar. Aquel ingrato se amaba tanto así mismo que la sacrificaba á ideas románticas á suposiciones caprichosas.
bromas
de su hija.
¿Que
lado y rendido
se
mostraba.
Debía
de tonterías y evitar que dieran terpretaciones á sus bromas. Pero Clarita-no mentía:
de sus
pero no estaba propicia
á dar
de que
solo
sus
íntimas la
—Sé que es una locura lo;que voy á decir; sé que acaso
me tendreis á mal este disparate,
pero si Sergio hubiera querido... vamos,: lo digo con rabia ... si él hubiera sido resuelto, creo... creo que de nadie, solo suya sería.
Hubiera sido valiente, dos modos, suya...!
de
Detúvose.
muy
todos
valiente. | De to-
modos...
Tenía
suya,
el semblante
sole
lleno de
lágrimas. Sus amigas comprendieron. Sergio ó era un gran corazón ó era un pobre de espíritu, Leocadia mantúvose dudosa en el di-
enten-
dejarse
Cuando Filomena volvió, los trabajos continuaron. El martilleo de la máquina realiza-
torcidas
in-
sus palabras eran
sentimientos.
Detúvose entonces, miró en torno, y cuando estuvo segura oían añadió :
lema, Teodora se abstuvo resueltamente á la segunda opinión. Cuantoá Celina, cónsideraba imprudente, toda vez que Rosaldez estaba resuelto, no aprovechar...
Todo
día ella de tales asuntos? Acaso llegaría á querer mucho al pobre chico que tan amarte-
expresión
En aquel momento,
do hizo que Filomena saliera de la habitación.
Por él hubiera sido capaz de todo...
—Cuando
—adujo
—Vamos, vamos,—añadió Leododia—No tienes experienuia: como él se empeñe, acabará por cautivarte, por...
No discutía,
apariencias
de
amor á impulsos repulsivos. —Solo por que papá no se enfadára guardé
en el cajón el retrato. ¿No se lo digas mamá... no, quiero que se diguste aunque yo sufra. € :
ba su gran brujería de costura.
vididas á veces
rasgadas;
con
invadida
guardando
s telas, di-
crujían'al ser
el roce de los lienzos crepitaba con
rumores de espuma
ción,
violencia,
por
entre
derra mada,
el
sol
paredes
y
la
:
habita-
de la tarde, siguió blancas
íntimo de aquellos preparativos ' no alegraba ni bendecía.
el cuadro
que el
amor
1
M. ZENO GANDIA. 1
)
;
EL
NM
A
CARNAVAL
.
Página de un Panfleto 1lÉ” omo escritor, como apostol, Y NO SOY sino conciencia. Ser toda la conciencia posible XA Y ARE VEO es mi esfuerzo, es mi ana RL siedad como hombre que sabe que la pluma es una
DIRE NARRAR
gran
majestad.
No tengo fé sino en la verdad. que no debe escribirse
á la verdad.
La verdad
sino para
Creo servir
pide más
culto,
más adhesión, más inmolación que un dios. Solo la verdad es digna de la vida. GQuanto nose haga por la verdad es ni-
mio, estéril, ruin.
Solo la -verdad es no-
ble, solo la verdad obra milagros. La belleza es el esplendor de la verdad, dijo el filósofo griego. La verdad es la virtud del escritor. Cuando he dicho la verdad estoy tranquilo,
porque
estoy
seguro de haber
hecho bien á la humanidad. Cuando he dicho la verdad gulloso,
porque
estoy
cierto
estoy orde
haber
cumplido mi deber.
ROI
IR
IO
e FESTES
U
IUO
Cuando
he
dicho la verdad
soy di-
choso, porque entonces me estimo más á mí mismo, y estimarse á sí mismo es la plenitud suprema en el corazón de los hombres
de honor.
JACINTO LOPEZ.
AS is 4
EL
CARNAVAL
S
Y
9
CANCIÓN DE TRISTAN. Re Y preguntas qué anhelo....y
me dices qué ansío
Y no vez que mi marcha que orientó la desgracia, Es á cada momento más sangrienta y más lacia ?
Cual los reyes difuntos en las piedras tombales Descansaban
inertes nuestros dos corazones
Y en tus labios resurgen las antiguas canciones! Y en tu seno reviven los perfumes nupciales!
Vuelve atrás la mirada... . Donde están
nuestras
huellas?
Ya la nieve ha caído y el sendero ha borrado! Ya la sombra en los cielos apagó las estrellas ! Qué irrisorias tus ansias!
qué imposible tu empeño!
Dices frases ardientes y tu boca está yerta....
Crees vivir y te mueve la mentira de un sueño.... Y me invitan tus brazos al amor
¡y estás muerta!
«Los polvosos laúdes tañe en vano tu plectro.... Qué irritante es al cabo la lujuria y qué fatua, ¿Cómo quiere tu orgullo, si yo soy un espectro, Oprimirme entre el mármol de tus brazos de estatua? ............
La campana del alba ya preludia sus sones, Isabela, es en vano que tus quejas exhales! Deja ya que descansen nuestros dos corazones
Cual los reyes difuntos en las piedras tombales! 3.3. TABLADA.
EL CARNAVAL
90
to.
Silvestre.
Venus
Vas por el campo provocando asombros con el blando vaivén de tu cintura, y lucés un mantón
sobre tus hombros
te mueves
voluptuosa
gira,
El duro seno que al amor provoca bajo la burda tela salta opreso,
como un manjar con que la hambrienta
boca
se regalara en el festin del beso!...
En su planta hay
que teñido de púdicos
manojos un hoyuelo,
sonrojos,
las aves y las brisas,
te acarician con su hálito las flores"; tu boca es un
estuche
de sonrisas
Cuando vas en el carro, cuyas ruedas al paso, de los bueyes lentos,
te envuelvo como en púrpuras y sedas en mis enamorados pensamientos.
su
apari-:
La ceremonia comenaó por una audide Romberg
y 'sus
Ofi-
Uno de nuestros simpáticos agregados de Embajada portaba la batuta de jefe de orquesta. El alegro, el minneto y el final fueron ejecutados con un brío notable. Después, á los majestuosos acordes del trío de Sigurd, al cual se habían adaptado las palabras
del caso,
el
representante
de
Odín apareció todo vestido de blanco, envuelto en un resplandor de luz
Odín, el Dios salvaje
y
la gata con el nombre
de
eléctrica;
severo, bautizó á Belkis, nombre
de su graciosa y bella madrina, el poema siguiente:
' Y 4 veces pienso, al verte triunfadora y erguida como
de hacer
ción.
El gran sacerdote habiendo invocado en seguida los ritos 'escandinayos, á
y tus ojos museos de fulgores. gimen
esperaba el momento
ofreció ála madrina la trompeta misteriosa al sonido de la cual la gentil neófita saldría de su cesta, al rugido estrepitoso de las kobals vencedoras.
es la sonrisa de la'carne al suelo. Te ehamoran
había
ciales.
como si fueses palpitante lira . sd
de rosas...
á Odín
ejecutada por el comandante
te ciñe en olas de gentil donaire,
Son tus desnudos pies EE
consagrado
ción de la sinfonía burlesca
como una gran bandera de hermosura. La falda corta que flotando al aire cuando
Unaltar
sido erigido en el salón comedor, y la gata prudentemente oculta en una cesta
y recitó
¡Oh, gata de pelo sedoso, que sumergida entre una cesta, duermes sin angustia la siesta sin ningún sueño doloroso.
un lirio sobre el barro,
en poner mi cabeza pensadora bajo las ruedas del crugiente carro.
—
JOSE SANTOS CHOCANO.
El Bautismo de una gata.
Yo en el nombre de tus hermanos; con la lustral agua bendíta que toda vil infamia quita, te bautizo cual los cristianos.
Y llevarás el nombre, rutilante y sonoro de Belkis, nombre regio, como una flor de oro.” , Sé dura con las ratas, ¡oh felino animal ! De tus ojos de ópalo, conserva el agua pura,
A BORDO
DE
“EL BUITRE.'””—LA GATA DE PIERE DETALLES DE LA CEREMONIA.
LOTÍ.—LOS
y que radien fantásticos entre la noche obscura y alumbren los temblores de tu espina dorsal.
Los asistentes penetraron
en la sala
En el diario Stambul encontramos la curiosa noticia de una ceremonia singu-
de los oficiales
e
Entre los invitados de Pierre Lotíse encontraban el conde y la condesa de
a
que acaba de efectuarse en
las águas
“El Bósforo,” abordo de El Bustre comanda el lugarteniente de navío
Pierre Loti.
Pero
dejemos
ambigú,
donde
después
Seynes; Madamé
de
al colega
turco:
—Entre íntimos, Pierre Lotí, sio bró el bautismo de su gata. La fiesta se
“efectuó á bordo de El Buitre
servido
el
ceremonia. representando
el padrino,
M.
de
Fenelón; conde y condesa Ostrorog; Mlle Ghiniere, Coquelin Cadet; Mames. Ledoux, Comandantes de vapores extranjeros, etc.
en los de-
partamentos del comandante, maravillosamente decorados para el acontecimien-
la
Roux,
la familia de la gata;
la Papa
estaba
El músico de $. A. el príncipe Mirza Riza
Khan,
encantó
á la concurrencia
cantando algunas canciones persas.
EL CARNAVAL
Un perro generoso.
Conclusión: éste ha vuelto á su casa llevando en sus brazos á su salvador, cuya cabeza había envuelto en su blusa; ha
PCABAMOS de encontrar, mezclado con los diversos acontecimientos vulgares que llenan la tercera página de 29 los diarios, dice La Famille una
historia
un perro. Merece
periódicoilustradode París, interesante cuyo héroe es
ser
popularizada;
Alegre era la tarde.
Un cultivador de los alrededores de París poseia un perro ya viejo y casi ciego. Resolvió deshacerse de él, y una tarde de agosto,
como
dicen los
novelistas, cargó con él hacia la rlbera del río, llevándole atado con una cuerda por el cuello. El pobre enfermo creía que iban á un paseo agradable, y trotaba con paso vivo
de alegría.
dando
pequeños
Algunos
gruñidos
instantes después,
llegaron á la ribera el hombre
y el ani-
mal, y entraron en la barca del molino. El cultivador se había provisto anticipadamente de una pesada piedra. Una vez
en
medio
del
agua,
ató
la
piedra á la extremidad de la cuerda que sujetaba el cuello del y después de hacerle lanzólo todo, perro y la corriente. Pero la cuerda,
perro, que le lamía; una ultima caricia, piedra, en medio de mal
anudada,
escurrirse la piedra y el perro ció nadando hacia la barca.
El dueño vaciló un
dejó
reapáre-
y lucgo
ahulló de dolor, mas continuó dadando en torno de la barca, á la que trataba de saltar.
Quiso el campesino
é hizo un
perdió el equilibrio,
darle el pos-
vigoroso no
pudo
molinete; sostenerse
á tiempo, cayó al agua y desapareció. El agua del Orge es fangosa, obstruida por bejucos y yerbas en este lugar; y el campesino no sabía nadar. Aunque
perdida
sangre
La luz en los espacios
y
fuerzas,
el perro logró asir los vestidos de su amo, y levantando el pezcuezo por encima del agua, trabajó tanto y tan bien con las patas que consiguió ganar la borda en donde el cultivador pudo izarse.
sonreia,
la brisa entre las frondas se mecía,
cantaba el ruiseñor. A lo lejos; rumor tranquilo i suave de una extraña, divina melodia, que esparciera en los ámbitos risueños sublimes armonias.
x
Recuerdas ..? Era la hora en quellos cieilos decóranse con pompa soberana, i de nácar i púrpura bañados en su seno agoniza el regio sol. En el sendero alegre i florecida,
sobre el tallo jentil se balanceaban las campánulas rojas entre la zarza vil. Tú i yo por la pradera silenciosos .. El alma enajenada
flotando en efluvios misteriosos, surcaba presurosa el ancho azul Recuerdas.
instante
asió uno de los remos y le asestó dos rápidos golpes en la cabeza al animal, que
trer golpe
Reverie.
héla aquí
con toda su sencillez.
hermosa
contado el hecho á todos. los _habitantes de la aldea y jurado que jamás ¡se separará del excelente y desgraciado animal que le ha salvado la vida. ¿ No es el caso de repetir esta frase de un misántropo: “lo que hay de mejor en el hombre es el perrar”
..? 0h! Yo sé que fué mi bella,
mui bella aquella
tarde.
Tarde de luz, perfumes i alegria, | de ensueños y de amor.
Evocación hermosa de otros dias, remembranza feliz, tú vives en mi mente, tú vives en mi alma
llenando de dulzura las horas de dolor.
MERCEDES MO TA. Puerto Plata, Abril de 1904.
NT
EL
¡Oh
CARNAVAL
Cuán bellas son la$ mariposas,
las errantes viajeras de los aires que en alegre enjambre revoletean en el espacio azul, esparciendo tenue polvillo de oro que la brisa susurrrando- lleya entre sus
alas para RP
N
alegre enjambre,
miria-
hebmosab.
esparciendo
MERCEDES
susurando lleva entre sus alas, para ofrecérseloá las corolas que coquetas entrea-
de
da.
corolas odorantes libaron miel bellas mariposas
que en
er-
en esaS
hiblea las
raudo
vuelo
se
remontaron hasta libar el éter en el espacio límpido, perdiéndose
en el purísi-
mo azul de lo infinito....! Si
resuena
i vibra
con
acordes el jenio insomne
que al
batir de
si el refuljente sol que el
ideal
enciende
sus áures alas fecunda el pensamiento; más
recónditos
del alma, surje glorioso con
destellos de
luzinmortal,
viráse entonces,
ra solemne i
misteriosa,
en esa ho-
algo como
leve
rumor de besos ¡ suspiros .
ron al espléndido 'sol de un día estival, á: de
celestiales
armonías,
al
fúlgido contacto de brillantes alas, cuando las flores todas del alma sonreían acariciadas por un soplo de amor.
Nacieron cuando las bellas mariposas, Jas errantes viajeras. de los aires contábanse
gozosas
vestiduras
sus amores,
i gozo-
sas i libres se remontaban hasta beber el éter en el espacio límpido, perdiéndo-
se en el purfimo azul de lo infinito!
negras,
y nerviosos, —de
tus
los már-
en donde revive el perfume de las cremas
cuerpo de
lindo
tu
Empero,
fabulosas.
líneas rítmicas —no calmará nunca el amor de las prometidas;—tus grandes ojos, semejantes á gotas de mar,:--no ba-
jarán
nunca
los cuales efebos
de sus
sueñan,
cielos
poéticos—en
fraternalmente,
antiguos— con
Narciso,
los
gran
co-
tazón que murió de amarse.
|
TAILHADE.
LAURENT
+ A VUELA PLUMA. El Pájaro La
bellísima
Azul
cuarteta
de este título
que
exorna la primera página de este número premiada
fué
huce poco en un
certamen promoviFrancaise” y al cual con-
do por *'La Revue currieron más de cien poetas.
No hemos querido traducirla porque esta clase de belleza, para gozarla íntegra, hay que beberla en el idioma, original.
La dedicamos á las mujeres
cielo, no como
promesa
maravilla de belleza;
Esos suspiros i esos besos =, ¿sabéis de donde vienen? ¿donde van? Nacielos acordes
las
moles consagrados eternizan la gloria,— y tu boca sangrienta es la tibia píxide—
vibraciones
intensas el harpa en que tañe melodiosos
iluminando los ámbitos
Entre
flancos puros
fragan-
En esos cálises perfumados,
sobre
—flotan
cabellos,
tu palidez, líquidos y más azules— que la noche de ojos de oro con su traje de se-
cia, ¿no habéis visto inclinarse las coro-
las abrumadas dulcemente, ¡ luego guirse donairosas i jentiles?
tus
de
obscuros
En los rientes verjeles, allí donde abre su perfumado »*cáliz la ilusión, i el ensueño, como asfódelo jigante, da al empapados
MOTA.
del seno como una Efebo!; los bucles
Tu cuello surge torre de marfil—¡oh
besos ¡ suspiros.
efluvios
sus pétalos
Puerto Plata, 1904.
tenue
bren sus pétalos al primer beso del sol. Son las bellas mariposas, las errantes viajeras de los aires que gozosas se cuentan sus amores, i gozosas i libres se remontan entre: suaves murmullos de
aire sus
jentiles coro”
entreabren
al primer beso del sol ?
das de insectas de mil colores revoletean en el es-
pacio
ofrecérselo á las
las que coq uetas
azul como
el pájaro
que
religiosa
4 las mujeres
que
aman: el
pero
canta en el
como
de alma: corazón
de la vírgen que inspiró la cuarteta exquisita; á las mujeres de alma. fragante como las azucenas y los nardos; á las mujeres de alma lírica, nacidas para la dicha suprema de ser amadas por los poetas ...las únicas que los poetas pueden amar....
Excusa. La salida regular de EL CARNAVAL fué interrumpida durante las dos- últimas semanas por una grave descomposición
que se imprime. Suplicamos á nuestros
de -la prensa en
lectores se
sirvan
excusarnos, teniendo en cuenta que somos los primeros perjudicados- con este contratiempo
y por lo mismo los primeros en deplorarlo.
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The Company is not responsible for the coach sefvice.
OBSERVACIONES.—La Compañía reserva diariamente cierto número de asientos en los automóviles entre Camuy y Agyadilla. Los billetes con. derecho á un asiento en el automóvil serán expedidos directamente en la estación de: salida del tren ó por el. conductor del tren. El precio de cada billete es $3:00. La compañía no asume SEITE alguna en le que respecta al servicio de automóvil.